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Marx y la muerte # Entrevistas con Fabio ... - Revista EL BUHO

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traidor, hojas más encendidas que <strong>la</strong>s de su<br />

Yo Acuso. El rumor de <strong>la</strong> tercera guerra iba y<br />

venía por nuestras cancillerías, lo cual produjo<br />

un estado de guerra al reforzarse el anticomu-<br />

nismo <strong>con</strong> nuevas formas de persecución: en<br />

Chile, <strong>la</strong> Ley de Seguridad Interior del Estado;<br />

en México, el delito de Disolución Social.<br />

El trasfondo del exilio de Neruda estuvo<br />

asociado al fantasma de <strong>la</strong> guerra atómica y<br />

al enmudecimiento de los disidentes. La res-<br />

puesta tuvo una puerta insólita: levantar los<br />

Consejos por <strong>la</strong> Paz, donde Pablo Neruda sería<br />

nombrado miembro de <strong>la</strong> Internacional. “El<br />

tiempo de canal<strong>la</strong>s”, del que hab<strong>la</strong>ra Lillian<br />

Heilman, fue también el de <strong>la</strong> lucha por <strong>la</strong> paz,<br />

lo cual explica <strong>la</strong> idea que domina en el Laval:<br />

“No queremos que <strong>la</strong> guerra salve a los verdu-<br />

gos y les <strong>con</strong>fiera mayor autoridad homicida”.<br />

Tiempos de los Trujillo, de los Batista, de los<br />

Somoza, de los Miriñigo, de los Muñoz Mann,<br />

quien hiciera de Puerto Rico entidad asociada<br />

a los Estados Unidos; tiempo de Truman y de <strong>la</strong><br />

Guerra Fría; tiempo del senador McCarthy y del<br />

Comité de Actividades Antinorteamericanas.<br />

Aquellos dictadores, entre otros, llevaron a<br />

nuestros pueblos a doblegarse a <strong>la</strong> política<br />

de los Estados Unidos. Lo vio Neruda mucho<br />

antes de que <strong>la</strong> trama fuera descubierta en ése<br />

y en nuestros países.<br />

Como es común en <strong>la</strong> historia <strong>la</strong>tinoameri-<br />

cana, <strong>la</strong>s luchas internas se asocian, desde los<br />

gobiernos, a los fines externos y, a <strong>la</strong> vez, de<br />

los lugares de <strong>la</strong> persecución surgen los medios<br />

de una defensa que va al corazón mismo de<br />

nuestras débiles fronteras interiores.<br />

Pero el verdadero retorno de Pablo a mi país<br />

fue <strong>la</strong> publicación de los doce primeros cantos<br />

de “Alturas de Machu Picchu”, en México en <strong>la</strong><br />

cultura, suplemento a cargo de Miguel Prieto<br />

—“Pequeño árbol de ojos azules”, como lo l<strong>la</strong>-<br />

mara Neruda— Fernando Benítez y Leopoldo<br />

Zea, el 11 de septiembre, y en el magnífico<br />

despliegue de <strong>la</strong> edición, Pablo se p<strong>la</strong>ntó<br />

en el centro mismo de <strong>la</strong> poesía americana.<br />

No era un poema, sino el poema que asocia<br />

<strong>la</strong> tradición del asombro ante <strong>la</strong> naturaleza<br />

y <strong>la</strong> obra sepultada de sus indios <strong>con</strong> el dolor<br />

secu<strong>la</strong>r para vencerlo de una vez por todas.<br />

Es el poema que lleva a <strong>la</strong> luz de nuestros<br />

días el ardor de Fray Bartolomé de <strong>la</strong>s Casas<br />

por <strong>la</strong> injusticia padecida durante siglos. Sólo<br />

<strong>con</strong> ese signo son comprensibles <strong>la</strong>s pa<strong>la</strong>bras<br />

finales de esos cantos:<br />

Acudid a mis venas y a mi boca,<br />

hab<strong>la</strong>d por mis pa<strong>la</strong>bras y mi sangre.<br />

En ese tiempo, <strong>con</strong> el pulso firme, <strong>la</strong> espe-<br />

ranza, el hierro y los volcanes, Neruda tuvo <strong>la</strong><br />

intuición política más certera: “Todo podía pasar<br />

—dijo de México— todo pasaba... era <strong>la</strong> demo-<br />

cracia más dictatorial que pueda <strong>con</strong>cebirse”.<br />

Duele decirlo: era verdad. En los días en<br />

que él vio nuestra realidad, gobernaba Miguel<br />

Alemán, el presidente que lleva a sus términos<br />

<strong>la</strong> <strong>con</strong>trarreforma iniciada por Ávi<strong>la</strong> Camacho.<br />

Neruda observó el principio y el término de<br />

<strong>la</strong> rectificación de <strong>la</strong> obra de Cárdenas, quien<br />

entre sus astucias fundó el presidencialismo:<br />

sistema de poder que aúna al <strong>con</strong>stitucional el<br />

político, por medio del partido de <strong>la</strong> mayoría<br />

organizada de los campesinos, los trabajado-<br />

res y sectores de <strong>la</strong>s c<strong>la</strong>ses medias; no corpo-<br />

raciones, sino agrupaciones de masas en una<br />

política flexible que procura el equilibrio social<br />

y norma <strong>la</strong>s demandas de <strong>la</strong>s c<strong>la</strong>ses desde el<br />

para <strong>la</strong> memoria histórica V

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