Marx y la muerte # Entrevistas con Fabio ... - Revista EL BUHO
Marx y la muerte # Entrevistas con Fabio ... - Revista EL BUHO Marx y la muerte # Entrevistas con Fabio ... - Revista EL BUHO
La señora de blanco, gorra delatora de su acti- vidad, avanzó con paso decidido hacia nosotros. Lentamente abrió sus brazos deseando ofrecer su entusiasmo, y esperando recibir el abrazo soñado: ¡Por favor Don Carlos Bracho, venga y abráceme como abrazaba Vd a Amparo Rivelles! ¿Te das cuenta Carlos lo que te dijo la dama de manos curtidas y sonrisa cálida?, te brindó su corazón a cambió de una emoción, de un senti- miento. Eso es más fuerte que nada: “es la esencia de las cosas simples, ya que no está en su naturaleza 78 El Búho sino en su evocación, y preserva nuestra memoria”. (Jorge Ruiz Dueñas) Ya estoy de vuelta a casa, reviso las fotografías y acordándome de todo, me rindo ante esta escena, unos ojos conmovidos ante el recuerdo del perso- naje humano, suspirando ante un beso intenso de la vida, quizá con fragancias de Mandarina. Agradecidos estamos por vuestra compañía, vuestros abrazos, esos gratos momentos, son un buen equipaje de vuelta. Hasta siempre, un placer. Perla Estrada
TRANCO I Nuestro escritor preferido, el maese Carlos Bracho, en este Tranco se abstiene de hacer una crítica a los actos políticos que en realidad empobrecen el panorama de las libertades manifiestas en la Constitución del 17, hechos que violentan la justicia democrática, que niegan los valores republicanos y afectan la convivencia pacífica de los habitantes de este país que todavía se llama México. Sí, qué bueno que Bracho, en su ya famoso Tranco, no se ocupa de estos menesteres pedestres y vulgares que los políticos se empeñan en practicar en forma con- suetudinaria. Qué bueno que nos habla de otras cosas más agradables, más “gozables” y más bellas que la vida nos ofrece magnánima y a rau- dales. Qué bueno que no se ocupó de las bajezas y venganzas a las que son tan dados los capos de la política mexica. Qué bueno que no señala en su escrito las atrocidades que en nombre de la justi- cia cometen presidentes, gobernadores y demás pillos sedientos de poder y no sedientos de paz, de amor a la patria, de respeto al derecho ajeno. Sí, cArloS brAcho qué bueno que el tal Carlos no ha dicho nada sobre la tormenta desatada por la detención de la señora Gordillo, y mejor todavía es que no comentó nada acerca de los montieles, de los janks, de Leonel Maciel arca de Noé 79
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Nuestro escritor preferido, el maese Carlos<br />
Bracho, en este Tranco se abstiene de<br />
hacer una crítica a los actos políticos<br />
que en realidad empobrecen el panorama de <strong>la</strong>s<br />
libertades manifiestas en <strong>la</strong> Constitución del 17,<br />
hechos que violentan <strong>la</strong> justicia democrática,<br />
que niegan los valores republicanos y afectan<br />
<strong>la</strong> <strong>con</strong>vivencia pacífica de los habitantes de este<br />
país que todavía se l<strong>la</strong>ma México. Sí, qué bueno<br />
que Bracho, en su ya famoso Tranco, no se ocupa<br />
de estos menesteres pedestres y vulgares que los<br />
políticos se empeñan en practicar en forma <strong>con</strong>-<br />
suetudinaria. Qué bueno que nos hab<strong>la</strong> de otras<br />
cosas más agradables, más “gozables” y más<br />
bel<strong>la</strong>s que <strong>la</strong> vida nos ofrece magnánima y a rau-<br />
dales. Qué bueno que no se ocupó de <strong>la</strong>s bajezas<br />
y venganzas a <strong>la</strong>s que son tan dados los capos de<br />
<strong>la</strong> política mexica. Qué bueno que no seña<strong>la</strong> en su<br />
escrito <strong>la</strong>s atrocidades que en nombre de <strong>la</strong> justi-<br />
cia cometen presidentes, gobernadores y demás<br />
pillos sedientos de poder y no sedientos de paz, de<br />
amor a <strong>la</strong> patria, de respeto al derecho ajeno. Sí,<br />
cArloS brAcho<br />
qué bueno que el tal Carlos no ha dicho nada sobre <strong>la</strong> tormenta<br />
desatada por <strong>la</strong> detención de <strong>la</strong> señora Gordillo, y mejor todavía<br />
es que no comentó nada acerca de los montieles, de los janks, de<br />
Leonel Maciel<br />
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