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Si miramos ahora más de cerca los textos que<br />
componen Senos vemos que este signo que forma<br />
el seno toma la forma de palabra en estado puro, en<br />
creación, que crea a sí misma mientras continuamente<br />
vuelve sobre sí misma, se refleja, se lee.<br />
Palabra que, siendo en esencia centrípeta, (se)<br />
hace, (se) renueva, es dinámica y barroca; que<br />
construyendo a sí misma construye su mundo, su<br />
origen; que dividiéndose y multiplicándose aglomera<br />
y crece, en fragmentos, frases, párrafos, capítulos,<br />
teje el texto donde vive concéntricamente en un<br />
movimiento expansivo infinito en espiral, actúa como<br />
cualquier célula. Este carácter sumamente celular de<br />
los textos, su progreso y expansión concéntricos en<br />
todos los niveles, hace que mi afirmación anterior<br />
que Senos forma un ‘contradiscurso’ también sea<br />
verdad en sentido literal: los textos de Senos no<br />
discurren sino que brotan, no progresan lineal sino<br />
circularmente porque las palabras y los fragmentos<br />
forman sin fin células que crecen alrededor de su<br />
núcleo, la imagen (lingüística-poética), que nutren,<br />
envuelven y protegen hasta que, suficientemente<br />
hinchadas, se rompen para dividirse en otra célula<br />
alrededor de otro núcleo, y así sucesivamente,<br />
formando infinitas series de tejidos por aglomeración.<br />
Esos tejidos variados y flexibles de los textos<br />
de Senos dan, por sus muy diferentes formatos, de<br />
manera básica -en un nivel estrictamente textual-<br />
forma al mundo y la vida profundamente plurales y<br />
multiformes de los senos: revelan una imagen<br />
abstracta y teatral de la gran variación de los senos<br />
escenificando el desfile de sus muchas formas y<br />
volúmenes gráficamente en negro en el blanco del<br />
papel.<br />
Partiendo de lo anteriormente dicho sobre la célula<br />
verbal que actúa en la formación de los textos de<br />
Ramón como elemento poético-constructivo básico<br />
creo que es una gran equivocación querer reducir<br />
esta célula, que en esencia es poética, fragmentaria<br />
y flexible, puede tomar varias formas, sólo a la<br />
Boletín<strong>RAMÓN</strong> nº16, primavera (de Madrid) 2008, <strong>página</strong> 51<br />
greguería, como hacen muchos críticos, entre otros<br />
Cernuda, que hasta llega a afirmar en su ensayo<br />
‘Gómez de la Serna y la generación poética de 1925’<br />
que todos los escritos de Ramón son un compuesto<br />
de greguerías. Pero hacer de Ramón un simple<br />
greguerista y de su obra una gran colección que<br />
consiste sólo en greguerías es completamente pasar<br />
por alto al hecho innegable que Ramón fue un<br />
jugador libre que no se dejaba encerrar en ningún<br />
principio artístico y género fijo (en Automoribundia<br />
habla significativamente de ‘la libertad superior’ de la<br />
creación), que inventaba y usaba muchos diferentes<br />
recursos libremente para crear una obra que en<br />
esencia es de construcción variada, algo que sobre<br />
todo Senos demuestra. 11 En esta construcción la<br />
greguería no es más que uno de los recursos, una<br />
célula especialista que en primer lugar es retórica<br />
(con acierto el propio Cernuda la llama ‘un juego de<br />
ingenio’) y no poética: la imagen en la greguería sólo<br />
funciona como apéndice o ilustración, como medio<br />
subordinado para apoyar y nutrir la mecánica de un<br />
chiste literario-visual con su quid y no como fin en sí,<br />
como núcleo autónomo, apoyado y nutrido por la<br />
palabra puramente poética, metafórica. Aunque la<br />
greguería es fundamental en algunas obras de<br />
Ramón (evidentemente en las colecciones de<br />
greguerías) y en otras tiene cierta importancia (como<br />
por ejemplo en El incongruente y El hombre perdido,<br />
en la mayoría o se usa sólo lateralmente (como por<br />
ejemplo en Tapices y El circo), o son casi o por<br />
completo ausentes (como por ejemplo en El Rastro,<br />
La viuda blanca y negra, Ismos, Automoribundia,<br />
11 Tanto la afirmación de Cernuda sobre la greguería como<br />
principio único de su obra, como la de Umbral en Ramón y las<br />
vanguardias que Ramón es un escritor sin género, me parecen<br />
expresiones de la sistemática infravaloración (inconsciente) de<br />
la obra de Ramón, de no querer reconocer su grandeza literaria.<br />
En contra de Umbral yo diría que Ramón no es un escritor sin<br />
género, sino un escritor sin género fijo y justo por eso es un<br />
escritor de infinitos, abundantes géneros, tanto conocidos como<br />
nuevos, que interroga, problematiza, mezcla, trabaja, transforma<br />
e inventa libremente.