Marx y la muerte # Entrevistas con Fabio ... - Revista EL BUHO
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manera y la hora de morir en tal creación. Terrible el suicidio de O´ Gorman, sobre el que por cierto habla nuestro querido René Avilés Fabila en su es- pléndido libro sobre el asunto, titulado Réquiem por un suicida. Sin duda fue él quien mejor manejó el temple de huevo sobre tabla en el modernismo mexica- no, no sólo por la calidad de la pintura lograda --el efecto es brillante, limpio, claro, cargado de ricos matices--, sino por la cantidad de detalles figurati- vos estupendamente bien dibujados en los que se empeñó durante sus composiciones dedicadas a di- versos temas, entre ellos su idea de una humanidad tendiente a la autodestrucción. 1 El Búho Philip Bragar La pintura catastrofista de O´ Gorman La ignorancia y la maldad humanas son los pun- tos nodales de una de las pinturas de la muestra que comentamos. Titulada La humanidad: Cáncer del mundo orgánico. Ilustración de la Teoría de Cu- vier (Temple sobre masonite 79 x 56.5 cm), la obra elaborada en 1979 ilustra la teoría catastrofista de Georges Cuvier (1769-1832), quien decía que todos los seres vivos eran inmutables desde su origen, pero que las calamidades naturales de la historia de la Tierra (terremotos, sequías, inundaciones, etc.) habían provocado la desaparición de ciertas especies y la supervivencia de otras, dejando a la humanidad como los únicos seres capaces de esclavizar, destruir y au- toconsumirse a voluntad. En esta pintura se pone de ma- nifiesto eso que le preocupaba a O’ Gorman: para él, los efectos no- civos de la creatividad humana eran patentes. En varias de sus pintu- ras se ven seres monstruosos y fi- guraciones orgánicas, sin embargo en ésta que comentamos aparecen calaveras, un personaje que sonríe mordazmente, construcciones sin sentido y una gran explosión que por su forma de hongo recuerda a la de la bomba atómica, tantas veces ilustrada. Aparecen además una computadora que representa
al mundo tecnológico, templos griegos desplanta- dos en una pirámide que aluden a las culturas anti- guas arrasadas y detrás de ello edificios y fábricas, toda una aglomeración a punto de ser devorada por el fuego. El colorido de la pieza abunda en delicados to- nos pastel y por ello, en una primera lectura lo te- rrible disminuye. Por otro lado, la vida orgánica y molecular invita a una lectura de tipo cientificista, pero ésta queda pronto rebasada porque las explo- siones volcánicas, los cráteres y el fuego son muy evidentes. La lectura final deja un sabor de acidez, de descomposición y de dolor. Lo curioso es que por el tratamiento pictórico, O’ Gorman: arquitecto las lecturas de la imagen se van desdoblando: va- mos del asombro por la técnica preciosista, al ma- lestar del descubrimiento de lo humano como causa del propio sufrimiento. El extremo detalle logrado en las figuras por me- dio de finísimas líneas y matices superpuestos, es una de las características que debe admirarse más del trabajo de O´Gorman, no sólo por ser la aporta- ción propia del autor a la pintura mexicana, sino por- que refleja el carácter y temperamento de un pensa- dor profundo que echa mano de su imaginación ei- dética (vívida) para darnos a entender su mensaje. El arquitecto empezó su carrera como constructor con casas que denominó de tipo funcionalista porque la arquitectura racional del siglo XX fue orillando a los jóvenes a que pensaran en que lo construido debía servir, funcionar antes que nada al ser humano dedicado a resolver las demandas de la vida cotidiana. Para O´Gorman la arquitectura tenía una fuerte carga social, debía ser barata y construirse rápido. “No obstante, con el tiempo, este modelo funcionalista degeneró en un estilo y muchos arquitectos lo empezaron a utilizar por la estética y no por las intenciones sociales, es así que O’ Gorman rompe dicho estilo y le surge el interés por rescatar la tradición mexicana local en la arquitectura, elemento que incor- pora en este proyecto de avenida San Jerónimo”, dice el curador de la muestra, doctor en historia del arte, Daniel Garza Usabiaga. Las ideas del artista se presentan en la muestra a través de fotografías, diseños de muebles y planos, pero también se incluyen pinturas y objetos del arquitecto como figuras prehispánicas, arte popular, arte moderno y obras de otros artistas. La directora del Museo, Montserrat Sánchez Soler, comentó durante la inauguración, que la adquisición y remodelación del espacio llevó un proceso de más de tres años y medio; y que la restauración a esta “obra de arte”, que le devolvió su imagen original, obligó a pensar en cómo darle relevancia al trabajo de Juan O’ Gorman. “Él, de alguna manera siempre mantiene una actitud crítica, tanto política como personal, y en cierto momento de su vida abandona el estilo funcionalista y va a otros estilos en su pintura medio surrealista. Hay ideas generadoras, hay propuestas fundamentales y eso es lo que propusimos analizar”, puntualizó la también directora del Museo Mural Diego Rivera. de nuestra portada 1
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manera y <strong>la</strong> hora de morir en tal creación. Terrible<br />
el suicidio de O´ Gorman, sobre el que por cierto<br />
hab<strong>la</strong> nuestro querido René Avilés Fabi<strong>la</strong> en su es-<br />
pléndido libro sobre el asunto, titu<strong>la</strong>do Réquiem por<br />
un suicida.<br />
Sin duda fue él quien mejor manejó el temple<br />
de huevo sobre tab<strong>la</strong> en el modernismo mexica-<br />
no, no sólo por <strong>la</strong> calidad de <strong>la</strong> pintura lograda --el<br />
efecto es bril<strong>la</strong>nte, limpio, c<strong>la</strong>ro, cargado de ricos<br />
matices--, sino por <strong>la</strong> cantidad de detalles figurati-<br />
vos estupendamente bien dibujados en los que se<br />
empeñó durante sus composiciones dedicadas a di-<br />
versos temas, entre ellos su idea de una humanidad<br />
tendiente a <strong>la</strong> autodestrucción.<br />
1 El Búho<br />
Philip Bragar<br />
La pintura catastrofista de O´ Gorman<br />
La ignorancia y <strong>la</strong> maldad humanas son los pun-<br />
tos nodales de una de <strong>la</strong>s pinturas de <strong>la</strong> muestra<br />
que comentamos. Titu<strong>la</strong>da La humanidad: Cáncer<br />
del mundo orgánico. Ilustración de <strong>la</strong> Teoría de Cu-<br />
vier (Temple sobre masonite 79 x 56.5 cm), <strong>la</strong> obra<br />
e<strong>la</strong>borada en 1979 ilustra <strong>la</strong> teoría catastrofista de<br />
Georges Cuvier (1769-1832), quien decía que todos<br />
los seres vivos eran inmutables desde su origen,<br />
pero que <strong>la</strong>s ca<strong>la</strong>midades naturales de <strong>la</strong> historia<br />
de <strong>la</strong> Tierra (terremotos, sequías, inundaciones,<br />
etc.) habían provocado <strong>la</strong> desaparición de ciertas<br />
especies y <strong>la</strong> supervivencia de otras, dejando a <strong>la</strong><br />
humanidad como los únicos seres<br />
capaces de esc<strong>la</strong>vizar, destruir y au-<br />
to<strong>con</strong>sumirse a voluntad.<br />
En esta pintura se pone de ma-<br />
nifiesto eso que le preocupaba a<br />
O’ Gorman: para él, los efectos no-<br />
civos de <strong>la</strong> creatividad humana eran<br />
patentes. En varias de sus pintu-<br />
ras se ven seres monstruosos y fi-<br />
guraciones orgánicas, sin embargo<br />
en ésta que comentamos aparecen<br />
ca<strong>la</strong>veras, un personaje que sonríe<br />
mordazmente, <strong>con</strong>strucciones sin<br />
sentido y una gran explosión que<br />
por su forma de hongo recuerda<br />
a <strong>la</strong> de <strong>la</strong> bomba atómica, tantas<br />
veces ilustrada. Aparecen además<br />
una computadora que representa