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RAMÓN GÓMEZ DE LA SERNA página

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incluso los yoes que aparecen en ella. Pero al<br />

margen de esto la aplicación en sí que Mainer hace<br />

del psicoanálisis al caso literario de Ramón y Senos<br />

no sólo es muy tópica, estéril, simple y dogmática,<br />

sino también muy cuestionable, para no decir<br />

errónea. Si tomamos de nuevo el prólogo de Senos<br />

como piedra de toque, veremos que el texto indica<br />

un sentido radicalmente distinto que el que Mainer<br />

quiere imponer.<br />

¿Es verdad, como Mainer afirma en estilo más<br />

freudiano que Freud, que ‘el erotismo ramoniano<br />

tuvo siempre un alto contenido edípico.’? Lo edípico<br />

o el complejo de Edipo se puede definir como querer<br />

seguir estando en o retornar a la relación primaria,<br />

fetal y simbiótica con la madre, en la cual el niño<br />

todavía no diferencia entre su cuerpo/alma y el de la<br />

madre, no experimenta la separación individual,<br />

rechazando al mismo tiempo lo que viene desde<br />

fuera, el padre y lo que representa (el distanciamiento<br />

y la diferenciación del cuerpo/alma<br />

sumergido en lo simbiótico, que sobre todo toman<br />

forma por medio de la penetración –en forma de<br />

disciplinación y formación- de lo simbólico, es decir,<br />

la lectura-escritura del mundo semántico-semiótico,<br />

el mundo del sentido-signo) como competencia o<br />

amenaza a esta relación exclusiva y total, sin<br />

experiencia intrínseca de límites.<br />

Pues bien, el siguiente fragmento del prólogo de<br />

Senos resulta ser justo una negación de lo edípico,<br />

en lugar de expresar el complejo de Edipo, da el<br />

reflejo del anti-Edipo:<br />

‘La turbación y el temblor primero, como de<br />

coger lo que es de otro, perfectamente de otro<br />

ser, de un ser con vida propia, de un ser cuya<br />

insubsanable separación no corrige, ni cura, ni<br />

resuelve el sexo amable, esa turbación y ese<br />

temblor es lo que más pasa por esta obra, lo<br />

que se intercala constantemente en el texto de<br />

Boletín<strong>RAMÓN</strong> nº16, primavera (de Madrid) 2008, <strong>página</strong> 34<br />

este libro y da cierto embarazo a las palabras,<br />

ese embarazo y ese arrobo que se siente al<br />

acoger los nuevos senos por primera vez.<br />

Confianza inaudita, confianza injustificada,<br />

confianza que se toma con ellos el hombre sin<br />

darse cuenta hasta qué punto es eso excesivo,<br />

insólito, pródigo, munificente, seriecísimo!’<br />

Aquí, al revés de lo edípico, no se rechaza el padre y<br />

lo que representa sino, trabando amistad con él, el<br />

sentirse unido con los senos y el cuerpo de la mujer<br />

como sí no hubiera límites, como si no hubiera el<br />

otro con su individualidad diferenciada y distanciada,<br />

como si fuera la relación simbiótica con la madre, y<br />

desde esta amistad con el padre se acepta, se<br />

siente profundamente la separación como necesaria<br />

e insalvable (ni siquiera el sexo puede pretender<br />

superarla): hace posible que se acerca al seno de<br />

otra manera, a distancia, retomándolo y abriéndolo<br />

como límite, límite de admiración, o sea, simbólicamente.<br />

Como consecuencia de esto yo no llamaría al<br />

erotismo ramoniano edípico sino, con un guiño<br />

alegre a Freud -de quien presto el término, para<br />

usarlo de otra manera-, oceánico. Es decir, un<br />

erotismo proteico y libre que juega con todo y todos,<br />

es indiferente, o en otro término, prestado del<br />

discurso político, igualitario: no se fija ni en la madre<br />

y su seno, ni rechaza el padre y su signo, sólo hace,<br />

por su juego metafórico y dialéctico, que los unos<br />

hagan juego con los otros, que el seno sea (como)<br />

signo, el signo (como) seno, que se mezclen<br />

oponiéndose agonísticamente para dar paso a la<br />

mediación de su síntesis, a una nueva creación.<br />

Para poder llegar a esto la materia prima del seno no<br />

tiene que ser aceptada como es (eso sería justo la<br />

actitud totalmente acrítica del no límite típica para la<br />

situación simbiótica), sino que tiene que ser aislada,<br />

destrozada, elaborada, reformada, transformada,<br />

domada, estilizada, sublimada y superada, en breve,

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