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actúan como unidades semióticas-semánticas por<br />
excelencia, como signos de lectura de muy diversa<br />
forma.<br />
Ya que los senos desde sí mismos, en forma natural<br />
y fatal, son teatrales – si quieran o no, siempre se<br />
encuentran como individuos salientes en las tablas<br />
del tórax exponiéndose, aunque estén cubiertos, por<br />
el mero gesto de su presencia voluminosa aislada<br />
del resto del cuerpo en una situación de actuación y<br />
visibilidad – no es de extrañar que el signo más<br />
básico en que los senos en Senos se transforman es<br />
un signo teatral: el escenario y el teatro forman, para<br />
decirlo así, su entorno ideal, el entorno donde se<br />
encuentran en casa, su base. Los senos en Senos<br />
casi siempre aparecen en algún escenario donde se<br />
ofrecen a la mirada, haciendo un espectáculo ante<br />
público y con eso doblan, reflejan, afirman e<br />
intensifican su situación fundamental de señuelo<br />
natural en las tablas del pecho de manera artificial.<br />
El escenario donde aparecen los senos puede ser<br />
tanto en el teatro mismo, o sea, en un podio o sala<br />
de verdad (así lo es respectivamente en ‘Senos de<br />
actriz’ y ‘El descote más crudo que he visto’), como<br />
fuera de él, donde el escenario puede tomar forma<br />
de, entre otros, escote (‘Los senos en el vals’),<br />
marco de puerta (‘Los senos de las chicas de las<br />
porteras’), de ventana (‘Los senos de la ventana’) o<br />
de cuadro (‘Los senos del arte’), taller (‘La asesinada<br />
por el escultor’), sala de museo (‘La temerosa’),<br />
despacho (‘El coleccionista’), pista (‘Senos de circo’),<br />
calle (‘Los senos de la cursi’), cementerio (‘Las<br />
muertas’), isla (‘La Isla de los Senos’), vitrina (‘Los<br />
senos de madame Saint Amaranthe’), escaparate<br />
(‘Un vendedor de senos en oriente’) y mostrador<br />
(‘Los senos de las tenderas’).<br />
Si miramos el texto ‘La mujer sin sexo’ hasta<br />
podemos ver en ello los rasgos de teatro japonés,<br />
porque allí se pinta los senos como la cara de un<br />
actor del teatro No en forma de una mascara blanca,<br />
Boletín<strong>RAMÓN</strong> nº16, primavera (de Madrid) 2008, <strong>página</strong> 50<br />
transformándolo en un gesto teatral total, un signo<br />
poético vivo vuelto sobre sí mismo: ‘En la mujer sin<br />
sexo, liso y cerrada, hermética y toda blanca,<br />
depilada y sin pliegues, los senos toman una<br />
importancia suprema. Nada distrae de la tentación<br />
de los senos, y eso les da una esferidad suprema.’<br />
En el teatro literario de Senos la poesía juega un<br />
papel protagónico y fundamental. Los senos,<br />
concentrados como son en su propia esfera, la<br />
íntima escena hermética donde actúan, forman una<br />
unidad poética por antonomasia, encarnan por sí<br />
mismos un extraño y paradójico signo poético,<br />
fáctico, de carne, carne que – justo al revés que en<br />
el famoso verso del evangelio según San Juan - se<br />
ha hecho verbo, que se ha metaforizado y metamorfoseado<br />
en palabra. Los dos textos de Senos<br />
que más explícitamente reflejan está poética de la<br />
formación y sublimación poéticas-literarias del seno<br />
en el seno del signo, de la carne en la palabra, son<br />
‘Los senos del estilo’ y ‘Los senos tatuados’. Sólo en<br />
y por el signo, sin fin procesado por la alquimia<br />
purificadora, elaborado por el trabajo de estilización<br />
que la palabra y la escritura implican, grabado de mil<br />
maneras, literalmente inyectado con tinta, el seno<br />
llega al seno, al signo que lleva en su corazón y que<br />
late allí latentemente sin que pueda expresarlo:<br />
‘Indudablemente, el tatuaje en los senos es un<br />
arte que les eleva al delirio, que les refina<br />
mucho, que les resuelve. […] Florecitas,<br />
piedras preciosas, listas de color, signos caba-<br />
lísticos, letras árabes, letras japonesas, maldiciones,<br />
fechas, dibujos egipcios, con el color<br />
de aquellos dibujos, círculos de colores vivos<br />
como los que iluminan los blancos del tiro al<br />
blanco; todo eso y muchas cosas más debían<br />
amenizar y decorar los senos, cuyas materias<br />
parecen demasiado vírgenes de repujado y<br />
calado, pero dispuestas para eso.’