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Spanish Bible (Reina Valera 1960) - Logia Mediodía

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esdras<br />

n el primer año de Ciro rey de Persia, para que se 1<br />

cumpliese la palabra de Jehová por boca de Jeremías,<br />

despertó Jehová el espíritu de Ciro rey de Persia, el<br />

cual hizo pregonar de palabra y también por escrito<br />

por todo su reino, diciendo: Así ha dicho Ciro rey de Persia: 2<br />

Jehová el Dios de los cielos me ha dado todos los reinos de<br />

la tierra, y me ha mandado que le edifique casa en Jerusalén,<br />

que está en Judá. Quien haya entre vosotros de su pueblo, sea 3<br />

Dios con él, y suba a Jerusalén que está en Judá, y edifique<br />

la casa a Jehová Dios de Israel (él es el Dios), la cual está en<br />

Jerusalén. Y a todo el que haya quedado, en cualquier lugar 4<br />

donde more, ayúdenle los hombres de su lugar con plata, oro,<br />

bienes y ganados, además de ofrendas voluntarias para la casa<br />

de Dios, la cual está en Jerusalén. Entonces se levantaron los 5<br />

jefes de las casas paternas de Judá y de Benjamín, y los sacerdotes<br />

y levitas, todos aquellos cuyo espíritu despertó Dios<br />

para subir a edificar la casa de Jehová, la cual está en Jerusalén.<br />

Y todos los que estaban en sus alrededores les ayudaron 6<br />

con plata y oro, con bienes y ganado, y con cosas preciosas,<br />

además de todo lo que se ofreció voluntariamente. Y el rey 7<br />

Ciro sacó los utensilios de la casa de Jehová, que Nabucodonosor<br />

había sacado de Jerusalén, y los había puesto en la casa<br />

de sus dioses. Los sacó, pues, Ciro rey de Persia, por mano 8<br />

de Mitrídates tesorero, el cual los dio por cuenta a Sesbasar<br />

príncipe de Judá. Y ésta es la cuenta de ellos: treinta tazones 9<br />

de oro, mil tazones de plata, veintinueve cuchillos, treinta ta- 10<br />

zas de oro, otras cuatrocientas diez tazas de plata, y otros mil<br />

utensilios. Todos los utensilios de oro y de plata eran cinco 11<br />

mil cuatrocientos. Todos los hizo llevar Sesbasar con los que<br />

subieron del cautiverio de Babilonia a Jerusalén.<br />

Éstos son los hijos de la provincia que subieron del cauti- 2<br />

verio, de aquellos que Nabucodonosor rey de Babilonia había<br />

llevado cautivos a Babilonia, y que volvieron a Jerusalén y a<br />

Judá, cada uno a su ciudad; los cuales vinieron con Zoroba- 2


2. 3–44 Esdras 708<br />

bel, Jesúa, Nehemías, Seraías, Reelaías, Mardoqueo, Bilsán,<br />

Mispar, Bigvai, Rehum y Baana. El número de los varones del<br />

3 pueblo de Israel: Los hijos de Paros, dos mil ciento setenta y<br />

4, 5 dos. Los hijos de Sefatías, trescientos setenta y dos. Los hijos<br />

6 de Ara, setecientos setenta y cinco. Los hijos de Pahat-moab,<br />

7 de los hijos de Jesúa y de Joab, dos mil ochocientos doce. Los<br />

8 hijos de Elam, mil doscientos cincuenta y cuatro. Los hijos<br />

9 de Zatu, novecientos cuarenta y cinco. Los hijos de Zacai,<br />

10 setecientos sesenta. Los hijos de Bani, seiscientos cuarenta y<br />

11, 12 dos. Los hijos de Bebai, seiscientos veintitrés. Los hijos de<br />

13 Azgad, mil doscientos veintidós. Los hijos de Adonicam, seis-<br />

14 cientos sesenta y seis. Los hijos de Bigvai, dos mil cincuenta<br />

15 y seis. Los hijos de Adín, cuatrocientos cincuenta y cuatro.<br />

16, 17 Los hijos de Ater, de Ezequías, noventa y ocho. Los hijos de<br />

18 Bezai, trescientos veintitrés. Los hijos de Jora, ciento doce.<br />

19, 20 Los hijos de Hasum, doscientos veintitrés. Los hijos de Gibar,<br />

21, 22 noventa y cinco. Los hijos de Belén, ciento veintitrés. Los<br />

23 varones de Netofa, cincuenta y seis. Los varones de Anatot,<br />

24, 25 ciento veintiocho. Los hijos de Azmavet, cuarenta y dos. Los<br />

hijos de Quiriat-jearim, Cafira y Beerot, setecientos cuarenta<br />

26, 27 y tres. Los hijos de Ramá y Geba, seiscientos veintiuno. Los<br />

28 varones de Micmas, ciento veintidós. Los varones de Bet-el y<br />

29 Hai, doscientos veintitrés. Los hijos de Nebo, cincuenta y dos.<br />

30, 31 Los hijos de Magbis, ciento cincuenta y seis. Los hijos del otro<br />

32 Elam, mil doscientos cincuenta y cuatro. Los hijos de Harim,<br />

33 trescientos veinte. Los hijos de Lod, Hadid y Ono, setecientos<br />

34 veinticinco. Los hijos de Jericó, trescientos cuarenta y cinco.<br />

35, 36 Los hijos de Senaa, tres mil seiscientos treinta. Los sacerdotes:<br />

los hijos de Jedaías, de la casa de Jesúa, novecientos setenta<br />

37, 38 y tres. Los hijos de Imer, mil cincuenta y dos. Los hijos de<br />

39 Pasur, mil doscientos cuarenta y siete. Los hijos de Harim,<br />

40 mil diecisiete. Los levitas: los hijos de Jesúa y de Cadmiel, de<br />

41 los hijos de Hodavías, setenta y cuatro. Los cantores: los hijos<br />

42 de Asaf, ciento veintiocho. Los hijos de los porteros: los hijos<br />

de Salum, los hijos de Ater, los hijos de Talmón, los hijos de<br />

Acub, los hijos de Hatita, los hijos de Sobai; por todos, ciento<br />

43 treinta y nueve. Los sirvientes del templo: los hijos de Ziha,<br />

44 los hijos de Hasufa, los hijos de Tabaot, los hijos de Queros,


709 Esdras 2. 45–69<br />

los hijos de Siaha, los hijos de Padón, los hijos de Lebana, 45<br />

los hijos de Hagaba, los hijos de Acub, los hijos de Hagab, 46<br />

los hijos de Salmai, los hijos de Hanán, los hijos de Gidel, los 47<br />

hijos de Gahar, los hijos de Reaía, los hijos de Rezín, los hi- 48<br />

jos de Necoda, los hijos de Gazam, los hijos de Uza, los hijos 49<br />

de Paseah, los hijos de Besai, los hijos de Asena, los hijos de 50<br />

Meunim, los hijos de Nefusim, los hijos de Bacbuc, los hijos 51<br />

de Hacufa, los hijos de Harhur, los hijos de Bazlut, los hijos 52<br />

de Mehída, los hijos de Harsa, los hijos de Barcos, los hijos 53<br />

de Sísara, los hijos de Tema, los hijos de Nezía, los hijos de 54<br />

Hatifa. Los hijos de los siervos de Salomón: los hijos de Sotai, 55<br />

los hijos de Soferet, los hijos de Peruda, los hijos de Jaala, 56<br />

los hijos de Darcón, los hijos de Gidel, los hijos de Sefatías, 57<br />

los hijos de Hatil, los hijos de Poqueret-hazebaim, los hijos de<br />

Ami. Todos los sirvientes del templo, e hijos de los siervos 58<br />

de Salomón, trescientos noventa y dos. Éstos fueron los que 59<br />

subieron de Tel-mela, Tel-harsa, Querub, Addán e Imer que<br />

no pudieron demostrar la casa de sus padres, ni su linaje, si<br />

eran de Israel: los hijos de Delaía, los hijos de Tobías, los hijos 60<br />

de Necoda, seiscientos cincuenta y dos. Y de los hijos de los 61<br />

sacerdotes: los hijos de Habaía, los hijos de Cos, los hijos de<br />

Barzilai, el cual tomó mujer de las hijas de Barzilai galaadita,<br />

y fue llamado por el nombre de ellas. Éstos buscaron su re- 62<br />

gistro de genealogías, y no fue hallado; y fueron excluidos del<br />

sacerdocio, y el gobernador les dijo que no comiesen de las 63<br />

cosas más santas, hasta que hubiese sacerdote para consultar<br />

con Urim y Tumim. Toda la congregación, unida como un so- 64<br />

lo hombre, era de cuarenta y dos mil trescientos sesenta, sin 65<br />

contar sus siervos y siervas, los cuales eran siete mil trescientos<br />

treinta y siete; y tenían doscientos cantores y cantoras. Sus 66<br />

caballos eran setecientos treinta y seis; sus mulas, doscientas<br />

cuarenta y cinco; sus camellos, cuatrocientos treinta y cinco; 67<br />

asnos, seis mil setecientos veinte. Y algunos de los jefes de 68<br />

casas paternas, cuando vinieron a la casa de Jehová que estaba<br />

en Jerusalén, hicieron ofrendas voluntarias para la casa de<br />

Dios, para reedificarla en su sitio. Según sus fuerzas dieron al 69<br />

tesorero de la obra sesenta y un mil dracmas de oro, cinco mil


2. 70–3. 10 Esdras 710<br />

70 libras de plata, y cien túnicas sacerdotales. Y habitaron los<br />

sacerdotes, los levitas, los del pueblo, los cantores, los porteros<br />

y los sirvientes del templo en sus ciudades; y todo Israel en sus<br />

ciudades.<br />

3 Cuando llegó el mes séptimo, y estando los hijos de Israel<br />

ya establecidos en las ciudades, se juntó el pueblo como un<br />

2 solo hombre en Jerusalén. Entonces se levantaron Jesúa hijo<br />

de Josadac y sus hermanos los sacerdotes, y Zorobabel hijo<br />

de Salatiel y sus hermanos, y edificaron el altar del Dios de<br />

Israel, para ofrecer sobre él holocaustos, como está escrito en<br />

3 la ley de Moisés varón de Dios. Y colocaron el altar sobre<br />

su base, porque tenían miedo de los pueblos de las tierras, y<br />

ofrecieron sobre él holocaustos a Jehová, holocaustos por la<br />

4 mañana y por la tarde. Celebraron asimismo la fiesta solemne<br />

de los tabernáculos, como está escrito, y holocaustos cada<br />

5 día por orden conforme al rito, cada cosa en su día; además<br />

de esto, el holocausto continuo, las nuevas lunas, y todas las<br />

fiestas solemnes de Jehová, y todo sacrificio espontáneo, to-<br />

6 da ofrenda voluntaria a Jehová. Desde el primer día del mes<br />

séptimo comenzaron a ofrecer holocaustos a Jehová; pero los<br />

cimientos del templo de Jehová no se habían echado todavía.<br />

7 Y dieron dinero a los albañiles y carpinteros; asimismo comida,<br />

bebida y aceite a los sidonios y tirios para que trajesen<br />

madera de cedro desde el Líbano por mar a Jope, conforme a<br />

8 la voluntad de Ciro rey de Persia acerca de esto. En el año<br />

segundo de su venida a la casa de Dios en Jerusalén, en el mes<br />

segundo, comenzaron Zorobabel hijo de Salatiel, Jesúa hijo de<br />

Josadac y los otros sus hermanos, los sacerdotes y los levitas,<br />

y todos los que habían venido de la cautividad a Jerusalén; y<br />

pusieron a los levitas de veinte años arriba para que activasen<br />

9 la obra de la casa de Jehová. Jesúa también, sus hijos y sus<br />

hermanos, Cadmiel y sus hijos, hijos de Judá, como un solo<br />

hombre asistían para activar a los que hacían la obra en la<br />

casa de Dios, junto con los hijos de Henadad, sus hijos y sus<br />

10 hermanos, levitas. Y cuando los albañiles del templo de Jehová<br />

echaban los cimientos, pusieron a los sacerdotes vestidos<br />

de sus ropas y con trompetas, y a los levitas hijos de Asaf con<br />

címbalos, para que alabasen a Jehová, según la ordenanza de


711 Esdras 3. 11–4. 11<br />

David rey de Israel. Y cantaban, alabando y dando gracias a 11<br />

Jehová, y diciendo: Porque él es bueno, porque para siempre<br />

es su misericordia sobre Israel. Y todo el pueblo aclamaba con<br />

gran júbilo, alabando a Jehová porque se echaban los cimientos<br />

de la casa de Jehová. Y muchos de los sacerdotes, de los 12<br />

levitas y de los jefes de casas paternas, ancianos que habían<br />

visto la casa primera, viendo echar los cimientos de esta casa,<br />

lloraban en alta voz, mientras muchos otros daban grandes<br />

gritos de alegría. Y no podía distinguir el pueblo el clamor 13<br />

de los gritos de alegría, de la voz del lloro; porque clamaba el<br />

pueblo con gran júbilo, y se oía el ruido hasta de lejos.<br />

Oyendo los enemigos de Judá y de Benjamín que los veni- 4<br />

dos de la cautividad edificaban el templo de Jehová Dios de<br />

Israel, vinieron a Zorobabel y a los jefes de casas paternas, y 2<br />

les dijeron: Edificaremos con vosotros, porque como vosotros<br />

buscamos a vuestro Dios, y a él ofrecemos sacrificios desde los<br />

días de Esar-hadón rey de Asiria, que nos hizo venir aquí. Zo- 3<br />

robabel, Jesúa, y los demás jefes de casas paternas de Israel<br />

dijeron: No nos conviene edificar con vosotros casa a nuestro<br />

Dios, sino que nosotros solos la edificaremos a Jehová Dios de<br />

Israel, como nos mandó el rey Ciro, rey de Persia. Pero el 4<br />

pueblo de la tierra intimidó al pueblo de Judá, y lo atemorizó<br />

para que no edificara. Sobornaron además contra ellos 5<br />

a los consejeros para frustrar sus propósitos, todo el tiempo<br />

de Ciro rey de Persia y hasta el reinado de Darío rey de Persia.<br />

Y en el reinado de Asuero, en el principio de su reinado, 6<br />

escribieron acusaciones contra los habitantes de Judá y de Jerusalén.<br />

También en días de Artajerjes escribieron Bislam, 7<br />

Mitrídates, Tabeel y los demás compañeros suyos, a Artajerjes<br />

rey de Persia; y la escritura y el lenguaje de la carta eran<br />

en arameo. Rehum canciller y Simsai secretario escribieron 8<br />

una carta contra Jerusalén al rey Artajerjes. En tal fecha 9<br />

escribieron Rehum canciller y Simsai secretario, y los demás<br />

compañeros suyos los jueces, gobernadores y oficiales, y los de<br />

Persia, de Erec, de Babilonia, de Susa, esto es, los elamitas, y 10<br />

los demás pueblos que el grande y glorioso Asnapar transportó<br />

e hizo habitar en las ciudades de Samaria y las demás provincias<br />

del otro lado del río. Y ésta es la copia de la carta que 11


4. 12–5. 2 Esdras 712<br />

enviaron: Al rey Artajerjes: Tus siervos del otro lado del río te<br />

12 saludan. Sea notorio al rey, que los judíos que subieron de ti<br />

a nosotros vinieron a Jerusalén; y edifican la ciudad rebelde y<br />

13 mala, y levantan los muros y reparan los fundamentos. Ahora<br />

sea notorio al rey, que si aquella ciudad fuere reedificada, y<br />

los muros fueren levantados, no pagarán tributo, impuesto y<br />

14 rentas, y el erario de los reyes será menoscabado. Siendo que<br />

nos mantienen del palacio, no nos es justo ver el menosprecio<br />

15 del rey, por lo cual hemos enviado a hacerlo saber al rey, para<br />

que se busque en el libro de las memorias de tus padres.<br />

Hallarás en el libro de las memorias, y sabrás que esta ciudad<br />

es ciudad rebelde, y perjudicial a los reyes y a las provincias,<br />

y que de tiempo antiguo forman en medio de ella rebeliones,<br />

16 por lo que esta ciudad fue destruida. Hacemos saber al rey<br />

que si esta ciudad fuere reedificada, y levantados sus muros,<br />

17 la región de más allá del río no será tuya. El rey envió esta<br />

respuesta: A Rehum canciller, a Simsai secretario, a los demás<br />

compañeros suyos que habitan en Samaria, y a los demás del<br />

18 otro lado del río: Salud y paz. La carta que nos enviasteis fue<br />

19 leída claramente delante de mí. Y por mí fue dada orden y<br />

buscaron; y hallaron que aquella ciudad de tiempo antiguo se<br />

levanta contra los reyes y se rebela, y se forma en ella sedición;<br />

20 y que hubo en Jerusalén reyes fuertes que dominaron en todo<br />

lo que hay más allá del río, y que se les pagaba tributo, im-<br />

21 puesto y rentas. Ahora, pues, dad orden que cesen aquellos<br />

hombres, y no sea esa ciudad reedificada hasta que por mí sea<br />

22 dada nueva orden. Y mirad que no seáis negligentes en esto;<br />

¿por qué habrá de crecer el daño en perjuicio de los reyes?<br />

23 Entonces, cuando la copia de la carta del rey Artajerjes fue<br />

leída delante de Rehum, y de Simsai secretario y sus compañeros,<br />

fueron apresuradamente a Jerusalén a los judíos, y les<br />

24 hicieron cesar con poder y violencia. Entonces cesó la obra de<br />

la casa de Dios que estaba en Jerusalén, y quedó suspendida<br />

hasta el año segundo del reinado de Darío rey de Persia.<br />

5 Profetizaron Hageo y Zacarías hijo de Iddo, ambos profetas,<br />

a los judíos que estaban en Judá y en Jerusalén en el<br />

2 nombre del Dios de Israel quien estaba sobre ellos. Entonces<br />

se levantaron Zorobabel hijo de Salatiel y Jesúa hijo de


713 Esdras 5. 3–16<br />

Josadac, y comenzaron a reedificar la casa de Dios que estaba<br />

en Jerusalén; y con ellos los profetas de Dios que les<br />

ayudaban. En aquel tiempo vino a ellos Tatnai gobernador 3<br />

del otro lado del río, y Setar-boznai y sus compañeros, y les<br />

dijeron así: ¿Quién os ha dado orden para edificar esta casa<br />

y levantar estos muros? Ellos también preguntaron: ¿Cuáles 4<br />

son los nombres de los hombres que hacen este edificio? Mas 5<br />

los ojos de Dios estaban sobre los ancianos de los judíos, y no<br />

les hicieron cesar hasta que el asunto fuese llevado a Darío; y<br />

entonces respondieron por carta sobre esto. Copia de la carta 6<br />

que Tatnai gobernador del otro lado del río, y Setar-boznai,<br />

y sus compañeros los gobernadores que estaban al otro lado<br />

del río, enviaron al rey Darío. Le enviaron carta, y así esta- 7<br />

ba escrito en ella: Al rey Darío toda paz. Sea notorio al rey, 8<br />

que fuimos a la provincia de Judea, a la casa del gran Dios,<br />

la cual se edifica con piedras grandes; y ya los maderos están<br />

puestos en las paredes, y la obra se hace de prisa, y prospera<br />

en sus manos. Entonces preguntamos a los ancianos, dicién- 9<br />

doles así: ¿Quién os dio orden para edificar esta casa y para<br />

levantar estos muros? Y también les preguntamos sus nom- 10<br />

bres para hacértelo saber, para escribirte los nombres de los<br />

hombres que estaban a la cabeza de ellos. Y nos respondieron 11<br />

diciendo así: Nosotros somos siervos del Dios del cielo y de la<br />

tierra, y reedificamos la casa que ya muchos años antes había<br />

sido edificada, la cual edificó y terminó el gran rey de Israel.<br />

Mas después que nuestros padres provocaron a ira al Dios de 12<br />

los cielos, él los entregó en mano de Nabucodonosor rey de<br />

Babilonia, caldeo, el cual destruyó esta casa y llevó cautivo<br />

al pueblo a Babilonia. Pero en el año primero de Ciro rey 13<br />

de Babilonia, el mismo rey Ciro dio orden para que esta casa<br />

de Dios fuese reedificada. También los utensilios de oro y de 14<br />

plata de la casa de Dios, que Nabucodonosor había sacado del<br />

templo que estaba en Jerusalén y los había llevado al templo<br />

de Babilonia, el rey Ciro los sacó del templo de Babilonia, y<br />

fueron entregados a Sesbasar, a quien había puesto por gobernador;<br />

y le dijo: Toma estos utensilios, ve, y llévalos al templo 15<br />

que está en Jerusalén; y sea reedificada la casa de Dios en su<br />

lugar. Entonces este Sesbasar vino y puso los cimientos de la 16


5. 17–6. 12 Esdras 714<br />

casa de Dios, la cual está en Jerusalén, y desde entonces hasta<br />

17 ahora se edifica, y aún no está concluida. Y ahora, si al rey<br />

parece bien, búsquese en la casa de los tesoros del rey que está<br />

allí en Babilonia, si es así que por el rey Ciro había sido dada<br />

la orden para reedificar esta casa de Dios en Jerusalén, y se<br />

nos envíe a decir la voluntad del rey sobre esto.<br />

6 Entonces el rey Darío dio la orden de buscar en la casa de<br />

2 los archivos, donde guardaban los tesoros allí en Babilonia. Y<br />

fue hallado en Acmeta, en el palacio que está en la provincia<br />

3 de Media, un libro en el cual estaba escrito así: Memoria: En<br />

el año primero del rey Ciro, el mismo rey Ciro dio orden acerca<br />

de la casa de Dios, la cual estaba en Jerusalén, para que<br />

fuese la casa reedificada como lugar para ofrecer sacrificios, y<br />

que sus paredes fuesen firmes; su altura de sesenta codos, y de<br />

4 sesenta codos su anchura; y tres hileras de piedras grandes, y<br />

una de madera nueva; y que el gasto sea pagado por el tesoro<br />

5 del rey. Y también los utensilios de oro y de plata de la casa<br />

de Dios, los cuales Nabucodonosor sacó del templo que estaba<br />

en Jerusalén y los pasó a Babilonia, sean devueltos y vayan a<br />

su lugar, al templo que está en Jerusalén, y sean puestos en la<br />

6 casa de Dios. Ahora, pues, Tatnai gobernador del otro lado<br />

del río, Setar-boznai, y vuestros compañeros los gobernadores<br />

7 que estáis al otro lado del río, alejaos de allí. Dejad que se<br />

haga la obra de esa casa de Dios; que el gobernador de los<br />

judíos y sus ancianos reedifiquen esa casa de Dios en su lugar.<br />

8 Y por mí es dada orden de lo que habéis de hacer con esos<br />

ancianos de los judíos, para reedificar esa casa de Dios; que de<br />

la hacienda del rey, que tiene del tributo del otro lado del río,<br />

sean dados puntualmente a esos varones los gastos, para que<br />

9 no cese la obra. Y lo que fuere necesario, becerros, carneros<br />

y corderos para holocaustos al Dios del cielo, trigo, sal, vino<br />

y aceite, conforme a lo que dijeren los sacerdotes que están en<br />

10 Jerusalén, les sea dado día por día sin obstáculo alguno, para<br />

que ofrezcan sacrificios agradables al Dios del cielo, y oren<br />

11 por la vida del rey y por sus hijos. También por mí es dada<br />

orden, que cualquiera que altere este decreto, se le arranque<br />

un madero de su casa, y alzado, sea colgado en él, y su casa<br />

12 sea hecha muladar por esto. Y el Dios que hizo habitar allí


715 Esdras 6. 13–7. 6<br />

su nombre, destruya a todo rey y pueblo que pusiere su mano<br />

para cambiar o destruir esa casa de Dios, la cual está en<br />

Jerusalén. Yo Darío he dado el decreto; sea cumplido prontamente.<br />

Entonces Tatnai gobernador del otro lado del río, 13<br />

y Setar-boznai y sus compañeros, hicieron puntualmente según<br />

el rey Darío había ordenado. Y los ancianos de los judíos 14<br />

edificaban y prosperaban, conforme a la profecía del profeta<br />

Hageo y de Zacarías hijo de Iddo. Edificaron, pues, y terminaron,<br />

por orden del Dios de Israel, y por mandato de Ciro, de<br />

Darío, y de Artajerjes rey de Persia. Esta casa fue terminada 15<br />

el tercer día del mes de Adar, que era el sexto año del reinado<br />

del rey Darío. Entonces los hijos de Israel, los sacerdotes, los 16<br />

levitas y los demás que habían venido de la cautividad, hicieron<br />

la dedicación de esta casa de Dios con gozo. Y ofrecieron 17<br />

en la dedicación de esta casa de Dios cien becerros, doscientos<br />

carneros y cuatrocientos corderos; y doce machos cabríos en<br />

expiación por todo Israel, conforme al número de las tribus<br />

de Israel. Y pusieron a los sacerdotes en sus turnos, y a los 18<br />

levitas en sus clases, para el servicio de Dios en Jerusalén, conforme<br />

a lo escrito en el libro de Moisés. También los hijos de 19<br />

la cautividad celebraron la pascua a los catorce días del mes<br />

primero. Porque los sacerdotes y los levitas se habían puri- 20<br />

ficado a una; todos estaban limpios, y sacrificaron la pascua<br />

por todos los hijos de la cautividad, y por sus hermanos los<br />

sacerdotes, y por sí mismos. Comieron los hijos de Israel que 21<br />

habían vuelto del cautiverio, con todos aquellos que se habían<br />

apartado de las inmundicias de las gentes de la tierra para<br />

buscar a Jehová Dios de Israel. Y celebraron con regocijo la 22<br />

fiesta solemne de los panes sin levadura siete días, por cuanto<br />

Jehová los había alegrado, y había vuelto el corazón del rey<br />

de Asiria hacia ellos, para fortalecer sus manos en la obra de<br />

la casa de Dios, del Dios de Israel.<br />

Pasadas estas cosas, en el reinado de Artajerjes rey de Per- 7<br />

sia, Esdras hijo de Seraías, hijo de Azarías, hijo de Hilcías, hijo 2<br />

de Salum, hijo de Sadoc, hijo de Ahitob, hijo de Amarías, hijo 3<br />

de Azarías, hijo de Meraiot, hijo de Zeraías, hijo de Uzi, hijo 4<br />

de Buqui, hijo de Abisúa, hijo de Finees, hijo de Eleazar, hijo 5<br />

de Aarón, primer sacerdote, este Esdras subió de Babilonia. 6


7. 7–21 Esdras 716<br />

Era escriba diligente en la ley de Moisés, que Jehová Dios de<br />

Israel había dado; y le concedió el rey todo lo que pidió, por-<br />

7 que la mano de Jehová su Dios estaba sobre Esdras. Y con<br />

él subieron a Jerusalén algunos de los hijos de Israel, y de los<br />

sacerdotes, levitas, cantores, porteros y sirvientes del templo,<br />

8 en el séptimo año del rey Artajerjes. Y llegó a Jerusalén en<br />

9 el mes quinto del año séptimo del rey. Porque el día primero<br />

del primer mes fue el principio de la partida de Babilonia, y<br />

al primero del mes quinto llegó a Jerusalén, estando con él la<br />

10 buena mano de Dios. Porque Esdras había preparado su corazón<br />

para inquirir la ley de Jehová y para cumplirla, y para<br />

11 enseñar en Israel sus estatutos y decretos. Ésta es la copia de<br />

la carta que dio el rey Artajerjes al sacerdote Esdras, escriba<br />

versado en los mandamientos de Jehová y en sus estatutos a<br />

12 Israel: Artajerjes rey de reyes, a Esdras, sacerdote y escriba<br />

13 erudito en la ley del Dios del cielo: Paz. Por mí es dada orden<br />

que todo aquel en mi reino, del pueblo de Israel y de sus<br />

sacerdotes y levitas, que quiera ir contigo a Jerusalén, vaya.<br />

14 Porque de parte del rey y de sus siete consejeros eres enviado<br />

a visitar a Judea y a Jerusalén, conforme a la ley de tu Dios<br />

15 que está en tu mano; y a llevar la plata y el oro que el rey y<br />

sus consejeros voluntariamente ofrecen al Dios de Israel, cuya<br />

16 morada está en Jerusalén, y toda la plata y el oro que halles<br />

en toda la provincia de Babilonia, con las ofrendas voluntarias<br />

del pueblo y de los sacerdotes, que voluntariamente ofrecieren<br />

17 para la casa de su Dios, la cual está en Jerusalén. Comprarás,<br />

pues, diligentemente con este dinero becerros, carneros y corderos,<br />

con sus ofrendas y sus libaciones, y los ofrecerás sobre el<br />

18 altar de la casa de vuestro Dios, la cual está en Jerusalén. Y<br />

lo que a ti y a tus hermanos os parezca hacer de la otra plata<br />

19 y oro, hacedlo conforme a la voluntad de vuestro Dios. Los<br />

utensilios que te son entregados para el servicio de la casa de<br />

20 tu Dios, los restituirás delante de Dios en Jerusalén. Y todo<br />

lo que se requiere para la casa de tu Dios, que te sea necesario<br />

21 dar, lo darás de la casa de los tesoros del rey. Y por mí, Artajerjes<br />

rey, es dada orden a todos los tesoreros que están al<br />

otro lado del río, que todo lo que os pida el sacerdote Esdras,<br />

escriba de la ley del Dios del cielo, se le conceda prontamente,


717 Esdras 7. 22–8. 13<br />

hasta cien talentos de plata, cien coros de trigo, cien batos de 22<br />

vino, y cien batos de aceite; y sal sin medida. Todo lo que 23<br />

es mandado por el Dios del cielo, sea hecho prontamente para<br />

la casa del Dios del cielo; pues, ¿por qué habría de ser su<br />

ira contra el reino del rey y de sus hijos? Y a vosotros os 24<br />

hacemos saber que a todos los sacerdotes y levitas, cantores,<br />

porteros, sirvientes del templo y ministros de la casa de Dios,<br />

ninguno podrá imponerles tributo, contribución ni renta. Y 25<br />

tú, Esdras, conforme a la sabiduría que tienes de tu Dios, pon<br />

jueces y gobernadores que gobiernen a todo el pueblo que está<br />

al otro lado del río, a todos los que conocen las leyes de tu<br />

Dios; y al que no las conoce, le enseñarás. Y cualquiera que 26<br />

no cumpliere la ley de tu Dios, y la ley del rey, sea juzgado<br />

prontamente, sea a muerte, a destierro, a pena de multa, o prisión.<br />

Bendito Jehová Dios de nuestros padres, que puso tal 27<br />

cosa en el corazón del rey, para honrar la casa de Jehová que<br />

está en Jerusalén, e inclinó hacia mí su misericordia delante 28<br />

del rey y de sus consejeros, y de todos los príncipes poderosos<br />

del rey. Y yo, fortalecido por la mano de mi Dios sobre mí,<br />

reuní a los principales de Israel para que subiesen conmigo.<br />

Éstos son los jefes de casas paternas, y la genealogía de 8<br />

aquellos que subieron conmigo de Babilonia, reinando el rey<br />

Artajerjes: De los hijos de Finees, Gersón; de los hijos de Ita- 2<br />

mar, Daniel; de los hijos de David, Hatús. De los hijos de Se- 3<br />

canías y de los hijos de Paros, Zacarías, y con él, en la línea de<br />

varones, ciento cincuenta. De los hijos de Pahat-moab, Elioe- 4<br />

nai hijo de Zeraías, y con él doscientos varones. De los hijos 5<br />

de Secanías, el hijo de Jahaziel, y con él trescientos varones.<br />

De los hijos de Adín, Ebed hijo de Jonatán, y con él cincuenta 6<br />

varones. De los hijos de Elam, Jesaías hijo de Atalías, y con 7<br />

él setenta varones. De los hijos de Sefatías, Zebadías hijo de 8<br />

Micael, y con él ochenta varones. De los hijos de Joab, Oba- 9<br />

días hijo de Jehiel, y con él doscientos dieciocho varones. De 10<br />

los hijos de Selomit, el hijo de Josifías, y con él ciento sesenta<br />

varones. De los hijos de Bebai, Zacarías hijo de Bebai, y con 11<br />

él veintiocho varones. De los hijos de Azgad, Johanán hijo de 12<br />

Hacatán, y con él ciento diez varones; De los hijos de Ado- 13<br />

nicam, los postreros, cuyos nombres son estos: Elifelet, Jeiel y


8. 14–28 Esdras 718<br />

14 Semaías, y con ellos sesenta varones. Y de los hijos de Bigvai,<br />

15 Utai y Zabud, y con ellos setenta varones. Los reuní junto al<br />

río que viene a Ahava, y acampamos allí tres días; y habiendo<br />

buscado entre el pueblo y entre los sacerdotes, no hallé allí de<br />

16 los hijos de Leví. Entonces despaché a Eliezer, Ariel, Semaías,<br />

Elnatán, Jarib, Elnatán, Natán, Zacarías y Mesulam, hombres<br />

principales, asimismo a Joiarib y a Elnatán, hombres doctos;<br />

17 y los envié a Iddo, jefe en el lugar llamado Casifia, y puse en<br />

boca de ellos las palabras que habían de hablar a Iddo, y a sus<br />

hermanos los sirvientes del templo en el lugar llamado Casifia,<br />

para que nos trajesen ministros para la casa de nuestro Dios.<br />

18 Y nos trajeron según la buena mano de nuestro Dios sobre nosotros,<br />

un varón entendido, de los hijos de Mahli hijo de Leví,<br />

hijo de Israel; a Serebías con sus hijos y sus hermanos, diecio-<br />

19 cho; a Hasabías, y con él a Jesaías de los hijos de Merari, a sus<br />

20 hermanos y a sus hijos, veinte; y de los sirvientes del templo,<br />

a quienes David con los príncipes puso para el ministerio de<br />

los levitas, doscientos veinte sirvientes del templo, todos los<br />

21 cuales fueron designados por sus nombres. Y publiqué ayuno<br />

allí junto al río Ahava, para afligirnos delante de nuestro<br />

Dios, para solicitar de él camino derecho para nosotros, y pa-<br />

22 ra nuestros niños, y para todos nuestros bienes. Porque tuve<br />

vergüenza de pedir al rey tropa y gente de a caballo que nos<br />

defendiesen del enemigo en el camino; porque habíamos hablado<br />

al rey, diciendo: La mano de nuestro Dios es para bien<br />

sobre todos los que le buscan; mas su poder y su furor contra<br />

23 todos los que le abandonan. Ayunamos, pues, y pedimos a<br />

24 nuestro Dios sobre esto, y él nos fue propicio. Aparté luego a<br />

doce de los principales de los sacerdotes, a Serebías y a Hasa-<br />

25 bías, y con ellos diez de sus hermanos; y les pesé la plata, el<br />

oro y los utensilios, ofrenda que para la casa de nuestro Dios<br />

habían ofrecido el rey y sus consejeros y sus príncipes, y todo<br />

26 Israel allí presente. Pesé, pues, en manos de ellos seiscientos<br />

cincuenta talentos de plata, y utensilios de plata por cien ta-<br />

27 lentos, y cien talentos de oro; además, veinte tazones de oro<br />

de mil dracmas, y dos vasos de bronce bruñido muy bueno,<br />

28 preciados como el oro. Y les dije: Vosotros estáis consagrados<br />

a Jehová, y son santos los utensilios, y la plata y el oro,


719 Esdras 8. 29–9. 5<br />

ofrenda voluntaria a Jehová Dios de nuestros padres. Vigilad 29<br />

y guardadlos, hasta que los peséis delante de los príncipes de<br />

los sacerdotes y levitas, y de los jefes de las casas paternas<br />

de Israel en Jerusalén, en los aposentos de la casa de Jehová.<br />

Los sacerdotes y los levitas recibieron el peso de la plata y 30<br />

del oro y de los utensilios, para traerlo a Jerusalén a la casa<br />

de nuestro Dios. Y partimos del río Ahava el doce del mes 31<br />

primero, para ir a Jerusalén; y la mano de nuestro Dios estaba<br />

sobre nosotros, y nos libró de mano del enemigo y del acechador<br />

en el camino. Y llegamos a Jerusalén, y reposamos allí 32<br />

tres días. Al cuarto día fue luego pesada la plata, el oro y los 33<br />

utensilios, en la casa de nuestro Dios, por mano del sacerdote<br />

Meremot hijo de Urías, y con él Eleazar hijo de Finees; y con<br />

ellos Jozabad hijo de Jesúa y Noadías hijo de Binúi, levitas.<br />

Por cuenta y por peso se entregó todo, y se apuntó todo aquel 34<br />

peso en aquel tiempo. Los hijos de la cautividad, los que ha- 35<br />

bían venido del cautiverio, ofrecieron holocaustos al Dios de<br />

Israel, doce becerros por todo Israel, noventa y seis carneros,<br />

setenta y siete corderos, y doce machos cabríos por expiación,<br />

todo en holocausto a Jehová. Y entregaron los despachos del 36<br />

rey a sus sátrapas y capitanes del otro lado del río, los cuales<br />

ayudaron al pueblo y a la casa de Dios.<br />

Acabadas estas cosas, los príncipes vinieron a mí, dicien- 9<br />

do: El pueblo de Israel y los sacerdotes y levitas no se han<br />

separado de los pueblos de las tierras, de los cananeos, heteos,<br />

ferezeos, jebuseos, amonitas, moabitas, egipcios y amorreos, y<br />

hacen conforme a sus abominaciones. Porque han tomado de 2<br />

las hijas de ellos para sí y para sus hijos, y el linaje santo ha<br />

sido mezclado con los pueblos de las tierras; y la mano de los<br />

príncipes y de los gobernadores ha sido la primera en cometer<br />

este pecado. Cuando oí esto, rasgué mi vestido y mi manto, 3<br />

y arranqué pelo de mi cabeza y de mi barba, y me senté angustiado<br />

en extremo. Y se me juntaron todos los que temían 4<br />

las palabras del Dios de Israel, a causa de la prevaricación de<br />

los del cautiverio; mas yo estuve muy angustiado hasta la hora<br />

del sacrificio de la tarde. Y a la hora del sacrificio de la 5<br />

tarde me levanté de mi aflicción, y habiendo rasgado mi vestido<br />

y mi manto, me postré de rodillas, y extendí mis manos


9. 6–15 Esdras 720<br />

6 a Jehová mi Dios, y dije: Dios mío, confuso y avergonzado<br />

estoy para levantar, oh Dios mío, mi rostro a ti, porque nuestras<br />

iniquidades se han multiplicado sobre nuestra cabeza, y<br />

7 nuestros delitos han crecido hasta el cielo. Desde los días de<br />

nuestros padres hasta este día hemos vivido en gran pecado;<br />

y por nuestras iniquidades nosotros, nuestros reyes y nuestros<br />

sacerdotes hemos sido entregados en manos de los reyes de las<br />

tierras, a espada, a cautiverio, a robo, y a vergüenza que cubre<br />

8 nuestro rostro, como hoy día. Y ahora por un breve momento<br />

ha habido misericordia de parte de Jehová nuestro Dios,<br />

para hacer que nos quedase un remanente libre, y para darnos<br />

un lugar seguro en su santuario, a fin de alumbrar nuestro<br />

Dios nuestros ojos y darnos un poco de vida en nuestra servi-<br />

9 dumbre. Porque siervos somos; mas en nuestra servidumbre<br />

no nos ha desamparado nuestro Dios, sino que inclinó sobre<br />

nosotros su misericordia delante de los reyes de Persia, para<br />

que se nos diese vida para levantar la casa de nuestro Dios y<br />

restaurar sus ruinas, y darnos protección en Judá y en Jeru-<br />

10 salén. Pero ahora, ¿qué diremos, oh Dios nuestro, después de<br />

11 esto? Porque nosotros hemos dejado tus mandamientos, que<br />

prescribiste por medio de tus siervos los profetas, diciendo: La<br />

tierra a la cual entráis para poseerla, tierra inmunda es a causa<br />

de la inmundicia de los pueblos de aquellas regiones, por las<br />

abominaciones de que la han llenado de uno a otro extremo<br />

12 con su inmundicia. Ahora, pues, no daréis vuestras hijas a los<br />

hijos de ellos, ni sus hijas tomaréis para vuestros hijos, ni procuraréis<br />

jamás su paz ni su prosperidad; para que seáis fuertes<br />

y comáis el bien de la tierra, y la dejéis por heredad a vuestros<br />

13 hijos para siempre. Mas después de todo lo que nos ha sobrevenido<br />

a causa de nuestras malas obras, y a causa de nuestro<br />

gran pecado, ya que tú, Dios nuestro, no nos has castigado de<br />

acuerdo con nuestras iniquidades, y nos diste un remanente<br />

14 como éste, ¿hemos de volver a infringir tus mandamientos, y<br />

a emparentar con pueblos que cometen estas abominaciones?<br />

¿No te indignarías contra nosotros hasta consumirnos, sin que<br />

15 quedara remanente ni quien escape? Oh Jehová Dios de Israel,<br />

tú eres justo, puesto que hemos quedado un remanente<br />

que ha escapado, como en este día. Henos aquí delante de ti


721 Esdras 10. 1–13<br />

en nuestros delitos; porque no es posible estar en tu presencia<br />

a causa de esto.<br />

Mientras oraba Esdras y hacía confesión, llorando y pos- 10<br />

trándose delante de la casa de Dios, se juntó a él una muy<br />

grande multitud de Israel, hombres, mujeres y niños; y lloraba<br />

el pueblo amargamente. Entonces respondió Secanías hijo de 2<br />

Jehiel, de los hijos de Elam, y dijo a Esdras: Nosotros hemos<br />

pecado contra nuestro Dios, pues tomamos mujeres extranjeras<br />

de los pueblos de la tierra; mas a pesar de esto, aún hay<br />

esperanza para Israel. Ahora, pues, hagamos pacto con nues- 3<br />

tro Dios, que despediremos a todas las mujeres y los nacidos<br />

de ellas, según el consejo de mi señor y de los que temen el<br />

mandamiento de nuestro Dios; y hágase conforme a la ley.<br />

Levántate, porque ésta es tu obligación, y nosotros estaremos 4<br />

contigo; esfuérzate, y pon mano a la obra. Entonces se levantó 5<br />

Esdras y juramentó a los príncipes de los sacerdotes y de los<br />

levitas, y a todo Israel, que harían conforme a esto; y ellos juraron.<br />

Se levantó luego Esdras de delante de la casa de Dios, 6<br />

y se fue a la cámara de Johanán hijo de Eliasib; e ido allá, no<br />

comió pan ni bebió agua, porque se entristeció a causa del pecado<br />

de los del cautiverio. E hicieron pregonar en Judá y en 7<br />

Jerusalén que todos los hijos del cautiverio se reuniesen en Jerusalén;<br />

y que el que no viniera dentro de tres días, conforme 8<br />

al acuerdo de los príncipes y de los ancianos, perdiese toda su<br />

hacienda, y el tal fuese excluido de la congregación de los del<br />

cautiverio. Así todos los hombres de Judá y de Benjamín se 9<br />

reunieron en Jerusalén dentro de los tres días, a los veinte días<br />

del mes, que era el mes noveno; y se sentó todo el pueblo en la<br />

plaza de la casa de Dios, temblando con motivo de aquel asunto,<br />

y a causa de la lluvia. Y se levantó el sacerdote Esdras y 10<br />

les dijo: Vosotros habéis pecado, por cuanto tomasteis mujeres<br />

extranjeras, añadiendo así sobre el pecado de Israel. Ahora, 11<br />

pues, dad gloria a Jehová Dios de vuestros padres, y haced<br />

su voluntad, y apartaos de los pueblos de las tierras, y de las<br />

mujeres extranjeras. Y respondió toda la asamblea, y dijeron 12<br />

en alta voz: Así se haga conforme a tu palabra. Pero el pueblo 13<br />

es mucho, y el tiempo lluvioso, y no podemos estar en la calle;<br />

ni la obra es de un día ni de dos, porque somos muchos los que


10. 14–39 Esdras 722<br />

14 hemos pecado en esto. Sean nuestros príncipes los que se queden<br />

en lugar de toda la congregación, y todos aquellos que en<br />

nuestras ciudades hayan tomado mujeres extranjeras, vengan<br />

en tiempos determinados, y con ellos los ancianos de cada ciudad,<br />

y los jueces de ellas, hasta que apartemos de nosotros el<br />

15 ardor de la ira de nuestro Dios sobre esto. Solamente Jonatán<br />

hijo de Asael y Jahazías hijo de Ticva se opusieron a esto, y los<br />

16 levitas Mesulam y Sabetai les ayudaron. Así hicieron los hijos<br />

del cautiverio. Y fueron apartados el sacerdote Esdras, y ciertos<br />

varones jefes de casas paternas según sus casas paternas;<br />

todos ellos por sus nombres se sentaron el primer día del mes<br />

17 décimo para inquirir sobre el asunto. Y terminaron el juicio<br />

de todos aquellos que habían tomado mujeres extranjeras, el<br />

18 primer día del mes primero. De los hijos de los sacerdotes que<br />

habían tomado mujeres extranjeras, fueron hallados estos: De<br />

los hijos de Jesúa hijo de Josadac, y de sus hermanos: Maasías,<br />

19 Eliezer, Jarib y Gedalías. Y dieron su mano en promesa de<br />

que despedirían sus mujeres, y ofrecieron como ofrenda por su<br />

20 pecado un carnero de los rebaños por su delito. De los hijos<br />

21 de Imer: Hanani y Zebadías. De los hijos de Harim: Maasías,<br />

22 Elías, Semaías, Jehiel y Uzías. De los hijos de Pasur: Elioenai,<br />

23 Maasías, Ismael, Natanael, Jozabad y Elasa. De los hijos de<br />

los levitas: Jozabad, Simei, Kelaía (éste es Kelita), Petaías, Ju-<br />

24 dá y Eliezer. De los cantores: Eliasib; y de los porteros: Salum,<br />

25 Telem y Uri. Asimismo de Israel: De los hijos de Paros: Ramía,<br />

Jezías, Malquías, Mijamín, Eleazar, Malquías y Benaía.<br />

26 De los hijos de Elam: Matanías, Zacarías, Jehiel, Abdi, Jere-<br />

27 mot y Elías. De los hijos de Zatu: Elioenai, Eliasib, Matanías,<br />

28 Jeremot, Zabad y Aziza. De los hijos de Bebai: Johanán, Ha-<br />

29 nanías, Zabai y Atlai. De los hijos de Bani: Mesulam, Maluc,<br />

30 Adaía, Jasub, Seal y Ramot. De los hijos de Pahat-moab:<br />

Adna, Quelal, Benaía, Maasías, Matanías, Bezaleel, Binúi y<br />

31 Manasés. De los hijos de Harim: Eliezer, Isías, Malquías, Se-<br />

32, 33 maías, Simeón, Benjamín, Maluc y Semarías. De los hijos de<br />

Hasum: Matenai, Matata, Zabad, Elifelet, Jeremai, Manasés<br />

34, 35 y Simei. De los hijos de Bani: Madai, Amram, Uel, Benaía,<br />

36, 37 Bedías, Quelúhi, Vanías, Meremot, Eliasib, Matanías, Ma-<br />

38, 39 tenai, Jaasai, Bani, Binúi, Simei, Selemías, Natán, Adaía,


723 Esdras 10. 40–44<br />

Macnadebai, Sasai, Sarai, Azareel, Selemías, Semarías, Sa- 40, 41, 42<br />

lum, Amarías y José. Y de los hijos de Nebo: Jeiel, Matatías, 43<br />

Zabad, Zebina, Jadau, Joel y Benaía. Todos estos habían to- 44<br />

mado mujeres extranjeras; y había mujeres de ellos que habían<br />

dado a luz hijos.


nehemías<br />

1 alabras de Nehemías hijo de Hacalías. Aconteció en el<br />

mes de Quisleu, en el año veinte, estando yo en Susa,<br />

2 capital del reino, que vino Hanani, uno de mis hermanos,<br />

con algunos varones de Judá, y les pregunté<br />

por los judíos que habían escapado, que habían quedado de la<br />

3 cautividad, y por Jerusalén. Y me dijeron: El remanente, los<br />

4<br />

que quedaron de la cautividad, allí en la provincia, están en<br />

gran mal y afrenta, y el muro de Jerusalén derribado, y sus<br />

puertas quemadas a fuego. Cuando oí estas palabras me senté<br />

y lloré, e hice duelo por algunos días, y ayuné y oré delante<br />

5 del Dios de los cielos. Y dije: Te ruego, oh Jehová, Dios de<br />

6<br />

los cielos, fuerte, grande y temible, que guarda el pacto y la<br />

misericordia a los que le aman y guardan sus mandamientos;<br />

esté ahora atento tu oído y abiertos tus ojos para oír la oración<br />

de tu siervo, que hago ahora delante de ti día y noche,<br />

por los hijos de Israel tus siervos; y confieso los pecados de los<br />

hijos de Israel que hemos cometido contra ti; sí, yo y la casa de<br />

7 mi padre hemos pecado. En extremo nos hemos corrompido<br />

8<br />

contra ti, y no hemos guardado los mandamientos, estatutos<br />

y preceptos que diste a Moisés tu siervo. Acuérdate ahora de<br />

la palabra que diste a Moisés tu siervo, diciendo: Si vosotros<br />

9 pecareis, yo os dispersaré por los pueblos; pero si os volvie-<br />

10<br />

reis a mí, y guardareis mis mandamientos, y los pusiereis por<br />

obra, aunque vuestra dispersión fuere hasta el extremo de los<br />

cielos, de allí os recogeré, y os traeré al lugar que escogí para<br />

hacer habitar allí mi nombre. Ellos, pues, son tus siervos y tu<br />

pueblo, los cuales redimiste con tu gran poder, y con tu mano<br />

11 poderosa. Te ruego, oh Jehová, esté ahora atento tu oído a<br />

2<br />

la oración de tu siervo, y a la oración de tus siervos, quienes<br />

desean reverenciar tu nombre; concede ahora buen éxito a tu<br />

siervo, y dale gracia delante de aquel varón. Porque yo servía<br />

de copero al rey.<br />

Sucedió en el mes de Nisán, en el año veinte del rey Artajer-


725 Nehemías 2. 2–16<br />

jes, que estando ya el vino delante de él, tomé el vino y lo serví<br />

al rey. Y como yo no había estado antes triste en su presencia,<br />

me dijo el rey: ¿Por qué está triste tu rostro? pues no estás en- 2<br />

fermo. No es esto sino quebranto de corazón. Entonces temí en<br />

gran manera. Y dije al rey: Para siempre viva el rey. ¿Cómo 3<br />

no estará triste mi rostro, cuando la ciudad, casa de los sepulcros<br />

de mis padres, está desierta, y sus puertas consumidas<br />

por el fuego? Me dijo el rey: ¿Qué cosa pides? Entonces oré al 4<br />

Dios de los cielos, y dije al rey: Si le place al rey, y tu siervo 5<br />

ha hallado gracia delante de ti, envíame a Judá, a la ciudad de<br />

los sepulcros de mis padres, y la reedificaré. Entonces el rey 6<br />

me dijo (y la reina estaba sentada junto a él): ¿Cuánto durará<br />

tu viaje, y cuándo volverás? Y agradó al rey enviarme, después<br />

que yo le señalé tiempo. Además dije al rey: Si le place al rey, 7<br />

que se me den cartas para los gobernadores al otro lado del<br />

río, para que me franqueen el paso hasta que llegue a Judá;<br />

y carta para Asaf guarda del bosque del rey, para que me dé 8<br />

madera para enmaderar las puertas del palacio de la casa, y<br />

para el muro de la ciudad, y la casa en que yo estaré. Y me lo<br />

concedió el rey, según la benéfica mano de mi Dios sobre mí.<br />

Vine luego a los gobernadores del otro lado del río, y les di las 9<br />

cartas del rey. Y el rey envió conmigo capitanes del ejército y<br />

gente de a caballo. Pero oyéndolo Sanbalat horonita y Tobías 10<br />

el siervo amonita, les disgustó en extremo que viniese alguno<br />

para procurar el bien de los hijos de Israel. Llegué, pues, a 11<br />

Jerusalén, y después de estar allí tres días, me levanté de no- 12<br />

che, yo y unos pocos varones conmigo, y no declaré a hombre<br />

alguno lo que Dios había puesto en mi corazón que hiciese en<br />

Jerusalén; ni había cabalgadura conmigo, excepto la única en<br />

que yo cabalgaba. Y salí de noche por la puerta del Valle ha- 13<br />

cia la fuente del Dragón y a la puerta del Muladar; y observé<br />

los muros de Jerusalén que estaban derribados, y sus puertas<br />

que estaban consumidas por el fuego. Pasé luego a la puerta 14<br />

de la Fuente, y al estanque del Rey; pero no había lugar por<br />

donde pasase la cabalgadura en que iba. Y subí de noche por 15<br />

el torrente y observé el muro, y di la vuelta y entré por la<br />

puerta del Valle, y me volví. Y no sabían los oficiales a dónde 16<br />

yo había ido, ni qué había hecho; ni hasta entonces lo había


2. 17–3. 10 Nehemías 726<br />

declarado yo a los judíos y sacerdotes, ni a los nobles y oficia-<br />

17 les, ni a los demás que hacían la obra. Les dije, pues: Vosotros<br />

veis el mal en que estamos, que Jerusalén está desierta, y sus<br />

puertas consumidas por el fuego; venid, y edifiquemos el mu-<br />

18 ro de Jerusalén, y no estemos más en oprobio. Entonces les<br />

declaré cómo la mano de mi Dios había sido buena sobre mí,<br />

y asimismo las palabras que el rey me había dicho. Y dijeron:<br />

Levantémonos y edifiquemos. Así esforzaron sus manos para<br />

19 bien. Pero cuanto lo oyeron Sanbalat horonita, Tobías el siervo<br />

amonita, y Gesem el árabe, hicieron escarnio de nosotros, y<br />

nos despreciaron, diciendo: ¿Qué es esto que hacéis vosotros?<br />

20 ¿Os rebeláis contra el rey? Y en respuesta les dije: El Dios<br />

de los cielos, él nos prosperará, y nosotros sus siervos nos levantaremos<br />

y edificaremos, porque vosotros no tenéis parte ni<br />

derecho ni memoria en Jerusalén.<br />

3 Entonces se levantó el sumo sacerdote Eliasib con sus hermanos<br />

los sacerdotes, y edificaron la puerta de las Ovejas. Ellos<br />

arreglaron y levantaron sus puertas hasta la torre de Hamea,<br />

2 y edificaron hasta la torre de Hananeel. Junto a ella edificaron<br />

los varones de Jericó, y luego edificó Zacur hijo de Imri.<br />

3 Los hijos de Senaa edificaron la puerta del Pescado; ellos la<br />

enmaderaron, y levantaron sus puertas, con sus cerraduras y<br />

4 sus cerrojos. Junto a ellos restauró Meremot hijo de Urías,<br />

hijo de Cos, y al lado de ellos restauró Mesulam hijo de Berequías,<br />

hijo de Mesezabeel. Junto a ellos restauró Sadoc hijo de<br />

5 Baana. E inmediato a ellos restauraron los tecoítas; pero sus<br />

6 grandes no se prestaron para ayudar a la obra de su Señor. La<br />

puerta Vieja fue restaurada por Joiada hijo de Paseah y Mesulam<br />

hijo de Besodías; ellos la enmaderaron, y levantaron sus<br />

7 puertas, con sus cerraduras y cerrojos. Junto a ellos restauró<br />

Melatías gabaonita y Jadón meronotita, varones de Gabaón y<br />

de Mizpa, que estaban bajo el dominio del gobernador del otro<br />

8 lado del río. Junto a ellos restauró Uziel hijo de Harhaía, de<br />

los plateros; junto al cual restauró también Hananías, hijo de<br />

un perfumero. Así dejaron reparada a Jerusalén hasta el muro<br />

9 ancho. Junto a ellos restauró también Refaías hijo de Hur,<br />

10 gobernador de la mitad de la región de Jerusalén. Asimismo<br />

restauró junto a ellos, y frente a su casa, Jedaías hijo de Haru-


727 Nehemías 3. 11–26<br />

maf; y junto a él restauró Hatús hijo de Hasabnías. Malquías 11<br />

hijo de Harim y Hasub hijo de Pahat-moab restauraron otro<br />

tramo, y la torre de los Hornos. Junto a ellos restauró Salum 12<br />

hijo de Halohes, gobernador de la mitad de la región de Jerusalén,<br />

él con sus hijas. La puerta del Valle la restauró Hanún 13<br />

con los moradores de Zanoa; ellos la reedificaron, y levantaron<br />

sus puertas, con sus cerraduras y sus cerrojos, y mil codos del<br />

muro, hasta la puerta del Muladar. Reedificó la puerta del 14<br />

Muladar Malquías hijo de Recab, gobernador de la provincia<br />

de Bet-haquerem; él la reedificó, y levantó sus puertas, sus<br />

cerraduras y sus cerrojos. Salum hijo de Colhoze, gobernador 15<br />

de la región de Mizpa, restauró la puerta de la Fuente; él la<br />

reedificó, la enmaderó y levantó sus puertas, sus cerraduras y<br />

sus cerrojos, y el muro del estanque de Siloé hacia el huerto<br />

del rey, y hasta las gradas que descienden de la ciudad de<br />

David. Después de él restauró Nehemías hijo de Azbuc, go- 16<br />

bernador de la mitad de la región de Bet-sur, hasta delante de<br />

los sepulcros de David, y hasta el estanque labrado, y hasta la<br />

casa de los Valientes. Tras él restauraron los levitas; Rehum 17<br />

hijo de Bani, y junto a él restauró Hasabías, gobernador de<br />

la mitad de la región de Keila, por su región. Después de él 18<br />

restauraron sus hermanos, Bavai hijo de Henadad, gobernador<br />

de la mitad de la región de Keila. Junto a él restauró Ezer 19<br />

hijo de Jesúa, gobernador de Mizpa, otro tramo frente a la<br />

subida de la armería de la esquina. Después de él Baruc hijo 20<br />

de Zabai con todo fervor restauró otro tramo, desde la esquina<br />

hasta la puerta de la casa de Eliasib sumo sacerdote. Tras él 21<br />

restauró Meremot hijo de Urías hijo de Cos otro tramo, desde<br />

la entrada de la casa de Eliasib hasta el extremo de la casa de<br />

Eliasib. Después de él restauraron los sacerdotes, los varones 22<br />

de la llanura. Después de ellos restauraron Benjamín y Ha- 23<br />

sub, frente a su casa; y después de éstos restauró Azarías hijo<br />

de Maasías, hijo de Ananías, cerca de su casa. Después de él 24<br />

restauró Binúi hijo de Henadad otro tramo, desde la casa de<br />

Azarías hasta el ángulo entrante del muro, y hasta la esquina.<br />

Palal hijo de Uzai, enfrente de la esquina y la torre alta que 25<br />

sale de la casa del rey, que está en el patio de la cárcel. Después<br />

de él, Pedaías hijo de Faros. Y los sirvientes del templo 26


3. 27–4. 11 Nehemías 728<br />

que habitaban en Ofel restauraron hasta enfrente de la puerta<br />

27 de las Aguas al oriente, y la torre que sobresalía. Después de<br />

ellos restauraron los tecoítas otro tramo, enfrente de la gran<br />

28 torre que sobresale, hasta el muro de Ofel. Desde la puerta<br />

de los Caballos restauraron los sacerdotes, cada uno enfren-<br />

29 te de su casa. Después de ellos restauró Sadoc hijo de Imer,<br />

enfrente de su casa; y después de él restauró Semaías hijo de<br />

30 Secanías, guarda de la puerta Oriental. Tras él, Hananías hijo<br />

de Selemías y Hanún hijo sexto de Salaf restauraron otro<br />

tramo. Después de ellos restauró Mesulam hijo de Berequías,<br />

31 enfrente de su cámara. Después de él restauró Malquías hijo<br />

del platero, hasta la casa de los sirvientes del templo y de los<br />

comerciantes, enfrente de la puerta del Juicio, y hasta la sala<br />

32 de la esquina. Y entre la sala de la esquina y la puerta de las<br />

Ovejas, restauraron los plateros y los comerciantes.<br />

4 Cuando oyó Sanbalat que nosotros edificábamos el muro,<br />

se enojó y se enfureció en gran manera, e hizo escarnio de<br />

2 los judíos. Y habló delante de sus hermanos y del ejército de<br />

Samaria, y dijo: ¿Qué hacen estos débiles judíos? ¿Se les permitirá<br />

volver a ofrecer sus sacrificios? ¿Acabarán en un día?<br />

¿Resucitarán de los montones del polvo las piedras que fueron<br />

3 quemadas? Y estaba junto a él Tobías amonita, el cual dijo:<br />

Lo que ellos edifican del muro de piedra, si subiere una zorra<br />

4 lo derribará. Oye, oh Dios nuestro, que somos objeto de su<br />

menosprecio, y vuelve el baldón de ellos sobre su cabeza, y en-<br />

5 trégalos por despojo en la tierra de su cautiverio. No cubras<br />

su iniquidad, ni su pecado sea borrado delante de ti, porque se<br />

6 airaron contra los que edificaban. Edificamos, pues, el muro,<br />

y toda la muralla fue terminada hasta la mitad de su altura,<br />

7 porque el pueblo tuvo ánimo para trabajar. Pero aconteció<br />

que oyendo Sanbalat y Tobías, y los árabes, los amonitas y los<br />

de Asdod, que los muros de Jerusalén eran reparados, porque<br />

ya los portillos comenzaban a ser cerrados, se encolerizaron<br />

8 mucho; y conspiraron todos a una para venir a atacar a Jeru-<br />

9 salén y hacerle daño. Entonces oramos a nuestro Dios, y por<br />

causa de ellos pusimos guarda contra ellos de día y de noche.<br />

10 Y dijo Judá: Las fuerzas de los acarreadores se han debilitado,<br />

11 y el escombro es mucho, y no podemos edificar el muro. Y


729 Nehemías 4. 12–5. 3<br />

nuestros enemigos dijeron: No sepan, ni vean, hasta que entremos<br />

en medio de ellos y los matemos, y hagamos cesar la obra.<br />

Pero sucedió que cuando venían los judíos que habitaban en- 12<br />

tre ellos, nos decían hasta diez veces: De todos los lugares de<br />

donde volviereis, ellos caerán sobre vosotros. Entonces por las 13<br />

partes bajas del lugar, detrás del muro, y en los sitios abiertos,<br />

puse al pueblo por familias, con sus espadas, con sus lanzas y<br />

con sus arcos. Después miré, y me levanté y dije a los nobles y 14<br />

a los oficiales, y al resto del pueblo: No temáis delante de ellos;<br />

acordaos del Señor, grande y temible, y pelead por vuestros<br />

hermanos, por vuestros hijos y por vuestras hijas, por vuestras<br />

mujeres y por vuestras casas. Y cuando oyeron nuestros 15<br />

enemigos que lo habíamos entendido, y que Dios había desbaratado<br />

el consejo de ellos, nos volvimos todos al muro, cada<br />

uno a su tarea. Desde aquel día la mitad de mis siervos tra- 16<br />

bajaba en la obra, y la otra mitad tenía lanzas, escudos, arcos<br />

y corazas; y detrás de ellos estaban los jefes de toda la casa<br />

de Judá. Los que edificaban en el muro, los que acarreaban, 17<br />

y los que cargaban, con una mano trabajaban en la obra, y en<br />

la otra tenían la espada. Porque los que edificaban, cada uno 18<br />

tenía su espada ceñida a sus lomos, y así edificaban; y el que<br />

tocaba la trompeta estaba junto a mí. Y dije a los nobles, y a 19<br />

los oficiales y al resto del pueblo: La obra es grande y extensa,<br />

y nosotros estamos apartados en el muro, lejos unos de otros.<br />

En el lugar donde oyereis el sonido de la trompeta, reuníos 20<br />

allí con nosotros; nuestro Dios peleará por nosotros. Noso- 21<br />

tros, pues, trabajábamos en la obra; y la mitad de ellos tenían<br />

lanzas desde la subida del alba hasta que salían las estrellas.<br />

También dije entonces al pueblo: Cada uno con su criado per- 22<br />

manezca dentro de Jerusalén, y de noche sirvan de centinela<br />

y de día en la obra. Y ni yo ni mis hermanos, ni mis jóvenes, 23<br />

ni la gente de guardia que me seguía, nos quitamos nuestro<br />

vestido; cada uno se desnudaba solamente para bañarse.<br />

Entonces hubo gran clamor del pueblo y de sus mujeres con- 5<br />

tra sus hermanos judíos. Había quien decía: Nosotros, nues- 2<br />

tros hijos y nuestras hijas, somos muchos; por tanto, hemos<br />

pedido prestado grano para comer y vivir. Y había quienes 3<br />

decían: Hemos empeñado nuestras tierras, nuestras viñas y


5. 4–16 Nehemías 730<br />

4 nuestras casas, para comprar grano, a causa del hambre. Y<br />

había quienes decían: Hemos tomado prestado dinero para el<br />

5 tributo del rey, sobre nuestras tierras y viñas. Ahora bien,<br />

nuestra carne es como la carne de nuestros hermanos, nuestros<br />

hijos como sus hijos; y he aquí que nosotros dimos nuestros hijos<br />

y nuestras hijas a servidumbre, y algunas de nuestras hijas<br />

lo están ya, y no tenemos posibilidad de rescatarlas, porque<br />

6 nuestras tierras y nuestras viñas son de otros. Y me enojé en<br />

7 gran manera cuando oí su clamor y estas palabras. Entonces<br />

lo medité, y reprendí a los nobles y a los oficiales, y les<br />

dije: ¿Exigís interés cada uno a vuestros hermanos? Y convo-<br />

8 qué contra ellos una gran asamblea, y les dije: Nosotros según<br />

nuestras posibilidades rescatamos a nuestros hermanos judíos<br />

que habían sido vendidos a las naciones; ¿y vosotros vendéis<br />

aun a vuestros hermanos, y serán vendidos a nosotros? Y ca-<br />

9 llaron, pues no tuvieron qué responder. Y dije: No es bueno<br />

lo que hacéis. ¿No andaréis en el temor de nuestro Dios, para<br />

10 no ser oprobio de las naciones enemigas nuestras? También<br />

yo y mis hermanos y mis criados les hemos prestado dinero<br />

11 y grano; quitémosles ahora este gravamen. Os ruego que les<br />

devolváis hoy sus tierras, sus viñas, sus olivares y sus casas, y<br />

la centésima parte del dinero, del grano, del vino y del aceite,<br />

12 que demandáis de ellos como interés. Y dijeron: Lo devolveremos,<br />

y nada les demandaremos; haremos así como tú dices.<br />

Entonces convoqué a los sacerdotes, y les hice jurar que ha-<br />

13 rían conforme a esto. Además sacudí mi vestido, y dije: Así<br />

sacuda Dios de su casa y de su trabajo a todo hombre que no<br />

cumpliere esto, y así sea sacudido y vacío. Y respondió toda<br />

la congregación: ¡Amén! y alabaron a Jehová. Y el pueblo hizo<br />

14 conforme a esto. También desde el día que me mandó el rey<br />

que fuese gobernador de ellos en la tierra de Judá, desde el<br />

año veinte del rey Artajerjes hasta el año treinta y dos, doce<br />

años, ni yo ni mis hermanos comimos el pan del gobernador.<br />

15 Pero los primeros gobernadores que fueron antes de mí abrumaron<br />

al pueblo, y tomaron de ellos por el pan y por el vino<br />

más de cuarenta siclos de plata, y aun sus criados se enseñoreaban<br />

del pueblo; pero yo no hice así, a causa del temor de<br />

16 Dios. También en la obra de este muro restauré mi parte, y


731 Nehemías 5. 17–6. 12<br />

no compramos heredad; y todos mis criados juntos estaban allí<br />

en la obra. Además, ciento cincuenta judíos y oficiales, y los 17<br />

que venían de las naciones que había alrededor de nosotros,<br />

estaban a mi mesa. Y lo que se preparaba para cada día era 18<br />

un buey y seis ovejas escogidas; también eran preparadas para<br />

mí aves, y cada diez días vino en toda abundancia; y con todo<br />

esto nunca requerí el pan del gobernador, porque la servidumbre<br />

de este pueblo era grave. Acuérdate de mí para bien, Dios 19<br />

mío, y de todo lo que hice por este pueblo.<br />

Cuando oyeron Sanbalat y Tobías y Gesem el árabe, y los 6<br />

demás de nuestros enemigos, que yo había edificado el muro,<br />

y que no quedaba en él portillo (aunque hasta aquel tiempo<br />

no había puesto las hojas en las puertas), Sanbalat y Gesem 2<br />

enviaron a decirme: Ven y reunámonos en alguna de las aldeas<br />

en el campo de Ono. Mas ellos habían pensado hacerme mal.<br />

Y les envié mensajeros, diciendo: Yo hago una gran obra, y no 3<br />

puedo ir; porque cesaría la obra, dejándola yo para ir a vosotros.<br />

Y enviaron a mí con el mismo asunto hasta cuatro veces, 4<br />

y yo les respondí de la misma manera. Entonces Sanbalat en- 5<br />

vió a mí su criado para decir lo mismo por quinta vez, con una<br />

carta abierta en su mano, en la cual estaba escrito: Se ha oído 6<br />

entre las naciones, y Gasmu lo dice, que tú y los judíos pensáis<br />

rebelaros; y que por eso edificas tú el muro, con la mira, según<br />

estas palabras, de ser tú su rey; y que has puesto profetas 7<br />

que proclamen acerca de ti en Jerusalén, diciendo: ¡Hay rey<br />

en Judá! Y Ahora serán oídas del rey las tales palabras; ven,<br />

por tanto, y consultemos juntos. Entonces envié yo a decir- 8<br />

le: No hay tal cosa como dices, sino que de tu corazón tú lo<br />

inventas. Porque todos ellos nos amedrentaban, diciendo: Se 9<br />

debilitarán las manos de ellos en la obra, y no será terminada.<br />

Ahora, pues, oh Dios, fortalece tú mis manos. Vine luego a 10<br />

casa de Semaías hijo de Delaía, hijo de Mehetabel, porque él<br />

estaba encerrado; el cual me dijo: Reunámonos en la casa de<br />

Dios, dentro del templo, y cerremos las puertas del templo,<br />

porque vienen para matarte; sí, esta noche vendrán a matarte.<br />

Entonces dije: ¿Un hombre como yo ha de huir? ¿Y quién, 11<br />

que fuera como yo, entraría al templo para salvarse la vida?<br />

No entraré. Y entendí que Dios no lo había enviado, sino que 12


6. 13–7. 8 Nehemías 732<br />

hablaba aquella profecía contra mí porque Tobías y Sanbalat<br />

13 lo habían sobornado. Porque fue sobornado para hacerme temer<br />

así, y que pecase, y les sirviera de mal nombre con que<br />

14 fuera yo infamado. Acuérdate, Dios mío, de Tobías y de Sanbalat,<br />

conforme a estas cosas que hicieron; también acuérdate<br />

de Noadías profetisa, y de los otros profetas que procuraban<br />

15 infundirme miedo. Fue terminado, pues, el muro, el veinti-<br />

16 cinco del mes de Elul, en cincuenta y dos días. Y cuando lo<br />

oyeron todos nuestros enemigos, temieron todas las naciones<br />

que estaban alrededor de nosotros, y se sintieron humillados,<br />

y conocieron que por nuestro Dios había sido hecha esta obra.<br />

17 Asimismo en aquellos días iban muchas cartas de los principa-<br />

18 les de Judá a Tobías, y las de Tobías venían a ellos. Porque<br />

muchos en Judá se habían conjurado con él, porque era yerno<br />

de Secanías hijo de Ara; y Johanán su hijo había tomado por<br />

19 mujer a la hija de Mesulam hijo de Berequías. También contaban<br />

delante de mí las buenas obras de él, y a él le referían<br />

mis palabras. Y enviaba Tobías cartas para atemorizarme.<br />

7 Luego que el muro fue edificado, y colocadas las puertas,<br />

2 y fueron señalados porteros y cantores y levitas, mandé a mi<br />

hermano Hanani, y a Hananías, jefe de la fortaleza de Jerusalén<br />

(porque éste era varón de verdad y temeroso de Dios, más<br />

3 que muchos); y les dije: No se abran las puertas de Jerusalén<br />

hasta que caliente el sol; y aunque haya gente allí, cerrad<br />

las puertas y atrancadlas. Y señalé guardas de los moradores<br />

de Jerusalén, cada cual en su turno, y cada uno delante<br />

4 de su casa. Porque la ciudad era espaciosa y grande, pero<br />

5 poco pueblo dentro de ella, y no había casas reedificadas. Entonces<br />

puso Dios en mi corazón que reuniese a los nobles y<br />

oficiales y al pueblo, para que fuesen empadronados según sus<br />

genealogías. Y hallé el libro de la genealogía de los que habían<br />

6 subido antes, y encontré en él escrito así: Éstos son los hijos<br />

de la provincia que subieron del cautiverio, de los que llevó<br />

cautivos Nabucodonosor rey de Babilonia, y que volvieron a<br />

7 Jerusalén y a Judá, cada uno a su ciudad, los cuales vinieron<br />

con Zorobabel, Jesúa, Nehemías, Azarías, Raamías, Nahamani,<br />

Mardoqueo, Bilsán, Misperet, Bigvai, Nehum y Baana. El<br />

8 número de los varones del pueblo de Israel: Los hijos de Paros,


733 Nehemías 7. 9–50<br />

dos mil ciento setenta y dos. Los hijos de Sefatías, trescientos 9<br />

setenta y dos. Los hijos de Ara, seiscientos cincuenta y dos. 10<br />

Los hijos de Pahat-moab, de los hijos de Jesúa y de Joab, dos 11<br />

mil ochocientos dieciocho. Los hijos de Elam, mil doscientos 12<br />

cincuenta y cuatro. Los hijos de Zatu, ochocientos cuarenta 13<br />

y cinco. Los hijos de Zacai, setecientos sesenta. Los hijos de 14, 15<br />

Binúi, seiscientos cuarenta y ocho. Los hijos de Bebai, seis- 16<br />

cientos veintiocho. Los hijos de Azgad, dos mil seiscientos 17<br />

veintidós. Los hijos de Adonicam, seiscientos sesenta y siete. 18<br />

Los hijos de Bigvai, dos mil sesenta y siete. Los hijos de Adín, 19, 20<br />

seiscientos cincuenta y cinco. Los hijos de Ater, de Ezequías, 21<br />

noventa y ocho. Los hijos de Hasum, trescientos veintiocho. 22<br />

Los hijos de Bezai, trescientos veinticuatro. Los hijos de Harif, 23, 24<br />

ciento doce. Los hijos de Gabaón, noventa y cinco. Los varo- 25, 26<br />

nes de Belén y de Netofa, ciento ochenta y ocho. Los varones 27<br />

de Anatot, ciento veintiocho. Los varones de Bet-azmavet, 28<br />

cuarenta y dos. Los varones de Quiriat-jearim, Cafira y Bee- 29<br />

rot, setecientos cuarenta y tres. Los varones de Ramá y de 30<br />

Geba, seiscientos veintiuno. Los varones de Micmas, ciento 31<br />

veintidós. Los varones de Bet-el y de Hai, ciento veintitrés. 32<br />

Los varones del otro Nebo, cincuenta y dos. Los hijos del otro 33, 34<br />

Elam, mil doscientos cincuenta y cuatro. Los hijos de Harim, 35<br />

trescientos veinte. Los hijos de Jericó, trescientos cuarenta y 36<br />

cinco. Los hijos de Lod, Hadid y Ono, setecientos veintiuno. 37<br />

Los hijos de Senaa, tres mil novecientos treinta. Sacerdotes: 38, 39<br />

los hijos de Jedaías, de la casa de Jesúa, novecientos setenta<br />

y tres. Los hijos de Imer, mil cincuenta y dos. Los hijos de 40, 41<br />

Pasur, mil doscientos cuarenta y siete. Los hijos de Harim, 42<br />

mil diecisiete. Levitas: los hijos de Jesúa, de Cadmiel, de los 43<br />

hijos de Hodavías, setenta y cuatro. Cantores: los hijos de 44<br />

Asaf, ciento cuarenta y ocho. Porteros: Los hijos de Salum, 45<br />

los hijos de Ater, los hijos de Talmón, los hijos de Acub, los<br />

hijos de Hatita y los hijos de Sobai, ciento treinta y ocho. Sir- 46<br />

vientes del templo: los hijos de Ziha, los hijos de Hasufa, los<br />

hijos de Tabaot, los hijos de Queros, los hijos de Siaha, los 47<br />

hijos de Padón, los hijos de Lebana, los hijos de Hagaba, los 48<br />

hijos de Salmai, los hijos de Hanán, los hijos de Gidel, los 49<br />

hijos de Gahar, los hijos de Reaía, los hijos de Rezín, los hijos 50


7. 51–73 Nehemías 734<br />

51 de Necoda, los hijos de Gazam, los hijos de Uza, los hijos de<br />

52 Paseah, los hijos de Besai, los hijos de Mehunim, los hijos de<br />

53 Nefisesim, los hijos de Bacbuc, los hijos de Hacufa, los hijos<br />

54 de Harhur, los hijos de Bazlut, los hijos de Mehída, los hijos<br />

55 de Harsa, los hijos de Barcos, los hijos de Sísara, los hijos<br />

56, 57 de Tema, los hijos de Nezía, y los hijos de Hatifa. Los hijos<br />

de los siervos de Salomón: los hijos de Sotai, los hijos de<br />

58 Soferet, los hijos de Perida, los hijos de Jaala, los hijos de<br />

59 Darcón, los hijos de Gidel, los hijos de Sefatías, los hijos de<br />

60 Hatil, los hijos de Poqueret-hazebaim, los hijos de Amón. Todos<br />

los sirvientes del templo e hijos de los siervos de Salomón,<br />

61 trescientos noventa y dos. Y éstos son los que subieron de<br />

Tel-mela, Tel-harsa, Querub, Adón e Imer, los cuales no pudieron<br />

mostrar la casa de sus padres, ni su genealogía, si eran<br />

62 de Israel: los hijos de Delaía, los hijos de Tobías y los hijos de<br />

63 Necoda, seiscientos cuarenta y dos. Y de los sacerdotes: los<br />

hijos de Habaía, los hijos de Cos y los hijos de Barzilai, el cual<br />

tomó mujer de las hijas de Barzilai galaadita, y se llamó del<br />

64 nombre de ellas. Éstos buscaron su registro de genealogías,<br />

65 y no se halló; y fueron excluidos del sacerdocio, y les dijo el<br />

gobernador que no comiesen de las cosas más santas, hasta<br />

66 que hubiese sacerdote con Urim y Tumim. Toda la congrega-<br />

67 ción junta era de cuarenta y dos mil trescientos sesenta, sin<br />

sus siervos y siervas, que eran siete mil trescientos treinta y<br />

siete; y entre ellos había doscientos cuarenta y cinco cantores<br />

68 y cantoras. Sus caballos, setecientos treinta y seis; sus mulos,<br />

69 doscientos cuarenta y cinco; camellos, cuatrocientos treinta<br />

70 y cinco; asnos, seis mil setecientos veinte. Y algunos de los<br />

cabezas de familias dieron ofrendas para la obra. El gobernador<br />

dio para el tesoro mil dracmas de oro, cincuenta tazones,<br />

71 y quinientas treinta vestiduras sacerdotales. Los cabezas de<br />

familias dieron para el tesoro de la obra veinte mil dracmas de<br />

72 oro y dos mil doscientas libras de plata. Y el resto del pueblo<br />

dio veinte mil dracmas de oro, dos mil libras de plata, y<br />

73 sesenta y siete vestiduras sacerdotales. Y habitaron los sacerdotes,<br />

los levitas, los porteros, los cantores, los del pueblo, los<br />

sirvientes del templo y todo Israel, en sus ciudades. Venido el<br />

mes séptimo, los hijos de Israel estaban en sus ciudades;


735 Nehemías 8. 1–13<br />

y se juntó todo el pueblo como un solo hombre en la plaza 8<br />

que está delante de la puerta de las Aguas, y dijeron a Esdras<br />

el escriba que trajese el libro de la ley de Moisés, la cual Jehová<br />

había dado a Israel. Y el sacerdote Esdras trajo la ley delante 2<br />

de la congregación, así de hombres como de mujeres y de todos<br />

los que podían entender, el primer día del mes séptimo. Y le- 3<br />

yó en el libro delante de la plaza que está delante de la puerta<br />

de las Aguas, desde el alba hasta el mediodía, en presencia<br />

de hombres y mujeres y de todos los que podían entender; y<br />

los oídos de todo el pueblo estaban atentos al libro de la ley.<br />

Y el escriba Esdras estaba sobre un púlpito de madera que 4<br />

habían hecho para ello, y junto a él estaban Matatías, Sema,<br />

Anías, Urías, Hilcías y Maasías a su mano derecha; y a su mano<br />

izquierda, Pedaías, Misael, Malquías, Hasum, Hasbadana,<br />

Zacarías y Mesulam. Abrió, pues, Esdras el libro a ojos de 5<br />

todo el pueblo, porque estaba más alto que todo el pueblo; y<br />

cuando lo abrió, todo el pueblo estuvo atento. Bendijo enton- 6<br />

ces Esdras a Jehová, Dios grande. Y todo el pueblo respondió:<br />

¡Amén! ¡Amén! alzando sus manos; y se humillaron y adoraron<br />

a Jehová inclinados a tierra. Y los levitas Jesúa, Bani, Sere- 7<br />

bías, Jamín, Acub, Sabetai, Hodías, Maasías, Kelita, Azarías,<br />

Jozabed, Hanán y Pelaía, hacían entender al pueblo la ley; y el<br />

pueblo estaba atento en su lugar. Y leían en el libro de la ley 8<br />

de Dios claramente, y ponían el sentido, de modo que entendiesen<br />

la lectura. Y Nehemías el gobernador, y el sacerdote 9<br />

Esdras, escriba, y los levitas que hacían entender al pueblo,<br />

dijeron a todo el pueblo: Día santo es a Jehová nuestro Dios;<br />

no os entristezcáis, ni lloréis; porque todo el pueblo lloraba<br />

oyendo las palabras de la ley. Luego les dijo: Id, comed grosu- 10<br />

ras, y bebed vino dulce, y enviad porciones a los que no tienen<br />

nada preparado; porque día santo es a nuestro Señor; no os<br />

entristezcáis, porque el gozo de Jehová es vuestra fuerza. Los 11<br />

levitas, pues, hacían callar a todo el pueblo, diciendo: Callad,<br />

porque es día santo, y no os entristezcáis. Y todo el pueblo se 12<br />

fue a comer y a beber, y a obsequiar porciones, y a gozar de<br />

grande alegría, porque habían entendido las palabras que les<br />

habían enseñado. Al día siguiente se reunieron los cabezas de 13<br />

las familias de todo el pueblo, sacerdotes y levitas, a Esdras el


8. 14–9. 8 Nehemías 736<br />

14 escriba, para entender las palabras de la ley. Y hallaron escrito<br />

en la ley que Jehová había mandado por mano de Moisés,<br />

que habitasen los hijos de Israel en tabernáculos en la fiesta<br />

15 solemne del mes séptimo; y que hiciesen saber, y pasar pregón<br />

por todas sus ciudades y por Jerusalén, diciendo: Salid al<br />

monte, y traed ramas de olivo, de olivo silvestre, de arrayán,<br />

de palmeras y de todo árbol frondoso, para hacer tabernácu-<br />

16 los, como está escrito. Salió, pues, el pueblo, y trajeron ramas<br />

e hicieron tabernáculos, cada uno sobre su terrado, en sus patios,<br />

en los patios de la casa de Dios, en la plaza de la puerta<br />

17 de las Aguas, y en la plaza de la puerta de Efraín. Y toda la<br />

congregación que volvió de la cautividad hizo tabernáculos, y<br />

en tabernáculos habitó; porque desde los días de Josué hijo de<br />

Nun hasta aquel día, no habían hecho así los hijos de Israel.<br />

18 Y hubo alegría muy grande. Y leyó Esdras en el libro de la<br />

ley de Dios cada día, desde el primer día hasta el último; e<br />

hicieron la fiesta solemne por siete días, y el octavo día fue de<br />

solemne asamblea, según el rito.<br />

9 El día veinticuatro del mismo mes se reunieron los hijos de<br />

2 Israel en ayuno, y con cilicio y tierra sobre sí. Y ya se había<br />

apartado la descendencia de Israel de todos los extranjeros; y<br />

estando en pie, confesaron sus pecados, y las iniquidades de<br />

3 sus padres. Y puestos de pie en su lugar, leyeron el libro de la<br />

ley de Jehová su Dios la cuarta parte del día, y la cuarta parte<br />

4 confesaron sus pecados y adoraron a Jehová su Dios. Luego se<br />

levantaron sobre la grada de los levitas, Jesúa, Bani, Cadmiel,<br />

Sebanías, Buni, Serebías, Bani y Quenani, y clamaron en voz<br />

5 alta a Jehová su Dios. Y dijeron los levitas Jesúa, Cadmiel,<br />

Bani, Hasabnías, Serebías, Hodías, Sebanías y Petaías: Levantaos,<br />

bendecid a Jehová vuestro Dios desde la eternidad hasta<br />

la eternidad; y bendígase el nombre tuyo, glorioso y alto sobre<br />

6 toda bendición y alabanza. Tú solo eres Jehová; tú hiciste los<br />

cielos, y los cielos de los cielos, con todo su ejército, la tierra y<br />

todo lo que está en ella, los mares y todo lo que hay en ellos;<br />

y tú vivificas todas estas cosas, y los ejércitos de los cielos te<br />

7 adoran. Tú eres, oh Jehová, el Dios que escogiste a Abram, y<br />

lo sacaste de Ur de los caldeos, y le pusiste el nombre Abra-<br />

8 ham; y hallaste fiel su corazón delante de ti, e hiciste pacto


737 Nehemías 9. 9–21<br />

con él para darle la tierra del cananeo, del heteo, del amorreo,<br />

del ferezeo, del jebuseo y del gergeseo, para darla a su descendencia;<br />

y cumpliste tu palabra, porque eres justo. Y miraste 9<br />

la aflicción de nuestros padres en Egipto, y oíste el clamor de<br />

ellos en el Mar Rojo; e hiciste señales y maravillas contra Fa- 10<br />

raón, contra todos sus siervos, y contra todo el pueblo de su<br />

tierra, porque sabías que habían procedido con soberbia contra<br />

ellos; y te hiciste nombre grande, como en este día. Dividiste 11<br />

el mar delante de ellos, y pasaron por medio de él en seco; y<br />

a sus perseguidores echaste en las profundidades, como una<br />

piedra en profundas aguas. Con columna de nube los guiaste 12<br />

de día, y con columna de fuego de noche, para alumbrarles el<br />

camino por donde habían de ir. Y sobre el monte de Sinaí des- 13<br />

cendiste, y hablaste con ellos desde el cielo, y les diste juicios<br />

rectos, leyes verdaderas, y estatutos y mandamientos buenos,<br />

y les ordenaste el día de reposo santo para ti, y por mano de 14<br />

Moisés tu siervo les prescribiste mandamientos, estatutos y la<br />

ley. Les diste pan del cielo en su hambre, y en su sed les sa- 15<br />

caste aguas de la peña; y les dijiste que entrasen a poseer la<br />

tierra, por la cual alzaste tu mano y juraste que se la darías.<br />

Mas ellos y nuestros padres fueron soberbios, y endurecieron 16<br />

su cerviz, y no escucharon tus mandamientos. No quisieron 17<br />

oír, ni se acordaron de tus maravillas que habías hecho con<br />

ellos; antes endurecieron su cerviz, y en su rebelión pensaron<br />

poner caudillo para volverse a su servidumbre. Pero tú eres<br />

Dios que perdonas, clemente y piadoso, tardo para la ira, y<br />

grande en misericordia, porque no los abandonaste. Además, 18<br />

cuando hicieron para sí becerro de fundición y dijeron: Éste<br />

es tu Dios que te hizo subir de Egipto; y cometieron grandes<br />

abominaciones, tú, con todo, por tus muchas misericordias 19<br />

no los abandonaste en el desierto. La columna de nube no se<br />

apartó de ellos de día, para guiarlos por el camino, ni de noche<br />

la columna de fuego, para alumbrarles el camino por el cual<br />

habían de ir. Y enviaste tu buen Espíritu para enseñarles, y 20<br />

no retiraste tu maná de su boca, y agua les diste para su sed.<br />

Los sustentaste cuarenta años en el desierto; de ninguna cosa 21<br />

tuvieron necesidad; sus vestidos no se envejecieron, ni se hin-


9. 22–32 Nehemías 738<br />

22 charon sus pies. Y les diste reinos y pueblos, y los repartiste<br />

por distritos; y poseyeron la tierra de Sehón, la tierra del rey<br />

23 de Hesbón, y la tierra de Og rey de Basán. Multiplicaste sus<br />

hijos como las estrellas del cielo, y los llevaste a la tierra de la<br />

cual habías dicho a sus padres que habían de entrar a poseerla.<br />

24 Y los hijos vinieron y poseyeron la tierra, y humillaste delante<br />

de ellos a los moradores del país, a los cananeos, los cuales<br />

entregaste en su mano, y a sus reyes, y a los pueblos de la<br />

25 tierra, para que hiciesen de ellos como quisieran. Y tomaron<br />

ciudades fortificadas y tierra fértil, y heredaron casas llenas de<br />

todo bien, cisternas hechas, viñas y olivares, y muchos árboles<br />

frutales; comieron, se saciaron, y se deleitaron en tu gran<br />

26 bondad. Pero te provocaron a ira, y se rebelaron contra ti,<br />

y echaron tu ley tras sus espaldas, y mataron a tus profetas<br />

que protestaban contra ellos para convertirlos a ti, e hicieron<br />

27 grandes abominaciones. Entonces los entregaste en mano de<br />

sus enemigos, los cuales los afligieron. Pero en el tiempo de<br />

su tribulación clamaron a ti, y tú desde los cielos los oíste; y<br />

según tu gran misericordia les enviaste libertadores para que<br />

28 los salvasen de mano de sus enemigos. Pero una vez que tenían<br />

paz, volvían a hacer lo malo delante de ti, por lo cual<br />

los abandonaste en mano de sus enemigos que los dominaron;<br />

pero volvían y clamaban otra vez a ti, y tú desde los cielos los<br />

29 oías y según tus misericordias muchas veces los libraste. Les<br />

amonestaste a que se volviesen a tu ley; mas ellos se llenaron<br />

de soberbia, y no oyeron tus mandamientos, sino que pecaron<br />

contra tus juicios, los cuales si el hombre hiciere, en ellos<br />

vivirá; se rebelaron, endurecieron su cerviz, y no escucharon.<br />

30 Les soportaste por muchos años, y les testificaste con tu Espíritu<br />

por medio de tus profetas, pero no escucharon; por lo<br />

31 cual los entregaste en mano de los pueblos de la tierra. Mas<br />

por tus muchas misericordias no los consumiste, ni los desam-<br />

32 paraste; porque eres Dios clemente y misericordioso. Ahora<br />

pues, Dios nuestro, Dios grande, fuerte, temible, que guardas<br />

el pacto y la misericordia, no sea tenido en poco delante de<br />

ti todo el sufrimiento que ha alcanzado a nuestros reyes, a<br />

nuestros príncipes, a nuestros sacerdotes, a nuestros profetas,<br />

a nuestros padres y a todo tu pueblo, desde los días de los


739 Nehemías 9. 33–10. 29<br />

reyes de Asiria hasta este día. Pero tú eres justo en todo lo 33<br />

que ha venido sobre nosotros; porque rectamente has hecho,<br />

mas nosotros hemos hecho lo malo. Nuestros reyes, nuestros 34<br />

príncipes, nuestros sacerdotes y nuestros padres no pusieron<br />

por obra tu ley, ni atendieron a tus mandamientos y a tus testimonios<br />

con que les amonestabas. Y ellos en su reino y en tu 35<br />

mucho bien que les diste, y en la tierra espaciosa y fértil que<br />

entregaste delante de ellos, no te sirvieron, ni se convirtieron<br />

de sus malas obras. He aquí que hoy somos siervos; henos 36<br />

aquí, siervos en la tierra que diste a nuestros padres para que<br />

comiesen su fruto y su bien. Y se multiplica su fruto para 37<br />

los reyes que has puesto sobre nosotros por nuestros pecados,<br />

quienes se enseñorean sobre nuestros cuerpos, y sobre nuestros<br />

ganados, conforme a su voluntad, y estamos en grande<br />

angustia. A causa, pues, de todo esto, nosotros hacemos fiel 38<br />

promesa, y la escribimos, firmada por nuestros príncipes, por<br />

nuestros levitas y por nuestros sacerdotes.<br />

Los que firmaron fueron: Nehemías el gobernador, hijo de 10<br />

Hacalías, y Sedequías, Seraías, Azarías, Jeremías, Pasur, Ama-2, 3<br />

rías, Malquías, Hatús, Sebanías, Maluc, Harim, Meremot, 4, 5<br />

Obadías, Daniel, Ginetón, Baruc, Mesulam, Abías, Mija- 6, 7<br />

mín, Maazías, Bilgai y Semaías; éstos eran sacerdotes. Y 8, 9<br />

los levitas: Jesúa hijo de Azanías, Binúi de los hijos de Henadad,<br />

Cadmiel, y sus hermanos Sebanías, Hodías, Kelita, 10<br />

Pelaías, Hanán, Micaía, Rehob, Hasabías, Zacur, Serebías, 11, 12<br />

Sebanías, Hodías, Bani y Beninu. Los cabezas del pueblo: 13, 14<br />

Paros, Pahat-moab, Elam, Zatu, Bani, Buni, Azgad, Bebai, 15<br />

Adonías, Bigvai, Adín, Ater, Ezequías, Azur, Hodías, Ha- 16, 17, 18<br />

sum, Bezai, Harif, Anatot, Nebai, Magpías, Mesulam, Hezir, 19, 20<br />

Mesezabeel, Sadoc, Jadúa, Pelatías, Hanán, Anaías, Oseas, 21, 22, 23<br />

Hananías, Hasub, Halohes, Pilha, Sobec, Rehum, Hasabna, 24, 25<br />

Maasías, Ahías, Hanán, Anán, Maluc, Harim y Baana. Y 26, 27, 28<br />

el resto del pueblo, los sacerdotes, levitas, porteros y cantores,<br />

los sirvientes del templo, y todos los que se habían apartado de<br />

los pueblos de las tierras a la ley de Dios, con sus mujeres, sus<br />

hijos e hijas, todo el que tenía comprensión y discernimiento,<br />

se reunieron con sus hermanos y sus principales, para protes- 29<br />

tar y jurar que andarían en la ley de Dios, que fue dada por


10. 30–39 Nehemías 740<br />

Moisés siervo de Dios, y que guardarían y cumplirían todos los<br />

mandamientos, decretos y estatutos de Jehová nuestro Señor.<br />

30 Y que no daríamos nuestras hijas a los pueblos de la tierra,<br />

31 ni tomaríamos sus hijas para nuestros hijos. Asimismo, que<br />

si los pueblos de la tierra trajesen a vender mercaderías y comestibles<br />

en día de reposo, nada tomaríamos de ellos en ese<br />

día ni en otro día santificado; y que el año séptimo dejaríamos<br />

32 descansar la tierra, y remitiríamos toda deuda. Nos impusimos<br />

además por ley, el cargo de contribuir cada año con la<br />

tercera parte de un siclo para la obra de la casa de nuestro<br />

33 Dios; para el pan de la proposición y para la ofrenda continua,<br />

para el holocausto continuo, los días de reposo, las nuevas<br />

lunas, las festividades, y para las cosas santificadas y los sacrificios<br />

de expiación por el pecado de Israel, y para todo el<br />

34 servicio de la casa de nuestro Dios. Echamos también suertes<br />

los sacerdotes, los levitas y el pueblo, acerca de la ofrenda<br />

de la leña, para traerla a la casa de nuestro Dios, según las<br />

casas de nuestros padres, en los tiempos determinados cada<br />

año, para quemar sobre el altar de Jehová nuestro Dios, como<br />

35 está escrito en la ley. Y que cada año traeríamos a la casa de<br />

Jehová las primicias de nuestra tierra, y las primicias del fruto<br />

36 de todo árbol. Asimismo los primogénitos de nuestros hijos y<br />

de nuestros ganados, como está escrito en la ley; y que traeríamos<br />

los primogénitos de nuestras vacas y de nuestras ovejas<br />

a la casa de nuestro Dios, a los sacerdotes que ministran en la<br />

37 casa de nuestro Dios; que traeríamos también las primicias de<br />

nuestras masas, y nuestras ofrendas, y del fruto de todo árbol,<br />

y del vino y del aceite, para los sacerdotes, a las cámaras de<br />

la casa de nuestro Dios, y el diezmo de nuestra tierra para los<br />

levitas; y que los levitas recibirían las décimas de nuestras la-<br />

38 bores en todas las ciudades; y que estaría el sacerdote hijo de<br />

Aarón con los levitas, cuando los levitas recibiesen el diezmo;<br />

y que los levitas llevarían el diezmo del diezmo a la casa de<br />

39 nuestro Dios, a las cámaras de la casa del tesoro. Porque a<br />

las cámaras del tesoro han de llevar los hijos de Israel y los<br />

hijos de Leví la ofrenda del grano, del vino y del aceite; y allí<br />

estarán los utensilios del santuario, y los sacerdotes que ministran,<br />

los porteros y los cantores; y no abandonaremos la casa


741 Nehemías 11. 1–17<br />

de nuestro Dios.<br />

Habitaron los jefes del pueblo en Jerusalén; mas el resto del 11<br />

pueblo echó suertes para traer uno de cada diez para que morase<br />

en Jerusalén, ciudad santa, y las otras nueve partes en las<br />

otras ciudades. Y bendijo el pueblo a todos los varones que 2<br />

voluntariamente se ofrecieron para morar en Jerusalén. Éstos 3<br />

son los jefes de la provincia que moraron en Jerusalén; pero<br />

en las ciudades de Judá habitaron cada uno en su posesión,<br />

en sus ciudades; los israelitas, los sacerdotes y levitas, los sirvientes<br />

del templo y los hijos de los siervos de Salomón. En 4<br />

Jerusalén, pues, habitaron algunos de los hijos de Judá y de<br />

los hijos de Benjamín. De los hijos de Judá: Ataías hijo de<br />

Uzías, hijo de Zacarías, hijo de Amarías, hijo de Sefatías, hijo<br />

de Mahalaleel, de los hijos de Fares, y Maasías hijo de Baruc, 5<br />

hijo de Colhoze, hijo de Hazaías, hijo de Adaías, hijo de Joiarib,<br />

hijo de Zacarías, hijo de Siloni. Todos los hijos de Fares 6<br />

que moraron en Jerusalén fueron cuatrocientos sesenta y ocho<br />

hombres fuertes. Éstos son los hijos de Benjamín: Salú hijo de 7<br />

Mesulam, hijo de Joed, hijo de Pedaías, hijo de Colaías, hijo<br />

de Maasías, hijo de Itiel, hijo de Jesaías. Y tras él Gabai y Sa- 8<br />

lai, novecientos veintiocho. Y Joel hijo de Zicri era el prefecto 9<br />

de ellos, y Judá hijo de Senúa el segundo en la ciudad. De 10<br />

los sacerdotes: Jedaías hijo de Joiarib, Jaquín, Seraías hijo de 11<br />

Hilcías, hijo de Mesulam, hijo de Sadoc, hijo de Meraiot, hijo<br />

de Ahitob, príncipe de la casa de Dios, y sus hermanos, los 12<br />

que hacían la obra de la casa, ochocientos veintidós; y Adaías<br />

hijo de Jeroham, hijo de Pelalías, hijo de Amsi, hijo de Zacarías,<br />

hijo de Pasur, hijo de Malquías, y sus hermanos, jefes de 13<br />

familias, doscientos cuarenta y dos; y Amasai hijo de Azareel,<br />

hijo de Azai, hijo de Mesilemot, hijo de Imer, y sus hermanos, 14<br />

hombres de gran vigor, ciento veintiocho, el jefe de los cuales<br />

era Zabdiel hijo de Gedolim. De los levitas: Semaías hijo de 15<br />

Hasub, hijo de Azricam, hijo de Hasabías, hijo de Buni; Sabe- 16<br />

tai y Jozabad, de los principales de los levitas, capataces de la<br />

obra exterior de la casa de Dios; y Matanías hijo de Micaía, 17<br />

hijo de Zabdi, hijo de Asaf, el principal, el que empezaba las<br />

alabanzas y acción de gracias al tiempo de la oración; Bacbu-


11. 18–12. 11 Nehemías 742<br />

quías el segundo de entre sus hermanos; y Abda hijo de Samúa,<br />

18 hijo de Galal, hijo de Jedutún. Todos los levitas en la santa<br />

19 ciudad eran doscientos ochenta y cuatro. Los porteros, Acub,<br />

Talmón y sus hermanos, guardas en las puertas, ciento setenta<br />

20 y dos. Y el resto de Israel, de los sacerdotes y de los levitas,<br />

21 en todas las ciudades de Judá, cada uno en su heredad. Los<br />

sirvientes del templo habitaban en Ofel; y Ziha y Gispa tenían<br />

22 autoridad sobre los sirvientes del templo. Y el jefe de los levitas<br />

en Jerusalén era Uzi hijo de Bani, hijo de Hasabías, hijo de<br />

Matanías, hijo de Micaía, de los hijos de Asaf, cantores, sobre<br />

23 la obra de la casa de Dios. Porque había mandamiento del<br />

rey acerca de ellos, y distribución para los cantores para cada<br />

24 día. Y Petaías hijo de Mesezabeel, de los hijos de Zera hijo<br />

de Judá, estaba al servicio del rey en todo negocio del pueblo.<br />

25 Tocante a las aldeas y sus tierras, algunos de los hijos de Judá<br />

habitaron en Quiriat-arba y sus aldeas, en Dibón y sus aldeas,<br />

26, 27 en Jecabseel y sus aldeas, en Jesúa, Molada y Bet-pelet, en<br />

28 Hazar-sual, en Beerseba y sus aldeas, en Siclag, en Mecona y<br />

29, 30 sus aldeas, en En-rimón, en Zora, en Jarmut, en Zanoa, en<br />

Adulam y sus aldeas, en Laquis y sus tierras, y en Azeca y sus<br />

aldeas. Y habitaron desde Beerseba hasta el valle de Hinom.<br />

31 Y los hijos de Benjamín habitaron desde Geba, en Micmas, en<br />

32, 33 Aía, en Bet-el y sus aldeas, en Anatot, Nob, Ananías, Hazor,<br />

34, 35 Ramá, Gitaim, Hadid, Seboim, Nebalat, Lod, y Ono, valle<br />

36 de los artífices; y algunos de los levitas, en los repartimientos<br />

de Judá y de Benjamín.<br />

12 Éstos son los sacerdotes y levitas que subieron con Zorobabel<br />

hijo de Salatiel, y con Jesúa: Seraías, Jeremías, Esdras,<br />

2, 3, 4 Amarías, Maluc, Hatús, Secanías, Rehum, Meremot, Iddo,<br />

5, 6 Gineto, Abías, Mijamín, Maadías, Bilga, Semaías, Joiarib,<br />

7 Jedaías, Salú, Amoc, Hilcías y Jedaías. Éstos eran los príncipes<br />

de los sacerdotes y sus hermanos en los días de Jesúa.<br />

8 Y los levitas: Jesúa, Binúi, Cadmiel, Serebías, Judá y Matanías,<br />

que con sus hermanos oficiaba en los cantos de alabanza.<br />

9 Y Bacbuquías y Uni, sus hermanos, cada cual en su ministe-<br />

10 rio. Jesúa engendró a Joiacim, y Joiacim engendró a Eliasib,<br />

11 y Eliasib engendró a Joiada; Joiada engendró a Jonatán, y


743 Nehemías 12. 12–36<br />

Jonatán engendró a Jadúa. Y en los días de Joiacim los sa- 12<br />

cerdotes jefes de familias fueron: de Seraías, Meraías; de Jeremías,<br />

Hananías; de Esdras, Mesulam; de Amarías, Johanán; 13<br />

de Melicú, Jonatán; de Sebanías, José; de Harim, Adna; de 14, 15<br />

Meraiot, Helcai; de Iddo, Zacarías; de Ginetón, Mesulam; de 16, 17<br />

Abías, Zicri; de Miniamín, de Moadías, Piltai; de Bilga, Sa- 18<br />

múa; de Semaías, Jonatán; de Joiarib, Matenai; de Jedaías, 19<br />

Uzi; de Salai, Calai; de Amoc, Eber; de Hilcías, Hasabías; de 20, 21<br />

Jedaías, Natanael. Los levitas en días de Eliasib, de Joiada, 22<br />

de Johanán y de Jadúa fueron inscritos por jefes de familias;<br />

también los sacerdotes, hasta el reinado de Darío el persa.<br />

Los hijos de Leví, jefes de familias, fueron inscritos en el li- 23<br />

bro de las crónicas hasta los días de Johanán hijo de Eliasib.<br />

Los principales de los levitas: Hasabías, Serebías, Jesúa hijo de 24<br />

Cadmiel, y sus hermanos delante de ellos, para alabar y dar<br />

gracias, conforme al estatuto de David varón de Dios, guardando<br />

su turno. Matanías, Bacbuquías, Obadías, Mesulam, 25<br />

Talmón y Acub, guardas, eran porteros para la guardia a las<br />

entradas de las puertas. Éstos fueron en los días de Joiacim 26<br />

hijo de Jesúa, hijo de Josadac, y en los días del gobernador<br />

Nehemías y del sacerdote Esdras, escriba. Para la dedicación 27<br />

del muro de Jerusalén, buscaron a los levitas de todos sus lugares<br />

para traerlos a Jerusalén, para hacer la dedicación y la<br />

fiesta con alabanzas y con cánticos, con címbalos, salterios y<br />

cítaras. Y fueron reunidos los hijos de los cantores, así de la 28<br />

región alrededor de Jerusalén como de las aldeas de los netofatitas;<br />

y de la casa de Gilgal, y de los campos de Geba 29<br />

y de Azmavet; porque los cantores se habían edificado aldeas<br />

alrededor de Jerusalén. Y se purificaron los sacerdotes y los 30<br />

levitas; y purificaron al pueblo, y las puertas, y el muro. Hice 31<br />

luego subir a los príncipes de Judá sobre el muro, y puse dos<br />

coros grandes que fueron en procesión; el uno a la derecha, sobre<br />

el muro, hacia la puerta del Muladar. E iba tras de ellos 32<br />

Osaías con la mitad de los príncipes de Judá, y Azarías, Es- 33<br />

dras, Mesulam, Judá y Benjamín, Semaías y Jeremías. Y de 34, 35<br />

los hijos de los sacerdotes iban con trompetas Zacarías hijo de<br />

Jonatán, hijo de Semaías, hijo de Matanías, hijo de Micaías,<br />

hijo de Zacur, hijo de Asaf; y sus hermanos Semaías, Aza- 36


12. 37–13. 2 Nehemías 744<br />

rael, Milalai, Gilalai, Maai, Natanael, Judá y Hanani, con los<br />

instrumentos musicales de David varón de Dios; y el escriba<br />

37 Esdras delante de ellos. Y a la puerta de la Fuente, en frente<br />

de ellos, subieron por las gradas de la ciudad de David, por la<br />

subida del muro, desde la casa de David hasta la puerta de las<br />

38 Aguas, al oriente. El segundo coro iba del lado opuesto, y yo<br />

en pos de él, con la mitad del pueblo sobre el muro, desde la<br />

39 torre de los Hornos hasta el muro ancho; y desde la puerta<br />

de Efraín hasta la puerta Vieja y a la puerta del Pescado, y<br />

la torre de Hananeel, y la torre de Hamea, hasta la puerta de<br />

40 las Ovejas; y se detuvieron en la puerta de la Cárcel. Llegaron<br />

luego los dos coros a la casa de Dios; y yo, y la mitad<br />

41 de los oficiales conmigo, y los sacerdotes Eliacim, Maaseías,<br />

Miniamín, Micaías, Elioenai, Zacarías y Hananías, con trom-<br />

42 petas; y Maasías, Semaías, Eleazar, Uzi, Johanán, Malquías,<br />

Elam y Ezer. Y los cantores cantaban en alta voz, e Izrahías<br />

43 era el director. Y sacrificaron aquel día numerosas víctimas,<br />

y se regocijaron, porque Dios los había recreado con grande<br />

contentamiento; se alegraron también las mujeres y los niños;<br />

44 y el alborozo de Jerusalén fue oído desde lejos. En aquel día<br />

fueron puestos varones sobre las cámaras de los tesoros, de las<br />

ofrendas, de las primicias y de los diezmos, para recoger en<br />

ellas, de los ejidos de las ciudades, las porciones legales para<br />

los sacerdotes y levitas; porque era grande el gozo de Judá<br />

45 con respecto a los sacerdotes y levitas que servían. Y habían<br />

cumplido el servicio de su Dios, y el servicio de la expiación,<br />

como también los cantores y los porteros, conforme al estatuto<br />

46 de David y de Salomón su hijo. Porque desde el tiempo de<br />

David y de Asaf, ya de antiguo, había un director de cantores<br />

47 para los cánticos y alabanzas y acción de gracias a Dios. Y<br />

todo Israel en días de Zorobabel y en días de Nehemías daba<br />

alimentos a los cantores y a los porteros, cada cosa en su día;<br />

consagraban asimismo sus porciones a los levitas, y los levitas<br />

consagraban parte a los hijos de Aarón.<br />

13 Aquel día se leyó en el libro de Moisés, oyéndolo el pueblo,<br />

y fue hallado escrito en él que los amonitas y moabitas no de-<br />

2 bían entrar jamás en la congregación de Dios, por cuanto no<br />

salieron a recibir a los hijos de Israel con pan y agua, sino que


745 Nehemías 13. 3–17<br />

dieron dinero a Balaam para que los maldijera; mas nuestro<br />

Dios volvió la maldición en bendición. Cuando oyeron, pues, 3<br />

la ley, separaron de Israel a todos los mezclados con extranjeros.<br />

Y antes de esto el sacerdote Eliasib, siendo jefe de la 4<br />

cámara de la casa de nuestro Dios, había emparentado con Tobías,<br />

y le había hecho una gran cámara, en la cual guardaban 5<br />

antes las ofrendas, el incienso, los utensilios, el diezmo del grano,<br />

del vino y del aceite, que estaba mandado dar a los levitas,<br />

a los cantores y a los porteros, y la ofrenda de los sacerdotes.<br />

Mas a todo esto, yo no estaba en Jerusalén, porque en el año 6<br />

treinta y dos de Artajerjes rey de Babilonia fui al rey; y al cabo<br />

de algunos días pedí permiso al rey para volver a Jerusalén; 7<br />

y entonces supe del mal que había hecho Eliasib por consideración<br />

a Tobías, haciendo para él una cámara en los atrios de<br />

la casa de Dios. Y me dolió en gran manera; y arrojé todos 8<br />

los muebles de la casa de Tobías fuera de la cámara, y dije 9<br />

que limpiasen las cámaras, e hice volver allí los utensilios de<br />

la casa de Dios, las ofrendas y el incienso. Encontré asimismo 10<br />

que las porciones para los levitas no les habían sido dadas, y<br />

que los levitas y cantores que hacían el servicio habían huido<br />

cada uno a su heredad. Entonces reprendí a los oficiales, y 11<br />

dije: ¿Por qué está la casa de Dios abandonada? Y los reuní<br />

y los puse en sus puestos. Y todo Judá trajo el diezmo del 12<br />

grano, del vino y del aceite, a los almacenes. Y puse por ma- 13<br />

yordomos de ellos al sacerdote Selemías y al escriba Sadoc, y<br />

de los levitas a Pedaías; y al servicio de ellos a Hanán hijo de<br />

Zacur, hijo de Matanías; porque eran tenidos por fieles, y ellos<br />

tenían que repartir a sus hermanos. Acuérdate de mí, oh Dios, 14<br />

en orden a esto, y no borres mis misericordias que hice en la<br />

casa de mi Dios, y en su servicio. En aquellos días vi en Judá 15<br />

a algunos que pisaban en lagares en el día de reposo, y que<br />

acarreaban haces, y cargaban asnos con vino, y también de<br />

uvas, de higos y toda suerte de carga, y que traían a Jerusalén<br />

en día de reposo; y los amonesté acerca del día en que vendían<br />

las provisiones. También había en la ciudad tirios que traían 16<br />

pescado y toda mercadería, y vendían en día de reposo a los<br />

hijos de Judá en Jerusalén. Y reprendí a los señores de Judá 17<br />

y les dije: ¿Qué mala cosa es ésta que vosotros hacéis, profa-


13. 18–31 Nehemías 746<br />

18 nando así el día de reposo? ¿No hicieron así vuestros padres,<br />

y trajo nuestro Dios todo este mal sobre nosotros y sobre esta<br />

ciudad? ¿Y vosotros añadís ira sobre Israel profanando el<br />

19 día de reposo? Sucedió, pues, que cuando iba oscureciendo a<br />

las puertas de Jerusalén antes del día de reposo, dije que se<br />

cerrasen las puertas, y ordené que no las abriesen hasta después<br />

del día de reposo; y puse a las puertas algunos de mis<br />

20 criados, para que en día de reposo no introdujeran carga. Y<br />

se quedaron fuera de Jerusalén una y dos veces los negociantes<br />

21 y los que vendían toda especie de mercancía. Y les amonesté<br />

y les dije: ¿Por qué os quedáis vosotros delante del muro? Si<br />

lo hacéis otra vez, os echaré mano. Desde entonces no vinieron<br />

22 en día de reposo. Y dije a los levitas que se purificasen y viniesen<br />

a guardar las puertas, para santificar el día del reposo.<br />

También por esto acuérdate de mí, Dios mío, y perdóname se-<br />

23 gún la grandeza de tu misericordia. Vi asimismo en aquellos<br />

días a judíos que habían tomado mujeres de Asdod, amonitas,<br />

24 y moabitas; y la mitad de sus hijos hablaban la lengua de<br />

Asdod, porque no sabían hablar judaico, sino que hablaban<br />

25 conforme a la lengua de cada pueblo. Y reñí con ellos, y los<br />

maldije, y herí a algunos de ellos, y les arranqué los cabellos, y<br />

les hice jurar, diciendo: No daréis vuestras hijas a sus hijos, y<br />

no tomaréis de sus hijas para vuestros hijos, ni para vosotros<br />

26 mismos. ¿No pecó por esto Salomón, rey de Israel? Bien que<br />

en muchas naciones no hubo rey como él, que era amado de su<br />

Dios, y Dios lo había puesto por rey sobre todo Israel, aun a él<br />

27 le hicieron pecar las mujeres extranjeras. ¿Y obedeceremos a<br />

vosotros para cometer todo este mal tan grande de prevaricar<br />

28 contra nuestro Dios, tomando mujeres extranjeras? Y uno de<br />

los hijos de Joiada hijo del sumo sacerdote Eliasib era yerno de<br />

29 Sanbalat horonita; por tanto, lo ahuyenté de mí. Acuérdate<br />

de ellos, Dios mío, contra los que contaminan el sacerdocio,<br />

30 y el pacto del sacerdocio y de los levitas. Los limpié, pues,<br />

de todo extranjero, y puse a los sacerdotes y levitas por sus<br />

31 grupos, a cada uno en su servicio; y para la ofrenda de la leña<br />

en los tiempos señalados, y para las primicias. Acuérdate de<br />

mí, Dios mío, para bien.


ester<br />

conteció en los días de Asuero, el Asuero que reinó 1<br />

desde la India hasta Etiopía sobre ciento veintisiete<br />

provincias, que en aquellos días, cuando fue afirma- 2<br />

do el rey Asuero sobre el trono de su reino, el cual<br />

estaba en Susa capital del reino, en el tercer año de su reina- 3<br />

do hizo banquete a todos sus príncipes y cortesanos, teniendo<br />

delante de él a los más poderosos de Persia y de Media, gobernadores<br />

y príncipes de provincias, para mostrar él las riquezas 4<br />

de la gloria de su reino, el brillo y la magnificencia de su poder,<br />

por muchos días, ciento ochenta días. Y cumplidos estos días, 5<br />

hizo el rey otro banquete por siete días en el patio del huerto<br />

del palacio real a todo el pueblo que había en Susa capital<br />

del reino, desde el mayor hasta el menor. El pabellón era de 6<br />

blanco, verde y azul, tendido sobre cuerdas de lino y púrpura<br />

en anillos de plata y columnas de mármol; los reclinatorios de<br />

oro y de plata, sobre losado de pórfido y de mármol, y de alabastro<br />

y de jacinto. Y daban a beber en vasos de oro, y vasos 7<br />

diferentes unos de otros, y mucho vino real, de acuerdo con<br />

la generosidad del rey. Y la bebida era según esta ley: Que 8<br />

nadie fuese obligado a beber; porque así lo había mandado el<br />

rey a todos los mayordomos de su casa, que se hiciese según la<br />

voluntad de cada uno. Asimismo la reina Vasti hizo banquete 9<br />

para las mujeres, en la casa real del rey Asuero. El séptimo 10<br />

día, estando el corazón del rey alegre del vino, mandó a Mehumán,<br />

Bizta, Harbona, Bigta, Abagta, Zetar y Carcas, siete<br />

eunucos que servían delante del rey Asuero, que trajesen a 11<br />

la reina Vasti a la presencia del rey con la corona regia, para<br />

mostrar a los pueblos y a los príncipes su belleza; porque era<br />

hermosa. Mas la reina Vasti no quiso comparecer a la orden 12<br />

del rey enviada por medio de los eunucos; y el rey se enojó<br />

mucho, y se encendió en ira. Preguntó entonces el rey a los 13<br />

sabios que conocían los tiempos (porque así acostumbraba el<br />

rey con todos los que sabían la ley y el derecho; y estaban 14<br />

junto a él Carsena, Setar, Admata, Tarsis, Meres, Marsena y


15<br />

16<br />

17<br />

18<br />

19<br />

20<br />

21<br />

1. 15–2. 5 Ester 748<br />

Memucán, siete príncipes de Persia y de Media que veían la<br />

cara del rey, y se sentaban los primeros del reino); les preguntó<br />

qué se había de hacer con la reina Vasti según la ley, por<br />

cuanto no había cumplido la orden del rey Asuero enviada por<br />

medio de los eunucos. Y dijo Memucán delante del rey y de<br />

los príncipes: No solamente contra el rey ha pecado la reina<br />

Vasti, sino contra todos los príncipes, y contra todos los pueblos<br />

que hay en todas las provincias del rey Asuero. Porque<br />

este hecho de la reina llegará a oídos de todas las mujeres, y<br />

ellas tendrán en poca estima a sus maridos, diciendo: El rey<br />

Asuero mandó traer delante de sí a la reina Vasti, y ella no<br />

vino. Y entonces dirán esto las señoras de Persia y de Media<br />

que oigan el hecho de la reina, a todos los príncipes del rey; y<br />

habrá mucho menosprecio y enojo. Si parece bien al rey, salga<br />

un decreto real de vuestra majestad y se escriba entre las leyes<br />

de Persia y de Media, para que no sea quebrantado: Que Vasti<br />

no venga más delante del rey Asuero; y el rey haga reina a otra<br />

que sea mejor que ella. Y el decreto que dicte el rey será oído<br />

en todo su reino, aunque es grande, y todas las mujeres darán<br />

honra a sus maridos, desde el mayor hasta el menor. Agradó<br />

esta palabra a los ojos del rey y de los príncipes, e hizo el rey<br />

conforme al dicho de Memucán; pues envió cartas a todas las<br />

22<br />

2<br />

provincias del rey, a cada provincia conforme a su escritura,<br />

y a cada pueblo conforme a su lenguaje, diciendo que todo<br />

hombre afirmase su autoridad en su casa; y que se publicase<br />

esto en la lengua de su pueblo.<br />

Pasadas estas cosas, sosegada ya la ira del rey Asuero, se<br />

acordó de Vasti y de lo que ella había hecho, y de la sentencia<br />

2 contra ella. Y dijeron los criados del rey, sus cortesanos: Bus-<br />

3 quen para el rey jóvenes vírgenes de buen parecer; y ponga el<br />

rey personas en todas las provincias de su reino, que lleven a<br />

todas las jóvenes vírgenes de buen parecer a Susa, residencia<br />

real, a la casa de las mujeres, al cuidado de Hegai eunuco del<br />

4 rey, guarda de las mujeres, y que les den sus atavíos; y la<br />

doncella que agrade a los ojos del rey, reine en lugar de Vasti.<br />

5 Esto agradó a los ojos del rey, y lo hizo así. Había en Susa<br />

residencia real un varón judío cuyo nombre era Mardoqueo hijo<br />

de Jair, hijo de Simei, hijo de Cis, del linaje de Benjamín;


749 Ester 2. 6–17<br />

el cual había sido transportado de Jerusalén con los cautivos 6<br />

que fueron llevados con Jeconías rey de Judá, a quien hizo<br />

transportar Nabucodonosor rey de Babilonia. Y había criado 7<br />

a Hadasa, es decir, Ester, hija de su tío, porque era huérfana;<br />

y la joven era de hermosa figura y de buen parecer. Cuando su<br />

padre y su madre murieron, Mardoqueo la adoptó como hija<br />

suya. Sucedió, pues, que cuando se divulgó el mandamiento y 8<br />

decreto del rey, y habían reunido a muchas doncellas en Susa<br />

residencia real, a cargo de Hegai, Ester también fue llevada<br />

a la casa del rey, al cuidado de Hegai guarda de las mujeres.<br />

Y la doncella agradó a sus ojos, y halló gracia delante de él, 9<br />

por lo que hizo darle prontamente atavíos y alimentos, y le<br />

dio también siete doncellas especiales de la casa del rey; y la<br />

llevó con sus doncellas a lo mejor de la casa de las mujeres.<br />

Ester no declaró cuál era su pueblo ni su parentela, porque 10<br />

Mardoqueo le había mandado que no lo declarase. Y cada 11<br />

día Mardoqueo se paseaba delante del patio de la casa de las<br />

mujeres, para saber cómo le iba a Ester, y cómo la trataban.<br />

Y cuando llegaba el tiempo de cada una de las doncellas pa- 12<br />

ra venir al rey Asuero, después de haber estado doce meses<br />

conforme a la ley acerca de las mujeres, pues así se cumplía<br />

el tiempo de sus atavíos, esto es, seis meses con óleo de mirra<br />

y seis meses con perfumes aromáticos y afeites de mujeres,<br />

entonces la doncella venía así al rey. Todo lo que ella pedía 13<br />

se le daba, para venir ataviada con ello desde la casa de las<br />

mujeres hasta la casa del rey. Ella venía por la tarde, y a la 14<br />

mañana siguiente volvía a la casa segunda de las mujeres, al<br />

cargo de Saasgaz eunuco del rey, guarda de las concubinas; no<br />

venía más al rey, salvo si el rey la quería y era llamada por<br />

nombre. Cuando le llegó a Ester, hija de Abihail tío de Mar- 15<br />

doqueo, quien la había tomado por hija, el tiempo de venir al<br />

rey, ninguna cosa procuró sino lo que dijo Hegai eunuco del<br />

rey, guarda de las mujeres; y ganaba Ester el favor de todos<br />

los que la veían. Fue, pues, Ester llevada al rey Asuero a su 16<br />

casa real en el mes décimo, que es el mes de Tebet, en el año<br />

séptimo de su reinado. Y el rey amó a Ester más que a todas 17<br />

las otras mujeres, y halló ella gracia y benevolencia delante de<br />

él más que todas las demás vírgenes; y puso la corona real en


2. 18–3. 8 Ester 750<br />

18 su cabeza, y la hizo reina en lugar de Vasti. Hizo luego el rey<br />

un gran banquete a todos sus príncipes y siervos, el banquete<br />

de Ester; y disminuyó tributos a las provincias, e hizo y dio<br />

19 mercedes conforme a la generosidad real. Cuando las vírgenes<br />

eran reunidas la segunda vez, Mardoqueo estaba sentado a la<br />

20 puerta del rey. Y Ester, según le había mandado Mardoqueo,<br />

no había declarado su nación ni su pueblo; porque Ester ha-<br />

21 cía lo que decía Mardoqueo, como cuando él la educaba. En<br />

aquellos días, estando Mardoqueo sentado a la puerta del rey,<br />

se enojaron Bigtán y Teres, dos eunucos del rey, de la guardia<br />

de la puerta, y procuraban poner mano en el rey Asuero.<br />

22 Cuando Mardoqueo entendió esto, lo denunció a la reina Es-<br />

23 ter, y Ester lo dijo al rey en nombre de Mardoqueo. Se hizo<br />

investigación del asunto, y fue hallado cierto; por tanto, los dos<br />

eunucos fueron colgados en una horca. Y fue escrito el caso en<br />

el libro de las crónicas del rey.<br />

3 Después de estas cosas el rey Asuero engrandeció a Amán<br />

hijo de Hamedata agagueo, y lo honró, y puso su silla sobre<br />

2 todos los príncipes que estaban con él. Y todos los siervos<br />

del rey que estaban a la puerta del rey se arrodillaban y se<br />

inclinaban ante Amán, porque así lo había mandado el rey;<br />

3 pero Mardoqueo ni se arrodillaba ni se humillaba. Y los siervos<br />

del rey que estaban a la puerta preguntaron a Mardoqueo:<br />

4 ¿Por qué traspasas el mandamiento del rey? Aconteció que<br />

hablándole cada día de esta manera, y no escuchándolos él,<br />

lo denunciaron a Amán, para ver si Mardoqueo se mantendría<br />

firme en su dicho; porque ya él les había declarado que<br />

5 era judío. Y vio Amán que Mardoqueo ni se arrodillaba ni<br />

6 se humillaba delante de él; y se llenó de ira. Pero tuvo en<br />

poco poner mano en Mardoqueo solamente, pues ya le habían<br />

declarado cuál era el pueblo de Mardoqueo; y procuró Amán<br />

destruir a todos los judíos que había en el reino de Asuero, al<br />

7 pueblo de Mardoqueo. En el mes primero, que es el mes de<br />

Nisán, en el año duodécimo del rey Asuero, fue echada Pur,<br />

esto es, la suerte, delante de Amán, suerte para cada día y<br />

cada mes del año; y salió el mes duodécimo, que es el mes de<br />

8 Adar. Y dijo Amán al rey Asuero: Hay un pueblo esparcido<br />

y distribuido entre los pueblos en todas las provincias de tu


751 Ester 3. 9–4. 5<br />

reino, y sus leyes son diferentes de las de todo pueblo, y no<br />

guardan las leyes del rey, y al rey nada le beneficia el dejarlos<br />

vivir. Si place al rey, decrete que sean destruidos; y yo pesaré 9<br />

diez mil talentos de plata a los que manejan la hacienda, para<br />

que sean traídos a los tesoros del rey. Entonces el rey quitó el 10<br />

anillo de su mano, y lo dio a Amán hijo de Hamedata agagueo,<br />

enemigo de los judíos, y le dijo: La plata que ofreces sea para 11<br />

ti, y asimismo el pueblo, para que hagas de él lo que bien te<br />

pareciere. Entonces fueron llamados los escribanos del rey en 12<br />

el mes primero, al día trece del mismo, y fue escrito conforme<br />

a todo lo que mandó Amán, a los sátrapas del rey, a los<br />

capitanes que estaban sobre cada provincia y a los príncipes<br />

de cada pueblo, a cada provincia según su escritura, y a cada<br />

pueblo según su lengua; en nombre del rey Asuero fue escrito,<br />

y sellado con el anillo del rey. Y fueron enviadas cartas por 13<br />

medio de correos a todas las provincias del rey, con la orden<br />

de destruir, matar y exterminar a todos los judíos, jóvenes y<br />

ancianos, niños y mujeres, en un mismo día, en el día trece<br />

del mes duodécimo, que es el mes de Adar, y de apoderarse de<br />

sus bienes. La copia del escrito que se dio por mandamien- 14<br />

to en cada provincia fue publicada a todos los pueblos, a fin<br />

de que estuviesen listos para aquel día. Y salieron los correos 15<br />

prontamente por mandato del rey, y el edicto fue dado en Susa<br />

capital del reino. Y el rey y Amán se sentaron a beber; pero<br />

la ciudad de Susa estaba conmovida.<br />

Luego que supo Mardoqueo todo lo que se había hecho, ras- 4<br />

gó sus vestidos, se vistió de cilicio y de ceniza, y se fue por la<br />

ciudad clamando con grande y amargo clamor. Y vino hasta 2<br />

delante de la puerta del rey; pues no era lícito pasar adentro de<br />

la puerta del rey con vestido de cilicio. Y en cada provincia 3<br />

y lugar donde el mandamiento del rey y su decreto llegaba,<br />

tenían los judíos gran luto, ayuno, lloro y lamentación; cilicio<br />

y ceniza era la cama de muchos. Y vinieron las doncellas de 4<br />

Ester, y sus eunucos, y se lo dijeron. Entonces la reina tuvo<br />

gran dolor, y envió vestidos para hacer vestir a Mardoqueo, y<br />

hacerle quitar el cilicio; mas él no los aceptó. Entonces Ester 5<br />

llamó a Hatac, uno de los eunucos del rey, que él había puesto<br />

al servicio de ella, y lo mandó a Mardoqueo, con orden de sa-


4. 6–5. 4 Ester 752<br />

6 ber qué sucedía, y por qué estaba así. Salió, pues, Hatac a ver<br />

a Mardoqueo, a la plaza de la ciudad, que estaba delante de la<br />

7 puerta del rey. Y Mardoqueo le declaró todo lo que le había<br />

acontecido, y le dio noticia de la plata que Amán había dicho<br />

que pesaría para los tesoros del rey a cambio de la destrucción<br />

8 de los judíos. Le dio también la copia del decreto que había<br />

sido dado en Susa para que fuesen destruidos, a fin de que la<br />

mostrase a Ester y se lo declarase, y le encargara que fuese<br />

ante el rey a suplicarle y a interceder delante de él por su pue-<br />

9 blo. Vino Hatac y contó a Ester las palabras de Mardoqueo.<br />

10, 11 Entonces Ester dijo a Hatac que le dijese a Mardoqueo: Todos<br />

los siervos del rey, y el pueblo de las provincias del rey, saben<br />

que cualquier hombre o mujer que entra en el patio interior<br />

para ver al rey, sin ser llamado, una sola ley hay respecto a<br />

él: ha de morir; salvo aquel a quien el rey extendiere el cetro<br />

de oro, el cual vivirá; y yo no he sido llamada para ver al rey<br />

12 estos treinta días. Y dijeron a Mardoqueo las palabras de Es-<br />

13 ter. Entonces dijo Mardoqueo que respondiesen a Ester: No<br />

pienses que escaparás en la casa del rey más que cualquier otro<br />

14 judío. Porque si callas absolutamente en este tiempo, respiro<br />

y liberación vendrá de alguna otra parte para los judíos; mas<br />

tú y la casa de tu padre pereceréis. ¿Y quién sabe si para esta<br />

15 hora has llegado al reino? Y Ester dijo que respondiesen a<br />

16 Mardoqueo: Ve y reúne a todos los judíos que se hallan en<br />

Susa, y ayunad por mí, y no comáis ni bebáis en tres días,<br />

noche y día; yo también con mis doncellas ayunaré igualmente,<br />

y entonces entraré a ver al rey, aunque no sea conforme a<br />

17 la ley; y si perezco, que perezca. Entonces Mardoqueo fue, e<br />

hizo conforme a todo lo que le mandó Ester.<br />

5 Aconteció que al tercer día se vistió Ester su vestido real, y<br />

entró en el patio interior de la casa del rey, enfrente del aposento<br />

del rey; y estaba el rey sentado en su trono en el aposento<br />

2 real, enfrente de la puerta del aposento. Y cuando vio a la<br />

reina Ester que estaba en el patio, ella obtuvo gracia ante sus<br />

ojos; y el rey extendió a Ester el cetro de oro que tenía en la<br />

3 mano. Entonces vino Ester y tocó la punta del cetro. Dijo el<br />

rey: ¿Qué tienes, reina Ester, y cuál es tu petición? Hasta la<br />

4 mitad del reino se te dará. Y Ester dijo: Si place al rey, ven-


753 Ester 5. 5–6. 4<br />

gan hoy el rey y Amán al banquete que he preparado para el<br />

rey. Respondió el rey: Daos prisa, llamad a Amán, para hacer 5<br />

lo que Ester ha dicho. Vino, pues, el rey con Amán al banquete<br />

que Ester dispuso. Y dijo el rey a Ester en el banquete, 6<br />

mientras bebían vino: ¿Cuál es tu petición, y te será otorgada?<br />

¿Cuál es tu demanda? Aunque sea la mitad del reino, te será<br />

concedida. Entonces respondió Ester y dijo: Mi petición y mi 7<br />

demanda es ésta: Si he hallado gracia ante los ojos del rey, 8<br />

y si place al rey otorgar mi petición y conceder mi demanda,<br />

que venga el rey con Amán a otro banquete que les prepararé;<br />

y mañana haré conforme a lo que el rey ha mandado. Y salió 9<br />

Amán aquel día contento y alegre de corazón; pero cuando vio<br />

a Mardoqueo a la puerta del palacio del rey, que no se levantaba<br />

ni se movía de su lugar, se llenó de ira contra Mardoqueo.<br />

Pero se refrenó Amán y vino a su casa, y mandó llamar a sus 10<br />

amigos y a Zeres su mujer, y les refirió Amán la gloria de sus 11<br />

riquezas, y la multitud de sus hijos, y todas las cosas con que<br />

el rey le había engrandecido, y con que le había honrado sobre<br />

los príncipes y siervos del rey. Y añadió Amán: También la 12<br />

reina Ester a ninguno hizo venir con el rey al banquete que ella<br />

dispuso, sino a mí; y también para mañana estoy convidado<br />

por ella con el rey. Pero todo esto de nada me sirve cada vez 13<br />

que veo al judío Mardoqueo sentado a la puerta del rey. Y le 14<br />

dijo Zeres su mujer y todos sus amigos: Hagan una horca de<br />

cincuenta codos de altura, y mañana di al rey que cuelguen a<br />

Mardoqueo en ella; y entra alegre con el rey al banquete. Y<br />

agradó esto a los ojos de Amán, e hizo preparar la horca.<br />

Aquella misma noche se le fue el sueño al rey, y dijo que 6<br />

le trajesen el libro de las memorias y crónicas, y que las leyeran<br />

en su presencia. Entonces hallaron escrito que Mardoqueo 2<br />

había denunciado el complot de Bigtán y de Teres, dos eunucos<br />

del rey, de la guardia de la puerta, que habían procurado<br />

poner mano en el rey Asuero. Y dijo el rey: ¿Qué honra o 3<br />

qué distinción se hizo a Mardoqueo por esto? Y respondieron<br />

los servidores del rey, sus oficiales: Nada se ha hecho con él.<br />

Entonces dijo el rey: ¿Quién está en el patio? Y Amán había 4<br />

venido al patio exterior de la casa real, para hablarle al rey para<br />

que hiciese colgar a Mardoqueo en la horca que él le tenía


6. 5–7. 4 Ester 754<br />

5 preparada. Y los servidores del rey le respondieron: He aquí<br />

6 Amán está en el patio. Y el rey dijo: Que entre. Entró, pues,<br />

Amán, y el rey le dijo: ¿Qué se hará al hombre cuya honra<br />

desea el rey? Y dijo Amán en su corazón: ¿A quién deseará<br />

7 el rey honrar más que a mí? Y respondió Amán al rey: Para<br />

8 el varón cuya honra desea el rey, traigan el vestido real de<br />

que el rey se viste, y el caballo en que el rey cabalga, y la<br />

9 corona real que está puesta en su cabeza; y den el vestido y<br />

el caballo en mano de alguno de los príncipes más nobles del<br />

rey, y vistan a aquel varón cuya honra desea el rey, y llévenlo<br />

en el caballo por la plaza de la ciudad, y pregonen delante de<br />

10 él: Así se hará al varón cuya honra desea el rey. Entonces<br />

el rey dijo a Amán: Date prisa, toma el vestido y el caballo,<br />

como tú has dicho, y hazlo así con el judío Mardoqueo, que<br />

se sienta a la puerta real; no omitas nada de todo lo que has<br />

11 dicho. Y Amán tomó el vestido y el caballo, y vistió a Mardoqueo,<br />

y lo condujo a caballo por la plaza de la ciudad, e<br />

hizo pregonar delante de él: Así se hará al varón cuya honra<br />

12 desea el rey. Después de esto Mardoqueo volvió a la puerta<br />

real, y Amán se dio prisa para irse a su casa, apesadumbrado<br />

13 y cubierta su cabeza. Contó luego Amán a Zeres su mujer y a<br />

todos sus amigos, todo lo que le había acontecido. Entonces le<br />

dijeron sus sabios, y Zeres su mujer: Si de la descendencia de<br />

los judíos es ese Mardoqueo delante de quien has comenzado<br />

a caer, no lo vencerás, sino que caerás por cierto delante de<br />

14 él. Aún estaban ellos hablando con él, cuando los eunucos del<br />

rey llegaron apresurados, para llevar a Amán al banquete que<br />

Ester había dispuesto.<br />

7 Fue, pues, el rey con Amán al banquete de la reina Ester.<br />

2 Y en el segundo día, mientras bebían vino, dijo el rey a Ester:<br />

¿Cuál es tu petición, reina Ester, y te será concedida? ¿Cuál<br />

es tu demanda? Aunque sea la mitad del reino, te será otor-<br />

3 gada. Entonces la reina Ester respondió y dijo: Oh rey, si he<br />

hallado gracia en tus ojos, y si al rey place, séame dada mi<br />

4 vida por mi petición, y mi pueblo por mi demanda. Porque<br />

hemos sido vendidos, yo y mi pueblo, para ser destruidos, para<br />

ser muertos y exterminados. Si para siervos y siervas fuéramos<br />

vendidos, me callaría; pero nuestra muerte sería para el rey un


755 Ester 7. 5–8. 8<br />

daño irreparable. Respondió el rey Asuero, y dijo a la reina 5<br />

Ester: ¿Quién es, y dónde está, el que ha ensoberbecido su corazón<br />

para hacer esto? Ester dijo: El enemigo y adversario es 6<br />

este malvado Amán. Entonces se turbó Amán delante del rey<br />

y de la reina. Luego el rey se levantó del banquete, encendido 7<br />

en ira, y se fue al huerto del palacio; y se quedó Amán para<br />

suplicarle a la reina Ester por su vida; porque vio que estaba<br />

resuelto para él el mal de parte del rey. Después el rey volvió 8<br />

del huerto del palacio al aposento del banquete, y Amán había<br />

caído sobre el lecho en que estaba Ester. Entonces dijo el rey:<br />

¿Querrás también violar a la reina en mi propia casa? Al proferir<br />

el rey esta palabra, le cubrieron el rostro a Amán. Y dijo 9<br />

Harbona, uno de los eunucos que servían al rey: He aquí en<br />

casa de Amán la horca de cincuenta codos de altura que hizo<br />

Amán para Mardoqueo, el cual había hablado bien por el rey.<br />

Entonces el rey dijo: Colgadlo en ella. Así colgaron a Amán 10<br />

en la horca que él había hecho preparar para Mardoqueo; y se<br />

apaciguó la ira del rey.<br />

El mismo día, el rey Asuero dio a la reina Ester la casa de 8<br />

Amán enemigo de los judíos; y Mardoqueo vino delante del rey,<br />

porque Ester le declaró lo que él era respecto de ella. Y se qui- 2<br />

tó el rey el anillo que recogió de Amán, y lo dio a Mardoqueo.<br />

Y Ester puso a Mardoqueo sobre la casa de Amán. Volvió lue- 3<br />

go Ester a hablar delante del rey, y se echó a sus pies, llorando<br />

y rogándole que hiciese nula la maldad de Amán agagueo y su<br />

designio que había tramado contra los judíos. Entonces el rey 4<br />

extendió a Ester el cetro de oro, y Ester se levantó, y se puso<br />

en pie delante del rey, y dijo: Si place al rey, y si he hallado 5<br />

gracia delante de él, y si le parece acertado al rey, y yo soy<br />

agradable a sus ojos, que se dé orden escrita para revocar las<br />

cartas que autorizan la trama de Amán hijo de Hamedata agagueo,<br />

que escribió para destruir a los judíos que están en todas<br />

las provincias del rey. Porque ¿cómo podré yo ver el mal que 6<br />

alcanzará a mi pueblo? ¿Cómo podré yo ver la destrucción de<br />

mi nación? Respondió el rey Asuero a la reina Ester y a Mar- 7<br />

doqueo el judío: He aquí yo he dado a Ester la casa de Amán,<br />

y a él han colgado en la horca, por cuanto extendió su mano<br />

contra los judíos. Escribid, pues, vosotros a los judíos como 8


8. 9–9. 2 Ester 756<br />

bien os pareciere, en nombre del rey, y selladlo con el anillo<br />

del rey; porque un edicto que se escribe en nombre del rey, y<br />

9 se sella con el anillo del rey, no puede ser revocado. Entonces<br />

fueron llamados los escribanos del rey en el mes tercero, que es<br />

Siván, a los veintitrés días de ese mes; y se escribió conforme a<br />

todo lo que mandó Mardoqueo, a los judíos, y a los sátrapas,<br />

los capitanes y los príncipes de las provincias que había desde<br />

la India hasta Etiopía, ciento veintisiete provincias; a cada<br />

provincia según su escritura, y a cada pueblo conforme a su<br />

lengua, a los judíos también conforme a su escritura y lengua.<br />

10 Y escribió en nombre del rey Asuero, y lo selló con el anillo del<br />

rey, y envió cartas por medio de correos montados en caballos<br />

11 veloces procedentes de los repastos reales; que el rey daba<br />

facultad a los judíos que estaban en todas las ciudades, para<br />

que se reuniesen y estuviesen a la defensa de su vida, prontos a<br />

destruir, y matar, y acabar con toda fuerza armada del pueblo<br />

o provincia que viniese contra ellos, y aun sus niños y muje-<br />

12 res, y apoderarse de sus bienes, en un mismo día en todas las<br />

provincias del rey Asuero, en el día trece del mes duodécimo,<br />

13 que es el mes de Adar. La copia del edicto que había de darse<br />

por decreto en cada provincia, para que fuese conocido por<br />

todos los pueblos, decía que los judíos estuviesen preparados<br />

14 para aquel día, para vengarse de sus enemigos. Los correos,<br />

pues, montados en caballos veloces, salieron a toda prisa por<br />

la orden del rey; y el edicto fue dado en Susa capital del reino.<br />

15 Y salió Mardoqueo de delante del rey con vestido real de azul<br />

y blanco, y una gran corona de oro, y un manto de lino y púr-<br />

16 pura. La ciudad de Susa entonces se alegró y regocijó; y los<br />

17 judíos tuvieron luz y alegría, y gozo y honra. Y en cada provincia<br />

y en cada ciudad donde llegó el mandamiento del rey,<br />

los judíos tuvieron alegría y gozo, banquete y día de placer.<br />

Y muchos de entre los pueblos de la tierra se hacían judíos,<br />

porque el temor de los judíos había caído sobre ellos.<br />

9 En el mes duodécimo, que es el mes de Adar, a los trece días<br />

del mismo mes, cuando debía ser ejecutado el mandamiento del<br />

rey y su decreto, el mismo día en que los enemigos de los judíos<br />

esperaban enseñorearse de ellos, sucedió lo contrario; porque<br />

2 los judíos se enseñorearon de los que los aborrecían. Los ju-


757 Ester 9. 3–19<br />

díos se reunieron en sus ciudades, en todas las provincias del<br />

rey Asuero, para descargar su mano sobre los que habían procurado<br />

su mal, y nadie los pudo resistir, porque el temor de<br />

ellos había caído sobre todos los pueblos. Y todos los prínci- 3<br />

pes de las provincias, los sátrapas, capitanes y oficiales del rey,<br />

apoyaban a los judíos; porque el temor de Mardoqueo había<br />

caído sobre ellos. Pues Mardoqueo era grande en la casa del 4<br />

rey, y su fama iba por todas las provincias; Mardoqueo iba<br />

engrandeciéndose más y más. Y asolaron los judíos a todos 5<br />

sus enemigos a filo de espada, y con mortandad y destrucción,<br />

e hicieron con sus enemigos como quisieron. En Susa capi- 6<br />

tal del reino mataron y destruyeron los judíos a quinientos<br />

hombres. Mataron entonces a Parsandata, Dalfón, Aspata, 7<br />

Porata, Adalía, Aridata, Parmasta, Arisai, Aridai y Vaizata, 8, 9<br />

diez hijos de Amán hijo de Hamedata, enemigo de los judíos; 10<br />

pero no tocaron sus bienes. El mismo día se le dio cuenta 11<br />

al rey acerca del número de los muertos en Susa, residencia<br />

real. Y dijo el rey a la reina Ester: En Susa capital del rei- 12<br />

no los judíos han matado a quinientos hombres, y a diez hijos<br />

de Amán. ¿Qué habrán hecho en las otras provincias del rey?<br />

¿Cuál, pues, es tu petición? y te será concedida; ¿o qué más<br />

es tu demanda? y será hecha. Y respondió Ester: Si place al 13<br />

rey, concédase también mañana a los judíos en Susa, que hagan<br />

conforme a la ley de hoy; y que cuelguen en la horca a<br />

los diez hijos de Amán. Y mandó el rey que se hiciese así. Se 14<br />

dio la orden en Susa, y colgaron a los diez hijos de Amán. Y 15<br />

los judíos que estaban en Susa se juntaron también el catorce<br />

del mes de Adar, y mataron en Susa a trescientos hombres;<br />

pero no tocaron sus bienes. En cuanto a los otros judíos que 16<br />

estaban en las provincias del rey, también se juntaron y se<br />

pusieron en defensa de su vida, y descansaron de sus enemigos,<br />

y mataron de sus contrarios a setenta y cinco mil; pero<br />

no tocaron sus bienes. Esto fue en el día trece del mes de 17<br />

Adar, y reposaron en el día catorce del mismo, y lo hicieron<br />

día de banquete y de alegría. Pero los judíos que estaban en 18<br />

Susa se juntaron el día trece y el catorce del mismo mes, y<br />

el quince del mismo reposaron y lo hicieron día de banquete<br />

y de regocijo. Por tanto, los judíos aldeanos que habitan en 19


9. 20–32 Ester 758<br />

las villas sin muro hacen a los catorce del mes de Adar el día<br />

de alegría y de banquete, un día de regocijo, y para enviar<br />

20 porciones cada uno a su vecino. Y escribió Mardoqueo estas<br />

cosas, y envió cartas a todos los judíos que estaban en todas<br />

21 las provincias del rey Asuero, cercanos y distantes, ordenándoles<br />

que celebrasen el día decimocuarto del mes de Adar, y<br />

22 el decimoquinto del mismo, cada año, como días en que los<br />

judíos tuvieron paz de sus enemigos, y como el mes que de<br />

tristeza se les cambió en alegría, y de luto en día bueno; que<br />

los hiciesen días de banquete y de gozo, y para enviar porcio-<br />

23 nes cada uno a su vecino, y dádivas a los pobres. Y los judíos<br />

aceptaron hacer, según habían comenzado, lo que les escribió<br />

24 Mardoqueo. Porque Amán hijo de Hamedata agagueo, enemigo<br />

de todos los judíos, había ideado contra los judíos un plan<br />

para destruirlos, y había echado Pur, que quiere decir suerte,<br />

25 para consumirlos y acabar con ellos. Mas cuando Ester vino<br />

a la presencia del rey, él ordenó por carta que el perverso<br />

designio que aquél trazó contra los judíos recayera sobre su<br />

26 cabeza; y que colgaran a él y a sus hijos en la horca. Por esto<br />

llamaron a estos días Purim, por el nombre Pur. Y debido a<br />

las palabras de esta carta, y por lo que ellos vieron sobre es-<br />

27 to, y lo que llevó a su conocimiento, los judíos establecieron<br />

y tomaron sobre sí, sobre su descendencia y sobre todos los<br />

allegados a ellos, que no dejarían de celebrar estos dos días<br />

según está escrito tocante a ellos, conforme a su tiempo cada<br />

28 año; y que estos días serían recordados y celebrados por todas<br />

las generaciones, familias, provincias y ciudades; que estos<br />

días de Purim no dejarían de ser guardados por los judíos, y<br />

29 que su descendencia jamás dejaría de recordarlos. Y la reina<br />

Ester hija de Abihail, y Mardoqueo el judío, suscribieron con<br />

30 plena autoridad esta segunda carta referente a Purim. Y fueron<br />

enviadas cartas a todos los judíos, a las ciento veintisiete<br />

provincias del rey Asuero, con palabras de paz y de verdad,<br />

31 para confirmar estos días de Purim en sus tiempos señalados,<br />

según les había ordenado Mardoqueo el judío y la reina Ester,<br />

y según ellos habían tomado sobre sí y sobre su descendencia,<br />

32 para conmemorar el fin de los ayunos y de su clamor. Y el<br />

mandamiento de Ester confirmó estas celebraciones acerca de


759 Ester 10. 1–3<br />

Purim, y esto fue registrado en un libro.<br />

El rey Asuero impuso tributo sobre la tierra y hasta las 10<br />

costas del mar. Y todos los hechos de su poder y autoridad, 2<br />

y el relato sobre la grandeza de Mardoqueo, con que el rey le<br />

engrandeció, ¿no está escrito en el libro de las crónicas de los<br />

reyes de Media y de Persia? Porque Mardoqueo el judío fue 3<br />

el segundo después del rey Asuero, y grande entre los judíos,<br />

y estimado por la multitud de sus hermanos, porque procuró<br />

el bienestar de su pueblo y habló paz para todo su linaje.


job<br />

1 ubo en tierra de Uz un varón llamado Job; y era este<br />

hombre perfecto y recto, temeroso de Dios y apar-<br />

2 tado del mal. Y le nacieron siete hijos y tres hijas.<br />

3 Su hacienda era siete mil ovejas, tres mil camellos,<br />

quinientas yuntas de bueyes, quinientas asnas, y muchísimos<br />

criados; y era aquel varón más grande que todos los orientales.<br />

4 E iban sus hijos y hacían banquetes en sus casas, cada uno en<br />

su día; y enviaban a llamar a sus tres hermanas para que co-<br />

5 miesen y bebiesen con ellos. Y acontecía que habiendo pasado<br />

en turno los días del convite, Job enviaba y los santificaba, y<br />

se levantaba de mañana y ofrecía holocaustos conforme al número<br />

de todos ellos. Porque decía Job: Quizá habrán pecado<br />

mis hijos, y habrán blasfemado contra Dios en sus corazones.<br />

6 De esta manera hacía todos los días. Un día vinieron a presentarse<br />

delante de Jehová los hijos de Dios, entre los cuales<br />

7 vino también Satanás. Y dijo Jehová a Satanás: ¿De dónde<br />

vienes? Respondiendo Satanás a Jehová, dijo: De rodear la<br />

8 tierra y de andar por ella. Y Jehová dijo a Satanás: ¿No has<br />

9<br />

considerado a mi siervo Job, que no hay otro como él en la<br />

tierra, varón perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado del<br />

mal? Respondiendo Satanás a Jehová, dijo: ¿Acaso teme Job<br />

10 a Dios de balde? ¿No le has cercado alrededor a él y a su casa<br />

y a todo lo que tiene? Al trabajo de sus manos has dado bendición;<br />

por tanto, sus bienes han aumentado sobre la tierra.<br />

11 Pero extiende ahora tu mano y toca todo lo que tiene, y verás<br />

12 si no blasfema contra ti en tu misma presencia. Dijo Jehová<br />

a Satanás: He aquí, todo lo que tiene está en tu mano; solamente<br />

no pongas tu mano sobre él. Y salió Satanás de delante<br />

13 de Jehová. Y un día aconteció que sus hijos e hijas comían y<br />

14 bebían vino en casa de su hermano el primogénito, y vino un<br />

mensajero a Job, y le dijo: Estaban arando los bueyes, y las<br />

15 asnas paciendo cerca de ellos, y acometieron los sabeos y los<br />

tomaron, y mataron a los criados a filo de espada; solamente<br />

16<br />

escapé yo para darte la noticia. Aún estaba éste hablando,


761 Job 1. 17–2. 11<br />

cuando vino otro que dijo: Fuego de Dios cayó del cielo, que<br />

quemó las ovejas y a los pastores, y los consumió; solamente<br />

escapé yo para darte la noticia. Todavía estaba éste hablan- 17<br />

do, y vino otro que dijo: Los caldeos hicieron tres escuadrones,<br />

y arremetieron contra los camellos y se los llevaron, y mataron<br />

a los criados a filo de espada; y solamente escapé yo para darte<br />

la noticia. Entre tanto que éste hablaba, vino otro que dijo: 18<br />

Tus hijos y tus hijas estaban comiendo y bebiendo vino en casa<br />

de su hermano el primogénito; y un gran viento vino del 19<br />

lado del desierto y azotó las cuatro esquinas de la casa, la cual<br />

cayó sobre los jóvenes, y murieron; y solamente escapé yo para<br />

darte la noticia. Entonces Job se levantó, y rasgó su manto, y 20<br />

rasuró su cabeza, y se postró en tierra y adoró, y dijo: Desnu- 21<br />

do salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allá. Jehová<br />

dio, y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito. En todo 22<br />

esto no pecó Job, ni atribuyó a Dios despropósito alguno.<br />

Aconteció que otro día vinieron los hijos de Dios para pre- 2<br />

sentarse delante de Jehová, y Satanás vino también entre ellos<br />

presentándose delante de Jehová. Y dijo Jehová a Satanás: 2<br />

¿De dónde vienes? Respondió Satanás a Jehová, y dijo: De rodear<br />

la tierra, y de andar por ella. Y Jehová dijo a Satanás: 3<br />

¿No has considerado a mi siervo Job, que no hay otro como él<br />

en la tierra, varón perfecto y recto, temeroso de Dios y apartado<br />

del mal, y que todavía retiene su integridad, aun cuando tú<br />

me incitaste contra él para que lo arruinara sin causa? Res- 4<br />

pondiendo Satanás, dijo a Jehová: Piel por piel, todo lo que el<br />

hombre tiene dará por su vida. Pero extiende ahora tu mano, 5<br />

y toca su hueso y su carne, y verás si no blasfema contra ti en<br />

tu misma presencia. Y Jehová dijo a Satanás: He aquí, él está 6<br />

en tu mano; mas guarda su vida. Entonces salió Satanás de la 7<br />

presencia de Jehová, e hirió a Job con una sarna maligna desde<br />

la planta del pie hasta la coronilla de la cabeza. Y tomaba 8<br />

Job un tiesto para rascarse con él, y estaba sentado en medio<br />

de ceniza. Entonces le dijo su mujer: ¿Aún retienes tu inte- 9<br />

gridad? Maldice a Dios, y muérete. Y él le dijo: Como suele 10<br />

hablar cualquiera de las mujeres fatuas, has hablado. ¿Qué?<br />

¿Recibiremos de Dios el bien, y el mal no lo recibiremos? En<br />

todo esto no pecó Job con sus labios. Y tres amigos de Job, 11


2. 12–3. 23 Job 762<br />

Elifaz temanita, Bildad suhita, y Zofar naamatita, luego que<br />

oyeron todo este mal que le había sobrevenido, vinieron cada<br />

uno de su lugar; porque habían convenido en venir juntos pa-<br />

12 ra condolerse de él y para consolarle. Los cuales, alzando los<br />

ojos desde lejos, no lo conocieron, y lloraron a gritos; y cada<br />

uno de ellos rasgó su manto, y los tres esparcieron polvo sobre<br />

13 sus cabezas hacia el cielo. Así se sentaron con él en tierra por<br />

siete días y siete noches, y ninguno le hablaba palabra, porque<br />

veían que su dolor era muy grande.<br />

3, 2 Después de esto abrió Job su boca, y maldijo su día. Y<br />

3 exclamó Job, y dijo: Perezca el día en que yo nací, Y la noche<br />

4 en que se dijo: Varón es concebido. Sea aquel día sombrío, Y<br />

no cuide de él Dios desde arriba, Ni claridad sobre él resplan-<br />

5 dezca. Aféenlo tinieblas y sombra de muerte; Repose sobre<br />

6 él nublado Que lo haga horrible como día caliginoso. Ocupe<br />

aquella noche la oscuridad; No sea contada entre los días<br />

7 del año, Ni venga en el número de los meses. ¡Oh, que fuera<br />

aquella noche solitaria, Que no viniera canción alguna en ella!<br />

8 Maldíganla los que maldicen el día, Los que se aprestan para<br />

9 despertar a Leviatán. Oscurézcanse las estrellas de su alba;<br />

Espere la luz, y no venga, Ni vea los párpados de la mañana;<br />

10 Por cuanto no cerró las puertas del vientre donde yo estaba,<br />

11 Ni escondió de mis ojos la miseria. ¿Por qué no morí yo en la<br />

12 matriz, O expiré al salir del vientre? ¿Por qué me recibieron<br />

13 las rodillas? ¿Y a qué los pechos para que mamase? Pues ahora<br />

estaría yo muerto, y reposaría; Dormiría, y entonces tendría<br />

14 descanso, Con los reyes y con los consejeros de la tierra, Que<br />

15 reedifican para sí ruinas; O con los príncipes que poseían el<br />

16 oro, Que llenaban de plata sus casas. ¿Por qué no fui escondido<br />

como abortivo, Como los pequeñitos que nunca vieron la<br />

17 luz? Allí los impíos dejan de perturbar, Y allí descansan los<br />

18 de agotadas fuerzas. Allí también reposan los cautivos; No<br />

19 oyen la voz del capataz. Allí están el chico y el grande, Y el<br />

20 siervo libre de su señor. ¿Por qué se da luz al trabajado, Y<br />

21 vida a los de ánimo amargado, Que esperan la muerte, y ella<br />

22 no llega, Aunque la buscan más que tesoros; Que se alegran<br />

23 sobremanera, Y se gozan cuando hallan el sepulcro? ¿Por qué<br />

se da vida al hombre que no sabe por donde ha de ir, Y a quien


763 Job 3. 24–5. 3<br />

Dios ha encerrado? Pues antes que mi pan viene mi suspiro, 24<br />

Y mis gemidos corren como aguas. Porque el temor que me 25<br />

espantaba me ha venido, Y me ha acontecido lo que yo temía.<br />

No he tenido paz, no me aseguré, ni estuve reposado; 26<br />

No obstante, me vino turbación.<br />

Entonces respondió Elifaz temanita, y dijo: Si probáremos 4, 2<br />

a hablarte, te será molesto; Pero ¿quién podrá detener las palabras?<br />

He aquí, tú enseñabas a muchos, Y fortalecías las 3<br />

manos débiles; Al que tropezaba enderezaban tus palabras, 4<br />

Y esforzabas las rodillas que decaían. Mas ahora que el mal 5<br />

ha venido sobre ti, te desalientas; Y cuando ha llegado hasta<br />

ti, te turbas. ¿No es tu temor a Dios tu confianza? ¿No es tu 6<br />

esperanza la integridad de tus caminos? Recapacita ahora; 7<br />

¿qué inocente se ha perdido? Y ¿en dónde han sido destruidos<br />

los rectos? Como yo he visto, los que aran iniquidad Y 8<br />

siembran injuria, la siegan. Perecen por el aliento de Dios, Y 9<br />

por el soplo de su ira son consumidos. Los rugidos del león, 10<br />

y los bramidos del rugiente, Y los dientes de los leoncillos son<br />

quebrantados. El león viejo perece por falta de presa, Y los 11<br />

hijos de la leona se dispersan. El asunto también me era a 12<br />

mí oculto; Mas mi oído ha percibido algo de ello. En imagi- 13<br />

naciones de visiones nocturnas, Cuando el sueño cae sobre los<br />

hombres, Me sobrevino un espanto y un temblor, Que estre- 14<br />

meció todos mis huesos; Y al pasar un espíritu por delante de 15<br />

mí, Hizo que se erizara el pelo de mi cuerpo. Paróse delante 16<br />

de mis ojos un fantasma, Cuyo rostro yo no conocí, Y quedo,<br />

oí que decía: ¿Será el hombre más justo que Dios? ¿Será el 17<br />

varón más limpio que el que lo hizo? He aquí, en sus siervos 18<br />

no confía, Y notó necedad en sus ángeles; ¡Cuánto más en 19<br />

los que habitan en casas de barro, Cuyos cimientos están en el<br />

polvo, Y que serán quebrantados por la polilla! De la mañana 20<br />

a la tarde son destruidos, Y se pierden para siempre, sin haber<br />

quien repare en ello. Su hermosura, ¿no se pierde con ellos 21<br />

mismos? Y mueren sin haber adquirido sabiduría.<br />

Ahora, pues, da voces; ¿habrá quien te responda? ¿Y a cuál 5<br />

de los santos te volverás? Es cierto que al necio lo mata la 2<br />

ira, Y al codicioso lo consume la envidia. Yo he visto al necio 3<br />

que echaba raíces, Y en la misma hora maldije su habitación.


5. 4–6. 4 Job 764<br />

4 Sus hijos estarán lejos de la seguridad; En la puerta serán que-<br />

5 brantados, Y no habrá quien los libre. Su mies comerán los<br />

hambrientos, Y la sacarán de entre los espinos, Y los sedientos<br />

6 beberán su hacienda. Porque la aflicción no sale del polvo,<br />

7 Ni la molestia brota de la tierra. Pero como las chispas se<br />

levantan para volar por el aire, Así el hombre nace para la<br />

8 aflicción. Ciertamente yo buscaría a Dios, Y encomendaría a<br />

9 él mi causa; El cual hace cosas grandes e inescrutables, Y ma-<br />

10 ravillas sin número; Que da la lluvia sobre la faz de la tierra,<br />

11 Y envía las aguas sobre los campos; Que pone a los humildes<br />

12 en altura, Y a los enlutados levanta a seguridad; Que frustra<br />

los pensamientos de los astutos, Para que sus manos no hagan<br />

13 nada; Que prende a los sabios en la astucia de ellos, Y frustra<br />

14 los designios de los perversos. De día tropiezan con tinieblas,<br />

15 Y a mediodía andan a tientas como de noche. Así libra de la<br />

espada al pobre, de la boca de los impíos, Y de la mano violen-<br />

16 ta; Pues es esperanza al menesteroso, Y la iniquidad cerrará<br />

17 su boca. He aquí, bienaventurado es el hombre a quien Dios<br />

castiga; Por tanto, no menosprecies la corrección del Todopo-<br />

18 deroso. Porque él es quien hace la llaga, y él la vendará; El<br />

19 hiere, y sus manos curan. En seis tribulaciones te librará, Y<br />

20 en la séptima no te tocará el mal. En el hambre te salvará<br />

21 de la muerte, Y del poder de la espada en la guerra. Del azote<br />

de la lengua serás encubierto; No temerás la destrucción<br />

22 cuando viniere. De la destrucción y del hambre te reirás, Y<br />

23 no temerás de las fieras del campo; Pues aun con las piedras<br />

del campo tendrás tu pacto, Y las fieras del campo estarán en<br />

24 paz contigo. Sabrás que hay paz en tu tienda; Visitarás tu<br />

25 morada, y nada te faltará. Asimismo echarás de ver que tu<br />

descendencia es mucha, Y tu prole como la hierba de la tierra.<br />

26 Vendrás en la vejez a la sepultura, Como la gavilla de trigo<br />

27 que se recoge a su tiempo. He aquí lo que hemos inquirido, lo<br />

cual es así; Óyelo, y conócelo tú para tu provecho.<br />

6, 2 Respondió entonces Job, y dijo: ¡Oh, que pesasen justamente<br />

mi queja y mi tormento, Y se alzasen igualmente en<br />

3 balanza! Porque pesarían ahora más que la arena del mar;<br />

4 Por eso mis palabras han sido precipitadas. Porque las saetas


765 Job 6. 5–7. 2<br />

del Todopoderoso están en mí, Cuyo veneno bebe mi espíritu;<br />

Y terrores de Dios me combaten. ¿Acaso gime el asno mon- 5<br />

tés junto a la hierba? ¿Muge el buey junto a su pasto? ¿Se 6<br />

comerá lo desabrido sin sal? ¿Habrá gusto en la clara del huevo?<br />

Las cosas que mi alma no quería tocar, Son ahora mi 7<br />

alimento. ¡Quién me diera que viniese mi petición, Y que me 8<br />

otorgase Dios lo que anhelo, Y que agradara a Dios quebran- 9<br />

tarme; Que soltara su mano, y acabara conmigo! Sería aún 10<br />

mi consuelo, Si me asaltase con dolor sin dar más tregua, Que<br />

yo no he escondido las palabras del Santo. ¿Cuál es mi fuerza 11<br />

para esperar aún? ¿Y cuál mi fin para que tenga aún paciencia?<br />

¿Es mi fuerza la de las piedras, O es mi carne de bronce? 12<br />

¿No es así que ni aun a mí mismo me puedo valer, Y que to- 13<br />

do auxilio me ha faltado? El atribulado es consolado por su 14<br />

compañero; Aun aquel que abandona el temor del Omnipotente.<br />

Pero mis hermanos me traicionaron como un torrente; 15<br />

Pasan como corrientes impetuosas Que están escondidas por 16<br />

la helada, Y encubiertas por la nieve; Que al tiempo del ca- 17<br />

lor son deshechas, Y al calentarse, desaparecen de su lugar;<br />

Se apartan de la senda de su rumbo, Van menguando, y se 18<br />

pierden. Miraron los caminantes de Temán, Los caminantes 19<br />

de Sabá esperaron en ellas; Pero fueron avergonzados por su 20<br />

esperanza; Porque vinieron hasta ellas, y se hallaron confusos.<br />

Ahora ciertamente como ellas sois vosotros; Pues habéis visto 21<br />

el tormento, y teméis. ¿Os he dicho yo: Traedme, Y pagad 22<br />

por mí de vuestra hacienda; Libradme de la mano del opre- 23<br />

sor, Y redimidme del poder de los violentos? Enseñadme, y yo 24<br />

callaré; Hacedme entender en qué he errado. ¡Cuán eficaces 25<br />

son las palabras rectas! Pero ¿qué reprende la censura vuestra?<br />

¿Pensáis censurar palabras, Y los discursos de un desesperado, 26<br />

que son como el viento? También os arrojáis sobre el huér- 27<br />

fano, Y caváis un hoyo para vuestro amigo. Ahora, pues, si 28<br />

queréis, miradme, Y ved si digo mentira delante de vosotros.<br />

Volved ahora, y no haya iniquidad; Volved aún a considerar 29<br />

mi justicia en esto. ¿Hay iniquidad en mi lengua? ¿Acaso no 30<br />

puede mi paladar discernir las cosas inicuas?<br />

¿No es acaso brega la vida del hombre sobre la tierra, Y 7<br />

sus días como los días del jornalero? Como el siervo suspira 2


7. 3–8. 6 Job 766<br />

por la sombra, Y como el jornalero espera el reposo de su<br />

3 trabajo, Así he recibido meses de calamidad, Y noches de<br />

4 trabajo me dieron por cuenta. Cuando estoy acostado, digo:<br />

¿Cuándo me levantaré? Mas la noche es larga, y estoy lleno de<br />

5 inquietudes hasta el alba. Mi carne está vestida de gusanos, y<br />

6 de costras de polvo; Mi piel hendida y abominable. Y mis días<br />

fueron más veloces que la lanzadera del tejedor, Y fenecieron<br />

7 sin esperanza. Acuérdate que mi vida es un soplo, Y que mis<br />

8 ojos no volverán a ver el bien. Los ojos de los que me ven, no<br />

9 me verán más; Fijarás en mí tus ojos, y dejaré de ser. Como<br />

la nube se desvanece y se va, Así el que desciende al Seol no<br />

10 subirá; No volverá más a su casa, Ni su lugar le conocerá más.<br />

11 Por tanto, no refrenaré mi boca; Hablaré en la angustia de mi<br />

12 espíritu, Y me quejaré con la amargura de mi alma. ¿Soy yo<br />

el mar, o un monstruo marino, Para que me pongas guarda?<br />

13 Cuando digo: Me consolará mi lecho, Mi cama atenuará mis<br />

14 quejas; Entonces me asustas con sueños, Y me aterras con<br />

15 visiones. Y así mi alma tuvo por mejor la estrangulación, Y<br />

16 quiso la muerte más que mis huesos. Abomino de mi vida;<br />

no he de vivir para siempre; Déjame, pues, porque mis días<br />

17 son vanidad. ¿Qué es el hombre, para que lo engrandezcas,<br />

18 Y para que pongas sobre él tu corazón, Y lo visites todas las<br />

19 mañanas, Y todos los momentos lo pruebes? ¿Hasta cuándo<br />

no apartarás de mí tu mirada, Y no me soltarás siquiera hasta<br />

20 que trague mi saliva? Si he pecado, ¿qué puedo hacerte a<br />

ti, oh Guarda de los hombres? ¿Por qué me pones por blanco<br />

21 tuyo, Hasta convertirme en una carga para mí mismo? ¿Y por<br />

qué no quitas mi rebelión, y perdonas mi iniquidad? Porque<br />

ahora dormiré en el polvo, Y si me buscares de mañana, ya no<br />

existiré.<br />

8, 2 Respondió Bildad suhita, y dijo: ¿Hasta cuándo hablarás<br />

tales cosas, Y las palabras de tu boca serán como viento impe-<br />

3 tuoso? ¿Acaso torcerá Dios el derecho, O pervertirá el Todo-<br />

4 poderoso la justicia? Si tus hijos pecaron contra él, Él los echó<br />

5 en el lugar de su pecado. Si tú de mañana buscares a Dios,<br />

6 Y rogares al Todopoderoso; Si fueres limpio y recto, Ciertamente<br />

luego se despertará por ti, Y hará próspera la morada


767 Job 8. 7–9. 14<br />

de tu justicia. Y aunque tu principio haya sido pequeño, Tu 7<br />

postrer estado será muy grande. Porque pregunta ahora a las 8<br />

generaciones pasadas, Y dispónte para inquirir a los padres de<br />

ellas; Pues nosotros somos de ayer, y nada sabemos, Siendo 9<br />

nuestros días sobre la tierra como sombra. ¿No te enseñarán 10<br />

ellos, te hablarán, Y de su corazón sacarán palabras? ¿Crece 11<br />

el junco sin lodo? ¿Crece el prado sin agua? Aun en su verdor, 12<br />

y sin haber sido cortado, Con todo, se seca primero que toda<br />

hierba. Tales son los caminos de todos los que olvidan a Dios; 13<br />

Y la esperanza del impío perecerá; Porque su esperanza será 14<br />

cortada, Y su confianza es tela de araña. Se apoyará él en su 15<br />

casa, mas no permanecerá ella en pie; Se asirá de ella, mas no<br />

resistirá. A manera de un árbol está verde delante del sol, Y 16<br />

sus renuevos salen sobre su huerto; Se van entretejiendo sus 17<br />

raíces junto a una fuente, Y enlazándose hasta un lugar pedregoso.<br />

Si le arrancaren de su lugar, Éste le negará entonces, 18<br />

diciendo: Nunca te vi. Ciertamente éste será el gozo de su 19<br />

camino; Y del polvo mismo nacerán otros. He aquí, Dios no 20<br />

aborrece al perfecto, Ni apoya la mano de los malignos. Aún 21<br />

llenará tu boca de risa, Y tus labios de júbilo. Los que te 22<br />

aborrecen serán vestidos de confusión; Y la habitación de los<br />

impíos perecerá.<br />

Respondió Job, y dijo: Ciertamente yo sé que es así; ¿Y 9, 2<br />

cómo se justificará el hombre con Dios? Si quisiere contender 3<br />

con él, No le podrá responder a una cosa entre mil. Él es sabio 4<br />

de corazón, y poderoso en fuerzas; ¿Quién se endureció contra<br />

él, y le fue bien? El arranca los montes con su furor, Y no 5<br />

saben quién los trastornó; El remueve la tierra de su lugar, 6<br />

Y hace temblar sus columnas; El manda al sol, y no sale; Y 7<br />

sella las estrellas; El solo extendió los cielos, Y anda sobre 8<br />

las olas del mar; Él hizo la Osa, el Orión y las Pléyades, Y 9<br />

los lugares secretos del sur; Él hace cosas grandes e incom- 10<br />

prensibles, Y maravillosas, sin número. He aquí que él pasará 11<br />

delante de mí, y yo no lo veré; Pasará, y no lo entenderé. He 12<br />

aquí, arrebatará; ¿quién le hará restituir? ¿Quién le dirá: ¿Qué<br />

haces? Dios no volverá atrás su ira, Y debajo de él se abaten 13<br />

los que ayudan a los soberbios. ¿Cuánto menos le responde- 14


9. 15–10. 9 Job 768<br />

15 ré yo, Y hablaré con él palabras escogidas? Aunque fuese yo<br />

16 justo, no respondería; Antes habría de rogar a mi juez. Si yo<br />

le invocara, y él me respondiese, Aún no creeré que haya escu-<br />

17 chado mi voz. Porque me ha quebrantado con tempestad, Y<br />

18 ha aumentado mis heridas sin causa. No me ha concedido que<br />

19 tome aliento, Sino que me ha llenado de amarguras. Si habláremos<br />

de su potencia, por cierto es fuerte; Si de juicio, ¿quién<br />

20 me emplazará? Si yo me justificare, me condenaría mi boca;<br />

21 Si me dijere perfecto, esto me haría inicuo. Si fuese íntegro,<br />

22 no haría caso de mí mismo; Despreciaría mi vida. Una cosa<br />

23 resta que yo diga: Al perfecto y al impío él los consume. Si<br />

azote mata de repente, Se ríe del sufrimiento de los inocentes.<br />

24 La tierra es entregada en manos de los impíos, Y él cubre el<br />

25 rostro de sus jueces. Si no es él, ¿quién es? ¿Dónde está? Mis<br />

días han sido más ligeros que un correo; Huyeron, y no vieron<br />

26 el bien. Pasaron cual naves veloces; Como el águila que se<br />

27 arroja sobre la presa. Si yo dijere: Olvidaré mi queja, Deja-<br />

28 ré mi triste semblante, y me esforzaré, Me turban todos mis<br />

29 dolores; Sé que no me tendrás por inocente. Yo soy impío;<br />

30 ¿Para qué trabajaré en vano? Aunque me lave con aguas de<br />

31 nieve, Y limpie mis manos con la limpieza misma, Aún me<br />

hundirás en el hoyo, Y mis propios vestidos me abominarán.<br />

32 Porque no es hombre como yo, para que yo le responda, Y<br />

33 vengamos juntamente a juicio. No hay entre nosotros árbitro<br />

34 Que ponga su mano sobre nosotros dos. Quite de sobre mí su<br />

35 vara, Y su terror no me espante. Entonces hablaré, y no le<br />

temeré; Porque en este estado no estoy en mí.<br />

10 Está mi alma hastiada de mi vida; Daré libre curso a mi<br />

2 queja, Hablaré con amargura de mi alma. Diré a Dios: No me<br />

3 condenes; Hazme entender por qué contiendes conmigo. ¿Te<br />

parece bien que oprimas, Que deseches la obra de tus manos,<br />

4 Y que favorezcas los designios de los impíos? ¿Tienes tú acaso<br />

5 ojos de carne? ¿Ves tú como ve el hombre? ¿Son tus días como<br />

los días del hombre, O tus años como los tiempos humanos,<br />

6, 7 Para que inquieras mi iniquidad, Y busques mi pecado, Aunque<br />

tú sabes que no soy impío, Y que no hay quien de tu mano<br />

8 me libre? Tus manos me hicieron y me formaron; ¿Y luego<br />

9 te vuelves y me deshaces? Acuérdate que como a barro me


769 Job 10. 10–11. 14<br />

diste forma; ¿Y en polvo me has de volver? ¿No me vaciaste 10<br />

como leche, Y como queso me cuajaste? Me vestiste de piel y 11<br />

carne, Y me tejiste con huesos y nervios. Vida y misericordia 12<br />

me concediste, Y tu cuidado guardó mi espíritu. Estas cosas 13<br />

tienes guardadas en tu corazón; Yo sé que están cerca de ti.<br />

Si pequé, tú me has observado, Y no me tendrás por limpio 14<br />

de mi iniquidad. Si fuere malo, ¡ay de mí! Y si fuere justo, 15<br />

no levantaré mi cabeza, Estando hastiado de deshonra, y de<br />

verme afligido. Si mi cabeza se alzare, cual león tú me cazas; 16<br />

Y vuelves a hacer en mí maravillas. Renuevas contra mí tus 17<br />

pruebas, Y aumentas conmigo tu furor como tropas de relevo.<br />

¿Por qué me sacaste de la matriz? Hubiera yo expirado, 18<br />

y ningún ojo me habría visto. Fuera como si nunca hubiera 19<br />

existido, Llevado del vientre a la sepultura. ¿No son pocos 20<br />

mis días? Cesa, pues, y déjame, para que me consuele un poco,<br />

Antes que vaya para no volver, A la tierra de tinieblas 21<br />

y de sombra de muerte; Tierra de oscuridad, lóbrega, Como 22<br />

sombra de muerte y sin orden, Y cuya luz es como densas<br />

tinieblas.<br />

Respondió Zofar naamatita, y dijo: ¿Las muchas palabras 11, 2<br />

no han de tener respuesta? ¿Y el hombre que habla mucho será<br />

justificado? ¿Harán tus falacias callar a los hombres? ¿Harás 3<br />

escarnio y no habrá quien te avergüence? Tú dices: Mi doc- 4<br />

trina es pura, Y yo soy limpio delante de tus ojos. Mas ¡oh, 5<br />

quién diera que Dios hablara, Y abriera sus labios contigo, Y 6<br />

te declarara los secretos de la sabiduría, Que son de doble valor<br />

que las riquezas! Conocerías entonces que Dios te ha castigado<br />

menos de lo que tu iniquidad merece. ¿Descubrirás tú los se- 7<br />

cretos de Dios? ¿Llegarás tú a la perfección del Todopoderoso?<br />

Es más alta que los cielos; ¿qué harás? Es más profunda que el 8<br />

Seol; ¿cómo la conocerás? Su dimensión es más extensa que 9<br />

la tierra, Y más ancha que el mar. Si él pasa, y aprisiona, y 10<br />

llama a juicio, ¿Quién podrá contrarrestarle? Porque él cono- 11<br />

ce a los hombres vanos; Ve asimismo la iniquidad, ¿y no hará<br />

caso? El hombre vano se hará entendido, Cuando un pollino 12<br />

de asno montés nazca hombre. Si tú dispusieres tu corazón, Y 13<br />

extendieres a él tus manos; Si alguna iniquidad hubiere en tu 14<br />

mano, y la echares de ti, Y no consintieres que more en tu casa


11. 15–12. 21 Job 770<br />

15 la injusticia, Entonces levantarás tu rostro limpio de mancha,<br />

16 Y serás fuerte, y nada temerás; Y olvidarás tu miseria, O te<br />

17 acordarás de ella como de aguas que pasaron. La vida te será<br />

más clara que el mediodía; Aunque oscureciere, será como la<br />

18 mañana. Tendrás confianza, porque hay esperanza; Mirarás<br />

19 alrededor, y dormirás seguro. Te acostarás, y no habrá quien<br />

20 te espante; Y muchos suplicarán tu favor. Pero los ojos de los<br />

malos se consumirán, Y no tendrán refugio; Y su esperanza<br />

será dar su último suspiro.<br />

12, 2 Respondió entonces Job, diciendo: Ciertamente vosotros<br />

3 sois el pueblo, Y con vosotros morirá la sabiduría. También<br />

tengo yo entendimiento como vosotros; No soy yo menos que<br />

4 vosotros; ¿Y quién habrá que no pueda decir otro tanto? Yo<br />

soy uno de quien su amigo se mofa, Que invoca a Dios, y él le<br />

5 responde; Con todo, el justo y perfecto es escarnecido. Aquel<br />

cuyos pies van a resbalar Es como una lámpara despreciada<br />

6 de aquel que está a sus anchas. Prosperan las tiendas de los<br />

ladrones, Y los que provocan a Dios viven seguros, En cuyas<br />

7 manos él ha puesto cuanto tienen. Y en efecto, pregunta ahora<br />

a las bestias, y ellas te enseñarán; A las aves de los cielos, y<br />

8 ellas te lo mostrarán; O habla a la tierra, y ella te enseñará;<br />

9 Los peces del mar te lo declararán también. ¿Qué cosa de<br />

10 todas éstas no entiende Que la mano de Jehová la hizo? En<br />

su mano está el alma de todo viviente, Y el hálito de todo el<br />

11 género humano. Ciertamente el oído distingue las palabras, Y<br />

12 el paladar gusta las viandas. En los ancianos está la ciencia,<br />

13 Y en la larga edad la inteligencia. Con Dios está la sabiduría<br />

14 y el poder; Suyo es el consejo y la inteligencia. Si él derriba,<br />

no hay quien edifique; Encerrará al hombre, y no habrá quien<br />

15 le abra. Si él detiene las aguas, todo se seca; Si las envía,<br />

16 destruyen la tierra. Con él está el poder y la sabiduría; Suyo<br />

17 es el que yerra, y el que hace errar. Él hace andar despojados<br />

18 de consejo a los consejeros, Y entontece a los jueces. El rompe<br />

19 las cadenas de los tiranos, Y les ata una soga a sus lomos. El<br />

lleva despojados a los príncipes, Y trastorna a los poderosos.<br />

20 Priva del habla a los que dicen verdad, Y quita a los ancianos el<br />

21 consejo. El derrama menosprecio sobre los príncipes, Y desata


771 Job 12. 22–13. 26<br />

el cinto de los fuertes. El descubre las profundidades de las 22<br />

tinieblas, Y saca a luz la sombra de muerte. El multiplica las 23<br />

naciones, y él las destruye; Esparce a las naciones, y las vuelve<br />

a reunir. El quita el entendimiento a los jefes del pueblo de la 24<br />

tierra, Y los hace vagar como por un yermo sin camino. Van 25<br />

a tientas, como en tinieblas y sin luz, Y los hace errar como<br />

borrachos.<br />

He aquí que todas estas cosas han visto mis ojos, Y oído 13<br />

y entendido mis oídos. Como vosotros lo sabéis, lo sé yo; No 2<br />

soy menos que vosotros. Mas yo hablaría con el Todopodero- 3<br />

so, Y querría razonar con Dios. Porque ciertamente vosotros 4<br />

sois fraguadores de mentira; Sois todos vosotros médicos nulos.<br />

Ojalá callarais por completo, Porque esto os fuera sabiduría. 5<br />

Oíd ahora mi razonamiento, Y estad atentos a los argumentos 6<br />

de mis labios. ¿Hablaréis iniquidad por Dios? ¿Hablaréis por 7<br />

él engaño? ¿Haréis acepción de personas a su favor? ¿Conten- 8<br />

deréis vosotros por Dios? ¿Sería bueno que él os escudriñase? 9<br />

¿Os burlaréis de él como quien se burla de algún hombre?<br />

Él os reprochará de seguro, Si solapadamente hacéis acepción 10<br />

de personas. De cierto su alteza os habría de espantar, Y su 11<br />

pavor habría de caer sobre vosotros. Vuestras máximas son 12<br />

refranes de ceniza, Y vuestros baluartes son baluartes de lodo.<br />

Escuchadme, y hablaré yo, Y que me venga después lo 13<br />

que viniere. ¿Por qué quitaré yo mi carne con mis dientes, Y 14<br />

tomaré mi vida en mi mano? He aquí, aunque él me matare, 15<br />

en él esperaré; No obstante, defenderé delante de él mis caminos,<br />

Y él mismo será mi salvación, Porque no entrará en 16<br />

su presencia el impío. Oíd con atención mi razonamiento, Y 17<br />

mi declaración entre en vuestros oídos. He aquí ahora, si yo 18<br />

expusiere mi causa, Sé que seré justificado. ¿Quién es el que 19<br />

contenderá conmigo? Porque si ahora yo callara, moriría. A lo 20<br />

menos dos cosas no hagas conmigo; Entonces no me esconderé<br />

de tu rostro: Aparta de mí tu mano, Y no me asombre tu 21<br />

terror. Llama luego, y yo responderé; O yo hablaré, y respón- 22<br />

deme tú. ¿Cuántas iniquidades y pecados tengo yo? Hazme 23<br />

entender mi transgresión y mi pecado. ¿Por qué escondes tu 24<br />

rostro, Y me cuentas por tu enemigo? ¿A la hoja arrebatada 25<br />

has de quebrantar, Y a una paja seca has de perseguir? ¿Por 26


13. 27–15. 2 Job 772<br />

qué escribes contra mí amarguras, Y me haces cargo de los<br />

27 pecados de mi juventud? Pones además mis pies en el cepo, y<br />

observas todos mis caminos, Trazando un límite para las plan-<br />

28 tas de mis pies. Y mi cuerpo se va gastando como de carcoma,<br />

Como vestido que roe la polilla.<br />

14 El hombre nacido de mujer, Corto de días, y hastiado de<br />

2 sinsabores, Sale como una flor y es cortado, Y huye como la<br />

3 sombra y no permanece. ¿Sobre éste abres tus ojos, Y me<br />

4 traes a juicio contigo? ¿Quién hará limpio a lo inmundo? Na-<br />

5 die. Ciertamente sus días están determinados, Y el número<br />

de sus meses está cerca de ti; Le pusiste límites, de los cua-<br />

6 les no pasará. Si tú lo abandonares, él dejará de ser; Entre<br />

7 tanto deseará, como el jornalero, su día. Porque si el árbol<br />

fuere cortado, aún queda de él esperanza; Retoñará aún, y sus<br />

8 renuevos no faltarán. Si se envejeciere en la tierra su raíz, Y<br />

9 su tronco fuere muerto en el polvo, Al percibir el agua re-<br />

10 verdecerá, Y hará copa como planta nueva. Mas el hombre<br />

morirá, y será cortado; Perecerá el hombre, ¿y dónde estará<br />

11 él? Como las aguas se van del mar, Y el río se agota y se<br />

12 seca, Así el hombre yace y no vuelve a levantarse; Hasta que<br />

no haya cielo, no despertarán, Ni se levantarán de su sueño.<br />

13 ¡Oh, quién me diera que me escondieses en el Seol, Que me<br />

encubrieses hasta apaciguarse tu ira, Que me pusieses plazo,<br />

14 y de mí te acordaras! Si el hombre muriere, ¿volverá a vivir?<br />

Todos los días de mi edad esperaré, Hasta que venga mi<br />

15 liberación. Entonces llamarás, y yo te responderé; Tendrás<br />

16 afecto a la hechura de tus manos. Pero ahora me cuentas los<br />

17 pasos, Y no das tregua a mi pecado; Tienes sellada en saco<br />

18 mi prevaricación, Y tienes cosida mi iniquidad. Ciertamente<br />

el monte que cae se deshace, Y las peñas son removidas de su<br />

19 lugar; Las piedras se desgastan con el agua impetuosa, que<br />

se lleva el polvo de la tierra; De igual manera haces tú perecer<br />

20 la esperanza del hombre. Para siempre serás más fuerte que<br />

21 él, y él se va; Demudarás su rostro, y le despedirás. Sus hijos<br />

tendrán honores, pero él no lo sabrá; O serán humillados, y<br />

22 no entenderá de ello. Mas su carne sobre él se dolerá, Y se<br />

entristecerá en él su alma.<br />

15, 2 Respondió Elifaz temanita, y dijo: ¿Proferirá el sabio vana


773 Job 15. 3–31<br />

sabiduría, Y llenará su vientre de viento solano? ¿Disputará 3<br />

con palabras inútiles, Y con razones sin provecho? Tú tam- 4<br />

bién disipas el temor, Y menoscabas la oración delante de Dios.<br />

Porque tu boca declaró tu iniquidad, Pues has escogido el ha- 5<br />

blar de los astutos. Tu boca te condenará, y no yo; Y tus 6<br />

labios testificarán contra ti. ¿Naciste tú primero que Adán? 7<br />

¿O fuiste formado antes que los collados? ¿Oíste tú el secreto 8<br />

de Dios, Y está limitada a ti la sabiduría? ¿Qué sabes tú que 9<br />

no sepamos? ¿Qué entiendes tú que no se halle en nosotros?<br />

Cabezas canas y hombres muy ancianos hay entre nosotros, 10<br />

Mucho más avanzados en días que tu padre. ¿En tan poco 11<br />

tienes las consolaciones de Dios, Y las palabras que con dulzura<br />

se te dicen? ¿Por qué tu corazón te aleja, Y por qué guiñan 12<br />

tus ojos, Para que contra Dios vuelvas tu espíritu, Y saques 13<br />

tales palabras de tu boca? ¿Qué cosa es el hombre para que 14<br />

sea limpio, Y para que se justifique el nacido de mujer? He 15<br />

aquí, en sus santos no confía, Y ni aun los cielos son limpios<br />

delante de sus ojos; ¿Cuánto menos el hombre abominable 16<br />

y vil, Que bebe la iniquidad como agua? Escúchame; yo te 17<br />

mostraré, Y te contaré lo que he visto; Lo que los sabios nos 18<br />

contaron De sus padres, y no lo encubrieron; A quienes úni- 19<br />

camente fue dada la tierra, Y no pasó extraño por en medio de<br />

ellos. Todos sus días, el impío es atormentado de dolor, Y el 20<br />

número de sus años está escondido para el violento. Estruen- 21<br />

dos espantosos hay en sus oídos; En la prosperidad el asolador<br />

vendrá sobre él. Él no cree que volverá de las tinieblas, Y 22<br />

descubierto está para la espada. Vaga alrededor tras el pan, 23<br />

diciendo: ¿En dónde está? Sabe que le está preparado día de<br />

tinieblas. Tribulación y angustia le turbarán, Y se esforzarán 24<br />

contra él como un rey dispuesto para la batalla, Por cuanto él 25<br />

extendió su mano contra Dios, Y se portó con soberbia contra<br />

el Todopoderoso. Corrió contra él con cuello erguido, Con la 26<br />

espesa barrera de sus escudos. Porque la gordura cubrió su 27<br />

rostro, E hizo pliegues sobre susij ares; Y habitó las ciudades 28<br />

asoladas, Las casas inhabitadas, Que estaban en ruinas. No 29<br />

prosperará, ni durarán sus riquezas, Ni extenderá por la tierra<br />

su hermosura. No escapará de las tinieblas; La llama secará 30<br />

sus ramas, Y con el aliento de su boca perecerá. No confíe el 31


15. 32–17. 1 Job 774<br />

32 iluso en la vanidad, Porque ella será su recompensa. Él será<br />

cortado antes de su tiempo, Y sus renuevos no reverdecerán.<br />

33 Perderá su agraz como la vid, Y derramará su flor como el<br />

34 olivo. Porque la congregación de los impíos será asolada, Y<br />

35 fuego consumirá las tiendas de soborno. Concibieron dolor,<br />

dieron a luz iniquidad, Y en sus entrañas traman engaño.<br />

16, 2 Respondió Job, y dijo: Muchas veces he oído cosas como<br />

3 éstas; Consoladores molestos sois todos vosotros. ¿Tendrán<br />

4 fin las palabras vacías? ¿O qué te anima a responder? También<br />

yo podría hablar como vosotros, Si vuestra alma estuviera<br />

en lugar de la mía; Yo podría hilvanar contra vosotros pala-<br />

5 bras, Y sobre vosotros mover mi cabeza. Pero yo os alentaría<br />

con mis palabras, Y la consolación de mis labios apaciguaría<br />

6 vuestro dolor. Si hablo, mi dolor no cesa; Y si dejo de hablar,<br />

7 no se aparta de mí. Pero ahora tú me has fatigado; Has asola-<br />

8 do toda mi compañía. Tú me has llenado de arrugas; testigo<br />

es mi flacura, Que se levanta contra mí para testificar en mi<br />

9 rostro. Su furor me despedazó, y me ha sido contrario; Crujió<br />

sus dientes contra mí; Contra mí aguzó sus ojos mi enemigo.<br />

10 Abrieron contra mí su boca; Hirieron mis mejillas con afrenta;<br />

11 Contra mí se juntaron todos. Me ha entregado Dios al men-<br />

12 tiroso, Y en las manos de los impíos me hizo caer. Próspero<br />

estaba, y me desmenuzó; Me arrebató por la cerviz y me despe-<br />

13 dazó, Y me puso por blanco suyo. Me rodearon sus flecheros,<br />

Partió mis riñones, y no perdonó; Mi hiel derramó por tierra.<br />

14 Me quebrantó de quebranto en quebranto; Corrió contra mí<br />

15 como un gigante. Cosí cilicio sobre mi piel, Y puse mi cabeza<br />

16 en el polvo. Mi rostro está inflamado con el lloro, Y mis pár-<br />

17 pados entenebrecidos, A pesar de no haber iniquidad en mis<br />

18 manos, Y de haber sido mi oración pura. ¡Oh tierra! no cubras<br />

19 mi sangre, Y no haya lugar para mi clamor. Mas he aquí que<br />

en los cielos está mi testigo, Y mi testimonio en las alturas.<br />

20 Disputadores son mis amigos; Mas ante Dios derramaré mis<br />

21 lágrimas. ¡Ojalá pudiese disputar el hombre con Dios, Como<br />

22 con su prójimo! Mas los años contados vendrán, Y yo iré por<br />

el camino de donde no volveré.<br />

17 Mi aliento se agota, se acortan mis días, Y me está pre-


775 Job 17. 2–18. 14<br />

parado el sepulcro. No hay conmigo sino escarnecedores, En 2<br />

cuya amargura se detienen mis ojos. Dame fianza, oh Dios; 3<br />

sea mi protección cerca de ti. Porque ¿quién querría responder<br />

por mí? Porque a éstos has escondido de su corazón la 4<br />

inteligencia; Por tanto, no los exaltarás. Al que denuncia a 5<br />

sus amigos como presa, Los ojos de sus hijos desfallecerán. Él 6<br />

me ha puesto por refrán de pueblos, Y delante de ellos he sido<br />

como tamboril. Mis ojos se oscurecieron por el dolor, Y mis 7<br />

pensamientos todos son como sombra. Los rectos se maravi- 8<br />

llarán de esto, Y el inocente se levantará contra el impío. No 9<br />

obstante, proseguirá el justo su camino, Y el limpio de manos<br />

aumentará la fuerza. Pero volved todos vosotros, y venid 10<br />

ahora, Y no hallaré entre vosotros sabio. Pasaron mis días, 11<br />

fueron arrancados mis pensamientos, Los designios de mi corazón.<br />

Pusieron la noche por día, Y la luz se acorta delante 12<br />

de las tinieblas. Si yo espero, el Seol es mi casa; Haré mi cama 13<br />

en las tinieblas. A la corrupción he dicho: Mi padre eres tú; 14<br />

A los gusanos: Mi madre y mi hermana. ¿Dónde, pues, estará 15<br />

ahora mi esperanza? Y mi esperanza, ¿quién la verá? A la 16<br />

profundidad del Seol descenderán, Y juntamente descansarán<br />

en el polvo.<br />

Respondió Bildad suhita, y dijo: ¿Cuándo pondréis fin a 18, 2<br />

las palabras? Entended, y después hablemos. ¿Por qué somos 3<br />

tenidos por bestias, Y a vuestros ojos somos viles? Oh tú, que 4<br />

te despedazas en tu furor, ¿Será abandonada la tierra por tu<br />

causa, Y serán removidas de su lugar las peñas? Ciertamente 5<br />

la luz de los impíos será apagada, Y no resplandecerá la centella<br />

de su fuego. La luz se oscurecerá en su tienda, Y se apagará 6<br />

sobre él su lámpara. Sus pasos vigorosos serán acortados, Y 7<br />

su mismo consejo lo precipitará. Porque red será echada a sus 8<br />

pies, Y sobre mallas andará. Lazo prenderá su calcañar; Se 9<br />

afirmará la trampa contra él. Su cuerda está escondida en la 10<br />

tierra, Y una trampa le aguarda en la senda. De todas partes 11<br />

lo asombrarán temores, Y le harán huir desconcertado. Serán 12<br />

gastadas de hambre sus fuerzas, Y a su lado estará preparado<br />

quebrantamiento. La enfermedad roerá su piel, Y a sus 13<br />

miembros devorará el primogénito de la muerte. Su confianza 14


18. 15–19. 21 Job 776<br />

será arrancada de su tienda, Y al rey de los espantos será con-<br />

15 ducido. En su tienda morará como si no fuese suya; Piedra<br />

16 de azufre será esparcida sobre su morada. Abajo se secarán<br />

17 sus raíces, Y arriba serán cortadas sus ramas. Su memoria<br />

18 perecerá de la tierra, Y no tendrá nombre por las calles. De<br />

la luz será lanzado a las tinieblas, Y echado fuera del mundo.<br />

19 No tendrá hijo ni nieto en su pueblo, Ni quien le suceda en<br />

20 sus moradas. Sobre su día se espantarán los de occidente, Y<br />

21 pavor caerá sobre los de oriente. Ciertamente tales son las<br />

moradas del impío, Y éste será el lugar del que no conoció a<br />

Dios.<br />

19, 2 Respondió entonces Job, y dijo: ¿Hasta cuándo angustia-<br />

3 réis mi alma, Y me moleréis con palabras? Ya me habéis vi-<br />

4 tuperado diez veces; ¿No os avergonzáis de injuriarme? Aun<br />

siendo verdad que yo haya errado, Sobre mí recaería mi error.<br />

5 Pero si vosotros os engrandecéis contra mí, Y contra mí ale-<br />

6 gáis mi oprobio, Sabed ahora que Dios me ha derribado, Y<br />

7 me ha envuelto en su red. He aquí, yo clamaré agravio, y no<br />

8 seré oído; Daré voces, y no habrá juicio. Cercó de vallado mi<br />

9 camino, y no pasaré; Y sobre mis veredas puso tinieblas. Me<br />

ha despojado de mi gloria, Y quitado la corona de mi cabe-<br />

10 za. Me arruinó por todos lados, y perezco; Y ha hecho pasar<br />

11 mi esperanza como árbol arrancado. Hizo arder contra mí su<br />

12 furor, Y me contó para sí entre sus enemigos. Vinieron sus<br />

ejércitos a una, y se atrincheraron en mí, Y acamparon en<br />

13 derredor de mi tienda. Hizo alejar de mí a mis hermanos, Y<br />

14 mis conocidos como extraños se apartaron de mí. Mis parien-<br />

15 tes se detuvieron, Y mis conocidos se olvidaron de mí. Los<br />

moradores de mi casa y mis criadas me tuvieron por extraño;<br />

16 Forastero fui yo a sus ojos. Llamé a mi siervo, y no respondió;<br />

17 De mi propia boca le suplicaba. Mi aliento vino a ser extraño<br />

a mi mujer, Aunque por los hijos de mis entrañas le rogaba.<br />

18 Aun los muchachos me menospreciaron; Al levantarme, habla-<br />

19 ban contra mí. Todos mis íntimos amigos me aborrecieron, Y<br />

20 los que yo amaba se volvieron contra mí. Mi piel y mi carne<br />

se pegaron a mis huesos, Y he escapado con sólo la piel de<br />

21 mis dientes. ¡Oh, vosotros mis amigos, tened compasión de<br />

mí, tened compasión de mí! Porque la mano de Dios me ha


777 Job 19. 22–20. 22<br />

tocado. ¿Por qué me perseguís como Dios, Y ni aun de mi 22<br />

carne os saciáis? ¡Quién diese ahora que mis palabras fuesen 23<br />

escritas! ¡Quién diese que se escribiesen en un libro; Que con 24<br />

cincel de hierro y con plomo Fuesen esculpidas en piedra para<br />

siempre! Yo sé que mi Redentor vive, Y al fin se levantará 25<br />

sobre el polvo; Y después de deshecha esta mi piel, En mi 26<br />

carne he de ver a Dios; Al cual veré por mí mismo, Y mis 27<br />

ojos lo verán, y no otro, Aunque mi corazón desfallece dentro<br />

de mí. Mas debierais decir: ¿Por qué le perseguimos? Ya que 28<br />

la raíz del asunto se halla en mí. Temed vosotros delante de 29<br />

la espada; Porque sobreviene el furor de la espada a causa de<br />

las injusticias, Para que sepáis que hay un juicio.<br />

Respondió Zofar naamatita, y dijo: Por cierto mis pensa- 20, 2<br />

mientos me hacen responder, Y por tanto me apresuro. La 3<br />

reprensión de mi censura he oído, Y me hace responder el espíritu<br />

de mi inteligencia. ¿No sabes esto, que así fue siempre, 4<br />

Desde el tiempo que fue puesto el hombre sobre la tierra, Que 5<br />

la alegría de los malos es breve, Y el gozo del impío por un momento?<br />

Aunque subiere su altivez hasta el cielo, Y su cabeza 6<br />

tocare en las nubes, Como su estiércol, perecerá para siempre; 7<br />

Los que le hubieren visto dirán: ¿Qué hay de él? Como sueño 8<br />

volará, y no será hallado, Y se disipará como visión nocturna.<br />

El ojo que le veía, nunca más le verá, Ni su lugar le conocerá 9<br />

más. Sus hijos solicitarán el favor de los pobres, Y sus manos 10<br />

devolverán lo que él robó. Sus huesos están llenos de su ju- 11<br />

ventud, Mas con él en el polvo yacerán. Si el mal se endulzó 12<br />

en su boca, Si lo ocultaba debajo de su lengua, Si le parecía 13<br />

bien, y no lo dejaba, Sino que lo detenía en su paladar; Su 14<br />

comida se mudará en sus entrañas; Hiel de áspides será dentro<br />

de él. Devoró riquezas, pero las vomitará; De su vientre las 15<br />

sacará Dios. Veneno de áspides chupará; Lo matará lengua de 16<br />

víbora. No verá los arroyos, los ríos, Los torrentes de miel y de 17<br />

leche. Restituirá el trabajo conforme a los bienes que tomó, Y 18<br />

no los tragará ni gozará. Por cuanto quebrantó y desamparó a 19<br />

los pobres, Robó casas, y no las edificó; Por tanto, no tendrá 20<br />

sosiego en su vientre, Ni salvará nada de lo que codiciaba. No 21<br />

quedó nada que no comiese; Por tanto, su bienestar no será<br />

duradero. En el colmo de su abundancia padecerá estrechez; 22


20. 23–21. 20 Job 778<br />

23 La mano de todos los malvados vendrá sobre él. Cuando se<br />

pusiere a llenar su vientre, Dios enviará sobre él el ardor de su<br />

24 ira, Y la hará llover sobre él y sobre su comida. Huirá de las<br />

25 armas de hierro, Y el arco de bronce le atravesará. La saeta<br />

le traspasará y saldrá de su cuerpo, Y la punta relumbrante<br />

26 saldrá por su hiel; Sobre él vendrán terrores. Todas las tinieblas<br />

están reservadas para sus tesoros; Fuego no atizado los<br />

27 consumirá; Devorará lo que quede en su tienda. Los cielos<br />

descubrirán su iniquidad, Y la tierra se levantará contra él.<br />

28 Los renuevos de su casa serán transportados; Serán esparcidos<br />

29 en el día de su furor. Ésta es la porción que Dios prepara al<br />

hombre impío, Y la heredad que Dios le señala por su palabra.<br />

21, 2 Entonces respondió Job, y dijo: Oíd atentamente mi pa-<br />

3 labra, Y sea esto el consuelo que me deis. Toleradme, y yo<br />

4 hablaré; Y después que haya hablado, escarneced. ¿Acaso me<br />

quejo yo de algún hombre? ¿Y por qué no se ha de angustiar<br />

5 mi espíritu? Miradme, y espantaos, Y poned la mano sobre<br />

6 la boca. Aun yo mismo, cuando me acuerdo, me asombro, Y<br />

7 el temblor estremece mi carne. ¿Por qué viven los impíos, Y<br />

8 se envejecen, y aun crecen en riquezas? Su descendencia se<br />

robustece a su vista, Y sus renuevos están delante de sus ojos.<br />

9 Sus casas están a salvo de temor, Ni viene azote de Dios sobre<br />

10 ellos. Sus toros engendran, y no fallan; Paren sus vacas, y no<br />

11 malogran su cría. Salen sus pequeñuelos como manada, Y sus<br />

12 hijos andan saltando. Al son de tamboril y de cítara saltan, Y<br />

13 se regocijan al son de la flauta. Pasan sus días en prosperidad,<br />

14 Y en paz descienden al Seol. Dicen, pues, a Dios: Apártate<br />

de nosotros, Porque no queremos el conocimiento de tus ca-<br />

15 minos. ¿Quién es el Todopoderoso, para que le sirvamos? ¿Y<br />

16 de qué nos aprovechará que oremos a él? He aquí que su bien<br />

no está en mano de ellos; El consejo de los impíos lejos esté de<br />

17 mí. ¡Oh, cuántas veces la lámpara de los impíos es apagada,<br />

Y viene sobre ellos su quebranto, Y Dios en su ira les reparte<br />

18 dolores! Serán como la paja delante del viento, Y como el ta-<br />

19 mo que arrebata el torbellino. Dios guardará para los hijos de<br />

20 ellos su violencia; Le dará su pago, para que conozca. Verán<br />

sus ojos su quebranto, Y beberá de la ira del Todopoderoso.


779 Job 21. 21–22. 14<br />

Porque ¿qué deleite tendrá él de su casa después de sí, Siendo 21<br />

cortado el número de sus meses? ¿Enseñará alguien a Dios 22<br />

sabiduría, Juzgando él a los que están elevados? Éste mori- 23<br />

rá en el vigor de su hermosura, todo quieto y pacífico; Sus 24<br />

vasijas estarán llenas de leche, Y sus huesos serán regados de<br />

tuétano. Y este otro morirá en amargura de ánimo, Y sin 25<br />

haber comido jamás con gusto. Igualmente yacerán ellos en 26<br />

el polvo, Y gusanos los cubrirán. He aquí, yo conozco vues- 27<br />

tros pensamientos, Y las imaginaciones que contra mí forjáis.<br />

Porque decís: ¿Qué hay de la casa del príncipe, Y qué de la 28<br />

tienda de las moradas de los impíos? ¿No habéis preguntado 29<br />

a los que pasan por los caminos, Y no habéis conocido su respuesta,<br />

Que el malo es preservado en el día de la destrucción? 30<br />

Guardado será en el día de la ira. ¿Quién le denunciará en su 31<br />

cara su camino? Y de lo que él hizo, ¿quién le dará el pago?<br />

Porque llevado será a los sepulcros, Y sobre su túmulo estarán 32<br />

velando. Los terrones del valle le serán dulces; Tras de él se- 33<br />

rá llevado todo hombre, Y antes de él han ido innumerables.<br />

¿Cómo, pues, me consoláis en vano, Viniendo a parar vuestras 34<br />

respuestas en falacia?<br />

Respondió Elifaz temanita, y dijo: ¿Traerá el hombre pro- 22, 2<br />

vecho a Dios? Al contrario, para sí mismo es provechoso el<br />

hombre sabio. ¿Tiene contentamiento el Omnipotente en que 3<br />

tú seas justificado, O provecho de que tú hagas perfectos tus<br />

caminos? ¿Acaso te castiga, O viene a juicio contigo, a causa 4<br />

de tu piedad? Por cierto tu malicia es grande, Y tus malda- 5<br />

des no tienen fin. Porque sacaste prenda a tus hermanos sin 6<br />

causa, Y despojaste de sus ropas a los desnudos. No diste 7<br />

de beber agua al cansado, Y detuviste el pan al hambriento.<br />

Pero el hombre pudiente tuvo la tierra, Y habitó en ella el 8<br />

distinguido. A las viudas enviaste vacías, Y los brazos de los 9<br />

huérfanos fueron quebrados. Por tanto, hay lazos alrededor 10<br />

de ti, Y te turba espanto repentino; O tinieblas, para que no 11<br />

veas, Y abundancia de agua te cubre. ¿No está Dios en la 12<br />

altura de los cielos? Mira lo encumbrado de las estrellas, cuán<br />

elevadas están. ¿Y dirás tú: ¿Qué sabe Dios? ¿Cómo juzgará 13<br />

a través de la oscuridad? Las nubes le rodearon, y no ve; Y 14


22. 15–23. 14 Job 780<br />

15 por el circuito del cielo se pasea. ¿Quieres tú seguir la senda<br />

16 antigua Que pisaron los hombres perversos, Los cuales fueron<br />

cortados antes de tiempo, Cuyo fundamento fue como un río<br />

17 derramado? Decían a Dios: Apártate de nosotros. ¿Y qué les<br />

18 había hecho el Omnipotente? Les había colmado de bienes sus<br />

19 casas. Pero sea el consejo de ellos lejos de mí. Verán los justos<br />

20 y se gozarán; Y el inocente los escarnecerá, diciendo: Fueron<br />

destruidos nuestros adversarios, Y el fuego consumió lo que de<br />

21 ellos quedó. Vuelve ahora en amistad con él, y tendrás paz;<br />

22 Y por ello te vendrá bien. Toma ahora la ley de su boca, Y<br />

23 pon sus palabras en tu corazón. Si te volvieres al Omnipoten-<br />

24 te, serás edificado; Alejarás de tu tienda la aflicción; Tendrás<br />

25 más oro que tierra, Y como piedras de arroyos oro de Ofir; El<br />

Todopoderoso será tu defensa, Y tendrás plata en abundancia.<br />

26 Porque entonces te deleitarás en el Omnipotente, Y alzarás a<br />

27 Dios tu rostro. Orarás a él, y él te oirá; Y tú pagarás tus vo-<br />

28 tos. Determinarás asimismo una cosa, y te será firme, Y sobre<br />

29 tus caminos resplandecerá luz. Cuando fueren abatidos, dirás<br />

tú: Enaltecimiento habrá; Y Dios salvará al humilde de ojos.<br />

30 El libertará al inocente, Y por la limpieza de tus manos éste<br />

será librado.<br />

23, 2 Respondió Job, y dijo: Hoy también hablaré con amargura;<br />

3 Porque es más grave mi llaga que mi gemido. ¡Quién me diera<br />

4 el saber dónde hallar a Dios! Yo iría hasta su silla. Expondría<br />

mi causa delante de él, Y llenaría mi boca de argumentos.<br />

5 Yo sabría lo que él me respondiese, Y entendería lo que me<br />

6 dijera. ¿Contendería conmigo con grandeza de fuerza? No;<br />

7 antes él me atendería. Allí el justo razonaría con él; Y yo<br />

8 escaparía para siempre de mi juez. He aquí yo iré al oriente,<br />

9 y no lo hallaré; Y al occidente, y no lo percibiré; Si muestra<br />

su poder al norte, yo no lo veré; Al sur se esconderá, y no lo<br />

10 veré. Mas él conoce mi camino; Me probará, y saldré como<br />

11 oro. Mis pies han seguido sus pisadas; Guardé su camino,<br />

12 y no me aparté. Del mandamiento de sus labios nunca me<br />

separé; Guardé las palabras de su boca más que mi comida.<br />

13 Pero si él determina una cosa, ¿quién lo hará cambiar? Su<br />

14 alma deseó, e hizo. Él, pues, acabará lo que ha determinado


781 Job 23. 15–24. 22<br />

de mí; Y muchas cosas como éstas hay en él. Por lo cual yo 15<br />

me espanto en su presencia; Cuando lo considero, tiemblo a<br />

causa de él. Dios ha enervado mi corazón, Y me ha turbado 16<br />

el Omnipotente. ¿Por qué no fui yo cortado delante de las 17<br />

tinieblas, Ni fue cubierto con oscuridad mi rostro?<br />

Puesto que no son ocultos los tiempos al Todopoderoso, 24<br />

¿Por qué los que le conocen no ven sus días? Traspasan los 2<br />

linderos, Roban los ganados, y los apacientan. Se llevan el 3<br />

asno de los huérfanos, Y toman en prenda el buey de la viuda.<br />

Hacen apartar del camino a los menesterosos, Y todos los 4<br />

pobres de la tierra se esconden. He aquí, como asnos monte- 5<br />

ses en el desierto, Salen a su obra madrugando para robar; El<br />

desierto es mantenimiento de sus hijos. En el campo siegan 6<br />

su pasto, Y los impíos vendimian la viña ajena. Al desnudo 7<br />

hacen dormir sin ropa, Sin tener cobertura contra el frío. Con 8<br />

las lluvias de los montes se mojan, Y abrazan las peñas por<br />

falta de abrigo. Quitan el pecho a los huérfanos, Y de sobre 9<br />

el pobre toman la prenda. Al desnudo hacen andar sin ves- 10<br />

tido, Y a los hambrientos quitan las gavillas. Dentro de sus 11<br />

paredes exprimen el aceite, Pisan los lagares, y mueren de sed.<br />

Desde la ciudad gimen los moribundos, Y claman las almas de 12<br />

los heridos de muerte, Pero Dios no atiende su oración. Ellos 13<br />

son los que, rebeldes a la luz, Nunca conocieron sus caminos,<br />

Ni estuvieron en sus veredas. A la luz se levanta el matador; 14<br />

mata al pobre y al necesitado, Y de noche es como ladrón. El 15<br />

ojo del adúltero está aguardando la noche, Diciendo: No me<br />

verá nadie; Y esconde su rostro. En las tinieblas minan las 16<br />

casas Que de día para sí señalaron; No conocen la luz. Porque 17<br />

la mañana es para todos ellos como sombra de muerte; Si son<br />

conocidos, terrores de sombra de muerte los toman. Huyen 18<br />

ligeros como corriente de aguas; Su porción es maldita en la<br />

tierra; No andarán por el camino de las viñas. La sequía y el 19<br />

calor arrebatan las aguas de la nieve; Así también el Seol a los<br />

pecadores. Los olvidará el seno materno; de ellos sentirán los 20<br />

gusanos dulzura; Nunca más habrá de ellos memoria, Y como<br />

un árbol los impíos serán quebrantados. A la mujer estéril, 21<br />

que no concebía, afligió, Y a la viuda nunca hizo bien. Pero a 22<br />

los fuertes adelantó con su poder; Una vez que se levante, nin-


24. 23–27. 5 Job 782<br />

23 guno está seguro de la vida. Él les da seguridad y confianza;<br />

24 Sus ojos están sobre los caminos de ellos. Fueron exaltados<br />

un poco, mas desaparecen, Y son abatidos como todos los demás;<br />

Serán encerrados, y cortados como cabezas de espigas.<br />

25 Y si no, ¿quién me desmentirá ahora, O reducirá a nada mis<br />

palabras?<br />

25, 2 Respondió Bildad suhita, y dijo: El señorío y el temor es-<br />

3 tán con él; Él hace paz en sus alturas. ¿Tienen sus ejércitos<br />

4 número? ¿Sobre quién no está su luz? ¿Cómo, pues, se justificará<br />

el hombre para con Dios? ¿Y cómo será limpio el que<br />

5 nace de mujer? He aquí que ni aun la misma luna será resplandeciente,<br />

Ni las estrellas son limpias delante de sus ojos;<br />

6 ¿Cuánto menos el hombre, que es un gusano, Y el hijo de<br />

hombre, también gusano?<br />

26, 2 Respondió Job, y dijo: ¿En qué ayudaste al que no tiene<br />

3 poder? ¿Cómo has amparado al brazo sin fuerza? ¿En qué<br />

aconsejaste al que no tiene ciencia, Y qué plenitud de inteli-<br />

4 gencia has dado a conocer? ¿A quién has anunciado palabras,<br />

5 Y de quién es el espíritu que de ti procede? Las sombras tiem-<br />

6 blan en lo profundo, Los mares y cuanto en ellos mora. El Seol<br />

está descubierto delante de él, y el Abadón no tiene cobertura.<br />

7 El extiende el norte sobre vacío, Cuelga la tierra sobre nada.<br />

8 Ata las aguas en sus nubes, Y las nubes no se rompen debajo<br />

9 de ellas. El encubre la faz de su trono, Y sobre él extiende<br />

10 su nube. Puso límite a la superficie de las aguas, Hasta el fin<br />

11 de la luz y las tinieblas. Las columnas del cielo tiemblan, Y<br />

12 se espantan a su reprensión. El agita el mar con su poder,<br />

13 Y con su entendimiento hiere la arrogancia suya. Su espíritu<br />

14 adornó los cielos; Su mano creó la serpiente tortuosa. He aquí,<br />

estas cosas son sólo los bordes de sus caminos; ¡Y cuán leve es<br />

el susurro que hemos oído de él! Pero el trueno de su poder,<br />

¿quién lo puede comprender?<br />

27, 2 Reasumió Job su discurso, y dijo: Vive Dios, que ha quitado<br />

mi derecho, Y el Omnipotente, que amargó el alma mía,<br />

3 Que todo el tiempo que mi alma esté en mí, Y haya hálito de<br />

4 Dios en mis narices, Mis labios no hablarán iniquidad, Ni mi<br />

5 lengua pronunciará engaño. Nunca tal acontezca que yo os


783 Job 27. 6–28. 10<br />

justifique; Hasta que muera, no quitaré de mí mi integridad.<br />

Mi justicia tengo asida, y no la cederé; No me reprochará mi 6<br />

corazón en todos mis días. Sea como el impío mi enemigo, 7<br />

Y como el inicuo mi adversario. Porque ¿cuál es la esperan- 8<br />

za del impío, por mucho que hubiere robado, Cuando Dios le<br />

quitare la vida? ¿Oirá Dios su clamor Cuando la tribulación 9<br />

viniere sobre él? ¿Se deleitará en el Omnipotente? ¿Invocará 10<br />

a Dios en todo tiempo? Yo os enseñaré en cuanto a la mano 11<br />

de Dios; No esconderé lo que hay para con el Omnipotente.<br />

He aquí que todos vosotros lo habéis visto; ¿Por qué, pues, os 12<br />

habéis hecho tan enteramente vanos? Ésta es para con Dios la 13<br />

porción del hombre impío, Y la herencia que los violentos han<br />

de recibir del Omnipotente: Si sus hijos fueren multiplicados, 14<br />

serán para la espada; Y sus pequeños no se saciarán de pan.<br />

Los que de él quedaren, en muerte serán sepultados, Y no los 15<br />

llorarán sus viudas. Aunque amontone plata como polvo, Y 16<br />

prepare ropa como lodo; La habrá preparado él, mas el justo 17<br />

se vestirá, Y el inocente repartirá la plata. Edificó su casa co- 18<br />

mo la polilla, Y como enramada que hizo el guarda. Rico se 19<br />

acuesta, pero por última vez; Abrirá sus ojos, y nada tendrá.<br />

Se apoderarán de él terrores como aguas; Torbellino lo arre- 20<br />

batará de noche. Le eleva el solano, y se va; Y tempestad lo 21<br />

arrebatará de su lugar. Dios, pues, descargará sobre él, y no 22<br />

perdonará; Hará él por huir de su mano. Batirán las manos 23<br />

sobre él, Y desde su lugar le silbarán.<br />

Ciertamente la plata tiene sus veneros, Y el oro lugar donde 28<br />

se refina. El hierro se saca del polvo, Y de la piedra se funde 2<br />

el cobre. A las tinieblas ponen término, Y examinan todo a la 3<br />

perfección, Las piedras que hay en oscuridad y en sombra de<br />

muerte. Abren minas lejos de lo habitado, En lugares olvida- 4<br />

dos, donde el pie no pasa. Son suspendidos y balanceados, lejos<br />

de los demás hombres. De la tierra nace el pan, Y debajo de 5<br />

ella está como convertida en fuego. Lugar hay cuyas piedras 6<br />

son zafiro, Y sus polvos de oro. Senda que nunca la conoció 7<br />

ave, Ni ojo de buitre la vio; Nunca la pisaron animales fieros, 8<br />

Ni león pasó por ella. En el pedernal puso su mano, Y tras- 9<br />

tornó de raíz los montes. De los peñascos cortó ríos, Y sus 10


28. 11–29. 13 Job 784<br />

11 ojos vieron todo lo preciado. Detuvo los ríos en su nacimien-<br />

12 to, E hizo salir a luz lo escondido. Mas ¿dónde se hallará la<br />

13 sabiduría? ¿Dónde está el lugar de la inteligencia? No conoce<br />

14 su valor el hombre, Ni se halla en la tierra de los vivientes. El<br />

15 abismo dice: No está en mí; Y el mar dijo: Ni conmigo. No se<br />

16 dará por oro, Ni su precio será a peso de plata. No puede ser<br />

apreciada con oro de Ofir, Ni con ónice precioso, ni con zafiro.<br />

17 El oro no se le igualará, ni el diamante, Ni se cambiará por<br />

18 alhajas de oro fino. No se hará mención de coral ni de perlas;<br />

19 La sabiduría es mejor que las piedras preciosas. No se igualará<br />

con ella topacio de Etiopía; No se podrá apreciar con oro<br />

20 fino. ¿De dónde, pues, vendrá la sabiduría? ¿Y dónde está el<br />

21 lugar de la inteligencia? Porque encubierta está a los ojos de<br />

22 todo viviente, Y a toda ave del cielo es oculta. El Abadón y la<br />

23 muerte dijeron: Su fama hemos oído con nuestros oídos. Dios<br />

24 entiende el camino de ella, Y conoce su lugar. Porque él mira<br />

25 hasta los fines de la tierra, Y ve cuanto hay bajo los cielos. Al<br />

26 dar peso al viento, Y poner las aguas por medida; Cuando él<br />

27 dio ley a la lluvia, Y camino al relámpago de los truenos, Entonces<br />

la veía él, y la manifestaba; La preparó y la descubrió<br />

28 también. Y dijo al hombre: He aquí que el temor del Señor es<br />

la sabiduría, Y el apartarse del mal, la inteligencia.<br />

29, 2 Volvió Job a reanudar su discurso, y dijo: ¡Quién me volviese<br />

como en los meses pasados, Como en los días en que Dios<br />

3 me guardaba, Cuando hacía resplandecer sobre mi cabeza su<br />

4 lámpara, A cuya luz yo caminaba en la oscuridad; Como fui<br />

en los días de mi juventud, Cuando el favor de Dios velaba<br />

5 sobre mi tienda; Cuando aún estaba conmigo el Omnipoten-<br />

6 te, Y mis hijos alrededor de mí; Cuando lavaba yo mis pasos<br />

7 con leche, Y la piedra me derramaba ríos de aceite! Cuando<br />

yo salía a la puerta a juicio, Y en la plaza hacía preparar mi<br />

8 asiento, Los jóvenes me veían, y se escondían; Y los ancianos<br />

9 se levantaban, y estaban de pie. Los príncipes detenían sus<br />

10 palabras; Ponían la mano sobre su boca. La voz de los prin-<br />

11 cipales se apagaba, Y su lengua se pegaba a su paladar. Los<br />

oídos que me oían me llamaban bienaventurado, Y los ojos<br />

12 que me veían me daban testimonio, Porque yo libraba al po-<br />

13 bre que clamaba, Y al huérfano que carecía de ayudador. La


785 Job 29. 14–30. 15<br />

bendición del que se iba a perder venía sobre mí, Y al corazón<br />

de la viuda yo daba alegría. Me vestía de justicia, y ella me 14<br />

cubría; Como manto y diadema era mi rectitud. Yo era ojos 15<br />

al ciego, Y pies al cojo. A los menesterosos era padre, Y de la 16<br />

causa que no entendía, me informaba con diligencia; Y que- 17<br />

brantaba los colmillos del inicuo, Y de sus dientes hacía soltar<br />

la presa. Decía yo: En mi nido moriré, Y como arena multipli- 18<br />

caré mis días. Mi raíz estaba abierta junto a las aguas, Y en 19<br />

mis ramas permanecía el rocío. Mi honra se renovaba en mí, 20<br />

Y mi arco se fortalecía en mi mano. Me oían, y esperaban, Y 21<br />

callaban a mi consejo. Tras mi palabra no replicaban, Y mi 22<br />

razón destilaba sobre ellos. Me esperaban como a la lluvia, Y 23<br />

abrían su boca como a la lluvia tardía. Si me reía con ellos, 24<br />

no lo creían; Y no abatían la luz de mi rostro. Calificaba yo 25<br />

el camino de ellos, y me sentaba entre ellos como el jefe; Y<br />

moraba como rey en el ejército, Como el que consuela a los<br />

que lloran.<br />

Pero ahora se ríen de mí los más jóvenes que yo, A cuyos 30<br />

padres yo desdeñara poner con los perros de mi ganado. ¿Y 2<br />

de qué me serviría ni aun la fuerza de sus manos? No tienen<br />

fuerza alguna. Por causa de la pobreza y del hambre andaban 3<br />

solos; Huían a la soledad, a lugar tenebroso, asolado y desierto.<br />

Recogían malvas entre los arbustos, Y raíces de enebro 4<br />

para calentarse. Eran arrojados de entre las gentes, Y todos 5<br />

les daban grita como tras el ladrón. Habitaban en las barran- 6<br />

cas de los arroyos, En las cavernas de la tierra, y en las rocas.<br />

Bramaban entre las matas, Y se reunían debajo de los espi- 7<br />

nos. Hijos de viles, y hombres sin nombre, Más bajos que la 8<br />

misma tierra. Y ahora yo soy objeto de su burla, Y les sirvo 9<br />

de refrán. Me abominan, se alejan de mí, Y aun de mi rostro 10<br />

no detuvieron su saliva. Porque Dios desató su cuerda, y me 11<br />

afligió, Por eso se desenfrenaron delante de mi rostro. A la 12<br />

mano derecha se levantó el populacho; Empujaron mis pies,<br />

Y prepararon contra mí caminos de perdición. Mi senda des- 13<br />

barataron, Se aprovecharon de mi quebrantamiento, Y contra<br />

ellos no hubo ayudador. Vinieron como por portillo ancho, Se 14<br />

revolvieron sobre mi calamidad. Se han revuelto turbaciones 15<br />

sobre mí; Combatieron como viento mi honor, Y mi prospe-


30. 16–31. 13 Job 786<br />

16 ridad pasó como nube. Y ahora mi alma está derramada en<br />

17 mí; Días de aflicción se apoderan de mí. La noche taladra mis<br />

18 huesos, Y los dolores que me roen no reposan. La violencia<br />

19 deforma mi vestidura; me ciñe como el cuello de mi túnica. Él<br />

me derribó en el lodo, Y soy semejante al polvo y a la ceniza.<br />

20, 21 Clamo a ti, y no me oyes; Me presento, y no me atiendes. Te<br />

has vuelto cruel para mí; Con el poder de tu mano me per-<br />

22 sigues. Me alzaste sobre el viento, me hiciste cabalgar en él,<br />

23 Y disolviste mi sustancia. Porque yo sé que me conduces a<br />

24 la muerte, Y a la casa determinada a todo viviente. Mas él<br />

no extenderá la mano contra el sepulcro; ¿Clamarán los se-<br />

25 pultados cuando él los quebrantare? ¿No lloré yo al afligido?<br />

26 Y mi alma, ¿no se entristeció sobre el menesteroso? Cuando<br />

esperaba yo el bien, entonces vino el mal; Y cuando esperaba<br />

27 luz, vino la oscuridad. Mis entrañas se agitan, y no reposan;<br />

28 Días de aflicción me han sobrecogido. Ando ennegrecido, y no<br />

29 por el sol; Me he levantado en la congregación, y clamado. He<br />

venido a ser hermano de chacales, Y compañero de avestruces.<br />

30 Mi piel se ha ennegrecido y se me cae, Y mis huesos arden de<br />

31 calor. Se ha cambiado mi arpa en luto, Y mi flauta en voz de<br />

lamentadores.<br />

31 Hice pacto con mis ojos; ¿Cómo, pues, había yo de mirar a<br />

2 una virgen? Porque ¿qué galardón me daría de arriba Dios,<br />

3 Y qué heredad el Omnipotente desde las alturas? ¿No hay<br />

quebrantamiento para el impío, Y extrañamiento para los que<br />

4 hacen iniquidad? ¿No ve él mis caminos, Y cuenta todos mis<br />

5 pasos? Si anduve con mentira, Y si mi pie se apresuró a en-<br />

6 gaño, Péseme Dios en balanzas de justicia, Y conocerá mi<br />

7 integridad. Si mis pasos se apartaron del camino, Si mi corazón<br />

se fue tras mis ojos, Y si algo se pegó a mis manos,<br />

8, 9 Siembre yo, y otro coma, Y sea arrancada mi siembra. Si fue<br />

mi corazón engañado acerca de mujer, Y si estuve acechando a<br />

10 la puerta de mi prójimo, Muela para otro mi mujer, Y sobre<br />

11 ella otros se encorven. Porque es maldad e iniquidad Que han<br />

12 de castigar los jueces. Porque es fuego que devoraría hasta el<br />

13 Abadón, Y consumiría toda mi hacienda. Si hubiera tenido<br />

en poco el derecho de mi siervo y de mi sierva, Cuando ellos


787 Job 31. 14–32. 1<br />

contendían conmigo, ¿Qué haría yo cuando Dios se levantase? 14<br />

Y cuando él preguntara, ¿qué le respondería yo? El que en el 15<br />

vientre me hizo a mí, ¿no lo hizo a él? ¿Y no nos dispuso uno<br />

mismo en la matriz? Si estorbé el contento de los pobres, E 16<br />

hice desfallecer los ojos de la viuda; Si comí mi bocado so- 17<br />

lo, Y no comió de él el huérfano (Porque desde mi juventud 18<br />

creció conmigo como con un padre, Y desde el vientre de mi<br />

madre fui guía de la viuda); Si he visto que pereciera alguno 19<br />

sin vestido, Y al menesteroso sin abrigo; Si no me bendijeron 20<br />

sus lomos, Y del vellón de mis ovejas se calentaron; Si alcé 21<br />

contra el huérfano mi mano, Aunque viese que me ayudaran<br />

en la puerta; Mi espalda se caiga de mi hombro, Y el hueso 22<br />

de mi brazo sea quebrado. Porque temí el castigo de Dios, 23<br />

Contra cuya majestad yo no tendría poder. Si puse en el oro 24<br />

mi esperanza, Y dije al oro: Mi confianza eres tú; Si me ale- 25<br />

gré de que mis riquezas se multiplicasen, Y de que mi mano<br />

hallase mucho; Si he mirado al sol cuando resplandecía, O 26<br />

a la luna cuando iba hermosa, Y mi corazón se engañó en 27<br />

secreto, Y mi boca besó mi mano; Esto también sería mal- 28<br />

dad juzgada; Porque habría negado al Dios soberano. Si me 29<br />

alegré en el quebrantamiento del que me aborrecía, Y me regocijé<br />

cuando le halló el mal (Ni aun entregué al pecado mi 30<br />

lengua, Pidiendo maldición para su alma); Si mis siervos no 31<br />

decían: ¿Quién no se ha saciado de su carne? (El forastero 32<br />

no pasaba fuera la noche; Mis puertas abría al caminante); Si 33<br />

encubrí como hombre mis transgresiones, Escondiendo en mi<br />

seno mi iniquidad, Porque tuve temor de la gran multitud, Y 34<br />

el menosprecio de las familias me atemorizó, Y callé, y no salí<br />

de mi puerta; ¡Quién me diera quien me oyese! He aquí mi 35<br />

confianza es que el Omnipotente testificará por mí, Aunque mi<br />

adversario me forme proceso. Ciertamente yo lo llevaría sobre 36<br />

mi hombro, Y me lo ceñiría como una corona. Yo le contaría 37<br />

el número de mis pasos, Y como príncipe me presentaría ante<br />

él. Si mi tierra clama contra mí, Y lloran todos sus surcos; 38<br />

Si comí su sustancia sin dinero, O afligí el alma de sus dueños, 39<br />

En lugar de trigo me nazcan abrojos, Y espinos en lugar de 40<br />

cebada. Aquí terminan las palabras de Job.<br />

Cesaron estos tres varones de responder a Job, por cuanto 32


32. 2–33. 4 Job 788<br />

2 él era justo a sus propios ojos. Entonces Eliú hijo de Baraquel<br />

buzita, de la familia de Ram, se encendió en ira contra Job; se<br />

encendió en ira, por cuanto se justificaba a sí mismo más que<br />

3 a Dios. Asimismo se encendió en ira contra sus tres amigos,<br />

porque no hallaban qué responder, aunque habían condenado<br />

4 a Job. Y Eliú había esperado a Job en la disputa, porque los<br />

5 otros eran más viejos que él. Pero viendo Eliú que no había<br />

respuesta en la boca de aquellos tres varones, se encendió en<br />

6 ira. Y respondió Eliú hijo de Baraquel buzita, y dijo: Yo soy<br />

joven, y vosotros ancianos; Por tanto, he tenido miedo, y he<br />

7 temido declararos mi opinión. Yo decía: Los días hablarán,<br />

8 Y la muchedumbre de años declarará sabiduría. Ciertamente<br />

espíritu hay en el hombre, Y el soplo del Omnipotente le hace<br />

9 que entienda. No son los sabios los de mucha edad, Ni los an-<br />

10 cianos entienden el derecho. Por tanto, yo dije: Escuchadme;<br />

11 Declararé yo también mi sabiduría. He aquí yo he esperado a<br />

vuestras razones, He escuchado vuestros argumentos, En tanto<br />

12 que buscabais palabras. Os he prestado atención, Y he aquí<br />

que no hay de vosotros quien redarguya a Job, Y responda a<br />

13 sus razones. Para que no digáis: Nosotros hemos hallado sa-<br />

14 biduría; Lo vence Dios, no el hombre. Ahora bien, Job no dirigió<br />

contra mí sus palabras, Ni yo le responderé con vuestras<br />

15 razones. Se espantaron, no respondieron más; Se les fueron<br />

16 los razonamientos. Yo, pues, he esperado, pero no hablaban;<br />

17 Más bien callaron y no respondieron más. Por eso yo también<br />

18 responderé mi parte; También yo declararé mi juicio. Porque<br />

lleno estoy de palabras, Y me apremia el espíritu dentro de mí.<br />

19 De cierto mi corazón está como el vino que no tiene respirade-<br />

20 ro, Y se rompe como odres nuevos. Hablaré, pues, y respiraré;<br />

21 Abriré mis labios, y responderé. No haré ahora acepción de<br />

22 personas, Ni usaré con nadie de títulos lisonjeros. Porque no<br />

sé hablar lisonjas; De otra manera, en breve mi Hacedor me<br />

consumiría.<br />

33 Por tanto, Job, oye ahora mis razones, Y escucha todas mis<br />

2 palabras. He aquí yo abriré ahora mi boca, Y mi lengua ha-<br />

3 blará en mi garganta. Mis razones declararán la rectitud de<br />

mi corazón, Y lo que saben mis labios, lo hablarán con sinceri-<br />

4 dad. El espíritu de Dios me hizo, Y el soplo del Omnipotente


789 Job 33. 5–34. 2<br />

me dio vida. Respóndeme si puedes; Ordena tus palabras, 5<br />

ponte en pie. Heme aquí a mí en lugar de Dios, conforme a tu 6<br />

dicho; De barro fui yo también formado. He aquí, mi terror 7<br />

no te espantará, Ni mi mano se agravará sobre ti. De cierto tú 8<br />

dijiste a oídos míos, Y yo oí la voz de tus palabras que decían:<br />

Yo soy limpio y sin defecto; Soy inocente, y no hay maldad 9<br />

en mí. He aquí que él buscó reproches contra mí, Y me tiene 10<br />

por su enemigo; Puso mis pies en el cepo, Y vigiló todas mis 11<br />

sendas. He aquí, en esto no has hablado justamente; Yo te 12<br />

responderé que mayor es Dios que el hombre. ¿Por qué con- 13<br />

tiendes contra él? Porque él no da cuenta de ninguna de sus<br />

razones. Sin embargo, en una o en dos maneras habla Dios; 14<br />

Pero el hombre no entiende. Por sueño, en visión nocturna, 15<br />

Cuando el sueño cae sobre los hombres, Cuando se adormecen<br />

sobre el lecho, Entonces revela al oído de los hombres, Y les 16<br />

señala su consejo, Para quitar al hombre de su obra, Y apar- 17<br />

tar del varón la soberbia. Detendrá su alma del sepulcro, Y 18<br />

su vida de que perezca a espada. También sobre su cama es 19<br />

castigado Con dolor fuerte en todos sus huesos, Que le hace 20<br />

que su vida aborrezca el pan, Y su alma la comida suave. Su 21<br />

carne desfallece, de manera que no se ve, Y sus huesos, que<br />

antes no se veían, aparecen. Su alma se acerca al sepulcro, 22<br />

Y su vida a los que causan la muerte. Si tuviese cerca de él 23<br />

Algún elocuente mediador muy escogido, Que anuncie al hombre<br />

su deber; Que le diga que Dios tuvo de él misericordia, 24<br />

Que lo libró de descender al sepulcro, Que halló redención; Su 25<br />

carne será más tierna que la del niño, Volverá a los días de su<br />

juventud. Orará a Dios, y éste le amará, Y verá su faz con 26<br />

júbilo; Y restaurará al hombre su justicia. El mira sobre los 27<br />

hombres; y al que dijere: Pequé, y pervertí lo recto, Y no me<br />

ha aprovechado, Dios redimirá su alma para que no pase al 28<br />

sepulcro, Y su vida se verá en luz. He aquí, todas estas cosas 29<br />

hace Dios Dos y tres veces con el hombre, Para apartar su al- 30<br />

ma del sepulcro, Y para iluminarlo con la luz de los vivientes.<br />

Escucha, Job, y óyeme; Calla, y yo hablaré. Si tienes razones, 31, 32<br />

respóndeme; Habla, porque yo te quiero justificar. Y si no, 33<br />

óyeme tú a mí; Calla, y te enseñaré sabiduría.<br />

Además Eliú dijo: Oíd, sabios, mis palabras; Y vosotros, 34, 2


34. 3–29 Job 790<br />

3 doctos, estadme atentos. Porque el oído prueba las palabras,<br />

4 Como el paladar gusta lo que uno come. Escojamos para nosotros<br />

el juicio, Conozcamos entre nosotros cuál sea lo bueno.<br />

5 Porque Job ha dicho: Yo soy justo, Y Dios me ha quitado<br />

6 mi derecho. ¿He de mentir yo contra mi razón? Dolorosa es<br />

7 mi herida sin haber hecho yo transgresión. ¿Qué hombre hay<br />

8 como Job, Que bebe el escarnio como agua, Y va en compañía<br />

con los que hacen iniquidad, Y anda con los hombres<br />

9 malos? Porque ha dicho: De nada servirá al hombre El con-<br />

10 formar su voluntad a Dios. Por tanto, varones de inteligencia,<br />

oídme: Lejos esté de Dios la impiedad, Y del Omnipotente la<br />

11 iniquidad. Porque él pagará al hombre según su obra, Y le<br />

12 retribuirá conforme a su camino. Sí, por cierto, Dios no hará<br />

13 injusticia, Y el Omnipotente no pervertirá el derecho. ¿Quién<br />

visitó por él la tierra? ¿Y quién puso en orden todo el mundo?<br />

14 Si él pusiese sobre el hombre su corazón, Y recogiese así su<br />

15 espíritu y su aliento, Toda carne perecería juntamente, Y el<br />

16 hombre volvería al polvo. Si, pues, hay en ti entendimiento,<br />

17 oye esto; Escucha la voz de mis palabras. ¿Gobernará el que<br />

18 aborrece juicio? ¿Y condenarás tú al que es tan justo? ¿Se<br />

19 dirá al rey: Perverso; Y a los príncipes: Impíos? ¿Cuánto menos<br />

a aquel que no hace acepción de personas de príncipes.<br />

Ni respeta más al rico que al pobre, Porque todos son obra<br />

20 de sus manos? En un momento morirán, Y a medianoche se<br />

alborotarán los pueblos, y pasarán, Y sin mano será quita-<br />

21 do el poderoso. Porque sus ojos están sobre los caminos del<br />

22 hombre, Y ve todos sus pasos. No hay tinieblas ni sombra de<br />

23 muerte Donde se escondan los que hacen maldad. No carga,<br />

pues, él al hombre más de lo justo, Para que vaya con Dios<br />

24 a juicio. El quebrantará a los fuertes sin indagación, Y hará<br />

25 estar a otros en su lugar. Por tanto, él hará notorias las obras<br />

de ellos, Cuando los trastorne en la noche, y sean quebran-<br />

26 tados. Como a malos los herirá En lugar donde sean vistos;<br />

27 Por cuanto así se apartaron de él, Y no consideraron ninguno<br />

28 de sus caminos, Haciendo venir delante de él el clamor del<br />

29 pobre, Y que oiga el clamor de los necesitados. Si él diere<br />

reposo, ¿quién inquietará? Si escondiere el rostro, ¿quién lo<br />

mirará? Esto sobre una nación, y lo mismo sobre un hombre;


791 Job 34. 30–36. 5<br />

Haciendo que no reine el hombre impío Para vejaciones del 30<br />

pueblo. De seguro conviene que se diga a Dios: He llevado ya 31<br />

castigo, no ofenderé ya más; Enséñame tú lo que yo no veo; 32<br />

Si hice mal, no lo haré más. ¿Ha de ser eso según tu parecer? 33<br />

Él te retribuirá, ora rehúses, ora aceptes, y no yo; Di, si no,<br />

lo que tú sabes. Los hombres inteligentes dirán conmigo, Y 34<br />

el hombre sabio que me oiga: Que Job no habla con sabidu- 35<br />

ría, Y que sus palabras no son con entendimiento. Deseo yo 36<br />

que Job sea probado ampliamente, A causa de sus respuestas<br />

semejantes a las de los hombres inicuos. Porque a su pecado 37<br />

añadió rebeldía; Bate palmas contra nosotros, Y contra Dios<br />

multiplica sus palabras.<br />

Prosiguió Eliú en su razonamiento, y dijo: ¿Piensas que 35, 2<br />

es cosa recta lo que has dicho: Más justo soy yo que Dios?<br />

Porque dijiste: ¿Qué ventaja sacaré de ello? ¿O qué provecho 3<br />

tendré de no haber pecado? Yo te responderé razones, Y a 4<br />

tus compañeros contigo. Mira a los cielos, y ve, Y considera 5<br />

que las nubes son más altas que tú. Si pecares, ¿qué habrás 6<br />

logrado contra él? Y si tus rebeliones se multiplicaren, ¿qué le<br />

harás tú? Si fueres justo, ¿qué le darás a él? ¿O qué recibirá de 7<br />

tu mano? Al hombre como tú dañará tu impiedad, Y al hijo de 8<br />

hombre aprovechará tu justicia. A causa de la multitud de las 9<br />

violencias claman, Y se lamentan por el poderío de los grandes.<br />

Y ninguno dice: ¿Dónde está Dios mi Hacedor, Que da cánticos 10<br />

en la noche, Que nos enseña más que a las bestias de la tierra, 11<br />

Y nos hace sabios más que a las aves del cielo? Allí clamarán, 12<br />

y él no oirá, Por la soberbia de los malos. Ciertamente Dios 13<br />

no oirá la vanidad, Ni la mirará el Omnipotente. ¿Cuánto 14<br />

menos cuando dices que no haces caso de él? La causa está<br />

delante de él; por tanto, aguárdale. Mas ahora, porque en su 15<br />

ira no castiga, Ni inquiere con rigor, Por eso Job abre su boca 16<br />

vanamente, Y multiplica palabras sin sabiduría.<br />

Añadió Eliú y dijo: Espérame un poco, y te enseñaré; Por- 36, 2<br />

que todavía tengo razones en defensa de Dios. Tomaré mi 3<br />

saber desde lejos, Y atribuiré justicia a mi Hacedor. Porque 4<br />

de cierto no son mentira mis palabras; Contigo está el que es<br />

íntegro en sus conceptos. He aquí que Dios es grande, pero 5


36. 6–33 Job 792<br />

6 no desestima a nadie; Es poderoso en fuerza de sabiduría. No<br />

otorgará vida al impío, Pero a los afligidos dará su derecho.<br />

7 No apartará de los justos sus ojos; Antes bien con los reyes los<br />

8 pondrá en trono para siempre, Y serán exaltados. Y si estuvieren<br />

prendidos en grillos, Y aprisionados en las cuerdas de<br />

9 aflicción, Él les dará a conocer la obra de ellos, Y que preva-<br />

10 lecieron sus rebeliones. Despierta además el oído de ellos para<br />

11 la corrección, Y les dice que se conviertan de la iniquidad. Si<br />

oyeren, y le sirvieren, Acabarán sus días en bienestar, Y sus<br />

12 años en dicha. Pero si no oyeren, serán pasados a espada, Y<br />

13 perecerán sin sabiduría. Mas los hipócritas de corazón ateso-<br />

14 ran para sí la ira, Y no clamarán cuando él los atare. Fallecerá<br />

el alma de ellos en su juventud, Y su vida entre los sodomitas.<br />

15 Al pobre librará de su pobreza, Y en la aflicción despertará<br />

16 su oído. Asimismo te apartará de la boca de la angustia A<br />

lugar espacioso, libre de todo apuro, Y te preparará mesa llena<br />

17 de grosura. Mas tú has llenado el juicio del impío, En vez de<br />

18 sustentar el juicio y la justicia. Por lo cual teme, no sea que<br />

en su ira te quite con golpe, El cual no puedas apartar de ti<br />

19 con gran rescate. ¿Hará él estima de tus riquezas, del oro, O<br />

20 de todas las fuerzas del poder? No anheles la noche, En que<br />

21 los pueblos desaparecen de su lugar. Guárdate, no te vuelvas<br />

a la iniquidad; Pues ésta escogiste más bien que la aflicción.<br />

22 He aquí que Dios es excelso en su poder; ¿Qué enseñador se-<br />

23 mejante a él? ¿Quién le ha prescrito su camino? ¿Y quién<br />

24 le dirá: Has hecho mal? Acuérdate de engrandecer su obra,<br />

25 La cual contemplan los hombres. Los hombres todos la ven;<br />

26 La mira el hombre de lejos. He aquí, Dios es grande, y nosotros<br />

no le conocemos, Ni se puede seguir la huella de sus años.<br />

27 El atrae las gotas de las aguas, Al transformarse el vapor en<br />

28 lluvia, La cual destilan las nubes, Goteando en abundancia<br />

29 sobre los hombres. ¿Quién podrá comprender la extensión de<br />

30 las nubes, Y el sonido estrepitoso de su morada? He aquí que<br />

sobre él extiende su luz, Y cobija con ella las profundidades<br />

31 del mar. Bien que por esos medios castiga a los pueblos, A<br />

32 la multitud él da sustento. Con las nubes encubre la luz, Y<br />

33 le manda no brillar, interponiendo aquéllas. El trueno declara<br />

su indignación, Y la tempestad proclama su ira contra la


793 Job 37. 1–38. 1<br />

iniquidad.<br />

Por eso también se estremece mi corazón, Y salta de su lu- 37<br />

gar. Oíd atentamente el estrépito de su voz, Y el sonido que 2<br />

sale de su boca. Debajo de todos los cielos lo dirige, Y su luz 3<br />

hasta los fines de la tierra. Después de ella brama el sonido, 4<br />

Truena él con voz majestuosa; Y aunque sea oída su voz, no<br />

los detiene. Truena Dios maravillosamente con su voz; Él ha- 5<br />

ce grandes cosas, que nosotros no entendemos. Porque a la 6<br />

nieve dice: Desciende a la tierra; También a la llovizna, y a<br />

los aguaceros torrenciales. Así hace retirarse a todo hombre, 7<br />

Para que los hombres todos reconozcan su obra. Las bestias 8<br />

entran en su escondrijo, Y se están en sus moradas. Del sur 9<br />

viene el torbellino, Y el frío de los vientos del norte. Por el 10<br />

soplo de Dios se da el hielo, Y las anchas aguas se congelan.<br />

Regando también llega a disipar la densa nube, Y con su luz 11<br />

esparce la niebla. Asimismo por sus designios se revuelven las 12<br />

nubes en derredor, Para hacer sobre la faz del mundo, En la<br />

tierra, lo que él les mande. Unas veces por azote, otras por 13<br />

causa de su tierra, Otras por misericordia las hará venir. Es- 14<br />

cucha esto, Job; Detente, y considera las maravillas de Dios.<br />

¿Sabes tú cómo Dios las pone en concierto, Y hace resplan- 15<br />

decer la luz de su nube? ¿Has conocido tú las diferencias de 16<br />

las nubes, Las maravillas del Perfecto en sabiduría? ¿Por qué 17<br />

están calientes tus vestidos Cuando él sosiega la tierra con el<br />

viento del sur? ¿Extendiste tú con él los cielos, Firmes co- 18<br />

mo un espejo fundido? Muéstranos qué le hemos de decir; 19<br />

Porque nosotros no podemos ordenar las ideas a causa de las<br />

tinieblas. ¿Será preciso contarle cuando yo hablare? Por más 20<br />

que el hombre razone, quedará como abismado. Mas ahora 21<br />

ya no se puede mirar la luz esplendente en los cielos, Luego<br />

que pasa el viento y los limpia, Viniendo de la parte del nor- 22<br />

te la dorada claridad. En Dios hay una majestad terrible. Él 23<br />

es Todopoderoso, al cual no alcanzamos, grande en poder; Y<br />

en juicio y en multitud de justicia no afligirá. Lo temerán 24<br />

por tanto los hombres; Él no estima a ninguno que cree en su<br />

propio corazón ser sabio.<br />

Entonces respondió Jehová a Job desde un torbellino, y dijo: 38


38. 2–31 Job 794<br />

2 ¿Quién es ése que oscurece el consejo Con palabras sin sabi-<br />

3 duría? Ahora ciñe como varón tus lomos; Yo te preguntaré, y<br />

4 tú me contestarás. ¿Dónde estabas tú cuando yo fundaba la<br />

5 tierra? Házmelo saber, si tienes inteligencia. ¿Quién ordenó<br />

sus medidas, si lo sabes? ¿O quién extendió sobre ella cordel?<br />

6 ¿Sobre qué están fundadas sus bases? ¿O quién puso su piedra<br />

7 angular, Cuando alababan todas las estrellas del alba, Y se re-<br />

8 gocijaban todos los hijos de Dios? ¿Quién encerró con puertas<br />

9 el mar, Cuando se derramaba saliéndose de su seno, Cuando<br />

10 puse yo nubes por vestidura suya, Y por su faja oscuridad, Y<br />

11 establecí sobre él mi decreto, Le puse puertas y cerrojo, Y<br />

dije: Hasta aquí llegarás, y no pasarás adelante, Y ahí parará<br />

12 el orgullo de tus olas? ¿Has mandado tú a la mañana en tus<br />

13 días? ¿Has mostrado al alba su lugar, Para que ocupe los fines<br />

de la tierra, Y para que sean sacudidos de ella los impíos?<br />

14 Ella muda luego de aspecto como barro bajo el sello, Y viene a<br />

15 estar como con vestidura; Mas la luz de los impíos es quitada<br />

16 de ellos, Y el brazo enaltecido es quebrantado. ¿Has entrado<br />

tú hasta las fuentes del mar, Y has andado escudriñando el<br />

17 abismo? ¿Te han sido descubiertas las puertas de la muerte,<br />

18 Y has visto las puertas de la sombra de muerte? ¿Has considerado<br />

tú hasta las anchuras de la tierra? Declara si sabes<br />

19 todo esto. ¿Por dónde va el camino a la habitación de la luz,<br />

20 Y dónde está el lugar de las tinieblas, Para que las lleves a<br />

21 sus límites, Y entiendas las sendas de su casa? ¡Tú lo sabes!<br />

Pues entonces ya habías nacido, Y es grande el número de tus<br />

22 días. ¿Has entrado tú en los tesoros de la nieve, O has visto<br />

23 los tesoros del granizo, Que tengo reservados para el tiempo<br />

24 de angustia, Para el día de la guerra y de la batalla? ¿Por qué<br />

camino se reparte la luz, Y se esparce el viento solano sobre la<br />

25 tierra? ¿Quién repartió conducto al turbión, Y camino a los<br />

26 relámpagos y truenos, Haciendo llover sobre la tierra deshabi-<br />

27 tada, Sobre el desierto, donde no hay hombre, Para saciar la<br />

tierra desierta e inculta, Y para hacer brotar la tierna hierba?<br />

28 ¿Tiene la lluvia padre? ¿O quién engendró las gotas del rocío?<br />

29 ¿De qué vientre salió el hielo? Y la escarcha del cielo, ¿quién<br />

30 la engendró? Las aguas se endurecen a manera de piedra, Y<br />

31 se congela la faz del abismo. ¿Podrás tú atar los lazos de las


795 Job 38. 32–39. 19<br />

Pléyades, O desatarás las ligaduras de Orión? ¿Sacarás tú a 32<br />

su tiempo las constelaciones de los cielos, O guiarás a la Osa<br />

Mayor con sus hijos? ¿Supiste tú las ordenanzas de los cie- 33<br />

los? ¿Dispondrás tú de su potestad en la tierra? ¿Alzarás tú 34<br />

a las nubes tu voz, Para que te cubra muchedumbre de aguas?<br />

¿Enviarás tú los relámpagos, para que ellos vayan? ¿Y te dirán 35<br />

ellos: Henos aquí? ¿Quién puso la sabiduría en el corazón? ¿O 36<br />

quién dio al espíritu inteligencia? ¿Quién puso por cuenta los 37<br />

cielos con sabiduría? Y los odres de los cielos, ¿quién los hace<br />

inclinar, Cuando el polvo se ha convertido en dureza, Y los 38<br />

terrones se han pegado unos con otros? ¿Cazarás tú la presa 39<br />

para el león? ¿Saciarás el hambre de los leoncillos, Cuando 40<br />

están echados en las cuevas, O se están en sus guaridas para<br />

acechar? ¿Quién prepara al cuervo su alimento, Cuando 41<br />

sus polluelos claman a Dios, Y andan errantes por falta de<br />

comida?<br />

¿Sabes tú el tiempo en que paren las cabras monteses? ¿O 39<br />

miraste tú las ciervas cuando están pariendo? ¿Contaste tú 2<br />

los meses de su preñez, Y sabes el tiempo cuando han de parir?<br />

Se encorvan, hacen salir sus hijos, Pasan sus dolores. Sus hijos 3, 4<br />

se fortalecen, crecen con el pasto; Salen, y no vuelven a ellas.<br />

¿Quién echó libre al asno montés, Y quién soltó sus ataduras? 5<br />

Al cual yo puse casa en la soledad, Y sus moradas en lugares 6<br />

estériles. Se burla de la multitud de la ciudad; No oye las 7<br />

voces del arriero. Lo oculto de los montes es su pasto, Y anda 8<br />

buscando toda cosa verde. ¿Querrá el búfalo servirte a ti, O 9<br />

quedar en tu pesebre? ¿Atarás tú al búfalo con coyunda para 10<br />

el surco? ¿Labrará los valles en pos de ti? ¿Confiarás tú en 11<br />

él, por ser grande su fuerza, Y le fiarás tu labor? ¿Fiarás de 12<br />

él para que recoja tu semilla, Y la junte en tu era? ¿Diste tú 13<br />

hermosas alas al pavo real, O alas y plumas al avestruz? El 14<br />

cual desampara en la tierra sus huevos, Y sobre el polvo los<br />

calienta, Y olvida que el pie los puede pisar, Y que puede 15<br />

quebrarlos la bestia del campo. Se endurece para con sus 16<br />

hijos, como si no fuesen suyos, No temiendo que su trabajo<br />

haya sido en vano; Porque le privó Dios de sabiduría, Y no 17<br />

le dio inteligencia. Luego que se levanta en alto, Se burla del 18<br />

caballo y de su jinete. ¿Diste tú al caballo la fuerza? ¿Vestiste 19


39. 20–40. 20 Job 796<br />

20 tú su cuello de crines ondulantes? ¿Le intimidarás tú como a<br />

21 langosta? El resoplido de su nariz es formidable. Escarba la<br />

tierra, se alegra en su fuerza, Sale al encuentro de las armas;<br />

22 Hace burla del espanto, y no teme, Ni vuelve el rostro delante<br />

23 de la espada. Contra él suenan la aljaba, El hierro de la lanza<br />

24 y de la jabalina; Y él con ímpetu y furor escarba la tierra,<br />

25 Sin importarle el sonido de la trompeta; Antes como que dice<br />

entre los clarines: ¡Ea! Y desde lejos huele la batalla, El grito de<br />

26 los capitanes, y el vocerío. ¿Vuela el gavilán por tu sabiduría,<br />

27 Y extiende hacia el sur sus alas? ¿Se remonta el águila por<br />

28 tu mandamiento, Y pone en alto su nido? Ella habita y mora<br />

29 en la peña, En la cumbre del peñasco y de la roca. Desde allí<br />

30 acecha la presa; Sus ojos observan de muy lejos. Sus polluelos<br />

chupan la sangre; Y donde hubiere cadáveres, allí está ella.<br />

40, 2 Además respondió Jehová a Job, y dijo: ¿Es sabiduría contender<br />

con el Omnipotente? El que disputa con Dios, responda<br />

3, 4 a esto. Entonces respondió Job a Jehová, y dijo: He aquí que<br />

yo soy vil; ¿qué te responderé? Mi mano pongo sobre mi boca.<br />

5 Una vez hablé, mas no responderé; Aun dos veces, mas no vol-<br />

6 veré a hablar. Respondió Jehová a Job desde el torbellino, y<br />

7 dijo: Cíñete ahora como varón tus lomos; Yo te preguntaré,<br />

8 y tú me responderás. ¿Invalidarás tú también mi juicio? ¿Me<br />

9 condenarás a mí, para justificarte tú? ¿Tienes tú un brazo<br />

10 como el de Dios? ¿Y truenas con voz como la suya? Adórnate<br />

ahora de majestad y de alteza, Y vístete de honra y de<br />

11 hermosura. Derrama el ardor de tu ira; Mira a todo altivo, y<br />

12 abátelo. Mira a todo soberbio, y humíllalo, Y quebranta a los<br />

13 impíos en su sitio. Encúbrelos a todos en el polvo, Encierra<br />

14 sus rostros en la oscuridad; Y yo también te confesaré Que<br />

15 podrá salvarte tu diestra. He aquí ahora behemot, el cual hice<br />

16 como a ti; Hierba come como buey. He aquí ahora que su fuerza<br />

está en sus lomos, Y su vigor en los músculos de su vientre.<br />

17 Su cola mueve como un cedro, Y los nervios de sus muslos es-<br />

18 tán entretejidos. Sus huesos son fuertes como bronce, Y sus<br />

19 miembros como barras de hierro. Él es el principio de los caminos<br />

de Dios; El que lo hizo, puede hacer que su espada a él<br />

20 se acerque. Ciertamente los montes producen hierba para él;


797 Job 40. 21–41. 25<br />

Y toda bestia del campo retoza allá. Se echará debajo de las 21<br />

sombras, En lo oculto de las cañas y de los lugares húmedos.<br />

Los árboles sombríos lo cubren con su sombra; Los sauces del 22<br />

arroyo lo rodean. He aquí, sale de madre el río, pero él no 23<br />

se inmuta; Tranquilo está, aunque todo un Jordán se estrelle<br />

contra su boca. ¿Lo tomará alguno cuando está vigilante, Y 24<br />

horadará su nariz?<br />

¿Sacarás tú al leviatán con anzuelo, O con cuerda que le 41<br />

eches en su lengua? ¿Pondrás tú soga en sus narices, Y ho- 2<br />

radarás con garfio su quijada? ¿Multiplicará él ruegos para 3<br />

contigo? ¿Te hablará él lisonjas? ¿Hará pacto contigo Para 4<br />

que lo tomes por siervo perpetuo? ¿Jugarás con él como con 5<br />

pájaro, O lo atarás para tus niñas? ¿Harán de él banquete los 6<br />

compañeros? ¿Lo repartirán entre los mercaderes? ¿Cortarás 7<br />

tú con cuchillo su piel, O con arpón de pescadores su cabeza?<br />

Pon tu mano sobre él; Te acordarás de la batalla, y nunca más 8<br />

volverás. He aquí que la esperanza acerca de él será burlada, 9<br />

Porque aun a su sola vista se desmayarán. Nadie hay tan osa- 10<br />

do que lo despierte; ¿Quién, pues, podrá estar delante de mí?<br />

¿Quién me ha dado a mí primero, para que yo restituya? Todo 11<br />

lo que hay debajo del cielo es mío. No guardaré silencio sobre 12<br />

sus miembros, Ni sobre sus fuerzas y la gracia de su disposición.<br />

¿Quién descubrirá la delantera de su vestidura? ¿Quién 13<br />

se acercará a él con su freno doble? ¿Quién abrirá las puertas 14<br />

de su rostro? Las hileras de sus dientes espantan. La gloria 15<br />

de su vestido son escudos fuertes, Cerrados entre sí estrechamente.<br />

El uno se junta con el otro, Que viento no entra entre 16<br />

ellos. Pegado está el uno con el otro; Están trabados entre sí, 17<br />

que no se pueden apartar. Con sus estornudos enciende lum- 18<br />

bre, Y sus ojos son como los párpados del alba. De su boca 19<br />

salen hachones de fuego; Centellas de fuego proceden. De sus 20<br />

narices sale humo, Como de una olla o caldero que hierve. Su 21<br />

aliento enciende los carbones, Y de su boca sale llama. En su 22<br />

cerviz está la fuerza, Y delante de él se esparce el desaliento.<br />

Las partes más flojas de su carne están endurecidas; Están en 23<br />

él firmes, y no se mueven. Su corazón es firme como una pie- 24<br />

dra, Y fuerte como la muela de abajo. De su grandeza tienen 25<br />

temor los fuertes, Y a causa de su desfallecimiento hacen por


41. 26–42. 12 Job 798<br />

26 purificarse. Cuando alguno lo alcanzare, Ni espada, ni lanza,<br />

27 ni dardo, ni coselete durará. Estima como paja el hierro, Y el<br />

28 bronce como leño podrido. Saeta no le hace huir; Las piedras<br />

29 de honda le son como paja. Tiene toda arma por hojarasca,<br />

30 Y del blandir de la jabalina se burla. Por debajo tiene agudas<br />

31 conchas; Imprime su agudez en el suelo. Hace hervir como<br />

una olla el mar profundo, Y lo vuelve como una olla de un-<br />

32 güento. En pos de sí hace resplandecer la senda, Que parece<br />

33 que el abismo es cano. No hay sobre la tierra quien se le pa-<br />

34 rezca; Animal hecho exento de temor. Menosprecia toda cosa<br />

alta; Es rey sobre todos los soberbios.<br />

42, 2 Respondió Job a Jehová, y dijo: Yo conozco que todo<br />

lo puedes, Y que no hay pensamiento que se esconda de ti.<br />

3 ¿Quién es el que oscurece el consejo sin entendimiento? Por<br />

tanto, yo hablaba lo que no entendía; Cosas demasiado ma-<br />

4 ravillosas para mí, que yo no comprendía. Oye, te ruego, y<br />

5 hablaré; Te preguntaré, y tú me enseñarás. De oídas te ha-<br />

6 bía oído; Mas ahora mis ojos te ven. Por tanto me aborrezco,<br />

7 Y me arrepiento en polvo y ceniza. Y aconteció que después<br />

que habló Jehová estas palabras a Job, Jehová dijo a Elifaz<br />

temanita: Mi ira se encendió contra ti y tus dos compañeros;<br />

porque no habéis hablado de mí lo recto, como mi siervo Job.<br />

8 Ahora, pues, tomaos siete becerros y siete carneros, e id a mi<br />

siervo Job, y ofreced holocausto por vosotros, y mi siervo Job<br />

orará por vosotros; porque de cierto a él atenderé para no trataros<br />

afrentosamente, por cuanto no habéis hablado de mí con<br />

9 rectitud, como mi siervo Job. Fueron, pues, Elifaz temanita,<br />

Bildad suhita y Zofar naamatita, e hicieron como Jehová<br />

10 les dijo; y Jehová aceptó la oración de Job. Y quitó Jehová<br />

la aflicción de Job, cuando él hubo orado por sus amigos; y<br />

11 aumentó al doble todas las cosas que habían sido de Job. Y<br />

vinieron a él todos sus hermanos y todas sus hermanas, y todos<br />

los que antes le habían conocido, y comieron con él pan en<br />

su casa, y se condolieron de él, y le consolaron de todo aquel<br />

mal que Jehová había traído sobre él; y cada uno de ellos le<br />

12 dio una pieza de dinero y un anillo de oro. Y bendijo Jehová<br />

el postrer estado de Job más que el primero; porque tuvo<br />

catorce mil ovejas, seis mil camellos, mil yuntas de bueyes y


799 Job 42. 13–17<br />

mil asnas, y tuvo siete hijos y tres hijas. Llamó el nombre 13, 14<br />

de la primera, Jemima, el de la segunda, Cesia, y el de la tercera,<br />

Keren-hapuc. Y no había mujeres tan hermosas como 15<br />

las hijas de Job en toda la tierra; y les dio su padre herencia<br />

entre sus hermanos. Después de esto vivió Job ciento cuaren- 16<br />

ta años, y vio a sus hijos, y a los hijos de sus hijos, hasta la<br />

cuarta generación. Y murió Job viejo y lleno de días. 17


salmos<br />

1 ienaventurado el varón que no anduvo en consejo de<br />

malos, Ni estuvo en camino de pecadores, Ni en silla<br />

2 de escarnecedores se ha sentado; Sino que en la ley<br />

de Jehová está su delicia, Y en su ley medita de día<br />

3 y de noche. Será como árbol plantado junto a corrientes de<br />

aguas, Que da su fruto en su tiempo, Y su hoja no cae; Y todo<br />

4 lo que hace, prosperará. No así los malos, Que son como el<br />

5 tamo que arrebata el viento. Por tanto, no se levantarán los<br />

malos en el juicio, Ni los pecadores en la congregación de los<br />

6 justos. Porque Jehová conoce el camino de los justos; Mas la<br />

2<br />

senda de los malos perecerá.<br />

¿Por qué se amotinan las gentes, Y los pueblos piensan cosas<br />

2 vanas? Se levantarán los reyes de la tierra, Y príncipes con-<br />

3<br />

sultarán unidos Contra Jehová y contra su ungido, diciendo:<br />

Rompamos sus ligaduras, Y echemos de nosotros sus cuerdas.<br />

4 El que mora en los cielos se reirá; El Señor se burlará de ellos.<br />

5 Luego hablará a ellos en su furor, Y los turbará con su ira.<br />

6, 7 Pero yo he puesto mi rey Sobre Sion, mi santo monte. Yo publicaré<br />

el decreto; Jehová me ha dicho: Mi hijo eres tú; Yo te<br />

8 engendré hoy. Pídeme, y te daré por herencia las naciones, Y<br />

9 como posesión tuya los confines de la tierra. Los quebrantarás<br />

con vara de hierro; Como vasija de alfarero los desmenuzarás.<br />

10 Ahora, pues, oh reyes, sed prudentes; Admitid amonestación,<br />

11 jueces de la tierra. Servid a Jehová con temor, Y alegraos con<br />

12 temblor. Honrad al Hijo, para que no se enoje, y perezcáis en<br />

el camino; Pues se inflama de pronto su ira. Bienaventurados<br />

todos los que en él confían.<br />

3 Salmo de David, cuando huía de delante de Absalón<br />

su hijo.<br />

¡Oh Jehová, cuánto se han multiplicado mis adversarios! Mu-<br />

2 chos son los que se levantan contra mí. Muchos son los que<br />

3 dicen de mí: No hay para él salvación en Dios. Selah Mas<br />

tú, Jehová, eres escudo alrededor de mí; Mi gloria, y el que<br />

4 levanta mi cabeza. Con mi voz clamé a Jehová, Y él me res-


801 Salmos 3. 5–5. 10<br />

pondió desde su monte santo. Selah Yo me acosté y dormí, 5<br />

Y desperté, porque Jehová me sustentaba. No temeré a diez 6<br />

millares de gente, Que pusieren sitio contra mí. Levántate, 7<br />

Jehová; sálvame, Dios mío; Porque tú heriste a todos mis enemigos<br />

en la mejilla; Los dientes de los perversos quebrantaste.<br />

La salvación es de Jehová; Sobre tu pueblo sea tu bendición. 8<br />

Selah<br />

Al músico principal; sobre Neginot. Salmo de Da- 4<br />

vid.<br />

Respóndeme cuando clamo, oh Dios de mi justicia. Cuando<br />

estaba en angustia, tú me hiciste ensanchar; Ten misericordia<br />

de mí, y oye mi oración. Hijos de los hombres, ¿hasta cuándo 2<br />

volveréis mi honra en infamia, Amaréis la vanidad, y buscaréis<br />

la mentira? Selah Sabed, pues, que Jehová ha escogido al pia- 3<br />

doso para sí; Jehová oirá cuando yo a él clamare. Temblad, 4<br />

y no pequéis; Meditad en vuestro corazón estando en vuestra<br />

cama, y callad. Selah Ofreced sacrificios de justicia, Y confiad 5<br />

en Jehová. Muchos son los que dicen: ¿Quién nos mostrará el 6<br />

bien? Alza sobre nosotros, oh Jehová, la luz de tu rostro. Tú 7<br />

diste alegría a mi corazón Mayor que la de ellos cuando abundaba<br />

su grano y su mosto. En paz me acostaré, y asimismo 8<br />

dormiré; Porque solo tú, Jehová, me haces vivir confiado.<br />

Al músico principal; sobre Nehilot. Salmo de Da- 5<br />

vid.<br />

Escucha, oh Jehová, mis palabras; Considera mi gemir. Está 2<br />

atento a la voz de mi clamor, Rey mío y Dios mío, Porque<br />

a ti oraré. Oh Jehová, de mañana oirás mi voz; De mañana 3<br />

me presentaré delante de ti, y esperaré. Porque tú no eres un 4<br />

Dios que se complace en la maldad; El malo no habitará junto<br />

a ti. Los insensatos no estarán delante de tus ojos; Aborreces 5<br />

a todos los que hacen iniquidad. Destruirás a los que hablan 6<br />

mentira; Al hombre sanguinario y engañador abominará Jehová.<br />

Mas yo por la abundancia de tu misericordia entraré en 7<br />

tu casa; Adoraré hacia tu santo templo en tu temor. Guía- 8<br />

me, Jehová, en tu justicia, a causa de mis enemigos; Endereza<br />

delante de mí tu camino. Porque en la boca de ellos no hay 9<br />

sinceridad; Sus entrañas son maldad, Sepulcro abierto es su<br />

garganta, Con su lengua hablan lisonjas. Castígalos, oh Dios; 10


5. 11–7. 9 Salmos 802<br />

Caigan por sus mismos consejos; Por la multitud de sus trans-<br />

11 gresiones échalos fuera, Porque se rebelaron contra ti. Pero<br />

alégrense todos los que en ti confían; Den voces de júbilo para<br />

siempre, porque tú los defiendes; En ti se regocijen los que<br />

12 aman tu nombre. Porque tú, oh Jehová, bendecirás al justo;<br />

Como con un escudo lo rodearás de tu favor.<br />

6 Al músico principal; en Neginot, sobre Seminit.<br />

Salmo de David.<br />

Jehová, no me reprendas en tu enojo, Ni me castigues con tu<br />

2 ira. Ten misericordia de mí, oh Jehová, porque estoy enfermo;<br />

3 Sáname, oh Jehová, porque mis huesos se estremecen. Mi alma<br />

también está muy turbada; Y tú, Jehová, ¿hasta cuándo?<br />

4 Vuélvete, oh Jehová, libra mi alma; Sálvame por tu misericor-<br />

5 dia. Porque en la muerte no hay memoria de ti; En el Seol,<br />

6 ¿quién te alabará? Me he consumido a fuerza de gemir; Todas<br />

las noches inundo de llanto mi lecho, Riego mi cama con<br />

7 mis lágrimas. Mis ojos están gastados de sufrir; Se han enve-<br />

8 jecido a causa de todos mis angustiadores. Apartaos de mí,<br />

todos los hacedores de iniquidad; Porque Jehová ha oído la<br />

9 voz de mi lloro. Jehová ha oído mi ruego; Ha recibido Jehová<br />

10 mi oración. Se avergonzarán y se turbarán mucho todos mis<br />

enemigos; Se volverán y serán avergonzados de repente.<br />

7 Sigaión de David, que cantó a Jehová acerca de<br />

las palabras de Cus hijo de Benjamín.<br />

Jehová Dios mío, en ti he confiado; Sálvame de todos los que<br />

2 me persiguen, y líbrame, No sea que desgarren mi alma cual<br />

3 león, Y me destrocen sin que haya quien me libre. Jehová<br />

Dios mío, si yo he hecho esto, Si hay en mis manos iniquidad;<br />

4 Si he dado mal pago al que estaba en paz conmigo (Antes he<br />

5 libertado al que sin causa era mi enemigo), Persiga el enemigo<br />

mi alma, y alcáncela; Huelle en tierra mi vida, Y mi honra<br />

6 ponga en el polvo. Selah Levántate, oh Jehová, en tu ira; Álzate<br />

en contra de la furia de mis angustiadores, Y despierta<br />

7 en favor mío el juicio que mandaste. Te rodeará congregación<br />

8 de pueblos, Y sobre ella vuélvete a sentar en alto. Jehová<br />

juzgará a los pueblos; Júzgame, oh Jehová, conforme a mi jus-<br />

9 ticia, Y conforme a mi integridad. Fenezca ahora la maldad<br />

de los inicuos, mas establece tú al justo; Porque el Dios justo


803 Salmos 7. 10–9. 7<br />

prueba la mente y el corazón. Mi escudo está en Dios, Que 10<br />

salva a los rectos de corazón. Dios es juez justo, Y Dios está 11<br />

airado contra el impío todos los días. Si no se arrepiente, él 12<br />

afilará su espada; Armado tiene ya su arco, y lo ha preparado.<br />

Asimismo ha preparado armas de muerte, Y ha labrado 13<br />

saetas ardientes. He aquí, el impío concibió maldad, Se preñó 14<br />

de iniquidad, Y dio a luz engaño. Pozo ha cavado, y lo ha 15<br />

ahondado; Y en el hoyo que hizo caerá. Su iniquidad volverá 16<br />

sobre su cabeza, Y su agravio caerá sobre su propia coronilla.<br />

Alabaré a Jehová conforme a su justicia, Y cantaré al nombre 17<br />

de Jehová el Altísimo.<br />

Al músico principal; sobre Gitit. Salmo de David. 8<br />

¡Oh Jehová, Señor nuestro, Cuán glorioso es tu nombre en toda<br />

la tierra! Has puesto tu gloria sobre los cielos; De la boca de 2<br />

los niños y de los que maman, fundaste la fortaleza, A causa<br />

de tus enemigos, Para hacer callar al enemigo y al vengativo.<br />

Cuando veo tus cielos, obra de tus dedos, La luna y las estrellas 3<br />

que tú formaste, Digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de 4<br />

él memoria, Y el hijo del hombre, para que lo visites? Le has 5<br />

hecho poco menor que los ángeles, Y lo coronaste de gloria y<br />

de honra. Le hiciste señorear sobre las obras de tus manos; 6<br />

Todo lo pusiste debajo de sus pies: Ovejas y bueyes, todo ello, 7<br />

Y asimismo las bestias del campo, Las aves de los cielos y los 8<br />

peces del mar; Todo cuanto pasa por los senderos del mar.<br />

¡Oh Jehová, Señor nuestro, Cuán grande es tu nombre en toda 9<br />

la tierra!<br />

Al músico principal; sobre Mut-labén. Salmo de 9<br />

David.<br />

Te alabaré, oh Jehová, con todo mi corazón; Contaré todas tus<br />

maravillas. Me alegraré y me regocijaré en ti; Cantaré a tu 2<br />

nombre, oh Altísimo. Mis enemigos volvieron atrás; Cayeron 3<br />

y perecieron delante de ti. Porque has mantenido mi derecho 4<br />

y mi causa; Te has sentado en el trono juzgando con justicia.<br />

Reprendiste a las naciones, destruiste al malo, Borraste 5<br />

el nombre de ellos eternamente y para siempre. Los enemi- 6<br />

gos han perecido; han quedado desolados para siempre; Y las<br />

ciudades que derribaste, Su memoria pereció con ellas. Pero 7<br />

Jehová permanecerá para siempre; Ha dispuesto su trono pa-


9. 8–10. 12 Salmos 804<br />

8 ra juicio. El juzgará al mundo con justicia, Y a los pueblos<br />

9 con rectitud. Jehová será refugio del pobre, Refugio para el<br />

10 tiempo de angustia. En ti confiarán los que conocen tu nombre,<br />

Por cuanto tú, oh Jehová, no desamparaste a los que te<br />

11 buscaron. Cantad a Jehová, que habita en Sion; Publicad en-<br />

12 tre los pueblos sus obras. Porque el que demanda la sangre<br />

se acordó de ellos; No se olvidó del clamor de los afligidos.<br />

13 Ten misericordia de mí, Jehová; Mira mi aflicción que padezco<br />

a causa de los que me aborrecen, Tú que me levantas de las<br />

14 puertas de la muerte, Para que cuente yo todas tus alabanzas<br />

En las puertas de la hija de Sion, Y me goce en tu salvación.<br />

15 Se hundieron las naciones en el hoyo que hicieron; En la red<br />

16 que escondieron fue tomado su pie. Jehová se ha hecho conocer<br />

en el juicio que ejecutó; En la obra de sus manos fue<br />

17 enlazado el malo. Higaion. Selah Los malos serán trasladados<br />

18 al Seol, Todas las gentes que se olvidan de Dios. Porque no<br />

para siempre será olvidado el menesteroso, Ni la esperanza de<br />

19 los pobres perecerá perpetuamente. Levántate, oh Jehová; no<br />

se fortalezca el hombre; Sean juzgadas las naciones delante de<br />

20 ti. Pon, oh Jehová, temor en ellos; Conozcan las naciones que<br />

no son sino hombres. Selah<br />

10 ¿Por qué estás lejos, oh Jehová, Y te escondes en el tiempo<br />

2 de la tribulación? Con arrogancia el malo persigue al pobre;<br />

3 Será atrapado en los artificios que ha ideado. Porque el malo<br />

se jacta del deseo de su alma, Bendice al codicioso, y desprecia<br />

4 a Jehová. El malo, por la altivez de su rostro, no busca a Dios;<br />

5 No hay Dios en ninguno de sus pensamientos. Sus caminos<br />

son torcidos en todo tiempo; Tus juicios los tiene muy lejos de<br />

6 su vista; A todos sus adversarios desprecia. Dice en su corazón:<br />

No seré movido jamás; Nunca me alcanzará el infortunio.<br />

7 Llena está su boca de maldición, y de engaños y fraude; De-<br />

8 bajo de su lengua hay vejación y maldad. Se sienta en acecho<br />

cerca de las aldeas; En escondrijos mata al inocente. Sus ojos<br />

9 están acechando al desvalido; Acecha en oculto, como el león<br />

desde su cueva; Acecha para arrebatar al pobre; Arrebata al<br />

10 pobre trayéndolo a su red. Se encoge, se agacha, Y caen en sus<br />

11 fuertes garras muchos desdichados. Dice en su corazón: Dios<br />

12 ha olvidado; Ha encubierto su rostro; nunca lo verá. Levánta-


805 Salmos 10. 13–12. 8<br />

te, oh Jehová Dios, alza tu mano; No te olvides de los pobres.<br />

¿Por qué desprecia el malo a Dios? En su corazón ha dicho: Tú 13<br />

no lo inquirirás. Tú lo has visto; porque miras el trabajo y la 14<br />

vejación, para dar la recompensa con tu mano; A ti se acoge<br />

el desvalido; Tú eres el amparo del huérfano. Quebranta tú el 15<br />

brazo del inicuo, Y persigue la maldad del malo hasta que no<br />

halles ninguna. Jehová es Rey eternamente y para siempre; 16<br />

De su tierra han perecido las naciones. El deseo de los humil- 17<br />

des oíste, oh Jehová; Tú dispones su corazón, y haces atento<br />

tu oído, Para juzgar al huérfano y al oprimido, A fin de que 18<br />

no vuelva más a hacer violencia el hombre de la tierra.<br />

Al músico principal. Salmo de David. 11<br />

En Jehová he confiado; ¿Cómo decís a mi alma, Que escape<br />

al monte cual ave? Porque he aquí, los malos tienden el arco, 2<br />

Disponen sus saetas sobre la cuerda, Para asaetear en oculto<br />

a los rectos de corazón. Si fueren destruidos los fundamentos, 3<br />

¿Qué ha de hacer el justo? Jehová está en su santo templo; 4<br />

Jehová tiene en el cielo su trono; Sus ojos ven, sus párpados<br />

examinan a los hijos de los hombres. Jehová prueba al justo; 5<br />

Pero al malo y al que ama la violencia, su alma los aborrece.<br />

Sobre los malos hará llover calamidades; Fuego, azufre y viento 6<br />

abrasador será la porción del cáliz de ellos. Porque Jehová es 7<br />

justo, y ama la justicia; El hombre recto mirará su rostro.<br />

Al músico principal; sobre Seminit. Salmo de Da- 12<br />

vid.<br />

Salva, oh Jehová, porque se acabaron los piadosos; Porque han<br />

desaparecido los fieles de entre los hijos de los hombres. Habla 2<br />

mentira cada uno con su prójimo; Hablan con labios lisonjeros,<br />

y con doblez de corazón. Jehová destruirá todos los labios li- 3<br />

sonjeros, Y la lengua que habla jactanciosamente; A los que 4<br />

han dicho: Por nuestra lengua prevaleceremos; Nuestros labios<br />

son nuestros; ¿quién es señor de nosotros? Por la opresión de 5<br />

los pobres, por el gemido de los menesterosos, Ahora me levantaré,<br />

dice Jehová; Pondré en salvo al que por ello suspira.<br />

Las palabras de Jehová son palabras limpias, Como plata re- 6<br />

finada en horno de tierra, Purificada siete veces. Tú, Jehová, 7<br />

los guardarás; De esta generación los preservarás para siempre.<br />

Cercando andan los malos, Cuando la vileza es exaltada entre 8


13. 1–16. 2 Salmos 806<br />

los hijos de los hombres.<br />

13 Al músico principal. Salmo de David.<br />

¿Hasta cuándo, Jehová? ¿Me olvidarás para siempre? ¿Hasta<br />

2 cuándo esconderás tu rostro de mí? ¿Hasta cuándo pondré<br />

consejos en mi alma, Con tristezas en mi corazón cada día?<br />

3 ¿Hasta cuándo será enaltecido mi enemigo sobre mí? Mira,<br />

respóndeme, oh Jehová Dios mío; Alumbra mis ojos, para que<br />

4 no duerma de muerte; Para que no diga mi enemigo: Lo vencí.<br />

5 Mis enemigos se alegrarían, si yo resbalara. Mas yo en tu misericordia<br />

he confiado; Mi corazón se alegrará en tu salvación.<br />

6 Cantaré a Jehová, Porque me ha hecho bien.<br />

14 Al músico principal. Salmo de David.<br />

Dice el necio en su corazón: No hay Dios. Se han corrompido,<br />

2 hacen obras abominables; No hay quien haga el bien. Jehová<br />

miró desde los cielos sobre los hijos de los hombres, Para ver<br />

3 si había algún entendido, Que buscara a Dios. Todos se desviaron,<br />

a una se han corrompido; No hay quien haga lo bueno,<br />

4 no hay ni siquiera uno. ¿No tienen discernimiento todos los<br />

que hacen iniquidad, Que devoran a mi pueblo como si comie-<br />

5 sen pan, Y a Jehová no invocan? Ellos temblaron de espanto;<br />

6 Porque Dios está con la generación de los justos. Del consejo<br />

7 del pobre se han burlado, Pero Jehová es su esperanza. ¡Oh,<br />

que de Sion saliera la salvación de Israel! Cuando Jehová hiciere<br />

volver a los cautivos de su pueblo, Se gozará Jacob, y se<br />

alegrará Israel.<br />

15 Salmo de David.<br />

Jehová, ¿quién habitará en tu tabernáculo? ¿Quién morará en<br />

2 tu monte santo? El que anda en integridad y hace justicia,<br />

3 Y habla verdad en su corazón. El que no calumnia con su<br />

lengua, Ni hace mal a su prójimo, Ni admite reproche alguno<br />

4 contra su vecino. Aquel a cuyos ojos el vil es menospreciado,<br />

Pero honra a los que temen a Jehová. El que aun jurando en<br />

5 daño suyo, no por eso cambia; Quien su dinero no dio a usura,<br />

Ni contra el inocente admitió cohecho. El que hace estas cosas,<br />

no resbalará jamás.<br />

16 Mictam de David.<br />

2 Guárdame, oh Dios, porque en ti he confiado. Oh alma mía,<br />

dijiste a Jehová: Tú eres mi Señor; No hay para mí bien fuera


807 Salmos 16. 3–17. 14<br />

de ti. Para los santos que están en la tierra, Y para los ín- 3<br />

tegros, es toda mi complacencia. Se multiplicarán los dolores 4<br />

de aquellos que sirven diligentes a otro dios. No ofreceré yo<br />

sus libaciones de sangre, Ni en mis labios tomaré sus nombres.<br />

Jehová es la porción de mi herencia y de mi copa; Tú sustentas 5<br />

mi suerte. Las cuerdas me cayeron en lugares deleitosos, Y es 6<br />

hermosa la heredad que me ha tocado. Bendeciré a Jehová 7<br />

que me aconseja; Aun en las noches me enseña mi conciencia.<br />

A Jehová he puesto siempre delante de mí; Porque está a mi 8<br />

diestra, no seré conmovido. Se alegró por tanto mi corazón, 9<br />

y se gozó mi alma; Mi carne también reposará confiadamente;<br />

Porque no dejarás mi alma en el Seol, Ni permitirás que tu 10<br />

santo vea corrupción. Me mostrarás la senda de la vida; En 11<br />

tu presencia hay plenitud de gozo; Delicias a tu diestra para<br />

siempre.<br />

Oración de David. 17<br />

Oye, oh Jehová, una causa justa; está atento a mi clamor. Escucha<br />

mi oración hecha de labios sin engaño. De tu presencia 2<br />

proceda mi vindicación; Vean tus ojos la rectitud. Tú has 3<br />

probado mi corazón, me has visitado de noche; Me has puesto<br />

a prueba, y nada inicuo hallaste; He resuelto que mi boca<br />

no haga transgresión. En cuanto a las obras humanas, por la 4<br />

palabra de tus labios Yo me he guardado de las sendas de los<br />

violentos. Sustenta mis pasos en tus caminos, Para que mis 5<br />

pies no resbalen. Yo te he invocado, por cuanto tú me oirás, 6<br />

oh Dios; Inclina a mí tu oído, escucha mi palabra. Muestra tus 7<br />

maravillosas misericordias, tú que salvas a los que se refugian<br />

a tu diestra, De los que se levantan contra ellos. Guárdame 8<br />

como a la niña de tus ojos; Escóndeme bajo la sombra de tus<br />

alas, De la vista de los malos que me oprimen, De mis enemi- 9<br />

gos que buscan mi vida. Envueltos están con su grosura; Con 10<br />

su boca hablan arrogantemente. Han cercado ahora nuestros 11<br />

pasos; Tienen puestos sus ojos para echarnos por tierra. Son 12<br />

como león que desea hacer presa, Y como leoncillo que está<br />

en su escondite. Levántate, oh Jehová; Sal a su encuentro, 13<br />

póstrales; Libra mi alma de los malos con tu espada, De los 14<br />

hombres con tu mano, oh Jehová, De los hombres mundanos,<br />

cuya porción la tienen en esta vida, Y cuyo vientre está lleno


17. 15–18. 21 Salmos 808<br />

de tu tesoro. Sacian a sus hijos, Y aun sobra para sus pe-<br />

15 queñuelos. En cuanto a mí, veré tu rostro en justicia; Estaré<br />

satisfecho cuando despierte a tu semejanza.<br />

18 Al músico principal. Salmo de David, siervo de Jehová,<br />

el cual dirigió a Jehová las palabras de este<br />

cántico el día que le libró Jehová de mano de todos<br />

sus enemigos, y de mano de Saúl. Entonces dijo:<br />

2 Te amo, oh Jehová, fortaleza mía. Jehová, roca mía y castillo<br />

mío, y mi libertador; Dios mío, fortaleza mía, en él confiaré; Mi<br />

3 escudo, y la fuerza de mi salvación, mi alto refugio. Invocaré<br />

a Jehová, quien es digno de ser alabado, Y seré salvo de mis<br />

4 enemigos. Me rodearon ligaduras de muerte, Y torrentes de<br />

5 perversidad me atemorizaron. Ligaduras del Seol me rodea-<br />

6 ron, Me tendieron lazos de muerte. En mi angustia invoqué a<br />

Jehová, Y clamé a mi Dios. El oyó mi voz desde su templo, Y<br />

7 mi clamor llegó delante de él, a sus oídos. La tierra fue conmovida<br />

y tembló; Se conmovieron los cimientos de los montes,<br />

8 Y se estremecieron, porque se indignó él. Humo subió de su<br />

nariz, Y de su boca fuego consumidor; Carbones fueron por<br />

9 él encendidos. Inclinó los cielos, y descendió; Y había den-<br />

10 sas tinieblas debajo de sus pies. Cabalgó sobre un querubín,<br />

11 y voló; Voló sobre las alas del viento. Puso tinieblas por su<br />

escondedero, por cortina suya alrededor de sí; Oscuridad de<br />

12 aguas, nubes de los cielos. Por el resplandor de su presencia,<br />

13 sus nubes pasaron; Granizo y carbones ardientes. Tronó en<br />

los cielos Jehová, Y el Altísimo dio su voz; Granizo y carbones<br />

14 de fuego. Envió sus saetas, y los dispersó; Lanzó relámpa-<br />

15 gos, y los destruyó. Entonces aparecieron los abismos de las<br />

aguas, Y quedaron al descubierto los cimientos del mundo, A<br />

tu reprensión, oh Jehová, Por el soplo del aliento de tu nariz.<br />

16 Envió desde lo alto; me tomó, Me sacó de las muchas aguas.<br />

17 Me libró de mi poderoso enemigo, Y de los que me aborre-<br />

18 cían; pues eran más fuertes que yo. Me asaltaron en el día<br />

19 de mi quebranto, Mas Jehová fue mi apoyo. Me sacó a lu-<br />

20 gar espacioso; Me libró, porque se agradó de mí. Jehová me<br />

ha premiado conforme a mi justicia; Conforme a la limpieza<br />

21 de mis manos me ha recompensado. Porque yo he guardado<br />

los caminos de Jehová, Y no me aparté impíamente de mi


809 Salmos 18. 22–49<br />

Dios. Pues todos sus juicios estuvieron delante de mí, Y no 22<br />

me he apartado de sus estatutos. Fui recto para con él, y me 23<br />

he guardado de mi maldad, Por lo cual me ha recompensado 24<br />

Jehová conforme a mi justicia; Conforme a la limpieza de mis<br />

manos delante de su vista. Con el misericordioso te mostrarás 25<br />

misericordioso, Y recto para con el hombre íntegro. Limpio 26<br />

te mostrarás para con el limpio, Y severo serás para con el<br />

perverso. Porque tú salvarás al pueblo afligido, Y humillarás 27<br />

los ojos altivos. Tú encenderás mi lámpara; Jehová mi Dios 28<br />

alumbrará mis tinieblas. Contigo desbarataré ejércitos, Y con 29<br />

mi Dios asaltaré muros. En cuanto a Dios, perfecto es su ca- 30<br />

mino, Y acrisolada la palabra de Jehová; Escudo es a todos los<br />

que en él esperan. Porque ¿quién es Dios sino sólo Jehová? 31<br />

¿Y qué roca hay fuera de nuestro Dios? Dios es el que me ciñe 32<br />

de poder, Y quien hace perfecto mi camino; Quien hace mis 33<br />

pies como de ciervas, Y me hace estar firme sobre mis alturas;<br />

Quien adiestra mis manos para la batalla, Para entesar con 34<br />

mis brazos el arco de bronce. Me diste asimismo el escudo 35<br />

de tu salvación; Tu diestra me sustentó, Y tu benignidad me<br />

ha engrandecido. Ensanchaste mis pasos debajo de mí, Y mis 36<br />

pies no han resbalado. Perseguí a mis enemigos, y los alcan- 37<br />

cé, Y no volví hasta acabarlos. Los herí de modo que no se 38<br />

levantasen; Cayeron debajo de mis pies. Pues me ceñiste de 39<br />

fuerzas para la pelea; Has humillado a mis enemigos debajo<br />

de mí. Has hecho que mis enemigos me vuelvan las espaldas, 40<br />

Para que yo destruya a los que me aborrecen. Clamaron, y 41<br />

no hubo quien salvase; Aun a Jehová, pero no los oyó. Y los 42<br />

molí como polvo delante del viento; Los eché fuera como lodo<br />

de las calles. Me has librado de las contiendas del pueblo; Me 43<br />

has hecho cabeza de las naciones; Pueblo que yo no conocía<br />

me sirvió. Al oír de mí me obedecieron; Los hijos de extraños 44<br />

se sometieron a mí. Los extraños se debilitaron Y salieron 45<br />

temblando de sus encierros. Viva Jehová, y bendita sea mi 46<br />

roca, Y enaltecido sea el Dios de mi salvación; El Dios que 47<br />

venga mis agravios, Y somete pueblos debajo de mí; El que 48<br />

me libra de mis enemigos, Y aun me eleva sobre los que se<br />

levantan contra mí; Me libraste de varón violento. Por tanto 49<br />

yo te confesaré entre las naciones, oh Jehová, Y cantaré a tu


18. 50–20. 8 Salmos 810<br />

50 nombre. Grandes triunfos da a su rey, Y hace misericordia a<br />

su ungido, A David y a su descendencia, para siempre.<br />

19 Al músico principal. Salmo de David.<br />

Los cielos cuentan la gloria de Dios, Y el firmamento anuncia<br />

2 la obra de sus manos. Un día emite palabra a otro día, Y una<br />

3 noche a otra noche declara sabiduría. No hay lenguaje, ni pa-<br />

4 labras, Ni es oída su voz. Por toda la tierra salió su voz, Y<br />

hasta el extremo del mundo sus palabras. En ellos puso taber-<br />

5 náculo para el sol; Y éste, como esposo que sale de su tálamo,<br />

6 Se alegra cual gigante para correr el camino. De un extremo<br />

de los cielos es su salida, Y su curso hasta el término de ellos;<br />

7 Y nada hay que se esconda de su calor. La ley de Jehová es<br />

perfecta, que convierte el alma; El testimonio de Jehová es fiel,<br />

8 que hace sabio al sencillo. Los mandamientos de Jehová son<br />

rectos, que alegran el corazón; El precepto de Jehová es puro,<br />

9 que alumbra los ojos. El temor de Jehová es limpio, que permanece<br />

para siempre; Los juicios de Jehová son verdad, todos<br />

10 justos. Deseables son más que el oro, y más que mucho oro<br />

afinado; Y dulces más que miel, y que la que destila del panal.<br />

11 Tu siervo es además amonestado con ellos; En guardarlos hay<br />

12 grande galardón. ¿Quién podrá entender sus propios errores?<br />

13 Líbrame de los que me son ocultos. Preserva también a tu<br />

siervo de las soberbias; Que no se enseñoreen de mí; Entonces<br />

14 seré íntegro, y estaré limpio de gran rebelión. Sean gratos los<br />

dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de<br />

ti, Oh Jehová, roca mía, y redentor mío.<br />

20 Al músico principal. Salmo de David.<br />

Jehová te oiga en el día de conflicto; El nombre del Dios de<br />

2 Jacob te defienda. Te envíe ayuda desde el santuario, Y desde<br />

3 Sion te sostenga. Haga memoria de todas tus ofrendas, Y<br />

4 acepte tu holocausto. Selah Te dé conforme al deseo de tu<br />

5 corazón, Y cumpla todo tu consejo. Nosotros nos alegraremos<br />

en tu salvación, Y alzaremos pendón en el nombre de nuestro<br />

6 Dios; Conceda Jehová todas tus peticiones. Ahora conozco<br />

que Jehová salva a su ungido; Lo oirá desde sus santos cielos<br />

7 Con la potencia salvadora de su diestra. Éstos confían en<br />

carros, y aquéllos en caballos; Mas nosotros del nombre de<br />

8 Jehová nuestro Dios tendremos memoria. Ellos flaquean y


811 Salmos 20. 9–22. 10<br />

caen, Mas nosotros nos levantamos, y estamos en pie. Salva, 9<br />

Jehová; Que el Rey nos oiga en el día que lo invoquemos.<br />

Al músico principal. Salmo de David. 21<br />

El rey se alegra en tu poder, oh Jehová; Y en tu salvación,<br />

¡cómo se goza! Le has concedido el deseo de su corazón, Y 2<br />

no le negaste la petición de sus labios. Selah Porque le has 3<br />

salido al encuentro con bendiciones de bien; Corona de oro fino<br />

has puesto sobre su cabeza. Vida te demandó, y se la diste; 4<br />

Largura de días eternamente y para siempre. Grande es su 5<br />

gloria en tu salvación; Honra y majestad has puesto sobre él.<br />

Porque lo has bendecido para siempre; Lo llenaste de alegría 6<br />

con tu presencia. Por cuanto el rey confía en Jehová, Y en la 7<br />

misericordia del Altísimo, no será conmovido. Alcanzará tu 8<br />

mano a todos tus enemigos; Tu diestra alcanzará a los que te<br />

aborrecen. Los pondrás como horno de fuego en el tiempo de 9<br />

tu ira; Jehová los deshará en su ira, Y fuego los consumirá.<br />

Su fruto destruirás de la tierra, Y su descendencia de entre 10<br />

los hijos de los hombres. Porque intentaron el mal contra ti; 11<br />

Fraguaron maquinaciones, mas no prevalecerán, Pues tú los 12<br />

pondrás en fuga; En tus cuerdas dispondrás saetas contra sus<br />

rostros. Engrandécete, oh Jehová, en tu poder; Cantaremos 13<br />

y alabaremos tu poderío.<br />

Al músico principal; sobre Ajelet-sahar. Salmo 22<br />

de David.<br />

Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado? ¿Por qué<br />

estás tan lejos de mi salvación, y de las palabras de mi clamor?<br />

Dios mío, clamo de día, y no respondes; Y de noche, y 2<br />

no hay para mí reposo. Pero tú eres santo, Tú que habitas en- 3<br />

tre las alabanzas de Israel. En ti esperaron nuestros padres; 4<br />

Esperaron, y tú los libraste. Clamaron a ti, y fueron libra- 5<br />

dos; Confiaron en ti, y no fueron avergonzados. Mas yo soy 6<br />

gusano, y no hombre; Oprobio de los hombres, y despreciado<br />

del pueblo. Todos los que me ven me escarnecen; Estiran 7<br />

la boca, menean la cabeza, diciendo: Se encomendó a Jeho- 8<br />

vá; líbrele él; Sálvele, puesto que en él se complacía. Pero tú 9<br />

eres el que me sacó del vientre; El que me hizo estar confiado<br />

desde que estaba a los pechos de mi madre. Sobre ti fui 10<br />

echado desde antes de nacer; Desde el vientre de mi madre,


22. 11–23. 4 Salmos 812<br />

11 tú eres mi Dios. No te alejes de mí, porque la angustia está<br />

12 cerca; Porque no hay quien ayude. Me han rodeado muchos<br />

13 toros; Fuertes toros de Basán me han cercado. Abrieron sobre<br />

14 mí su boca Como león rapaz y rugiente. He sido derramado<br />

como aguas, Y todos mis huesos se descoyuntaron; Mi corazón<br />

fue como cera, Derritiéndose en medio de mis entrañas.<br />

15 Como un tiesto se secó mi vigor, Y mi lengua se pegó a mi<br />

16 paladar, Y me has puesto en el polvo de la muerte. Porque<br />

perros me han rodeado; Me ha cercado cuadrilla de malignos;<br />

17 Horadaron mis manos y mis pies. Contar puedo todos mis<br />

18 huesos; Entre tanto, ellos me miran y me observan. Repartieron<br />

entre sí mis vestidos, Y sobre mi ropa echaron suertes.<br />

19 Mas tú, Jehová, no te alejes; Fortaleza mía, apresúrate a so-<br />

20 correrme. Libra de la espada mi alma, Del poder del perro mi<br />

21 vida. Sálvame de la boca del león, Y líbrame de los cuernos<br />

22 de los búfalos. Anunciaré tu nombre a mis hermanos; En me-<br />

23 dio de la congregación te alabaré. Los que teméis a Jehová,<br />

alabadle; Glorificadle, descendencia toda de Jacob, Y temedle<br />

24 vosotros, descendencia toda de Israel. Porque no menospreció<br />

ni abominó la aflicción del afligido, Ni de él escondió su rostro;<br />

25 Sino que cuando clamó a él, le oyó. De ti será mi alabanza en<br />

la gran congregación; Mis votos pagaré delante de los que le<br />

26 temen. Comerán los humildes, y serán saciados; Alabarán a<br />

Jehová los que le buscan; Vivirá vuestro corazón para siempre.<br />

27 Se acordarán, y se volverán a Jehová todos los confines de la<br />

tierra, Y todas las familias de las naciones adorarán delante<br />

28 de ti. Porque de Jehová es el reino, Y él regirá las naciones.<br />

29 Comerán y adorarán todos los poderosos de la tierra; Se postrarán<br />

delante de él todos los que descienden al polvo, Aun el<br />

30 que no puede conservar la vida a su propia alma. La posteridad<br />

le servirá; Esto será contado de Jehová hasta la postrera<br />

31 generación. Vendrán, y anunciarán su justicia; A pueblo no<br />

nacido aún, anunciarán que él hizo esto.<br />

23 Salmo de David.<br />

2 Jehová es mi pastor; nada me faltará. En lugares de delicados<br />

pastos me hará descansar; Junto a aguas de reposo me pasto-<br />

3 reará. Confortará mi alma; Me guiará por sendas de justicia<br />

4 por amor de su nombre. Aunque ande en valle de sombra de


813 Salmos 23. 5–25. 11<br />

muerte, No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo; Tu<br />

vara y tu cayado me infundirán aliento. Aderezas mesa delan- 5<br />

te de mí en presencia de mis angustiadores; Unges mi cabeza<br />

con aceite; mi copa está rebosando. Ciertamente el bien y la 6<br />

misericordia me seguirán todos los días de mi vida, Y en la<br />

casa de Jehová moraré por largos días.<br />

Salmo de David. 24<br />

De Jehová es la tierra y su plenitud; El mundo, y los que en él<br />

habitan. Porque él la fundó sobre los mares, Y la afirmó sobre 2<br />

los ríos. ¿Quién subirá al monte de Jehová? ¿Y quién estará en 3<br />

su lugar santo? El limpio de manos y puro de corazón; El que 4<br />

no ha elevado su alma a cosas vanas, Ni jurado con engaño. El 5<br />

recibirá bendición de Jehová, Y justicia del Dios de salvación.<br />

Tal es la generación de los que le buscan, De los que buscan tu 6<br />

rostro, oh Dios de Jacob. Selah Alzad, oh puertas, vuestras 7<br />

cabezas, Y alzaos vosotras, puertas eternas, Y entrará el Rey<br />

de gloria. ¿Quién es este Rey de gloria? Jehová el fuerte y 8<br />

valiente, Jehová el poderoso en batalla. Alzad, oh puertas, 9<br />

vuestras cabezas, Y alzaos vosotras, puertas eternas, Y entrará<br />

el Rey de gloria. ¿Quién es este Rey de gloria? Jehová de los 10<br />

ejércitos, Él es el Rey de la gloria. Selah<br />

Salmo de David. 25<br />

A ti, oh Jehová, levantaré mi alma. Dios mío, en ti confío; No 2<br />

sea yo avergonzado, No se alegren de mí mis enemigos. Cier- 3<br />

tamente ninguno de cuantos esperan en ti será confundido;<br />

Serán avergonzados los que se rebelan sin causa. Muéstrame, 4<br />

oh Jehová, tus caminos; Enséñame tus sendas. Encamíname 5<br />

en tu verdad, y enséñame, Porque tú eres el Dios de mi salvación;<br />

En ti he esperado todo el día. Acuérdate, oh Jehová, de 6<br />

tus piedades y de tus misericordias, Que son perpetuas. De los 7<br />

pecados de mi juventud, y de mis rebeliones, no te acuerdes;<br />

Conforme a tu misericordia acuérdate de mí, Por tu bondad,<br />

oh Jehová. Bueno y recto es Jehová; Por tanto, él enseñará 8<br />

a los pecadores el camino. Encaminará a los humildes por el 9<br />

juicio, Y enseñará a los mansos su carrera. Todas las sendas 10<br />

de Jehová son misericordia y verdad, Para los que guardan su<br />

pacto y sus testimonios. Por amor de tu nombre, oh Jehová, 11


25. 12–27. 3 Salmos 814<br />

12 Perdonarás también mi pecado, que es grande. ¿Quién es el<br />

hombre que teme a Jehová? Él le enseñará el camino que ha de<br />

13 escoger. Gozará él de bienestar, Y su descendencia heredará<br />

14 la tierra. La comunión íntima de Jehová es con los que le te-<br />

15 men, Y a ellos hará conocer su pacto. Mis ojos están siempre<br />

16 hacia Jehová, Porque él sacará mis pies de la red. Mírame,<br />

17 y ten misericordia de mí, Porque estoy solo y afligido. Las<br />

angustias de mi corazón se han aumentado; Sácame de mis<br />

18 congojas. Mira mi aflicción y mi trabajo, Y perdona todos<br />

19 mis pecados. Mira mis enemigos, cómo se han multiplicado,<br />

20 Y con odio violento me aborrecen. Guarda mi alma, y líbra-<br />

21 me; No sea yo avergonzado, porque en ti confié. Integridad y<br />

22 rectitud me guarden, Porque en ti he esperado. Redime, oh<br />

Dios, a Israel De todas sus angustias.<br />

26 Salmo de David.<br />

Júzgame, oh Jehová, porque yo en mi integridad he andado;<br />

2 He confiado asimismo en Jehová sin titubear. Escudríñame,<br />

oh Jehová, y pruébame; Examina mis íntimos pensamientos y<br />

3 mi corazón. Porque tu misericordia está delante de mis ojos,<br />

4 Y ando en tu verdad. No me he sentado con hombres hipó-<br />

5 critas, Ni entré con los que andan simuladamente. Aborrecí<br />

la reunión de los malignos, Y con los impíos nunca me senté.<br />

6 Lavaré en inocencia mis manos, Y así andaré alrededor de tu<br />

7 altar, oh Jehová, Para exclamar con voz de acción de gracias,<br />

8 Y para contar todas tus maravillas. Jehová, la habitación de<br />

9 tu casa he amado, Y el lugar de la morada de tu gloria. No<br />

arrebates con los pecadores mi alma, Ni mi vida con hombres<br />

10 sanguinarios, En cuyas manos está el mal, Y su diestra está<br />

11 llena de sobornos. Mas yo andaré en mi integridad; Redíme-<br />

12 me, y ten misericordia de mí. Mi pie ha estado en rectitud;<br />

En las congregaciones bendeciré a Jehová.<br />

27 Salmo de David.<br />

Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? Jehová es la<br />

2 fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme? Cuando<br />

se juntaron contra mí los malignos, mis angustiadores y mis<br />

enemigos, Para comer mis carnes, ellos tropezaron y cayeron.<br />

3 Aunque un ejército acampe contra mí, No temerá mi corazón;


815 Salmos 27. 4–28. 8<br />

Aunque contra mí se levante guerra, Yo estaré confiado. Una 4<br />

cosa he demandado a Jehová, ésta buscaré; Que esté yo en la<br />

casa de Jehová todos los días de mi vida, Para contemplar la<br />

hermosura de Jehová, y para inquirir en su templo. Porque él 5<br />

me esconderá en su tabernáculo en el día del mal; Me ocultará<br />

en lo reservado de su morada; Sobre una roca me pondrá en<br />

alto. Luego levantará mi cabeza sobre mis enemigos que me 6<br />

rodean, Y yo sacrificaré en su tabernáculo sacrificios de júbilo;<br />

Cantaré y entonaré alabanzas a Jehová. Oye, oh Jehová, mi 7<br />

voz con que a ti clamo; Ten misericordia de mí, y respóndeme.<br />

Mi corazón ha dicho de ti: Buscad mi rostro. Tu rostro busca- 8<br />

ré, oh Jehová; No escondas tu rostro de mí. No apartes con 9<br />

ira a tu siervo; Mi ayuda has sido. No me dejes ni me desampares,<br />

Dios de mi salvación. Aunque mi padre y mi madre me 10<br />

dejaran, Con todo, Jehová me recogerá. Enséñame, oh Jeho- 11<br />

vá, tu camino, Y guíame por senda de rectitud A causa de mis<br />

enemigos. No me entregues a la voluntad de mis enemigos; 12<br />

Porque se han levantado contra mí testigos falsos, y los que<br />

respiran crueldad. Hubiera yo desmayado, si no creyese que 13<br />

veré la bondad de Jehová En la tierra de los vivientes. Aguar- 14<br />

da a Jehová; Esfuérzate, y aliéntese tu corazón; Sí, espera a<br />

Jehová.<br />

Salmo de David. 28<br />

A ti clamaré, oh Jehová. Roca mía, no te desentiendas de mí,<br />

Para que no sea yo, dejándome tú, Semejante a los que descienden<br />

al sepulcro. Oye la voz de mis ruegos cuando clamo 2<br />

a ti, Cuando alzo mis manos hacia tu santo templo. No me 3<br />

arrebates juntamente con los malos, Y con los que hacen iniquidad,<br />

Los cuales hablan paz con sus prójimos, Pero la maldad<br />

está en su corazón. Dales conforme a su obra, y conforme 4<br />

a la perversidad de sus hechos; Dales su merecido conforme<br />

a la obra de sus manos. Por cuanto no atendieron a los he- 5<br />

chos de Jehová, Ni a la obra de sus manos, Él los derribará, y<br />

no los edificará. Bendito sea Jehová, Que oyó la voz de mis 6<br />

ruegos. Jehová es mi fortaleza y mi escudo; En él confió mi 7<br />

corazón, y fui ayudado, Por lo que se gozó mi corazón, Y con<br />

mi cántico le alabaré. Jehová es la fortaleza de su pueblo, Y 8


28. 9–31. 1 Salmos 816<br />

9 el refugio salvador de su ungido. Salva a tu pueblo, y bendice<br />

a tu heredad; Y pastoréales y susténtales para siempre.<br />

29 Salmo de David.<br />

Tributad a Jehová, oh hijos de los poderosos, Dad a Jehová la<br />

2 gloria y el poder. Dad a Jehová la gloria debida a su nom-<br />

3 bre; Adorad a Jehová en la hermosura de la santidad. Voz<br />

de Jehová sobre las aguas; Truena el Dios de gloria, Jehová<br />

4 sobre las muchas aguas. Voz de Jehová con potencia; Voz de<br />

5 Jehová con gloria. Voz de Jehová que quebranta los cedros;<br />

6 Quebrantó Jehová los cedros del Líbano. Los hizo saltar co-<br />

7 mo becerros; Al Líbano y al Sirión como hijos de búfalos. Voz<br />

8 de Jehová que derrama llamas de fuego; Voz de Jehová que<br />

hace temblar el desierto; Hace temblar Jehová el desierto de<br />

9 Cades. Voz de Jehová que desgaja las encinas, Y desnuda los<br />

10 bosques; En su templo todo proclama su gloria. Jehová preside<br />

en el diluvio, Y se sienta Jehová como rey para siempre.<br />

11 Jehová dará poder a su pueblo; Jehová bendecirá a su pueblo<br />

con paz.<br />

30 Salmo de David.<br />

Te glorificaré, oh Jehová, porque me has exaltado, Y no permi-<br />

2 tiste que mis enemigos se alegraran de mí. Jehová Dios mío,<br />

3 A ti clamé, y me sanaste. Oh Jehová, hiciste subir mi alma<br />

del Seol; Me diste vida, para que no descendiese a la sepultura.<br />

4 Cantad a Jehová, vosotros sus santos, Y celebrad la memoria<br />

5 de su santidad. Porque un momento será su ira, Pero su favor<br />

dura toda la vida. Por la noche durará el lloro, Y a la mañana<br />

6 vendrá la alegría. En mi prosperidad dije yo: No seré jamás<br />

7 conmovido, Porque tú, Jehová, con tu favor me afirmaste co-<br />

8 mo monte fuerte. Escondiste tu rostro, fui turbado. A ti, oh<br />

9 Jehová, clamaré, Y al Señor suplicaré. ¿Qué provecho hay en<br />

mi muerte cuando descienda a la sepultura? ¿Te alabará el<br />

10 polvo? ¿Anunciará tu verdad? Oye, oh Jehová, y ten miseri-<br />

11 cordia de mí; Jehová, sé tú mi ayudador. Has cambiado mi<br />

lamento en baile; Desataste mi cilicio, y me ceñiste de alegría.<br />

12 Por tanto, a ti cantaré, gloria mía, y no estaré callado. Jehová<br />

Dios mío, te alabaré para siempre.<br />

31 Al músico principal. Salmo de David.<br />

En ti, oh Jehová, he confiado; no sea yo confundido jamás;


817 Salmos 31. 2–23<br />

Líbrame en tu justicia. Inclina a mí tu oído, líbrame pronto; 2<br />

Sé tú mi roca fuerte, y fortaleza para salvarme. Porque tú 3<br />

eres mi roca y mi castillo; Por tu nombre me guiarás y me<br />

encaminarás. Sácame de la red que han escondido para mí, 4<br />

Pues tú eres mi refugio. En tu mano encomiendo mi espíritu; 5<br />

Tú me has redimido, oh Jehová, Dios de verdad. Aborrezco 6<br />

a los que esperan en vanidades ilusorias; Mas yo en Jehová<br />

he esperado. Me gozaré y alegraré en tu misericordia, Porque 7<br />

has visto mi aflicción; Has conocido mi alma en las angustias.<br />

No me entregaste en mano del enemigo; Pusiste mis pies en 8<br />

lugar espacioso. Ten misericordia de mí, oh Jehová, porque 9<br />

estoy en angustia; Se han consumido de tristeza mis ojos, mi<br />

alma también y mi cuerpo. Porque mi vida se va gastando de 10<br />

dolor, y mis años de suspirar; Se agotan mis fuerzas a causa<br />

de mi iniquidad, y mis huesos se han consumido. De todos 11<br />

mis enemigos soy objeto de oprobio, Y de mis vecinos mucho<br />

más, y el horror de mis conocidos; Los que me ven fuera huyen<br />

de mí. He sido olvidado de su corazón como un muerto; He 12<br />

venido a ser como un vaso quebrado. Porque oigo la calum- 13<br />

nia de muchos; El miedo me asalta por todas partes, Mientras<br />

consultan juntos contra mí E idean quitarme la vida. Mas yo 14<br />

en ti confío, oh Jehová; Digo: Tú eres mi Dios. En tu mano 15<br />

están mis tiempos; Líbrame de la mano de mis enemigos y de<br />

mis perseguidores. Haz resplandecer tu rostro sobre tu sier- 16<br />

vo; Sálvame por tu misericordia. No sea yo avergonzado, oh 17<br />

Jehová, ya que te he invocado; Sean avergonzados los impíos,<br />

estén mudos en el Seol. Enmudezcan los labios mentirosos, 18<br />

Que hablan contra el justo cosas duras Con soberbia y menosprecio.<br />

¡Cuán grande es tu bondad, que has guardado para los 19<br />

que te temen, Que has mostrado a los que esperan en ti, delante<br />

de los hijos de los hombres! En lo secreto de tu presencia 20<br />

los esconderás de la conspiración del hombre; Los pondrás en<br />

un tabernáculo a cubierto de contención de lenguas. Bendito 21<br />

sea Jehová, Porque ha hecho maravillosa su misericordia para<br />

conmigo en ciudad fortificada. Decía yo en mi premura: Cor- 22<br />

tado soy de delante de tus ojos; Pero tú oíste la voz de mis<br />

ruegos cuando a ti clamaba. Amad a Jehová, todos vosotros 23<br />

sus santos; A los fieles guarda Jehová, Y paga abundantemen-


31. 24–33. 12 Salmos 818<br />

24 te al que procede con soberbia. Esforzaos todos vosotros los<br />

que esperáis en Jehová, Y tome aliento vuestro corazón.<br />

32 Salmo de David. Masquil.<br />

Bienaventurado aquel cuya transgresión ha sido perdonada, y<br />

2 cubierto su pecado. Bienaventurado el hombre a quien Jehová<br />

no culpa de iniquidad, Y en cuyo espíritu no hay engaño.<br />

3 Mientras callé, se envejecieron mis huesos En mi gemir todo<br />

4 el día. Porque de día y de noche se agravó sobre mí tu mano;<br />

5 Se volvió mi verdor en sequedades de verano. Selah Mi pecado<br />

te declaré, y no encubrí mi iniquidad. Dije: Confesaré mis<br />

transgresiones a Jehová; Y tú perdonaste la maldad de mi pe-<br />

6 cado. Selah Por esto orará a ti todo santo en el tiempo en que<br />

puedas ser hallado; Ciertamente en la inundación de muchas<br />

7 aguas no llegarán éstas a él. Tú eres mi refugio; me guardarás<br />

de la angustia; Con cánticos de liberación me rodearás. Selah<br />

8 Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes an-<br />

9 dar; Sobre ti fijaré mis ojos. No seáis como el caballo, o como<br />

el mulo, sin entendimiento, Que han de ser sujetados con ca-<br />

10 bestro y con freno, Porque si no, no se acercan a ti. Muchos<br />

dolores habrá para el impío; Mas al que espera en Jehová, le<br />

11 rodea la misericordia. Alegraos en Jehová y gozaos, justos; Y<br />

cantad con júbilo todos vosotros los rectos de corazón.<br />

33 Alegraos, oh justos, en Jehová; En los íntegros es hermosa la<br />

2 alabanza. Aclamad a Jehová con arpa; Cantadle con salterio<br />

3 y decacordio. Cantadle cántico nuevo; Hacedlo bien, tañendo<br />

4 con júbilo. Porque recta es la palabra de Jehová, Y toda su<br />

5 obra es hecha con fidelidad. El ama justicia y juicio; De la<br />

6 misericordia de Jehová está llena la tierra. Por la palabra de<br />

Jehová fueron hechos los cielos, Y todo el ejército de ellos por<br />

7 el aliento de su boca. El junta como montón las aguas del<br />

8 mar; Él pone en depósitos los abismos. Tema a Jehová toda<br />

la tierra; Teman delante de él todos los habitantes del mundo.<br />

9, 10 Porque él dijo, y fue hecho; El mandó, y existió. Jehová hace<br />

nulo el consejo de las naciones, Y frustra las maquinaciones de<br />

11 los pueblos. El consejo de Jehová permanecerá para siempre;<br />

Los pensamientos de su corazón por todas las generaciones.<br />

12 Bienaventurada la nación cuyo Dios es Jehová, El pueblo que


819 Salmos 33. 13–34. 18<br />

él escogió como heredad para sí. Desde los cielos miró Jeho- 13<br />

vá; Vio a todos los hijos de los hombres; Desde el lugar de 14<br />

su morada miró Sobre todos los moradores de la tierra. Él 15<br />

formó el corazón de todos ellos; Atento está a todas sus obras.<br />

El rey no se salva por la multitud del ejército, Ni escapa el 16<br />

valiente por la mucha fuerza. Vano para salvarse es el caba- 17<br />

llo; La grandeza de su fuerza a nadie podrá librar. He aquí 18<br />

el ojo de Jehová sobre los que le temen, Sobre los que esperan<br />

en su misericordia, Para librar sus almas de la muerte, Y pa- 19<br />

ra darles vida en tiempo de hambre. Nuestra alma espera a 20<br />

Jehová; Nuestra ayuda y nuestro escudo es él. Por tanto, en 21<br />

él se alegrará nuestro corazón, Porque en su santo nombre hemos<br />

confiado. Sea tu misericordia, oh Jehová, sobre nosotros, 22<br />

Según esperamos en ti.<br />

Salmo de David, cuando mudó su semblante de- 34<br />

lante de Abimelec, y él lo echó, y se fue.<br />

Bendeciré a Jehová en todo tiempo; Su alabanza estará de continuo<br />

en mi boca. En Jehová se gloriará mi alma; Lo oirán 2<br />

los mansos, y se alegrarán. Engrandeced a Jehová conmigo, 3<br />

Y exaltemos a una su nombre. Busqué a Jehová, y él me oyó, 4<br />

Y me libró de todos mis temores. Los que miraron a él fueron 5<br />

alumbrados, Y sus rostros no fueron avergonzados. Este po- 6<br />

bre clamó, y le oyó Jehová, Y lo libró de todas sus angustias.<br />

El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen, Y 7<br />

los defiende. Gustad, y ved que es bueno Jehová; Dichoso el 8<br />

hombre que confía en él. Temed a Jehová, vosotros sus santos, 9<br />

Pues nada falta a los que le temen. Los leoncillos necesitan, 10<br />

y tienen hambre; Pero los que buscan a Jehová no tendrán<br />

falta de ningún bien. Venid, hijos, oídme; El temor de Jehová 11<br />

os enseñaré. ¿Quién es el hombre que desea vida, Que desea 12<br />

muchos días para ver el bien? Guarda tu lengua del mal, Y 13<br />

tus labios de hablar engaño. Apártate del mal, y haz el bien; 14<br />

Busca la paz, y síguela. Los ojos de Jehová están sobre los 15<br />

justos, Y atentos sus oídos al clamor de ellos. La ira de Jehová 16<br />

contra los que hacen mal, Para cortar de la tierra la memoria<br />

de ellos. Claman los justos, y Jehová oye, Y los libra de 17<br />

todas sus angustias. Cercano está Jehová a los quebrantados 18


34. 19–35. 21 Salmos 820<br />

19 de corazón; Y salva a los contritos de espíritu. Muchas son<br />

las aflicciones del justo, Pero de todas ellas le librará Jehová.<br />

20 El guarda todos sus huesos; Ni uno de ellos será quebrantado.<br />

21 Matará al malo la maldad, Y los que aborrecen al justo serán<br />

22 condenados. Jehová redime el alma de sus siervos, Y no serán<br />

condenados cuantos en él confían.<br />

35 Salmo de David.<br />

Disputa, oh Jehová, con los que contra mí contienden; Pelea<br />

2 contra los que me combaten. Echa mano al escudo y al pa-<br />

3 vés, Y levántate en mi ayuda. Saca la lanza, cierra contra mis<br />

4 perseguidores; Di a mi alma: Yo soy tu salvación. Sean avergonzados<br />

y confundidos los que buscan mi vida; Sean vueltos<br />

5 atrás y avergonzados los que mi mal intentan. Sean como el<br />

6 tamo delante del viento, Y el ángel de Jehová los acose. Sea su<br />

camino tenebroso y resbaladizo, Y el ángel de Jehová los per-<br />

7 siga. Porque sin causa escondieron para mí su red en un hoyo;<br />

8 Sin causa cavaron hoyo para mi alma. Véngale el quebrantamiento<br />

sin que lo sepa, Y la red que él escondió lo prenda; Con<br />

9 quebrantamiento caiga en ella. Entonces mi alma se alegrará<br />

10 en Jehová; Se regocijará en su salvación. Todos mis huesos<br />

dirán: Jehová, ¿quién como tú, Que libras al afligido del más<br />

fuerte que él, Y al pobre y menesteroso del que le despoja?<br />

11 Se levantan testigos malvados; De lo que no sé me preguntan;<br />

12, 13 Me devuelven mal por bien, Para afligir a mi alma. Pero yo,<br />

cuando ellos enfermaron, me vestí de cilicio; Afligí con ayuno<br />

14 mi alma, Y mi oración se volvía a mi seno. Como por mi compañero,<br />

como por mi hermano andaba; Como el que trae luto<br />

15 por madre, enlutado me humillaba. Pero ellos se alegraron<br />

en mi adversidad, y se juntaron; Se juntaron contra mí gentes<br />

despreciables, y yo no lo entendía; Me despedazaban sin des-<br />

16 canso; Como lisonjeros, escarnecedores y truhanes, Crujieron<br />

17 contra mí sus dientes. Señor, ¿hasta cuándo verás esto? Res-<br />

18 cata mi alma de sus destrucciones, mi vida de los leones. Te<br />

confesaré en grande congregación; Te alabaré entre numeroso<br />

19 pueblo. No se alegren de mí los que sin causa son mis enemi-<br />

20 gos, Ni los que me aborrecen sin causa guiñen el ojo. Porque<br />

no hablan paz; Y contra los mansos de la tierra piensan pa-<br />

21 labras engañosas. Ensancharon contra mí su boca; Dijeron:


821 Salmos 35. 22–37. 4<br />

¡Ea, ea, nuestros ojos lo han visto! Tú lo has visto, oh Jeho- 22<br />

vá; no calles; Señor, no te alejes de mí. Muévete y despierta 23<br />

para hacerme justicia, Dios mío y Señor mío, para defender<br />

mi causa. Júzgame conforme a tu justicia, Jehová Dios mío, 24<br />

Y no se alegren de mí. No digan en su corazón: ¡Ea, alma 25<br />

nuestra! No digan: ¡Le hemos devorado! Sean avergonzados y 26<br />

confundidos a una los que de mi mal se alegran; Vístanse de<br />

vergüenza y de confusión los que se engrandecen contra mí.<br />

Canten y alégrense los que están a favor de mi justa causa, 27<br />

Y digan siempre: Sea exaltado Jehová, Que ama la paz de su<br />

siervo. Y mi lengua hablará de tu justicia Y de tu alabanza 28<br />

todo el día.<br />

Al músico principal. Salmo de David, siervo de 36<br />

Jehová.<br />

La iniquidad del impío me dice al corazón: No hay temor de<br />

Dios delante de sus ojos. Se lisonjea, por tanto, en sus propios 2<br />

ojos, De que su iniquidad no será hallada y aborrecida. Las 3<br />

palabras de su boca son iniquidad y fraude; Ha dejado de ser<br />

cuerdo y de hacer el bien. Medita maldad sobre su cama; Está 4<br />

en camino no bueno, El mal no aborrece. Jehová, hasta los 5<br />

cielos llega tu misericordia, Y tu fidelidad alcanza hasta las<br />

nubes. Tu justicia es como los montes de Dios, Tus juicios, 6<br />

abismo grande. Oh Jehová, al hombre y al animal conservas.<br />

¡Cuán preciosa, oh Dios, es tu misericordia! Por eso los hijos 7<br />

de los hombres se amparan bajo la sombra de tus alas. Serán 8<br />

completamente saciados de la grosura de tu casa, Y tú los<br />

abrevarás del torrente de tus delicias. Porque contigo está el 9<br />

manantial de la vida; En tu luz veremos la luz. Extiende tu 10<br />

misericordia a los que te conocen, Y tu justicia a los rectos<br />

de corazón. No venga pie de soberbia contra mí, Y mano de 11<br />

impíos no me mueva. Allí cayeron los hacedores de iniquidad; 12<br />

Fueron derribados, y no podrán levantarse.<br />

Salmo de David. 37<br />

No te impacientes a causa de los malignos, Ni tengas envidia<br />

de los que hacen iniquidad. Porque como hierba serán pronto 2<br />

cortados, Y como la hierba verde se secarán. Confía en Je- 3<br />

hová, y haz el bien; Y habitarás en la tierra, y te apacentarás<br />

de la verdad. Deléitate asimismo en Jehová, Y él te conce- 4


37. 5–32 Salmos 822<br />

5 derá las peticiones de tu corazón. Encomienda a Jehová tu<br />

6 camino, Y confía en él; y él hará. Exhibirá tu justicia como<br />

7 la luz, Y tu derecho como el mediodía. Guarda silencio ante<br />

Jehová, y espera en él. No te alteres con motivo del que pros-<br />

8 pera en su camino, Por el hombre que hace maldades. Deja<br />

la ira, y desecha el enojo; No te excites en manera alguna a<br />

9 hacer lo malo. Porque los malignos serán destruidos, Pero los<br />

10 que esperan en Jehová, ellos heredarán la tierra. Pues de aquí<br />

a poco no existirá el malo; Observarás su lugar, y no estará<br />

11 allí. Pero los mansos heredarán la tierra, Y se recrearán con<br />

12 abundancia de paz. Maquina el impío contra el justo, Y cruje<br />

13 contra él sus dientes; El Señor se reirá de él; Porque ve que<br />

14 viene su día. Los impíos desenvainan espada y entesan su arco,<br />

Para derribar al pobre y al menesteroso, Para matar a los<br />

15 de recto proceder. Su espada entrará en su mismo corazón, Y<br />

16 su arco será quebrado. Mejor es lo poco del justo, Que las ri-<br />

17 quezas de muchos pecadores. Porque los brazos de los impíos<br />

serán quebrados; Mas el que sostiene a los justos es Jehová.<br />

18 Conoce Jehová los días de los perfectos, Y la heredad de ellos<br />

19 será para siempre. No serán avergonzados en el mal tiempo,<br />

20 Y en los días de hambre serán saciados. Mas los impíos perecerán,<br />

Y los enemigos de Jehová como la grasa de los carneros<br />

21 Serán consumidos; se disiparán como el humo. El impío toma<br />

prestado, y no paga; Mas el justo tiene misericordia, y da.<br />

22 Porque los benditos de él heredarán la tierra; Y los malditos<br />

23 de él serán destruidos. Por Jehová son ordenados los pasos<br />

24 del hombre, Y él aprueba su camino. Cuando el hombre cayere,<br />

no quedará postrado, Porque Jehová sostiene su mano.<br />

25 Joven fui, y he envejecido, Y no he visto justo desamparado,<br />

26 Ni su descendencia que mendigue pan. En todo tiempo tiene<br />

misericordia, y presta; Y su descendencia es para bendición.<br />

27, 28 Apártate del mal, y haz el bien, Y vivirás para siempre. Porque<br />

Jehová ama la rectitud, Y no desampara a sus santos. Para<br />

siempre serán guardados; Mas la descendencia de los impíos<br />

29 será destruida. Los justos heredarán la tierra, Y vivirán para<br />

30 siempre sobre ella. La boca del justo habla sabiduría, Y su<br />

31 lengua habla justicia. La ley de su Dios está en su corazón;<br />

32 Por tanto, sus pies no resbalarán. Acecha el impío al justo,


823 Salmos 37. 33–38. 19<br />

Y procura matarlo. Jehová no lo dejará en sus manos, Ni lo 33<br />

condenará cuando le juzgaren. Espera en Jehová, y guarda su 34<br />

camino, Y él te exaltará para heredar la tierra; Cuando sean<br />

destruidos los pecadores, lo verás. Vi yo al impío sumamente 35<br />

enaltecido, Y que se extendía como laurel verde. Pero él pasó, 36<br />

y he aquí ya no estaba; Lo busqué, y no fue hallado. Consi- 37<br />

dera al íntegro, y mira al justo; Porque hay un final dichoso<br />

para el hombre de paz. Mas los transgresores serán todos a 38<br />

una destruidos; La posteridad de los impíos será extinguida.<br />

Pero la salvación de los justos es de Jehová, Y él es su for- 39<br />

taleza en el tiempo de la angustia. Jehová los ayudará y los 40<br />

librará; Los libertará de los impíos, y los salvará, Por cuanto<br />

en él esperaron.<br />

Salmo de David, para recordar. 38<br />

Jehová, no me reprendas en tu furor, Ni me castigues en tu ira.<br />

Porque tus saetas cayeron sobre mí, Y sobre mí ha descendido 2<br />

tu mano. Nada hay sano en mi carne, a causa de tu ira; Ni 3<br />

hay paz en mis huesos, a causa de mi pecado. Porque mis 4<br />

iniquidades se han agravado sobre mi cabeza; Como carga pesada<br />

se han agravado sobre mí. Hieden y supuran mis llagas, 5<br />

A causa de mi locura. Estoy encorvado, estoy humillado en 6<br />

gran manera, Ando enlutado todo el día. Porque mis lomos 7<br />

están llenos de ardor, Y nada hay sano en mi carne. Estoy 8<br />

debilitado y molido en gran manera; Gimo a causa de la conmoción<br />

de mi corazón. Señor, delante de ti están todos mis 9<br />

deseos, Y mi suspiro no te es oculto. Mi corazón está acongo- 10<br />

jado, me ha dejado mi vigor, Y aun la luz de mis ojos me falta<br />

ya. Mis amigos y mis compañeros se mantienen lejos de mi 11<br />

plaga, Y mis cercanos se han alejado. Los que buscan mi vida 12<br />

arman lazos, Y los que procuran mi mal hablan iniquidades, Y<br />

meditan fraudes todo el día. Mas yo, como si fuera sordo, no 13<br />

oigo; Y soy como mudo que no abre la boca. Soy, pues, como 14<br />

un hombre que no oye, Y en cuya boca no hay reprensiones.<br />

Porque en ti, oh Jehová, he esperado; Tú responderás, Jehová 15<br />

Dios mío. Dije: No se alegren de mí; Cuando mi pie resbale, 16<br />

no se engrandezcan sobre mí. Pero yo estoy a punto de caer, 17<br />

Y mi dolor está delante de mí continuamente. Por tanto, con- 18<br />

fesaré mi maldad, Y me contristaré por mi pecado. Porque 19


38. 20–40. 5 Salmos 824<br />

mis enemigos están vivos y fuertes, Y se han aumentado los<br />

20 que me aborrecen sin causa. Los que pagan mal por bien Me<br />

21 son contrarios, por seguir yo lo bueno. No me desampares, oh<br />

22 Jehová; Dios mío, no te alejes de mí. Apresúrate a ayudarme,<br />

Oh Señor, mi salvación.<br />

39 Al músico principal; a Jedutún. Salmo de David.<br />

Yo dije: Atenderé a mis caminos, Para no pecar con mi lengua;<br />

Guardaré mi boca con freno, En tanto que el impío esté de-<br />

2 lante de mí. Enmudecí con silencio, me callé aun respecto de<br />

3 lo bueno; Y se agravó mi dolor. Se enardeció mi corazón dentro<br />

de mí; En mi meditación se encendió fuego, Y así proferí<br />

4 con mi lengua: Hazme saber, Jehová, mi fin, Y cuánta sea la<br />

5 medida de mis días; Sepa yo cuán frágil soy. He aquí, diste a<br />

mis días término corto, Y mi edad es como nada delante de ti;<br />

Ciertamente es completa vanidad todo hombre que vive. Selah<br />

6 Ciertamente como una sombra es el hombre; Ciertamente en<br />

vano se afana; Amontona riquezas, y no sabe quién las reco-<br />

7 gerá. Y ahora, Señor, ¿qué esperaré? Mi esperanza está en<br />

8 ti. Líbrame de todas mis transgresiones; No me pongas por<br />

9 escarnio del insensato. Enmudecí, no abrí mi boca, Porque<br />

10 tú lo hiciste. Quita de sobre mí tu plaga; Estoy consumido<br />

11 bajo los golpes de tu mano. Con castigos por el pecado corriges<br />

al hombre, Y deshaces como polilla lo más estimado de él;<br />

12 Ciertamente vanidad es todo hombre. Selah Oye mi oración,<br />

oh Jehová, y escucha mi clamor. No calles ante mis lágrimas;<br />

Porque forastero soy para ti, Y advenedizo, como todos mis<br />

13 padres. Déjame, y tomaré fuerzas, Antes que vaya y perezca.<br />

40 Al músico principal. Salmo de David.<br />

Pacientemente esperé a Jehová, Y se inclinó a mí, y oyó mi<br />

2 clamor. Y me hizo sacar del pozo de la desesperación, del<br />

lodo cenagoso; Puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pa-<br />

3 sos. Puso luego en mi boca cántico nuevo, alabanza a nuestro<br />

Dios. Verán esto muchos, y temerán, Y confiarán en Jehová.<br />

4 Bienaventurado el hombre que puso en Jehová su confianza, Y<br />

no mira a los soberbios, ni a los que se desvían tras la men-<br />

5 tira. Has aumentado, oh Jehová Dios mío, tus maravillas; Y<br />

tus pensamientos para con nosotros, No es posible contarlos<br />

ante ti. Si yo anunciare y hablare de ellos, No pueden ser enu-


825 Salmos 40. 6–41. 10<br />

merados. Sacrificio y ofrenda no te agrada; Has abierto mis 6<br />

oídos; Holocausto y expiación no has demandado. Entonces 7<br />

dije: He aquí, vengo; En el rollo del libro está escrito de mí;<br />

El hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado, Y tu ley 8<br />

está en medio de mi corazón. He anunciado justicia en gran- 9<br />

de congregación; He aquí, no refrené mis labios, Jehová, tú lo<br />

sabes. No encubrí tu justicia dentro de mi corazón; He pu- 10<br />

blicado tu fidelidad y tu salvación; No oculté tu misericordia<br />

y tu verdad en grande asamblea. Jehová, no retengas de mí 11<br />

tus misericordias; Tu misericordia y tu verdad me guarden<br />

siempre. Porque me han rodeado males sin número; Me han 12<br />

alcanzado mis maldades, y no puedo levantar la vista. Se han<br />

aumentado más que los cabellos de mi cabeza, y mi corazón<br />

me falla. Quieras, oh Jehová, librarme; Jehová, apresúrate a 13<br />

socorrerme. Sean avergonzados y confundidos a una Los que 14<br />

buscan mi vida para destruirla. Vuelvan atrás y avergüéncense<br />

Los que mi mal desean; Sean asolados en pago de su afrenta 15<br />

Los que me dicen: ¡Ea, ea! Gócense y alégrense en ti todos 16<br />

los que te buscan, Y digan siempre los que aman tu salvación:<br />

Jehová sea enaltecido. Aunque afligido yo y necesitado, Jeho- 17<br />

vá pensará en mí. Mi ayuda y mi libertador eres tú; Dios mío,<br />

no te tardes.<br />

Al músico principal. Salmo de David. 41<br />

Bienaventurado el que piensa en el pobre; En el día malo lo<br />

librará Jehová. Jehová lo guardará, y le dará vida; Será bie- 2<br />

naventurado en la tierra, Y no lo entregarás a la voluntad de<br />

sus enemigos. Jehová lo sustentará sobre el lecho del dolor; 3<br />

Mullirás toda su cama en su enfermedad. Yo dije: Jehová, 4<br />

ten misericordia de mí; Sana mi alma, porque contra ti he pecado.<br />

Mis enemigos dicen mal de mí, preguntando: ¿Cuándo 5<br />

morirá, y perecerá su nombre? Y si vienen a verme, hablan 6<br />

mentira; Su corazón recoge para sí iniquidad, Y al salir fuera<br />

la divulgan. Reunidos murmuran contra mí todos los que 7<br />

me aborrecen; Contra mí piensan mal, diciendo de mí: Cosa 8<br />

pestilencial se ha apoderado de él; Y el que cayó en cama no<br />

volverá a levantarse. Aun el hombre de mi paz, en quien yo 9<br />

confiaba, el que de mi pan comía, Alzó contra mí el calcañar.<br />

Mas tú, Jehová, ten misericordia de mí, y hazme levantar, Y 10


41. 11–43. 5 Salmos 826<br />

11 les daré el pago. En esto conoceré que te he agradado, Que<br />

12 mi enemigo no se huelgue de mí. En cuanto a mí, en mi integridad<br />

me has sustentado, Y me has hecho estar delante de ti<br />

13 para siempre. Bendito sea Jehová, el Dios de Israel, Por los<br />

siglos de los siglos. Amén y Amén.<br />

42 Al músico principal. Masquil de los hijos de Coré.<br />

Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, Así clama<br />

2 por ti, oh Dios, el alma mía. Mi alma tiene sed de Dios, del<br />

Dios vivo; ¿Cuándo vendré, y me presentaré delante de Dios?<br />

3 Fueron mis lágrimas mi pan de día y de noche, Mientras me<br />

4 dicen todos los días: ¿Dónde está tu Dios? Me acuerdo de<br />

estas cosas, y derramo mi alma dentro de mí; De cómo yo<br />

fui con la multitud, y la conduje hasta la casa de Dios, Entre<br />

5 voces de alegría y de alabanza del pueblo en fiesta. ¿Por qué<br />

te abates, oh alma mía, Y te turbas dentro de mí? Espera<br />

en Dios; porque aún he de alabarle, Salvación mía y Dios mío.<br />

6 Dios mío, mi alma está abatida en mí; Me acordaré, por tanto,<br />

de ti desde la tierra del Jordán, Y de los hermonitas, desde el<br />

7 monte de Mizar. Un abismo llama a otro a la voz de tus<br />

cascadas; Todas tus ondas y tus olas han pasado sobre mí.<br />

8 Pero de día mandará Jehová su misericordia, Y de noche su<br />

9 cántico estará conmigo, Y mi oración al Dios de mi vida. Diré<br />

a Dios: Roca mía, ¿por qué te has olvidado de mí? ¿Por qué<br />

10 andaré yo enlutado por la opresión del enemigo? Como quien<br />

hiere mis huesos, mis enemigos me afrentan, Diciéndome cada<br />

11 día: ¿Dónde está tu Dios? ¿Por qué te abates, oh alma mía,<br />

Y por qué te turbas dentro de mí? Espera en Dios; porque aún<br />

he de alabarle, Salvación mía y Dios mío.<br />

43 Júzgame, oh Dios, y defiende mi causa; Líbrame de gente<br />

2 impía, y del hombre engañoso e inicuo. Pues que tú eres el<br />

Dios de mi fortaleza, ¿por qué me has desechado? ¿Por qué<br />

3 andaré enlutado por la opresión del enemigo? Envía tu luz y<br />

tu verdad; éstas me guiarán; Me conducirán a tu santo monte,<br />

4 Y a tus moradas. Entraré al altar de Dios, Al Dios de mi<br />

alegría y de mi gozo; Y te alabaré con arpa, oh Dios, Dios mío.<br />

5 ¿Por qué te abates, oh alma mía, Y por qué te turbas dentro<br />

de mí? Espera en Dios; porque aún he de alabarle, Salvación<br />

mía y Dios mío.


827 Salmos 44. 1–25<br />

Al músico principal. Masquil de los hijos de Co- 44<br />

ré.<br />

Oh Dios, con nuestros oídos hemos oído, nuestros padres nos<br />

han contado, La obra que hiciste en sus días, en los tiempos<br />

antiguos. Tú con tu mano echaste las naciones, y los plantaste 2<br />

a ellos; Afligiste a los pueblos, y los arrojaste. Porque no se 3<br />

apoderaron de la tierra por su espada, Ni su brazo los libró;<br />

Sino tu diestra, y tu brazo, y la luz de tu rostro, Porque te complaciste<br />

en ellos. Tú, oh Dios, eres mi rey; Manda salvación 4<br />

a Jacob. Por medio de ti sacudiremos a nuestros enemigos; 5<br />

En tu nombre hollaremos a nuestros adversarios. Porque no 6<br />

confiaré en mi arco, Ni mi espada me salvará; Pues tú nos 7<br />

has guardado de nuestros enemigos, Y has avergonzado a los<br />

que nos aborrecían. En Dios nos gloriaremos todo el tiempo, 8<br />

Y para siempre alabaremos tu nombre. Selah Pero nos has 9<br />

desechado, y nos has hecho avergonzar; Y no sales con nuestros<br />

ejércitos. Nos hiciste retroceder delante del enemigo, Y 10<br />

nos saquean para sí los que nos aborrecen. Nos entregas co- 11<br />

mo ovejas al matadero, Y nos has esparcido entre las naciones.<br />

Has vendido a tu pueblo de balde; No exigiste ningún precio. 12<br />

Nos pones por afrenta de nuestros vecinos, Por escarnio y por 13<br />

burla de los que nos rodean. Nos pusiste por proverbio entre 14<br />

las naciones; Todos al vernos menean la cabeza. Cada día mi 15<br />

vergüenza está delante de mí, Y la confusión de mi rostro me<br />

cubre, Por la voz del que me vitupera y deshonra, Por ra- 16<br />

zón del enemigo y del vengativo. Todo esto nos ha venido, y 17<br />

no nos hemos olvidado de ti, Y no hemos faltado a tu pacto.<br />

No se ha vuelto atrás nuestro corazón, Ni se han apartado de 18<br />

tus caminos nuestros pasos, Para que nos quebrantases en el 19<br />

lugar de chacales, Y nos cubrieses con sombra de muerte. Si 20<br />

nos hubiésemos olvidado del nombre de nuestro Dios, O alzado<br />

nuestras manos a dios ajeno, ¿No demandaría Dios esto? 21<br />

Porque él conoce los secretos del corazón. Pero por causa de 22<br />

ti nos matan cada día; Somos contados como ovejas para el<br />

matadero. Despierta; ¿por qué duermes, Señor? Despierta, 23<br />

no te alejes para siempre. ¿Por qué escondes tu rostro, Y te 24<br />

olvidas de nuestra aflicción, y de la opresión nuestra? Porque 25<br />

nuestra alma está agobiada hasta el polvo, Y nuestro cuerpo


44. 26–46. 4 Salmos 828<br />

26 está postrado hasta la tierra. Levántate para ayudarnos, Y<br />

redímenos por causa de tu misericordia.<br />

45 Al músico principal; sobre Lirios. Masquil de los<br />

hijos de Coré. Canción de amores.<br />

Rebosa mi corazón palabra buena; Dirijo al rey mi canto; Mi<br />

2 lengua es pluma de escribiente muy ligero. Eres el más hermoso<br />

de los hijos de los hombres; La gracia se derramó en tus<br />

3 labios; Por tanto, Dios te ha bendecido para siempre. Ciñe<br />

tu espada sobre el muslo, oh valiente, Con tu gloria y con tu<br />

4 majestad. En tu gloria sé prosperado; Cabalga sobre palabra<br />

de verdad, de humildad y de justicia, Y tu diestra te enseñará<br />

5 cosas terribles. Tus saetas agudas, Con que caerán pueblos<br />

debajo de ti, Penetrarán en el corazón de los enemigos del rey.<br />

6 Tu trono, oh Dios, es eterno y para siempre; Cetro de justicia<br />

7 es el cetro de tu reino. Has amado la justicia y aborrecido la<br />

maldad; Por tanto, te ungió Dios, el Dios tuyo, Con óleo de<br />

8 alegría más que a tus compañeros. Mirra, áloe y casia exhalan<br />

9 todos tus vestidos; Desde palacios de marfil te recrean. Hijas<br />

de reyes están entre tus ilustres; Está la reina a tu diestra con<br />

10 oro de Ofir. Oye, hija, y mira, e inclina tu oído; Olvida tu<br />

11 pueblo, y la casa de tu padre; Y deseará el rey tu hermosura;<br />

12 E inclínate a él, porque él es tu señor. Y las hijas de Tiro vendrán<br />

con presentes; Implorarán tu favor los ricos del pueblo.<br />

13 Toda gloriosa es la hija del rey en su morada; De brocado de<br />

14 oro es su vestido. Con vestidos bordados será llevada al rey;<br />

Vírgenes irán en pos de ella, Compañeras suyas serán traídas a<br />

15 ti. Serán traídas con alegría y gozo; Entrarán en el palacio del<br />

16 rey. En lugar de tus padres serán tus hijos, A quienes harás<br />

17 príncipes en toda la tierra. Haré perpetua la memoria de tu<br />

nombre en todas las generaciones, Por lo cual te alabarán los<br />

pueblos eternamente y para siempre.<br />

46 Al músico principal; de los hijos de Coré. Salmo<br />

sobre Alamot.<br />

Dios es nuestro amparo y fortaleza, Nuestro pronto auxilio en<br />

2 las tribulaciones. Por tanto, no temeremos, aunque la tierra<br />

sea removida, Y se traspasen los montes al corazón del mar;<br />

3 Aunque bramen y se turben sus aguas, Y tiemblen los montes<br />

4 a causa de su braveza. Selah Del río sus corrientes alegran


829 Salmos 46. 5–48. 8<br />

la ciudad de Dios, El santuario de las moradas del Altísimo.<br />

Dios está en medio de ella; no será conmovida. Dios la ayudará 5<br />

al clarear la mañana. Bramaron las naciones, titubearon los 6<br />

reinos; Dio él su voz, se derritió la tierra. Jehová de los ejér- 7<br />

citos está con nosotros; Nuestro refugio es el Dios de Jacob.<br />

Selah Venid, ved las obras de Jehová, Que ha puesto asola- 8<br />

mientos en la tierra. Que hace cesar las guerras hasta los fines 9<br />

de la tierra. Que quiebra el arco, corta la lanza, Y quema los<br />

carros en el fuego. Estad quietos, y conoced que yo soy Dios; 10<br />

Seré exaltado entre las naciones; enaltecido seré en la tierra.<br />

Jehová de los ejércitos está con nosotros; Nuestro refugio es el 11<br />

Dios de Jacob. Selah<br />

Al músico principal. Salmo de los hijos de Coré. 47<br />

Pueblos todos, batid las manos; Aclamad a Dios con voz de júbilo.<br />

Porque Jehová el Altísimo es temible; Rey grande sobre 2<br />

toda la tierra. El someterá a los pueblos debajo de nosotros, Y 3<br />

a las naciones debajo de nuestros pies. Él nos elegirá nuestras 4<br />

heredades; La hermosura de Jacob, al cual amó. Selah Subió 5<br />

Dios con júbilo, Jehová con sonido de trompeta. Cantad a 6<br />

Dios, cantad; Cantad a nuestro Rey, cantad; Porque Dios es 7<br />

el Rey de toda la tierra; Cantad con inteligencia. Reinó Dios 8<br />

sobre las naciones; Se sentó Dios sobre su santo trono. Los 9<br />

príncipes de los pueblos se reunieron Como pueblo del Dios de<br />

Abraham; Porque de Dios son los escudos de la tierra; Él es 10<br />

muy exaltado.<br />

Cántico. Salmo de los hijos de Coré. 48<br />

Grande es Jehová, y digno de ser en gran manera alabado<br />

En la ciudad de nuestro Dios, en su monte santo. Hermosa 2<br />

provincia, el gozo de toda la tierra, Es el monte de Sion, a<br />

los lados del norte, La ciudad del gran Rey. En sus palacios 3<br />

Dios es conocido por refugio. Porque he aquí los reyes de la 4<br />

tierra se reunieron; Pasaron todos. Y viéndola ellos así, se 5<br />

maravillaron, Se turbaron, se apresuraron a huir. Les tomó 6<br />

allí temblor; Dolor como de mujer que da a luz. Con viento 7<br />

solano Quiebras tú las naves de Tarsis. Como lo oímos, así 8<br />

lo hemos visto En la ciudad de Jehová de los ejércitos, en la<br />

ciudad de nuestro Dios; La afirmará Dios para siempre. Selah


48. 9–49. 19 Salmos 830<br />

9 Nos acordamos de tu misericordia, oh Dios, En medio de tu<br />

10 templo. Conforme a tu nombre, oh Dios, Así es tu loor has-<br />

11 ta los fines de la tierra; De justicia está llena tu diestra. Se<br />

alegrará el monte de Sion; Se gozarán las hijas de Judá Por<br />

12 tus juicios. Andad alrededor de Sion, y rodeadla; Contad sus<br />

13 torres. Considerad atentamente su antemuro, Mirad sus pa-<br />

14 lacios; Para que lo contéis a la generación venidera. Porque<br />

este Dios es Dios nuestro eternamente y para siempre; Él nos<br />

guiará aun más allá de la muerte.<br />

49 Al músico principal. Salmo de los hijos de Coré.<br />

Oíd esto, pueblos todos; Escuchad, habitantes todos del mun-<br />

2 do, Así los plebeyos como los nobles, El rico y el pobre jun-<br />

3 tamente. Mi boca hablará sabiduría, Y el pensamiento de mi<br />

4 corazón inteligencia. Inclinaré al proverbio mi oído; Declararé<br />

5 con el arpa mi enigma. ¿Por qué he de temer en los días de<br />

adversidad, Cuando la iniquidad de mis opresores me rodeare?<br />

6 Los que confían en sus bienes, Y de la muchedumbre de sus<br />

7 riquezas se jactan, Ninguno de ellos podrá en manera alguna<br />

8 redimir al hermano, Ni dar a Dios su rescate (Porque la redención<br />

de su vida es de gran precio, Y no se logrará jamás),<br />

9 Para que viva en adelante para siempre, Y nunca vea corrup-<br />

10 ción. Pues verá que aun los sabios mueren; Que perecen del<br />

mismo modo que el insensato y el necio, Y dejan a otros sus<br />

11 riquezas. Su íntimo pensamiento es que sus casas serán eternas,<br />

Y sus habitaciones para generación y generación; Dan sus<br />

12 nombres a sus tierras. Mas el hombre no permanecerá en hon-<br />

13 ra; Es semejante a las bestias que perecen. Este su camino es<br />

locura; Con todo, sus descendientes se complacen en el dicho<br />

14 de ellos. Selah Como a rebaños que son conducidos al Seol,<br />

La muerte los pastoreará, Y los rectos se enseñorearán de ellos<br />

por la mañana; Se consumirá su buen parecer, y el Seol será<br />

15 su morada. Pero Dios redimirá mi vida del poder del Seol,<br />

16 Porque él me tomará consigo. Selah No temas cuando se en-<br />

17 riquece alguno, Cuando aumenta la gloria de su casa; Porque<br />

cuando muera no llevará nada, Ni descenderá tras él su gloria.<br />

18 Aunque mientras viva, llame dichosa a su alma, Y sea loado<br />

19 cuando prospere, Entrará en la generación de sus padres, Y


831 Salmos 49. 20–51. 1<br />

nunca más verá la luz. El hombre que está en honra y no 20<br />

entiende, Semejante es a las bestias que perecen.<br />

Salmo de Asaf. 50<br />

El Dios de dioses, Jehová, ha hablado, y convocado la tierra,<br />

Desde el nacimiento del sol hasta donde se pone. De Sion, per- 2<br />

fección de hermosura, Dios ha resplandecido. Vendrá nuestro 3<br />

Dios, y no callará; Fuego consumirá delante de él, Y tempestad<br />

poderosa le rodeará. Convocará a los cielos de arriba, Y a la 4<br />

tierra, para juzgar a su pueblo. Juntadme mis santos, Los que 5<br />

hicieron conmigo pacto con sacrificio. Y los cielos declararán 6<br />

su justicia, Porque Dios es el juez. Selah Oye, pueblo mío, y 7<br />

hablaré; Escucha, Israel, y testificaré contra ti: Yo soy Dios, el<br />

Dios tuyo. No te reprenderé por tus sacrificios, Ni por tus ho- 8<br />

locaustos, que están continuamente delante de mí. No tomaré 9<br />

de tu casa becerros, Ni machos cabríos de tus apriscos. Por- 10<br />

que mía es toda bestia del bosque, Y los millares de animales<br />

en los collados. Conozco a todas las aves de los montes, Y to- 11<br />

do lo que se mueve en los campos me pertenece. Si yo tuviese 12<br />

hambre, no te lo diría a ti; Porque mío es el mundo y su plenitud.<br />

¿He de comer yo carne de toros, O de beber sangre de 13<br />

machos cabríos? Sacrifica a Dios alabanza, Y paga tus votos 14<br />

al Altísimo; E invócame en el día de la angustia; Te libraré, 15<br />

y tú me honrarás. Pero al malo dijo Dios: ¿Qué tienes tú que 16<br />

hablar de mis leyes, Y que tomar mi pacto en tu boca? Pues 17<br />

tú aborreces la corrección, Y echas a tu espalda mis palabras.<br />

Si veías al ladrón, tú corrías con él, Y con los adúlteros era tu 18<br />

parte. Tu boca metías en mal, Y tu lengua componía enga- 19<br />

ño. Tomabas asiento, y hablabas contra tu hermano; Contra 20<br />

el hijo de tu madre ponías infamia. Estas cosas hiciste, y yo 21<br />

he callado; Pensabas que de cierto sería yo como tú; Pero te<br />

reprenderé, y las pondré delante de tus ojos. Entended ahora 22<br />

esto, los que os olvidáis de Dios, No sea que os despedace, y no<br />

haya quien os libre. El que sacrifica alabanza me honrará; Y 23<br />

al que ordenare su camino, Le mostraré la salvación de Dios.<br />

Al músico principal. Salmo de David, cuando des- 51<br />

pués que se llegó a Betsabé, vino a él Natán el<br />

profeta.<br />

Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a tu misericordia; Con-


51. 2–52. 7 Salmos 832<br />

2 forme a la multitud de tus piedades borra mis rebeliones. Lávame<br />

más y más de mi maldad, Y límpiame de mi pecado.<br />

3 Porque yo reconozco mis rebeliones, Y mi pecado está siem-<br />

4 pre delante de mí. Contra ti, contra ti solo he pecado, Y he<br />

hecho lo malo delante de tus ojos; Para que seas reconocido<br />

5 justo en tu palabra, Y tenido por puro en tu juicio. He aquí,<br />

en maldad he sido formado, Y en pecado me concibió mi ma-<br />

6 dre. He aquí, tú amas la verdad en lo íntimo, Y en lo secreto<br />

7 me has hecho comprender sabiduría. Purifícame con hisopo,<br />

8 y seré limpio; Lávame, y seré más blanco que la nieve. Hazme<br />

oír gozo y alegría, Y se recrearán los huesos que has abatido.<br />

9 Esconde tu rostro de mis pecados, Y borra todas mis malda-<br />

10 des. Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, Y renueva un<br />

11 espíritu recto dentro de mí. No me eches de delante de ti, Y<br />

12 no quites de mí tu santo Espíritu. Vuélveme el gozo de tu sal-<br />

13 vación, Y espíritu noble me sustente. Entonces enseñaré a los<br />

transgresores tus caminos, Y los pecadores se convertirán a ti.<br />

14 Líbrame de homicidios, oh Dios, Dios de mi salvación; Canta-<br />

15 rá mi lengua tu justicia. Señor, abre mis labios, Y publicará<br />

16 mi boca tu alabanza. Porque no quieres sacrificio, que yo lo<br />

17 daría; No quieres holocausto. Los sacrificios de Dios son el<br />

espíritu quebrantado; Al corazón contrito y humillado no des-<br />

18 preciarás tú, oh Dios. Haz bien con tu benevolencia a Sion;<br />

19 Edifica los muros de Jerusalén. Entonces te agradarán los sacrificios<br />

de justicia, el holocausto u ofrenda del todo quemada;<br />

Entonces ofrecerán becerros sobre tu altar.<br />

52 Al músico principal. Masquil de David, cuando vino<br />

Doeg edomita y dio cuenta a Saúl diciéndole:<br />

David ha venido a casa de Ahimelec.<br />

¿Por qué te jactas de maldad, oh poderoso? La misericordia<br />

2 de Dios es continua. Agravios maquina tu lengua; Como na-<br />

3 vaja afilada hace engaño. Amaste el mal más que el bien, La<br />

4 mentira más que la verdad. Selah Has amado toda suerte de<br />

5 palabras perniciosas, Engañosa lengua. Por tanto, Dios te destruirá<br />

para siempre; Te asolará y te arrancará de tu morada,<br />

6 Y te desarraigará de la tierra de los vivientes. Selah Verán los<br />

7 justos, y temerán; Se reirán de él, diciendo: He aquí el hombre<br />

que no puso a Dios por su fortaleza, Sino que confió en la mul-


833 Salmos 52. 8–55. 3<br />

titud de sus riquezas, Y se mantuvo en su maldad. Pero yo 8<br />

estoy como olivo verde en la casa de Dios; En la misericordia<br />

de Dios confío eternamente y para siempre. Te alabaré para 9<br />

siempre, porque lo has hecho así; Y esperaré en tu nombre,<br />

porque es bueno, delante de tus santos.<br />

Al músico principal; sobre Mahalat. Masquil de 53<br />

David.<br />

Dice el necio en su corazón: No hay Dios. Se han corrompido,<br />

e hicieron abominable maldad; No hay quien haga bien. Dios 2<br />

desde los cielos miró sobre los hijos de los hombres, Para ver<br />

si había algún entendido Que buscara a Dios. Cada uno se 3<br />

había vuelto atrás; todos se habían corrompido; No hay quien<br />

haga lo bueno, no hay ni aun uno. ¿No tienen conocimiento 4<br />

todos los que hacen iniquidad, Que devoran a mi pueblo como<br />

si comiesen pan, Y a Dios no invocan? Allí se sobresaltaron 5<br />

de pavor donde no había miedo, Porque Dios ha esparcido los<br />

huesos del que puso asedio contra ti; Los avergonzaste, porque<br />

Dios los desechó. ¡Oh, si saliera de Sion la salvación de Israel! 6<br />

Cuando Dios hiciere volver de la cautividad a su pueblo, Se<br />

gozará Jacob, y se alegrará Israel.<br />

Al músico principal; en Neginot. Masquil de Da- 54<br />

vid, cuando vinieron los zifeos y dijeron a Saúl: ¿No<br />

está David escondido en nuestra tierra?<br />

Oh Dios, sálvame por tu nombre, Y con tu poder defiéndeme.<br />

Oh Dios, oye mi oración; Escucha las razones de mi boca. Por- 2, 3<br />

que extraños se han levantado contra mí, Y hombres violentos<br />

buscan mi vida; No han puesto a Dios delante de sí. Selah He 4<br />

aquí, Dios es el que me ayuda; El Señor está con los que sostienen<br />

mi vida. El devolverá el mal a mis enemigos; Córtalos por 5<br />

tu verdad. Voluntariamente sacrificaré a ti; Alabaré tu nom- 6<br />

bre, oh Jehová, porque es bueno. Porque él me ha librado de 7<br />

toda angustia, Y mis ojos han visto la ruina de mis enemigos.<br />

Al músico principal; en Neginot. Masquil de Da- 55<br />

vid.<br />

Escucha, oh Dios, mi oración, Y no te escondas de mi súplica.<br />

Está atento, y respóndeme; Clamo en mi oración, y me 2<br />

conmuevo, A causa de la voz del enemigo, Por la opresión 3<br />

del impío; Porque sobre mí echaron iniquidad, Y con furor me


55. 4–56. 3 Salmos 834<br />

4 persiguen. Mi corazón está dolorido dentro de mí, Y terro-<br />

5 res de muerte sobre mí han caído. Temor y temblor vinieron<br />

6 sobre mí, Y terror me ha cubierto. Y dije: ¡Quién me diese<br />

7 alas como de paloma! Volaría yo, y descansaría. Ciertamente<br />

8 huiría lejos; Moraría en el desierto. Selah Me apresuraría a<br />

9 escapar Del viento borrascoso, de la tempestad. Destrúyelos,<br />

oh Señor; confunde la lengua de ellos; Porque he visto violen-<br />

10 cia y rencilla en la ciudad. Día y noche la rodean sobre sus<br />

11 muros, E iniquidad y trabajo hay en medio de ella. Maldad<br />

hay en medio de ella, Y el fraude y el engaño no se apartan de<br />

12 sus plazas. Porque no me afrentó un enemigo, Lo cual habría<br />

soportado; Ni se alzó contra mí el que me aborrecía, Porque<br />

13 me hubiera ocultado de él; Sino tú, hombre, al parecer íntimo<br />

14 mío, Mi guía, y mi familiar; Que juntos comunicábamos dulcemente<br />

los secretos, Y andábamos en amistad en la casa de<br />

15 Dios. Que la muerte les sorprenda; Desciendan vivos al Seol,<br />

16 Porque hay maldades en sus moradas, en medio de ellos. En<br />

17 cuanto a mí, a Dios clamaré; Y Jehová me salvará. Tarde y<br />

18 mañana y a mediodía oraré y clamaré, Y él oirá mi voz. El<br />

redimirá en paz mi alma de la guerra contra mí, Aunque con-<br />

19 tra mí haya muchos. Dios oirá, y los quebrantará luego, El<br />

que permanece desde la antigüedad; Por cuanto no cambian,<br />

20 Ni temen a Dios. Selah Extendió el inicuo sus manos contra<br />

21 los que estaban en paz con él; Violó su pacto. Los dichos de<br />

su boca son más blandos que mantequilla, Pero guerra hay en<br />

su corazón; Suaviza sus palabras más que el aceite, Mas ellas<br />

22 son espadas desnudas. Echa sobre Jehová tu carga, y él te<br />

23 sustentará; No dejará para siempre caído al justo. Mas tú,<br />

oh Dios, harás descender aquéllos al pozo de perdición. Los<br />

hombres sanguinarios y engañadores no llegarán a la mitad de<br />

sus días; Pero yo en ti confiaré.<br />

56 Al músico principal; sobre La paloma silenciosa<br />

en paraje muy distante. Mictam de David, cuando<br />

los filisteos le prendieron en Gat.<br />

Ten misericordia de mí, oh Dios, porque me devoraría el hom-<br />

2 bre; Me oprime combatiéndome cada día. Todo el día mis<br />

enemigos me pisotean; Porque muchos son los que pelean con-<br />

3 tra mí con soberbia. En el día que temo, Yo en ti confío.


835 Salmos 56. 4–58. 1<br />

En Dios alabaré su palabra; En Dios he confiado; no temeré; 4<br />

¿Qué puede hacerme el hombre? Todos los días ellos pervier- 5<br />

ten mi causa; Contra mí son todos sus pensamientos para mal.<br />

Se reúnen, se esconden, Miran atentamente mis pasos, Como 6<br />

quienes acechan a mi alma. Pésalos según su iniquidad, oh 7<br />

Dios, Y derriba en tu furor a los pueblos. Mis huidas tú has 8<br />

contado; Pon mis lágrimas en tu redoma; ¿No están ellas en tu<br />

libro? Serán luego vueltos atrás mis enemigos, el día en que 9<br />

yo clamare; Esto sé, que Dios está por mí. En Dios alabaré 10<br />

su palabra; En Jehová su palabra alabaré. En Dios he con- 11<br />

fiado; no temeré; ¿Qué puede hacerme el hombre? Sobre mí, 12<br />

oh Dios, están tus votos; Te tributaré alabanzas. Porque has 13<br />

librado mi alma de la muerte, Y mis pies de caída, Para que<br />

ande delante de Dios En la luz de los que viven.<br />

Al músico principal; sobre No destruyas. Mictam 57<br />

de David, cuando huyó de delante de Saúl a la cueva.<br />

Ten misericordia de mí, oh Dios, ten misericordia de mí; Porque<br />

en ti ha confiado mi alma, Y en la sombra de tus alas me<br />

ampararé Hasta que pasen los quebrantos. Clamaré al Dios 2<br />

Altísimo, Al Dios que me favorece. El enviará desde los cie- 3<br />

los, y me salvará De la infamia del que me acosa; Selah Dios<br />

enviará su misericordia y su verdad. Mi vida está entre leo- 4<br />

nes; Estoy echado entre hijos de hombres que vomitan llamas;<br />

Sus dientes son lanzas y saetas, Y su lengua espada aguda.<br />

Exaltado seas sobre los cielos, oh Dios; Sobre toda la tierra 5<br />

sea tu gloria. Red han armado a mis pasos; Se ha abatido mi 6<br />

alma; Hoyo han cavado delante de mí; En medio de él han caído<br />

ellos mismos. Selah Pronto está mi corazón, oh Dios, mi 7<br />

corazón está dispuesto; Cantaré, y trovaré salmos. Despierta, 8<br />

alma mía; despierta, salterio y arpa; Me levantaré de mañana.<br />

Te alabaré entre los pueblos, oh Señor; Cantaré de ti entre las 9<br />

naciones. Porque grande es hasta los cielos tu misericordia, Y 10<br />

hasta las nubes tu verdad. Exaltado seas sobre los cielos, oh 11<br />

Dios; Sobre toda la tierra sea tu gloria.<br />

Al músico principal; sobre No destruyas. Mictam 58<br />

de David.<br />

Oh congregación, ¿pronunciáis en verdad justicia? ¿Juzgáis


58. 2–59. 12 Salmos 836<br />

2 rectamente, hijos de los hombres? Antes en el corazón maquináis<br />

iniquidades; Hacéis pesar la violencia de vuestras ma-<br />

3 nos en la tierra. Se apartaron los impíos desde la matriz; Se<br />

4 descarriaron hablando mentira desde que nacieron. Veneno<br />

tienen como veneno de serpiente; Son como el áspid sordo que<br />

5 cierra su oído, Que no oye la voz de los que encantan, Por más<br />

6 hábil que el encantador sea. Oh Dios, quiebra sus dientes en<br />

sus bocas; Quiebra, oh Jehová, las muelas de los leoncillos.<br />

7 Sean disipados como aguas que corren; Cuando disparen sus<br />

8 saetas, sean hechas pedazos. Pasen ellos como el caracol que<br />

9 se deslíe; Como el que nace muerto, no vean el sol. Antes que<br />

vuestras ollas sientan la llama de los espinos, Así vivos, así<br />

10 airados, los arrebatará él con tempestad. Se alegrará el justo<br />

cuando viere la venganza; Sus pies lavará en la sangre del im-<br />

11 pío. Entonces dirá el hombre: Ciertamente hay galardón para<br />

el justo; Ciertamente hay Dios que juzga en la tierra.<br />

59 Al músico principal; sobre No destruyas. Mictam<br />

de David, cuando envió Saúl, y vigilaron la casa<br />

para matarlo.<br />

Líbrame de mis enemigos, oh Dios mío; Ponme a salvo de los<br />

2 que se levantan contra mí. Líbrame de los que cometen ini-<br />

3 quidad, Y sálvame de hombres sanguinarios. Porque he aquí<br />

están acechando mi vida; Se han juntado contra mí poderosos.<br />

4 No por falta mía, ni pecado mío, oh Jehová; Sin delito mío<br />

corren y se aperciben. Despierta para venir a mi encuentro, y<br />

5 mira. Y tú, Jehová Dios de los ejércitos, Dios de Israel, Despierta<br />

para castigar a todas las naciones; No tengas misericor-<br />

6 dia de todos los que se rebelan con iniquidad. Selah Volverán<br />

7 a la tarde, ladrarán como perros, Y rodearán la ciudad. He<br />

aquí proferirán con su boca; Espadas hay en sus labios, Por-<br />

8 que dicen: ¿Quién oye? Mas tú, Jehová, te reirás de ellos; Te<br />

9 burlarás de todas las naciones. A causa del poder del enemigo<br />

10 esperaré en ti, Porque Dios es mi defensa. El Dios de mi misericordia<br />

irá delante de mí; Dios hará que vea en mis enemigos<br />

11 mi deseo. No los mates, para que mi pueblo no olvide; Dispérsalos<br />

con tu poder, y abátelos, Oh Jehová, escudo nuestro.<br />

12 Por el pecado de su boca, por la palabra de sus labios, Sean<br />

ellos presos en su soberbia, Y por la maldición y mentira que


837 Salmos 59. 13–61. 5<br />

profieren. Acábalos con furor, acábalos, para que no sean; Y 13<br />

sépase que Dios gobierna en Jacob Hasta los fines de la tierra.<br />

Selah Vuelvan, pues, a la tarde, y ladren como perros, Y ro- 14<br />

deen la ciudad. Anden ellos errantes para hallar qué comer; 15<br />

Y si no se sacian, pasen la noche quejándose. Pero yo cantaré 16<br />

de tu poder, Y alabaré de mañana tu misericordia; Porque has<br />

sido mi amparo Y refugio en el día de mi angustia. Fortaleza 17<br />

mía, a ti cantaré; Porque eres, oh Dios, mi refugio, el Dios de<br />

mi misericordia.<br />

Al músico principal; sobre Lirios. Testimonio. Mic- 60<br />

tam de David, para enseñar, cuando tuvo guerra<br />

contra Aram-Naharaim y contra Aram de Soba, y<br />

volvió Joab, y destrozó a doce mil de Edom en el<br />

valle de la Sal.<br />

Oh Dios, tú nos has desechado, nos quebrantaste; Te has airado;<br />

¡vuélvete a nosotros! Hiciste temblar la tierra, la has hen- 2<br />

dido; Sana sus roturas, porque titubea. Has hecho ver a tu 3<br />

pueblo cosas duras; Nos hiciste beber vino de aturdimiento.<br />

Has dado a los que te temen bandera Que alcen por causa 4<br />

de la verdad. Selah Para que se libren tus amados, Salva 5<br />

con tu diestra, y óyeme. Dios ha dicho en su santuario: Yo 6<br />

me alegraré; Repartiré a Siquem, y mediré el valle de Sucot.<br />

Mío es Galaad, y mío es Manasés; Y Efraín es la fortaleza de 7<br />

mi cabeza; Judá es mi legislador. Moab, vasija para lavarme; 8<br />

Sobre Edom echaré mi calzado; Me regocijaré sobre Filistea.<br />

¿Quién me llevará a la ciudad fortificada? ¿Quién me llevará 9<br />

hasta Edom? ¿No serás tú, oh Dios, que nos habías desecha- 10<br />

do, Y no salías, oh Dios, con nuestros ejércitos? Danos socorro 11<br />

contra el enemigo, Porque vana es la ayuda de los hombres.<br />

En Dios haremos proezas, Y él hollará a nuestros enemigos. 12<br />

Al músico principal; sobre Neginot. Salmo de Da- 61<br />

vid.<br />

Oye, oh Dios, mi clamor; A mi oración atiende. Desde el cabo 2<br />

de la tierra clamaré a ti, cuando mi corazón desmayare. Llévame<br />

a la roca que es más alta que yo, Porque tú has sido 3<br />

mi refugio, Y torre fuerte delante del enemigo. Yo habitaré en 4<br />

tu tabernáculo para siempre; Estaré seguro bajo la cubierta de<br />

tus alas. Selah Porque tú, oh Dios, has oído mis votos; Me has 5


61. 6–63. 9 Salmos 838<br />

6 dado la heredad de los que temen tu nombre. Días sobre días<br />

añadirás al rey; Sus años serán como generación y generación.<br />

7 Estará para siempre delante de Dios; Prepara misericordia y<br />

8 verdad para que lo conserven. Así cantaré tu nombre para<br />

siempre, Pagando mis votos cada día.<br />

62 Al músico principal; a Jedutún. Salmo de David.<br />

En Dios solamente está acallada mi alma; De él viene mi salva-<br />

2 ción. El solamente es mi roca y mi salvación; Es mi refugio, no<br />

3 resbalaré mucho. ¿Hasta cuándo maquinaréis contra un hombre,<br />

Tratando todos vosotros de aplastarle Como pared des-<br />

4 plomada y como cerca derribada? Solamente consultan para<br />

arrojarle de su grandeza. Aman la mentira; Con su boca ben-<br />

5 dicen, pero maldicen en su corazón. Selah Alma mía, en Dios<br />

6 solamente reposa, Porque de él es mi esperanza. El solamen-<br />

7 te es mi roca y mi salvación. Es mi refugio, no resbalaré. En<br />

Dios está mi salvación y mi gloria; En Dios está mi roca fuer-<br />

8 te, y mi refugio. Esperad en él en todo tiempo, oh pueblos;<br />

Derramad delante de él vuestro corazón; Dios es nuestro refu-<br />

9 gio. Selah Por cierto, vanidad son los hijos de los hombres,<br />

mentira los hijos de varón; Pesándolos a todos igualmente en<br />

10 la balanza, Serán menos que nada. No confiéis en la violencia,<br />

Ni en la rapiña; no os envanezcáis; Si se aumentan las riquezas,<br />

11 no pongáis el corazón en ellas. Una vez habló Dios; Dos veces<br />

12 he oído esto: Que de Dios es el poder, Y tuya, oh Señor, es la<br />

misericordia; Porque tú pagas a cada uno conforme a su obra.<br />

63 Salmo de David, cuando estaba en el desierto de<br />

Judá.<br />

Dios, Dios mío eres tú; De madrugada te buscaré; Mi alma<br />

tiene sed de ti, mi carne te anhela, En tierra seca y árida donde<br />

2 no hay aguas, Para ver tu poder y tu gloria, Así como te he<br />

3 mirado en el santuario. Porque mejor es tu misericordia que la<br />

4 vida; Mis labios te alabarán. Así te bendeciré en mi vida; En<br />

5 tu nombre alzaré mis manos. Como de meollo y de grosura<br />

será saciada mi alma, Y con labios de júbilo te alabará mi<br />

6 boca, Cuando me acuerde de ti en mi lecho, Cuando medite<br />

7 en ti en las vigilias de la noche. Porque has sido mi socorro,<br />

8 Y así en la sombra de tus alas me regocijaré. Está mi alma<br />

9 apegada a ti; Tu diestra me ha sostenido. Pero los que para


839 Salmos 63. 10–65. 10<br />

destrucción buscaron mi alma Caerán en los sitios bajos de<br />

la tierra. Los destruirán a filo de espada; Serán porción de 10<br />

los chacales. Pero el rey se alegrará en Dios; Será alabado 11<br />

cualquiera que jura por él; Porque la boca de los que hablan<br />

mentira será cerrada.<br />

Al músico principal. Salmo de David. 64<br />

Escucha, oh Dios, la voz de mi queja; Guarda mi vida del<br />

temor del enemigo. Escóndeme del consejo secreto de los ma- 2<br />

lignos, De la conspiración de los que hacen iniquidad, Que 3<br />

afilan como espada su lengua; Lanzan cual saeta suya, palabra<br />

amarga, Para asaetear a escondidas al íntegro; De repente 4<br />

lo asaetean, y no temen. Obstinados en su inicuo designio, 5<br />

Tratan de esconder los lazos, Y dicen: ¿Quién los ha de ver?<br />

Inquieren iniquidades, hacen una investigación exacta; Y el ín- 6<br />

timo pensamiento de cada uno de ellos, así como su corazón,<br />

es profundo. Mas Dios los herirá con saeta; De repente serán 7<br />

sus plagas. Sus propias lenguas los harán caer; Se espantarán 8<br />

todos los que los vean. Entonces temerán todos los hombres, 9<br />

Y anunciarán la obra de Dios, Y entenderán sus hechos. Se 10<br />

alegrará el justo en Jehová, y confiará en él; Y se gloriarán<br />

todos los rectos de corazón.<br />

Al músico principal. Salmo. Cántico de David. 65<br />

Tuya es la alabanza en Sion, oh Dios, Y a ti se pagarán los<br />

votos. Tú oyes la oración; A ti vendrá toda carne. Las ini- 2, 3<br />

quidades prevalecen contra mí; Mas nuestras rebeliones tú las<br />

perdonarás. Bienaventurado el que tú escogieres y atrajeres a 4<br />

ti, Para que habite en tus atrios; Seremos saciados del bien de<br />

tu casa, De tu santo templo. Con tremendas cosas nos respon- 5<br />

derás tú en justicia, Oh Dios de nuestra salvación, Esperanza<br />

de todos los términos de la tierra, Y de los más remotos confines<br />

del mar. Tú, el que afirma los montes con su poder, 6<br />

Ceñido de valentía; El que sosiega el estruendo de los ma- 7<br />

res, el estruendo de sus ondas, Y el alboroto de las naciones.<br />

Por tanto, los habitantes de los fines de la tierra temen de tus 8<br />

maravillas. Tú haces alegrar las salidas de la mañana y de la<br />

tarde. Visitas la tierra, y la riegas; En gran manera la enri- 9<br />

queces; Con el río de Dios, lleno de aguas, Preparas el grano<br />

de ellos, cuando así la dispones. Haces que se empapen sus 10


65. 11–67. 2 Salmos 840<br />

surcos, Haces descender sus canales; La ablandas con lluvias,<br />

11 Bendices sus renuevos. Tú coronas el año con tus bienes, Y<br />

12 tus nubes destilan grosura. Destilan sobre los pastizales del<br />

13 desierto, Y los collados se ciñen de alegría. Se visten de manadas<br />

los llanos, Y los valles se cubren de grano; Dan voces de<br />

júbilo, y aun cantan.<br />

66 Al músico principal. Cántico. Salmo.<br />

2 Aclamad a Dios con alegría, toda la tierra. Cantad la gloria<br />

3 de su nombre; Poned gloria en su alabanza. Decid a Dios:<br />

¡Cuán asombrosas son tus obras! Por la grandeza de tu poder<br />

4 se someterán a ti tus enemigos. Toda la tierra te adorará, Y<br />

5 cantará a ti; Cantarán a tu nombre. Selah Venid, y ved las<br />

obras de Dios, Temible en hechos sobre los hijos de los hom-<br />

6 bres. Volvió el mar en seco; Por el río pasaron a pie; Allí<br />

7 en él nos alegramos. Él señorea con su poder para siempre;<br />

Sus ojos atalayan sobre las naciones; Los rebeldes no serán<br />

8 enaltecidos. Selah Bendecid, pueblos, a nuestro Dios, Y ha-<br />

9 ced oír la voz de su alabanza. Él es quien preservó la vida<br />

a nuestra alma, Y no permitió que nuestros pies resbalasen.<br />

10 Porque tú nos probaste, oh Dios; Nos ensayaste como se afina<br />

11 la plata. Nos metiste en la red; Pusiste sobre nuestros lomos<br />

12 pesada carga. Hiciste cabalgar hombres sobre nuestra cabeza;<br />

Pasamos por el fuego y por el agua, Y nos sacaste a abundan-<br />

13 cia. Entraré en tu casa con holocaustos; Te pagaré mis votos,<br />

14 Que pronunciaron mis labios Y habló mi boca, cuando estaba<br />

15 angustiado. Holocaustos de animales engordados te ofreceré,<br />

Con sahumerio de carneros; Te ofreceré en sacrificio bueyes y<br />

16 machos cabríos. Selah Venid, oíd todos los que teméis a Dios,<br />

17 Y contaré lo que ha hecho a mi alma. A él clamé con mi boca,<br />

18 Y fue exaltado con mi lengua. Si en mi corazón hubiese yo<br />

19 mirado a la iniquidad, El Señor no me habría escuchado. Mas<br />

ciertamente me escuchó Dios; Atendió a la voz de mi súplica.<br />

20 Bendito sea Dios, Que no echó de sí mi oración, ni de mí su<br />

misericordia.<br />

67 Al músico principal; en Neginot. Salmo. Cántico.<br />

Dios tenga misericordia de nosotros, y nos bendiga; Haga res-<br />

2 plandecer su rostro sobre nosotros; Selah Para que sea cono-


841 Salmos 67. 3–68. 18<br />

cido en la tierra tu camino, En todas las naciones tu salvación.<br />

Te alaben los pueblos, oh Dios; Todos los pueblos te alaben. 3<br />

Alégrense y gócense las naciones, Porque juzgarás los pueblos 4<br />

con equidad, Y pastorearás las naciones en la tierra. Selah<br />

Te alaben los pueblos, oh Dios; Todos los pueblos te alaben. 5<br />

La tierra dará su fruto; Nos bendecirá Dios, el Dios nuestro. 6<br />

Bendíganos Dios, Y témanlo todos los términos de la tierra. 7<br />

Al músico principal. Salmo de David. Cántico. 68<br />

Levántese Dios, sean esparcidos sus enemigos, Y huyan de su<br />

presencia los que le aborrecen. Como es lanzado el humo, los 2<br />

lanzarás; Como se derrite la cera delante del fuego, Así perecerán<br />

los impíos delante de Dios. Mas los justos se alegrarán; 3<br />

se gozarán delante de Dios, Y saltarán de alegría. Cantad 4<br />

a Dios, cantad salmos a su nombre; Exaltad al que cabalga<br />

sobre los cielos. JAH es su nombre; alegraos delante de él.<br />

Padre de huérfanos y defensor de viudas Es Dios en su san- 5<br />

ta morada. Dios hace habitar en familia a los desamparados; 6<br />

Saca a los cautivos a prosperidad; Mas los rebeldes habitan<br />

en tierra seca. Oh Dios, cuando tú saliste delante de tu pue- 7<br />

blo, Cuando anduviste por el desierto, Selah La tierra tembló; 8<br />

También destilaron los cielos ante la presencia de Dios; Aquel<br />

Sinaí tembló delante de Dios, del Dios de Israel. Abundante 9<br />

lluvia esparciste, oh Dios; A tu heredad exhausta tú la reanimaste.<br />

Los que son de tu grey han morado en ella; Por tu 10<br />

bondad, oh Dios, has provisto al pobre. El Señor daba pala- 11<br />

bra; Había grande multitud de las que llevaban buenas nuevas.<br />

Huyeron, huyeron reyes de ejércitos, Y las que se quedaban en 12<br />

casa repartían los despojos. Bien que fuisteis echados entre 13<br />

los tiestos, Seréis como alas de paloma cubiertas de plata, Y<br />

sus plumas con amarillez de oro. Cuando esparció el Omni- 14<br />

potente los reyes allí, Fue como si hubiese nevado en el monte<br />

Salmón. Monte de Dios es el monte de Basán; Monte alto 15<br />

el de Basán. ¿Por qué observáis, oh montes altos, Al monte 16<br />

que deseó Dios para su morada? Ciertamente Jehová habitará<br />

en él para siempre. Los carros de Dios se cuentan por vein- 17<br />

tenas de millares de millares; El Señor viene del Sinaí a su<br />

santuario. Subiste a lo alto, cautivaste la cautividad, Tomas- 18<br />

te dones para los hombres, Y también para los rebeldes, para


68. 19–69. 4 Salmos 842<br />

19 que habite entre ellos JAH Dios. Bendito el Señor; cada día<br />

nos colma de beneficios El Dios de nuestra salvación. Selah<br />

20 Dios, nuestro Dios ha de salvarnos, Y de Jehová el Señor es el<br />

21 librar de la muerte. Ciertamente Dios herirá la cabeza de sus<br />

enemigos, La testa cabelluda del que camina en sus pecados.<br />

22 El Señor dijo: De Basán te haré volver; Te haré volver de las<br />

23 profundidades del mar; Porque tu pie se enrojecerá de sangre<br />

24 de tus enemigos, Y de ella la lengua de tus perros. Vieron<br />

tus caminos, oh Dios; Los caminos de mi Dios, de mi Rey, en<br />

25 el santuario. Los cantores iban delante, los músicos detrás;<br />

26 En medio las doncellas con panderos. Bendecid a Dios en las<br />

27 congregaciones; Al Señor, vosotros de la estirpe de Israel. Allí<br />

estaba el joven Benjamín, señoreador de ellos, Los príncipes de<br />

Judá en su congregación, Los príncipes de Zabulón, los prínci-<br />

28 pes de Neftalí. Tu Dios ha ordenado tu fuerza; Confirma, oh<br />

29 Dios, lo que has hecho para nosotros. Por razón de tu templo<br />

30 en Jerusalén Los reyes te ofrecerán dones. Reprime la reunión<br />

de gentes armadas, La multitud de toros con los becerros de los<br />

pueblos, Hasta que todos se sometan con sus piezas de plata;<br />

31 Esparce a los pueblos que se complacen en la guerra. Vendrán<br />

príncipes de Egipto; Etiopía se apresurará a extender sus<br />

32 manos hacia Dios. Reinos de la tierra, cantad a Dios, Cantad<br />

33 al Señor; Selah Al que cabalga sobre los cielos de los cielos,<br />

que son desde la antigüedad; He aquí dará su voz, poderosa<br />

34 voz. Atribuid poder a Dios; Sobre Israel es su magnificencia,<br />

35 Y su poder está en los cielos. Temible eres, oh Dios, desde tus<br />

santuarios; El Dios de Israel, él da fuerza y vigor a su pueblo.<br />

Bendito sea Dios.<br />

69 Al músico principal; sobre Lirios. Salmo de David.<br />

Sálvame, oh Dios, Porque las aguas han entrado hasta el alma.<br />

2 Estoy hundido en cieno profundo, donde no puedo hacer pie;<br />

He venido a abismos de aguas, y la corriente me ha anegado.<br />

3 Cansado estoy de llamar; mi garganta se ha enronquecido; Han<br />

4 desfallecido mis ojos esperando a mi Dios. Se han aumentado<br />

más que los cabellos de mi cabeza los que me aborrecen<br />

sin causa; Se han hecho poderosos mis enemigos, los que me<br />

destruyen sin tener por qué. ¿Y he de pagar lo que no robé?


843 Salmos 69. 5–31<br />

Dios, tú conoces mi insensatez, Y mis pecados no te son ocul- 5<br />

tos. No sean avergonzados por causa mía los que en ti confían, 6<br />

oh Señor Jehová de los ejércitos; No sean confundidos por mí<br />

los que te buscan, oh Dios de Israel. Porque por amor de ti 7<br />

he sufrido afrenta; Confusión ha cubierto mi rostro. Extra- 8<br />

ño he sido para mis hermanos, Y desconocido para los hijos<br />

de mi madre. Porque me consumió el celo de tu casa; Y los 9<br />

denuestos de los que te vituperaban cayeron sobre mí. Lloré 10<br />

afligiendo con ayuno mi alma, Y esto me ha sido por afrenta.<br />

Puse además cilicio por mi vestido, Y vine a serles por pro- 11<br />

verbio. Hablaban contra mí los que se sentaban a la puerta, 12<br />

Y me zaherían en sus canciones los bebedores. Pero yo a ti 13<br />

oraba, oh Jehová, al tiempo de tu buena voluntad; Oh Dios,<br />

por la abundancia de tu misericordia, Por la verdad de tu salvación,<br />

escúchame. Sácame del lodo, y no sea yo sumergido; 14<br />

Sea yo libertado de los que me aborrecen, y de lo profundo<br />

de las aguas. No me anegue la corriente de las aguas, Ni me 15<br />

trague el abismo, Ni el pozo cierre sobre mí su boca. Res- 16<br />

póndeme, Jehová, porque benigna es tu misericordia; Mírame<br />

conforme a la multitud de tus piedades. No escondas de tu 17<br />

siervo tu rostro, Porque estoy angustiado; apresúrate, óyeme.<br />

Acércate a mi alma, redímela; Líbrame a causa de mis enemi- 18<br />

gos. Tú sabes mi afrenta, mi confusión y mi oprobio; Delante 19<br />

de ti están todos mis adversarios. El escarnio ha quebrantado 20<br />

mi corazón, y estoy acongojado. Esperé quien se compadeciese<br />

de mí, y no lo hubo; Y consoladores, y ninguno hallé. Me pu- 21<br />

sieron además hiel por comida, Y en mi sed me dieron a beber<br />

vinagre. Sea su convite delante de ellos por lazo, Y lo que es 22<br />

para bien, por tropiezo. Sean oscurecidos sus ojos para que 23<br />

no vean, Y haz temblar continuamente sus lomos. Derrama 24<br />

sobre ellos tu ira, Y el furor de tu enojo los alcance. Sea su 25<br />

palacio asolado; En sus tiendas no haya morador. Porque per- 26<br />

siguieron al que tú heriste, Y cuentan del dolor de los que tú<br />

llagaste. Pon maldad sobre su maldad, Y no entren en tu jus- 27<br />

ticia. Sean raídos del libro de los vivientes, Y no sean escritos 28<br />

entre los justos. Mas a mí, afligido y miserable, Tu salvación, 29<br />

oh Dios, me ponga en alto. Alabaré yo el nombre de Dios con 30<br />

cántico, Lo exaltaré con alabanza. Y agradará a Jehová más 31


69. 32–71. 14 Salmos 844<br />

que sacrificio de buey, O becerro que tiene cuernos y pezuñas;<br />

32 Lo verán los oprimidos, y se gozarán. Buscad a Dios, y vivirá<br />

33 vuestro corazón, Porque Jehová oye a los menesterosos, Y no<br />

34 menosprecia a sus prisioneros. Alábenle los cielos y la tierra,<br />

35 Los mares, y todo lo que se mueve en ellos. Porque Dios salvará<br />

a Sion, y reedificará las ciudades de Judá; Y habitarán<br />

36 allí, y la poseerán. La descendencia de sus siervos la heredará,<br />

Y los que aman su nombre habitarán en ella.<br />

70 Al músico principal. Salmo de David, para conmemorar.<br />

Oh Dios, acude a librarme; Apresúrate, oh Dios, a socorrer-<br />

2 me. Sean avergonzados y confundidos Los que buscan mi vida;<br />

Sean vueltos atrás y avergonzados Los que mi mal desean.<br />

3 Sean vueltos atrás, en pago de su afrenta hecha, Los que dicen:<br />

4 ¡Ah! ¡Ah! Gócense y alégrense en ti todos los que te buscan,<br />

Y digan siempre los que aman tu salvación: Engrandecido sea<br />

5 Dios. Yo estoy afligido y menesteroso; Apresúrate a mí, oh<br />

Dios. Ayuda mía y mi libertador eres tú; Oh Jehová, no te<br />

detengas.<br />

71 En ti, oh Jehová, me he refugiado; No sea yo avergonzado<br />

2 jamás. Socórreme y líbrame en tu justicia; Inclina tu oído<br />

3 y sálvame. Sé para mí una roca de refugio, adonde recurra<br />

yo continuamente. Tú has dado mandamiento para salvarme,<br />

4 Porque tú eres mi roca y mi fortaleza. Dios mío, líbrame de la<br />

5 mano del impío, De la mano del perverso y violento. Porque<br />

tú, oh Señor Jehová, eres mi esperanza, Seguridad mía desde<br />

6 mi juventud. En ti he sido sustentado desde el vientre; De<br />

las entrañas de mi madre tú fuiste el que me sacó; De ti será<br />

7 siempre mi alabanza. Como prodigio he sido a muchos, Y tú<br />

8 mi refugio fuerte. Sea llena mi boca de tu alabanza, De tu<br />

9 gloria todo el día. No me deseches en el tiempo de la vejez;<br />

10 Cuando mi fuerza se acabare, no me desampares. Porque mis<br />

enemigos hablan de mí, Y los que acechan mi alma consultaron<br />

11 juntamente, Diciendo: Dios lo ha desamparado; Perseguidle<br />

12 y tomadle, porque no hay quien le libre. Oh Dios, no te alejes<br />

13 de mí; Dios mío, acude pronto en mi socorro. Sean avergonzados,<br />

perezcan los adversarios de mi alma; Sean cubiertos de<br />

14 vergüenza y de confusión los que mi mal buscan. Mas yo es-


845 Salmos 71. 15–72. 15<br />

peraré siempre, Y te alabaré más y más. Mi boca publicará tu 15<br />

justicia Y tus hechos de salvación todo el día, Aunque no sé su<br />

número. Vendré a los hechos poderosos de Jehová el Señor; 16<br />

Haré memoria de tu justicia, de la tuya sola. Oh Dios, me 17<br />

enseñaste desde mi juventud, Y hasta ahora he manifestado<br />

tus maravillas. Aun en la vejez y las canas, oh Dios, no me 18<br />

desampares, Hasta que anuncie tu poder a la posteridad, Y<br />

tu potencia a todos los que han de venir, Y tu justicia, oh 19<br />

Dios, hasta lo excelso. Tú has hecho grandes cosas; Oh Dios,<br />

¿quién como tú? Tú, que me has hecho ver muchas angustias 20<br />

y males, Volverás a darme vida, Y de nuevo me levantarás de<br />

los abismos de la tierra. Aumentarás mi grandeza, Y volve- 21<br />

rás a consolarme. Asimismo yo te alabaré con instrumento de 22<br />

salterio, Oh Dios mío; tu verdad cantaré a ti en el arpa, Oh<br />

Santo de Israel. Mis labios se alegrarán cuando cante a ti, Y 23<br />

mi alma, la cual redimiste. Mi lengua hablará también de tu 24<br />

justicia todo el día; Por cuanto han sido avergonzados, porque<br />

han sido confundidos los que mi mal procuraban.<br />

Para Salomón. 72<br />

Oh Dios, da tus juicios al rey, Y tu justicia al hijo del rey.<br />

El juzgará a tu pueblo con justicia, Y a tus afligidos con jui- 2<br />

cio. Los montes llevarán paz al pueblo, Y los collados justicia. 3<br />

Juzgará a los afligidos del pueblo, Salvará a los hijos del me- 4<br />

nesteroso, Y aplastará al opresor. Te temerán mientras duren 5<br />

el sol Y la luna, de generación en generación. Descenderá co- 6<br />

mo la lluvia sobre la hierba cortada; Como el rocío que destila<br />

sobre la tierra. Florecerá en sus días justicia, Y muchedumbre 7<br />

de paz, hasta que no haya luna. Dominará de mar a mar, Y 8<br />

desde el río hasta los confines de la tierra. Ante él se pos- 9<br />

trarán los moradores del desierto, Y sus enemigos lamerán el<br />

polvo. Los reyes de Tarsis y de las costas traerán presentes; 10<br />

Los reyes de Sabá y de Seba ofrecerán dones. Todos los re- 11<br />

yes se postrarán delante de él; Todas las naciones le servirán.<br />

Porque él librará al menesteroso que clamare, Y al afligido que 12<br />

no tuviere quien le socorra. Tendrá misericordia del pobre y 13<br />

del menesteroso, Y salvará la vida de los pobres. De engaño 14<br />

y de violencia redimirá sus almas, Y la sangre de ellos será<br />

preciosa ante sus ojos. Vivirá, y se le dará del oro de Sabá, 15


72. 16–73. 22 Salmos 846<br />

Y se orará por él continuamente; Todo el día se le bendecirá.<br />

16 Será echado un puñado de grano en la tierra, en las cumbres<br />

de los montes; Su fruto hará ruido como el Líbano, Y los de la<br />

17 ciudad florecerán como la hierba de la tierra. Será su nombre<br />

para siempre, Se perpetuará su nombre mientras dure el sol.<br />

Benditas serán en él todas las naciones; Lo llamarán bienaven-<br />

18 turado. Bendito Jehová Dios, el Dios de Israel, El único que<br />

19 hace maravillas. Bendito su nombre glorioso para siempre,<br />

20 Y toda la tierra sea llena de su gloria. Amén y Amén. Aquí<br />

terminan las oraciones de David, hijo de Isaí.<br />

73 Salmo de Asaf.<br />

Ciertamente es bueno Dios para con Israel, Para con los lim-<br />

2 pios de corazón. En cuanto a mí, casi se deslizaron mis pies;<br />

3 Por poco resbalaron mis pasos. Porque tuve envidia de los<br />

4 arrogantes, Viendo la prosperidad de los impíos. Porque no<br />

5 tienen congojas por su muerte, Pues su vigor está entero. No<br />

pasan trabajos como los otros mortales, Ni son azotados co-<br />

6 mo los demás hombres. Por tanto, la soberbia los corona; Se<br />

7 cubren de vestido de violencia. Los ojos se les saltan de gor-<br />

8 dura; Logran con creces los antojos del corazón. Se mofan y<br />

hablan con maldad de hacer violencia; Hablan con altanería.<br />

9 Ponen su boca contra el cielo, Y su lengua pasea la tierra.<br />

10 Por eso Dios hará volver a su pueblo aquí, Y aguas en abun-<br />

11 dancia serán extraídas para ellos. Y dicen: ¿Cómo sabe Dios?<br />

12 ¿Y hay conocimiento en el Altísimo? He aquí estos impíos,<br />

13 Sin ser turbados del mundo, alcanzaron riquezas. Verdaderamente<br />

en vano he limpiado mi corazón, Y lavado mis manos<br />

14 en inocencia; Pues he sido azotado todo el día, Y castigado<br />

15 todas las mañanas. Si dijera yo: Hablaré como ellos, He aquí,<br />

16 a la generación de tus hijos engañaría. Cuando pensé para<br />

17 saber esto, Fue duro trabajo para mí, Hasta que entrando en<br />

18 el santuario de Dios, Comprendí el fin de ellos. Ciertamente<br />

los has puesto en deslizaderos; En asolamientos los harás caer.<br />

19 ¡Cómo han sido asolados de repente! Perecieron, se consumie-<br />

20 ron de terrores. Como sueño del que despierta, Así, Señor,<br />

21 cuando despertares, menospreciarás su apariencia. Se llenó<br />

22 de amargura mi alma, Y en mi corazón sentía punzadas. Tan<br />

torpe era yo, que no entendía; Era como una bestia delante


847 Salmos 73. 23–74. 19<br />

de ti. Con todo, yo siempre estuve contigo; Me tomaste de 23<br />

la mano derecha. Me has guiado según tu consejo, Y después 24<br />

me recibirás en gloria. ¿A quién tengo yo en los cielos sino 25<br />

a ti? Y fuera de ti nada deseo en la tierra. Mi carne y mi 26<br />

corazón desfallecen; Mas la roca de mi corazón y mi porción<br />

es Dios para siempre. Porque he aquí, los que se alejan de 27<br />

ti perecerán; Tú destruirás a todo aquel que de ti se aparta.<br />

Pero en cuanto a mí, el acercarme a Dios es el bien; He puesto 28<br />

en Jehová el Señor mi esperanza, Para contar todas tus obras.<br />

Masquil de Asaf. 74<br />

¿Por qué, oh Dios, nos has desechado para siempre? ¿Por qué<br />

se ha encendido tu furor contra las ovejas de tu prado? Acuér- 2<br />

date de tu congregación, la que adquiriste desde tiempos antiguos,<br />

La que redimiste para hacerla la tribu de tu herencia;<br />

Este monte de Sion, donde has habitado. Dirige tus pasos 3<br />

a los asolamientos eternos, A todo el mal que el enemigo ha<br />

hecho en el santuario. Tus enemigos vociferan en medio de 4<br />

tus asambleas; Han puesto sus divisas por señales. Se pare- 5<br />

cen a los que levantan El hacha en medio de tupido bosque.<br />

Y ahora con hachas y martillos Han quebrado todas sus enta- 6<br />

lladuras. Han puesto a fuego tu santuario, Han profanado el 7<br />

tabernáculo de tu nombre, echándolo a tierra. Dijeron en su 8<br />

corazón: Destruyámoslos de una vez; Han quemado todas las<br />

sinagogas de Dios en la tierra. No vemos ya nuestras señales; 9<br />

No hay más profeta, Ni entre nosotros hay quien sepa hasta<br />

cuándo. ¿Hasta cuándo, oh Dios, nos afrentará el angustia- 10<br />

dor? ¿Ha de blasfemar el enemigo perpetuamente tu nombre?<br />

¿Por qué retraes tu mano? ¿Por qué escondes tu diestra en 11<br />

tu seno? Pero Dios es mi rey desde tiempo antiguo; El que 12<br />

obra salvación en medio de la tierra. Dividiste el mar con tu 13<br />

poder; Quebrantaste cabezas de monstruos en las aguas. Ma- 14<br />

gullaste las cabezas del leviatán, Y lo diste por comida a los<br />

moradores del desierto. Abriste la fuente y el río; Secaste ríos 15<br />

impetuosos. Tuyo es el día, tuya también es la noche; Tú es- 16<br />

tableciste la luna y el sol. Tú fijaste todos los términos de la 17<br />

tierra; El verano y el invierno tú los formaste. Acuérdate de 18<br />

esto: que el enemigo ha afrentado a Jehová, Y pueblo insensato<br />

ha blasfemado tu nombre. No entregues a las fieras el alma 19


74. 20–76. 10 Salmos 848<br />

de tu tórtola, Y no olvides para siempre la congregación de<br />

20 tus afligidos. Mira al pacto, Porque los lugares tenebrosos de<br />

21 la tierra están llenos de habitaciones de violencia. No vuelva<br />

avergonzado el abatido; El afligido y el menesteroso alabarán<br />

22 tu nombre. Levántate, oh Dios, aboga tu causa; Acuérdate de<br />

23 cómo el insensato te injuria cada día. No olvides las voces de<br />

tus enemigos; El alboroto de los que se levantan contra ti sube<br />

continuamente.<br />

75 Al músico principal; sobre No destruyas. Salmo<br />

de Asaf. Cántico.<br />

Gracias te damos, oh Dios, gracias te damos, Pues cercano es-<br />

2 tá tu nombre; Los hombres cuentan tus maravillas. Al tiempo<br />

3 que señalaré Yo juzgaré rectamente. Se arruinaban la tierra<br />

4 y sus moradores; Yo sostengo sus columnas. Selah Dije a los<br />

insensatos: No os infatuéis; Y a los impíos: No os enorgullez-<br />

5 cáis; No hagáis alarde de vuestro poder; No habléis con cerviz<br />

6 erguida. Porque ni de oriente ni de occidente, Ni del desierto<br />

7 viene el enaltecimiento. Mas Dios es el juez; A éste humilla,<br />

8 y a aquél enaltece. Porque el cáliz está en la mano de Jehová,<br />

y el vino está fermentado, Lleno de mistura; y él derrama<br />

del mismo; Hasta el fondo lo apurarán, y lo beberán todos los<br />

9 impíos de la tierra. Pero yo siempre anunciaré Y cantaré ala-<br />

10 banzas al Dios de Jacob. Quebrantaré todo el poderío de los<br />

pecadores, Pero el poder del justo será exaltado.<br />

76 Al músico principal; sobre Neginot. Salmo de Asaf.<br />

Cántico.<br />

2 Dios es conocido en Judá; En Israel es grande su nombre. En<br />

3 Salem está su tabernáculo, Y su habitación en Sion. Allí quebró<br />

las saetas del arco, El escudo, la espada y las armas de<br />

4 guerra. Selah Glorioso eres tú, poderoso más que los montes<br />

5 de caza. Los fuertes de corazón fueron despojados, durmieron<br />

su sueño; No hizo uso de sus manos ninguno de los varones<br />

6 fuertes. A tu reprensión, oh Dios de Jacob, El carro y el caba-<br />

7 llo fueron entorpecidos. Tú, temible eres tú; ¿Y quién podrá<br />

8 estar en pie delante de ti cuando se encienda tu ira? Desde los<br />

cielos hiciste oír juicio; La tierra tuvo temor y quedó suspensa<br />

9 Cuando te levantaste, oh Dios, para juzgar, Para salvar a todos<br />

10 los mansos de la tierra. Selah Ciertamente la ira del hombre


849 Salmos 76. 11–78. 4<br />

te alabará; Tú reprimirás el resto de las iras. Prometed, y 11<br />

pagad a Jehová vuestro Dios; Todos los que están alrededor<br />

de él, traigan ofrendas al Temible. Cortará él el espíritu de 12<br />

los príncipes; Temible es a los reyes de la tierra.<br />

Al músico principal; para Jedutún. Salmo de Asaf. 77<br />

Con mi voz clamé a Dios, A Dios clamé, y él me escuchará.<br />

Al Señor busqué en el día de mi angustia; Alzaba a él mis ma- 2<br />

nos de noche, sin descanso; Mi alma rehusaba consuelo. Me 3<br />

acordaba de Dios, y me conmovía; Me quejaba, y desmayaba<br />

mi espíritu. Selah No me dejabas pegar los ojos; Estaba 4<br />

yo quebrantado, y no hablaba. Consideraba los días desde el 5<br />

principio, Los años de los siglos. Me acordaba de mis cánti- 6<br />

cos de noche; Meditaba en mi corazón, Y mi espíritu inquiría:<br />

¿Desechará el Señor para siempre, Y no volverá más a sernos 7<br />

propicio? ¿Ha cesado para siempre su misericordia? ¿Se ha 8<br />

acabado perpetuamente su promesa? ¿Ha olvidado Dios el 9<br />

tener misericordia? ¿Ha encerrado con ira sus piedades? Selah<br />

Dije: Enfermedad mía es ésta; Traeré, pues, a la memoria los 10<br />

años de la diestra del Altísimo. Me acordaré de las obras de 11<br />

JAH; Sí, haré yo memoria de tus maravillas antiguas. Medi- 12<br />

taré en todas tus obras, Y hablaré de tus hechos. Oh Dios, 13<br />

santo es tu camino; ¿Qué dios es grande como nuestro Dios?<br />

Tú eres el Dios que hace maravillas; Hiciste notorio en los pue- 14<br />

blos tu poder. Con tu brazo redimiste a tu pueblo, A los hijos 15<br />

de Jacob y de José. Selah Te vieron las aguas, oh Dios; Las 16<br />

aguas te vieron, y temieron; Los abismos también se estremecieron.<br />

Las nubes echaron inundaciones de aguas; Tronaron 17<br />

los cielos, Y discurrieron tus rayos. La voz de tu trueno es- 18<br />

taba en el torbellino; Tus relámpagos alumbraron el mundo;<br />

Se estremeció y tembló la tierra. En el mar fue tu camino, 19<br />

Y tus sendas en las muchas aguas; Y tus pisadas no fueron<br />

conocidas. Condujiste a tu pueblo como ovejas Por mano de 20<br />

Moisés y de Aarón.<br />

Masquil de Asaf. 78<br />

Escucha, pueblo mío, mi ley; Inclinad vuestro oído a las palabras<br />

de mi boca. Abriré mi boca en proverbios; Hablaré 2<br />

cosas escondidas desde tiempos antiguos, Las cuales hemos 3<br />

oído y entendido; Que nuestros padres nos las contaron. No 4


78. 5–30 Salmos 850<br />

las encubriremos a sus hijos, Contando a la generación venidera<br />

las alabanzas de Jehová, Y su potencia, y las maravillas<br />

5 que hizo. Él estableció testimonio en Jacob, Y puso ley en<br />

Israel, La cual mandó a nuestros padres Que la notificasen a<br />

6 sus hijos; Para que lo sepa la generación venidera, y los hijos<br />

que nacerán; Y los que se levantarán lo cuenten a sus hijos,<br />

7 A fin de que pongan en Dios su confianza, Y no se olviden<br />

8 de las obras de Dios; Que guarden sus mandamientos, Y no<br />

sean como sus padres, Generación contumaz y rebelde; Generación<br />

que no dispuso su corazón, Ni fue fiel para con Dios<br />

9 su espíritu. Los hijos de Efraín, arqueros armados, Volvieron<br />

10 las espaldas en el día de la batalla. No guardaron el pacto de<br />

11 Dios, Ni quisieron andar en su ley; Sino que se olvidaron de<br />

12 sus obras, Y de sus maravillas que les había mostrado. Delante<br />

de sus padres hizo maravillas En la tierra de Egipto, en<br />

13 el campo de Zoán. Dividió el mar y los hizo pasar; Detuvo<br />

14 las aguas como en un montón. Les guió de día con nube, Y<br />

15 toda la noche con resplandor de fuego. Hendió las peñas en<br />

16 el desierto, Y les dio a beber como de grandes abismos, Pues<br />

sacó de la peña corrientes, E hizo descender aguas como ríos.<br />

17 Pero aún volvieron a pecar contra él, Rebelándose contra el<br />

18 Altísimo en el desierto; Pues tentaron a Dios en su corazón,<br />

19 Pidiendo comida a su gusto. Y hablaron contra Dios, Dicien-<br />

20 do: ¿Podrá poner mesa en el desierto? He aquí ha herido la<br />

peña, y brotaron aguas, Y torrentes inundaron la tierra; ¿Po-<br />

21 drá dar también pan? ¿Dispondrá carne para su pueblo? Por<br />

tanto, oyó Jehová, y se indignó; Se encendió el fuego contra<br />

22 Jacob, Y el furor subió también contra Israel, Por cuanto no<br />

23 habían creído a Dios, Ni habían confiado en su salvación. Sin<br />

embargo, mandó a las nubes de arriba, Y abrió las puertas de<br />

24 los cielos, E hizo llover sobre ellos maná para que comiesen,<br />

25 Y les dio trigo de los cielos. Pan de nobles comió el hombre;<br />

26 Les envió comida hasta saciarles. Movió el solano en el cielo,<br />

27 Y trajo con su poder el viento sur, E hizo llover sobre ellos<br />

28 carne como polvo, Como arena del mar, aves que vuelan. Las<br />

hizo caer en medio del campamento, Alrededor de sus tien-<br />

29 das. Comieron, y se saciaron; Les cumplió, pues, su deseo.<br />

30 No habían quitado de sí su anhelo, Aún estaba la comida en


851 Salmos 78. 31–58<br />

su boca, Cuando vino sobre ellos el furor de Dios, E hizo 31<br />

morir a los más robustos de ellos, Y derribó a los escogidos<br />

de Israel. Con todo esto, pecaron aún, Y no dieron crédito a 32<br />

sus maravillas. Por tanto, consumió sus días en vanidad, Y 33<br />

sus años en tribulación. Si los hacía morir, entonces busca- 34<br />

ban a Dios; Entonces se volvían solícitos en busca suya, Y se 35<br />

acordaban de que Dios era su refugio, Y el Dios Altísimo su<br />

redentor. Pero le lisonjeaban con su boca, Y con su lengua le 36<br />

mentían; Pues sus corazones no eran rectos con él, Ni estu- 37<br />

vieron firmes en su pacto. Pero él, misericordioso, perdonaba 38<br />

la maldad, y no los destruía; Y apartó muchas veces su ira,<br />

Y no despertó todo su enojo. Se acordó de que eran carne, 39<br />

Soplo que va y no vuelve. ¡Cuántas veces se rebelaron contra 40<br />

él en el desierto, Lo enojaron en el yermo! Y volvían, y tenta- 41<br />

ban a Dios, Y provocaban al Santo de Israel. No se acordaron 42<br />

de su mano, Del día que los redimió de la angustia; Cuando 43<br />

puso en Egipto sus señales, Y sus maravillas en el campo de<br />

Zoán; Y volvió sus ríos en sangre, Y sus corrientes, para que 44<br />

no bebiesen. Envió entre ellos enjambres de moscas que los 45<br />

devoraban, Y ranas que los destruían. Dio también a la oru- 46<br />

ga sus frutos, Y sus labores a la langosta. Sus viñas destruyó 47<br />

con granizo, Y sus higuerales con escarcha; Entregó al pedris- 48<br />

co sus bestias, Y sus ganados a los rayos. Envió sobre ellos 49<br />

el ardor de su ira; Enojo, indignación y angustia, Un ejército<br />

de ángeles destructores. Dispuso camino a su furor; No exi- 50<br />

mió la vida de ellos de la muerte, Sino que entregó su vida a<br />

la mortandad. Hizo morir a todo primogénito en Egipto, Las 51<br />

primicias de su fuerza en las tiendas de Cam. Hizo salir a su 52<br />

pueblo como ovejas, Y los llevó por el desierto como un rebaño.<br />

Los guió con seguridad, de modo que no tuvieran temor; Y el 53<br />

mar cubrió a sus enemigos. Los trajo después a las fronteras 54<br />

de su tierra santa, A este monte que ganó su mano derecha.<br />

Echó las naciones de delante de ellos; Con cuerdas repartió sus 55<br />

tierras en heredad, E hizo habitar en sus moradas a las tribus<br />

de Israel. Pero ellos tentaron y enojaron al Dios Altísimo, Y 56<br />

no guardaron sus testimonios; Sino que se volvieron y se rebe- 57<br />

laron como sus padres; Se volvieron como arco engañoso. Le 58<br />

enojaron con sus lugares altos, Y le provocaron a celo con sus


78. 59–79. 11 Salmos 852<br />

59 imágenes de talla. Lo oyó Dios y se enojó, Y en gran manera<br />

60 aborreció a Israel. Dejó, por tanto, el tabernáculo de Silo, La<br />

61 tienda en que habitó entre los hombres, Y entregó a cauti-<br />

62 verio su poderío, Y su gloria en mano del enemigo. Entregó<br />

también su pueblo a la espada, Y se irritó contra su heredad.<br />

63 El fuego devoró a sus jóvenes, Y sus vírgenes no fueron loadas<br />

64 en cantos nupciales. Sus sacerdotes cayeron a espada, Y sus<br />

65 viudas no hicieron lamentación. Entonces despertó el Señor<br />

como quien duerme, Como un valiente que grita excitado del<br />

66 vino, E hirió a sus enemigos por detrás; Les dio perpetua<br />

67 afrenta. Desechó la tienda de José, Y no escogió la tribu de<br />

68 Efraín, Sino que escogió la tribu de Judá, El monte de Sion, al<br />

69 cual amó. Edificó su santuario a manera de eminencia, Como<br />

70 la tierra que cimentó para siempre. Eligió a David su siervo,<br />

71 Y lo tomó de las majadas de las ovejas; De tras las paridas<br />

lo trajo, Para que apacentase a Jacob su pueblo, Y a Israel<br />

72 su heredad. Y los apacentó conforme a la integridad de su<br />

corazón, Los pastoreó con la pericia de sus manos.<br />

79 Salmo de Asaf.<br />

Oh Dios, vinieron las naciones a tu heredad; Han profanado<br />

2 tu santo templo; Redujeron a Jerusalén a escombros. Dieron<br />

los cuerpos de tus siervos por comida a las aves de los cielos,<br />

3 La carne de tus santos a las bestias de la tierra. Derramaron<br />

su sangre como agua en los alrededores de Jerusalén, Y<br />

4 no hubo quien los enterrase. Somos afrentados de nuestros<br />

vecinos, Escarnecidos y burlados de los que están en nuestros<br />

5 alrededores. ¿Hasta cuándo, oh Jehová? ¿Estarás airado para<br />

6 siempre? ¿Arderá como fuego tu celo? Derrama tu ira sobre<br />

las naciones que no te conocen, Y sobre los reinos que no invo-<br />

7 can tu nombre. Porque han consumido a Jacob, Y su morada<br />

8 han asolado. No recuerdes contra nosotros las iniquidades de<br />

nuestros antepasados; Vengan pronto tus misericordias a en-<br />

9 contrarnos, Porque estamos muy abatidos. Ayúdanos, oh Dios<br />

de nuestra salvación, por la gloria de tu nombre; Y líbranos,<br />

10 y perdona nuestros pecados por amor de tu nombre. Porque<br />

dirán las gentes: ¿Dónde está su Dios? Sea notoria en las gentes,<br />

delante de nuestros ojos, La venganza de la sangre de tus<br />

11 siervos que fue derramada. Llegue delante de ti el gemido de


853 Salmos 79. 12–81. 3<br />

los presos; Conforme a la grandeza de tu brazo preserva a los<br />

sentenciados a muerte, Y devuelve a nuestros vecinos en su 12<br />

seno siete tantos De su infamia, con que te han deshonrado,<br />

oh Jehová. Y nosotros, pueblo tuyo, y ovejas de tu prado, Te 13<br />

alabaremos para siempre; De generación en generación cantaremos<br />

tus alabanzas.<br />

Al músico principal; sobre Lirios. Testimonio. Sal- 80<br />

mo de Asaf.<br />

Oh Pastor de Israel, escucha; Tú que pastoreas como a ovejas<br />

a José, Que estás entre querubines, resplandece. Despierta tu 2<br />

poder delante de Efraín, de Benjamín y de Manasés, Y ven a<br />

salvarnos. Oh Dios, restáuranos; Haz resplandecer tu rostro, 3<br />

y seremos salvos. Jehová, Dios de los ejércitos, ¿Hasta cuándo 4<br />

mostrarás tu indignación contra la oración de tu pueblo? Les 5<br />

diste a comer pan de lágrimas, Y a beber lágrimas en gran<br />

abundancia. Nos pusiste por escarnio a nuestros vecinos, Y 6<br />

nuestros enemigos se burlan entre sí. Oh Dios de los ejérci- 7<br />

tos, restáuranos; Haz resplandecer tu rostro, y seremos salvos.<br />

Hiciste venir una vid de Egipto; Echaste las naciones, y la 8<br />

plantaste. Limpiaste sitio delante de ella, E hiciste arraigar 9<br />

sus raíces, y llenó la tierra. Los montes fueron cubiertos de 10<br />

su sombra, Y con sus sarmientos los cedros de Dios. Extendió 11<br />

sus vástagos hasta el mar, Y hasta el río sus renuevos. ¿Por 12<br />

qué aportillaste sus vallados, Y la vendimian todos los que pasan<br />

por el camino? La destroza el puerco montés, Y la bestia 13<br />

del campo la devora. Oh Dios de los ejércitos, vuelve ahora; 14<br />

Mira desde el cielo, y considera, y visita esta viña, La plan- 15<br />

ta que plantó tu diestra, Y el renuevo que para ti afirmaste.<br />

Quemada a fuego está, asolada; Perezcan por la reprensión de 16<br />

tu rostro. Sea tu mano sobre el varón de tu diestra, Sobre el 17<br />

hijo de hombre que para ti afirmaste. Así no nos apartaremos 18<br />

de ti; Vida nos darás, e invocaremos tu nombre. ¡Oh Jehová, 19<br />

Dios de los ejércitos, restáuranos! Haz resplandecer tu rostro,<br />

y seremos salvos.<br />

Al músico principal; sobre Gitit. Salmo de Asaf. 81<br />

Cantad con gozo a Dios, fortaleza nuestra; Al Dios de Jacob<br />

aclamad con júbilo. Entonad canción, y tañed el pandero, El 2<br />

arpa deliciosa y el salterio. Tocad la trompeta en la nueva 3


81. 4–83. 5 Salmos 854<br />

luna, En el día señalado, en el día de nuestra fiesta solemne.<br />

4, 5 Porque estatuto es de Israel, Ordenanza del Dios de Jacob. Lo<br />

constituyó como testimonio en José Cuando salió por la tierra<br />

6 de Egipto. Oí lenguaje que no entendía; Aparté su hombro<br />

de debajo de la carga; Sus manos fueron descargadas de los<br />

7 cestos. En la calamidad clamaste, y yo te libré; Te respondí<br />

en lo secreto del trueno; Te probé junto a las aguas de Meriba.<br />

8 Selah Oye, pueblo mío, y te amonestaré. Israel, si me oyeres,<br />

9, 10 No habrá en ti dios ajeno, Ni te inclinarás a dios extraño. Yo<br />

soy Jehová tu Dios, Que te hice subir de la tierra de Egipto;<br />

11 Abre tu boca, y yo la llenaré. Pero mi pueblo no oyó mi voz,<br />

12 E Israel no me quiso a mí. Los dejé, por tanto, a la dureza<br />

13 de su corazón; Caminaron en sus propios consejos. ¡Oh, si<br />

me hubiera oído mi pueblo, Si en mis caminos hubiera andado<br />

14 Israel! En un momento habría yo derribado a sus enemigos, Y<br />

15 vuelto mi mano contra sus adversarios. Los que aborrecen a<br />

Jehová se le habrían sometido, Y el tiempo de ellos sería para<br />

16 siempre. Les sustentaría Dios con lo mejor del trigo, Y con<br />

miel de la peña les saciaría.<br />

82 Salmo de Asaf.<br />

Dios está en la reunión de los dioses; En medio de los dioses<br />

2 juzga. ¿Hasta cuándo juzgaréis injustamente, Y aceptaréis las<br />

3 personas de los impíos? Selah Defended al débil y al huérfano;<br />

4 Haced justicia al afligido y al menesteroso. Librad al afligido<br />

5 y al necesitado; Libradlo de mano de los impíos. No saben, no<br />

entienden, Andan en tinieblas; Tiemblan todos los cimientos<br />

6 de la tierra. Yo dije: Vosotros sois dioses, Y todos vosotros<br />

7 hijos del Altísimo; Pero como hombres moriréis, Y como cual-<br />

8 quiera de los príncipes caeréis. Levántate, oh Dios, juzga la<br />

tierra; Porque tú heredarás todas las naciones.<br />

83 Cántico. Salmo de Asaf.<br />

Oh Dios, no guardes silencio; No calles, oh Dios, ni te estés<br />

2 quieto. Porque he aquí que rugen tus enemigos, Y los que<br />

3 te aborrecen alzan cabeza. Contra tu pueblo han consultado<br />

astuta y secretamente, Y han entrado en consejo contra<br />

4 tus protegidos. Han dicho: Venid, y destruyámoslos para que<br />

no sean nación, Y no haya más memoria del nombre de Is-<br />

5 rael. Porque se confabulan de corazón a una, Contra ti han


855 Salmos 83. 6–85. 1<br />

hecho alianza Las tiendas de los edomitas y de los ismaelitas, 6<br />

Moab y los agarenos; Gebal, Amón y Amalec, Los filisteos y 7<br />

los habitantes de Tiro. También el asirio se ha juntado con 8<br />

ellos; Sirven de brazo a los hijos de Lot. Selah Hazles como a 9<br />

Madián, Como a Sísara, como a Jabín en el arroyo de Cisón;<br />

Que perecieron en Endor, Fueron hechos como estiércol para 10<br />

la tierra. Pon a sus capitanes como a Oreb y a Zeeb; Como a 11<br />

Zeba y a Zalmuna a todos sus príncipes, Que han dicho: He- 12<br />

redemos para nosotros Las moradas de Dios. Dios mío, ponlos 13<br />

como torbellinos, Como hojarascas delante del viento, Como 14<br />

fuego que quema el monte, Como llama que abrasa el bosque.<br />

Persíguelos así con tu tempestad, Y atérralos con tu torbelli- 15<br />

no. Llena sus rostros de vergüenza, Y busquen tu nombre, oh 16<br />

Jehová. Sean afrentados y turbados para siempre; Sean des- 17<br />

honrados, y perezcan. Y conozcan que tu nombre es Jehová; 18<br />

Tú solo Altísimo sobre toda la tierra.<br />

Al músico principal; sobre Gitit. Salmo para los 84<br />

hijos de Coré.<br />

¡Cuán amables son tus moradas, oh Jehová de los ejércitos!<br />

Anhela mi alma y aun ardientemente desea los atrios de Jeho- 2<br />

vá; Mi corazón y mi carne cantan al Dios vivo. Aun el gorrión 3<br />

halla casa, Y la golondrina nido para sí, donde ponga sus polluelos,<br />

Cerca de tus altares, oh Jehová de los ejércitos, Rey<br />

mío, y Dios mío. Bienaventurados los que habitan en tu casa; 4<br />

Perpetuamente te alabarán. Selah Bienaventurado el hombre 5<br />

que tiene en ti sus fuerzas, En cuyo corazón están tus caminos.<br />

Atravesando el valle de lágrimas lo cambian en fuente, Cuando 6<br />

la lluvia llena los estanques. Irán de poder en poder; Verán a 7<br />

Dios en Sion. Jehová Dios de los ejércitos, oye mi oración; Es- 8<br />

cucha, oh Dios de Jacob. Selah Mira, oh Dios, escudo nuestro, 9<br />

Y pon los ojos en el rostro de tu ungido. Porque mejor es un 10<br />

día en tus atrios que mil fuera de ellos. Escogería antes estar a<br />

la puerta de la casa de mi Dios, Que habitar en las moradas de<br />

maldad. Porque sol y escudo es Jehová Dios; Gracia y gloria 11<br />

dará Jehová. No quitará el bien a los que andan en integridad.<br />

Jehová de los ejércitos, Dichoso el hombre que en ti confía. 12<br />

Al músico principal. Salmo para los hijos de Co- 85<br />

ré.


85. 2–86. 15 Salmos 856<br />

Fuiste propicio a tu tierra, oh Jehová; Volviste la cautividad<br />

2 de Jacob. Perdonaste la iniquidad de tu pueblo; Todos los<br />

3 pecados de ellos cubriste. Selah Reprimiste todo tu enojo; Te<br />

4 apartaste del ardor de tu ira. Restáuranos, oh Dios de nues-<br />

5 tra salvación, Y haz cesar tu ira de sobre nosotros. ¿Estarás<br />

enojado contra nosotros para siempre? ¿Extenderás tu ira de<br />

6 generación en generación? ¿No volverás a darnos vida, Para<br />

7 que tu pueblo se regocije en ti? Muéstranos, oh Jehová, tu<br />

8 misericordia, Y danos tu salvación. Escucharé lo que hablará<br />

Jehová Dios; Porque hablará paz a su pueblo y a sus santos,<br />

9 Para que no se vuelvan a la locura. Ciertamente cercana está<br />

su salvación a los que le temen, Para que habite la gloria en<br />

10 nuestra tierra. La misericordia y la verdad se encontraron; La<br />

11 justicia y la paz se besaron. La verdad brotará de la tierra,<br />

12 Y la justicia mirará desde los cielos. Jehová dará también el<br />

13 bien, Y nuestra tierra dará su fruto. La justicia irá delante de<br />

él, Y sus pasos nos pondrá por camino.<br />

86 Oración de David.<br />

Inclina, oh Jehová, tu oído, y escúchame, Porque estoy afligido<br />

2 y menesteroso. Guarda mi alma, porque soy piadoso; Salva tú,<br />

3 oh Dios mío, a tu siervo que en ti confía. Ten misericordia de<br />

4 mí, oh Jehová; Porque a ti clamo todo el día. Alegra el alma<br />

5 de tu siervo, Porque a ti, oh Señor, levanto mi alma. Porque<br />

tú, Señor, eres bueno y perdonador, Y grande en misericordia<br />

6 para con todos los que te invocan. Escucha, oh Jehová, mi<br />

7 oración, Y está atento a la voz de mis ruegos. En el día de<br />

8 mi angustia te llamaré, Porque tú me respondes. Oh Señor,<br />

ninguno hay como tú entre los dioses, Ni obras que igualen<br />

9 tus obras. Todas las naciones que hiciste vendrán y adorarán<br />

10 delante de ti, Señor, Y glorificarán tu nombre. Porque tú eres<br />

11 grande, y hacedor de maravillas; Sólo tú eres Dios. Enséñame,<br />

oh Jehová, tu camino; caminaré yo en tu verdad; Afirma<br />

12 mi corazón para que tema tu nombre. Te alabaré, oh Jehová<br />

Dios mío, con todo mi corazón, Y glorificaré tu nombre para<br />

13 siempre. Porque tu misericordia es grande para conmigo, Y<br />

14 has librado mi alma de las profundidades del Seol. Oh Dios,<br />

los soberbios se levantaron contra mí, Y conspiración de vio-<br />

15 lentos ha buscado mi vida, Y no te pusieron delante de sí. Mas


857 Salmos 86. 16–88. 13<br />

tú, Señor, Dios misericordioso y clemente, Lento para la ira, y<br />

grande en misericordia y verdad, Mírame, y ten misericordia 16<br />

de mí; Da tu poder a tu siervo, Y guarda al hijo de tu sierva.<br />

Haz conmigo señal para bien, Y véanla los que me aborrecen, 17<br />

y sean avergonzados; Porque tú, Jehová, me ayudaste y me<br />

consolaste.<br />

A los hijos de Coré. Salmo. Cántico. 87<br />

Su cimiento está en el monte santo. Ama Jehová las puertas 2<br />

de Sion Más que todas las moradas de Jacob. Cosas gloriosas 3<br />

se han dicho de ti, Ciudad de Dios. Selah Yo me acordaré 4<br />

de Rahab y de Babilonia entre los que me conocen; He aquí<br />

Filistea y Tiro, con Etiopía; Éste nació allá. Y de Sion se 5<br />

dirá: Éste y aquél han nacido en ella, Y el Altísimo mismo<br />

la establecerá. Jehová contará al inscribir a los pueblos: Éste 6<br />

nació allí. Selah Y cantores y tañedores en ella dirán: Todas 7<br />

mis fuentes están en ti.<br />

Cántico. Salmo para los hijos de Coré. Al músico 88<br />

principal, para cantar sobre Mahalat. Masquil de<br />

Hemán ezraíta.<br />

Oh Jehová, Dios de mi salvación, Día y noche clamo delante<br />

de ti. Llegue mi oración a tu presencia; Inclina tu oído a mi 2<br />

clamor. Porque mi alma está hastiada de males, Y mi vida 3<br />

cercana al Seol. Soy contado entre los que descienden al se- 4<br />

pulcro; Soy como hombre sin fuerza, Abandonado entre los 5<br />

muertos, Como los pasados a espada que yacen en el sepulcro,<br />

De quienes no te acuerdas ya, Y que fueron arrebatados de tu<br />

mano. Me has puesto en el hoyo profundo, En tinieblas, en 6<br />

lugares profundos. Sobre mí reposa tu ira, Y me has afligido 7<br />

con todas tus ondas. Selah Has alejado de mí mis conocidos; 8<br />

Me has puesto por abominación a ellos; Encerrado estoy, y no<br />

puedo salir. Mis ojos enfermaron a causa de mi aflicción; Te 9<br />

he llamado, oh Jehová, cada día; He extendido a ti mis manos.<br />

¿Manifestarás tus maravillas a los muertos? ¿Se levantarán los 10<br />

muertos para alabarte? Selah ¿Será contada en el sepulcro tu 11<br />

misericordia, O tu verdad en el Abadón? ¿Serán reconocidas 12<br />

en las tinieblas tus maravillas, Y tu justicia en la tierra del<br />

olvido? Mas yo a ti he clamado, oh Jehová, Y de mañana 13


88. 14–89. 20 Salmos 858<br />

14 mi oración se presentará delante de ti. ¿Por qué, oh Jehová,<br />

15 desechas mi alma? ¿Por qué escondes de mí tu rostro? Yo<br />

estoy afligido y menesteroso; Desde la juventud he llevado tus<br />

16 terrores, he estado medroso. Sobre mí han pasado tus iras, Y<br />

17 me oprimen tus terrores. Me han rodeado como aguas conti-<br />

18 nuamente; A una me han cercado. Has alejado de mí al amigo<br />

y al compañero, Y a mis conocidos has puesto en tinieblas.<br />

89 Masquil de Etán ezraíta.<br />

Las misericordias de Jehová cantaré perpetuamente; De generación<br />

en generación haré notoria tu fidelidad con mi boca.<br />

2 Porque dije: Para siempre será edificada misericordia; En los<br />

3 cielos mismos afirmarás tu verdad. Hice pacto con mi escogi-<br />

4 do; Juré a David mi siervo, diciendo: Para siempre confirmaré<br />

tu descendencia, Y edificaré tu trono por todas las generacio-<br />

5 nes. Selah Celebrarán los cielos tus maravillas, oh Jehová,<br />

6 Tu verdad también en la congregación de los santos. Porque<br />

¿quién en los cielos se igualará a Jehová? ¿Quién será semejan-<br />

7 te a Jehová entre los hijos de los potentados? Dios temible en<br />

la gran congregación de los santos, Y formidable sobre todos<br />

8 cuantos están alrededor de él. Oh Jehová, Dios de los ejércitos,<br />

¿Quién como tú? Poderoso eres, Jehová, Y tu fidelidad<br />

9 te rodea. Tú tienes dominio sobre la braveza del mar; Cuan-<br />

10 do se levantan sus ondas, tú las sosiegas. Tú quebrantaste a<br />

Rahab como a herido de muerte; Con tu brazo poderoso es-<br />

11 parciste a tus enemigos. Tuyos son los cielos, tuya también<br />

12 la tierra; El mundo y su plenitud, tú lo fundaste. El norte y<br />

el sur, tú los creaste; El Tabor y el Hermón cantarán en tu<br />

13 nombre. Tuyo es el brazo potente; Fuerte es tu mano, exal-<br />

14 tada tu diestra. Justicia y juicio son el cimiento de tu trono;<br />

15 Misericordia y verdad van delante de tu rostro. Bienaventurado<br />

el pueblo que sabe aclamarte; Andará, oh Jehová, a la<br />

16 luz de tu rostro. En tu nombre se alegrará todo el día, Y en<br />

17 tu justicia será enaltecido. Porque tú eres la gloria de su potencia,<br />

Y por tu buena voluntad acrecentarás nuestro poder.<br />

18 Porque Jehová es nuestro escudo, Y nuestro rey es el Santo de<br />

19 Israel. Entonces hablaste en visión a tu santo, Y dijiste: He<br />

puesto el socorro sobre uno que es poderoso; He exaltado a un<br />

20 escogido de mi pueblo. Hallé a David mi siervo; Lo ungí con


859 Salmos 89. 21–51<br />

mi santa unción. Mi mano estará siempre con él, Mi brazo 21<br />

también lo fortalecerá. No lo sorprenderá el enemigo, Ni hijo 22<br />

de iniquidad lo quebrantará; Sino que quebrantaré delante de 23<br />

él a sus enemigos, Y heriré a los que le aborrecen. Mi ver- 24<br />

dad y mi misericordia estarán con él, Y en mi nombre será<br />

exaltado su poder. Asimismo pondré su mano sobre el mar, 25<br />

Y sobre los ríos su diestra. Él me clamará: Mi padre eres tú, 26<br />

Mi Dios, y la roca de mi salvación. Yo también le pondré por 27<br />

primogénito, El más excelso de los reyes de la tierra. Para 28<br />

siempre le conservaré mi misericordia, Y mi pacto será firme<br />

con él. Pondré su descendencia para siempre, Y su trono co- 29<br />

mo los días de los cielos. Si dejaren sus hijos mi ley, Y no 30<br />

anduvieren en mis juicios, Si profanaren mis estatutos, Y no 31<br />

guardaren mis mandamientos, Entonces castigaré con vara su 32<br />

rebelión, Y con azotes sus iniquidades. Mas no quitaré de él 33<br />

mi misericordia, Ni falsearé mi verdad. No olvidaré mi pacto, 34<br />

Ni mudaré lo que ha salido de mis labios. Una vez he jurado 35<br />

por mi santidad, Y no mentiré a David. Su descendencia será 36<br />

para siempre, Y su trono como el sol delante de mí. Como 37<br />

la luna será firme para siempre, Y como un testigo fiel en el<br />

cielo. Selah Mas tú desechaste y menospreciaste a tu ungi- 38<br />

do, Y te has airado con él. Rompiste el pacto de tu siervo; 39<br />

Has profanado su corona hasta la tierra. Aportillaste todos 40<br />

sus vallados; Has destruido sus fortalezas. Lo saquean todos 41<br />

los que pasan por el camino; Es oprobio a sus vecinos. Has 42<br />

exaltado la diestra de sus enemigos; Has alegrado a todos sus<br />

adversarios. Embotaste asimismo el filo de su espada, Y no 43<br />

lo levantaste en la batalla. Hiciste cesar su gloria, Y echas- 44<br />

te su trono por tierra. Has acortado los días de su juventud; 45<br />

Le has cubierto de afrenta. Selah ¿Hasta cuándo, oh Jehová? 46<br />

¿Te esconderás para siempre? ¿Arderá tu ira como el fuego?<br />

Recuerda cuán breve es mi tiempo; ¿Por qué habrás creado en 47<br />

vano a todo hijo de hombre? ¿Qué hombre vivirá y no verá 48<br />

muerte? ¿Librará su vida del poder del Seol? Selah Señor, 49<br />

¿dónde están tus antiguas misericordias, Que juraste a David<br />

por tu verdad? Señor, acuérdate del oprobio de tus siervos; 50<br />

Oprobio de muchos pueblos, que llevo en mi seno. Porque tus 51


89. 52–91. 6 Salmos 860<br />

enemigos, oh Jehová, han deshonrado, Porque tus enemigos<br />

52 han deshonrado los pasos de tu ungido. Bendito sea Jehová<br />

para siempre. Amén, y Amén.<br />

90 Oración de Moisés, varón de Dios.<br />

Señor, tú nos has sido refugio De generación en generación.<br />

2 Antes que naciesen los montes Y formases la tierra y el mun-<br />

3 do, Desde el siglo y hasta el siglo, tú eres Dios. Vuelves al<br />

hombre hasta ser quebrantado, Y dices: Convertíos, hijos de<br />

4 los hombres. Porque mil años delante de tus ojos Son como el<br />

día de ayer, que pasó, Y como una de las vigilias de la noche.<br />

5 Los arrebatas como con torrente de aguas; son como sueño,<br />

6 Como la hierba que crece en la mañana. En la mañana flo-<br />

7 rece y crece; A la tarde es cortada, y se seca. Porque con tu<br />

8 furor somos consumidos, Y con tu ira somos turbados. Pusiste<br />

nuestras maldades delante de ti, Nuestros yerros a la luz<br />

9 de tu rostro. Porque todos nuestros días declinan a causa de<br />

10 tu ira; Acabamos nuestros años como un pensamiento. Los<br />

días de nuestra edad son setenta años; Y si en los más robustos<br />

son ochenta años, Con todo, su fortaleza es molestia y<br />

11 trabajo, Porque pronto pasan, y volamos. ¿Quién conoce el<br />

poder de tu ira, Y tu indignación según que debes ser temido?<br />

12 Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, Que traigamos<br />

13 al corazón sabiduría. Vuélvete, oh Jehová; ¿hasta cuándo?<br />

14 Y aplácate para con tus siervos. De mañana sácianos de tu<br />

misericordia, Y cantaremos y nos alegraremos todos nuestros<br />

15 días. Alégranos conforme a los días que nos afligiste, Y los<br />

16 años en que vimos el mal. Aparezca en tus siervos tu obra,<br />

17 Y tu gloria sobre sus hijos. Sea la luz de Jehová nuestro Dios<br />

sobre nosotros, Y la obra de nuestras manos confirma sobre<br />

nosotros; Sí, la obra de nuestras manos confirma.<br />

91 El que habita al abrigo del Altísimo Morará bajo la sombra<br />

2 del Omnipotente. Diré yo a Jehová: Esperanza mía, y castillo<br />

3 mío; Mi Dios, en quien confiaré. Él te librará del lazo del<br />

4 cazador, De la peste destructora. Con sus plumas te cubrirá,<br />

Y debajo de sus alas estarás seguro; Escudo y adarga es su<br />

5 verdad. No temerás el terror nocturno, Ni saeta que vuele<br />

6 de día, Ni pestilencia que ande en oscuridad, Ni mortandad


861 Salmos 91. 7–93. 3<br />

que en medio del día destruya. Caerán a tu lado mil, Y diez 7<br />

mil a tu diestra; Mas a ti no llegará. Ciertamente con tus 8<br />

ojos mirarás Y verás la recompensa de los impíos. Porque 9<br />

has puesto a Jehová, que es mi esperanza, Al Altísimo por<br />

tu habitación, No te sobrevendrá mal, Ni plaga tocará tu 10<br />

morada. Pues a sus ángeles mandará acerca de ti, Que te 11<br />

guarden en todos tus caminos. En las manos te llevarán, Para 12<br />

que tu pie no tropiece en piedra. Sobre el león y el áspid 13<br />

pisarás; Hollarás al cachorro del león y al dragón. Por cuanto 14<br />

en mí ha puesto su amor, yo también lo libraré; Le pondré<br />

en alto, por cuanto ha conocido mi nombre. Me invocará, y 15<br />

yo le responderé; Con él estaré yo en la angustia; Lo libraré<br />

y le glorificaré. Lo saciaré de larga vida, Y le mostraré mi 16<br />

salvación.<br />

Salmo. Cántico para el día de reposo. 92<br />

Bueno es alabarte, oh Jehová, Y cantar salmos a tu nombre,<br />

oh Altísimo; Anunciar por la mañana tu misericordia, Y tu fi- 2<br />

delidad cada noche, En el decacordio y en el salterio, En tono 3<br />

suave con el arpa. Por cuanto me has alegrado, oh Jehová, con 4<br />

tus obras; En las obras de tus manos me gozo. ¡Cuán grandes 5<br />

son tus obras, oh Jehová! Muy profundos son tus pensamientos.<br />

El hombre necio no sabe, Y el insensato no entiende esto. 6<br />

Cuando brotan los impíos como la hierba, Y florecen todos 7<br />

los que hacen iniquidad, Es para ser destruidos eternamente.<br />

Mas tú, Jehová, para siempre eres Altísimo. Porque he aquí 8, 9<br />

tus enemigos, oh Jehová, Porque he aquí, perecerán tus enemigos;<br />

Serán esparcidos todos los que hacen maldad. Pero tú 10<br />

aumentarás mis fuerzas como las del búfalo; Seré ungido con<br />

aceite fresco. Y mirarán mis ojos sobre mis enemigos; Oirán 11<br />

mis oídos de los que se levantaron contra mí, de los malignos.<br />

El justo florecerá como la palmera; Crecerá como cedro 12<br />

en el Líbano. Plantados en la casa de Jehová, En los atrios de 13<br />

nuestro Dios florecerán. Aun en la vejez fructificarán; Estarán 14<br />

vigorosos y verdes, Para anunciar que Jehová mi fortaleza es 15<br />

recto, Y que en él no hay injusticia.<br />

Jehová reina; se vistió de magnificencia; Jehová se vistió, 93<br />

se ciñó de poder. Afirmó también el mundo, y no se moverá.<br />

Firme es tu trono desde entonces; Tú eres eternamente. Alza- 2, 3


93. 4–95. 3 Salmos 862<br />

ron los ríos, oh Jehová, Los ríos alzaron su sonido; Alzaron los<br />

4 ríos sus ondas. Jehová en las alturas es más poderoso Que el<br />

estruendo de las muchas aguas, Más que las recias ondas del<br />

5 mar. Tus testimonios son muy firmes; La santidad conviene<br />

a tu casa, Oh Jehová, por los siglos y para siempre.<br />

94 Jehová, Dios de las venganzas, Dios de las venganzas, mués-<br />

2 trate. Engrandécete, oh Juez de la tierra; Da el pago a los so-<br />

3 berbios. ¿Hasta cuándo los impíos, Hasta cuándo, oh Jehová,<br />

4 se gozarán los impíos? ¿Hasta cuándo pronunciarán, hablarán<br />

cosas duras, Y se vanagloriarán todos los que hacen iniquidad?<br />

5 A tu pueblo, oh Jehová, quebrantan, Y a tu heredad afligen.<br />

6 A la viuda y al extranjero matan, Y a los huérfanos quitan la<br />

7 vida. Y dijeron: No verá JAH, Ni entenderá el Dios de Jacob.<br />

8 Entended, necios del pueblo; Y vosotros, fatuos, ¿cuándo se-<br />

9 réis sabios? El que hizo el oído, ¿no oirá? El que formó el<br />

10 ojo, ¿no verá? El que castiga a las naciones, ¿no reprenderá?<br />

11 ¿No sabrá el que enseña al hombre la ciencia? Jehová conoce<br />

12 los pensamientos de los hombres, Que son vanidad. Bienaventurado<br />

el hombre a quien tú, JAH, corriges, Y en tu ley lo<br />

13 instruyes, Para hacerle descansar en los días de aflicción, En<br />

14 tanto que para el impío se cava el hoyo. Porque no abandona-<br />

15 rá Jehová a su pueblo, Ni desamparará su heredad, Sino que<br />

el juicio será vuelto a la justicia, Y en pos de ella irán todos<br />

16 los rectos de corazón. ¿Quién se levantará por mí contra los<br />

malignos? ¿Quién estará por mí contra los que hacen iniqui-<br />

17 dad? Si no me ayudara Jehová, Pronto moraría mi alma en<br />

18 el silencio. Cuando yo decía: Mi pie resbala, Tu misericordia,<br />

19 oh Jehová, me sustentaba. En la multitud de mis pensamien-<br />

20 tos dentro de mí, Tus consolaciones alegraban mi alma. ¿Se<br />

juntará contigo el trono de iniquidades Que hace agravio bajo<br />

21 forma de ley? Se juntan contra la vida del justo, Y condenan<br />

22 la sangre inocente. Mas Jehová me ha sido por refugio, Y mi<br />

23 Dios por roca de mi confianza. Y él hará volver sobre ellos su<br />

iniquidad, Y los destruirá en su propia maldad; Los destruirá<br />

Jehová nuestro Dios.<br />

95 Venid, aclamemos alegremente a Jehová; Cantemos con jú-<br />

2 bilo a la roca de nuestra salvación. Lleguemos ante su presen-<br />

3 cia con alabanza; Aclamémosle con cánticos. Porque Jehová


863 Salmos 95. 4–97. 5<br />

es Dios grande, Y Rey grande sobre todos los dioses. Porque 4<br />

en su mano están las profundidades de la tierra, Y las alturas<br />

de los montes son suyas. Suyo también el mar, pues él lo hizo; 5<br />

Y sus manos formaron la tierra seca. Venid, adoremos y pos- 6<br />

trémonos; Arrodillémonos delante de Jehová nuestro Hacedor.<br />

Porque él es nuestro Dios; Nosotros el pueblo de su prado, 7<br />

y ovejas de su mano. Si oyereis hoy su voz, No endurezcáis 8<br />

vuestro corazón, como en Meriba, Como en el día de Masah<br />

en el desierto, Donde me tentaron vuestros padres, Me pro- 9<br />

baron, y vieron mis obras. Cuarenta años estuve disgustado 10<br />

con la nación, Y dije: Pueblo es que divaga de corazón, Y no<br />

han conocido mis caminos. Por tanto, juré en mi furor Que 11<br />

no entrarían en mi reposo.<br />

Cantad a Jehová cántico nuevo; Cantad a Jehová, toda la 96<br />

tierra. Cantad a Jehová, bendecid su nombre; Anunciad de 2<br />

día en día su salvación. Proclamad entre las naciones su glo- 3<br />

ria, En todos los pueblos sus maravillas. Porque grande es 4<br />

Jehová, y digno de suprema alabanza; Temible sobre todos los<br />

dioses. Porque todos los dioses de los pueblos son ídolos; Pero 5<br />

Jehová hizo los cielos. Alabanza y magnificencia delante de 6<br />

él; Poder y gloria en su santuario. Tributad a Jehová, oh fa- 7<br />

milias de los pueblos, Dad a Jehová la gloria y el poder. Dad 8<br />

a Jehová la honra debida a su nombre; Traed ofrendas, y venid<br />

a sus atrios. Adorad a Jehová en la hermosura de la santidad; 9<br />

Temed delante de él, toda la tierra. Decid entre las naciones: 10<br />

Jehová reina. También afirmó el mundo, no será conmovido;<br />

Juzgará a los pueblos en justicia. Alégrense los cielos, y góce- 11<br />

se la tierra; Brame el mar y su plenitud. Regocíjese el campo, 12<br />

y todo lo que en él está; Entonces todos los árboles del bosque<br />

rebosarán de contento, Delante de Jehová que vino; Porque 13<br />

vino a juzgar la tierra. Juzgará al mundo con justicia, Y a los<br />

pueblos con su verdad.<br />

Jehová reina; regocíjese la tierra, Alégrense las muchas cos- 97<br />

tas. Nubes y oscuridad alrededor de él; Justicia y juicio son 2<br />

el cimiento de su trono. Fuego irá delante de él, Y abrasa- 3<br />

rá a sus enemigos alrededor. Sus relámpagos alumbraron el 4<br />

mundo; La tierra vio y se estremeció. Los montes se derritie- 5<br />

ron como cera delante de Jehová, Delante del Señor de toda


97. 6–99. 8 Salmos 864<br />

6 la tierra. Los cielos anunciaron su justicia, Y todos los pue-<br />

7 blos vieron su gloria. Avergüéncense todos los que sirven a las<br />

imágenes de talla, Los que se glorían en los ídolos. Póstrense a<br />

8 él todos los dioses. Oyó Sion, y se alegró; Y la hijas de Judá,<br />

9 Oh Jehová, se gozaron por tus juicios. Porque tú, Jehová, eres<br />

excelso sobre toda la tierra; Eres muy exaltado sobre todos los<br />

10 dioses. Los que amáis a Jehová, aborreced el mal; El guarda<br />

11 las almas de sus santos; De mano de los impíos los libra. Luz<br />

está sembrada para el justo, Y alegría para los rectos de cora-<br />

12 zón. Alegraos, justos, en Jehová, Y alabad la memoria de su<br />

santidad.<br />

98 Salmo.<br />

Cantad a Jehová cántico nuevo, Porque ha hecho maravillas;<br />

2 Su diestra lo ha salvado, y su santo brazo. Jehová ha hecho<br />

notoria su salvación; A vista de las naciones ha descubierto<br />

3 su justicia. Se ha acordado de su misericordia y de su verdad<br />

para con la casa de Israel; Todos los términos de la tierra han<br />

4 visto la salvación de nuestro Dios. Cantad alegres a Jehová,<br />

toda la tierra; Levantad la voz, y aplaudid, y cantad salmos.<br />

5 Cantad salmos a Jehová con arpa; Con arpa y voz de cántico.<br />

6 Aclamad con trompetas y sonidos de bocina, Delante del rey<br />

7 Jehová. Brame el mar y su plenitud, El mundo y los que en él<br />

8 habitan; Los ríos batan las manos, Los montes todos hagan<br />

9 regocijo Delante de Jehová, porque vino a juzgar la tierra.<br />

Juzgará al mundo con justicia, Y a los pueblos con rectitud.<br />

99 Jehová reina; temblarán los pueblos. Él está sentado so-<br />

2 bre los querubines, se conmoverá la tierra. Jehová en Sion es<br />

3 grande, Y exaltado sobre todos los pueblos. Alaben tu nom-<br />

4 bre grande y temible; Él es santo. Y la gloria del rey ama el<br />

juicio; Tú confirmas la rectitud; Tú has hecho en Jacob juicio<br />

5 y justicia. Exaltad a Jehová nuestro Dios, Y postraos ante<br />

6 el estrado de sus pies; Él es santo. Moisés y Aarón entre sus<br />

sacerdotes, Y Samuel entre los que invocaron su nombre; In-<br />

7 vocaban a Jehová, y él les respondía. En columna de nube<br />

hablaba con ellos; Guardaban sus testimonios, y el estatuto<br />

8 que les había dado. Jehová Dios nuestro, tú les respondías;<br />

Les fuiste un Dios perdonador, Y retribuidor de sus obras.


865 Salmos 99. 9–102. 8<br />

Exaltad a Jehová nuestro Dios, Y postraos ante su santo mon- 9<br />

te, Porque Jehová nuestro Dios es santo.<br />

Salmo de alabanza. 100<br />

Cantad alegres a Dios, habitantes de toda la tierra. Servid 2<br />

a Jehová con alegría; Venid ante su presencia con regocijo.<br />

Reconoced que Jehová es Dios; Él nos hizo, y no nosotros a 3<br />

nosotros mismos; Pueblo suyo somos, y ovejas de su prado.<br />

Entrad por sus puertas con acción de gracias, Por sus atrios 4<br />

con alabanza; Alabadle, bendecid su nombre. Porque Jehová 5<br />

es bueno; para siempre es su misericordia, Y su verdad por<br />

todas las generaciones.<br />

Salmo de David. 101<br />

Misericordia y juicio cantaré; A ti cantaré yo, oh Jehová. En- 2<br />

tenderé el camino de la perfección Cuando vengas a mí. En<br />

la integridad de mi corazón andaré en medio de mi casa. No 3<br />

pondré delante de mis ojos cosa injusta. Aborrezco la obra de<br />

los que se desvían; Ninguno de ellos se acercará a mí. Corazón 4<br />

perverso se apartará de mí; No conoceré al malvado. Al que 5<br />

solapadamente infama a su prójimo, yo lo destruiré; No sufriré<br />

al de ojos altaneros y de corazón vanidoso. Mis ojos pondré 6<br />

en los fieles de la tierra, para que estén conmigo; El que ande<br />

en el camino de la perfección, éste me servirá. No habitará 7<br />

dentro de mi casa el que hace fraude; El que habla mentiras<br />

no se afirmará delante de mis ojos. De mañana destruiré a 8<br />

todos los impíos de la tierra, Para exterminar de la ciudad de<br />

Jehová a todos los que hagan iniquidad.<br />

Oración del que sufre, cuando está angustiado, 102<br />

y delante de Jehová derrama su lamento.<br />

Jehová, escucha mi oración, Y llegue a ti mi clamor. No es- 2<br />

condas de mí tu rostro en el día de mi angustia; Inclina a<br />

mí tu oído; Apresúrate a responderme el día que te invocare.<br />

Porque mis días se han consumido como humo, Y mis huesos 3<br />

cual tizón están quemados. Mi corazón está herido, y seco 4<br />

como la hierba, Por lo cual me olvido de comer mi pan. Por 5<br />

la voz de mi gemido Mis huesos se han pegado a mi carne.<br />

Soy semejante al pelícano del desierto; Soy como el búho de 6<br />

las soledades; Velo, y soy Como el pájaro solitario sobre el 7<br />

tejado. Cada día me afrentan mis enemigos; Los que contra 8


102. 9–103. 7 Salmos 866<br />

9 mí se enfurecen, se han conjurado contra mí. Por lo cual yo<br />

como ceniza a manera de pan, Y mi bebida mezclo con lágri-<br />

10 mas, A causa de tu enojo y de tu ira; Pues me alzaste, y me<br />

11 has arrojado. Mis días son como sombra que se va, Y me he<br />

12 secado como la hierba. Mas tú, Jehová, permanecerás para<br />

13 siempre, Y tu memoria de generación en generación. Te levantarás<br />

y tendrás misericordia de Sion, Porque es tiempo de<br />

14 tener misericordia de ella, porque el plazo ha llegado. Porque<br />

tus siervos aman sus piedras, Y del polvo de ella tienen compa-<br />

15 sión. Entonces las naciones temerán el nombre de Jehová, Y<br />

16 todos los reyes de la tierra tu gloria; Por cuanto Jehová habrá<br />

17 edificado a Sion, Y en su gloria será visto; Habrá considerado<br />

la oración de los desvalidos, Y no habrá desechado el ruego<br />

18 de ellos. Se escribirá esto para la generación venidera; Y el<br />

19 pueblo que está por nacer alabará a JAH, Porque miró desde<br />

lo alto de su santuario; Jehová miró desde los cielos a la tierra,<br />

20 Para oír el gemido de los presos, Para soltar a los sentenciados<br />

21 a muerte; Para que publique en Sion el nombre de Jehová, Y<br />

22 su alabanza en Jerusalén, Cuando los pueblos y los reinos se<br />

23 congreguen En uno para servir a Jehová. El debilitó mi fuerza<br />

24 en el camino; Acortó mis días. Dije: Dios mío, no me cortes<br />

en la mitad de mis días; Por generación de generaciones son<br />

25 tus años. Desde el principio tú fundaste la tierra, Y los cielos<br />

26 son obra de tus manos. Ellos perecerán, mas tú permanecerás;<br />

Y todos ellos como una vestidura se envejecerán; Como un<br />

27 vestido los mudarás, y serán mudados; Pero tú eres el mismo,<br />

28 Y tus años no se acabarán. Los hijos de tus siervos habitarán<br />

seguros, Y su descendencia será establecida delante de ti.<br />

103 Salmo de David.<br />

Bendice, alma mía, a Jehová, Y bendiga todo mi ser su santo<br />

2 nombre. Bendice, alma mía, a Jehová, Y no olvides ninguno<br />

3 de sus beneficios. Él es quien perdona todas tus iniquidades,<br />

4 El que sana todas tus dolencias; El que rescata del hoyo tu<br />

5 vida, El que te corona de favores y misericordias; El que sacia<br />

de bien tu boca De modo que te rejuvenezcas como el águi-<br />

6 la. Jehová es el que hace justicia Y derecho a todos los que<br />

7 padecen violencia. Sus caminos notificó a Moisés, Y a los hi-


867 Salmos 103. 8–104. 11<br />

jos de Israel sus obras. Misericordioso y clemente es Jehová; 8<br />

Lento para la ira, y grande en misericordia. No contenderá 9<br />

para siempre, Ni para siempre guardará el enojo. No ha he- 10<br />

cho con nosotros conforme a nuestras iniquidades, Ni nos ha<br />

pagado conforme a nuestros pecados. Porque como la altura 11<br />

de los cielos sobre la tierra, Engrandeció su misericordia sobre<br />

los que le temen. Cuanto está lejos el oriente del occidente, 12<br />

Hizo alejar de nosotros nuestras rebeliones. Como el padre se 13<br />

compadece de los hijos, Se compadece Jehová de los que le temen.<br />

Porque él conoce nuestra condición; Se acuerda de que 14<br />

somos polvo. El hombre, como la hierba son sus días; Florece 15<br />

como la flor del campo, Que pasó el viento por ella, y pereció, 16<br />

Y su lugar no la conocerá más. Mas la misericordia de Jeho- 17<br />

vá es desde la eternidad y hasta la eternidad sobre los que le<br />

temen, Y su justicia sobre los hijos de los hijos; Sobre los que 18<br />

guardan su pacto, Y los que se acuerdan de sus mandamientos<br />

para ponerlos por obra. Jehová estableció en los cielos su 19<br />

trono, Y su reino domina sobre todos. Bendecid a Jehová, 20<br />

vosotros sus ángeles, Poderosos en fortaleza, que ejecutáis su<br />

palabra, Obedeciendo a la voz de su precepto. Bendecid a Je- 21<br />

hová, vosotros todos sus ejércitos, Ministros suyos, que hacéis<br />

su voluntad. Bendecid a Jehová, vosotras todas sus obras, En 22<br />

todos los lugares de su señorío. Bendice, alma mía, a Jehová.<br />

Bendice, alma mía, a Jehová. Jehová Dios mío, mucho te 104<br />

has engrandecido; Te has vestido de gloria y de magnificencia.<br />

El que se cubre de luz como de vestidura, Que extiende los 2<br />

cielos como una cortina, Que establece sus aposentos entre 3<br />

las aguas, El que pone las nubes por su carroza, El que anda<br />

sobre las alas del viento; El que hace a los vientos sus mensa- 4<br />

jeros, Y a las flamas de fuego sus ministros. El fundó la tierra 5<br />

sobre sus cimientos; No será jamás removida. Con el abis- 6<br />

mo, como con vestido, la cubriste; Sobre los montes estaban<br />

las aguas. A tu reprensión huyeron; Al sonido de tu trueno 7<br />

se apresuraron; Subieron los montes, descendieron los valles, 8<br />

Al lugar que tú les fundaste. Les pusiste término, el cual no 9<br />

traspasarán, Ni volverán a cubrir la tierra. Tú eres el que en- 10<br />

vía las fuentes por los arroyos; Van entre los montes; Dan de 11<br />

beber a todas las bestias del campo; Mitigan su sed los asnos


104. 12–105. 5 Salmos 868<br />

12 monteses. A sus orillas habitan las aves de los cielos; Cantan<br />

13 entre las ramas. El riega los montes desde sus aposentos; Del<br />

14 fruto de sus obras se sacia la tierra. Él hace producir el heno<br />

para las bestias, Y la hierba para el servicio del hombre,<br />

15 Sacando el pan de la tierra, Y el vino que alegra el corazón<br />

del hombre, El aceite que hace brillar el rostro, Y el pan que<br />

16 sustenta la vida del hombre. Se llenan de savia los árboles de<br />

17 Jehová, Los cedros del Líbano que él plantó. Allí anidan las<br />

18 aves; En las hayas hace su casa la cigüeña. Los montes altos<br />

para las cabras monteses; Las peñas, madrigueras para los co-<br />

19 nejos. Hizo la luna para los tiempos; El sol conoce su ocaso.<br />

20 Pones las tinieblas, y es la noche; En ella corretean todas las<br />

21 bestias de la selva. Los leoncillos rugen tras la presa, Y para<br />

22 buscar de Dios su comida. Sale el sol, se recogen, Y se echan<br />

23 en sus cuevas. Sale el hombre a su labor, Y a su labranza<br />

24 hasta la tarde. ¡Cuán innumerables son tus obras, oh Jehová!<br />

Hiciste todas ellas con sabiduría; La tierra está llena de tus<br />

25 beneficios. He allí el grande y anchuroso mar, En donde se<br />

26 mueven seres innumerables, Seres pequeños y grandes. Allí<br />

andan las naves; Allí este leviatán que hiciste para que jugase<br />

27 en él. Todos ellos esperan en ti, Para que les des su comida<br />

28 a su tiempo. Les das, recogen; Abres tu mano, se sacian de<br />

29 bien. Escondes tu rostro, se turban; Les quitas el hálito, dejan<br />

30 de ser, Y vuelven al polvo. Envías tu Espíritu, son creados,<br />

31 Y renuevas la faz de la tierra. Sea la gloria de Jehová para<br />

32 siempre; Alégrese Jehová en sus obras. El mira a la tierra, y<br />

33 ella tiembla; Toca los montes, y humean. A Jehová cantaré<br />

34 en mi vida; A mi Dios cantaré salmos mientras viva. Dulce<br />

35 será mi meditación en él; Yo me regocijaré en Jehová. Sean<br />

consumidos de la tierra los pecadores, Y los impíos dejen de<br />

ser. Bendice, alma mía, a Jehová. Aleluya.<br />

105 Alabad a Jehová, invocad su nombre; Dad a conocer sus<br />

2 obras en los pueblos. Cantadle, cantadle salmos; Hablad de<br />

3 todas sus maravillas. Gloriaos en su santo nombre; Alégrese<br />

4 el corazón de los que buscan a Jehová. Buscad a Jehová y su<br />

5 poder; Buscad siempre su rostro. Acordaos de las maravillas<br />

que él ha hecho, De sus prodigios y de los juicios de su bo-


869 Salmos 105. 6–38<br />

ca, Oh vosotros, descendencia de Abraham su siervo, Hijos 6<br />

de Jacob, sus escogidos. Él es Jehová nuestro Dios; En toda 7<br />

la tierra están sus juicios. Se acordó para siempre de su pacto; 8<br />

De la palabra que mandó para mil generaciones, La cual con- 9<br />

certó con Abraham, Y de su juramento a Isaac. La estableció 10<br />

a Jacob por decreto, A Israel por pacto sempiterno, Dicien- 11<br />

do: A ti te daré la tierra de Canaán Como porción de vuestra<br />

heredad. Cuando ellos eran pocos en número, Y forasteros 12<br />

en ella, Y andaban de nación en nación, De un reino a otro 13<br />

pueblo, No consintió que nadie los agraviase, Y por causa de 14<br />

ellos castigó a los reyes. No toquéis, dijo, a mis ungidos, Ni 15<br />

hagáis mal a mis profetas. Trajo hambre sobre la tierra, Y 16<br />

quebrantó todo sustento de pan. Envió un varón delante de 17<br />

ellos; A José, que fue vendido por siervo. Afligieron sus pies 18<br />

con grillos; En cárcel fue puesta su persona. Hasta la hora que 19<br />

se cumplió su palabra, El dicho de Jehová le probó. Envió el 20<br />

rey, y le soltó; El señor de los pueblos, y le dejó ir libre. Lo 21<br />

puso por señor de su casa, Y por gobernador de todas sus posesiones,<br />

Para que reprimiera a sus grandes como él quisiese, 22<br />

Y a sus ancianos enseñara sabiduría. Después entró Israel en 23<br />

Egipto, Y Jacob moró en la tierra de Cam. Y multiplicó su 24<br />

pueblo en gran manera, Y lo hizo más fuerte que sus enemigos.<br />

Cambió el corazón de ellos para que aborreciesen a su 25<br />

pueblo, Para que contra sus siervos pensasen mal. Envió a su 26<br />

siervo Moisés, Y a Aarón, al cual escogió. Puso en ellos las 27<br />

palabras de sus señales, Y sus prodigios en la tierra de Cam.<br />

Envió tinieblas que lo oscurecieron todo; No fueron rebeldes 28<br />

a su palabra. Volvió sus aguas en sangre, Y mató sus peces. 29<br />

Su tierra produjo ranas Hasta en las cámaras de sus reyes. 30<br />

Habló, y vinieron enjambres de moscas, Y piojos en todos sus 31<br />

términos. Les dio granizo por lluvia, Y llamas de fuego en su 32<br />

tierra. Destrozó sus viñas y sus higueras, Y quebró los árbo- 33<br />

les de su territorio. Habló, y vinieron langostas, Y pulgón sin 34<br />

número; Y comieron toda la hierba de su país, Y devoraron el 35<br />

fruto de su tierra. Hirió de muerte a todos los primogénitos en 36<br />

su tierra, Las primicias de toda su fuerza. Los sacó con plata 37<br />

y oro; Y no hubo en sus tribus enfermo. Egipto se alegró de 38


105. 39–106. 22 Salmos 870<br />

39 que salieran, Porque su terror había caído sobre ellos. Extendió<br />

una nube por cubierta, Y fuego para alumbrar la noche.<br />

40 Pidieron, e hizo venir codornices; Y los sació de pan del cielo.<br />

41 Abrió la peña, y fluyeron aguas; Corrieron por los sequedales<br />

42 como un río. Porque se acordó de su santa palabra Dada a<br />

43 Abraham su siervo. Sacó a su pueblo con gozo; Con júbilo a<br />

44 sus escogidos. Les dio las tierras de las naciones, Y las labores<br />

45 de los pueblos heredaron; Para que guardasen sus estatutos,<br />

Y cumpliesen sus leyes. Aleluya.<br />

106 Aleluya. Alabad a Jehová, porque él es bueno; Porque para<br />

2 siempre es su misericordia. ¿Quién expresará las poderosas<br />

3 obras de Jehová? ¿Quién contará sus alabanzas? Dichosos los<br />

que guardan juicio, Los que hacen justicia en todo tiempo.<br />

4 Acuérdate de mí, oh Jehová, según tu benevolencia para con<br />

5 tu pueblo; Visítame con tu salvación, Para que yo vea el bien<br />

de tus escogidos, Para que me goce en la alegría de tu nación,<br />

6 Y me gloríe con tu heredad. Pecamos nosotros, como nues-<br />

7 tros padres; Hicimos iniquidad, hicimos impiedad. Nuestros<br />

padres en Egipto no entendieron tus maravillas; No se acordaron<br />

de la muchedumbre de tus misericordias, Sino que se<br />

8 rebelaron junto al mar, el Mar Rojo. Pero él los salvó por<br />

9 amor de su nombre, Para hacer notorio su poder. Reprendió<br />

al Mar Rojo y lo secó, Y les hizo ir por el abismo como por<br />

10 un desierto. Los salvó de mano del enemigo, Y los rescató<br />

11 de mano del adversario. Cubrieron las aguas a sus enemigos;<br />

12 No quedó ni uno de ellos. Entonces creyeron a sus palabras<br />

13 Y cantaron su alabanza. Bien pronto olvidaron sus obras; No<br />

14 esperaron su consejo. Se entregaron a un deseo desordenado<br />

15 en el desierto; Y tentaron a Dios en la soledad. Y él les dio<br />

16 lo que pidieron; Mas envió mortandad sobre ellos. Tuvieron<br />

envidia de Moisés en el campamento, Y contra Aarón, el santo<br />

17 de Jehová. Entonces se abrió la tierra y tragó a Datán, Y cu-<br />

18 brió la compañía de Abiram. Y se encendió fuego en su junta;<br />

19 La llama quemó a los impíos. Hicieron becerro en Horeb, Se<br />

20 postraron ante una imagen de fundición. Así cambiaron su<br />

21 gloria Por la imagen de un buey que come hierba. Olvidaron<br />

al Dios de su salvación, Que había hecho grandezas en Egip-<br />

22 to, Maravillas en la tierra de Cam, Cosas formidables sobre el


871 Salmos 106. 23–107. 2<br />

Mar Rojo. Y trató de destruirlos, De no haberse interpuesto 23<br />

Moisés su escogido delante de él, A fin de apartar su indignación<br />

para que no los destruyese. Pero aborrecieron la tierra 24<br />

deseable; No creyeron a su palabra, Antes murmuraron en 25<br />

sus tiendas, Y no oyeron la voz de Jehová. Por tanto, alzó su 26<br />

mano contra ellos Para abatirlos en el desierto, Y humillar 27<br />

su pueblo entre las naciones, Y esparcirlos por las tierras. Se 28<br />

unieron asimismo a Baal-peor, Y comieron los sacrificios de<br />

los muertos. Provocaron la ira de Dios con sus obras, Y se 29<br />

desarrolló la mortandad entre ellos. Entonces se levantó Fi- 30<br />

nees e hizo juicio, Y se detuvo la plaga; Y le fue contado por 31<br />

justicia De generación en generación para siempre. También 32<br />

le irritaron en las aguas de Meriba; Y le fue mal a Moisés por<br />

causa de ellos, Porque hicieron rebelar a su espíritu, Y habló 33<br />

precipitadamente con sus labios. No destruyeron a los pueblos 34<br />

Que Jehová les dijo; Antes se mezclaron con las naciones, Y 35<br />

aprendieron sus obras, Y sirvieron a sus ídolos, Los cuales 36<br />

fueron causa de su ruina. Sacrificaron sus hijos y sus hijas a 37<br />

los demonios, Y derramaron la sangre inocente, la sangre de 38<br />

sus hijos y de sus hijas, Que ofrecieron en sacrificio a los ídolos<br />

de Canaán, Y la tierra fue contaminada con sangre. Se conta- 39<br />

minaron así con sus obras, Y se prostituyeron con sus hechos.<br />

Se encendió, por tanto, el furor de Jehová sobre su pueblo, Y 40<br />

abominó su heredad; Los entregó en poder de las naciones, 41<br />

Y se enseñorearon de ellos los que les aborrecían. Sus enemi- 42<br />

gos los oprimieron, Y fueron quebrantados debajo de su mano.<br />

Muchas veces los libró; Mas ellos se rebelaron contra su conse- 43<br />

jo, Y fueron humillados por su maldad. Con todo, él miraba 44<br />

cuando estaban en angustia, Y oía su clamor; Y se acordaba 45<br />

de su pacto con ellos, Y se arrepentía conforme a la muchedumbre<br />

de sus misericordias. Hizo asimismo que tuviesen de 46<br />

ellos misericordia todos los que los tenían cautivos. Sálvanos, 47<br />

Jehová Dios nuestro, Y recógenos de entre las naciones, Para<br />

que alabemos tu santo nombre, Para que nos gloriemos en tus<br />

alabanzas. Bendito Jehová Dios de Israel, Desde la eternidad 48<br />

y hasta la eternidad; Y diga todo el pueblo, Amén. Aleluya.<br />

Alabad a Jehová, porque él es bueno; Porque para siempre 107<br />

es su misericordia. Díganlo los redimidos de Jehová, Los que 2


107. 3–32 Salmos 872<br />

3 ha redimido del poder del enemigo, Y los ha congregado de las<br />

4 tierras, Del oriente y del occidente, Del norte y del sur. Anduvieron<br />

perdidos por el desierto, por la soledad sin camino,<br />

5 Sin hallar ciudad en donde vivir. Hambrientos y sedientos, Su<br />

6 alma desfallecía en ellos. Entonces clamaron a Jehová en su<br />

7 angustia, Y los libró de sus aflicciones. Los dirigió por camino<br />

8 derecho, Para que viniesen a ciudad habitable. Alaben la misericordia<br />

de Jehová, Y sus maravillas para con los hijos de los<br />

9 hombres. Porque sacia al alma menesterosa, Y llena de bien<br />

10 al alma hambrienta. Algunos moraban en tinieblas y sombra<br />

11 de muerte, Aprisionados en aflicción y en hierros, Por cuanto<br />

fueron rebeldes a las palabras de Jehová, Y aborrecieron<br />

12 el consejo del Altísimo. Por eso quebrantó con el trabajo sus<br />

13 corazones; Cayeron, y no hubo quien los ayudase. Luego que<br />

clamaron a Jehová en su angustia, Los libró de sus aflicciones;<br />

14 Los sacó de las tinieblas y de la sombra de muerte, Y rompió<br />

15 sus prisiones. Alaben la misericordia de Jehová, Y sus mara-<br />

16 villas para con los hijos de los hombres. Porque quebrantó las<br />

17 puertas de bronce, Y desmenuzó los cerrojos de hierro. Fueron<br />

afligidos los insensatos, a causa del camino de su rebelión<br />

18 Y a causa de sus maldades; Su alma abominó todo alimento,<br />

19 Y llegaron hasta las puertas de la muerte. Pero clamaron a<br />

20 Jehová en su angustia, Y los libró de sus aflicciones. Envió su<br />

21 palabra, y los sanó, Y los libró de su ruina. Alaben la misericordia<br />

de Jehová, Y sus maravillas para con los hijos de los<br />

22 hombres; Ofrezcan sacrificios de alabanza, Y publiquen sus<br />

23 obras con júbilo. Los que descienden al mar en naves, Y ha-<br />

24 cen negocio en las muchas aguas, Ellos han visto las obras de<br />

25 Jehová, Y sus maravillas en las profundidades. Porque habló,<br />

e hizo levantar un viento tempestuoso, Que encrespa sus on-<br />

26 das. Suben a los cielos, descienden a los abismos; Sus almas<br />

27 se derriten con el mal. Tiemblan y titubean como ebrios, Y<br />

28 toda su ciencia es inútil. Entonces claman a Jehová en su an-<br />

29 gustia, Y los libra de sus aflicciones. Cambia la tempestad en<br />

30 sosiego, Y se apaciguan sus ondas. Luego se alegran, porque<br />

31 se apaciguaron; Y así los guía al puerto que deseaban. Alaben<br />

la misericordia de Jehová, Y sus maravillas para con los hijos<br />

32 de los hombres. Exáltenlo en la congregación del pueblo, Y


873 Salmos 107. 33–109. 4<br />

en la reunión de ancianos lo alaben. El convierte los ríos en 33<br />

desierto, Y los manantiales de las aguas en sequedales; La 34<br />

tierra fructífera en estéril, Por la maldad de los que la habitan.<br />

Vuelve el desierto en estanques de aguas, Y la tierra seca 35<br />

en manantiales. Allí establece a los hambrientos, Y fundan 36<br />

ciudad en donde vivir. Siembran campos, y plantan viñas, 37<br />

Y rinden abundante fruto. Los bendice, y se multiplican en 38<br />

gran manera; Y no disminuye su ganado. Luego son menos- 39<br />

cabados y abatidos A causa de tiranía, de males y congojas.<br />

Él esparce menosprecio sobre los príncipes, Y les hace andar 40<br />

perdidos, vagabundos y sin camino. Levanta de la miseria al 41<br />

pobre, Y hace multiplicar las familias como rebaños de ovejas.<br />

Véanlo los rectos, y alégrense, Y todos los malos cierren su 42<br />

boca. ¿Quién es sabio y guardará estas cosas, Y entenderá 43<br />

las misericordias de Jehová?<br />

Cántico. Salmo de David. 108<br />

Mi corazón está dispuesto, oh Dios; Cantaré y entonaré salmos;<br />

ésta es mi gloria. Despiértate, salterio y arpa; Despertaré al 2<br />

alba. Te alabaré, oh Jehová, entre los pueblos; A ti cantaré 3<br />

salmos entre las naciones. Porque más grande que los cielos 4<br />

es tu misericordia, Y hasta los cielos tu verdad. Exaltado seas 5<br />

sobre los cielos, oh Dios, Y sobre toda la tierra sea enaltecida<br />

tu gloria. Para que sean librados tus amados, Salva con tu 6<br />

diestra y respóndeme. Dios ha dicho en su santuario: Yo me 7<br />

alegraré; Repartiré a Siquem, y mediré el valle de Sucot. Mío 8<br />

es Galaad, mío es Manasés, Y Efraín es la fortaleza de mi<br />

cabeza; Judá es mi legislador. Moab, la vasija para lavarme; 9<br />

Sobre Edom echaré mi calzado; Me regocijaré sobre Filistea.<br />

¿Quién me guiará a la ciudad fortificada? ¿Quién me guiará 10<br />

hasta Edom? ¿No serás tú, oh Dios, que nos habías desechado, 11<br />

Y no salías, oh Dios, con nuestros ejércitos? Danos socorro 12<br />

contra el adversario, Porque vana es la ayuda del hombre. En 13<br />

Dios haremos proezas, Y él hollará a nuestros enemigos.<br />

Al músico principal. Salmo de David. 109<br />

Oh Dios de mi alabanza, no calles; Porque boca de impío y 2<br />

boca de engañador se han abierto contra mí; Han hablado de<br />

mí con lengua mentirosa; Con palabras de odio me han ro- 3<br />

deado, Y pelearon contra mí sin causa. En pago de mi amor 4


109. 5–110. 1 Salmos 874<br />

5 me han sido adversarios; Mas yo oraba. Me devuelven mal<br />

6 por bien, Y odio por amor. Pon sobre él al impío, Y Satanás<br />

7 esté a su diestra. Cuando fuere juzgado, salga culpable; Y su<br />

8 oración sea para pecado. Sean sus días pocos; Tome otro su<br />

9, 10 oficio. Sean sus hijos huérfanos, Y su mujer viuda. Anden<br />

sus hijos vagabundos, y mendiguen; Y procuren su pan lejos<br />

11 de sus desolados hogares. Que el acreedor se apodere de todo<br />

12 lo que tiene, Y extraños saqueen su trabajo. No tenga quien<br />

le haga misericordia, Ni haya quien tenga compasión de sus<br />

13 huérfanos. Su posteridad sea destruida; En la segunda gene-<br />

14 ración sea borrado su nombre. Venga en memoria ante Jehová<br />

la maldad de sus padres, Y el pecado de su madre no sea borra-<br />

15 do. Estén siempre delante de Jehová, Y él corte de la tierra<br />

16 su memoria, Por cuanto no se acordó de hacer misericordia,<br />

Y persiguió al hombre afligido y menesteroso, Al quebrantado<br />

17 de corazón, para darle muerte. Amó la maldición, y ésta le<br />

18 sobrevino; Y no quiso la bendición, y ella se alejó de él. Se<br />

vistió de maldición como de su vestido, Y entró como agua en<br />

19 sus entrañas, Y como aceite en sus huesos. Séale como vestido<br />

con que se cubra, Y en lugar de cinto con que se ciña<br />

20 siempre. Sea este el pago de parte de Jehová a los que me<br />

21 calumnian, Y a los que hablan mal contra mi alma. Y tú, Jehová,<br />

Señor mío, favoréceme por amor de tu nombre; Líbrame,<br />

22 porque tu misericordia es buena. Porque yo estoy afligido y<br />

23 necesitado, Y mi corazón está herido dentro de mí. Me voy<br />

como la sombra cuando declina; Soy sacudido como langosta.<br />

24 Mis rodillas están debilitadas a causa del ayuno, Y mi carne<br />

25 desfallece por falta de gordura. Yo he sido para ellos objeto<br />

de oprobio; Me miraban, y burlándose meneaban su cabeza.<br />

26 Ayúdame, Jehová Dios mío; Sálvame conforme a tu misericor-<br />

27 dia. Y entiendan que ésta es tu mano; Que tú, Jehová, has<br />

28 hecho esto. Maldigan ellos, pero bendice tú; Levántense, mas<br />

29 sean avergonzados, y regocíjese tu siervo. Sean vestidos de<br />

ignominia los que me calumnian; Sean cubiertos de confusión<br />

30 como con manto. Yo alabaré a Jehová en gran manera con mi<br />

31 boca, Y en medio de muchos le alabaré. Porque él se pondrá<br />

a la diestra del pobre, Para librar su alma de los que le juzgan.<br />

110 Salmo de David.


875 Salmos 110. 2–112. 8<br />

Jehová dijo a mi Señor: Siéntate a mi diestra, Hasta que ponga<br />

a tus enemigos por estrado de tus pies. Jehová enviará 2<br />

desde Sion la vara de tu poder; Domina en medio de tus enemigos.<br />

Tu pueblo se te ofrecerá voluntariamente en el día de 3<br />

tu poder, En la hermosura de la santidad. Desde el seno de la<br />

aurora Tienes tú el rocío de tu juventud. Juró Jehová, y no se 4<br />

arrepentirá: Tú eres sacerdote para siempre Según el orden de<br />

Melquisedec. El Señor está a tu diestra; Quebrantará a los re- 5<br />

yes en el día de su ira. Juzgará entre las naciones, Las llenará 6<br />

de cadáveres; Quebrantará las cabezas en muchas tierras. Del 7<br />

arroyo beberá en el camino, Por lo cual levantará la cabeza.<br />

Aleluya. 111<br />

Alabaré a Jehová con todo el corazón En la compañía y congregación<br />

de los rectos. Grandes son las obras de Jehová, 2<br />

Buscadas de todos los que las quieren. Gloria y hermosura 3<br />

es su obra, Y su justicia permanece para siempre. Ha hecho 4<br />

memorables sus maravillas; Clemente y misericordioso es Jehová.<br />

Ha dado alimento a los que le temen; Para siempre se 5<br />

acordará de su pacto. El poder de sus obras manifestó a su 6<br />

pueblo, Dándole la heredad de las naciones. Las obras de sus 7<br />

manos son verdad y juicio; Fieles son todos sus mandamientos,<br />

Afirmados eternamente y para siempre, Hechos en verdad 8<br />

y en rectitud. Redención ha enviado a su pueblo; Para siem- 9<br />

pre ha ordenado su pacto; Santo y temible es su nombre. El 10<br />

principio de la sabiduría es el temor de Jehová; Buen entendimiento<br />

tienen todos los que practican sus mandamientos; Su<br />

loor permanece para siempre.<br />

Aleluya. 112<br />

Bienaventurado el hombre que teme a Jehová, Y en sus mandamientos<br />

se deleita en gran manera. Su descendencia será 2<br />

poderosa en la tierra; La generación de los rectos será bendita.<br />

Bienes y riquezas hay en su casa, Y su justicia permanece 3<br />

para siempre. Resplandeció en las tinieblas luz a los rectos; 4<br />

Es clemente, misericordioso y justo. El hombre de bien tiene 5<br />

misericordia, y presta; Gobierna sus asuntos con juicio, Por lo 6<br />

cual no resbalará jamás; En memoria eterna será el justo. No 7<br />

tendrá temor de malas noticias; Su corazón está firme, confiado<br />

en Jehová. Asegurado está su corazón; no temerá, Hasta 8


112. 9–115. 11 Salmos 876<br />

9 que vea en sus enemigos su deseo. Reparte, da a los pobres;<br />

Su justicia permanece para siempre; Su poder será exaltado<br />

10 en gloria. Lo verá el impío y se irritará; Crujirá los dientes, y<br />

se consumirá. El deseo de los impíos perecerá.<br />

113 Aleluya.<br />

2 Alabad, siervos de Jehová, Alabad el nombre de Jehová. Sea el<br />

3 nombre de Jehová bendito Desde ahora y para siempre. Desde<br />

el nacimiento del sol hasta donde se pone, Sea alabado el<br />

4 nombre de Jehová. Excelso sobre todas las naciones es Jeho-<br />

5 vá, Sobre los cielos su gloria. ¿Quién como Jehová nuestro<br />

6 Dios, Que se sienta en las alturas, Que se humilla a mirar<br />

7 En el cielo y en la tierra? Él levanta del polvo al pobre, Y<br />

8 al menesteroso alza del muladar, Para hacerlos sentar con los<br />

9 príncipes, Con los príncipes de su pueblo. Él hace habitar en<br />

familia a la estéril, Que se goza en ser madre de hijos. Aleluya.<br />

114 Cuando salió Israel de Egipto, La casa de Jacob del pueblo<br />

2 extranjero, Judá vino a ser su santuario, E Israel su señorío.<br />

3, 4 El mar lo vio, y huyó; El Jordán se volvió atrás. Los montes<br />

5 saltaron como carneros, Los collados como corderitos. ¿Qué<br />

tuviste, oh mar, que huiste? ¿Y tú, oh Jordán, que te volviste<br />

6 atrás? Oh montes, ¿por qué saltasteis como carneros, Y vo-<br />

7 sotros, collados, como corderitos? A la presencia de Jehová<br />

8 tiembla la tierra, A la presencia del Dios de Jacob, El cual<br />

cambió la peña en estanque de aguas, Y en fuente de aguas la<br />

roca.<br />

115 No a nosotros, oh Jehová, no a nosotros, Sino a tu nombre<br />

2 da gloria, Por tu misericordia, por tu verdad. ¿Por qué han<br />

3 de decir las gentes: ¿Dónde está ahora su Dios? Nuestro Dios<br />

4 está en los cielos; Todo lo que quiso ha hecho. Los ídolos de<br />

5 ellos son plata y oro, Obra de manos de hombres. Tienen bo-<br />

6 ca, mas no hablan; Tienen ojos, mas no ven; Orejas tienen,<br />

7 mas no oyen; Tienen narices, mas no huelen; Manos tienen,<br />

mas no palpan; Tienen pies, mas no andan; No hablan con su<br />

8 garganta. Semejantes a ellos son los que los hacen, Y cual-<br />

9 quiera que confía en ellos. Oh Israel, confía en Jehová; Él es<br />

10 tu ayuda y tu escudo. Casa de Aarón, confiad en Jehová; Él<br />

11 es vuestra ayuda y vuestro escudo. Los que teméis a Jehová,


877 Salmos 115. 12–118. 2<br />

confiad en Jehová; Él es vuestra ayuda y vuestro escudo. Je- 12<br />

hová se acordó de nosotros; nos bendecirá; Bendecirá a la casa<br />

de Israel; Bendecirá a la casa de Aarón. Bendecirá a los que 13<br />

temen a Jehová, A pequeños y a grandes. Aumentará Jeho- 14<br />

vá bendición sobre vosotros; Sobre vosotros y sobre vuestros<br />

hijos. Benditos vosotros de Jehová, Que hizo los cielos y la 15<br />

tierra. Los cielos son los cielos de Jehová; Y ha dado la tierra 16<br />

a los hijos de los hombres. No alabarán los muertos a JAH, Ni 17<br />

cuantos descienden al silencio; Pero nosotros bendeciremos a 18<br />

JAH Desde ahora y para siempre. Aleluya.<br />

Amo a Jehová, pues ha oído Mi voz y mis súplicas; Porque 116, 2<br />

ha inclinado a mí su oído; Por tanto, le invocaré en todos mis<br />

días. Me rodearon ligaduras de muerte, Me encontraron las 3<br />

angustias del Seol; Angustia y dolor había yo hallado. Enton- 4<br />

ces invoqué el nombre de Jehová, diciendo: Oh Jehová, libra<br />

ahora mi alma. Clemente es Jehová, y justo; Sí, misericor- 5<br />

dioso es nuestro Dios. Jehová guarda a los sencillos; Estaba 6<br />

yo postrado, y me salvó. Vuelve, oh alma mía, a tu reposo, 7<br />

Porque Jehová te ha hecho bien. Pues tú has librado mi alma 8<br />

de la muerte, Mis ojos de lágrimas, Y mis pies de resbalar.<br />

Andaré delante de Jehová En la tierra de los vivientes. Creí; 9, 10<br />

por tanto hablé, Estando afligido en gran manera. Y dije en 11<br />

mi apresuramiento: Todo hombre es mentiroso. ¿Qué pagaré 12<br />

a Jehová Por todos sus beneficios para conmigo? Tomaré la 13<br />

copa de la salvación, E invocaré el nombre de Jehová. Ahora 14<br />

pagaré mis votos a Jehová Delante de todo su pueblo. Esti- 15<br />

mada es a los ojos de Jehová La muerte de sus santos. Oh 16<br />

Jehová, ciertamente yo soy tu siervo, Siervo tuyo soy, hijo de<br />

tu sierva; Tú has roto mis prisiones. Te ofreceré sacrificio de 17<br />

alabanza, E invocaré el nombre de Jehová. A Jehová pagaré 18<br />

ahora mis votos Delante de todo su pueblo, En los atrios de 19<br />

la casa de Jehová, En medio de ti, oh Jerusalén. Aleluya.<br />

Alabad a Jehová, naciones todas; Pueblos todos, alabadle. 117<br />

Porque ha engrandecido sobre nosotros su misericordia, Y la 2<br />

fidelidad de Jehová es para siempre. Aleluya.<br />

Alabad a Jehová, porque él es bueno; Porque para siempre 118<br />

es su misericordia. Diga ahora Israel, Que para siempre es su 2


118. 3–119. 3 Salmos 878<br />

3 misericordia. Diga ahora la casa de Aarón, Que para siempre<br />

4 es su misericordia. Digan ahora los que temen a Jehová, Que<br />

5 para siempre es su misericordia. Desde la angustia invoqué<br />

a JAH, Y me respondió JAH, poniéndome en lugar espacio-<br />

6 so. Jehová está conmigo; no temeré Lo que me pueda hacer el<br />

7 hombre. Jehová está conmigo entre los que me ayudan; Por<br />

8 tanto, yo veré mi deseo en los que me aborrecen. Mejor es<br />

9 confiar en Jehová Que confiar en el hombre. Mejor es con-<br />

10 fiar en Jehová Que confiar en príncipes. Todas las naciones<br />

me rodearon; Mas en el nombre de Jehová yo las destruiré.<br />

11 Me rodearon y me asediaron; Mas en el nombre de Jehová<br />

12 yo las destruiré. Me rodearon como abejas; se enardecieron<br />

como fuego de espinos; Mas en el nombre de Jehová yo las<br />

13 destruiré. Me empujaste con violencia para que cayese, Pero<br />

14 me ayudó Jehová. Mi fortaleza y mi cántico es JAH, Y él me<br />

15 ha sido por salvación. Voz de júbilo y de salvación hay en las<br />

16 tiendas de los justos; La diestra de Jehová hace proezas. La<br />

diestra de Jehová es sublime; La diestra de Jehová hace valen-<br />

17 tías. No moriré, sino que viviré, Y contaré las obras de JAH.<br />

18 Me castigó gravemente JAH, Mas no me entregó a la muerte.<br />

19 Abridme las puertas de la justicia; Entraré por ellas, alabaré a<br />

20 JAH. Ésta es puerta de Jehová; Por ella entrarán los justos.<br />

21, 22 Te alabaré porque me has oído, Y me fuiste por salvación. La<br />

piedra que desecharon los edificadores Ha venido a ser cabeza<br />

23 del ángulo. De parte de Jehová es esto, Y es cosa maravillosa<br />

24 a nuestros ojos. Éste es el día que hizo Jehová; Nos gozaremos<br />

25 y alegraremos en él. Oh Jehová, sálvanos ahora, te ruego; Te<br />

26 ruego, oh Jehová, que nos hagas prosperar ahora. Bendito el<br />

que viene en el nombre de Jehová; Desde la casa de Jehová os<br />

27 bendecimos. Jehová es Dios, y nos ha dado luz; Atad vícti-<br />

28 mas con cuerdas a los cuernos del altar. Mi Dios eres tú, y te<br />

29 alabaré; Dios mío, te exaltaré. Alabad a Jehová, porque él es<br />

bueno; Porque para siempre es su misericordia.<br />

119 Alef<br />

Bienaventurados los perfectos de camino, Los que andan en la<br />

2 ley de Jehová. Bienaventurados los que guardan sus testimo-<br />

3 nios, Y con todo el corazón le buscan; Pues no hacen iniqui-


879 Salmos 119. 4–37<br />

dad Los que andan en sus caminos. Tú encargaste Que sean 4<br />

muy guardados tus mandamientos. ¡Ojalá fuesen ordenados 5<br />

mis caminos Para guardar tus estatutos! Entonces no sería 6<br />

yo avergonzado, Cuando atendiese a todos tus mandamientos.<br />

Te alabaré con rectitud de corazón Cuando aprendiere tus jus- 7<br />

tos juicios. Tus estatutos guardaré; No me dejes enteramente. 8<br />

¿Con qué limpiará el joven su camino? Con guardar tu palabra. 9<br />

Con todo mi corazón te he buscado; No me dejes desviarme 10<br />

de tus mandamientos. En mi corazón he guardado tus dichos, 11<br />

Para no pecar contra ti. Bendito tú, oh Jehová; Enséñame tus 12<br />

estatutos. Con mis labios he contado Todos los juicios de tu 13<br />

boca. Me he gozado en el camino de tus testimonios Más que 14<br />

de toda riqueza. En tus mandamientos meditaré; Consideraré 15<br />

tus caminos. Me regocijaré en tus estatutos; No me olvidaré 16<br />

de tus palabras. Haz bien a tu siervo; que viva, Y guarde tu 17<br />

palabra. Abre mis ojos, y miraré Las maravillas de tu ley. 18<br />

Forastero soy yo en la tierra; No encubras de mí tus manda- 19<br />

mientos. Quebrantada está mi alma de desear Tus juicios en 20<br />

todo tiempo. Reprendiste a los soberbios, los malditos, Que 21<br />

se desvían de tus mandamientos. Aparta de mí el oprobio y 22<br />

el menosprecio, Porque tus testimonios he guardado. Prínci- 23<br />

pes también se sentaron y hablaron contra mí; Mas tu siervo<br />

meditaba en tus estatutos, Pues tus testimonios son mis de- 24<br />

licias Y mis consejeros. Abatida hasta el polvo está mi alma; 25<br />

Vivifícame según tu palabra. Te he manifestado mis cami- 26<br />

nos, y me has respondido; Enséñame tus estatutos. Hazme 27<br />

entender el camino de tus mandamientos, Para que medite en<br />

tus maravillas. Se deshace mi alma de ansiedad; Susténtame 28<br />

según tu palabra. Aparta de mí el camino de la mentira, Y 29<br />

en tu misericordia concédeme tu ley. Escogí el camino de la 30<br />

verdad; He puesto tus juicios delante de mí. Me he apega- 31<br />

do a tus testimonios; Oh Jehová, no me avergüences. Por el 32<br />

camino de tus mandamientos correré, Cuando ensanches mi<br />

corazón. Enséñame, oh Jehová, el camino de tus estatutos, Y 33<br />

lo guardaré hasta el fin. Dame entendimiento, y guardaré tu 34<br />

ley, Y la cumpliré de todo corazón. Guíame por la senda de 35<br />

tus mandamientos, Porque en ella tengo mi voluntad. Inclina 36<br />

mi corazón a tus testimonios, Y no a la avaricia. Aparta mis 37


119. 38–70 Salmos 880<br />

38 ojos, que no vean la vanidad; Avívame en tu camino. Con-<br />

39 firma tu palabra a tu siervo, Que te teme. Quita de mí el<br />

40 oprobio que he temido, Porque buenos son tus juicios. He<br />

aquí yo he anhelado tus mandamientos; Vivifícame en tu jus-<br />

41 ticia. Venga a mí tu misericordia, oh Jehová; Tu salvación,<br />

42 conforme a tu dicho. Y daré por respuesta a mi avergonza-<br />

43 dor, Que en tu palabra he confiado. No quites de mi boca<br />

en ningún tiempo la palabra de verdad, Porque en tus juicios<br />

44 espero. Guardaré tu ley siempre, Para siempre y eternamen-<br />

45 te. Y andaré en libertad, Porque busqué tus mandamientos.<br />

46 Hablaré de tus testimonios delante de los reyes, Y no me aver-<br />

47 gonzaré; Y me regocijaré en tus mandamientos, Los cuales he<br />

48 amado. Alzaré asimismo mis manos a tus mandamientos que<br />

49 amé, Y meditaré en tus estatutos. Acuérdate de la palabra<br />

50 dada a tu siervo, En la cual me has hecho esperar. Ella es<br />

mi consuelo en mi aflicción, Porque tu dicho me ha vivificado.<br />

51 Los soberbios se burlaron mucho de mí, Mas no me he apar-<br />

52 tado de tu ley. Me acordé, oh Jehová, de tus juicios antiguos,<br />

53 Y me consolé. Horror se apoderó de mí a causa de los inicuos<br />

54 Que dejan tu ley. Cánticos fueron para mí tus estatutos En<br />

55 la casa en donde fui extranjero. Me acordé en la noche de tu<br />

56 nombre, oh Jehová, Y guardé tu ley. Estas bendiciones tu-<br />

57 ve Porque guardé tus mandamientos. Mi porción es Jehová;<br />

58 He dicho que guardaré tus palabras. Tu presencia supliqué<br />

de todo corazón; Ten misericordia de mí según tu palabra.<br />

59 Consideré mis caminos, Y volví mis pies a tus testimonios.<br />

60 Me apresuré y no me retardé En guardar tus mandamientos.<br />

61 Compañías de impíos me han rodeado, Mas no me he olvida-<br />

62 do de tu ley. A medianoche me levanto para alabarte Por tus<br />

63 justos juicios. Compañero soy yo de todos los que te temen<br />

64 Y guardan tus mandamientos. De tu misericordia, oh Jehová,<br />

65 está llena la tierra; Enséñame tus estatutos. Bien has hecho<br />

66 con tu siervo, Oh Jehová, conforme a tu palabra. Enséñame<br />

buen sentido y sabiduría, Porque tus mandamientos he creído.<br />

67 Antes que fuera yo humillado, descarriado andaba; Mas ahora<br />

68 guardo tu palabra. Bueno eres tú, y bienhechor; Enséñame<br />

69 tus estatutos. Contra mí forjaron mentira los soberbios, Mas<br />

70 yo guardaré de todo corazón tus mandamientos. Se engrosó


881 Salmos 119. 71–100<br />

el corazón de ellos como sebo, Mas yo en tu ley me he regocijado.<br />

Bueno me es haber sido humillado, Para que aprenda tus 71<br />

estatutos. Mejor me es la ley de tu boca Que millares de oro 72<br />

y plata. Tus manos me hicieron y me formaron; Hazme en- 73<br />

tender, y aprenderé tus mandamientos. Los que te temen me 74<br />

verán, y se alegrarán, Porque en tu palabra he esperado. Co- 75<br />

nozco, oh Jehová, que tus juicios son justos, Y que conforme a<br />

tu fidelidad me afligiste. Sea ahora tu misericordia para con- 76<br />

solarme, Conforme a lo que has dicho a tu siervo. Vengan a mí 77<br />

tus misericordias, para que viva, Porque tu ley es mi delicia.<br />

Sean avergonzados los soberbios, porque sin causa me han ca- 78<br />

lumniado; Pero yo meditaré en tus mandamientos. Vuélvanse 79<br />

a mí los que te temen Y conocen tus testimonios. Sea mi cora- 80<br />

zón íntegro en tus estatutos, Para que no sea yo avergonzado.<br />

Desfallece mi alma por tu salvación, Mas espero en tu palabra. 81<br />

Desfallecieron mis ojos por tu palabra, Diciendo: ¿Cuándo me 82<br />

consolarás? Porque estoy como el odre al humo; Pero no he 83<br />

olvidado tus estatutos. ¿Cuántos son los días de tu siervo? 84<br />

¿Cuándo harás juicio contra los que me persiguen? Los so- 85<br />

berbios me han cavado hoyos; Mas no proceden según tu ley.<br />

Todos tus mandamientos son verdad; Sin causa me persiguen; 86<br />

ayúdame. Casi me han echado por tierra, Pero no he dejado 87<br />

tus mandamientos. Vivifícame conforme a tu misericordia, Y 88<br />

guardaré los testimonios de tu boca. Para siempre, oh Je- 89<br />

hová, Permanece tu palabra en los cielos. De generación en 90<br />

generación es tu fidelidad; Tú afirmaste la tierra, y subsiste.<br />

Por tu ordenación subsisten todas las cosas hasta hoy, Pues 91<br />

todas ellas te sirven. Si tu ley no hubiese sido mi delicia, Ya 92<br />

en mi aflicción hubiera perecido. Nunca jamás me olvidaré de 93<br />

tus mandamientos, Porque con ellos me has vivificado. Tuyo 94<br />

soy yo, sálvame, Porque he buscado tus mandamientos. Los 95<br />

impíos me han aguardado para destruirme; Mas yo consideraré<br />

tus testimonios. A toda perfección he visto fin; Amplio 96<br />

sobremanera es tu mandamiento. ¡Oh, cuánto amo yo tu ley! 97<br />

Todo el día es ella mi meditación. Me has hecho más sabio 98<br />

que mis enemigos con tus mandamientos, Porque siempre están<br />

conmigo. Más que todos mis enseñadores he entendido, 99<br />

Porque tus testimonios son mi meditación. Más que los viejos 100


119. 101–131 Salmos 882<br />

101 he entendido, Porque he guardado tus mandamientos; De to-<br />

102 do mal camino contuve mis pies, Para guardar tu palabra. No<br />

103 me aparté de tus juicios, Porque tú me enseñaste. ¡Cuán dulces<br />

son a mi paladar tus palabras! Más que la miel a mi boca.<br />

104 De tus mandamientos he adquirido inteligencia; Por tanto, he<br />

105 aborrecido todo camino de mentira. Lámpara es a mis pies<br />

106 tu palabra, Y lumbrera a mi camino. Juré y ratifiqué Que<br />

107 guardaré tus justos juicios. Afligido estoy en gran manera;<br />

108 Vivifícame, oh Jehová, conforme a tu palabra. Te ruego, oh<br />

Jehová, que te sean agradables los sacrificios voluntarios de<br />

109 mi boca, Y me enseñes tus juicios. Mi vida está de continuo<br />

110 en peligro, Mas no me he olvidado de tu ley. Me pusieron<br />

lazo los impíos, Pero yo no me desvié de tus mandamientos.<br />

111 Por heredad he tomado tus testimonios para siempre, Porque<br />

112 son el gozo de mi corazón. Mi corazón incliné a cumplir tus<br />

113 estatutos De continuo, hasta el fin. Aborrezco a los hombres<br />

114 hipócritas; Mas amo tu ley. Mi escondedero y mi escudo eres<br />

115 tú; En tu palabra he esperado. Apartaos de mí, malignos,<br />

116 Pues yo guardaré los mandamientos de mi Dios. Susténtame<br />

conforme a tu palabra, y viviré; Y no quede yo avergonzado de<br />

117 mi esperanza. Sosténme, y seré salvo, Y me regocijaré siem-<br />

118 pre en tus estatutos. Hollaste a todos los que se desvían de<br />

119 tus estatutos, Porque su astucia es falsedad. Como escorias<br />

hiciste consumir a todos los impíos de la tierra; Por tanto, yo<br />

120 he amado tus testimonios. Mi carne se ha estremecido por<br />

121 temor de ti, Y de tus juicios tengo miedo. Juicio y justicia<br />

122 he hecho; No me abandones a mis opresores. Afianza a tu<br />

siervo para bien; No permitas que los soberbios me opriman.<br />

123 Mis ojos desfallecieron por tu salvación, Y por la palabra de<br />

124 tu justicia. Haz con tu siervo según tu misericordia, Y en-<br />

125 séñame tus estatutos. Tu siervo soy yo, dame entendimiento<br />

126 Para conocer tus testimonios. Tiempo es de actuar, oh Je-<br />

127 hová, Porque han invalidado tu ley. Por eso he amado tus<br />

128 mandamientos Más que el oro, y más que oro muy puro. Por<br />

eso estimé rectos todos tus mandamientos sobre todas las co-<br />

129 sas, Y aborrecí todo camino de mentira. Maravillosos son tus<br />

130 testimonios; Por tanto, los ha guardado mi alma. La exposi-<br />

131 ción de tus palabras alumbra; Hace entender a los simples. Mi


883 Salmos 119. 132–163<br />

boca abrí y suspiré, Porque deseaba tus mandamientos. Mí- 132<br />

rame, y ten misericordia de mí, Como acostumbras con los que<br />

aman tu nombre. Ordena mis pasos con tu palabra, Y nin- 133<br />

guna iniquidad se enseñoree de mí. Líbrame de la violencia 134<br />

de los hombres, Y guardaré tus mandamientos. Haz que tu 135<br />

rostro resplandezca sobre tu siervo, Y enséñame tus estatutos.<br />

Ríos de agua descendieron de mis ojos, Porque no guardaban 136<br />

tu ley. Justo eres tú, oh Jehová, Y rectos tus juicios. Tus 137, 138<br />

testimonios, que has recomendado, Son rectos y muy fieles.<br />

Mi celo me ha consumido, Porque mis enemigos se olvidaron 139<br />

de tus palabras. Sumamente pura es tu palabra, Y la ama tu 140<br />

siervo. Pequeño soy yo, y desechado, Mas no me he olvidado 141<br />

de tus mandamientos. Tu justicia es justicia eterna, Y tu ley 142<br />

la verdad. Aflicción y angustia se han apoderado de mí, Mas 143<br />

tus mandamientos fueron mi delicia. Justicia eterna son tus 144<br />

testimonios; Dame entendimiento, y viviré. Clamé con todo 145<br />

mi corazón; respóndeme, Jehová, Y guardaré tus estatutos. A 146<br />

ti clamé; sálvame, Y guardaré tus testimonios. Me anticipé 147<br />

al alba, y clamé; Esperé en tu palabra. Se anticiparon mis 148<br />

ojos a las vigilias de la noche, Para meditar en tus mandatos.<br />

Oye mi voz conforme a tu misericordia; Oh Jehová, vivifícame 149<br />

conforme a tu juicio. Se acercaron a la maldad los que me 150<br />

persiguen; Se alejaron de tu ley. Cercano estás tú, oh Jeho- 151<br />

vá, Y todos tus mandamientos son verdad. Hace ya mucho 152<br />

que he entendido tus testimonios, Que para siempre los has<br />

establecido. Mira mi aflicción, y líbrame, Porque de tu ley 153<br />

no me he olvidado. Defiende mi causa, y redímeme; Vivifí- 154<br />

came con tu palabra. Lejos está de los impíos la salvación, 155<br />

Porque no buscan tus estatutos. Muchas son tus misericor- 156<br />

dias, oh Jehová; Vivifícame conforme a tus juicios. Muchos 157<br />

son mis perseguidores y mis enemigos, Mas de tus testimonios<br />

no me he apartado. Veía a los prevaricadores, y me disgus- 158<br />

taba, Porque no guardaban tus palabras. Mira, oh Jehová, 159<br />

que amo tus mandamientos; Vivifícame conforme a tu misericordia.<br />

La suma de tu palabra es verdad, Y eterno es todo 160<br />

juicio de tu justicia. Príncipes me han perseguido sin causa, 161<br />

Pero mi corazón tuvo temor de tus palabras. Me regocijo en 162<br />

tu palabra Como el que halla muchos despojos. La mentira 163


119. 164–122. 1 Salmos 884<br />

164 aborrezco y abomino; Tu ley amo. Siete veces al día te alabo<br />

165 A causa de tus justos juicios. Mucha paz tienen los que aman<br />

166 tu ley, Y no hay para ellos tropiezo. Tu salvación he espera-<br />

167 do, oh Jehová, Y tus mandamientos he puesto por obra. Mi<br />

alma ha guardado tus testimonios, Y los he amado en gran<br />

168 manera. He guardado tus mandamientos y tus testimonios,<br />

169 Porque todos mis caminos están delante de ti. Llegue mi clamor<br />

delante de ti, oh Jehová; Dame entendimiento conforme<br />

170 a tu palabra. LLegue mi oración delante de ti; Líbrame con-<br />

171 forme a tu dicho. Mis labios rebosarán alabanza Cuando me<br />

172 enseñes tus estatutos. Hablará mi lengua tus dichos, Porque<br />

173 todos tus mandamientos son justicia. Esté tu mano pronta<br />

174 para socorrerme, Porque tus mandamientos he escogido. He<br />

175 deseado tu salvación, oh Jehová, Y tu ley es mi delicia. Vi-<br />

176 va mi alma y te alabe, Y tus juicios me ayuden. Yo anduve<br />

errante como oveja extraviada; busca a tu siervo, Porque no<br />

me he olvidado de tus mandamientos.<br />

120 Cántico gradual.<br />

2 A Jehová clamé estando en angustia, Y él me respondió. Libra<br />

mi alma, oh Jehová, del labio mentiroso, Y de la lengua<br />

3 fraudulenta. ¿Qué te dará, o qué te aprovechará, Oh lengua<br />

4 engañosa? Agudas saetas de valiente, Con brasas de enebro.<br />

5 ¡Ay de mí, que moro en Mesec, Y habito entre las tiendas de<br />

6 Cedar! Mucho tiempo ha morado mi alma Con los que aborre-<br />

7 cen la paz. Yo soy pacífico; Mas ellos, así que hablo, me hacen<br />

guerra.<br />

121 Cántico gradual.<br />

Alzaré mis ojos a los montes; ¿De dónde vendrá mi socorro?<br />

2, 3 Mi socorro viene de Jehová, Que hizo los cielos y la tierra. No<br />

4 dará tu pie al resbaladero, Ni se dormirá el que te guarda. He<br />

5 aquí, no se adormecerá ni dormirá El que guarda a Israel. Jehová<br />

es tu guardador; Jehová es tu sombra a tu mano derecha.<br />

6, 7 El sol no te fatigará de día, Ni la luna de noche. Jehová te<br />

8 guardará de todo mal; Él guardará tu alma. Jehová guardará<br />

tu salida y tu entrada Desde ahora y para siempre.<br />

122 Cántico gradual; de David.<br />

Yo me alegré con los que me decían: A la casa de Jehová iremos.


885 Salmos 122. 2–125. 4<br />

Nuestros pies estuvieron Dentro de tus puertas, oh Jerusalén. 2<br />

Jerusalén, que se ha edificado Como una ciudad que está bien 3<br />

unida entre sí. Y allá subieron las tribus, las tribus de JAH, 4<br />

Conforme al testimonio dado a Israel, Para alabar el nombre<br />

de Jehová. Porque allá están las sillas del juicio, Los tronos 5<br />

de la casa de David. Pedid por la paz de Jerusalén; Sean pros- 6<br />

perados los que te aman. Sea la paz dentro de tus muros, Y el 7<br />

descanso dentro de tus palacios. Por amor de mis hermanos 8<br />

y mis compañeros Diré yo: La paz sea contigo. Por amor a la 9<br />

casa de Jehová nuestro Dios Buscaré tu bien.<br />

Cántico gradual. 123<br />

A ti alcé mis ojos, A ti que habitas en los cielos. He aquí, 2<br />

como los ojos de los siervos miran a la mano de sus señores, Y<br />

como los ojos de la sierva a la mano de su señora, Así nuestros<br />

ojos miran a Jehová nuestro Dios, Hasta que tenga misericordia<br />

de nosotros. Ten misericordia de nosotros, oh Jehová, ten 3<br />

misericordia de nosotros, Porque estamos muy hastiados de<br />

menosprecio. Hastiada está nuestra alma Del escarnio de los 4<br />

que están en holgura, Y del menosprecio de los soberbios.<br />

Cántico gradual; de David. 124<br />

A no haber estado Jehová por nosotros, Diga ahora Israel;<br />

A no haber estado Jehová por nosotros, Cuando se levanta- 2<br />

ron contra nosotros los hombres, Vivos nos habrían tragado 3<br />

entonces, Cuando se encendió su furor contra nosotros. En- 4<br />

tonces nos habrían inundado las aguas; Sobre nuestra alma<br />

hubiera pasado el torrente; Hubieran entonces pasado sobre 5<br />

nuestra alma las aguas impetuosas. Bendito sea Jehová, Que 6<br />

no nos dio por presa a los dientes de ellos. Nuestra alma es- 7<br />

capó cual ave del lazo de los cazadores; Se rompió el lazo, y<br />

escapamos nosotros. Nuestro socorro está en el nombre de 8<br />

Jehová, Que hizo el cielo y la tierra.<br />

Cántico gradual. 125<br />

Los que confían en Jehová son como el monte de Sion, Que no<br />

se mueve, sino que permanece para siempre. Como Jerusalén 2<br />

tiene montes alrededor de ella, Así Jehová está alrededor de<br />

su pueblo Desde ahora y para siempre. Porque no reposará 3<br />

la vara de la impiedad sobre la heredad de los justos; No sea<br />

que extiendan los justos sus manos a la iniquidad. Haz bien, 4


125. 5–129. 5 Salmos 886<br />

oh Jehová, a los buenos, Y a los que son rectos en su corazón.<br />

5 Mas a los que se apartan tras sus perversidades, Jehová los<br />

llevará con los que hacen iniquidad; Paz sea sobre Israel.<br />

126 Cántico gradual.<br />

Cuando Jehová hiciere volver la cautividad de Sion, Seremos<br />

2 como los que sueñan. Entonces nuestra boca se llenará de<br />

risa, Y nuestra lengua de alabanza; Entonces dirán entre las<br />

3 naciones: Grandes cosas ha hecho Jehová con éstos. Grandes<br />

4 cosas ha hecho Jehová con nosotros; Estaremos alegres. Haz<br />

volver nuestra cautividad, oh Jehová, Como los arroyos del Ne-<br />

5 guev. Los que sembraron con lágrimas, con regocijo segarán.<br />

6 Irá andando y llorando el que lleva la preciosa semilla; Mas<br />

volverá a venir con regocijo, trayendo sus gavillas.<br />

127 Cántico gradual; para Salomón.<br />

Si Jehová no edificare la casa, En vano trabajan los que la<br />

edifican; Si Jehová no guardare la ciudad, En vano vela la<br />

2 guardia. Por demás es que os levantéis de madrugada, y vayáis<br />

tarde a reposar, Y que comáis pan de dolores; Pues que a su<br />

3 amado dará Dios el sueño. He aquí, herencia de Jehová son<br />

4 los hijos; Cosa de estima el fruto del vientre. Como saetas<br />

en mano del valiente, Así son los hijos habidos en la juventud.<br />

5 Bienaventurado el hombre que llenó su aljaba de ellos; No será<br />

avergonzado Cuando hablare con los enemigos en la puerta.<br />

128 Cántico gradual.<br />

Bienaventurado todo aquel que teme a Jehová, Que anda en<br />

2 sus caminos. Cuando comieres el trabajo de tus manos, Bie-<br />

3 naventurado serás, y te irá bien. Tu mujer será como vid que<br />

lleva fruto a los lados de tu casa; Tus hijos como plantas de<br />

4 olivo alrededor de tu mesa. He aquí que así será bendecido el<br />

5 hombre Que teme a Jehová. Bendígate Jehová desde Sion, Y<br />

6 veas el bien de Jerusalén todos los días de tu vida, Y veas a<br />

los hijos de tus hijos. Paz sea sobre Israel.<br />

129 Cántico gradual.<br />

Mucho me han angustiado desde mi juventud, Puede decir<br />

2 ahora Israel; Mucho me han angustiado desde mi juventud;<br />

3 Mas no prevalecieron contra mí. Sobre mis espaldas araron<br />

4 los aradores; Hicieron largos surcos. Jehová es justo; Cortó las<br />

5 coyundas de los impíos. Serán avergonzados y vueltos atrás


887 Salmos 129. 6–132. 13<br />

Todos los que aborrecen a Sion. Serán como la hierba de los 6<br />

tejados, Que se seca antes que crezca; De la cual no llenó el 7<br />

segador su mano, Ni sus brazos el que hace gavillas. Ni dijeron 8<br />

los que pasaban: Bendición de Jehová sea sobre vosotros; Os<br />

bendecimos en el nombre de Jehová.<br />

Cántico gradual. 130<br />

De lo profundo, oh Jehová, a ti clamo. Señor, oye mi voz; 2<br />

Estén atentos tus oídos A la voz de mi súplica. JAH, si mirares 3<br />

a los pecados, ¿Quién, oh Señor, podrá mantenerse? Pero en ti 4<br />

hay perdón, Para que seas reverenciado. Esperé yo a Jehová, 5<br />

esperó mi alma; En su palabra he esperado. Mi alma espera 6<br />

a Jehová Más que los centinelas a la mañana, Más que los<br />

vigilantes a la mañana. Espere Israel a Jehová, Porque en 7<br />

Jehová hay misericordia, Y abundante redención con él; Y él 8<br />

redimirá a Israel De todos sus pecados.<br />

Cántico gradual; de David. 131<br />

Jehová, no se ha envanecido mi corazón, ni mis ojos se enaltecieron;<br />

Ni anduve en grandezas, Ni en cosas demasiado sublimes<br />

para mí. En verdad que me he comportado y he acallado 2<br />

mi alma Como un niño destetado de su madre; Como un niño<br />

destetado está mi alma. Espera, oh Israel, en Jehová, Desde 3<br />

ahora y para siempre.<br />

Cántico gradual. 132<br />

Acuérdate, oh Jehová, de David, Y de toda su aflicción; De có- 2<br />

mo juró a Jehová, Y prometió al Fuerte de Jacob: No entraré 3<br />

en la morada de mi casa, Ni subiré sobre el lecho de mi estrado;<br />

No daré sueño a mis ojos, Ni a mis párpados adormecimiento, 4<br />

Hasta que halle lugar para Jehová, Morada para el Fuerte de 5<br />

Jacob. He aquí en Efrata lo oímos; Lo hallamos en los campos 6<br />

del bosque. Entraremos en su tabernáculo; Nos postraremos 7<br />

ante el estrado de sus pies. Levántate, oh Jehová, al lugar de 8<br />

tu reposo, Tú y el arca de tu poder. Tus sacerdotes se vistan 9<br />

de justicia, Y se regocijen tus santos. Por amor de David tu 10<br />

siervo No vuelvas de tu ungido el rostro. En verdad juró Je- 11<br />

hová a David, Y no se retractará de ello: De tu descendencia<br />

pondré sobre tu trono. Si tus hijos guardaren mi pacto, Y mi 12<br />

testimonio que yo les enseñaré, Sus hijos también se sentarán<br />

sobre tu trono para siempre. Porque Jehová ha elegido a Sion; 13


132. 14–135. 13 Salmos 888<br />

14 La quiso por habitación para sí. Éste es para siempre el lugar<br />

15 de mi reposo; Aquí habitaré, porque la he querido. Bendeciré<br />

abundantemente su provisión; A sus pobres saciaré de pan.<br />

16 Asimismo vestiré de salvación a sus sacerdotes, Y sus santos<br />

17 darán voces de júbilo. Allí haré retoñar el poder de David;<br />

18 He dispuesto lámpara a mi ungido. A sus enemigos vestiré de<br />

confusión, Mas sobre él florecerá su corona.<br />

133 Cántico gradual; de David.<br />

¡Mirad cuán bueno y cuán delicioso es Habitar los hermanos<br />

2 juntos en armonía! Es como el buen óleo sobre la cabeza, El<br />

cual desciende sobre la barba, La barba de Aarón, Y baja hasta<br />

3 el borde de sus vestiduras; Como el rocío de Hermón, Que<br />

desciende sobre los montes de Sion; Porque allí envía Jehová<br />

bendición, Y vida eterna.<br />

134 Cántico gradual.<br />

Mirad, bendecid a Jehová, Vosotros todos los siervos de Jeho-<br />

2 vá, Los que en la casa de Jehová estáis por las noches. Alzad<br />

3 vuestras manos al santuario, Y bendecid a Jehová. Desde Sion<br />

te bendiga Jehová, El cual ha hecho los cielos y la tierra.<br />

135 Aleluya.<br />

2 Alabad el nombre de Jehová; Alabadle, siervos de Jehová; Los<br />

que estáis en la casa de Jehová, En los atrios de la casa de nues-<br />

3 tro Dios. Alabad a JAH, porque él es bueno; Cantad salmos<br />

4 a su nombre, porque él es benigno. Porque JAH ha escogi-<br />

5 do a Jacob para sí, A Israel por posesión suya. Porque yo sé<br />

que Jehová es grande, Y el Señor nuestro, mayor que todos los<br />

6 dioses. Todo lo que Jehová quiere, lo hace, En los cielos y en<br />

7 la tierra, en los mares y en todos los abismos. Hace subir las<br />

nubes de los extremos de la tierra; Hace los relámpagos para<br />

8 la lluvia; Saca de sus depósitos los vientos. Él es quien hizo<br />

morir a los primogénitos de Egipto, Desde el hombre hasta la<br />

9 bestia. Envió señales y prodigios en medio de ti, oh Egipto,<br />

10 Contra Faraón, y contra todos sus siervos. Destruyó a muchas<br />

11 naciones, Y mató a reyes poderosos; A Sehón rey amorreo,<br />

12 A Og rey de Basán, Y a todos los reyes de Canaán. Y dio<br />

la tierra de ellos en heredad, En heredad a Israel su pueblo.<br />

13 Oh Jehová, eterno es tu nombre; Tu memoria, oh Jehová, de


889 Salmos 135. 14–136. 22<br />

generación en generación. Porque Jehová juzgará a su pueblo, 14<br />

Y se compadecerá de sus siervos. Los ídolos de las naciones 15<br />

son plata y oro, Obra de manos de hombres. Tienen boca, y 16<br />

no hablan; Tienen ojos, y no ven; Tienen orejas, y no oyen; 17<br />

Tampoco hay aliento en sus bocas. Semejantes a ellos son los 18<br />

que los hacen, Y todos los que en ellos confían. Casa de Israel, 19<br />

bendecid a Jehová; Casa de Aarón, bendecid a Jehová; Casa 20<br />

de Leví, bendecid a Jehová; Los que teméis a Jehová, bendecid<br />

a Jehová. Desde Sion sea bendecido Jehová, Quien mora en 21<br />

Jerusalén. Aleluya.<br />

Alabad a Jehová, porque él es bueno, Porque para siempre 136<br />

es su misericordia. Alabad al Dios de los dioses, Porque para 2<br />

siempre es su misericordia. Alabad al Señor de los señores, 3<br />

Porque para siempre es su misericordia. Al único que hace 4<br />

grandes maravillas, Porque para siempre es su misericordia.<br />

Al que hizo los cielos con entendimiento, Porque para siempre 5<br />

es su misericordia. Al que extendió la tierra sobre las aguas, 6<br />

Porque para siempre es su misericordia. Al que hizo las gran- 7<br />

des lumbreras, Porque para siempre es su misericordia. El sol 8<br />

para que señorease en el día, Porque para siempre es su misericordia.<br />

La luna y las estrellas para que señoreasen en la 9<br />

noche, Porque para siempre es su misericordia. Al que hirió a 10<br />

Egipto en sus primogénitos, Porque para siempre es su misericordia.<br />

Al que sacó a Israel de en medio de ellos, Porque para 11<br />

siempre es su misericordia. Con mano fuerte, y brazo exten- 12<br />

dido, Porque para siempre es su misericordia. Al que dividió 13<br />

el Mar Rojo en partes, Porque para siempre es su misericordia;<br />

E hizo pasar a Israel por en medio de él, Porque para 14<br />

siempre es su misericordia; Y arrojó a Faraón y a su ejército 15<br />

en el Mar Rojo, Porque para siempre es su misericordia. Al 16<br />

que pastoreó a su pueblo por el desierto, Porque para siempre<br />

es su misericordia. Al que hirió a grandes reyes, Porque para 17<br />

siempre es su misericordia; Y mató a reyes poderosos, Porque 18<br />

para siempre es su misericordia; A Sehón rey amorreo, Porque 19<br />

para siempre es su misericordia; Y a Og rey de Basán, Porque 20<br />

para siempre es su misericordia; Y dio la tierra de ellos en he- 21<br />

redad, Porque para siempre es su misericordia; En heredad a 22


136. 23–139. 1 Salmos 890<br />

23 Israel su siervo, Porque para siempre es su misericordia. Él es<br />

el que en nuestro abatimiento se acordó de nosotros, Porque<br />

24 para siempre es su misericordia; Y nos rescató de nuestros<br />

25 enemigos, Porque para siempre es su misericordia. El que da<br />

alimento a todo ser viviente, Porque para siempre es su mise-<br />

26 ricordia. Alabad al Dios de los cielos, Porque para siempre es<br />

su misericordia.<br />

137 Junto a los ríos de Babilonia, Allí nos sentábamos, y aun<br />

2 llorábamos, Acordándonos de Sion. Sobre los sauces en medio<br />

3 de ella Colgamos nuestras arpas. Y los que nos habían llevado<br />

cautivos nos pedían que cantásemos, Y los que nos habían<br />

desolado nos pedían alegría, diciendo: Cantadnos algunos de<br />

4 los cánticos de Sion. ¿Cómo cantaremos cántico de Jehová En<br />

5 tierra de extraños? Si me olvidare de ti, oh Jerusalén, Pierda<br />

6 mi diestra su destreza. Mi lengua se pegue a mi paladar, Si<br />

de ti no me acordare; Si no enalteciere a Jerusalén Como pre-<br />

7 ferente asunto de mi alegría. Oh Jehová, recuerda contra los<br />

hijos de Edom el día de Jerusalén, Cuando decían: Arrasadla,<br />

8 arrasadla Hasta los cimientos. Hija de Babilonia la desolada,<br />

Bienaventurado el que te diere el pago De lo que tú nos hiciste.<br />

9 Dichoso el que tomare y estrellare tus niños Contra la peña.<br />

138 Salmo de David.<br />

Te alabaré con todo mi corazón; Delante de los dioses te can-<br />

2 taré salmos. Me postraré hacia tu santo templo, Y alabaré<br />

tu nombre por tu misericordia y tu fidelidad; Porque has en-<br />

3 grandecido tu nombre, y tu palabra sobre todas las cosas. El<br />

día que clamé, me respondiste; Me fortaleciste con vigor en mi<br />

4 alma. Te alabarán, oh Jehová, todos los reyes de la tierra, Por-<br />

5 que han oído los dichos de tu boca. Y cantarán de los caminos<br />

6 de Jehová, Porque la gloria de Jehová es grande. Porque Jehová<br />

es excelso, y atiende al humilde, Mas al altivo mira de<br />

7 lejos. Si anduviere yo en medio de la angustia, tú me vivificarás;<br />

Contra la ira de mis enemigos extenderás tu mano, Y<br />

8 me salvará tu diestra. Jehová cumplirá su propósito en mí;<br />

Tu misericordia, oh Jehová, es para siempre; No desampares<br />

la obra de tus manos.<br />

139 Al músico principal. Salmo de David.


891 Salmos 139. 2–140. 4<br />

Oh Jehová, tú me has examinado y conocido. Tú has cono- 2<br />

cido mi sentarme y mi levantarme; Has entendido desde lejos<br />

mis pensamientos. Has escudriñado mi andar y mi reposo, 3<br />

Y todos mis caminos te son conocidos. Pues aún no está la 4<br />

palabra en mi lengua, Y he aquí, oh Jehová, tú la sabes toda.<br />

Detrás y delante me rodeaste, Y sobre mí pusiste tu mano. 5<br />

Tal conocimiento es demasiado maravilloso para mí; Alto es, 6<br />

no lo puedo comprender. ¿A dónde me iré de tu Espíritu? 7<br />

¿Y a dónde huiré de tu presencia? Si subiere a los cielos, allí 8<br />

estás tú; Y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú<br />

estás. Si tomare las alas del alba Y habitare en el extremo 9<br />

del mar, Aun allí me guiará tu mano, Y me asirá tu dies- 10<br />

tra. Si dijere: Ciertamente las tinieblas me encubrirán; Aun 11<br />

la noche resplandecerá alrededor de mí. Aun las tinieblas no 12<br />

encubren de ti, Y la noche resplandece como el día; Lo mismo<br />

te son las tinieblas que la luz. Porque tú formaste mis en- 13<br />

trañas; Tú me hiciste en el vientre de mi madre. Te alabaré; 14<br />

porque formidables, maravillosas son tus obras; Estoy maravillado,<br />

Y mi alma lo sabe muy bien. No fue encubierto de ti 15<br />

mi cuerpo, Bien que en oculto fui formado, Y entretejido en<br />

lo más profundo de la tierra. Mi embrión vieron tus ojos, Y 16<br />

en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas Que fueron<br />

luego formadas, Sin faltar una de ellas. ¡Cuán preciosos me 17<br />

son, oh Dios, tus pensamientos! ¡Cuán grande es la suma de<br />

ellos! Si los enumero, se multiplican más que la arena; Des- 18<br />

pierto, y aún estoy contigo. De cierto, oh Dios, harás morir al 19<br />

impío; Apartaos, pues, de mí, hombres sanguinarios. Porque 20<br />

blasfemias dicen ellos contra ti; Tus enemigos toman en vano<br />

tu nombre. ¿No odio, oh Jehová, a los que te aborrecen, Y me 21<br />

enardezco contra tus enemigos? Los aborrezco por completo; 22<br />

Los tengo por enemigos. Examíname, oh Dios, y conoce mi 23<br />

corazón; Pruébame y conoce mis pensamientos; Y ve si hay 24<br />

en mí camino de perversidad, Y guíame en el camino eterno.<br />

Al músico principal. Salmo de David. 140<br />

Líbrame, oh Jehová, del hombre malo; Guárdame de hombres<br />

violentos, Los cuales maquinan males en el corazón, Cada 2<br />

día urden contiendas. Aguzaron su lengua como la serpiente; 3<br />

Veneno de áspid hay debajo de sus labios. Selah Guárdame, 4


140. 5–142. 3 Salmos 892<br />

oh Jehová, de manos del impío; Líbrame de hombres injuriosos,<br />

5 Que han pensado trastornar mis pasos. Me han escondido lazo<br />

y cuerdas los soberbios; Han tendido red junto a la senda; Me<br />

6 han puesto lazos. Selah He dicho a Jehová: Dios mío eres<br />

7 tú; Escucha, oh Jehová, la voz de mis ruegos. Jehová Señor,<br />

potente salvador mío, Tú pusiste a cubierto mi cabeza en el día<br />

8 de batalla. No concedas, oh Jehová, al impío sus deseos; No<br />

saques adelante su pensamiento, para que no se ensoberbezca.<br />

9 Selah En cuanto a los que por todas partes me rodean, La<br />

10 maldad de sus propios labios cubrirá su cabeza. Caerán sobre<br />

ellos brasas; Serán echados en el fuego, En abismos profundos<br />

11 de donde no salgan. El hombre deslenguado no será firme en<br />

12 la tierra; El mal cazará al hombre injusto para derribarle. Yo<br />

sé que Jehová tomará a su cargo la causa del afligido, Y el<br />

13 derecho de los necesitados. Ciertamente los justos alabarán<br />

tu nombre; Los rectos morarán en tu presencia.<br />

141 Salmo de David.<br />

Jehová, a ti he clamado; apresúrate a mí; Escucha mi voz cuan-<br />

2 do te invocare. Suba mi oración delante de ti como el incienso,<br />

3 El don de mis manos como la ofrenda de la tarde. Pon guar-<br />

4 da a mi boca, oh Jehová; Guarda la puerta de mis labios. No<br />

dejes que se incline mi corazón a cosa mala, A hacer obras impías<br />

Con los que hacen iniquidad; Y no coma yo de sus deleites.<br />

5 Que el justo me castigue, será un favor, Y que me reprenda<br />

será un excelente bálsamo Que no me herirá la cabeza; Pero<br />

mi oración será continuamente contra las maldades de aqué-<br />

6 llos. Serán despeñados sus jueces, Y oirán mis palabras, que<br />

7 son verdaderas. Como quien hiende y rompe la tierra, Son<br />

8 esparcidos nuestros huesos a la boca del Seol. Por tanto, a ti,<br />

oh Jehová, Señor, miran mis ojos; En ti he confiado; no desam-<br />

9 pares mi alma. Guárdame de los lazos que me han tendido, Y<br />

10 de las trampas de los que hacen iniquidad. Caigan los impíos<br />

a una en sus redes, Mientras yo pasaré adelante.<br />

142 Masquil de David. Oración que hizo cuando estaba<br />

en la cueva.<br />

Con mi voz clamaré a Jehová; Con mi voz pediré a Jehová<br />

2 misericordia. Delante de él expondré mi queja; Delante de él<br />

3 manifestaré mi angustia. Cuando mi espíritu se angustiaba


893 Salmos 142. 4–144. 4<br />

dentro de mí, tú conociste mi senda. En el camino en que andaba,<br />

me escondieron lazo. Mira a mi diestra y observa, pues 4<br />

no hay quien me quiera conocer; No tengo refugio, ni hay quien<br />

cuide de mi vida. Clamé a ti, oh Jehová; Dije: Tú eres mi es- 5<br />

peranza, Y mi porción en la tierra de los vivientes. Escucha 6<br />

mi clamor, porque estoy muy afligido. Líbrame de los que me<br />

persiguen, porque son más fuertes que yo. Saca mi alma de 7<br />

la cárcel, para que alabe tu nombre; Me rodearán los justos,<br />

Porque tú me serás propicio.<br />

Salmo de David. 143<br />

Oh Jehová, oye mi oración, escucha mis ruegos; Respóndeme<br />

por tu verdad, por tu justicia. Y no entres en juicio con tu 2<br />

siervo; Porque no se justificará delante de ti ningún ser humano.<br />

Porque ha perseguido el enemigo mi alma; Ha postrado 3<br />

en tierra mi vida; Me ha hecho habitar en tinieblas como los<br />

ya muertos. Y mi espíritu se angustió dentro de mí; Está de- 4<br />

solado mi corazón. Me acordé de los días antiguos; Meditaba 5<br />

en todas tus obras; Reflexionaba en las obras de tus manos.<br />

Extendí mis manos a ti, Mi alma a ti como la tierra sedien- 6<br />

ta. Selah Respóndeme pronto, oh Jehová, porque desmaya mi 7<br />

espíritu; No escondas de mí tu rostro, No venga yo a ser semejante<br />

a los que descienden a la sepultura. Hazme oír por 8<br />

la mañana tu misericordia, Porque en ti he confiado; Hazme<br />

saber el camino por donde ande, Porque a ti he elevado mi<br />

alma. Líbrame de mis enemigos, oh Jehová; En ti me refugio. 9<br />

Enséñame a hacer tu voluntad, porque tú eres mi Dios; Tu 10<br />

buen espíritu me guíe a tierra de rectitud. Por tu nombre, 11<br />

oh Jehová, me vivificarás; Por tu justicia sacarás mi alma de<br />

angustia. Y por tu misericordia disiparás a mis enemigos, Y 12<br />

destruirás a todos los adversarios de mi alma, Porque yo soy<br />

tu siervo.<br />

Salmo de David. 144<br />

Bendito sea Jehová, mi roca, Quien adiestra mis manos para<br />

la batalla, Y mis dedos para la guerra; Misericordia mía y mi 2<br />

castillo, Fortaleza mía y mi libertador, Escudo mío, en quien<br />

he confiado; El que sujeta a mi pueblo debajo de mí. Oh Je- 3<br />

hová, ¿qué es el hombre, para que en él pienses, O el hijo de<br />

hombre, para que lo estimes? El hombre es semejante a la 4


144. 5–145. 14 Salmos 894<br />

5 vanidad; Sus días son como la sombra que pasa. Oh Jehová,<br />

inclina tus cielos y desciende; Toca los montes, y humeen.<br />

6 Despide relámpagos y disípalos, Envía tus saetas y túrbalos.<br />

7 Envía tu mano desde lo alto; Redímeme, y sácame de las mu-<br />

8 chas aguas, De la mano de los hombres extraños, Cuya boca<br />

9 habla vanidad, Y cuya diestra es diestra de mentira. Oh Dios,<br />

a ti cantaré cántico nuevo; Con salterio, con decacordio can-<br />

10 taré a ti. Tú, el que da victoria a los reyes, El que rescata<br />

11 de maligna espada a David su siervo. Rescátame, y líbrame<br />

de la mano de los hombres extraños, Cuya boca habla vani-<br />

12 dad, Y cuya diestra es diestra de mentira. Sean nuestros hijos<br />

como plantas crecidas en su juventud, Nuestras hijas como es-<br />

13 quinas labradas como las de un palacio; Nuestros graneros<br />

llenos, provistos de toda suerte de grano; Nuestros ganados,<br />

que se multipliquen a millares y decenas de millares en nues-<br />

14 tros campos; Nuestros bueyes estén fuertes para el trabajo;<br />

No tengamos asalto, ni que hacer salida, Ni grito de alarma<br />

15 en nuestras plazas. Bienaventurado el pueblo que tiene esto;<br />

Bienaventurado el pueblo cuyo Dios es Jehová.<br />

145 Salmo de alabanza; de David.<br />

Te exaltaré, mi Dios, mi Rey, Y bendeciré tu nombre eter-<br />

2 namente y para siempre. Cada día te bendeciré, Y alabaré<br />

3 tu nombre eternamente y para siempre. Grande es Jehová,<br />

y digno de suprema alabanza; Y su grandeza es inescrutable.<br />

4 Generación a generación celebrará tus obras, Y anunciará tus<br />

5 poderosos hechos. En la hermosura de la gloria de tu magni-<br />

6 ficencia, Y en tus hechos maravillosos meditaré. Del poder de<br />

tus hechos estupendos hablarán los hombres, Y yo publicaré<br />

7 tu grandeza. Proclamarán la memoria de tu inmensa bondad,<br />

8 Y cantarán tu justicia. Clemente y misericordioso es Jehová,<br />

9 Lento para la ira, y grande en misericordia. Bueno es Jehová<br />

10 para con todos, Y sus misericordias sobre todas sus obras. Te<br />

alaben, oh Jehová, todas tus obras, Y tus santos te bendigan.<br />

11, 12 La gloria de tu reino digan, Y hablen de tu poder, Para hacer<br />

saber a los hijos de los hombres sus poderosos hechos, Y la<br />

13 gloria de la magnificencia de su reino. Tu reino es reino de to-<br />

14 dos los siglos, Y tu señorío en todas las generaciones. Sostiene<br />

Jehová a todos los que caen, Y levanta a todos los oprimidos.


895 Salmos 145. 15–147. 10<br />

Los ojos de todos esperan en ti, Y tú les das su comida a su 15<br />

tiempo. Abres tu mano, Y colmas de bendición a todo ser 16<br />

viviente. Justo es Jehová en todos sus caminos, Y misericor- 17<br />

dioso en todas sus obras. Cercano está Jehová a todos los que 18<br />

le invocan, A todos los que le invocan de veras. Cumplirá el 19<br />

deseo de los que le temen; Oirá asimismo el clamor de ellos, y<br />

los salvará. Jehová guarda a todos los que le aman, Mas des- 20<br />

truirá a todos los impíos. La alabanza de Jehová proclamará 21<br />

mi boca; Y todos bendigan su santo nombre eternamente y<br />

para siempre.<br />

Aleluya. 146<br />

Alaba, oh alma mía, a Jehová. Alabaré a Jehová en mi vida; 2<br />

Cantaré salmos a mi Dios mientras viva. No confiéis en los 3<br />

príncipes, Ni en hijo de hombre, porque no hay en él salvación.<br />

Pues sale su aliento, y vuelve a la tierra; En ese mismo día pe- 4<br />

recen sus pensamientos. Bienaventurado aquel cuyo ayudador 5<br />

es el Dios de Jacob, Cuya esperanza está en Jehová su Dios,<br />

El cual hizo los cielos y la tierra, El mar, y todo lo que en ellos 6<br />

hay; Que guarda verdad para siempre, Que hace justicia a los 7<br />

agraviados, Que da pan a los hambrientos. Jehová liberta a<br />

los cautivos; Jehová abre los ojos a los ciegos; Jehová levanta 8<br />

a los caídos; Jehová ama a los justos. Jehová guarda a los 9<br />

extranjeros; Al huérfano y a la viuda sostiene, Y el camino de<br />

los impíos trastorna. <strong>Reina</strong>rá Jehová para siempre; Tu Dios, 10<br />

oh Sion, de generación en generación. Aleluya.<br />

Alabad a JAH, Porque es bueno cantar salmos a nuestro 147<br />

Dios; Porque suave y hermosa es la alabanza. Jehová edifica 2<br />

a Jerusalén; A los desterrados de Israel recogerá. El sana a los 3<br />

quebrantados de corazón, Y venda sus heridas. El cuenta el 4<br />

número de las estrellas; A todas ellas llama por sus nombres.<br />

Grande es el Señor nuestro, y de mucho poder; Y su enten- 5<br />

dimiento es infinito. Jehová exalta a los humildes, Y humilla 6<br />

a los impíos hasta la tierra. Cantad a Jehová con alabanza, 7<br />

Cantad con arpa a nuestro Dios. Él es quien cubre de nubes 8<br />

los cielos, El que prepara la lluvia para la tierra, El que hace a<br />

los montes producir hierba. El da a la bestia su mantenimien- 9<br />

to, Y a los hijos de los cuervos que claman. No se deleita en 10


147. 11–149. 4 Salmos 896<br />

la fuerza del caballo, Ni se complace en la agilidad del hombre.<br />

11 Se complace Jehová en los que le temen, Y en los que espe-<br />

12 ran en su misericordia. Alaba a Jehová, Jerusalén; Alaba a<br />

13 tu Dios, oh Sion. Porque fortificó los cerrojos de tus puertas;<br />

14 Bendijo a tus hijos dentro de ti. El da en tu territorio la paz;<br />

15 Te hará saciar con lo mejor del trigo. El envía su palabra a<br />

16 la tierra; Velozmente corre su palabra. Da la nieve como la-<br />

17 na, Y derrama la escarcha como ceniza. Echa su hielo como<br />

18 pedazos; Ante su frío, ¿quién resistirá? Enviará su palabra, y<br />

19 los derretirá; Soplará su viento, y fluirán las aguas. Ha manifestado<br />

sus palabras a Jacob, Sus estatutos y sus juicios a<br />

20 Israel. No ha hecho así con ninguna otra de las naciones; Y<br />

en cuanto a sus juicios, no los conocieron. Aleluya.<br />

148 Aleluya.<br />

2 Alabad a Jehová desde los cielos; Alabadle en las alturas. Alabadle,<br />

vosotros todos sus ángeles; Alabadle, vosotros todos sus<br />

3 ejércitos. Alabadle, sol y luna; Alabadle, vosotras todas, lu-<br />

4 cientes estrellas. Alabadle, cielos de los cielos, Y las aguas<br />

5 que están sobre los cielos. Alaben el nombre de Jehová; Por-<br />

6 que él mandó, y fueron creados. Los hizo ser eternamente y<br />

7 para siempre; Les puso ley que no será quebrantada. Alabad<br />

a Jehová desde la tierra, Los monstruos marinos y todos los<br />

8 abismos; El fuego y el granizo, la nieve y el vapor, El vien-<br />

9 to de tempestad que ejecuta su palabra; Los montes y todos<br />

10 los collados, El árbol de fruto y todos los cedros; La bestia<br />

11 y todo animal, Reptiles y volátiles; Los reyes de la tierra y<br />

todos los pueblos, Los príncipes y todos los jueces de la tierra;<br />

12 Los jóvenes y también las doncellas, Los ancianos y los niños.<br />

13 Alaben el nombre de Jehová, Porque sólo su nombre es enal-<br />

14 tecido. Su gloria es sobre tierra y cielos. El ha exaltado el<br />

poderío de su pueblo; Alábenle todos sus santos, los hijos de<br />

Israel, El pueblo a él cercano. Aleluya.<br />

149 Aleluya.<br />

Cantad a Jehová cántico nuevo; Su alabanza sea en la congre-<br />

2 gación de los santos. Alégrese Israel en su Hacedor; Los hijos<br />

3 de Sion se gocen en su Rey. Alaben su nombre con danza;<br />

4 Con pandero y arpa a él canten. Porque Jehová tiene contentamiento<br />

en su pueblo; Hermoseará a los humildes con la


897 Salmos 149. 5–150. 6<br />

salvación. Regocíjense los santos por su gloria, Y canten aun 5<br />

sobre sus camas. Exalten a Dios con sus gargantas, Y espadas 6<br />

de dos filos en sus manos, Para ejecutar venganza entre las 7<br />

naciones, Y castigo entre los pueblos; Para aprisionar a sus 8<br />

reyes con grillos, Y a sus nobles con cadenas de hierro; Pa- 9<br />

ra ejecutar en ellos el juicio decretado; Gloria será esto para<br />

todos sus santos. Aleluya.<br />

Aleluya. 150<br />

Alabad a Dios en su santuario; Alabadle en la magnificencia de<br />

su firmamento. Alabadle por sus proezas; Alabadle conforme 2<br />

a la muchedumbre de su grandeza. Alabadle a son de bocina; 3<br />

Alabadle con salterio y arpa. Alabadle con pandero y danza; 4<br />

Alabadle con cuerdas y flautas. Alabadle con címbalos reso- 5<br />

nantes; Alabadle con címbalos de júbilo. Todo lo que respira 6<br />

alabe a JAH. Aleluya.


1<br />

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25<br />

26<br />

proverbios<br />

os proverbios de Salomón, hijo de David, rey de Israel.<br />

Para entender sabiduría y doctrina, Para conocer<br />

razones prudentes, Para recibir el consejo de<br />

prudencia, Justicia, juicio y equidad; Para dar sagacidad<br />

a los simples, Y a los jóvenes inteligencia y cordura.<br />

Oirá el sabio, y aumentará el saber, Y el entendido adquirirá<br />

consejo, Para entender proverbio y declaración, Palabras de<br />

sabios, y sus dichos profundos. El principio de la sabiduría<br />

es el temor de Jehová; Los insensatos desprecian la sabiduría<br />

y la enseñanza. Oye, hijo mío, la instrucción de tu padre,<br />

Y no desprecies la dirección de tu madre; Porque adorno de<br />

gracia serán a tu cabeza, Y collares a tu cuello. Hijo mío, si<br />

los pecadores te quisieren engañar, No consientas. Si dijeren:<br />

Ven con nosotros; Pongamos asechanzas para derramar sangre,<br />

Acechemos sin motivo al inocente; Los tragaremos vivos<br />

como el Seol, Y enteros, como los que caen en un abismo; Hallaremos<br />

riquezas de toda clase, Llenaremos nuestras casas de<br />

despojos; Echa tu suerte entre nosotros; Tengamos todos una<br />

bolsa,– Hijo mío, no andes en camino con ellos. Aparta tu pie<br />

de sus veredas, Porque sus pies corren hacia el mal, Y van<br />

presurosos a derramar sangre. Porque en vano se tenderá la<br />

red Ante los ojos de toda ave; Pero ellos a su propia sangre<br />

ponen asechanzas, Y a sus almas tienden lazo. Tales son las<br />

sendas de todo el que es dado a la codicia, La cual quita la vida<br />

de sus poseedores. La sabiduría clama en las calles, Alza su<br />

voz en las plazas; Clama en los principales lugares de reunión;<br />

En las entradas de las puertas de la ciudad dice sus razones.<br />

¿Hasta cuándo, oh simples, amaréis la simpleza, Y los burladores<br />

desearán el burlar, Y los insensatos aborrecerán la ciencia?<br />

Volveos a mi reprensión; He aquí yo derramaré mi espíritu sobre<br />

vosotros, Y os haré saber mis palabras. Por cuanto llamé,<br />

y no quisisteis oír, Extendí mi mano, y no hubo quien atendiese,<br />

Sino que desechasteis todo consejo mío Y mi reprensión no<br />

quisisteis, También yo me reiré en vuestra calamidad, Y me


899 Proverbios 1. 27–2. 22<br />

burlaré cuando os viniere lo que teméis; Cuando viniere como 27<br />

una destrucción lo que teméis, Y vuestra calamidad llegare como<br />

un torbellino; Cuando sobre vosotros viniere tribulación y<br />

angustia. Entonces me llamarán, y no responderé; Me busca- 28<br />

rán de mañana, y no me hallarán. Por cuanto aborrecieron la 29<br />

sabiduría, Y no escogieron el temor de Jehová, Ni quisieron 30<br />

mi consejo, Y menospreciaron toda reprensión mía, Come- 31<br />

rán del fruto de su camino, Y serán hastiados de sus propios<br />

consejos. Porque el desvío de los ignorantes los matará, Y la 32<br />

prosperidad de los necios los echará a perder; Mas el que me 33<br />

oyere, habitará confiadamente Y vivirá tranquilo, sin temor<br />

del mal.<br />

Hijo mío, si recibieres mis palabras, Y mis mandamientos 2<br />

guardares dentro de ti, Haciendo estar atento tu oído a la 2<br />

sabiduría; Si inclinares tu corazón a la prudencia, Si clamares 3<br />

a la inteligencia, Y a la prudencia dieres tu voz; Si como a la 4<br />

plata la buscares, Y la escudriñares como a tesoros, Entonces 5<br />

entenderás el temor de Jehová, Y hallarás el conocimiento de<br />

Dios. Porque Jehová da la sabiduría, Y de su boca viene el 6<br />

conocimiento y la inteligencia. El provee de sana sabiduría 7<br />

a los rectos; Es escudo a los que caminan rectamente. Es el 8<br />

que guarda las veredas del juicio, Y preserva el camino de sus<br />

santos. Entonces entenderás justicia, juicio Y equidad, y todo 9<br />

buen camino. Cuando la sabiduría entrare en tu corazón, Y 10<br />

la ciencia fuere grata a tu alma, La discreción te guardará; Te 11<br />

preservará la inteligencia, Para librarte del mal camino, De 12<br />

los hombres que hablan perversidades, Que dejan los caminos 13<br />

derechos, Para andar por sendas tenebrosas; Que se alegran 14<br />

haciendo el mal, Que se huelgan en las perversidades del vicio;<br />

Cuyas veredas son torcidas, Y torcidos sus caminos. Serás 15, 16<br />

librado de la mujer extraña, De la ajena que halaga con sus<br />

palabras, La cual abandona al compañero de su juventud, 17<br />

Y se olvida del pacto de su Dios. Por lo cual su casa está 18<br />

inclinada a la muerte, Y sus veredas hacia los muertos; Todos 19<br />

los que a ella se lleguen, no volverán, Ni seguirán otra vez<br />

los senderos de la vida. Así andarás por el camino de los 20<br />

buenos, Y seguirás las veredas de los justos; Porque los rectos 21<br />

habitarán la tierra, Y los perfectos permanecerán en ella, Mas 22


3. 1–28 Proverbios 900<br />

los impíos serán cortados de la tierra, Y los prevaricadores<br />

serán de ella desarraigados.<br />

3 Hijo mío, no te olvides de mi ley, Y tu corazón guarde mis<br />

2 mandamientos; Porque largura de días y años de vida Y paz<br />

3 te aumentarán. Nunca se aparten de ti la misericordia y la<br />

verdad; Átalas a tu cuello, Escríbelas en la tabla de tu corazón;<br />

4 Y hallarás gracia y buena opinión Ante los ojos de Dios y de los<br />

5 hombres. Fíate de Jehová de todo tu corazón, Y no te apoyes<br />

6 en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, Y<br />

7 él enderezará tus veredas. No seas sabio en tu propia opinión;<br />

8 Teme a Jehová, y apártate del mal; Porque será medicina a<br />

9 tu cuerpo, Y refrigerio para tus huesos. Honra a Jehová con<br />

10 tus bienes, Y con las primicias de todos tus frutos; Y serán<br />

llenos tus graneros con abundancia, Y tus lagares rebosarán<br />

11 de mosto. No menosprecies, hijo mío, el castigo de Jehová, Ni<br />

12 te fatigues de su corrección; Porque Jehová al que ama casti-<br />

13 ga, Como el padre al hijo a quien quiere. Bienaventurado el<br />

hombre que halla la sabiduría, Y que obtiene la inteligencia;<br />

14 Porque su ganancia es mejor que la ganancia de la plata, Y<br />

15 sus frutos más que el oro fino. Más preciosa es que las piedras<br />

preciosas; Y todo lo que puedes desear, no se puede compa-<br />

16 rar a ella. Largura de días está en su mano derecha; En su<br />

17 izquierda, riquezas y honra. Sus caminos son caminos delei-<br />

18 tosos, Y todas sus veredas paz. Ella es árbol de vida a los<br />

que de ella echan mano, Y bienaventurados son los que la re-<br />

19 tienen. Jehová con sabiduría fundó la tierra; Afirmó los cielos<br />

20 con inteligencia. Con su ciencia los abismos fueron divididos,<br />

21 Y destilan rocío los cielos. Hijo mío, no se aparten estas cosas<br />

22 de tus ojos; Guarda la ley y el consejo, Y serán vida a tu<br />

23 alma, Y gracia a tu cuello. Entonces andarás por tu camino<br />

24 confiadamente, Y tu pie no tropezará. Cuando te acuestes, no<br />

tendrás temor, Sino que te acostarás, y tu sueño será grato.<br />

25 No tendrás temor de pavor repentino, Ni de la ruina de los<br />

26 impíos cuando viniere, Porque Jehová será tu confianza, Y él<br />

27 preservará tu pie de quedar preso. No te niegues a hacer el<br />

bien a quien es debido, Cuando tuvieres poder para hacerlo.<br />

28 No digas a tu prójimo: Anda, y vuelve, Y mañana te daré,


901 Proverbios 3. 29–4. 23<br />

Cuando tienes contigo qué darle. No intentes mal contra tu 29<br />

prójimo Que habita confiado junto a ti. No tengas pleito con 30<br />

nadie sin razón, Si no te han hecho agravio. No envidies al 31<br />

hombre injusto, Ni escojas ninguno de sus caminos. Porque 32<br />

Jehová abomina al perverso; Mas su comunión íntima es con<br />

los justos. La maldición de Jehová está en la casa del impío, 33<br />

Pero bendecirá la morada de los justos. Ciertamente él escar- 34<br />

necerá a los escarnecedores, Y a los humildes dará gracia. Los 35<br />

sabios heredarán honra, Mas los necios llevarán ignominia.<br />

Oíd, hijos, la enseñanza de un padre, Y estad atentos, para 4<br />

que conozcáis cordura. Porque os doy buena enseñanza; No 2<br />

desamparéis mi ley. Porque yo también fui hijo de mi padre, 3<br />

Delicado y único delante de mi madre. Y él me enseñaba, y 4<br />

me decía: Retenga tu corazón mis razones, Guarda mis mandamientos,<br />

y vivirás. Adquiere sabiduría, adquiere inteligencia; 5<br />

No te olvides ni te apartes de las razones de mi boca; No la 6<br />

dejes, y ella te guardará; Ámala, y te conservará. Sabiduría 7<br />

ante todo; adquiere sabiduría; Y sobre todas tus posesiones<br />

adquiere inteligencia. Engrandécela, y ella te engrandecerá; 8<br />

Ella te honrará, cuando tú la hayas abrazado. Adorno de gra- 9<br />

cia dará a tu cabeza; Corona de hermosura te entregará. Oye, 10<br />

hijo mío, y recibe mis razones, Y se te multiplicarán años de<br />

vida. Por el camino de la sabiduría te he encaminado, Y por 11<br />

veredas derechas te he hecho andar. Cuando anduvieres, no 12<br />

se estrecharán tus pasos, Y si corrieres, no tropezarás. Retén 13<br />

el consejo, no lo dejes; Guárdalo, porque eso es tu vida. No 14<br />

entres por la vereda de los impíos, Ni vayas por el camino de<br />

los malos. Déjala, no pases por ella; Apártate de ella, pasa. 15<br />

Porque no duermen ellos si no han hecho mal, Y pierden el 16<br />

sueño si no han hecho caer a alguno. Porque comen pan de 17<br />

maldad, y beben vino de robos; Mas la senda de los justos 18<br />

es como la luz de la aurora, Que va en aumento hasta que el<br />

día es perfecto. El camino de los impíos es como la oscuri- 19<br />

dad; No saben en qué tropiezan. Hijo mío, está atento a mis 20<br />

palabras; Inclina tu oído a mis razones. No se aparten de tus 21<br />

ojos; Guárdalas en medio de tu corazón; Porque son vida a 22<br />

los que las hallan, Y medicina a todo su cuerpo. Sobre toda 23


4. 24–6. 3 Proverbios 902<br />

cosa guardada, guarda tu corazón; Porque de él mana la vi-<br />

24 da. Aparta de ti la perversidad de la boca, Y aleja de ti la<br />

25 iniquidad de los labios. Tus ojos miren lo recto, Y diríjanse<br />

26 tus párpados hacia lo que tienes delante. Examina la senda<br />

27 de tus pies, Y todos tus caminos sean rectos. No te desvíes a<br />

la derecha ni a la izquierda; Aparta tu pie del mal.<br />

5 Hijo mío, está atento a mi sabiduría, Y a mi inteligencia in-<br />

2 clina tu oído, Para que guardes consejo, Y tus labios conser-<br />

3 ven la ciencia. Porque los labios de la mujer extraña destilan<br />

4 miel, Y su paladar es más blando que el aceite; Mas su fin es<br />

5 amargo como el ajenjo, Agudo como espada de dos filos. Sus<br />

6 pies descienden a la muerte; Sus pasos conducen al Seol. Sus<br />

caminos son inestables; no los conocerás, Si no considerares el<br />

7 camino de vida. Ahora pues, hijos, oídme, Y no os apartéis<br />

8 de las razones de mi boca. Aleja de ella tu camino, Y no te<br />

9 acerques a la puerta de su casa; Para que no des a los ex-<br />

10 traños tu honor, Y tus años al cruel; No sea que extraños se<br />

sacien de tu fuerza, Y tus trabajos estén en casa del extraño;<br />

11, 12 Y gimas al final, Cuando se consuma tu carne y tu cuerpo, Y<br />

digas: ¡Cómo aborrecí el consejo, Y mi corazón menospreció<br />

13 la reprensión; No oí la voz de los que me instruían, Y a los<br />

14 que me enseñaban no incliné mi oído! Casi en todo mal he<br />

15 estado, En medio de la sociedad y de la congregación. Bebe el<br />

agua de tu misma cisterna, Y los raudales de tu propio pozo.<br />

16 ¿Se derramarán tus fuentes por las calles, Y tus corrientes de<br />

17 aguas por las plazas? Sean para ti solo, Y no para los extraños<br />

18 contigo. Sea bendito tu manantial, Y alégrate con la mujer<br />

19 de tu juventud, Como cierva amada y graciosa gacela. Sus<br />

caricias te satisfagan en todo tiempo, Y en su amor recréate<br />

20 siempre. ¿Y por qué, hijo mío, andarás ciego con la mujer<br />

21 ajena, Y abrazarás el seno de la extraña? Porque los caminos<br />

del hombre están ante los ojos de Jehová, Y él considera to-<br />

22 das sus veredas. Prenderán al impío sus propias iniquidades,<br />

23 Y retenido será con las cuerdas de su pecado. El morirá por<br />

falta de corrección, Y errará por lo inmenso de su locura.<br />

6 Hijo mío, si salieres fiador por tu amigo, Si has empeñado<br />

2 tu palabra a un extraño, Te has enlazado con las palabras de<br />

3 tu boca, Y has quedado preso en los dichos de tus labios. Haz


903 Proverbios 6. 4–30<br />

esto ahora, hijo mío, y líbrate, Ya que has caído en la mano de<br />

tu prójimo; Ve, humíllate, y asegúrate de tu amigo. No des 4<br />

sueño a tus ojos, Ni a tus párpados adormecimiento; Escá- 5<br />

pate como gacela de la mano del cazador, Y como ave de la<br />

mano del que arma lazos. Ve a la hormiga, oh perezoso, Mira 6<br />

sus caminos, y sé sabio; La cual no teniendo capitán, Ni go- 7<br />

bernador, ni señor, Prepara en el verano su comida, Y recoge 8<br />

en el tiempo de la siega su mantenimiento. Perezoso, ¿hasta 9<br />

cuándo has de dormir? ¿Cuándo te levantarás de tu sueño?<br />

Un poco de sueño, un poco de dormitar, Y cruzar por un poco 10<br />

las manos para reposo; Así vendrá tu necesidad como cami- 11<br />

nante, Y tu pobreza como hombre armado. El hombre malo, 12<br />

el hombre depravado, Es el que anda en perversidad de boca;<br />

Que guiña los ojos, que habla con los pies, Que hace señas con 13<br />

los dedos. Perversidades hay en su corazón; anda pensando 14<br />

el mal en todo tiempo; Siembra las discordias. Por tanto, su 15<br />

calamidad vendrá de repente; Súbitamente será quebrantado,<br />

y no habrá remedio. Seis cosas aborrece Jehová, Y aun siete 16<br />

abomina su alma: Los ojos altivos, la lengua mentirosa, Las 17<br />

manos derramadoras de sangre inocente, El corazón que ma- 18<br />

quina pensamientos inicuos, Los pies presurosos para correr al<br />

mal, El testigo falso que habla mentiras, Y el que siembra dis- 19<br />

cordia entre hermanos. Guarda, hijo mío, el mandamiento de 20<br />

tu padre, Y no dejes la enseñanza de tu madre; Átalos siempre 21<br />

en tu corazón, Enlázalos a tu cuello. Te guiarán cuando an- 22<br />

des; cuando duermas te guardarán; Hablarán contigo cuando<br />

despiertes. Porque el mandamiento es lámpara, y la enseñan- 23<br />

za es luz, Y camino de vida las reprensiones que te instruyen,<br />

Para que te guarden de la mala mujer, De la blandura de la 24<br />

lengua de la mujer extraña. No codicies su hermosura en tu 25<br />

corazón, Ni ella te prenda con sus ojos; Porque a causa de la 26<br />

mujer ramera el hombre es reducido a un bocado de pan; Y<br />

la mujer caza la preciosa alma del varón. ¿Tomará el hombre 27<br />

fuego en su seno Sin que sus vestidos ardan? ¿Andará el hom- 28<br />

bre sobre brasas Sin que sus pies se quemen? Así es el que se 29<br />

llega a la mujer de su prójimo; No quedará impune ninguno<br />

que la tocare. No tienen en poco al ladrón si hurta Para sa- 30


6. 31–7. 24 Proverbios 904<br />

31 ciar su apetito cuando tiene hambre; Pero si es sorprendido,<br />

32 pagará siete veces; Entregará todo el haber de su casa. Mas<br />

el que comete adulterio es falto de entendimiento; Corrompe<br />

33 su alma el que tal hace. Heridas y vergüenza hallará, Y su<br />

34 afrenta nunca será borrada. Porque los celos son el furor del<br />

35 hombre, Y no perdonará en el día de la venganza. No aceptará<br />

ningún rescate, Ni querrá perdonar, aunque multipliques<br />

los dones.<br />

7 Hijo mío, guarda mis razones, Y atesora contigo mis man-<br />

2 damientos. Guarda mis mandamientos y vivirás, Y mi ley<br />

3 como las niñas de tus ojos. Lígalos a tus dedos; Escríbelos en<br />

4 la tabla de tu corazón. Di a la sabiduría: Tú eres mi herma-<br />

5 na, Y a la inteligencia llama parienta; Para que te guarden<br />

de la mujer ajena, Y de la extraña que ablanda sus palabras.<br />

6 Porque mirando yo por la ventana de mi casa, Por mi celosía,<br />

7 Vi entre los simples, Consideré entre los jóvenes, A un joven<br />

8 falto de entendimiento, El cual pasaba por la calle, junto a<br />

9 la esquina, E iba camino a la casa de ella, A la tarde del día,<br />

cuando ya oscurecía, En la oscuridad y tinieblas de la noche.<br />

10 Cuando he aquí, una mujer le sale al encuentro, Con atavío de<br />

11 ramera y astuta de corazón. Alborotadora y rencillosa, Sus<br />

12 pies no pueden estar en casa; Unas veces está en la calle, otras<br />

13 veces en las plazas, Acechando por todas las esquinas. Se asió<br />

14 de él, y le besó. Con semblante descarado le dijo: Sacrificios<br />

15 de paz había prometido, Hoy he pagado mis votos; Por tanto,<br />

he salido a encontrarte, Buscando diligentemente tu rostro, y<br />

16 te he hallado. He adornado mi cama con colchas Recama-<br />

17 das con cordoncillo de Egipto; He perfumado mi cámara Con<br />

18 mirra, áloes y canela. Ven, embriaguémonos de amores hasta<br />

19 la mañana; Alegrémonos en amores. Porque el marido no está<br />

20 en casa; Se ha ido a un largo viaje. La bolsa de dinero llevó<br />

21 en su mano; El día señalado volverá a su casa. Lo rindió con<br />

la suavidad de sus muchas palabras, Le obligó con la zalame-<br />

22 ría de sus labios. Al punto se marchó tras ella, Como va el<br />

buey al degolladero, Y como el necio a las prisiones para ser<br />

23 castigado; Como el ave que se apresura a la red, Y no sabe<br />

que es contra su vida, Hasta que la saeta traspasa su corazón.<br />

24 Ahora pues, hijos, oídme, Y estad atentos a las razones de mi


905 Proverbios 7. 25–8. 26<br />

boca. No se aparte tu corazón a sus caminos; No yerres en 25<br />

sus veredas. Porque a muchos ha hecho caer heridos, Y aun 26<br />

los más fuertes han sido muertos por ella. Camino al Seol es 27<br />

su casa, Que conduce a las cámaras de la muerte.<br />

¿No clama la sabiduría, Y da su voz la inteligencia? En 8, 2<br />

las alturas junto al camino, A las encrucijadas de las veredas<br />

se para; En el lugar de las puertas, a la entrada de la ciudad, 3<br />

A la entrada de las puertas da voces: Oh hombres, a vosotros 4<br />

clamo; Dirijo mi voz a los hijos de los hombres. Entended, 5<br />

oh simples, discreción; Y vosotros, necios, entrad en cordura.<br />

Oíd, porque hablaré cosas excelentes, Y abriré mis labios para 6<br />

cosas rectas. Porque mi boca hablará verdad, Y la impiedad 7<br />

abominan mis labios. Justas son todas las razones de mi bo- 8<br />

ca; No hay en ellas cosa perversa ni torcida. Todas ellas son 9<br />

rectas al que entiende, Y razonables a los que han hallado sabiduría.<br />

Recibid mi enseñanza, y no plata; Y ciencia antes que 10<br />

el oro escogido. Porque mejor es la sabiduría que las piedras 11<br />

preciosas; Y todo cuanto se puede desear, no es de compararse<br />

con ella. Yo, la sabiduría, habito con la cordura, Y hallo la 12<br />

ciencia de los consejos. El temor de Jehová es aborrecer el 13<br />

mal; La soberbia y la arrogancia, el mal camino, Y la boca<br />

perversa, aborrezco. Conmigo está el consejo y el buen jui- 14<br />

cio; Yo soy la inteligencia; mío es el poder. Por mí reinan 15<br />

los reyes, Y los príncipes determinan justicia. Por mí domi- 16<br />

nan los príncipes, Y todos los gobernadores juzgan la tierra.<br />

Yo amo a los que me aman, Y me hallan los que temprano 17<br />

me buscan. Las riquezas y la honra están conmigo; Riquezas 18<br />

duraderas, y justicia. Mejor es mi fruto que el oro, y que el 19<br />

oro refinado; Y mi rédito mejor que la plata escogida. Por 20<br />

vereda de justicia guiaré, Por en medio de sendas de juicio,<br />

Para hacer que los que me aman tengan su heredad, Y que 21<br />

yo llene sus tesoros. Jehová me poseía en el principio, Ya de 22<br />

antiguo, antes de sus obras. Eternamente tuve el principado, 23<br />

desde el principio, Antes de la tierra. Antes de los abismos 24<br />

fui engendrada; Antes que fuesen las fuentes de las muchas<br />

aguas. Antes que los montes fuesen formados, Antes de los 25<br />

collados, ya había sido yo engendrada; No había aún hecho 26<br />

la tierra, ni los campos, Ni el principio del polvo del mundo.


8. 27–9. 18 Proverbios 906<br />

27 Cuando formaba los cielos, allí estaba yo; Cuando trazaba el<br />

28 círculo sobre la faz del abismo; Cuando afirmaba los cielos<br />

29 arriba, Cuando afirmaba las fuentes del abismo; Cuando ponía<br />

al mar su estatuto, Para que las aguas no traspasasen su<br />

mandamiento; Cuando establecía los fundamentos de la tierra,<br />

30 Con él estaba yo ordenándolo todo, Y era su delicia de día en<br />

31 día, Teniendo solaz delante de él en todo tiempo. Me regocijo<br />

en la parte habitable de su tierra; Y mis delicias son con los<br />

32 hijos de los hombres. Ahora, pues, hijos, oídme, Y bienaven-<br />

33 turados los que guardan mis caminos. Atended el consejo, y<br />

34 sed sabios, Y no lo menospreciéis. Bienaventurado el hombre<br />

que me escucha, Velando a mis puertas cada día, Aguardando<br />

35 a los postes de mis puertas. Porque el que me halle, hallará la<br />

36 vida, Y alcanzará el favor de Jehová. Mas el que peca contra<br />

mí, defrauda su alma; Todos los que me aborrecen aman la<br />

muerte.<br />

9, 2 La sabiduría edificó su casa, Labró sus siete columnas. Ma-<br />

3 tó sus víctimas, mezcló su vino, Y puso su mesa. Envió sus<br />

4 criadas; Sobre lo más alto de la ciudad clamó. Dice a cual-<br />

5 quier simple: Ven acá. A los faltos de cordura dice: Venid,<br />

6 comed mi pan, Y bebed del vino que yo he mezclado. Dejad<br />

las simplezas, y vivid, Y andad por el camino de la inteligen-<br />

7 cia. El que corrige al escarnecedor, se acarrea afrenta; El que<br />

8 reprende al impío, se atrae mancha. No reprendas al escarnecedor,<br />

para que no te aborrezca; Corrige al sabio, y te amará.<br />

9 Da al sabio, y será más sabio; Enseña al justo, y aumentará su<br />

10 saber. El temor de Jehová es el principio de la sabiduría, Y<br />

11 el conocimiento del Santísimo es la inteligencia. Porque por<br />

12 mí se aumentarán tus días, Y años de vida se te añadirán. Si<br />

fueres sabio, para ti lo serás; Y si fueres escarnecedor, pagarás<br />

13 tú solo. La mujer insensata es alborotadora; Es simple e ig-<br />

14 norante. Se sienta en una silla a la puerta de su casa, En los<br />

15 lugares altos de la ciudad, Para llamar a los que pasan por el<br />

16 camino, Que van por sus caminos derechos. Dice a cualquier<br />

17 simple: Ven acá. A los faltos de cordura dijo: Las aguas hur-<br />

18 tadas son dulces, Y el pan comido en oculto es sabroso. Y no<br />

saben que allí están los muertos; Que sus convidados están en<br />

lo profundo del Seol.


907 Proverbios 10. 1–28<br />

Los proverbios de Salomón. El hijo sabio alegra al padre, Pe- 10<br />

ro el hijo necio es tristeza de su madre. Los tesoros de maldad 2<br />

no serán de provecho; Mas la justicia libra de muerte. Jehová 3<br />

no dejará padecer hambre al justo; Mas la iniquidad lanzará a<br />

los impíos. La mano negligente empobrece; Mas la mano de 4<br />

los diligentes enriquece. El que recoge en el verano es hombre 5<br />

entendido; El que duerme en el tiempo de la siega es hijo que<br />

avergüenza. Hay bendiciones sobre la cabeza del justo; Pero 6<br />

violencia cubrirá la boca de los impíos. La memoria del justo 7<br />

será bendita; Mas el nombre de los impíos se pudrirá. El sabio 8<br />

de corazón recibirá los mandamientos; Mas el necio de labios<br />

caerá. El que camina en integridad anda confiado; Mas el que 9<br />

pervierte sus caminos será quebrantado. El que guiña el ojo 10<br />

acarrea tristeza; Y el necio de labios será castigado. Manan- 11<br />

tial de vida es la boca del justo; Pero violencia cubrirá la boca<br />

de los impíos. El odio despierta rencillas; Pero el amor cubrirá 12<br />

todas las faltas. En los labios del prudente se halla sabiduría; 13<br />

Mas la vara es para las espaldas del falto de cordura. Los sa- 14<br />

bios guardan la sabiduría; Mas la boca del necio es calamidad<br />

cercana. Las riquezas del rico son su ciudad fortificada; Y el 15<br />

desmayo de los pobres es su pobreza. La obra del justo es 16<br />

para vida; Mas el fruto del impío es para pecado. Camino a 17<br />

la vida es guardar la instrucción; Pero quien desecha la reprensión,<br />

yerra. El que encubre el odio es de labios mentirosos; Y 18<br />

el que propaga calumnia es necio. En las muchas palabras no 19<br />

falta pecado; Mas el que refrena sus labios es prudente. Plata 20<br />

escogida es la lengua del justo; Mas el corazón de los impíos<br />

es como nada. Los labios del justo apacientan a muchos, Mas 21<br />

los necios mueren por falta de entendimiento. La bendición 22<br />

de Jehová es la que enriquece, Y no añade tristeza con ella.<br />

El hacer maldad es como una diversión al insensato; Mas la 23<br />

sabiduría recrea al hombre de entendimiento. Lo que el impío 24<br />

teme, eso le vendrá; Pero a los justos les será dado lo que desean.<br />

Como pasa el torbellino, así el malo no permanece; Mas 25<br />

el justo permanece para siempre. Como el vinagre a los dien- 26<br />

tes, y como el humo a los ojos, Así es el perezoso a los que lo<br />

envían. El temor de Jehová aumentará los días; Mas los años 27<br />

de los impíos serán acortados. La esperanza de los justos es 28


10. 29–11. 22 Proverbios 908<br />

29 alegría; Mas la esperanza de los impíos perecerá. El camino<br />

de Jehová es fortaleza al perfecto; Pero es destrucción a los<br />

30 que hacen maldad. El justo no será removido jamás; Pero los<br />

31 impíos no habitarán la tierra. La boca del justo producirá<br />

32 sabiduría; Mas la lengua perversa será cortada. Los labios del<br />

justo saben hablar lo que agrada; Mas la boca de los impíos<br />

habla perversidades.<br />

11 El peso falso es abominación a Jehová; Mas la pesa cabal le<br />

2 agrada. Cuando viene la soberbia, viene también la deshonra;<br />

3 Mas con los humildes está la sabiduría. La integridad de los<br />

rectos los encaminará; Pero destruirá a los pecadores la per-<br />

4 versidad de ellos. No aprovecharán las riquezas en el día de la<br />

5 ira; Mas la justicia librará de muerte. La justicia del perfecto<br />

enderezará su camino; Mas el impío por su impiedad caerá.<br />

6 La justicia de los rectos los librará; Mas los pecadores serán<br />

7 atrapados en su pecado. Cuando muere el hombre impío, pe-<br />

8 rece su esperanza; Y la expectación de los malos perecerá. El<br />

justo es librado de la tribulación; Mas el impío entra en lugar<br />

9 suyo. El hipócrita con la boca daña a su prójimo; Mas los<br />

10 justos son librados con la sabiduría. En el bien de los justos<br />

la ciudad se alegra; Mas cuando los impíos perecen hay fies-<br />

11 ta. Por la bendición de los rectos la ciudad será engrandecida;<br />

12 Mas por la boca de los impíos será trastornada. El que carece<br />

de entendimiento menosprecia a su prójimo; Mas el hombre<br />

13 prudente calla. El que anda en chismes descubre el secreto;<br />

14 Mas el de espíritu fiel lo guarda todo. Donde no hay dirección<br />

sabia, caerá el pueblo; Mas en la multitud de consejeros hay<br />

15 seguridad. Con ansiedad será afligido el que sale por fiador<br />

de un extraño; Mas el que aborreciere las fianzas vivirá segu-<br />

16 ro. La mujer agraciada tendrá honra, Y los fuertes tendrán<br />

17 riquezas. A su alma hace bien el hombre misericordioso; Mas<br />

18 el cruel se atormenta a sí mismo. El impío hace obra falsa;<br />

19 Mas el que siembra justicia tendrá galardón firme. Como la<br />

justicia conduce a la vida, Así el que sigue el mal lo hace para<br />

20 su muerte. Abominación son a Jehová los perversos de cora-<br />

21 zón; Mas los perfectos de camino le son agradables. Tarde o<br />

temprano, el malo será castigado; Mas la descendencia de los<br />

22 justos será librada. Como zarcillo de oro en el hocico de un


909 Proverbios 11. 23–12. 17<br />

cerdo Es la mujer hermosa y apartada de razón. El deseo de 23<br />

los justos es solamente el bien; Mas la esperanza de los impíos<br />

es el enojo. Hay quienes reparten, y les es añadido más; Y 24<br />

hay quienes retienen más de lo que es justo, pero vienen a pobreza.<br />

El alma generosa será prosperada; Y el que saciare, él 25<br />

también será saciado. Al que acapara el grano, el pueblo lo 26<br />

maldecirá; Pero bendición será sobre la cabeza del que lo vende.<br />

El que procura el bien buscará favor; Mas al que busca el 27<br />

mal, éste le vendrá. El que confía en sus riquezas caerá; Mas 28<br />

los justos reverdecerán como ramas. El que turba su casa he- 29<br />

redará viento; Y el necio será siervo del sabio de corazón. El 30<br />

fruto del justo es árbol de vida; Y el que gana almas es sabio.<br />

Ciertamente el justo será recompensado en la tierra; ¡Cuánto 31<br />

más el impío y el pecador!<br />

El que ama la instrucción ama la sabiduría; Mas el que 12<br />

aborrece la reprensión es ignorante. El bueno alcanzará favor 2<br />

de Jehová; Mas él condenará al hombre de malos pensamientos.<br />

El hombre no se afirmará por medio de la impiedad; Mas 3<br />

la raíz de los justos no será removida. La mujer virtuosa es co- 4<br />

rona de su marido; Mas la mala, como carcoma en sus huesos.<br />

Los pensamientos de los justos son rectitud; Mas los consejos 5<br />

de los impíos, engaño. Las palabras de los impíos son ase- 6<br />

chanzas para derramar sangre; Mas la boca de los rectos los<br />

librará. Dios trastornará a los impíos, y no serán más; Pero 7<br />

la casa de los justos permanecerá firme. Según su sabiduría 8<br />

es alabado el hombre; Mas el perverso de corazón será menospreciado.<br />

Más vale el despreciado que tiene servidores, Que 9<br />

el que se jacta, y carece de pan. El justo cuida de la vida 10<br />

de su bestia; Mas el corazón de los impíos es cruel. El que 11<br />

labra su tierra se saciará de pan; Mas el que sigue a los vagabundos<br />

es falto de entendimiento. Codicia el impío la red 12<br />

de los malvados; Mas la raíz de los justos dará fruto. El im- 13<br />

pío es enredado en la prevaricación de sus labios; Mas el justo<br />

saldrá de la tribulación. El hombre será saciado de bien del 14<br />

fruto de su boca; Y le será pagado según la obra de sus manos.<br />

El camino del necio es derecho en su opinión; Mas el que 15<br />

obedece al consejo es sabio. El necio al punto da a conocer 16<br />

su ira; Mas el que no hace caso de la injuria es prudente. El 17


12. 18–13. 15 Proverbios 910<br />

que habla verdad declara justicia; Mas el testigo mentiroso,<br />

18 engaño. Hay hombres cuyas palabras son como golpes de es-<br />

19 pada; Mas la lengua de los sabios es medicina. El labio veraz<br />

permanecerá para siempre; Mas la lengua mentirosa sólo por<br />

20 un momento. Engaño hay en el corazón de los que piensan el<br />

21 mal; Pero alegría en el de los que piensan el bien. Ninguna<br />

adversidad acontecerá al justo; Mas los impíos serán colmados<br />

22 de males. Los labios mentirosos son abominación a Jehová;<br />

23 Pero los que hacen verdad son su contentamiento. El hombre<br />

cuerdo encubre su saber; Mas el corazón de los necios publica<br />

24 la necedad. La mano de los diligentes señoreará; Mas la negli-<br />

25 gencia será tributaria. La congoja en el corazón del hombre lo<br />

26 abate; Mas la buena palabra lo alegra. El justo sirve de guía<br />

27 a su prójimo; Mas el camino de los impíos les hace errar. El<br />

indolente ni aun asará lo que ha cazado; Pero haber precioso<br />

28 del hombre es la diligencia. En el camino de la justicia está<br />

la vida; Y en sus caminos no hay muerte.<br />

13 El hijo sabio recibe el consejo del padre; Mas el burlador<br />

2 no escucha las reprensiones. Del fruto de su boca el hombre<br />

comerá el bien; Mas el alma de los prevaricadores hallará<br />

3 el mal. El que guarda su boca guarda su alma; Mas el que<br />

4 mucho abre sus labios tendrá calamidad. El alma del perezoso<br />

desea, y nada alcanza; Mas el alma de los diligentes será<br />

5 prosperada. El justo aborrece la palabra de mentira; Mas el<br />

6 impío se hace odioso e infame. La justicia guarda al de per-<br />

7 fecto camino; Mas la impiedad trastornará al pecador. Hay<br />

quienes pretenden ser ricos, y no tienen nada; Y hay quienes<br />

8 pretenden ser pobres, y tienen muchas riquezas. El rescate de<br />

la vida del hombre está en sus riquezas; Pero el pobre no oye<br />

9 censuras. La luz de los justos se alegrará; Mas se apagará la<br />

10 lámpara de los impíos. Ciertamente la soberbia concebirá con-<br />

11 tienda; Mas con los avisados está la sabiduría. Las riquezas<br />

de vanidad disminuirán; Pero el que recoge con mano labo-<br />

12 riosa las aumenta. La esperanza que se demora es tormento<br />

13 del corazón; Pero árbol de vida es el deseo cumplido. El que<br />

menosprecia el precepto perecerá por ello; Mas el que teme el<br />

14 mandamiento será recompensado. La ley del sabio es manan-<br />

15 tial de vida Para apartarse de los lazos de la muerte. El buen


911 Proverbios 13. 16–14. 17<br />

entendimiento da gracia; Mas el camino de los transgresores es<br />

duro. Todo hombre prudente procede con sabiduría; Mas el 16<br />

necio manifestará necedad. El mal mensajero acarrea desgra- 17<br />

cia; Mas el mensajero fiel acarrea salud. Pobreza y vergüenza 18<br />

tendrá el que menosprecia el consejo; Mas el que guarda la<br />

corrección recibirá honra. El deseo cumplido regocija el alma; 19<br />

Pero apartarse del mal es abominación a los necios. El que 20<br />

anda con sabios, sabio será; Mas el que se junta con necios<br />

será quebrantado. El mal perseguirá a los pecadores, Mas los 21<br />

justos serán premiados con el bien. El bueno dejará herederos 22<br />

a los hijos de sus hijos; Pero la riqueza del pecador está guardada<br />

para el justo. En el barbecho de los pobres hay mucho 23<br />

pan; Mas se pierde por falta de juicio. El que detiene el cas- 24<br />

tigo, a su hijo aborrece; Mas el que lo ama, desde temprano<br />

lo corrige. El justo come hasta saciar su alma; Mas el vientre 25<br />

de los impíos tendrá necesidad.<br />

La mujer sabia edifica su casa; Mas la necia con sus ma- 14<br />

nos la derriba. El que camina en su rectitud teme a Jehová; 2<br />

Mas el de caminos pervertidos lo menosprecia. En la boca del 3<br />

necio está la vara de la soberbia; Mas los labios de los sabios<br />

los guardarán. Sin bueyes el granero está vacío; Mas por la 4<br />

fuerza del buey hay abundancia de pan. El testigo verdadero 5<br />

no mentirá; Mas el testigo falso hablará mentiras. Busca el 6<br />

escarnecedor la sabiduría y no la halla; Mas al hombre entendido<br />

la sabiduría le es fácil. Vete de delante del hombre necio, 7<br />

Porque en él no hallarás labios de ciencia. La ciencia del pru- 8<br />

dente está en entender su camino; Mas la indiscreción de los<br />

necios es engaño. Los necios se mofan del pecado; Mas entre 9<br />

los rectos hay buena voluntad. El corazón conoce la amar- 10<br />

gura de su alma; Y extraño no se entremeterá en su alegría.<br />

La casa de los impíos será asolada; Pero florecerá la tienda 11<br />

de los rectos. Hay camino que al hombre le parece derecho; 12<br />

Pero su fin es camino de muerte. Aun en la risa tendrá do- 13<br />

lor el corazón; Y el término de la alegría es congoja. De sus 14<br />

caminos será hastiado el necio de corazón; Pero el hombre de<br />

bien estará contento del suyo. El simple todo lo cree; Mas el 15<br />

avisado mira bien sus pasos. El sabio teme y se aparta del 16<br />

mal; Mas el insensato se muestra insolente y confiado. El que 17


14. 18–15. 8 Proverbios 912<br />

fácilmente se enoja hará locuras; Y el hombre perverso será<br />

18 aborrecido. Los simples heredarán necedad; Mas los pruden-<br />

19 tes se coronarán de sabiduría. Los malos se inclinarán delante<br />

20 de los buenos, Y los impíos a las puertas del justo. El pobre<br />

es odioso aun a su amigo; Pero muchos son los que aman al<br />

21 rico. Peca el que menosprecia a su prójimo; Mas el que tie-<br />

22 ne misericordia de los pobres es bienaventurado. ¿No yerran<br />

los que piensan el mal? Misericordia y verdad alcanzarán los<br />

23 que piensan el bien. En toda labor hay fruto; Mas las vanas<br />

24 palabras de los labios empobrecen. Las riquezas de los sabios<br />

son su corona; Pero la insensatez de los necios es infatuación.<br />

25 El testigo verdadero libra las almas; Mas el engañoso hablará<br />

26 mentiras. En el temor de Jehová está la fuerte confianza; Y<br />

27 esperanza tendrán sus hijos. El temor de Jehová es manantial<br />

28 de vida Para apartarse de los lazos de la muerte. En la multitud<br />

del pueblo está la gloria del rey; Y en la falta de pueblo<br />

29 la debilidad del príncipe. El que tarda en airarse es grande<br />

de entendimiento; Mas el que es impaciente de espíritu enal-<br />

30 tece la necedad. El corazón apacible es vida de la carne; Mas<br />

31 la envidia es carcoma de los huesos. El que oprime al pobre<br />

afrenta a su Hacedor; Mas el que tiene misericordia del pobre,<br />

32 lo honra. Por su maldad será lanzado el impío; Mas el justo en<br />

33 su muerte tiene esperanza. En el corazón del prudente reposa<br />

34 la sabiduría; Pero no es conocida en medio de los necios. La<br />

justicia engrandece a la nación; Mas el pecado es afrenta de<br />

35 las naciones. La benevolencia del rey es para con el servidor<br />

entendido; Mas su enojo contra el que lo avergüenza.<br />

15 La blanda respuesta quita la ira; Mas la palabra áspera hace<br />

2 subir el furor. La lengua de los sabios adornará la sabiduría;<br />

3 Mas la boca de los necios hablará sandeces. Los ojos de Jehová<br />

están en todo lugar, Mirando a los malos y a los buenos.<br />

4 La lengua apacible es árbol de vida; Mas la perversidad de<br />

5 ella es quebrantamiento de espíritu. El necio menosprecia el<br />

consejo de su padre; Mas el que guarda la corrección vendrá<br />

6 a ser prudente. En la casa del justo hay gran provisión; Pero<br />

7 turbación en las ganancias del impío. La boca de los sabios<br />

8 esparce sabiduría; No así el corazón de los necios. El sacrificio<br />

de los impíos es abominación a Jehová; Mas la oración de


913 Proverbios 15. 9–16. 2<br />

los rectos es su gozo. Abominación es a Jehová el camino del 9<br />

impío; Mas él ama al que sigue justicia. La reconvención es 10<br />

molesta al que deja el camino; Y el que aborrece la corrección<br />

morirá. El Seol y el Abadón están delante de Jehová; ¡Cuánto 11<br />

más los corazones de los hombres! El escarnecedor no ama al 12<br />

que le reprende, Ni se junta con los sabios. El corazón alegre 13<br />

hermosea el rostro; Mas por el dolor del corazón el espíritu se<br />

abate. El corazón entendido busca la sabiduría; Mas la bo- 14<br />

ca de los necios se alimenta de necedades. Todos los días del 15<br />

afligido son difíciles; Mas el de corazón contento tiene un banquete<br />

continuo. Mejor es lo poco con el temor de Jehová, Que 16<br />

el gran tesoro donde hay turbación. Mejor es la comida de le- 17<br />

gumbres donde hay amor, Que de buey engordado donde hay<br />

odio. El hombre iracundo promueve contiendas; Mas el que 18<br />

tarda en airarse apacigua la rencilla. El camino del perezoso 19<br />

es como seto de espinos; Mas la vereda de los rectos, como una<br />

calzada. El hijo sabio alegra al padre; Mas el hombre necio 20<br />

menosprecia a su madre. La necedad es alegría al falto de 21<br />

entendimiento; Mas el hombre entendido endereza sus pasos.<br />

Los pensamientos son frustrados donde no hay consejo; Mas en 22<br />

la multitud de consejeros se afirman. El hombre se alegra con 23<br />

la respuesta de su boca; Y la palabra a su tiempo, ¡cuán buena<br />

es! El camino de la vida es hacia arriba al entendido, Para 24<br />

apartarse del Seol abajo. Jehová asolará la casa de los sober- 25<br />

bios; Pero afirmará la heredad de la viuda. Abominación son 26<br />

a Jehová los pensamientos del malo; Mas las expresiones de los<br />

limpios son limpias. Alborota su casa el codicioso; Mas el que 27<br />

aborrece el soborno vivirá. El corazón del justo piensa para 28<br />

responder; Mas la boca de los impíos derrama malas cosas.<br />

Jehová está lejos de los impíos; Pero él oye la oración de los 29<br />

justos. La luz de los ojos alegra el corazón, Y la buena nueva 30<br />

conforta los huesos. El oído que escucha las amonestaciones 31<br />

de la vida, Entre los sabios morará. El que tiene en poco la 32<br />

disciplina menosprecia su alma; Mas el que escucha la corrección<br />

tiene entendimiento. El temor de Jehová es enseñanza 33<br />

de sabiduría; Y a la honra precede la humildad.<br />

Del hombre son las disposiciones del corazón; Mas de Jeho- 16<br />

vá es la respuesta de la lengua. Todos los caminos del hom- 2


16. 3–29 Proverbios 914<br />

bre son limpios en su propia opinión; Pero Jehová pesa los<br />

3 espíritus. Encomienda a Jehová tus obras, Y tus pensamien-<br />

4 tos serán afirmados. Todas las cosas ha hecho Jehová para<br />

5 sí mismo, Y aun al impío para el día malo. Abominación es<br />

a Jehová todo altivo de corazón; Ciertamente no quedará im-<br />

6 pune. Con misericordia y verdad se corrige el pecado, Y con<br />

7 el temor de Jehová los hombres se apartan del mal. Cuando<br />

los caminos del hombre son agradables a Jehová, Aun a sus<br />

8 enemigos hace estar en paz con él. Mejor es lo poco con jus-<br />

9 ticia Que la muchedumbre de frutos sin derecho. El corazón<br />

del hombre piensa su camino; Mas Jehová endereza sus pasos.<br />

10 Oráculo hay en los labios del rey; En juicio no prevaricará su<br />

11 boca. Peso y balanzas justas son de Jehová; Obra suya son<br />

12 todas las pesas de la bolsa. Abominación es a los reyes hacer<br />

13 impiedad, Porque con justicia será afirmado el trono. Los labios<br />

justos son el contentamiento de los reyes, Y éstos aman<br />

14 al que habla lo recto. La ira del rey es mensajero de muerte;<br />

15 Mas el hombre sabio la evitará. En la alegría del rostro del<br />

rey está la vida, Y su benevolencia es como nube de lluvia tar-<br />

16 día. Mejor es adquirir sabiduría que oro preciado; Y adquirir<br />

17 inteligencia vale más que la plata. El camino de los rectos<br />

se aparta del mal; Su vida guarda el que guarda su camino.<br />

18 Antes del quebrantamiento es la soberbia, Y antes de la caída<br />

19 la altivez de espíritu. Mejor es humillar el espíritu con los<br />

20 humildes Que repartir despojos con los soberbios. El entendido<br />

en la palabra hallará el bien, Y el que confía en Jehová<br />

21 es bienaventurado. El sabio de corazón es llamado prudente,<br />

22 Y la dulzura de labios aumenta el saber. Manantial de vida<br />

es el entendimiento al que lo posee; Mas la erudición de los<br />

23 necios es necedad. El corazón del sabio hace prudente su bo-<br />

24 ca, Y añade gracia a sus labios. Panal de miel son los dichos<br />

25 suaves; Suavidad al alma y medicina para los huesos. Hay camino<br />

que parece derecho al hombre, Pero su fin es camino de<br />

26 muerte. El alma del que trabaja, trabaja para sí, Porque su<br />

27 boca le estimula. El hombre perverso cava en busca del mal,<br />

28 Y en sus labios hay como llama de fuego. El hombre perverso<br />

levanta contienda, Y el chismoso aparta a los mejores amigos.<br />

29 El hombre malo lisonjea a su prójimo, Y le hace andar por


915 Proverbios 16. 30–17. 23<br />

camino no bueno. Cierra sus ojos para pensar perversidades; 30<br />

Mueve sus labios, efectúa el mal. Corona de honra es la vejez 31<br />

Que se halla en el camino de justicia. Mejor es el que tarda 32<br />

en airarse que el fuerte; Y el que se enseñorea de su espíritu,<br />

que el que toma una ciudad. La suerte se echa en el regazo; 33<br />

Mas de Jehová es la decisión de ella.<br />

Mejor es un bocado seco, y en paz, Que casa de contiendas 17<br />

llena de provisiones. El siervo prudente se enseñoreará del hi- 2<br />

jo que deshonra, Y con los hermanos compartirá la herencia.<br />

El crisol para la plata, y la hornaza para el oro; Pero Jehová 3<br />

prueba los corazones. El malo está atento al labio inicuo; Y el 4<br />

mentiroso escucha la lengua detractora. El que escarnece al 5<br />

pobre afrenta a su Hacedor; Y el que se alegra de la calamidad<br />

no quedará sin castigo. Corona de los viejos son los nietos, Y 6<br />

la honra de los hijos, sus padres. No conviene al necio la altilo- 7<br />

cuencia; ¡Cuánto menos al príncipe el labio mentiroso! Piedra 8<br />

preciosa es el soborno para el que lo practica; Adondequiera<br />

que se vuelve, halla prosperidad. El que cubre la falta busca 9<br />

amistad; Mas el que la divulga, aparta al amigo. La repren- 10<br />

sión aprovecha al entendido, Más que cien azotes al necio. El 11<br />

rebelde no busca sino el mal, Y mensajero cruel será enviado<br />

contra él. Mejor es encontrarse con una osa a la cual han ro- 12<br />

bado sus cachorros, Que con un fatuo en su necedad. El que 13<br />

da mal por bien, No se apartará el mal de su casa. El que co- 14<br />

mienza la discordia es como quien suelta las aguas; Deja, pues,<br />

la contienda, antes que se enrede. El que justifica al impío, y 15<br />

el que condena al justo, Ambos son igualmente abominación a<br />

Jehová. ¿De qué sirve el precio en la mano del necio para com- 16<br />

prar sabiduría, No teniendo entendimiento? En todo tiempo 17<br />

ama el amigo, Y es como un hermano en tiempo de angustia.<br />

El hombre falto de entendimiento presta fianzas, Y sale por 18<br />

fiador en presencia de su amigo. El que ama la disputa, ama 19<br />

la transgresión; Y el que abre demasiado la puerta busca su<br />

ruina. El perverso de corazón nunca hallará el bien, Y el que 20<br />

revuelve con su lengua caerá en el mal. El que engendra al 21<br />

insensato, para su tristeza lo engendra; Y el padre del necio no<br />

se alegrará. El corazón alegre constituye buen remedio; Mas 22<br />

el espíritu triste seca los huesos. El impío toma soborno del 23


17. 24–18. 22 Proverbios 916<br />

24 seno Para pervertir las sendas de la justicia. En el rostro del<br />

entendido aparece la sabiduría; Mas los ojos del necio vagan<br />

25 hasta el extremo de la tierra. El hijo necio es pesadumbre de<br />

26 su padre, Y amargura a la que lo dio a luz. Ciertamente no<br />

es bueno condenar al justo, Ni herir a los nobles que hacen lo<br />

27 recto. El que ahorra sus palabras tiene sabiduría; De espíritu<br />

28 prudente es el hombre entendido. Aun el necio, cuando calla,<br />

es contado por sabio; El que cierra sus labios es entendido.<br />

18 Su deseo busca el que se desvía, Y se entremete en todo ne-<br />

2 gocio. No toma placer el necio en la inteligencia, Sino en que<br />

3 su corazón se descubra. Cuando viene el impío, viene tam-<br />

4 bién el menosprecio, Y con el deshonrador la afrenta. Aguas<br />

profundas son las palabras de la boca del hombre; Y arro-<br />

5 yo que rebosa, la fuente de la sabiduría. Tener respeto a la<br />

persona del impío, Para pervertir el derecho del justo, no es<br />

6 bueno. Los labios del necio traen contienda; Y su boca los<br />

7 azotes llama. La boca del necio es quebrantamiento para sí,<br />

8 Y sus labios son lazos para su alma. Las palabras del chismoso<br />

son como bocados suaves, Y penetran hasta las entrañas.<br />

9 También el que es negligente en su trabajo Es hermano del<br />

10 hombre disipador. Torre fuerte es el nombre de Jehová; A él<br />

11 correrá el justo, y será levantado. Las riquezas del rico son su<br />

ciudad fortificada, Y como un muro alto en su imaginación.<br />

12 Antes del quebrantamiento se eleva el corazón del hombre, Y<br />

13 antes de la honra es el abatimiento. Al que responde palabra<br />

14 antes de oír, Le es fatuidad y oprobio. El ánimo del hombre<br />

soportará su enfermedad; Mas ¿quién sorportará al ánimo an-<br />

15 gustiado? El corazón del entendido adquiere sabiduría; Y el<br />

16 oído de los sabios busca la ciencia. La dádiva del hombre le<br />

17 ensancha el camino Y le lleva delante de los grandes. Justo<br />

parece el primero que aboga por su causa; Pero viene su adver-<br />

18 sario, y le descubre. La suerte pone fin a los pleitos, Y decide<br />

19 entre los poderosos. El hermano ofendido es más tenaz que<br />

una ciudad fuerte, Y las contiendas de los hermanos son como<br />

20 cerrojos de alcázar. Del fruto de la boca del hombre se llenará<br />

21 su vientre; Se saciará del producto de sus labios. La muerte<br />

y la vida están en poder de la lengua, Y el que la ama comerá<br />

22 de sus frutos. El que halla esposa halla el bien, Y alcanza


917 Proverbios 18. 23–19. 25<br />

la benevolencia de Jehová. El pobre habla con ruegos, Mas 23<br />

el rico responde durezas. El hombre que tiene amigos ha de 24<br />

mostrarse amigo; Y amigo hay más unido que un hermano.<br />

Mejor es el pobre que camina en integridad, Que el de per- 19<br />

versos labios y fatuo. El alma sin ciencia no es buena, Y aquel 2<br />

que se apresura con los pies, peca. La insensatez del hombre 3<br />

tuerce su camino, Y luego contra Jehová se irrita su corazón.<br />

Las riquezas traen muchos amigos; Mas el pobre es apartado 4<br />

de su amigo. El testigo falso no quedará sin castigo, Y el que 5<br />

habla mentiras no escapará. Muchos buscan el favor del ge- 6<br />

neroso, Y cada uno es amigo del hombre que da. Todos los 7<br />

hermanos del pobre le aborrecen; ¡Cuánto más sus amigos se<br />

alejarán de él! Buscará la palabra, y no la hallará. El que po- 8<br />

see entendimiento ama su alma; El que guarda la inteligencia<br />

hallará el bien. El testigo falso no quedará sin castigo, Y el 9<br />

que habla mentiras perecerá. No conviene al necio el deleite; 10<br />

¡Cuánto menos al siervo ser señor de los príncipes! La cordura 11<br />

del hombre detiene su furor, Y su honra es pasar por alto la<br />

ofensa. Como rugido de cachorro de león es la ira del rey, Y 12<br />

su favor como el rocío sobre la hierba. Dolor es para su padre 13<br />

el hijo necio, Y gotera continua las contiendas de la mujer. La 14<br />

casa y las riquezas son herencia de los padres; Mas de Jehová<br />

la mujer prudente. La pereza hace caer en profundo sueño, Y 15<br />

el alma negligente padecerá hambre. El que guarda el manda- 16<br />

miento guarda su alma; Mas el que menosprecia sus caminos<br />

morirá. A Jehová presta el que da al pobre, Y el bien que ha 17<br />

hecho, se lo volverá a pagar. Castiga a tu hijo en tanto que 18<br />

hay esperanza; Mas no se apresure tu alma para destruirlo.<br />

El de grande ira llevará la pena; Y si usa de violencias, aña- 19<br />

dirá nuevos males. Escucha el consejo, y recibe la corrección, 20<br />

Para que seas sabio en tu vejez. Muchos pensamientos hay en 21<br />

el corazón del hombre; Mas el consejo de Jehová permanecerá.<br />

Contentamiento es a los hombres hacer misericordia; Pero 22<br />

mejor es el pobre que el mentiroso. El temor de Jehová es 23<br />

para vida, Y con él vivirá lleno de reposo el hombre; No será<br />

visitado de mal. El perezoso mete su mano en el plato, Y ni 24<br />

aun a su boca la llevará. Hiere al escarnecedor, y el simple 25<br />

se hará avisado; Y corrigiendo al entendido, entenderá ciencia.


19. 26–20. 24 Proverbios 918<br />

26 El que roba a su padre y ahuyenta a su madre, Es hijo que<br />

27 causa vergüenza y acarrea oprobio. Cesa, hijo mío, de oír las<br />

enseñanzas Que te hacen divagar de las razones de sabiduría.<br />

28 El testigo perverso se burlará del juicio, Y la boca de los im-<br />

29 píos encubrirá la iniquidad. Preparados están juicios para los<br />

escarnecedores, Y azotes para las espaldas de los necios.<br />

20 El vino es escarnecedor, la sidra alborotadora, Y cualquie-<br />

2 ra que por ellos yerra no es sabio. Como rugido de cachorro<br />

de león es el terror del rey; El que lo enfurece peca contra sí<br />

3 mismo. Honra es del hombre dejar la contienda; Mas todo<br />

4 insensato se envolverá en ella. El perezoso no ara a causa del<br />

5 invierno; Pedirá, pues, en la siega, y no hallará. Como aguas<br />

profundas es el consejo en el corazón del hombre; Mas el hom-<br />

6 bre entendido lo alcanzará. Muchos hombres proclaman cada<br />

uno su propia bondad, Pero hombre de verdad, ¿quién lo ha-<br />

7 llará? Camina en su integridad el justo; Sus hijos son dichosos<br />

8 después de él. El rey que se sienta en el trono de juicio, Con<br />

9 su mirar disipa todo mal. ¿Quién podrá decir: Yo he lim-<br />

10 piado mi corazón, Limpio estoy de mi pecado? Pesa falsa y<br />

11 medida falsa, Ambas cosas son abominación a Jehová. Aun<br />

el muchacho es conocido por sus hechos, Si su conducta fuere<br />

12 limpia y recta. El oído que oye, y el ojo que ve, Ambas cosas<br />

13 igualmente ha hecho Jehová. No ames el sueño, para que no<br />

14 te empobrezcas; Abre tus ojos, y te saciarás de pan. El que<br />

compra dice: Malo es, malo es; Mas cuando se aparta, se ala-<br />

15 ba. Hay oro y multitud de piedras preciosas; Mas los labios<br />

16 prudentes son joya preciosa. Quítale su ropa al que salió por<br />

fiador del extraño, Y toma prenda del que sale fiador por los<br />

17 extraños. Sabroso es al hombre el pan de mentira; Pero des-<br />

18 pués su boca será llena de cascajo. Los pensamientos con el<br />

consejo se ordenan; Y con dirección sabia se hace la guerra.<br />

19 El que anda en chismes descubre el secreto; No te entremetas,<br />

20 pues, con el suelto de lengua. Al que maldice a su padre o a<br />

su madre, Se le apagará su lámpara en oscuridad tenebrosa.<br />

21 Los bienes que se adquieren de prisa al principio, No serán al<br />

22 final bendecidos. No digas: Yo me vengaré; Espera a Jehová,<br />

23 y él te salvará. Abominación son a Jehová las pesas falsas,<br />

24 Y la balanza falsa no es buena. De Jehová son los pasos del


919 Proverbios 20. 25–21. 20<br />

hombre; ¿Cómo, pues, entenderá el hombre su camino? Lazo 25<br />

es al hombre hacer apresuradamente voto de consagración, Y<br />

después de hacerlo, reflexionar. El rey sabio avienta a los im- 26<br />

píos, Y sobre ellos hace rodar la rueda. Lámpara de Jehová 27<br />

es el espíritu del hombre, La cual escudriña lo más profundo<br />

del corazón. Misericordia y verdad guardan al rey, Y con cle- 28<br />

mencia se sustenta su trono. La gloria de los jóvenes es su 29<br />

fuerza, Y la hermosura de los ancianos es su vejez. Los azotes 30<br />

que hieren son medicina para el malo, Y el castigo purifica el<br />

corazón.<br />

Como los repartimientos de las aguas, Así está el corazón 21<br />

del rey en la mano de Jehová; A todo lo que quiere lo inclina.<br />

Todo camino del hombre es recto en su propia opinión; Pero 2<br />

Jehová pesa los corazones. Hacer justicia y juicio es a Jeho- 3<br />

vá Más agradable que sacrificio. Altivez de ojos, y orgullo 4<br />

de corazón, Y pensamiento de impíos, son pecado. Los pen- 5<br />

samientos del diligente ciertamente tienden a la abundancia;<br />

Mas todo el que se apresura alocadamente, de cierto va a la<br />

pobreza. Amontonar tesoros con lengua mentirosa Es alien- 6<br />

to fugaz de aquellos que buscan la muerte. La rapiña de los 7<br />

impíos los destruirá, Por cuanto no quisieron hacer juicio. El 8<br />

camino del hombre perverso es torcido y extraño; Mas los hechos<br />

del limpio son rectos. Mejor es vivir en un rincón del 9<br />

terrado Que con mujer rencillosa en casa espaciosa. El alma 10<br />

del impío desea el mal; Su prójimo no halla favor en sus ojos.<br />

Cuando el escarnecedor es castigado, el simple se hace sabio; Y 11<br />

cuando se le amonesta al sabio, aprende ciencia. Considera el 12<br />

justo la casa del impío, Cómo los impíos son trastornados por<br />

el mal. El que cierra su oído al clamor del pobre, También él 13<br />

clamará, y no será oído. La dádiva en secreto calma el furor, 14<br />

Y el don en el seno, la fuerte ira. Alegría es para el justo el 15<br />

hacer juicio; Mas destrucción a los que hacen iniquidad. El 16<br />

hombre que se aparta del camino de la sabiduría Vendrá a parar<br />

en la compañía de los muertos. Hombre necesitado será el 17<br />

que ama el deleite, Y el que ama el vino y los ungüentos no se<br />

enriquecerá. Rescate del justo es el impío, Y por los rectos, 18<br />

el prevaricador. Mejor es morar en tierra desierta Que con 19<br />

la mujer rencillosa e iracunda. Tesoro precioso y aceite hay 20


21. 21–22. 17 Proverbios 920<br />

en la casa del sabio; Mas el hombre insensato todo lo disipa.<br />

21 El que sigue la justicia y la misericordia Hallará la vida, la<br />

22 justicia y la honra. Tomó el sabio la ciudad de los fuertes, Y<br />

23 derribó la fuerza en que ella confiaba. El que guarda su boca<br />

24 y su lengua, Su alma guarda de angustias. Escarnecedor es el<br />

nombre del soberbio y presuntuoso Que obra en la insolencia<br />

25 de su presunción. El deseo del perezoso le mata, Porque sus<br />

26 manos no quieren trabajar. Hay quien todo el día codicia;<br />

27 Pero el justo da, y no detiene su mano. El sacrificio de los<br />

impíos es abominación; ¡Cuánto más ofreciéndolo con maldad!<br />

28 El testigo mentiroso perecerá; Mas el hombre que oye, perma-<br />

29 necerá en su dicho. El hombre impío endurece su rostro; Mas<br />

30 el recto ordena sus caminos. No hay sabiduría, ni inteligencia,<br />

31 Ni consejo, contra Jehová. El caballo se alista para el día de<br />

la batalla; Mas Jehová es el que da la victoria.<br />

22 De más estima es el buen nombre que las muchas riquezas,<br />

2 Y la buena fama más que la plata y el oro. El rico y el po-<br />

3 bre se encuentran; A ambos los hizo Jehová. El avisado ve<br />

el mal y se esconde; Mas los simples pasan y reciben el daño.<br />

4 Riquezas, honra y vida Son la remuneración de la humildad<br />

5 y del temor de Jehová. Espinos y lazos hay en el camino del<br />

6 perverso; El que guarda su alma se alejará de ellos. Instruye<br />

al niño en su camino, Y aun cuando fuere viejo no se aparta-<br />

7 rá de él. El rico se enseñorea de los pobres, Y el que toma<br />

8 prestado es siervo del que presta. El que sembrare iniquidad,<br />

9 iniquidad segará, Y la vara de su insolencia se quebrará. El<br />

ojo misericordioso será bendito, Porque dio de su pan al in-<br />

10 digente. Echa fuera al escarnecedor, y saldrá la contienda, Y<br />

11 cesará el pleito y la afrenta. El que ama la limpieza de cora-<br />

12 zón, Por la gracia de sus labios tendrá la amistad del rey. Los<br />

ojos de Jehová velan por la ciencia; Mas él trastorna las cosas<br />

13 de los prevaricadores. Dice el perezoso: El león está fuera; Se-<br />

14 ré muerto en la calle. Fosa profunda es la boca de la mujer<br />

extraña; Aquel contra el cual Jehová estuviere airado caerá en<br />

15 ella. La necedad está ligada en el corazón del muchacho; Mas<br />

16 la vara de la corrección la alejará de él. El que oprime al pobre<br />

para aumentar sus ganancias, O que da al rico, ciertamente se<br />

17 empobrecerá. Inclina tu oído y oye las palabras de los sabios,


921 Proverbios 22. 18–23. 17<br />

Y aplica tu corazón a mi sabiduría; Porque es cosa deliciosa, 18<br />

si las guardares dentro de ti; Si juntamente se afirmaren sobre<br />

tus labios. Para que tu confianza sea en Jehová, Te las he 19<br />

hecho saber hoy a ti también. ¿No te he escrito tres veces En 20<br />

consejos y en ciencia, Para hacerte saber la certidumbre de 21<br />

las palabras de verdad, A fin de que vuelvas a llevar palabras<br />

de verdad a los que te enviaron? No robes al pobre, porque 22<br />

es pobre, Ni quebrantes en la puerta al afligido; Porque Jeho- 23<br />

vá juzgará la causa de ellos, Y despojará el alma de aquellos<br />

que los despojaren. No te entremetas con el iracundo, Ni te 24<br />

acompañes con el hombre de enojos, No sea que aprendas sus 25<br />

maneras, Y tomes lazo para tu alma. No seas de aquellos que 26<br />

se comprometen, Ni de los que salen por fiadores de deudas.<br />

Si no tuvieres para pagar, ¿Por qué han de quitar tu cama de 27<br />

debajo de ti? No traspases los linderos antiguos Que pusieron 28<br />

tus padres. ¿Has visto hombre solícito en su trabajo? Delante 29<br />

de los reyes estará; No estará delante de los de baja condición.<br />

Cuando te sientes a comer con algún señor, Considera bien 23<br />

lo que está delante de ti, Y pon cuchillo a tu garganta, Si tie- 2<br />

nes gran apetito. No codicies sus manjares delicados, Porque 3<br />

es pan engañoso. No te afanes por hacerte rico; Sé prudente, 4<br />

y desiste. ¿Has de poner tus ojos en las riquezas, siendo nin- 5<br />

gunas? Porque se harán alas Como alas de águila, y volarán al<br />

cielo. No comas pan con el avaro, Ni codicies sus manjares; 6<br />

Porque cual es su pensamiento en su corazón, tal es él. Come 7<br />

y bebe, te dirá; Mas su corazón no está contigo. Vomitarás la 8<br />

parte que comiste, Y perderás tus suaves palabras. No hables 9<br />

a oídos del necio, Porque menospreciará la prudencia de tus<br />

razones. No traspases el lindero antiguo, Ni entres en la here- 10<br />

dad de los huérfanos; Porque el defensor de ellos es el Fuerte, 11<br />

El cual juzgará la causa de ellos contra ti. Aplica tu corazón 12<br />

a la enseñanza, Y tus oídos a las palabras de sabiduría. No 13<br />

rehúses corregir al muchacho; Porque si lo castigas con vara,<br />

no morirá. Lo castigarás con vara, Y librarás su alma del Seol. 14<br />

Hijo mío, si tu corazón fuere sabio, También a mí se me ale- 15<br />

grará el corazón; Mis entrañas también se alegrarán Cuando 16<br />

tus labios hablaren cosas rectas. No tenga tu corazón envi- 17<br />

dia de los pecadores, Antes persevera en el temor de Jehová


23. 18–24. 11 Proverbios 922<br />

18 todo el tiempo; Porque ciertamente hay fin, Y tu esperanza<br />

19 no será cortada. Oye, hijo mío, y sé sabio, Y endereza tu co-<br />

20 razón al camino. No estés con los bebedores de vino, Ni con<br />

21 los comedores de carne; Porque el bebedor y el comilón em-<br />

22 pobrecerán, Y el sueño hará vestir vestidos rotos. Oye a tu<br />

padre, a aquel que te engendró; Y cuando tu madre envejecie-<br />

23 re, no la menosprecies. Compra la verdad, y no la vendas; La<br />

24 sabiduría, la enseñanza y la inteligencia. Mucho se alegrará<br />

el padre del justo, Y el que engendra sabio se gozará con él.<br />

25 Alégrense tu padre y tu madre, Y gócese la que te dio a luz.<br />

26 Dame, hijo mío, tu corazón, Y miren tus ojos por mis cami-<br />

27 nos. Porque abismo profundo es la ramera, Y pozo angosto<br />

28 la extraña. También ella, como robador, acecha, Y multiplica<br />

29 entre los hombres los prevaricadores. ¿Para quién será el ay?<br />

¿Para quién el dolor? ¿Para quién las rencillas? ¿Para quién<br />

las quejas? ¿Para quién las heridas en balde? ¿Para quién lo<br />

30 amoratado de los ojos? Para los que se detienen mucho en<br />

31 el vino, Para los que van buscando la mistura. No mires al<br />

vino cuando rojea, Cuando resplandece su color en la copa.<br />

32 Se entra suavemente; Mas al fin como serpiente morderá, Y<br />

33 como áspid dará dolor. Tus ojos mirarán cosas extrañas, Y<br />

34 tu corazón hablará perversidades. Serás como el que yace en<br />

medio del mar, O como el que está en la punta de un mastele-<br />

35 ro. Y dirás: Me hirieron, mas no me dolió; Me azotaron, mas<br />

no lo sentí; Cuando despertare, aún lo volveré a buscar.<br />

24 No tengas envidia de los hombres malos, Ni desees estar con<br />

2 ellos; Porque su corazón piensa en robar, E iniquidad hablan<br />

3 sus labios. Con sabiduría se edificará la casa, Y con pruden-<br />

4 cia se afirmará; Y con ciencia se llenarán las cámaras De todo<br />

5 bien preciado y agradable. El hombre sabio es fuerte, Y de<br />

6 pujante vigor el hombre docto. Porque con ingenio harás la<br />

7 guerra, Y en la multitud de consejeros está la victoria. Alta<br />

está para el insensato la sabiduría; En la puerta no abrirá él<br />

8 su boca. Al que piensa hacer el mal, Le llamarán hombre de<br />

9 malos pensamientos. El pensamiento del necio es pecado, Y<br />

10 abominación a los hombres el escarnecedor. Si fueres flojo en<br />

11 el día de trabajo, Tu fuerza será reducida. Libra a los que<br />

son llevados a la muerte; Salva a los que están en peligro de


923 Proverbios 24. 12–25. 3<br />

muerte. Porque si dijeres: Ciertamente no lo supimos, ¿Acaso 12<br />

no lo entenderá el que pesa los corazones? El que mira por tu<br />

alma, él lo conocerá, Y dará al hombre según sus obras. Co- 13<br />

me, hijo mío, de la miel, porque es buena, Y el panal es dulce<br />

a tu paladar. Así será a tu alma el conocimiento de la sabi- 14<br />

duría; Si la hallares tendrás recompensa, Y al fin tu esperanza<br />

no será cortada. Oh impío, no aceches la tienda del justo, No 15<br />

saquees su cámara; Porque siete veces cae el justo, y vuelve a 16<br />

levantarse; Mas los impíos caerán en el mal. Cuando cayere tu 17<br />

enemigo, no te regocijes, Y cuando tropezare, no se alegre tu<br />

corazón; No sea que Jehová lo mire, y le desagrade, Y aparte 18<br />

de sobre él su enojo. No te entremetas con los malignos, Ni 19<br />

tengas envidia de los impíos; Porque para el malo no habrá 20<br />

buen fin, Y la lámpara de los impíos será apagada. Teme a 21<br />

Jehová, hijo mío, y al rey; No te entremetas con los veleidosos;<br />

Porque su quebrantamiento vendrá de repente; Y el quebran- 22<br />

tamiento de ambos, ¿quién lo comprende? También éstos son 23<br />

dichos de los sabios: Hacer acepción de personas en el juicio<br />

no es bueno. El que dijere al malo: Justo eres, Los pueblos 24<br />

lo maldecirán, y le detestarán las naciones; Mas los que lo 25<br />

reprendieren tendrán felicidad, Y sobre ellos vendrá gran bendición.<br />

Besados serán los labios Del que responde palabras 26<br />

rectas. Prepara tus labores fuera, Y dispónlas en tus campos, 27<br />

Y después edificarás tu casa. No seas sin causa testigo contra 28<br />

tu prójimo, Y no lisonjees con tus labios. No digas: Como 29<br />

me hizo, así le haré; Daré el pago al hombre según su obra.<br />

Pasé junto al campo del hombre perezoso, Y junto a la viña 30<br />

del hombre falto de entendimiento; Y he aquí que por toda 31<br />

ella habían crecido los espinos, Ortigas habían ya cubierto su<br />

faz, Y su cerca de piedra estaba ya destruida. Miré, y lo pu- 32<br />

se en mi corazón; Lo vi, y tomé consejo. Un poco de sueño, 33<br />

cabeceando otro poco, Poniendo mano sobre mano otro poco<br />

para dormir; Así vendrá como caminante tu necesidad, Y tu 34<br />

pobreza como hombre armado.<br />

También éstos son proverbios de Salomón, los cuales copia- 25<br />

ron los varones de Ezequías, rey de Judá: Gloria de Dios es 2<br />

encubrir un asunto; Pero honra del rey es escudriñarlo. Para 3<br />

la altura de los cielos, y para la profundidad de la tierra, Y


25. 4–26. 1 Proverbios 924<br />

4 para el corazón de los reyes, no hay investigación. Quita las<br />

5 escorias de la plata, Y saldrá alhaja al fundidor. Aparta al<br />

impío de la presencia del rey, Y su trono se afirmará en jus-<br />

6 ticia. No te alabes delante del rey, Ni estés en el lugar de<br />

7 los grandes; Porque mejor es que se te diga: Sube acá, Y no<br />

que seas humillado delante del príncipe A quien han mirado<br />

8 tus ojos. No entres apresuradamente en pleito, No sea que no<br />

sepas qué hacer al fin, Después que tu prójimo te haya aver-<br />

9 gonzado. Trata tu causa con tu compañero, Y no descubras<br />

10 el secreto a otro, No sea que te deshonre el que lo oyere, Y<br />

11 tu infamia no pueda repararse. Manzana de oro con figuras<br />

12 de plata Es la palabra dicha como conviene. Como zarcillo de<br />

oro y joyel de oro fino Es el que reprende al sabio que tiene<br />

13 oído dócil. Como frío de nieve en tiempo de la siega, Así es<br />

el mensajero fiel a los que lo envían, Pues al alma de su señor<br />

14 da refrigerio. Como nubes y vientos sin lluvia, Así es el hom-<br />

15 bre que se jacta de falsa liberalidad. Con larga paciencia se<br />

aplaca el príncipe, Y la lengua blanda quebranta los huesos.<br />

16 ¿Hallaste miel? Come lo que te basta, No sea que hastiado de<br />

17 ella la vomites. Detén tu pie de la casa de tu vecino, No sea<br />

18 que hastiado de ti te aborrezca. Martillo y cuchillo y saeta<br />

aguda Es el hombre que habla contra su prójimo falso testimo-<br />

19 nio. Como diente roto y pie descoyuntado Es la confianza en<br />

20 el prevaricador en tiempo de angustia. El que canta canciones<br />

al corazón afligido Es como el que quita la ropa en tiempo de<br />

21 frío, o el que sobre el jabón echa vinagre. Si el que te aborrece<br />

tuviere hambre, dale de comer pan, Y si tuviere sed, dale de<br />

22 beber agua; Porque ascuas amontonarás sobre su cabeza, Y<br />

23 Jehová te lo pagará. El viento del norte ahuyenta la lluvia,<br />

24 Y el rostro airado la lengua detractora. Mejor es estar en un<br />

rincón del terrado, Que con mujer rencillosa en casa espaciosa.<br />

25 Como el agua fría al alma sedienta, Así son las buenas nuevas<br />

26 de lejanas tierras. Como fuente turbia y manantial corrompi-<br />

27 do, Es el justo que cae delante del impío. Comer mucha miel<br />

28 no es bueno, Ni el buscar la propia gloria es gloria. Como ciudad<br />

derribada y sin muro Es el hombre cuyo espíritu no tiene<br />

rienda.<br />

26 Como no conviene la nieve en el verano, ni la lluvia en la


925 Proverbios 26. 2–28<br />

siega, Así no conviene al necio la honra. Como el gorrión en 2<br />

su vagar, y como la golondrina en su vuelo, Así la maldición<br />

nunca vendrá sin causa. El látigo para el caballo, el cabes- 3<br />

tro para el asno, Y la vara para la espalda del necio. Nunca 4<br />

respondas al necio de acuerdo con su necedad, Para que no<br />

seas tú también como él. Responde al necio como merece su 5<br />

necedad, Para que no se estime sabio en su propia opinión.<br />

Como el que se corta los pies y bebe su daño, Así es el que 6<br />

envía recado por mano de un necio. Las piernas del cojo pen- 7<br />

den inútiles; Así es el proverbio en la boca del necio. Como 8<br />

quien liga la piedra en la honda, Así hace el que da honra al<br />

necio. Espinas hincadas en mano del embriagado, Tal es el 9<br />

proverbio en la boca de los necios. Como arquero que a todos 10<br />

hiere, Es el que toma a sueldo insensatos y vagabundos. Co- 11<br />

mo perro que vuelve a su vómito, Así es el necio que repite su<br />

necedad. ¿Has visto hombre sabio en su propia opinión? Más 12<br />

esperanza hay del necio que de él. Dice el perezoso: El león 13<br />

está en el camino; El león está en las calles. Como la puerta 14<br />

gira sobre sus quicios, Así el perezoso se vuelve en su cama.<br />

Mete el perezoso su mano en el plato; Se cansa de llevarla a 15<br />

su boca. En su propia opinión el perezoso es más sabio Que 16<br />

siete que sepan aconsejar. El que pasando se deja llevar de la 17<br />

ira en pleito ajeno Es como el que toma al perro por las orejas.<br />

Como el que enloquece, y echa llamas Y saetas y muerte, Tal 18, 19<br />

es el hombre que engaña a su amigo, Y dice: Ciertamente lo<br />

hice por broma. Sin leña se apaga el fuego, Y donde no hay 20<br />

chismoso, cesa la contienda. El carbón para brasas, y la leña 21<br />

para el fuego; Y el hombre rencilloso para encender contienda.<br />

Las palabras del chismoso son como bocados suaves, Y pene- 22<br />

tran hasta las entrañas. Como escoria de plata echada sobre 23<br />

el tiesto Son los labios lisonjeros y el corazón malo. El que 24<br />

odia disimula con sus labios; Mas en su interior maquina engaño.<br />

Cuando hablare amigablemente, no le creas; Porque siete 25<br />

abominaciones hay en su corazón. Aunque su odio se cubra 26<br />

con disimulo, Su maldad será descubierta en la congregación.<br />

El que cava foso caerá en él; Y al que revuelve la piedra, sobre 27<br />

él le volverá. La lengua falsa atormenta al que ha lastimado, 28<br />

Y la boca lisonjera hace resbalar.


27. 1–27 Proverbios 926<br />

27 No te jactes del día de mañana; Porque no sabes qué dará<br />

2 de sí el día. Alábete el extraño, y no tu propia boca; El ajeno,<br />

3 y no los labios tuyos. Pesada es la piedra, y la arena pesa;<br />

4 Mas la ira del necio es más pesada que ambas. Cruel es la ira,<br />

e impetuoso el furor; Mas ¿quién podrá sostenerse delante de<br />

5 la envidia? Mejor es reprensión manifiesta Que amor oculto.<br />

6 Fieles son las heridas del que ama; Pero importunos los besos<br />

7 del que aborrece. El hombre saciado desprecia el panal de<br />

8 miel; Pero al hambriento todo lo amargo es dulce. Cual ave<br />

que se va de su nido, Tal es el hombre que se va de su lugar.<br />

9 El ungüento y el perfume alegran el corazón, Y el cordial con-<br />

10 sejo del amigo, al hombre. No dejes a tu amigo, ni al amigo<br />

de tu padre; Ni vayas a la casa de tu hermano en el día de<br />

11 tu aflicción. Mejor es el vecino cerca que el hermano lejos. Sé<br />

sabio, hijo mío, y alegra mi corazón, Y tendré qué responder<br />

12 al que me agravie. El avisado ve el mal y se esconde; Mas los<br />

13 simples pasan y llevan el daño. Quítale su ropa al que salió<br />

fiador por el extraño; Y al que fía a la extraña, tómale prenda.<br />

14 El que bendice a su amigo en alta voz, madrugando de maña-<br />

15 na, Por maldición se le contará. Gotera continua en tiempo de<br />

16 lluvia Y la mujer rencillosa, son semejantes; Pretender contenerla<br />

es como refrenar el viento, O sujetar el aceite en la<br />

17 mano derecha. Hierro con hierro se aguza; Y así el hombre<br />

18 aguza el rostro de su amigo. Quien cuida la higuera comerá<br />

su fruto, Y el que mira por los intereses de su señor, tendrá<br />

19 honra. Como en el agua el rostro corresponde al rostro, Así el<br />

20 corazón del hombre al del hombre. El Seol y el Abadón nunca<br />

se sacian; Así los ojos del hombre nunca están satisfechos.<br />

21 El crisol prueba la plata, y la hornaza el oro, Y al hombre la<br />

22 boca del que lo alaba. Aunque majes al necio en un mortero<br />

entre granos de trigo majados con el pisón, No se apartará de<br />

23 él su necedad. Sé diligente en conocer el estado de tus ovejas,<br />

24 Y mira con cuidado por tus rebaños; Porque las riquezas no<br />

duran para siempre; ¿Y será la corona para perpetuas genera-<br />

25 ciones? Saldrá la grama, aparecerá la hierba, Y se segarán las<br />

26 hierbas de los montes. Los corderos son para tus vestidos, Y<br />

27 los cabritos para el precio del campo; Y abundancia de leche<br />

de las cabras para tu mantenimiento, para mantenimiento de


927 Proverbios 28. 1–24<br />

tu casa, Y para sustento de tus criadas.<br />

Huye el impío sin que nadie lo persiga; Mas el justo es- 28<br />

tá confiado como un león. Por la rebelión de la tierra sus 2<br />

príncipes son muchos; Mas por el hombre entendido y sabio<br />

permanece estable. El hombre pobre y robador de los pobres 3<br />

Es como lluvia torrencial que deja sin pan. Los que dejan la 4<br />

ley alaban a los impíos; Mas los que la guardan contenderán<br />

con ellos. Los hombres malos no entienden el juicio; Mas los 5<br />

que buscan a Jehová entienden todas las cosas. Mejor es el 6<br />

pobre que camina en su integridad, Que el de perversos caminos<br />

y rico. El que guarda la ley es hijo prudente; Mas el que es 7<br />

compañero de glotones avergüenza a su padre. El que aumen- 8<br />

ta sus riquezas con usura y crecido interés, Para aquel que se<br />

compadece de los pobres las aumenta. El que aparta su oído 9<br />

para no oír la ley, Su oración también es abominable. El que 10<br />

hace errar a los rectos por el mal camino, El caerá en su misma<br />

fosa; Mas los perfectos heredarán el bien. El hombre rico es 11<br />

sabio en su propia opinión; Mas el pobre entendido lo escudriña.<br />

Cuando los justos se alegran, grande es la gloria; Mas 12<br />

cuando se levantan los impíos, tienen que esconderse los hombres.<br />

El que encubre sus pecados no prosperará; Mas el que 13<br />

los confiesa y se aparta alcanzará misericordia. Bienaventu- 14<br />

rado el hombre que siempre teme a Dios; Mas el que endurece<br />

su corazón caerá en el mal. León rugiente y oso hambriento 15<br />

Es el príncipe impío sobre el pueblo pobre. El príncipe falto 16<br />

de entendimiento multiplicará la extorsión; Mas el que aborrece<br />

la avaricia prolongará sus días. El hombre cargado de la 17<br />

sangre de alguno Huirá hasta el sepulcro, y nadie le detendrá.<br />

El que en integridad camina será salvo; Mas el de perversos 18<br />

caminos caerá en alguno. El que labra su tierra se saciará de 19<br />

pan; Mas el que sigue a los ociosos se llenará de pobreza. El 20<br />

hombre de verdad tendrá muchas bendiciones; Mas el que se<br />

apresura a enriquecerse no será sin culpa. Hacer acepción de 21<br />

personas no es bueno; Hasta por un bocado de pan prevaricará<br />

el hombre. Se apresura a ser rico el avaro, Y no sabe que le ha 22<br />

de venir pobreza. El que reprende al hombre, hallará después 23<br />

mayor gracia Que el que lisonjea con la lengua. El que roba 24<br />

a su padre o a su madre, y dice que no es maldad, Compañero


28. 25–29. 23 Proverbios 928<br />

25 es del hombre destruidor. El altivo de ánimo suscita contien-<br />

26 das; Mas el que confía en Jehová prosperará. El que confía<br />

en su propio corazón es necio; Mas el que camina en sabidu-<br />

27 ría será librado. El que da al pobre no tendrá pobreza; Mas<br />

28 el que aparta sus ojos tendrá muchas maldiciones. Cuando<br />

los impíos son levantados se esconde el hombre; Mas cuando<br />

perecen, los justos se multiplican.<br />

29 El hombre que reprendido endurece la cerviz, De repente<br />

2 será quebrantado, y no habrá para él medicina. Cuando los<br />

justos dominan, el pueblo se alegra; Mas cuando domina el<br />

3 impío, el pueblo gime. El hombre que ama la sabiduría alegra<br />

a su padre; Mas el que frecuenta rameras perderá los bienes.<br />

4 El rey con el juicio afirma la tierra; Mas el que exige presentes<br />

5 la destruye. El hombre que lisonjea a su prójimo, Red tiende<br />

6 delante de sus pasos. En la transgresión del hombre malo<br />

7 hay lazo; Mas el justo cantará y se alegrará. Conoce el justo<br />

la causa de los pobres; Mas el impío no entiende sabiduría.<br />

8 Los hombres escarnecedores ponen la ciudad en llamas; Mas<br />

9 los sabios apartan la ira. Si el hombre sabio contendiere con<br />

10 el necio, Que se enoje o que se ría, no tendrá reposo. Los<br />

hombres sanguinarios aborrecen al perfecto, Mas los rectos<br />

11 buscan su contentamiento. El necio da rienda suelta a toda<br />

12 su ira, Mas el sabio al fin la sosiega. Si un gobernante atiende<br />

13 la palabra mentirosa, Todos sus servidores serán impíos. El<br />

pobre y el usurero se encuentran; Jehová alumbra los ojos de<br />

14 ambos. Del rey que juzga con verdad a los pobres, El trono<br />

15 será firme para siempre. La vara y la corrección dan sabiduría;<br />

16 Mas el muchacho consentido avergonzará a su madre. Cuando<br />

los impíos son muchos, mucha es la transgresión; Mas los justos<br />

17 verán la ruina de ellos. Corrige a tu hijo, y te dará descanso,<br />

18 Y dará alegría a tu alma. Sin profecía el pueblo se desenfrena;<br />

19 Mas el que guarda la ley es bienaventurado. El siervo no se<br />

20 corrige con palabras; Porque entiende, mas no hace caso. ¿Has<br />

visto hombre ligero en sus palabras? Más esperanza hay del<br />

21 necio que de él. El siervo mimado desde la niñez por su amo,<br />

22 A la postre será su heredero. El hombre iracundo levanta<br />

23 contiendas, Y el furioso muchas veces peca. La soberbia del<br />

hombre le abate; Pero al humilde de espíritu sustenta la honra.


929 Proverbios 29. 24–30. 20<br />

El cómplice del ladrón aborrece su propia alma; Pues oye la 24<br />

imprecación y no dice nada. El temor del hombre pondrá lazo; 25<br />

Mas el que confía en Jehová será exaltado. Muchos buscan el 26<br />

favor del príncipe; Mas de Jehová viene el juicio de cada uno.<br />

Abominación es a los justos el hombre inicuo; Y abominación 27<br />

es al impío el de caminos rectos.<br />

Palabras de Agur, hijo de Jaqué; la profecía que dijo el va- 30<br />

rón a Itiel, a Itiel y a Ucal. Ciertamente más rudo soy yo que 2<br />

ninguno, Ni tengo entendimiento de hombre. Yo ni aprendí 3<br />

sabiduría, Ni conozco la ciencia del Santo. ¿Quién subió al 4<br />

cielo, y descendió? ¿Quién encerró los vientos en sus puños?<br />

¿Quién ató las aguas en un paño? ¿Quién afirmó todos los<br />

términos de la tierra? ¿Cuál es su nombre, y el nombre de su<br />

hijo, si sabes? Toda palabra de Dios es limpia; Él es escu- 5<br />

do a los que en él esperan. No añadas a sus palabras, para 6<br />

que no te reprenda, Y seas hallado mentiroso. Dos cosas te 7<br />

he demandado; No me las niegues antes que muera: Vanidad 8<br />

y palabra mentirosa aparta de mí; No me des pobreza ni riquezas;<br />

Manténme del pan necesario; No sea que me sacie, 9<br />

y te niegue, y diga: ¿Quién es Jehová? O que siendo pobre,<br />

hurte, Y blasfeme el nombre de mi Dios. No acuses al siervo 10<br />

ante su señor, No sea que te maldiga, y lleves el castigo. Hay 11<br />

generación que maldice a su padre Y a su madre no bendice.<br />

Hay generación limpia en su propia opinión, Si bien no se ha 12<br />

limpiado de su inmundicia. Hay generación cuyos ojos son 13<br />

altivos Y cuyos párpados están levantados en alto. Hay gene- 14<br />

ración cuyos dientes son espadas, y sus muelas cuchillos, Para<br />

devorar a los pobres de la tierra, y a los menesterosos de entre<br />

los hombres. La sanguijuela tiene dos hijas que dicen: ¡Dame! 15<br />

¡dame! Tres cosas hay que nunca se sacian; Aun la cuarta nunca<br />

dice: ¡Basta! El Seol, la matriz estéril, La tierra que no se 16<br />

sacia de aguas, Y el fuego que jamás dice: ¡Basta! El ojo que 17<br />

escarnece a su padre Y menosprecia la enseñanza de la madre,<br />

Los cuervos de la cañada lo saquen, Y lo devoren los hijos del<br />

águila. Tres cosas me son ocultas; Aun tampoco sé la cuarta: 18<br />

El rastro del águila en el aire; El rastro de la culebra sobre la 19<br />

peña; El rastro de la nave en medio del mar; Y el rastro del<br />

hombre en la doncella. El proceder de la mujer adúltera es 20


30. 21–31. 17 Proverbios 930<br />

21 así: Come, y limpia su boca Y dice: No he hecho maldad. Por<br />

tres cosas se alborota la tierra, Y la cuarta ella no puede sufrir:<br />

22 Por el siervo cuando reina; Por el necio cuando se sacia de pan;<br />

23 Por la mujer odiada cuando se casa; Y por la sierva cuando<br />

24 hereda a su señora. Cuatro cosas son de las más pequeñas<br />

25 de la tierra, Y las mismas son más sabias que los sabios: Las<br />

hormigas, pueblo no fuerte, Y en el verano preparan su co-<br />

26 mida; Los conejos, pueblo nada esforzado, Y ponen su casa<br />

27 en la piedra; Las langostas, que no tienen rey, Y salen todas<br />

28 por cuadrillas; La araña que atrapas con la mano, Y está en<br />

29 palacios de rey. Tres cosas hay de hermoso andar, Y la cuarta<br />

30 pasea muy bien: El león, fuerte entre todos los animales, Que<br />

31 no vuelve atrás por nada; El ceñido de lomos; asimismo el<br />

32 macho cabrío; Y el rey, a quien nadie resiste. Si neciamente<br />

has procurado enaltecerte, O si has pensado hacer mal, Pon el<br />

33 dedo sobre tu boca. Ciertamente el que bate la leche sacará<br />

mantequilla, Y el que recio se suena las narices sacará sangre;<br />

Y el que provoca la ira causará contienda.<br />

31 Palabras del rey Lemuel; la profecía con que le enseñó su<br />

2 madre. ¿Qué, hijo mío? ¿y qué, hijo de mi vientre? ¿Y qué,<br />

3 hijo de mis deseos? No des a las mujeres tu fuerza, Ni tus<br />

4 caminos a lo que destruye a los reyes. No es de los reyes, oh<br />

Lemuel, no es de los reyes beber vino, Ni de los príncipes la<br />

5 sidra; No sea que bebiendo olviden la ley, Y perviertan el<br />

6 derecho de todos los afligidos. Dad la sidra al desfallecido,<br />

7 Y el vino a los de amargado ánimo. Beban, y olvídense de<br />

8 su necesidad, Y de su miseria no se acuerden más. Abre tu<br />

9 boca por el mudo En el juicio de todos los desvalidos. Abre<br />

tu boca, juzga con justicia, Y defiende la causa del pobre y<br />

10 del menesteroso. Mujer virtuosa, ¿quién la hallará? Porque<br />

su estima sobrepasa largamente a la de las piedras preciosas.<br />

11 El corazón de su marido está en ella confiado, Y no carecerá de<br />

12 ganancias. Le da ella bien y no mal Todos los días de su vida.<br />

13, 14 Busca lana y lino, Y con voluntad trabaja con sus manos. Es<br />

15 como nave de mercader; Trae su pan de lejos. Se levanta aun<br />

de noche Y da comida a su familia Y ración a sus criadas.<br />

16 Considera la heredad, y la compra, Y planta viña del fruto de<br />

17 sus manos. Ciñe de fuerza sus lomos, Y esfuerza sus brazos.


931 Proverbios 31. 18–31<br />

Ve que van bien sus negocios; Su lámpara no se apaga de noche. 18<br />

Aplica su mano al huso, Y sus manos a la rueca. Alarga su 19, 20<br />

mano al pobre, Y extiende sus manos al menesteroso. No 21<br />

tiene temor de la nieve por su familia, Porque toda su familia<br />

está vestida de ropas dobles. Ella se hace tapices; De lino 22<br />

fino y púrpura es su vestido. Su marido es conocido en las 23<br />

puertas, Cuando se sienta con los ancianos de la tierra. Hace 24<br />

telas, y vende, Y da cintas al mercader. Fuerza y honor son su 25<br />

vestidura; Y se ríe de lo por venir. Abre su boca con sabiduría, 26<br />

Y la ley de clemencia está en su lengua. Considera los caminos 27<br />

de su casa, Y no come el pan de balde. Se levantan sus hijos 28<br />

y la llaman bienaventurada; Y su marido también la alaba:<br />

Muchas mujeres hicieron el bien; Mas tú sobrepasas a todas. 29<br />

Engañosa es la gracia, y vana la hermosura; La mujer que teme 30<br />

a Jehová, ésa será alabada. Dadle del fruto de sus manos, Y 31<br />

alábenla en las puertas sus hechos.


eclesiastés<br />

o el predicador<br />

1 alabras del Predicador, hijo de David, rey en Jerusa-<br />

2 lén. Vanidad de vanidades, dijo el Predicador; vani-<br />

3 dad de vanidades, todo es vanidad. ¿Qué provecho<br />

4<br />

tiene el hombre de todo su trabajo con que se afana<br />

debajo del sol? Generación va, y generación viene; mas la<br />

5 tierra siempre permanece. Sale el sol, y se pone el sol, y se<br />

6 apresura a volver al lugar de donde se levanta. El viento tira<br />

hacia el sur, y rodea al norte; va girando de continuo, y a sus<br />

7 giros vuelve el viento de nuevo. Los ríos todos van al mar, y el<br />

mar no se llena; al lugar de donde los ríos vinieron, allí vuelven<br />

8 para correr de nuevo. Todas las cosas son fatigosas más de lo<br />

que el hombre puede expresar; nunca se sacia el ojo de ver, ni<br />

9 el oído de oír. ¿Qué es lo que fue? Lo mismo que será. ¿Qué es<br />

lo que ha sido hecho? Lo mismo que se hará; y nada hay nuevo<br />

10 debajo del sol. ¿Hay algo de que se puede decir: He aquí esto<br />

11 es nuevo? Ya fue en los siglos que nos han precedido. No hay<br />

memoria de lo que precedió, ni tampoco de lo que sucederá<br />

12 habrá memoria en los que serán después. Yo el Predicador<br />

13 fui rey sobre Israel en Jerusalén. Y di mi corazón a inquirir<br />

y a buscar con sabiduría sobre todo lo que se hace debajo del<br />

cielo; este penoso trabajo dio Dios a los hijos de los hombres,<br />

14 para que se ocupen en él. Miré todas las obras que se hacen<br />

15<br />

debajo del sol; y he aquí, todo ello es vanidad y aflicción de<br />

espíritu. Lo torcido no se puede enderezar, y lo incompleto no<br />

16 puede contarse. Hablé yo en mi corazón, diciendo: He aquí yo<br />

me he engrandecido, y he crecido en sabiduría sobre todos los<br />

que fueron antes de mí en Jerusalén; y mi corazón ha percibido<br />

17 mucha sabiduría y ciencia. Y dediqué mi corazón a conocer<br />

la sabiduría, y también a entender las locuras y los desvaríos;<br />

18 conocí que aun esto era aflicción de espíritu. Porque en la<br />

mucha sabiduría hay mucha molestia; y quien añade ciencia,<br />

añade dolor.


933 Eclesiastés 2. 1–17<br />

Dije yo en mi corazón: Ven ahora, te probaré con alegría, y 2<br />

gozarás de bienes. Mas he aquí esto también era vanidad. A la 2<br />

risa dije: Enloqueces; y al placer: ¿De qué sirve esto? Propuse 3<br />

en mi corazón agasajar mi carne con vino, y que anduviese mi<br />

corazón en sabiduría, con retención de la necedad, hasta ver<br />

cuál fuese el bien de los hijos de los hombres, en el cual se ocuparan<br />

debajo del cielo todos los días de su vida. Engrandecí 4<br />

mis obras, edifiqué para mí casas, planté para mí viñas; me 5<br />

hice huertos y jardines, y planté en ellos árboles de todo fruto.<br />

Me hice estanques de aguas, para regar de ellos el bosque don- 6<br />

de crecían los árboles. Compré siervos y siervas, y tuve siervos 7<br />

nacidos en casa; también tuve posesión grande de vacas y de<br />

ovejas, más que todos los que fueron antes de mí en Jerusalén.<br />

Me amontoné también plata y oro, y tesoros preciados de reyes 8<br />

y de provincias; me hice de cantores y cantoras, de los deleites<br />

de los hijos de los hombres, y de toda clase de instrumentos de<br />

música. Y fui engrandecido y aumentado más que todos los 9<br />

que fueron antes de mí en Jerusalén; a más de esto, conservé<br />

conmigo mi sabiduría. No negué a mis ojos ninguna cosa que 10<br />

desearan, ni aparté mi corazón de placer alguno, porque mi<br />

corazón gozó de todo mi trabajo; y ésta fue mi parte de toda<br />

mi faena. Miré yo luego todas las obras que habían hecho mis 11<br />

manos, y el trabajo que tomé para hacerlas; y he aquí, todo<br />

era vanidad y aflicción de espíritu, y sin provecho debajo del<br />

sol. Después volví yo a mirar para ver la sabiduría y los des- 12<br />

varíos y la necedad; porque ¿qué podrá hacer el hombre que<br />

venga después del rey? Nada, sino lo que ya ha sido hecho. Y 13<br />

he visto que la sabiduría sobrepasa a la necedad, como la luz a<br />

las tinieblas. El sabio tiene sus ojos en su cabeza, mas el ne- 14<br />

cio anda en tinieblas; pero también entendí yo que un mismo<br />

suceso acontecerá al uno como al otro. Entonces dije yo en mi 15<br />

corazón: Como sucederá al necio, me sucederá también a mí.<br />

¿Para qué, pues, he trabajado hasta ahora por hacerme más<br />

sabio? Y dije en mi corazón, que también esto era vanidad.<br />

Porque ni del sabio ni del necio habrá memoria para siempre; 16<br />

pues en los días venideros ya todo será olvidado, y también<br />

morirá el sabio como el necio. Aborrecí, por tanto, la vida, 17<br />

porque la obra que se hace debajo del sol me era fastidiosa;


2. 18–3. 11 Eclesiastés 934<br />

18 por cuanto todo es vanidad y aflicción de espíritu. Asimismo<br />

aborrecí todo mi trabajo que había hecho debajo del sol, el<br />

19 cual tendré que dejar a otro que vendrá después de mí. Y<br />

¿quién sabe si será sabio o necio el que se enseñoreará de todo<br />

mi trabajo en que yo me afané y en que ocupé debajo del sol<br />

20 mi sabiduría? Esto también es vanidad. Volvió, por tanto, a<br />

desesperanzarse mi corazón acerca de todo el trabajo en que<br />

me afané, y en que había ocupado debajo del sol mi sabidu-<br />

21 ría. ¡Que el hombre trabaje con sabiduría, y con ciencia y con<br />

rectitud, y que haya de dar su hacienda a hombre que nunca<br />

22 trabajó en ello! También es esto vanidad y mal grande. Porque<br />

¿qué tiene el hombre de todo su trabajo, y de la fatiga<br />

23 de su corazón, con que se afana debajo del sol? Porque todos<br />

sus días no son sino dolores, y sus trabajos molestias; aun<br />

24 de noche su corazón no reposa. Esto también es vanidad. No<br />

hay cosa mejor para el hombre sino que coma y beba, y que su<br />

alma se alegre en su trabajo. También he visto que esto es de<br />

25 la mano de Dios. Porque ¿quién comerá, y quién se cuidará,<br />

26 mejor que yo? Porque al hombre que le agrada, Dios le da<br />

sabiduría, ciencia y gozo; mas al pecador da el trabajo de recoger<br />

y amontonar, para darlo al que agrada a Dios. También<br />

esto es vanidad y aflicción de espíritu.<br />

3 Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del<br />

2 cielo tiene su hora. Tiempo de nacer, y tiempo de morir; tiem-<br />

3 po de plantar, y tiempo de arrancar lo plantado; tiempo de<br />

matar, y tiempo de curar; tiempo de destruir, y tiempo de edi-<br />

4 ficar; tiempo de llorar, y tiempo de reír; tiempo de endechar,<br />

5 y tiempo de bailar; tiempo de esparcir piedras, y tiempo de<br />

juntar piedras; tiempo de abrazar, y tiempo de abstenerse de<br />

6 abrazar; tiempo de buscar, y tiempo de perder; tiempo de<br />

7 guardar, y tiempo de desechar; tiempo de romper, y tiempo<br />

8 de coser; tiempo de callar, y tiempo de hablar; tiempo de<br />

amar, y tiempo de aborrecer; tiempo de guerra, y tiempo de<br />

9 paz. ¿Qué provecho tiene el que trabaja, de aquello en que se<br />

10 afana? Yo he visto el trabajo que Dios ha dado a los hijos de<br />

11 los hombres para que se ocupen en él. Todo lo hizo hermoso<br />

en su tiempo; y ha puesto eternidad en el corazón de ellos, sin<br />

que alcance el hombre a entender la obra que ha hecho Dios


935 Eclesiastés 3. 12–4. 7<br />

desde el principio hasta el fin. Yo he conocido que no hay 12<br />

para ellos cosa mejor que alegrarse, y hacer bien en su vida;<br />

y también que es don de Dios que todo hombre coma y beba, 13<br />

y goce el bien de toda su labor. He entendido que todo lo 14<br />

que Dios hace será perpetuo; sobre aquello no se añadirá, ni<br />

de ello se disminuirá; y lo hace Dios, para que delante de él<br />

teman los hombres. Aquello que fue, ya es; y lo que ha de 15<br />

ser, fue ya; y Dios restaura lo que pasó. Vi más debajo del 16<br />

sol: en lugar del juicio, allí impiedad; y en lugar de la justicia,<br />

allí iniquidad. Y dije yo en mi corazón: Al justo y al impío 17<br />

juzgará Dios; porque allí hay un tiempo para todo lo que se<br />

quiere y para todo lo que se hace. Dije en mi corazón: Es 18<br />

así, por causa de los hijos de los hombres, para que Dios los<br />

pruebe, y para que vean que ellos mismos son semejantes a las<br />

bestias. Porque lo que sucede a los hijos de los hombres, y 19<br />

lo que sucede a las bestias, un mismo suceso es: como mueren<br />

los unos, así mueren los otros, y una misma respiración tienen<br />

todos; ni tiene más el hombre que la bestia; porque todo es<br />

vanidad. Todo va a un mismo lugar; todo es hecho del polvo, 20<br />

y todo volverá al mismo polvo. ¿Quién sabe que el espíritu 21<br />

de los hijos de los hombres sube arriba, y que el espíritu del<br />

animal desciende abajo a la tierra? Así, pues, he visto que 22<br />

no hay cosa mejor para el hombre que alegrarse en su trabajo,<br />

porque ésta es su parte; porque ¿quién lo llevará para que vea<br />

lo que ha de ser después de él?<br />

Me volví y vi todas las violencias que se hacen debajo del 4<br />

sol; y he aquí las lágrimas de los oprimidos, sin tener quien<br />

los consuele; y la fuerza estaba en la mano de sus opresores,<br />

y para ellos no había consolador. Y alabé yo a los finados, 2<br />

los que ya murieron, más que a los vivientes, los que viven<br />

todavía. Y tuve por más feliz que unos y otros al que no ha 3<br />

sido aún, que no ha visto las malas obras que debajo del sol se<br />

hacen. He visto asimismo que todo trabajo y toda excelencia 4<br />

de obras despierta la envidia del hombre contra su prójimo.<br />

También esto es vanidad y aflicción de espíritu. El necio cru- 5<br />

za sus manos y come su misma carne. Más vale un puño lleno 6<br />

con descanso, que ambos puños llenos con trabajo y aflicción<br />

de espíritu. Yo me volví otra vez, y vi vanidad debajo del sol. 7


4. 8–5. 10 Eclesiastés 936<br />

8 Está un hombre solo y sin sucesor, que no tiene hijo ni hermano;<br />

pero nunca cesa de trabajar, ni sus ojos se sacian de sus<br />

riquezas, ni se pregunta: ¿Para quién trabajo yo, y defraudo mi<br />

9 alma del bien? También esto es vanidad, y duro trabajo. Mejores<br />

son dos que uno; porque tienen mejor paga de su trabajo.<br />

10 Porque si cayeren, el uno levantará a su compañero; pero ¡ay<br />

del solo! que cuando cayere, no habrá segundo que lo levante.<br />

11 También si dos durmieren juntos, se calentarán mutuamente;<br />

12 mas ¿cómo se calentará uno solo? Y si alguno prevaleciere<br />

contra uno, dos le resistirán; y cordón de tres dobleces no se<br />

13 rompe pronto. Mejor es el muchacho pobre y sabio, que el rey<br />

14 viejo y necio que no admite consejos; porque de la cárcel salió<br />

15 para reinar, aunque en su reino nació pobre. Vi a todos los<br />

que viven debajo del sol caminando con el muchacho sucesor,<br />

16 que estará en lugar de aquél. No tenía fin la muchedumbre<br />

del pueblo que le seguía; sin embargo, los que vengan después<br />

tampoco estarán contentos de él. Y esto es también vanidad y<br />

aflicción de espíritu.<br />

5 Cuando fueres a la casa de Dios, guarda tu pie; y acércate<br />

más para oír que para ofrecer el sacrificio de los necios; porque<br />

2 no saben que hacen mal. No te des prisa con tu boca, ni tu<br />

corazón se apresure a proferir palabra delante de Dios; porque<br />

Dios está en el cielo, y tú sobre la tierra; por tanto, sean pocas<br />

3 tus palabras. Porque de la mucha ocupación viene el sueño,<br />

4 y de la multitud de las palabras la voz del necio. Cuando a<br />

Dios haces promesa, no tardes en cumplirla; porque él no se<br />

5 complace en los insensatos. Cumple lo que prometes. Mejor es<br />

6 que no prometas, y no que prometas y no cumplas. No dejes<br />

que tu boca te haga pecar, ni digas delante del ángel, que<br />

fue ignorancia. ¿Por qué harás que Dios se enoje a causa de tu<br />

7 voz, y que destruya la obra de tus manos? Donde abundan los<br />

sueños, también abundan las vanidades y las muchas palabras;<br />

8 mas tú, teme a Dios. Si opresión de pobres y perversión de<br />

derecho y de justicia vieres en la provincia, no te maravilles<br />

de ello; porque sobre el alto vigila otro más alto, y uno más<br />

9 alto está sobre ellos. Además, el provecho de la tierra es para<br />

10 todos; el rey mismo está sujeto a los campos. El que ama el<br />

dinero, no se saciará de dinero; y el que ama el mucho tener, no


937 Eclesiastés 5. 11–6. 9<br />

sacará fruto. También esto es vanidad. Cuando aumentan los 11<br />

bienes, también aumentan los que los consumen. ¿Qué bien,<br />

pues, tendrá su dueño, sino verlos con sus ojos? Dulce es el 12<br />

sueño del trabajador, coma mucho, coma poco; pero al rico<br />

no le deja dormir la abundancia. Hay un mal doloroso que 13<br />

he visto debajo del sol: las riquezas guardadas por sus dueños<br />

para su mal; las cuales se pierden en malas ocupaciones, y a 14<br />

los hijos que engendraron, nada les queda en la mano. Como 15<br />

salió del vientre de su madre, desnudo, así vuelve, yéndose<br />

tal como vino; y nada tiene de su trabajo para llevar en su<br />

mano. Éste también es un gran mal, que como vino, así haya 16<br />

de volver. ¿Y de qué le aprovechó trabajar en vano? Además 17<br />

de esto, todos los días de su vida comerá en tinieblas, con<br />

mucho afán y dolor y miseria. He aquí, pues, el bien que yo 18<br />

he visto: que lo bueno es comer y beber, y gozar uno del bien<br />

de todo su trabajo con que se fatiga debajo del sol, todos los<br />

días de su vida que Dios le ha dado; porque ésta es su parte.<br />

Asimismo, a todo hombre a quien Dios da riquezas y bienes, 19<br />

y le da también facultad para que coma de ellas, y tome su<br />

parte, y goce de su trabajo, esto es don de Dios. Porque no 20<br />

se acordará mucho de los días de su vida; pues Dios le llenará<br />

de alegría el corazón.<br />

Hay un mal que he visto debajo del cielo, y muy común 6<br />

entre los hombres: El del hombre a quien Dios da riquezas y 2<br />

bienes y honra, y nada le falta de todo lo que su alma desea;<br />

pero Dios no le da facultad de disfrutar de ello, sino que lo disfrutan<br />

los extraños. Esto es vanidad, y mal doloroso. Aunque 3<br />

el hombre engendrare cien hijos, y viviere muchos años, y los<br />

días de su edad fueren numerosos; si su alma no se sació del<br />

bien, y también careció de sepultura, yo digo que un abortivo<br />

es mejor que él. Porque éste en vano viene, y a las tinieblas 4<br />

va, y con tinieblas su nombre es cubierto. Además, no ha vis- 5<br />

to el sol, ni lo ha conocido; más reposo tiene éste que aquél.<br />

Porque si aquél viviere mil años dos veces, sin gustar del bien, 6<br />

¿no van todos al mismo lugar? Todo el trabajo del hombre 7<br />

es para su boca, y con todo eso su deseo no se sacia. Porque 8<br />

¿qué más tiene el sabio que el necio? ¿Qué más tiene el pobre<br />

que supo caminar entre los vivos? Más vale vista de ojos 9


6. 10–7. 18 Eclesiastés 938<br />

que deseo que pasa. Y también esto es vanidad y aflicción de<br />

10 espíritu. Respecto de lo que es, ya ha mucho que tiene nombre,<br />

y se sabe que es hombre y que no puede contender con<br />

11 Aquel que es más poderoso que él. Ciertamente las muchas<br />

palabras multiplican la vanidad. ¿Qué más tiene el hombre?<br />

12 Porque ¿quién sabe cuál es el bien del hombre en la vida, todos<br />

los días de la vida de su vanidad, los cuales él pasa como<br />

sombra? Porque ¿quién enseñará al hombre qué será después<br />

de él debajo del sol?<br />

7 Mejor es la buena fama que el buen ungüento; y mejor el<br />

2 día de la muerte que el día del nacimiento. Mejor es ir a la<br />

casa del luto que a la casa del banquete; porque aquello es<br />

el fin de todos los hombres, y el que vive lo pondrá en su<br />

3 corazón. Mejor es el pesar que la risa; porque con la tristeza<br />

4 del rostro se enmendará el corazón. El corazón de los sabios<br />

está en la casa del luto; mas el corazón de los insensatos, en<br />

5 la casa en que hay alegría. Mejor es oír la reprensión del<br />

6 sabio que la canción de los necios. Porque la risa del necio es<br />

como el estrépito de los espinos debajo de la olla. Y también<br />

7 esto es vanidad. Ciertamente la opresión hace entontecer al<br />

8 sabio, y las dádivas corrompen el corazón. Mejor es el fin del<br />

negocio que su principio; mejor es el sufrido de espíritu que el<br />

9 altivo de espíritu. No te apresures en tu espíritu a enojarte;<br />

10 porque el enojo reposa en el seno de los necios. Nunca digas:<br />

¿Cuál es la causa de que los tiempos pasados fueron mejores<br />

que estos? Porque nunca de esto preguntarás con sabiduría.<br />

11 Buena es la ciencia con herencia, y provechosa para los que ven<br />

12 el sol. Porque escudo es la ciencia, y escudo es el dinero; mas<br />

13 la sabiduría excede, en que da vida a sus poseedores. Mira la<br />

obra de Dios; porque ¿quién podrá enderezar lo que él torció?<br />

14 En el día del bien goza del bien; y en el día de la adversidad<br />

considera. Dios hizo tanto lo uno como lo otro, a fin de que el<br />

15 hombre nada halle después de él. Todo esto he visto en los<br />

días de mi vanidad. Justo hay que perece por su justicia, y hay<br />

16 impío que por su maldad alarga sus días. No seas demasiado<br />

justo, ni seas sabio con exceso; ¿por qué habrás de destruirte?<br />

17 No hagas mucho mal, ni seas insensato; ¿por qué habrás de<br />

18 morir antes de tu tiempo? Bueno es que tomes esto, y también


939 Eclesiastés 7. 19–8. 9<br />

de aquello no apartes tu mano; porque aquel que a Dios teme,<br />

saldrá bien en todo. La sabiduría fortalece al sabio más que 19<br />

diez poderosos que haya en una ciudad. Ciertamente no hay 20<br />

hombre justo en la tierra, que haga el bien y nunca peque.<br />

Tampoco apliques tu corazón a todas las cosas que se hablan, 21<br />

para que no oigas a tu siervo cuando dice mal de ti; porque 22<br />

tu corazón sabe que tú también dijiste mal de otros muchas<br />

veces. Todas estas cosas probé con sabiduría, diciendo: Seré 23<br />

sabio; pero la sabiduría se alejó de mí. Lejos está lo que fue; y 24<br />

lo muy profundo, ¿quién lo hallará? Me volví y fijé mi corazón 25<br />

para saber y examinar e inquirir la sabiduría y la razón, y para<br />

conocer la maldad de la insensatez y el desvarío del error. Y 26<br />

he hallado más amarga que la muerte a la mujer cuyo corazón<br />

es lazos y redes, y sus manos ligaduras. El que agrada a Dios<br />

escapará de ella; mas el pecador quedará en ella preso. He 27<br />

aquí que esto he hallado, dice el Predicador, pesando las cosas<br />

una por una para hallar la razón; lo que aún busca mi alma, 28<br />

y no lo encuentra: un hombre entre mil he hallado, pero mujer<br />

entre todas éstas nunca hallé. He aquí, solamente esto he 29<br />

hallado: que Dios hizo al hombre recto, pero ellos buscaron<br />

muchas perversiones.<br />

¿Quién como el sabio? ¿y quién como el que sabe la decla- 8<br />

ración de las cosas? La sabiduría del hombre ilumina su rostro,<br />

y la tosquedad de su semblante se mudará. Te aconsejo que 2<br />

guardes el mandamiento del rey y la palabra del juramento de<br />

Dios. No te apresures a irte de su presencia, ni en cosa mala 3<br />

persistas; porque él hará todo lo que quiere. Pues la palabra 4<br />

del rey es con potestad, ¿y quién le dirá: ¿Qué haces? El que 5<br />

guarda el mandamiento no experimentará mal; y el corazón<br />

del sabio discierne el tiempo y el juicio. Porque para todo lo 6<br />

que quisieres hay tiempo y juicio; porque el mal del hombre<br />

es grande sobre él; pues no sabe lo que ha de ser; y el cuándo 7<br />

haya de ser, ¿quién se lo enseñará? No hay hombre que tenga 8<br />

potestad sobre el espíritu para retener el espíritu, ni potestad<br />

sobre el día de la muerte; y no valen armas en tal guerra, ni<br />

la impiedad librará al que la posee. Todo esto he visto, y he 9<br />

puesto mi corazón en todo lo que debajo del sol se hace; hay<br />

tiempo en que el hombre se enseñorea del hombre para mal


8. 10–9. 5 Eclesiastés 940<br />

10 suyo. Asimismo he visto a los inicuos sepultados con honra;<br />

mas los que frecuentaban el lugar santo fueron luego puestos<br />

en olvido en la ciudad donde habían actuado con rectitud. Esto<br />

11 también es vanidad. Por cuanto no se ejecuta luego sentencia<br />

sobre la mala obra, el corazón de los hijos de los hombres está<br />

12 en ellos dispuesto para hacer el mal. Aunque el pecador haga<br />

mal cien veces, y prolongue sus días, con todo yo también sé<br />

que les irá bien a los que a Dios temen, los que temen ante<br />

13 su presencia; y que no le irá bien al impío, ni le serán prolongados<br />

los días, que son como sombra; por cuanto no teme<br />

14 delante de la presencia de Dios. Hay vanidad que se hace sobre<br />

la tierra: que hay justos a quienes sucede como si hicieran<br />

obras de impíos, y hay impíos a quienes acontece como si hi-<br />

15 cieran obras de justos. Digo que esto también es vanidad. Por<br />

tanto, alabé yo la alegría; que no tiene el hombre bien debajo<br />

del sol, sino que coma y beba y se alegre; y que esto le quede<br />

de su trabajo los días de su vida que Dios le concede debajo<br />

16 del sol. Yo, pues, dediqué mi corazón a conocer sabiduría, y<br />

a ver la faena que se hace sobre la tierra (porque hay quien<br />

17 ni de noche ni de día ve sueño en sus ojos); y he visto todas<br />

las obras de Dios, que el hombre no puede alcanzar la obra<br />

que debajo del sol se hace; por mucho que trabaje el hombre<br />

buscándola, no la hallará; aunque diga el sabio que la conoce,<br />

no por eso podrá alcanzarla.<br />

9 Ciertamente he dado mi corazón a todas estas cosas, para<br />

declarar todo esto: que los justos y los sabios, y sus obras,<br />

están en la mano de Dios; que sea amor o que sea odio, no lo<br />

2 saben los hombres; todo está delante de ellos. Todo acontece<br />

de la misma manera a todos; un mismo suceso ocurre al justo<br />

y al impío; al bueno, al limpio y al no limpio; al que sacrifica,<br />

y al que no sacrifica; como al bueno, así al que peca; al que<br />

3 jura, como al que teme el juramento. Este mal hay entre todo<br />

lo que se hace debajo del sol, que un mismo suceso acontece a<br />

todos, y también que el corazón de los hijos de los hombres está<br />

lleno de mal y de insensatez en su corazón durante su vida;<br />

4 y después de esto se van a los muertos. Aún hay esperanza<br />

para todo aquel que está entre los vivos; porque mejor es perro<br />

5 vivo que león muerto. Porque los que viven saben que han


941 Eclesiastés 9. 6–10. 4<br />

de morir; pero los muertos nada saben, ni tienen más paga;<br />

porque su memoria es puesta en olvido. También su amor y 6<br />

su odio y su envidia fenecieron ya; y nunca más tendrán parte<br />

en todo lo que se hace debajo del sol. Anda, y come tu pan 7<br />

con gozo, y bebe tu vino con alegre corazón; porque tus obras<br />

ya son agradables a Dios. En todo tiempo sean blancos tus 8<br />

vestidos, y nunca falte ungüento sobre tu cabeza. Goza de la 9<br />

vida con la mujer que amas, todos los días de la vida de tu<br />

vanidad que te son dados debajo del sol, todos los días de tu<br />

vanidad; porque ésta es tu parte en la vida, y en tu trabajo<br />

con que te afanas debajo del sol. Todo lo que te viniere a la 10<br />

mano para hacer, hazlo según tus fuerzas; porque en el Seol,<br />

adonde vas, no hay obra, ni trabajo, ni ciencia, ni sabiduría.<br />

Me volví y vi debajo del sol, que ni es de los ligeros la carrera, 11<br />

ni la guerra de los fuertes, ni aun de los sabios el pan, ni de<br />

los prudentes las riquezas, ni de los elocuentes el favor; sino<br />

que tiempo y ocasión acontecen a todos. Porque el hombre 12<br />

tampoco conoce su tiempo; como los peces que son presos en<br />

la mala red, y como las aves que se enredan en lazo, así son<br />

enlazados los hijos de los hombres en el tiempo malo, cuando<br />

cae de repente sobre ellos. También vi esta sabiduría debajo 13<br />

del sol, la cual me parece grande: una pequeña ciudad, y pocos 14<br />

hombres en ella; y viene contra ella un gran rey, y la asedia<br />

y levanta contra ella grandes baluartes; y se halla en ella un 15<br />

hombre pobre, sabio, el cual libra a la ciudad con su sabiduría;<br />

y nadie se acordaba de aquel hombre pobre. Entonces dije 16<br />

yo: Mejor es la sabiduría que la fuerza, aunque la ciencia del<br />

pobre sea menospreciada, y no sean escuchadas sus palabras.<br />

Las palabras del sabio escuchadas en quietud, son mejores que 17<br />

el clamor del señor entre los necios. Mejor es la sabiduría que 18<br />

las armas de guerra; pero un pecador destruye mucho bien.<br />

Las moscas muertas hacen heder y dar mal olor al perfume 10<br />

del perfumista; así una pequeña locura, al que es estimado<br />

como sabio y honorable. El corazón del sabio está a su mano 2<br />

derecha, mas el corazón del necio a su mano izquierda. Y 3<br />

aun mientras va el necio por el camino, le falta cordura, y va<br />

diciendo a todos que es necio. Si el espíritu del príncipe se 4<br />

exaltare contra ti, no dejes tu lugar; porque la mansedumbre


10. 5–11. 6 Eclesiastés 942<br />

5 hará cesar grandes ofensas. Hay un mal que he visto debajo<br />

6 del sol, a manera de error emanado del príncipe: la necedad<br />

está colocada en grandes alturas, y los ricos están sentados<br />

7 en lugar bajo. Vi siervos a caballo, y príncipes que andaban<br />

8 como siervos sobre la tierra. El que hiciere hoyo caerá en él; y<br />

9 al que aportillare vallado, le morderá la serpiente. Quien corta<br />

piedras, se hiere con ellas; el que parte leña, en ello peligra.<br />

10 Si se embotare el hierro, y su filo no fuere amolado, hay que<br />

añadir entonces más fuerza; pero la sabiduría es provechosa<br />

11 para dirigir. Si muerde la serpiente antes de ser encantada,<br />

12 de nada sirve el encantador. Las palabras de la boca del sabio<br />

son llenas de gracia, mas los labios del necio causan su propia<br />

13 ruina. El principio de las palabras de su boca es necedad; y el<br />

14 fin de su charla, nocivo desvarío. El necio multiplica palabras,<br />

aunque no sabe nadie lo que ha de ser; ¿y quién le hará saber<br />

15 lo que después de él será? El trabajo de los necios los fatiga;<br />

16 porque no saben por dónde ir a la ciudad. ¡Ay de ti, tierra,<br />

cuando tu rey es muchacho, y tus príncipes banquetean de<br />

17 mañana! ¡Bienaventurada tú, tierra, cuando tu rey es hijo<br />

de nobles, y tus príncipes comen a su hora, para reponer sus<br />

18 fuerzas y no para beber! Por la pereza se cae la techumbre,<br />

19 y por la flojedad de las manos se llueve la casa. Por el placer<br />

se hace el banquete, y el vino alegra a los vivos; y el dinero<br />

20 sirve para todo. Ni aun en tu pensamiento digas mal del rey,<br />

ni en lo secreto de tu cámara digas mal del rico; porque las<br />

aves del cielo llevarán la voz, y las que tienen alas harán saber<br />

la palabra.<br />

11 Echa tu pan sobre las aguas; porque después de muchos días<br />

2 lo hallarás. Reparte a siete, y aun a ocho; porque no sabes el<br />

3 mal que vendrá sobre la tierra. Si las nubes fueren llenas de<br />

agua, sobre la tierra la derramarán; y si el árbol cayere al sur,<br />

4 o al norte, en el lugar que el árbol cayere, allí quedará. El<br />

que al viento observa, no sembrará; y el que mira a las nubes,<br />

5 no segará. Como tú no sabes cuál es el camino del viento, o<br />

cómo crecen los huesos en el vientre de la mujer encinta, así<br />

6 ignoras la obra de Dios, el cual hace todas las cosas. Por la<br />

mañana siembra tu semilla, y a la tarde no dejes reposar tu<br />

mano; porque no sabes cuál es lo mejor, si esto o aquello, o si


943 Eclesiastés 11. 7–12. 13<br />

lo uno y lo otro es igualmente bueno. Suave ciertamente es 7<br />

la luz, y agradable a los ojos ver el sol; pero aunque un hom- 8<br />

bre viva muchos años, y en todos ellos tenga gozo, acuérdese<br />

sin embargo, que los días de las tinieblas serán muchos. Todo<br />

cuanto viene es vanidad. Alégrate, joven, en tu juventud, y 9<br />

tome placer tu corazón en los días de tu adolescencia; y anda<br />

en los caminos de tu corazón y en la vista de tus ojos; pero sabe,<br />

que sobre todas estas cosas te juzgará Dios. Quita, pues, 10<br />

de tu corazón el enojo, y aparta de tu carne el mal; porque la<br />

adolescencia y la juventud son vanidad.<br />

Acuérdate de tu Creador en los días de tu juventud, antes 12<br />

que vengan los días malos, y lleguen los años de los cuales digas:<br />

No tengo en ellos contentamiento; antes que se oscurezca 2<br />

el sol, y la luz, y la luna y las estrellas, y vuelvan las nubes<br />

tras la lluvia; cuando temblarán los guardas de la casa, y se 3<br />

encorvarán los hombres fuertes, y cesarán las muelas porque<br />

han disminuido, y se oscurecerán los que miran por las ventanas;<br />

y las puertas de afuera se cerrarán, por lo bajo del ruido 4<br />

de la muela; cuando se levantará a la voz del ave, y todas las<br />

hijas del canto serán abatidas; cuando también temerán de 5<br />

lo que es alto, y habrá terrores en el camino; y florecerá el almendro,<br />

y la langosta será una carga, y se perderá el apetito;<br />

porque el hombre va a su morada eterna, y los endechadores<br />

andarán alrededor por las calles; antes que la cadena de plata 6<br />

se quiebre, y se rompa el cuenco de oro, y el cántaro se quiebre<br />

junto a la fuente, y la rueda sea rota sobre el pozo; y el 7<br />

polvo vuelva a la tierra, como era, y el espíritu vuelva a Dios<br />

que lo dio. Vanidad de vanidades, dijo el Predicador, todo es 8<br />

vanidad. Y cuanto más sabio fue el Predicador, tanto más 9<br />

enseñó sabiduría al pueblo; e hizo escuchar, e hizo escudriñar,<br />

y compuso muchos proverbios. Procuró el Predicador hallar 10<br />

palabras agradables, y escribir rectamente palabras de verdad.<br />

Las palabras de los sabios son como aguijones; y como clavos 11<br />

hincados son las de los maestros de las congregaciones, dadas<br />

por un Pastor. Ahora, hijo mío, a más de esto, sé amonestado. 12<br />

No hay fin de hacer muchos libros; y el mucho estudio es fatiga<br />

de la carne. El fin de todo el discurso oído es éste: Teme a 13<br />

Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del


12. 14 Eclesiastés 944<br />

14 hombre. Porque Dios traerá toda obra a juicio, juntamente<br />

con toda cosa encubierta, sea buena o sea mala.


cantar de los cantares<br />

de salomón<br />

antar de los cantares, el cual es de Salomón. ¡Oh, 1, 2<br />

si él me besara con besos de su boca! Porque mejores<br />

son tus amores que el vino. A más del olor de 3<br />

tus suaves ungüentos, Tu nombre es como ungüento<br />

derramado; Por eso las doncellas te aman. Atráeme; en pos 4<br />

de ti correremos. El rey me ha metido en sus cámaras; Nos gozaremos<br />

y alegraremos en ti; Nos acordaremos de tus amores<br />

más que del vino; Con razón te aman. Morena soy, oh hijas 5<br />

de Jerusalén, pero codiciable Como las tiendas de Cedar, Como<br />

las cortinas de Salomón. No reparéis en que soy morena, 6<br />

Porque el sol me miró. Los hijos de mi madre se airaron contra<br />

mí; Me pusieron a guardar las viñas; Y mi viña, que era mía,<br />

no guardé. Hazme saber, oh tú a quien ama mi alma, Dónde 7<br />

apacientas, dónde sesteas al mediodía; Pues ¿por qué había de<br />

estar yo como errante Junto a los rebaños de tus compañeros?<br />

Si tú no lo sabes, oh hermosa entre las mujeres, Ve, sigue las 8<br />

huellas del rebaño, Y apacienta tus cabritas junto a las cabañas<br />

de los pastores. A yegua de los carros de Faraón Te he 9<br />

comparado, amiga mía. Hermosas son tus mejillas entre los 10<br />

pendientes, Tu cuello entre los collares. Zarcillos de oro te 11<br />

haremos, Tachonados de plata. Mientras el rey estaba en su 12<br />

reclinatorio, Mi nardo dio su olor. Mi amado es para mí un 13<br />

manojito de mirra, Que reposa entre mis pechos. Racimo de 14<br />

flores de alheña en las viñas de En-gadi Es para mí mi amado.<br />

He aquí que tú eres hermosa, amiga mía; He aquí eres bella; 15<br />

tus ojos son como palomas. He aquí que tú eres hermoso, 16<br />

amado mío, y dulce; Nuestro lecho es de flores. Las vigas de 17<br />

nuestra casa son de cedro, Y de ciprés los artesonados.<br />

Yo soy la rosa de Sarón, Y el lirio de los valles. Como el 2, 2<br />

lirio entre los espinos, Así es mi amiga entre las doncellas. Co- 3<br />

mo el manzano entre los árboles silvestres, Así es mi amado<br />

entre los jóvenes; Bajo la sombra del deseado me senté, Y su


2. 4–3. 7 Cantar de los Cantares 946<br />

4 fruto fue dulce a mi paladar. Me llevó a la casa del banque-<br />

5 te, Y su bandera sobre mí fue amor. Sustentadme con pasas,<br />

confortadme con manzanas; Porque estoy enferma de amor.<br />

6 Su izquierda esté debajo de mi cabeza, Y su derecha me abra-<br />

7 ce. Yo os conjuro, oh doncellas de Jerusalén, Por los corzos<br />

y por las ciervas del campo, Que no despertéis ni hagáis velar<br />

8 al amor, Hasta que quiera. ¡La voz de mi amado! He aquí él<br />

viene Saltando sobre los montes, Brincando sobre los collados.<br />

9 Mi amado es semejante al corzo, O al cervatillo. Helo aquí,<br />

está tras nuestra pared, Mirando por las ventanas, Atisbando<br />

10 por las celosías. Mi amado habló, y me dijo: Levántate, oh<br />

11 amiga mía, hermosa mía, y ven. Porque he aquí ha pasado<br />

12 el invierno, Se ha mudado, la lluvia se fue; Se han mostrado<br />

las flores en la tierra, El tiempo de la canción ha venido, Y<br />

13 en nuestro país se ha oído la voz de la tórtola. La higuera ha<br />

echado sus higos, Y las vides en cierne dieron olor; Levántate,<br />

14 oh amiga mía, hermosa mía, y ven. Paloma mía, que estás en<br />

los agujeros de la peña, en lo escondido de escarpados parajes,<br />

Muéstrame tu rostro, hazme oír tu voz; Porque dulce es<br />

15 la voz tuya, y hermoso tu aspecto. Cazadnos las zorras, las<br />

zorras pequeñas, que echan a perder las viñas; Porque nues-<br />

16 tras viñas están en cierne. Mi amado es mío, y yo suya; El<br />

17 apacienta entre lirios. Hasta que apunte el día, y huyan las<br />

sombras, Vuélvete, amado mío; sé semejante al corzo, o como<br />

el cervatillo Sobre los montes de Beter.<br />

3 Por las noches busqué en mi lecho al que ama mi alma; Lo<br />

2 busqué, y no lo hallé. Y dije: Me levantaré ahora, y rodearé<br />

por la ciudad; Por las calles y por las plazas Buscaré al que ama<br />

3 mi alma; Lo busqué, y no lo hallé. Me hallaron los guardas<br />

que rondan la ciudad, Y les dije: ¿Habéis visto al que ama mi<br />

4 alma? Apenas hube pasado de ellos un poco, Hallé luego al<br />

que ama mi alma; Lo así, y no lo dejé, Hasta que lo metí en<br />

casa de mi madre, Y en la cámara de la que me dio a luz.<br />

5 Yo os conjuro, oh doncellas de Jerusalén, Por los corzos y por<br />

las ciervas del campo, Que no despertéis ni hagáis velar al<br />

6 amor, Hasta que quiera. ¿Quién es ésta que sube del desierto<br />

como columna de humo, Sahumada de mirra y de incienso Y<br />

7 de todo polvo aromático? He aquí es la litera de Salomón;


947 Cantar de los Cantares 3. 8–4. 15<br />

Sesenta valientes la rodean, De los fuertes de Israel. Todos 8<br />

ellos tienen espadas, diestros en la guerra; Cada uno su espada<br />

sobre su muslo, Por los temores de la noche. El rey Salomón 9<br />

se hizo una carroza De madera del Líbano. Hizo sus columnas 10<br />

de plata, Su respaldo de oro, Su asiento de grana, Su interior<br />

recamado de amor Por las doncellas de Jerusalén. Salid, oh 11<br />

doncellas de Sion, y ved al rey Salomón Con la corona con que<br />

le coronó su madre en el día de su desposorio, Y el día del gozo<br />

de su corazón.<br />

He aquí que tú eres hermosa, amiga mía; he aquí que tú 4<br />

eres hermosa; Tus ojos entre tus guedejas como de paloma;<br />

Tus cabellos como manada de cabras Que se recuestan en las<br />

laderas de Galaad. Tus dientes como manadas de ovejas tras- 2<br />

quiladas, Que suben del lavadero, Todas con crías gemelas, Y<br />

ninguna entre ellas estéril. Tus labios como hilo de grana, Y 3<br />

tu habla hermosa; Tus mejillas, como cachos de granada detrás<br />

de tu velo. Tu cuello, como la torre de David, edificada 4<br />

para armería; Mil escudos están colgados en ella, Todos escudos<br />

de valientes. Tus dos pechos, como gemelos de gacela, 5<br />

Que se apacientan entre lirios. Hasta que apunte el día y hu- 6<br />

yan las sombras, Me iré al monte de la mirra, Y al collado del<br />

incienso. Toda tú eres hermosa, amiga mía, Y en ti no hay 7<br />

mancha. Ven conmigo desde el Líbano, oh esposa mía; Ven 8<br />

conmigo desde el Líbano. Mira desde la cumbre de Amana,<br />

Desde la cumbre de Senir y de Hermón, Desde las guaridas de<br />

los leones, Desde los montes de los leopardos. Prendiste mi 9<br />

corazón, hermana, esposa mía; Has apresado mi corazón con<br />

uno de tus ojos, Con una gargantilla de tu cuello. ¡Cuán her- 10<br />

mosos son tus amores, hermana, esposa mía! ¡Cuánto mejores<br />

que el vino tus amores, Y el olor de tus ungüentos que todas<br />

las especias aromáticas! Como panal de miel destilan tus la- 11<br />

bios, oh esposa; Miel y leche hay debajo de tu lengua; Y el olor<br />

de tus vestidos como el olor del Líbano. Huerto cerrado eres, 12<br />

hermana mía, esposa mía; Fuente cerrada, fuente sellada. Tus 13<br />

renuevos son paraíso de granados, con frutos suaves, De flores<br />

de alheña y nardos; Nardo y azafrán, caña aromática y cane- 14<br />

la, Con todos los árboles de incienso; Mirra y áloes, con todas<br />

las principales especias aromáticas. Fuente de huertos, Pozo 15


4. 16–6. 1 Cantar de los Cantares 948<br />

16 de aguas vivas, Que corren del Líbano. Levántate, Aquilón, y<br />

ven, Austro; Soplad en mi huerto, despréndanse sus aromas.<br />

Venga mi amado a su huerto, Y coma de su dulce fruta.<br />

5 Yo vine a mi huerto, oh hermana, esposa mía; He recogido<br />

mi mirra y mis aromas; He comido mi panal y mi miel, Mi vino<br />

y mi leche he bebido. Comed, amigos; bebed en abundancia,<br />

2 oh amados. Yo dormía, pero mi corazón velaba. Es la voz de<br />

mi amado que llama: Ábreme, hermana mía, amiga mía, paloma<br />

mía, perfecta mía, Porque mi cabeza está llena de rocío,<br />

3 Mis cabellos de las gotas de la noche. Me he desnudado de mi<br />

ropa; ¿cómo me he de vestir? He lavado mis pies; ¿cómo los<br />

4 he de ensuciar? Mi amado metió su mano por la ventanilla,<br />

5 Y mi corazón se conmovió dentro de mí. Yo me levanté para<br />

abrir a mi amado, Y mis manos gotearon mirra, Y mis dedos<br />

6 mirra, que corría Sobre la manecilla del cerrojo. Abrí yo a mi<br />

amado; Pero mi amado se había ido, había ya pasado; Y tras<br />

su hablar salió mi alma. Lo busqué, y no lo hallé; Lo llamé,<br />

7 y no me respondió. Me hallaron los guardas que rondan la<br />

ciudad; Me golpearon, me hirieron; Me quitaron mi manto de<br />

8 encima los guardas de los muros. Yo os conjuro, oh doncellas<br />

de Jerusalén, si halláis a mi amado, Que le hagáis saber<br />

9 que estoy enferma de amor. ¿Qué es tu amado más que otro<br />

amado, Oh la más hermosa de todas las mujeres? ¿Qué es tu<br />

10 amado más que otro amado, Que así nos conjuras? Mi amado<br />

11 es blanco y rubio, Señalado entre diez mil. Su cabeza como<br />

12 oro finísimo; Sus cabellos crespos, negros como el cuervo. Sus<br />

ojos, como palomas junto a los arroyos de las aguas, Que se<br />

13 lavan con leche, y a la perfección colocados. Sus mejillas, como<br />

una era de especias aromáticas, como fragantes flores; Sus<br />

14 labios, como lirios que destilan mirra fragante. Sus manos,<br />

como anillos de oro engastados de jacintos; Su cuerpo, como<br />

15 claro marfil cubierto de zafiros. Sus piernas, como columnas<br />

de mármol fundadas sobre basas de oro fino; Su aspecto como<br />

16 el Líbano, escogido como los cedros. Su paladar, dulcísimo,<br />

y todo él codiciable. Tal es mi amado, tal es mi amigo, Oh<br />

doncellas de Jerusalén.<br />

6 ¿A dónde se ha ido tu amado, oh la más hermosa de todas


949 Cantar de los Cantares 6. 2–7. 9<br />

las mujeres? ¿A dónde se apartó tu amado, Y lo buscaremos<br />

contigo? Mi amado descendió a su huerto, a las eras de las es- 2<br />

pecias, Para apacentar en los huertos, y para recoger los lirios.<br />

Yo soy de mi amado, y mi amado es mío; El apacienta entre 3<br />

los lirios. Hermosa eres tú, oh amiga mía, como Tirsa; De 4<br />

desear, como Jerusalén; Imponente como ejércitos en orden.<br />

Aparta tus ojos de delante de mí, Porque ellos me vencieron. 5<br />

Tu cabello es como manada de cabras Que se recuestan en las<br />

laderas de Galaad. Tus dientes, como manadas de ovejas que 6<br />

suben del lavadero, Todas con crías gemelas, Y estéril no hay<br />

entre ellas. Como cachos de granada son tus mejillas Detrás 7<br />

de tu velo. Sesenta son las reinas, y ochenta las concubinas, 8<br />

Y las doncellas sin número; Mas una es la paloma mía, la 9<br />

perfecta mía; Es la única de su madre, La escogida de la que<br />

la dio a luz. La vieron las doncellas, y la llamaron bienaventurada;<br />

Las reinas y las concubinas, y la alabaron. ¿Quién 10<br />

es ésta que se muestra como el alba, Hermosa como la luna,<br />

Esclarecida como el sol, Imponente como ejércitos en orden?<br />

Al huerto de los nogales descendí A ver los frutos del valle, Y 11<br />

para ver si brotaban las vides, Si florecían los granados. Antes 12<br />

que lo supiera, mi alma me puso Entre los carros de Aminadab.<br />

Vuélvete, vuélvete, oh sulamita; Vuélvete, vuélvete, y te 13<br />

miraremos. ¿Qué veréis en la sulamita? Algo como la reunión<br />

de dos campamentos.<br />

¡Cuán hermosos son tus pies en las sandalias, Oh hija de 7<br />

príncipe! Los contornos de tus muslos son como joyas, Obra de<br />

mano de excelente maestro. Tu ombligo como una taza redon- 2<br />

da Que no le falta bebida. Tu vientre como montón de trigo<br />

Cercado de lirios. Tus dos pechos, como gemelos de gacela. 3<br />

Tu cuello, como torre de marfil; Tus ojos, como los estanques 4<br />

de Hesbón junto a la puerta de Bat-rabim; Tu nariz, como la<br />

torre del Líbano, Que mira hacia Damasco. Tu cabeza enci- 5<br />

ma de ti, como el Carmelo; Y el cabello de tu cabeza, como la<br />

púrpura del rey Suspendida en los corredores. ¡Qué hermosa 6<br />

eres, y cuán suave, Oh amor deleitoso! Tu estatura es seme- 7<br />

jante a la palmera, Y tus pechos a los racimos. Yo dije: Subiré 8<br />

a la palmera, Asiré sus ramas. Deja que tus pechos sean como<br />

racimos de vid, Y el olor de tu boca como de manzanas, Y 9


7. 10–8. 14 Cantar de los Cantares 950<br />

tu paladar como el buen vino, Que se entra a mi amado sua-<br />

10 vemente, Y hace hablar los labios de los viejos. Yo soy de mi<br />

11 amado, Y conmigo tiene su contentamiento. Ven, oh amado<br />

12 mío, salgamos al campo, Moremos en las aldeas. Levantémonos<br />

de mañana a las viñas; Veamos si brotan las vides, si están<br />

en cierne, Si han florecido los granados; Allí te daré mis amo-<br />

13 res. Las mandrágoras han dado olor, Y a nuestras puertas<br />

hay toda suerte de dulces frutas, Nuevas y añejas, que para ti,<br />

oh amado mío, he guardado.<br />

8 ¡Oh, si tú fueras como un hermano mío Que mamó los pechos<br />

de mi madre! Entonces, hallándote fuera, te besaría, Y no<br />

2 me menospreciarían. Yo te llevaría, te metería en casa de mi<br />

madre; Tú me enseñarías, Y yo te haría beber vino Adobado<br />

3 del mosto de mis granadas. Su izquierda esté debajo de mi<br />

4 cabeza, Y su derecha me abrace. Os conjuro, oh doncellas de<br />

Jerusalén, Que no despertéis ni hagáis velar al amor, Hasta<br />

5 que quiera. ¿Quién es ésta que sube del desierto, Recostada<br />

sobre su amado? Debajo de un manzano te desperté; Allí tuvo<br />

6 tu madre dolores, Allí tuvo dolores la que te dio a luz. Ponme<br />

como un sello sobre tu corazón, como una marca sobre tu brazo;<br />

Porque fuerte es como la muerte el amor; Duros como el<br />

7 Seol los celos; Sus brasas, brasas de fuego, fuerte llama. Las<br />

muchas aguas no podrán apagar el amor, Ni lo ahogarán los<br />

ríos. Si diese el hombre todos los bienes de su casa por este<br />

8 amor, De cierto lo menospreciarían. Tenemos una pequeña<br />

hermana, Que no tiene pechos; ¿Qué haremos a nuestra her-<br />

9 mana Cuando de ella se hablare? Si ella es muro, Edificaremos<br />

sobre él un palacio de plata; Si fuere puerta, La guarnecere-<br />

10 mos con tablas de cedro. Yo soy muro, y mis pechos como<br />

11 torres, Desde que fui en sus ojos como la que halla paz. Salomón<br />

tuvo una viña en Baal-hamón, La cual entregó a guardas,<br />

Cada uno de los cuales debía traer mil monedas de plata por<br />

12 su fruto. Mi viña, que es mía, está delante de mí; Las mil<br />

serán tuyas, oh Salomón, Y doscientas para los que guardan<br />

13 su fruto. Oh, tú que habitas en los huertos, Los compañeros<br />

14 escuchan tu voz; Házmela oír. Apresúrate, amado mío, Y sé<br />

semejante al corzo, o al cervatillo, Sobre las montañas de los<br />

aromas.


isaías<br />

isión de Isaías hijo de Amoz, la cual vio acerca de 1<br />

Judá y Jerusalén en días de Uzías, Jotam, Acaz y<br />

Ezequías, reyes de Judá. Oíd, cielos, y escucha tú, 2<br />

tierra; porque habla Jehová: Crié hijos, y los engrandecí,<br />

y ellos se rebelaron contra mí. El buey conoce a su due- 3<br />

ño, y el asno el pesebre de su señor; Israel no entiende, mi<br />

pueblo no tiene conocimiento. ¡Oh gente pecadora, pueblo 4<br />

cargado de maldad, generación de malignos, hijos depravados!<br />

Dejaron a Jehová, provocaron a ira al Santo de Israel, se volvieron<br />

atrás. ¿Por qué querréis ser castigados aún? ¿Todavía os 5<br />

rebelaréis? Toda cabeza está enferma, y todo corazón doliente.<br />

Desde la planta del pie hasta la cabeza no hay en él cosa 6<br />

sana, sino herida, hinchazón y podrida llaga; no están curadas,<br />

ni vendadas, ni suavizadas con aceite. Vuestra tierra es- 7<br />

tá destruida, vuestras ciudades puestas a fuego, vuestra tierra<br />

delante de vosotros comida por extranjeros, y asolada como<br />

asolamiento de extraños. Y queda la hija de Sion como enra- 8<br />

mada en viña, y como cabaña en melonar, como ciudad asolada.<br />

Si Jehová de los ejércitos no nos hubiese dejado un resto 9<br />

pequeño, como Sodoma fuéramos, y semejantes a Gomorra.<br />

Príncipes de Sodoma, oíd la palabra de Jehová; escuchad la 10<br />

ley de nuestro Dios, pueblo de Gomorra. ¿Para qué me sir- 11<br />

ve, dice Jehová, la multitud de vuestros sacrificios? Hastiado<br />

estoy de holocaustos de carneros y de sebo de animales gordos;<br />

no quiero sangre de bueyes, ni de ovejas, ni de machos<br />

cabríos. ¿Quién demanda esto de vuestras manos, cuando ve- 12<br />

nís a presentaros delante de mí para hollar mis atrios? No 13<br />

me traigáis más vana ofrenda; el incienso me es abominación;<br />

luna nueva y día de reposo, el convocar asambleas, no lo puedo<br />

sufrir; son iniquidad vuestras fiestas solemnes. Vuestras lunas 14<br />

nuevas y vuestras fiestas solemnes las tiene aborrecidas mi alma;<br />

me son gravosas; cansado estoy de soportarlas. Cuando 15<br />

extendáis vuestras manos, yo esconderé de vosotros mis ojos;


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27<br />

28<br />

29<br />

1. 16–2. 3 Isaías 952<br />

asimismo cuando multipliquéis la oración, yo no oiré; llenas<br />

están de sangre vuestras manos. Lavaos y limpiaos; quitad<br />

la iniquidad de vuestras obras de delante de mis ojos; dejad<br />

de hacer lo malo; aprended a hacer el bien; buscad el juicio,<br />

restituid al agraviado, haced justicia al huérfano, amparad a<br />

la viuda. Venid luego, dice Jehová, y estemos a cuenta: si<br />

vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán<br />

emblanquecidos; si fueren rojos como el carmesí, vendrán a<br />

ser como blanca lana. Si quisiereis y oyereis, comeréis el bien<br />

de la tierra; si no quisiereis y fuereis rebeldes, seréis consumidos<br />

a espada; porque la boca de Jehová lo ha dicho. ¿Cómo<br />

te has convertido en ramera, oh ciudad fiel? Llena estuvo de<br />

justicia, en ella habitó la equidad; pero ahora, los homicidas.<br />

Tu plata se ha convertido en escorias, tu vino está mezclado<br />

con agua. Tus príncipes, prevaricadores y compañeros de ladrones;<br />

todos aman el soborno, y van tras las recompensas; no<br />

hacen justicia al huérfano, ni llega a ellos la causa de la viuda.<br />

Por tanto, dice el Señor, Jehová de los ejércitos, el Fuerte de<br />

Israel: Ea, tomaré satisfacción de mis enemigos, me vengaré de<br />

mis adversarios; y volveré mi mano contra ti, y limpiaré hasta<br />

lo más puro tus escorias, y quitaré toda tu impureza. Restauraré<br />

tus jueces como al principio, y tus consejeros como eran<br />

antes; entonces te llamarán Ciudad de justicia, Ciudad fiel.<br />

Sion será rescatada con juicio, y los convertidos de ella con<br />

justicia. Pero los rebeldes y pecadores a una serán quebrantados,<br />

y los que dejan a Jehová serán consumidos. Entonces<br />

os avergonzarán las encinas que amasteis, y os afrentarán los<br />

huertos que escogisteis. Porque seréis como encina a la que se<br />

le cae la hoja, y como huerto al que le faltan las aguas. Y el<br />

30<br />

31<br />

2<br />

fuerte será como estopa, y lo que hizo como centella; y ambos<br />

serán encendidos juntamente, y no habrá quien apague.<br />

Lo que vio Isaías hijo de Amoz acerca de Judá y de Je-<br />

2 rusalén. Acontecerá en lo postrero de los tiempos, que será<br />

confirmado el monte de la casa de Jehová como cabeza de los<br />

montes, y será exaltado sobre los collados, y correrán a él to-<br />

3 das las naciones. Y vendrán muchos pueblos, y dirán: Venid,<br />

y subamos al monte de Jehová, a la casa del Dios de Jacob; y<br />

nos enseñará sus caminos, y caminaremos por sus sendas. Por-


953 Isaías 2. 4–3. 1<br />

que de Sion saldrá la ley, y de Jerusalén la palabra de Jehová.<br />

Y juzgará entre las naciones, y reprenderá a muchos pueblos; 4<br />

y volverán sus espadas en rejas de arado, y sus lanzas en hoces;<br />

no alzará espada nación contra nación, ni se adiestrarán<br />

más para la guerra. Venid, oh casa de Jacob, y caminaremos 5<br />

a la luz de Jehová. Ciertamente tú has dejado tu pueblo, la 6<br />

casa de Jacob, porque están llenos de costumbres traídas del<br />

oriente, y de agoreros, como los filisteos; y pactan con hijos de<br />

extranjeros. Su tierra está llena de plata y oro, sus tesoros no 7<br />

tienen fin. También está su tierra llena de caballos, y sus carros<br />

son innumerables. Además su tierra está llena de ídolos, y se 8<br />

han arrodillado ante la obra de sus manos y ante lo que fabricaron<br />

sus dedos. Y se ha inclinado el hombre, y el varón se 9<br />

ha humillado; por tanto, no los perdones. Métete en la peña, 10<br />

escóndete en el polvo, de la presencia temible de Jehová, y del<br />

resplandor de su majestad. La altivez de los ojos del hombre 11<br />

será abatida, y la soberbia de los hombres será humillada; y<br />

Jehová solo será exaltado en aquel día. Porque día de Jehová 12<br />

de los ejércitos vendrá sobre todo soberbio y altivo, sobre todo<br />

enaltecido, y será abatido; sobre todos los cedros del Líbano 13<br />

altos y erguidos, y sobre todas las encinas de Basán; sobre 14<br />

todos los montes altos, y sobre todos los collados elevados;<br />

sobre toda torre alta, y sobre todo muro fuerte; sobre todas 15, 16<br />

las naves de Tarsis, y sobre todas las pinturas preciadas. La 17<br />

altivez del hombre será abatida, y la soberbia de los hombres<br />

será humillada; y solo Jehová será exaltado en aquel día. Y 18<br />

quitará totalmente los ídolos. Y se meterán en las cavernas 19<br />

de las peñas y en las aberturas de la tierra, por la presencia<br />

temible de Jehová, y por el resplandor de su majestad, cuando<br />

él se levante para castigar la tierra. Aquel día arrojará el 20<br />

hombre a los topos y murciélagos sus ídolos de plata y sus<br />

ídolos de oro, que le hicieron para que adorase, y se meterá 21<br />

en las hendiduras de las rocas y en las cavernas de las peñas,<br />

por la presencia formidable de Jehová, y por el resplandor de<br />

su majestad, cuando se levante para castigar la tierra. Dejaos 22<br />

del hombre, cuyo aliento está en su nariz; porque ¿de qué es<br />

él estimado?<br />

Porque he aquí que el Señor Jehová de los ejércitos quita de 3


3. 2–23 Isaías 954<br />

Jerusalén y de Judá al sustentador y al fuerte, todo sustento<br />

2 de pan y todo socorro de agua; el valiente y el hombre de<br />

3 guerra, el juez y el profeta, el adivino y el anciano; el capitán<br />

de cincuenta y el hombre de respeto, el consejero, el artífice<br />

4 excelente y el hábil orador. Y les pondré jóvenes por príncipes,<br />

5 y muchachos serán sus señores. Y el pueblo se hará violencia<br />

unos a otros, cada cual contra su vecino; el joven se levantará<br />

6 contra el anciano, y el villano contra el noble. Cuando alguno<br />

tomare de la mano a su hermano, de la familia de su padre, y le<br />

dijere: Tú tienes vestido, tú serás nuestro príncipe, y toma en<br />

7 tus manos esta ruina; él jurará aquel día, diciendo: No tomaré<br />

ese cuidado; porque en mi casa ni hay pan, ni qué vestir; no<br />

8 me hagáis príncipe del pueblo. Pues arruinada está Jerusalén,<br />

y Judá ha caído; porque la lengua de ellos y sus obras han<br />

9 sido contra Jehová para irritar los ojos de su majestad. La<br />

apariencia de sus rostros testifica contra ellos; porque como<br />

Sodoma publican su pecado, no lo disimulan. ¡Ay del alma de<br />

10 ellos! porque amontonaron mal para sí. Decid al justo que<br />

11 le irá bien, porque comerá de los frutos de sus manos. ¡Ay<br />

del impío! Mal le irá, porque según las obras de sus manos le<br />

12 será pagado. Los opresores de mi pueblo son muchachos, y<br />

mujeres se enseñorearon de él. Pueblo mío, los que te guían te<br />

13 engañan, y tuercen el curso de tus caminos. Jehová está en pie<br />

14 para litigar, y está para juzgar a los pueblos. Jehová vendrá a<br />

juicio contra los ancianos de su pueblo y contra sus príncipes;<br />

porque vosotros habéis devorado la viña, y el despojo del pobre<br />

15 está en vuestras casas. ¿Qué pensáis vosotros que majáis mi<br />

pueblo y moléis las caras de los pobres? dice el Señor, Jehová<br />

16 de los ejércitos. Asimismo dice Jehová: Por cuanto las hijas<br />

de Sion se ensoberbecen, y andan con cuello erguido y con ojos<br />

desvergonzados; cuando andan van danzando, y haciendo son<br />

17 con los pies; por tanto, el Señor raerá la cabeza de las hijas de<br />

18 Sion, y Jehová descubrirá sus vergüenzas. Aquel día quitará<br />

19 el Señor el atavío del calzado, las redecillas, las lunetas, los<br />

20 collares, los pendientes y los brazaletes, las cofias, los atavíos<br />

de las piernas, los partidores del pelo, los pomitos de olor y<br />

21, 22 los zarcillos, los anillos, y los joyeles de las narices, las ropas<br />

23 de gala, los mantoncillos, los velos, las bolsas, los espejos, el


955 Isaías 3. 24–5. 7<br />

lino fino, las gasas y los tocados. Y en lugar de los perfumes 24<br />

aromáticos vendrá hediondez; y cuerda en lugar de cinturón,<br />

y cabeza rapada en lugar de la compostura del cabello; en<br />

lugar de ropa de gala ceñimiento de cilicio, y quemadura en<br />

vez de hermosura. Tus varones caerán a espada, y tu fuerza 25<br />

en la guerra. Sus puertas se entristecerán y enlutarán, y ella, 26<br />

desamparada, se sentará en tierra.<br />

Echarán mano de un hombre siete mujeres en aquel tiempo, 4<br />

diciendo: Nosotras comeremos de nuestro pan, y nos vestiremos<br />

de nuestras ropas; solamente permítenos llevar tu nombre,<br />

quita nuestro oprobio. En aquel tiempo el renuevo de Jehová 2<br />

será para hermosura y gloria, y el fruto de la tierra para grandeza<br />

y honra, a los sobrevivientes de Israel. Y acontecerá que 3<br />

el que quedare en Sion, y el que fuere dejado en Jerusalén, será<br />

llamado santo; todos los que en Jerusalén estén registrados<br />

entre los vivientes, cuando el Señor lave las inmundicias de 4<br />

las hijas de Sion, y limpie la sangre de Jerusalén de en medio<br />

de ella, con espíritu de juicio y con espíritu de devastación. Y 5<br />

creará Jehová sobre toda la morada del monte de Sion, y sobre<br />

los lugares de sus convocaciones, nube y oscuridad de día, y de<br />

noche resplandor de fuego que eche llamas; porque sobre toda<br />

gloria habrá un dosel, y habrá un abrigo para sombra contra 6<br />

el calor del día, para refugio y escondedero contra el turbión<br />

y contra el aguacero.<br />

Ahora cantaré por mi amado el cantar de mi amado a su 5<br />

viña. Tenía mi amado una viña en una ladera fértil. La había 2<br />

cercado y despedregado y plantado de vides escogidas; había<br />

edificado en medio de ella una torre, y hecho también en ella un<br />

lagar; y esperaba que diese uvas, y dio uvas silvestres. Ahora, 3<br />

pues, vecinos de Jerusalén y varones de Judá, juzgad ahora<br />

entre mí y mi viña. ¿Qué más se podía hacer a mi viña, que 4<br />

yo no haya hecho en ella? ¿Cómo, esperando yo que diese uvas,<br />

ha dado uvas silvestres? Os mostraré, pues, ahora lo que haré 5<br />

yo a mi viña: Le quitaré su vallado, y será consumida; aportillaré<br />

su cerca, y será hollada. Haré que quede desierta; no 6<br />

será podada ni cavada, y crecerán el cardo y los espinos; y aun<br />

a las nubes mandaré que no derramen lluvia sobre ella. Cier- 7<br />

tamente la viña de Jehová de los ejércitos es la casa de Israel,


5. 8–25 Isaías 956<br />

y los hombres de Judá planta deliciosa suya. Esperaba juicio,<br />

8 y he aquí vileza; justicia, y he aquí clamor. ¡Ay de los que<br />

juntan casa a casa, y añaden heredad a heredad hasta ocupar-<br />

9 lo todo! ¿Habitaréis vosotros solos en medio de la tierra? Ha<br />

llegado a mis oídos de parte de Jehová de los ejércitos, que las<br />

muchas casas han de quedar asoladas, sin morador las grandes<br />

10 y hermosas. Y diez yugadas de viña producirán un bato, y un<br />

11 homer de semilla producirá un efa. ¡Ay de los que se levantan<br />

de mañana para seguir la embriaguez; que se están hasta la no-<br />

12 che, hasta que el vino los enciende! Y en sus banquetes hay<br />

arpas, vihuelas, tamboriles, flautas y vino, y no miran la obra<br />

13 de Jehová, ni consideran la obra de sus manos. Por tanto, mi<br />

pueblo fue llevado cautivo, porque no tuvo conocimiento; y su<br />

14 gloria pereció de hambre, y su multitud se secó de sed. Por<br />

eso ensanchó su interior el Seol, y sin medida extendió su boca;<br />

y allá descenderá la gloria de ellos, y su multitud, y su fausto,<br />

15 y el que en él se regocijaba. Y el hombre será humillado, y<br />

el varón será abatido, y serán bajados los ojos de los altivos.<br />

16 Pero Jehová de los ejércitos será exaltado en juicio, y el Dios<br />

17 Santo será santificado con justicia. Y los corderos serán apacentados<br />

según su costumbre; y extraños devorarán los campos<br />

18 desolados de los ricos. ¡Ay de los que traen la iniquidad con<br />

cuerdas de vanidad, y el pecado como con coyundas de carre-<br />

19 ta, los cuales dicen: Venga ya, apresúrese su obra, y veamos;<br />

acérquese, y venga el consejo del Santo de Israel, para que lo<br />

20 sepamos! ¡Ay de los que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno<br />

malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; que<br />

21 ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo! ¡Ay de los<br />

sabios en sus propios ojos, y de los que son prudentes delante<br />

22 de sí mismos! ¡Ay de los que son valientes para beber vino, y<br />

23 hombres fuertes para mezclar bebida; los que justifican al im-<br />

24 pío mediante cohecho, y al justo quitan su derecho! Por tanto,<br />

como la lengua del fuego consume el rastrojo, y la llama devora<br />

la paja, así será su raíz como podredumbre, y su flor se<br />

desvanecerá como polvo; porque desecharon la ley de Jehová<br />

de los ejércitos, y abominaron la palabra del Santo de Israel.<br />

25 Por esta causa se encendió el furor de Jehová contra su pueblo,<br />

y extendió contra él su mano, y le hirió; y se estremecieron


957 Isaías 5. 26–6. 11<br />

los montes, y sus cadáveres fueron arrojados en medio de las<br />

calles. Con todo esto no ha cesado su furor, sino que todavía<br />

su mano está extendida. Alzará pendón a naciones lejanas, y 26<br />

silbará al que está en el extremo de la tierra; y he aquí que<br />

vendrá pronto y velozmente. No habrá entre ellos cansado, 27<br />

ni quien tropiece; ninguno se dormirá, ni le tomará sueño; a<br />

ninguno se le desatará el cinto de los lomos, ni se le romperá la<br />

correa de sus sandalias. Sus saetas estarán afiladas, y todos 28<br />

sus arcos entesados; los cascos de sus caballos parecerán como<br />

de pedernal, y las ruedas de sus carros como torbellino. Su 29<br />

rugido será como de león; rugirá a manera de leoncillo, crujirá<br />

los dientes, y arrebatará la presa; se la llevará con seguridad,<br />

y nadie se la quitará. Y bramará sobre él en aquel día como 30<br />

bramido del mar; entonces mirará hacia la tierra, y he aquí<br />

tinieblas de tribulación, y en sus cielos se oscurecerá la luz.<br />

En el año que murió el rey Uzías vi yo al Señor sentado 6<br />

sobre un trono alto y sublime, y sus faldas llenaban el templo.<br />

Por encima de él había serafines; cada uno tenía seis alas; con 2<br />

dos cubrían sus rostros, con dos cubrían sus pies, y con dos<br />

volaban. Y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo, santo, 3<br />

santo, Jehová de los ejércitos; toda la tierra está llena de su<br />

gloria. Y los quiciales de las puertas se estremecieron con la 4<br />

voz del que clamaba, y la casa se llenó de humo. Entonces dije: 5<br />

¡Ay de mí! que soy muerto; porque siendo hombre inmundo<br />

de labios, y habitando en medio de pueblo que tiene labios<br />

inmundos, han visto mis ojos al Rey, Jehová de los ejércitos.<br />

Y voló hacia mí uno de los serafines, teniendo en su mano 6<br />

un carbón encendido, tomado del altar con unas tenazas; y 7<br />

tocando con él sobre mi boca, dijo: He aquí que esto tocó tus<br />

labios, y es quitada tu culpa, y limpio tu pecado. Después oí 8<br />

la voz del Señor, que decía: ¿A quién enviaré, y quién irá por<br />

nosotros? Entonces respondí yo: Heme aquí, envíame a mí. Y 9<br />

dijo: Anda, y di a este pueblo: Oíd bien, y no entendáis; ved<br />

por cierto, mas no comprendáis. Engruesa el corazón de este 10<br />

pueblo, y agrava sus oídos, y ciega sus ojos, para que no vea<br />

con sus ojos, ni oiga con sus oídos, ni su corazón entienda,<br />

ni se convierta, y haya para él sanidad. Y yo dije: ¿Hasta 11<br />

cuándo, Señor? Y respondió él: Hasta que las ciudades estén


6. 12–7. 16 Isaías 958<br />

asoladas y sin morador, y no haya hombre en las casas, y la<br />

12 tierra esté hecha un desierto; hasta que Jehová haya echado<br />

lejos a los hombres, y multiplicado los lugares abandonados en<br />

13 medio de la tierra. Y si quedare aún en ella la décima parte,<br />

ésta volverá a ser destruida; pero como el roble y la encina,<br />

que al ser cortados aún queda el tronco, así será el tronco, la<br />

simiente santa.<br />

7 Aconteció en los días de Acaz hijo de Jotam, hijo de Uzías,<br />

rey de Judá, que Rezín rey de Siria y Peka hijo de Remalías,<br />

rey de Israel, subieron contra Jerusalén para combatirla; pero<br />

2 no la pudieron tomar. Y vino la nueva a la casa de David, diciendo:<br />

Siria se ha confederado con Efraín. Y se le estremeció<br />

el corazón, y el corazón de su pueblo, como se estremecen los<br />

3 árboles del monte a causa del viento. Entonces dijo Jehová<br />

a Isaías: Sal ahora al encuentro de Acaz, tú, y Sear-jasub tu<br />

hijo, al extremo del acueducto del estanque de arriba, en el ca-<br />

4 mino de la heredad del Lavador, y dile: Guarda, y repósate;<br />

no temas, ni se turbe tu corazón a causa de estos dos cabos de<br />

tizón que humean, por el ardor de la ira de Rezín y de Siria, y<br />

5 del hijo de Remalías. Ha acordado maligno consejo contra ti<br />

6 el sirio, con Efraín y con el hijo de Remalías, diciendo: Vamos<br />

contra Judá y aterroricémosla, y repartámosla entre nosotros,<br />

7 y pongamos en medio de ella por rey al hijo de Tabeel. Por<br />

8 tanto, Jehová el Señor dice así: No subsistirá, ni será. Porque<br />

la cabeza de Siria es Damasco, y la cabeza de Damasco, Rezín;<br />

y dentro de sesenta y cinco años Efraín será quebrantado<br />

9 hasta dejar de ser pueblo. Y la cabeza de Efraín es Samaria,<br />

y la cabeza de Samaria el hijo de Remalías. Si vosotros no cre-<br />

10 yereis, de cierto no permaneceréis. Habló también Jehová a<br />

11 Acaz, diciendo: Pide para ti señal de Jehová tu Dios, demandándola<br />

ya sea de abajo en lo profundo, o de arriba en lo alto.<br />

12, 13 Y respondió Acaz: No pediré, y no tentaré a Jehová. Dijo<br />

entonces Isaías: Oíd ahora, casa de David. ¿Os es poco el ser<br />

molestos a los hombres, sino que también lo seáis a mi Dios?<br />

14 Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen<br />

concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel.<br />

15 Comerá mantequilla y miel, hasta que sepa desechar lo malo<br />

16 y escoger lo bueno. Porque antes que el niño sepa desechar


959 Isaías 7. 17–8. 8<br />

lo malo y escoger lo bueno, la tierra de los dos reyes que tú<br />

temes será abandonada. Jehová hará venir sobre ti, sobre tu 17<br />

pueblo y sobre la casa de tu padre, días cuales nunca vinieron<br />

desde el día que Efraín se apartó de Judá, esto es, al rey de<br />

Asiria. Y acontecerá que aquel día silbará Jehová a la mosca 18<br />

que está en el fin de los ríos de Egipto, y a la abeja que está<br />

en la tierra de Asiria; y vendrán y acamparán todos en los 19<br />

valles desiertos, y en las cavernas de las piedras, y en todos<br />

los zarzales, y en todas las matas. En aquel día el Señor rae- 20<br />

rá con navaja alquilada, con los que habitan al otro lado del<br />

río, esto es, con el rey de Asiria, cabeza y pelo de los pies, y<br />

aun la barba también quitará. Acontecerá en aquel tiempo, 21<br />

que criará un hombre una vaca y dos ovejas; y a causa de 22<br />

la abundancia de leche que darán, comerá mantequilla; ciertamente<br />

mantequilla y miel comerá el que quede en medio de<br />

la tierra. Acontecerá también en aquel tiempo, que el lugar 23<br />

donde había mil vides que valían mil siclos de plata, será para<br />

espinos y cardos. Con saetas y arco irán allá, porque toda 24<br />

la tierra será espinos y cardos. Y a todos los montes que se 25<br />

cavaban con azada, no llegarán allá por el temor de los espinos<br />

y de los cardos, sino que serán para pasto de bueyes y para ser<br />

hollados de los ganados.<br />

Me dijo Jehová: Toma una tabla grande, y escribe en ella 8<br />

con caracteres legibles tocante a Maher-salal-hasbaz. Y junté 2<br />

conmigo por testigos fieles al sacerdote Urías y a Zacarías hijo<br />

de Jeberequías. Y me llegué a la profetisa, la cual concibió, y 3<br />

dio a luz un hijo. Y me dijo Jehová: Ponle por nombre Mahersalal-hasbaz.<br />

Porque antes que el niño sepa decir: Padre mío, 4<br />

y Madre mía, será quitada la riqueza de Damasco y los despojos<br />

de Samaria delante del rey de Asiria. Otra vez volvió 5<br />

Jehová a hablarme, diciendo: Por cuanto desechó este pueblo 6<br />

las aguas de Siloé, que corren mansamente, y se regocijó con<br />

Rezín y con el hijo de Remalías; he aquí, por tanto, que el 7<br />

Señor hace subir sobre ellos aguas de ríos, impetuosas y muchas,<br />

esto es, al rey de Asiria con todo su poder; el cual subirá<br />

sobre todos sus ríos, y pasará sobre todas sus riberas; y pa- 8<br />

sando hasta Judá, inundará y pasará adelante, y llegará hasta<br />

la garganta; y extendiendo sus alas, llenará la anchura de tu


8. 9–9. 4 Isaías 960<br />

9 tierra, oh Emanuel. Reuníos, pueblos, y seréis quebrantados;<br />

oíd, todos los que sois de lejanas tierras; ceñíos, y seréis que-<br />

10 brantados; disponeos, y seréis quebrantados. Tomad consejo,<br />

y será anulado; proferid palabra, y no será firme, porque Dios<br />

11 está con nosotros. Porque Jehová me dijo de esta manera con<br />

mano fuerte, y me enseñó que no caminase por el camino de<br />

12 este pueblo, diciendo: No llaméis conspiración a todas las cosas<br />

que este pueblo llama conspiración; ni temáis lo que ellos<br />

13 temen, ni tengáis miedo. A Jehová de los ejércitos, a él santi-<br />

14 ficad; sea él vuestro temor, y él sea vuestro miedo. Entonces<br />

él será por santuario; pero a las dos casas de Israel, por piedra<br />

para tropezar, y por tropezadero para caer, y por lazo y<br />

15 por red al morador de Jerusalén. Y muchos tropezarán entre<br />

ellos, y caerán, y serán quebrantados; y se enredarán y serán<br />

16 apresados. Ata el testimonio, sella la ley entre mis discípulos.<br />

17 Esperaré, pues, a Jehová, el cual escondió su rostro de la casa<br />

18 de Jacob, y en él confiaré. He aquí, yo y los hijos que me dio<br />

Jehová somos por señales y presagios en Israel, de parte de<br />

19 Jehová de los ejércitos, que mora en el monte de Sion. Y si<br />

os dijeren: Preguntad a los encantadores y a los adivinos, que<br />

susurran hablando, responded: ¿No consultará el pueblo a su<br />

20 Dios? ¿Consultará a los muertos por los vivos? ¡A la ley y al<br />

testimonio! Si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha<br />

21 amanecido. Y pasarán por la tierra fatigados y hambrientos,<br />

y acontecerá que teniendo hambre, se enojarán y maldecirán a<br />

22 su rey y a su Dios, levantando el rostro en alto. Y mirarán a la<br />

tierra, y he aquí tribulación y tinieblas, oscuridad y angustia;<br />

y serán sumidos en las tinieblas.<br />

9 Mas no habrá siempre oscuridad para la que está ahora en<br />

angustia, tal como la aflicción que le vino en el tiempo que<br />

livianamente tocaron la primera vez a la tierra de Zabulón y a<br />

la tierra de Neftalí; pues al fin llenará de gloria el camino del<br />

2 mar, de aquel lado del Jordán, en Galilea de los gentiles. El<br />

pueblo que andaba en tinieblas vio gran luz; los que moraban<br />

en tierra de sombra de muerte, luz resplandeció sobre ellos.<br />

3 Multiplicaste la gente, y aumentaste la alegría. Se alegrarán<br />

delante de ti como se alegran en la siega, como se gozan cuan-<br />

4 do reparten despojos. Porque tú quebraste su pesado yugo,


961 Isaías 9. 5–21<br />

y la vara de su hombro, y el cetro de su opresor, como en el<br />

día de Madián. Porque todo calzado que lleva el guerrero en 5<br />

el tumulto de la batalla, y todo manto revolcado en sangre,<br />

serán quemados, pasto del fuego. Porque un niño nos es na- 6<br />

cido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se<br />

llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre<br />

Eterno, Príncipe de Paz. Lo dilatado de su imperio y la paz 7<br />

no tendrán límite, sobre el trono de David y sobre su reino, disponiéndolo<br />

y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora<br />

y para siempre. El celo de Jehová de los ejércitos hará esto. El 8<br />

Señor envió palabra a Jacob, y cayó en Israel. Y la sabrá todo 9<br />

el pueblo, Efraín y los moradores de Samaria, que con soberbia<br />

y con altivez de corazón dicen: Los ladrillos cayeron, pero 10<br />

edificaremos de cantería; cortaron los cabrahigos, pero en su<br />

lugar pondremos cedros. Pero Jehová levantará los enemigos 11<br />

de Rezín contra él, y juntará a sus enemigos; del oriente los 12<br />

sirios, y los filisteos del poniente; y a boca llena devorarán a<br />

Israel. Ni con todo eso ha cesado su furor, sino que todavía su<br />

mano está extendida. Pero el pueblo no se convirtió al que lo 13<br />

castigaba, ni buscó a Jehová de los ejércitos. Y Jehová cor- 14<br />

tará de Israel cabeza y cola, rama y caña en un mismo día.<br />

El anciano y venerable de rostro es la cabeza; el profeta que 15<br />

enseña mentira, es la cola. Porque los gobernadores de es- 16<br />

te pueblo son engañadores, y sus gobernados se pierden. Por 17<br />

tanto, el Señor no tomará contentamiento en sus jóvenes, ni<br />

de sus huérfanos y viudas tendrá misericordia; porque todos<br />

son falsos y malignos, y toda boca habla despropósitos. Ni con<br />

todo esto ha cesado su furor, sino que todavía su mano está<br />

extendida. Porque la maldad se encendió como fuego, cardos 18<br />

y espinos devorará; y se encenderá en lo espeso del bosque, y<br />

serán alzados como remolinos de humo. Por la ira de Jehová 19<br />

de los ejércitos se oscureció la tierra, y será el pueblo como<br />

pasto del fuego; el hombre no tendrá piedad de su hermano.<br />

Cada uno hurtará a la mano derecha, y tendrá hambre, y co- 20<br />

merá a la izquierda, y no se saciará; cada cual comerá la carne<br />

de su brazo; Manasés a Efraín, y Efraín a Manasés, y ambos 21<br />

contra Judá. Ni con todo esto ha cesado su furor, sino que<br />

todavía su mano está extendida.


10. 1–18 Isaías 962<br />

10 ¡Ay de los que dictan leyes injustas, y prescriben tiranía,<br />

2 para apartar del juicio a los pobres, y para quitar el derecho<br />

a los afligidos de mi pueblo; para despojar a las viudas, y ro-<br />

3 bar a los huérfanos! ¿Y qué haréis en el día del castigo? ¿A<br />

quién os acogeréis para que os ayude, cuando venga de lejos<br />

4 el asolamiento? ¿En dónde dejaréis vuestra gloria? Sin mí se<br />

inclinarán entre los presos, y entre los muertos caerán. Ni con<br />

todo esto ha cesado su furor, sino que todavía su mano está<br />

5 extendida. Oh Asiria, vara y báculo de mi furor, en su mano<br />

6 he puesto mi ira. Le mandaré contra una nación pérfida, y<br />

sobre el pueblo de mi ira le enviaré, para que quite despojos,<br />

y arrebate presa, y lo ponga para ser hollado como lodo de las<br />

7 calles. Aunque él no lo pensará así, ni su corazón lo imaginará<br />

de esta manera, sino que su pensamiento será desarraigar y<br />

8 cortar naciones no pocas. Porque él dice: Mis príncipes, ¿no<br />

9 son todos reyes? ¿No es Calno como Carquemis, Hamat como<br />

10 Arfad, y Samaria como Damasco? Como halló mi mano los<br />

reinos de los ídolos, siendo sus imágenes más que las de Jeru-<br />

11 salén y de Samaria; como hice a Samaria y a sus ídolos, ¿no<br />

12 haré también así a Jerusalén y a sus ídolos? Pero acontecerá<br />

que después que el Señor haya acabado toda su obra en el<br />

monte de Sion y en Jerusalén, castigará el fruto de la soberbia<br />

del corazón del rey de Asiria, y la gloria de la altivez de sus<br />

13 ojos. Porque dijo: Con el poder de mi mano lo he hecho, y<br />

con mi sabiduría, porque he sido prudente; quité los territorios<br />

de los pueblos, y saqueé sus tesoros, y derribé como valientes<br />

14 a los que estaban sentados; y halló mi mano como nido las<br />

riquezas de los pueblos; y como se recogen los huevos abandonados,<br />

así me apoderé yo de toda la tierra; y no hubo quien<br />

15 moviese ala, ni abriese boca y graznase. ¿Se gloriará el hacha<br />

contra el que con ella corta? ¿Se ensoberbecerá la sierra contra<br />

el que la mueve? ¡Como si el báculo levantase al que lo levanta;<br />

16 como si levantase la vara al que no es leño! Por esto el Señor,<br />

Jehová de los ejércitos, enviará debilidad sobre sus robustos,<br />

y debajo de su gloria encenderá una hoguera como ardor de<br />

17 fuego. Y la luz de Israel será por fuego, y su Santo por llama,<br />

18 que abrase y consuma en un día sus cardos y sus espinos. La<br />

gloria de su bosque y de su campo fértil consumirá totalmente,


963 Isaías 10. 19–11. 4<br />

alma y cuerpo, y vendrá a ser como abanderado en derrota.<br />

Y los árboles que queden en su bosque serán en número que 19<br />

un niño los pueda contar. Acontecerá en aquel tiempo, que 20<br />

los que hayan quedado de Israel y los que hayan quedado de<br />

la casa de Jacob, nunca más se apoyarán en el que los hirió,<br />

sino que se apoyarán con verdad en Jehová, el Santo de Israel.<br />

El remanente volverá, el remanente de Jacob volverá al Dios 21<br />

fuerte. Porque si tu pueblo, oh Israel, fuere como las arenas 22<br />

del mar, el remanente de él volverá; la destrucción acordada<br />

rebosará justicia. Pues el Señor, Jehová de los ejércitos, hará 23<br />

consumación ya determinada en medio de la tierra. Por tanto 24<br />

el Señor, Jehová de los ejércitos, dice así: Pueblo mío, morador<br />

de Sion, no temas de Asiria. Con vara te herirá, y contra ti<br />

alzará su palo, a la manera de Egipto; mas de aquí a muy 25<br />

poco tiempo se acabará mi furor y mi enojo, para destrucción<br />

de ellos. Y levantará Jehová de los ejércitos azote contra él 26<br />

como la matanza de Madián en la peña de Oreb, y alzará su<br />

vara sobre el mar como hizo por la vía de Egipto. Acontecerá 27<br />

en aquel tiempo que su carga será quitada de tu hombro, y su<br />

yugo de tu cerviz, y el yugo se pudrirá a causa de la unción.<br />

Vino hasta Ajat, pasó hasta Migrón; en Micmas contará su 28<br />

ejército. Pasaron el vado; se alojaron en Geba; Ramá tembló; 29<br />

Gabaa de Saúl huyó. Grita en alta voz, hija de Galim; haz 30<br />

que se oiga hacia Lais, pobrecilla Anatot. Madmena se albo- 31<br />

rotó; los moradores de Gebim huyen. Aún vendrá día cuando 32<br />

reposará en Nob; alzará su mano al monte de la hija de Sion,<br />

al collado de Jerusalén. He aquí el Señor, Jehová de los ejér- 33<br />

citos, desgajará el ramaje con violencia, y los árboles de gran<br />

altura serán cortados, y los altos serán humillados. Y corta- 34<br />

rá con hierro la espesura del bosque, y el Líbano caerá con<br />

estruendo.<br />

Saldrá una vara del tronco de Isaí, y un vástago retoñará 11<br />

de sus raíces. Y reposará sobre él el Espíritu de Jehová; es- 2<br />

píritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de<br />

poder, espíritu de conocimiento y de temor de Jehová. Y le 3<br />

hará entender diligente en el temor de Jehová. No juzgará según<br />

la vista de sus ojos, ni argüirá por lo que oigan sus oídos;<br />

sino que juzgará con justicia a los pobres, y argüirá con equi- 4


11. 5–12. 4 Isaías 964<br />

dad por los mansos de la tierra; y herirá la tierra con la vara<br />

de su boca, y con el espíritu de sus labios matará al impío.<br />

5 Y será la justicia cinto de sus lomos, y la fidelidad ceñidor<br />

6 de su cintura. Morará el lobo con el cordero, y el leopardo<br />

con el cabrito se acostará; el becerro y el león y la bestia do-<br />

7 méstica andarán juntos, y un niño los pastoreará. La vaca y<br />

la osa pacerán, sus crías se echarán juntas; y el león como el<br />

8 buey comerá paja. Y el niño de pecho jugará sobre la cueva<br />

del áspid, y el recién destetado extenderá su mano sobre la<br />

9 caverna de la víbora. No harán mal ni dañarán en todo mi<br />

santo monte; porque la tierra será llena del conocimiento de<br />

10 Jehová, como las aguas cubren el mar. Acontecerá en aquel<br />

tiempo que la raíz de Isaí, la cual estará puesta por pendón a<br />

los pueblos, será buscada por las gentes; y su habitación será<br />

11 gloriosa. Asimismo acontecerá en aquel tiempo, que Jehová<br />

alzará otra vez su mano para recobrar el remanente de su pueblo<br />

que aún quede en Asiria, Egipto, Patros, Etiopía, Elam,<br />

12 Sinar y Hamat, y en las costas del mar. Y levantará pendón<br />

a las naciones, y juntará los desterrados de Israel, y reunirá<br />

13 los esparcidos de Judá de los cuatro confines de la tierra. Y<br />

se disipará la envidia de Efraín, y los enemigos de Judá serán<br />

destruidos. Efraín no tendrá envidia de Judá, ni Judá afligirá<br />

14 a Efraín; sino que volarán sobre los hombros de los filisteos al<br />

occidente, saquearán también a los de oriente; Edom y Moab<br />

15 les servirán, y los hijos de Amón los obedecerán. Y secará<br />

Jehová la lengua del mar de Egipto; y levantará su mano con<br />

el poder de su espíritu sobre el río, y lo herirá en sus siete bra-<br />

16 zos, y hará que pasen por él con sandalias. Y habrá camino<br />

para el remanente de su pueblo, el que quedó de Asiria, de la<br />

manera que lo hubo para Israel el día que subió de la tierra de<br />

Egipto.<br />

12 En aquel día dirás: Cantaré a ti, oh Jehová; pues aunque te<br />

enojaste contra mí, tu indignación se apartó, y me has consola-<br />

2 do. He aquí Dios es salvación mía; me aseguraré y no temeré;<br />

porque mi fortaleza y mi canción es JAH Jehová, quien ha sido<br />

3 salvación para mí. Sacaréis con gozo aguas de las fuentes de la<br />

4 salvación. Y diréis en aquel día: Cantad a Jehová, aclamad su<br />

nombre, haced célebres en los pueblos sus obras, recordad que


965 Isaías 12. 5–13. 18<br />

su nombre es engrandecido. Cantad salmos a Jehová, porque 5<br />

ha hecho cosas magníficas; sea sabido esto por toda la tierra.<br />

Regocíjate y canta, oh moradora de Sion; porque grande es en 6<br />

medio de ti el Santo de Israel.<br />

Profecía sobre Babilonia, revelada a Isaías hijo de Amoz. 13<br />

Levantad bandera sobre un alto monte; alzad la voz a ellos, 2<br />

alzad la mano, para que entren por puertas de príncipes. Yo 3<br />

mandé a mis consagrados, asimismo llamé a mis valientes para<br />

mi ira, a los que se alegran con mi gloria. Estruendo de multi- 4<br />

tud en los montes, como de mucho pueblo; estruendo de ruido<br />

de reinos, de naciones reunidas; Jehová de los ejércitos pasa<br />

revista a las tropas para la batalla. Vienen de lejana tierra, 5<br />

de lo postrero de los cielos, Jehová y los instrumentos de su<br />

ira, para destruir toda la tierra. Aullad, porque cerca está 6<br />

el día de Jehová; vendrá como asolamiento del Todopoderoso.<br />

Por tanto, toda mano se debilitará, y desfallecerá todo cora- 7<br />

zón de hombre, y se llenarán de terror; angustias y dolores se 8<br />

apoderarán de ellos; tendrán dolores como mujer de parto; se<br />

asombrará cada cual al mirar a su compañero; sus rostros, rostros<br />

de llamas. He aquí el día de Jehová viene, terrible, y de 9<br />

indignación y ardor de ira, para convertir la tierra en soledad,<br />

y raer de ella a sus pecadores. Por lo cual las estrellas de los 10<br />

cielos y sus luceros no darán su luz; y el sol se oscurecerá al<br />

nacer, y la luna no dará su resplandor. Y castigaré al mundo 11<br />

por su maldad, y a los impíos por su iniquidad; y haré que<br />

cese la arrogancia de los soberbios, y abatiré la altivez de los<br />

fuertes. Haré más precioso que el oro fino al varón, y más que 12<br />

el oro de Ofir al hombre. Porque haré estremecer los cielos, 13<br />

y la tierra se moverá de su lugar, en la indignación de Jehová<br />

de los ejércitos, y en el día del ardor de su ira. Y como gacela 14<br />

perseguida, y como oveja sin pastor, cada cual mirará hacia<br />

su pueblo, y cada uno huirá a su tierra. Cualquiera que sea 15<br />

hallado será alanceado; y cualquiera que por ellos sea tomado,<br />

caerá a espada. Sus niños serán estrellados delante de ellos; 16<br />

sus casas serán saqueadas, y violadas sus mujeres. He aquí que 17<br />

yo despierto contra ellos a los medos, que no se ocuparán de<br />

la plata, ni codiciarán oro. Con arco tirarán a los niños, y no 18<br />

tendrán misericordia del fruto del vientre, ni su ojo perdonará


13. 19–14. 15 Isaías 966<br />

19 a los hijos. Y Babilonia, hermosura de reinos y ornamento de<br />

la grandeza de los caldeos, será como Sodoma y Gomorra, a las<br />

20 que trastornó Dios. Nunca más será habitada, ni se morará<br />

en ella de generación en generación; ni levantará allí tienda el<br />

21 árabe, ni pastores tendrán allí majada; sino que dormirán allí<br />

las fieras del desierto, y sus casas se llenarán de hurones; allí<br />

22 habitarán avestruces, y allí saltarán las cabras salvajes. En<br />

sus palacios aullarán hienas, y chacales en sus casas de deleite;<br />

y cercano a llegar está su tiempo, y sus días no se alargarán.<br />

14 Porque Jehová tendrá piedad de Jacob, y todavía escogerá<br />

a Israel, y lo hará reposar en su tierra; y a ellos se unirán ex-<br />

2 tranjeros, y se juntarán a la familia de Jacob. Y los tomarán<br />

los pueblos, y los traerán a su lugar; y la casa de Israel los<br />

poseerá por siervos y criadas en la tierra de Jehová; y cautivarán<br />

a los que los cautivaron, y señorearán sobre los que los<br />

3 oprimieron. Y en el día que Jehová te dé reposo de tu trabajo<br />

y de tu temor, y de la dura servidumbre en que te hicieron ser-<br />

4 vir, pronunciarás este proverbio contra el rey de Babilonia, y<br />

dirás: ¡Cómo paró el opresor, cómo acabó la ciudad codiciosa<br />

5 de oro! Quebrantó Jehová el báculo de los impíos, el cetro<br />

6 de los señores; el que hería a los pueblos con furor, con llaga<br />

permanente, el que se enseñoreaba de las naciones con ira, y<br />

7 las perseguía con crueldad. Toda la tierra está en reposo y en<br />

8 paz; se cantaron alabanzas. Aun los cipreses se regocijaron a<br />

causa de ti, y los cedros del Líbano, diciendo: Desde que tú pe-<br />

9 reciste, no ha subido cortador contra nosotros. El Seol abajo<br />

se espantó de ti; despertó muertos que en tu venida saliesen<br />

a recibirte, hizo levantar de sus sillas a todos los príncipes de<br />

10 la tierra, a todos los reyes de las naciones. Todos ellos darán<br />

voces, y te dirán: ¿Tú también te debilitaste como nosotros, y<br />

11 llegaste a ser como nosotros? Descendió al Seol tu soberbia,<br />

y el sonido de tus arpas; gusanos serán tu cama, y gusanos te<br />

12 cubrirán. ¡Cómo caíste del cielo, oh Lucero, hijo de la mañana!<br />

Cortado fuiste por tierra, tú que debilitabas a las naciones.<br />

13 Tú que decías en tu corazón: Subiré al cielo; en lo alto, junto<br />

a las estrellas de Dios, levantaré mi trono, y en el monte del<br />

14 testimonio me sentaré, a los lados del norte; sobre las altu-<br />

15 ras de las nubes subiré, y seré semejante al Altísimo. Mas tú


967 Isaías 14. 16–32<br />

derribado eres hasta el Seol, a los lados del abismo. Se incli- 16<br />

narán hacia ti los que te vean, te contemplarán, diciendo: ¿Es<br />

éste aquel varón que hacía temblar la tierra, que trastornaba<br />

los reinos; que puso el mundo como un desierto, que asoló sus 17<br />

ciudades, que a sus presos nunca abrió la cárcel? Todos los 18<br />

reyes de las naciones, todos ellos yacen con honra cada uno en<br />

su morada; pero tú echado eres de tu sepulcro como vástago 19<br />

abominable, como vestido de muertos pasados a espada, que<br />

descendieron al fondo de la sepultura; como cuerpo muerto hollado.<br />

No serás contado con ellos en la sepultura; porque tú 20<br />

destruiste tu tierra, mataste a tu pueblo. No será nombrada<br />

para siempre la descendencia de los malignos. Preparad sus 21<br />

hijos para el matadero, por la maldad de sus padres; no se<br />

levanten, ni posean la tierra, ni llenen de ciudades la faz del<br />

mundo. Porque yo me levantaré contra ellos, dice Jehová de 22<br />

los ejércitos, y raeré de Babilonia el nombre y el remanente,<br />

hijo y nieto, dice Jehová. Y la convertiré en posesión de erizos, 23<br />

y en lagunas de agua; y la barreré con escobas de destrucción,<br />

dice Jehová de los ejércitos. Jehová de los ejércitos juró di- 24<br />

ciendo: Ciertamente se hará de la manera que lo he pensado, y<br />

será confirmado como lo he determinado; que quebrantaré al 25<br />

asirio en mi tierra, y en mis montes lo hollaré; y su yugo será<br />

apartado de ellos, y su carga será quitada de su hombro. Éste 26<br />

es el consejo que está acordado sobre toda la tierra, y ésta,<br />

la mano extendida sobre todas las naciones. Porque Jehová 27<br />

de los ejércitos lo ha determinado, ¿y quién lo impedirá? Y<br />

su mano extendida, ¿quién la hará retroceder? En el año que 28<br />

murió el rey Acaz fue esta profecía: No te alegres tú, Filistea 29<br />

toda, por haberse quebrado la vara del que te hería; porque<br />

de la raíz de la culebra saldrá áspid, y su fruto, serpiente voladora.<br />

Y los primogénitos de los pobres serán apacentados, 30<br />

y los menesterosos se acostarán confiados; mas yo haré morir<br />

de hambre tu raíz, y destruiré lo que de ti quedare. Aúlla, 31<br />

oh puerta; clama, oh ciudad; disuelta estás toda tú, Filistea;<br />

porque humo vendrá del norte, no quedará uno solo en sus<br />

asambleas. ¿Y qué se responderá a los mensajeros de las na- 32<br />

ciones? Que Jehová fundó a Sion, y que a ella se acogerán los<br />

afligidos de su pueblo.


15. 1–16. 8 Isaías 968<br />

15 Profecía sobre Moab. Cierto, de noche fue destruida Ar de<br />

Moab, puesta en silencio. Cierto, de noche fue destruida Kir<br />

2 de Moab, reducida a silencio. Subió a Bayit y a Dibón, lugares<br />

altos, a llorar; sobre Nebo y sobre Medeba aullará Moab;<br />

3 toda cabeza de ella será rapada, y toda barba rasurada. Se<br />

ceñirán de cilicio en sus calles; en sus terrados y en sus pla-<br />

4 zas aullarán todos, deshaciéndose en llanto. Hesbón y Eleale<br />

gritarán, hasta Jahaza se oirá su voz; por lo que aullarán los<br />

guerreros de Moab, se lamentará el alma de cada uno dentro<br />

5 de él. Mi corazón dará gritos por Moab; sus fugitivos huirán<br />

hasta Zoar, como novilla de tres años. Por la cuesta de Luhit<br />

subirán llorando, y levantarán grito de quebrantamiento por<br />

6 el camino de Horonaim. Las aguas de Nimrim serán consumidas,<br />

y se secará la hierba, se marchitarán los retoños, todo<br />

7 verdor perecerá. Por tanto, las riquezas que habrán adquirido,<br />

y las que habrán reservado, las llevarán al torrente de<br />

8 los sauces. Porque el llanto rodeó los límites de Moab; hasta<br />

9 Eglaim llegó su alarido, y hasta Beer-elim su clamor. Y las<br />

aguas de Dimón se llenarán de sangre; porque yo traeré sobre<br />

Dimón males mayores, leones a los que escaparen de Moab, y<br />

a los sobrevivientes de la tierra.<br />

16 Enviad cordero al señor de la tierra, desde Sela del desierto<br />

2 al monte de la hija de Sion. Y cual ave espantada que huye<br />

de su nido, así serán las hijas de Moab en los vados de Ar-<br />

3 nón. Reúne consejo, haz juicio; pon tu sombra en medio del<br />

día como la noche; esconde a los desterrados, no entregues a<br />

4 los que andan errantes. Moren contigo mis desterrados, oh<br />

Moab; sé para ellos escondedero de la presencia del devastador;<br />

porque el atormentador fenecerá, el devastador tendrá fin,<br />

5 el pisoteador será consumido de sobre la tierra. Y se dispondrá<br />

el trono en misericordia; y sobre él se sentará firmemente,<br />

en el tabernáculo de David, quien juzgue y busque el juicio,<br />

6 y apresure la justicia. Hemos oído la soberbia de Moab; muy<br />

grandes son su soberbia, su arrogancia y su altivez; pero sus<br />

7 mentiras no serán firmes. Por tanto, aullará Moab, todo él<br />

aullará; gemiréis en gran manera abatidos, por las tortas de<br />

8 uvas de Kir-hareset. Porque los campos de Hesbón fueron talados,<br />

y las vides de Sibma; señores de naciones pisotearon sus


969 Isaías 16. 9–17. 10<br />

generosos sarmientos; habían llegado hasta Jazer, y se habían<br />

extendido por el desierto; se extendieron sus plantas, pasaron<br />

el mar. Por lo cual lamentaré con lloro de Jazer por la viña de 9<br />

Sibma; te regaré con mis lágrimas, oh Hesbón y Eleale; porque<br />

sobre tus cosechas y sobre tu siega caerá el grito de guerra.<br />

Quitado es el gozo y la alegría del campo fértil; en las viñas 10<br />

no cantarán, ni se regocijarán; no pisará vino en los lagares el<br />

pisador; he hecho cesar el grito del lagarero. Por tanto, mis 11<br />

entrañas vibrarán como arpa por Moab, y mi corazón por Kirhareset.<br />

Y cuando apareciere Moab cansado sobre los lugares 12<br />

altos, cuando venga a su santuario a orar, no le valdrá. Ésta 13<br />

es la palabra que pronunció Jehová sobre Moab desde aquel<br />

tiempo; pero ahora Jehová ha hablado, diciendo: Dentro de 14<br />

tres años, como los años de un jornalero, será abatida la gloria<br />

de Moab, con toda su gran multitud; y los sobrevivientes serán<br />

pocos, pequeños y débiles.<br />

Profecía sobre Damasco. He aquí que Damasco dejará de 17<br />

ser ciudad, y será montón de ruinas. Las ciudades de Aroer 2<br />

están desamparadas, en majadas se convertirán; dormirán allí,<br />

y no habrá quien los espante. Y cesará el socorro de Efraín, 3<br />

y el reino de Damasco; y lo que quede de Siria será como la<br />

gloria de los hijos de Israel, dice Jehová de los ejércitos. En 4<br />

aquel tiempo la gloria de Jacob se atenuará, y se enflaquecerá<br />

la grosura de su carne. Y será como cuando el segador recoge 5<br />

la mies, y con su brazo siega las espigas; será también como<br />

el que recoge espigas en el valle de Refaim. Y quedarán en él 6<br />

rebuscos, como cuando sacuden el olivo; dos o tres frutos en la<br />

punta de la rama, cuatro o cinco en sus ramas más fructíferas,<br />

dice Jehová Dios de Israel. En aquel día mirará el hombre 7<br />

a su Hacedor, y sus ojos contemplarán al Santo de Israel. Y 8<br />

no mirará a los altares que hicieron sus manos, ni mirará a<br />

lo que hicieron sus dedos, ni a los símbolos de Asera, ni a las<br />

imágenes del sol. En aquel día sus ciudades fortificadas serán 9<br />

como los frutos que quedan en los renuevos y en las ramas, los<br />

cuales fueron dejados a causa de los hijos de Israel; y habrá<br />

desolación. Porque te olvidaste del Dios de tu salvación, y 10<br />

no te acordaste de la roca de tu refugio; por tanto, sembra-


17. 11–19. 2 Isaías 970<br />

11 rás plantas hermosas, y plantarás sarmiento extraño. El día<br />

que las plantes, las harás crecer, y harás que su simiente brote<br />

de mañana; pero la cosecha será arrebatada en el día de la<br />

12 angustia, y del dolor desesperado. ¡Ay! multitud de muchos<br />

pueblos que harán ruido como estruendo del mar, y murmullo<br />

de naciones que harán alboroto como bramido de muchas<br />

13 aguas. Los pueblos harán estrépito como de ruido de muchas<br />

aguas; pero Dios los reprenderá, y huirán lejos; serán ahuyentados<br />

como el tamo de los montes delante del viento, y como<br />

14 el polvo delante del torbellino. Al tiempo de la tarde, he aquí<br />

la turbación, pero antes de la mañana el enemigo ya no existe.<br />

Ésta es la parte de los que nos aplastan, y la suerte de los que<br />

nos saquean.<br />

18 ¡Ay de la tierra que hace sombra con las alas, que está tras<br />

2 los ríos de Etiopía; que envía mensajeros por el mar, y en<br />

naves de junco sobre las aguas! Andad, mensajeros veloces, a<br />

la nación de elevada estatura y tez brillante, al pueblo temible<br />

desde su principio y después, gente fuerte y conquistadora,<br />

3 cuya tierra es surcada por ríos. Vosotros, todos los moradores<br />

del mundo y habitantes de la tierra, cuando se levante bandera<br />

en los montes, mirad; y cuando se toque trompeta, escuchad.<br />

4 Porque Jehová me dijo así: Me estaré quieto, y los miraré desde<br />

mi morada, como sol claro después de la lluvia, como nube<br />

5 de rocío en el calor de la siega. Porque antes de la siega,<br />

cuando el fruto sea perfecto, y pasada la flor se maduren los<br />

frutos, entonces podará con podaderas las ramitas, y cortará<br />

6 y quitará las ramas. Y serán dejados todos para las aves de<br />

los montes y para las bestias de la tierra; sobre ellos tendrán el<br />

7 verano las aves, e invernarán todas las bestias de la tierra. En<br />

aquel tiempo será traída ofrenda a Jehová de los ejércitos, del<br />

pueblo de elevada estatura y tez brillante, del pueblo temible<br />

desde su principio y después, gente fuerte y conquistadora,<br />

cuya tierra es surcada por ríos, al lugar del nombre de Jehová<br />

de los ejércitos, al monte de Sion.<br />

19 Profecía sobre Egipto. He aquí que Jehová monta sobre una<br />

ligera nube, y entrará en Egipto; y los ídolos de Egipto temblarán<br />

delante de él, y desfallecerá el corazón de los egipcios<br />

2 dentro de ellos. Levantaré egipcios contra egipcios, y cada


971 Isaías 19. 3–20<br />

uno peleará contra su hermano, cada uno contra su prójimo;<br />

ciudad contra ciudad, y reino contra reino. Y el espíritu de 3<br />

Egipto se desvanecerá en medio de él, y destruiré su consejo;<br />

y preguntarán a sus imágenes, a sus hechiceros, a sus evocadores<br />

y a sus adivinos. Y entregaré a Egipto en manos de 4<br />

señor duro, y rey violento se enseñoreará de ellos, dice el Señor,<br />

Jehová de los ejércitos. Y las aguas del mar faltarán, y 5<br />

el río se agotará y secará. Y se alejarán los ríos, se agotarán 6<br />

y secarán las corrientes de los fosos; la caña y el carrizo serán<br />

cortados. La pradera de junto al río, de junto a la ribera del 7<br />

río, y toda sementera del río, se secarán, se perderán, y no<br />

serán más. Los pescadores también se entristecerán; harán 8<br />

duelo todos los que echan anzuelo en el río, y desfallecerán los<br />

que extienden red sobre las aguas. Los que labran lino fino 9<br />

y los que tejen redes serán confundidos, porque todas sus re- 10<br />

des serán rotas; y se entristecerán todos los que hacen viveros<br />

para peces. Ciertamente son necios los príncipes de Zoán; el 11<br />

consejo de los prudentes consejeros de Faraón se ha desvanecido.<br />

¿Cómo diréis a Faraón: Yo soy hijo de los sabios, e hijo de<br />

los reyes antiguos? ¿Dónde están ahora aquellos tus sabios? 12<br />

Que te digan ahora, o te hagan saber qué es lo que Jehová de<br />

los ejércitos ha determinado sobre Egipto. Se han desvane- 13<br />

cido los príncipes de Zoán, se han engañado los príncipes de<br />

Menfis; engañaron a Egipto los que son la piedra angular de<br />

sus familias. Jehová mezcló espíritu de vértigo en medio de 14<br />

él; e hicieron errar a Egipto en toda su obra, como tambalea<br />

el ebrio en su vómito. Y no aprovechará a Egipto cosa que 15<br />

haga la cabeza o la cola, la rama o el junco. En aquel día los 16<br />

egipcios serán como mujeres; porque se asombrarán y temerán<br />

en la presencia de la mano alta de Jehová de los ejércitos, que<br />

él levantará contra ellos. Y la tierra de Judá será de espanto 17<br />

a Egipto; todo hombre que de ella se acordare temerá por causa<br />

del consejo que Jehová de los ejércitos acordó sobre aquél.<br />

En aquel tiempo habrá cinco ciudades en la tierra de Egipto 18<br />

que hablen la lengua de Canaán, y que juren por Jehová de los<br />

ejércitos; una será llamada la ciudad de Herez. En aquel tiem- 19<br />

po habrá altar para Jehová en medio de la tierra de Egipto, y<br />

monumento a Jehová junto a su frontera. Y será por señal y 20


19. 21–21. 5 Isaías 972<br />

por testimonio a Jehová de los ejércitos en la tierra de Egipto;<br />

porque clamarán a Jehová a causa de sus opresores, y él les<br />

21 enviará salvador y príncipe que los libre. Y Jehová será conocido<br />

de Egipto, y los de Egipto conocerán a Jehová en aquel<br />

día, y harán sacrificio y oblación; y harán votos a Jehová, y<br />

22 los cumplirán. Y herirá Jehová a Egipto; herirá y sanará, y<br />

23 se convertirán a Jehová, y les será clemente y los sanará. En<br />

aquel tiempo habrá una calzada de Egipto a Asiria, y asirios<br />

entrarán en Egipto, y egipcios en Asiria; y los egipcios servirán<br />

24 con los asirios a Jehová. En aquel tiempo Israel será tercero<br />

con Egipto y con Asiria para bendición en medio de la tierra;<br />

25 porque Jehová de los ejércitos los bendecirá diciendo: Bendito<br />

el pueblo mío Egipto, y el asirio obra de mis manos, e Israel<br />

mi heredad.<br />

20 En el año que vino el Tartán a Asdod, cuando lo envió Sar-<br />

2 gón rey de Asiria, y peleó contra Asdod y la tomó; en aquel<br />

tiempo habló Jehová por medio de Isaías hijo de Amoz, diciendo:<br />

Ve y quita el cilicio de tus lomos, y descalza las sandalias<br />

3 de tus pies. Y lo hizo así, andando desnudo y descalzo. Y dijo<br />

Jehová: De la manera que anduvo mi siervo Isaías desnudo y<br />

descalzo tres años, por señal y pronóstico sobre Egipto y sobre<br />

4 Etiopía, así llevará el rey de Asiria a los cautivos de Egipto y<br />

los deportados de Etiopía, a jóvenes y a ancianos, desnudos y<br />

descalzos, y descubiertas las nalgas para vergüenza de Egipto.<br />

5 Y se turbarán y avergonzarán de Etiopía su esperanza, y de<br />

6 Egipto su gloria. Y dirá en aquel día el morador de esta costa:<br />

Mirad qué tal fue nuestra esperanza, a donde nos acogimos<br />

por socorro para ser libres de la presencia del rey de Asiria; ¿y<br />

cómo escaparemos nosotros?<br />

21 Profecía sobre el desierto del mar. Como torbellino del Ne-<br />

2 guev, así viene del desierto, de la tierra horrenda. Visión dura<br />

me ha sido mostrada. El prevaricador prevarica, y el destructor<br />

destruye. Sube, oh Elam; sitia, oh Media. Todo su gemido hice<br />

3 cesar. Por tanto, mis lomos se han llenado de dolor; angustias<br />

se apoderaron de mí, como angustias de mujer de parto; me<br />

4 agobié oyendo, y al ver me he espantado. Se pasmó mi corazón,<br />

el horror me ha intimidado; la noche de mi deseo se me<br />

5 volvió en espanto. Ponen la mesa, extienden tapices; comen,


973 Isaías 21. 6–22. 9<br />

beben. ¡Levantaos, oh príncipes, ungid el escudo! Porque el 6<br />

Señor me dijo así: Ve, pon centinela que haga saber lo que vea.<br />

Y vio hombres montados, jinetes de dos en dos, montados so- 7<br />

bre asnos, montados sobre camellos; y miró más atentamente,<br />

y gritó como un león: Señor, sobre la atalaya estoy yo conti- 8<br />

nuamente de día, y las noches enteras sobre mi guarda; y he 9<br />

aquí vienen hombres montados, jinetes de dos en dos. Después<br />

habló y dijo: Cayó, cayó Babilonia; y todos los ídolos de sus<br />

dioses quebrantó en tierra. Oh pueblo mío, trillado y aventa- 10<br />

do, os he dicho lo que oí de Jehová de los ejércitos, Dios de<br />

Israel. Profecía sobre Duma. Me dan voces de Seir: Guarda, 11<br />

¿qué de la noche? Guarda, ¿qué de la noche? El guarda res- 12<br />

pondió: La mañana viene, y después la noche; preguntad si<br />

queréis, preguntad; volved, venid. Profecía sobre Arabia. En 13<br />

el bosque pasaréis la noche en Arabia, oh caminantes de Dedán.<br />

Salid a encontrar al sediento; llevadle agua, moradores 14<br />

de tierra de Tema, socorred con pan al que huye. Porque ante 15<br />

la espada huye, ante la espada desnuda, ante el arco entesado,<br />

ante el peso de la batalla. Porque así me ha dicho Jehová: De 16<br />

aquí a un año, semejante a años de jornalero, toda la gloria<br />

de Cedar será deshecha; y los sobrevivientes del número de 17<br />

los valientes flecheros, hijos de Cedar, serán reducidos; porque<br />

Jehová Dios de Israel lo ha dicho.<br />

Profecía sobre el valle de la visión. ¿Qué tienes ahora, que 22<br />

con todos los tuyos has subido sobre los terrados? Tú, llena 2<br />

de alborotos, ciudad turbulenta, ciudad alegre; tus muertos<br />

no son muertos a espada, ni muertos en guerra. Todos tus 3<br />

príncipes juntos huyeron del arco, fueron atados; todos los que<br />

en ti se hallaron, fueron atados juntamente, aunque habían<br />

huido lejos. Por esto dije: Dejadme, lloraré amargamente; no 4<br />

os afanéis por consolarme de la destrucción de la hija de mi<br />

pueblo. Porque día es de alboroto, de angustia y de confusión, 5<br />

de parte del Señor, Jehová de los ejércitos, en el valle de la<br />

visión, para derribar el muro, y clamar al monte. Y Elam 6<br />

tomó aljaba, con carros y con jinetes, y Kir sacó el escudo.<br />

Tus hermosos valles fueron llenos de carros, y los de a caballo 7<br />

acamparon a la puerta. Y desnudó la cubierta de Judá; y 8<br />

miraste en aquel día hacia la casa de armas del bosque. Visteis 9


22. 10–23. 2 Isaías 974<br />

las brechas de la ciudad de David, que se multiplicaron; y<br />

10 recogisteis las aguas del estanque de abajo. Y contasteis las<br />

casas de Jerusalén, y derribasteis casas para fortificar el muro.<br />

11 Hicisteis foso entre los dos muros para las aguas del estanque<br />

viejo; y no tuvisteis respeto al que lo hizo, ni mirasteis de lejos<br />

12 al que lo labró. Por tanto, el Señor, Jehová de los ejércitos,<br />

llamó en este día a llanto y a endechas, a raparse el cabello<br />

13 y a vestir cilicio; y he aquí gozo y alegría, matando vacas y<br />

degollando ovejas, comiendo carne y bebiendo vino, diciendo:<br />

14 Comamos y bebamos, porque mañana moriremos. Esto fue<br />

revelado a mis oídos de parte de Jehová de los ejércitos: Que<br />

este pecado no os será perdonado hasta que muráis, dice el<br />

15 Señor, Jehová de los ejércitos. Jehová de los ejércitos dice así:<br />

16 Ve, entra a este tesorero, a Sebna el mayordomo, y dile: ¿Qué<br />

tienes tú aquí, o a quién tienes aquí, que labraste aquí sepulcro<br />

para ti, como el que en lugar alto labra su sepultura, o el que<br />

17 esculpe para sí morada en una peña? He aquí que Jehová<br />

te transportará en duro cautiverio, y de cierto te cubrirá el<br />

18 rostro. Te echará a rodar con ímpetu, como a bola por tierra<br />

extensa; allá morirás, y allá estarán los carros de tu gloria, oh<br />

19 vergüenza de la casa de tu señor. Y te arrojaré de tu lugar,<br />

20 y de tu puesto te empujaré. En aquel día llamaré a mi siervo<br />

21 Eliaquim hijo de Hilcías, y lo vestiré de tus vestiduras, y lo<br />

ceñiré de tu talabarte, y entregaré en sus manos tu potestad;<br />

22 y será padre al morador de Jerusalén, y a la casa de Judá. Y<br />

pondré la llave de la casa de David sobre su hombro; y abrirá,<br />

23 y nadie cerrará; cerrará, y nadie abrirá. Y lo hincaré como<br />

clavo en lugar firme; y será por asiento de honra a la casa<br />

24 de su padre. Colgarán de él toda la honra de la casa de su<br />

padre, los hijos y los nietos, todos los vasos menores, desde las<br />

25 tazas hasta toda clase de jarros. En aquel día, dice Jehová de<br />

los ejércitos, el clavo hincado en lugar firme será quitado; será<br />

quebrado y caerá, y la carga que sobre él se puso se echará a<br />

perder; porque Jehová habló.<br />

23 Profecía sobre Tiro. Aullad, naves de Tarsis, porque destruida<br />

es Tiro hasta no quedar casa, ni a donde entrar; desde<br />

2 la tierra de Quitim les es revelado. Callad, moradores de la<br />

costa, mercaderes de Sidón, que pasando el mar te abastecían.


975 Isaías 23. 3–24. 2<br />

Su provisión procedía de las sementeras que crecen con las mu- 3<br />

chas aguas del Nilo, de la mies del río. Fue también emporio de<br />

las naciones. Avergüénzate, Sidón, porque el mar, la fortaleza 4<br />

del mar habló, diciendo: Nunca estuve de parto, ni di a luz, ni<br />

crié jóvenes, ni levanté vírgenes. Cuando llegue la noticia a 5<br />

Egipto, tendrán dolor de las nuevas de Tiro. Pasaos a Tarsis; 6<br />

aullad, moradores de la costa. ¿No era ésta vuestra ciudad 7<br />

alegre, con muchos días de antigüedad? Sus pies la llevarán a<br />

morar lejos. ¿Quién decretó esto sobre Tiro, la que repartía 8<br />

coronas, cuyos negociantes eran príncipes, cuyos mercaderes<br />

eran los nobles de la tierra? Jehová de los ejércitos lo decretó, 9<br />

para envilecer la soberbia de toda gloria, y para abatir a todos<br />

los ilustres de la tierra. Pasa cual río de tu tierra, oh hija de 10<br />

Tarsis, porque no tendrás ya más poder. Extendió su mano 11<br />

sobre el mar, hizo temblar los reinos; Jehová mandó respecto<br />

a Canaán, que sus fortalezas sean destruidas. Y dijo: No 12<br />

te alegrarás más, oh oprimida virgen hija de Sidón. Levántate<br />

para pasar a Quitim, y aun allí no tendrás reposo. Mira la 13<br />

tierra de los caldeos. Este pueblo no existía; Asiria la fundó<br />

para los moradores del desierto. Levantaron sus fortalezas, edificaron<br />

sus palacios; él la convirtió en ruinas. Aullad, naves 14<br />

de Tarsis, porque destruida es vuestra fortaleza. Acontecerá 15<br />

en aquel día, que Tiro será puesta en olvido por setenta años,<br />

como días de un rey. Después de los setenta años, cantará Tiro<br />

canción como de ramera. Toma arpa, y rodea la ciudad, oh 16<br />

ramera olvidada; haz buena melodía, reitera la canción, para<br />

que seas recordada. Y acontecerá que al fin de los setenta años 17<br />

visitará Jehová a Tiro; y volverá a comerciar, y otra vez fornicará<br />

con todos los reinos del mundo sobre la faz de la tierra.<br />

Pero sus negocios y ganancias serán consagrados a Jehová; no 18<br />

se guardarán ni se atesorarán, porque sus ganancias serán para<br />

los que estuvieren delante de Jehová, para que coman hasta<br />

saciarse, y vistan espléndidamente.<br />

He aquí que Jehová vacía la tierra y la desnuda, y trastor- 24<br />

na su faz, y hace esparcir a sus moradores. Y sucederá así 2<br />

como al pueblo, también al sacerdote; como al siervo, así a su<br />

amo; como a la criada, a su ama; como al que compra, al que<br />

vende; como al que presta, al que toma prestado; como al que


24. 3–22 Isaías 976<br />

3 da a logro, así al que lo recibe. La tierra será enteramente<br />

vaciada, y completamente saqueada; porque Jehová ha pro-<br />

4 nunciado esta palabra. Se destruyó, cayó la tierra; enfermó,<br />

5 cayó el mundo; enfermaron los altos pueblos de la tierra. Y<br />

la tierra se contaminó bajo sus moradores; porque traspasaron<br />

las leyes, falsearon el derecho, quebrantaron el pacto sempi-<br />

6 terno. Por esta causa la maldición consumió la tierra, y sus<br />

moradores fueron asolados; por esta causa fueron consumidos<br />

7 los habitantes de la tierra, y disminuyeron los hombres. Se<br />

perdió el vino, enfermó la vid, gimieron todos los que eran ale-<br />

8 gres de corazón. Cesó el regocijo de los panderos, se acabó el<br />

9 estruendo de los que se alegran, cesó la alegría del arpa. No<br />

beberán vino con cantar; la sidra les será amarga a los que la<br />

10 bebieren. Quebrantada está la ciudad por la vanidad; toda<br />

11 casa se ha cerrado, para que no entre nadie. Hay clamores<br />

por falta de vino en las calles; todo gozo se oscureció, se des-<br />

12 terró la alegría de la tierra. La ciudad quedó desolada, y con<br />

13 ruina fue derribada la puerta. Porque así será en medio de<br />

la tierra, en medio de los pueblos, como olivo sacudido, como<br />

14 rebuscos después de la vendimia. Éstos alzarán su voz, cantarán<br />

gozosos por la grandeza de Jehová; desde el mar darán<br />

15 voces. Glorificad por esto a Jehová en los valles; en las orillas<br />

16 del mar sea nombrado Jehová Dios de Israel. De lo postrero<br />

de la tierra oímos cánticos: Gloria al justo. Y yo dije: ¡Mi desdicha,<br />

mi desdicha, ay de mí! Prevaricadores han prevaricado;<br />

17 y han prevaricado con prevaricación de desleales. Terror, foso<br />

18 y red sobre ti, oh morador de la tierra. Y acontecerá que el<br />

que huyere de la voz del terror caerá en el foso; y el que saliere<br />

de en medio del foso será preso en la red; porque de lo alto se<br />

19 abrirán ventanas, y temblarán los cimientos de la tierra. Será<br />

quebrantada del todo la tierra, enteramente desmenuzada será<br />

20 la tierra, en gran manera será la tierra conmovida. Temblará<br />

la tierra como un ebrio, y será removida como una choza; y se<br />

agravará sobre ella su pecado, y caerá, y nunca más se levanta-<br />

21 rá. Acontecerá en aquel día, que Jehová castigará al ejército<br />

de los cielos en lo alto, y a los reyes de la tierra sobre la tierra.<br />

22 Y serán amontonados como se amontona a los encarcelados en<br />

mazmorra, y en prisión quedarán encerrados, y serán castiga-


977 Isaías 24. 23–26. 5<br />

dos después de muchos días. La luna se avergonzará, y el sol 23<br />

se confundirá, cuando Jehová de los ejércitos reine en el monte<br />

de Sion y en Jerusalén, y delante de sus ancianos sea glorioso.<br />

Jehová, tú eres mi Dios; te exaltaré, alabaré tu nombre, 25<br />

porque has hecho maravillas; tus consejos antiguos son verdad<br />

y firmeza. Porque convertiste la ciudad en montón, la ciudad 2<br />

fortificada en ruina; el alcázar de los extraños para que no<br />

sea ciudad, ni nunca jamás sea reedificado. Por esto te dará 3<br />

gloria el pueblo fuerte, te temerá la ciudad de gentes robustas.<br />

Porque fuiste fortaleza al pobre, fortaleza al menesteroso en 4<br />

su aflicción, refugio contra el turbión, sombra contra el calor;<br />

porque el ímpetu de los violentos es como turbión contra el<br />

muro. Como el calor en lugar seco, así humillarás el orgullo 5<br />

de los extraños; y como calor debajo de nube harás marchitar el<br />

renuevo de los robustos. Y Jehová de los ejércitos hará en este 6<br />

monte a todos los pueblos banquete de manjares suculentos,<br />

banquete de vinos refinados, de gruesos tuétanos y de vinos<br />

purificados. Y destruirá en este monte la cubierta con que 7<br />

están cubiertos todos los pueblos, y el velo que envuelve a<br />

todas las naciones. Destruirá a la muerte para siempre; y 8<br />

enjugará Jehová el Señor toda lágrima de todos los rostros;<br />

y quitará la afrenta de su pueblo de toda la tierra; porque<br />

Jehová lo ha dicho. Y se dirá en aquel día: He aquí, éste es 9<br />

nuestro Dios, le hemos esperado, y nos salvará; éste es Jehová a<br />

quien hemos esperado, nos gozaremos y nos alegraremos en su<br />

salvación. Porque la mano de Jehová reposará en este monte; 10<br />

pero Moab será hollado en su mismo sitio, como es hollada la<br />

paja en el muladar. Y extenderá su mano por en medio de él, 11<br />

como la extiende el nadador para nadar; y abatirá su soberbia<br />

y la destreza de sus manos. Y abatirá la fortaleza de tus altos 12<br />

muros; la humillará y la echará a tierra, hasta el polvo.<br />

En aquel día cantarán este cántico en tierra de Judá: Fuer- 26<br />

te ciudad tenemos; salvación puso Dios por muros y antemuro.<br />

Abrid las puertas, y entrará la gente justa, guardadora de 2<br />

verdades. Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pen- 3<br />

samiento en ti persevera; porque en ti ha confiado. Confiad 4<br />

en Jehová perpetuamente, porque en Jehová el Señor está la<br />

fortaleza de los siglos. Porque derribó a los que moraban en 5


26. 6–27. 2 Isaías 978<br />

lugar sublime; humilló a la ciudad exaltada, la humilló hasta<br />

6 la tierra, la derribó hasta el polvo. La hollará pie, los pies del<br />

7 afligido, los pasos de los menesterosos. El camino del justo es<br />

8 rectitud; tú, que eres recto, pesas el camino del justo. También<br />

en el camino de tus juicios, oh Jehová, te hemos esperado;<br />

9 tu nombre y tu memoria son el deseo de nuestra alma. Con<br />

mi alma te he deseado en la noche, y en tanto que me dure el<br />

espíritu dentro de mí, madrugaré a buscarte; porque luego que<br />

hay juicios tuyos en la tierra, los moradores del mundo apren-<br />

10 den justicia. Se mostrará piedad al malvado, y no aprenderá<br />

justicia; en tierra de rectitud hará iniquidad, y no mirará a la<br />

11 majestad de Jehová. Jehová, tu mano está alzada, pero ellos<br />

no ven; verán al fin, y se avergonzarán los que envidian a tu<br />

12 pueblo; y a tus enemigos fuego los consumirá. Jehová, tú nos<br />

darás paz, porque también hiciste en nosotros todas nuestras<br />

13 obras. Jehová Dios nuestro, otros señores fuera de ti se han<br />

enseñoreado de nosotros; pero en ti solamente nos acordare-<br />

14 mos de tu nombre. Muertos son, no vivirán; han fallecido, no<br />

resucitarán; porque los castigaste, y destruiste y deshiciste to-<br />

15 do su recuerdo. Aumentaste el pueblo, oh Jehová, aumentaste<br />

el pueblo; te hiciste glorioso; ensanchaste todos los confines de<br />

16 la tierra. Jehová, en la tribulación te buscaron; derramaron<br />

17 oración cuando los castigaste. Como la mujer encinta cuando<br />

se acerca el alumbramiento gime y da gritos en sus dolores, así<br />

18 hemos sido delante de ti, oh Jehová. Concebimos, tuvimos dolores<br />

de parto, dimos a luz viento; ninguna liberación hicimos<br />

19 en la tierra, ni cayeron los moradores del mundo. Tus muertos<br />

vivirán; sus cadáveres resucitarán. ¡Despertad y cantad,<br />

moradores del polvo! porque tu rocío es cual rocío de hortali-<br />

20 zas, y la tierra dará sus muertos. Anda, pueblo mío, entra en<br />

tus aposentos, cierra tras ti tus puertas; escóndete un poquito,<br />

21 por un momento, en tanto que pasa la indignación. Porque he<br />

aquí que Jehová sale de su lugar para castigar al morador de la<br />

tierra por su maldad contra él; y la tierra descubrirá la sangre<br />

derramada sobre ella, y no encubrirá ya más a sus muertos.<br />

27 En aquel día Jehová castigará con su espada dura, grande<br />

y fuerte al leviatán serpiente veloz, y al leviatán serpiente tor-<br />

2 tuosa; y matará al dragón que está en el mar. En aquel día


979 Isaías 27. 3–28. 4<br />

cantad acerca de la viña del vino rojo. Yo Jehová la guardo, 3<br />

cada momento la regaré; la guardaré de noche y de día, para<br />

que nadie la dañe. No hay enojo en mí. ¿Quién pondrá contra 4<br />

mí en batalla espinos y cardos? Yo los hollaré, los quemaré a<br />

una. ¿O forzará alguien mi fortaleza? Haga conmigo paz; sí, 5<br />

haga paz conmigo. Días vendrán cuando Jacob echará raíces, 6<br />

florecerá y echará renuevos Israel, y la faz del mundo llenará<br />

de fruto. ¿Acaso ha sido herido como quien lo hirió, o ha 7<br />

sido muerto como los que lo mataron? Con medida lo casti- 8<br />

garás en sus vástagos. Él los remueve con su recio viento en<br />

el día del aire solano. De esta manera, pues, será perdonada 9<br />

la iniquidad de Jacob, y éste será todo el fruto, la remoción<br />

de su pecado; cuando haga todas las piedras del altar como<br />

piedras de cal desmenuzadas, y no se levanten los símbolos de<br />

Asera ni las imágenes del sol. Porque la ciudad fortificada 10<br />

será desolada, la ciudad habitada será abandonada y dejada<br />

como un desierto; allí pastará el becerro, allí tendrá su majada,<br />

y acabará sus ramas. Cuando sus ramas se sequen, serán 11<br />

quebradas; mujeres vendrán a encenderlas; porque aquel no<br />

es pueblo de entendimiento; por tanto, su Hacedor no tendrá<br />

de él misericordia, ni se compadecerá de él el que lo formó.<br />

Acontecerá en aquel día, que trillará Jehová desde el río Éu- 12<br />

frates hasta el torrente de Egipto, y vosotros, hijos de Israel,<br />

seréis reunidos uno a uno. Acontecerá también en aquel día, 13<br />

que se tocará con gran trompeta, y vendrán los que habían<br />

sido esparcidos en la tierra de Asiria, y los que habían sido<br />

desterrados a Egipto, y adorarán a Jehová en el monte santo,<br />

en Jerusalén.<br />

¡Ay de la corona de soberbia de los ebrios de Efraín, y de la 28<br />

flor caduca de la hermosura de su gloria, que está sobre la cabeza<br />

del valle fértil de los aturdidos del vino! He aquí, Jehová 2<br />

tiene uno que es fuerte y poderoso; como turbión de granizo y<br />

como torbellino trastornador, como ímpetu de recias aguas que<br />

inundan, con fuerza derriba a tierra. Con los pies será pisotea- 3<br />

da la corona de soberbia de los ebrios de Efraín. Y será la flor 4<br />

caduca de la hermosura de su gloria que está sobre la cabeza<br />

del valle fértil, como la fruta temprana, la primera del verano,


28. 5–20 Isaías 980<br />

la cual, apenas la ve el que la mira, se la traga tan luego como<br />

5 la tiene a mano. En aquel día Jehová de los ejércitos será por<br />

corona de gloria y diadema de hermosura al remanente de su<br />

6 pueblo; y por espíritu de juicio al que se sienta en juicio, y<br />

7 por fuerzas a los que rechacen la batalla en la puerta. Pero<br />

también éstos erraron con el vino, y con sidra se entontecieron;<br />

el sacerdote y el profeta erraron con sidra, fueron trastornados<br />

por el vino; se aturdieron con la sidra, erraron en la visión,<br />

8 tropezaron en el juicio. Porque toda mesa está llena de vó-<br />

9 mito y suciedad, hasta no haber lugar limpio. ¿A quién se<br />

enseñará ciencia, o a quién se hará entender doctrina? ¿A los<br />

10 destetados? ¿a los arrancados de los pechos? Porque mandamiento<br />

tras mandamiento, mandato sobre mandato, renglón<br />

tras renglón, línea sobre línea, un poquito allí, otro poquito<br />

11 allá; porque en lengua de tartamudos, y en extraña lengua<br />

12 hablará a este pueblo, a los cuales él dijo: Éste es el reposo;<br />

dad reposo al cansado; y éste es el refrigerio; mas no quisieron<br />

13 oír. La palabra, pues, de Jehová les será mandamiento tras<br />

mandamiento, mandato sobre mandato, renglón tras renglón,<br />

línea sobre línea, un poquito allí, otro poquito allá; hasta que<br />

vayan y caigan de espaldas, y sean quebrantados, enlazados<br />

14 y presos. Por tanto, varones burladores que gobernáis a este<br />

15 pueblo que está en Jerusalén, oíd la palabra de Jehová. Por<br />

cuanto habéis dicho: Pacto tenemos hecho con la muerte, e<br />

hicimos convenio con el Seol; cuando pase el turbión del azote,<br />

no llegará a nosotros, porque hemos puesto nuestro refugio<br />

16 en la mentira, y en la falsedad nos esconderemos; por tanto,<br />

Jehová el Señor dice así: He aquí que yo he puesto en Sion por<br />

fundamento una piedra, piedra probada, angular, preciosa, de<br />

17 cimiento estable; el que creyere, no se apresure. Y ajustaré<br />

el juicio a cordel, y a nivel la justicia; y granizo barrerá el re-<br />

18 fugio de la mentira, y aguas arrollarán el escondrijo. Y será<br />

anulado vuestro pacto con la muerte, y vuestro convenio con<br />

el Seol no será firme; cuando pase el turbión del azote, seréis<br />

19 de él pisoteados. Luego que comience a pasar, él os arrebatará;<br />

porque de mañana en mañana pasará, de día y de noche;<br />

20 y será ciertamente espanto el entender lo oído. La cama se-


981 Isaías 28. 21–29. 8<br />

rá corta para poder estirarse, y la manta estrecha para poder<br />

envolverse. Porque Jehová se levantará como en el monte Pe- 21<br />

razim, como en el valle de Gabaón se enojará; para hacer su<br />

obra, su extraña obra, y para hacer su operación, su extraña<br />

operación. Ahora, pues, no os burléis, para que no se aprieten 22<br />

más vuestras ataduras; porque destrucción ya determinada sobre<br />

toda la tierra he oído del Señor, Jehová de los ejércitos.<br />

Estad atentos, y oíd mi voz; atended, y oíd mi dicho. El que 23, 24<br />

ara para sembrar, ¿arará todo el día? ¿Romperá y quebrará<br />

los terrones de la tierra? Cuando ha igualado su superficie, 25<br />

¿no derrama el eneldo, siembra el comino, pone el trigo en hileras,<br />

y la cebada en el lugar señalado, y la avena en su borde<br />

apropiado? Porque su Dios le instruye, y le enseña lo recto; 26<br />

que el eneldo no se trilla con trillo, ni sobre el comino se pasa 27<br />

rueda de carreta; sino que con un palo se sacude el eneldo, y<br />

el comino con una vara. El grano se trilla; pero no lo trillará 28<br />

para siempre, ni lo comprime con la rueda de su carreta, ni<br />

lo quebranta con los dientes de su trillo. También esto salió 29<br />

de Jehová de los ejércitos, para hacer maravilloso el consejo y<br />

engrandecer la sabiduría.<br />

¡Ay de Ariel, de Ariel, ciudad donde habitó David! Añadid 29<br />

un año a otro, las fiestas sigan su curso. Mas yo pondré a 2<br />

Ariel en apretura, y será desconsolada y triste; y será a mí<br />

como Ariel. Porque acamparé contra ti alrededor, y te sitiaré 3<br />

con campamentos, y levantaré contra ti baluartes. Entonces 4<br />

serás humillada, hablarás desde la tierra, y tu habla saldrá<br />

del polvo; y será tu voz de la tierra como la de un fantasma,<br />

y tu habla susurrará desde el polvo. Y la muchedumbre 5<br />

de tus enemigos será como polvo menudo, y la multitud de los<br />

fuertes como tamo que pasa; y será repentinamente, en un momento.<br />

Por Jehová de los ejércitos serás visitada con truenos, 6<br />

con terremotos y con gran ruido, con torbellino y tempestad,<br />

y llama de fuego consumidor. Y será como sueño de visión 7<br />

nocturna la multitud de todas las naciones que pelean contra<br />

Ariel, y todos los que pelean contra ella y su fortaleza, y los<br />

que la ponen en apretura. Y les sucederá como el que tiene 8<br />

hambre y sueña, y le parece que come, pero cuando despierta,<br />

su estómago está vacío; o como el que tiene sed y sueña, y le


29. 9–24 Isaías 982<br />

parece que bebe, pero cuando despierta, se halla cansado y sediento;<br />

así será la multitud de todas las naciones que pelearán<br />

9 contra el monte de Sion. Deteneos y maravillaos; ofuscaos y<br />

cegaos; embriagaos, y no de vino; tambalead, y no de sidra.<br />

10 Porque Jehová derramó sobre vosotros espíritu de sueño, y<br />

cerró los ojos de vuestros profetas, y puso velo sobre las cabe-<br />

11 zas de vuestros videntes. Y os será toda visión como palabras<br />

de libro sellado, el cual si dieren al que sabe leer, y le dijeren:<br />

12 Lee ahora esto; él dirá: No puedo, porque está sellado. Y si<br />

se diere el libro al que no sabe leer, diciéndole: Lee ahora esto;<br />

13 él dirá: No sé leer. Dice, pues, el Señor: Porque este pueblo<br />

se acerca a mí con su boca, y con sus labios me honra, pero su<br />

corazón está lejos de mí, y su temor de mí no es más que un<br />

14 mandamiento de hombres que les ha sido enseñado; por tanto,<br />

he aquí que nuevamente excitaré yo la admiración de este<br />

pueblo con un prodigio grande y espantoso; porque perecerá la<br />

sabiduría de sus sabios, y se desvanecerá la inteligencia de sus<br />

15 entendidos. ¡Ay de los que se esconden de Jehová, encubriendo<br />

el consejo, y sus obras están en tinieblas! y dicen: ¿Quién<br />

16 nos ve, y quién nos conoce? Vuestra perversidad ciertamente<br />

será reputada como el barro del alfarero. ¿Acaso la obra dirá<br />

de su hacedor: No me hizo? ¿Dirá la vasija de aquel que la ha<br />

17 formado: No entendió? ¿No se convertirá de aquí a muy poco<br />

tiempo el Líbano en campo fructífero, y el campo fértil será<br />

18 estimado por bosque? En aquel tiempo los sordos oirán las<br />

palabras del libro, y los ojos de los ciegos verán en medio de la<br />

19 oscuridad y de las tinieblas. Entonces los humildes crecerán<br />

en alegría en Jehová, y aun los más pobres de los hombres se<br />

20 gozarán en el Santo de Israel. Porque el violento será acabado,<br />

y el escarnecedor será consumido; serán destruidos todos<br />

21 los que se desvelan para hacer iniquidad, los que hacen pecar<br />

al hombre en palabra; los que arman lazo al que reprendía en<br />

22 la puerta, y pervierten la causa del justo con vanidad. Por<br />

tanto, Jehová, que redimió a Abraham, dice así a la casa de<br />

Jacob: No será ahora avergonzado Jacob, ni su rostro se pon-<br />

23 drá pálido; porque verá a sus hijos, obra de mis manos en<br />

medio de ellos, que santificarán mi nombre; y santificarán al<br />

24 Santo de Jacob, y temerán al Dios de Israel. Y los extravia-


983 Isaías 30. 1–16<br />

dos de espíritu aprenderán inteligencia, y los murmuradores<br />

aprenderán doctrina.<br />

¡Ay de los hijos que se apartan, dice Jehová, para tomar 30<br />

consejo, y no de mí; para cobijarse con cubierta, y no de mi<br />

espíritu, añadiendo pecado a pecado! Que se apartan para 2<br />

descender a Egipto, y no han preguntado de mi boca; para<br />

fortalecerse con la fuerza de Faraón, y poner su esperanza en<br />

la sombra de Egipto. Pero la fuerza de Faraón se os cambiará 3<br />

en vergüenza, y el amparo en la sombra de Egipto en confusión.<br />

Cuando estén sus príncipes en Zoán, y sus embajadores 4<br />

lleguen a Hanes, todos se avergonzarán del pueblo que no les 5<br />

aprovecha, ni los socorre, ni les trae provecho; antes les será<br />

para vergüenza y aun para oprobio. Profecía sobre las bes- 6<br />

tias del Neguev: Por tierra de tribulación y de angustia, de<br />

donde salen la leona y el león, la víbora y la serpiente que<br />

vuela, llevan sobre lomos de asnos sus riquezas, y sus tesoros<br />

sobre jorobas de camellos, a un pueblo que no les será de provecho.<br />

Ciertamente Egipto en vano e inútilmente dará ayuda; 7<br />

por tanto yo le di voces, que su fortaleza sería estarse quietos.<br />

Ve, pues, ahora, y escribe esta visión en una tabla delante 8<br />

de ellos, y regístrala en un libro, para que quede hasta el día<br />

postrero, eternamente y para siempre. Porque este pueblo es 9<br />

rebelde, hijos mentirosos, hijos que no quisieron oír la ley de<br />

Jehová; que dicen a los videntes: No veáis; y a los profetas: No 10<br />

nos profeticéis lo recto, decidnos cosas halagüeñas, profetizad<br />

mentiras; dejad el camino, apartaos de la senda, quitad de 11<br />

nuestra presencia al Santo de Israel. Por tanto, el Santo de 12<br />

Israel dice así: Porque desechasteis esta palabra, y confiasteis<br />

en violencia y en iniquidad, y en ello os habéis apoyado; por 13<br />

tanto, os será este pecado como grieta que amenaza ruina, extendiéndose<br />

en una pared elevada, cuya caída viene súbita y<br />

repentinamente. Y se quebrará como se quiebra un vaso de al- 14<br />

farero, que sin misericordia lo hacen pedazos; tanto, que entre<br />

los pedazos no se halla tiesto para traer fuego del hogar, o para<br />

sacar agua del pozo. Porque así dijo Jehová el Señor, el Santo 15<br />

de Israel: En descanso y en reposo seréis salvos; en quietud y<br />

en confianza será vuestra fortaleza. Y no quisisteis, sino que 16<br />

dijisteis: No, antes huiremos en caballos; por tanto, vosotros


30. 17–30 Isaías 984<br />

huiréis. Sobre corceles veloces cabalgaremos; por tanto, serán<br />

17 veloces vuestros perseguidores. Un millar huirá a la amenaza<br />

de uno; a la amenaza de cinco huiréis vosotros todos, hasta<br />

que quedéis como mástil en la cumbre de un monte, y como<br />

18 bandera sobre una colina. Por tanto, Jehová esperará para<br />

tener piedad de vosotros, y por tanto, será exaltado teniendo<br />

de vosotros misericordia; porque Jehová es Dios justo; biena-<br />

19 venturados todos los que confían en él. Ciertamente el pueblo<br />

morará en Sion, en Jerusalén; nunca más llorarás; el que tiene<br />

misericordia se apiadará de ti; al oír la voz de tu clamor te res-<br />

20 ponderá. Bien que os dará el Señor pan de congoja y agua de<br />

angustia, con todo, tus maestros nunca más te serán quitados,<br />

21 sino que tus ojos verán a tus maestros. Entonces tus oídos<br />

oirán a tus espaldas palabra que diga: Éste es el camino, andad<br />

por él; y no echéis a la mano derecha, ni tampoco torzáis<br />

22 a la mano izquierda. Entonces profanarás la cubierta de tus<br />

esculturas de plata, y la vestidura de tus imágenes fundidas de<br />

oro; las apartarás como trapo asqueroso; ¡Sal fuera! les dirás.<br />

23 Entonces dará el Señor lluvia a tu sementera, cuando siembres<br />

la tierra, y dará pan del fruto de la tierra, y será abundante y<br />

pingüe; tus ganados en aquel tiempo serán apacentados en es-<br />

24 paciosas dehesas. Tus bueyes y tus asnos que labran la tierra<br />

25 comerán grano limpio, aventado con pala y criba. Y sobre<br />

todo monte alto, y sobre todo collado elevado, habrá ríos y<br />

corrientes de aguas el día de la gran matanza, cuando caerán<br />

26 las torres. Y la luz de la luna será como la luz del sol, y la<br />

luz del sol siete veces mayor, como la luz de siete días, el día<br />

que vendare Jehová la herida de su pueblo, y curare la llaga<br />

27 que él causó. He aquí que el nombre de Jehová viene de lejos;<br />

su rostro encendido, y con llamas de fuego devorador; sus<br />

28 labios llenos de ira, y su lengua como fuego que consume. Su<br />

aliento, cual torrente que inunda; llegará hasta el cuello, para<br />

zarandear a las naciones con criba de destrucción; y el freno<br />

29 estará en las quijadas de los pueblos, haciéndoles errar. Vosotros<br />

tendréis cántico como de noche en que se celebra pascua,<br />

y alegría de corazón, como el que va con flauta para venir al<br />

30 monte de Jehová, al Fuerte de Israel. Y Jehová hará oír su


985 Isaías 30. 31–32. 2<br />

potente voz, y hará ver el descenso de su brazo, con furor de<br />

rostro y llama de fuego consumidor, con torbellino, tempestad<br />

y piedra de granizo. Porque Asiria que hirió con vara, con 31<br />

la voz de Jehová será quebrantada. Y cada golpe de la vara 32<br />

justiciera que asiente Jehová sobre él, será con panderos y con<br />

arpas; y en batalla tumultuosa peleará contra ellos. Porque 33<br />

Tofet ya de tiempo está dispuesto y preparado para el rey, profundo<br />

y ancho, cuya pira es de fuego, y mucha leña; el soplo<br />

de Jehová, como torrente de azufre, lo enciende.<br />

¡Ay de los que descienden a Egipto por ayuda, y confían en 31<br />

caballos; y su esperanza ponen en carros, porque son muchos, y<br />

en jinetes, porque son valientes; y no miran al Santo de Israel,<br />

ni buscan a Jehová! Pero él también es sabio, y traerá el mal, 2<br />

y no retirará sus palabras. Se levantará, pues, contra la casa de<br />

los malignos, y contra el auxilio de los que hacen iniquidad. Y 3<br />

los egipcios hombres son, y no Dios; y sus caballos carne, y no<br />

espíritu; de manera que al extender Jehová su mano, caerá el<br />

ayudador y caerá el ayudado, y todos ellos desfallecerán a una.<br />

Porque Jehová me dijo a mí de esta manera: Como el león y el 4<br />

cachorro de león ruge sobre la presa, y si se reúne cuadrilla de<br />

pastores contra él, no lo espantarán sus voces, ni se acobardará<br />

por el tropel de ellos; así Jehová de los ejércitos descenderá a<br />

pelear sobre el monte de Sion, y sobre su collado. Como las 5<br />

aves que vuelan, así amparará Jehová de los ejércitos a Jerusalén,<br />

amparando, librando, preservando y salvando. Volved 6<br />

a aquel contra quien se rebelaron profundamente los hijos de<br />

Israel. Porque en aquel día arrojará el hombre sus ídolos de 7<br />

plata y sus ídolos de oro, que para vosotros han hecho vuestras<br />

manos pecadoras. Entonces caerá Asiria por espada no 8<br />

de varón, y la consumirá espada no de hombre; y huirá de la<br />

presencia de la espada, y sus jóvenes serán tributarios. Y de 9<br />

miedo pasará su fortaleza, y sus príncipes, con pavor, dejarán<br />

sus banderas, dice Jehová, cuyo fuego está en Sion, y su horno<br />

en Jerusalén.<br />

He aquí que para justicia reinará un rey, y príncipes presi- 32<br />

dirán en juicio. Y será aquel varón como escondedero contra 2<br />

el viento, y como refugio contra el turbión; como arroyos de<br />

aguas en tierra de sequedad, como sombra de gran peñasco en


32. 3–33. 2 Isaías 986<br />

3 tierra calurosa. No se ofuscarán entonces los ojos de los que<br />

4 ven, y los oídos de los oyentes oirán atentos. Y el corazón de<br />

los necios entenderá para saber, y la lengua de los tartamudos<br />

5 hablará rápida y claramente. El ruin nunca más será llamado<br />

6 generoso, ni el tramposo será llamado espléndido. Porque el<br />

ruin hablará ruindades, y su corazón fabricará iniquidad, para<br />

cometer impiedad y para hablar escarnio contra Jehová, dejando<br />

vacía el alma hambrienta, y quitando la bebida al sediento.<br />

7 Las armas del tramposo son malas; trama intrigas inicuas para<br />

enredar a los simples con palabras mentirosas, y para hablar<br />

8 en juicio contra el pobre. Pero el generoso pensará generosi-<br />

9 dades, y por generosidades será exaltado. Mujeres indolentes,<br />

10 levantaos, oíd mi voz; hijas confiadas, escuchad mi razón. De<br />

aquí a algo más de un año tendréis espanto, oh confiadas; por-<br />

11 que la vendimia faltará, y la cosecha no vendrá. Temblad, oh<br />

indolentes; turbaos, oh confiadas; despojaos, desnudaos, ceñid<br />

12 los lomos con cilicio. Golpeándose el pecho lamentarán por<br />

13 los campos deleitosos, por la vid fértil. Sobre la tierra de mi<br />

pueblo subirán espinos y cardos, y aun sobre todas las casas<br />

14 en que hay alegría en la ciudad de alegría. Porque los palacios<br />

quedarán desiertos, la multitud de la ciudad cesará; las torres<br />

y fortalezas se volverán cuevas para siempre, donde descansen<br />

15 asnos monteses, y ganados hagan majada; hasta que sobre<br />

nosotros sea derramado el Espíritu de lo alto, y el desierto se<br />

convierta en campo fértil, y el campo fértil sea estimado por<br />

16 bosque. Y habitará el juicio en el desierto, y en el campo fér-<br />

17 til morará la justicia. Y el efecto de la justicia será paz; y la<br />

18 labor de la justicia, reposo y seguridad para siempre. Y mi<br />

pueblo habitará en morada de paz, en habitaciones seguras,<br />

19 y en recreos de reposo. Y cuando caiga granizo, caerá en los<br />

20 montes; y la ciudad será del todo abatida. Dichosos vosotros<br />

los que sembráis junto a todas las aguas, y dejáis libres al buey<br />

y al asno.<br />

33 ¡Ay de ti, que saqueas, y nunca fuiste saqueado; que haces<br />

deslealtad, bien que nadie contra ti la hizo! Cuando acabes de<br />

saquear, serás tú saqueado; y cuando acabes de hacer desleal-<br />

2 tad, se hará contra ti. Oh Jehová, ten misericordia de nosotros,<br />

a ti hemos esperado; tú, brazo de ellos en la mañana,


987 Isaías 33. 3–21<br />

sé también nuestra salvación en tiempo de la tribulación. Los 3<br />

pueblos huyeron a la voz del estruendo; las naciones fueron<br />

esparcidas al levantarte tú. Sus despojos serán recogidos co- 4<br />

mo cuando recogen orugas; correrán sobre ellos como de una a<br />

otra parte corren las langostas. Será exaltado Jehová, el cual 5<br />

mora en las alturas; llenó a Sion de juicio y de justicia. Y 6<br />

reinarán en tus tiempos la sabiduría y la ciencia, y abundancia<br />

de salvación; el temor de Jehová será su tesoro. He aquí 7<br />

que sus embajadores darán voces afuera; los mensajeros de paz<br />

llorarán amargamente. Las calzadas están deshechas, cesaron 8<br />

los caminantes; ha anulado el pacto, aborreció las ciudades,<br />

tuvo en nada a los hombres. Se enlutó, enfermó la tierra; el 9<br />

Líbano se avergonzó, y fue cortado; Sarón se ha vuelto como<br />

desierto, y Basán y el Carmelo fueron sacudidos. Ahora me 10<br />

levantaré, dice Jehová; ahora seré exaltado, ahora seré engrandecido.<br />

Concebisteis hojarascas, rastrojo daréis a luz; el soplo 11<br />

de vuestro fuego os consumirá. Y los pueblos serán como cal 12<br />

quemada; como espinos cortados serán quemados con fuego.<br />

Oíd, los que estáis lejos, lo que he hecho; y vosotros los que es- 13<br />

táis cerca, conoced mi poder. Los pecadores se asombraron en 14<br />

Sion, espanto sobrecogió a los hipócritas. ¿Quién de nosotros<br />

morará con el fuego consumidor? ¿Quién de nosotros habitará<br />

con las llamas eternas? El que camina en justicia y habla lo 15<br />

recto; el que aborrece la ganancia de violencias, el que sacude<br />

sus manos para no recibir cohecho, el que tapa sus oídos para<br />

no oír propuestas sanguinarias; el que cierra sus ojos para<br />

no ver cosa mala; éste habitará en las alturas; fortaleza de 16<br />

rocas será su lugar de refugio; se le dará su pan, y sus aguas<br />

serán seguras. Tus ojos verán al Rey en su hermosura; verán 17<br />

la tierra que está lejos. Tu corazón imaginará el espanto, y 18<br />

dirá: ¿Qué es del escriba? ¿qué del pesador del tributo? ¿qué<br />

del que pone en lista las casas más insignes? No verás a aquel 19<br />

pueblo orgulloso, pueblo de lengua difícil de entender, de lengua<br />

tartamuda que no comprendas. Mira a Sion, ciudad de 20<br />

nuestras fiestas solemnes; tus ojos verán a Jerusalén, morada<br />

de quietud, tienda que no será desarmada, ni serán arrancadas<br />

sus estacas, ni ninguna de sus cuerdas será rota. Porque 21<br />

ciertamente allí será Jehová para con nosotros fuerte, lugar de


33. 22–34. 14 Isaías 988<br />

ríos, de arroyos muy anchos, por el cual no andará galera de<br />

22 remos, ni por él pasará gran nave. Porque Jehová es nuestro<br />

juez, Jehová es nuestro legislador, Jehová es nuestro Rey; él<br />

23 mismo nos salvará. Tus cuerdas se aflojaron; no afirmaron<br />

su mástil, ni entesaron la vela; se repartirá entonces botín de<br />

24 muchos despojos; los cojos arrebatarán el botín. No dirá el<br />

morador: Estoy enfermo; al pueblo que more en ella le será<br />

perdonada la iniquidad.<br />

34 Acercaos, naciones, juntaos para oír; y vosotros, pueblos,<br />

escuchad. Oiga la tierra y cuanto hay en ella, el mundo y to-<br />

2 do lo que produce. Porque Jehová está airado contra todas<br />

las naciones, e indignado contra todo el ejército de ellas; las<br />

3 destruirá y las entregará al matadero. Y los muertos de ellas<br />

serán arrojados, y de sus cadáveres se levantará hedor; y los<br />

4 montes se disolverán por la sangre de ellos. Y todo el ejército<br />

de los cielos se disolverá, y se enrollarán los cielos como un libro;<br />

y caerá todo su ejército, como se cae la hoja de la parra, y<br />

5 como se cae la de la higuera. Porque en los cielos se embriagará<br />

mi espada; he aquí que descenderá sobre Edom en juicio, y<br />

6 sobre el pueblo de mi anatema. Llena está de sangre la espada<br />

de Jehová, engrasada está de grosura, de sangre de corderos y<br />

de machos cabríos, de grosura de riñones de carneros; porque<br />

Jehová tiene sacrificios en Bosra, y grande matanza en tierra<br />

7 de Edom. Y con ellos caerán búfalos, y toros con becerros; y<br />

su tierra se embriagará de sangre, y su polvo se engrasará de<br />

8 grosura. Porque es día de venganza de Jehová, año de retri-<br />

9 buciones en el pleito de Sion. Y sus arroyos se convertirán en<br />

10 brea, y su polvo en azufre, y su tierra en brea ardiente. No se<br />

apagará de noche ni de día, perpetuamente subirá su humo;<br />

de generación en generación será asolada, nunca jamás pasará<br />

11 nadie por ella. Se adueñarán de ella el pelícano y el erizo, la<br />

lechuza y el cuervo morarán en ella; y se extenderá sobre ella<br />

12 cordel de destrucción, y niveles de asolamiento. Llamarán a<br />

sus príncipes, príncipes sin reino; y todos sus grandes serán<br />

13 nada. En sus alcázares crecerán espinos, y ortigas y cardos<br />

en sus fortalezas; y serán morada de chacales, y patio para los<br />

14 pollos de los avestruces. Las fieras del desierto se encontrarán<br />

con las hienas, y la cabra salvaje gritará a su compañero; la


989 Isaías 34. 15–36. 3<br />

lechuza también tendrá allí morada, y hallará para sí reposo.<br />

Allí anidará el búho, pondrá sus huevos, y sacará sus pollos, y 15<br />

los juntará debajo de sus alas; también se juntarán allí buitres,<br />

cada uno con su compañera. Inquirid en el libro de Jehová, 16<br />

y leed si faltó alguno de ellos; ninguno faltó con su compañera;<br />

porque su boca mandó, y los reunió su mismo Espíritu.<br />

Y él les echó suertes, y su mano les repartió con cordel; para 17<br />

siempre la tendrán por heredad; de generación en generación<br />

morarán allí.<br />

Se alegrarán el desierto y la soledad; el yermo se gozará 35<br />

y florecerá como la rosa. Florecerá profusamente, y también 2<br />

se alegrará y cantará con júbilo; la gloria del Líbano le será<br />

dada, la hermosura del Carmelo y de Sarón. Ellos verán la<br />

gloria de Jehová, la hermosura del Dios nuestro. Fortaleced 3<br />

las manos cansadas, afirmad las rodillas endebles. Decid a los 4<br />

de corazón apocado: Esforzaos, no temáis; he aquí que vuestro<br />

Dios viene con retribución, con pago; Dios mismo vendrá, y os<br />

salvará. Entonces los ojos de los ciegos serán abiertos, y los 5<br />

oídos de los sordos se abrirán. Entonces el cojo saltará como 6<br />

un ciervo, y cantará la lengua del mudo; porque aguas serán<br />

cavadas en el desierto, y torrentes en la soledad. El lugar seco 7<br />

se convertirá en estanque, y el sequedal en manaderos de aguas;<br />

en la morada de chacales, en su guarida, será lugar de cañas y<br />

juncos. Y habrá allí calzada y camino, y será llamado Camino 8<br />

de Santidad; no pasará inmundo por él, sino que él mismo<br />

estará con ellos; el que anduviere en este camino, por torpe<br />

que sea, no se extraviará. No habrá allí león, ni fiera subirá 9<br />

por él, ni allí se hallará, para que caminen los redimidos. Y los 10<br />

redimidos de Jehová volverán, y vendrán a Sion con alegría; y<br />

gozo perpetuo será sobre sus cabezas; y tendrán gozo y alegría,<br />

y huirán la tristeza y el gemido.<br />

Aconteció en el año catorce del rey Ezequías, que Senaque- 36<br />

rib rey de Asiria subió contra todas las ciudades fortificadas de<br />

Judá, y las tomó. Y el rey de Asiria envió al Rabsaces con un 2<br />

gran ejército desde Laquis a Jerusalén contra el rey Ezequías;<br />

y acampó junto al acueducto del estanque de arriba, en el camino<br />

de la heredad del Lavador. Y salió a él Eliaquim hijo 3<br />

de Hilcías, mayordomo, y Sebna, escriba, y Joa hijo de Asaf,


36. 4–18 Isaías 990<br />

4 canciller, a los cuales dijo el Rabsaces: Decid ahora a Ezequías:<br />

El gran rey, el rey de Asiria, dice así: ¿Qué confianza es<br />

5 ésta en que te apoyas? Yo digo que el consejo y poderío para<br />

la guerra, de que tú hablas, no son más que palabras vacías.<br />

Ahora bien, ¿en quién confías para que te rebeles contra mí?<br />

6 He aquí que confías en este báculo de caña frágil, en Egipto,<br />

en el cual si alguien se apoyare, se le entrará por la mano, y<br />

la atravesará. Tal es Faraón rey de Egipto para con todos los<br />

7 que en él confían. Y si me decís: En Jehová nuestro Dios confiamos;<br />

¿no es éste aquel cuyos lugares altos y cuyos altares<br />

hizo quitar Ezequías, y dijo a Judá y a Jerusalén: Delante de<br />

8 este altar adoraréis? Ahora, pues, yo te ruego que des rehenes<br />

al rey de Asiria mi señor, y yo te daré dos mil caballos,<br />

9 si tú puedes dar jinetes que cabalguen sobre ellos. ¿Cómo,<br />

pues, podrás resistir a un capitán, al menor de los siervos de<br />

mi señor, aunque estés confiado en Egipto con sus carros y su<br />

10 gente de a caballo? ¿Acaso vine yo ahora a esta tierra para<br />

destruirla sin Jehová? Jehová me dijo: Sube a esta tierra y<br />

11 destrúyela. Entonces dijeron Eliaquim, Sebna y Joa al Rabsaces:<br />

Te rogamos que hables a tus siervos en arameo, porque<br />

nosotros lo entendemos; y no hables con nosotros en lengua<br />

12 de Judá, porque lo oye el pueblo que está sobre el muro. Y<br />

dijo el Rabsaces: ¿Acaso me envió mi señor a que dijese estas<br />

palabras a ti y a tu señor, y no a los hombres que están sobre<br />

el muro, expuestos a comer su estiércol y beber su orina con<br />

13 vosotros? Entonces el Rabsaces se puso en pie y gritó a gran<br />

voz en lengua de Judá, diciendo: Oíd las palabras del gran<br />

14 rey, el rey de Asiria. El rey dice así: No os engañe Ezequías,<br />

15 porque no os podrá librar. Ni os haga Ezequías confiar en<br />

Jehová, diciendo: Ciertamente Jehová nos librará; no será en-<br />

16 tregada esta ciudad en manos del rey de Asiria. No escuchéis<br />

a Ezequías, porque así dice el rey de Asiria: Haced conmigo<br />

paz, y salid a mí; y coma cada uno de su viña, y cada uno<br />

17 de su higuera, y beba cada cual las aguas de su pozo, hasta<br />

que yo venga y os lleve a una tierra como la vuestra, tierra de<br />

18 grano y de vino, tierra de pan y de viñas. Mirad que no os<br />

engañe Ezequías diciendo: Jehová nos librará. ¿Acaso libraron<br />

los dioses de las naciones cada uno su tierra de la mano del rey


991 Isaías 36. 19–37. 13<br />

de Asiria? ¿Dónde está el dios de Hamat y de Arfad? ¿Dónde 19<br />

está el dios de Sefarvaim? ¿Libraron a Samaria de mi mano?<br />

¿Qué dios hay entre los dioses de estas tierras que haya libra- 20<br />

do su tierra de mi mano, para que Jehová libre de mi mano a<br />

Jerusalén? Pero ellos callaron, y no le respondieron palabra; 21<br />

porque el rey así lo había mandado, diciendo: No le respondáis.<br />

Entonces Eliaquim hijo de Hilcías, mayordomo, y Sebna escri- 22<br />

ba, y Joa hijo de Asaf, canciller, vinieron a Ezequías, rasgados<br />

sus vestidos, y le contaron las palabras del Rabsaces.<br />

Aconteció, pues, que cuando el rey Ezequías oyó esto, rasgó 37<br />

sus vestidos, y cubierto de cilicio vino a la casa de Jehová. Y 2<br />

envió a Eliaquim mayordomo, a Sebna escriba y a los ancianos<br />

de los sacerdotes, cubiertos de cilicio, al profeta Isaías hijo de<br />

Amoz. Los cuales le dijeron: Así ha dicho Ezequías: Día de 3<br />

angustia, de reprensión y de blasfemia es este día; porque los<br />

hijos han llegado hasta el punto de nacer, y la que da a luz<br />

no tiene fuerzas. Quizá oirá Jehová tu Dios las palabras del 4<br />

Rabsaces, al cual el rey de Asiria su señor envió para blasfemar<br />

al Dios vivo, y para vituperar con las palabras que oyó Jehová<br />

tu Dios; eleva, pues, oración tú por el remanente que aún ha<br />

quedado. Vinieron, pues, los siervos de Ezequías a Isaías. Y 5, 6<br />

les dijo Isaías: Diréis así a vuestro señor: Así ha dicho Jehová:<br />

No temas por las palabras que has oído, con las cuales me han<br />

blasfemado los siervos del rey de Asiria. He aquí que yo pon- 7<br />

dré en él un espíritu, y oirá un rumor, y volverá a su tierra; y<br />

haré que en su tierra perezca a espada. Vuelto, pues, el Rab- 8<br />

saces, halló al rey de Asiria que combatía contra Libna; porque<br />

ya había oído que se había apartado de Laquis. Mas oyendo 9<br />

decir de Tirhaca rey de Etiopía: He aquí que ha salido para<br />

hacerte guerra; al oírlo, envió embajadores a Ezequías, diciendo:<br />

Así diréis a Ezequías rey de Judá: No te engañe tu Dios 10<br />

en quien tú confías, diciendo: Jerusalén no será entregada en<br />

mano del rey de Asiria. He aquí que tú oíste lo que han hecho 11<br />

los reyes de Asiria a todas las tierras, que las destruyeron; ¿y<br />

escaparás tú? ¿Acaso libraron sus dioses a las naciones que 12<br />

destruyeron mis antepasados, a Gozán, Harán, Resef y a los<br />

hijos de Edén que moraban en Telasar? ¿Dónde está el rey 13<br />

de Hamat, el rey de Arfad, y el rey de la ciudad de Sefarvaim,


37. 14–30 Isaías 992<br />

14 de Hena y de Iva? Y tomó Ezequías las cartas de mano de<br />

los embajadores, y las leyó; y subió a la casa de Jehová, y las<br />

15 extendió delante de Jehová. Entonces Ezequías oró a Jehová,<br />

16 diciendo: Jehová de los ejércitos, Dios de Israel, que moras<br />

entre los querubines, sólo tú eres Dios de todos los reinos de la<br />

17 tierra; tú hiciste los cielos y la tierra. Inclina, oh Jehová, tu<br />

oído, y oye; abre, oh Jehová, tus ojos, y mira; y oye todas las<br />

palabras de Senaquerib, que ha enviado a blasfemar al Dios<br />

18 viviente. Ciertamente, oh Jehová, los reyes de Asiria destru-<br />

19 yeron todas las tierras y sus comarcas, y entregaron los dioses<br />

de ellos al fuego; porque no eran dioses, sino obra de manos<br />

20 de hombre, madera y piedra; por eso los destruyeron. Ahora<br />

pues, Jehová Dios nuestro, líbranos de su mano, para que<br />

todos los reinos de la tierra conozcan que sólo tú eres Jehová.<br />

21 Entonces Isaías hijo de Amoz envió a decir a Ezequías: Así ha<br />

dicho Jehová Dios de Israel: Acerca de lo que me rogaste sobre<br />

22 Senaquerib rey de Asiria, éstas son las palabras que Jehová<br />

habló contra él: La virgen hija de Sion te menosprecia, te es-<br />

23 carnece; detrás de ti mueve su cabeza la hija de Jerusalén. ¿A<br />

quién vituperaste, y a quién blasfemaste? ¿Contra quién has<br />

alzado tu voz, y levantado tus ojos en alto? Contra el Santo<br />

24 de Israel. Por mano de tus siervos has vituperado al Señor, y<br />

dijiste: Con la multitud de mis carros subiré a las alturas de<br />

los montes, a las laderas del Líbano; cortaré sus altos cedros,<br />

sus cipreses escogidos; llegaré hasta sus más elevadas cumbres,<br />

25 al bosque de sus feraces campos. Yo cavé, y bebí las aguas,<br />

y con las pisadas de mis pies secaré todos los ríos de Egipto.<br />

26 ¿No has oído decir que desde tiempos antiguos yo lo hice, que<br />

desde los días de la antigüedad lo tengo ideado? Y ahora lo<br />

he hecho venir, y tú serás para reducir las ciudades fortifica-<br />

27 das a montones de escombros. Sus moradores fueron de corto<br />

poder; fueron acobardados y confusos, fueron como hierba del<br />

campo y hortaliza verde, como heno de los terrados, que antes<br />

28 de sazón se seca. He conocido tu condición, tu salida y tu<br />

29 entrada, y tu furor contra mí. Porque contra mí te airaste, y<br />

tu arrogancia ha subido a mis oídos; pondré, pues, mi garfio<br />

en tu nariz, y mi freno en tus labios, y te haré volver por el<br />

30 camino por donde viniste. Y esto te será por señal: Comeréis


993 Isaías 37. 31–38. 10<br />

este año lo que nace de suyo, y el año segundo lo que nace de<br />

suyo; y el año tercero sembraréis y segaréis, y plantaréis viñas,<br />

y comeréis su fruto. Y lo que hubiere quedado de la casa de 31<br />

Judá y lo que hubiere escapado, volverá a echar raíz abajo, y<br />

dará fruto arriba. Porque de Jerusalén saldrá un remanente, 32<br />

y del monte de Sion los que se salven. El celo de Jehová de<br />

los ejércitos hará esto. Por tanto, así dice Jehová acerca del 33<br />

rey de Asiria: No entrará en esta ciudad, ni arrojará saeta en<br />

ella; no vendrá delante de ella con escudo, ni levantará contra<br />

ella baluarte. Por el camino que vino, volverá, y no entra- 34<br />

rá en esta ciudad, dice Jehová. Porque yo ampararé a esta 35<br />

ciudad para salvarla, por amor de mí mismo, y por amor de<br />

David mi siervo. Y salió el ángel de Jehová y mató a ciento 36<br />

ochenta y cinco mil en el campamento de los asirios; y cuando<br />

se levantaron por la mañana, he aquí que todo era cuerpos<br />

de muertos. Entonces Senaquerib rey de Asiria se fue, e hizo 37<br />

su morada en Nínive. Y aconteció que mientras adoraba en 38<br />

el templo de Nisroc su dios, sus hijos Adramelec y Sarezer le<br />

mataron a espada, y huyeron a la tierra de Ararat; y reinó en<br />

su lugar Esarhadón su hijo.<br />

En aquellos días Ezequías enfermó de muerte. Y vino a 38<br />

él el profeta Isaías hijo de Amoz, y le dijo: Jehová dice así:<br />

Ordena tu casa, porque morirás, y no vivirás. Entonces volvió 2<br />

Ezequías su rostro a la pared, e hizo oración a Jehová, y dijo: 3<br />

Oh Jehová, te ruego que te acuerdes ahora que he andado<br />

delante de ti en verdad y con íntegro corazón, y que he hecho lo<br />

que ha sido agradable delante de tus ojos. Y lloró Ezequías con<br />

gran lloro. Entonces vino palabra de Jehová a Isaías, diciendo: 4<br />

Ve y di a Ezequías: Jehová Dios de David tu padre dice así: 5<br />

He oído tu oración, y visto tus lágrimas; he aquí que yo añado<br />

a tus días quince años. Y te libraré a ti y a esta ciudad, de 6<br />

mano del rey de Asiria; y a esta ciudad ampararé. Y esto 7<br />

te será señal de parte de Jehová, que Jehová hará esto que<br />

ha dicho: He aquí yo haré volver la sombra por los grados 8<br />

que ha descendido con el sol, en el reloj de Acaz, diez grados<br />

atrás. Y volvió el sol diez grados atrás, por los cuales había<br />

ya descendido. Escritura de Ezequías rey de Judá, de cuando 9<br />

enfermó y sanó de su enfermedad: Yo dije: A la mitad de mis 10


38. 11–39. 5 Isaías 994<br />

días iré a las puertas del Seol; privado soy del resto de mis años.<br />

11 Dije: No veré a JAH, a JAH en la tierra de los vivientes; ya no<br />

12 veré más hombre con los moradores del mundo. Mi morada<br />

ha sido movida y traspasada de mí, como tienda de pastor.<br />

Como tejedor corté mi vida; me cortará con la enfermedad;<br />

13 me consumirás entre el día y la noche. Contaba yo hasta la<br />

mañana. Como un león molió todos mis huesos; de la mañana<br />

14 a la noche me acabarás. Como la grulla y como la golondrina<br />

me quejaba; gemía como la paloma; alzaba en alto mis ojos.<br />

15 Jehová, violencia padezco; fortaléceme. ¿Qué diré? El que me<br />

lo dijo, él mismo lo ha hecho. Andaré humildemente todos mis<br />

16 años, a causa de aquella amargura de mi alma. Oh Señor,<br />

por todas estas cosas los hombres vivirán, y en todas ellas<br />

está la vida de mi espíritu; pues tú me restablecerás, y harás<br />

17 que viva. He aquí, amargura grande me sobrevino en la paz,<br />

mas a ti agradó librar mi vida del hoyo de corrupción; porque<br />

18 echaste tras tus espaldas todos mis pecados. Porque el Seol<br />

no te exaltará, ni te alabará la muerte; ni los que descienden al<br />

19 sepulcro esperarán tu verdad. El que vive, el que vive, éste te<br />

dará alabanza, como yo hoy; el padre hará notoria tu verdad<br />

20 a los hijos. Jehová me salvará; por tanto cantaremos nuestros<br />

cánticos en la casa de Jehová todos los días de nuestra vida.<br />

21 Y había dicho Isaías: Tomen masa de higos, y pónganla en la<br />

22 llaga, y sanará. Había asimismo dicho Ezequías: ¿Qué señal<br />

tendré de que subiré a la casa de Jehová?<br />

39 En aquel tiempo Merodac-baladán hijo de Baladán, rey de<br />

Babilonia, envió cartas y presentes a Ezequías; porque supo<br />

2 que había estado enfermo, y que había convalecido. Y se regocijó<br />

con ellos Ezequías, y les mostró la casa de su tesoro,<br />

plata y oro, especias, ungüentos preciosos, toda su casa de armas,<br />

y todo lo que se hallaba en sus tesoros; no hubo cosa<br />

en su casa y en todos sus dominios, que Ezequías no les mos-<br />

3 trase. Entonces el profeta Isaías vino al rey Ezequías, y le<br />

dijo: ¿Qué dicen estos hombres, y de dónde han venido a ti? Y<br />

Ezequías respondió: De tierra muy lejana han venido a mí, de<br />

4 Babilonia. Dijo entonces: ¿Qué han visto en tu casa? Y dijo<br />

Ezequías: Todo lo que hay en mi casa han visto, y ninguna<br />

5 cosa hay en mis tesoros que no les haya mostrado. Entonces


995 Isaías 39. 6–40. 15<br />

dijo Isaías a Ezequías: Oye palabra de Jehová de los ejércitos:<br />

He aquí vienen días en que será llevado a Babilonia todo lo que 6<br />

hay en tu casa, y lo que tus padres han atesorado hasta hoy;<br />

ninguna cosa quedará, dice Jehová. De tus hijos que saldrán 7<br />

de ti, y que habrás engendrado, tomarán, y serán eunucos en<br />

el palacio del rey de Babilonia. Y dijo Ezequías a Isaías: La 8<br />

palabra de Jehová que has hablado es buena. Y añadió: A lo<br />

menos, haya paz y seguridad en mis días.<br />

Consolaos, consolaos, pueblo mío, dice vuestro Dios. Ha- 40, 2<br />

blad al corazón de Jerusalén; decidle a voces que su tiempo es<br />

ya cumplido, que su pecado es perdonado; que doble ha recibido<br />

de la mano de Jehová por todos sus pecados. Voz que 3<br />

clama en el desierto: Preparad camino a Jehová; enderezad<br />

calzada en la soledad a nuestro Dios. Todo valle sea alzado, 4<br />

y bájese todo monte y collado; y lo torcido se enderece, y lo<br />

áspero se allane. Y se manifestará la gloria de Jehová, y toda 5<br />

carne juntamente la verá; porque la boca de Jehová ha hablado.<br />

Voz que decía: Da voces. Y yo respondí: ¿Qué tengo que 6<br />

decir a voces? Que toda carne es hierba, y toda su gloria como<br />

flor del campo. La hierba se seca, y la flor se marchita, porque 7<br />

el viento de Jehová sopló en ella; ciertamente como hierba es<br />

el pueblo. Sécase la hierba, marchítase la flor; mas la palabra 8<br />

del Dios nuestro permanece para siempre. Súbete sobre un 9<br />

monte alto, anunciadora de Sion; levanta fuertemente tu voz,<br />

anunciadora de Jerusalén; levántala, no temas; di a las ciudades<br />

de Judá: ¡Ved aquí al Dios vuestro! He aquí que Jehová el 10<br />

Señor vendrá con poder, y su brazo señoreará; he aquí que su<br />

recompensa viene con él, y su paga delante de su rostro. Como 11<br />

pastor apacentará su rebaño; en su brazo llevará los corderos,<br />

y en su seno los llevará; pastoreará suavemente a las recién<br />

paridas. ¿Quién midió las aguas con el hueco de su mano y 12<br />

los cielos con su palmo, con tres dedos juntó el polvo de la<br />

tierra, y pesó los montes con balanza y con pesas los collados?<br />

¿Quién enseñó al Espíritu de Jehová, o le aconsejó enseñándo- 13<br />

le? ¿A quién pidió consejo para ser avisado? ¿Quién le enseñó 14<br />

el camino del juicio, o le enseñó ciencia, o le mostró la senda<br />

de la prudencia? He aquí que las naciones le son como la gota 15<br />

de agua que cae del cubo, y como menudo polvo en las ba-


40. 16–41. 2 Isaías 996<br />

lanzas le son estimadas; he aquí que hace desaparecer las islas<br />

16 como polvo. Ni el Líbano bastará para el fuego, ni todos sus<br />

17 animales para el sacrificio. Como nada son todas las naciones<br />

delante de él; y en su comparación serán estimadas en menos<br />

18 que nada, y que lo que no es. ¿A qué, pues, haréis semejante<br />

19 a Dios, o qué imagen le compondréis? El artífice prepara la<br />

imagen de talla, el platero le extiende el oro y le funde cade-<br />

20 nas de plata. El pobre escoge, para ofrecerle, madera que no<br />

se apolille; se busca un maestro sabio, que le haga una ima-<br />

21 gen de talla que no se mueva. ¿No sabéis? ¿No habéis oído?<br />

¿Nunca os lo han dicho desde el principio? ¿No habéis sido<br />

22 enseñados desde que la tierra se fundó? Él está sentado sobre<br />

el círculo de la tierra, cuyos moradores son como langostas; él<br />

extiende los cielos como una cortina, los despliega como una<br />

23 tienda para morar. El convierte en nada a los poderosos, y<br />

24 a los que gobiernan la tierra hace como cosa vana. Como si<br />

nunca hubieran sido plantados, como si nunca hubieran sido<br />

sembrados, como si nunca su tronco hubiera tenido raíz en la<br />

tierra; tan pronto como sopla en ellos se secan, y el torbellino<br />

25 los lleva como hojarasca. ¿A qué, pues, me haréis semejante<br />

26 o me compararéis? dice el Santo. Levantad en alto vuestros<br />

ojos, y mirad quién creó estas cosas; él saca y cuenta su ejército;<br />

a todas llama por sus nombres; ninguna faltará; tal es la<br />

27 grandeza de su fuerza, y el poder de su dominio. ¿Por qué<br />

dices, oh Jacob, y hablas tú, Israel: Mi camino está escondido<br />

28 de Jehová, y de mi Dios pasó mi juicio? ¿No has sabido, no<br />

has oído que el Dios eterno es Jehová, el cual creó los confines<br />

de la tierra? No desfallece, ni se fatiga con cansancio,<br />

29 y su entendimiento no hay quien lo alcance. El da esfuerzo<br />

al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas.<br />

30 Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y<br />

31 caen; pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas;<br />

levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán;<br />

caminarán, y no se fatigarán.<br />

41 Escuchadme, costas, y esfuércense los pueblos; acérquen-<br />

2 se, y entonces hablen; estemos juntamente a juicio. ¿Quién<br />

despertó del oriente al justo, lo llamó para que le siguiese, entregó<br />

delante de él naciones, y le hizo enseñorear de reyes; los


997 Isaías 41. 3–21<br />

entregó a su espada como polvo, como hojarasca que su arco<br />

arrebata? Los siguió, pasó en paz por camino por donde 3<br />

sus pies nunca habían entrado. ¿Quién hizo y realizó esto? 4<br />

¿Quién llama las generaciones desde el principio? Yo Jehová,<br />

el primero, y yo mismo con los postreros. Las costas vieron, 5<br />

y tuvieron temor; los confines de la tierra se espantaron; se<br />

congregaron, y vinieron. Cada cual ayudó a su vecino, y a su 6<br />

hermano dijo: Esfuérzate. El carpintero animó al platero, y el 7<br />

que alisaba con martillo al que batía en el yunque, diciendo:<br />

Buena está la soldadura; y lo afirmó con clavos, para que no se<br />

moviese. Pero tú, Israel, siervo mío eres; tú, Jacob, a quien yo 8<br />

escogí, descendencia de Abraham mi amigo. Porque te tomé 9<br />

de los confines de la tierra, y de tierras lejanas te llamé, y te<br />

dije: Mi siervo eres tú; te escogí, y no te deseché. No temas, 10<br />

porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios<br />

que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con<br />

la diestra de mi justicia. He aquí que todos los que se eno- 11<br />

jan contra ti serán avergonzados y confundidos; serán como<br />

nada y perecerán los que contienden contigo. Buscarás a los 12<br />

que tienen contienda contigo, y no los hallarás; serán como<br />

nada, y como cosa que no es, aquellos que te hacen la guerra.<br />

Porque yo Jehová soy tu Dios, quien te sostiene de tu mano 13<br />

derecha, y te dice: No temas, yo te ayudo. No temas, gusano 14<br />

de Jacob, oh vosotros los pocos de Israel; yo soy tu socorro,<br />

dice Jehová; el Santo de Israel es tu Redentor. He aquí que 15<br />

yo te he puesto por trillo, trillo nuevo, lleno de dientes; trillarás<br />

montes y los molerás, y collados reducirás a tamo. Los 16<br />

aventarás, y los llevará el viento, y los esparcirá el torbellino;<br />

pero tú te regocijarás en Jehová, te gloriarás en el Santo de<br />

Israel. Los afligidos y menesterosos buscan las aguas, y no 17<br />

las hay; seca está de sed su lengua; yo Jehová los oiré, yo el<br />

Dios de Israel no los desampararé. En las alturas abriré ríos, 18<br />

y fuentes en medio de los valles; abriré en el desierto estanques<br />

de aguas, y manantiales de aguas en la tierra seca. Daré 19<br />

en el desierto cedros, acacias, arrayanes y olivos; pondré en<br />

la soledad cipreses, pinos y bojes juntamente, para que vean 20<br />

y conozcan, y adviertan y entiendan todos, que la mano de<br />

Jehová hace esto, y que el Santo de Israel lo creó. Alegad por 21


41. 22–42. 10 Isaías 998<br />

vuestra causa, dice Jehová; presentad vuestras pruebas, dice el<br />

22 Rey de Jacob. Traigan, anúnciennos lo que ha de venir; dígannos<br />

lo que ha pasado desde el principio, y pondremos nuestro<br />

corazón en ello; sepamos también su postrimería, y hacednos<br />

23 entender lo que ha de venir. Dadnos nuevas de lo que ha de<br />

ser después, para que sepamos que vosotros sois dioses; o a lo<br />

menos haced bien, o mal, para que tengamos qué contar, y jun-<br />

24 tamente nos maravillemos. He aquí que vosotros sois nada, y<br />

25 vuestras obras vanidad; abominación es el que os escogió. Del<br />

norte levanté a uno, y vendrá; del nacimiento del sol invocará<br />

mi nombre; y pisoteará príncipes como lodo, y como pisa el<br />

26 barro el alfarero. ¿Quién lo anunció desde el principio, para<br />

que sepamos; o de tiempo atrás, y diremos: Es justo? Cierto,<br />

no hay quien anuncie; sí, no hay quien enseñe; ciertamente no<br />

27 hay quien oiga vuestras palabras. Yo soy el primero que he<br />

enseñado estas cosas a Sion, y a Jerusalén daré un mensajero<br />

28 de alegres nuevas. Miré, y no había ninguno; y pregunté de<br />

estas cosas, y ningún consejero hubo; les pregunté, y no res-<br />

29 pondieron palabra. He aquí, todos son vanidad, y las obras<br />

de ellos nada; viento y vanidad son sus imágenes fundidas.<br />

42 He aquí mi siervo, yo le sostendré; mi escogido, en quien<br />

mi alma tiene contentamiento; he puesto sobre él mi Espíritu;<br />

2 él traerá justicia a las naciones. No gritará, ni alzará su voz,<br />

3 ni la hará oír en las calles. No quebrará la caña cascada, ni<br />

apagará el pábilo que humeare; por medio de la verdad traerá<br />

4 justicia. No se cansará ni desmayará, hasta que establezca en<br />

5 la tierra justicia; y las costas esperarán su ley. Así dice Jehová<br />

Dios, Creador de los cielos, y el que los despliega; el que<br />

extiende la tierra y sus productos; el que da aliento al pueblo<br />

6 que mora sobre ella, y espíritu a los que por ella andan: Yo<br />

Jehová te he llamado en justicia, y te sostendré por la mano;<br />

te guardaré y te pondré por pacto al pueblo, por luz de las na-<br />

7 ciones, para que abras los ojos de los ciegos, para que saques<br />

de la cárcel a los presos, y de casas de prisión a los que moran<br />

8 en tinieblas. Yo Jehová; éste es mi nombre; y a otro no daré<br />

9 mi gloria, ni mi alabanza a esculturas. He aquí se cumplieron<br />

las cosas primeras, y yo anuncio cosas nuevas; antes que sal-<br />

10 gan a luz, yo os las haré notorias. Cantad a Jehová un nuevo


999 Isaías 42. 11–43. 3<br />

cántico, su alabanza desde el fin de la tierra; los que descendéis<br />

al mar, y cuanto hay en él, las costas y los moradores de<br />

ellas. Alcen la voz el desierto y sus ciudades, las aldeas donde 11<br />

habita Cedar; canten los moradores de Sela, y desde la cumbre<br />

de los montes den voces de júbilo. Den gloria a Jehová, y 12<br />

anuncien sus loores en las costas. Jehová saldrá como gigan- 13<br />

te, y como hombre de guerra despertará celo; gritará, voceará,<br />

se esforzará sobre sus enemigos. Desde el siglo he callado, he 14<br />

guardado silencio, y me he detenido; daré voces como la que<br />

está de parto; asolaré y devoraré juntamente. Convertiré en 15<br />

soledad montes y collados, haré secar toda su hierba; los ríos<br />

tornaré en islas, y secaré los estanques. Y guiaré a los cie- 16<br />

gos por camino que no sabían, les haré andar por sendas que<br />

no habían conocido; delante de ellos cambiaré las tinieblas en<br />

luz, y lo escabroso en llanura. Estas cosas les haré, y no los<br />

desampararé. Serán vueltos atrás y en extremo confundidos 17<br />

los que confían en ídolos, y dicen a las imágenes de fundición:<br />

Vosotros sois nuestros dioses. Sordos, oíd, y vosotros, ciegos, 18<br />

mirad para ver. ¿Quién es ciego, sino mi siervo? ¿Quién es 19<br />

sordo, como mi mensajero que envié? ¿Quién es ciego como<br />

mi escogido, y ciego como el siervo de Jehová, que ve muchas 20<br />

cosas y no advierte, que abre los oídos y no oye? Jehová se 21<br />

complació por amor de su justicia en magnificar la ley y engrandecerla.<br />

Mas éste es pueblo saqueado y pisoteado, todos 22<br />

ellos atrapados en cavernas y escondidos en cárceles; son puestos<br />

para despojo, y no hay quien libre; despojados, y no hay<br />

quien diga: Restituid. ¿Quién de vosotros oirá esto? ¿Quién 23<br />

atenderá y escuchará respecto al porvenir? ¿Quién dio a Ja- 24<br />

cob en botín, y entregó a Israel a saqueadores? ¿No fue Jehová,<br />

contra quien pecamos? No quisieron andar en sus caminos, ni<br />

oyeron su ley. Por tanto, derramó sobre él el ardor de su ira, 25<br />

y fuerza de guerra; le puso fuego por todas partes, pero no<br />

entendió; y le consumió, mas no hizo caso.<br />

Ahora, así dice Jehová, Creador tuyo, oh Jacob, y Formador 43<br />

tuyo, oh Israel: No temas, porque yo te redimí; te puse nombre,<br />

mío eres tú. Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; 2<br />

y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego,<br />

no te quemarás, ni la llama arderá en ti. Porque yo Jehová, 3


43. 4–23 Isaías 1000<br />

Dios tuyo, el Santo de Israel, soy tu Salvador; a Egipto he<br />

4 dado por tu rescate, a Etiopía y a Seba por ti. Porque a<br />

mis ojos fuiste de gran estima, fuiste honorable, y yo te amé;<br />

5 daré, pues, hombres por ti, y naciones por tu vida. No temas,<br />

porque yo estoy contigo; del oriente traeré tu generación, y<br />

6 del occidente te recogeré. Diré al norte: Da acá; y al sur: No<br />

detengas; trae de lejos mis hijos, y mis hijas de los confines de<br />

7 la tierra, todos los llamados de mi nombre; para gloria mía<br />

8 los he creado, los formé y los hice. Sacad al pueblo ciego que<br />

9 tiene ojos, y a los sordos que tienen oídos. Congréguense a<br />

una todas las naciones, y júntense todos los pueblos. ¿Quién<br />

de ellos hay que nos dé nuevas de esto, y que nos haga oír las<br />

cosas primeras? Presenten sus testigos, y justifíquense; oigan,<br />

10 y digan: Verdad es. Vosotros sois mis testigos, dice Jehová,<br />

y mi siervo que yo escogí, para que me conozcáis y creáis, y<br />

entendáis que yo mismo soy; antes de mí no fue formado dios,<br />

11 ni lo será después de mí. Yo, yo Jehová, y fuera de mí no<br />

12 hay quien salve. Yo anuncié, y salvé, e hice oír, y no hubo<br />

entre vosotros dios ajeno. Vosotros, pues, sois mis testigos,<br />

13 dice Jehová, que yo soy Dios. Aun antes que hubiera día, yo<br />

era; y no hay quien de mi mano libre. Lo que hago yo, ¿quién<br />

14 lo estorbará? Así dice Jehová, Redentor vuestro, el Santo de<br />

Israel: Por vosotros envié a Babilonia, e hice descender como<br />

fugitivos a todos ellos, aun a los caldeos en las naves de que<br />

15 se gloriaban. Yo Jehová, Santo vuestro, Creador de Israel,<br />

16 vuestro Rey. Así dice Jehová, el que abre camino en el mar,<br />

17 y senda en las aguas impetuosas; el que saca carro y caballo,<br />

ejército y fuerza; caen juntamente para no levantarse; fenecen,<br />

18 como pábilo quedan apagados. No os acordéis de las cosas<br />

19 pasadas, ni traigáis a memoria las cosas antiguas. He aquí<br />

que yo hago cosa nueva; pronto saldrá a luz; ¿no la conoceréis?<br />

Otra vez abriré camino en el desierto, y ríos en la soledad.<br />

20 Las fieras del campo me honrarán, los chacales y los pollos del<br />

avestruz; porque daré aguas en el desierto, ríos en la soledad,<br />

21 para que beba mi pueblo, mi escogido. Este pueblo he creado<br />

22 para mí; mis alabanzas publicará. Y no me invocaste a mí, oh<br />

23 Jacob, sino que de mí te cansaste, oh Israel. No me trajiste<br />

a mí los animales de tus holocaustos, ni a mí me honraste


1001 Isaías 43. 24–44. 12<br />

con tus sacrificios; no te hice servir con ofrenda, ni te hice<br />

fatigar con incienso. No compraste para mí caña aromática 24<br />

por dinero, ni me saciaste con la grosura de tus sacrificios, sino<br />

pusiste sobre mí la carga de tus pecados, me fatigaste con tus<br />

maldades. Yo, yo soy el que borro tus rebeliones por amor de 25<br />

mí mismo, y no me acordaré de tus pecados. Hazme recordar, 26<br />

entremos en juicio juntamente; habla tú para justificarte. Tu 27<br />

primer padre pecó, y tus enseñadores prevaricaron contra mí.<br />

Por tanto, yo profané los príncipes del santuario, y puse por 28<br />

anatema a Jacob y por oprobio a Israel.<br />

Ahora pues, oye, Jacob, siervo mío, y tú, Israel, a quien 44<br />

yo escogí. Así dice Jehová, Hacedor tuyo, y el que te formó 2<br />

desde el vientre, el cual te ayudará: No temas, siervo mío Jacob,<br />

y tú, Jesurún, a quien yo escogí. Porque yo derramaré 3<br />

aguas sobre el sequedal, y ríos sobre la tierra árida; mi Espíritu<br />

derramaré sobre tu generación, y mi bendición sobre tus<br />

renuevos; y brotarán entre hierba, como sauces junto a las 4<br />

riberas de las aguas. Éste dirá: Yo soy de Jehová; el otro se 5<br />

llamará del nombre de Jacob, y otro escribirá con su mano:<br />

A Jehová, y se apellidará con el nombre de Israel. Así dice 6<br />

Jehová Rey de Israel, y su Redentor, Jehová de los ejércitos:<br />

Yo soy el primero, y yo soy el postrero, y fuera de mí no hay<br />

Dios. ¿Y quién proclamará lo venidero, lo declarará, y lo pon- 7<br />

drá en orden delante de mí, como hago yo desde que establecí<br />

el pueblo antiguo? Anúncienles lo que viene, y lo que está por<br />

venir. No temáis, ni os amedrentéis; ¿no te lo hice oír desde 8<br />

la antigüedad, y te lo dije? Luego vosotros sois mis testigos.<br />

No hay Dios sino yo. No hay Fuerte; no conozco ninguno. Los 9<br />

formadores de imágenes de talla, todos ellos son vanidad, y<br />

lo más precioso de ellos para nada es útil; y ellos mismos son<br />

testigos para su confusión, de que los ídolos no ven ni entienden.<br />

¿Quién formó un dios, o quién fundió una imagen que 10<br />

para nada es de provecho? He aquí que todos los suyos serán 11<br />

avergonzados, porque los artífices mismos son hombres. Todos<br />

ellos se juntarán, se presentarán, se asombrarán, y serán avergonzados<br />

a una. El herrero toma la tenaza, trabaja en las 12<br />

ascuas, le da forma con los martillos, y trabaja en ello con la


44. 13–27 Isaías 1002<br />

fuerza de su brazo; luego tiene hambre, y le faltan las fuerzas;<br />

13 no bebe agua, y se desmaya. El carpintero tiende la regla, lo<br />

señala con almagre, lo labra con los cepillos, le da figura con<br />

el compás, lo hace en forma de varón, a semejanza de hombre<br />

14 hermoso, para tenerlo en casa. Corta cedros, y toma ciprés y<br />

encina, que crecen entre los árboles del bosque; planta pino,<br />

15 que se críe con la lluvia. De él se sirve luego el hombre para<br />

quemar, y toma de ellos para calentarse; enciende también el<br />

horno, y cuece panes; hace además un dios, y lo adora; fabrica<br />

16 un ídolo, y se arrodilla delante de él. Parte del leño quema<br />

en el fuego; con parte de él come carne, prepara un asado, y<br />

se sacia; después se calienta, y dice: ¡Oh! me he calentado, he<br />

17 visto el fuego; y hace del sobrante un dios, un ídolo suyo; se<br />

postra delante de él, lo adora, y le ruega diciendo: Líbrame,<br />

18 porque mi dios eres tú. No saben ni entienden; porque cerrados<br />

están sus ojos para no ver, y su corazón para no entender.<br />

19 No discurre para consigo, no tiene sentido ni entendimiento<br />

para decir: Parte de esto quemé en el fuego, y sobre sus brasas<br />

cocí pan, asé carne, y la comí. ¿Haré del resto de él una abo-<br />

20 minación? ¿Me postraré delante de un tronco de árbol? De<br />

ceniza se alimenta; su corazón engañado le desvía, para que<br />

no libre su alma, ni diga: ¿No es pura mentira lo que tengo<br />

21 en mi mano derecha? Acuérdate de estas cosas, oh Jacob, e<br />

Israel, porque mi siervo eres. Yo te formé, siervo mío eres tú;<br />

22 Israel, no me olvides. Yo deshice como una nube tus rebeliones,<br />

y como niebla tus pecados; vuélvete a mí, porque yo te<br />

23 redimí. Cantad loores, oh cielos, porque Jehová lo hizo; gritad<br />

con júbilo, profundidades de la tierra; prorrumpid, montes, en<br />

alabanza; bosque, y todo árbol que en él está; porque Jehová<br />

24 redimió a Jacob, y en Israel será glorificado. Así dice Jehová,<br />

tu Redentor, que te formó desde el vientre: Yo Jehová, que lo<br />

hago todo, que extiendo solo los cielos, que extiendo la tierra<br />

25 por mí mismo; que deshago las señales de los adivinos, y enloquezco<br />

a los agoreros; que hago volver atrás a los sabios, y<br />

26 desvanezco su sabiduría. Yo, el que despierta la palabra de su<br />

siervo, y cumple el consejo de sus mensajeros; que dice a Jerusalén:<br />

Serás habitada; y a las ciudades de Judá: Reconstruidas<br />

27 serán, y sus ruinas reedificaré; que dice a las profundidades:


1003 Isaías 44. 28–45. 16<br />

Secaos, y tus ríos haré secar; que dice de Ciro: Es mi pastor, 28<br />

y cumplirá todo lo que yo quiero, al decir a Jerusalén: Serás<br />

edificada; y al templo: Serás fundado.<br />

Así dice Jehová a su ungido, a Ciro, al cual tomé yo por su 45<br />

mano derecha, para sujetar naciones delante de él y desatar<br />

lomos de reyes; para abrir delante de él puertas, y las puertas<br />

no se cerrarán: Yo iré delante de ti, y enderezaré los lugares 2<br />

torcidos; quebrantaré puertas de bronce, y cerrojos de hierro<br />

haré pedazos; y te daré los tesoros escondidos, y los secretos 3<br />

muy guardados, para que sepas que yo soy Jehová, el Dios de<br />

Israel, que te pongo nombre. Por amor de mi siervo Jacob, y 4<br />

de Israel mi escogido, te llamé por tu nombre; te puse sobrenombre,<br />

aunque no me conociste. Yo soy Jehová, y ninguno 5<br />

más hay; no hay Dios fuera de mí. Yo te ceñiré, aunque tú no<br />

me conociste, para que se sepa desde el nacimiento del sol, 6<br />

y hasta donde se pone, que no hay más que yo; yo Jehová,<br />

y ninguno más que yo, que formo la luz y creo las tinieblas, 7<br />

que hago la paz y creo la adversidad. Yo Jehová soy el que<br />

hago todo esto. Rociad, cielos, de arriba, y las nubes destilen 8<br />

la justicia; ábrase la tierra, y prodúzcanse la salvación y la<br />

justicia; háganse brotar juntamente. Yo Jehová lo he creado.<br />

¡Ay del que pleitea con su Hacedor! ¡el tiesto con los tiestos 9<br />

de la tierra! ¿Dirá el barro al que lo labra: ¿Qué haces?; o tu<br />

obra: No tiene manos? ¡Ay del que dice al padre: ¿Por qué 10<br />

engendraste? y a la mujer: ¿Por qué diste a luz?! Así dice 11<br />

Jehová, el Santo de Israel, y su Formador: Preguntadme de<br />

las cosas por venir; mandadme acerca de mis hijos, y acerca<br />

de la obra de mis manos. Yo hice la tierra, y creé sobre ella 12<br />

al hombre. Yo, mis manos, extendieron los cielos, y a todo su<br />

ejército mandé. Yo lo desperté en justicia, y enderezaré todos 13<br />

sus caminos; él edificará mi ciudad, y soltará mis cautivos, no<br />

por precio ni por dones, dice Jehová de los ejércitos. Así dice 14<br />

Jehová: El trabajo de Egipto, las mercaderías de Etiopía, y los<br />

sabeos, hombres de elevada estatura, se pasarán a ti y serán<br />

tuyos; irán en pos de ti, pasarán con grillos; te harán reverencia<br />

y te suplicarán diciendo: Ciertamente en ti está Dios, y no<br />

hay otro fuera de Dios. Verdaderamente tú eres Dios que te 15<br />

encubres, Dios de Israel, que salvas. Confusos y avergonza- 16


45. 17–46. 7 Isaías 1004<br />

dos serán todos ellos; irán con afrenta todos los fabricadores<br />

17 de imágenes. Israel será salvo en Jehová con salvación eterna;<br />

no os avergonzaréis ni os afrentaréis, por todos los siglos.<br />

18 Porque así dijo Jehová, que creó los cielos; él es Dios, el que<br />

formó la tierra, el que la hizo y la compuso; no la creó en vano,<br />

para que fuese habitada la creó: Yo soy Jehová, y no hay<br />

19 otro. No hablé en secreto, en un lugar oscuro de la tierra; no<br />

dije a la descendencia de Jacob: En vano me buscáis. Yo soy<br />

20 Jehová que hablo justicia, que anuncio rectitud. Reuníos, y<br />

venid; juntaos todos los sobrevivientes de entre las naciones.<br />

No tienen conocimiento aquellos que erigen el madero de su<br />

21 ídolo, y los que ruegan a un dios que no salva. Proclamad, y<br />

hacedlos acercarse, y entren todos en consulta; ¿quién hizo oír<br />

esto desde el principio, y lo tiene dicho desde entonces, sino<br />

yo Jehová? Y no hay más Dios que yo; Dios justo y Salvador;<br />

22 ningún otro fuera de mí. Mirad a mí, y sed salvos, todos los<br />

23 términos de la tierra, porque yo soy Dios, y no hay más. Por<br />

mí mismo hice juramento, de mi boca salió palabra en justicia,<br />

y no será revocada: Que a mí se doblará toda rodilla, y jurará<br />

24 toda lengua. Y se dirá de mí: Ciertamente en Jehová está la<br />

justicia y la fuerza; a él vendrán, y todos los que contra él se<br />

25 enardecen serán avergonzados. En Jehová será justificada y<br />

se gloriará toda la descendencia de Israel.<br />

46 Se postró Bel, se abatió Nebo; sus imágenes fueron puestas<br />

sobre bestias, sobre animales de carga; esas cosas que vosotros<br />

solíais llevar son alzadas cual carga, sobre las bestias cansadas.<br />

2 Fueron humillados, fueron abatidos juntamente; no pudieron<br />

escaparse de la carga, sino que tuvieron ellos mismos que ir<br />

3 en cautiverio. Oídme, oh casa de Jacob, y todo el resto de<br />

la casa de Israel, los que sois traídos por mí desde el vientre,<br />

4 los que sois llevados desde la matriz. Y hasta la vejez yo<br />

mismo, y hasta las canas os soportaré yo; yo hice, yo llevaré, yo<br />

5 soportaré y guardaré. ¿A quién me asemejáis, y me igualáis,<br />

6 y me comparáis, para que seamos semejantes? Sacan oro de<br />

la bolsa, y pesan plata con balanzas, alquilan un platero para<br />

7 hacer un dios de ello; se postran y adoran. Se lo echan sobre<br />

los hombros, lo llevan, y lo colocan en su lugar; allí se está, y no<br />

se mueve de su sitio. Le gritan, y tampoco responde, ni libra de


1005 Isaías 46. 8–47. 12<br />

la tribulación. Acordaos de esto, y tened vergüenza; volved en 8<br />

vosotros, prevaricadores. Acordaos de las cosas pasadas desde 9<br />

los tiempos antiguos; porque yo soy Dios, y no hay otro Dios,<br />

y nada hay semejante a mí, que anuncio lo por venir desde el 10<br />

principio, y desde la antigüedad lo que aún no era hecho; que<br />

digo: Mi consejo permanecerá, y haré todo lo que quiero; que 11<br />

llamo desde el oriente al ave, y de tierra lejana al varón de mi<br />

consejo. Yo hablé, y lo haré venir; lo he pensado, y también lo<br />

haré. Oídme, duros de corazón, que estáis lejos de la justicia: 12<br />

Haré que se acerque mi justicia; no se alejará, y mi salvación 13<br />

no se detendrá. Y pondré salvación en Sion, y mi gloria en<br />

Israel.<br />

Desciende y siéntate en el polvo, virgen hija de Babilonia. 47<br />

Siéntate en la tierra, sin trono, hija de los caldeos; porque<br />

nunca más te llamarán tierna y delicada. Toma el molino y 2<br />

muele harina; descubre tus guedejas, descalza los pies, descubre<br />

las piernas, pasa los ríos. Será tu vergüenza descubierta, 3<br />

y tu deshonra será vista; haré retribución, y no se librará hombre<br />

alguno. Nuestro Redentor, Jehová de los ejércitos es su 4<br />

nombre, el Santo de Israel. Siéntate, calla, y entra en tinie- 5<br />

blas, hija de los caldeos; porque nunca más te llamarán señora<br />

de reinos. Me enojé contra mi pueblo, profané mi heredad, 6<br />

y los entregué en tu mano; no les tuviste compasión; sobre<br />

el anciano agravaste mucho tu yugo. Dijiste: Para siempre 7<br />

seré señora; y no has pensado en esto, ni te acordaste de tu<br />

postrimería. Oye, pues, ahora esto, mujer voluptuosa, tú que 8<br />

estás sentada confiadamente, tú que dices en tu corazón: Yo<br />

soy, y fuera de mí no hay más; no quedaré viuda, ni conoceré<br />

orfandad. Estas dos cosas te vendrán de repente en un mismo 9<br />

día, orfandad y viudez; en toda su fuerza vendrán sobre ti, a<br />

pesar de la multitud de tus hechizos y de tus muchos encantamientos.<br />

Porque te confiaste en tu maldad, diciendo: Nadie 10<br />

me ve. Tu sabiduría y tu misma ciencia te engañaron, y dijiste<br />

en tu corazón: Yo, y nadie más. Vendrá, pues, sobre ti mal, 11<br />

cuyo nacimiento no sabrás; caerá sobre ti quebrantamiento, el<br />

cual no podrás remediar; y destrucción que no sepas vendrá<br />

de repente sobre ti. Estate ahora en tus encantamientos y en 12<br />

la multitud de tus hechizos, en los cuales te fatigaste desde tu


47. 13–48. 14 Isaías 1006<br />

13 juventud; quizá podrás mejorarte, quizá te fortalecerás. Te<br />

has fatigado en tus muchos consejos. Comparezcan ahora y<br />

te defiendan los contempladores de los cielos, los que observan<br />

las estrellas, los que cuentan los meses, para pronosticar<br />

14 lo que vendrá sobre ti. He aquí que serán como tamo; fuego<br />

los quemará, no salvarán sus vidas del poder de la llama; no<br />

quedará brasa para calentarse, ni lumbre a la cual se sienten.<br />

15 Así te serán aquellos con quienes te fatigaste, los que traficaron<br />

contigo desde tu juventud; cada uno irá por su camino, no<br />

habrá quien te salve.<br />

48 Oíd esto, casa de Jacob, que os llamáis del nombre de Israel,<br />

los que salieron de las aguas de Judá, los que juran en el<br />

nombre de Jehová, y hacen memoria del Dios de Israel, mas no<br />

2 en verdad ni en justicia; porque de la santa ciudad se nombran,<br />

y en el Dios de Israel confían; su nombre es Jehová de<br />

3 los ejércitos. Lo que pasó, ya antes lo dije, y de mi boca salió;<br />

4 lo publiqué, lo hice pronto, y fue realidad. Por cuanto conozco<br />

que eres duro, y barra de hierro tu cerviz, y tu frente de<br />

5 bronce, te lo dije ya hace tiempo; antes que sucediera te lo<br />

advertí, para que no dijeras: Mi ídolo lo hizo, mis imágenes de<br />

6 escultura y de fundición mandaron estas cosas. Lo oíste, y lo<br />

viste todo; ¿y no lo anunciaréis vosotros? Ahora, pues, te he<br />

7 hecho oír cosas nuevas y ocultas que tú no sabías. Ahora han<br />

sido creadas, no en días pasados, ni antes de este día las habías<br />

8 oído, para que no digas: He aquí que yo lo sabía. Sí, nunca<br />

lo habías oído, ni nunca lo habías conocido; ciertamente no se<br />

abrió antes tu oído; porque sabía que siendo desleal habías de<br />

9 desobedecer, por tanto te llamé rebelde desde el vientre. Por<br />

amor de mi nombre diferiré mi ira, y para alabanza mía la<br />

10 reprimiré para no destruirte. He aquí te he purificado, y no<br />

11 como a plata; te he escogido en horno de aflicción. Por mí,<br />

por amor de mí mismo lo haré, para que no sea amancillado<br />

12 mi nombre, y mi honra no la daré a otro. Óyeme, Jacob, y<br />

tú, Israel, a quien llamé: Yo mismo, yo el primero, yo también<br />

13 el postrero. Mi mano fundó también la tierra, y mi mano<br />

derecha midió los cielos con el palmo; al llamarlos yo, compa-<br />

14 recieron juntamente. Juntaos todos vosotros, y oíd. ¿Quién<br />

hay entre ellos que anuncie estas cosas? Aquel a quien Jehová


1007 Isaías 48. 15–49. 8<br />

amó ejecutará su voluntad en Babilonia, y su brazo estará sobre<br />

los caldeos. Yo, yo hablé, y le llamé y le traje; por tanto, 15<br />

será prosperado su camino. Acercaos a mí, oíd esto: desde el 16<br />

principio no hablé en secreto; desde que eso se hizo, allí estaba<br />

yo; y ahora me envió Jehová el Señor, y su Espíritu. Así ha 17<br />

dicho Jehová, Redentor tuyo, el Santo de Israel: Yo soy Jehová<br />

Dios tuyo, que te enseña provechosamente, que te encamina<br />

por el camino que debes seguir. ¡Oh, si hubieras atendido a 18<br />

mis mandamientos! Fuera entonces tu paz como un río, y tu<br />

justicia como las ondas del mar. Fuera como la arena tu des- 19<br />

cendencia, y los renuevos de tus entrañas como los granos de<br />

arena; nunca su nombre sería cortado, ni raído de mi presencia.<br />

Salid de Babilonia, huid de entre los caldeos; dad nuevas 20<br />

de esto con voz de alegría, publicadlo, llevadlo hasta lo postrero<br />

de la tierra; decid: Redimió Jehová a Jacob su siervo. No 21<br />

tuvieron sed cuando los llevó por los desiertos; les hizo brotar<br />

agua de la piedra; abrió la peña, y corrieron las aguas. No 22<br />

hay paz para los malos, dijo Jehová.<br />

Oídme, costas, y escuchad, pueblos lejanos. Jehová me lla- 49<br />

mó desde el vientre, desde las entrañas de mi madre tuvo mi<br />

nombre en memoria. Y puso mi boca como espada aguda, me 2<br />

cubrió con la sombra de su mano; y me puso por saeta bruñida,<br />

me guardó en su aljaba; y me dijo: Mi siervo eres, oh 3<br />

Israel, porque en ti me gloriaré. Pero yo dije: Por demás he 4<br />

trabajado, en vano y sin provecho he consumido mis fuerzas;<br />

pero mi causa está delante de Jehová, y mi recompensa con<br />

mi Dios. Ahora pues, dice Jehová, el que me formó desde el 5<br />

vientre para ser su siervo, para hacer volver a él a Jacob y<br />

para congregarle a Israel (porque estimado seré en los ojos de<br />

Jehová, y el Dios mío será mi fuerza); dice: Poco es para mí 6<br />

que tú seas mi siervo para levantar las tribus de Jacob, y para<br />

que restaures el remanente de Israel; también te di por luz de<br />

las naciones, para que seas mi salvación hasta lo postrero de<br />

la tierra. Así ha dicho Jehová, Redentor de Israel, el Santo 7<br />

suyo, al menospreciado de alma, al abominado de las naciones,<br />

al siervo de los tiranos: Verán reyes, y se levantarán príncipes,<br />

y adorarán por Jehová; porque fiel es el Santo de Israel, el<br />

cual te escogió. Así dijo Jehová: En tiempo aceptable te oí, y 8


49. 9–25 Isaías 1008<br />

en el día de salvación te ayudé; y te guardaré, y te daré por<br />

pacto al pueblo, para que restaures la tierra, para que here-<br />

9 des asoladas heredades; para que digas a los presos: Salid; y<br />

a los que están en tinieblas: Mostraos. En los caminos serán<br />

10 apacentados, y en todas las alturas tendrán sus pastos. No<br />

tendrán hambre ni sed, ni el calor ni el sol los afligirá; porque<br />

el que tiene de ellos misericordia los guiará, y los conducirá<br />

11 a manantiales de aguas. Y convertiré en camino todos mis<br />

12 montes, y mis calzadas serán levantadas. He aquí éstos vendrán<br />

de lejos; y he aquí éstos del norte y del occidente, y éstos<br />

13 de la tierra de Sinim. Cantad alabanzas, oh cielos, y alégrate,<br />

tierra; y prorrumpid en alabanzas, oh montes; porque Jehová<br />

ha consolado a su pueblo, y de sus pobres tendrá misericordia.<br />

14 Pero Sion dijo: Me dejó Jehová, y el Señor se olvidó de mí.<br />

15 ¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse<br />

del hijo de su vientre? Aunque olvide ella, yo nunca<br />

16 me olvidaré de ti. He aquí que en las palmas de las manos te<br />

17 tengo esculpida; delante de mí están siempre tus muros. Tus<br />

edificadores vendrán aprisa; tus destruidores y tus asoladores<br />

18 saldrán de ti. Alza tus ojos alrededor, y mira: todos éstos se<br />

han reunido, han venido a ti. Vivo yo, dice Jehová, que de todos,<br />

como de vestidura de honra, serás vestida; y de ellos serás<br />

19 ceñida como novia. Porque tu tierra devastada, arruinada y<br />

desierta, ahora será estrecha por la multitud de los moradores,<br />

20 y tus destruidores serán apartados lejos. Aun los hijos de tu<br />

orfandad dirán a tus oídos: Estrecho es para mí este lugar;<br />

21 apártate, para que yo more. Y dirás en tu corazón: ¿Quién<br />

me engendró éstos? Porque yo había sido privada de hijos y<br />

estaba sola, peregrina y desterrada; ¿quién, pues, crió éstos?<br />

22 He aquí yo había sido dejada sola; ¿dónde estaban éstos? Así<br />

dijo Jehová el Señor: He aquí, yo tenderé mi mano a las naciones,<br />

y a los pueblos levantaré mi bandera; y traerán en brazos<br />

23 a tus hijos, y tus hijas serán traídas en hombros. Reyes serán<br />

tus ayos, y sus reinas tus nodrizas; con el rostro inclinado a<br />

tierra te adorarán, y lamerán el polvo de tus pies; y conocerás<br />

que yo soy Jehová, que no se avergonzarán los que esperan<br />

24 en mí. ¿Será quitado el botín al valiente? ¿Será rescatado el<br />

25 cautivo de un tirano? Pero así dice Jehová: Ciertamente el


1009 Isaías 49. 26–51. 2<br />

cautivo será rescatado del valiente, y el botín será arrebatado<br />

al tirano; y tu pleito yo lo defenderé, y yo salvaré a tus hijos.<br />

Y a los que te despojaron haré comer sus propias carnes, y con 26<br />

su sangre serán embriagados como con vino; y conocerá todo<br />

hombre que yo Jehová soy Salvador tuyo y Redentor tuyo, el<br />

Fuerte de Jacob.<br />

Así dijo Jehová: ¿Qué es de la carta de repudio de vuestra 50<br />

madre, con la cual yo la repudié? ¿O quiénes son mis acreedores,<br />

a quienes yo os he vendido? He aquí que por vuestras<br />

maldades sois vendidos, y por vuestras rebeliones fue repudiada<br />

vuestra madre. ¿Por qué cuando vine, no hallé a nadie, 2<br />

y cuando llamé, nadie respondió? ¿Acaso se ha acortado mi<br />

mano para no redimir? ¿No hay en mí poder para librar? He<br />

aquí que con mi reprensión hago secar el mar; convierto los ríos<br />

en desierto; sus peces se pudren por falta de agua, y mueren<br />

de sed. Visto de oscuridad los cielos, y hago como cilicio su 3<br />

cubierta. Jehová el Señor me dio lengua de sabios, para saber 4<br />

hablar palabras al cansado; despertará mañana tras mañana,<br />

despertará mi oído para que oiga como los sabios. Jehová el 5<br />

Señor me abrió el oído, y yo no fui rebelde, ni me volví atrás.<br />

Di mi cuerpo a los heridores, y mis mejillas a los que me me- 6<br />

saban la barba; no escondí mi rostro de injurias y de esputos.<br />

Porque Jehová el Señor me ayudará, por tanto no me aver- 7<br />

goncé; por eso puse mi rostro como un pedernal, y sé que no<br />

seré avergonzado. Cercano está de mí el que me salva; ¿quién 8<br />

contenderá conmigo? Juntémonos. ¿Quién es el adversario de<br />

mi causa? Acérquese a mí. He aquí que Jehová el Señor me 9<br />

ayudará; ¿quién hay que me condene? He aquí que todos ellos<br />

se envejecerán como ropa de vestir, serán comidos por la polilla.<br />

¿Quién hay entre vosotros que teme a Jehová, y oye la voz 10<br />

de su siervo? El que anda en tinieblas y carece de luz, confíe<br />

en el nombre de Jehová, y apóyese en su Dios. He aquí que 11<br />

todos vosotros encendéis fuego, y os rodeáis de teas; andad a<br />

la luz de vuestro fuego, y de las teas que encendisteis. De mi<br />

mano os vendrá esto; en dolor seréis sepultados.<br />

Oídme, los que seguís la justicia, los que buscáis a Jehová. 51<br />

Mirad a la piedra de donde fuisteis cortados, y al hueco de<br />

la cantera de donde fuisteis arrancados. Mirad a Abraham 2


51. 3–16 Isaías 1010<br />

vuestro padre, y a Sara que os dio a luz; porque cuando no<br />

era más que uno solo lo llamé, y lo bendije y lo multipliqué.<br />

3 Ciertamente consolará Jehová a Sion; consolará todas sus soledades,<br />

y cambiará su desierto en paraíso, y su soledad en<br />

huerto de Jehová; se hallará en ella alegría y gozo, alabanza<br />

4 y voces de canto. Estad atentos a mí, pueblo mío, y oídme,<br />

nación mía; porque de mí saldrá la ley, y mi justicia para luz<br />

5 de los pueblos. Cercana está mi justicia, ha salido mi salvación,<br />

y mis brazos juzgarán a los pueblos; a mí me esperan los<br />

6 de la costa, y en mi brazo ponen su esperanza. Alzad a los<br />

cielos vuestros ojos, y mirad abajo a la tierra; porque los cielos<br />

serán deshechos como humo, y la tierra se envejecerá como ropa<br />

de vestir, y de la misma manera perecerán sus moradores;<br />

pero mi salvación será para siempre, mi justicia no perecerá.<br />

7 Oídme, los que conocéis justicia, pueblo en cuyo corazón está<br />

mi ley. No temáis afrenta de hombre, ni desmayéis por sus<br />

8 ultrajes. Porque como a vestidura los comerá polilla, como<br />

a lana los comerá gusano; pero mi justicia permanecerá per-<br />

9 petuamente, y mi salvación por siglos de siglos. Despiértate,<br />

despiértate, vístete de poder, oh brazo de Jehová; despiértate<br />

como en el tiempo antiguo, en los siglos pasados. ¿No eres tú<br />

10 el que cortó a Rahab, y el que hirió al dragón? ¿No eres tú<br />

el que secó el mar, las aguas del gran abismo; el que transformó<br />

en camino las profundidades del mar para que pasaran<br />

11 los redimidos? Ciertamente volverán los redimidos de Jehová;<br />

volverán a Sion cantando, y gozo perpetuo habrá sobre sus<br />

cabezas; tendrán gozo y alegría, y el dolor y el gemido huirán.<br />

12 Yo, yo soy vuestro consolador. ¿Quién eres tú para que tengas<br />

temor del hombre, que es mortal, y del hijo de hombre, que es<br />

13 como heno? Y ya te has olvidado de Jehová tu Hacedor, que<br />

extendió los cielos y fundó la tierra; y todo el día temiste continuamente<br />

del furor del que aflige, cuando se disponía para<br />

14 destruir. ¿Pero en dónde está el furor del que aflige? El preso<br />

agobiado será libertado pronto; no morirá en la mazmorra,<br />

15 ni le faltará su pan. Porque yo Jehová, que agito el mar y<br />

hago rugir sus ondas, soy tu Dios, cuyo nombre es Jehová de<br />

16 los ejércitos. Y en tu boca he puesto mis palabras, y con la<br />

sombra de mi mano te cubrí, extendiendo los cielos y echando


1011 Isaías 51. 17–52. 9<br />

los cimientos de la tierra, y diciendo a Sion: Pueblo mío eres<br />

tú. Despierta, despierta, levántate, oh Jerusalén, que bebiste 17<br />

de la mano de Jehová el cáliz de su ira; porque el cáliz de aturdimiento<br />

bebiste hasta los sedimentos. De todos los hijos que 18<br />

dio a luz, no hay quien la guíe; ni quien la tome de la mano,<br />

de todos los hijos que crió. Estas dos cosas te han aconteci- 19<br />

do: asolamiento y quebrantamiento, hambre y espada. ¿Quién<br />

se dolerá de ti? ¿Quién te consolará? Tus hijos desmayaron, 20<br />

estuvieron tendidos en las encrucijadas de todos los caminos,<br />

como antílope en la red, llenos de la indignación de Jehová,<br />

de la ira del Dios tuyo. Oye, pues, ahora esto, afligida, ebria, 21<br />

y no de vino: Así dijo Jehová tu Señor, y tu Dios, el cual 22<br />

aboga por su pueblo: He aquí he quitado de tu mano el cáliz<br />

de aturdimiento, los sedimentos del cáliz de mi ira; nunca más<br />

lo beberás. Y lo pondré en mano de tus angustiadores, que 23<br />

dijeron a tu alma: Inclínate, y pasaremos por encima de ti.<br />

Y tú pusiste tu cuerpo como tierra, y como camino, para que<br />

pasaran.<br />

Despierta, despierta, vístete de poder, oh Sion; vístete tu 52<br />

ropa hermosa, oh Jerusalén, ciudad santa; porque nunca más<br />

vendrá a ti incircunciso ni inmundo. Sacúdete del polvo; le- 2<br />

vántate y siéntate, Jerusalén; suelta las ataduras de tu cuello,<br />

cautiva hija de Sion. Porque así dice Jehová: De balde fuisteis 3<br />

vendidos; por tanto, sin dinero seréis rescatados. Porque así 4<br />

dijo Jehová el Señor: Mi pueblo descendió a Egipto en tiempo<br />

pasado, para morar allá, y el asirio lo cautivó sin razón. Y 5<br />

ahora ¿qué hago aquí, dice Jehová, ya que mi pueblo es llevado<br />

injustamente? Y los que en él se enseñorean, lo hacen aullar,<br />

dice Jehová, y continuamente es blasfemado mi nombre todo el<br />

día. Por tanto, mi pueblo sabrá mi nombre por esta causa en 6<br />

aquel día; porque yo mismo que hablo, he aquí estaré presente.<br />

¡Cuán hermosos son sobre los montes los pies del que trae 7<br />

alegres nuevas, del que anuncia la paz, del que trae nuevas del<br />

bien, del que publica salvación, del que dice a Sion: ¡Tu Dios<br />

reina! ¡Voz de tus atalayas! Alzarán la voz, juntamente darán 8<br />

voces de júbilo; porque ojo a ojo verán que Jehová vuelve a<br />

traer a Sion. Cantad alabanzas, alegraos juntamente, soleda- 9<br />

des de Jerusalén; porque Jehová ha consolado a su pueblo, a


52. 10–53. 10 Isaías 1012<br />

10 Jerusalén ha redimido. Jehová desnudó su santo brazo ante<br />

los ojos de todas las naciones, y todos los confines de la tierra<br />

11 verán la salvación del Dios nuestro. Apartaos, apartaos, salid<br />

de ahí, no toquéis cosa inmunda; salid de en medio de ella;<br />

12 purificaos los que lleváis los utensilios de Jehová. Porque no<br />

saldréis apresurados, ni iréis huyendo; porque Jehová irá de-<br />

13 lante de vosotros, y os congregará el Dios de Israel. He aquí<br />

que mi siervo será prosperado, será engrandecido y exaltado,<br />

14 y será puesto muy en alto. Como se asombraron de ti muchos,<br />

de tal manera fue desfigurado de los hombres su parecer,<br />

15 y su hermosura más que la de los hijos de los hombres, así<br />

asombrará él a muchas naciones; los reyes cerrarán ante él la<br />

boca, porque verán lo que nunca les fue contado, y entenderán<br />

lo que jamás habían oído.<br />

53 ¿Quién ha creído a nuestro anuncio? ¿y sobre quién se ha<br />

2 manifestado el brazo de Jehová? Subirá cual renuevo delante<br />

de él, y como raíz de tierra seca; no hay parecer en él, ni hermosura;<br />

le veremos, mas sin atractivo para que le deseemos.<br />

3 Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores,<br />

experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el<br />

4 rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos. Ciertamente<br />

llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros<br />

le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido.<br />

5 Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros<br />

pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su lla-<br />

6 ga fuimos nosotros curados. Todos nosotros nos descarriamos<br />

como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová<br />

7 cargó en él el pecado de todos nosotros. Angustiado él, y afligido,<br />

no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero;<br />

y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no<br />

8 abrió su boca. Por cárcel y por juicio fue quitado; y su generación,<br />

¿quién la contará? Porque fue cortado de la tierra de<br />

9 los vivientes, y por la rebelión de mi pueblo fue herido. Y se<br />

dispuso con los impíos su sepultura, mas con los ricos fue en<br />

su muerte; aunque nunca hizo maldad, ni hubo engaño en su<br />

10 boca. Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole<br />

a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiación por<br />

el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de


1013 Isaías 53. 11–54. 14<br />

Jehová será en su mano prosperada. Verá el fruto de la aflic- 11<br />

ción de su alma, y quedará satisfecho; por su conocimiento<br />

justificará mi siervo justo a muchos, y llevará las iniquidades<br />

de ellos. Por tanto, yo le daré parte con los grandes, y con los 12<br />

fuertes repartirá despojos; por cuanto derramó su vida hasta<br />

la muerte, y fue contado con los pecadores, habiendo él llevado<br />

el pecado de muchos, y orado por los transgresores.<br />

Regocíjate, oh estéril, la que no daba a luz; levanta canción 54<br />

y da voces de júbilo, la que nunca estuvo de parto; porque más<br />

son los hijos de la desamparada que los de la casada, ha dicho<br />

Jehová. Ensancha el sitio de tu tienda, y las cortinas de tus 2<br />

habitaciones sean extendidas; no seas escasa; alarga tus cuerdas,<br />

y refuerza tus estacas. Porque te extenderás a la mano 3<br />

derecha y a la mano izquierda; y tu descendencia heredará naciones,<br />

y habitará las ciudades asoladas. No temas, pues no 4<br />

serás confundida; y no te avergüences, porque no serás afrentada,<br />

sino que te olvidarás de la vergüenza de tu juventud, y<br />

de la afrenta de tu viudez no tendrás más memoria. Porque 5<br />

tu marido es tu Hacedor; Jehová de los ejércitos es su nombre;<br />

y tu Redentor, el Santo de Israel; Dios de toda la tierra<br />

será llamado. Porque como a mujer abandonada y triste de 6<br />

espíritu te llamó Jehová, y como a la esposa de la juventud<br />

que es repudiada, dijo el Dios tuyo. Por un breve momento 7<br />

te abandoné, pero te recogeré con grandes misericordias. Con 8<br />

un poco de ira escondí mi rostro de ti por un momento; pero<br />

con misericordia eterna tendré compasión de ti, dijo Jehová<br />

tu Redentor. Porque esto me será como en los días de Noé, 9<br />

cuando juré que nunca más las aguas de Noé pasarían sobre la<br />

tierra; así he jurado que no me enojaré contra ti, ni te reñiré.<br />

Porque los montes se moverán, y los collados temblarán, pero 10<br />

no se apartará de ti mi misericordia, ni el pacto de mi paz se<br />

quebrantará, dijo Jehová, el que tiene misericordia de ti. Po- 11<br />

brecita, fatigada con tempestad, sin consuelo; he aquí que yo<br />

cimentaré tus piedras sobre carbunclo, y sobre zafiros te fundaré.<br />

Tus ventanas pondré de piedras preciosas, tus puertas de 12<br />

piedras de carbunclo, y toda tu muralla de piedras preciosas.<br />

Y todos tus hijos serán enseñados por Jehová; y se multipli- 13<br />

cará la paz de tus hijos. Con justicia serás adornada; estarás 14


54. 15–55. 13 Isaías 1014<br />

lejos de opresión, porque no temerás, y de temor, porque no<br />

15 se acercará a ti. Si alguno conspirare contra ti, lo hará sin<br />

16 mí; el que contra ti conspirare, delante de ti caerá. He aquí<br />

que yo hice al herrero que sopla las ascuas en el fuego, y que<br />

saca la herramienta para su obra; y yo he creado al destruidor<br />

17 para destruir. Ninguna arma forjada contra ti prosperará, y<br />

condenarás toda lengua que se levante contra ti en juicio. Ésta<br />

es la herencia de los siervos de Jehová, y su salvación de mí<br />

vendrá, dijo Jehová.<br />

55 A todos los sedientos: Venid a las aguas; y los que no tienen<br />

dinero, venid, comprad y comed. Venid, comprad sin dinero y<br />

2 sin precio, vino y leche. ¿Por qué gastáis el dinero en lo que<br />

no es pan, y vuestro trabajo en lo que no sacia? Oídme atentamente,<br />

y comed del bien, y se deleitará vuestra alma con<br />

3 grosura. Inclinad vuestro oído, y venid a mí; oíd, y vivirá<br />

vuestra alma; y haré con vosotros pacto eterno, las misericor-<br />

4 dias firmes a David. He aquí que yo lo di por testigo a los<br />

5 pueblos, por jefe y por maestro a las naciones. He aquí, llamarás<br />

a gente que no conociste, y gentes que no te conocieron<br />

correrán a ti, por causa de Jehová tu Dios, y del Santo de<br />

6 Israel que te ha honrado. Buscad a Jehová mientras puede<br />

7 ser hallado, llamadle en tanto que está cercano. Deje el impío<br />

su camino, y el hombre inicuo sus pensamientos, y vuélvase<br />

a Jehová, el cual tendrá de él misericordia, y al Dios nuestro,<br />

8 el cual será amplio en perdonar. Porque mis pensamientos<br />

no son vuestros pensamientos, ni vuestros caminos mis cami-<br />

9 nos, dijo Jehová. Como son más altos los cielos que la tierra,<br />

así son mis caminos más altos que vuestros caminos, y mis<br />

10 pensamientos más que vuestros pensamientos. Porque como<br />

desciende de los cielos la lluvia y la nieve, y no vuelve allá, sino<br />

que riega la tierra, y la hace germinar y producir, y da semilla<br />

11 al que siembra, y pan al que come, así será mi palabra que<br />

sale de mi boca; no volverá a mí vacía, sino que hará lo que yo<br />

12 quiero, y será prosperada en aquello para que la envié. Porque<br />

con alegría saldréis, y con paz seréis vueltos; los montes y<br />

los collados levantarán canción delante de vosotros, y todos los<br />

13 árboles del campo darán palmadas de aplauso. En lugar de


1015 Isaías 56. 1–57. 4<br />

la zarza crecerá ciprés, y en lugar de la ortiga crecerá arrayán;<br />

y será a Jehová por nombre, por señal eterna que nunca será<br />

raída.<br />

Así dijo Jehová: Guardad derecho, y haced justicia; porque 56<br />

cercana está mi salvación para venir, y mi justicia para manifestarse.<br />

Bienaventurado el hombre que hace esto, y el hijo 2<br />

de hombre que lo abraza; que guarda el día de reposo para<br />

no profanarlo, y que guarda su mano de hacer todo mal. Y 3<br />

el extranjero que sigue a Jehová no hable diciendo: Me apartará<br />

totalmente Jehová de su pueblo. Ni diga el eunuco: He<br />

aquí yo soy árbol seco. Porque así dijo Jehová: A los eunucos 4<br />

que guarden mis días de reposo, y escojan lo que yo quiero,<br />

y abracen mi pacto, yo les daré lugar en mi casa y dentro 5<br />

de mis muros, y nombre mejor que el de hijos e hijas; nombre<br />

perpetuo les daré, que nunca perecerá. Y a los hijos de 6<br />

los extranjeros que sigan a Jehová para servirle, y que amen el<br />

nombre de Jehová para ser sus siervos; a todos los que guarden<br />

el día de reposo para no profanarlo, y abracen mi pacto, yo 7<br />

los llevaré a mi santo monte, y los recrearé en mi casa de oración;<br />

sus holocaustos y sus sacrificios serán aceptos sobre mi<br />

altar; porque mi casa será llamada casa de oración para todos<br />

los pueblos. Dice Jehová el Señor, el que reúne a los dispersos 8<br />

de Israel: Aún juntaré sobre él a sus congregados. Todas las 9<br />

bestias del campo, todas las fieras del bosque, venid a devorar.<br />

Sus atalayas son ciegos, todos ellos ignorantes; todos ellos 10<br />

perros mudos, no pueden ladrar; soñolientos, echados, aman el<br />

dormir. Y esos perros comilones son insaciables; y los pasto- 11<br />

res mismos no saben entender; todos ellos siguen sus propios<br />

caminos, cada uno busca su propio provecho, cada uno por su<br />

lado. Venid, dicen, tomemos vino, embriaguémonos de sidra; 12<br />

y será el día de mañana como éste, o mucho más excelente.<br />

Perece el justo, y no hay quien piense en ello; y los pia- 57<br />

dosos mueren, y no hay quien entienda que de delante de la<br />

aflicción es quitado el justo. Entrará en la paz; descansarán 2<br />

en sus lechos todos los que andan delante de Dios. Mas voso- 3<br />

tros llegaos acá, hijos de la hechicera, generación del adúltero y<br />

de la fornicaria. ¿De quién os habéis burlado? ¿Contra quién 4<br />

ensanchasteis la boca, y alargasteis la lengua? ¿No sois voso-


57. 5–21 Isaías 1016<br />

5 tros hijos rebeldes, generación mentirosa, que os enfervorizáis<br />

con los ídolos debajo de todo árbol frondoso, que sacrificáis<br />

6 los hijos en los valles, debajo de los peñascos? En las piedras<br />

lisas del valle está tu parte; ellas, ellas son tu suerte; y<br />

a ellas derramaste libación, y ofreciste presente. ¿No habré de<br />

7 castigar estas cosas? Sobre el monte alto y empinado pusis-<br />

8 te tu cama; allí también subiste a hacer sacrificio. Y tras la<br />

puerta y el umbral pusiste tu recuerdo; porque a otro, y no a<br />

mí, te descubriste, y subiste, y ensanchaste tu cama, e hiciste<br />

con ellos pacto; amaste su cama dondequiera que la veías.<br />

9 Y fuiste al rey con ungüento, y multiplicaste tus perfumes, y<br />

enviaste tus embajadores lejos, y te abatiste hasta la profun-<br />

10 didad del Seol. En la multitud de tus caminos te cansaste,<br />

pero no dijiste: No hay remedio; hallaste nuevo vigor en tu<br />

11 mano, por tanto, no te desalentaste. ¿Y de quién te asustaste<br />

y temiste, que has faltado a la fe, y no te has acordado de<br />

mí, ni te vino al pensamiento? ¿No he guardado silencio desde<br />

12 tiempos antiguos, y nunca me has temido? Yo publicaré tu<br />

13 justicia y tus obras, que no te aprovecharán. Cuando clames,<br />

que te libren tus ídolos; pero a todos ellos llevará el viento, un<br />

soplo los arrebatará; mas el que en mí confía tendrá la tierra<br />

14 por heredad, y poseerá mi santo monte. Y dirá: Allanad, allanad;<br />

barred el camino, quitad los tropiezos del camino de mi<br />

15 pueblo. Porque así dijo el Alto y Sublime, el que habita la<br />

eternidad, y cuyo nombre es el Santo: Yo habito en la altura<br />

y la santidad, y con el quebrantado y humilde de espíritu,<br />

para hacer vivir el espíritu de los humildes, y para vivificar<br />

16 el corazón de los quebrantados. Porque no contenderé para<br />

siempre, ni para siempre me enojaré; pues decaería ante mí el<br />

17 espíritu, y las almas que yo he creado. Por la iniquidad de su<br />

codicia me enojé, y le herí, escondí mi rostro y me indigné; y<br />

18 él siguió rebelde por el camino de su corazón. He visto sus<br />

caminos; pero le sanaré, y le pastorearé, y le daré consuelo a<br />

19 él y a sus enlutados; produciré fruto de labios: Paz, paz al<br />

20 que está lejos y al cercano, dijo Jehová; y lo sanaré. Pero los<br />

impíos son como el mar en tempestad, que no puede estarse<br />

21 quieto, y sus aguas arrojan cieno y lodo. No hay paz, dijo mi<br />

Dios, para los impíos.


1017 Isaías 58. 1–14<br />

Clama a voz en cuello, no te detengas; alza tu voz como 58<br />

trompeta, y anuncia a mi pueblo su rebelión, y a la casa de<br />

Jacob su pecado. Que me buscan cada día, y quieren saber 2<br />

mis caminos, como gente que hubiese hecho justicia, y que no<br />

hubiese dejado la ley de su Dios; me piden justos juicios, y quieren<br />

acercarse a Dios. ¿Por qué, dicen, ayunamos, y no hiciste 3<br />

caso; humillamos nuestras almas, y no te diste por entendido?<br />

He aquí que en el día de vuestro ayuno buscáis vuestro propio<br />

gusto, y oprimís a todos vuestros trabajadores. He aquí que 4<br />

para contiendas y debates ayunáis y para herir con el puño<br />

inicuamente; no ayunéis como hoy, para que vuestra voz sea<br />

oída en lo alto. ¿Es tal el ayuno que yo escogí, que de día 5<br />

aflija el hombre su alma, que incline su cabeza como junco,<br />

y haga cama de cilicio y de ceniza? ¿Llamaréis esto ayuno,<br />

y día agradable a Jehová? ¿No es más bien el ayuno que yo 6<br />

escogí, desatar las ligaduras de impiedad, soltar las cargas de<br />

opresión, y dejar ir libres a los quebrantados, y que rompáis<br />

todo yugo? ¿No es que partas tu pan con el hambriento, y a 7<br />

los pobres errantes albergues en casa; que cuando veas al desnudo,<br />

lo cubras, y no te escondas de tu hermano? Entonces 8<br />

nacerá tu luz como el alba, y tu salvación se dejará ver pronto;<br />

e irá tu justicia delante de ti, y la gloria de Jehová será tu<br />

retaguardia. Entonces invocarás, y te oirá Jehová; clamarás, 9<br />

y dirá él: Heme aquí. Si quitares de en medio de ti el yugo, el<br />

dedo amenazador, y el hablar vanidad; y si dieres tu pan al 10<br />

hambriento, y saciares al alma afligida, en las tinieblas nacerá<br />

tu luz, y tu oscuridad será como el mediodía. Jehová te pas- 11<br />

toreará siempre, y en las sequías saciará tu alma, y dará vigor<br />

a tus huesos; y serás como huerto de riego, y como manantial<br />

de aguas, cuyas aguas nunca faltan. Y los tuyos edificarán 12<br />

las ruinas antiguas; los cimientos de generación y generación<br />

levantarás, y serás llamado reparador de portillos, restaurador<br />

de calzadas para habitar. Si retrajeres del día de reposo 13<br />

tu pie, de hacer tu voluntad en mi día santo, y lo llamares<br />

delicia, santo, glorioso de Jehová; y lo venerares, no andando<br />

en tus propios caminos, ni buscando tu voluntad, ni hablando<br />

tus propias palabras, entonces te deleitarás en Jehová; y yo 14<br />

te haré subir sobre las alturas de la tierra, y te daré a comer


59. 1–16 Isaías 1018<br />

la heredad de Jacob tu padre; porque la boca de Jehová lo ha<br />

hablado.<br />

59 He aquí que no se ha acortado la mano de Jehová para<br />

2 salvar, ni se ha agravado su oído para oír; pero vuestras iniquidades<br />

han hecho división entre vosotros y vuestro Dios, y<br />

vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros su rostro para<br />

3 no oír. Porque vuestras manos están contaminadas de sangre,<br />

y vuestros dedos de iniquidad; vuestros labios pronuncian<br />

4 mentira, habla maldad vuestra lengua. No hay quien clame<br />

por la justicia, ni quien juzgue por la verdad; confían en vanidad,<br />

y hablan vanidades; conciben maldades, y dan a luz ini-<br />

5 quidad. Incuban huevos de áspides, y tejen telas de arañas;<br />

el que comiere de sus huevos, morirá; y si los apretaren, sal-<br />

6 drán víboras. Sus telas no servirán para vestir, ni de sus obras<br />

serán cubiertos; sus obras son obras de iniquidad, y obra de ra-<br />

7 piña está en sus manos. Sus pies corren al mal, se apresuran<br />

para derramar la sangre inocente; sus pensamientos, pensamientos<br />

de iniquidad; destrucción y quebrantamiento hay en<br />

8 sus caminos. No conocieron camino de paz, ni hay justicia<br />

en sus caminos; sus veredas son torcidas; cualquiera que por<br />

9 ellas fuere, no conocerá paz. Por esto se alejó de nosotros la<br />

justicia, y no nos alcanzó la rectitud; esperamos luz, y he aquí<br />

10 tinieblas; resplandores, y andamos en oscuridad. Palpamos la<br />

pared como ciegos, y andamos a tientas como sin ojos; tropezamos<br />

a mediodía como de noche; estamos en lugares oscuros<br />

11 como muertos. Gruñimos como osos todos nosotros, y gemimos<br />

lastimeramente como palomas; esperamos justicia, y no<br />

12 la hay; salvación, y se alejó de nosotros. Porque nuestras rebeliones<br />

se han multiplicado delante de ti, y nuestros pecados<br />

han atestiguado contra nosotros; porque con nosotros están<br />

13 nuestras iniquidades, y conocemos nuestros pecados: el prevaricar<br />

y mentir contra Jehová, y el apartarse de en pos de<br />

nuestro Dios; el hablar calumnia y rebelión, concebir y profe-<br />

14 rir de corazón palabras de mentira. Y el derecho se retiró, y<br />

la justicia se puso lejos; porque la verdad tropezó en la plaza,<br />

15 y la equidad no pudo venir. Y la verdad fue detenida, y el<br />

que se apartó del mal fue puesto en prisión; y lo vio Jehová,<br />

16 y desagradó a sus ojos, porque pereció el derecho. Y vio que


1019 Isaías 59. 17–60. 10<br />

no había hombre, y se maravilló que no hubiera quien se interpusiese;<br />

y lo salvó su brazo, y le afirmó su misma justicia.<br />

Pues de justicia se vistió como de una coraza, con yelmo de 17<br />

salvación en su cabeza; tomó ropas de venganza por vestidura,<br />

y se cubrió de celo como de manto, como para vindicación, 18<br />

como para retribuir con ira a sus enemigos, y dar el pago a sus<br />

adversarios; el pago dará a los de la costa. Y temerán desde 19<br />

el occidente el nombre de Jehová, y desde el nacimiento del sol<br />

su gloria; porque vendrá el enemigo como río, mas el Espíritu<br />

de Jehová levantará bandera contra él. Y vendrá el Reden- 20<br />

tor a Sion, y a los que se volvieren de la iniquidad en Jacob,<br />

dice Jehová. Y éste será mi pacto con ellos, dijo Jehová: El 21<br />

Espíritu mío que está sobre ti, y mis palabras que puse en tu<br />

boca, no faltarán de tu boca, ni de la boca de tus hijos, ni de<br />

la boca de los hijos de tus hijos, dijo Jehová, desde ahora y<br />

para siempre.<br />

Levántate, resplandece; porque ha venido tu luz, y la gloria 60<br />

de Jehová ha nacido sobre ti. Porque he aquí que tinieblas 2<br />

cubrirán la tierra, y oscuridad las naciones; mas sobre ti amanecerá<br />

Jehová, y sobre ti será vista su gloria. Y andarán las 3<br />

naciones a tu luz, y los reyes al resplandor de tu nacimiento.<br />

Alza tus ojos alrededor y mira, todos éstos se han juntado, vi- 4<br />

nieron a ti; tus hijos vendrán de lejos, y tus hijas serán llevadas<br />

en brazos. Entonces verás, y resplandecerás; se maravillará y 5<br />

ensanchará tu corazón, porque se haya vuelto a ti la multitud<br />

del mar, y las riquezas de las naciones hayan venido a ti. Mul- 6<br />

titud de camellos te cubrirá; dromedarios de Madián y de Efa;<br />

vendrán todos los de Sabá; traerán oro e incienso, y publicarán<br />

alabanzas de Jehová. Todo el ganado de Cedar será juntado 7<br />

para ti; carneros de Nebaiot te serán servidos; serán ofrecidos<br />

con agrado sobre mi altar, y glorificaré la casa de mi gloria.<br />

¿Quiénes son éstos que vuelan como nubes, y como palomas 8<br />

a sus ventanas? Ciertamente a mí esperarán los de la costa, 9<br />

y las naves de Tarsis desde el principio, para traer tus hijos<br />

de lejos, su plata y su oro con ellos, al nombre de Jehová tu<br />

Dios, y al Santo de Israel, que te ha glorificado. Y extranjeros 10<br />

edificarán tus muros, y sus reyes te servirán; porque en mi ira<br />

te castigué, mas en mi buena voluntad tendré de ti misericor-


60. 11–61. 4 Isaías 1020<br />

11 dia. Tus puertas estarán de continuo abiertas; no se cerrarán<br />

de día ni de noche, para que a ti sean traídas las riquezas de<br />

12 las naciones, y conducidos a ti sus reyes. Porque la nación o<br />

el reino que no te sirviere perecerá, y del todo será asolado.<br />

13 La gloria del Líbano vendrá a ti, cipreses, pinos y bojes juntamente,<br />

para decorar el lugar de mi santuario; y yo honraré<br />

14 el lugar de mis pies. Y vendrán a ti humillados los hijos de<br />

los que te afligieron, y a las pisadas de tus pies se encorvarán<br />

todos los que te escarnecían, y te llamarán Ciudad de Jeho-<br />

15 vá, Sion del Santo de Israel. En vez de estar abandonada y<br />

aborrecida, tanto que nadie pasaba por ti, haré que seas una<br />

16 gloria eterna, el gozo de todos los siglos. Y mamarás la leche<br />

de las naciones, el pecho de los reyes mamarás; y conocerás que<br />

yo Jehová soy el Salvador tuyo y Redentor tuyo, el Fuerte de<br />

17 Jacob. En vez de bronce traeré oro, y por hierro plata, y por<br />

madera bronce, y en lugar de piedras hierro; y pondré paz por<br />

18 tu tributo, y justicia por tus opresores. Nunca más se oirá en<br />

tu tierra violencia, destrucción ni quebrantamiento en tu territorio,<br />

sino que a tus muros llamarás Salvación, y a tus puertas<br />

19 Alabanza. El sol nunca más te servirá de luz para el día, ni<br />

el resplandor de la luna te alumbrará, sino que Jehová te será<br />

20 por luz perpetua, y el Dios tuyo por tu gloria. No se pondrá<br />

jamás tu sol, ni menguará tu luna; porque Jehová te será por<br />

21 luz perpetua, y los días de tu luto serán acabados. Y tu pueblo,<br />

todos ellos serán justos, para siempre heredarán la tierra;<br />

renuevos de mi plantío, obra de mis manos, para glorificarme.<br />

22 El pequeño vendrá a ser mil, el menor, un pueblo fuerte. Yo<br />

Jehová, a su tiempo haré que esto sea cumplido pronto.<br />

61 El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me<br />

ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los<br />

abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar<br />

2 libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel; a<br />

proclamar el año de la buena voluntad de Jehová, y el día de<br />

3 venganza del Dios nuestro; a consolar a todos los enlutados; a<br />

ordenar que a los afligidos de Sion se les dé gloria en lugar de<br />

ceniza, óleo de gozo en lugar de luto, manto de alegría en lugar<br />

del espíritu angustiado; y serán llamados árboles de justicia,<br />

4 plantío de Jehová, para gloria suya. Reedificarán las ruinas


1021 Isaías 61. 5–62. 8<br />

antiguas, y levantarán los asolamientos primeros, y restaurarán<br />

las ciudades arruinadas, los escombros de muchas generaciones.<br />

Y extranjeros apacentarán vuestras ovejas, y los extraños 5<br />

serán vuestros labradores y vuestros viñadores. Y vosotros se- 6<br />

réis llamados sacerdotes de Jehová, ministros de nuestro Dios<br />

seréis llamados; comeréis las riquezas de las naciones, y con<br />

su gloria seréis sublimes. En lugar de vuestra doble confusión 7<br />

y de vuestra deshonra, os alabarán en sus heredades; por lo<br />

cual en sus tierras poseerán doble honra, y tendrán perpetuo<br />

gozo. Porque yo Jehová soy amante del derecho, aborrecedor 8<br />

del latrocinio para holocausto; por tanto, afirmaré en verdad<br />

su obra, y haré con ellos pacto perpetuo. Y la descendencia 9<br />

de ellos será conocida entre las naciones, y sus renuevos en medio<br />

de los pueblos; todos los que los vieren, reconocerán que<br />

son linaje bendito de Jehová. En gran manera me gozaré en 10<br />

Jehová, mi alma se alegrará en mi Dios; porque me vistió con<br />

vestiduras de salvación, me rodeó de manto de justicia, como<br />

a novio me atavió, y como a novia adornada con sus joyas.<br />

Porque como la tierra produce su renuevo, y como el huerto 11<br />

hace brotar su semilla, así Jehová el Señor hará brotar justicia<br />

y alabanza delante de todas las naciones.<br />

Por amor de Sion no callaré, y por amor de Jerusalén no 62<br />

descansaré, hasta que salga como resplandor su justicia, y su<br />

salvación se encienda como una antorcha. Entonces verán las 2<br />

gentes tu justicia, y todos los reyes tu gloria; y te será puesto<br />

un nombre nuevo, que la boca de Jehová nombrará. Y serás 3<br />

corona de gloria en la mano de Jehová, y diadema de reino en<br />

la mano del Dios tuyo. Nunca más te llamarán Desamparada, 4<br />

ni tu tierra se dirá más Desolada; sino que serás llamada Hefzibá,<br />

y tu tierra, Beula; porque el amor de Jehová estará en ti, y<br />

tu tierra será desposada. Pues como el joven se desposa con 5<br />

la virgen, se desposarán contigo tus hijos; y como el gozo del<br />

esposo con la esposa, así se gozará contigo el Dios tuyo. Sobre 6<br />

tus muros, oh Jerusalén, he puesto guardas; todo el día y toda<br />

la noche no callarán jamás. Los que os acordáis de Jehová, no<br />

reposéis, ni le deis tregua, hasta que restablezca a Jerusalén, 7<br />

y la ponga por alabanza en la tierra. Juró Jehová por su mano 8<br />

derecha, y por su poderoso brazo: Que jamás daré tu trigo por


62. 9–63. 13 Isaías 1022<br />

comida a tus enemigos, ni beberán los extraños el vino que es<br />

9 fruto de tu trabajo; sino que los que lo cosechan lo comerán,<br />

y alabarán a Jehová; y los que lo vendimian, lo beberán en los<br />

10 atrios de mi santuario. Pasad, pasad por las puertas; barred<br />

el camino al pueblo; allanad, allanad la calzada, quitad las<br />

11 piedras, alzad pendón a los pueblos. He aquí que Jehová hizo<br />

oír hasta lo último de la tierra: Decid a la hija de Sion: He aquí<br />

viene tu Salvador; he aquí su recompensa con él, y delante de él<br />

12 su obra. Y les llamarán Pueblo Santo, Redimidos de Jehová;<br />

y a ti te llamarán Ciudad Deseada, no desamparada.<br />

63 ¿Quién es éste que viene de Edom, de Bosra, con vestidos<br />

rojos? ¿éste hermoso en su vestido, que marcha en la grandeza<br />

de su poder? Yo, el que hablo en justicia, grande para salvar.<br />

2 ¿Por qué es rojo tu vestido, y tus ropas como del que ha pisado<br />

3 en lagar? He pisado yo solo el lagar, y de los pueblos nadie<br />

había conmigo; los pisé con mi ira, y los hollé con mi furor;<br />

y su sangre salpicó mis vestidos, y manché todas mis ropas.<br />

4 Porque el día de la venganza está en mi corazón, y el año de<br />

5 mis redimidos ha llegado. Miré, y no había quien ayudara, y<br />

me maravillé que no hubiera quien sustentase; y me salvó mi<br />

6 brazo, y me sostuvo mi ira. Y con mi ira hollé los pueblos,<br />

y los embriagué en mi furor, y derramé en tierra su sangre.<br />

7 De las misericordias de Jehová haré memoria, de las alabanzas<br />

de Jehová, conforme a todo lo que Jehová nos ha dado, y de<br />

la grandeza de sus beneficios hacia la casa de Israel, que les<br />

ha hecho según sus misericordias, y según la multitud de sus<br />

8 piedades. Porque dijo: Ciertamente mi pueblo son, hijos que<br />

9 no mienten; y fue su Salvador. En toda angustia de ellos él<br />

fue angustiado, y el ángel de su faz los salvó; en su amor y en<br />

su clemencia los redimió, y los trajo, y los levantó todos los<br />

10 días de la antigüedad. Mas ellos fueron rebeldes, e hicieron<br />

enojar su santo espíritu; por lo cual se les volvió enemigo, y él<br />

11 mismo peleó contra ellos. Pero se acordó de los días antiguos,<br />

de Moisés y de su pueblo, diciendo: ¿Dónde está el que les hizo<br />

subir del mar con el pastor de su rebaño? ¿dónde el que puso<br />

12 en medio de él su santo espíritu, el que los guió por la diestra<br />

de Moisés con el brazo de su gloria; el que dividió las aguas<br />

13 delante de ellos, haciéndose así nombre perpetuo, el que los


1023 Isaías 63. 14–64. 11<br />

condujo por los abismos, como un caballo por el desierto, sin<br />

que tropezaran? El Espíritu de Jehová los pastoreó, como a 14<br />

una bestia que desciende al valle; así pastoreaste a tu pueblo,<br />

para hacerte nombre glorioso. Mira desde el cielo, y contem- 15<br />

pla desde tu santa y gloriosa morada. ¿Dónde está tu celo, y<br />

tu poder, la conmoción de tus entrañas y tus piedades para<br />

conmigo? ¿Se han estrechado? Pero tú eres nuestro padre, si 16<br />

bien Abraham nos ignora, e Israel no nos conoce; tú, oh Jehová,<br />

eres nuestro padre; nuestro Redentor perpetuo es tu nombre.<br />

¿Por qué, oh Jehová, nos has hecho errar de tus caminos, y 17<br />

endureciste nuestro corazón a tu temor? Vuélvete por amor de<br />

tus siervos, por las tribus de tu heredad. Por poco tiempo lo 18<br />

poseyó tu santo pueblo; nuestros enemigos han hollado tu santuario.<br />

Hemos venido a ser como aquellos de quienes nunca te 19<br />

enseñoreaste, sobre los cuales nunca fue llamado tu nombre.<br />

¡Oh, si rompieses los cielos, y descendieras, y a tu presencia 64<br />

se escurriesen los montes, como fuego abrasador de fundicio- 2<br />

nes, fuego que hace hervir las aguas, para que hicieras notorio<br />

tu nombre a tus enemigos, y las naciones temblasen a tu<br />

presencia! Cuando, haciendo cosas terribles cuales nunca es- 3<br />

perábamos, descendiste, fluyeron los montes delante de ti. Ni 4<br />

nunca oyeron, ni oídos percibieron, ni ojo ha visto a Dios fuera<br />

de ti, que hiciese por el que en él espera. Saliste al encuentro 5<br />

del que con alegría hacía justicia, de los que se acordaban de<br />

ti en tus caminos; he aquí, tú te enojaste porque pecamos; en<br />

los pecados hemos perseverado por largo tiempo; ¿podremos<br />

acaso ser salvos? Si bien todos nosotros somos como sucie- 6<br />

dad, y todas nuestras justicias como trapo de inmundicia; y<br />

caímos todos nosotros como la hoja, y nuestras maldades nos<br />

llevaron como viento. Nadie hay que invoque tu nombre, que 7<br />

se despierte para apoyarse en ti; por lo cual escondiste de nosotros<br />

tu rostro, y nos dejaste marchitar en poder de nuestras<br />

maldades. Ahora pues, Jehová, tú eres nuestro padre; noso- 8<br />

tros barro, y tú el que nos formaste; así que obra de tus manos<br />

somos todos nosotros. No te enojes sobremanera, Jehová, ni 9<br />

tengas perpetua memoria de la iniquidad; he aquí, mira ahora,<br />

pueblo tuyo somos todos nosotros. Tus santas ciudades están 10<br />

desiertas, Sion es un desierto, Jerusalén una soledad. La casa 11


64. 12–65. 14 Isaías 1024<br />

de nuestro santuario y de nuestra gloria, en la cual te alabaron<br />

nuestros padres, fue consumida al fuego; y todas nuestras cosas<br />

12 preciosas han sido destruidas. ¿Te estarás quieto, oh Jehová,<br />

sobre estas cosas? ¿Callarás, y nos afligirás sobremanera?<br />

65 Fui buscado por los que no preguntaban por mí; fui hallado<br />

por los que no me buscaban. Dije a gente que no invocaba mi<br />

2 nombre: Heme aquí, heme aquí. Extendí mis manos todo el<br />

día a pueblo rebelde, el cual anda por camino no bueno, en pos<br />

3 de sus pensamientos; pueblo que en mi rostro me provoca de<br />

continuo a ira, sacrificando en huertos, y quemando incienso<br />

4 sobre ladrillos; que se quedan en los sepulcros, y en lugares<br />

escondidos pasan la noche; que comen carne de cerdo, y en sus<br />

5 ollas hay caldo de cosas inmundas; que dicen: Estate en tu<br />

lugar, no te acerques a mí, porque soy más santo que tú; éstos<br />

6 son humo en mi furor, fuego que arde todo el día. He aquí que<br />

escrito está delante de mí; no callaré, sino que recompensaré,<br />

7 y daré el pago en su seno por vuestras iniquidades, dice Jehová,<br />

y por las iniquidades de vuestros padres juntamente, los<br />

cuales quemaron incienso sobre los montes, y sobre los collados<br />

me afrentaron; por tanto, yo les mediré su obra antigua en<br />

8 su seno. Así ha dicho Jehová: Como si alguno hallase mosto<br />

en un racimo, y dijese: No lo desperdicies, porque bendición<br />

hay en él; así haré yo por mis siervos, que no lo destruiré to-<br />

9 do. Sacaré descendencia de Jacob, y de Judá heredero de mis<br />

montes; y mis escogidos poseerán por heredad la tierra, y mis<br />

10 siervos habitarán allí. Y será Sarón para habitación de ovejas,<br />

y el valle de Acor para majada de vacas, para mi pueblo que<br />

11 me buscó. Pero vosotros los que dejáis a Jehová, que olvidáis<br />

mi santo monte, que ponéis mesa para la Fortuna, y suminis-<br />

12 tráis libaciones para el Destino; yo también os destinaré a la<br />

espada, y todos vosotros os arrodillaréis al degolladero, por<br />

cuanto llamé, y no respondisteis; hablé, y no oísteis, sino que<br />

hicisteis lo malo delante de mis ojos, y escogisteis lo que me<br />

13 desagrada. Por tanto, así dijo Jehová el Señor: He aquí que<br />

mis siervos comerán, y vosotros tendréis hambre; he aquí que<br />

mis siervos beberán, y vosotros tendréis sed; he aquí que mis<br />

14 siervos se alegrarán, y vosotros seréis avergonzados; he aquí<br />

que mis siervos cantarán por júbilo del corazón, y vosotros cla-


1025 Isaías 65. 15–66. 4<br />

maréis por el dolor del corazón, y por el quebrantamiento de<br />

espíritu aullaréis. Y dejaréis vuestro nombre por maldición 15<br />

a mis escogidos, y Jehová el Señor te matará, y a sus siervos<br />

llamará por otro nombre. El que se bendijere en la tierra, en 16<br />

el Dios de verdad se bendecirá; y el que jurare en la tierra, por<br />

el Dios de verdad jurará; porque las angustias primeras serán<br />

olvidadas, y serán cubiertas de mis ojos. Porque he aquí que 17<br />

yo crearé nuevos cielos y nueva tierra; y de lo primero no habrá<br />

memoria, ni más vendrá al pensamiento. Mas os gozaréis y os 18<br />

alegraréis para siempre en las cosas que yo he creado; porque<br />

he aquí que yo traigo a Jerusalén alegría, y a su pueblo gozo.<br />

Y me alegraré con Jerusalén, y me gozaré con mi pueblo; 19<br />

y nunca más se oirán en ella voz de lloro, ni voz de clamor.<br />

No habrá más allí niño que muera de pocos días, ni viejo que 20<br />

sus días no cumpla; porque el niño morirá de cien años, y el<br />

pecador de cien años será maldito. Edificarán casas, y mo- 21<br />

rarán en ellas; plantarán viñas, y comerán el fruto de ellas.<br />

No edificarán para que otro habite, ni plantarán para que otro 22<br />

coma; porque según los días de los árboles serán los días de mi<br />

pueblo, y mis escogidos disfrutarán la obra de sus manos. No 23<br />

trabajarán en vano, ni darán a luz para maldición; porque son<br />

linaje de los benditos de Jehová, y sus descendientes con ellos.<br />

Y antes que clamen, responderé yo; mientras aún hablan, yo 24<br />

habré oído. El lobo y el cordero serán apacentados juntos, y 25<br />

el león comerá paja como el buey; y el polvo será el alimento<br />

de la serpiente. No afligirán, ni harán mal en todo mi santo<br />

monte, dijo Jehová.<br />

Jehová dijo así: El cielo es mi trono, y la tierra estrado de 66<br />

mis pies; ¿dónde está la casa que me habréis de edificar, y dónde<br />

el lugar de mi reposo? Mi mano hizo todas estas cosas, y 2<br />

así todas estas cosas fueron, dice Jehová; pero miraré a aquel<br />

que es pobre y humilde de espíritu, y que tiembla a mi palabra.<br />

El que sacrifica buey es como si matase a un hombre; el que 3<br />

sacrifica oveja, como si degollase un perro; el que hace ofrenda,<br />

como si ofreciese sangre de cerdo; el que quema incienso,<br />

como si bendijese a un ídolo. Y porque escogieron sus propios<br />

caminos, y su alma amó sus abominaciones, también yo esco- 4<br />

geré para ellos escarnios, y traeré sobre ellos lo que temieron;


66. 5–19 Isaías 1026<br />

porque llamé, y nadie respondió; hablé, y no oyeron, sino que<br />

hicieron lo malo delante de mis ojos, y escogieron lo que me<br />

5 desagrada. Oíd palabra de Jehová, vosotros los que tembláis<br />

a su palabra: Vuestros hermanos que os aborrecen, y os echan<br />

fuera por causa de mi nombre, dijeron: Jehová sea glorificado.<br />

Pero él se mostrará para alegría vuestra, y ellos serán confun-<br />

6 didos. Voz de alboroto de la ciudad, voz del templo, voz de<br />

7 Jehová que da el pago a sus enemigos. Antes que estuviese<br />

de parto, dio a luz; antes que le viniesen dolores, dio a luz<br />

8 hijo. ¿Quién oyó cosa semejante? ¿quién vio tal cosa? ¿Concebirá<br />

la tierra en un día? ¿Nacerá una nación de una vez?<br />

9 Pues en cuanto Sion estuvo de parto, dio a luz sus hijos. Yo<br />

que hago dar a luz, ¿no haré nacer? dijo Jehová. Yo que hago<br />

10 engendrar, ¿impediré el nacimiento? dice tu Dios. Alegraos<br />

con Jerusalén, y gozaos con ella, todos los que la amáis; lle-<br />

11 naos con ella de gozo, todos los que os enlutáis por ella; para<br />

que maméis y os saciéis de los pechos de sus consolaciones;<br />

para que bebáis, y os deleitéis con el resplandor de su gloria.<br />

12 Porque así dice Jehová: He aquí que yo extiendo sobre ella paz<br />

como un río, y la gloria de las naciones como torrente que se<br />

desborda; y mamaréis, y en los brazos seréis traídos, y sobre<br />

13 las rodillas seréis mimados. Como aquel a quien consuela su<br />

madre, así os consolaré yo a vosotros, y en Jerusalén tomaréis<br />

14 consuelo. Y veréis, y se alegrará vuestro corazón, y vuestros<br />

huesos reverdecerán como la hierba; y la mano de Jehová para<br />

con sus siervos será conocida, y se enojará contra sus enemi-<br />

15 gos. Porque he aquí que Jehová vendrá con fuego, y sus carros<br />

como torbellino, para descargar su ira con furor, y su repren-<br />

16 sión con llama de fuego. Porque Jehová juzgará con fuego y<br />

con su espada a todo hombre; y los muertos de Jehová serán<br />

17 multiplicados. Los que se santifican y los que se purifican en<br />

los huertos, unos tras otros, los que comen carne de cerdo y<br />

abominación y ratón, juntamente serán talados, dice Jehová.<br />

18 Porque yo conozco sus obras y sus pensamientos; tiempo vendrá<br />

para juntar a todas las naciones y lenguas; y vendrán,<br />

19 y verán mi gloria. Y pondré entre ellos señal, y enviaré de<br />

los escapados de ellos a las naciones, a Tarsis, a Fut y Lud<br />

que disparan arco, a Tubal y a Javán, a las costas lejanas que


1027 Isaías 66. 20–24<br />

no oyeron de mí, ni vieron mi gloria; y publicarán mi gloria<br />

entre las naciones. Y traerán a todos vuestros hermanos de 20<br />

entre todas las naciones, por ofrenda a Jehová, en caballos, en<br />

carros, en literas, en mulos y en camellos, a mi santo monte de<br />

Jerusalén, dice Jehová, al modo que los hijos de Israel traen<br />

la ofrenda en utensilios limpios a la casa de Jehová. Y to- 21<br />

maré también de ellos para sacerdotes y levitas, dice Jehová.<br />

Porque como los cielos nuevos y la nueva tierra que yo ha- 22<br />

go permanecerán delante de mí, dice Jehová, así permanecerá<br />

vuestra descendencia y vuestro nombre. Y de mes en mes, 23<br />

y de día de reposo en día de reposo, vendrán todos a adorar<br />

delante de mí, dijo Jehová. Y saldrán, y verán los cadáveres 24<br />

de los hombres que se rebelaron contra mí; porque su gusano<br />

nunca morirá, ni su fuego se apagará, y serán abominables a<br />

todo hombre.


jeremías<br />

1 as palabras de Jeremías hijo de Hilcías, de los sacerdotes<br />

que estuvieron en Anatot, en tierra de Benja-<br />

2 mín. Palabra de Jehová que le vino en los días de<br />

Josías hijo de Amón, rey de Judá, en el año deci-<br />

3 motercero de su reinado. Le vino también en días de Joacim<br />

hijo de Josías, rey de Judá, hasta el fin del año undécimo de<br />

Sedequías hijo de Josías, rey de Judá, hasta la cautividad de<br />

4 Jerusalén en el mes quinto. Vino, pues, palabra de Jehová a<br />

5 mí, diciendo: Antes que te formase en el vientre te conocí, y<br />

6<br />

antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones.<br />

Y yo dije: ¡Ah! ¡ah, Señor Jehová! He aquí, no sé hablar,<br />

7 porque soy niño. Y me dijo Jehová: No digas: Soy un niño;<br />

8<br />

porque a todo lo que te envíe irás tú, y dirás todo lo que te<br />

mande. No temas delante de ellos, porque contigo estoy para<br />

9 librarte, dice Jehová. Y extendió Jehová su mano y tocó mi<br />

boca, y me dijo Jehová: He aquí he puesto mis palabras en tu<br />

10 boca. Mira que te he puesto en este día sobre naciones y sobre<br />

reinos, para arrancar y para destruir, para arruinar y para<br />

11 derribar, para edificar y para plantar. La palabra de Jehová<br />

vino a mí, diciendo: ¿Qué ves tú, Jeremías? Y dije: Veo una<br />

12 vara de almendro. Y me dijo Jehová: Bien has visto; porque<br />

13 yo apresuro mi palabra para ponerla por obra. Vino a mí la<br />

14<br />

palabra de Jehová por segunda vez, diciendo: ¿Qué ves tú? Y<br />

dije: Veo una olla que hierve; y su faz está hacia el norte. Me<br />

dijo Jehová: Del norte se soltará el mal sobre todos los mora-<br />

15 dores de esta tierra. Porque he aquí que yo convoco a todas<br />

las familias de los reinos del norte, dice Jehová; y vendrán, y<br />

pondrá cada uno su campamento a la entrada de las puertas<br />

de Jerusalén, y junto a todos sus muros en derredor, y contra<br />

16 todas las ciudades de Judá. Y a causa de toda su maldad,<br />

proferiré mis juicios contra los que me dejaron, e incensaron a<br />

17 dioses extraños, y la obra de sus manos adoraron. Tú, pues,<br />

ciñe tus lomos, levántate, y háblales todo cuanto te mande;


1029 Jeremías 1. 18–2. 14<br />

no temas delante de ellos, para que no te haga yo quebrantar<br />

delante de ellos. Porque he aquí que yo te he puesto en este 18<br />

día como ciudad fortificada, como columna de hierro, y como<br />

muro de bronce contra toda esta tierra, contra los reyes de<br />

Judá, sus príncipes, sus sacerdotes, y el pueblo de la tierra.<br />

Y pelearán contra ti, pero no te vencerán; porque yo estoy 19<br />

contigo, dice Jehová, para librarte.<br />

Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Anda y clama a 2, 2<br />

los oídos de Jerusalén, diciendo: Así dice Jehová: Me he acordado<br />

de ti, de la fidelidad de tu juventud, del amor de tu<br />

desposorio, cuando andabas en pos de mí en el desierto, en<br />

tierra no sembrada. Santo era Israel a Jehová, primicias de 3<br />

sus nuevos frutos. Todos los que le devoraban eran culpables;<br />

mal venía sobre ellos, dice Jehová. Oíd la palabra de Jehová, 4<br />

casa de Jacob, y todas las familias de la casa de Israel. Así 5<br />

dijo Jehová: ¿Qué maldad hallaron en mí vuestros padres, que<br />

se alejaron de mí, y se fueron tras la vanidad y se hicieron vanos?<br />

Y no dijeron: ¿Dónde está Jehová, que nos hizo subir de 6<br />

la tierra de Egipto, que nos condujo por el desierto, por una<br />

tierra desierta y despoblada, por tierra seca y de sombra de<br />

muerte, por una tierra por la cual no pasó varón, ni allí habitó<br />

hombre? Y os introduje en tierra de abundancia, para que 7<br />

comieseis su fruto y su bien; pero entrasteis y contaminasteis<br />

mi tierra, e hicisteis abominable mi heredad. Los sacerdotes 8<br />

no dijeron: ¿Dónde está Jehová? y los que tenían la ley no me<br />

conocieron; y los pastores se rebelaron contra mí, y los profetas<br />

profetizaron en nombre de Baal, y anduvieron tras lo que no<br />

aprovecha. Por tanto, contenderé aún con vosotros, dijo Je- 9<br />

hová, y con los hijos de vuestros hijos pleitearé. Porque pasad 10<br />

a las costas de Quitim y mirad; y enviad a Cedar, y considerad<br />

cuidadosamente, y ved si se ha hecho cosa semejante a esta.<br />

¿Acaso alguna nación ha cambiado sus dioses, aunque ellos no 11<br />

son dioses? Sin embargo, mi pueblo ha trocado su gloria por<br />

lo que no aprovecha. Espantaos, cielos, sobre esto, y horrori- 12<br />

zaos; desolaos en gran manera, dijo Jehová. Porque dos males 13<br />

ha hecho mi pueblo: me dejaron a mí, fuente de agua viva, y<br />

cavaron para sí cisternas, cisternas rotas que no retienen agua.<br />

¿Es Israel siervo? ¿es esclavo? ¿Por qué ha venido a ser presa? 14


2. 15–31 Jeremías 1030<br />

15 Los cachorros del león rugieron contra él, alzaron su voz, y<br />

asolaron su tierra; quemadas están sus ciudades, sin morador.<br />

16 Aun los hijos de Menfis y de Tafnes te quebrantaron la coro-<br />

17 nilla. ¿No te acarreó esto el haber dejado a Jehová tu Dios,<br />

18 cuando te conducía por el camino? Ahora, pues, ¿qué tienes<br />

tú en el camino de Egipto, para que bebas agua del Nilo? ¿Y<br />

qué tienes tú en el camino de Asiria, para que bebas agua del<br />

19 Éufrates? Tu maldad te castigará, y tus rebeldías te condenarán;<br />

sabe, pues, y ve cuán malo y amargo es el haber dejado<br />

tú a Jehová tu Dios, y faltar mi temor en ti, dice el Señor,<br />

20 Jehová de los ejércitos. Porque desde muy atrás rompiste tu<br />

yugo y tus ataduras, y dijiste: No serviré. Con todo eso, sobre<br />

todo collado alto y debajo de todo árbol frondoso te echabas<br />

21 como ramera. Te planté de vid escogida, simiente verdadera<br />

toda ella; ¿cómo, pues, te me has vuelto sarmiento de vid ex-<br />

22 traña? Aunque te laves con lejía, y amontones jabón sobre ti,<br />

la mancha de tu pecado permanecerá aún delante de mí, dijo<br />

23 Jehová el Señor. ¿Cómo puedes decir: No soy inmunda, nunca<br />

anduve tras los baales? Mira tu proceder en el valle, conoce lo<br />

24 que has hecho, dromedaria ligera que tuerce su camino, asna<br />

montés acostumbrada al desierto, que en su ardor olfatea<br />

el viento. De su lujuria, ¿quién la detendrá? Todos los que la<br />

buscaren no se fatigarán, porque en el tiempo de su celo la<br />

25 hallarán. Guarda tus pies de andar descalzos, y tu garganta<br />

de la sed. Mas dijiste: No hay remedio en ninguna manera,<br />

26 porque a extraños he amado, y tras ellos he de ir. Como se<br />

avergüenza el ladrón cuando es descubierto, así se avergonzará<br />

la casa de Israel, ellos, sus reyes, sus príncipes, sus sacerdotes<br />

27 y sus profetas, que dicen a un leño: Mi padre eres tú; y a una<br />

piedra: Tú me has engendrado. Porque me volvieron la cerviz,<br />

y no el rostro; y en el tiempo de su calamidad dicen: Leván-<br />

28 tate, y líbranos. ¿Y dónde están tus dioses que hiciste para<br />

ti? Levántense ellos, a ver si te podrán librar en el tiempo de<br />

tu aflicción; porque según el número de tus ciudades, oh Judá,<br />

29 fueron tus dioses. ¿Por qué porfías conmigo? Todos vosotros<br />

30 prevaricasteis contra mí, dice Jehová. En vano he azotado<br />

a vuestros hijos; no han recibido corrección. Vuestra espada<br />

31 devoró a vuestros profetas como león destrozador. ¡Oh gene-


1031 Jeremías 2. 32–3. 10<br />

ración! atended vosotros a la palabra de Jehová. ¿He sido yo<br />

un desierto para Israel, o tierra de tinieblas? ¿Por qué ha dicho<br />

mi pueblo: Somos libres; nunca más vendremos a ti? ¿Se 32<br />

olvida la virgen de su atavío, o la desposada de sus galas? Pero<br />

mi pueblo se ha olvidado de mí por innumerables días. ¿Por 33<br />

qué adornas tu camino para hallar amor? Aun a las malvadas<br />

enseñaste tus caminos. Aun en tus faldas se halló la sangre 34<br />

de los pobres, de los inocentes. No los hallaste en ningún delito;<br />

sin embargo, en todas estas cosas dices: Soy inocente, 35<br />

de cierto su ira se apartó de mí. He aquí yo entraré en juicio<br />

contigo, porque dijiste: No he pecado. ¿Para qué discurres 36<br />

tanto, cambiando tus caminos? También serás avergonzada de<br />

Egipto, como fuiste avergonzada de Asiria. También de allí 37<br />

saldrás con tus manos sobre tu cabeza, porque Jehová desechó<br />

a aquellos en quienes tú confiabas, y no prosperarás por ellos.<br />

Dicen: Si alguno dejare a su mujer, y yéndose ésta de él 3<br />

se juntare a otro hombre, ¿volverá a ella más? ¿No será tal<br />

tierra del todo amancillada? Tú, pues, has fornicado con muchos<br />

amigos; mas ¡vuélvete a mí! dice Jehová. Alza tus ojos a 2<br />

las alturas, y ve en qué lugar no te hayas prostituido. Junto a<br />

los caminos te sentabas para ellos como árabe en el desierto,<br />

y con tus fornicaciones y con tu maldad has contaminado la<br />

tierra. Por esta causa las aguas han sido detenidas, y faltó la 3<br />

lluvia tardía; y has tenido frente de ramera, y no quisiste tener<br />

vergüenza. A lo menos desde ahora, ¿no me llamarás a mí, 4<br />

Padre mío, guiador de mi juventud? ¿Guardará su enojo para 5<br />

siempre? ¿Eternamente lo guardará? He aquí que has hablado<br />

y hecho cuantas maldades pudiste. Me dijo Jehová en días del 6<br />

rey Josías: ¿Has visto lo que ha hecho la rebelde Israel? Ella<br />

se va sobre todo monte alto y debajo de todo árbol frondoso,<br />

y allí fornica. Y dije: Después de hacer todo esto, se volverá 7<br />

a mí; pero no se volvió, y lo vio su hermana la rebelde Judá.<br />

Ella vio que por haber fornicado la rebelde Israel, yo la había 8<br />

despedido y dado carta de repudio; pero no tuvo temor la rebelde<br />

Judá su hermana, sino que también fue ella y fornicó.<br />

Y sucedió que por juzgar ella cosa liviana su fornicación, la 9<br />

tierra fue contaminada, y adulteró con la piedra y con el leño.<br />

Con todo esto, su hermana la rebelde Judá no se volvió a mí 10


3. 11–25 Jeremías 1032<br />

11 de todo corazón, sino fingidamente, dice Jehová. Y me dijo<br />

Jehová: Ha resultado justa la rebelde Israel en comparación<br />

12 con la desleal Judá. Ve y clama estas palabras hacia el norte,<br />

y di: Vuélvete, oh rebelde Israel, dice Jehová; no haré caer<br />

mi ira sobre ti, porque misericordioso soy yo, dice Jehová, no<br />

13 guardaré para siempre el enojo. Reconoce, pues, tu maldad,<br />

porque contra Jehová tu Dios has prevaricado, y fornicaste con<br />

los extraños debajo de todo árbol frondoso, y no oíste mi voz,<br />

14 dice Jehová. Convertíos, hijos rebeldes, dice Jehová, porque<br />

yo soy vuestro esposo; y os tomaré uno de cada ciudad, y dos<br />

15 de cada familia, y os introduciré en Sion; y os daré pastores<br />

según mi corazón, que os apacienten con ciencia y con inteli-<br />

16 gencia. Y acontecerá que cuando os multipliquéis y crezcáis<br />

en la tierra, en esos días, dice Jehová, no se dirá más: Arca del<br />

pacto de Jehová; ni vendrá al pensamiento, ni se acordarán de<br />

17 ella, ni la echarán de menos, ni se hará otra. En aquel tiempo<br />

llamarán a Jerusalén: Trono de Jehová, y todas las naciones<br />

vendrán a ella en el nombre de Jehová en Jerusalén; ni anda-<br />

18 rán más tras la dureza de su malvado corazón. En aquellos<br />

tiempos irán de la casa de Judá a la casa de Israel, y vendrán<br />

juntamente de la tierra del norte a la tierra que hice heredar a<br />

19 vuestros padres. Yo preguntaba: ¿Cómo os pondré por hijos,<br />

y os daré la tierra deseable, la rica heredad de las naciones?<br />

Y dije: Me llamaréis: Padre mío, y no os apartaréis de en pos<br />

20 de mí. Pero como la esposa infiel abandona a su compañero,<br />

así prevaricasteis contra mí, oh casa de Israel, dice Jehová.<br />

21 Voz fue oída sobre las alturas, llanto de los ruegos de los hijos<br />

de Israel; porque han torcido su camino, de Jehová su Dios<br />

22 se han olvidado. Convertíos, hijos rebeldes, y sanaré vuestras<br />

rebeliones. He aquí nosotros venimos a ti, porque tú eres Je-<br />

23 hová nuestro Dios. Ciertamente vanidad son los collados, y el<br />

bullicio sobre los montes; ciertamente en Jehová nuestro Dios<br />

24 está la salvación de Israel. Confusión consumió el trabajo de<br />

nuestros padres desde nuestra juventud; sus ovejas, sus vacas,<br />

25 sus hijos y sus hijas. Yacemos en nuestra confusión, y nuestra<br />

afrenta nos cubre; porque pecamos contra Jehová nuestro<br />

Dios, nosotros y nuestros padres, desde nuestra juventud y<br />

hasta este día, y no hemos escuchado la voz de Jehová nuestro


1033 Jeremías 4. 1–17<br />

Dios.<br />

Si te volvieres, oh Israel, dice Jehová, vuélvete a mí. Y si 4<br />

quitares de delante de mí tus abominaciones, y no anduvieres<br />

de acá para allá, y jurares: Vive Jehová, en verdad, en juicio 2<br />

y en justicia, entonces las naciones serán benditas en él, y en<br />

él se gloriarán. Porque así dice Jehová a todo varón de Judá 3<br />

y de Jerusalén: Arad campo para vosotros, y no sembréis entre<br />

espinos. Circuncidaos a Jehová, y quitad el prepucio de 4<br />

vuestro corazón, varones de Judá y moradores de Jerusalén;<br />

no sea que mi ira salga como fuego, y se encienda y no haya<br />

quien la apague, por la maldad de vuestras obras. Anunciad 5<br />

en Judá, y proclamad en Jerusalén, y decid: Tocad trompeta<br />

en la tierra; pregonad, juntaos, y decid: Reuníos, y entrémonos<br />

en las ciudades fortificadas. Alzad bandera en Sion, huid, no 6<br />

os detengáis; porque yo hago venir mal del norte, y quebrantamiento<br />

grande. El león sube de la espesura, y el destruidor de 7<br />

naciones está en marcha, y ha salido de su lugar para poner tu<br />

tierra en desolación; tus ciudades quedarán asoladas y sin morador.<br />

Por esto vestíos de cilicio, endechad y aullad; porque 8<br />

la ira de Jehová no se ha apartado de nosotros. En aquel día, 9<br />

dice Jehová, desfallecerá el corazón del rey y el corazón de los<br />

príncipes, y los sacerdotes estarán atónitos, y se maravillarán<br />

los profetas. Y dije: ¡Ay, ay, Jehová Dios! Verdaderamente en 10<br />

gran manera has engañado a este pueblo y a Jerusalén, diciendo:<br />

Paz tendréis; pues la espada ha venido hasta el alma. En 11<br />

aquel tiempo se dirá a este pueblo y a Jerusalén: Viento seco<br />

de las alturas del desierto vino a la hija de mi pueblo, no para<br />

aventar, ni para limpiar. Viento más vehemente que este 12<br />

vendrá a mí; y ahora yo pronunciaré juicios contra ellos. He 13<br />

aquí que subirá como nube, y su carro como torbellino; más<br />

ligeros son sus caballos que las águilas. ¡Ay de nosotros, porque<br />

entregados somos a despojo! Lava tu corazón de maldad, 14<br />

oh Jerusalén, para que seas salva. ¿Hasta cuándo permitirás<br />

en medio de ti los pensamientos de iniquidad? Porque una 15<br />

voz trae las nuevas desde Dan, y hace oír la calamidad desde<br />

el monte de Efraín. Decid a las naciones: He aquí, haced oír 16<br />

sobre Jerusalén: Guardas vienen de tierra lejana, y lanzarán<br />

su voz contra las ciudades de Judá. Como guardas de campo 17


4. 18–5. 3 Jeremías 1034<br />

estuvieron en derredor de ella, porque se rebeló contra mí, dice<br />

18 Jehová. Tu camino y tus obras te hicieron esto; ésta es tu mal-<br />

19 dad, por lo cual amargura penetrará hasta tu corazón. ¡Mis<br />

entrañas, mis entrañas! Me duelen las fibras de mi corazón;<br />

mi corazón se agita dentro de mí; no callaré; porque sonido de<br />

20 trompeta has oído, oh alma mía, pregón de guerra. Quebrantamiento<br />

sobre quebrantamiento es anunciado; porque toda la<br />

tierra es destruida; de repente son destruidas mis tiendas, en<br />

21 un momento mis cortinas. ¿Hasta cuándo he de ver bandera,<br />

22 he de oír sonido de trompeta? Porque mi pueblo es necio,<br />

no me conocieron; son hijos ignorantes y no son entendidos;<br />

23 sabios para hacer el mal, pero hacer el bien no supieron. Miré<br />

a la tierra, y he aquí que estaba asolada y vacía; y a los<br />

24 cielos, y no había en ellos luz. Miré a los montes, y he aquí<br />

25 que temblaban, y todos los collados fueron destruidos. Miré,<br />

y no había hombre, y todas las aves del cielo se habían ido.<br />

26 Miré, y he aquí el campo fértil era un desierto, y todas sus<br />

ciudades eran asoladas delante de Jehová, delante del ardor<br />

27 de su ira. Porque así dijo Jehová: Toda la tierra será asolada;<br />

28 pero no la destruiré del todo. Por esto se enlutará la tierra,<br />

y los cielos arriba se oscurecerán, porque hablé, lo pensé, y no<br />

29 me arrepentí, ni desistiré de ello. Al estruendo de la gente de<br />

a caballo y de los flecheros huyó toda la ciudad; entraron en<br />

las espesuras de los bosques, y subieron a los peñascos; todas<br />

las ciudades fueron abandonadas, y no quedó en ellas morador<br />

30 alguno. Y tú, destruida, ¿qué harás? Aunque te vistas de grana,<br />

aunque te adornes con atavíos de oro, aunque pintes con<br />

antimonio tus ojos, en vano te engalanas; te menospreciarán<br />

31 tus amantes, buscarán tu vida. Porque oí una voz como de<br />

mujer que está de parto, angustia como de primeriza; voz de<br />

la hija de Sion que lamenta y extiende sus manos, diciendo:<br />

¡Ay ahora de mí! que mi alma desmaya a causa de los asesinos.<br />

5 Recorred las calles de Jerusalén, y mirad ahora, e informaos;<br />

buscad en sus plazas a ver si halláis hombre, si hay alguno que<br />

2 haga justicia, que busque verdad; y yo la perdonaré. Aun-<br />

3 que digan: Vive Jehová, juran falsamente. Oh Jehová, ¿no<br />

miran tus ojos a la verdad? Los azotaste, y no les dolió; los<br />

consumiste, y no quisieron recibir corrección; endurecieron sus


1035 Jeremías 5. 4–21<br />

rostros más que la piedra, no quisieron convertirse. Pero yo 4<br />

dije: Ciertamente éstos son pobres, han enloquecido, pues no<br />

conocen el camino de Jehová, el juicio de su Dios. Iré a los 5<br />

grandes, y les hablaré; porque ellos conocen el camino de Jehová,<br />

el juicio de su Dios. Pero ellos también quebraron el yugo,<br />

rompieron las coyundas. Por tanto, el león de la selva los ma- 6<br />

tará, los destruirá el lobo del desierto, el leopardo acechará<br />

sus ciudades; cualquiera que de ellas saliere será arrebatado;<br />

porque sus rebeliones se han multiplicado, se han aumentado<br />

sus deslealtades. ¿Cómo te he de perdonar por esto? Sus 7<br />

hijos me dejaron, y juraron por lo que no es Dios. Los sacié,<br />

y adulteraron, y en casa de rameras se juntaron en compañías.<br />

Como caballos bien alimentados, cada cual relinchaba 8<br />

tras la mujer de su prójimo. ¿No había de castigar esto? dijo 9<br />

Jehová. De una nación como ésta, ¿no se había de vengar mi<br />

alma? Escalad sus muros y destruid, pero no del todo; quitad 10<br />

las almenas de sus muros, porque no son de Jehová. Porque 11<br />

resueltamente se rebelaron contra mí la casa de Israel y la casa<br />

de Judá, dice Jehová. Negaron a Jehová, y dijeron: Él no es, 12<br />

y no vendrá mal sobre nosotros, ni veremos espada ni hambre;<br />

antes los profetas serán como viento, porque no hay en ellos 13<br />

palabra; así se hará a ellos. Por tanto, así ha dicho Jehová 14<br />

Dios de los ejércitos: Porque dijeron esta palabra, he aquí yo<br />

pongo mis palabras en tu boca por fuego, y a este pueblo por<br />

leña, y los consumirá. He aquí yo traigo sobre vosotros gente 15<br />

de lejos, oh casa de Israel, dice Jehová; gente robusta, gente<br />

antigua, gente cuya lengua ignorarás, y no entenderás lo que<br />

hablare. Su aljaba como sepulcro abierto, todos valientes. Y 16, 17<br />

comerá tu mies y tu pan, comerá a tus hijos y a tus hijas;<br />

comerá tus ovejas y tus vacas, comerá tus viñas y tus higueras,<br />

y a espada convertirá en nada tus ciudades fortificadas en<br />

que confías. No obstante, en aquellos días, dice Jehová, no 18<br />

os destruiré del todo. Y cuando dijeren: ¿Por qué Jehová el 19<br />

Dios nuestro hizo con nosotros todas estas cosas?, entonces les<br />

dirás: De la manera que me dejasteis a mí, y servisteis a dioses<br />

ajenos en vuestra tierra, así serviréis a extraños en tierra<br />

ajena. Anunciad esto en la casa de Jacob, y haced que esto 20<br />

se oiga en Judá, diciendo: Oíd ahora esto, pueblo necio y sin 21


5. 22–6. 8 Jeremías 1036<br />

22 corazón, que tiene ojos y no ve, que tiene oídos y no oye: ¿A<br />

mí no me temeréis? dice Jehová. ¿No os amedrentaréis ante<br />

mí, que puse arena por término al mar, por ordenación eterna<br />

la cual no quebrantará? Se levantarán tempestades, mas<br />

23 no prevalecerán; bramarán sus ondas, mas no lo pasarán. No<br />

obstante, este pueblo tiene corazón falso y rebelde; se aparta-<br />

24 ron y se fueron. Y no dijeron en su corazón: Temamos ahora<br />

a Jehová Dios nuestro, que da lluvia temprana y tardía en<br />

su tiempo, y nos guarda los tiempos establecidos de la siega.<br />

25 Vuestras iniquidades han estorbado estas cosas, y vuestros pe-<br />

26 cados apartaron de vosotros el bien. Porque fueron hallados<br />

en mi pueblo impíos; acechaban como quien pone lazos, pusie-<br />

27 ron trampa para cazar hombres. Como jaula llena de pájaros,<br />

así están sus casas llenas de engaño; así se hicieron grandes y<br />

28 ricos. Se engordaron y se pusieron lustrosos, y sobrepasaron<br />

los hechos del malo; no juzgaron la causa, la causa del huérfano;<br />

con todo, se hicieron prósperos, y la causa de los pobres<br />

29 no juzgaron. ¿No castigaré esto? dice Jehová; ¿y de tal gente<br />

30 no se vengará mi alma? Cosa espantosa y fea es hecha en la<br />

31 tierra; los profetas profetizaron mentira, y los sacerdotes dirigían<br />

por manos de ellos; y mi pueblo así lo quiso. ¿Qué, pues,<br />

haréis cuando llegue el fin?<br />

6 Huid, hijos de Benjamín, de en medio de Jerusalén, y tocad<br />

bocina en Tecoa, y alzad por señal humo sobre Bet-haquerem;<br />

porque del norte se ha visto mal, y quebrantamiento grande.<br />

2, 3 Destruiré a la bella y delicada hija de Sion. Contra ella vendrán<br />

pastores y sus rebaños; junto a ella plantarán sus tiendas<br />

4 alrededor; cada uno apacentará en su lugar. Anunciad guerra<br />

contra ella; levantaos y asaltémosla a mediodía. ¡Ay de nosotros!<br />

que va cayendo ya el día, que las sombras de la tarde<br />

5 se han extendido. Levantaos y asaltemos de noche, y destru-<br />

6 yamos sus palacios. Porque así dijo Jehová de los ejércitos:<br />

Cortad árboles, y levantad vallado contra Jerusalén; ésta es<br />

la ciudad que ha de ser castigada; toda ella está llena de vio-<br />

7 lencia. Como la fuente nunca cesa de manar sus aguas, así<br />

ella nunca cesa de manar su maldad; injusticia y robo se oyen<br />

en ella; continuamente en mi presencia, enfermedad y herida.<br />

8 Corrígete, Jerusalén, para que no se aparte mi alma de ti, pa-


1037 Jeremías 6. 9–23<br />

ra que no te convierta en desierto, en tierra inhabitada. Así 9<br />

dijo Jehová de los ejércitos: Del todo rebuscarán como a vid<br />

el resto de Israel; vuelve tu mano como vendimiador entre los<br />

sarmientos. ¿A quién hablaré y amonestaré, para que oigan? 10<br />

He aquí que sus oídos son incircuncisos, y no pueden escuchar;<br />

he aquí que la palabra de Jehová les es cosa vergonzosa, no la<br />

aman. Por tanto, estoy lleno de la ira de Jehová, estoy cansa- 11<br />

do de contenerme; la derramaré sobre los niños en la calle, y<br />

sobre la reunión de los jóvenes igualmente; porque será preso<br />

tanto el marido como la mujer, tanto el viejo como el muy<br />

anciano. Y sus casas serán traspasadas a otros, sus hereda- 12<br />

des y también sus mujeres; porque extenderé mi mano sobre<br />

los moradores de la tierra, dice Jehová. Porque desde el más 13<br />

chico de ellos hasta el más grande, cada uno sigue la avaricia;<br />

y desde el profeta hasta el sacerdote, todos son engañadores.<br />

Y curan la herida de mi pueblo con liviandad, diciendo: Paz, 14<br />

paz; y no hay paz. ¿Se han avergonzado de haber hecho abo- 15<br />

minación? Ciertamente no se han avergonzado, ni aun saben<br />

tener vergüenza; por tanto, caerán entre los que caigan; cuando<br />

los castigue caerán, dice Jehová. Así dijo Jehová: Paraos 16<br />

en los caminos, y mirad, y preguntad por las sendas antiguas,<br />

cuál sea el buen camino, y andad por él, y hallaréis descanso<br />

para vuestra alma. Mas dijeron: No andaremos. Puse tam- 17<br />

bién sobre vosotros atalayas, que dijesen: Escuchad al sonido<br />

de la trompeta. Y dijeron ellos: No escucharemos. Por tanto, 18<br />

oíd, naciones, y entended, oh congregación, lo que sucederá.<br />

Oye, tierra: He aquí yo traigo mal sobre este pueblo, el fru- 19<br />

to de sus pensamientos; porque no escucharon mis palabras, y<br />

aborrecieron mi ley. ¿Para qué a mí este incienso de Sabá, y la 20<br />

buena caña olorosa de tierra lejana? Vuestros holocaustos no<br />

son aceptables, ni vuestros sacrificios me agradan. Por tanto, 21<br />

Jehová dice esto: He aquí yo pongo a este pueblo tropiezos, y<br />

caerán en ellos los padres y los hijos juntamente; el vecino y su<br />

compañero perecerán. Así ha dicho Jehová: He aquí que viene 22<br />

pueblo de la tierra del norte, y una nación grande se levantará<br />

de los confines de la tierra. Arco y jabalina empuñarán; crue- 23<br />

les son, y no tendrán misericordia; su estruendo brama como<br />

el mar, y montarán a caballo como hombres dispuestos para


6. 24–7. 13 Jeremías 1038<br />

24 la guerra, contra ti, oh hija de Sion. Su fama oímos, y nuestras<br />

manos se descoyuntaron; se apoderó de nosotros angustia,<br />

25 dolor como de mujer que está de parto. No salgas al campo,<br />

ni andes por el camino; porque espada de enemigo y temor<br />

26 hay por todas partes. Hija de mi pueblo, cíñete de cilicio, y<br />

revuélcate en ceniza; ponte luto como por hijo único, llanto de<br />

amarguras; porque pronto vendrá sobre nosotros el destruidor.<br />

27 Por fortaleza te he puesto en mi pueblo, por torre; conocerás,<br />

28 pues, y examinarás el camino de ellos. Todos ellos son rebeldes,<br />

porfiados, andan chismeando; son bronce y hierro; todos<br />

29 ellos son corruptores. Se quemó el fuelle, por el fuego se ha<br />

consumido el plomo; en vano fundió el fundidor, pues la esco-<br />

30 ria no se ha arrancado. Plata desechada los llamarán, porque<br />

Jehová los desechó.<br />

7, 2 Palabra de Jehová que vino a Jeremías, diciendo: Ponte a<br />

la puerta de la casa de Jehová, y proclama allí esta palabra,<br />

y di: Oíd palabra de Jehová, todo Judá, los que entráis por<br />

3 estas puertas para adorar a Jehová. Así ha dicho Jehová de<br />

los ejércitos, Dios de Israel: Mejorad vuestros caminos y vues-<br />

4 tras obras, y os haré morar en este lugar. No fiéis en palabras<br />

de mentira, diciendo: Templo de Jehová, templo de Jehová,<br />

5 templo de Jehová es éste. Pero si mejorareis cumplidamente<br />

vuestros caminos y vuestras obras; si con verdad hiciereis<br />

6 justicia entre el hombre y su prójimo, y no oprimiereis al extranjero,<br />

al huérfano y a la viuda, ni en este lugar derramareis<br />

la sangre inocente, ni anduviereis en pos de dioses ajenos para<br />

7 mal vuestro, os haré morar en este lugar, en la tierra que di<br />

8 a vuestros padres para siempre. He aquí, vosotros confiáis en<br />

9 palabras de mentira, que no aprovechan. Hurtando, matando,<br />

adulterando, jurando en falso, e incensando a Baal, y andando<br />

10 tras dioses extraños que no conocisteis, ¿vendréis y os pondréis<br />

delante de mí en esta casa sobre la cual es invocado mi<br />

nombre, y diréis: Librados somos; para seguir haciendo todas<br />

11 estas abominaciones? ¿Es cueva de ladrones delante de vuestros<br />

ojos esta casa sobre la cual es invocado mi nombre? He<br />

12 aquí que también yo lo veo, dice Jehová. Andad ahora a mi<br />

lugar en Silo, donde hice morar mi nombre al principio, y ved<br />

13 lo que le hice por la maldad de mi pueblo Israel. Ahora, pues,


1039 Jeremías 7. 14–29<br />

por cuanto vosotros habéis hecho todas estas obras, dice Jehová,<br />

y aunque os hablé desde temprano y sin cesar, no oísteis,<br />

y os llamé, y no respondisteis; haré también a esta casa sobre 14<br />

la cual es invocado mi nombre, en la que vosotros confiáis, y<br />

a este lugar que di a vosotros y a vuestros padres, como hice<br />

a Silo. Os echaré de mi presencia, como eché a todos vues- 15<br />

tros hermanos, a toda la generación de Efraín. Tú, pues, no 16<br />

ores por este pueblo, ni levantes por ellos clamor ni oración, ni<br />

me ruegues; porque no te oiré. ¿No ves lo que éstos hacen en 17<br />

las ciudades de Judá y en las calles de Jerusalén? Los hijos 18<br />

recogen la leña, los padres encienden el fuego, y las mujeres<br />

amasan la masa, para hacer tortas a la reina del cielo y para<br />

hacer ofrendas a dioses ajenos, para provocarme a ira. ¿Me 19<br />

provocarán ellos a ira? dice Jehová. ¿No obran más bien ellos<br />

mismos su propia confusión? Por tanto, así ha dicho Jehová el 20<br />

Señor: He aquí que mi furor y mi ira se derramarán sobre este<br />

lugar, sobre los hombres, sobre los animales, sobre los árboles<br />

del campo y sobre los frutos de la tierra; se encenderán, y no<br />

se apagarán. Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Is- 21<br />

rael: Añadid vuestros holocaustos sobre vuestros sacrificios, y<br />

comed la carne. Porque no hablé yo con vuestros padres, ni 22<br />

nada les mandé acerca de holocaustos y de víctimas el día que<br />

los saqué de la tierra de Egipto. Mas esto les mandé, dicien- 23<br />

do: Escuchad mi voz, y seré a vosotros por Dios, y vosotros me<br />

seréis por pueblo; y andad en todo camino que os mande, para<br />

que os vaya bien. Y no oyeron ni inclinaron su oído; antes 24<br />

caminaron en sus propios consejos, en la dureza de su corazón<br />

malvado, y fueron hacia atrás y no hacia adelante, desde el 25<br />

día que vuestros padres salieron de la tierra de Egipto hasta<br />

hoy. Y os envié todos los profetas mis siervos, enviándolos desde<br />

temprano y sin cesar; pero no me oyeron ni inclinaron su 26<br />

oído, sino que endurecieron su cerviz, e hicieron peor que sus<br />

padres. Tú, pues, les dirás todas estas palabras, pero no te 27<br />

oirán; los llamarás, y no te responderán. Les dirás, por tanto: 28<br />

Ésta es la nación que no escuchó la voz de Jehová su Dios, ni<br />

admitió corrección; pereció la verdad, y de la boca de ellos fue<br />

cortada. Corta tu cabello, y arrójalo, y levanta llanto sobre 29


7. 30–8. 9 Jeremías 1040<br />

las alturas; porque Jehová ha aborrecido y dejado la genera-<br />

30 ción objeto de su ira. Porque los hijos de Judá han hecho lo<br />

malo ante mis ojos, dice Jehová; pusieron sus abominaciones<br />

en la casa sobre la cual fue invocado mi nombre, amancillán-<br />

31 dola. Y han edificado los lugares altos de Tofet, que está en<br />

el valle del hijo de Hinom, para quemar al fuego a sus hijos y<br />

a sus hijas, cosa que yo no les mandé, ni subió en mi corazón.<br />

32 Por tanto, he aquí vendrán días, ha dicho Jehová, en que no<br />

se diga más, Tofet, ni valle del hijo de Hinom, sino Valle de la<br />

33 Matanza; y serán enterrados en Tofet, por no haber lugar. Y<br />

serán los cuerpos muertos de este pueblo para comida de las<br />

aves del cielo y de las bestias de la tierra; y no habrá quien<br />

34 las espante. Y haré cesar de las ciudades de Judá, y de las<br />

calles de Jerusalén, la voz de gozo y la voz de alegría, la voz<br />

del esposo y la voz de la esposa; porque la tierra será desolada.<br />

8 En aquel tiempo, dice Jehová, sacarán los huesos de los reyes<br />

de Judá, y los huesos de sus príncipes, y los huesos de los<br />

sacerdotes, y los huesos de los profetas, y los huesos de los mo-<br />

2 radores de Jerusalén, fuera de sus sepulcros; y los esparcirán<br />

al sol y a la luna y a todo el ejército del cielo, a quienes amaron<br />

y a quienes sirvieron, en pos de quienes anduvieron, a quienes<br />

preguntaron, y ante quienes se postraron. No serán recogidos<br />

3 ni enterrados; serán como estiércol sobre la faz de la tierra. Y<br />

escogerá la muerte antes que la vida todo el resto que quede<br />

de esta mala generación, en todos los lugares adonde arroje<br />

4 yo a los que queden, dice Jehová de los ejércitos. Les dirás<br />

asimismo: Así ha dicho Jehová: El que cae, ¿no se levanta? El<br />

5 que se desvía, ¿no vuelve al camino? ¿Por qué es este pueblo<br />

de Jerusalén rebelde con rebeldía perpetua? Abrazaron el<br />

6 engaño, y no han querido volverse. Escuché y oí; no hablan<br />

rectamente, no hay hombre que se arrepienta de su mal, diciendo:<br />

¿Qué he hecho? Cada cual se volvió a su propia carrera,<br />

7 como caballo que arremete con ímpetu a la batalla. Aun la<br />

cigüeña en el cielo conoce su tiempo, y la tórtola y la grulla y<br />

la golondrina guardan el tiempo de su venida; pero mi pueblo<br />

8 no conoce el juicio de Jehová. ¿Cómo decís: Nosotros somos<br />

sabios, y la ley de Jehová está con nosotros? Ciertamente la ha<br />

9 cambiado en mentira la pluma mentirosa de los escribas. Los


1041 Jeremías 8. 10–9. 2<br />

sabios se avergonzaron, se espantaron y fueron consternados;<br />

he aquí que aborrecieron la palabra de Jehová; ¿y qué sabiduría<br />

tienen? Por tanto, daré a otros sus mujeres, y sus campos 10<br />

a quienes los conquisten; porque desde el más pequeño hasta el<br />

más grande cada uno sigue la avaricia; desde el profeta hasta<br />

el sacerdote todos hacen engaño. Y curaron la herida de la 11<br />

hija de mi pueblo con liviandad, diciendo: Paz, paz; y no hay<br />

paz. ¿Se han avergonzado de haber hecho abominación? Cier- 12<br />

tamente no se han avergonzado en lo más mínimo, ni supieron<br />

avergonzarse; caerán, por tanto, entre los que caigan; cuando<br />

los castigue caerán, dice Jehová. Los cortaré del todo, dice 13<br />

Jehová. No quedarán uvas en la vid, ni higos en la higuera, y<br />

se caerá la hoja; y lo que les he dado pasará de ellos. ¿Por 14<br />

qué nos estamos sentados? Reuníos, y entremos en las ciudades<br />

fortificadas, y perezcamos allí; porque Jehová nuestro<br />

Dios nos ha destinado a perecer, y nos ha dado a beber aguas<br />

de hiel, porque pecamos contra Jehová. Esperamos paz, y no 15<br />

hubo bien; día de curación, y he aquí turbación. Desde Dan 16<br />

se oyó el bufido de sus caballos; al sonido de los relinchos de<br />

sus corceles tembló toda la tierra; y vinieron y devoraron la<br />

tierra y su abundancia, a la ciudad y a los moradores de ella.<br />

Porque he aquí que yo envío sobre vosotros serpientes, áspides 17<br />

contra los cuales no hay encantamiento, y os morderán, dice<br />

Jehová. A causa de mi fuerte dolor, mi corazón desfallece en 18<br />

mí. He aquí voz del clamor de la hija de mi pueblo, que vie- 19<br />

ne de la tierra lejana: ¿No está Jehová en Sion? ¿No está en<br />

ella su Rey? ¿Por qué me hicieron airar con sus imágenes de<br />

talla, con vanidades ajenas? Pasó la siega, terminó el verano, 20<br />

y nosotros no hemos sido salvos. Quebrantado estoy por el 21<br />

quebrantamiento de la hija de mi pueblo; entenebrecido estoy,<br />

espanto me ha arrebatado. ¿No hay bálsamo en Galaad? ¿No 22<br />

hay allí médico? ¿Por qué, pues, no hubo medicina para la hija<br />

de mi pueblo?<br />

¡Oh, si mi cabeza se hiciese aguas, y mis ojos fuentes de lá- 9<br />

grimas, para que llore día y noche los muertos de la hija de mi<br />

pueblo! ¡Oh, quién me diese en el desierto un albergue de ca- 2<br />

minantes, para que dejase a mi pueblo, y de ellos me apartase!<br />

Porque todos ellos son adúlteros, congregación de prevarica-


9. 3–19 Jeremías 1042<br />

3 dores. Hicieron que su lengua lanzara mentira como un arco,<br />

y no se fortalecieron para la verdad en la tierra; porque de<br />

mal en mal procedieron, y me han desconocido, dice Jehová.<br />

4 Guárdese cada uno de su compañero, y en ningún hermano<br />

tenga confianza; porque todo hermano engaña con falacia, y<br />

5 todo compañero anda calumniando. Y cada uno engaña a su<br />

compañero, y ninguno habla verdad; acostumbraron su len-<br />

6 gua a hablar mentira, se ocupan de actuar perversamente. Su<br />

morada está en medio del engaño; por muy engañadores no<br />

7 quisieron conocerme, dice Jehová. Por tanto, así ha dicho Jehová<br />

de los ejércitos: He aquí que yo los refinaré y los probaré;<br />

8 porque ¿qué más he de hacer por la hija de mi pueblo? Saeta<br />

afilada es la lengua de ellos; engaño habla; con su boca dice paz<br />

9 a su amigo, y dentro de sí pone sus asechanzas. ¿No los he de<br />

castigar por estas cosas? dice Jehová. De tal nación, ¿no se ven-<br />

10 gará mi alma? Por los montes levantaré lloro y lamentación, y<br />

llanto por los pastizales del desierto; porque fueron desolados<br />

hasta no quedar quien pase, ni oírse bramido de ganado; desde<br />

las aves del cielo hasta las bestias de la tierra huyeron, y se<br />

11 fueron. Reduciré a Jerusalén a un montón de ruinas, morada<br />

de chacales; y convertiré las ciudades de Judá en desolación en<br />

12 que no quede morador. ¿Quién es varón sabio que entienda<br />

esto? ¿y a quién habló la boca de Jehová, para que pueda declararlo?<br />

¿Por qué causa la tierra ha perecido, ha sido asolada<br />

13 como desierto, hasta no haber quien pase? Dijo Jehová: Porque<br />

dejaron mi ley, la cual di delante de ellos, y no obedecieron<br />

14 a mi voz, ni caminaron conforme a ella; antes se fueron tras<br />

la imaginación de su corazón, y en pos de los baales, según<br />

15 les enseñaron sus padres. Por tanto, así ha dicho Jehová de<br />

los ejércitos, Dios de Israel: He aquí que a este pueblo yo les<br />

16 daré a comer ajenjo, y les daré a beber aguas de hiel. Y los<br />

esparciré entre naciones que ni ellos ni sus padres conocieron;<br />

17 y enviaré espada en pos de ellos, hasta que los acabe. Así<br />

dice Jehová de los ejércitos: Considerad, y llamad plañideras<br />

18 que vengan; buscad a las hábiles en su oficio; y dense prisa,<br />

y levanten llanto por nosotros, y desháganse nuestros ojos en<br />

19 lágrimas, y nuestros párpados se destilen en aguas. Porque de<br />

Sion fue oída voz de endecha: ¡Cómo hemos sido destruidos! En


1043 Jeremías 9. 20–10. 9<br />

gran manera hemos sido avergonzados, porque abandonamos<br />

la tierra, porque han destruido nuestras moradas. Oíd, pues, 20<br />

oh mujeres, palabra de Jehová, y vuestro oído reciba la palabra<br />

de su boca: Enseñad endechas a vuestras hijas, y lamentación<br />

cada una a su amiga. Porque la muerte ha subido por nuestras 21<br />

ventanas, ha entrado en nuestros palacios, para exterminar a<br />

los niños de las calles, a los jóvenes de las plazas. Habla: Así 22<br />

ha dicho Jehová: Los cuerpos de los hombres muertos caerán<br />

como estiércol sobre la faz del campo, y como manojo tras el<br />

segador, que no hay quien lo recoja. Así dijo Jehová: No se 23<br />

alabe el sabio en su sabiduría, ni en su valentía se alabe el<br />

valiente, ni el rico se alabe en sus riquezas. Mas alábese en 24<br />

esto el que se hubiere de alabar: en entenderme y conocerme,<br />

que yo soy Jehová, que hago misericordia, juicio y justicia en<br />

la tierra; porque estas cosas quiero, dice Jehová. He aquí que 25<br />

vienen días, dice Jehová, en que castigaré a todo circuncidado,<br />

y a todo incircunciso; a Egipto y a Judá, a Edom y a los hijos 26<br />

de Amón y de Moab, y a todos los arrinconados en el postrer<br />

rincón, los que moran en el desierto; porque todas las naciones<br />

son incircuncisas, y toda la casa de Israel es incircuncisa de<br />

corazón.<br />

Oíd la palabra que Jehová ha hablado sobre vosotros, oh 10<br />

casa de Israel. Así dijo Jehová: No aprendáis el camino de 2<br />

las naciones, ni de las señales del cielo tengáis temor, aunque<br />

las naciones las teman. Porque las costumbres de los pueblos 3<br />

son vanidad; porque leño del bosque cortaron, obra de manos<br />

de artífice con buril. Con plata y oro lo adornan; con clavos 4<br />

y martillo lo afirman para que no se mueva. Derechos están 5<br />

como palmera, y no hablan; son llevados, porque no pueden<br />

andar. No tengáis temor de ellos, porque ni pueden hacer mal,<br />

ni para hacer bien tienen poder. No hay semejante a ti, oh Je- 6<br />

hová; grande eres tú, y grande tu nombre en poderío. ¿Quién 7<br />

no te temerá, oh Rey de las naciones? Porque a ti es debido<br />

el temor; porque entre todos los sabios de las naciones y en<br />

todos sus reinos, no hay semejante a ti. Todos se infatuarán 8<br />

y entontecerán. Enseñanza de vanidades es el leño. Traerán 9<br />

plata batida de Tarsis y oro de Ufaz, obra del artífice, y de<br />

manos del fundidor; los vestirán de azul y de púrpura, obra de


10. 10–11. 3 Jeremías 1044<br />

10 peritos es todo. Mas Jehová es el Dios verdadero; él es Dios<br />

vivo y Rey eterno; a su ira tiembla la tierra, y las naciones<br />

11 no pueden sufrir su indignación. Les diréis así: Los dioses que<br />

no hicieron los cielos ni la tierra, desaparezcan de la tierra y<br />

12 de debajo de los cielos. El que hizo la tierra con su poder,<br />

el que puso en orden el mundo con su saber, y extendió los<br />

13 cielos con su sabiduría; a su voz se produce muchedumbre de<br />

aguas en el cielo, y hace subir las nubes de lo postrero de la<br />

tierra; hace los relámpagos con la lluvia, y saca el viento de<br />

14 sus depósitos. Todo hombre se embrutece, y le falta ciencia;<br />

se avergüenza de su ídolo todo fundidor, porque mentirosa es<br />

15 su obra de fundición, y no hay espíritu en ella. Vanidad son,<br />

16 obra vana; al tiempo de su castigo perecerán. No es así la<br />

porción de Jacob; porque él es el Hacedor de todo, e Israel es<br />

la vara de su heredad; Jehová de los ejércitos es su nombre.<br />

17 Recoge de las tierras tus mercaderías, la que moras en lugar<br />

18 fortificado. Porque así ha dicho Jehová: He aquí que esta vez<br />

arrojaré con honda los moradores de la tierra, y los afligiré,<br />

19 para que lo sientan. ¡Ay de mí, por mi quebrantamiento! mi<br />

llaga es muy dolorosa. Pero dije: Ciertamente enfermedad mía<br />

20 es ésta, y debo sufrirla. Mi tienda está destruida, y todas mis<br />

cuerdas están rotas; mis hijos me han abandonado y perecieron;<br />

no hay ya más quien levante mi tienda, ni quien cuelgue<br />

21 mis cortinas. Porque los pastores se infatuaron, y no buscaron<br />

a Jehová; por tanto, no prosperaron, y todo su ganado se<br />

22 esparció. He aquí que voz de rumor viene, y alboroto grande<br />

de la tierra del norte, para convertir en soledad todas las ciu-<br />

23 dades de Judá, en morada de chacales. Conozco, oh Jehová,<br />

que el hombre no es señor de su camino, ni del hombre que ca-<br />

24 mina es el ordenar sus pasos. Castígame, oh Jehová, mas con<br />

25 juicio; no con tu furor, para que no me aniquiles. Derrama tu<br />

enojo sobre los pueblos que no te conocen, y sobre las naciones<br />

que no invocan tu nombre; porque se comieron a Jacob, lo<br />

devoraron, le han consumido, y han asolado su morada.<br />

11, 2 Palabra que vino de Jehová a Jeremías, diciendo: Oíd las<br />

palabras de este pacto, y hablad a todo varón de Judá, y a<br />

3 todo morador de Jerusalén. Y les dirás tú: Así dijo Jehová<br />

Dios de Israel: Maldito el varón que no obedeciere las palabras


1045 Jeremías 11. 4–17<br />

de este pacto, el cual mandé a vuestros padres el día que los 4<br />

saqué de la tierra de Egipto, del horno de hierro, diciéndoles:<br />

Oíd mi voz, y cumplid mis palabras, conforme a todo lo que<br />

os mando; y me seréis por pueblo, y yo seré a vosotros por<br />

Dios; para que confirme el juramento que hice a vuestros pa- 5<br />

dres, que les daría la tierra que fluye leche y miel, como en este<br />

día. Y respondí y dije: Amén, oh Jehová. Y Jehová me dijo: 6<br />

Pregona todas estas palabras en las ciudades de Judá y en las<br />

calles de Jerusalén, diciendo: Oíd las palabras de este pacto, y<br />

ponedlas por obra. Porque solemnemente protesté a vuestros 7<br />

padres el día que les hice subir de la tierra de Egipto, amonestándoles<br />

desde temprano y sin cesar hasta el día de hoy,<br />

diciendo: Oíd mi voz. Pero no oyeron, ni inclinaron su oído, 8<br />

antes se fueron cada uno tras la imaginación de su malvado<br />

corazón; por tanto, traeré sobre ellos todas las palabras de este<br />

pacto, el cual mandé que cumpliesen, y no lo cumplieron. Y 9<br />

me dijo Jehová: Conspiración se ha hallado entre los varones<br />

de Judá, y entre los moradores de Jerusalén. Se han vuelto 10<br />

a las maldades de sus primeros padres, los cuales no quisieron<br />

escuchar mis palabras, y se fueron tras dioses ajenos para<br />

servirles; la casa de Israel y la casa de Judá invalidaron mi<br />

pacto, el cual había yo concertado con sus padres. Por tanto, 11<br />

así ha dicho Jehová: He aquí yo traigo sobre ellos mal del que<br />

no podrán salir; y clamarán a mí, y no los oiré. E irán las 12<br />

ciudades de Judá y los moradores de Jerusalén, y clamarán a<br />

los dioses a quienes queman ellos incienso, los cuales no los podrán<br />

salvar en el tiempo de su mal. Porque según el número 13<br />

de tus ciudades fueron tus dioses, oh Judá; y según el número<br />

de tus calles, oh Jerusalén, pusiste los altares de ignominia, altares<br />

para ofrecer incienso a Baal. Tú, pues, no ores por este 14<br />

pueblo, ni levantes por ellos clamor ni oración; porque yo no<br />

oiré en el día que en su aflicción clamen a mí. ¿Qué derecho 15<br />

tiene mi amada en mi casa, habiendo hecho muchas abominaciones?<br />

¿Crees que los sacrificios y las carnes santificadas de<br />

las víctimas pueden evitarte el castigo? ¿Puedes gloriarte de<br />

eso? Olivo verde, hermoso en su fruto y en su parecer, llamó 16<br />

Jehová tu nombre. A la voz de recio estrépito hizo encender<br />

fuego sobre él, y quebraron sus ramas. Porque Jehová de los 17


11. 18–12. 9 Jeremías 1046<br />

ejércitos que te plantó ha pronunciado mal contra ti, a causa<br />

de la maldad que la casa de Israel y la casa de Judá han hecho,<br />

18 provocándome a ira con incensar a Baal. Y Jehová me lo hizo<br />

19 saber, y lo conocí; entonces me hiciste ver sus obras. Y yo era<br />

como cordero inocente que llevan a degollar, pues no entendía<br />

que maquinaban designios contra mí, diciendo: Destruyamos<br />

el árbol con su fruto, y cortémoslo de la tierra de los vivien-<br />

20 tes, para que no haya más memoria de su nombre. Pero, oh<br />

Jehová de los ejércitos, que juzgas con justicia, que escudriñas<br />

la mente y el corazón, vea yo tu venganza de ellos; porque<br />

21 ante ti he expuesto mi causa. Por tanto, así ha dicho Jehová<br />

acerca de los varones de Anatot que buscan tu vida, diciendo:<br />

No profetices en nombre de Jehová, para que no mueras<br />

22 a nuestras manos; así, pues, ha dicho Jehová de los ejércitos:<br />

He aquí que yo los castigaré; los jóvenes morirán a espada, sus<br />

23 hijos y sus hijas morirán de hambre, y no quedará remanente<br />

de ellos, pues yo traeré mal sobre los varones de Anatot, el año<br />

de su castigo.<br />

12 Justo eres tú, oh Jehová, para que yo dispute contigo; sin<br />

embargo, alegaré mi causa ante ti. ¿Por qué es prosperado<br />

el camino de los impíos, y tienen bien todos los que se por-<br />

2 tan deslealmente? Los plantaste, y echaron raíces; crecieron<br />

y dieron fruto; cercano estás tú en sus bocas, pero lejos de sus<br />

3 corazones. Pero tú, oh Jehová, me conoces; me viste, y probaste<br />

mi corazón para contigo; arrebátalos como a ovejas para<br />

4 el degolladero, y señálalos para el día de la matanza. ¿Hasta<br />

cuándo estará desierta la tierra, y marchita la hierba de todo<br />

el campo? Por la maldad de los que en ella moran, faltaron los<br />

ganados y las aves; porque dijeron: No verá Dios nuestro fin.<br />

5 Si corriste con los de a pie, y te cansaron, ¿cómo contenderás<br />

con los caballos? Y si en la tierra de paz no estabas seguro,<br />

6 ¿cómo harás en la espesura del Jordán? Porque aun tus hermanos<br />

y la casa de tu padre, aun ellos se levantaron contra ti,<br />

aun ellos dieron grito en pos de ti. No los creas cuando bien<br />

7 te hablen. He dejado mi casa, desamparé mi heredad, he en-<br />

8 tregado lo que amaba mi alma en mano de sus enemigos. Mi<br />

heredad fue para mí como león en la selva; contra mí dio su<br />

9 rugido; por tanto, la aborrecí. ¿Es mi heredad para mí como


1047 Jeremías 12. 10–13. 10<br />

ave de rapiña de muchos colores? ¿No están contra ella aves<br />

de rapiña en derredor? Venid, reuníos, vosotras todas las fieras<br />

del campo, venid a devorarla. Muchos pastores han destruido 10<br />

mi viña, hollaron mi heredad, convirtieron en desierto y soledad<br />

mi heredad preciosa. Fue puesta en asolamiento, y lloró 11<br />

sobre mí desolada; fue asolada toda la tierra, porque no hubo<br />

hombre que reflexionase. Sobre todas las alturas del desier- 12<br />

to vinieron destruidores; porque la espada de Jehová devorará<br />

desde un extremo de la tierra hasta el otro; no habrá paz para<br />

ninguna carne. Sembraron trigo, y segaron espinos; tuvieron 13<br />

la heredad, mas no aprovecharon nada; se avergonzarán de sus<br />

frutos, a causa de la ardiente ira de Jehová. Así dijo Jehová 14<br />

contra todos mis malos vecinos, que tocan la heredad que hice<br />

poseer a mi pueblo Israel: He aquí que yo los arrancaré de su<br />

tierra, y arrancaré de en medio de ellos a la casa de Judá. Y 15<br />

después que los haya arrancado, volveré y tendré misericordia<br />

de ellos, y los haré volver cada uno a su heredad y cada cual a<br />

su tierra. Y si cuidadosamente aprendieren los caminos de mi 16<br />

pueblo, para jurar en mi nombre, diciendo: Vive Jehová, así<br />

como enseñaron a mi pueblo a jurar por Baal, ellos serán prosperados<br />

en medio de mi pueblo. Mas si no oyeren, arrancaré 17<br />

esa nación, sacándola de raíz y destruyéndola, dice Jehová.<br />

Así me dijo Jehová: Ve y cómprate un cinto de lino, y cíñelo 13<br />

sobre tus lomos, y no lo metas en agua. Y compré el cinto 2<br />

conforme a la palabra de Jehová, y lo puse sobre mis lomos.<br />

Vino a mí segunda vez palabra de Jehová, diciendo: Toma 3, 4<br />

el cinto que compraste, que está sobre tus lomos, y levántate<br />

y vete al Éufrates, y escóndelo allá en la hendidura de una<br />

peña. Fui, pues, y lo escondí junto al Éufrates, como Jehová 5<br />

me mandó. Y sucedió que después de muchos días me dijo 6<br />

Jehová: Levántate y vete al Éufrates, y toma de allí el cinto<br />

que te mandé esconder allá. Entonces fui al Éufrates, y cavé, 7<br />

y tomé el cinto del lugar donde lo había escondido; y he aquí<br />

que el cinto se había podrido; para ninguna cosa era bueno.<br />

Y vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Así ha dicho Jeho- 8, 9<br />

vá: Así haré podrir la soberbia de Judá, y la mucha soberbia<br />

de Jerusalén. Este pueblo malo, que no quiere oír mis pala- 10


13. 11–24 Jeremías 1048<br />

bras, que anda en las imaginaciones de su corazón, y que va en<br />

pos de dioses ajenos para servirles, y para postrarse ante ellos,<br />

vendrá a ser como este cinto, que para ninguna cosa es bueno.<br />

11 Porque como el cinto se junta a los lomos del hombre, así hice<br />

juntar a mí toda la casa de Israel y toda la casa de Judá, dice<br />

Jehová, para que me fuesen por pueblo y por fama, por ala-<br />

12 banza y por honra; pero no escucharon. Les dirás, pues, esta<br />

palabra: Así ha dicho Jehová, Dios de Israel: Toda tinaja se<br />

llenará de vino. Y ellos te dirán: ¿No sabemos que toda tinaja<br />

13 se llenará de vino? Entonces les dirás: Así ha dicho Jehová:<br />

He aquí que yo lleno de embriaguez a todos los moradores de<br />

esta tierra, y a los reyes de la estirpe de David que se sientan<br />

sobre su trono, a los sacerdotes y profetas, y a todos los mora-<br />

14 dores de Jerusalén; y los quebrantaré el uno contra el otro, los<br />

padres con los hijos igualmente, dice Jehová; no perdonaré, ni<br />

15 tendré piedad ni misericordia, para no destruirlos. Escuchad<br />

16 y oíd; no os envanezcáis, pues Jehová ha hablado. Dad gloria<br />

a Jehová Dios vuestro, antes que haga venir tinieblas, y antes<br />

que vuestros pies tropiecen en montes de oscuridad, y esperéis<br />

17 luz, y os la vuelva en sombra de muerte y tinieblas. Mas si<br />

no oyereis esto, en secreto llorará mi alma a causa de vuestra<br />

soberbia; y llorando amargamente se desharán mis ojos en lá-<br />

18 grimas, porque el rebaño de Jehová fue hecho cautivo. Di al<br />

rey y a la reina: Humillaos, sentaos en tierra; porque la corona<br />

19 de vuestra gloria ha caído de vuestras cabezas. Las ciudades<br />

del Neguev fueron cerradas, y no hubo quien las abriese; toda<br />

Judá fue transportada, llevada en cautiverio fue toda ella.<br />

20 Alzad vuestros ojos, y ved a los que vienen del norte. ¿Dónde<br />

21 está el rebaño que te fue dado, tu hermosa grey? ¿Qué dirás<br />

cuando él ponga como cabeza sobre ti a aquellos a quienes<br />

tú enseñaste a ser tus amigos? ¿No te darán dolores como de<br />

22 mujer que está de parto? Si dijeres en tu corazón: ¿Por qué<br />

me ha sobrevenido esto? Por la enormidad de tu maldad fueron<br />

descubiertas tus faldas, fueron desnudados tus calcañares.<br />

23 ¿Mudará el etíope su piel, y el leopardo sus manchas? Así también,<br />

¿podréis vosotros hacer bien, estando habituados a hacer<br />

24 mal? Por tanto, yo los esparciré al viento del desierto, como


1049 Jeremías 13. 25–14. 14<br />

tamo que pasa. Ésta es tu suerte, la porción que yo he medido 25<br />

para ti, dice Jehová, porque te olvidaste de mí y confiaste en<br />

la mentira. Yo, pues, descubriré también tus faldas delante 26<br />

de tu rostro, y se manifestará tu ignominia, tus adulterios, 27<br />

tus relinchos, la maldad de tu fornicación sobre los collados;<br />

en el campo vi tus abominaciones. ¡Ay de ti, Jerusalén! ¿No<br />

serás al fin limpia? ¿Cuánto tardarás tú en purificarte?<br />

Palabra de Jehová que vino a Jeremías, con motivo de la 14<br />

sequía. Se enlutó Judá, y sus puertas se despoblaron; se sen- 2<br />

taron tristes en tierra, y subió el clamor de Jerusalén. Los 3<br />

nobles enviaron sus criados al agua; vinieron a las lagunas,<br />

y no hallaron agua; volvieron con sus vasijas vacías; se avergonzaron,<br />

se confundieron, y cubrieron sus cabezas. Porque 4<br />

se resquebrajó la tierra por no haber llovido en el país, están<br />

confusos los labradores, cubrieron sus cabezas. Aun las cier- 5<br />

vas en los campos parían y dejaban la cría, porque no había<br />

hierba. Y los asnos monteses se ponían en las alturas, aspira- 6<br />

ban el viento como chacales; sus ojos se ofuscaron porque no<br />

había hierba. Aunque nuestras iniquidades testifican contra 7<br />

nosotros, oh Jehová, actúa por amor de tu nombre; porque<br />

nuestras rebeliones se han multiplicado, contra ti hemos pecado.<br />

Oh esperanza de Israel, Guardador suyo en el tiempo 8<br />

de la aflicción, ¿por qué te has hecho como forastero en la<br />

tierra, y como caminante que se retira para pasar la noche?<br />

¿Por qué eres como hombre atónito, y como valiente que no 9<br />

puede librar? Sin embargo, tú estás entre nosotros, oh Jehová,<br />

y sobre nosotros es invocado tu nombre; no nos desampares.<br />

Así ha dicho Jehová acerca de este pueblo: Se deleitaron en 10<br />

vagar, y no dieron reposo a sus pies; por tanto, Jehová no se<br />

agrada de ellos; se acordará ahora de su maldad, y castigará<br />

sus pecados. Me dijo Jehová: No ruegues por este pueblo 11<br />

para bien. Cuando ayunen, yo no oiré su clamor, y cuando 12<br />

ofrezcan holocausto y ofrenda no lo aceptaré, sino que los consumiré<br />

con espada, con hambre y con pestilencia. Y yo dije: 13<br />

¡Ah! ¡ah, Señor Jehová! He aquí que los profetas les dicen: No<br />

veréis espada, ni habrá hambre entre vosotros, sino que en este<br />

lugar os daré paz verdadera. Me dijo entonces Jehová: Falsa- 14


14. 15–15. 5 Jeremías 1050<br />

mente profetizan los profetas en mi nombre; no los envié, ni<br />

les mandé, ni les hablé; visión mentirosa, adivinación, vanidad<br />

15 y engaño de su corazón os profetizan. Por tanto, así ha dicho<br />

Jehová sobre los profetas que profetizan en mi nombre, los<br />

cuales yo no envié, y que dicen: Ni espada ni hambre habrá en<br />

esta tierra; con espada y con hambre serán consumidos esos<br />

16 profetas. Y el pueblo a quien profetizan será echado en las<br />

calles de Jerusalén por hambre y por espada, y no habrá quien<br />

los entierre a ellos, a sus mujeres, a sus hijos y a sus hijas; y so-<br />

17 bre ellos derramaré su maldad. Les dirás, pues, esta palabra:<br />

Derramen mis ojos lágrimas noche y día, y no cesen; porque<br />

de gran quebrantamiento es quebrantada la virgen hija de mi<br />

18 pueblo, de plaga muy dolorosa. Si salgo al campo, he aquí<br />

muertos a espada; y si entro en la ciudad, he aquí enfermos de<br />

hambre; porque tanto el profeta como el sacerdote anduvieron<br />

19 vagando en la tierra, y no entendieron. ¿Has desechado enteramente<br />

a Judá? ¿Ha aborrecido tu alma a Sion? ¿Por qué<br />

nos hiciste herir sin que haya remedio? Esperamos paz, y no<br />

20 hubo bien; tiempo de curación, y he aquí turbación. Reconocemos,<br />

oh Jehová, nuestra impiedad, la iniquidad de nuestros<br />

21 padres; porque contra ti hemos pecado. Por amor de tu nombre<br />

no nos deseches, ni deshonres tu glorioso trono; acuérdate,<br />

22 no invalides tu pacto con nosotros. ¿Hay entre los ídolos de<br />

las naciones quien haga llover? ¿y darán los cielos lluvias? ¿No<br />

eres tú, Jehová, nuestro Dios? En ti, pues, esperamos, pues tú<br />

hiciste todas estas cosas.<br />

15 Me dijo Jehová: Si Moisés y Samuel se pusieran delante de<br />

mí, no estaría mi voluntad con este pueblo; échalos de mi pre-<br />

2 sencia, y salgan. Y si te preguntaren: ¿A dónde saldremos?<br />

les dirás: Así ha dicho Jehová: El que a muerte, a muerte; el<br />

que a espada, a espada; el que a hambre, a hambre; y el que a<br />

3 cautiverio, a cautiverio. Y enviaré sobre ellos cuatro géneros<br />

de castigo, dice Jehová: espada para matar, y perros para despedazar,<br />

y aves del cielo y bestias de la tierra para devorar y<br />

4 destruir. Y los entregaré para terror a todos los reinos de la<br />

tierra, a causa de Manasés hijo de Ezequías, rey de Judá, por<br />

5 lo que hizo en Jerusalén. Porque ¿quién tendrá compasión de<br />

ti, oh Jerusalén? ¿Quién se entristecerá por tu causa, o quién


1051 Jeremías 15. 6–21<br />

vendrá a preguntar por tu paz? Tú me dejaste, dice Jehová; 6<br />

te volviste atrás; por tanto, yo extenderé sobre ti mi mano y te<br />

destruiré; estoy cansado de arrepentirme. Aunque los aventé 7<br />

con aventador hasta las puertas de la tierra, y dejé sin hijos<br />

a mi pueblo y lo desbaraté, no se volvieron de sus caminos.<br />

Sus viudas se me multiplicaron más que la arena del mar; tra- 8<br />

je contra ellos destruidor a mediodía sobre la madre y sobre<br />

los hijos; hice que de repente cayesen terrores sobre la ciudad.<br />

Languideció la que dio a luz siete; se llenó de dolor su alma, su 9<br />

sol se puso siendo aún de día; fue avergonzada y llena de confusión;<br />

y lo que de ella quede, lo entregaré a la espada delante<br />

de sus enemigos, dice Jehová. ¡Ay de mí, madre mía, que me 10<br />

engendraste hombre de contienda y hombre de discordia para<br />

toda la tierra! Nunca he dado ni tomado en préstamo, y todos<br />

me maldicen. ¡Sea así, oh Jehová, si no te he rogado por su 11<br />

bien, si no he suplicado ante ti en favor del enemigo en tiempo<br />

de aflicción y en época de angustia! ¿Puede alguno quebrar 12<br />

el hierro, el hierro del norte y el bronce? Tus riquezas y tus 13<br />

tesoros entregaré a la rapiña sin ningún precio, por todos tus<br />

pecados, y en todo tu territorio. Y te haré servir a tus ene- 14<br />

migos en tierra que no conoces; porque fuego se ha encendido<br />

en mi furor, y arderá sobre vosotros. Tú lo sabes, oh Jehová; 15<br />

acuérdate de mí, y visítame, y véngame de mis enemigos. No<br />

me reproches en la prolongación de tu enojo; sabes que por<br />

amor de ti sufro afrenta. Fueron halladas tus palabras, y yo 16<br />

las comí; y tu palabra me fue por gozo y por alegría de mi<br />

corazón; porque tu nombre se invocó sobre mí, oh Jehová Dios<br />

de los ejércitos. No me senté en compañía de burladores, ni 17<br />

me engreí a causa de tu profecía; me senté solo, porque me<br />

llenaste de indignación. ¿Por qué fue perpetuo mi dolor, y mi 18<br />

herida desahuciada no admitió curación? ¿Serás para mí como<br />

cosa ilusoria, como aguas que no son estables? Por tanto, así 19<br />

dijo Jehová: Si te convirtieres, yo te restauraré, y delante de<br />

mí estarás; y si entresacares lo precioso de lo vil, serás como mi<br />

boca. Conviértanse ellos a ti, y tú no te conviertas a ellos. Y 20<br />

te pondré en este pueblo por muro fortificado de bronce, y pelearán<br />

contra ti, pero no te vencerán; porque yo estoy contigo<br />

para guardarte y para defenderte, dice Jehová. Y te libraré de 21


16. 1–15 Jeremías 1052<br />

la mano de los malos, y te redimiré de la mano de los fuertes.<br />

16, 2 Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: No tomarás para<br />

3 ti mujer, ni tendrás hijos ni hijas en este lugar. Porque así<br />

ha dicho Jehová acerca de los hijos y de las hijas que nazcan<br />

en este lugar, de sus madres que los den a luz y de los padres<br />

4 que los engendren en esta tierra: De dolorosas enfermedades<br />

morirán; no serán plañidos ni enterrados; serán como estiércol<br />

sobre la faz de la tierra; con espada y con hambre serán consumidos,<br />

y sus cuerpos servirán de comida a las aves del cielo<br />

5 y a las bestias de la tierra. Porque así ha dicho Jehová: No<br />

entres en casa de luto, ni vayas a lamentar, ni los consueles;<br />

porque yo he quitado mi paz de este pueblo, dice Jehová, mi<br />

6 misericordia y mis piedades. Morirán en esta tierra grandes<br />

y pequeños; no se enterrarán, ni los plañirán, ni se rasgarán ni<br />

7 se raerán los cabellos por ellos; ni partirán pan por ellos en<br />

el luto para consolarlos de sus muertos; ni les darán a beber<br />

8 vaso de consolaciones por su padre o por su madre. Asimismo<br />

no entres en casa de banquete, para sentarte con ellos a<br />

9 comer o a beber. Porque así ha dicho Jehová de los ejércitos,<br />

Dios de Israel: He aquí que yo haré cesar en este lugar,<br />

delante de vuestros ojos y en vuestros días, toda voz de gozo<br />

y toda voz de alegría, y toda voz de esposo y toda voz de es-<br />

10 posa. Y acontecerá que cuando anuncies a este pueblo todas<br />

estas cosas, te dirán ellos: ¿Por qué anuncia Jehová contra nosotros<br />

todo este mal tan grande? ¿Qué maldad es la nuestra,<br />

o qué pecado es el nuestro, que hemos cometido contra Jehová<br />

11 nuestro Dios? Entonces les dirás: Porque vuestros padres me<br />

dejaron, dice Jehová, y anduvieron en pos de dioses ajenos, y<br />

los sirvieron, y ante ellos se postraron, y me dejaron a mí y no<br />

12 guardaron mi ley; y vosotros habéis hecho peor que vuestros<br />

padres; porque he aquí que vosotros camináis cada uno tras la<br />

13 imaginación de su malvado corazón, no oyéndome a mí. Por<br />

tanto, yo os arrojaré de esta tierra a una tierra que ni vosotros<br />

ni vuestros padres habéis conocido, y allá serviréis a dioses<br />

ajenos de día y de noche; porque no os mostraré clemencia.<br />

14 No obstante, he aquí vienen días, dice Jehová, en que no se<br />

dirá más: Vive Jehová, que hizo subir a los hijos de Israel de<br />

15 tierra de Egipto; sino: Vive Jehová, que hizo subir a los hijos


1053 Jeremías 16. 16–17. 10<br />

de Israel de la tierra del norte, y de todas las tierras adonde<br />

los había arrojado; y los volveré a su tierra, la cual di a sus<br />

padres. He aquí que yo envío muchos pescadores, dice Jeho- 16<br />

vá, y los pescarán, y después enviaré muchos cazadores, y los<br />

cazarán por todo monte y por todo collado, y por las cavernas<br />

de los peñascos. Porque mis ojos están sobre todos sus 17<br />

caminos, los cuales no se me ocultaron, ni su maldad se esconde<br />

de la presencia de mis ojos. Pero primero pagaré al doble 18<br />

su iniquidad y su pecado; porque contaminaron mi tierra con<br />

los cadáveres de sus ídolos, y de sus abominaciones llenaron<br />

mi heredad. Oh Jehová, fortaleza mía y fuerza mía, y refugio 19<br />

mío en el tiempo de la aflicción, a ti vendrán naciones desde los<br />

extremos de la tierra, y dirán: Ciertamente mentira poseyeron<br />

nuestros padres, vanidad, y no hay en ellos provecho. ¿Hará 20<br />

acaso el hombre dioses para sí? Mas ellos no son dioses. Por 21<br />

tanto, he aquí les enseñaré esta vez, les haré conocer mi mano<br />

y mi poder, y sabrán que mi nombre es Jehová.<br />

El pecado de Judá escrito está con cincel de hierro y con 17<br />

punta de diamante; esculpido está en la tabla de su corazón, y<br />

en los cuernos de sus altares, mientras sus hijos se acuerdan 2<br />

de sus altares y de sus imágenes de Asera, que están junto a los<br />

árboles frondosos y en los collados altos, sobre las montañas 3<br />

y sobre el campo. Todos tus tesoros entregaré al pillaje por el<br />

pecado de tus lugares altos en todo tu territorio. Y perderás 4<br />

la heredad que yo te di, y te haré servir a tus enemigos en<br />

tierra que no conociste; porque fuego habéis encendido en mi<br />

furor, que para siempre arderá. Así ha dicho Jehová: Maldito 5<br />

el varón que confía en el hombre, y pone carne por su brazo,<br />

y su corazón se aparta de Jehová. Será como la retama en el 6<br />

desierto, y no verá cuando viene el bien, sino que morará en<br />

los sequedales en el desierto, en tierra despoblada y deshabitada.<br />

Bendito el varón que confía en Jehová, y cuya confianza 7<br />

es Jehová. Porque será como el árbol plantado junto a las 8<br />

aguas, que junto a la corriente echará sus raíces, y no verá<br />

cuando viene el calor, sino que su hoja estará verde; y en el<br />

año de sequía no se fatigará, ni dejará de dar fruto. Engañoso 9<br />

es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo<br />

conocerá? Yo Jehová, que escudriño la mente, que pruebo el 10


17. 11–26 Jeremías 1054<br />

corazón, para dar a cada uno según su camino, según el fruto<br />

11 de sus obras. Como la perdiz que cubre lo que no puso, es el<br />

que injustamente amontona riquezas; en la mitad de sus días<br />

12 las dejará, y en su postrimería será insensato. Trono de gloria,<br />

excelso desde el principio, es el lugar de nuestro santuario.<br />

13 ¡Oh Jehová, esperanza de Israel! todos los que te dejan serán<br />

avergonzados; y los que se apartan de mí serán escritos en<br />

el polvo, porque dejaron a Jehová, manantial de aguas vivas.<br />

14 Sáname, oh Jehová, y seré sano; sálvame, y seré salvo; porque<br />

15 tú eres mi alabanza. He aquí que ellos me dicen: ¿Dónde está<br />

16 la palabra de Jehová? ¡Que se cumpla ahora! Mas yo no he<br />

ido en pos de ti para incitarte a su castigo, ni deseé día de<br />

calamidad, tú lo sabes. Lo que de mi boca ha salido, fue en tu<br />

17 presencia. No me seas tú por espanto, pues mi refugio eres tú<br />

18 en el día malo. Avergüéncense los que me persiguen, y no me<br />

avergüence yo; asómbrense ellos, y yo no me asombre; trae sobre<br />

ellos día malo, y quebrántalos con doble quebrantamiento.<br />

19 Así me ha dicho Jehová: Ve y ponte a la puerta de los hijos del<br />

pueblo, por la cual entran y salen los reyes de Judá, y ponte<br />

20 en todas las puertas de Jerusalén, y diles: Oíd la palabra de<br />

Jehová, reyes de Judá, y todo Judá y todos los moradores de<br />

21 Jerusalén que entráis por estas puertas. Así ha dicho Jehová:<br />

Guardaos por vuestra vida de llevar carga en el día de reposo,<br />

22 y de meterla por las puertas de Jerusalén. Ni saquéis carga<br />

de vuestras casas en el día de reposo, ni hagáis trabajo alguno,<br />

sino santificad el día de reposo, como mandé a vuestros padres.<br />

23 Pero ellos no oyeron, ni inclinaron su oído, sino endurecieron<br />

24 su cerviz para no oír, ni recibir corrección. No obstante, si<br />

vosotros me obedeciereis, dice Jehová, no metiendo carga por<br />

las puertas de esta ciudad en el día de reposo, sino que santificareis<br />

el día de reposo, no haciendo en él ningún trabajo,<br />

25 entrarán por las puertas de esta ciudad, en carros y en caballos,<br />

los reyes y los príncipes que se sientan sobre el trono de<br />

David, ellos y sus príncipes, los varones de Judá y los morado-<br />

26 res de Jerusalén; y esta ciudad será habitada para siempre. Y<br />

vendrán de las ciudades de Judá, de los alrededores de Jerusalén,<br />

de tierra de Benjamín, de la Sefela, de los montes y del<br />

Neguev, trayendo holocausto y sacrificio, y ofrenda e incienso,


1055 Jeremías 17. 27–18. 17<br />

y trayendo sacrificio de alabanza a la casa de Jehová. Pero 27<br />

si no me oyereis para santificar el día de reposo, y para no<br />

traer carga ni meterla por las puertas de Jerusalén en día de<br />

reposo, yo haré descender fuego en sus puertas, y consumirá<br />

los palacios de Jerusalén, y no se apagará.<br />

Palabra de Jehová que vino a Jeremías, diciendo: Levánta- 18, 2<br />

te y vete a casa del alfarero, y allí te haré oír mis palabras. Y 3<br />

descendí a casa del alfarero, y he aquí que él trabajaba sobre<br />

la rueda. Y la vasija de barro que él hacía se echó a perder en 4<br />

su mano; y volvió y la hizo otra vasija, según le pareció mejor<br />

hacerla. Entonces vino a mí palabra de Jehová, diciendo: 5<br />

¿No podré yo hacer de vosotros como este alfarero, oh casa de 6<br />

Israel? dice Jehová. He aquí que como el barro en la mano del<br />

alfarero, así sois vosotros en mi mano, oh casa de Israel. En 7<br />

un instante hablaré contra pueblos y contra reinos, para arrancar,<br />

y derribar, y destruir. Pero si esos pueblos se convirtieren 8<br />

de su maldad contra la cual hablé, yo me arrepentiré del mal<br />

que había pensado hacerles, y en un instante hablaré de la 9<br />

gente y del reino, para edificar y para plantar. Pero si hiciere 10<br />

lo malo delante de mis ojos, no oyendo mi voz, me arrepentiré<br />

del bien que había determinado hacerle. Ahora, pues, habla 11<br />

luego a todo hombre de Judá y a los moradores de Jerusalén,<br />

diciendo: Así ha dicho Jehová: He aquí que yo dispongo mal<br />

contra vosotros, y trazo contra vosotros designios; conviértase<br />

ahora cada uno de su mal camino, y mejore sus caminos y<br />

sus obras. Y dijeron: Es en vano; porque en pos de nuestros 12<br />

ídolos iremos, y haremos cada uno el pensamiento de nuestro<br />

malvado corazón. Por tanto, así dijo Jehová: Preguntad aho- 13<br />

ra a las naciones, quién ha oído cosa semejante. Gran fealdad<br />

ha hecho la virgen de Israel. ¿Faltará la nieve del Líbano de 14<br />

la piedra del campo? ¿Faltarán las aguas frías que corren de<br />

lejanas tierras? Porque mi pueblo me ha olvidado, incensan- 15<br />

do a lo que es vanidad, y ha tropezado en sus caminos, en las<br />

sendas antiguas, para que camine por sendas y no por camino<br />

transitado, para poner su tierra en desolación, objeto de 16<br />

burla perpetua; todo aquel que pasare por ella se asombrará,<br />

y meneará la cabeza. Como viento solano los esparciré delan- 17<br />

te del enemigo; les mostraré las espaldas y no el rostro, en el


18. 18–19. 8 Jeremías 1056<br />

18 día de su perdición. Y dijeron: Venid y maquinemos contra<br />

Jeremías; porque la ley no faltará al sacerdote, ni el consejo al<br />

sabio, ni la palabra al profeta. Venid e hirámoslo de lengua,<br />

19 y no atendamos a ninguna de sus palabras. Oh Jehová, mira<br />

20 por mí, y oye la voz de los que contienden conmigo. ¿Se da<br />

mal por bien, para que hayan cavado hoyo a mi alma? Acuérdate<br />

que me puse delante de ti para hablar bien por ellos, para<br />

21 apartar de ellos tu ira. Por tanto, entrega sus hijos a hambre,<br />

dispérsalos por medio de la espada, y queden sus mujeres sin<br />

hijos, y viudas; y sus maridos sean puestos a muerte, y sus<br />

22 jóvenes heridos a espada en la guerra. Óigase clamor de sus<br />

casas, cuando traigas sobre ellos ejército de repente; porque<br />

cavaron hoyo para prenderme, y a mis pies han escondido la-<br />

23 zos. Pero tú, oh Jehová, conoces todo su consejo contra mí<br />

para muerte; no perdones su maldad, ni borres su pecado de<br />

delante de tu rostro; y tropiecen delante de ti; haz así con ellos<br />

en el tiempo de tu enojo.<br />

19 Así dijo Jehová: Ve y compra una vasija de barro del alfarero,<br />

y lleva contigo de los ancianos del pueblo, y de los ancianos<br />

2 de los sacerdotes; y saldrás al valle del hijo de Hinom, que está<br />

a la entrada de la puerta oriental, y proclamarás allí las pala-<br />

3 bras que yo te hablaré. Dirás, pues: Oíd palabra de Jehová,<br />

oh reyes de Judá, y moradores de Jerusalén. Así dice Jehová<br />

de los ejércitos, Dios de Israel: He aquí que yo traigo mal sobre<br />

este lugar, tal que a todo el que lo oyere, le retiñan los oídos.<br />

4 Porque me dejaron, y enajenaron este lugar, y ofrecieron en él<br />

incienso a dioses ajenos, los cuales no habían conocido ellos,<br />

ni sus padres, ni los reyes de Judá; y llenaron este lugar de<br />

5 sangre de inocentes. Y edificaron lugares altos a Baal, para<br />

quemar con fuego a sus hijos en holocaustos al mismo Baal;<br />

cosa que no les mandé, ni hablé, ni me vino al pensamiento.<br />

6 Por tanto, he aquí vienen días, dice Jehová, que este lugar no<br />

se llamará más Tofet, ni valle del hijo de Hinom, sino Valle de<br />

7 la Matanza. Y desvaneceré el consejo de Judá y de Jerusalén<br />

en este lugar, y les haré caer a espada delante de sus enemigos,<br />

y en las manos de los que buscan sus vidas; y daré sus<br />

cuerpos para comida a las aves del cielo y a las bestias de la<br />

8 tierra. Pondré a esta ciudad por espanto y burla; todo aquel


1057 Jeremías 19. 9–20. 6<br />

que pasare por ella se asombrará, y se burlará sobre toda su<br />

destrucción. Y les haré comer la carne de sus hijos y la carne 9<br />

de sus hijas, y cada uno comerá la carne de su amigo, en el<br />

asedio y en el apuro con que los estrecharán sus enemigos y<br />

los que buscan sus vidas. Entonces quebrarás la vasija ante 10<br />

los ojos de los varones que van contigo, y les dirás: Así ha 11<br />

dicho Jehová de los ejércitos: Así quebrantaré a este pueblo<br />

y a esta ciudad, como quien quiebra una vasija de barro, que<br />

no se puede restaurar más; y en Tofet se enterrarán, porque<br />

no habrá otro lugar para enterrar. Así haré a este lugar, dice 12<br />

Jehová, y a sus moradores, poniendo esta ciudad como Tofet.<br />

Las casas de Jerusalén, y las casas de los reyes de Judá, serán 13<br />

como el lugar de Tofet, inmundas, por todas las casas sobre<br />

cuyos tejados ofrecieron incienso a todo el ejército del cielo, y<br />

vertieron libaciones a dioses ajenos. Y volvió Jeremías de To- 14<br />

fet, adonde le envió Jehová a profetizar, y se paró en el atrio de<br />

la casa de Jehová y dijo a todo el pueblo: Así ha dicho Jehová 15<br />

de los ejércitos, Dios de Israel: He aquí, yo traigo sobre esta<br />

ciudad y sobre todas sus villas todo el mal que hablé contra<br />

ella; porque han endurecido su cerviz para no oír mis palabras.<br />

El sacerdote Pasur hijo de Imer, que presidía como prínci- 20<br />

pe en la casa de Jehová, oyó a Jeremías que profetizaba estas<br />

palabras. Y azotó Pasur al profeta Jeremías, y lo puso en el 2<br />

cepo que estaba en la puerta superior de Benjamín, la cual<br />

conducía a la casa de Jehová. Y el día siguiente Pasur sacó 3<br />

a Jeremías del cepo. Le dijo entonces Jeremías: Jehová no ha<br />

llamado tu nombre Pasur, sino Magor-misabib. Porque así 4<br />

ha dicho Jehová: He aquí, haré que seas un terror a ti mismo<br />

y a todos los que bien te quieren, y caerán por la espada de<br />

sus enemigos, y tus ojos lo verán; y a todo Judá entregaré en<br />

manos del rey de Babilonia, y los llevará cautivos a Babilonia,<br />

y los matará a espada. Entregaré asimismo toda la riqueza 5<br />

de esta ciudad, todo su trabajo y todas sus cosas preciosas; y<br />

daré todos los tesoros de los reyes de Judá en manos de sus<br />

enemigos, y los saquearán, y los tomarán y los llevarán a Babilonia.<br />

Y tú, Pasur, y todos los moradores de tu casa iréis 6<br />

cautivos; entrarás en Babilonia, y allí morirás, y allí serás enterrado<br />

tú, y todos los que bien te quieren, a los cuales has


20. 7–21. 4 Jeremías 1058<br />

7 profetizado con mentira. Me sedujiste, oh Jehová, y fui seducido;<br />

más fuerte fuiste que yo, y me venciste; cada día he sido<br />

8 escarnecido, cada cual se burla de mí. Porque cuantas veces<br />

hablo, doy voces, grito: Violencia y destrucción; porque la palabra<br />

de Jehová me ha sido para afrenta y escarnio cada día.<br />

9 Y dije: No me acordaré más de él, ni hablaré más en su nombre;<br />

no obstante, había en mi corazón como un fuego ardiente<br />

10 metido en mis huesos; traté de sufrirlo, y no pude. Porque<br />

oí la murmuración de muchos, temor de todas partes: Denunciad,<br />

denunciémosle. Todos mis amigos miraban si claudicaría.<br />

Quizá se engañará, decían, y prevaleceremos contra él, y to-<br />

11 maremos de él nuestra venganza. Mas Jehová está conmigo<br />

como poderoso gigante; por tanto, los que me persiguen tropezarán,<br />

y no prevalecerán; serán avergonzados en gran manera,<br />

porque no prosperarán; tendrán perpetua confusión que jamás<br />

12 será olvidada. Oh Jehová de los ejércitos, que pruebas a los<br />

justos, que ves los pensamientos y el corazón, vea yo tu ven-<br />

13 ganza de ellos; porque a ti he encomendado mi causa. Cantad<br />

a Jehová, load a Jehová; porque ha librado el alma del pobre<br />

14 de mano de los malignos. Maldito el día en que nací; el día en<br />

15 que mi madre me dio a luz no sea bendito. Maldito el hombre<br />

que dio nuevas a mi padre, diciendo: Hijo varón te ha nacido,<br />

16 haciéndole alegrarse así mucho. Y sea el tal hombre como<br />

las ciudades que asoló Jehová, y no se arrepintió; oiga gritos<br />

17 de mañana, y voces a mediodía, porque no me mató en el<br />

vientre, y mi madre me hubiera sido mi sepulcro, y su vientre<br />

18 embarazado para siempre. ¿Para qué salí del vientre? ¿Para<br />

ver trabajo y dolor, y que mis días se gastasen en afrenta?<br />

21 Palabra de Jehová que vino a Jeremías, cuando el rey Sedequías<br />

envió a él a Pasur hijo de Malquías y al sacerdote<br />

2 Sofonías hijo de Maasías, para que le dijesen: Consulta ahora<br />

acerca de nosotros a Jehová, porque Nabucodonosor rey de<br />

Babilonia hace guerra contra nosotros; quizá Jehová hará con<br />

nosotros según todas sus maravillas, y aquél se irá de sobre<br />

3, 4 nosotros. Y Jeremías les dijo: Diréis así a Sedequías: Así ha<br />

dicho Jehová Dios de Israel: He aquí yo vuelvo atrás las armas<br />

de guerra que están en vuestras manos, con que vosotros peleáis<br />

contra el rey de Babilonia; y a los caldeos que están fuera


1059 Jeremías 21. 5–22. 4<br />

de la muralla y os tienen sitiados, yo los reuniré en medio de<br />

esta ciudad. Pelearé contra vosotros con mano alzada y con 5<br />

brazo fuerte, con furor y enojo e ira grande. Y heriré a los 6<br />

moradores de esta ciudad, y los hombres y las bestias morirán<br />

de pestilencia grande. Después, dice Jehová, entregaré a 7<br />

Sedequías rey de Judá, a sus criados, al pueblo y a los que queden<br />

de la pestilencia, de la espada y del hambre en la ciudad,<br />

en mano de Nabucodonosor rey de Babilonia, en mano de sus<br />

enemigos y de los que buscan sus vidas, y él los herirá a filo<br />

de espada; no los perdonará, ni tendrá compasión de ellos, ni<br />

tendrá de ellos misericordia. Y a este pueblo dirás: Así ha di- 8<br />

cho Jehová: He aquí pongo delante de vosotros camino de vida<br />

y camino de muerte. El que quedare en esta ciudad morirá 9<br />

a espada, de hambre o de pestilencia; mas el que saliere y se<br />

pasare a los caldeos que os tienen sitiados, vivirá, y su vida le<br />

será por despojo. Porque mi rostro he puesto contra esta ciu- 10<br />

dad para mal, y no para bien, dice Jehová; en mano del rey de<br />

Babilonia será entregada, y la quemará a fuego. Y a la casa 11<br />

del rey de Judá dirás: Oíd palabra de Jehová: Casa de David, 12<br />

así dijo Jehová: Haced de mañana juicio, y librad al oprimido<br />

de mano del opresor, para que mi ira no salga como fuego, y se<br />

encienda y no haya quien lo apague, por la maldad de vuestras<br />

obras. He aquí yo estoy contra ti, moradora del valle, y de la 13<br />

piedra de la llanura, dice Jehová; los que decís: ¿Quién subirá<br />

contra nosotros, y quién entrará en nuestras moradas? Yo os 14<br />

castigaré conforme al fruto de vuestras obras, dice Jehová, y<br />

haré encender fuego en su bosque, y consumirá todo lo que<br />

está alrededor de él.<br />

Así dijo Jehová: Desciende a la casa del rey de Judá, y habla 22<br />

allí esta palabra, y di: Oye palabra de Jehová, oh rey de Judá 2<br />

que estás sentado sobre el trono de David, tú, y tus siervos,<br />

y tu pueblo que entra por estas puertas. Así ha dicho Jeho- 3<br />

vá: Haced juicio y justicia, y librad al oprimido de mano del<br />

opresor, y no engañéis ni robéis al extranjero, ni al huérfano<br />

ni a la viuda, ni derraméis sangre inocente en este lugar. Por- 4<br />

que si efectivamente obedeciereis esta palabra, los reyes que en<br />

lugar de David se sientan sobre su trono, entrarán montados<br />

en carros y en caballos por las puertas de esta casa; ellos, y


22. 5–22 Jeremías 1060<br />

5 sus criados y su pueblo. Mas si no oyereis estas palabras, por<br />

mí mismo he jurado, dice Jehová, que esta casa será desier-<br />

6 ta. Porque así ha dicho Jehová acerca de la casa del rey de<br />

Judá: Como Galaad eres tú para mí, y como la cima del Líbano;<br />

sin embargo, te convertiré en soledad, y como ciudades<br />

7 deshabitadas. Prepararé contra ti destruidores, cada uno con<br />

sus armas, y cortarán tus cedros escogidos y los echarán en el<br />

8 fuego. Y muchas gentes pasarán junto a esta ciudad, y dirán<br />

cada uno a su compañero: ¿Por qué hizo así Jehová con esta<br />

9 gran ciudad? Y se les responderá: Porque dejaron el pacto de<br />

10 Jehová su Dios, y adoraron dioses ajenos y les sirvieron. No<br />

lloréis al muerto, ni de él os condoláis; llorad amargamente por<br />

el que se va, porque no volverá jamás, ni verá la tierra donde<br />

11 nació. Porque así ha dicho Jehová acerca de Salum hijo de<br />

Josías, rey de Judá, el cual reinó en lugar de Josías su padre,<br />

12 y que salió de este lugar: No volverá más aquí, sino que morirá<br />

en el lugar adonde lo llevaron cautivo, y no verá más esta<br />

13 tierra. ¡Ay del que edifica su casa sin justicia, y sus salas sin<br />

equidad, sirviéndose de su prójimo de balde, y no dándole el<br />

14 salario de su trabajo! Que dice: Edificaré para mí casa espaciosa,<br />

y salas airosas; y le abre ventanas, y la cubre de cedro, y<br />

15 la pinta de bermellón. ¿<strong>Reina</strong>rás, porque te rodeas de cedro?<br />

¿No comió y bebió tu padre, e hizo juicio y justicia, y entonces<br />

16 le fue bien? El juzgó la causa del afligido y del menesteroso,<br />

y entonces estuvo bien. ¿No es esto conocerme a mí? dice Je-<br />

17 hová. Mas tus ojos y tu corazón no son sino para tu avaricia,<br />

y para derramar sangre inocente, y para opresión y para hacer<br />

18 agravio. Por tanto, así ha dicho Jehová acerca de Joacim hijo<br />

de Josías, rey de Judá: No lo llorarán, diciendo: ¡Ay, hermano<br />

mío! y ¡Ay, hermana! ni lo lamentarán, diciendo: ¡Ay, señor!<br />

19 ¡Ay, su grandeza! En sepultura de asno será enterrado, arras-<br />

20 trándole y echándole fuera de las puertas de Jerusalén. Sube<br />

al Líbano y clama, y en Basán da tu voz, y grita hacia todas<br />

21 partes; porque todos tus enamorados son destruidos. Te he<br />

hablado en tus prosperidades, mas dijiste: No oiré. Éste fue tu<br />

22 camino desde tu juventud, que nunca oíste mi voz. A todos<br />

tus pastores pastoreará el viento, y tus enamorados irán en


1061 Jeremías 22. 23–23. 8<br />

cautiverio; entonces te avergonzarás y te confundirás a causa<br />

de toda tu maldad. Habitaste en el Líbano, hiciste tu nido 23<br />

en los cedros. ¡Cómo gemirás cuando te vinieren dolores, dolor<br />

como de mujer que está de parto! Vivo yo, dice Jehová, que si 24<br />

Conías hijo de Joacim rey de Judá fuera anillo en mi mano derecha,<br />

aun de allí te arrancaría. Te entregaré en mano de los 25<br />

que buscan tu vida, y en mano de aquellos cuya vista temes;<br />

sí, en mano de Nabucodonosor rey de Babilonia, y en mano<br />

de los caldeos. Te haré llevar cautivo a ti y a tu madre que te 26<br />

dio a luz, a tierra ajena en que no nacisteis; y allá moriréis. Y 27<br />

a la tierra a la cual ellos con toda el alma anhelan volver, allá<br />

no volverán. ¿Es este hombre Conías una vasija despreciada 28<br />

y quebrada? ¿Es un trasto que nadie estima? ¿Por qué fueron<br />

arrojados él y su generación, y echados a tierra que no habían<br />

conocido? ¡Tierra, tierra, tierra! oye palabra de Jehová. Así 29, 30<br />

ha dicho Jehová: Escribid lo que sucederá a este hombre privado<br />

de descendencia, hombre a quien nada próspero sucederá<br />

en todos los días de su vida; porque ninguno de su descendencia<br />

logrará sentarse sobre el trono de David, ni reinar sobre<br />

Judá.<br />

¡Ay de los pastores que destruyen y dispersan las ovejas de 23<br />

mi rebaño! dice Jehová. Por tanto, así ha dicho Jehová Dios de 2<br />

Israel a los pastores que apacientan mi pueblo: Vosotros dispersasteis<br />

mis ovejas, y las espantasteis, y no las habéis cuidado.<br />

He aquí que yo castigo la maldad de vuestras obras, dice Jehová.<br />

Y yo mismo recogeré el remanente de mis ovejas de todas 3<br />

las tierras adonde las eché, y las haré volver a sus moradas;<br />

y crecerán y se multiplicarán. Y pondré sobre ellas pastores 4<br />

que las apacienten; y no temerán más, ni se amedrentarán, ni<br />

serán menoscabadas, dice Jehová. He aquí que vienen días, 5<br />

dice Jehová, en que levantaré a David renuevo justo, y reinará<br />

como Rey, el cual será dichoso, y hará juicio y justicia en la<br />

tierra. En sus días será salvo Judá, e Israel habitará confiado; 6<br />

y éste será su nombre con el cual le llamarán: Jehová, justicia<br />

nuestra. Por tanto, he aquí que vienen días, dice Jehová, en 7<br />

que no dirán más: Vive Jehová que hizo subir a los hijos de<br />

Israel de la tierra de Egipto, sino: Vive Jehová que hizo subir 8<br />

y trajo la descendencia de la casa de Israel de tierra del norte,


23. 9–23 Jeremías 1062<br />

y de todas las tierras adonde yo los había echado; y habitarán<br />

9 en su tierra. A causa de los profetas mi corazón está quebrantado<br />

dentro de mí, todos mis huesos tiemblan; estoy como un<br />

ebrio, y como hombre a quien dominó el vino, delante de Je-<br />

10 hová, y delante de sus santas palabras. Porque la tierra está<br />

llena de adúlteros; a causa de la maldición la tierra está desierta;<br />

los pastizales del desierto se secaron; la carrera de ellos<br />

11 fue mala, y su valentía no es recta. Porque tanto el profeta<br />

como el sacerdote son impíos; aun en mi casa hallé su maldad,<br />

12 dice Jehová. Por tanto, su camino será como resbaladeros en<br />

oscuridad; serán empujados, y caerán en él; porque yo traeré<br />

13 mal sobre ellos en el año de su castigo, dice Jehová. En los<br />

profetas de Samaria he visto desatinos; profetizaban en nom-<br />

14 bre de Baal, e hicieron errar a mi pueblo de Israel. Y en los<br />

profetas de Jerusalén he visto torpezas; cometían adulterios,<br />

y andaban en mentiras, y fortalecían las manos de los malos,<br />

para que ninguno se convirtiese de su maldad; me fueron todos<br />

15 ellos como Sodoma, y sus moradores como Gomorra. Por tanto,<br />

así ha dicho Jehová de los ejércitos contra aquellos profetas:<br />

He aquí que yo les hago comer ajenjos, y les haré beber agua<br />

de hiel; porque de los profetas de Jerusalén salió la hipocre-<br />

16 sía sobre toda la tierra. Así ha dicho Jehová de los ejércitos:<br />

No escuchéis las palabras de los profetas que os profetizan; os<br />

alimentan con vanas esperanzas; hablan visión de su propio co-<br />

17 razón, no de la boca de Jehová. Dicen atrevidamente a los que<br />

me irritan: Jehová dijo: Paz tendréis; y a cualquiera que anda<br />

tras la obstinación de su corazón, dicen: No vendrá mal sobre<br />

18 vosotros. Porque ¿quién estuvo en el secreto de Jehová, y vio,<br />

y oyó su palabra? ¿Quién estuvo atento a su palabra, y la oyó?<br />

19 He aquí que la tempestad de Jehová saldrá con furor; y la tempestad<br />

que está preparada caerá sobre la cabeza de los malos.<br />

20 No se apartará el furor de Jehová hasta que lo haya hecho, y<br />

hasta que haya cumplido los pensamientos de su corazón; en<br />

21 los postreros días lo entenderéis cumplidamente. No envié yo<br />

aquellos profetas, pero ellos corrían; yo no les hablé, mas ellos<br />

22 profetizaban. Pero si ellos hubieran estado en mi secreto, habrían<br />

hecho oír mis palabras a mi pueblo, y lo habrían hecho<br />

23 volver de su mal camino, y de la maldad de sus obras. ¿Soy


1063 Jeremías 23. 24–40<br />

yo Dios de cerca solamente, dice Jehová, y no Dios desde muy<br />

lejos? ¿Se ocultará alguno, dice Jehová, en escondrijos que yo 24<br />

no lo vea? ¿No lleno yo, dice Jehová, el cielo y la tierra? Yo 25<br />

he oído lo que aquellos profetas dijeron, profetizando mentira<br />

en mi nombre, diciendo: Soñé, soñé. ¿Hasta cuándo estará 26<br />

esto en el corazón de los profetas que profetizan mentira, y<br />

que profetizan el engaño de su corazón? ¿No piensan cómo 27<br />

hacen que mi pueblo se olvide de mi nombre con sus sueños<br />

que cada uno cuenta a su compañero, al modo que sus padres<br />

se olvidaron de mi nombre por Baal? El profeta que tuviere 28<br />

un sueño, cuente el sueño; y aquel a quien fuere mi palabra,<br />

cuente mi palabra verdadera. ¿Qué tiene que ver la paja con<br />

el trigo? dice Jehová. ¿No es mi palabra como fuego, dice Je- 29<br />

hová, y como martillo que quebranta la piedra? Por tanto, he 30<br />

aquí que yo estoy contra los profetas, dice Jehová, que hurtan<br />

mis palabras cada uno de su más cercano. Dice Jehová: He 31<br />

aquí que yo estoy contra los profetas que endulzan sus lenguas<br />

y dicen: El ha dicho. He aquí, dice Jehová, yo estoy contra los 32<br />

que profetizan sueños mentirosos, y los cuentan, y hacen errar<br />

a mi pueblo con sus mentiras y con sus lisonjas, y yo no los<br />

envié ni les mandé; y ningún provecho hicieron a este pueblo,<br />

dice Jehová. Y cuando te preguntare este pueblo, o el profe- 33<br />

ta, o el sacerdote, diciendo: ¿Cuál es la profecía de Jehová? les<br />

dirás: Ésta es la profecía: Os dejaré, ha dicho Jehová. Y al 34<br />

profeta, al sacerdote o al pueblo que dijere: Profecía de Jehová,<br />

yo enviaré castigo sobre tal hombre y sobre su casa. Así 35<br />

diréis cada cual a su compañero, y cada cual a su hermano:<br />

¿Qué ha respondido Jehová, y qué habló Jehová? Y nunca 36<br />

más os vendrá a la memoria decir: Profecía de Jehová; porque<br />

la palabra de cada uno le será por profecía; pues pervertisteis<br />

las palabras del Dios viviente, de Jehová de los ejércitos, Dios<br />

nuestro. Así dirás al profeta: ¿Qué te respondió Jehová, y qué 37<br />

habló Jehová? Mas si dijereis: Profecía de Jehová; por eso Je- 38<br />

hová dice así: Porque dijisteis esta palabra, Profecía de Jehová,<br />

habiendo yo enviado a deciros: No digáis: Profecía de Jehová,<br />

por tanto, he aquí que yo os echaré en olvido, y arrancaré de 39<br />

mi presencia a vosotros y a la ciudad que di a vosotros y a<br />

vuestros padres; y pondré sobre vosotros afrenta perpetua, y 40


24. 1–25. 5 Jeremías 1064<br />

eterna confusión que nunca borrará el olvido.<br />

24 Después de haber transportado Nabucodonosor rey de Babilonia<br />

a Jeconías hijo de Joacim, rey de Judá, a los príncipes<br />

de Judá y los artesanos y herreros de Jerusalén, y haberlos<br />

llevado a Babilonia, me mostró Jehová dos cestas de higos<br />

2 puestas delante del templo de Jehová. Una cesta tenía higos<br />

muy buenos, como brevas; y la otra cesta tenía higos muy ma-<br />

3 los, que de malos no se podían comer. Y me dijo Jehová: ¿Qué<br />

ves tú, Jeremías? Y dije: Higos; higos buenos, muy buenos; y<br />

4 malos, muy malos, que de malos no se pueden comer. Y vino<br />

5 a mí palabra de Jehová, diciendo: Así ha dicho Jehová Dios<br />

de Israel: Como a estos higos buenos, así miraré a los transportados<br />

de Judá, a los cuales eché de este lugar a la tierra<br />

6 de los caldeos, para bien. Porque pondré mis ojos sobre ellos<br />

para bien, y los volveré a esta tierra, y los edificaré, y no los<br />

7 destruiré; los plantaré y no los arrancaré. Y les daré corazón<br />

para que me conozcan que yo soy Jehová; y me serán por pueblo,<br />

y yo les seré a ellos por Dios; porque se volverán a mí de<br />

8 todo su corazón. Y como los higos malos, que de malos no<br />

se pueden comer, así ha dicho Jehová, pondré a Sedequías rey<br />

de Judá, a sus príncipes y al resto de Jerusalén que quedó en<br />

9 esta tierra, y a los que moran en la tierra de Egipto. Y los<br />

daré por escarnio y por mal a todos los reinos de la tierra;<br />

por infamia, por ejemplo, por refrán y por maldición a todos<br />

10 los lugares adonde yo los arroje. Y enviaré sobre ellos espada,<br />

hambre y pestilencia, hasta que sean exterminados de la tierra<br />

que les di a ellos y a sus padres.<br />

25 Palabra que vino a Jeremías acerca de todo el pueblo de<br />

Judá en el año cuarto de Joacim hijo de Josías, rey de Judá,<br />

el cual era el año primero de Nabucodonosor rey de Babilonia;<br />

2 la cual habló el profeta Jeremías a todo el pueblo de Judá y a<br />

3 todos los moradores de Jerusalén, diciendo: Desde el año trece<br />

de Josías hijo de Amón, rey de Judá, hasta este día, que son<br />

veintitrés años, ha venido a mí palabra de Jehová, y he hablado<br />

4 desde temprano y sin cesar; pero no oísteis. Y envió Jehová a<br />

vosotros todos sus siervos los profetas, enviándoles desde temprano<br />

y sin cesar; pero no oísteis, ni inclinasteis vuestro oído<br />

5 para escuchar cuando decían: Volveos ahora de vuestro mal


1065 Jeremías 25. 6–22<br />

camino y de la maldad de vuestras obras, y moraréis en la<br />

tierra que os dio Jehová a vosotros y a vuestros padres para<br />

siempre; y no vayáis en pos de dioses ajenos, sirviéndoles y 6<br />

adorándoles, ni me provoquéis a ira con la obra de vuestras<br />

manos; y no os haré mal. Pero no me habéis oído, dice Jeho- 7<br />

vá, para provocarme a ira con la obra de vuestras manos para<br />

mal vuestro. Por tanto, así ha dicho Jehová de los ejércitos: 8<br />

Por cuanto no habéis oído mis palabras, he aquí enviaré y 9<br />

tomaré a todas las tribus del norte, dice Jehová, y a Nabucodonosor<br />

rey de Babilonia, mi siervo, y los traeré contra esta<br />

tierra y contra sus moradores, y contra todas estas naciones en<br />

derredor; y los destruiré, y los pondré por escarnio y por burla<br />

y en desolación perpetua. Y haré que desaparezca de entre 10<br />

ellos la voz de gozo y la voz de alegría, la voz de desposado y<br />

la voz de desposada, ruido de molino y luz de lámpara. Toda 11<br />

esta tierra será puesta en ruinas y en espanto; y servirán estas<br />

naciones al rey de Babilonia setenta años. Y cuando sean 12<br />

cumplidos los setenta años, castigaré al rey de Babilonia y a<br />

aquella nación por su maldad, ha dicho Jehová, y a la tierra<br />

de los caldeos; y la convertiré en desiertos para siempre. Y 13<br />

traeré sobre aquella tierra todas mis palabras que he hablado<br />

contra ella, con todo lo que está escrito en este libro, profetizado<br />

por Jeremías contra todas las naciones. Porque también 14<br />

ellas serán sojuzgadas por muchas naciones y grandes reyes; y<br />

yo les pagaré conforme a sus hechos, y conforme a la obra de<br />

sus manos. Porque así me dijo Jehová Dios de Israel: Toma 15<br />

de mi mano la copa del vino de este furor, y da a beber de él a<br />

todas las naciones a las cuales yo te envío. Y beberán, y tem- 16<br />

blarán y enloquecerán, a causa de la espada que yo envío entre<br />

ellas. Y tomé la copa de la mano de Jehová, y di de beber a 17<br />

todas las naciones, a las cuales me envió Jehová: a Jerusalén, 18<br />

a las ciudades de Judá y a sus reyes, y a sus príncipes, para<br />

ponerlos en ruinas, en escarnio y en burla y en maldición, como<br />

hasta hoy; a Faraón rey de Egipto, a sus siervos, a sus 19<br />

príncipes y a todo su pueblo; y a toda la mezcla de naciones, 20<br />

a todos los reyes de tierra de Uz, y a todos los reyes de la<br />

tierra de Filistea, a Ascalón, a Gaza, a Ecrón y al remanente<br />

de Asdod; a Edom, a Moab y a los hijos de Amón; a todos 21, 22


25. 23–38 Jeremías 1066<br />

los reyes de Tiro, a todos los reyes de Sidón, a los reyes de las<br />

23 costas que están de ese lado del mar; a Dedán, a Tema y a<br />

24 Buz, y a todos los que se rapan las sienes; a todos los reyes<br />

de Arabia, a todos los reyes de pueblos mezclados que habitan<br />

25 en el desierto; a todos los reyes de Zimri, a todos los reyes<br />

26 de Elam, a todos los reyes de Media; a todos los reyes del<br />

norte, los de cerca y los de lejos, los unos con los otros, y a<br />

todos los reinos del mundo que están sobre la faz de la tierra;<br />

27 y el rey de Babilonia beberá después de ellos. Les dirás, pues:<br />

Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: Bebed, y<br />

embriagaos, y vomitad, y caed, y no os levantéis, a causa de<br />

28 la espada que yo envío entre vosotros. Y si no quieren tomar<br />

la copa de tu mano para beber, les dirás tú: Así ha dicho Je-<br />

29 hová de los ejércitos: Tenéis que beber. Porque he aquí que<br />

a la ciudad en la cual es invocado mi nombre yo comienzo a<br />

hacer mal; ¿y vosotros seréis absueltos? No seréis absueltos;<br />

porque espada traigo sobre todos los moradores de la tierra,<br />

30 dice Jehová de los ejércitos. Tú, pues, profetizarás contra ellos<br />

todas estas palabras y les dirás: Jehová rugirá desde lo alto,<br />

y desde su morada santa dará su voz; rugirá fuertemente contra<br />

su morada; canción de lagareros cantará contra todos los<br />

31 moradores de la tierra. Llegará el estruendo hasta el fin de la<br />

tierra, porque Jehová tiene juicio contra las naciones; él es el<br />

Juez de toda carne; entregará los impíos a espada, dice Jehová.<br />

32 Así ha dicho Jehová de los ejércitos: He aquí que el mal irá de<br />

nación en nación, y grande tempestad se levantará de los fines<br />

33 de la tierra. Y yacerán los muertos de Jehová en aquel día<br />

desde un extremo de la tierra hasta el otro; no se endecharán<br />

ni se recogerán ni serán enterrados; como estiércol quedarán<br />

34 sobre la faz de la tierra. Aullad, pastores, y clamad; revolcaos<br />

en el polvo, mayorales del rebaño; porque cumplidos son<br />

vuestros días para que seáis degollados y esparcidos, y caeréis<br />

35 como vaso precioso. Y se acabará la huida de los pastores, y el<br />

36 escape de los mayorales del rebaño. ¡Voz de la gritería de los<br />

pastores, y aullido de los mayorales del rebaño! porque Jehová<br />

37 asoló sus pastos. Y los pastos delicados serán destruidos por<br />

38 el ardor de la ira de Jehová. Dejó cual leoncillo su guarida;<br />

pues asolada fue la tierra de ellos por la ira del opresor, y por


1067 Jeremías 26. 1–15<br />

el furor de su saña.<br />

En el principio del reinado de Joacim hijo de Josías, rey de 26<br />

Judá, vino esta palabra de Jehová, diciendo: Así ha dicho Je- 2<br />

hová: Ponte en el atrio de la casa de Jehová, y habla a todas las<br />

ciudades de Judá, que vienen para adorar en la casa de Jehová,<br />

todas las palabras que yo te mandé hablarles; no retengas palabra.<br />

Quizá oigan, y se vuelvan cada uno de su mal camino, 3<br />

y me arrepentiré yo del mal que pienso hacerles por la maldad<br />

de sus obras. Les dirás, pues: Así ha dicho Jehová: Si no me 4<br />

oyereis para andar en mi ley, la cual puse ante vosotros, para 5<br />

atender a las palabras de mis siervos los profetas, que yo os<br />

envío desde temprano y sin cesar, a los cuales no habéis oído,<br />

yo pondré esta casa como Silo, y esta ciudad la pondré por 6<br />

maldición a todas las naciones de la tierra. Y los sacerdotes, 7<br />

los profetas y todo el pueblo oyeron a Jeremías hablar estas<br />

palabras en la casa de Jehová. Y cuando terminó de hablar 8<br />

Jeremías todo lo que Jehová le había mandado que hablase a<br />

todo el pueblo, los sacerdotes y los profetas y todo el pueblo le<br />

echaron mano, diciendo: De cierto morirás. ¿Por qué has pro- 9<br />

fetizado en nombre de Jehová, diciendo: Esta casa será como<br />

Silo, y esta ciudad será asolada hasta no quedar morador? Y<br />

todo el pueblo se juntó contra Jeremías en la casa de Jehová.<br />

Y los príncipes de Judá oyeron estas cosas, y subieron de la 10<br />

casa del rey a la casa de Jehová, y se sentaron en la entrada<br />

de la puerta nueva de la casa de Jehová. Entonces hablaron 11<br />

los sacerdotes y los profetas a los príncipes y a todo el pueblo,<br />

diciendo: En pena de muerte ha incurrido este hombre; porque<br />

profetizó contra esta ciudad, como vosotros habéis oído<br />

con vuestros oídos. Y habló Jeremías a todos los príncipes y 12<br />

a todo el pueblo, diciendo: Jehová me envió a profetizar contra<br />

esta casa y contra esta ciudad, todas las palabras que habéis<br />

oído. Mejorad ahora vuestros caminos y vuestras obras, y oíd 13<br />

la voz de Jehová vuestro Dios, y se arrepentirá Jehová del mal<br />

que ha hablado contra vosotros. En lo que a mí toca, he aquí 14<br />

estoy en vuestras manos; haced de mí como mejor y más recto<br />

os parezca. Mas sabed de cierto que si me matáis, sangre ino- 15<br />

cente echaréis sobre vosotros, y sobre esta ciudad y sobre sus<br />

moradores; porque en verdad Jehová me envió a vosotros para


26. 16–27. 6 Jeremías 1068<br />

16 que dijese todas estas palabras en vuestros oídos. Y dijeron<br />

los príncipes y todo el pueblo a los sacerdotes y profetas: No ha<br />

incurrido este hombre en pena de muerte, porque en nombre<br />

17 de Jehová nuestro Dios nos ha hablado. Entonces se levantaron<br />

algunos de los ancianos de la tierra y hablaron a toda la<br />

18 reunión del pueblo, diciendo: Miqueas de Moreset profetizó<br />

en tiempo de Ezequías rey de Judá, y habló a todo el pueblo<br />

de Judá, diciendo: Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Sion<br />

será arada como campo, y Jerusalén vendrá a ser montones de<br />

19 ruinas, y el monte de la casa como cumbres de bosque. ¿Acaso<br />

lo mataron Ezequías rey de Judá y todo Judá? ¿No temió<br />

a Jehová, y oró en presencia de Jehová, y Jehová se arrepintió<br />

del mal que había hablado contra ellos? ¿Haremos, pues,<br />

20 nosotros tan gran mal contra nuestras almas? Hubo también<br />

un hombre que profetizaba en nombre de Jehová, Urías hijo<br />

de Semaías, de Quiriat-jearim, el cual profetizó contra esta<br />

ciudad y contra esta tierra, conforme a todas las palabras de<br />

21 Jeremías; y oyeron sus palabras el rey Joacim y todos sus<br />

grandes, y todos sus príncipes, y el rey procuró matarle; en-<br />

22 tendiendo lo cual Urías, tuvo temor, y huyó a Egipto. Y el<br />

rey Joacim envió hombres a Egipto, a Elnatán hijo de Acbor y<br />

23 otros hombres con él, a Egipto; los cuales sacaron a Urías de<br />

Egipto y lo trajeron al rey Joacim, el cual lo mató a espada,<br />

24 y echó su cuerpo en los sepulcros del vulgo. Pero la mano de<br />

Ahicam hijo de Safán estaba a favor de Jeremías, para que no<br />

lo entregasen en las manos del pueblo para matarlo.<br />

27 En el principio del reinado de Joacim hijo de Josías, rey de<br />

2 Judá, vino esta palabra de Jehová a Jeremías, diciendo: Jehová<br />

me ha dicho así: Hazte coyundas y yugos, y ponlos sobre tu<br />

3 cuello; y los enviarás al rey de Edom, y al rey de Moab, y al<br />

rey de los hijos de Amón, y al rey de Tiro, y al rey de Sidón,<br />

por mano de los mensajeros que vienen a Jerusalén a Sede-<br />

4 quías rey de Judá. Y les mandarás que digan a sus señores:<br />

Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: Así habéis<br />

5 de decir a vuestros señores: Yo hice la tierra, el hombre y las<br />

bestias que están sobre la faz de la tierra, con mi gran poder<br />

6 y con mi brazo extendido, y la di a quien yo quise. Y ahora<br />

yo he puesto todas estas tierras en mano de Nabucodonosor


1069 Jeremías 27. 7–19<br />

rey de Babilonia, mi siervo, y aun las bestias del campo le he<br />

dado para que le sirvan. Y todas las naciones le servirán a 7<br />

él, a su hijo, y al hijo de su hijo, hasta que venga también el<br />

tiempo de su misma tierra, y la reduzcan a servidumbre muchas<br />

naciones y grandes reyes. Y a la nación y al reino que 8<br />

no sirviere a Nabucodonosor rey de Babilonia, y que no pusiere<br />

su cuello debajo del yugo del rey de Babilonia, castigaré<br />

a tal nación con espada y con hambre y con pestilencia, dice<br />

Jehová, hasta que la acabe yo por su mano. Y vosotros 9<br />

no prestéis oído a vuestros profetas, ni a vuestros adivinos,<br />

ni a vuestros soñadores, ni a vuestros agoreros, ni a vuestros<br />

encantadores, que os hablan diciendo: No serviréis al rey de<br />

Babilonia. Porque ellos os profetizan mentira, para haceros 10<br />

alejar de vuestra tierra, y para que yo os arroje y perezcáis.<br />

Mas a la nación que sometiere su cuello al yugo del rey de 11<br />

Babilonia y le sirviere, la dejaré en su tierra, dice Jehová, y<br />

la labrará y morará en ella. Hablé también a Sedequías rey 12<br />

de Judá conforme a todas estas palabras, diciendo: Someted<br />

vuestros cuellos al yugo del rey de Babilonia, y servidle a él y<br />

a su pueblo, y vivid. ¿Por qué moriréis tú y tu pueblo a es- 13<br />

pada, de hambre y de pestilencia, según ha dicho Jehová de la<br />

nación que no sirviere al rey de Babilonia? No oigáis las pala- 14<br />

bras de los profetas que os hablan diciendo: No serviréis al rey<br />

de Babilonia; porque os profetizan mentira. Porque yo no los 15<br />

envié, dice Jehová, y ellos profetizan falsamente en mi nombre,<br />

para que yo os arroje y perezcáis vosotros y los profetas que<br />

os profetizan. También a los sacerdotes y a todo este pueblo 16<br />

hablé diciendo: Así ha dicho Jehová: No oigáis las palabras de<br />

vuestros profetas que os profetizan diciendo: He aquí que los<br />

utensilios de la casa de Jehová volverán de Babilonia ahora<br />

pronto; porque os profetizan mentira. No los oigáis; servid al 17<br />

rey de Babilonia y vivid; ¿por qué ha de ser desolada esta ciudad?<br />

Y si ellos son profetas, y si está con ellos la palabra de 18<br />

Jehová, oren ahora a Jehová de los ejércitos para que los utensilios<br />

que han quedado en la casa de Jehová y en la casa del rey<br />

de Judá y en Jerusalén, no vayan a Babilonia. Porque así ha 19<br />

dicho Jehová de los ejércitos acerca de aquellas columnas, del<br />

estanque, de las basas y del resto de los utensilios que quedan


27. 20–28. 12 Jeremías 1070<br />

20 en esta ciudad, que no quitó Nabucodonosor rey de Babilonia<br />

cuando transportó de Jerusalén a Babilonia a Jeconías hijo de<br />

Joacim, rey de Judá, y a todos los nobles de Judá y de Jerusa-<br />

21 lén; así, pues, ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel,<br />

acerca de los utensilios que quedaron en la casa de Jehová, y<br />

22 en la casa del rey de Judá, y en Jerusalén: A Babilonia serán<br />

transportados, y allí estarán hasta el día en que yo los visite,<br />

dice Jehová; y después los traeré y los restauraré a este lugar.<br />

28 Aconteció en el mismo año, en el principio del reinado de<br />

Sedequías rey de Judá, en el año cuarto, en el quinto mes, que<br />

Hananías hijo de Azur, profeta que era de Gabaón, me habló<br />

en la casa de Jehová delante de los sacerdotes y de todo el pue-<br />

2 blo, diciendo: Así habló Jehová de los ejércitos, Dios de Israel,<br />

3 diciendo: Quebranté el yugo del rey de Babilonia. Dentro de<br />

dos años haré volver a este lugar todos los utensilios de la casa<br />

de Jehová, que Nabucodonosor rey de Babilonia tomó de este<br />

4 lugar para llevarlos a Babilonia, y yo haré volver a este lugar<br />

a Jeconías hijo de Joacim, rey de Judá, y a todos los transportados<br />

de Judá que entraron en Babilonia, dice Jehová; porque<br />

5 yo quebrantaré el yugo del rey de Babilonia. Entonces respondió<br />

el profeta Jeremías al profeta Hananías, delante de los<br />

sacerdotes y delante de todo el pueblo que estaba en la casa de<br />

6 Jehová. Y dijo el profeta Jeremías: Amén, así lo haga Jehová.<br />

Confirme Jehová tus palabras, con las cuales profetizaste que<br />

los utensilios de la casa de Jehová, y todos los transportados,<br />

7 han de ser devueltos de Babilonia a este lugar. Con todo eso,<br />

oye ahora esta palabra que yo hablo en tus oídos y en los oídos<br />

8 de todo el pueblo: Los profetas que fueron antes de mí y antes<br />

de ti en tiempos pasados, profetizaron guerra, aflicción y<br />

9 pestilencia contra muchas tierras y contra grandes reinos. El<br />

profeta que profetiza de paz, cuando se cumpla la palabra del<br />

profeta, será conocido como el profeta que Jehová en verdad<br />

10 envió. Entonces el profeta Hananías quitó el yugo del cuello<br />

11 del profeta Jeremías, y lo quebró. Y habló Hananías en presencia<br />

de todo el pueblo, diciendo: Así ha dicho Jehová: De<br />

esta manera romperé el yugo de Nabucodonosor rey de Babilonia,<br />

del cuello de todas las naciones, dentro de dos años. Y<br />

12 siguió Jeremías su camino. Y después que el profeta Hananías


1071 Jeremías 28. 13–29. 10<br />

rompió el yugo del cuello del profeta Jeremías, vino palabra de<br />

Jehová a Jeremías, diciendo: Ve y habla a Hananías, diciendo: 13<br />

Así ha dicho Jehová: Yugos de madera quebraste, mas en vez<br />

de ellos harás yugos de hierro. Porque así ha dicho Jehová 14<br />

de los ejércitos, Dios de Israel: Yugo de hierro puse sobre el<br />

cuello de todas estas naciones, para que sirvan a Nabucodonosor<br />

rey de Babilonia, y han de servirle; y aun también le<br />

he dado las bestias del campo. Entonces dijo el profeta Jere- 15<br />

mías al profeta Hananías: Ahora oye, Hananías: Jehová no te<br />

envió, y tú has hecho confiar en mentira a este pueblo. Por 16<br />

tanto, así ha dicho Jehová: He aquí que yo te quito de sobre la<br />

faz de la tierra; morirás en este año, porque hablaste rebelión<br />

contra Jehová. Y en el mismo año murió Hananías, en el mes 17<br />

séptimo.<br />

Éstas son las palabras de la carta que el profeta Jeremías 29<br />

envió de Jerusalén a los ancianos que habían quedado de los<br />

que fueron transportados, y a los sacerdotes y profetas y a todo<br />

el pueblo que Nabucodonosor llevó cautivo de Jerusalén a<br />

Babilonia (después que salió el rey Jeconías, la reina, los del 2<br />

palacio, los príncipes de Judá y de Jerusalén, los artífices y los<br />

ingenieros de Jerusalén), por mano de Elasa hijo de Safán y 3<br />

de Gemarías hijo de Hilcías, a quienes envió Sedequías rey de<br />

Judá a Babilonia, a Nabucodonosor rey de Babilonia. Decía:<br />

Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel, a todos los 4<br />

de la cautividad que hice transportar de Jerusalén a Babilonia:<br />

Edificad casas, y habitadlas; y plantad huertos, y comed del 5<br />

fruto de ellos. Casaos, y engendrad hijos e hijas; dad muje- 6<br />

res a vuestros hijos, y dad maridos a vuestras hijas, para que<br />

tengan hijos e hijas; y multiplicaos ahí, y no os disminuyáis.<br />

Y procurad la paz de la ciudad a la cual os hice transportar, 7<br />

y rogad por ella a Jehová; porque en su paz tendréis vosotros<br />

paz. Porque así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Is- 8<br />

rael: No os engañen vuestros profetas que están entre vosotros,<br />

ni vuestros adivinos; ni atendáis a los sueños que soñáis. Por- 9<br />

que falsamente os profetizan ellos en mi nombre; no los envié,<br />

ha dicho Jehová. Porque así dijo Jehová: Cuando en Babilo- 10<br />

nia se cumplan los setenta años, yo os visitaré, y despertaré<br />

sobre vosotros mi buena palabra, para haceros volver a este


29. 11–26 Jeremías 1072<br />

11 lugar. Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros,<br />

dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para<br />

12 daros el fin que esperáis. Entonces me invocaréis, y vendréis<br />

13 y oraréis a mí, y yo os oiré; y me buscaréis y me hallaréis,<br />

14 porque me buscaréis de todo vuestro corazón. Y seré hallado<br />

por vosotros, dice Jehová, y haré volver vuestra cautividad, y<br />

os reuniré de todas las naciones y de todos los lugares adonde<br />

os arrojé, dice Jehová; y os haré volver al lugar de donde os<br />

15 hice llevar. Mas habéis dicho: Jehová nos ha levantado profe-<br />

16 tas en Babilonia. Pero así ha dicho Jehová acerca del rey que<br />

está sentado sobre el trono de David, y de todo el pueblo que<br />

mora en esta ciudad, de vuestros hermanos que no salieron con<br />

17 vosotros en cautiverio; así ha dicho Jehová de los ejércitos: He<br />

aquí envío yo contra ellos espada, hambre y pestilencia, y los<br />

pondré como los higos malos, que de tan malos no se pueden<br />

18 comer. Los perseguiré con espada, con hambre y con pestilencia,<br />

y los daré por escarnio a todos los reinos de la tierra, por<br />

maldición y por espanto, y por burla y por afrenta para todas<br />

19 las naciones entre las cuales los he arrojado; por cuanto no<br />

oyeron mis palabras, dice Jehová, que les envié por mis siervos<br />

los profetas, desde temprano y sin cesar; y no habéis escucha-<br />

20 do, dice Jehová. Oíd, pues, palabra de Jehová, vosotros todos<br />

21 los transportados que envié de Jerusalén a Babilonia. Así ha<br />

dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel, acerca de Acab<br />

hijo de Colaías, y acerca de Sedequías hijo de Maasías, que os<br />

profetizan falsamente en mi nombre: He aquí los entrego yo<br />

en mano de Nabucodonosor rey de Babilonia, y él los matará<br />

22 delante de vuestros ojos. Y todos los transportados de Judá<br />

que están en Babilonia harán de ellos una maldición, diciendo:<br />

Póngate Jehová como a Sedequías y como a Acab, a quienes<br />

23 asó al fuego el rey de Babilonia. Porque hicieron maldad en<br />

Israel, y cometieron adulterio con las mujeres de sus prójimos,<br />

y falsamente hablaron en mi nombre palabra que no les<br />

24 mandé; lo cual yo sé y testifico, dice Jehová. Y a Semaías de<br />

25 Nehelam hablarás, diciendo: Así habló Jehová de los ejércitos,<br />

Dios de Israel, diciendo: Tú enviaste cartas en tu nombre<br />

a todo el pueblo que está en Jerusalén, y al sacerdote Sofonías<br />

26 hijo de Maasías, y a todos los sacerdotes, diciendo: Jehová te


1073 Jeremías 29. 27–30. 11<br />

ha puesto por sacerdote en lugar del sacerdote Joiada, para<br />

que te encargues en la casa de Jehová de todo hombre loco<br />

que profetice, poniéndolo en el calabozo y en el cepo. ¿Por 27<br />

qué, pues, no has reprendido ahora a Jeremías de Anatot, que<br />

os profetiza? Porque él nos envió a decir en Babilonia: Largo 28<br />

será el cautiverio; edificad casas, y habitadlas; plantad huertos,<br />

y comed el fruto de ellos. Y el sacerdote Sofonías había 29<br />

leído esta carta a oídos del profeta Jeremías. Y vino palabra 30<br />

de Jehová a Jeremías, diciendo: Envía a decir a todos los cau- 31<br />

tivos: Así ha dicho Jehová de Semaías de Nehelam: Porque os<br />

profetizó Semaías, y yo no lo envié, y os hizo confiar en mentira;<br />

por tanto, así ha dicho Jehová: He aquí que yo castigaré a 32<br />

Semaías de Nehelam y a su descendencia; no tendrá varón que<br />

more entre este pueblo, ni verá el bien que haré yo a mi pueblo,<br />

dice Jehová; porque contra Jehová ha hablado rebelión.<br />

Palabra de Jehová que vino a Jeremías, diciendo: Así habló 30, 2<br />

Jehová Dios de Israel, diciendo: Escríbete en un libro todas las<br />

palabras que te he hablado. Porque he aquí que vienen días, 3<br />

dice Jehová, en que haré volver a los cautivos de mi pueblo<br />

Israel y Judá, ha dicho Jehová, y los traeré a la tierra que di<br />

a sus padres, y la disfrutarán. Éstas, pues, son las palabras 4<br />

que habló Jehová acerca de Israel y de Judá. Porque así ha 5<br />

dicho Jehová: Hemos oído voz de temblor; de espanto, y no de<br />

paz. Inquirid ahora, y mirad si el varón da a luz; porque he 6<br />

visto que todo hombre tenía las manos sobre sus lomos, como<br />

mujer que está de parto, y se han vuelto pálidos todos los<br />

rostros. ¡Ah, cuán grande es aquel día! tanto, que no hay otro 7<br />

semejante a él; tiempo de angustia para Jacob; pero de ella será<br />

librado. En aquel día, dice Jehová de los ejércitos, yo quebraré 8<br />

su yugo de tu cuello, y romperé tus coyundas, y extranjeros no<br />

lo volverán más a poner en servidumbre, sino que servirán a 9<br />

Jehová su Dios y a David su rey, a quien yo les levantaré. Tú, 10<br />

pues, siervo mío Jacob, no temas, dice Jehová, ni te atemorices,<br />

Israel; porque he aquí que yo soy el que te salvo de lejos a ti y<br />

a tu descendencia de la tierra de cautividad; y Jacob volverá,<br />

descansará y vivirá tranquilo, y no habrá quien le espante.<br />

Porque yo estoy contigo para salvarte, dice Jehová, y destruiré 11<br />

a todas las naciones entre las cuales te esparcí; pero a ti no te


30. 12–31. 4 Jeremías 1074<br />

destruiré, sino que te castigaré con justicia; de ninguna manera<br />

12 te dejaré sin castigo. Porque así ha dicho Jehová: Incurable es<br />

13 tu quebrantamiento, y dolorosa tu llaga. No hay quien juzgue<br />

tu causa para sanarte; no hay para ti medicamentos eficaces.<br />

14 Todos tus enamorados te olvidaron; no te buscan; porque como<br />

hiere un enemigo te herí, con azote de adversario cruel, a causa<br />

de la magnitud de tu maldad y de la multitud de tus pecados.<br />

15 ¿Por qué gritas a causa de tu quebrantamiento? Incurable es tu<br />

dolor, porque por la grandeza de tu iniquidad y por tus muchos<br />

16 pecados te he hecho esto. Pero serán consumidos todos los que<br />

te consumen; y todos tus adversarios, todos irán en cautiverio;<br />

hollados serán los que te hollaron, y a todos los que hicieron<br />

17 presa de ti daré en presa. Mas yo haré venir sanidad para ti, y<br />

sanaré tus heridas, dice Jehová; porque desechada te llamaron,<br />

18 diciendo: Ésta es Sion, de la que nadie se acuerda. Así ha<br />

dicho Jehová: He aquí yo hago volver los cautivos de las tiendas<br />

de Jacob, y de sus tiendas tendré misericordia, y la ciudad será<br />

edificada sobre su colina, y el templo será asentado según su<br />

19 forma. Y saldrá de ellos acción de gracias, y voz de nación<br />

que está en regocijo, y los multiplicaré, y no serán disminuidos;<br />

20 los multiplicaré, y no serán menoscabados. Y serán sus hijos<br />

como antes, y su congregación delante de mí será confirmada;<br />

21 y castigaré a todos sus opresores. De ella saldrá su príncipe, y<br />

de en medio de ella saldrá su señoreador; y le haré llegar cerca,<br />

y él se acercará a mí; porque ¿quién es aquel que se atreve a<br />

22 acercarse a mí? dice Jehová. Y me seréis por pueblo, y yo seré<br />

23 vuestro Dios. He aquí, la tempestad de Jehová sale con furor;<br />

la tempestad que se prepara, sobre la cabeza de los impíos<br />

24 reposará. No se calmará el ardor de la ira de Jehová, hasta<br />

que haya hecho y cumplido los pensamientos de su corazón;<br />

en el fin de los días entenderéis esto.<br />

31 En aquel tiempo, dice Jehová, yo seré por Dios a todas las<br />

2 familias de Israel, y ellas me serán a mí por pueblo. Así ha<br />

dicho Jehová: El pueblo que escapó de la espada halló gracia<br />

3 en el desierto, cuando Israel iba en busca de reposo. Jehová<br />

se manifestó a mí hace ya mucho tiempo, diciendo: Con amor<br />

eterno te he amado; por tanto, te prolongué mi misericordia.<br />

4 Aún te edificaré, y serás edificada, oh virgen de Israel; todavía


1075 Jeremías 31. 5–19<br />

serás adornada con tus panderos, y saldrás en alegres danzas.<br />

Aún plantarás viñas en los montes de Samaria; plantarán los 5<br />

que plantan, y disfrutarán de ellas. Porque habrá día en que 6<br />

clamarán los guardas en el monte de Efraín: Levantaos, y subamos<br />

a Sion, a Jehová nuestro Dios. Porque así ha dicho 7<br />

Jehová: Regocijaos en Jacob con alegría, y dad voces de júbilo<br />

a la cabeza de naciones; haced oír, alabad, y decid: Oh Jehová,<br />

salva a tu pueblo, el remanente de Israel. He aquí yo los hago 8<br />

volver de la tierra del norte, y los reuniré de los fines de la<br />

tierra, y entre ellos ciegos y cojos, la mujer que está encinta y<br />

la que dio a luz juntamente; en gran compañía volverán acá.<br />

Irán con lloro, mas con misericordia los haré volver, y los haré 9<br />

andar junto a arroyos de aguas, por camino derecho en el cual<br />

no tropezarán; porque soy a Israel por padre, y Efraín es mi<br />

primogénito. Oíd palabra de Jehová, oh naciones, y hacedlo 10<br />

saber en las costas que están lejos, y decid: El que esparció<br />

a Israel lo reunirá y guardará, como el pastor a su rebaño.<br />

Porque Jehová redimió a Jacob, lo redimió de mano del más 11<br />

fuerte que él. Y vendrán con gritos de gozo en lo alto de Sion, 12<br />

y correrán al bien de Jehová, al pan, al vino, al aceite, y al<br />

ganado de las ovejas y de las vacas; y su alma será como huerto<br />

de riego, y nunca más tendrán dolor. Entonces la virgen 13<br />

se alegrará en la danza, los jóvenes y los viejos juntamente;<br />

y cambiaré su lloro en gozo, y los consolaré, y los alegraré de<br />

su dolor. Y el alma del sacerdote satisfaré con abundancia, y 14<br />

mi pueblo será saciado de mi bien, dice Jehová. Así ha dicho 15<br />

Jehová: Voz fue oída en Ramá, llanto y lloro amargo; Raquel<br />

que lamenta por sus hijos, y no quiso ser consolada acerca de<br />

sus hijos, porque perecieron. Así ha dicho Jehová: Reprime 16<br />

del llanto tu voz, y de las lágrimas tus ojos; porque salario<br />

hay para tu trabajo, dice Jehová, y volverán de la tierra del<br />

enemigo. Esperanza hay también para tu porvenir, dice Je- 17<br />

hová, y los hijos volverán a su propia tierra. Escuchando, he 18<br />

oído a Efraín que se lamentaba: Me azotaste, y fui castigado<br />

como novillo indómito; conviérteme, y seré convertido, porque<br />

tú eres Jehová mi Dios. Porque después que me aparté tu- 19<br />

ve arrepentimiento, y después que reconocí mi falta, herí mi<br />

muslo; me avergoncé y me confundí, porque llevé la afrenta


31. 20–35 Jeremías 1076<br />

20 de mi juventud. ¿No es Efraín hijo precioso para mí? ¿no es<br />

niño en quien me deleito? pues desde que hablé de él, me he<br />

acordado de él constantemente. Por eso mis entrañas se conmovieron<br />

por él; ciertamente tendré de él misericordia, dice<br />

21 Jehová. Establécete señales, ponte majanos altos, nota atentamente<br />

la calzada; vuélvete por el camino por donde fuiste,<br />

22 virgen de Israel, vuelve a estas tus ciudades. ¿Hasta cuándo<br />

andarás errante, oh hija contumaz? Porque Jehová creará una<br />

23 cosa nueva sobre la tierra: la mujer rodeará al varón. Así ha<br />

dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: Aún dirán esta<br />

palabra en la tierra de Judá y en sus ciudades, cuando yo haga<br />

volver sus cautivos: Jehová te bendiga, oh morada de justicia,<br />

24 oh monte santo. Y habitará allí Judá, y también en todas<br />

25 sus ciudades labradores, y los que van con rebaño. Porque<br />

satisfaré al alma cansada, y saciaré a toda alma entristecida.<br />

26, 27 En esto me desperté, y vi, y mi sueño me fue agradable. He<br />

aquí vienen días, dice Jehová, en que sembraré la casa de Israel<br />

y la casa de Judá de simiente de hombre y de simiente<br />

28 de animal. Y así como tuve cuidado de ellos para arrancar<br />

y derribar, y trastornar y perder y afligir, tendré cuidado de<br />

29 ellos para edificar y plantar, dice Jehová. En aquellos días no<br />

dirán más: Los padres comieron las uvas agrias y los dientes<br />

30 de los hijos tienen la dentera, sino que cada cual morirá por<br />

su propia maldad; los dientes de todo hombre que comiere las<br />

31 uvas agrias, tendrán la dentera. He aquí que vienen días, dice<br />

Jehová, en los cuales haré nuevo pacto con la casa de Israel y<br />

32 con la casa de Judá. No como el pacto que hice con sus padres<br />

el día que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto;<br />

porque ellos invalidaron mi pacto, aunque fui yo un marido<br />

33 para ellos, dice Jehová. Pero éste es el pacto que haré con la<br />

casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi<br />

ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos<br />

34 por Dios, y ellos me serán por pueblo. Y no enseñará más ninguno<br />

a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce<br />

a Jehová; porque todos me conocerán, desde el más pequeño<br />

de ellos hasta el más grande, dice Jehová; porque perdonaré<br />

35 la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado. Así<br />

ha dicho Jehová, que da el sol para luz del día, las leyes de la


1077 Jeremías 31. 36–32. 9<br />

luna y de las estrellas para luz de la noche, que parte el mar,<br />

y braman sus ondas; Jehová de los ejércitos es su nombre: Si 36<br />

faltaren estas leyes delante de mí, dice Jehová, también la descendencia<br />

de Israel faltará para no ser nación delante de mí<br />

eternamente. Así ha dicho Jehová: Si los cielos arriba se pue- 37<br />

den medir, y explorarse abajo los fundamentos de la tierra,<br />

también yo desecharé toda la descendencia de Israel por todo<br />

lo que hicieron, dice Jehová. He aquí que vienen días, dice Je- 38<br />

hová, en que la ciudad será edificada a Jehová, desde la torre<br />

de Hananeel hasta la puerta del Ángulo. Y saldrá más allá el 39<br />

cordel de la medida delante de él sobre el collado de Gareb, y<br />

rodeará a Goa. Y todo el valle de los cuerpos muertos y de la 40<br />

ceniza, y todas las llanuras hasta el arroyo de Cedrón, hasta<br />

la esquina de la puerta de los caballos al oriente, será santo a<br />

Jehová; no será arrancada ni destruida más para siempre.<br />

Palabra de Jehová que vino a Jeremías, el año décimo de 32<br />

Sedequías rey de Judá, que fue el año decimoctavo de Nabucodonosor.<br />

Entonces el ejército del rey de Babilonia tenía 2<br />

sitiada a Jerusalén, y el profeta Jeremías estaba preso en el<br />

patio de la cárcel que estaba en la casa del rey de Judá. Por- 3<br />

que Sedequías rey de Judá lo había puesto preso, diciendo:<br />

¿Por qué profetizas tú diciendo: Así ha dicho Jehová: He aquí<br />

yo entrego esta ciudad en mano del rey de Babilonia, y la tomará;<br />

y Sedequías rey de Judá no escapará de la mano de 4<br />

los caldeos, sino que de cierto será entregado en mano del rey<br />

de Babilonia, y hablará con él boca a boca, y sus ojos verán<br />

sus ojos, y hará llevar a Sedequías a Babilonia, y allá estará 5<br />

hasta que yo le visite; y si peleareis contra los caldeos, no os<br />

irá bien, dice Jehová? Dijo Jeremías: Palabra de Jehová vino 6<br />

a mí, diciendo: He aquí que Hanameel hijo de Salum tu tío 7<br />

viene a ti, diciendo: Cómprame mi heredad que está en Anatot;<br />

porque tú tienes derecho a ella para comprarla. Y vino a 8<br />

mí Hanameel hijo de mi tío, conforme a la palabra de Jehová,<br />

al patio de la cárcel, y me dijo: Compra ahora mi heredad, que<br />

está en Anatot en tierra de Benjamín, porque tuyo es el derecho<br />

de la herencia, y a ti corresponde el rescate; cómprala para<br />

ti. Entonces conocí que era palabra de Jehová. Y compré la 9<br />

heredad de Hanameel, hijo de mi tío, la cual estaba en Anatot,


32. 10–25 Jeremías 1078<br />

10 y le pesé el dinero; diecisiete siclos de plata. Y escribí la carta<br />

y la sellé, y la hice certificar con testigos, y pesé el dinero en<br />

11 balanza. Tomé luego la carta de venta, sellada según el dere-<br />

12 cho y costumbre, y la copia abierta. Y di la carta de venta<br />

a Baruc hijo de Nerías, hijo de Maasías, delante de Hanameel<br />

el hijo de mi tío, y delante de los testigos que habían suscrito<br />

la carta de venta, delante de todos los judíos que estaban en<br />

13 el patio de la cárcel. Y di orden a Baruc delante de ellos,<br />

14 diciendo: Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel:<br />

Toma estas cartas, esta carta de venta sellada, y esta carta<br />

abierta, y ponlas en una vasija de barro, para que se conser-<br />

15 ven muchos días. Porque así ha dicho Jehová de los ejércitos,<br />

Dios de Israel: Aún se comprarán casas, heredades y viñas en<br />

16 esta tierra. Y después que di la carta de venta a Baruc hijo<br />

17 de Nerías, oré a Jehová, diciendo: ¡Oh Señor Jehová! he aquí<br />

que tú hiciste el cielo y la tierra con tu gran poder, y con tu<br />

18 brazo extendido, ni hay nada que sea difícil para ti; que haces<br />

misericordia a millares, y castigas la maldad de los padres en<br />

sus hijos después de ellos; Dios grande, poderoso, Jehová de<br />

19 los ejércitos es su nombre; grande en consejo, y magnífico en<br />

hechos; porque tus ojos están abiertos sobre todos los caminos<br />

de los hijos de los hombres, para dar a cada uno según<br />

20 sus caminos, y según el fruto de sus obras. Tú hiciste señales<br />

y portentos en tierra de Egipto hasta este día, y en Israel, y<br />

entre los hombres; y te has hecho nombre, como se ve en el<br />

21 día de hoy. Y sacaste a tu pueblo Israel de la tierra de Egipto<br />

con señales y portentos, con mano fuerte y brazo extendido, y<br />

22 con terror grande; y les diste esta tierra, de la cual juraste a<br />

23 sus padres que se la darías, la tierra que fluye leche y miel; y<br />

entraron, y la disfrutaron; pero no oyeron tu voz, ni anduvieron<br />

en tu ley; nada hicieron de lo que les mandaste hacer; por<br />

24 tanto, has hecho venir sobre ellos todo este mal. He aquí que<br />

con arietes han acometido la ciudad para tomarla, y la ciudad<br />

va a ser entregada en mano de los caldeos que pelean contra<br />

ella, a causa de la espada, del hambre y de la pestilencia; ha<br />

venido, pues, a suceder lo que tú dijiste, y he aquí lo estás<br />

25 viendo. ¡Oh Señor Jehová! ¿y tú me has dicho: Cómprate la<br />

heredad por dinero, y pon testigos; aunque la ciudad sea en-


1079 Jeremías 32. 26–41<br />

tregada en manos de los caldeos? Y vino palabra de Jehová a 26<br />

Jeremías, diciendo: He aquí que yo soy Jehová, Dios de toda 27<br />

carne; ¿habrá algo que sea difícil para mí? Por tanto, así ha 28<br />

dicho Jehová: He aquí voy a entregar esta ciudad en mano de<br />

los caldeos, y en mano de Nabucodonosor rey de Babilonia, y<br />

la tomará. Y vendrán los caldeos que atacan esta ciudad, y 29<br />

la pondrán a fuego y la quemarán, asimismo las casas sobre<br />

cuyas azoteas ofrecieron incienso a Baal y derramaron libaciones<br />

a dioses ajenos, para provocarme a ira. Porque los hijos 30<br />

de Israel y los hijos de Judá no han hecho sino lo malo delante<br />

de mis ojos desde su juventud; porque los hijos de Israel no<br />

han hecho más que provocarme a ira con la obra de sus manos,<br />

dice Jehová. De tal manera que para enojo mío y para 31<br />

ira mía me ha sido esta ciudad desde el día que la edificaron<br />

hasta hoy, para que la haga quitar de mi presencia, por toda 32<br />

la maldad de los hijos de Israel y de los hijos de Judá, que han<br />

hecho para enojarme, ellos, sus reyes, sus príncipes, sus sacerdotes<br />

y sus profetas, y los varones de Judá y los moradores de<br />

Jerusalén. Y me volvieron la cerviz, y no el rostro; y cuando 33<br />

los enseñaba desde temprano y sin cesar, no escucharon para<br />

recibir corrección. Antes pusieron sus abominaciones en la 34<br />

casa en la cual es invocado mi nombre, contaminándola. Y 35<br />

edificaron lugares altos a Baal, los cuales están en el valle del<br />

hijo de Hinom, para hacer pasar por el fuego sus hijos y sus<br />

hijas a Moloc; lo cual no les mandé, ni me vino al pensamiento<br />

que hiciesen esta abominación, para hacer pecar a Judá. Y 36<br />

con todo, ahora así dice Jehová Dios de Israel a esta ciudad,<br />

de la cual decís vosotros: Entregada será en mano del rey de<br />

Babilonia a espada, a hambre y a pestilencia: He aquí que 37<br />

yo los reuniré de todas las tierras a las cuales los eché con mi<br />

furor, y con mi enojo e indignación grande; y los haré volver<br />

a este lugar, y los haré habitar seguramente; y me serán por 38<br />

pueblo, y yo seré a ellos por Dios. Y les daré un corazón, y un 39<br />

camino, para que me teman perpetuamente, para que tengan<br />

bien ellos, y sus hijos después de ellos. Y haré con ellos pacto 40<br />

eterno, que no me volveré atrás de hacerles bien, y pondré mi<br />

temor en el corazón de ellos, para que no se aparten de mí. Y 41<br />

me alegraré con ellos haciéndoles bien, y los plantaré en esta


32. 42–33. 11 Jeremías 1080<br />

42 tierra en verdad, de todo mi corazón y de toda mi alma. Porque<br />

así ha dicho Jehová: Como traje sobre este pueblo todo<br />

este gran mal, así traeré sobre ellos todo el bien que acerca<br />

43 de ellos hablo. Y poseerán heredad en esta tierra de la cual<br />

vosotros decís: Está desierta, sin hombres y sin animales, es<br />

44 entregada en manos de los caldeos. Heredades comprarán por<br />

dinero, y harán escritura y la sellarán y pondrán testigos, en<br />

tierra de Benjamín y en los contornos de Jerusalén, y en las<br />

ciudades de Judá; y en las ciudades de las montañas, y en las<br />

ciudades de la Sefela, y en las ciudades del Neguev; porque yo<br />

haré regresar sus cautivos, dice Jehová.<br />

33 Vino palabra de Jehová a Jeremías la segunda vez, estando<br />

2 él aún preso en el patio de la cárcel, diciendo: Así ha dicho<br />

Jehová, que hizo la tierra, Jehová que la formó para afirmarla;<br />

3 Jehová es su nombre: Clama a mí, y yo te responderé, y te<br />

4 enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces. Porque<br />

así ha dicho Jehová Dios de Israel acerca de las casas de esta<br />

ciudad, y de las casas de los reyes de Judá, derribadas con<br />

5 arietes y con hachas (porque vinieron para pelear contra los<br />

caldeos, para llenarlas de cuerpos de hombres muertos, a los<br />

cuales herí yo con mi furor y con mi ira, pues escondí mi ros-<br />

6 tro de esta ciudad a causa de toda su maldad): He aquí que<br />

yo les traeré sanidad y medicina; y los curaré, y les revelaré<br />

7 abundancia de paz y de verdad. Y haré volver los cautivos<br />

de Judá y los cautivos de Israel, y los restableceré como al<br />

8 principio. Y los limpiaré de toda su maldad con que pecaron<br />

contra mí; y perdonaré todos sus pecados con que contra mí<br />

9 pecaron, y con que contra mí se rebelaron. Y me será a mí<br />

por nombre de gozo, de alabanza y de gloria, entre todas las<br />

naciones de la tierra, que habrán oído todo el bien que yo les<br />

hago; y temerán y temblarán de todo el bien y de toda la paz<br />

10 que yo les haré. Así ha dicho Jehová: En este lugar, del cual<br />

decís que está desierto sin hombres y sin animales, en las ciudades<br />

de Judá y en las calles de Jerusalén, que están asoladas,<br />

11 sin hombre y sin morador y sin animal, ha de oírse aún voz<br />

de gozo y de alegría, voz de desposado y voz de desposada,<br />

voz de los que digan: Alabad a Jehová de los ejércitos, porque<br />

Jehová es bueno, porque para siempre es su misericordia; voz


1081 Jeremías 33. 12–34. 1<br />

de los que traigan ofrendas de acción de gracias a la casa de<br />

Jehová. Porque volveré a traer los cautivos de la tierra como<br />

al principio, ha dicho Jehová. Así dice Jehová de los ejércitos: 12<br />

En este lugar desierto, sin hombre y sin animal, y en todas sus<br />

ciudades, aún habrá cabañas de pastores que hagan pastar sus<br />

ganados. En las ciudades de las montañas, en las ciudades de 13<br />

la Sefela, en las ciudades del Neguev, en la tierra de Benjamín,<br />

y alrededor de Jerusalén y en las ciudades de Judá, aún<br />

pasarán ganados por las manos del que los cuente, ha dicho<br />

Jehová. He aquí vienen días, dice Jehová, en que yo confirma- 14<br />

ré la buena palabra que he hablado a la casa de Israel y a la<br />

casa de Judá. En aquellos días y en aquel tiempo haré brotar 15<br />

a David un Renuevo de justicia, y hará juicio y justicia en la<br />

tierra. En aquellos días Judá será salvo, y Jerusalén habitará 16<br />

segura, y se le llamará: Jehová, justicia nuestra. Porque así 17<br />

ha dicho Jehová: No faltará a David varón que se siente sobre<br />

el trono de la casa de Israel. Ni a los sacerdotes y levitas 18<br />

faltará varón que delante de mí ofrezca holocausto y encienda<br />

ofrenda, y que haga sacrificio todos los días. Vino palabra de 19<br />

Jehová a Jeremías, diciendo: Así ha dicho Jehová: Si pudie- 20<br />

reis invalidar mi pacto con el día y mi pacto con la noche,<br />

de tal manera que no haya día ni noche a su tiempo, podrá 21<br />

también invalidarse mi pacto con mi siervo David, para que<br />

deje de tener hijo que reine sobre su trono, y mi pacto con los<br />

levitas y sacerdotes, mis ministros. Como no puede ser conta- 22<br />

do el ejército del cielo, ni la arena del mar se puede medir, así<br />

multiplicaré la descendencia de David mi siervo, y los levitas<br />

que me sirven. Vino palabra de Jehová a Jeremías, diciendo: 23<br />

¿No has echado de ver lo que habla este pueblo, diciendo: Dos 24<br />

familias que Jehová escogiera ha desechado? Y han tenido en<br />

poco a mi pueblo, hasta no tenerlo más por nación. Así ha 25<br />

dicho Jehová: Si no permanece mi pacto con el día y la noche,<br />

si yo no he puesto las leyes del cielo y la tierra, también de- 26<br />

secharé la descendencia de Jacob, y de David mi siervo, para<br />

no tomar de su descendencia quien sea señor sobre la posteridad<br />

de Abraham, de Isaac y de Jacob. Porque haré volver sus<br />

cautivos, y tendré de ellos misericordia.<br />

Palabra de Jehová que vino a Jeremías cuando Nabucodo- 34


34. 2–15 Jeremías 1082<br />

nosor rey de Babilonia y todo su ejército, y todos los reinos de<br />

la tierra bajo el señorío de su mano, y todos los pueblos, peleaban<br />

contra Jerusalén y contra todas sus ciudades, la cual dijo:<br />

2 Así ha dicho Jehová Dios de Israel: Ve y habla a Sedequías<br />

rey de Judá, y dile: Así ha dicho Jehová: He aquí yo entregaré<br />

3 esta ciudad al rey de Babilonia, y la quemará con fuego; y no<br />

escaparás tú de su mano, sino que ciertamente serás apresado,<br />

y en su mano serás entregado; y tus ojos verán los ojos del rey<br />

de Babilonia, y te hablará boca a boca, y en Babilonia entra-<br />

4 rás. Con todo eso, oye palabra de Jehová, Sedequías rey de<br />

Judá: Así ha dicho Jehová acerca de ti: No morirás a espada.<br />

5 En paz morirás, y así como quemaron especias por tus padres,<br />

los reyes primeros que fueron antes de ti, las quemarán por ti,<br />

y te endecharán, diciendo, ¡Ay, señor! Porque yo he hablado la<br />

6 palabra, dice Jehová. Y habló el profeta Jeremías a Sedequías<br />

7 rey de Judá todas estas palabras en Jerusalén. Y el ejército<br />

del rey de Babilonia peleaba contra Jerusalén, y contra todas<br />

las ciudades de Judá que habían quedado, contra Laquis y<br />

contra Azeca; porque de las ciudades fortificadas de Judá és-<br />

8 tas habían quedado. Palabra de Jehová que vino a Jeremías,<br />

después que Sedequías hizo pacto con todo el pueblo en Jeru-<br />

9 salén para promulgarles libertad; que cada uno dejase libre<br />

a su siervo y a su sierva, hebreo y hebrea; que ninguno usase<br />

10 a los judíos, sus hermanos, como siervos. Y cuando oyeron<br />

todos los príncipes, y todo el pueblo que había convenido en el<br />

pacto de dejar libre cada uno a su siervo y cada uno a su sierva,<br />

que ninguno los usase más como siervos, obedecieron, y los<br />

11 dejaron. Pero después se arrepintieron, e hicieron volver a los<br />

siervos y a las siervas que habían dejado libres, y los sujetaron<br />

12 como siervos y siervas. Vino, pues, palabra de Jehová a Jere-<br />

13 mías, diciendo: Así dice Jehová Dios de Israel: Yo hice pacto<br />

con vuestros padres el día que los saqué de tierra de Egipto, de<br />

14 casa de servidumbre, diciendo: Al cabo de siete años dejará<br />

cada uno a su hermano hebreo que le fuere vendido; le servirá<br />

seis años, y lo enviará libre; pero vuestros padres no me oyeron,<br />

15 ni inclinaron su oído. Y vosotros os habíais hoy convertido, y<br />

hecho lo recto delante de mis ojos, anunciando cada uno libertad<br />

a su prójimo; y habíais hecho pacto en mi presencia, en la


1083 Jeremías 34. 16–35. 6<br />

casa en la cual es invocado mi nombre. Pero os habéis vuelto 16<br />

y profanado mi nombre, y habéis vuelto a tomar cada uno a<br />

su siervo y cada uno a su sierva, que habíais dejado libres a<br />

su voluntad; y los habéis sujetado para que os sean siervos y<br />

siervas. Por tanto, así ha dicho Jehová: Vosotros no me habéis 17<br />

oído para promulgar cada uno libertad a su hermano, y cada<br />

uno a su compañero; he aquí que yo promulgo libertad, dice<br />

Jehová, a la espada y a la pestilencia y al hambre; y os pondré<br />

por afrenta ante todos los reinos de la tierra. Y entregaré a 18<br />

los hombres que traspasaron mi pacto, que no han llevado a<br />

efecto las palabras del pacto que celebraron en mi presencia,<br />

dividiendo en dos partes el becerro y pasando por medio de<br />

ellas; a los príncipes de Judá y a los príncipes de Jerusalén, a 19<br />

los oficiales y a los sacerdotes y a todo el pueblo de la tierra,<br />

que pasaron entre las partes del becerro, los entregaré en ma- 20<br />

no de sus enemigos y en mano de los que buscan su vida; y<br />

sus cuerpos muertos serán comida de las aves del cielo, y de<br />

las bestias de la tierra. Y a Sedequías rey de Judá y a sus 21<br />

príncipes los entregaré en mano de sus enemigos, y en mano<br />

de los que buscan su vida, y en mano del ejército del rey de<br />

Babilonia, que se ha ido de vosotros. He aquí, mandaré yo, 22<br />

dice Jehová, y los haré volver a esta ciudad, y pelearán contra<br />

ella y la tomarán, y la quemarán con fuego; y reduciré a<br />

soledad las ciudades de Judá, hasta no quedar morador.<br />

Palabra de Jehová que vino a Jeremías en días de Joacim 35<br />

hijo de Josías, rey de Judá, diciendo: Ve a casa de los reca- 2<br />

bitas y habla con ellos, e introdúcelos en la casa de Jehová,<br />

en uno de los aposentos, y dales a beber vino. Tomé entonces 3<br />

a Jaazanías hijo de Jeremías, hijo de Habasinías, a sus hermanos,<br />

a todos sus hijos, y a toda la familia de los recabitas;<br />

y los llevé a la casa de Jehová, al aposento de los hijos de 4<br />

Hanán hijo de Igdalías, varón de Dios, el cual estaba junto<br />

al aposento de los príncipes, que estaba sobre el aposento de<br />

Maasías hijo de Salum, guarda de la puerta. Y puse delante 5<br />

de los hijos de la familia de los recabitas tazas y copas llenas<br />

de vino, y les dije: Bebed vino. Mas ellos dijeron: No bebe- 6<br />

remos vino; porque Jonadab hijo de Recab nuestro padre nos<br />

ordenó diciendo: No beberéis jamás vino vosotros ni vuestros


35. 7–19 Jeremías 1084<br />

7 hijos; ni edificaréis casa, ni sembraréis sementera, ni plantaréis<br />

viña, ni la retendréis; sino que moraréis en tiendas todos<br />

vuestros días, para que viváis muchos días sobre la faz de la<br />

8 tierra donde vosotros habitáis. Y nosotros hemos obedecido<br />

a la voz de nuestro padre Jonadab hijo de Recab en todas las<br />

cosas que nos mandó, de no beber vino en todos nuestros días,<br />

ni nosotros, ni nuestras mujeres, ni nuestros hijos ni nuestras<br />

9 hijas; y de no edificar casas para nuestra morada, y de no<br />

10 tener viña, ni heredad, ni sementera. Moramos, pues, en tiendas,<br />

y hemos obedecido y hecho conforme a todas las cosas<br />

11 que nos mandó Jonadab nuestro padre. Sucedió, no obstante,<br />

que cuando Nabucodonosor rey de Babilonia subió a la tierra,<br />

dijimos: Venid, y ocultémonos en Jerusalén, de la presencia del<br />

ejército de los caldeos y de la presencia del ejército de los de<br />

12 Siria; y en Jerusalén nos quedamos. Y vino palabra de Jeho-<br />

13 vá a Jeremías, diciendo: Así ha dicho Jehová de los ejércitos,<br />

Dios de Israel: Ve y di a los varones de Judá, y a los moradores<br />

de Jerusalén: ¿No aprenderéis a obedecer mis palabras?<br />

14 dice Jehová. Fue firme la palabra de Jonadab hijo de Recab,<br />

el cual mandó a sus hijos que no bebiesen vino, y no lo han<br />

bebido hasta hoy, por obedecer al mandamiento de su padre;<br />

y yo os he hablado a vosotros desde temprano y sin cesar, y no<br />

15 me habéis oído. Y envié a vosotros todos mis siervos los profetas,<br />

desde temprano y sin cesar, para deciros: Volveos ahora<br />

cada uno de vuestro mal camino, y enmendad vuestras obras,<br />

y no vayáis tras dioses ajenos para servirles, y viviréis en la<br />

tierra que di a vosotros y a vuestros padres; mas no inclinasteis<br />

16 vuestro oído, ni me oísteis. Ciertamente los hijos de Jonadab<br />

hijo de Recab tuvieron por firme el mandamiento que les dio<br />

17 su padre; pero este pueblo no me ha obedecido. Por tanto, así<br />

ha dicho Jehová Dios de los ejércitos, Dios de Israel: He aquí<br />

traeré yo sobre Judá y sobre todos los moradores de Jerusalén<br />

todo el mal que contra ellos he hablado; porque les hablé, y no<br />

18 oyeron; los llamé, y no han respondido. Y dijo Jeremías a la<br />

familia de los recabitas: Así ha dicho Jehová de los ejércitos,<br />

Dios de Israel: Por cuanto obedecisteis al mandamiento de Jonadab<br />

vuestro padre, y guardasteis todos sus mandamientos, e<br />

19 hicisteis conforme a todas las cosas que os mandó; por tanto,


1085 Jeremías 36. 1–13<br />

así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: No faltará<br />

de Jonadab hijo de Recab un varón que esté en mi presencia<br />

todos los días.<br />

Aconteció en el cuarto año de Joacim hijo de Josías, rey de 36<br />

Judá, que vino esta palabra de Jehová a Jeremías, diciendo:<br />

Toma un rollo de libro, y escribe en él todas las palabras que te 2<br />

he hablado contra Israel y contra Judá, y contra todas las naciones,<br />

desde el día que comencé a hablarte, desde los días de<br />

Josías hasta hoy. Quizá oiga la casa de Judá todo el mal que 3<br />

yo pienso hacerles, y se arrepienta cada uno de su mal camino,<br />

y yo perdonaré su maldad y su pecado. Y llamó Jeremías a 4<br />

Baruc hijo de Nerías, y escribió Baruc de boca de Jeremías, en<br />

un rollo de libro, todas las palabras que Jehová le había hablado.<br />

Después mandó Jeremías a Baruc, diciendo: A mí se 5<br />

me ha prohibido entrar en la casa de Jehová. Entra tú, pues, 6<br />

y lee de este rollo que escribiste de mi boca, las palabras de<br />

Jehová a los oídos del pueblo, en la casa de Jehová, el día del<br />

ayuno; y las leerás también a oídos de todos los de Judá que<br />

vienen de sus ciudades. Quizá llegue la oración de ellos a la 7<br />

presencia de Jehová, y se vuelva cada uno de su mal camino;<br />

porque grande es el furor y la ira que ha expresado Jehová<br />

contra este pueblo. Y Baruc hijo de Nerías hizo conforme a 8<br />

todas las cosas que le mandó Jeremías profeta, leyendo en el<br />

libro las palabras de Jehová en la casa de Jehová. Y aconteció 9<br />

en el año quinto de Joacim hijo de Josías, rey de Judá, en el<br />

mes noveno, que promulgaron ayuno en la presencia de Jehová<br />

a todo el pueblo de Jerusalén y a todo el pueblo que venía de<br />

las ciudades de Judá a Jerusalén. Y Baruc leyó en el libro 10<br />

las palabras de Jeremías en la casa de Jehová, en el aposento<br />

de Gemarías hijo de Safán escriba, en el atrio de arriba, a la<br />

entrada de la puerta nueva de la casa de Jehová, a oídos del<br />

pueblo. Y Micaías hijo de Gemarías, hijo de Safán, habiendo 11<br />

oído del libro todas las palabras de Jehová, descendió a la 12<br />

casa del rey, al aposento del secretario, y he aquí que todos<br />

los príncipes estaban allí sentados, esto es: Elisama secretario,<br />

Delaía hijo de Semaías, Elnatán hijo de Acbor, Gemarías hijo<br />

de Safán, Sedequías hijo de Ananías, y todos los príncipes. Y 13<br />

les contó Micaías todas las palabras que había oído cuando


36. 14–29 Jeremías 1086<br />

14 Baruc leyó en el libro a oídos del pueblo. Entonces enviaron<br />

todos los príncipes a Jehudí hijo de Netanías, hijo de Selemías,<br />

hijo de Cusi, para que dijese a Baruc: Toma el rollo en el que<br />

leíste a oídos del pueblo, y ven. Y Baruc hijo de Nerías tomó el<br />

15 rollo en su mano y vino a ellos. Y le dijeron: Siéntate ahora,<br />

16 y léelo a nosotros. Y se lo leyó Baruc. Cuando oyeron todas<br />

aquellas palabras, cada uno se volvió espantado a su compañero,<br />

y dijeron a Baruc: Sin duda contaremos al rey todas<br />

17 estas palabras. Preguntaron luego a Baruc, diciendo: Cuéntanos<br />

ahora cómo escribiste de boca de Jeremías todas estas<br />

18 palabras. Y Baruc les dijo: Él me dictaba de su boca todas<br />

19 estas palabras, y yo escribía con tinta en el libro. Entonces<br />

dijeron los príncipes a Baruc: Ve y escóndete, tú y Jeremías, y<br />

20 nadie sepa dónde estáis. Y entraron a donde estaba el rey, al<br />

atrio, habiendo depositado el rollo en el aposento de Elisama<br />

21 secretario; y contaron a oídos del rey todas estas palabras. Y<br />

envió el rey a Jehudí a que tomase el rollo, el cual lo tomó del<br />

aposento de Elisama secretario, y leyó en él Jehudí a oídos del<br />

rey, y a oídos de todos los príncipes que junto al rey estaban.<br />

22 Y el rey estaba en la casa de invierno en el mes noveno, y ha-<br />

23 bía un brasero ardiendo delante de él. Cuando Jehudí había<br />

leído tres o cuatro planas, lo rasgó el rey con un cortaplumas<br />

de escriba, y lo echó en el fuego que había en el brasero, hasta<br />

que todo el rollo se consumió sobre el fuego que en el brasero<br />

24 había. Y no tuvieron temor ni rasgaron sus vestidos el rey y<br />

25 todos sus siervos que oyeron todas estas palabras. Y aunque<br />

Elnatán y Delaía y Gemarías rogaron al rey que no quemase<br />

26 aquel rollo, no los quiso oír. También mandó el rey a Jerameel<br />

hijo de Hamelec, a Seraías hijo de Azriel y a Selemías hijo de<br />

Abdeel, para que prendiesen a Baruc el escribiente y al profeta<br />

27 Jeremías; pero Jehová los escondió. Y vino palabra de Jehová<br />

a Jeremías, después que el rey quemó el rollo, las palabras que<br />

28 Baruc había escrito de boca de Jeremías, diciendo: Vuelve a<br />

tomar otro rollo, y escribe en él todas las palabras primeras<br />

que estaban en el primer rollo que quemó Joacim rey de Judá.<br />

29 Y dirás a Joacim rey de Judá: Así ha dicho Jehová: Tú quemaste<br />

este rollo, diciendo: ¿Por qué escribiste en él, diciendo:<br />

De cierto vendrá el rey de Babilonia, y destruirá esta tierra,


1087 Jeremías 36. 30–37. 12<br />

y hará que no queden en ella ni hombres ni animales? Por 30<br />

tanto, así ha dicho Jehová acerca de Joacim rey de Judá: No<br />

tendrá quien se siente sobre el trono de David; y su cuerpo<br />

será echado al calor del día y al hielo de la noche. Y castiga- 31<br />

ré su maldad en él, y en su descendencia y en sus siervos; y<br />

traeré sobre ellos, y sobre los moradores de Jerusalén y sobre<br />

los varones de Judá, todo el mal que les he anunciado y no<br />

escucharon. Y tomó Jeremías otro rollo y lo dio a Baruc hijo 32<br />

de Nerías escriba; y escribió en él de boca de Jeremías todas<br />

las palabras del libro que quemó en el fuego Joacim rey de Judá;<br />

y aun fueron añadidas sobre ellas muchas otras palabras<br />

semejantes.<br />

En lugar de Conías hijo de Joacim reinó el rey Sedequías 37<br />

hijo de Josías, al cual Nabucodonosor rey de Babilonia constituyó<br />

por rey en la tierra de Judá. Pero no obedeció él ni sus 2<br />

siervos ni el pueblo de la tierra a las palabras de Jehová, las<br />

cuales dijo por el profeta Jeremías. Y envió el rey Sedequías 3<br />

a Jucal hijo de Selemías, y al sacerdote Sofonías hijo de Maasías,<br />

para que dijesen al profeta Jeremías: Ruega ahora por<br />

nosotros a Jehová nuestro Dios. Y Jeremías entraba y salía 4<br />

en medio del pueblo; porque todavía no lo habían puesto en la<br />

cárcel. Y cuando el ejército de Faraón había salido de Egipto, 5<br />

y llegó noticia de ello a oídos de los caldeos que tenían sitiada<br />

a Jerusalén, se retiraron de Jerusalén. Entonces vino palabra 6<br />

de Jehová al profeta Jeremías, diciendo: Así ha dicho Jehová 7<br />

Dios de Israel: Diréis así al rey de Judá, que os envió a mí para<br />

que me consultaseis: He aquí que el ejército de Faraón que había<br />

salido en vuestro socorro, se volvió a su tierra en Egipto.<br />

Y volverán los caldeos y atacarán esta ciudad, y la tomarán 8<br />

y la pondrán a fuego. Así ha dicho Jehová: No os engañéis a 9<br />

vosotros mismos, diciendo: Sin duda ya los caldeos se apartarán<br />

de nosotros; porque no se apartarán. Porque aun cuando 10<br />

hirieseis a todo el ejército de los caldeos que pelean contra vosotros,<br />

y quedasen de ellos solamente hombres heridos, cada<br />

uno se levantará de su tienda, y pondrán esta ciudad a fuego.<br />

Y aconteció que cuando el ejército de los caldeos se retiró de 11<br />

Jerusalén a causa del ejército de Faraón, salía Jeremías de 12<br />

Jerusalén para irse a tierra de Benjamín, para apartarse de


37. 13–38. 5 Jeremías 1088<br />

13 en medio del pueblo. Y cuando fue a la puerta de Benjamín,<br />

estaba allí un capitán que se llamaba Irías hijo de Selemías,<br />

hijo de Hananías, el cual apresó al profeta Jeremías, diciendo:<br />

14 Tú te pasas a los caldeos. Y Jeremías dijo: Falso; no me paso<br />

a los caldeos. Pero él no lo escuchó, sino prendió Irías a Je-<br />

15 remías, y lo llevó delante de los príncipes. Y los príncipes se<br />

airaron contra Jeremías, y le azotaron y le pusieron en prisión<br />

en la casa del escriba Jonatán, porque la habían convertido<br />

16 en cárcel. Entró, pues, Jeremías en la casa de la cisterna, y<br />

en las bóvedas. Y habiendo estado allá Jeremías por muchos<br />

17 días, el rey Sedequías envió y le sacó; y le preguntó el rey<br />

secretamente en su casa, y dijo: ¿Hay palabra de Jehová? Y<br />

Jeremías dijo: Hay. Y dijo más: En mano del rey de Babilo-<br />

18 nia serás entregado. Dijo también Jeremías al rey Sedequías:<br />

¿En qué pequé contra ti, y contra tus siervos, y contra este<br />

19 pueblo, para que me pusieseis en la cárcel? ¿Y dónde están<br />

vuestros profetas que os profetizaban diciendo: No vendrá el<br />

20 rey de Babilonia contra vosotros, ni contra esta tierra? Ahora<br />

pues, oye, te ruego, oh rey mi señor; caiga ahora mi súplica<br />

delante de ti, y no me hagas volver a casa del escriba Jonatán,<br />

21 para que no muera allí. Entonces dio orden el rey Sedequías,<br />

y custodiaron a Jeremías en el patio de la cárcel, haciéndole<br />

dar una torta de pan al día, de la calle de los Panaderos, hasta<br />

que todo el pan de la ciudad se gastase. Y quedó Jeremías en<br />

el patio de la cárcel.<br />

38 Oyeron Sefatías hijo de Matán, Gedalías hijo de Pasur, Jucal<br />

hijo de Selemías, y Pasur hijo de Malquías, las palabras<br />

2 que Jeremías hablaba a todo el pueblo, diciendo: Así ha dicho<br />

Jehová: El que se quedare en esta ciudad morirá a espada,<br />

o de hambre, o de pestilencia; mas el que se pasare a los cal-<br />

3 deos vivirá, pues su vida le será por botín, y vivirá. Así ha<br />

dicho Jehová: De cierto será entregada esta ciudad en manos<br />

4 del ejército del rey de Babilonia, y la tomará. Y dijeron los<br />

príncipes al rey: Muera ahora este hombre; porque de esta manera<br />

hace desmayar las manos de los hombres de guerra que<br />

han quedado en esta ciudad, y las manos de todo el pueblo,<br />

hablándoles tales palabras; porque este hombre no busca la<br />

5 paz de este pueblo, sino el mal. Y dijo el rey Sedequías: He


1089 Jeremías 38. 6–19<br />

aquí que él está en vuestras manos; pues el rey nada puede<br />

hacer contra vosotros. Entonces tomaron ellos a Jeremías y 6<br />

lo hicieron echar en la cisterna de Malquías hijo de Hamelec,<br />

que estaba en el patio de la cárcel; y metieron a Jeremías con<br />

sogas. Y en la cisterna no había agua, sino cieno, y se hundió<br />

Jeremías en el cieno. Y oyendo Ebed-melec, hombre etíope, 7<br />

eunuco de la casa real, que habían puesto a Jeremías en la<br />

cisterna, y estando sentado el rey a la puerta de Benjamín,<br />

Ebed-melec salió de la casa del rey y habló al rey, diciendo: 8<br />

Mi señor el rey, mal hicieron estos varones en todo lo que han 9<br />

hecho con el profeta Jeremías, al cual hicieron echar en la cisterna;<br />

porque allí morirá de hambre, pues no hay más pan<br />

en la ciudad. Entonces mandó el rey al mismo etíope Ebed- 10<br />

melec, diciendo: Toma en tu poder treinta hombres de aquí, y<br />

haz sacar al profeta Jeremías de la cisterna, antes que muera.<br />

Y tomó Ebed-melec en su poder a los hombres, y entró a la 11<br />

casa del rey debajo de la tesorería, y tomó de allí trapos viejos<br />

y ropas raídas y andrajosas, y los echó a Jeremías con sogas<br />

en la cisterna. Y dijo el etíope Ebed-melec a Jeremías: Pon 12<br />

ahora esos trapos viejos y ropas raídas y andrajosas, bajo los<br />

sobacos, debajo de las sogas. Y lo hizo así Jeremías. De este 13<br />

modo sacaron a Jeremías con sogas, y lo subieron de la cisterna;<br />

y quedó Jeremías en el patio de la cárcel. Después envió el 14<br />

rey Sedequías, e hizo traer al profeta Jeremías a su presencia,<br />

en la tercera entrada de la casa de Jehová. Y dijo el rey a Jeremías:<br />

Te haré una pregunta; no me encubras ninguna cosa.<br />

Y Jeremías dijo a Sedequías: Si te lo declarare, ¿no es verdad 15<br />

que me matarás? y si te diere consejo, no me escucharás. Y 16<br />

juró el rey Sedequías en secreto a Jeremías, diciendo: Vive Jehová<br />

que nos hizo esta alma, que no te mataré, ni te entregaré<br />

en mano de estos varones que buscan tu vida. Entonces dijo 17<br />

Jeremías a Sedequías: Así ha dicho Jehová Dios de los ejércitos,<br />

Dios de Israel: Si te entregas en seguida a los príncipes del<br />

rey de Babilonia, tu alma vivirá, y esta ciudad no será puesta<br />

a fuego, y vivirás tú y tu casa. Pero si no te entregas a los 18<br />

príncipes del rey de Babilonia, esta ciudad será entregada en<br />

mano de los caldeos, y la pondrán a fuego, y tú no escaparás de<br />

sus manos. Y dijo el rey Sedequías a Jeremías: Tengo temor 19


38. 20–39. 5 Jeremías 1090<br />

de los judíos que se han pasado a los caldeos, no sea que me<br />

20 entreguen en sus manos y me escarnezcan. Y dijo Jeremías:<br />

No te entregarán. Oye ahora la voz de Jehová que yo te hablo,<br />

21 y te irá bien y vivirás. Pero si no quieres entregarte, ésta es<br />

22 la palabra que me ha mostrado Jehová: He aquí que todas las<br />

mujeres que han quedado en casa del rey de Judá serán sacadas<br />

a los príncipes del rey de Babilonia; y ellas mismas dirán:<br />

Te han engañado, y han prevalecido contra ti tus amigos; hun-<br />

23 dieron en el cieno tus pies, se volvieron atrás. Sacarán, pues,<br />

todas tus mujeres y tus hijos a los caldeos, y tú no escaparás<br />

de sus manos, sino que por mano del rey de Babilonia serás<br />

24 apresado, y a esta ciudad quemará a fuego. Y dijo Sedequías<br />

25 a Jeremías: Nadie sepa estas palabras, y no morirás. Y si los<br />

príncipes oyeren que yo he hablado contigo, y vinieren a ti y<br />

te dijeren: Decláranos ahora qué hablaste con el rey, no nos<br />

lo encubras, y no te mataremos; asimismo qué te dijo el rey;<br />

26 les dirás: Supliqué al rey que no me hiciese volver a casa de<br />

27 Jonatán para que no me muriese allí. Y vinieron luego todos<br />

los príncipes a Jeremías, y le preguntaron; y él les respondió<br />

conforme a todo lo que el rey le había mandado. Con esto se<br />

28 alejaron de él, porque el asunto no se había oído. Y quedó<br />

Jeremías en el patio de la cárcel hasta el día que fue tomada<br />

Jerusalén; y allí estaba cuando Jerusalén fue tomada.<br />

39 En el noveno año de Sedequías rey de Judá, en el mes décimo,<br />

vino Nabucodonosor rey de Babilonia con todo su ejército<br />

2 contra Jerusalén, y la sitiaron. Y en el undécimo año de Sedequías,<br />

en el mes cuarto, a los nueve días del mes se abrió<br />

3 brecha en el muro de la ciudad. Y entraron todos los príncipes<br />

del rey de Babilonia, y acamparon a la puerta de en<br />

medio: Nergal-sarezer, Samgar-nebo, Sarsequim el Rabsaris,<br />

Nergal-sarezer el Rabmag y todos los demás príncipes del rey<br />

4 de Babilonia. Y viéndolos Sedequías rey de Judá y todos los<br />

hombres de guerra, huyeron y salieron de noche de la ciudad<br />

por el camino del huerto del rey, por la puerta entre los dos<br />

5 muros; y salió el rey por el camino del Arabá. Pero el ejército<br />

de los caldeos los siguió, y alcanzaron a Sedequías en los<br />

llanos de Jericó; y le tomaron, y le hicieron subir a Ribla en<br />

tierra de Hamat, donde estaba Nabucodonosor rey de Babilo-


1091 Jeremías 39. 6–40. 4<br />

nia, y le sentenció. Y degolló el rey de Babilonia a los hijos 6<br />

de Sedequías en presencia de éste en Ribla, haciendo asimismo<br />

degollar el rey de Babilonia a todos los nobles de Judá. Y 7<br />

sacó los ojos del rey Sedequías, y le aprisionó con grillos para<br />

llevarle a Babilonia. Y los caldeos pusieron a fuego la casa del 8<br />

rey y las casas del pueblo, y derribaron los muros de Jerusalén.<br />

Y al resto del pueblo que había quedado en la ciudad, y a los 9<br />

que se habían adherido a él, con todo el resto del pueblo que<br />

había quedado, Nabuzaradán capitán de la guardia los transportó<br />

a Babilonia. Pero Nabuzaradán capitán de la guardia 10<br />

hizo quedar en tierra de Judá a los pobres del pueblo que no<br />

tenían nada, y les dio viñas y heredades. Y Nabucodonosor 11<br />

había ordenado a Nabuzaradán capitán de la guardia acerca<br />

de Jeremías, diciendo: Tómale y vela por él, y no le hagas 12<br />

mal alguno, sino que harás con él como él te dijere. Envió, 13<br />

por tanto, Nabuzaradán capitán de la guardia, y Nabusazbán<br />

el Rabsaris, Nergal-sarezer el Rabmag y todos los príncipes del<br />

rey de Babilonia; enviaron entonces y tomaron a Jeremías del 14<br />

patio de la cárcel, y lo entregaron a Gedalías hijo de Ahicam,<br />

hijo de Safán, para que lo sacase a casa; y vivió entre el pueblo.<br />

Y había venido palabra de Jehová a Jeremías, estando preso 15<br />

en el patio de la cárcel, diciendo; Ve y habla a Ebed-melec 16<br />

etíope, diciendo: Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de<br />

Israel: He aquí yo traigo mis palabras sobre esta ciudad para<br />

mal, y no para bien; y sucederá esto en aquel día en presencia<br />

tuya. Pero en aquel día yo te libraré, dice Jehová, y no serás 17<br />

entregado en manos de aquellos a quienes tú temes. Porque 18<br />

ciertamente te libraré, y no caerás a espada, sino que tu vida<br />

te será por botín, porque tuviste confianza en mí, dice Jehová.<br />

Palabra de Jehová que vino a Jeremías, después que Nabu- 40<br />

zaradán capitán de la guardia le envió desde Ramá, cuando le<br />

tomó estando atado con cadenas entre todos los cautivos de<br />

Jerusalén y de Judá que iban deportados a Babilonia. Tomó, 2<br />

pues, el capitán de la guardia a Jeremías y le dijo: Jehová tu<br />

Dios habló este mal contra este lugar; y lo ha traído y hecho 3<br />

Jehová según lo había dicho; porque pecasteis contra Jehová, y<br />

no oísteis su voz, por eso os ha venido esto. Y ahora yo te he 4<br />

soltado hoy de las cadenas que tenías en tus manos. Si te pare-


40. 5–15 Jeremías 1092<br />

ce bien venir conmigo a Babilonia, ven, y yo velaré por ti; pero<br />

si no te parece bien venir conmigo a Babilonia, déjalo. Mira,<br />

toda la tierra está delante de ti; ve a donde mejor y más có-<br />

5 modo te parezca ir. Si prefieres quedarte, vuélvete a Gedalías<br />

hijo de Ahicam, hijo de Safán, al cual el rey de Babilonia ha<br />

puesto sobre todas las ciudades de Judá, y vive con él en medio<br />

del pueblo; o ve a donde te parezca más cómodo ir. Y le dio el<br />

capitán de la guardia provisiones y un presente, y le despidió.<br />

6 Se fue entonces Jeremías a Gedalías hijo de Ahicam, a Mizpa,<br />

y habitó con él en medio del pueblo que había quedado en la<br />

7 tierra. Cuando todos los jefes del ejército que estaban por el<br />

campo, ellos y sus hombres, oyeron que el rey de Babilonia había<br />

puesto a Gedalías hijo de Ahicam para gobernar la tierra,<br />

y que le había encomendado los hombres y las mujeres y los<br />

niños, y los pobres de la tierra que no fueron transportados a<br />

8 Babilonia, vinieron luego a Gedalías en Mizpa; esto es, Ismael<br />

hijo de Netanías, Johanán y Jonatán hijos de Carea, Seraías<br />

hijo de Tanhumet, los hijos de Efai netofatita, y Jezanías hijo<br />

9 de un maacateo, ellos y sus hombres. Y les juró Gedalías hijo<br />

de Ahicam, hijo de Safán, a ellos y a sus hombres, diciendo:<br />

No tengáis temor de servir a los caldeos; habitad en la tierra,<br />

10 y servid al rey de Babilonia, y os irá bien. Y he aquí que yo<br />

habito en Mizpa, para estar delante de los caldeos que vendrán<br />

a nosotros; mas vosotros tomad el vino, los frutos del verano<br />

y el aceite, y ponedlos en vuestros almacenes, y quedaos en<br />

11 vuestras ciudades que habéis tomado. Asimismo todos los judíos<br />

que estaban en Moab, y entre los hijos de Amón, y en<br />

Edom, y los que estaban en todas las tierras, cuando oyeron<br />

decir que el rey de Babilonia había dejado a algunos en Judá,<br />

y que había puesto sobre ellos a Gedalías hijo de Ahicam, hi-<br />

12 jo de Safán, todos estos judíos regresaron entonces de todos<br />

los lugares adonde habían sido echados, y vinieron a tierra de<br />

Judá, a Gedalías en Mizpa; y recogieron vino y abundantes<br />

13 frutos. Y Johanán hijo de Carea y todos los príncipes de la<br />

gente de guerra que estaban en el campo, vinieron a Gedalías<br />

14 en Mizpa, Y le dijeron: ¿No sabes que Baalis rey de los hijos<br />

de Amón ha enviado a Ismael hijo de Netanías para matarte?<br />

15 Mas Gedalías hijo de Ahicam no les creyó. Entonces Johanán


1093 Jeremías 40. 16–41. 11<br />

hijo de Carea habló a Gedalías en secreto en Mizpa, diciendo:<br />

Yo iré ahora y mataré a Ismael hijo de Netanías, y ningún<br />

hombre lo sabrá. ¿Por qué te ha de matar, y todos los judíos<br />

que se han reunido a ti se dispersarán, y perecerá el resto de<br />

Judá? Pero Gedalías hijo de Ahicam dijo a Johanán hijo de 16<br />

Carea: No hagas esto, porque es falso lo que tú dices de Ismael.<br />

Aconteció en el mes séptimo que vino Ismael hijo de Neta- 41<br />

nías, hijo de Elisama, de la descendencia real, y algunos príncipes<br />

del rey y diez hombres con él, a Gedalías hijo de Ahicam<br />

en Mizpa; y comieron pan juntos allí en Mizpa. Y se levantó 2<br />

Ismael hijo de Netanías y los diez hombres que con él estaban,<br />

e hirieron a espada a Gedalías hijo de Ahicam, hijo de Safán,<br />

matando así a aquel a quien el rey de Babilonia había puesto<br />

para gobernar la tierra. Asimismo mató Ismael a todos los 3<br />

judíos que estaban con Gedalías en Mizpa, y a los soldados<br />

caldeos que allí estaban. Sucedió además, un día después que 4<br />

mató a Gedalías, cuando nadie lo sabía aún, que venían unos 5<br />

hombres de Siquem, de Silo y de Samaria, ochenta hombres,<br />

raída la barba y rotas las ropas, y rasguñados, y traían en sus<br />

manos ofrenda e incienso para llevar a la casa de Jehová. Y 6<br />

de Mizpa les salió al encuentro, llorando, Ismael el hijo de Netanías.<br />

Y aconteció que cuando los encontró, les dijo: Venid<br />

a Gedalías hijo de Ahicam. Y cuando llegaron dentro de la 7<br />

ciudad, Ismael hijo de Netanías los degolló, y los echó dentro<br />

de una cisterna, él y los hombres que con él estaban. Mas 8<br />

entre aquéllos fueron hallados diez hombres que dijeron a Ismael:<br />

No nos mates; porque tenemos en el campo tesoros de<br />

trigos y cebadas y aceites y miel. Y los dejó, y no los mató<br />

entre sus hermanos. Y la cisterna en que echó Ismael todos 9<br />

los cuerpos de los hombres que mató a causa de Gedalías, era<br />

la misma que había hecho el rey Asa a causa de Baasa rey de<br />

Israel; Ismael hijo de Netanías la llenó de muertos. Después 10<br />

llevó Ismael cautivo a todo el resto del pueblo que estaba en<br />

Mizpa, a las hijas del rey y a todo el pueblo que en Mizpa había<br />

quedado, el cual había encargado Nabuzaradán capitán de<br />

la guardia a Gedalías hijo de Ahicam. Los llevó, pues, cautivos<br />

Ismael hijo de Netanías, y se fue para pasarse a los hijos de<br />

Amón. Y oyeron Johanán hijo de Carea y todos los príncipes 11


41. 12–42. 8 Jeremías 1094<br />

de la gente de guerra que estaban con él, todo el mal que ha-<br />

12 bía hecho Ismael hijo de Netanías. Entonces tomaron a todos<br />

los hombres y fueron a pelear contra Ismael hijo de Netanías,<br />

13 y lo hallaron junto al gran estanque que está en Gabaón. Y<br />

aconteció que cuando todo el pueblo que estaba con Ismael vio<br />

a Johanán hijo de Carea y a todos los capitanes de la gente<br />

14 de guerra que estaban con él, se alegraron. Y todo el pueblo<br />

que Ismael había traído cautivo de Mizpa se volvió y fue con<br />

15 Johanán hijo de Carea. Pero Ismael hijo de Netanías escapó<br />

delante de Johanán con ocho hombres, y se fue a los hijos de<br />

16 Amón. Y Johanán hijo de Carea y todos los capitanes de la<br />

gente de guerra que con él estaban tomaron a todo el resto<br />

del pueblo que había recobrado de Ismael hijo de Netanías,<br />

a quienes llevó de Mizpa después que mató a Gedalías hijo<br />

de Ahicam; hombres de guerra, mujeres, niños y eunucos, que<br />

17 Johanán había traído de Gabaón; y fueron y habitaron en Gerutquimam,<br />

que está cerca de Belén, a fin de ir y meterse en<br />

18 Egipto, a causa de los caldeos; porque los temían, por haber<br />

dado muerte Ismael hijo de Netanías a Gedalías hijo de Ahicam,<br />

al cual el rey de Babilonia había puesto para gobernar la<br />

tierra.<br />

42 Vinieron todos los oficiales de la gente de guerra, y Johanán<br />

hijo de Carea, Jezanías hijo de Osaías, y todo el pueblo<br />

2 desde el menor hasta el mayor, y dijeron al profeta Jeremías:<br />

Acepta ahora nuestro ruego delante de ti, y ruega por nosotros<br />

a Jehová tu Dios por todo este resto (pues de muchos hemos<br />

3 quedado unos pocos, como nos ven tus ojos), para que Jehová<br />

tu Dios nos enseñe el camino por donde vayamos, y lo que he-<br />

4 mos de hacer. Y el profeta Jeremías les dijo: He oído. He aquí<br />

que voy a orar a Jehová vuestro Dios, como habéis dicho, y<br />

todo lo que Jehová os respondiere, os enseñaré; no os reservaré<br />

5 palabra. Y ellos dijeron a Jeremías: Jehová sea entre nosotros<br />

testigo de la verdad y de la lealtad, si no hiciéremos conforme a<br />

todo aquello para lo cual Jehová tu Dios te enviare a nosotros.<br />

6 Sea bueno, sea malo, a la voz de Jehová nuestro Dios al cual<br />

te enviamos, obedeceremos, para que obedeciendo a la voz de<br />

7 Jehová nuestro Dios nos vaya bien. Aconteció que al cabo de<br />

8 diez días vino palabra de Jehová a Jeremías. Y llamó a Joha-


1095 Jeremías 42. 9–22<br />

nán hijo de Carea y a todos los oficiales de la gente de guerra<br />

que con él estaban, y a todo el pueblo desde el menor hasta el<br />

mayor; y les dijo: Así ha dicho Jehová Dios de Israel, al cual 9<br />

me enviasteis para presentar vuestros ruegos en su presencia:<br />

Si os quedareis quietos en esta tierra, os edificaré, y no os des- 10<br />

truiré; os plantaré, y no os arrancaré; porque estoy arrepentido<br />

del mal que os he hecho. No temáis de la presencia del rey 11<br />

de Babilonia, del cual tenéis temor; no temáis de su presencia,<br />

ha dicho Jehová, porque con vosotros estoy yo para salvaros y<br />

libraros de su mano; y tendré de vosotros misericordia, y él 12<br />

tendrá misericordia de vosotros y os hará regresar a vuestra<br />

tierra. Mas si dijereis: No moraremos en esta tierra, no obe- 13<br />

deciendo así a la voz de Jehová vuestro Dios, diciendo: No, 14<br />

sino que entraremos en la tierra de Egipto, en la cual no veremos<br />

guerra, ni oiremos sonido de trompeta, ni padeceremos<br />

hambre, y allá moraremos; ahora por eso, oíd la palabra de 15<br />

Jehová, remanente de Judá: Así ha dicho Jehová de los ejércitos,<br />

Dios de Israel: Si vosotros volviereis vuestros rostros para<br />

entrar en Egipto, y entrareis para morar allá, sucederá que la 16<br />

espada que teméis, os alcanzará allí en la tierra de Egipto, y<br />

el hambre de que tenéis temor, allá en Egipto os perseguirá;<br />

y allí moriréis. Todos los hombres que volvieren sus rostros 17<br />

para entrar en Egipto para morar allí, morirán a espada, de<br />

hambre y de pestilencia; no habrá de ellos quien quede vivo,<br />

ni quien escape delante del mal que traeré yo sobre ellos. Por- 18<br />

que así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: Como<br />

se derramó mi enojo y mi ira sobre los moradores de Jerusalén,<br />

así se derramará mi ira sobre vosotros cuando entrareis en<br />

Egipto; y seréis objeto de execración y de espanto, y de maldición<br />

y de afrenta; y no veréis más este lugar. Jehová habló 19<br />

sobre vosotros, oh remanente de Judá: No vayáis a Egipto; sabed<br />

ciertamente que os lo aviso hoy. ¿Por qué hicisteis errar 20<br />

vuestras almas? Pues vosotros me enviasteis a Jehová vuestro<br />

Dios, diciendo: Ora por nosotros a Jehová nuestro Dios, y haznos<br />

saber todas las cosas que Jehová nuestro Dios dijere, y lo<br />

haremos. Y os lo he declarado hoy, y no habéis obedecido a 21<br />

la voz de Jehová vuestro Dios, ni a todas las cosas por las cuales<br />

me envió a vosotros. Ahora, pues, sabed de cierto que a 22


43. 1–44. 1 Jeremías 1096<br />

espada, de hambre y de pestilencia moriréis en el lugar donde<br />

deseasteis entrar para morar allí.<br />

43 Aconteció que cuando Jeremías acabó de hablar a todo el<br />

pueblo todas las palabras de Jehová Dios de ellos, todas estas<br />

palabras por las cuales Jehová Dios de ellos le había enviado<br />

2 a ellos mismos, dijo Azarías hijo de Osaías y Johanán hijo de<br />

Carea, y todos los varones soberbios dijeron a Jeremías: Mentira<br />

dices; no te ha enviado Jehová nuestro Dios para decir:<br />

3 No vayáis a Egipto para morar allí, sino que Baruc hijo de<br />

Nerías te incita contra nosotros, para entregarnos en manos de<br />

los caldeos, para matarnos y hacernos transportar a Babilonia.<br />

4 No obedeció, pues, Johanán hijo de Carea y todos los oficiales<br />

de la gente de guerra y todo el pueblo, a la voz de Jehová<br />

5 para quedarse en tierra de Judá, sino que tomó Johanán hijo<br />

de Carea y todos los oficiales de la gente de guerra, a todo el<br />

remanente de Judá que se había vuelto de todas las naciones<br />

6 donde había sido echado, para morar en tierra de Judá; a<br />

hombres y mujeres y niños, y a las hijas del rey y a toda persona<br />

que había dejado Nabuzaradán capitán de la guardia con<br />

Gedalías hijo de Ahicam, hijo de Safán, y al profeta Jeremías y<br />

7 a Baruc hijo de Nerías, y entraron en tierra de Egipto, porque<br />

8 no obedecieron a la voz de Jehová; y llegaron hasta Tafnes. Y<br />

9 vino palabra de Jehová a Jeremías en Tafnes, diciendo: Toma<br />

con tu mano piedras grandes, y cúbrelas de barro en el enladrillado<br />

que está a la puerta de la casa de Faraón en Tafnes,<br />

10 a vista de los hombres de Judá; y diles: Así ha dicho Jehová<br />

de los ejércitos, Dios de Israel: He aquí yo enviaré y tomaré a<br />

Nabucodonosor rey de Babilonia, mi siervo, y pondré su trono<br />

sobre estas piedras que he escondido, y extenderá su pabellón<br />

11 sobre ellas. Y vendrá y asolará la tierra de Egipto; los que<br />

a muerte, a muerte, y los que a cautiverio, a cautiverio, y los<br />

12 que a espada, a espada. Y pondrá fuego a los templos de los<br />

dioses de Egipto y los quemará, y a ellos los llevará cautivos; y<br />

limpiará la tierra de Egipto, como el pastor limpia su capa, y<br />

13 saldrá de allá en paz. Además quebrará las estatuas de Betsemes,<br />

que está en tierra de Egipto, y los templos de los dioses<br />

de Egipto quemará a fuego.<br />

44 Palabra que vino a Jeremías acerca de todos los judíos que


1097 Jeremías 44. 2–12<br />

moraban en la tierra de Egipto, que vivían en Migdol, en Tafnes,<br />

en Menfis y en tierra de Patros, diciendo: Así ha dicho 2<br />

Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: Vosotros habéis visto<br />

todo el mal que traje sobre Jerusalén y sobre todas las ciudades<br />

de Judá; y he aquí que ellas están el día de hoy asoladas;<br />

no hay quien more en ellas, a causa de la maldad que ellos 3<br />

cometieron para enojarme, yendo a ofrecer incienso, honrando<br />

a dioses ajenos que ellos no habían conocido, ni vosotros<br />

ni vuestros padres. Y envié a vosotros todos mis siervos los 4<br />

profetas, desde temprano y sin cesar, para deciros: No hagáis<br />

esta cosa abominable que yo aborrezco. Pero no oyeron ni 5<br />

inclinaron su oído para convertirse de su maldad, para dejar<br />

de ofrecer incienso a dioses ajenos. Se derramó, por tanto, mi 6<br />

ira y mi furor, y se encendió en las ciudades de Judá y en las<br />

calles de Jerusalén, y fueron puestas en soledad y en destrucción,<br />

como están hoy. Ahora, pues, así ha dicho Jehová de 7<br />

los ejércitos, Dios de Israel: ¿Por qué hacéis tan grande mal<br />

contra vosotros mismos, para ser destruidos el hombre y la<br />

mujer, el muchacho y el niño de pecho de en medio de Judá,<br />

sin que os quede remanente alguno, haciéndome enojar con 8<br />

las obras de vuestras manos, ofreciendo incienso a dioses ajenos<br />

en la tierra de Egipto, adonde habéis entrado para vivir,<br />

de suerte que os acabéis, y seáis por maldición y por oprobio<br />

a todas las naciones de la tierra? ¿Os habéis olvidado de las 9<br />

maldades de vuestros padres, de las maldades de los reyes de<br />

Judá, de las maldades de sus mujeres, de vuestras maldades y<br />

de las maldades de vuestras mujeres, que hicieron en la tierra<br />

de Judá y en las calles de Jerusalén? No se han humillado 10<br />

hasta el día de hoy, ni han tenido temor, ni han caminado en<br />

mi ley ni en mis estatutos, los cuales puse delante de vosotros<br />

y delante de vuestros padres. Por tanto, así ha dicho Jeho- 11<br />

vá de los ejércitos, Dios de Israel: He aquí que yo vuelvo mi<br />

rostro contra vosotros para mal, y para destruir a todo Judá.<br />

Y tomaré el resto de Judá que volvieron sus rostros para ir 12<br />

a tierra de Egipto para morar allí, y en tierra de Egipto serán<br />

todos consumidos; caerán a espada, y serán consumidos de<br />

hambre; a espada y de hambre morirán desde el menor hasta<br />

el mayor, y serán objeto de execración, de espanto, de maldi-


44. 13–24 Jeremías 1098<br />

13 ción y de oprobio. Pues castigaré a los que moran en tierra<br />

de Egipto como castigué a Jerusalén, con espada, con hambre<br />

14 y con pestilencia. Y del resto de los de Judá que entraron en<br />

la tierra de Egipto para habitar allí, no habrá quien escape,<br />

ni quien quede vivo para volver a la tierra de Judá, por volver<br />

a la cual suspiran ellos para habitar allí; porque no volverán<br />

15 sino algunos fugitivos. Entonces todos los que sabían que sus<br />

mujeres habían ofrecido incienso a dioses ajenos, y todas las<br />

mujeres que estaban presentes, una gran concurrencia, y todo<br />

el pueblo que habitaba en tierra de Egipto, en Patros, respon-<br />

16 dieron a Jeremías, diciendo: La palabra que nos has hablado<br />

17 en nombre de Jehová, no la oiremos de ti; sino que ciertamente<br />

pondremos por obra toda palabra que ha salido de nuestra<br />

boca, para ofrecer incienso a la reina del cielo, derramándole<br />

libaciones, como hemos hecho nosotros y nuestros padres,<br />

nuestros reyes y nuestros príncipes, en las ciudades de Judá<br />

y en las plazas de Jerusalén, y tuvimos abundancia de pan,<br />

18 y estuvimos alegres, y no vimos mal alguno. Mas desde que<br />

dejamos de ofrecer incienso a la reina del cielo y de derramarle<br />

libaciones, nos falta todo, y a espada y de hambre somos con-<br />

19 sumidos. Y cuando ofrecimos incienso a la reina del cielo, y le<br />

derramamos libaciones, ¿acaso le hicimos nosotras tortas para<br />

tributarle culto, y le derramamos libaciones, sin consentimien-<br />

20 to de nuestros maridos? Y habló Jeremías a todo el pueblo,<br />

a los hombres y a las mujeres y a todo el pueblo que le había<br />

21 respondido esto, diciendo: ¿No se ha acordado Jehová, y no<br />

ha venido a su memoria el incienso que ofrecisteis en las ciudades<br />

de Judá, y en las calles de Jerusalén, vosotros y vuestros<br />

padres, vuestros reyes y vuestros príncipes y el pueblo de la<br />

22 tierra? Y no pudo sufrirlo más Jehová, a causa de la maldad<br />

de vuestras obras, a causa de las abominaciones que habíais<br />

hecho; por tanto, vuestra tierra fue puesta en asolamiento, en<br />

espanto y en maldición, hasta quedar sin morador, como está<br />

23 hoy. Porque ofrecisteis incienso y pecasteis contra Jehová, y<br />

no obedecisteis a la voz de Jehová, ni anduvisteis en su ley ni en<br />

sus estatutos ni en sus testimonios; por tanto, ha venido sobre<br />

24 vosotros este mal, como hasta hoy. Y dijo Jeremías a todo el<br />

pueblo, y a todas las mujeres: Oíd palabra de Jehová, todos los


1099 Jeremías 44. 25–46. 1<br />

de Judá que estáis en tierra de Egipto. Así ha hablado Jehová 25<br />

de los ejércitos, Dios de Israel, diciendo: Vosotros y vuestras<br />

mujeres hablasteis con vuestras bocas, y con vuestras manos<br />

lo ejecutasteis, diciendo: Cumpliremos efectivamente nuestros<br />

votos que hicimos, de ofrecer incienso a la reina del cielo y<br />

derramarle libaciones; confirmáis a la verdad vuestros votos,<br />

y ponéis vuestros votos por obra. Por tanto, oíd palabra de 26<br />

Jehová, todo Judá que habitáis en tierra de Egipto: He aquí<br />

he jurado por mi grande nombre, dice Jehová, que mi nombre<br />

no será invocado más en toda la tierra de Egipto por boca de<br />

ningún hombre de Judá, diciendo: Vive Jehová el Señor. He 27<br />

aquí que yo velo sobre ellos para mal, y no para bien; y todos<br />

los hombres de Judá que están en tierra de Egipto serán consumidos<br />

a espada y de hambre, hasta que perezcan del todo.<br />

Y los que escapen de la espada volverán de la tierra de Egipto 28<br />

a la tierra de Judá, pocos hombres; sabrá, pues, todo el resto<br />

de Judá que ha entrado en Egipto a morar allí, la palabra de<br />

quién ha de permanecer: si la mía, o la suya. Y esto tendréis 29<br />

por señal, dice Jehová, de que en este lugar os castigo, para<br />

que sepáis que de cierto permanecerán mis palabras para mal<br />

sobre vosotros. Así ha dicho Jehová: He aquí que yo entrego 30<br />

a Faraón Hofra rey de Egipto en mano de sus enemigos, y en<br />

mano de los que buscan su vida, así como entregué a Sedequías<br />

rey de Judá en mano de Nabucodonosor rey de Babilonia, su<br />

enemigo que buscaba su vida.<br />

Palabra que habló el profeta Jeremías a Baruc hijo de Ne- 45<br />

rías, cuando escribía en el libro estas palabras de boca de Jeremías,<br />

en el año cuarto de Joacim hijo de Josías rey de Judá,<br />

diciendo: Así ha dicho Jehová Dios de Israel a ti, oh Baruc: 2<br />

Tú dijiste: ¡Ay de mí ahora! porque ha añadido Jehová tristeza 3<br />

a mi dolor; fatigado estoy de gemir, y no he hallado descanso.<br />

Así le dirás: Ha dicho Jehová: He aquí que yo destruyo a los 4<br />

que edifiqué, y arranco a los que planté, y a toda esta tierra.<br />

¿Y tú buscas para ti grandezas? No las busques; porque he 5<br />

aquí que yo traigo mal sobre toda carne, ha dicho Jehová; pero<br />

a ti te daré tu vida por botín en todos los lugares adonde<br />

fueres.<br />

Palabra de Jehová que vino al profeta Jeremías, contra las 46


46. 2–18 Jeremías 1100<br />

2 naciones. Con respecto a Egipto: contra el ejército de Faraón<br />

Necao rey de Egipto, que estaba cerca del río Éufrates en Carquemis,<br />

a quien destruyó Nabucodonosor rey de Babilonia, en<br />

3 el año cuarto de Joacim hijo de Josías, rey de Judá. Prepa-<br />

4 rad escudo y pavés, y venid a la guerra. Uncid caballos y<br />

subid, vosotros los jinetes, y poneos con yelmos; limpiad las<br />

5 lanzas, vestíos las corazas. ¿Por qué los vi medrosos, retrocediendo?<br />

Sus valientes fueron deshechos, y huyeron sin volver<br />

6 a mirar atrás; miedo de todas partes, dice Jehová. No huya<br />

el ligero, ni el valiente escape; al norte junto a la ribera del<br />

7 Éufrates tropezaron y cayeron. ¿Quién es éste que sube co-<br />

8 mo río, y cuyas aguas se mueven como ríos? Egipto como río<br />

se ensancha, y las aguas se mueven como ríos, y dijo: Subiré,<br />

cubriré la tierra, destruiré a la ciudad y a los que en ella<br />

9 moran. Subid, caballos, y alborotaos, carros, y salgan los valientes;<br />

los etíopes y los de Put que toman escudo, y los de<br />

10 Lud que toman y entesan arco. Mas ese día será para Jehová<br />

Dios de los ejércitos día de retribución, para vengarse de<br />

sus enemigos; y la espada devorará y se saciará, y se embriagará<br />

de la sangre de ellos; porque sacrificio será para Jehová<br />

Dios de los ejércitos, en tierra del norte junto al río Éufra-<br />

11 tes. Sube a Galaad, y toma bálsamo, virgen hija de Egipto;<br />

por demás multiplicarás las medicinas; no hay curación para<br />

12 ti. Las naciones oyeron tu afrenta, y tu clamor llenó la tierra;<br />

porque valiente tropezó contra valiente, y cayeron ambos jun-<br />

13 tos. Palabra que habló Jehová al profeta Jeremías acerca de<br />

la venida de Nabucodonosor rey de Babilonia, para asolar la<br />

14 tierra de Egipto: Anunciad en Egipto, y haced saber en Migdol;<br />

haced saber también en Menfis y en Tafnes; decid: Ponte<br />

15 en pie y prepárate, porque espada devorará tu comarca. ¿Por<br />

qué ha sido derribada tu fortaleza? No pudo mantenerse firme,<br />

16 porque Jehová la empujó. Multiplicó los caídos, y cada uno<br />

cayó sobre su compañero; y dijeron: Levántate y volvámonos a<br />

nuestro pueblo, y a la tierra de nuestro nacimiento, huyamos<br />

17 ante la espada vencedora. Allí gritaron: Faraón rey de Egipto<br />

18 es destruido; dejó pasar el tiempo señalado. Vivo yo, dice el<br />

Rey, cuyo nombre es Jehová de los ejércitos, que como Tabor


1101 Jeremías 46. 19–47. 4<br />

entre los montes, y como Carmelo junto al mar, así vendrá.<br />

Hazte enseres de cautiverio, moradora hija de Egipto; porque 19<br />

Menfis será desierto, y será asolada hasta no quedar morador.<br />

Becerra hermosa es Egipto; mas viene destrucción, del norte 20<br />

viene. Sus soldados mercenarios también en medio de ella co- 21<br />

mo becerros engordados; porque también ellos volvieron atrás,<br />

huyeron todos sin pararse, porque vino sobre ellos el día de su<br />

quebrantamiento, el tiempo de su castigo. Su voz saldrá como 22<br />

de serpiente; porque vendrán los enemigos, y con hachas vendrán<br />

a ella como cortadores de leña. Cortarán sus bosques, 23<br />

dice Jehová, aunque sean impenetrables; porque serán más numerosos<br />

que langostas, no tendrán número. Se avergonzará la 24<br />

hija de Egipto; entregada será en manos del pueblo del norte.<br />

Jehová de los ejércitos, Dios de Israel, ha dicho: He aquí que 25<br />

yo castigo a Amón dios de Tebas, a Faraón, a Egipto, y a sus<br />

dioses y a sus reyes; así a Faraón como a los que en él confían.<br />

Y los entregaré en mano de los que buscan su vida, en mano 26<br />

de Nabucodonosor rey de Babilonia y en mano de sus siervos;<br />

pero después será habitado como en los días pasados, dice Jehová.<br />

Y tú no temas, siervo mío Jacob, ni desmayes, Israel; 27<br />

porque he aquí yo te salvaré de lejos, y a tu descendencia de la<br />

tierra de su cautividad. Y volverá Jacob, y descansará y será<br />

prosperado, y no habrá quién lo atemorice. Tú, siervo mío 28<br />

Jacob, no temas, dice Jehová, porque yo estoy contigo; porque<br />

destruiré a todas las naciones entre las cuales te he dispersado;<br />

pero a ti no te destruiré del todo, sino que te castigaré con<br />

justicia; de ninguna manera te dejaré sin castigo.<br />

Palabra de Jehová que vino al profeta Jeremías acerca de 47<br />

los filisteos, antes que Faraón destruyese a Gaza. Así ha dicho 2<br />

Jehová: He aquí que suben aguas del norte, y se harán torrente;<br />

inundarán la tierra y su plenitud, la ciudad y los moradores<br />

de ella; y los hombres clamarán, y lamentará todo morador de<br />

la tierra. Por el sonido de los cascos de sus caballos, por el al- 3<br />

boroto de sus carros, por el estruendo de sus ruedas, los padres<br />

no cuidaron a los hijos por la debilidad de sus manos; a causa 4<br />

del día que viene para destrucción de todos los filisteos, para<br />

destruir a Tiro y a Sidón todo aliado que les queda todavía;<br />

porque Jehová destruirá a los filisteos, al resto de la costa de


47. 5–48. 16 Jeremías 1102<br />

5 Caftor. Gaza fue rapada, Ascalón ha perecido, y el resto de su<br />

6 valle; ¿hasta cuándo te sajarás? Oh espada de Jehová, ¿hasta<br />

cuándo reposarás? Vuelve a tu vaina, reposa y sosiégate.<br />

7 ¿Cómo reposarás? pues Jehová te ha enviado contra Ascalón,<br />

y contra la costa del mar, allí te puso.<br />

48 Acerca de Moab. Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios<br />

de Israel: ¡Ay de Nebo! porque fue destruida y avergonzada:<br />

Quiriataim fue tomada; fue confundida Misgab, y desmayó.<br />

2 No se alabará ya más Moab; en Hesbón maquinaron mal contra<br />

ella, diciendo: Venid, y quitémosla de entre las naciones.<br />

También tú, Madmena, serás cortada; espada irá en pos de ti.<br />

3 ¡Voz de clamor de Horonaim, destrucción y gran quebranta-<br />

4 miento! Moab fue quebrantada; hicieron que se oyese el cla-<br />

5 mor de sus pequeños. Porque a la subida de Luhit con llanto<br />

subirá el que llora; porque a la bajada de Horonaim los enemi-<br />

6 gos oyeron clamor de quebranto. Huid, salvad vuestra vida, y<br />

7 sed como retama en el desierto. Pues por cuanto confiaste en<br />

tus bienes y en tus tesoros, tú también serás tomada; y Quemos<br />

será llevado en cautiverio, sus sacerdotes y sus príncipes<br />

8 juntamente. Y vendrá destruidor a cada una de las ciudades,<br />

y ninguna ciudad escapará; se arruinará también el valle, y<br />

9 será destruida la llanura, como ha dicho Jehová. Dad alas<br />

a Moab, para que se vaya volando; pues serán desiertas sus<br />

10 ciudades hasta no quedar en ellas morador. Maldito el que<br />

hiciere indolentemente la obra de Jehová, y maldito el que de-<br />

11 tuviere de la sangre su espada. Quieto estuvo Moab desde su<br />

juventud, y sobre su sedimento ha estado reposado, y no fue<br />

vaciado de vasija en vasija, ni nunca estuvo en cautiverio; por<br />

12 tanto, quedó su sabor en él, y su olor no se ha cambiado. Por<br />

eso vienen días, ha dicho Jehová, en que yo le enviaré trasvasadores<br />

que le trasvasarán; y vaciarán sus vasijas, y romperán<br />

13 sus odres. Y se avergonzará Moab de Quemos, como la casa<br />

14 de Israel se avergonzó de Bet-el, su confianza. ¿Cómo, pues,<br />

diréis: Somos hombres valientes, y robustos para la guerra?<br />

15 Destruido fue Moab, y sus ciudades asoladas, y sus jóvenes<br />

escogidos descendieron al degolladero, ha dicho el Rey, cuyo<br />

16 nombre es Jehová de los ejércitos. Cercano está el quebrantamiento<br />

de Moab para venir, y su mal se apresura mucho.


1103 Jeremías 48. 17–36<br />

Compadeceos de él todos los que estáis alrededor suyo; y to- 17<br />

dos los que sabéis su nombre, decid: ¡Cómo se quebró la vara<br />

fuerte, el báculo hermoso! Desciende de la gloria, siéntate 18<br />

en tierra seca, moradora hija de Dibón; porque el destruidor<br />

de Moab subió contra ti, destruyó tus fortalezas. Párate en 19<br />

el camino, y mira, oh moradora de Aroer; pregunta a la que<br />

va huyendo, y a la que escapó; dile: ¿Qué ha acontecido? Se 20<br />

avergonzó Moab, porque fue quebrantado; lamentad y clamad;<br />

anunciad en Arnón que Moab es destruido. Vino juicio sobre 21<br />

la tierra de la llanura; sobre Holón, sobre Jahaza, sobre Mefaat,<br />

sobre Dibón, sobre Nebo, sobre Bet-diblataim, sobre 22, 23<br />

Quiriataim, sobre Bet-gamul, sobre Bet-meón, sobre Queriot, 24<br />

sobre Bosra y sobre todas las ciudades de tierra de Moab, las<br />

de lejos y las de cerca. Cortado es el poder de Moab, y su 25<br />

brazo quebrantado, dice Jehová. Embriagadle, porque contra 26<br />

Jehová se engrandeció; y revuélquese Moab sobre su vómito, y<br />

sea también él por motivo de escarnio. ¿Y no te fue a ti Israel 27<br />

por motivo de escarnio, como si lo tomaran entre ladrones?<br />

Porque cuando de él hablaste, tú te has burlado. Abandonad 28<br />

las ciudades y habitad en peñascos, oh moradores de Moab, y<br />

sed como la paloma que hace nido en la boca de la caverna.<br />

Hemos oído la soberbia de Moab, que es muy soberbio, arro- 29<br />

gante, orgulloso, altivo y altanero de corazón. Yo conozco, 30<br />

dice Jehová, su cólera, pero no tendrá efecto; sus jactancias<br />

no le aprovecharán. Por tanto, yo aullaré sobre Moab; sobre 31<br />

todo Moab haré clamor, y sobre los hombres de Kir-hares gemiré.<br />

Con llanto de Jazer lloraré por ti, oh vid de Sibma; 32<br />

tus sarmientos pasaron el mar, llegaron hasta el mar de Jazer;<br />

sobre tu cosecha y sobre tu vendimia vino el destruidor. Y 33<br />

será cortada la alegría y el regocijo de los campos fértiles, de<br />

la tierra de Moab; y de los lagares haré que falte el vino; no<br />

pisarán con canción; la canción no será canción. El clamor de 34<br />

Hesbón llega hasta Eleale; hasta Jahaza dieron su voz; desde<br />

Zoar hasta Horonaim, becerra de tres años; porque también las<br />

aguas de Nimrim serán destruidas. Y exterminaré de Moab, 35<br />

dice Jehová, a quien sacrifique sobre los lugares altos, y a quien<br />

ofrezca incienso a sus dioses. Por tanto, mi corazón resonará 36<br />

como flautas por causa de Moab, asimismo resonará mi cora-


48. 37–49. 5 Jeremías 1104<br />

zón a modo de flautas por los hombres de Kir-hares; porque<br />

37 perecieron las riquezas que habían hecho. Porque toda cabeza<br />

será rapada, y toda barba raída; sobre toda mano habrá ras-<br />

38 guños, y cilicio sobre todo lomo. Sobre todos los terrados de<br />

Moab, y en sus calles, todo él será llanto; porque yo quebranté<br />

39 a Moab como a vasija que no agrada, dice Jehová. ¡Lamentad!<br />

¡Cómo ha sido quebrantado! ¡Cómo volvió la espalda Moab, y<br />

fue avergonzado! Fue Moab objeto de escarnio y de espanto a<br />

40 todos los que están en sus alrededores. Porque así ha dicho<br />

Jehová: He aquí que como águila volará, y extenderá sus alas<br />

41 contra Moab. Tomadas serán las ciudades, y tomadas serán<br />

las fortalezas; y será aquel día el corazón de los valientes de<br />

42 Moab como el corazón de mujer en angustias. Y Moab será<br />

destruido hasta dejar de ser pueblo, porque se engrandeció<br />

43 contra Jehová. Miedo y hoyo y lazo contra ti, oh morador de<br />

44 Moab, dice Jehová. El que huyere del miedo caerá en el hoyo,<br />

y el que saliere del hoyo será preso en el lazo; porque yo traeré<br />

45 sobre él, sobre Moab, el año de su castigo, dice Jehová. A la<br />

sombra de Hesbón se pararon sin fuerzas los que huían; mas<br />

salió fuego de Hesbón, y llama de en medio de Sehón, y quemó<br />

46 el rincón de Moab, y la coronilla de los hijos revoltosos. ¡Ay<br />

de ti, Moab! pereció el pueblo de Quemos; porque tus hijos<br />

fueron puestos presos para cautividad, y tus hijas para cauti-<br />

47 verio. Pero haré volver a los cautivos de Moab en lo postrero<br />

de los tiempos, dice Jehová. Hasta aquí es el juicio de Moab.<br />

49 Acerca de los hijos de Amón. Así ha dicho Jehová: ¿No tiene<br />

hijos Israel? ¿No tiene heredero? ¿Por qué Milcom ha desposeído<br />

a Gad, y su pueblo se ha establecido en sus ciudades?<br />

2 Por tanto, vienen días, ha dicho Jehová, en que haré oír clamor<br />

de guerra en Rabá de los hijos de Amón; y será convertida<br />

en montón de ruinas, y sus ciudades serán puestas a fuego, e<br />

Israel tomará por heredad a los que los tomaron a ellos, ha<br />

3 dicho Jehová. Lamenta, oh Hesbón, porque destruida es Hai;<br />

clamad, hijas de Rabá, vestíos de cilicio, endechad, y rodead<br />

los vallados, porque Milcom fue llevado en cautiverio, sus sa-<br />

4 cerdotes y sus príncipes juntamente. ¿Por qué te glorías de<br />

los valles? Tu valle se deshizo, oh hija contumaz, la que con-<br />

5 fía en sus tesoros, la que dice: ¿Quién vendrá contra mí? He


1105 Jeremías 49. 6–20<br />

aquí yo traigo sobre ti espanto, dice el Señor, Jehová de los<br />

ejércitos, de todos tus alrededores; y seréis lanzados cada uno<br />

derecho hacia adelante, y no habrá quien recoja a los fugitivos.<br />

Y después de esto haré volver a los cautivos de los hijos 6<br />

de Amón, dice Jehová. Acerca de Edom. Así ha dicho Jeho- 7<br />

vá de los ejércitos: ¿No hay más sabiduría en Temán? ¿Se ha<br />

acabado el consejo en los sabios? ¿Se corrompió su sabiduría?<br />

Huid, volveos atrás, habitad en lugares profundos, oh morado- 8<br />

res de Dedán; porque el quebrantamiento de Esaú traeré sobre<br />

él en el tiempo en que lo castigue. Si vendimiadores hubieran 9<br />

venido contra ti, ¿no habrían dejado rebuscos? Si ladrones de<br />

noche, ¿no habrían tomado lo que les bastase? Mas yo desnu- 10<br />

daré a Esaú, descubriré sus escondrijos, y no podrá esconderse;<br />

será destruida su descendencia, sus hermanos y sus vecinos, y<br />

dejará de ser. Deja tus huérfanos, yo los criaré; y en mí con- 11<br />

fiarán tus viudas. Porque así ha dicho Jehová: He aquí que 12<br />

los que no estaban condenados a beber el cáliz, beberán ciertamente;<br />

¿y serás tú absuelto del todo? No serás absuelto, sino<br />

que ciertamente beberás. Porque por mí he jurado, dice Jeho- 13<br />

vá, que asolamiento, oprobio, soledad y maldición será Bosra,<br />

y todas sus ciudades serán desolaciones perpetuas. La noticia 14<br />

oí, que de Jehová había sido enviado mensajero a las naciones,<br />

diciendo: Juntaos y venid contra ella, y subid a la batalla. He 15<br />

aquí que te haré pequeño entre las naciones, menospreciado<br />

entre los hombres. Tu arrogancia te engañó, y la soberbia de 16<br />

tu corazón. Tú que habitas en cavernas de peñas, que tienes la<br />

altura del monte, aunque alces como águila tu nido, de allí te<br />

haré descender, dice Jehová. Y se convertirá Edom en desola- 17<br />

ción; todo aquel que pasare por ella se asombrará, y se burlará<br />

de todas sus calamidades. Como sucedió en la destrucción de 18<br />

Sodoma y de Gomorra y de sus ciudades vecinas, dice Jehová,<br />

así no morará allí nadie, ni la habitará hijo de hombre. He 19<br />

aquí que como león subirá de la espesura del Jordán contra la<br />

bella y robusta; porque muy pronto le haré huir de ella, y al<br />

que fuere escogido la encargaré; porque ¿quién es semejante a<br />

mí, y quién me emplazará? ¿Quién será aquel pastor que me<br />

podrá resistir? Por tanto, oíd el consejo que Jehová ha acor- 20<br />

dado sobre Edom, y sus pensamientos que ha resuelto sobre


49. 21–37 Jeremías 1106<br />

los moradores de Temán. Ciertamente a los más pequeños de<br />

su rebaño los arrastrarán, y destruirán sus moradas con ellos.<br />

21 Del estruendo de la caída de ellos la tierra temblará, y el grito<br />

22 de su voz se oirá en el Mar Rojo. He aquí que como águila<br />

subirá y volará, y extenderá sus alas contra Bosra; y el corazón<br />

de los valientes de Edom será en aquel día como el corazón<br />

23 de mujer en angustias. Acerca de Damasco. Se confundieron<br />

Hamat y Arfad, porque oyeron malas nuevas; se derritieron<br />

24 en aguas de desmayo, no pueden sosegarse. Se desmayó Damasco,<br />

se volvió para huir, y le tomó temblor y angustia, y<br />

25 dolores le tomaron, como de mujer que está de parto. ¡Cómo<br />

26 dejaron a la ciudad tan alabada, la ciudad de mi gozo! Por<br />

tanto, sus jóvenes caerán en sus plazas, y todos los hombres de<br />

guerra morirán en aquel día, ha dicho Jehová de los ejércitos.<br />

27 Y haré encender fuego en el muro de Damasco, y consumirá<br />

28 las casas de Ben-adad. Acerca de Cedar y de los reinos de<br />

Hazor, los cuales asoló Nabucodonosor rey de Babilonia. Así<br />

ha dicho Jehová: Levantaos, subid contra Cedar, y destruid a<br />

29 los hijos del oriente. Sus tiendas y sus ganados tomarán; sus<br />

cortinas y todos sus utensilios y sus camellos tomarán para sí,<br />

30 y clamarán contra ellos: Miedo alrededor. Huid, idos muy lejos,<br />

habitad en lugares profundos, oh moradores de Hazor, dice<br />

Jehová; porque tomó consejo contra vosotros Nabucodonosor<br />

rey de Babilonia, y contra vosotros ha formado un designio.<br />

31 Levantaos, subid contra una nación pacífica que vive confiadamente,<br />

dice Jehová, que ni tiene puertas ni cerrojos, que<br />

32 vive solitaria. Serán sus camellos por botín, y la multitud de<br />

sus ganados por despojo; y los esparciré por todos los vientos,<br />

arrojados hasta el último rincón; y de todos lados les traeré su<br />

33 ruina, dice Jehová. Hazor será morada de chacales, soledad<br />

para siempre; ninguno morará allí, ni la habitará hijo de hom-<br />

34 bre. Palabra de Jehová que vino al profeta Jeremías acerca<br />

de Elam, en el principio del reinado de Sedequías rey de Judá,<br />

35 diciendo: Así ha dicho Jehová de los ejércitos: He aquí que yo<br />

36 quiebro el arco de Elam, parte principal de su fortaleza. Traeré<br />

sobre Elam los cuatro vientos de los cuatro puntos del cielo,<br />

y los aventaré a todos estos vientos; y no habrá nación a don-<br />

37 de no vayan fugitivos de Elam. Y haré que Elam se intimide


1107 Jeremías 49. 38–50. 13<br />

delante de sus enemigos, y delante de los que buscan su vida;<br />

y traeré sobre ellos mal, y el ardor de mi ira, dice Jehová; y<br />

enviaré en pos de ellos espada hasta que los acabe. Y pondré 38<br />

mi trono en Elam, y destruiré a su rey y a su príncipe, dice<br />

Jehová. Pero acontecerá en los últimos días, que haré volver 39<br />

a los cautivos de Elam, dice Jehová.<br />

Palabra que habló Jehová contra Babilonia, contra la tierra 50<br />

de los caldeos, por medio del profeta Jeremías. Anunciad en 2<br />

las naciones, y haced saber; levantad también bandera, publicad,<br />

y no encubráis; decid: Tomada es Babilonia, Bel es confundido,<br />

deshecho es Merodac; destruidas son sus esculturas,<br />

quebrados son sus ídolos. Porque subió contra ella una nación 3<br />

del norte, la cual pondrá su tierra en asolamiento, y no habrá<br />

ni hombre ni animal que en ella more; huyeron, y se fueron.<br />

En aquellos días y en aquel tiempo, dice Jehová, vendrán los 4<br />

hijos de Israel, ellos y los hijos de Judá juntamente; e irán andando<br />

y llorando, y buscarán a Jehová su Dios. Preguntarán 5<br />

por el camino de Sion, hacia donde volverán sus rostros, diciendo:<br />

Venid, y juntémonos a Jehová con pacto eterno que<br />

jamás se ponga en olvido. Ovejas perdidas fueron mi pueblo; 6<br />

sus pastores las hicieron errar, por los montes las descarriaron;<br />

anduvieron de monte en collado, y se olvidaron de sus rediles.<br />

Todos los que los hallaban, los devoraban; y decían sus enemi- 7<br />

gos: No pecaremos, porque ellos pecaron contra Jehová morada<br />

de justicia, contra Jehová esperanza de sus padres. Huid de 8<br />

en medio de Babilonia, y salid de la tierra de los caldeos, y sed<br />

como los machos cabríos que van delante del rebaño. Porque 9<br />

yo levanto y hago subir contra Babilonia reunión de grandes<br />

pueblos de la tierra del norte; desde allí se prepararán contra<br />

ella, y será tomada; sus flechas son como de valiente diestro,<br />

que no volverá vacío. Y Caldea será para botín; todos los que 10<br />

la saquearen se saciarán, dice Jehová. Porque os alegrasteis, 11<br />

porque os gozasteis destruyendo mi heredad, porque os llenasteis<br />

como novilla sobre la hierba, y relinchasteis como caballos.<br />

Vuestra madre se avergonzó mucho, se afrentó la que os dio a 12<br />

luz; he aquí será la última de las naciones; desierto, sequedal<br />

y páramo. Por la ira de Jehová no será habitada, sino será 13<br />

asolada toda ella; todo hombre que pasare por Babilonia se


50. 14–29 Jeremías 1108<br />

14 asombrará, y se burlará de sus calamidades. Poneos en orden<br />

contra Babilonia alrededor, todos los que entesáis arco;<br />

tirad contra ella, no escatiméis las saetas, porque pecó contra<br />

15 Jehová. Gritad contra ella en derredor; se rindió; han caído<br />

sus cimientos, derribados son sus muros, porque es venganza<br />

de Jehová. Tomad venganza de ella; haced con ella como ella<br />

16 hizo. Destruid en Babilonia al que siembra, y al que mete hoz<br />

en tiempo de la siega; delante de la espada destructora cada<br />

uno volverá el rostro hacia su pueblo, cada uno huirá hacia su<br />

17 tierra. Rebaño descarriado es Israel; leones lo dispersaron; el<br />

rey de Asiria lo devoró primero, Nabucodonosor rey de Babi-<br />

18 lonia lo deshuesó después. Por tanto, así ha dicho Jehová de<br />

los ejércitos, Dios de Israel: Yo castigo al rey de Babilonia y a<br />

19 su tierra, como castigué al rey de Asiria. Y volveré a traer a<br />

Israel a su morada, y pacerá en el Carmelo y en Basán; y en<br />

20 el monte de Efraín y en Galaad se saciará su alma. En aquellos<br />

días y en aquel tiempo, dice Jehová, la maldad de Israel<br />

será buscada, y no aparecerá; y los pecados de Judá, y no se<br />

21 hallarán; porque perdonaré a los que yo hubiere dejado. Sube<br />

contra la tierra de Merataim, contra ella y contra los moradores<br />

de Pecod; destruye y mata en pos de ellos, dice Jehová,<br />

22 y haz conforme a todo lo que yo te he mandado. Estruen-<br />

23 do de guerra en la tierra, y quebrantamiento grande. ¡Cómo<br />

fue cortado y quebrado el martillo de toda la tierra! ¡cómo se<br />

24 convirtió Babilonia en desolación entre las naciones! Te puse<br />

lazos, y fuiste tomada, oh Babilonia, y tú no lo supiste; fuis-<br />

25 te hallada, y aun presa, porque provocaste a Jehová. Abrió<br />

Jehová su tesoro, y sacó los instrumentos de su furor; porque<br />

ésta es obra de Jehová, Dios de los ejércitos, en la tierra de los<br />

26 caldeos. Venid contra ella desde el extremo de la tierra; abrid<br />

sus almacenes, convertidla en montón de ruinas, y destruidla;<br />

27 que no le quede nada. Matad a todos sus novillos; que vayan<br />

al matadero. ¡Ay de ellos! pues ha venido su día, el tiempo de<br />

28 su castigo. Voz de los que huyen y escapan de la tierra de<br />

Babilonia, para dar en Sion las nuevas de la retribución de Je-<br />

29 hová nuestro Dios, de la venganza de su templo. Haced juntar<br />

contra Babilonia flecheros, a todos los que entesan arco; acampad<br />

contra ella alrededor; no escape de ella ninguno; pagadle


1109 Jeremías 50. 30–44<br />

según su obra; conforme a todo lo que ella hizo, haced con<br />

ella; porque contra Jehová se ensoberbeció, contra el Santo de<br />

Israel. Por tanto, sus jóvenes caerán en sus plazas, y todos 30<br />

sus hombres de guerra serán destruidos en aquel día, dice Jehová.<br />

He aquí yo estoy contra ti, oh soberbio, dice el Señor, 31<br />

Jehová de los ejércitos; porque tu día ha venido, el tiempo en<br />

que te castigaré. Y el soberbio tropezará y caerá, y no tendrá 32<br />

quien lo levante; y encenderé fuego en sus ciudades, y quemaré<br />

todos sus alrededores. Así ha dicho Jehová de los ejércitos: 33<br />

Oprimidos fueron los hijos de Israel y los hijos de Judá juntamente;<br />

y todos los que los tomaron cautivos los retuvieron; no<br />

los quisieron soltar. El redentor de ellos es el Fuerte; Jehová 34<br />

de los ejércitos es su nombre; de cierto abogará la causa de<br />

ellos para hacer reposar la tierra, y turbar a los moradores de<br />

Babilonia. Espada contra los caldeos, dice Jehová, y contra 35<br />

los moradores de Babilonia, contra sus príncipes y contra sus<br />

sabios. Espada contra los adivinos, y se entontecerán; espa- 36<br />

da contra sus valientes, y serán quebrantados. Espada contra 37<br />

sus caballos, contra sus carros, y contra todo el pueblo que<br />

está en medio de ella, y serán como mujeres; espada contra<br />

sus tesoros, y serán saqueados. Sequedad sobre sus aguas, y 38<br />

se secarán; porque es tierra de ídolos, y se entontecen con imágenes.<br />

Por tanto, allí morarán fieras del desierto y chacales, 39<br />

morarán también en ella polluelos de avestruz; nunca más será<br />

poblada ni se habitará por generaciones y generaciones. Como 40<br />

en la destrucción que Dios hizo de Sodoma y de Gomorra y de<br />

sus ciudades vecinas, dice Jehová, así no morará allí hombre,<br />

ni hijo de hombre la habitará. He aquí viene un pueblo del 41<br />

norte, y una nación grande y muchos reyes se levantarán de los<br />

extremos de la tierra. Arco y lanza manejarán; serán crueles, 42<br />

y no tendrán compasión; su voz rugirá como el mar, y montarán<br />

sobre caballos; se prepararán contra ti como hombres a la<br />

pelea, oh hija de Babilonia. Oyó la noticia el rey de Babilonia, 43<br />

y sus manos se debilitaron; angustia le tomó, dolor como de<br />

mujer de parto. He aquí que como león subirá de la espesura 44<br />

del Jordán a la morada fortificada; porque muy pronto le haré<br />

huir de ella, y al que yo escoja la encargaré; porque ¿quién es<br />

semejante a mí? ¿y quién me emplazará? ¿o quién será aquel


50. 45–51. 15 Jeremías 1110<br />

45 pastor que podrá resistirme? Por tanto, oíd la determinación<br />

que Jehová ha acordado contra Babilonia, y los pensamientos<br />

que ha formado contra la tierra de los caldeos: Ciertamente a<br />

los más pequeños de su rebaño los arrastrarán, y destruirán<br />

46 sus moradas con ellos. Al grito de la toma de Babilonia la<br />

tierra tembló, y el clamor se oyó entre las naciones.<br />

51 Así ha dicho Jehová: He aquí que yo levanto un viento destruidor<br />

contra Babilonia, y contra sus moradores que se le-<br />

2 vantan contra mí. Y enviaré a Babilonia aventadores que la<br />

avienten, y vaciarán su tierra; porque se pondrán contra ella<br />

3 de todas partes en el día del mal. Diré al flechero que entesa<br />

su arco, y al que se enorgullece de su coraza: No perdonéis a<br />

4 sus jóvenes, destruid todo su ejército. Y caerán muertos en la<br />

5 tierra de los caldeos, y alanceados en sus calles. Porque Israel<br />

y Judá no han enviudado de su Dios, Jehová de los ejércitos,<br />

aunque su tierra fue llena de pecado contra el Santo de Israel.<br />

6 Huid de en medio de Babilonia, y librad cada uno su vida,<br />

para que no perezcáis a causa de su maldad; porque el tiempo<br />

7 es de venganza de Jehová; le dará su pago. Copa de oro fue<br />

Babilonia en la mano de Jehová, que embriagó a toda la tierra;<br />

de su vino bebieron los pueblos; se aturdieron, por tanto, las<br />

8 naciones. En un momento cayó Babilonia, y se despedazó;<br />

gemid sobre ella; tomad bálsamo para su dolor, quizá sane.<br />

9 Curamos a Babilonia, y no ha sanado; dejadla, y vámonos cada<br />

uno a su tierra; porque ha llegado hasta el cielo su juicio,<br />

10 y se ha alzado hasta las nubes. Jehová sacó a luz nuestras<br />

justicias; venid, y contemos en Sion la obra de Jehová nuestro<br />

11 Dios. Limpiad las saetas, embrazad los escudos; ha despertado<br />

Jehová el espíritu de los reyes de Media; porque contra<br />

Babilonia es su pensamiento para destruirla; porque vengan-<br />

12 za es de Jehová, y venganza de su templo. Levantad bandera<br />

sobre los muros de Babilonia, reforzad la guardia, poned centinelas,<br />

disponed celadas; porque deliberó Jehová, y aun pondrá<br />

en efecto lo que ha dicho contra los moradores de Babilonia.<br />

13 Tú, la que moras entre muchas aguas, rica en tesoros, ha ve-<br />

14 nido tu fin, la medida de tu codicia. Jehová de los ejércitos<br />

juró por sí mismo, diciendo: Yo te llenaré de hombres como de<br />

15 langostas, y levantarán contra ti gritería. Él es el que hizo la


1111 Jeremías 51. 16–30<br />

tierra con su poder, el que afirmó el mundo con su sabiduría,<br />

y extendió los cielos con su inteligencia. A su voz se producen 16<br />

tumultos de aguas en los cielos, y hace subir las nubes de lo<br />

último de la tierra; él hace relámpagos con la lluvia, y saca<br />

el viento de sus depósitos. Todo hombre se ha infatuado, y 17<br />

no tiene ciencia; se avergüenza todo artífice de su escultura,<br />

porque mentira es su ídolo, no tiene espíritu. Vanidad son, 18<br />

obra digna de burla; en el tiempo del castigo perecerán. No 19<br />

es como ellos la porción de Jacob; porque él es el Formador de<br />

todo, e Israel es el cetro de su herencia; Jehová de los ejércitos<br />

es su nombre. Martillo me sois, y armas de guerra; y por 20<br />

medio de ti quebrantaré naciones, y por medio de ti destruiré<br />

reinos. Por tu medio quebrantaré caballos y a sus jinetes, y 21<br />

por medio de ti quebrantaré carros y a los que en ellos suben.<br />

Asimismo por tu medio quebrantaré hombres y mujeres, 22<br />

y por medio de ti quebrantaré viejos y jóvenes, y por tu medio<br />

quebrantaré jóvenes y vírgenes. También quebrantaré por 23<br />

medio de ti al pastor y a su rebaño; quebrantaré por tu medio<br />

a labradores y a sus yuntas; a jefes y a príncipes quebrantaré<br />

por medio de ti. Y pagaré a Babilonia y a todos los morado- 24<br />

res de Caldea, todo el mal que ellos hicieron en Sion delante<br />

de vuestros ojos, dice Jehová. He aquí yo estoy contra ti, oh 25<br />

monte destruidor, dice Jehová, que destruiste toda la tierra; y<br />

extenderé mi mano contra ti, y te haré rodar de las peñas, y te<br />

reduciré a monte quemado. Y nadie tomará de ti piedra para 26<br />

esquina, ni piedra para cimiento; porque perpetuo asolamiento<br />

serás, ha dicho Jehová. Alzad bandera en la tierra, tocad 27<br />

trompeta en las naciones, preparad pueblos contra ella; juntad<br />

contra ella los reinos de Ararat, de Mini y de Askenaz; señalad<br />

contra ella capitán, haced subir caballos como langostas<br />

erizadas. Preparad contra ella naciones; los reyes de Media, 28<br />

sus capitanes y todos sus príncipes, y todo territorio de su dominio.<br />

Temblará la tierra, y se afligirá; porque es confirmado 29<br />

contra Babilonia todo el pensamiento de Jehová, para poner<br />

la tierra de Babilonia en soledad, para que no haya morador<br />

en ella. Los valientes de Babilonia dejaron de pelear, se en- 30<br />

cerraron en sus fortalezas; les faltaron las fuerzas, se volvieron<br />

como mujeres; incendiadas están sus casas, rotos sus cerrojos.


51. 31–48 Jeremías 1112<br />

31 Correo se encontrará con correo, mensajero se encontrará con<br />

mensajero, para anunciar al rey de Babilonia que su ciudad<br />

32 es tomada por todas partes. Los vados fueron tomados, y los<br />

baluartes quemados a fuego, y se consternaron los hombres de<br />

33 guerra. Porque así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de<br />

Israel: La hija de Babilonia es como una era cuando está de<br />

34 trillar; de aquí a poco le vendrá el tiempo de la siega. Me<br />

devoró, me desmenuzó Nabucodonosor rey de Babilonia, y me<br />

dejó como vaso vacío; me tragó como dragón, llenó su vientre<br />

35 de mis delicadezas, y me echó fuera. Sobre Babilonia caiga la<br />

violencia hecha a mí y a mi carne, dirá la moradora de Sion; y<br />

mi sangre caiga sobre los moradores de Caldea, dirá Jerusalén.<br />

36 Por tanto, así ha dicho Jehová: He aquí que yo juzgo tu causa<br />

y haré tu venganza; y secaré su mar, y haré que su corriente<br />

37 quede seca. Y será Babilonia montones de ruinas, morada de<br />

38 chacales, espanto y burla, sin morador. Todos a una rugirán<br />

39 como leones; como cachorros de leones gruñirán. En medio<br />

de su calor les pondré banquetes, y haré que se embriaguen,<br />

para que se alegren, y duerman eterno sueño y no despierten,<br />

40 dice Jehová. Los haré traer como corderos al matadero, como<br />

41 carneros y machos cabríos. ¡Cómo fue apresada Babilonia, y<br />

fue tomada la que era alabada por toda la tierra! ¡Cómo vino<br />

42 a ser Babilonia objeto de espanto entre las naciones! Subió el<br />

mar sobre Babilonia; de la multitud de sus olas fue cubierta.<br />

43 Sus ciudades fueron asoladas, la tierra seca y desierta, tierra<br />

44 en que no morará nadie, ni pasará por ella hijo de hombre. Y<br />

juzgaré a Bel en Babilonia, y sacaré de su boca lo que se ha<br />

tragado; y no vendrán más naciones a él, y el muro de Babi-<br />

45 lonia caerá. Salid de en medio de ella, pueblo mío, y salvad<br />

46 cada uno su vida del ardor de la ira de Jehová. Y no desmaye<br />

vuestro corazón, ni temáis a causa del rumor que se oirá por<br />

la tierra; en un año vendrá el rumor, y después en otro año<br />

rumor, y habrá violencia en la tierra, dominador contra domi-<br />

47 nador. Por tanto, he aquí vienen días en que yo destruiré los<br />

ídolos de Babilonia, y toda su tierra será avergonzada, y todos<br />

48 sus muertos caerán en medio de ella. Los cielos y la tierra<br />

y todo lo que está en ellos cantarán de gozo sobre Babilonia;<br />

porque del norte vendrán contra ella destruidores, dice Jehová.


1113 Jeremías 51. 49–52. 1<br />

Por los muertos de Israel caerá Babilonia, como por Babilo- 49<br />

nia cayeron los muertos de toda la tierra. Los que escapasteis 50<br />

de la espada, andad, no os detengáis; acordaos por muchos<br />

días de Jehová, y acordaos de Jerusalén. Estamos avergon- 51<br />

zados, porque oímos la afrenta; la confusión cubrió nuestros<br />

rostros, porque vinieron extranjeros contra los santuarios de<br />

la casa de Jehová. Por tanto, vienen días, dice Jehová, en 52<br />

que yo destruiré sus ídolos, y en toda su tierra gemirán los<br />

heridos. Aunque suba Babilonia hasta el cielo, y se fortifique 53<br />

en las alturas, de mí vendrán a ella destruidores, dice Jehová.<br />

¡Oyese el clamor de Babilonia, y el gran quebrantamiento de 54<br />

la tierra de los caldeos! Porque Jehová destruirá a Babilonia, 55<br />

y quitará de ella la mucha jactancia; y bramarán sus olas, y<br />

como sonido de muchas aguas será la voz de ellos. Porque 56<br />

vino destruidor contra ella, contra Babilonia, y sus valientes<br />

fueron apresados; el arco de ellos fue quebrado; porque Jehová,<br />

Dios de retribuciones, dará la paga. Y embriagaré a sus 57<br />

príncipes y a sus sabios, a sus capitanes, a sus nobles y a sus<br />

fuertes; y dormirán sueño eterno y no despertarán, dice el Rey,<br />

cuyo nombre es Jehová de los ejércitos. Así ha dicho Jehová 58<br />

de los ejércitos: El muro ancho de Babilonia será derribado<br />

enteramente, y sus altas puertas serán quemadas a fuego; en<br />

vano trabajaron los pueblos, y las naciones se cansaron sólo<br />

para el fuego. Palabra que envió el profeta Jeremías a Seraías 59<br />

hijo de Nerías, hijo de Maasías, cuando iba con Sedequías rey<br />

de Judá a Babilonia, en el cuarto año de su reinado. Y era<br />

Seraías el principal camarero. Escribió, pues, Jeremías en un 60<br />

libro todo el mal que había de venir sobre Babilonia, todas las<br />

palabras que están escritas contra Babilonia. Y dijo Jeremías 61<br />

a Seraías: Cuando llegues a Babilonia, y veas y leas todas estas<br />

cosas, dirás: Oh Jehová, tú has dicho contra este lugar que lo 62<br />

habías de destruir, hasta no quedar en él morador, ni hombre<br />

ni animal, sino que para siempre ha de ser asolado. Y cuando 63<br />

acabes de leer este libro, le atarás una piedra, y lo echarás en<br />

medio del Éufrates, y dirás: Así se hundirá Babilonia, y no 64<br />

se levantará del mal que yo traigo sobre ella; y serán rendidos.<br />

Hasta aquí son las palabras de Jeremías.<br />

Era Sedequías de edad de veintiún años cuando comenzó 52


52. 2–16 Jeremías 1114<br />

a reinar, y reinó once años en Jerusalén. Su madre se llama-<br />

2 ba Hamutal, hija de Jeremías de Libna. E hizo lo malo ante<br />

3 los ojos de Jehová, conforme a todo lo que hizo Joacim. Y<br />

a causa de la ira de Jehová contra Jerusalén y Judá, llegó a<br />

echarlos de su presencia. Y se rebeló Sedequías contra el rey<br />

4 de Babilonia. Aconteció, por tanto, a los nueve años de su<br />

reinado, en el mes décimo, a los diez días del mes, que vino<br />

Nabucodonosor rey de Babilonia, él y todo su ejército, contra<br />

Jerusalén, y acamparon contra ella, y de todas partes edifi-<br />

5 caron contra ella baluartes. Y estuvo sitiada la ciudad hasta<br />

6 el undécimo año del rey Sedequías. En el mes cuarto, a los<br />

nueve días del mes, prevaleció el hambre en la ciudad, hasta<br />

7 no haber pan para el pueblo. Y fue abierta una brecha en el<br />

muro de la ciudad, y todos los hombres de guerra huyeron, y<br />

salieron de la ciudad de noche por el camino de la puerta entre<br />

los dos muros que había cerca del jardín del rey, y se fueron<br />

por el camino del Arabá, estando aún los caldeos junto a la<br />

8 ciudad alrededor. Y el ejército de los caldeos siguió al rey, y<br />

alcanzaron a Sedequías en los llanos de Jericó; y lo abando-<br />

9 nó todo su ejército. Entonces prendieron al rey, y le hicieron<br />

venir al rey de Babilonia, a Ribla en tierra de Hamat, donde<br />

10 pronunció sentencia contra él. Y degolló el rey de Babilonia<br />

a los hijos de Sedequías delante de sus ojos, y también degolló<br />

11 en Ribla a todos los príncipes de Judá. No obstante, el rey de<br />

Babilonia sólo le sacó los ojos a Sedequías, y le ató con grillos,<br />

y lo hizo llevar a Babilonia; y lo puso en la cárcel hasta el día<br />

12 en que murió. Y en el mes quinto, a los diez días del mes, que<br />

era el año diecinueve del reinado de Nabucodonosor rey de Babilonia,<br />

vino a Jerusalén Nabuzaradán capitán de la guardia,<br />

13 que solía estar delante del rey de Babilonia. Y quemó la casa<br />

de Jehová, y la casa del rey, y todas las casas de Jerusalén; y<br />

14 destruyó con fuego todo edificio grande. Y todo el ejército de<br />

los caldeos, que venía con el capitán de la guardia, destruyó<br />

15 todos los muros en derredor de Jerusalén. E hizo transportar<br />

Nabuzaradán capitán de la guardia a los pobres del pueblo,<br />

y a toda la otra gente del pueblo que había quedado en la<br />

ciudad, a los desertores que se habían pasado al rey de Babi-<br />

16 lonia, y a todo el resto de la multitud del pueblo. Mas de los


1115 Jeremías 52. 17–31<br />

pobres del país dejó Nabuzaradán capitán de la guardia para<br />

viñadores y labradores. Y los caldeos quebraron las columnas 17<br />

de bronce que estaban en la casa de Jehová, y las basas, y<br />

el mar de bronce que estaba en la casa de Jehová, y llevaron<br />

todo el bronce a Babilonia. Se llevaron también los calderos, 18<br />

las palas, las despabiladeras, los tazones, las cucharas, y todos<br />

los utensilios de bronce con que se ministraba, y los incen- 19<br />

sarios, tazones, copas, ollas, candeleros, escudillas y tazas; lo<br />

de oro por oro, y lo de plata por plata, se llevó el capitán de<br />

la guardia. Las dos columnas, un mar, y los doce bueyes de 20<br />

bronce que estaban debajo de las basas, que había hecho el rey<br />

Salomón en la casa de Jehová; el peso del bronce de todo esto<br />

era incalculable. En cuanto a las columnas, la altura de cada 21<br />

columna era de dieciocho codos, y un cordón de doce codos<br />

la rodeaba; y su espesor era de cuatro dedos, y eran huecas.<br />

Y el capitel de bronce que había sobre ella era de una altura 22<br />

de cinco codos, con una red y granadas alrededor del capitel,<br />

todo de bronce; y lo mismo era lo de la segunda columna con<br />

sus granadas. Había noventa y seis granadas en cada hilera; 23<br />

todas ellas eran ciento sobre la red alrededor. Tomó también 24<br />

el capitán de la guardia a Seraías el principal sacerdote, a Sofonías<br />

el segundo sacerdote, y tres guardas del atrio. Y de la 25<br />

ciudad tomó a un oficial que era capitán de los hombres de<br />

guerra, a siete hombres de los consejeros íntimos del rey, que<br />

estaban en la ciudad, y al principal secretario de la milicia, que<br />

pasaba revista al pueblo de la tierra para la guerra, y sesenta<br />

hombres del pueblo que se hallaron dentro de la ciudad. Los 26<br />

tomó, pues, Nabuzaradán capitán de la guardia, y los llevó al<br />

rey de Babilonia en Ribla. Y el rey de Babilonia los hirió, 27<br />

y los mató en Ribla en tierra de Hamat. Así Judá fue transportada<br />

de su tierra. Éste es el pueblo que Nabucodonosor 28<br />

llevó cautivo: En el año séptimo, a tres mil veintitrés hombres<br />

de Judá. En el año dieciocho de Nabucodonosor él llevó cau- 29<br />

tivas de Jerusalén a ochocientas treinta y dos personas. El 30<br />

año veintitrés de Nabucodonosor, Nabuzaradán capitán de la<br />

guardia llevó cautivas a setecientas cuarenta y cinco personas<br />

de los hombres de Judá; todas las personas en total fueron<br />

cuatro mil seiscientas. Y sucedió que en el año treinta y siete 31


52. 32–34 Jeremías 1116<br />

del cautiverio de Joaquín rey de Judá, en el mes duodécimo,<br />

a los veinticinco días del mes, Evil-merodac rey de Babilonia,<br />

en el año primero de su reinado, alzó la cabeza de Joaquín rey<br />

32 de Judá y lo sacó de la cárcel. Y habló con él amigablemente,<br />

e hizo poner su trono sobre los tronos de los reyes que estaban<br />

33 con él en Babilonia. Le hizo mudar también los vestidos de<br />

prisionero, y comía pan en la mesa del rey siempre todos los<br />

34 días de su vida. Y continuamente se le daba una ración de<br />

parte del rey de Babilonia, cada día durante todos los días de<br />

su vida, hasta el día de su muerte.


lamentaciones de<br />

jeremias<br />

¡Cómo ha quedado sola la ciudad populosa! La grande entre 1<br />

las naciones se ha vuelto como viuda, La señora de provincias<br />

ha sido hecha tributaria. Amargamente llora en la noche, y 2<br />

sus lágrimas están en sus mejillas. No tiene quien la consuele de<br />

todos sus amantes; Todos sus amigos le faltaron, se le volvieron<br />

enemigos. Judá ha ido en cautiverio a causa de la aflicción 3<br />

y de la dura servidumbre; Ella habitó entre las naciones, y no<br />

halló descanso; Todos sus perseguidores la alcanzaron entre las<br />

estrechuras. Las calzadas de Sion tienen luto, porque no hay 4<br />

quien venga a las fiestas solemnes; Todas sus puertas están<br />

asoladas, sus sacerdotes gimen, Sus vírgenes están afligidas, y<br />

ella tiene amargura. Sus enemigos han sido hechos príncipes, 5<br />

sus aborrecedores fueron prosperados, Porque Jehová la afligió<br />

por la multitud de sus rebeliones; Sus hijos fueron en cautividad<br />

delante del enemigo. Desapareció de la hija de Sion toda 6<br />

su hermosura; Sus príncipes fueron como ciervos que no hallan<br />

pasto, Y anduvieron sin fuerzas delante del perseguidor.<br />

Jerusalén, cuando cayó su pueblo en mano del enemigo y no 7<br />

hubo quien la ayudase, Se acordó de los días de su aflicción,<br />

y de sus rebeliones, Y de todas las cosas agradables que tuvo<br />

desde los tiempos antiguos. La miraron los enemigos, y se burlaron<br />

de su caída. Pecado cometió Jerusalén, por lo cual ella 8<br />

ha sido removida; Todos los que la honraban la han menospreciado,<br />

porque vieron su vergüenza; Y ella suspira, y se vuelve<br />

atrás. Su inmundicia está en sus faldas, y no se acordó de 9<br />

su fin; Por tanto, ella ha descendido sorprendentemente, y no<br />

tiene quien la consuele. Mira, oh Jehová, mi aflicción, porque<br />

el enemigo se ha engrandecido. Extendió su mano el enemigo 10<br />

a todas sus cosas preciosas; Ella ha visto entrar en su santuario<br />

a las naciones De las cuales mandaste que no entrasen en<br />

tu congregación. Todo su pueblo buscó su pan suspirando; 11<br />

Dieron por la comida todas sus cosas preciosas, para entrete-


1. 12–2. 3 Lamentaciones 1118<br />

12 ner la vida. Mira, oh Jehová, y ve que estoy abatida. ¿No os<br />

conmueve a cuantos pasáis por el camino? Mirad, y ved si hay<br />

dolor como mi dolor que me ha venido; Porque Jehová me ha<br />

13 angustiado en el día de su ardiente furor. Desde lo alto envió<br />

fuego que consume mis huesos; Ha extendido red a mis pies,<br />

14 me volvió atrás, Me dejó desolada, y con dolor todo el día. El<br />

yugo de mis rebeliones ha sido atado por su mano; Ataduras<br />

han sido echadas sobre mi cerviz; ha debilitado mis fuerzas;<br />

Me ha entregado el Señor en manos contra las cuales no podré<br />

15 levantarme. El Señor ha hollado a todos mis hombres fuertes<br />

en medio de mí; Llamó contra mí compañía para quebrantar<br />

a mis jóvenes; Como lagar ha hollado el Señor a la virgen hija<br />

16 de Judá. Por esta causa lloro; mis ojos, mis ojos fluyen aguas,<br />

Porque se alejó de mí el consolador que dé reposo a mi alma;<br />

17 Mis hijos son destruidos, porque el enemigo prevaleció. Sion<br />

extendió sus manos; no tiene quien la consuele; Jehová dio<br />

mandamiento contra Jacob, que sus vecinos fuesen sus enemi-<br />

18 gos; Jerusalén fue objeto de abominación entre ellos. Jehová<br />

es justo; yo contra su palabra me rebelé. Oíd ahora, pueblos<br />

todos, y ved mi dolor; Mis vírgenes y mis jóvenes fueron lleva-<br />

19 dos en cautiverio. Di voces a mis amantes, mas ellos me han<br />

engañado; Mis sacerdotes y mis ancianos en la ciudad perecieron,<br />

Buscando comida para sí con que entretener su vida.<br />

20 Mira, oh Jehová, estoy atribulada, mis entrañas hierven. Mi<br />

corazón se trastorna dentro de mí, porque me rebelé en gran<br />

manera. Por fuera hizo estragos la espada; por dentro señoreó<br />

21 la muerte. Oyeron que gemía, mas no hay consolador para<br />

mí; Todos mis enemigos han oído mi mal, se alegran de lo que<br />

tú hiciste. Harás venir el día que has anunciado, y serán como<br />

22 yo. Venga delante de ti toda su maldad, Y haz con ellos como<br />

hiciste conmigo por todas mis rebeliones; Porque muchos son<br />

mis suspiros, y mi corazón está adolorido.<br />

2 ¡Cómo oscureció el Señor en su furor a la hija de Sion! Derribó<br />

del cielo a la tierra la hermosura de Israel, Y no se acordó<br />

2 del estrado de sus pies en el día de su furor. Destruyó el Señor,<br />

y no perdonó; Destruyó en su furor todas las tiendas de Jacob;<br />

Echó por tierra las fortalezas de la hija de Judá, Humilló al<br />

3 reino y a sus príncipes. Cortó con el ardor de su ira todo el


1119 Lamentaciones 2. 4–15<br />

poderío de Israel; Retiró de él su diestra frente al enemigo, Y<br />

se encendió en Jacob como llama de fuego que ha devorado<br />

alrededor. Entesó su arco como enemigo, afirmó su mano de- 4<br />

recha como adversario, Y destruyó cuanto era hermoso. En la<br />

tienda de la hija de Sion derramó como fuego su enojo. El 5<br />

Señor llegó a ser como enemigo, destruyó a Israel; Destruyó<br />

todos sus palacios, derribó sus fortalezas, Y multiplicó en la<br />

hija de Judá la tristeza y el lamento. Quitó su tienda como 6<br />

enramada de huerto; Destruyó el lugar en donde se congregaban;<br />

Jehová ha hecho olvidar las fiestas solemnes y los días de<br />

reposo en Sion, Y en el ardor de su ira ha desechado al rey y<br />

al sacerdote. Desechó el Señor su altar, menospreció su san- 7<br />

tuario; Ha entregado en mano del enemigo los muros de sus<br />

palacios; Hicieron resonar su voz en la casa de Jehová como en<br />

día de fiesta. Jehová determinó destruir el muro de la hija de 8<br />

Sion; Extendió el cordel, no retrajo su mano de la destrucción;<br />

Hizo, pues, que se lamentara el antemuro y el muro; fueron<br />

desolados juntamente. Sus puertas fueron echadas por tierra, 9<br />

destruyó y quebrantó sus cerrojos; Su rey y sus príncipes están<br />

entre las naciones donde no hay ley; Sus profetas tampoco<br />

hallaron visión de Jehová. Se sentaron en tierra, callaron los 10<br />

ancianos de la hija de Sion; Echaron polvo sobre sus cabezas,<br />

se ciñeron de cilicio; Las vírgenes de Jerusalén bajaron<br />

sus cabezas a tierra. Mis ojos desfallecieron de lágrimas, se 11<br />

conmovieron mis entrañas, Mi hígado se derramó por tierra a<br />

causa del quebrantamiento de la hija de mi pueblo, Cuando<br />

desfallecía el niño y el que mamaba, en las plazas de la ciudad.<br />

Decían a sus madres: ¿Dónde está el trigo y el vino? 12<br />

Desfallecían como heridos en las calles de la ciudad, Derramando<br />

sus almas en el regazo de sus madres. ¿Qué testigo 13<br />

te traeré, o a quién te haré semejante, hija de Jerusalén? ¿A<br />

quién te compararé para consolarte, oh virgen hija de Sion?<br />

Porque grande como el mar es tu quebrantamiento; ¿quién te<br />

sanará? Tus profetas vieron para ti vanidad y locura; Y no 14<br />

descubrieron tu pecado para impedir tu cautiverio, Sino que te<br />

predicaron vanas profecías y extravíos. Todos los que pasaban 15<br />

por el camino batieron las manos sobre ti; Silbaron, y movieron<br />

despectivamente sus cabezas sobre la hija de Jerusalén,


2. 16–3. 14 Lamentaciones 1120<br />

diciendo: ¿Es ésta la ciudad que decían de perfecta hermosu-<br />

16 ra, el gozo de toda la tierra? Todos tus enemigos abrieron<br />

contra ti su boca; Se burlaron, y crujieron los dientes; dijeron:<br />

Devorémosla; Ciertamente éste es el día que esperábamos; lo<br />

17 hemos hallado, lo hemos visto. Jehová ha hecho lo que tenía<br />

determinado; Ha cumplido su palabra, la cual él había mandado<br />

desde tiempo antiguo. Destruyó, y no perdonó; Y ha hecho<br />

que el enemigo se alegre sobre ti, Y enalteció el poder de tus<br />

18 adversarios. El corazón de ellos clamaba al Señor; Oh hija de<br />

Sion, echa lágrimas cual arroyo día y noche; No descanses, ni<br />

19 cesen las niñas de tus ojos. Levántate, da voces en la noche,<br />

al comenzar las vigilias; Derrama como agua tu corazón ante<br />

la presencia del Señor; Alza tus manos a él implorando la vida<br />

de tus pequeñitos, Que desfallecen de hambre en las entradas<br />

20 de todas las calles. Mira, oh Jehová, y considera a quién has<br />

hecho así. ¿Han de comer las mujeres el fruto de sus entrañas,<br />

los pequeñitos a su tierno cuidado? ¿Han de ser muertos en el<br />

21 santuario del Señor el sacerdote y el profeta? Niños y viejos<br />

yacían por tierra en las calles; Mis vírgenes y mis jóvenes cayeron<br />

a espada; Mataste en el día de tu furor; degollaste, no<br />

22 perdonaste. Has convocado de todas partes mis temores, como<br />

en un día de solemnidad; Y en el día del furor de Jehová no<br />

hubo quien escapase ni quedase vivo; Los que crié y mantuve,<br />

mi enemigo los acabó.<br />

3 Yo soy el hombre que ha visto aflicción bajo el látigo de su<br />

2, 3 enojo. Me guió y me llevó en tinieblas, y no en luz; Cierta-<br />

4 mente contra mí volvió y revolvió su mano todo el día. Hizo<br />

5 envejecer mi carne y mi piel; quebrantó mis huesos; Edificó<br />

baluartes contra mí, y me rodeó de amargura y de trabajo.<br />

6 Me dejó en oscuridad, como los ya muertos de mucho tiempo.<br />

7 Me cercó por todos lados, y no puedo salir; ha hecho más pe-<br />

8 sadas mis cadenas; Aun cuando clamé y di voces, cerró los<br />

9 oídos a mi oración; Cercó mis caminos con piedra labrada,<br />

10 torció mis senderos. Fue para mí como oso que acecha, como<br />

11 león en escondrijos; Torció mis caminos, y me despedazó; me<br />

12 dejó desolado. Entesó su arco, y me puso como blanco para<br />

13 la saeta. Hizo entrar en mis entrañas las saetas de su alja-<br />

14 ba. Fui escarnio a todo mi pueblo, burla de ellos todos los


1121 Lamentaciones 3. 15–52<br />

días; Me llenó de amarguras, me embriagó de ajenjos. Mis 15, 16<br />

dientes quebró con cascajo, me cubrió de ceniza; Y mi alma 17<br />

se alejó de la paz, me olvidé del bien, Y dije: Perecieron mis 18<br />

fuerzas, y mi esperanza en Jehová. Acuérdate de mi aflicción 19<br />

y de mi abatimiento, del ajenjo y de la hiel; Lo tendré aún 20<br />

en memoria, porque mi alma está abatida dentro de mí; Esto 21<br />

recapacitaré en mi corazón, por lo tanto esperaré. Por la mi- 22<br />

sericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca<br />

decayeron sus misericordias. Nuevas son cada mañana; gran- 23<br />

de es tu fidelidad. Mi porción es Jehová, dijo mi alma; por 24<br />

tanto, en él esperaré. Bueno es Jehová a los que en él esperan, 25<br />

al alma que le busca. Bueno es esperar en silencio la salvación 26<br />

de Jehová. Bueno le es al hombre llevar el yugo desde su ju- 27<br />

ventud. Que se siente solo y calle, porque es Dios quien se lo 28<br />

impuso; Ponga su boca en el polvo, por si aún hay esperanza; 29<br />

Dé la mejilla al que le hiere, y sea colmado de afrentas. Por- 30, 31<br />

que el Señor no desecha para siempre; Antes si aflige, también 32<br />

se compadece según la multitud de sus misericordias; Porque 33<br />

no aflige ni entristece voluntariamente a los hijos de los hombres.<br />

Desmenuzar bajo los pies a todos los encarcelados de la 34<br />

tierra, Torcer el derecho del hombre delante de la presencia 35<br />

del Altísimo, Trastornar al hombre en su causa, el Señor no 36<br />

lo aprueba. ¿Quién será aquel que diga que sucedió algo que 37<br />

el Señor no mandó? ¿De la boca del Altísimo no sale lo malo 38<br />

y lo bueno? ¿Por qué se lamenta el hombre viviente? Lamén- 39<br />

tese el hombre en su pecado. Escudriñemos nuestros caminos, 40<br />

y busquemos, y volvámonos a Jehová; Levantemos nuestros 41<br />

corazones y manos a Dios en los cielos; Nosotros nos hemos 42<br />

rebelado, y fuimos desleales; tú no perdonaste. Desplegaste la 43<br />

ira y nos perseguiste; mataste, y no perdonaste; Te cubriste 44<br />

de nube para que no pasase la oración nuestra; Nos volviste 45<br />

en oprobio y abominación en medio de los pueblos. Todos 46<br />

nuestros enemigos abrieron contra nosotros su boca; Temor 47<br />

y lazo fueron para nosotros, asolamiento y quebranto; Ríos 48<br />

de aguas echan mis ojos por el quebrantamiento de la hija de<br />

mi pueblo. Mis ojos destilan y no cesan, porque no hay alivio 49<br />

Hasta que Jehová mire y vea desde los cielos; Mis ojos contris- 50, 51<br />

taron mi alma por todas las hijas de mi ciudad. Mis enemigos 52


3. 53–4. 11 Lamentaciones 1122<br />

53 me dieron caza como a ave, sin haber por qué; Ataron mi vi-<br />

54 da en cisterna, pusieron piedra sobre mí; Aguas cubrieron mi<br />

55 cabeza; yo dije: Muerto soy. Invoqué tu nombre, oh Jehová,<br />

56 desde la cárcel profunda; Oíste mi voz; no escondas tu oído<br />

57 al clamor de mis suspiros. Te acercaste el día que te invoqué;<br />

58 dijiste: No temas. Abogaste, Señor, la causa de mi alma; redi-<br />

59 miste mi vida. Tú has visto, oh Jehová, mi agravio; defiende<br />

60 mi causa. Has visto toda su venganza, todos sus pensamientos<br />

61 contra mí. Has oído el oprobio de ellos, oh Jehová, todas sus<br />

62 maquinaciones contra mí; Los dichos de los que contra mí se<br />

63 levantaron, y su designio contra mí todo el día. Su sentarse y<br />

64 su levantarse mira; yo soy su canción. Dales el pago, oh Jeho-<br />

65 vá, según la obra de sus manos. Entrégalos al endurecimiento<br />

66 de corazón; tu maldición caiga sobre ellos. Persíguelos en tu<br />

furor, y quebrántalos de debajo de los cielos, oh Jehová.<br />

4 ¡Cómo se ha ennegrecido el oro! ¡Cómo el buen oro ha perdido<br />

su brillo! Las piedras del santuario están esparcidas por<br />

2 las encrucijadas de todas las calles. Los hijos de Sion, preciados<br />

y estimados más que el oro puro, ¡Cómo son tenidos por<br />

3 vasijas de barro, obra de manos de alfarero! Aun los chacales<br />

dan la teta, y amamantan a sus cachorros; La hija de mi pue-<br />

4 blo es cruel como los avestruces en el desierto. La lengua del<br />

niño de pecho se pegó a su paladar por la sed; Los pequeñue-<br />

5 los pidieron pan, y no hubo quien se lo repartiese. Los que<br />

comían delicadamente fueron asolados en las calles; Los que<br />

6 se criaron entre púrpura se abrazaron a los estercoleros. Porque<br />

se aumentó la iniquidad de la hija de mi pueblo más que<br />

el pecado de Sodoma, Que fue destruida en un momento, sin<br />

7 que acamparan contra ella compañías. Sus nobles fueron más<br />

puros que la nieve, más blancos que la leche; Más rubios eran<br />

sus cuerpos que el coral, su talle más hermoso que el zafiro.<br />

8 Oscuro más que la negrura es su aspecto; no los conocen por<br />

las calles; Su piel está pegada a sus huesos, seca como un palo.<br />

9 Más dichosos fueron los muertos a espada que los muertos por<br />

el hambre; Porque éstos murieron poco a poco por falta de los<br />

10 frutos de la tierra. Las manos de mujeres piadosas cocieron<br />

a sus hijos; Sus propios hijos les sirvieron de comida en el día<br />

11 del quebrantamiento de la hija de mi pueblo. Cumplió Jehová


1123 Lamentaciones 4. 12–5. 9<br />

su enojo, derramó el ardor de su ira; Y encendió en Sion fuego<br />

que consumió hasta sus cimientos. Nunca los reyes de la 12<br />

tierra, ni todos los que habitan en el mundo, Creyeron que el<br />

enemigo y el adversario entrara por las puertas de Jerusalén.<br />

Es por causa de los pecados de sus profetas, y las maldades de 13<br />

sus sacerdotes, Quienes derramaron en medio de ella la sangre<br />

de los justos. Titubearon como ciegos en las calles, fueron 14<br />

contaminados con sangre, De modo que no pudiesen tocarse<br />

sus vestiduras. ¡Apartaos! ¡Inmundos! les gritaban; ¡Apartaos, 15<br />

apartaos, no toquéis! Huyeron y fueron dispersados; se dijo entre<br />

las naciones: Nunca más morarán aquí. La ira de Jehová 16<br />

los apartó, no los mirará más; No respetaron la presencia de<br />

los sacerdotes, ni tuvieron compasión de los viejos. Aun han 17<br />

desfallecido nuestros ojos esperando en vano nuestro socorro;<br />

En nuestra esperanza aguardamos a una nación que no puede<br />

salvar. Cazaron nuestros pasos, para que no anduviésemos 18<br />

por nuestras calles; Se acercó nuestro fin, se cumplieron nuestros<br />

días; porque llegó nuestro fin. Ligeros fueron nuestros 19<br />

perseguidores más que las águilas del cielo; Sobre los montes<br />

nos persiguieron, en el desierto nos pusieron emboscadas. El 20<br />

aliento de nuestras vidas, el ungido de Jehová, De quien habíamos<br />

dicho: A su sombra tendremos vida entre las naciones,<br />

fue apresado en sus lazos. Gózate y alégrate, hija de Edom, 21<br />

la que habitas en tierra de Uz; Aun hasta ti llegará la copa;<br />

te embriagarás, y vomitarás. Se ha cumplido tu castigo, oh 22<br />

hija de Sion; Nunca más te hará llevar cautiva. Castigará tu<br />

iniquidad, oh hija de Edom; Descubrirá tus pecados.<br />

Acuérdate, oh Jehová, de lo que nos ha sucedido; Mira, y ve 5<br />

nuestro oprobio. Nuestra heredad ha pasado a extraños, Nues- 2<br />

tras casas a forasteros. Huérfanos somos sin padre; Nuestras 3<br />

madres son como viudas. Nuestra agua bebemos por dinero; 4<br />

Compramos nuestra leña por precio. Padecemos persecución 5<br />

sobre nosotros; Nos fatigamos, y no hay para nosotros reposo.<br />

Al egipcio y al asirio extendimos la mano, para saciarnos 6<br />

de pan. Nuestros padres pecaron, y han muerto; Y nosotros 7<br />

llevamos su castigo. Siervos se enseñorearon de nosotros; No 8<br />

hubo quien nos librase de su mano. Con peligro de nues- 9<br />

tras vidas traíamos nuestro pan Ante la espada del desierto.


5. 10–22 Lamentaciones 1124<br />

10 Nuestra piel se ennegreció como un horno A causa del ardor<br />

11 del hambre. Violaron a las mujeres en Sion, A las vírgenes en<br />

12 las ciudades de Judá. A los príncipes colgaron de las manos;<br />

13 No respetaron el rostro de los viejos. Llevaron a los jóvenes a<br />

moler, Y los muchachos desfallecieron bajo el peso de la leña.<br />

14 Los ancianos no se ven más en la puerta, Los jóvenes dejaron<br />

15 sus canciones. Cesó el gozo de nuestro corazón; Nuestra dan-<br />

16 za se cambió en luto. Cayó la corona de nuestra cabeza; ¡Ay<br />

17 ahora de nosotros! porque pecamos. Por esto fue entristecido<br />

nuestro corazón, Por esto se entenebrecieron nuestros ojos,<br />

18 Por el monte de Sion que está asolado; Zorras andan por él.<br />

19 Mas tú, Jehová, permanecerás para siempre; Tu trono de ge-<br />

20 neración en generación. ¿Por qué te olvidas completamente<br />

21 de nosotros, Y nos abandonas tan largo tiempo? Vuélvenos,<br />

oh Jehová, a ti, y nos volveremos; Renueva nuestros días como<br />

22 al principio. Porque nos has desechado; Te has airado contra<br />

nosotros en gran manera.


ezequiel<br />

conteció en el año treinta, en el mes cuarto, a los 1<br />

cinco días del mes, que estando yo en medio de los<br />

cautivos junto al río Quebar, los cielos se abrieron,<br />

y vi visiones de Dios. En el quinto año de la depor- 2<br />

tación del rey Joaquín, a los cinco días del mes, vino palabra 3<br />

de Jehová al sacerdote Ezequiel hijo de Buzi, en la tierra de<br />

los caldeos, junto al río Quebar; vino allí sobre él la mano de<br />

Jehová. Y miré, y he aquí venía del norte un viento tempes- 4<br />

tuoso, y una gran nube, con un fuego envolvente, y alrededor<br />

de él un resplandor, y en medio del fuego algo que parecía como<br />

bronce refulgente, y en medio de ella la figura de cuatro 5<br />

seres vivientes. Y ésta era su apariencia: había en ellos semejanza<br />

de hombre. Cada uno tenía cuatro caras y cuatro alas. 6<br />

Y los pies de ellos eran derechos, y la planta de sus pies como 7<br />

planta de pie de becerro; y centelleaban a manera de bronce<br />

muy bruñido. Debajo de sus alas, a sus cuatro lados, tenían 8<br />

manos de hombre; y sus caras y sus alas por los cuatro lados.<br />

Con las alas se juntaban el uno al otro. No se volvían cuando 9<br />

andaban, sino que cada uno caminaba derecho hacia adelante.<br />

Y el aspecto de sus caras era cara de hombre, y cara de león 10<br />

al lado derecho de los cuatro, y cara de buey a la izquierda en<br />

los cuatro; asimismo había en los cuatro cara de águila. Así 11<br />

eran sus caras. Y tenían sus alas extendidas por encima, cada<br />

uno dos, las cuales se juntaban; y las otras dos cubrían sus<br />

cuerpos. Y cada uno caminaba derecho hacia adelante; hacia 12<br />

donde el espíritu les movía que anduviesen, andaban; y cuando<br />

andaban, no se volvían. Cuanto a la semejanza de los seres 13<br />

vivientes, su aspecto era como de carbones de fuego encendidos,<br />

como visión de hachones encendidos que andaba entre<br />

los seres vivientes; y el fuego resplandecía, y del fuego salían<br />

relámpagos. Y los seres vivientes corrían y volvían a seme- 14<br />

janza de relámpagos. Mientras yo miraba los seres vivientes, 15<br />

he aquí una rueda sobre la tierra junto a los seres vivientes,<br />

a los cuatro lados. El aspecto de las ruedas y su obra era se- 16


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1. 17–2. 2 Ezequiel 1126<br />

mejante al color del crisólito. Y las cuatro tenían una misma<br />

semejanza; su apariencia y su obra eran como rueda en medio<br />

de rueda. Cuando andaban, se movían hacia sus cuatro<br />

costados; no se volvían cuando andaban. Y sus aros eran al-<br />

tos y espantosos, y llenos de ojos alrededor en las cuatro. Y<br />

cuando los seres vivientes andaban, las ruedas andaban junto<br />

a ellos; y cuando los seres vivientes se levantaban de la tierra,<br />

las ruedas se levantaban. Hacia donde el espíritu les movía<br />

que anduviesen, andaban; hacia donde les movía el espíritu<br />

que anduviesen, las ruedas también se levantaban tras ellos;<br />

porque el espíritu de los seres vivientes estaba en las ruedas.<br />

Cuando ellos andaban, andaban ellas, y cuando ellos se pa-<br />

raban, se paraban ellas; asimismo cuando se levantaban de la<br />

tierra, las ruedas se levantaban tras ellos; porque el espíritu de<br />

los seres vivientes estaba en las ruedas. Y sobre las cabezas de<br />

los seres vivientes aparecía una expansión a manera de cristal<br />

maravilloso, extendido encima sobre sus cabezas. Y debajo de<br />

la expansión las alas de ellos estaban derechas, extendiéndose<br />

la una hacia la otra; y cada uno tenía dos alas que cubrían<br />

su cuerpo. Y oí el sonido de sus alas cuando andaban, como<br />

sonido de muchas aguas, como la voz del Omnipotente, como<br />

ruido de muchedumbre, como el ruido de un ejército. Cuando<br />

se paraban, bajaban sus alas. Y cuando se paraban y bajaban<br />

sus alas, se oía una voz de arriba de la expansión que había<br />

sobre sus cabezas. Y sobre la expansión que había sobre sus<br />

cabezas se veía la figura de un trono que parecía de piedra<br />

de zafiro; y sobre la figura del trono había una semejanza que<br />

parecía de hombre sentado sobre él. Y vi apariencia como de<br />

bronce refulgente, como apariencia de fuego dentro de ella en<br />

derredor, desde el aspecto de sus lomos para arriba; y desde<br />

sus lomos para abajo, vi que parecía como fuego, y que tenía<br />

resplandor alrededor. Como parece el arco iris que está en<br />

las nubes el día que llueve, así era el parecer del resplandor<br />

alrededor. Ésta fue la visión de la semejanza de la gloria de<br />

Jehová. Y cuando yo la vi, me postré sobre mi rostro, y oí la<br />

voz de uno que hablaba.<br />

2 Me dijo: Hijo de hombre, ponte sobre tus pies, y hablaré<br />

2 contigo. Y luego que me habló, entró el Espíritu en mí y me


1127 Ezequiel 2. 3–3. 11<br />

afirmó sobre mis pies, y oí al que me hablaba. Y me dijo: 3<br />

Hijo de hombre, yo te envío a los hijos de Israel, a gentes<br />

rebeldes que se rebelaron contra mí; ellos y sus padres se han<br />

rebelado contra mí hasta este mismo día. Yo, pues, te envío 4<br />

a hijos de duro rostro y de empedernido corazón; y les dirás:<br />

Así ha dicho Jehová el Señor. Acaso ellos escuchen; pero si no 5<br />

escucharen, porque son una casa rebelde, siempre conocerán<br />

que hubo profeta entre ellos. Y tú, hijo de hombre, no les 6<br />

temas, ni tengas miedo de sus palabras, aunque te hallas entre<br />

zarzas y espinos, y moras con escorpiones; no tengas miedo<br />

de sus palabras, ni temas delante de ellos, porque son casa<br />

rebelde. Les hablarás, pues, mis palabras, escuchen o dejen de 7<br />

escuchar; porque son muy rebeldes. Mas tú, hijo de hombre, 8<br />

oye lo que yo te hablo; no seas rebelde como la casa rebelde;<br />

abre tu boca, y come lo que yo te doy. Y miré, y he aquí una 9<br />

mano extendida hacia mí, y en ella había un rollo de libro. Y 10<br />

lo extendió delante de mí, y estaba escrito por delante y por<br />

detrás; y había escritas en él endechas y lamentaciones y ayes.<br />

Me dijo: Hijo de hombre, come lo que hallas; come este 3<br />

rollo, y ve y habla a la casa de Israel. Y abrí mi boca, y me 2<br />

hizo comer aquel rollo. Y me dijo: Hijo de hombre, alimenta 3<br />

tu vientre, y llena tus entrañas de este rollo que yo te doy. Y<br />

lo comí, y fue en mi boca dulce como miel. Luego me dijo: 4<br />

Hijo de hombre, ve y entra a la casa de Israel, y habla a ellos<br />

con mis palabras. Porque no eres enviado a pueblo de habla 5<br />

profunda ni de lengua difícil, sino a la casa de Israel. No a 6<br />

muchos pueblos de habla profunda ni de lengua difícil, cuyas<br />

palabras no entiendas; y si a ellos te enviara, ellos te oyeran.<br />

Mas la casa de Israel no te querrá oír, porque no me quiere 7<br />

oír a mí; porque toda la casa de Israel es dura de frente y<br />

obstinada de corazón. He aquí yo he hecho tu rostro fuerte 8<br />

contra los rostros de ellos, y tu frente fuerte contra sus frentes.<br />

Como diamante, más fuerte que pedernal he hecho tu frente; 9<br />

no los temas, ni tengas miedo delante de ellos, porque son<br />

casa rebelde. Y me dijo: Hijo de hombre, toma en tu corazón 10<br />

todas mis palabras que yo te hablaré, y oye con tus oídos. Y 11<br />

ve y entra a los cautivos, a los hijos de tu pueblo, y háblales<br />

y diles: Así ha dicho Jehová el Señor; escuchen, o dejen de


3. 12–27 Ezequiel 1128<br />

12 escuchar. Y me levantó el Espíritu, y oí detrás de mí una voz<br />

de gran estruendo, que decía: Bendita sea la gloria de Jehová<br />

13 desde su lugar. Oí también el sonido de las alas de los seres<br />

vivientes que se juntaban la una con la otra, y el sonido de<br />

14 las ruedas delante de ellos, y sonido de gran estruendo. Me<br />

levantó, pues, el Espíritu, y me tomó; y fui en amargura, en la<br />

indignación de mi espíritu, pero la mano de Jehová era fuerte<br />

15 sobre mí. Y vine a los cautivos en Tel-abib, que moraban<br />

junto al río Quebar, y me senté donde ellos estaban sentados,<br />

16 y allí permanecí siete días atónito entre ellos. Y aconteció que<br />

al cabo de los siete días vino a mí palabra de Jehová, diciendo:<br />

17 Hijo de hombre, yo te he puesto por atalaya a la casa de Israel;<br />

oirás, pues, tú la palabra de mi boca, y los amonestarás de mi<br />

18 parte. Cuando yo dijere al impío: De cierto morirás; y tú no le<br />

amonestares ni le hablares, para que el impío sea apercibido de<br />

su mal camino a fin de que viva, el impío morirá por su maldad,<br />

19 pero su sangre demandaré de tu mano. Pero si tú amonestares<br />

al impío, y él no se convirtiere de su impiedad y de su mal<br />

camino, él morirá por su maldad, pero tú habrás librado tu<br />

20 alma. Si el justo se apartare de su justicia e hiciere maldad,<br />

y pusiere yo tropiezo delante de él, él morirá, porque tú no le<br />

amonestaste; en su pecado morirá, y sus justicias que había<br />

hecho no vendrán en memoria; pero su sangre demandaré de<br />

21 tu mano. Pero si al justo amonestares para que no peque, y no<br />

pecare, de cierto vivirá, porque fue amonestado; y tú habrás<br />

22 librado tu alma. Vino allí la mano de Jehová sobre mí, y me<br />

23 dijo: Levántate, y sal al campo, y allí hablaré contigo. Y me<br />

levanté y salí al campo; y he aquí que allí estaba la gloria de<br />

Jehová, como la gloria que había visto junto al río Quebar;<br />

24 y me postré sobre mi rostro. Entonces entró el Espíritu en<br />

mí y me afirmó sobre mis pies, y me habló, y me dijo: Entra,<br />

25 y enciérrate dentro de tu casa. Y tú, oh hijo de hombre, he<br />

aquí que pondrán sobre ti cuerdas, y con ellas te ligarán, y no<br />

26 saldrás entre ellos. Y haré que se pegue tu lengua a tu paladar,<br />

y estarás mudo, y no serás a ellos varón que reprende; porque<br />

27 son casa rebelde. Mas cuando yo te hubiere hablado, abriré<br />

tu boca, y les dirás: Así ha dicho Jehová el Señor: El que oye,<br />

oiga; y el que no quiera oír, no oiga; porque casa rebelde son.


1129 Ezequiel 4. 1–17<br />

Tú, hijo de hombre, tómate un adobe, y ponlo delante de 4<br />

ti, y diseña sobre él la ciudad de Jerusalén. Y pondrás contra 2<br />

ella sitio, y edificarás contra ella fortaleza, y sacarás contra ella<br />

baluarte, y pondrás delante de ella campamento, y colocarás<br />

contra ella arietes alrededor. Tómate también una plancha de 3<br />

hierro, y ponla en lugar de muro de hierro entre ti y la ciudad;<br />

afirmarás luego tu rostro contra ella, y será en lugar de cerco,<br />

y la sitiarás. Es señal a la casa de Israel. Y tú te acostarás 4<br />

sobre tu lado izquierdo y pondrás sobre él la maldad de la casa<br />

de Israel. El número de los días que duermas sobre él, llevarás<br />

sobre ti la maldad de ellos. Yo te he dado los años de su mal- 5<br />

dad por el número de los días, trescientos noventa días; y así<br />

llevarás tú la maldad de la casa de Israel. Cumplidos éstos, 6<br />

te acostarás sobre tu lado derecho segunda vez, y llevarás la<br />

maldad de la casa de Judá cuarenta días; día por año, día por<br />

año te lo he dado. Al asedio de Jerusalén afirmarás tu rostro, 7<br />

y descubierto tu brazo, profetizarás contra ella. Y he aquí he 8<br />

puesto sobre ti ataduras, y no te volverás de un lado a otro,<br />

hasta que hayas cumplido los días de tu asedio. Y tú toma 9<br />

para ti trigo, cebada, habas, lentejas, millo y avena, y ponlos<br />

en una vasija, y hazte pan de ellos el número de los días que te<br />

acuestes sobre tu lado; trescientos noventa días comerás de él.<br />

La comida que comerás será de peso de veinte siclos al día; de 10<br />

tiempo en tiempo la comerás. Y beberás el agua por medida, 11<br />

la sexta parte de un hin; de tiempo en tiempo la beberás. Y 12<br />

comerás pan de cebada cocido debajo de la ceniza; y lo cocerás<br />

a vista de ellos al fuego de excremento humano. Y dijo Jeho- 13<br />

vá: Así comerán los hijos de Israel su pan inmundo, entre las<br />

naciones a donde los arrojaré yo. Y dije: ¡Ah, Señor Jehová! 14<br />

he aquí que mi alma no es inmunda, ni nunca desde mi juventud<br />

hasta este tiempo comí cosa mortecina ni despedazada,<br />

ni nunca en mi boca entró carne inmunda. Y me respondió: 15<br />

He aquí te permito usar estiércol de bueyes en lugar de excremento<br />

humano para cocer tu pan. Me dijo luego: Hijo de 16<br />

hombre, he aquí quebrantaré el sustento del pan en Jerusalén;<br />

y comerán el pan por peso y con angustia, y beberán el agua<br />

por medida y con espanto, para que al faltarles el pan y el 17<br />

agua, se miren unos a otros con espanto, y se consuman en su


5. 1–13 Ezequiel 1130<br />

maldad.<br />

5 Y tú, hijo de hombre, tómate un cuchillo agudo, toma una<br />

navaja de barbero, y hazla pasar sobre tu cabeza y tu barba;<br />

2 toma después una balanza de pesar y divide los cabellos. Una<br />

tercera parte quemarás a fuego en medio de la ciudad, cuando<br />

se cumplan los días del asedio; y tomarás una tercera parte y<br />

la cortarás con espada alrededor de la ciudad; y una tercera<br />

parte esparcirás al viento, y yo desenvainaré espada en pos de<br />

3 ellos. Tomarás también de allí unos pocos en número, y los<br />

4 atarás en la falda de tu manto. Y tomarás otra vez de ellos, y<br />

los echarás en medio del fuego, y en el fuego los quemarás; de<br />

5 allí saldrá el fuego a toda la casa de Israel. Así ha dicho Jehová<br />

el Señor: Ésta es Jerusalén; la puse en medio de las naciones<br />

6 y de las tierras alrededor de ella. Y ella cambió mis decretos y<br />

mis ordenanzas en impiedad más que las naciones, y más que<br />

las tierras que están alrededor de ella; porque desecharon mis<br />

7 decretos y mis mandamientos, y no anduvieron en ellos. Por<br />

tanto, así ha dicho Jehová: ¿Por haberos multiplicado más que<br />

las naciones que están alrededor de vosotros, no habéis andado<br />

en mis mandamientos, ni habéis guardado mis leyes? Ni aun<br />

según las leyes de las naciones que están alrededor de vosotros<br />

8 habéis andado. Así, pues, ha dicho Jehová el Señor: He aquí<br />

yo estoy contra ti; sí, yo, y haré juicios en medio de ti ante<br />

9 los ojos de las naciones. Y haré en ti lo que nunca hice, ni<br />

jamás haré cosa semejante, a causa de todas tus abominacio-<br />

10 nes. Por eso los padres comerán a los hijos en medio de ti, y<br />

los hijos comerán a sus padres; y haré en ti juicios, y esparciré<br />

11 a todos los vientos todo lo que quedare de ti. Por tanto, vivo<br />

yo, dice Jehová el Señor, ciertamente por haber profanado<br />

mi santuario con todas tus abominaciones, te quebrantaré yo<br />

también; mi ojo no perdonará, ni tampoco tendré yo miseri-<br />

12 cordia. Una tercera parte de ti morirá de pestilencia y será<br />

consumida de hambre en medio de ti; y una tercera parte caerá<br />

a espada alrededor de ti; y una tercera parte esparciré a todos<br />

13 los vientos, y tras ellos desenvainaré espada. Y se cumplirá<br />

mi furor y saciaré en ellos mi enojo, y tomaré satisfacción; y<br />

sabrán que yo Jehová he hablado en mi celo, cuando cumpla


1131 Ezequiel 5. 14–6. 11<br />

en ellos mi enojo. Y te convertiré en soledad y en oprobio 14<br />

entre las naciones que están alrededor de ti, a los ojos de todo<br />

transeúnte. Y serás oprobio y escarnio y escarmiento y 15<br />

espanto a las naciones que están alrededor de ti, cuando yo<br />

haga en ti juicios con furor e indignación, y en reprensiones de<br />

ira. Yo Jehová he hablado. Cuando arroje yo sobre ellos las 16<br />

perniciosas saetas del hambre, que serán para destrucción, las<br />

cuales enviaré para destruiros, entonces aumentaré el hambre<br />

sobre vosotros, y quebrantaré entre vosotros el sustento del<br />

pan. Enviaré, pues, sobre vosotros hambre, y bestias feroces 17<br />

que te destruyan; y pestilencia y sangre pasarán por en medio<br />

de ti, y enviaré sobre ti espada. Yo Jehová he hablado.<br />

Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Hijo de hombre, 6, 2<br />

pon tu rostro hacia los montes de Israel, y profetiza contra<br />

ellos. Y dirás: Montes de Israel, oíd palabra de Jehová el Se- 3<br />

ñor: Así ha dicho Jehová el Señor a los montes y a los collados,<br />

a los arroyos y a los valles: He aquí que yo, yo haré venir sobre<br />

vosotros espada, y destruiré vuestros lugares altos. Vuestros 4<br />

altares serán asolados, y vuestras imágenes del sol serán quebradas;<br />

y haré que caigan vuestros muertos delante de vuestros<br />

ídolos. Y pondré los cuerpos muertos de los hijos de Israel de- 5<br />

lante de sus ídolos, y vuestros huesos esparciré en derredor de<br />

vuestros altares. Dondequiera que habitéis, serán desiertas las 6<br />

ciudades, y los lugares altos serán asolados, para que sean asolados<br />

y se hagan desiertos vuestros altares; y vuestros ídolos<br />

serán quebrados y acabarán, vuestras imágenes del sol serán<br />

destruidas, y vuestras obras serán deshechas. Y los muertos 7<br />

caerán en medio de vosotros; y sabréis que yo soy Jehová. Mas 8<br />

dejaré un resto, de modo que tengáis entre las naciones algunos<br />

que escapen de la espada, cuando seáis esparcidos por las<br />

tierras. Y los que de vosotros escaparen se acordarán de mí 9<br />

entre las naciones en las cuales serán cautivos; porque yo me<br />

quebranté a causa de su corazón fornicario que se apartó de<br />

mí, y a causa de sus ojos que fornicaron tras sus ídolos; y se<br />

avergonzarán de sí mismos, a causa de los males que hicieron<br />

en todas sus abominaciones. Y sabrán que yo soy Jehová; no 10<br />

en vano dije que les había de hacer este mal. Así ha dicho 11<br />

Jehová el Señor: Palmotea con tus manos, y golpea con tu pie,


6. 12–7. 13 Ezequiel 1132<br />

y di: ¡Ay, por todas las grandes abominaciones de la casa de Israel!<br />

porque con espada y con hambre y con pestilencia caerán.<br />

12 El que esté lejos morirá de pestilencia, el que esté cerca caerá<br />

a espada, y el que quede y sea asediado morirá de hambre;<br />

13 así cumpliré en ellos mi enojo. Y sabréis que yo soy Jehová,<br />

cuando sus muertos estén en medio de sus ídolos, en derredor<br />

de sus altares, sobre todo collado alto, en todas las cumbres<br />

de los montes, debajo de todo árbol frondoso y debajo de toda<br />

encina espesa, lugares donde ofrecieron incienso a todos sus<br />

14 ídolos. Y extenderé mi mano contra ellos, y dondequiera que<br />

habiten haré la tierra más asolada y devastada que el desierto<br />

hacia Diblat; y conocerán que yo soy Jehová.<br />

7, 2 Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Tú, hijo de hombre,<br />

así ha dicho Jehová el Señor a la tierra de Israel: El fin,<br />

3 el fin viene sobre los cuatro extremos de la tierra. Ahora será<br />

el fin sobre ti, y enviaré sobre ti mi furor, y te juzgaré según<br />

4 tus caminos; y pondré sobre ti todas tus abominaciones. Y<br />

mi ojo no te perdonará, ni tendré misericordia; antes pondré<br />

sobre ti tus caminos, y en medio de ti estarán tus abomina-<br />

5 ciones; y sabréis que yo soy Jehová. Así ha dicho Jehová el<br />

6 Señor: Un mal, he aquí que viene un mal. Viene el fin, el fin<br />

7 viene; se ha despertado contra ti; he aquí que viene. La mañana<br />

viene para ti, oh morador de la tierra; el tiempo viene,<br />

cercano está el día; día de tumulto, y no de alegría, sobre los<br />

8 montes. Ahora pronto derramaré mi ira sobre ti, y cumpliré<br />

en ti mi furor, y te juzgaré según tus caminos; y pondré so-<br />

9 bre ti tus abominaciones. Y mi ojo no perdonará, ni tendré<br />

misericordia; según tus caminos pondré sobre ti, y en medio<br />

de ti estarán tus abominaciones; y sabréis que yo Jehová soy<br />

10 el que castiga. He aquí el día, he aquí que viene; ha salido la<br />

11 mañana; ha florecido la vara, ha reverdecido la soberbia. La<br />

violencia se ha levantado en vara de maldad; ninguno quedará<br />

de ellos, ni de su multitud, ni uno de los suyos, ni habrá entre<br />

12 ellos quien se lamente. El tiempo ha venido, se acercó el día;<br />

el que compra, no se alegre, y el que vende, no llore, porque<br />

13 la ira está sobre toda la multitud. Porque el que vende no<br />

volverá a lo vendido, aunque queden vivos; porque la visión<br />

sobre toda la multitud no se revocará, y a causa de su ini-


1133 Ezequiel 7. 14–8. 2<br />

quidad ninguno podrá amparar su vida. Tocarán trompeta, y 14<br />

prepararán todas las cosas, y no habrá quien vaya a la batalla;<br />

porque mi ira está sobre toda la multitud. De fuera espada, 15<br />

de dentro pestilencia y hambre; el que esté en el campo morirá<br />

a espada, y al que esté en la ciudad lo consumirá el hambre<br />

y la pestilencia. Y los que escapen de ellos huirán y estarán 16<br />

sobre los montes como palomas de los valles, gimiendo todos,<br />

cada uno por su iniquidad. Toda mano se debilitará, y toda 17<br />

rodilla será débil como el agua. Se ceñirán también de cilicio, 18<br />

y les cubrirá terror; en todo rostro habrá vergüenza, y todas<br />

sus cabezas estarán rapadas. Arrojarán su plata en las calles, 19<br />

y su oro será desechado; ni su plata ni su oro podrá librarlos<br />

en el día del furor de Jehová; no saciarán su alma, ni llenarán<br />

sus entrañas, porque ha sido tropiezo para su maldad. Por 20<br />

cuanto convirtieron la gloria de su ornamento en soberbia, e<br />

hicieron de ello las imágenes de sus abominables ídolos, por<br />

eso se lo convertí en cosa repugnante. En mano de extraños 21<br />

la entregué para ser saqueada, y será presa de los impíos de<br />

la tierra, y la profanarán. Y apartaré de ellos mi rostro, y 22<br />

será violado mi lugar secreto; pues entrarán en él invasores y<br />

lo profanarán. Haz una cadena, porque la tierra está llena de 23<br />

delitos de sangre, y la ciudad está llena de violencia. Traeré, 24<br />

por tanto, los más perversos de las naciones, los cuales poseerán<br />

las casas de ellos; y haré cesar la soberbia de los poderosos,<br />

y sus santuarios serán profanados. Destrucción viene; y bus- 25<br />

carán la paz, y no la habrá. Quebrantamiento vendrá sobre 26<br />

quebrantamiento, y habrá rumor sobre rumor; y buscarán respuesta<br />

del profeta, mas la ley se alejará del sacerdote, y de los<br />

ancianos el consejo. El rey se enlutará, y el príncipe se vesti- 27<br />

rá de tristeza, y las manos del pueblo de la tierra temblarán;<br />

según su camino haré con ellos, y con los juicios de ellos los<br />

juzgaré; y sabrán que yo soy Jehová.<br />

En el sexto año, en el mes sexto, a los cinco días del mes, 8<br />

aconteció que estaba yo sentado en mi casa, y los ancianos de<br />

Judá estaban sentados delante de mí, y allí se posó sobre mí<br />

la mano de Jehová el Señor. Y miré, y he aquí una figura que 2<br />

parecía de hombre; desde sus lomos para abajo, fuego; y desde<br />

sus lomos para arriba parecía resplandor, el aspecto de bronce


8. 3–17 Ezequiel 1134<br />

3 refulgente. Y aquella figura extendió la mano, y me tomó por<br />

las guedejas de mi cabeza; y el Espíritu me alzó entre el cielo<br />

y la tierra, y me llevó en visiones de Dios a Jerusalén, a la entrada<br />

de la puerta de adentro que mira hacia el norte, donde<br />

estaba la habitación de la imagen del celo, la que provoca a<br />

4 celos. Y he aquí, allí estaba la gloria del Dios de Israel, como<br />

5 la visión que yo había visto en el campo. Y me dijo: Hijo de<br />

hombre, alza ahora tus ojos hacia el lado del norte. Y alcé mis<br />

ojos hacia el norte, y he aquí al norte, junto a la puerta del<br />

6 altar, aquella imagen del celo en la entrada. Me dijo entonces:<br />

Hijo de hombre, ¿no ves lo que éstos hacen, las grandes abominaciones<br />

que la casa de Israel hace aquí para alejarme de<br />

mi santuario? Pero vuélvete aún, y verás abominaciones ma-<br />

7 yores. Y me llevó a la entrada del atrio, y miré, y he aquí en<br />

8 la pared un agujero. Y me dijo: Hijo de hombre, cava ahora<br />

9 en la pared. Y cavé en la pared, y he aquí una puerta. Me<br />

dijo luego: Entra, y ve las malvadas abominaciones que éstos<br />

10 hacen allí. Entré, pues, y miré; y he aquí toda forma de reptiles<br />

y bestias abominables, y todos los ídolos de la casa de<br />

Israel, que estaban pintados en la pared por todo alrededor.<br />

11 Y delante de ellos estaban setenta varones de los ancianos de<br />

la casa de Israel, y Jaazanías hijo de Safán en medio de ellos,<br />

cada uno con su incensario en su mano; y subía una nube es-<br />

12 pesa de incienso. Y me dijo: Hijo de hombre, ¿has visto las<br />

cosas que los ancianos de la casa de Israel hacen en tinieblas,<br />

cada uno en sus cámaras pintadas de imágenes? Porque dicen<br />

13 ellos: No nos ve Jehová; Jehová ha abandonado la tierra. Me<br />

dijo después: Vuélvete aún, verás abominaciones mayores que<br />

14 hacen éstos. Y me llevó a la entrada de la puerta de la casa<br />

de Jehová, que está al norte; y he aquí mujeres que estaban<br />

15 allí sentadas endechando a Tamuz. Luego me dijo: ¿No ves,<br />

hijo de hombre? Vuélvete aún, verás abominaciones mayores<br />

16 que estas. Y me llevó al atrio de adentro de la casa de Jehová;<br />

y he aquí junto a la entrada del templo de Jehová, entre la entrada<br />

y el altar, como veinticinco varones, sus espaldas vueltas<br />

al templo de Jehová y sus rostros hacia el oriente, y adoraban<br />

17 al sol, postrándose hacia el oriente. Y me dijo: ¿No has visto,<br />

hijo de hombre? ¿Es cosa liviana para la casa de Judá hacer


1135 Ezequiel 8. 18–9. 11<br />

las abominaciones que hacen aquí? Después que han llenado<br />

de maldad la tierra, se volvieron a mí para irritarme; he aquí<br />

que aplican el ramo a sus narices. Pues también yo procede- 18<br />

ré con furor; no perdonará mi ojo, ni tendré misericordia; y<br />

gritarán a mis oídos con gran voz, y no los oiré.<br />

Clamó en mis oídos con gran voz, diciendo: Los verdugos 9<br />

de la ciudad han llegado, y cada uno trae en su mano su instrumento<br />

para destruir. Y he aquí que seis varones venían del 2<br />

camino de la puerta de arriba que mira hacia el norte, y cada<br />

uno traía en su mano su instrumento para destruir. Y entre<br />

ellos había un varón vestido de lino, el cual traía a su cintura<br />

un tintero de escribano; y entrados, se pararon junto al altar<br />

de bronce. Y la gloria del Dios de Israel se elevó de encima 3<br />

del querubín, sobre el cual había estado, al umbral de la casa;<br />

y llamó Jehová al varón vestido de lino, que tenía a su cintura<br />

el tintero de escribano, y le dijo Jehová: Pasa por en medio 4<br />

de la ciudad, por en medio de Jerusalén, y ponles una señal<br />

en la frente a los hombres que gimen y que claman a causa de<br />

todas las abominaciones que se hacen en medio de ella. Y a 5<br />

los otros dijo, oyéndolo yo: Pasad por la ciudad en pos de él, y<br />

matad; no perdone vuestro ojo, ni tengáis misericordia. Ma- 6<br />

tad a viejos, jóvenes y vírgenes, niños y mujeres, hasta que no<br />

quede ninguno; pero a todo aquel sobre el cual hubiere señal,<br />

no os acercaréis; y comenzaréis por mi santuario. Comenzaron,<br />

pues, desde los varones ancianos que estaban delante del<br />

templo. Y les dijo: Contaminad la casa, y llenad los atrios de 7<br />

muertos; salid. Y salieron, y mataron en la ciudad. Aconte- 8<br />

ció que cuando ellos iban matando y quedé yo solo, me postré<br />

sobre mi rostro, y clamé y dije: ¡Ah, Señor Jehová! ¿destruirás<br />

a todo el remanente de Israel derramando tu furor sobre<br />

Jerusalén? Y me dijo: La maldad de la casa de Israel y de 9<br />

Judá es grande sobremanera, pues la tierra está llena de sangre,<br />

y la ciudad está llena de perversidad; porque han dicho:<br />

Ha abandonado Jehová la tierra, y Jehová no ve. Así, pues, 10<br />

haré yo; mi ojo no perdonará, ni tendré misericordia; haré recaer<br />

el camino de ellos sobre sus propias cabezas. Y he aquí 11<br />

que el varón vestido de lino, que tenía el tintero a su cintura,<br />

respondió una palabra, diciendo: He hecho conforme a todo lo


10. 1–17 Ezequiel 1136<br />

que me mandaste.<br />

10 Miré, y he aquí en la expansión que había sobre la cabeza<br />

de los querubines como una piedra de zafiro, que parecía como<br />

2 semejanza de un trono que se mostró sobre ellos. Y habló al<br />

varón vestido de lino, y le dijo: Entra en medio de las ruedas<br />

debajo de los querubines, y llena tus manos de carbones encendidos<br />

de entre los querubines, y espárcelos sobre la ciudad. Y<br />

3 entró a vista mía. Y los querubines estaban a la mano derecha<br />

de la casa cuando este varón entró; y la nube llenaba el atrio<br />

4 de adentro. Entonces la gloria de Jehová se elevó de encima<br />

del querubín al umbral de la puerta; y la casa fue llena de la<br />

nube, y el atrio se llenó del resplandor de la gloria de Jehová.<br />

5 Y el estruendo de las alas de los querubines se oía hasta el<br />

atrio de afuera, como la voz del Dios Omnipotente cuando ha-<br />

6 bla. Aconteció, pues, que al mandar al varón vestido de lino,<br />

diciendo: Toma fuego de entre las ruedas, de entre los que-<br />

7 rubines, él entró y se paró entre las ruedas. Y un querubín<br />

extendió su mano de en medio de los querubines al fuego que<br />

estaba entre ellos, y tomó de él y lo puso en las manos del que<br />

8 estaba vestido de lino, el cual lo tomó y salió. Y apareció en<br />

los querubines la figura de una mano de hombre debajo de sus<br />

9 alas. Y miré, y he aquí cuatro ruedas junto a los querubines,<br />

junto a cada querubín una rueda; y el aspecto de las ruedas<br />

10 era como de crisólito. En cuanto a su apariencia, las cuatro<br />

eran de una misma forma, como si estuviera una en medio de<br />

11 otra. Cuando andaban, hacia los cuatro frentes andaban; no<br />

se volvían cuando andaban, sino que al lugar adonde se volvía<br />

la primera, en pos de ella iban; ni se volvían cuando andaban.<br />

12 Y todo su cuerpo, sus espaldas, sus manos, sus alas y las rue-<br />

13 das estaban llenos de ojos alrededor en sus cuatro ruedas. A<br />

14 las ruedas, oyéndolo yo, se les gritaba: ¡Rueda! Y cada uno<br />

tenía cuatro caras. La primera era rostro de querubín; la segunda,<br />

de hombre; la tercera, cara de león; la cuarta, cara de<br />

15 águila. Y se levantaron los querubines; éste es el ser viviente<br />

16 que vi en el río Quebar. Y cuando andaban los querubines,<br />

andaban las ruedas junto con ellos; y cuando los querubines<br />

alzaban sus alas para levantarse de la tierra, las ruedas tampo-<br />

17 co se apartaban de ellos. Cuando se paraban ellos, se paraban


1137 Ezequiel 10. 18–11. 12<br />

ellas, y cuando ellos se alzaban, se alzaban con ellos; porque<br />

el espíritu de los seres vivientes estaba en ellas. Entonces la 18<br />

gloria de Jehová se elevó de encima del umbral de la casa, y se<br />

puso sobre los querubines. Y alzando los querubines sus alas, 19<br />

se levantaron de la tierra delante de mis ojos; cuando ellos<br />

salieron, también las ruedas se alzaron al lado de ellos; y se<br />

pararon a la entrada de la puerta oriental de la casa de Jehová,<br />

y la gloria del Dios de Israel estaba por encima sobre ellos.<br />

Éstos eran los mismos seres vivientes que vi debajo del Dios 20<br />

de Israel junto al río Quebar; y conocí que eran querubines.<br />

Cada uno tenía cuatro caras y cada uno cuatro alas, y figuras 21<br />

de manos de hombre debajo de sus alas. Y la semejanza de 22<br />

sus rostros era la de los rostros que vi junto al río Quebar, su<br />

misma apariencia y su ser; cada uno caminaba derecho hacia<br />

adelante.<br />

El Espíritu me elevó, y me llevó por la puerta oriental de 11<br />

la casa de Jehová, la cual mira hacia el oriente; y he aquí a la<br />

entrada de la puerta veinticinco hombres, entre los cuales vi a<br />

Jaazanías hijo de Azur y a Pelatías hijo de Benaía, principales<br />

del pueblo. Y me dijo: Hijo de hombre, éstos son los hombres 2<br />

que maquinan perversidad, y dan en esta ciudad mal consejo;<br />

los cuales dicen: No será tan pronto; edifiquemos casas; ésta 3<br />

será la olla, y nosotros la carne. Por tanto profetiza contra 4<br />

ellos; profetiza, hijo de hombre. Y vino sobre mí el Espíritu de 5<br />

Jehová, y me dijo: Di: Así ha dicho Jehová: Así habéis hablado,<br />

oh casa de Israel, y las cosas que suben a vuestro espíritu,<br />

yo las he entendido. Habéis multiplicado vuestros muertos en 6<br />

esta ciudad, y habéis llenado de muertos sus calles. Por tan- 7<br />

to, así ha dicho Jehová el Señor: Vuestros muertos que habéis<br />

puesto en medio de ella, ellos son la carne, y ella es la olla; mas<br />

yo os sacaré a vosotros de en medio de ella. Espada habéis 8<br />

temido, y espada traeré sobre vosotros, dice Jehová el Señor.<br />

Y os sacaré de en medio de ella, y os entregaré en manos de 9<br />

extraños, y haré juicios entre vosotros. A espada caeréis; en 10<br />

los límites de Israel os juzgaré, y sabréis que yo soy Jehová. La 11<br />

ciudad no os será por olla, ni vosotros seréis en medio de ella la<br />

carne; en los límites de Israel os juzgaré. Y sabréis que yo soy 12<br />

Jehová; porque no habéis andado en mis estatutos, ni habéis


11. 13–12. 3 Ezequiel 1138<br />

obedecido mis decretos, sino según las costumbres de las na-<br />

13 ciones que os rodean habéis hecho. Y aconteció que mientras<br />

yo profetizaba, aquel Pelatías hijo de Benaía murió. Entonces<br />

me postré rostro a tierra y clamé con gran voz, y dije: ¡Ah,<br />

14 Señor Jehová! ¿Destruirás del todo al remanente de Israel? Y<br />

15 vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Hijo de hombre, tus<br />

hermanos, tus hermanos, los hombres de tu parentesco y toda<br />

la casa de Israel, toda ella son aquellos a quienes dijeron los<br />

moradores de Jerusalén: Alejaos de Jehová; a nosotros es dada<br />

16 la tierra en posesión. Por tanto, di: Así ha dicho Jehová el<br />

Señor: Aunque les he arrojado lejos entre las naciones, y les<br />

he esparcido por las tierras, con todo eso les seré por un pe-<br />

17 queño santuario en las tierras adonde lleguen. Di, por tanto:<br />

Así ha dicho Jehová el Señor: Yo os recogeré de los pueblos, y<br />

os congregaré de las tierras en las cuales estáis esparcidos, y<br />

18 os daré la tierra de Israel. Y volverán allá, y quitarán de ella<br />

19 todas sus idolatrías y todas sus abominaciones. Y les daré un<br />

corazón, y un espíritu nuevo pondré dentro de ellos; y quitaré<br />

el corazón de piedra de en medio de su carne, y les daré un co-<br />

20 razón de carne, para que anden en mis ordenanzas, y guarden<br />

mis decretos y los cumplan, y me sean por pueblo, y yo sea a<br />

21 ellos por Dios. Mas a aquellos cuyo corazón anda tras el deseo<br />

de sus idolatrías y de sus abominaciones, yo traigo su camino<br />

22 sobre sus propias cabezas, dice Jehová el Señor. Después alzaron<br />

los querubines sus alas, y las ruedas en pos de ellos; y<br />

23 la gloria del Dios de Israel estaba sobre ellos. Y la gloria de<br />

Jehová se elevó de en medio de la ciudad, y se puso sobre el<br />

24 monte que está al oriente de la ciudad. Luego me levantó el<br />

Espíritu y me volvió a llevar en visión del Espíritu de Dios a<br />

la tierra de los caldeos, a los cautivos. Y se fue de mí la visión<br />

25 que había visto. Y hablé a los cautivos todas las cosas que<br />

Jehová me había mostrado.<br />

12, 2 Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Hijo de hombre, tú<br />

habitas en medio de casa rebelde, los cuales tienen ojos para<br />

ver y no ven, tienen oídos para oír y no oyen, porque son casa<br />

3 rebelde. Por tanto tú, hijo de hombre, prepárate enseres de<br />

marcha, y parte de día delante de sus ojos; y te pasarás de<br />

tu lugar a otro lugar a vista de ellos, por si tal vez atienden,


1139 Ezequiel 12. 4–22<br />

porque son casa rebelde. Y sacarás tus enseres de día delante 4<br />

de sus ojos, como enseres de cautiverio; mas tú saldrás por la<br />

tarde a vista de ellos, como quien sale en cautiverio. Delante 5<br />

de sus ojos te abrirás paso por entre la pared, y saldrás por<br />

ella. Delante de sus ojos los llevarás sobre tus hombros, de 6<br />

noche los sacarás; cubrirás tu rostro, y no mirarás la tierra;<br />

porque por señal te he dado a la casa de Israel. Y yo hice así 7<br />

como me fue mandado; saqué mis enseres de día, como enseres<br />

de cautiverio, y a la tarde me abrí paso por entre la pared con<br />

mi propia mano; salí de noche, y los llevé sobre los hombros a<br />

vista de ellos. Y vino a mí palabra de Jehová por la mañana, 8<br />

diciendo: Hijo de hombre, ¿no te ha dicho la casa de Israel, 9<br />

aquella casa rebelde: ¿Qué haces? Diles: Así ha dicho Jehová 10<br />

el Señor: Esta profecía se refiere al príncipe en Jerusalén, y a<br />

toda la casa de Israel que está en medio de ella. Diles: Yo soy 11<br />

vuestra señal; como yo hice, así se hará con vosotros; partiréis<br />

al destierro, en cautividad. Y al príncipe que está en medio 12<br />

de ellos llevarán a cuestas de noche, y saldrán; por la pared<br />

abrirán paso para sacarlo por ella; cubrirá su rostro para no<br />

ver con sus ojos la tierra. Mas yo extenderé mi red sobre él, y 13<br />

caerá preso en mi trampa, y haré llevarlo a Babilonia, a tierra<br />

de caldeos, pero no la verá, y allá morirá. Y a todos los que 14<br />

estuvieren alrededor de él para ayudarle, y a todas sus tropas,<br />

esparciré a todos los vientos, y desenvainaré espada en pos de<br />

ellos. Y sabrán que yo soy Jehová, cuando los esparciere entre 15<br />

las naciones, y los dispersare por la tierra. Y haré que unos 16<br />

pocos de ellos escapen de la espada, del hambre y de la peste,<br />

para que cuenten todas sus abominaciones entre las naciones<br />

adonde llegaren; y sabrán que yo soy Jehová. Vino a mí pa- 17<br />

labra de Jehová, diciendo: Hijo de hombre, come tu pan con 18<br />

temblor, y bebe tu agua con estremecimiento y con ansiedad.<br />

Y di al pueblo de la tierra: Así ha dicho Jehová el Señor sobre 19<br />

los moradores de Jerusalén y sobre la tierra de Israel: Su pan<br />

comerán con temor, y con espanto beberán su agua; porque su<br />

tierra será despojada de su plenitud, por la maldad de todos<br />

los que en ella moran. Y las ciudades habitadas quedarán de- 20<br />

siertas, y la tierra será asolada; y sabréis que yo soy Jehová.<br />

Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Hijo de hombre, ¿qué 21, 22


12. 23–13. 10 Ezequiel 1140<br />

refrán es éste que tenéis vosotros en la tierra de Israel, que<br />

dice: Se van prolongando los días, y desaparecerá toda visión?<br />

23 Diles, por tanto: Así ha dicho Jehová el Señor: Haré cesar este<br />

refrán, y no repetirán más este refrán en Israel. Diles, pues:<br />

Se han acercado aquellos días, y el cumplimiento de toda vi-<br />

24 sión. Porque no habrá más visión vana, ni habrá adivinación<br />

25 de lisonjeros en medio de la casa de Israel. Porque yo Jehová<br />

hablaré, y se cumplirá la palabra que yo hable; no se tardará<br />

más, sino que en vuestros días, oh casa rebelde, hablaré pala-<br />

26 bra y la cumpliré, dice Jehová el Señor. Y vino a mí palabra<br />

27 de Jehová, diciendo: Hijo de hombre, he aquí que los de la<br />

casa de Israel dicen: La visión que éste ve es para de aquí a<br />

28 muchos días, para lejanos tiempos profetiza éste. Diles, por<br />

tanto: Así ha dicho Jehová el Señor: No se tardará más ninguna<br />

de mis palabras, sino que la palabra que yo hable se cumplirá,<br />

dice Jehová el Señor.<br />

13, 2 Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Hijo de hombre,<br />

profetiza contra los profetas de Israel que profetizan, y di a los<br />

que profetizan de su propio corazón: Oíd palabra de Jehová.<br />

3 Así ha dicho Jehová el Señor: ¡Ay de los profetas insensatos,<br />

4 que andan en pos de su propio espíritu, y nada han visto! Co-<br />

5 mo zorras en los desiertos fueron tus profetas, oh Israel. No<br />

habéis subido a las brechas, ni habéis edificado un muro alrededor<br />

de la casa de Israel, para que resista firme en la batalla<br />

6 en el día de Jehová. Vieron vanidad y adivinación mentirosa.<br />

Dicen: Ha dicho Jehová, y Jehová no los envió; con todo,<br />

7 esperan que él confirme la palabra de ellos. ¿No habéis visto<br />

visión vana, y no habéis dicho adivinación mentirosa, pues<br />

8 que decís: Dijo Jehová, no habiendo yo hablado? Por tanto,<br />

así ha dicho Jehová el Señor: Por cuanto vosotros habéis hablado<br />

vanidad, y habéis visto mentira, por tanto, he aquí yo<br />

9 estoy contra vosotros, dice Jehová el Señor. Estará mi mano<br />

contra los profetas que ven vanidad y adivinan mentira; no<br />

estarán en la congregación de mi pueblo, ni serán inscritos en<br />

el libro de la casa de Israel, ni a la tierra de Israel volverán; y<br />

10 sabréis que yo soy Jehová el Señor. Sí, por cuanto engañaron<br />

a mi pueblo, diciendo: Paz, no habiendo paz; y uno edificaba<br />

la pared, y he aquí que los otros la recubrían con lodo suelto,


1141 Ezequiel 13. 11–14. 1<br />

di a los recubridores con lodo suelto, que caerá; vendrá lluvia 11<br />

torrencial, y enviaré piedras de granizo que la hagan caer, y<br />

viento tempestuoso la romperá. Y he aquí cuando la pared 12<br />

haya caído, ¿no os dirán: ¿Dónde está la embarradura con que<br />

la recubristeis? Por tanto, así ha dicho Jehová el Señor: Haré 13<br />

que la rompa viento tempestuoso con mi ira, y lluvia torrencial<br />

vendrá con mi furor, y piedras de granizo con enojo para consumir.<br />

Así desbarataré la pared que vosotros recubristeis con 14<br />

lodo suelto, y la echaré a tierra, y será descubierto su cimiento,<br />

y caerá, y seréis consumidos en medio de ella; y sabréis que yo<br />

soy Jehová. Cumpliré así mi furor en la pared y en los que 15<br />

la recubrieron con lodo suelto; y os diré: No existe la pared,<br />

ni los que la recubrieron, los profetas de Israel que profetizan 16<br />

acerca de Jerusalén, y ven para ella visión de paz, no habiendo<br />

paz, dice Jehová el Señor. Y tú, hijo de hombre, pon tu ros- 17<br />

tro contra las hijas de tu pueblo que profetizan de su propio<br />

corazón, y profetiza contra ellas, y di: Así ha dicho Jehová el 18<br />

Señor: ¡Ay de aquellas que cosen vendas mágicas para todas<br />

las manos, y hacen velos mágicos para la cabeza de toda edad,<br />

para cazar las almas! ¿Habéis de cazar las almas de mi pueblo,<br />

para mantener así vuestra propia vida? ¿Y habéis de profa- 19<br />

narme entre mi pueblo por puñados de cebada y por pedazos<br />

de pan, matando a las personas que no deben morir, y dando<br />

vida a las personas que no deben vivir, mintiendo a mi pueblo<br />

que escucha la mentira? Por tanto, así ha dicho Jehová el 20<br />

Señor: He aquí yo estoy contra vuestras vendas mágicas, con<br />

que cazáis las almas al vuelo; yo las libraré de vuestras manos,<br />

y soltaré para que vuelen como aves las almas que vosotras<br />

cazáis volando. Romperé asimismo vuestros velos mágicos, y 21<br />

libraré a mi pueblo de vuestra mano, y no estarán más como<br />

presa en vuestra mano; y sabréis que yo soy Jehová. Por 22<br />

cuanto entristecisteis con mentiras el corazón del justo, al cual<br />

yo no entristecí, y fortalecisteis las manos del impío, para que<br />

no se apartase de su mal camino, infundiéndole ánimo, por 23<br />

tanto, no veréis más visión vana, ni practicaréis más adivinación;<br />

y libraré mi pueblo de vuestra mano, y sabréis que yo<br />

soy Jehová.<br />

Vinieron a mí algunos de los ancianos de Israel, y se senta- 14


14. 2–16 Ezequiel 1142<br />

2 ron delante de mí. Y vino a mí palabra de Jehová, diciendo:<br />

3 Hijo de hombre, estos hombres han puesto sus ídolos en su<br />

corazón, y han establecido el tropiezo de su maldad delante<br />

de su rostro. ¿Acaso he de ser yo en modo alguno consultado<br />

4 por ellos? Háblales, por tanto, y diles: Así ha dicho Jehová<br />

el Señor: Cualquier hombre de la casa de Israel que hubiere<br />

puesto sus ídolos en su corazón, y establecido el tropiezo de<br />

su maldad delante de su rostro, y viniere al profeta, yo Jehová<br />

responderé al que viniere conforme a la multitud de sus ídolos,<br />

5 para tomar a la casa de Israel por el corazón, ya que se han<br />

6 apartado de mí todos ellos por sus ídolos. Por tanto, di a la<br />

casa de Israel: Así dice Jehová el Señor: Convertíos, y volveos<br />

de vuestros ídolos, y apartad vuestro rostro de todas vuestras<br />

7 abominaciones. Porque cualquier hombre de la casa de Israel,<br />

y de los extranjeros que moran en Israel, que se hubiere apartado<br />

de andar en pos de mí, y hubiere puesto sus ídolos en su<br />

corazón, y establecido delante de su rostro el tropiezo de su<br />

maldad, y viniere al profeta para preguntarle por mí, yo Je-<br />

8 hová le responderé por mí mismo; y pondré mi rostro contra<br />

aquel hombre, y le pondré por señal y por escarmiento, y lo<br />

cortaré de en medio de mi pueblo; y sabréis que yo soy Je-<br />

9 hová. Y cuando el profeta fuere engañado y hablare palabra,<br />

yo Jehová engañé al tal profeta; y extenderé mi mano contra<br />

10 él, y lo destruiré de en medio de mi pueblo Israel. Y llevarán<br />

ambos el castigo de su maldad; como la maldad del que con-<br />

11 sultare, así será la maldad del profeta, para que la casa de<br />

Israel no se desvíe más de en pos de mí, ni se contamine más<br />

en todas sus rebeliones; y me sean por pueblo, y yo les sea<br />

12 por Dios, dice Jehová el Señor. Vino a mí palabra de Jehová,<br />

13 diciendo: Hijo de hombre, cuando la tierra pecare contra mí<br />

rebelándose pérfidamente, y extendiere yo mi mano sobre ella,<br />

y le quebrantare el sustento del pan, y enviare en ella hambre,<br />

14 y cortare de ella hombres y bestias, si estuviesen en medio de<br />

ella estos tres varones, Noé, Daniel y Job, ellos por su justicia<br />

librarían únicamente sus propias vidas, dice Jehová el Señor.<br />

15 Y si hiciere pasar bestias feroces por la tierra y la asolaren,<br />

y quedare desolada de modo que no haya quien pase a cau-<br />

16 sa de las fieras, y estos tres varones estuviesen en medio de


1143 Ezequiel 14. 17–15. 8<br />

ella, vivo yo, dice Jehová el Señor, ni a sus hijos ni a sus hijas<br />

librarían; ellos solos serían librados, y la tierra quedaría desolada.<br />

O si yo trajere espada sobre la tierra, y dijere: Espada, 17<br />

pasa por la tierra; e hiciere cortar de ella hombres y bestias,<br />

y estos tres varones estuviesen en medio de ella, vivo yo, dice 18<br />

Jehová el Señor, no librarían a sus hijos ni a sus hijas; ellos<br />

solos serían librados. O si enviare pestilencia sobre esa tierra 19<br />

y derramare mi ira sobre ella en sangre, para cortar de ella<br />

hombres y bestias, y estuviesen en medio de ella Noé, Daniel 20<br />

y Job, vivo yo, dice Jehová el Señor, no librarían a hijo ni a<br />

hija; ellos por su justicia librarían solamente sus propias vidas.<br />

Por lo cual así ha dicho Jehová el Señor: ¿Cuánto más cuando 21<br />

yo enviare contra Jerusalén mis cuatro juicios terribles, espada,<br />

hambre, fieras y pestilencia, para cortar de ella hombres y<br />

bestias? Sin embargo, he aquí quedará en ella un remanente, 22<br />

hijos e hijas, que serán llevados fuera; he aquí que ellos vendrán<br />

a vosotros, y veréis su camino y sus hechos, y seréis consolados<br />

del mal que hice venir sobre Jerusalén, de todas las cosas que<br />

traje sobre ella. Y os consolarán cuando viereis su camino y 23<br />

sus hechos, y conoceréis que no sin causa hice todo lo que he<br />

hecho en ella, dice Jehová el Señor.<br />

Vino a mí palabra de Jehová, diciendo. Hijo de hombre, 15, 2<br />

¿qué es la madera de la vid más que cualquier otra madera?<br />

¿Qué es el sarmiento entre los árboles del bosque? ¿Tomarán 3<br />

de ella madera para hacer alguna obra? ¿Tomarán de ella una<br />

estaca para colgar en ella alguna cosa? He aquí, es puesta 4<br />

en el fuego para ser consumida; sus dos extremos consumió el<br />

fuego, y la parte de en medio se quemó; ¿servirá para obra<br />

alguna? He aquí que cuando estaba entera no servía para 5<br />

obra alguna; ¿cuánto menos después que el fuego la hubiere<br />

consumido, y fuere quemada? ¿Servirá más para obra alguna?<br />

Por tanto, así ha dicho Jehová el Señor: Como la madera de la 6<br />

vid entre los árboles del bosque, la cual di al fuego para que la<br />

consumiese, así haré a los moradores de Jerusalén. Y pondré 7<br />

mi rostro contra ellos; aunque del fuego se escaparon, fuego<br />

los consumirá; y sabréis que yo soy Jehová, cuando pusiere mi<br />

rostro contra ellos. Y convertiré la tierra en asolamiento, por 8<br />

cuanto cometieron prevaricación, dice Jehová el Señor.


16. 1–18 Ezequiel 1144<br />

16, 2 Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Hijo de hombre,<br />

3 notifica a Jerusalén sus abominaciones, y di: Así ha dicho Jehová<br />

el Señor sobre Jerusalén: Tu origen, tu nacimiento, es de<br />

la tierra de Canaán; tu padre fue amorreo, y tu madre hetea.<br />

4 Y en cuanto a tu nacimiento, el día que naciste no fue cortado<br />

tu ombligo, ni fuiste lavada con aguas para limpiarte, ni sala-<br />

5 da con sal, ni fuiste envuelta con fajas. No hubo ojo que se<br />

compadeciese de ti para hacerte algo de esto, teniendo de ti<br />

misericordia; sino que fuiste arrojada sobre la faz del campo,<br />

6 con menosprecio de tu vida, en el día que naciste. Y yo pasé<br />

junto a ti, y te vi sucia en tus sangres, y cuando estabas en<br />

tus sangres te dije: ¡Vive! Sí, te dije, cuando estabas en tus<br />

7 sangres: ¡Vive! Te hice multiplicar como la hierba del campo;<br />

y creciste y te hiciste grande, y llegaste a ser muy hermosa; tus<br />

pechos se habían formado, y tu pelo había crecido; pero esta-<br />

8 bas desnuda y descubierta. Y pasé yo otra vez junto a ti, y te<br />

miré, y he aquí que tu tiempo era tiempo de amores; y extendí<br />

mi manto sobre ti, y cubrí tu desnudez; y te di juramento y<br />

9 entré en pacto contigo, dice Jehová el Señor, y fuiste mía. Te<br />

lavé con agua, y lavé tus sangres de encima de ti, y te ungí con<br />

10 aceite; y te vestí de bordado, te calcé de tejón, te ceñí de lino<br />

11 y te cubrí de seda. Te atavié con adornos, y puse brazaletes<br />

12 en tus brazos y collar a tu cuello. Puse joyas en tu nariz, y<br />

zarcillos en tus orejas, y una hermosa diadema en tu cabeza.<br />

13 Así fuiste adornada de oro y de plata, y tu vestido era de lino<br />

fino, seda y bordado; comiste flor de harina de trigo, miel y<br />

aceite; y fuiste hermoseada en extremo, prosperaste hasta lle-<br />

14 gar a reinar. Y salió tu renombre entre las naciones a causa<br />

de tu hermosura; porque era perfecta, a causa de mi hermosu-<br />

15 ra que yo puse sobre ti, dice Jehová el Señor. Pero confiaste<br />

en tu hermosura, y te prostituiste a causa de tu renombre, y<br />

16 derramaste tus fornicaciones a cuantos pasaron; suya eras. Y<br />

tomaste de tus vestidos, y te hiciste diversos lugares altos, y<br />

fornicaste sobre ellos; cosa semejante nunca había sucedido,<br />

17 ni sucederá más. Tomaste asimismo tus hermosas alhajas de<br />

oro y de plata que yo te había dado, y te hiciste imágenes de<br />

18 hombre y fornicaste con ellas; y tomaste tus vestidos de diversos<br />

colores y las cubriste; y mi aceite y mi incienso pusiste


1145 Ezequiel 16. 19–36<br />

delante de ellas. Mi pan también, que yo te había dado, la flor 19<br />

de la harina, el aceite y la miel, con que yo te mantuve, pusiste<br />

delante de ellas para olor agradable; y fue así, dice Jehová<br />

el Señor. Además de esto, tomaste tus hijos y tus hijas que 20<br />

habías dado a luz para mí, y los sacrificaste a ellas para que<br />

fuesen consumidos. ¿Eran poca cosa tus fornicaciones, para 21<br />

que degollases también a mis hijos y los ofrecieras a aquellas<br />

imágenes como ofrenda que el fuego consumía? Y con todas 22<br />

tus abominaciones y tus fornicaciones no te has acordado de<br />

los días de tu juventud, cuando estabas desnuda y descubierta,<br />

cuando estabas envuelta en tu sangre. Y sucedió que después 23<br />

de toda tu maldad (¡ay, ay de ti! dice Jehová el Señor), te edi- 24<br />

ficaste lugares altos, y te hiciste altar en todas las plazas. En 25<br />

toda cabeza de camino edificaste lugar alto, e hiciste abominable<br />

tu hermosura, y te ofreciste a cuantos pasaban, y multiplicaste<br />

tus fornicaciones. Y fornicaste con los hijos de Egipto, 26<br />

tus vecinos, gruesos de carnes; y aumentaste tus fornicaciones<br />

para enojarme. Por tanto, he aquí que yo extendí contra ti mi 27<br />

mano, y disminuí tu provisión ordinaria, y te entregué a la voluntad<br />

de las hijas de los filisteos, que te aborrecen, las cuales<br />

se avergüenzan de tu camino deshonesto. Fornicaste también 28<br />

con los asirios, por no haberte saciado; y fornicaste con ellos<br />

y tampoco te saciaste. Multiplicaste asimismo tu fornicación 29<br />

en la tierra de Canaán y de los caldeos, y tampoco con esto<br />

te saciaste. ¡Cuán inconstante es tu corazón, dice Jehová el 30<br />

Señor, habiendo hecho todas estas cosas, obras de una ramera<br />

desvergonzada, edificando tus lugares altos en toda cabeza 31<br />

de camino, y haciendo tus altares en todas las plazas! Y no<br />

fuiste semejante a ramera, en que menospreciaste la paga, si- 32<br />

no como mujer adúltera, que en lugar de su marido recibe a<br />

ajenos. A todas las rameras les dan dones; mas tú diste tus 33<br />

dones a todos tus enamorados; y les diste presentes, para que<br />

de todas partes se llegasen a ti en tus fornicaciones. Y ha su- 34<br />

cedido contigo, en tus fornicaciones, lo contrario de las demás<br />

mujeres: porque ninguno te ha solicitado para fornicar, y tú<br />

das la paga, en lugar de recibirla; por esto has sido diferente.<br />

Por tanto, ramera, oye palabra de Jehová. Así ha dicho 35, 36<br />

Jehová el Señor: Por cuanto han sido descubiertas tus desnu-


16. 37–51 Ezequiel 1146<br />

deces en tus fornicaciones, y tu confusión ha sido manifestada<br />

a tus enamorados, y a los ídolos de tus abominaciones, y en<br />

37 la sangre de tus hijos, los cuales les diste; por tanto, he aquí<br />

que yo reuniré a todos tus enamorados con los cuales tomaste<br />

placer, y a todos los que amaste, con todos los que aborreciste;<br />

y los reuniré alrededor de ti y les descubriré tu desnudez,<br />

38 y ellos verán toda tu desnudez. Y yo te juzgaré por las leyes<br />

de las adúlteras, y de las que derraman sangre; y traeré so-<br />

39 bre ti sangre de ira y de celos. Y te entregaré en manos de<br />

ellos; y destruirán tus lugares altos, y derribarán tus altares,<br />

y te despojarán de tus ropas, se llevarán tus hermosas alha-<br />

40 jas, y te dejarán desnuda y descubierta. Y harán subir contra<br />

ti muchedumbre de gente, y te apedrearán, y te atravesarán<br />

41 con sus espadas. Quemarán tus casas a fuego, y harán en ti<br />

juicios en presencia de muchas mujeres; y así haré que dejes<br />

42 de ser ramera, y que ceses de prodigar tus dones. Y saciaré<br />

mi ira sobre ti, y se apartará de ti mi celo, y descansaré y no<br />

43 me enojaré más. Por cuanto no te acordaste de los días de<br />

tu juventud, y me provocaste a ira en todo esto, por eso, he<br />

aquí yo también traeré tu camino sobre tu cabeza, dice Jehová<br />

44 el Señor; pues ni aun has pensado sobre toda tu lujuria. He<br />

aquí, todo el que usa de refranes te aplicará a ti el refrán que<br />

45 dice: Cual la madre, tal la hija. Hija eres tú de tu madre, que<br />

desechó a su marido y a sus hijos; y hermana eres tú de tus<br />

hermanas, que desecharon a sus maridos y a sus hijos; vues-<br />

46 tra madre fue hetea, y vuestro padre amorreo. Y tu hermana<br />

mayor es Samaria, ella y sus hijas, que habitan al norte de ti;<br />

y tu hermana menor es Sodoma con sus hijas, la cual habita al<br />

47 sur de ti. Ni aun anduviste en sus caminos, ni hiciste según<br />

sus abominaciones; antes, como si esto fuera poco y muy poco,<br />

48 te corrompiste más que ellas en todos tus caminos. Vivo yo,<br />

dice Jehová el Señor, que Sodoma tu hermana y sus hijas no<br />

49 han hecho como hiciste tú y tus hijas. He aquí que ésta fue la<br />

maldad de Sodoma tu hermana: soberbia, saciedad de pan, y<br />

abundancia de ociosidad tuvieron ella y sus hijas; y no forta-<br />

50 leció la mano del afligido y del menesteroso. Y se llenaron de<br />

soberbia, e hicieron abominación delante de mí, y cuando lo<br />

51 vi las quité. Y Samaria no cometió ni la mitad de tus peca-


1147 Ezequiel 16. 52–17. 5<br />

dos; porque tú multiplicaste tus abominaciones más que ellas,<br />

y has justificado a tus hermanas con todas las abominaciones<br />

que tú hiciste. Tú también, que juzgaste a tus hermanas, lleva 52<br />

tu vergüenza en los pecados que tú hiciste, más abominables<br />

que los de ellas; más justas son que tú; avergüénzate, pues,<br />

tú también, y lleva tu confusión, por cuanto has justificado a<br />

tus hermanas. Yo, pues, haré volver a sus cautivos, los cau- 53<br />

tivos de Sodoma y de sus hijas, y los cautivos de Samaria y<br />

de sus hijas, y haré volver los cautivos de tus cautiverios entre<br />

ellas, para que lleves tu confusión, y te avergüences de todo 54<br />

lo que has hecho, siendo tú motivo de consuelo para ellas. Y 55<br />

tus hermanas, Sodoma con sus hijas y Samaria con sus hijas,<br />

volverán a su primer estado; tú también y tus hijas volveréis a<br />

vuestro primer estado. No era tu hermana Sodoma digna de 56<br />

mención en tu boca en el tiempo de tus soberbias, antes que 57<br />

tu maldad fuese descubierta. Así también ahora llevas tú la<br />

afrenta de las hijas de Siria y de todas las hijas de los filisteos,<br />

las cuales por todos lados te desprecian. Sufre tú el castigo de 58<br />

tu lujuria y de tus abominaciones, dice Jehová. Pero más ha 59<br />

dicho Jehová el Señor: ¿Haré yo contigo como tú hiciste, que<br />

menospreciaste el juramento para invalidar el pacto? Antes 60<br />

yo tendré memoria de mi pacto que concerté contigo en los días<br />

de tu juventud, y estableceré contigo un pacto sempiterno. Y 61<br />

te acordarás de tus caminos y te avergonzarás, cuando recibas<br />

a tus hermanas, las mayores que tú y las menores que tú, las<br />

cuales yo te daré por hijas, mas no por tu pacto, sino por mi 62<br />

pacto que yo confirmaré contigo; y sabrás que yo soy Jehová;<br />

para que te acuerdes y te avergüences, y nunca más abras la 63<br />

boca, a causa de tu vergüenza, cuando yo perdone todo lo que<br />

hiciste, dice Jehová el Señor.<br />

Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Hijo de hombre, 17, 2<br />

propón una figura, y compón una parábola a la casa de Israel.<br />

Y dirás: Así ha dicho Jehová el Señor: Una gran águila, de 3<br />

grandes alas y de largos miembros, llena de plumas de diversos<br />

colores, vino al Líbano, y tomó el cogollo del cedro. Arrancó 4<br />

el principal de sus renuevos y lo llevó a tierra de mercaderes,<br />

y lo puso en una ciudad de comerciantes. Tomó también de 5<br />

la simiente de la tierra, y la puso en un campo bueno para


17. 6–20 Ezequiel 1148<br />

sembrar, la plantó junto a aguas abundantes, la puso como un<br />

6 sauce. Y brotó, y se hizo una vid de mucho ramaje, de poca<br />

altura, y sus ramas miraban al águila, y sus raíces estaban<br />

debajo de ella; así que se hizo una vid, y arrojó sarmientos y<br />

7 echó mugrones. Había también otra gran águila, de grandes<br />

alas y de muchas plumas; y he aquí que esta vid juntó cerca de<br />

ella sus raíces, y extendió hacia ella sus ramas, para ser rega-<br />

8 da por ella por los surcos de su plantío. En un buen campo,<br />

junto a muchas aguas, fue plantada, para que hiciese ramas y<br />

9 diese fruto, y para que fuese vid robusta. Diles: Así ha dicho<br />

Jehová el Señor: ¿Será prosperada? ¿No arrancará sus raíces,<br />

y destruirá su fruto, y se secará? Todas sus hojas lozanas se<br />

secarán; y eso sin gran poder ni mucha gente para arrancar-<br />

10 la de sus raíces. Y he aquí está plantada; ¿será prosperada?<br />

¿No se secará del todo cuando el viento solano la toque? En los<br />

11 surcos de su verdor se secará. Y vino a mí palabra de Jehová,<br />

12 diciendo: Di ahora a la casa rebelde: ¿No habéis entendido<br />

qué significan estas cosas? Diles: He aquí que el rey de Babilonia<br />

vino a Jerusalén, y tomó a tu rey y a sus príncipes, y los<br />

13 llevó consigo a Babilonia. Tomó también a uno de la descendencia<br />

real e hizo pacto con él, y le hizo prestar juramento; y<br />

14 se llevó consigo a los poderosos de la tierra, para que el reino<br />

fuese abatido y no se levantase, a fin de que guardando el<br />

15 pacto, permaneciese en pie. Pero se rebeló contra él, enviando<br />

embajadores a Egipto para que le diese caballos y mucha<br />

gente. ¿Será prosperado, escapará el que estas cosas hizo? El<br />

16 que rompió el pacto, ¿podrá escapar? Vivo yo, dice Jehová el<br />

Señor, que morirá en medio de Babilonia, en el lugar donde<br />

habita el rey que le hizo reinar, cuyo juramento menospreció,<br />

17 y cuyo pacto hecho con él rompió. Y ni con gran ejército ni<br />

con mucha compañía hará Faraón nada por él en la batalla,<br />

cuando se levanten vallados y se edifiquen torres para cortar<br />

18 muchas vidas. Por cuanto menospreció el juramento y quebrantó<br />

el pacto, cuando he aquí que había dado su mano, y ha<br />

19 hecho todas estas cosas, no escapará. Por tanto, así ha dicho<br />

Jehová el Señor: Vivo yo, que el juramento mío que menospreció,<br />

y mi pacto que ha quebrantado, lo traeré sobre su misma<br />

20 cabeza. Extenderé sobre él mi red, y será preso en mi lazo,


1149 Ezequiel 17. 21–18. 13<br />

y lo haré venir a Babilonia, y allí entraré en juicio con él por<br />

su prevaricación con que contra mí se ha rebelado. Y todos 21<br />

sus fugitivos, con todas sus tropas, caerán a espada, y los que<br />

queden serán esparcidos a todos los vientos; y sabréis que yo<br />

Jehová he hablado. Así ha dicho Jehová el Señor: Tomaré yo 22<br />

del cogollo de aquel alto cedro, y lo plantaré; del principal de<br />

sus renuevos cortaré un tallo, y lo plantaré sobre el monte alto<br />

y sublime. En el monte alto de Israel lo plantaré, y alzará 23<br />

ramas, y dará fruto, y se hará magnífico cedro; y habitarán<br />

debajo de él todas las aves de toda especie; a la sombra de sus<br />

ramas habitarán. Y sabrán todos los árboles del campo que 24<br />

yo Jehová abatí el árbol sublime, levanté el árbol bajo, hice<br />

secar el árbol verde, e hice reverdecer el árbol seco. Yo Jehová<br />

lo he dicho, y lo haré.<br />

Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: ¿Qué pensáis voso- 18, 2<br />

tros, los que usáis este refrán sobre la tierra de Israel, que dice:<br />

Los padres comieron las uvas agrias, y los dientes de los hijos<br />

tienen la dentera? Vivo yo, dice Jehová el Señor, que nunca 3<br />

más tendréis por qué usar este refrán en Israel. He aquí que 4<br />

todas las almas son mías; como el alma del padre, así el alma<br />

del hijo es mía; el alma que pecare, ésa morirá. Y el hombre 5<br />

que fuere justo, e hiciere según el derecho y la justicia; que no 6<br />

comiere sobre los montes, ni alzare sus ojos a los ídolos de la<br />

casa de Israel, ni violare la mujer de su prójimo, ni se llegare<br />

a la mujer menstruosa, ni oprimiere a ninguno; que al deudor 7<br />

devolviere su prenda, que no cometiere robo, y que diere de su<br />

pan al hambriento y cubriere al desnudo con vestido, que no 8<br />

prestare a interés ni tomare usura; que de la maldad retrajere<br />

su mano, e hiciere juicio verdadero entre hombre y hombre,<br />

en mis ordenanzas caminare, y guardare mis decretos para ha- 9<br />

cer rectamente, éste es justo; éste vivirá, dice Jehová el Señor.<br />

Mas si engendrare hijo ladrón, derramador de sangre, o que 10<br />

haga alguna cosa de estas, y que no haga las otras, sino que 11<br />

comiere sobre los montes, o violare la mujer de su prójimo, al 12<br />

pobre y menesteroso oprimiere, cometiere robos, no devolviere<br />

la prenda, o alzare sus ojos a los ídolos e hiciere abominación,<br />

prestare a interés y tomare usura; ¿vivirá éste? No vivirá. To- 13<br />

das estas abominaciones hizo; de cierto morirá, su sangre será


18. 14–30 Ezequiel 1150<br />

14 sobre él. Pero si éste engendrare hijo, el cual viere todos los<br />

pecados que su padre hizo, y viéndolos no hiciere según ellos;<br />

15 no comiere sobre los montes, ni alzare sus ojos a los ídolos de<br />

16 la casa de Israel; la mujer de su prójimo no violare, ni oprimiere<br />

a nadie, la prenda no retuviere, ni cometiere robos; al<br />

hambriento diere de su pan, y cubriere con vestido al desnu-<br />

17 do; apartare su mano del pobre, interés y usura no recibiere;<br />

guardare mis decretos y anduviere en mis ordenanzas; éste no<br />

18 morirá por la maldad de su padre; de cierto vivirá. Su padre,<br />

por cuanto hizo agravio, despojó violentamente al hermano, e<br />

hizo en medio de su pueblo lo que no es bueno, he aquí que<br />

19 él morirá por su maldad. Y si dijereis: ¿Por qué el hijo no<br />

llevará el pecado de su padre? Porque el hijo hizo según el derecho<br />

y la justicia, guardó todos mis estatutos y los cumplió,<br />

20 de cierto vivirá. El alma que pecare, ésa morirá; el hijo no<br />

llevará el pecado del padre, ni el padre llevará el pecado del<br />

hijo; la justicia del justo será sobre él, y la impiedad del impío<br />

21 será sobre él. Mas el impío, si se apartare de todos sus pecados<br />

que hizo, y guardare todos mis estatutos e hiciere según<br />

22 el derecho y la justicia, de cierto vivirá; no morirá. Todas<br />

las transgresiones que cometió, no le serán recordadas; en su<br />

23 justicia que hizo vivirá. ¿Quiero yo la muerte del impío? dice<br />

Jehová el Señor. ¿No vivirá, si se apartare de sus caminos?<br />

24 Mas si el justo se apartare de su justicia y cometiere maldad, e<br />

hiciere conforme a todas las abominaciones que el impío hizo,<br />

¿vivirá él? Ninguna de las justicias que hizo le serán tenidas<br />

en cuenta; por su rebelión con que prevaricó, y por el peca-<br />

25 do que cometió, por ello morirá. Y si dijereis: No es recto el<br />

camino del Señor; oíd ahora, casa de Israel: ¿No es recto mi<br />

26 camino? ¿no son vuestros caminos torcidos? Apartándose el<br />

justo de su justicia, y haciendo iniquidad, él morirá por ello;<br />

27 por la iniquidad que hizo, morirá. Y apartándose el impío de<br />

su impiedad que hizo, y haciendo según el derecho y la justi-<br />

28 cia, hará vivir su alma. Porque miró y se apartó de todas sus<br />

transgresiones que había cometido, de cierto vivirá; no morirá.<br />

29 Si aún dijere la casa de Israel: No es recto el camino del Señor;<br />

¿no son rectos mis caminos, casa de Israel? Ciertamente, vues-<br />

30 tros caminos no son rectos. Por tanto, yo os juzgaré a cada


1151 Ezequiel 18. 31–20. 2<br />

uno según sus caminos, oh casa de Israel, dice Jehová el Señor.<br />

Convertíos, y apartaos de todas vuestras transgresiones, y no<br />

os será la iniquidad causa de ruina. Echad de vosotros todas 31<br />

vuestras transgresiones con que habéis pecado, y haceos un<br />

corazón nuevo y un espíritu nuevo. ¿Por qué moriréis, casa de<br />

Israel? Porque no quiero la muerte del que muere, dice Jehová 32<br />

el Señor; convertíos, pues, y viviréis.<br />

Y tú, levanta endecha sobre los príncipes de Israel. Di- 19, 2<br />

rás: ¡Cómo se echó entre los leones tu madre la leona! Entre<br />

los leoncillos crió sus cachorros, e hizo subir uno de sus ca- 3<br />

chorros; vino a ser leoncillo, y aprendió a arrebatar la presa, y<br />

a devorar hombres. Y las naciones oyeron de él; fue tomado 4<br />

en la trampa de ellas, y lo llevaron con grillos a la tierra de<br />

Egipto. Viendo ella que había esperado mucho tiempo, y que 5<br />

se perdía su esperanza, tomó otro de sus cachorros, y lo puso<br />

por leoncillo. Y él andaba entre los leones; se hizo leoncillo, 6<br />

aprendió a arrebatar la presa, devoró hombres. Saqueó forta- 7<br />

lezas, y asoló ciudades; y la tierra fue desolada, y cuanto había<br />

en ella, al estruendo de sus rugidos. Arremetieron contra él 8<br />

las gentes de las provincias de alrededor, y extendieron sobre<br />

él su red, y en el foso fue apresado. Y lo pusieron en una jaula 9<br />

y lo llevaron con cadenas, y lo llevaron al rey de Babilonia; lo<br />

pusieron en las fortalezas, para que su voz no se oyese más<br />

sobre los montes de Israel. Tu madre fue como una vid en 10<br />

medio de la viña, plantada junto a las aguas, dando fruto y<br />

echando vástagos a causa de las muchas aguas. Y ella tuvo 11<br />

varas fuertes para cetros de reyes; y se elevó su estatura por<br />

encima entre las ramas, y fue vista por causa de su altura y<br />

la multitud de sus sarmientos. Pero fue arrancada con ira, 12<br />

derribada en tierra, y el viento solano secó su fruto; sus ramas<br />

fuertes fueron quebradas y se secaron; las consumió el fuego.<br />

Y ahora está plantada en el desierto, en tierra de sequedad y 13<br />

de aridez. Y ha salido fuego de la vara de sus ramas, que ha 14<br />

consumido su fruto, y no ha quedado en ella vara fuerte para<br />

cetro de rey. Endecha es ésta, y de endecha servirá.<br />

Aconteció en el año séptimo, en el mes quinto, a los diez 20<br />

días del mes, que vinieron algunos de los ancianos de Israel<br />

a consultar a Jehová, y se sentaron delante de mí. Y vino a 2


20. 3–16 Ezequiel 1152<br />

3 mí palabra de Jehová, diciendo: Hijo de hombre, habla a los<br />

ancianos de Israel, y diles: Así ha dicho Jehová el Señor: ¿A<br />

consultarme venís vosotros? Vivo yo, que no os responderé, di-<br />

4 ce Jehová el Señor. ¿Quieres tú juzgarlos? ¿Los quieres juzgar<br />

tú, hijo de hombre? Hazles conocer las abominaciones de sus<br />

5 padres, y diles: Así ha dicho Jehová el Señor: El día que escogí<br />

a Israel, y que alcé mi mano para jurar a la descendencia de la<br />

casa de Jacob, cuando me di a conocer a ellos en la tierra de<br />

Egipto, cuando alcé mi mano y les juré diciendo: Yo soy Jeho-<br />

6 vá vuestro Dios; aquel día que les alcé mi mano, jurando así<br />

que los sacaría de la tierra de Egipto a la tierra que les había<br />

provisto, que fluye leche y miel, la cual es la más hermosa de<br />

7 todas las tierras; entonces les dije: Cada uno eche de sí las<br />

abominaciones de delante de sus ojos, y no os contaminéis con<br />

8 los ídolos de Egipto. Yo soy Jehová vuestro Dios. Mas ellos se<br />

rebelaron contra mí, y no quisieron obedecerme; no echó de sí<br />

cada uno las abominaciones de delante de sus ojos, ni dejaron<br />

los ídolos de Egipto; y dije que derramaría mi ira sobre ellos,<br />

para cumplir mi enojo en ellos en medio de la tierra de Egip-<br />

9 to. Con todo, a causa de mi nombre, para que no se infamase<br />

ante los ojos de las naciones en medio de las cuales estaban,<br />

en cuyos ojos fui conocido, actué para sacarlos de la tierra de<br />

10 Egipto. Los saqué de la tierra de Egipto, y los traje al desier-<br />

11 to, y les di mis estatutos, y les hice conocer mis decretos, por<br />

12 los cuales el hombre que los cumpliere vivirá. Y les di también<br />

mis días de reposo, para que fuesen por señal entre mí y ellos,<br />

13 para que supiesen que yo soy Jehová que los santifico. Mas se<br />

rebeló contra mí la casa de Israel en el desierto; no anduvieron<br />

en mis estatutos, y desecharon mis decretos, por los cuales el<br />

hombre que los cumpliere, vivirá; y mis días de reposo profanaron<br />

en gran manera; dije, por tanto, que derramaría sobre<br />

14 ellos mi ira en el desierto para exterminarlos. Pero actué a<br />

causa de mi nombre, para que no se infamase a la vista de<br />

15 las naciones ante cuyos ojos los había sacado. También yo les<br />

alcé mi mano en el desierto, jurando que no los traería a la<br />

tierra que les había dado, que fluye leche y miel, la cual es<br />

16 la más hermosa de todas las tierras; porque desecharon mis<br />

decretos, y no anduvieron en mis estatutos, y mis días de re-


1153 Ezequiel 20. 17–31<br />

poso profanaron, porque tras sus ídolos iba su corazón. Con 17<br />

todo, los perdonó mi ojo, pues no los maté, ni los exterminé<br />

en el desierto; antes dije en el desierto a sus hijos: No andéis 18<br />

en los estatutos de vuestros padres, ni guardéis sus leyes, ni<br />

os contaminéis con sus ídolos. Yo soy Jehová vuestro Dios; 19<br />

andad en mis estatutos, y guardad mis preceptos, y ponedlos<br />

por obra; y santificad mis días de reposo, y sean por señal 20<br />

entre mí y vosotros, para que sepáis que yo soy Jehová vuestro<br />

Dios. Mas los hijos se rebelaron contra mí; no anduvieron 21<br />

en mis estatutos, ni guardaron mis decretos para ponerlos por<br />

obra, por los cuales el hombre que los cumpliere vivirá; profanaron<br />

mis días de reposo. Dije entonces que derramaría mi<br />

ira sobre ellos, para cumplir mi enojo en ellos en el desierto.<br />

Mas retraje mi mano a causa de mi nombre, para que no se 22<br />

infamase a la vista de las naciones ante cuyos ojos los había<br />

sacado. También les alcé yo mi mano en el desierto, jurando 23<br />

que los esparciría entre las naciones, y que los dispersaría por<br />

las tierras, porque no pusieron por obra mis decretos, sino 24<br />

que desecharon mis estatutos y profanaron mis días de reposo,<br />

y tras los ídolos de sus padres se les fueron los ojos. Por eso 25<br />

yo también les di estatutos que no eran buenos, y decretos por<br />

los cuales no podrían vivir. Y los contaminé en sus ofrendas 26<br />

cuando hacían pasar por el fuego a todo primogénito, para desolarlos<br />

y hacerles saber que yo soy Jehová. Por tanto, hijo de 27<br />

hombre, habla a la casa de Israel, y diles: Así ha dicho Jehová<br />

el Señor: Aun en esto me afrentaron vuestros padres cuando<br />

cometieron rebelión contra mí. Porque yo los traje a la tierra 28<br />

sobre la cual había alzado mi mano jurando que había de dársela,<br />

y miraron a todo collado alto y a todo árbol frondoso, y<br />

allí sacrificaron sus víctimas, y allí presentaron ofrendas que<br />

me irritan, allí pusieron también su incienso agradable, y allí<br />

derramaron sus libaciones. Y yo les dije: ¿Qué es ese lugar al- 29<br />

to adonde vosotros vais? Y fue llamado su nombre Bama hasta<br />

el día de hoy. Di, pues, a la casa de Israel: Así ha dicho Jehová 30<br />

el Señor: ¿No os contamináis vosotros a la manera de vuestros<br />

padres, y fornicáis tras sus abominaciones? Porque ofreciendo 31<br />

vuestras ofrendas, haciendo pasar vuestros hijos por el fuego,<br />

os habéis contaminado con todos vuestros ídolos hasta hoy; ¿y


20. 32–46 Ezequiel 1154<br />

he de responderos yo, casa de Israel? Vivo yo, dice Jehová el<br />

32 Señor, que no os responderé. Y no ha de ser lo que habéis pensado.<br />

Porque vosotros decís: Seamos como las naciones, como<br />

las demás familias de la tierra, que sirven al palo y a la piedra.<br />

33 Vivo yo, dice Jehová el Señor, que con mano fuerte y brazo<br />

34 extendido, y enojo derramado, he de reinar sobre vosotros; y<br />

os sacaré de entre los pueblos, y os reuniré de las tierras en<br />

que estáis esparcidos, con mano fuerte y brazo extendido, y<br />

35 enojo derramado; y os traeré al desierto de los pueblos, y allí<br />

36 litigaré con vosotros cara a cara. Como litigué con vuestros<br />

padres en el desierto de la tierra de Egipto, así litigaré con<br />

37 vosotros, dice Jehová el Señor. Os haré pasar bajo la vara, y<br />

38 os haré entrar en los vínculos del pacto; y apartaré de entre<br />

vosotros a los rebeldes, y a los que se rebelaron contra mí; de<br />

la tierra de sus peregrinaciones los sacaré, mas a la tierra de<br />

39 Israel no entrarán; y sabréis que yo soy Jehová. Y a vosotros,<br />

oh casa de Israel, así ha dicho Jehová el Señor: Andad cada<br />

uno tras sus ídolos, y servidles, si es que a mí no me obedecéis;<br />

pero no profanéis más mi santo nombre con vuestras ofrendas<br />

40 y con vuestros ídolos. Pero en mi santo monte, en el alto monte<br />

de Israel, dice Jehová el Señor, allí me servirá toda la casa<br />

de Israel, toda ella en la tierra; allí los aceptaré, y allí demandaré<br />

vuestras ofrendas, y las primicias de vuestros dones, con<br />

41 todas vuestras cosas consagradas. Como incienso agradable<br />

os aceptaré, cuando os haya sacado de entre los pueblos, y os<br />

haya congregado de entre las tierras en que estáis esparcidos;<br />

42 y seré santificado en vosotros a los ojos de las naciones. Y<br />

sabréis que yo soy Jehová, cuando os haya traído a la tierra<br />

de Israel, la tierra por la cual alcé mi mano jurando que la<br />

43 daría a vuestros padres. Y allí os acordaréis de vuestros caminos,<br />

y de todos vuestros hechos en que os contaminasteis;<br />

y os aborreceréis a vosotros mismos a causa de todos vuestros<br />

44 pecados que cometisteis. Y sabréis que yo soy Jehová, cuando<br />

haga con vosotros por amor de mi nombre, no según vuestros<br />

caminos malos ni según vuestras perversas obras, oh casa de<br />

45 Israel, dice Jehová el Señor. Vino a mí palabra de Jehová,<br />

46 diciendo: Hijo de hombre, pon tu rostro hacia el sur, derrama<br />

tu palabra hacia la parte austral, profetiza contra el bosque


1155 Ezequiel 20. 47–21. 14<br />

del Neguev. Y dirás al bosque del Neguev: Oye la palabra de 47<br />

Jehová: Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí que yo enciendo<br />

en ti fuego, el cual consumirá en ti todo árbol verde y todo<br />

árbol seco; no se apagará la llama del fuego; y serán quemados<br />

en ella todos los rostros, desde el sur hasta el norte. Y 48<br />

verá toda carne que yo Jehová lo encendí; no se apagará. Y 49<br />

dije: ¡Ah, Señor Jehová! ellos dicen de mí: ¿No profiere éste<br />

parábolas?<br />

Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Hijo de hombre, 21, 2<br />

pon tu rostro contra Jerusalén, y derrama palabra sobre los<br />

santuarios, y profetiza contra la tierra de Israel. Dirás a la 3<br />

tierra de Israel: Así ha dicho Jehová: He aquí que yo estoy<br />

contra ti, y sacaré mi espada de su vaina, y cortaré de ti al<br />

justo y al impío. Y por cuanto he de cortar de ti al justo y 4<br />

al impío, por tanto, mi espada saldrá de su vaina contra toda<br />

carne, desde el sur hasta el norte. Y sabrá toda carne que yo 5<br />

Jehová saqué mi espada de su vaina; no la envainaré más. Y 6<br />

tú, hijo de hombre, gime con quebrantamiento de tus lomos y<br />

con amargura; gime delante de los ojos de ellos. Y cuando te 7<br />

dijeren: ¿Por qué gimes tú? dirás: Por una noticia que cuando<br />

llegue hará que desfallezca todo corazón, y toda mano se debilitará,<br />

y se angustiará todo espíritu, y toda rodilla será débil<br />

como el agua; he aquí que viene, y se hará, dice Jehová el Señor.<br />

Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Hijo de hombre, 8, 9<br />

profetiza, y di: Así ha dicho Jehová el Señor: Di: La espada,<br />

la espada está afilada, y también pulida. Para degollar víc- 10<br />

timas está afilada, pulida está para que relumbre. ¿Hemos de<br />

alegrarnos? Al cetro de mi hijo ha despreciado como a un palo<br />

cualquiera. Y la dio a pulir para tenerla a mano; la espada 11<br />

está afilada, y está pulida para entregarla en mano del matador.<br />

Clama y lamenta, oh hijo de hombre; porque ésta será 12<br />

sobre mi pueblo, será ella sobre todos los príncipes de Israel;<br />

caerán ellos a espada juntamente con mi pueblo; hiere, pues,<br />

tu muslo; porque está probado. ¿Y qué, si la espada desprecia 13<br />

aun al cetro? Él no será más, dice Jehová el Señor. Tú, pues, 14<br />

hijo de hombre, profetiza, y bate una mano contra otra, y duplíquese<br />

y triplíquese el furor de la espada homicida; ésta es


21. 15–29 Ezequiel 1156<br />

15 la espada de la gran matanza que los traspasará, para que el<br />

corazón desmaye, y los estragos se multipliquen; en todas las<br />

puertas de ellos he puesto espanto de espada. ¡Ah! dispuesta<br />

16 está para que relumbre, y preparada para degollar. Corta a<br />

la derecha, hiere a la izquierda, adonde quiera que te vuelvas.<br />

17 Y yo también batiré mi mano contra mi mano, y haré reposar<br />

18 mi ira. Yo Jehová he hablado. Vino a mí palabra de Jehová,<br />

19 diciendo: Tú, hijo de hombre, traza dos caminos por donde<br />

venga la espada del rey de Babilonia; de una misma tierra salgan<br />

ambos; y pon una señal al comienzo de cada camino, que<br />

20 indique la ciudad adonde va. El camino señalarás por donde<br />

venga la espada a Rabá de los hijos de Amón, y a Judá contra<br />

21 Jerusalén, la ciudad fortificada. Porque el rey de Babilonia se<br />

ha detenido en una encrucijada, al principio de los dos caminos,<br />

para usar de adivinación; ha sacudido las saetas, consultó<br />

22 a sus ídolos, miró el hígado. La adivinación señaló a su mano<br />

derecha, sobre Jerusalén, para dar la orden de ataque, para dar<br />

comienzo a la matanza, para levantar la voz en grito de guerra,<br />

para poner arietes contra las puertas, para levantar vallados, y<br />

23 edificar torres de sitio. Mas para ellos esto será como adivinación<br />

mentirosa, ya que les ha hecho solemnes juramentos; pero<br />

24 él trae a la memoria la maldad de ellos, para apresarlos. Por<br />

tanto, así ha dicho Jehová el Señor: Por cuanto habéis hecho<br />

traer a la memoria vuestras maldades, manifestando vuestras<br />

traiciones, y descubriendo vuestros pecados en todas vuestras<br />

obras; por cuanto habéis venido en memoria, seréis entregados<br />

25 en su mano. Y tú, profano e impío príncipe de Israel, cuyo<br />

día ha llegado ya, el tiempo de la consumación de la maldad,<br />

26 así ha dicho Jehová el Señor: Depón la tiara, quita la corona;<br />

esto no será más así; sea exaltado lo bajo, y humillado lo alto.<br />

27 A ruina, a ruina, a ruina lo reduciré, y esto no será más, hasta<br />

28 que venga aquel cuyo es el derecho, y yo se lo entregaré. Y tú,<br />

hijo de hombre, profetiza, y di: Así ha dicho Jehová el Señor<br />

acerca de los hijos de Amón, y de su oprobio. Dirás, pues: La<br />

espada, la espada está desenvainada para degollar; para con-<br />

29 sumir está pulida con resplandor. Te profetizan vanidad, te<br />

adivinan mentira, para que la emplees sobre los cuellos de los<br />

malos sentenciados a muerte, cuyo día vino en el tiempo de la


1157 Ezequiel 21. 30–22. 16<br />

consumación de la maldad. ¿La volveré a su vaina? En el lu- 30<br />

gar donde te criaste, en la tierra donde has vivido, te juzgaré,<br />

y derramaré sobre ti mi ira; el fuego de mi enojo haré encen- 31<br />

der sobre ti, y te entregaré en mano de hombres temerarios,<br />

artífices de destrucción. Serás pasto del fuego, se empapará 32<br />

la tierra de tu sangre; no habrá más memoria de ti, porque yo<br />

Jehová he hablado.<br />

Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Tú, hijo de hom- 22, 2<br />

bre, ¿no juzgarás tú, no juzgarás tú a la ciudad derramadora<br />

de sangre, y le mostrarás todas sus abominaciones? Dirás, 3<br />

pues: Así ha dicho Jehová el Señor: ¡Ciudad derramadora de<br />

sangre en medio de sí, para que venga su hora, y que hizo<br />

ídolos contra sí misma para contaminarse! En tu sangre que 4<br />

derramaste has pecado, y te has contaminado en tus ídolos que<br />

hiciste; y has hecho acercar tu día, y has llegado al término<br />

de tus años; por tanto, te he dado en oprobio a las naciones,<br />

y en escarnio a todas las tierras. Las que están cerca de ti y 5<br />

las que están lejos se reirán de ti, amancillada de nombre, y de<br />

grande turbación. He aquí que los príncipes de Israel, cada 6<br />

uno según su poder, se esfuerzan en derramar sangre. Al pa- 7<br />

dre y a la madre despreciaron en ti; al extranjero trataron con<br />

violencia en medio de ti; al huérfano y a la viuda despojaron<br />

en ti. Mis santuarios menospreciaste, y mis días de reposo has 8<br />

profanado. Calumniadores hubo en ti para derramar sangre; 9<br />

y sobre los montes comieron en ti; hicieron en medio de ti perversidades.<br />

La desnudez del padre descubrieron en ti, y en ti 10<br />

hicieron violencia a la que estaba inmunda por su menstruo.<br />

Cada uno hizo abominación con la mujer de su prójimo, cada 11<br />

uno contaminó pervertidamente a su nuera, y cada uno violó<br />

en ti a su hermana, hija de su padre. Precio recibieron en ti 12<br />

para derramar sangre; interés y usura tomaste, y a tus prójimos<br />

defraudaste con violencia; te olvidaste de mí, dice Jehová<br />

el Señor. Y he aquí que batí mis manos a causa de tu avaricia 13<br />

que cometiste, y a causa de la sangre que derramaste en medio<br />

de ti. ¿Estará firme tu corazón? ¿Serán fuertes tus manos en 14<br />

los días en que yo proceda contra ti? Yo Jehová he hablado,<br />

y lo haré. Te dispersaré por las naciones, y te esparciré por 15<br />

las tierras; y haré fenecer de ti tu inmundicia. Y por ti mis- 16


22. 17–23. 3 Ezequiel 1158<br />

ma serás degradada a la vista de las naciones; y sabrás que<br />

17, 18 yo soy Jehová. Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Hijo<br />

de hombre, la casa de Israel se me ha convertido en escoria;<br />

todos ellos son bronce y estaño y hierro y plomo en medio del<br />

19 horno; y en escorias de plata se convirtieron. Por tanto, así<br />

ha dicho Jehová el Señor: Por cuanto todos vosotros os habéis<br />

convertido en escorias, por tanto, he aquí que yo os reuniré en<br />

20 medio de Jerusalén. Como quien junta plata y bronce y hierro<br />

y plomo y estaño en medio del horno, para encender fuego en<br />

él para fundirlos, así os juntaré en mi furor y en mi ira, y os<br />

21 pondré allí, y os fundiré. Yo os juntaré y soplaré sobre vosotros<br />

en el fuego de mi furor, y en medio de él seréis fundidos.<br />

22 Como se funde la plata en medio del horno, así seréis fundidos<br />

en medio de él; y sabréis que yo Jehová habré derramado<br />

23 mi enojo sobre vosotros. Vino a mí palabra de Jehová, di-<br />

24 ciendo: Hijo de hombre, di a ella: Tú no eres tierra limpia,<br />

25 ni rociada con lluvia en el día del furor. Hay conjuración de<br />

sus profetas en medio de ella, como león rugiente que arrebata<br />

presa; devoraron almas, tomaron haciendas y honra, multipli-<br />

26 caron sus viudas en medio de ella. Sus sacerdotes violaron mi<br />

ley, y contaminaron mis santuarios; entre lo santo y lo profano<br />

no hicieron diferencia, ni distinguieron entre inmundo y limpio;<br />

y de mis días de reposo apartaron sus ojos, y yo he sido<br />

27 profanado en medio de ellos. Sus príncipes en medio de ella<br />

son como lobos que arrebatan presa, derramando sangre, pa-<br />

28 ra destruir las almas, para obtener ganancias injustas. Y sus<br />

profetas recubrían con lodo suelto, profetizándoles vanidad y<br />

adivinándoles mentira, diciendo: Así ha dicho Jehová el Señor;<br />

29 y Jehová no había hablado. El pueblo de la tierra usaba de<br />

opresión y cometía robo, al afligido y menesteroso hacía vio-<br />

30 lencia, y al extranjero oprimía sin derecho. Y busqué entre<br />

ellos hombre que hiciese vallado y que se pusiese en la brecha<br />

delante de mí, a favor de la tierra, para que yo no la destru-<br />

31 yese; y no lo hallé. Por tanto, derramé sobre ellos mi ira; con<br />

el ardor de mi ira los consumí; hice volver el camino de ellos<br />

sobre su propia cabeza, dice Jehová el Señor.<br />

23, 2 Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Hijo de hombre,<br />

3 hubo dos mujeres, hijas de una madre, las cuales fornicaron


1159 Ezequiel 23. 4–20<br />

en Egipto; en su juventud fornicaron. Allí fueron apretados<br />

sus pechos, allí fueron estrujados sus pechos virginales. Y se 4<br />

llamaban, la mayor, Ahola, y su hermana, Aholiba; las cuales<br />

llegaron a ser mías, y dieron a luz hijos e hijas. Y se llamaron:<br />

Samaria, Ahola; y Jerusalén, Aholiba. Y Ahola cometió forni- 5<br />

cación aun estando en mi poder; y se enamoró de sus amantes<br />

los asirios, vecinos suyos, vestidos de púrpura, gobernadores 6<br />

y capitanes, jóvenes codiciables todos ellos, jinetes que iban a<br />

caballo. Y se prostituyó con ellos, con todos los más escogi- 7<br />

dos de los hijos de los asirios, y con todos aquellos de quienes<br />

se enamoró; se contaminó con todos los ídolos de ellos. Y no 8<br />

dejó sus fornicaciones de Egipto; porque con ella se echaron<br />

en su juventud, y ellos comprimieron sus pechos virginales, y<br />

derramaron sobre ella su fornicación. Por lo cual la entregué 9<br />

en mano de sus amantes, en mano de los hijos de los asirios,<br />

de quienes se había enamorado. Ellos descubrieron su desnu- 10<br />

dez, tomaron sus hijos y sus hijas, y a ella mataron a espada; y<br />

vino a ser famosa entre las mujeres, pues en ella hicieron escarmiento.<br />

Y lo vio su hermana Aholiba, y enloqueció de lujuria 11<br />

más que ella; y sus fornicaciones fueron más que las fornicaciones<br />

de su hermana. Se enamoró de los hijos de los asirios sus 12<br />

vecinos, gobernadores y capitanes, vestidos de ropas y armas<br />

excelentes, jinetes que iban a caballo, todos ellos jóvenes codiciables.<br />

Y vi que se había contaminado; un mismo camino era 13<br />

el de ambas. Y aumentó sus fornicaciones; pues cuando vio a 14<br />

hombres pintados en la pared, imágenes de caldeos pintadas de<br />

color, ceñidos por sus lomos con talabartes, y tiaras de colores 15<br />

en sus cabezas, teniendo todos ellos apariencia de capitanes, a<br />

la manera de los hombres de Babilonia, de Caldea, tierra de su<br />

nacimiento, se enamoró de ellos a primera vista, y les envió 16<br />

mensajeros a la tierra de los caldeos. Así, pues, se llegaron a 17<br />

ella los hombres de Babilonia en su lecho de amores, y la contaminaron,<br />

y ella también se contaminó con ellos, y su alma se<br />

hastió de ellos. Así hizo patentes sus fornicaciones y descubrió 18<br />

sus desnudeces, por lo cual mi alma se hastió de ella, como se<br />

había ya hastiado mi alma de su hermana. Aun multiplicó 19<br />

sus fornicaciones, trayendo en memoria los días de su juventud,<br />

en los cuales había fornicado en la tierra de Egipto. Y se 20


23. 21–35 Ezequiel 1160<br />

enamoró de sus rufianes, cuya lujuria es como el ardor carnal<br />

21 de los asnos, y cuyo flujo como flujo de caballos. Así trajiste<br />

de nuevo a la memoria la lujuria de tu juventud, cuando los<br />

egipcios comprimieron tus pechos, los pechos de tu juventud.<br />

22 Por tanto, Aholiba, así ha dicho Jehová el Señor: He aquí que<br />

yo suscitaré contra ti a tus amantes, de los cuales se hastió tu<br />

23 alma, y les haré venir contra ti en derredor; los de Babilonia,<br />

y todos los caldeos, los de Pecod, Soa y Coa, y todos los<br />

de Asiria con ellos; jóvenes codiciables, gobernadores y capitanes,<br />

nobles y varones de renombre, que montan a caballo todos<br />

24 ellos. Y vendrán contra ti carros, carretas y ruedas, y multitud<br />

de pueblos. Escudos, paveses y yelmos pondrán contra ti<br />

en derredor; y yo pondré delante de ellos el juicio, y por sus<br />

25 leyes te juzgarán. Y pondré mi celo contra ti, y procederán<br />

contigo con furor; te quitarán tu nariz y tus orejas, y lo que<br />

te quedare caerá a espada. Ellos tomarán a tus hijos y a tus<br />

26 hijas, y tu remanente será consumido por el fuego. Y te despojarán<br />

de tus vestidos, y te arrebatarán todos los adornos de<br />

27 tu hermosura. Y haré cesar de ti tu lujuria, y tu fornicación<br />

de la tierra de Egipto; y no levantarás ya más a ellos tus ojos,<br />

28 ni nunca más te acordarás de Egipto. Porque así ha dicho<br />

Jehová el Señor: He aquí, yo te entrego en mano de aquellos<br />

que aborreciste, en mano de aquellos de los cuales se hastió<br />

29 tu alma; los cuales procederán contigo con odio, y tomarán<br />

todo el fruto de tu labor, y te dejarán desnuda y descubierta;<br />

y se descubrirá la inmundicia de tus fornicaciones, y tu lujuria<br />

30 y tu prostitución. Estas cosas se harán contigo porque fornicaste<br />

en pos de las naciones, con las cuales te contaminaste en<br />

31 sus ídolos. En el camino de tu hermana anduviste; yo, pues,<br />

32 pondré su cáliz en tu mano. Así ha dicho Jehová el Señor:<br />

Beberás el hondo y ancho cáliz de tu hermana, que es de gran<br />

capacidad; de ti se mofarán las naciones, y te escarnecerán.<br />

33 Serás llena de embriaguez y de dolor por el cáliz de soledad<br />

34 y de desolación, por el cáliz de tu hermana Samaria. Lo beberás,<br />

pues, y lo agotarás, y quebrarás sus tiestos; y rasgarás<br />

35 tus pechos, porque yo he hablado, dice Jehová el Señor. Por<br />

tanto, así ha dicho Jehová el Señor: Por cuanto te has olvidado<br />

de mí, y me has echado tras tus espaldas, por eso, lleva


1161 Ezequiel 23. 36–24. 3<br />

tú también tu lujuria y tus fornicaciones. Y me dijo Jeho- 36<br />

vá: Hijo de hombre, ¿no juzgarás tú a Ahola y a Aholiba, y<br />

les denunciarás sus abominaciones? Porque han adulterado, 37<br />

y hay sangre en sus manos, y han fornicado con sus ídolos; y<br />

aun a sus hijos que habían dado a luz para mí, hicieron pasar<br />

por el fuego, quemándolos. Aun esto más me hicieron: conta- 38<br />

minaron mi santuario en aquel día, y profanaron mis días de<br />

reposo. Pues habiendo sacrificado sus hijos a sus ídolos, en- 39<br />

traban en mi santuario el mismo día para contaminarlo; y he<br />

aquí, así hicieron en medio de mi casa. Además, enviaron por 40<br />

hombres que viniesen de lejos, a los cuales había sido enviado<br />

mensajero, y he aquí vinieron; y por amor de ellos te lavaste,<br />

y pintaste tus ojos, y te ataviaste con adornos; y te sentaste 41<br />

sobre suntuoso estrado, y fue preparada mesa delante de él, y<br />

sobre ella pusiste mi incienso y mi aceite. Y se oyó en ella voz 42<br />

de compañía que se solazaba con ella; y con los varones de la<br />

gente común fueron traídos los sabeos del desierto, y pusieron<br />

pulseras en sus manos, y bellas coronas sobre sus cabezas. Y 43<br />

dije respecto de la envejecida en adulterios: ¿Todavía cometerán<br />

fornicaciones con ella, y ella con ellos? Porque han venido 44<br />

a ella como quien viene a mujer ramera; así vinieron a Ahola<br />

y a Aholiba, mujeres depravadas. Por tanto, hombres justos 45<br />

las juzgarán por la ley de las adúlteras, y por la ley de las que<br />

derraman sangre; porque son adúlteras, y sangre hay en sus<br />

manos. Por lo que así ha dicho Jehová el Señor: Yo haré subir 46<br />

contra ellas tropas, las entregaré a turbación y a rapiña, y 47<br />

las turbas las apedrearán, y las atravesarán con sus espadas;<br />

matarán a sus hijos y a sus hijas, y sus casas consumirán con<br />

fuego. Y haré cesar la lujuria de la tierra, y escarmentarán 48<br />

todas las mujeres, y no harán según vuestras perversidades.<br />

Y sobre vosotras pondrán vuestras perversidades, y pagaréis 49<br />

los pecados de vuestra idolatría; y sabréis que yo soy Jehová<br />

el Señor.<br />

Vino a mí palabra de Jehová en el año noveno, en el mes 24<br />

décimo, a los diez días del mes, diciendo: Hijo de hombre, 2<br />

escribe la fecha de este día; el rey de Babilonia puso sitio a<br />

Jerusalén este mismo día. Y habla por parábola a la casa 3<br />

rebelde, y diles: Así ha dicho Jehová el Señor: Pon una olla,


24. 4–21 Ezequiel 1162<br />

4 ponla, y echa también en ella agua; junta sus piezas de carne<br />

en ella; todas buenas piezas, pierna y espalda; llénala de hue-<br />

5 sos escogidos. Toma una oveja escogida, y también enciende<br />

los huesos debajo de ella; haz que hierva bien; cuece también<br />

6 sus huesos dentro de ella. Pues así ha dicho Jehová el Señor:<br />

¡Ay de la ciudad de sangres, de la olla herrumbrosa cuya<br />

herrumbre no ha sido quitada! Por sus piezas, por sus piezas<br />

7 sácala, sin echar suerte sobre ella. Porque su sangre está en<br />

medio de ella; sobre una piedra alisada la ha derramado; no<br />

la derramó sobre la tierra para que fuese cubierta con polvo.<br />

8 Habiendo, pues, hecho subir la ira para hacer venganza, yo<br />

pondré su sangre sobre la dura piedra, para que no sea cubier-<br />

9 ta. Por tanto, así ha dicho Jehová el Señor: ¡Ay de la ciudad<br />

10 de sangres! Pues también haré yo gran hoguera, multiplicando<br />

la leña, y encendiendo el fuego para consumir la carne y<br />

11 hacer la salsa; y los huesos serán quemados. Asentando después<br />

la olla vacía sobre sus brasas, para que se caldee, y se<br />

queme su fondo, y se funda en ella su suciedad, y se consuma<br />

12 su herrumbre. En vano se cansó, y no salió de ella su mucha<br />

herrumbre. Sólo en fuego será su herrumbre consumida.<br />

13 En tu inmunda lujuria padecerás, porque te limpié, y tú no<br />

te limpiaste de tu inmundicia; nunca más te limpiarás, hasta<br />

14 que yo sacie mi ira sobre ti. Yo Jehová he hablado; vendrá, y<br />

yo lo haré. No me volveré atrás, ni tendré misericordia, ni me<br />

arrepentiré; según tus caminos y tus obras te juzgarán, dice<br />

15, 16 Jehová el Señor. Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Hijo<br />

de hombre, he aquí que yo te quito de golpe el deleite de tus<br />

17 ojos; no endeches, ni llores, ni corran tus lágrimas. Reprime<br />

el suspirar, no hagas luto de mortuorios; ata tu turbante sobre<br />

ti, y pon tus zapatos en tus pies, y no te cubras con rebozo,<br />

18 ni comas pan de enlutados. Hablé al pueblo por la mañana,<br />

y a la tarde murió mi mujer; y a la mañana hice como me fue<br />

19 mandado. Y me dijo el pueblo: ¿No nos enseñarás qué signi-<br />

20 fican para nosotros estas cosas que haces? Y yo les dije: La<br />

21 palabra de Jehová vino a mí, diciendo: Di a la casa de Israel:<br />

Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí yo profano mi santuario,<br />

la gloria de vuestro poderío, el deseo de vuestros ojos y el<br />

deleite de vuestra alma; y vuestros hijos y vuestras hijas que


1163 Ezequiel 24. 22–25. 11<br />

dejasteis caerán a espada. Y haréis de la manera que yo hice; 22<br />

no os cubriréis con rebozo, ni comeréis pan de hombres en luto.<br />

Vuestros turbantes estarán sobre vuestras cabezas, y vuestros 23<br />

zapatos en vuestros pies; no endecharéis ni lloraréis, sino que<br />

os consumiréis a causa de vuestras maldades, y gemiréis unos<br />

con otros. Ezequiel, pues, os será por señal; según todas las 24<br />

cosas que él hizo, haréis; cuando esto ocurra, entonces sabréis<br />

que yo soy Jehová el Señor. Y tú, hijo de hombre, el día que 25<br />

yo arrebate a ellos su fortaleza, el gozo de su gloria, el deleite<br />

de sus ojos y el anhelo de sus almas, y también sus hijos y sus<br />

hijas, ese día vendrá a ti uno que haya escapado para traer 26<br />

las noticias. En aquel día se abrirá tu boca para hablar con 27<br />

el fugitivo, y hablarás, y no estarás más mudo; y les serás por<br />

señal, y sabrán que yo soy Jehová.<br />

Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Hijo de hombre, 25, 2<br />

pon tu rostro hacia los hijos de Amón, y profetiza contra ellos.<br />

Y dirás a los hijos de Amón: Oíd palabra de Jehová el Señor. 3<br />

Así dice Jehová el Señor: Por cuanto dijiste: ¡Ea, bien!, cuando<br />

mi santuario era profanado, y la tierra de Israel era asolada,<br />

y llevada en cautiverio la casa de Judá; por tanto, he aquí 4<br />

yo te entrego por heredad a los orientales, y pondrán en ti<br />

sus apriscos y plantarán en ti sus tiendas; ellos comerán tus<br />

sementeras, y beberán tu leche. Y pondré a Rabá por habita- 5<br />

ción de camellos, y a los hijos de Amón por majada de ovejas;<br />

y sabréis que yo soy Jehová. Porque así ha dicho Jehová el 6<br />

Señor: Por cuanto batiste tus manos, y golpeaste con tu pie,<br />

y te gozaste en el alma con todo tu menosprecio para la tierra<br />

de Israel, por tanto, he aquí yo extenderé mi mano contra ti, 7<br />

y te entregaré a las naciones para ser saqueada; te cortaré de<br />

entre los pueblos, y te destruiré de entre las tierras; te exterminaré,<br />

y sabrás que yo soy Jehová. Así ha dicho Jehová el 8<br />

Señor: Por cuanto dijo Moab y Seir: He aquí la casa de Judá<br />

es como todas las naciones; por tanto, he aquí yo abro el lado 9<br />

de Moab desde las ciudades, desde sus ciudades que están en<br />

su confín, las tierras deseables de Bet-jesimot, Baal-meón y<br />

Quiriataim, a los hijos del oriente contra los hijos de Amón; 10<br />

y la entregaré por heredad, para que no haya más memoria de<br />

los hijos de Amón entre las naciones. También en Moab haré 11


25. 12–26. 10 Ezequiel 1164<br />

12 juicios, y sabrán que yo soy Jehová. Así ha dicho Jehová el<br />

Señor: Por lo que hizo Edom, tomando venganza de la casa<br />

de Judá, pues delinquieron en extremo, y se vengaron de ellos;<br />

13 por tanto, así ha dicho Jehová el Señor: Yo también extenderé<br />

mi mano sobre Edom, y cortaré de ella hombres y bestias, y la<br />

14 asolaré; desde Temán hasta Dedán caerán a espada. Y pondré<br />

mi venganza contra Edom en manos de mi pueblo Israel,<br />

y harán en Edom según mi enojo y conforme a mi ira; y cono-<br />

15 cerán mi venganza, dice Jehová el Señor. Así ha dicho Jehová<br />

el Señor: Por lo que hicieron los filisteos con venganza, cuando<br />

se vengaron con despecho de ánimo, destruyendo por antiguas<br />

16 enemistades; por tanto, así ha dicho Jehová: He aquí yo extiendo<br />

mi mano contra los filisteos, y cortaré a los cereteos, y<br />

17 destruiré el resto que queda en la costa del mar. Y haré en<br />

ellos grandes venganzas con reprensiones de ira; y sabrán que<br />

yo soy Jehová, cuando haga mi venganza en ellos.<br />

26 Aconteció en el undécimo año, en el día primero del mes,<br />

2 que vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Hijo de hombre,<br />

por cuanto dijo Tiro contra Jerusalén: Ea, bien; quebrantada<br />

está la que era puerta de las naciones; a mí se volvió; yo seré<br />

3 llena, y ella desierta; por tanto, así ha dicho Jehová el Señor:<br />

He aquí yo estoy contra ti, oh Tiro, y haré subir contra ti mu-<br />

4 chas naciones, como el mar hace subir sus olas. Y demolerán<br />

los muros de Tiro, y derribarán sus torres; y barreré de ella<br />

5 hasta su polvo, y la dejaré como una peña lisa. Tendedero<br />

de redes será en medio del mar, porque yo he hablado, dice<br />

6 Jehová el Señor; y será saqueada por las naciones. Y sus hijas<br />

que están en el campo serán muertas a espada; y sabrán que<br />

7 yo soy Jehová. Porque así ha dicho Jehová el Señor: He aquí<br />

que del norte traigo yo contra Tiro a Nabucodonosor rey de<br />

Babilonia, rey de reyes, con caballos y carros y jinetes, y tro-<br />

8 pas y mucho pueblo. Matará a espada a tus hijas que están en<br />

el campo, y pondrá contra ti torres de sitio, y levantará con-<br />

9 tra ti baluarte, y escudo afirmará contra ti. Y pondrá contra<br />

ti arietes, contra tus muros, y tus torres destruirá con hachas.<br />

10 Por la multitud de sus caballos te cubrirá el polvo de ellos; con<br />

el estruendo de su caballería y de las ruedas y de los carros,<br />

temblarán tus muros, cuando entre por tus puertas como por


1165 Ezequiel 26. 11–27. 5<br />

portillos de ciudad destruida. Con los cascos de sus caballos 11<br />

hollará todas tus calles; a tu pueblo matará a filo de espada,<br />

y tus fuertes columnas caerán a tierra. Y robarán tus rique- 12<br />

zas y saquearán tus mercaderías; arruinarán tus muros, y tus<br />

casas preciosas destruirán; y pondrán tus piedras y tu madera<br />

y tu polvo en medio de las aguas. Y haré cesar el estrépito 13<br />

de tus canciones, y no se oirá más el son de tus cítaras. Y te 14<br />

pondré como una peña lisa; tendedero de redes serás, y nunca<br />

más serás edificada; porque yo Jehová he hablado, dice Jehová<br />

el Señor. Así ha dicho Jehová el Señor a Tiro: ¿No se estre- 15<br />

mecerán las costas al estruendo de tu caída, cuando griten los<br />

heridos, cuando se haga la matanza en medio de ti? Enton- 16<br />

ces todos los príncipes del mar descenderán de sus tronos, y<br />

se quitarán sus mantos, y desnudarán sus ropas bordadas; de<br />

espanto se vestirán, se sentarán sobre la tierra, y temblarán<br />

a cada momento, y estarán atónitos sobre ti. Y levantarán 17<br />

sobre ti endechas, y te dirán: ¿Cómo pereciste tú, poblada por<br />

gente de mar, ciudad que era alabada, que era fuerte en el mar,<br />

ella y sus habitantes, que infundían terror a todos los que la<br />

rodeaban? Ahora se estremecerán las islas en el día de tu caí- 18<br />

da; sí, las islas que están en el mar se espantarán a causa de<br />

tu fin. Porque así ha dicho Jehová el Señor: Yo te convertiré 19<br />

en ciudad asolada, como las ciudades que no se habitan; haré<br />

subir sobre ti el abismo, y las muchas aguas te cubrirán. Y 20<br />

te haré descender con los que descienden al sepulcro, con los<br />

pueblos de otros siglos, y te pondré en las profundidades de la<br />

tierra, como los desiertos antiguos, con los que descienden al<br />

sepulcro, para que nunca más seas poblada; y daré gloria en<br />

la tierra de los vivientes. Te convertiré en espanto, y dejarás 21<br />

de ser; serás buscada, y nunca más serás hallada, dice Jehová<br />

el Señor.<br />

Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Tú, hijo de hombre, 27, 2<br />

levanta endechas sobre Tiro. Dirás a Tiro, que está asentada 3<br />

a las orillas del mar, la que trafica con los pueblos de muchas<br />

costas: Así ha dicho Jehová el Señor: Tiro, tú has dicho: Yo<br />

soy de perfecta hermosura. En el corazón de los mares están 4<br />

tus confines; los que te edificaron completaron tu belleza. De 5<br />

hayas del monte Senir te fabricaron todo el maderaje; tomaron


27. 6–23 Ezequiel 1166<br />

6 cedros del Líbano para hacerte el mástil. De encinas de Basán<br />

hicieron tus remos; tus bancos de pino de las costas de Quitim,<br />

7 incrustados de marfil. De lino fino bordado de Egipto era tu<br />

cortina, para que te sirviese de vela; de azul y púrpura de las<br />

8 costas de Elisa era tu pabellón. Los moradores de Sidón y<br />

de Arvad fueron tus remeros; tus sabios, oh Tiro, estaban en<br />

9 ti; ellos fueron tus pilotos. Los ancianos de Gebal y sus más<br />

hábiles obreros calafateaban tus junturas; todas las naves del<br />

mar y los remeros de ellas fueron a ti para negociar, para par-<br />

10 ticipar de tus negocios. Persas y los de Lud y Fut fueron en<br />

tu ejército tus hombres de guerra; escudos y yelmos colgaron<br />

11 en ti; ellos te dieron tu esplendor. Y los hijos de Arvad con tu<br />

ejército estuvieron sobre tus muros alrededor, y los gamadeos<br />

en tus torres; sus escudos colgaron sobre tus muros alrededor;<br />

12 ellos completaron tu hermosura. Tarsis comerciaba contigo<br />

por la abundancia de todas tus riquezas; con plata, hierro, es-<br />

13 taño y plomo comerciaba en tus ferias. Javán, Tubal y Mesec<br />

comerciaban también contigo; con hombres y con utensilios de<br />

14 bronce comerciaban en tus ferias. Los de la casa de Togarma,<br />

con caballos y corceles de guerra y mulos, comerciaban en<br />

15 tu mercado. Los hijos de Dedán traficaban contigo; muchas<br />

costas tomaban mercadería de tu mano; colmillos de marfil y<br />

16 ébano te dieron por sus pagos. Edom traficaba contigo por la<br />

multitud de tus productos; con perlas, púrpura, vestidos bor-<br />

17 dados, linos finos, corales y rubíes venía a tus ferias. Judá y<br />

la tierra de Israel comerciaban contigo; con trigos de Minit y<br />

18 Panag, miel, aceite y resina negociaban en tus mercados. Damasco<br />

comerciaba contigo por tus muchos productos, por la<br />

abundancia de toda riqueza; con vino de Helbón y lana blan-<br />

19 ca negociaban. Asimismo Dan y el errante Javán vinieron a<br />

tus ferias, para negociar en tu mercado con hierro labrado,<br />

20 mirra destilada y caña aromática. Dedán comerciaba contigo<br />

21 en paños preciosos para carros. Arabia y todos los príncipes<br />

de Cedar traficaban contigo en corderos y carneros y machos<br />

22 cabríos; en estas cosas fueron tus mercaderes. Los mercaderes<br />

de Sabá y de Raama fueron también tus mercaderes; con<br />

lo principal de toda especiería, y toda piedra preciosa, y oro,<br />

23 vinieron a tus ferias. Harán, Cane, Edén, y los mercaderes


1167 Ezequiel 27. 24–28. 4<br />

de Sabá, de Asiria y de Quilmad, contrataban contigo. Estos 24<br />

mercaderes tuyos negociaban contigo en varias cosas; en mantos<br />

de azul y bordados, y en cajas de ropas preciosas, enlazadas<br />

con cordones, y en madera de cedro. Las naves de Tarsis eran 25<br />

como tus caravanas que traían tus mercancías; así llegaste a<br />

ser opulenta, te multiplicaste en gran manera en medio de los<br />

mares. En muchas aguas te engolfaron tus remeros; viento 26<br />

solano te quebrantó en medio de los mares. Tus riquezas, tus 27<br />

mercaderías, tu tráfico, tus remeros, tus pilotos, tus calafateadores<br />

y los agentes de tus negocios, y todos tus hombres de<br />

guerra que hay en ti, con toda tu compañía que en medio de ti<br />

se halla, caerán en medio de los mares el día de tu caída. Al 28<br />

estrépito de las voces de tus marineros temblarán las costas.<br />

Descenderán de sus naves todos los que toman remo; remeros 29<br />

y todos los pilotos del mar se quedarán en tierra, y harán 30<br />

oír su voz sobre ti, y gritarán amargamente, y echarán polvo<br />

sobre sus cabezas, y se revolcarán en ceniza. Se raerán por 31<br />

ti los cabellos, se ceñirán de cilicio, y endecharán por ti endechas<br />

amargas, con amargura del alma. Y levantarán sobre ti 32<br />

endechas en sus lamentaciones, y endecharán sobre ti, diciendo:<br />

¿Quién como Tiro, como la destruida en medio del mar?<br />

Cuando tus mercaderías salían de las naves, saciabas a muchos 33<br />

pueblos; a los reyes de la tierra enriqueciste con la multitud<br />

de tus riquezas y de tu comercio. En el tiempo en que seas 34<br />

quebrantada por los mares en lo profundo de las aguas, tu comercio<br />

y toda tu compañía caerán en medio de ti. Todos los 35<br />

moradores de las costas se maravillarán sobre ti, y sus reyes<br />

temblarán de espanto; demudarán sus rostros. Los mercade- 36<br />

res en los pueblos silbarán contra ti; vendrás a ser espanto, y<br />

para siempre dejarás de ser.<br />

Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Hijo de hombre, di 28, 2<br />

al príncipe de Tiro: Así ha dicho Jehová el Señor: Por cuanto<br />

se enalteció tu corazón, y dijiste: Yo soy un dios, en el trono<br />

de Dios estoy sentado en medio de los mares (siendo tú<br />

hombre y no Dios), y has puesto tu corazón como corazón de<br />

Dios; he aquí que tú eres más sabio que Daniel; no hay se- 3<br />

creto que te sea oculto. Con tu sabiduría y con tu prudencia 4<br />

has acumulado riquezas, y has adquirido oro y plata en tus


28. 5–22 Ezequiel 1168<br />

5 tesoros. Con la grandeza de tu sabiduría en tus contrataciones<br />

has multiplicado tus riquezas; y a causa de tus riquezas<br />

6 se ha enaltecido tu corazón. Por tanto, así ha dicho Jehová<br />

el Señor: Por cuanto pusiste tu corazón como corazón de<br />

7 Dios, por tanto, he aquí yo traigo sobre ti extranjeros, los<br />

fuertes de las naciones, que desenvainarán sus espadas contra<br />

8 la hermosura de tu sabiduría, y mancharán tu esplendor. Al<br />

sepulcro te harán descender, y morirás con la muerte de los<br />

9 que mueren en medio de los mares. ¿Hablarás delante del que<br />

te mate, diciendo: Yo soy Dios? Tú, hombre eres, y no Dios, en<br />

10 la mano de tu matador. De muerte de incircuncisos morirás<br />

por mano de extranjeros; porque yo he hablado, dice Jehová<br />

11, 12 el Señor. Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Hijo de<br />

hombre, levanta endechas sobre el rey de Tiro, y dile: Así ha<br />

dicho Jehová el Señor: Tú eras el sello de la perfección, lleno<br />

13 de sabiduría, y acabado de hermosura. En Edén, en el huerto<br />

de Dios estuviste; de toda piedra preciosa era tu vestidura;<br />

de cornerina, topacio, jaspe, crisólito, berilo y ónice; de zafiro,<br />

carbunclo, esmeralda y oro; los primores de tus tamboriles y<br />

flautas estuvieron preparados para ti en el día de tu creación.<br />

14 Tú, querubín grande, protector, yo te puse en el santo monte<br />

de Dios, allí estuviste; en medio de las piedras de fuego te pa-<br />

15 seabas. Perfecto eras en todos tus caminos desde el día que<br />

16 fuiste creado, hasta que se halló en ti maldad. A causa de<br />

la multitud de tus contrataciones fuiste lleno de iniquidad, y<br />

pecaste; por lo que yo te eché del monte de Dios, y te arro-<br />

17 jé de entre las piedras del fuego, oh querubín protector. Se<br />

enalteció tu corazón a causa de tu hermosura, corrompiste tu<br />

sabiduría a causa de tu esplendor; yo te arrojaré por tierra;<br />

18 delante de los reyes te pondré para que miren en ti. Con la<br />

multitud de tus maldades y con la iniquidad de tus contrataciones<br />

profanaste tu santuario; yo, pues, saqué fuego de en<br />

medio de ti, el cual te consumió, y te puse en ceniza sobre la<br />

19 tierra a los ojos de todos los que te miran. Todos los que te<br />

conocieron de entre los pueblos se maravillarán sobre ti; es-<br />

20 panto serás, y para siempre dejarás de ser. Vino a mí palabra<br />

21 de Jehová, diciendo: Hijo de hombre, pon tu rostro hacia Si-<br />

22 dón, y profetiza contra ella, y dirás: Así ha dicho Jehová el


1169 Ezequiel 28. 23–29. 10<br />

Señor: He aquí yo estoy contra ti, oh Sidón, y en medio de ti<br />

seré glorificado; y sabrán que yo soy Jehová, cuando haga en<br />

ella juicios, y en ella me santifique. Enviaré a ella pestilencia 23<br />

y sangre en sus calles, y caerán muertos en medio de ella, con<br />

espada contra ella por todos lados; y sabrán que yo soy Jehová.<br />

Y nunca más será a la casa de Israel espina desgarradora, 24<br />

ni aguijón que le dé dolor, en medio de cuantos la rodean y la<br />

menosprecian; y sabrán que yo soy Jehová. Así ha dicho Je- 25<br />

hová el Señor: Cuando recoja a la casa de Israel de los pueblos<br />

entre los cuales está esparcida, entonces me santificaré en ellos<br />

ante los ojos de las naciones, y habitarán en su tierra, la cual<br />

di a mi siervo Jacob. Y habitarán en ella seguros, y edificarán 26<br />

casas, y plantarán viñas, y vivirán confiadamente, cuando yo<br />

haga juicios en todos los que los despojan en sus alrededores;<br />

y sabrán que yo soy Jehová su Dios.<br />

En el año décimo, en el mes décimo, a los doce días del 29<br />

mes, vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Hijo de hombre, 2<br />

pon tu rostro contra Faraón rey de Egipto, y profetiza contra<br />

él y contra todo Egipto. Habla, y di: Así ha dicho Jehová el 3<br />

Señor: He aquí yo estoy contra ti, Faraón rey de Egipto, el<br />

gran dragón que yace en medio de sus ríos, el cual dijo: Mío<br />

es el Nilo, pues yo lo hice. Yo, pues, pondré garfios en tus 4<br />

quijadas, y pegaré los peces de tus ríos a tus escamas, y te<br />

sacaré de en medio de tus ríos, y todos los peces de tus ríos<br />

saldrán pegados a tus escamas. Y te dejaré en el desierto a ti 5<br />

y a todos los peces de tus ríos; sobre la faz del campo caerás;<br />

no serás recogido, ni serás juntado; a las fieras de la tierra y<br />

a las aves del cielo te he dado por comida. Y sabrán todos 6<br />

los moradores de Egipto que yo soy Jehová, por cuanto fueron<br />

báculo de caña a la casa de Israel. Cuando te tomaron con la 7<br />

mano, te quebraste, y les rompiste todo el hombro; y cuando<br />

se apoyaron en ti, te quebraste, y les rompiste sus lomos enteramente.<br />

Por tanto, así ha dicho Jehová el Señor: He aquí que 8<br />

yo traigo contra ti espada, y cortaré de ti hombres y bestias.<br />

Y la tierra de Egipto será asolada y desierta, y sabrán que yo 9<br />

soy Jehová; por cuanto dijo: El Nilo es mío, y yo lo hice. Por 10<br />

tanto, he aquí yo estoy contra ti, y contra tus ríos; y pondré<br />

la tierra de Egipto en desolación, en la soledad del desierto,


29. 11–30. 5 Ezequiel 1170<br />

11 desde Migdol hasta Sevene, hasta el límite de Etiopía. No pasará<br />

por ella pie de hombre, ni pie de animal pasará por ella,<br />

12 ni será habitada, por cuarenta años. Y pondré a la tierra de<br />

Egipto en soledad entre las tierras asoladas, y sus ciudades<br />

entre las ciudades destruidas estarán desoladas por cuarenta<br />

años; y esparciré a Egipto entre las naciones, y lo dispersaré<br />

13 por las tierras. Porque así ha dicho Jehová el Señor: Al fin<br />

de cuarenta años recogeré a Egipto de entre los pueblos en-<br />

14 tre los cuales fueren esparcidos; y volveré a traer los cautivos<br />

de Egipto, y los llevaré a la tierra de Patros, a la tierra de<br />

15 su origen; y allí serán un reino despreciable. En comparación<br />

con los otros reinos será humilde; nunca más se alzará sobre<br />

las naciones; porque yo los disminuiré, para que no vuelvan<br />

16 a tener dominio sobre las naciones. Y no será ya más para<br />

la casa de Israel apoyo de confianza, que les haga recordar el<br />

pecado de mirar en pos de ellos; y sabrán que yo soy Jehová<br />

17 el Señor. Aconteció en el año veintisiete en el mes primero, el<br />

día primero del mes, que vino a mí palabra de Jehová, dicien-<br />

18 do: Hijo de hombre, Nabucodonosor rey de Babilonia hizo a<br />

su ejército prestar un arduo servicio contra Tiro. Toda cabeza<br />

ha quedado calva, y toda espalda desollada; y ni para él ni<br />

para su ejército hubo paga de Tiro, por el servicio que prestó<br />

19 contra ella. Por tanto, así ha dicho Jehová el Señor; He aquí<br />

que yo doy a Nabucodonosor, rey de Babilonia, la tierra de<br />

Egipto; y él tomará sus riquezas, y recogerá sus despojos, y<br />

20 arrebatará botín, y habrá paga para su ejército. Por su trabajo<br />

con que sirvió contra ella le he dado la tierra de Egipto;<br />

21 porque trabajaron para mí, dice Jehová el Señor. En aquel<br />

tiempo haré retoñar el poder de la casa de Israel. Y abriré tu<br />

boca en medio de ellos, y sabrán que yo soy Jehová.<br />

30, 2 Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Hijo de hombre,<br />

profetiza, y di: Así ha dicho Jehová el Señor: Lamentad: ¡Ay<br />

3 de aquel día! Porque cerca está el día, cerca está el día de<br />

Jehová; día de nublado, día de castigo de las naciones será.<br />

4 Y vendrá espada a Egipto, y habrá miedo en Etiopía, cuando<br />

caigan heridos en Egipto; y tomarán sus riquezas, y serán<br />

5 destruidos sus fundamentos. Etiopía, Fut, Lud, toda Arabia,<br />

Libia, y los hijos de las tierras aliadas, caerán con ellos a filo


1171 Ezequiel 30. 6–22<br />

de espada. Así ha dicho Jehová: También caerán los que sos- 6<br />

tienen a Egipto, y la altivez de su poderío caerá; desde Migdol<br />

hasta Sevene caerán en él a filo de espada, dice Jehová el Señor.<br />

Y serán asolados entre las tierras asoladas, y sus ciudades se- 7<br />

rán entre las ciudades desiertas. Y sabrán que yo soy Jehová, 8<br />

cuando ponga fuego a Egipto, y sean quebrantados todos sus<br />

ayudadores. En aquel tiempo saldrán mensajeros de delante 9<br />

de mí en naves, para espantar a Etiopía la confiada, y tendrán<br />

espanto como en el día de Egipto; porque he aquí viene.<br />

Así ha dicho Jehová el Señor: Destruiré las riquezas de Egipto 10<br />

por mano de Nabucodonosor rey de Babilonia. Él, y con él 11<br />

su pueblo, los más fuertes de las naciones, serán traídos para<br />

destruir la tierra; y desenvainarán sus espadas sobre Egipto, y<br />

llenarán de muertos la tierra. Y secaré los ríos, y entregaré la 12<br />

tierra en manos de malos, y por mano de extranjeros destruiré<br />

la tierra y cuanto en ella hay. Yo Jehová he hablado. Así ha 13<br />

dicho Jehová el Señor: Destruiré también las imágenes, y destruiré<br />

los ídolos de Menfis; y no habrá más príncipe de la tierra<br />

de Egipto, y en la tierra de Egipto pondré temor. Asolaré a 14<br />

Patros, y pondré fuego a Zoán, y haré juicios en Tebas. Y 15<br />

derramaré mi ira sobre Sin, fortaleza de Egipto, y exterminaré<br />

a la multitud de Tebas. Y pondré fuego a Egipto; Sin tendrá 16<br />

gran dolor, y Tebas será destrozada, y Menfis tendrá continuas<br />

angustias. Los jóvenes de Avén y de Pibeset caerán a filo de 17<br />

espada, y las mujeres irán en cautiverio. Y en Tafnes se os- 18<br />

curecerá el día, cuando quebrante yo allí el poder de Egipto,<br />

y cesará en ella la soberbia de su poderío; tiniebla la cubrirá,<br />

y los moradores de sus aldeas irán en cautiverio. Haré, pues, 19<br />

juicios en Egipto, y sabrán que yo soy Jehová. Aconteció en 20<br />

el año undécimo, en el mes primero, a los siete días del mes,<br />

que vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Hijo de hombre, 21<br />

he quebrado el brazo de Faraón rey de Egipto; y he aquí que<br />

no ha sido vendado poniéndole medicinas, ni poniéndole faja<br />

para ligarlo, a fin de fortalecerlo para que pueda sostener la<br />

espada. Por tanto, así ha dicho Jehová el Señor: Heme aquí 22<br />

contra Faraón rey de Egipto, y quebraré sus brazos, el fuerte<br />

y el fracturado, y haré que la espada se le caiga de la mano.


30. 23–31. 12 Ezequiel 1172<br />

23 Y esparciré a los egipcios entre las naciones, y los dispersaré<br />

24 por las tierras. Y fortaleceré los brazos del rey de Babilonia,<br />

y pondré mi espada en su mano; mas quebraré los brazos de<br />

Faraón, y delante de aquél gemirá con gemidos de herido de<br />

25 muerte. Fortaleceré, pues, los brazos del rey de Babilonia, y<br />

los brazos de Faraón caerán; y sabrán que yo soy Jehová, cuando<br />

yo ponga mi espada en la mano del rey de Babilonia, y él la<br />

26 extienda contra la tierra de Egipto. Y esparciré a los egipcios<br />

entre las naciones, y los dispersaré por las tierras; y sabrán<br />

que yo soy Jehová.<br />

31 Aconteció en el año undécimo, en el mes tercero, el día pri-<br />

2 mero del mes, que vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Hijo<br />

de hombre, di a Faraón rey de Egipto, y a su pueblo: ¿A quién<br />

3 te comparaste en tu grandeza? He aquí era el asirio cedro en<br />

el Líbano, de hermosas ramas, de frondoso ramaje y de gran-<br />

4 de altura, y su copa estaba entre densas ramas. Las aguas lo<br />

hicieron crecer, lo encumbró el abismo; sus ríos corrían alrededor<br />

de su pie, y a todos los árboles del campo enviaba sus<br />

5 corrientes. Por tanto, se encumbró su altura sobre todos los<br />

árboles del campo, y se multiplicaron sus ramas, y a causa<br />

de las muchas aguas se alargó su ramaje que había echado.<br />

6 En sus ramas hacían nido todas las aves del cielo, y debajo<br />

de su ramaje parían todas las bestias del campo, y a su som-<br />

7 bra habitaban muchas naciones. Se hizo, pues, hermoso en su<br />

grandeza con la extensión de sus ramas; porque su raíz esta-<br />

8 ba junto a muchas aguas. Los cedros no lo cubrieron en el<br />

huerto de Dios; las hayas no fueron semejantes a sus ramas, ni<br />

los castaños fueron semejantes a su ramaje; ningún árbol en<br />

9 el huerto de Dios fue semejante a él en su hermosura. Lo hice<br />

hermoso con la multitud de sus ramas; y todos los árboles del<br />

Edén, que estaban en el huerto de Dios, tuvieron de él envidia.<br />

10 Por tanto, así dijo Jehová el Señor: Ya que por ser encumbrado<br />

en altura, y haber levantado su cumbre entre densas ramas,<br />

11 su corazón se elevó con su altura, yo lo entregaré en manos<br />

del poderoso de las naciones, que de cierto le tratará según su<br />

12 maldad. Yo lo he desechado. Y lo destruirán extranjeros, los<br />

poderosos de las naciones, y lo derribarán; sus ramas caerán<br />

sobre los montes y por todos los valles, y por todos los arroyos


1173 Ezequiel 31. 13–32. 7<br />

de la tierra será quebrado su ramaje; y se irán de su sombra<br />

todos los pueblos de la tierra, y lo dejarán. Sobre su ruina 13<br />

habitarán todas las aves del cielo, y sobre sus ramas estarán<br />

todas las bestias del campo, para que no se exalten en su 14<br />

altura todos los árboles que crecen junto a las aguas, ni levanten<br />

su copa entre la espesura, ni confíen en su altura todos<br />

los que beben aguas; porque todos están destinados a muerte,<br />

a lo profundo de la tierra, entre los hijos de los hombres, con<br />

los que descienden a la fosa. Así ha dicho Jehová el Señor: El 15<br />

día que descendió al Seol, hice hacer luto, hice cubrir por él el<br />

abismo, y detuve sus ríos, y las muchas aguas fueron detenidas;<br />

al Líbano cubrí de tinieblas por él, y todos los árboles del<br />

campo se desmayaron. Del estruendo de su caída hice temblar 16<br />

a las naciones, cuando las hice descender al Seol con todos los<br />

que descienden a la sepultura; y todos los árboles escogidos<br />

del Edén, y los mejores del Líbano, todos los que beben aguas,<br />

fueron consolados en lo profundo de la tierra. También ellos 17<br />

descendieron con él al Seol, con los muertos a espada, los que<br />

fueron su brazo, los que estuvieron a su sombra en medio de<br />

las naciones. ¿A quién te has comparado así en gloria y en 18<br />

grandeza entre los árboles del Edén? Pues derribado serás con<br />

los árboles del Edén en lo profundo de la tierra; entre los incircuncisos<br />

yacerás, con los muertos a espada. Éste es Faraón<br />

y todo su pueblo, dice Jehová el Señor.<br />

Aconteció en el año duodécimo, en el mes duodécimo, el día 32<br />

primero del mes, que vino a mí palabra de Jehová, diciendo:<br />

Hijo de hombre, levanta endechas sobre Faraón rey de Egip- 2<br />

to, y dile: A leoncillo de naciones eres semejante, y eres como<br />

el dragón en los mares; pues secabas tus ríos, y enturbiabas<br />

las aguas con tus pies, y hollabas sus riberas. Así ha dicho 3<br />

Jehová el Señor: Yo extenderé sobre ti mi red con reunión de<br />

muchos pueblos, y te harán subir con mi red. Y te dejaré en 4<br />

tierra, te echaré sobre la faz del campo, y haré posar sobre ti<br />

todas las aves del cielo, y saciaré de ti a las fieras de toda la<br />

tierra. Pondré tus carnes sobre los montes, y llenaré los valles 5<br />

de tus cadáveres. Y regaré de tu sangre la tierra donde nadas, 6<br />

hasta los montes; y los arroyos se llenarán de ti. Y cuando 7<br />

te haya extinguido, cubriré los cielos, y haré entenebrecer sus


32. 8–24 Ezequiel 1174<br />

estrellas; el sol cubriré con nublado, y la luna no hará resplan-<br />

8 decer su luz. Haré entenebrecer todos los astros brillantes del<br />

cielo por ti, y pondré tinieblas sobre tu tierra, dice Jehová el<br />

9 Señor. Y entristeceré el corazón de muchos pueblos, cuando<br />

lleve al cautiverio a los tuyos entre las naciones, por las tierras<br />

10 que no conociste. Y dejaré atónitos por ti a muchos pueblos,<br />

y sus reyes tendrán horror grande a causa de ti, cuando haga<br />

resplandecer mi espada delante de sus rostros; y todos se<br />

sobresaltarán en sus ánimos a cada momento en el día de tu<br />

11 caída. Porque así ha dicho Jehová el Señor: La espada del rey<br />

12 de Babilonia vendrá sobre ti. Con espadas de fuertes haré caer<br />

tu pueblo; todos ellos serán los poderosos de las naciones; y<br />

destruirán la soberbia de Egipto, y toda su multitud será des-<br />

13 hecha. Todas sus bestias destruiré de sobre las muchas aguas;<br />

ni más las enturbiará pie de hombre, ni pezuña de bestia las<br />

14 enturbiará. Entonces haré asentarse sus aguas, y haré correr<br />

15 sus ríos como aceite, dice Jehová el Señor. Cuando asuele la<br />

tierra de Egipto, y la tierra quede despojada de todo cuanto<br />

en ella hay, cuando mate a todos los que en ella moran, sabrán<br />

16 que yo soy Jehová. Ésta es la endecha, y la cantarán; las hijas<br />

de las naciones la cantarán; endecharán sobre Egipto y sobre<br />

17 toda su multitud, dice Jehová el Señor. Aconteció en el año<br />

duodécimo, a los quince días del mes, que vino a mí palabra de<br />

18 Jehová, diciendo: Hijo de hombre, endecha sobre la multitud<br />

de Egipto, y despéñalo a él, y a las hijas de las naciones poderosas,<br />

a lo profundo de la tierra, con los que descienden a la<br />

19 sepultura. Porque eres tan hermoso, desciende, y yace con los<br />

20 incircuncisos. Entre los muertos a espada caerá; a la espada<br />

21 es entregado; traedlo a él y a todos sus pueblos. De en medio<br />

del Seol hablarán a él los fuertes de los fuertes, con los que<br />

le ayudaron, que descendieron y yacen con los incircuncisos<br />

22 muertos a espada. Allí está Asiria con toda su multitud; en<br />

derredor de él están sus sepulcros; todos ellos cayeron muertos<br />

23 a espada. Sus sepulcros fueron puestos a los lados de la fosa,<br />

y su gente está por los alrededores de su sepulcro; todos ellos<br />

cayeron muertos a espada, los cuales sembraron el terror en<br />

24 la tierra de los vivientes. Allí Elam, y toda su multitud por<br />

los alrededores de su sepulcro; todos ellos cayeron muertos a


1175 Ezequiel 32. 25–33. 5<br />

espada, los cuales descendieron incircuncisos a lo más profundo<br />

de la tierra, porque sembraron su terror en la tierra de los<br />

vivientes, mas llevaron su confusión con los que descienden al<br />

sepulcro. En medio de los muertos le pusieron lecho con toda 25<br />

su multitud; a sus alrededores están sus sepulcros; todos ellos<br />

incircuncisos, muertos a espada, porque fue puesto su espanto<br />

en la tierra de los vivientes, mas llevaron su confusión con los<br />

que descienden al sepulcro; él fue puesto en medio de los muertos.<br />

Allí Mesec y Tubal, y toda su multitud; sus sepulcros en 26<br />

sus alrededores; todos ellos incircuncisos, muertos a espada,<br />

porque habían sembrado su terror en la tierra de los vivientes.<br />

Y no yacerán con los fuertes de los incircuncisos que cayeron, 27<br />

los cuales descendieron al Seol con sus armas de guerra, y sus<br />

espadas puestas debajo de sus cabezas; mas sus pecados estarán<br />

sobre sus huesos, por cuanto fueron terror de fuertes en la<br />

tierra de los vivientes. Tú, pues, serás quebrantado entre los 28<br />

incircuncisos, y yacerás con los muertos a espada. Allí Edom, 29<br />

sus reyes y todos sus príncipes, los cuales con su poderío fueron<br />

puestos con los muertos a espada; ellos yacerán con los<br />

incircuncisos, y con los que descienden al sepulcro. Allí los 30<br />

príncipes del norte, todos ellos, y todos los sidonios, que con<br />

su terror descendieron con los muertos, avergonzados de su poderío,<br />

yacen también incircuncisos con los muertos a espada, y<br />

comparten su confusión con los que descienden al sepulcro. A 31<br />

éstos verá Faraón, y se consolará sobre toda su multitud; Faraón<br />

muerto a espada, y todo su ejército, dice Jehová el Señor.<br />

Porque puse mi terror en la tierra de los vivientes, también 32<br />

Faraón y toda su multitud yacerán entre los incircuncisos con<br />

los muertos a espada, dice Jehová el Señor.<br />

Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Hijo de hombre, 33, 2<br />

habla a los hijos de tu pueblo, y diles: Cuando trajere yo espada<br />

sobre la tierra, y el pueblo de la tierra tomare un hombre<br />

de su territorio y lo pusiere por atalaya, y él viere venir la 3<br />

espada sobre la tierra, y tocare trompeta y avisare al pueblo,<br />

cualquiera que oyere el sonido de la trompeta y no se aperci- 4<br />

biere, y viniendo la espada lo hiriere, su sangre será sobre su<br />

cabeza. El sonido de la trompeta oyó, y no se apercibió; su 5<br />

sangre será sobre él; mas el que se apercibiere librará su vida.


33. 6–20 Ezequiel 1176<br />

6 Pero si el atalaya viere venir la espada y no tocare la trompeta,<br />

y el pueblo no se apercibiere, y viniendo la espada, hiriere<br />

de él a alguno, éste fue tomado por causa de su pecado, pero<br />

7 demandaré su sangre de mano del atalaya. A ti, pues, hijo de<br />

hombre, te he puesto por atalaya a la casa de Israel, y oirás la<br />

8 palabra de mi boca, y los amonestarás de mi parte. Cuando<br />

yo dijere al impío: Impío, de cierto morirás; si tú no hablares<br />

para que se guarde el impío de su camino, el impío morirá por<br />

9 su pecado, pero su sangre yo la demandaré de tu mano. Y si<br />

tú avisares al impío de su camino para que se aparte de él, y<br />

él no se apartare de su camino, él morirá por su pecado, pero<br />

10 tú libraste tu vida. Tú, pues, hijo de hombre, di a la casa de<br />

Israel: Vosotros habéis hablado así, diciendo: Nuestras rebeliones<br />

y nuestros pecados están sobre nosotros, y a causa de<br />

11 ellos somos consumidos; ¿cómo, pues, viviremos? Diles: Vivo<br />

yo, dice Jehová el Señor, que no quiero la muerte del impío,<br />

sino que se vuelva el impío de su camino, y que viva. Volveos,<br />

volveos de vuestros malos caminos; ¿por qué moriréis, oh casa<br />

12 de Israel? Y tú, hijo de hombre, di a los hijos de tu pueblo:<br />

La justicia del justo no lo librará el día que se rebelare; y la<br />

impiedad del impío no le será estorbo el día que se volviere de<br />

su impiedad; y el justo no podrá vivir por su justicia el día<br />

13 que pecare. Cuando yo dijere al justo: De cierto vivirás, y él<br />

confiado en su justicia hiciere iniquidad, todas sus justicias no<br />

serán recordadas, sino que morirá por su iniquidad que hizo.<br />

14 Y cuando yo dijere al impío: De cierto morirás; si él se convir-<br />

15 tiere de su pecado, e hiciere según el derecho y la justicia, si el<br />

impío restituyere la prenda, devolviere lo que hubiere robado,<br />

y caminare en los estatutos de la vida, no haciendo iniquidad,<br />

16 vivirá ciertamente y no morirá. No se le recordará ninguno<br />

de sus pecados que había cometido; hizo según el derecho y la<br />

17 justicia; vivirá ciertamente. Luego dirán los hijos de tu pueblo:<br />

No es recto el camino del Señor; el camino de ellos es el<br />

18 que no es recto. Cuando el justo se apartare de su justicia, e<br />

19 hiciere iniquidad, morirá por ello. Y cuando el impío se apartare<br />

de su impiedad, e hiciere según el derecho y la justicia,<br />

20 vivirá por ello. Y dijisteis: No es recto el camino del Señor. Yo<br />

os juzgaré, oh casa de Israel, a cada uno conforme a sus cami-


1177 Ezequiel 33. 21–34. 2<br />

nos. Aconteció en el año duodécimo de nuestro cautiverio, en 21<br />

el mes décimo, a los cinco días del mes, que vino a mí un fugitivo<br />

de Jerusalén, diciendo: La ciudad ha sido conquistada. Y 22<br />

la mano de Jehová había sido sobre mí la tarde antes de llegar<br />

el fugitivo, y había abierto mi boca, hasta que vino a mí por la<br />

mañana; y abrió mi boca, y ya no más estuve callado. Y vino 23<br />

a mí palabra de Jehová, diciendo: Hijo de hombre, los que 24<br />

habitan aquellos lugares asolados en la tierra de Israel hablan<br />

diciendo: Abraham era uno, y poseyó la tierra; pues nosotros<br />

somos muchos; a nosotros nos es dada la tierra en posesión.<br />

Por tanto, diles: Así ha dicho Jehová el Señor: ¿Comeréis con 25<br />

sangre, y a vuestros ídolos alzaréis vuestros ojos, y derramaréis<br />

sangre, y poseeréis vosotros la tierra? Estuvisteis sobre 26<br />

vuestras espadas, hicisteis abominación, y contaminasteis cada<br />

cual a la mujer de su prójimo; ¿y habréis de poseer la tierra?<br />

Les dirás así: Así ha dicho Jehová el Señor: Vivo yo, que los 27<br />

que están en aquellos lugares asolados caerán a espada, y al<br />

que está sobre la faz del campo entregaré a las fieras para que<br />

lo devoren; y los que están en las fortalezas y en las cuevas,<br />

de pestilencia morirán. Y convertiré la tierra en desierto y 28<br />

en soledad, y cesará la soberbia de su poderío; y los montes<br />

de Israel serán asolados hasta que no haya quien pase. Y sa- 29<br />

brán que yo soy Jehová, cuando convierta la tierra en soledad<br />

y desierto, por todas las abominaciones que han hecho. Y tú, 30<br />

hijo de hombre, los hijos de tu pueblo se mofan de ti junto a<br />

las paredes y a las puertas de las casas, y habla el uno con el<br />

otro, cada uno con su hermano, diciendo: Venid ahora, y oíd<br />

qué palabra viene de Jehová. Y vendrán a ti como viene el 31<br />

pueblo, y estarán delante de ti como pueblo mío, y oirán tus<br />

palabras, y no las pondrán por obra; antes hacen halagos con<br />

sus bocas, y el corazón de ellos anda en pos de su avaricia. Y 32<br />

he aquí que tú eres a ellos como cantor de amores, hermoso de<br />

voz y que canta bien; y oirán tus palabras, pero no las pondrán<br />

por obra. Pero cuando ello viniere (y viene ya), sabrán que 33<br />

hubo profeta entre ellos.<br />

Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Hijo de hombre, 34, 2<br />

profetiza contra los pastores de Israel; profetiza, y di a los<br />

pastores: Así ha dicho Jehová el Señor: ¡Ay de los pastores de


34. 3–17 Ezequiel 1178<br />

Israel, que se apacientan a sí mismos! ¿No apacientan los pas-<br />

3 tores a los rebaños? Coméis la grosura, y os vestís de la lana;<br />

4 la engordada degolláis, mas no apacentáis a las ovejas. No<br />

fortalecisteis las débiles, ni curasteis la enferma; no vendasteis<br />

la perniquebrada, no volvisteis al redil la descarriada, ni buscasteis<br />

la perdida, sino que os habéis enseñoreado de ellas con<br />

5 dureza y con violencia. Y andan errantes por falta de pastor,<br />

y son presa de todas las fieras del campo, y se han dispersado.<br />

6 Anduvieron perdidas mis ovejas por todos los montes, y en todo<br />

collado alto; y en toda la faz de la tierra fueron esparcidas<br />

mis ovejas, y no hubo quien las buscase, ni quien preguntase<br />

7, 8 por ellas. Por tanto, pastores, oíd palabra de Jehová: Vivo<br />

yo, ha dicho Jehová el Señor, que por cuanto mi rebaño fue<br />

para ser robado, y mis ovejas fueron para ser presa de todas<br />

las fieras del campo, sin pastor; ni mis pastores buscaron mis<br />

ovejas, sino que los pastores se apacentaron a sí mismos, y no<br />

9 apacentaron mis ovejas; por tanto, oh pastores, oíd palabra<br />

10 de Jehová. Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí, yo estoy<br />

contra los pastores; y demandaré mis ovejas de su mano, y<br />

les haré dejar de apacentar las ovejas; ni los pastores se apacentarán<br />

más a sí mismos, pues yo libraré mis ovejas de sus<br />

11 bocas, y no les serán más por comida. Porque así ha dicho<br />

Jehová el Señor: He aquí yo, yo mismo iré a buscar mis ovejas,<br />

12 y las reconoceré. Como reconoce su rebaño el pastor el día<br />

que está en medio de sus ovejas esparcidas, así reconoceré mis<br />

ovejas, y las libraré de todos los lugares en que fueron espar-<br />

13 cidas el día del nublado y de la oscuridad. Y yo las sacaré de<br />

los pueblos, y las juntaré de las tierras; las traeré a su propia<br />

tierra, y las apacentaré en los montes de Israel, por las riberas,<br />

14 y en todos los lugares habitados del país. En buenos pastos<br />

las apacentaré, y en los altos montes de Israel estará su aprisco;<br />

allí dormirán en buen redil, y en pastos suculentos serán<br />

15 apacentadas sobre los montes de Israel. Yo apacentaré mis<br />

16 ovejas, y yo les daré aprisco, dice Jehová el Señor. Yo buscaré<br />

la perdida, y haré volver al redil la descarriada; vendaré<br />

la perniquebrada, y fortaleceré la débil; mas a la engordada<br />

17 y a la fuerte destruiré; las apacentaré con justicia. Mas en<br />

cuanto a vosotras, ovejas mías, así ha dicho Jehová el Señor:


1179 Ezequiel 34. 18–35. 5<br />

He aquí yo juzgo entre oveja y oveja, entre carneros y machos<br />

cabríos. ¿Os es poco que comáis los buenos pastos, sino que 18<br />

también holláis con vuestros pies lo que de vuestros pastos<br />

queda; y que bebiendo las aguas claras, enturbiáis además con<br />

vuestros pies las que quedan? Y mis ovejas comen lo holla- 19<br />

do de vuestros pies, y beben lo que con vuestros pies habéis<br />

enturbiado. Por tanto, así les dice Jehová el Señor: He aquí 20<br />

yo, yo juzgaré entre la oveja engordada y la oveja flaca, por 21<br />

cuanto empujasteis con el costado y con el hombro, y acorneasteis<br />

con vuestros cuernos a todas las débiles, hasta que las<br />

echasteis y las dispersasteis. Yo salvaré a mis ovejas, y nunca 22<br />

más serán para rapiña; y juzgaré entre oveja y oveja. Y le- 23<br />

vantaré sobre ellas a un pastor, y él las apacentará; a mi siervo<br />

David, él las apacentará, y él les será por pastor. Yo Jeho- 24<br />

vá les seré por Dios, y mi siervo David príncipe en medio de<br />

ellos. Yo Jehová he hablado. Y estableceré con ellos pacto de 25<br />

paz, y quitaré de la tierra las fieras; y habitarán en el desierto<br />

con seguridad, y dormirán en los bosques. Y daré bendición 26<br />

a ellas y a los alrededores de mi collado, y haré descender la<br />

lluvia en su tiempo; lluvias de bendición serán. Y el árbol del 27<br />

campo dará su fruto, y la tierra dará su fruto, y estarán sobre<br />

su tierra con seguridad; y sabrán que yo soy Jehová, cuando<br />

rompa las coyundas de su yugo, y los libre de mano de los que<br />

se sirven de ellos. No serán más por despojo de las naciones, 28<br />

ni las fieras de la tierra las devorarán; sino que habitarán con<br />

seguridad, y no habrá quien las espante. Y levantaré para 29<br />

ellos una planta de renombre, y no serán ya más consumidos<br />

de hambre en la tierra, ni ya más serán avergonzados por las<br />

naciones. Y sabrán que yo Jehová su Dios estoy con ellos, y 30<br />

ellos son mi pueblo, la casa de Israel, dice Jehová el Señor. Y 31<br />

vosotras, ovejas mías, ovejas de mi pasto, hombres sois, y yo<br />

vuestro Dios, dice Jehová el Señor.<br />

Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Hijo de hombre, 35, 2<br />

pon tu rostro hacia el monte de Seir, y profetiza contra él, y 3<br />

dile: Así ha dicho Jehová el Señor: He aquí yo estoy contra ti,<br />

oh monte de Seir, y extenderé mi mano contra ti, y te convertiré<br />

en desierto y en soledad. A tus ciudades asolaré, y tú 4<br />

serás asolado; y sabrás que yo soy Jehová. Por cuanto tuviste 5


35. 6–36. 5 Ezequiel 1180<br />

enemistad perpetua, y entregaste a los hijos de Israel al poder<br />

de la espada en el tiempo de su aflicción, en el tiempo extrema-<br />

6 damente malo, por tanto, vivo yo, dice Jehová el Señor, que a<br />

sangre te destinaré, y sangre te perseguirá; y porque la sangre<br />

7 no aborreciste, sangre te perseguirá. Y convertiré al monte<br />

de Seir en desierto y en soledad, y cortaré de él al que vaya<br />

8 y al que venga. Y llenaré sus montes de sus muertos; en tus<br />

collados, en tus valles y en todos tus arroyos, caerán muertos a<br />

9 espada. Yo te pondré en asolamiento perpetuo, y tus ciudades<br />

10 nunca más se restaurarán; y sabréis que yo soy Jehová. Por<br />

cuanto dijiste: Las dos naciones y las dos tierras serán mías, y<br />

11 tomaré posesión de ellas; estando allí Jehová; por tanto, vivo<br />

yo, dice Jehová el Señor, yo haré conforme a tu ira, y conforme<br />

a tu celo con que procediste, a causa de tus enemistades con<br />

12 ellos; y seré conocido en ellos, cuando te juzgue. Y sabrás que<br />

yo Jehová he oído todas tus injurias que proferiste contra los<br />

montes de Israel, diciendo: Destruidos son, nos han sido dados<br />

13 para que los devoremos. Y os engrandecisteis contra mí con<br />

vuestra boca, y multiplicasteis contra mí vuestras palabras. Yo<br />

14 lo oí. Así ha dicho Jehová el Señor: Para que toda la tierra se<br />

15 regocije, yo te haré una desolación. Como te alegraste sobre<br />

la heredad de la casa de Israel, porque fue asolada, así te haré<br />

a ti; asolado será el monte de Seir, y todo Edom, todo él; y<br />

sabrán que yo soy Jehová.<br />

36 Tú, hijo de hombre, profetiza a los montes de Israel, y di:<br />

2 Montes de Israel, oíd palabra de Jehová. Así ha dicho Jehová<br />

el Señor: Por cuanto el enemigo dijo de vosotros: ¡Ea! también<br />

3 las alturas eternas nos han sido dadas por heredad; profetiza,<br />

por tanto, y di: Así ha dicho Jehová el Señor: Por cuanto os<br />

asolaron y os tragaron de todas partes, para que fueseis heredad<br />

de las otras naciones, y se os ha hecho caer en boca de<br />

4 habladores y ser el oprobio de los pueblos, por tanto, montes<br />

de Israel, oíd palabra de Jehová el Señor: Así ha dicho Jehová<br />

el Señor a los montes y a los collados, a los arroyos y a los<br />

valles, a las ruinas y asolamientos y a las ciudades desamparadas,<br />

que fueron puestas por botín y escarnio de las otras<br />

5 naciones alrededor; por eso, así ha dicho Jehová el Señor: He<br />

hablado por cierto en el fuego de mi celo contra las demás na-


1181 Ezequiel 36. 6–21<br />

ciones, y contra todo Edom, que se disputaron mi tierra por<br />

heredad con alegría, de todo corazón y con enconamiento de<br />

ánimo, para que sus expulsados fuesen presa suya. Por tanto, 6<br />

profetiza sobre la tierra de Israel, y di a los montes y a los<br />

collados, y a los arroyos y a los valles: Así ha dicho Jehová<br />

el Señor: He aquí, en mi celo y en mi furor he hablado, por<br />

cuanto habéis llevado el oprobio de las naciones. Por lo cual 7<br />

así ha dicho Jehová el Señor: Yo he alzado mi mano, he jurado<br />

que las naciones que están a vuestro alrededor han de llevar<br />

su afrenta. Mas vosotros, oh montes de Israel, daréis vuestras 8<br />

ramas, y llevaréis vuestro fruto para mi pueblo Israel; porque<br />

cerca están para venir. Porque he aquí, yo estoy por voso- 9<br />

tros, y a vosotros me volveré, y seréis labrados y sembrados.<br />

Y haré multiplicar sobre vosotros hombres, a toda la casa de 10<br />

Israel, toda ella; y las ciudades serán habitadas, y edificadas<br />

las ruinas. Multiplicaré sobre vosotros hombres y ganado, y 11<br />

serán multiplicados y crecerán; y os haré morar como solíais<br />

antiguamente, y os haré mayor bien que en vuestros principios;<br />

y sabréis que yo soy Jehová. Y haré andar hombres sobre vo- 12<br />

sotros, a mi pueblo Israel; y tomarán posesión de ti, y les serás<br />

por heredad, y nunca más les matarás los hijos. Así ha dicho 13<br />

Jehová el Señor: Por cuanto dicen de vosotros: Comedora de<br />

hombres, y matadora de los hijos de tu nación has sido; por 14<br />

tanto, no devorarás más hombres, y nunca más matarás a los<br />

hijos de tu nación, dice Jehová el Señor. Y nunca más te haré 15<br />

oír injuria de naciones, ni más llevarás denuestos de pueblos, ni<br />

harás más morir a los hijos de tu nación, dice Jehová el Señor.<br />

Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Hijo de hombre, mien- 16, 17<br />

tras la casa de Israel moraba en su tierra, la contaminó con sus<br />

caminos y con sus obras; como inmundicia de menstruosa fue<br />

su camino delante de mí. Y derramé mi ira sobre ellos por la 18<br />

sangre que derramaron sobre la tierra; porque con sus ídolos<br />

la contaminaron. Les esparcí por las naciones, y fueron dis- 19<br />

persados por las tierras; conforme a sus caminos y conforme a<br />

sus obras les juzgué. Y cuando llegaron a las naciones adon- 20<br />

de fueron, profanaron mi santo nombre, diciéndose de ellos:<br />

Éstos son pueblo de Jehová, y de la tierra de él han salido.<br />

Pero he tenido dolor al ver mi santo nombre profanado por la 21


36. 22–37 Ezequiel 1182<br />

22 casa de Israel entre las naciones adonde fueron. Por tanto, di<br />

a la casa de Israel: Así ha dicho Jehová el Señor: No lo hago<br />

por vosotros, oh casa de Israel, sino por causa de mi santo<br />

nombre, el cual profanasteis vosotros entre las naciones adon-<br />

23 de habéis llegado. Y santificaré mi grande nombre, profanado<br />

entre las naciones, el cual profanasteis vosotros en medio de<br />

ellas; y sabrán las naciones que yo soy Jehová, dice Jehová el<br />

Señor, cuando sea santificado en vosotros delante de sus ojos.<br />

24 Y yo os tomaré de las naciones, y os recogeré de todas las<br />

25 tierras, y os traeré a vuestro país. Esparciré sobre vosotros<br />

agua limpia, y seréis limpiados de todas vuestras inmundicias;<br />

26 y de todos vuestros ídolos os limpiaré. Os daré corazón nuevo,<br />

y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra<br />

carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne.<br />

27 Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis<br />

en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por<br />

28 obra. Habitaréis en la tierra que di a vuestros padres, y vos-<br />

29 otros me seréis por pueblo, y yo seré a vosotros por Dios. Y<br />

os guardaré de todas vuestras inmundicias; y llamaré al trigo,<br />

30 y lo multiplicaré, y no os daré hambre. Multiplicaré asimismo<br />

el fruto de los árboles, y el fruto de los campos, para que<br />

31 nunca más recibáis oprobio de hambre entre las naciones. Y<br />

os acordaréis de vuestros malos caminos, y de vuestras obras<br />

que no fueron buenas; y os avergonzaréis de vosotros mismos<br />

32 por vuestras iniquidades y por vuestras abominaciones. No<br />

lo hago por vosotros, dice Jehová el Señor, sabedlo bien; avergonzaos<br />

y cubríos de confusión por vuestras iniquidades, casa<br />

33 de Israel. Así ha dicho Jehová el Señor: El día que os limpie<br />

de todas vuestras iniquidades, haré también que sean habita-<br />

34 das las ciudades, y las ruinas serán reedificadas. Y la tierra<br />

asolada será labrada, en lugar de haber permanecido asolada<br />

35 a ojos de todos los que pasaron. Y dirán: Esta tierra que era<br />

asolada ha venido a ser como huerto del Edén; y estas ciudades<br />

que eran desiertas y asoladas y arruinadas, están fortificadas<br />

36 y habitadas. Y las naciones que queden en vuestros alrededores<br />

sabrán que yo reedifiqué lo que estaba derribado, y planté<br />

37 lo que estaba desolado; yo Jehová he hablado, y lo haré. Así<br />

ha dicho Jehová el Señor: Aún seré solicitado por la casa de


1183 Ezequiel 36. 38–37. 16<br />

Israel, para hacerles esto; multiplicaré los hombres como se<br />

multiplican los rebaños. Como las ovejas consagradas, como 38<br />

las ovejas de Jerusalén en sus fiestas solemnes, así las ciudades<br />

desiertas serán llenas de rebaños de hombres; y sabrán que yo<br />

soy Jehová.<br />

La mano de Jehová vino sobre mí, y me llevó en el Espíritu 37<br />

de Jehová, y me puso en medio de un valle que estaba lleno de<br />

huesos. Y me hizo pasar cerca de ellos por todo en derredor; 2<br />

y he aquí que eran muchísimos sobre la faz del campo, y por<br />

cierto secos en gran manera. Y me dijo: Hijo de hombre, ¿vi- 3<br />

virán estos huesos? Y dije: Señor Jehová, tú lo sabes. Me dijo 4<br />

entonces: Profetiza sobre estos huesos, y diles: Huesos secos,<br />

oíd palabra de Jehová. Así ha dicho Jehová el Señor a estos 5<br />

huesos: He aquí, yo hago entrar espíritu en vosotros, y viviréis.<br />

Y pondré tendones sobre vosotros, y haré subir sobre vosotros 6<br />

carne, y os cubriré de piel, y pondré en vosotros espíritu, y<br />

viviréis; y sabréis que yo soy Jehová. Profeticé, pues, como 7<br />

me fue mandado; y hubo un ruido mientras yo profetizaba, y<br />

he aquí un temblor; y los huesos se juntaron cada hueso con<br />

su hueso. Y miré, y he aquí tendones sobre ellos, y la carne 8<br />

subió, y la piel cubrió por encima de ellos; pero no había en<br />

ellos espíritu. Y me dijo: Profetiza al espíritu, profetiza, hijo 9<br />

de hombre, y di al espíritu: Así ha dicho Jehová el Señor: Espíritu,<br />

ven de los cuatro vientos, y sopla sobre estos muertos, y<br />

vivirán. Y profeticé como me había mandado, y entró espíri- 10<br />

tu en ellos, y vivieron, y estuvieron sobre sus pies; un ejército<br />

grande en extremo. Me dijo luego: Hijo de hombre, todos es- 11<br />

tos huesos son la casa de Israel. He aquí, ellos dicen: Nuestros<br />

huesos se secaron, y pereció nuestra esperanza, y somos del<br />

todo destruidos. Por tanto, profetiza, y diles: Así ha dicho 12<br />

Jehová el Señor: He aquí yo abro vuestros sepulcros, pueblo<br />

mío, y os haré subir de vuestras sepulturas, y os traeré a la<br />

tierra de Israel. Y sabréis que yo soy Jehová, cuando abra 13<br />

vuestros sepulcros, y os saque de vuestras sepulturas, pueblo<br />

mío. Y pondré mi Espíritu en vosotros, y viviréis, y os haré 14<br />

reposar sobre vuestra tierra; y sabréis que yo Jehová hablé, y<br />

lo hice, dice Jehová. Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: 15<br />

Hijo de hombre, toma ahora un palo, y escribe en él: Para Ju- 16


37. 17–38. 4 Ezequiel 1184<br />

dá, y para los hijos de Israel sus compañeros. Toma después<br />

otro palo, y escribe en él: Para José, palo de Efraín, y para to-<br />

17 da la casa de Israel sus compañeros. Júntalos luego el uno con<br />

el otro, para que sean uno solo, y serán uno solo en tu mano.<br />

18 Y cuando te pregunten los hijos de tu pueblo, diciendo: ¿No<br />

19 nos enseñarás qué te propones con eso?, diles: Así ha dicho<br />

Jehová el Señor: He aquí, yo tomo el palo de José que está en<br />

la mano de Efraín, y a las tribus de Israel sus compañeros, y<br />

los pondré con el palo de Judá, y los haré un solo palo, y serán<br />

20 uno en mi mano. Y los palos sobre que escribas estarán en<br />

21 tu mano delante de sus ojos, y les dirás: Así ha dicho Jehová<br />

el Señor: He aquí, yo tomo a los hijos de Israel de entre las<br />

naciones a las cuales fueron, y los recogeré de todas partes,<br />

22 y los traeré a su tierra; y los haré una nación en la tierra,<br />

en los montes de Israel, y un rey será a todos ellos por rey; y<br />

nunca más serán dos naciones, ni nunca más serán divididos<br />

23 en dos reinos. Ni se contaminarán ya más con sus ídolos, con<br />

sus abominaciones y con todas sus rebeliones; y los salvaré de<br />

todas sus rebeliones con las cuales pecaron, y los limpiaré; y<br />

24 me serán por pueblo, y yo a ellos por Dios. Mi siervo David<br />

será rey sobre ellos, y todos ellos tendrán un solo pastor; y<br />

andarán en mis preceptos, y mis estatutos guardarán, y los<br />

25 pondrán por obra. Habitarán en la tierra que di a mi siervo<br />

Jacob, en la cual habitaron vuestros padres; en ella habitarán<br />

ellos, sus hijos y los hijos de sus hijos para siempre; y mi siervo<br />

26 David será príncipe de ellos para siempre. Y haré con ellos<br />

pacto de paz, pacto perpetuo será con ellos; y los estableceré y<br />

los multiplicaré, y pondré mi santuario entre ellos para siem-<br />

27 pre. Estará en medio de ellos mi tabernáculo, y seré a ellos<br />

28 por Dios, y ellos me serán por pueblo. Y sabrán las naciones<br />

que yo Jehová santifico a Israel, estando mi santuario en medio<br />

de ellos para siempre.<br />

38, 2 Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: Hijo de hombre,<br />

pon tu rostro contra Gog en tierra de Magog, príncipe sobera-<br />

3 no de Mesec y Tubal, y profetiza contra él, y di: Así ha dicho<br />

Jehová el Señor: He aquí, yo estoy contra ti, oh Gog, prínci-<br />

4 pe soberano de Mesec y Tubal. Y te quebrantaré, y pondré<br />

garfios en tus quijadas, y te sacaré a ti y a todo tu ejército,


1185 Ezequiel 38. 5–18<br />

caballos y jinetes, de todo en todo equipados, gran multitud<br />

con paveses y escudos, teniendo todos ellos espadas; Persia, 5<br />

Cus y Fut con ellos; todos ellos con escudo y yelmo; Gomer, 6<br />

y todas sus tropas; la casa de Togarma, de los confines del<br />

norte, y todas sus tropas; muchos pueblos contigo. Prepárate 7<br />

y apercíbete, tú y toda tu multitud que se ha reunido a ti,<br />

y sé tú su guarda. De aquí a muchos días serás visitado; al 8<br />

cabo de años vendrás a la tierra salvada de la espada, recogida<br />

de muchos pueblos, a los montes de Israel, que siempre fueron<br />

una desolación; mas fue sacada de las naciones, y todos ellos<br />

morarán confiadamente. Subirás tú, y vendrás como tempes- 9<br />

tad; como nublado para cubrir la tierra serás tú y todas tus<br />

tropas, y muchos pueblos contigo. Así ha dicho Jehová el Se- 10<br />

ñor: En aquel día subirán palabras en tu corazón, y concebirás<br />

mal pensamiento, y dirás: Subiré contra una tierra indefensa, 11<br />

iré contra gentes tranquilas que habitan confiadamente; todas<br />

ellas habitan sin muros, y no tienen cerrojos ni puertas; para 12<br />

arrebatar despojos y para tomar botín, para poner tus manos<br />

sobre las tierras desiertas ya pobladas, y sobre el pueblo recogido<br />

de entre las naciones, que se hace de ganado y posesiones,<br />

que mora en la parte central de la tierra. Sabá y Dedán, y 13<br />

los mercaderes de Tarsis y todos sus príncipes, te dirán: ¿Has<br />

venido a arrebatar despojos? ¿Has reunido tu multitud para<br />

tomar botín, para quitar plata y oro, para tomar ganados y<br />

posesiones, para tomar grandes despojos? Por tanto, profeti- 14<br />

za, hijo de hombre, y di a Gog: Así ha dicho Jehová el Señor:<br />

En aquel tiempo, cuando mi pueblo Israel habite con seguridad,<br />

¿no lo sabrás tú? Vendrás de tu lugar, de las regiones 15<br />

del norte, tú y muchos pueblos contigo, todos ellos a caballo,<br />

gran multitud y poderoso ejército, y subirás contra mi 16<br />

pueblo Israel como nublado para cubrir la tierra; será al cabo<br />

de los días; y te traeré sobre mi tierra, para que las naciones<br />

me conozcan, cuando sea santificado en ti, oh Gog, delante de<br />

sus ojos. Así ha dicho Jehová el Señor: ¿No eres tú aquel de 17<br />

quien hablé yo en tiempos pasados por mis siervos los profetas<br />

de Israel, los cuales profetizaron en aquellos tiempos que yo<br />

te había de traer sobre ellos? En aquel tiempo, cuando venga 18<br />

Gog contra la tierra de Israel, dijo Jehová el Señor, subirá mi


38. 19–39. 11 Ezequiel 1186<br />

19 ira y mi enojo. Porque he hablado en mi celo, y en el fuego<br />

de mi ira: Que en aquel tiempo habrá gran temblor sobre la<br />

20 tierra de Israel; que los peces del mar, las aves del cielo, las<br />

bestias del campo y toda serpiente que se arrastra sobre la<br />

tierra, y todos los hombres que están sobre la faz de la tierra,<br />

temblarán ante mi presencia; y se desmoronarán los montes,<br />

21 y los vallados caerán, y todo muro caerá a tierra. Y en todos<br />

mis montes llamaré contra él la espada, dice Jehová el Señor;<br />

22 la espada de cada cual será contra su hermano. Y yo litigaré<br />

contra él con pestilencia y con sangre; y haré llover sobre él,<br />

sobre sus tropas y sobre los muchos pueblos que están con él,<br />

23 impetuosa lluvia, y piedras de granizo, fuego y azufre. Y seré<br />

engrandecido y santificado, y seré conocido ante los ojos de<br />

muchas naciones; y sabrán que yo soy Jehová.<br />

39 Tú pues, hijo de hombre, profetiza contra Gog, y di: Así<br />

ha dicho Jehová el Señor: He aquí yo estoy contra ti, oh Gog,<br />

2 príncipe soberano de Mesec y Tubal. Y te quebrantaré, y te<br />

conduciré y te haré subir de las partes del norte, y te trae-<br />

3 ré sobre los montes de Israel; y sacaré tu arco de tu mano<br />

4 izquierda, y derribaré tus saetas de tu mano derecha. Sobre<br />

los montes de Israel caerás tú y todas tus tropas, y los pueblos<br />

que fueron contigo; a aves de rapiña de toda especie, y a<br />

5 las fieras del campo, te he dado por comida. Sobre la faz del<br />

6 campo caerás; porque yo he hablado, dice Jehová el Señor. Y<br />

enviaré fuego sobre Magog, y sobre los que moran con seguri-<br />

7 dad en las costas; y sabrán que yo soy Jehová. Y haré notorio<br />

mi santo nombre en medio de mi pueblo Israel, y nunca más<br />

dejaré profanar mi santo nombre; y sabrán las naciones que yo<br />

8 soy Jehová, el Santo en Israel. He aquí viene, y se cumplirá,<br />

9 dice Jehová el Señor; éste es el día del cual he hablado. Y<br />

los moradores de las ciudades de Israel saldrán, y encenderán<br />

y quemarán armas, escudos, paveses, arcos y saetas, dardos<br />

de mano y lanzas; y los quemarán en el fuego por siete años.<br />

10 No traerán leña del campo, ni cortarán de los bosques, sino<br />

quemarán las armas en el fuego; y despojarán a sus despojadores,<br />

y robarán a los que les robaron, dice Jehová el Señor.<br />

11 En aquel tiempo yo daré a Gog lugar para sepultura allí en<br />

Israel, el valle de los que pasan al oriente del mar; y obstrui-


1187 Ezequiel 39. 12–27<br />

rá el paso a los transeúntes, pues allí enterrarán a Gog y a<br />

toda su multitud; y lo llamarán el Valle de Hamón-gog. Y 12<br />

la casa de Israel los estará enterrando por siete meses, para<br />

limpiar la tierra. Los enterrará todo el pueblo de la tierra; 13<br />

y será para ellos célebre el día en que yo sea glorificado, dice<br />

Jehová el Señor. Y tomarán hombres a jornal que vayan 14<br />

por el país con los que viajen, para enterrar a los que queden<br />

sobre la faz de la tierra, a fin de limpiarla; al cabo de siete<br />

meses harán el reconocimiento. Y pasarán los que irán por el 15<br />

país, y el que vea los huesos de algún hombre pondrá junto a<br />

ellos una señal, hasta que los entierren los sepultureros en el<br />

valle de Hamón-gog. Y también el nombre de la ciudad será 16<br />

Hamona; y limpiarán la tierra. Y tú, hijo de hombre, así ha 17<br />

dicho Jehová el Señor: Di a las aves de toda especie, y a toda<br />

fiera del campo: Juntaos, y venid; reuníos de todas partes<br />

a mi víctima que sacrifico para vosotros, un sacrificio grande<br />

sobre los montes de Israel; y comeréis carne y beberéis sangre.<br />

Comeréis carne de fuertes, y beberéis sangre de príncipes de 18<br />

la tierra; de carneros, de corderos, de machos cabríos, de bueyes<br />

y de toros, engordados todos en Basán. Comeréis grosura 19<br />

hasta saciaros, y beberéis hasta embriagaros de sangre de las<br />

víctimas que para vosotros sacrifiqué. Y os saciaréis sobre mi 20<br />

mesa, de caballos y de jinetes fuertes y de todos los hombres<br />

de guerra, dice Jehová el Señor. Y pondré mi gloria entre las 21<br />

naciones, y todas las naciones verán mi juicio que habré hecho,<br />

y mi mano que sobre ellos puse. Y de aquel día en adelante 22<br />

sabrá la casa de Israel que yo soy Jehová su Dios. Y sabrán 23<br />

las naciones que la casa de Israel fue llevada cautiva por su pecado,<br />

por cuanto se rebelaron contra mí, y yo escondí de ellos<br />

mi rostro, y los entregué en manos de sus enemigos, y cayeron<br />

todos a espada. Conforme a su inmundicia y conforme a sus 24<br />

rebeliones hice con ellos, y de ellos escondí mi rostro. Por tan- 25<br />

to, así ha dicho Jehová el Señor: Ahora volveré la cautividad<br />

de Jacob, y tendré misericordia de toda la casa de Israel, y<br />

me mostraré celoso por mi santo nombre. Y ellos sentirán su 26<br />

vergüenza, y toda su rebelión con que prevaricaron contra mí,<br />

cuando habiten en su tierra con seguridad, y no haya quien los<br />

espante; cuando los saque de entre los pueblos, y los reúna 27


39. 28–40. 12 Ezequiel 1188<br />

de la tierra de sus enemigos, y sea santificado en ellos ante<br />

28 los ojos de muchas naciones. Y sabrán que yo soy Jehová su<br />

Dios, cuando después de haberlos llevado al cautiverio entre<br />

las naciones, los reúna sobre su tierra, sin dejar allí a ninguno<br />

29 de ellos. Ni esconderé más de ellos mi rostro; porque habré<br />

derramado de mi Espíritu sobre la casa de Israel, dice Jehová<br />

el Señor.<br />

40 En el año veinticinco de nuestro cautiverio, al principio del<br />

año, a los diez días del mes, a los catorce años después que la<br />

ciudad fue conquistada, en aquel mismo día vino sobre mí la<br />

2 mano de Jehová, y me llevó allá. En visiones de Dios me llevó<br />

a la tierra de Israel, y me puso sobre un monte muy alto, sobre<br />

el cual había un edificio parecido a una gran ciudad, hacia la<br />

3 parte sur. Me llevó allí, y he aquí un varón, cuyo aspecto era<br />

como aspecto de bronce; y tenía un cordel de lino en su mano,<br />

4 y una caña de medir; y él estaba a la puerta. Y me habló aquel<br />

varón, diciendo: Hijo de hombre, mira con tus ojos, y oye con<br />

tus oídos, y pon tu corazón a todas las cosas que te muestro;<br />

porque para que yo te las mostrase has sido traído aquí. Cuenta<br />

5 todo lo que ves a la casa de Israel. Y he aquí un muro fuera de<br />

la casa; y la caña de medir que aquel varón tenía en la mano<br />

era de seis codos de a codo y palmo menor; y midió el espesor<br />

6 del muro, de una caña, y la altura, de otra caña. Después<br />

vino a la puerta que mira hacia el oriente, y subió por sus<br />

gradas, y midió un poste de la puerta, de una caña de ancho,<br />

7 y el otro poste, de otra caña de ancho. Y cada cámara tenía<br />

una caña de largo, y una caña de ancho; y entre las cámaras<br />

había cinco codos de ancho; y cada poste de la puerta junto a<br />

8 la entrada de la puerta por dentro, una caña. Midió asimismo<br />

9 la entrada de la puerta por dentro, una caña. Midió luego la<br />

entrada del portal, de ocho codos, y sus postes de dos codos;<br />

10 y la puerta del portal estaba por el lado de adentro. Y la<br />

puerta oriental tenía tres cámaras a cada lado, las tres de<br />

una medida; también de una medida los portales a cada lado.<br />

11 Midió el ancho de la entrada de la puerta, de diez codos, y la<br />

12 longitud del portal, de trece codos. El espacio delante de las<br />

cámaras era de un codo a un lado, y de otro codo al otro lado;<br />

y cada cámara tenía seis codos por un lado, y seis codos por


1189 Ezequiel 40. 13–30<br />

el otro. Midió la puerta desde el techo de una cámara hasta 13<br />

el techo de la otra, veinticinco codos de ancho, puerta contra<br />

puerta. Y midió los postes, de sesenta codos, cada poste del 14<br />

atrio y del portal todo en derredor. Y desde el frente de la 15<br />

puerta de la entrada hasta el frente de la entrada de la puerta<br />

interior, cincuenta codos. Y había ventanas estrechas en las 16<br />

cámaras, y en sus portales por dentro de la puerta alrededor,<br />

y asimismo en los corredores; y las ventanas estaban alrededor<br />

por dentro; y en cada poste había palmeras. Me llevó luego 17<br />

al atrio exterior, y he aquí había cámaras, y estaba enlosado<br />

todo en derredor; treinta cámaras había alrededor en aquel<br />

atrio. El enlosado a los lados de las puertas, en proporción 18<br />

a la longitud de los portales, era el enlosado más bajo. Y 19<br />

midió la anchura desde el frente de la puerta de abajo hasta<br />

el frente del atrio interior por fuera, de cien codos hacia el<br />

oriente y el norte. Y de la puerta que estaba hacia el norte en 20<br />

el atrio exterior, midió su longitud y su anchura. Sus cámaras 21<br />

eran tres de un lado, y tres del otro; y sus postes y sus arcos<br />

eran como la medida de la puerta primera: cincuenta codos<br />

de longitud, y veinticinco de ancho. Y sus ventanas y sus 22<br />

arcos y sus palmeras eran conforme a la medida de la puerta<br />

que estaba hacia el oriente; y se subía a ella por siete gradas, y<br />

delante de ellas estaban sus arcos. La puerta del atrio interior 23<br />

estaba enfrente de la puerta hacia el norte, y así al oriente; y<br />

midió de puerta a puerta, cien codos. Me llevó después hacia 24<br />

el sur, y he aquí una puerta hacia el sur; y midió sus portales<br />

y sus arcos conforme a estas medidas. Y tenía sus ventanas 25<br />

y sus arcos alrededor, como las otras ventanas; la longitud<br />

era de cincuenta codos, y el ancho de veinticinco codos. Sus 26<br />

gradas eran de siete peldaños, con sus arcos delante de ellas;<br />

y tenía palmeras, una de un lado, y otra del otro lado, en sus<br />

postes. Había también puerta hacia el sur del atrio interior; 27<br />

y midió de puerta a puerta hacia el sur cien codos. Me llevó 28<br />

después en el atrio de adentro a la puerta del sur, y midió la<br />

puerta del sur conforme a estas medidas. Sus cámaras y sus 29<br />

postes y sus arcos eran conforme a estas medidas, y tenía sus<br />

ventanas y sus arcos alrededor; la longitud era de cincuenta<br />

codos, y de veinticinco codos el ancho. Los arcos alrededor 30


40. 31–47 Ezequiel 1190<br />

31 eran de veinticinco codos de largo, y cinco codos de ancho. Y<br />

sus arcos caían afuera al atrio, con palmeras en sus postes; y<br />

32 sus gradas eran de ocho peldaños. Y me llevó al atrio interior<br />

hacia el oriente, y midió la puerta conforme a estas medidas.<br />

33 Eran sus cámaras y sus postes y sus arcos conforme a estas<br />

medidas, y tenía sus ventanas y sus arcos alrededor; la longitud<br />

34 era de cincuenta codos, y la anchura de veinticinco codos. Y<br />

sus arcos caían afuera al atrio, con palmeras en sus postes de<br />

35 un lado y de otro; y sus gradas eran de ocho peldaños. Me<br />

llevó luego a la puerta del norte, y midió conforme a estas<br />

36 medidas; sus cámaras, sus postes, sus arcos y sus ventanas<br />

alrededor; la longitud era de cincuenta codos, y de veinticinco<br />

37 codos el ancho. Sus postes caían afuera al atrio, con palmeras<br />

a cada uno de sus postes de un lado y de otro; y sus gradas<br />

38 eran de ocho peldaños. Y había allí una cámara, y su puerta<br />

39 con postes de portales; allí lavarán el holocausto. Y en la<br />

entrada de la puerta había dos mesas a un lado, y otras dos al<br />

otro, para degollar sobre ellas el holocausto y la expiación y el<br />

40 sacrificio por el pecado. A un lado, por fuera de las gradas,<br />

a la entrada de la puerta del norte, había dos mesas; y al<br />

otro lado que estaba a la entrada de la puerta, dos mesas.<br />

41 Cuatro mesas a un lado, y cuatro mesas al otro lado, junto a<br />

la puerta; ocho mesas, sobre las cuales degollarán las víctimas.<br />

42 Las cuatro mesas para el holocausto eran de piedra labrada,<br />

de un codo y medio de longitud, y codo y medio de ancho, y de<br />

un codo de altura; sobre éstas pondrán los utensilios con que<br />

43 degollarán el holocausto y el sacrificio. Y adentro, ganchos,<br />

de un palmo menor, dispuestos en derredor; y sobre las mesas<br />

44 la carne de las víctimas. Y fuera de la puerta interior, en el<br />

atrio de adentro que estaba al lado de la puerta del norte,<br />

estaban las cámaras de los cantores, las cuales miraban hacia<br />

el sur; una estaba al lado de la puerta del oriente que miraba<br />

45 hacia el norte. Y me dijo: Esta cámara que mira hacia el sur<br />

46 es de los sacerdotes que hacen la guardia del templo. Y la<br />

cámara que mira hacia el norte es de los sacerdotes que hacen<br />

la guardia del altar; éstos son los hijos de Sadoc, los cuales son<br />

47 llamados de los hijos de Leví para ministrar a Jehová. Y midió<br />

el atrio, cien codos de longitud, y cien codos de anchura; era


1191 Ezequiel 40. 48–41. 13<br />

cuadrado; y el altar estaba delante de la casa. Y me llevó al 48<br />

pórtico del templo, y midió cada poste del pórtico, cinco codos<br />

de un lado, y cinco codos de otro; y la anchura de la puerta<br />

tres codos de un lado, y tres codos de otro. La longitud del 49<br />

pórtico, veinte codos, y el ancho once codos, al cual subían por<br />

gradas; y había columnas junto a los postes, una de un lado,<br />

y otra de otro.<br />

Me introdujo luego en el templo, y midió los postes, siendo 41<br />

el ancho seis codos de un lado, y seis codos de otro, que era el<br />

ancho del tabernáculo. El ancho de la puerta era de diez co- 2<br />

dos, y los lados de la puerta, de cinco codos de un lado, y cinco<br />

del otro. Y midió su longitud, de cuarenta codos, y la anchura<br />

de veinte codos. Y pasó al interior, y midió cada poste de la 3<br />

puerta, de dos codos; y la puerta, de seis codos; y la anchura<br />

de la entrada, de siete codos. Midió también su longitud, de 4<br />

veinte codos, y la anchura de veinte codos, delante del templo;<br />

y me dijo: Éste es el lugar santísimo. Después midió el 5<br />

muro de la casa, de seis codos; y de cuatro codos la anchura<br />

de las cámaras, en torno de la casa alrededor. Las cámaras 6<br />

laterales estaban sobrepuestas unas a otras, treinta en cada<br />

uno de los tres pisos; y entraban modillones en la pared de la<br />

casa alrededor, sobre los que estribasen las cámaras, para que<br />

no estribasen en la pared de la casa. Y había mayor anchura 7<br />

en las cámaras de más arriba; la escalera de caracol de la casa<br />

subía muy alto alrededor por dentro de la casa; por tanto, la<br />

casa tenía más anchura arriba. Del piso inferior se podía subir<br />

al de en medio, y de éste al superior. Y miré la altura de la 8<br />

casa alrededor; los cimientos de las cámaras eran de una caña<br />

entera de seis codos largos. El ancho de la pared de afuera de 9<br />

las cámaras era de cinco codos, igual al espacio que quedaba de<br />

las cámaras de la casa por dentro. Y entre las cámaras había 10<br />

anchura de veinte codos por todos lados alrededor de la casa.<br />

La puerta de cada cámara salía al espacio que quedaba, una 11<br />

puerta hacia el norte, y otra puerta hacia el sur; y el ancho del<br />

espacio que quedaba era de cinco codos por todo alrededor.<br />

Y el edificio que estaba delante del espacio abierto al lado del 12<br />

occidente era de setenta codos; y la pared del edificio, de cinco<br />

codos de grueso alrededor, y noventa codos de largo. Luego 13


41. 14–42. 4 Ezequiel 1192<br />

midió la casa, cien codos de largo; y el espacio abierto y el<br />

14 edificio y sus paredes, de cien codos de longitud. Y el ancho<br />

del frente de la casa y del espacio abierto al oriente era de cien<br />

15 codos. Y midió la longitud del edificio que estaba delante del<br />

espacio abierto que había detrás de él, y las cámaras de uno<br />

y otro lado, cien codos; y el templo de dentro, y los portales<br />

16 del atrio. Los umbrales y las ventanas estrechas y las cámaras<br />

alrededor de los tres pisos estaba todo cubierto de madera<br />

desde el suelo hasta las ventanas; y las ventanas también cu-<br />

17 biertas. Por encima de la puerta, y hasta la casa de adentro,<br />

y afuera de ella, y por toda la pared en derredor por dentro<br />

18 y por fuera, tomó medidas. Y estaba labrada con querubines<br />

y palmeras, entre querubín y querubín una palmera; y cada<br />

19 querubín tenía dos rostros; un rostro de hombre hacia la palmera<br />

del un lado, y un rostro de león hacia la palmera del otro<br />

20 lado, por toda la casa alrededor. Desde el suelo hasta encima<br />

de la puerta había querubines labrados y palmeras, por toda<br />

21 la pared del templo. Cada poste del templo era cuadrado, y<br />

22 el frente del santuario era como el otro frente. La altura del<br />

altar de madera era de tres codos, y su longitud de dos codos;<br />

y sus esquinas, su superficie y sus paredes eran de madera. Y<br />

23 me dijo: Ésta es la mesa que está delante de Jehová. El tem-<br />

24 plo y el santuario tenían dos puertas. Y en cada puerta había<br />

dos hojas, dos hojas que giraban; dos hojas en una puerta, y<br />

25 otras dos en la otra. En las puertas del templo había labrados<br />

de querubines y palmeras, así como los que había en las<br />

paredes; y en la fachada del atrio al exterior había un portal<br />

26 de madera. Y había ventanas estrechas, y palmeras de uno<br />

y otro lado a los lados del pórtico; así eran las cámaras de la<br />

casa y los umbrales.<br />

42 Me trajo luego al atrio exterior hacia el norte, y me llevó a<br />

la cámara que estaba delante del espacio abierto que quedaba<br />

2 enfrente del edificio, hacia el norte. Por delante de la puerta<br />

del norte su longitud era de cien codos, y el ancho de cincuenta<br />

3 codos. Frente a los veinte codos que había en el atrio interior,<br />

y enfrente del enlosado que había en el atrio exterior, estaban<br />

4 las cámaras, las unas enfrente de las otras en tres pisos. Y delante<br />

de las cámaras había un corredor de diez codos de ancho


1193 Ezequiel 42. 5–20<br />

hacia adentro, con una vía de un codo; y sus puertas daban<br />

al norte. Y las cámaras más altas eran más estrechas; porque 5<br />

las galerías quitaban de ellas más que de las bajas y de las<br />

de en medio del edificio. Porque estaban en tres pisos, y no 6<br />

tenían columnas como las columnas de los atrios; por tanto,<br />

eran más estrechas que las de abajo y las de en medio, desde<br />

el suelo. Y el muro que estaba afuera enfrente de las cámaras, 7<br />

hacia el atrio exterior delante de las cámaras, tenía cincuenta<br />

codos de largo. Porque la longitud de las cámaras del atrio 8<br />

de afuera era de cincuenta codos; y delante de la fachada del<br />

templo había cien codos. Y debajo de las cámaras estaba la 9<br />

entrada al lado oriental, para entrar en él desde el atrio exterior.<br />

A lo largo del muro del atrio, hacia el oriente, enfrente 10<br />

del espacio abierto, y delante del edificio, había cámaras. Y 11<br />

el corredor que había delante de ellas era semejante al de las<br />

cámaras que estaban hacia el norte; tanto su longitud como<br />

su ancho eran lo mismo, y todas sus salidas, conforme a sus<br />

puertas y conforme a sus entradas. Así también eran las puer- 12<br />

tas de las cámaras que estaban hacia el sur; había una puerta<br />

al comienzo del corredor que había enfrente del muro al lado<br />

oriental, para quien entraba en las cámaras. Y me dijo: Las 13<br />

cámaras del norte y las del sur, que están delante del espacio<br />

abierto, son cámaras santas en las cuales los sacerdotes que se<br />

acercan a Jehová comerán las santas ofrendas; allí pondrán las<br />

ofrendas santas, la ofrenda y la expiación y el sacrifico por el<br />

pecado, porque el lugar es santo. Cuando los sacerdotes en- 14<br />

tren, no saldrán del lugar santo al atrio exterior, sino que allí<br />

dejarán sus vestiduras con que ministran, porque son santas;<br />

y se vestirán otros vestidos, y así se acercarán a lo que es del<br />

pueblo. Y luego que acabó las medidas de la casa de aden- 15<br />

tro, me sacó por el camino de la puerta que miraba hacia el<br />

oriente, y lo midió todo alrededor. Midió el lado oriental con 16<br />

la caña de medir, quinientas cañas de la caña de medir alrededor.<br />

Midió al lado del norte, quinientas cañas de la caña 17<br />

de medir alrededor. Midió al lado del sur, quinientas cañas 18<br />

de la caña de medir. Rodeó al lado del occidente, y midió 19<br />

quinientas cañas de la caña de medir. A los cuatro lados lo 20<br />

midió; tenía un muro todo alrededor, de quinientas cañas de


43. 1–13 Ezequiel 1194<br />

longitud y quinientas cañas de ancho, para hacer separación<br />

entre el santuario y el lugar profano.<br />

43 Me llevó luego a la puerta, a la puerta que mira hacia el<br />

2 oriente; y he aquí la gloria del Dios de Israel, que venía del<br />

oriente; y su sonido era como el sonido de muchas aguas, y la<br />

3 tierra resplandecía a causa de su gloria. Y el aspecto de lo<br />

que vi era como una visión, como aquella visión que vi cuando<br />

vine para destruir la ciudad; y las visiones eran como la visión<br />

4 que vi junto al río Quebar; y me postré sobre mi rostro. Y<br />

la gloria de Jehová entró en la casa por la vía de la puerta<br />

5 que daba al oriente. Y me alzó el Espíritu y me llevó al atrio<br />

6 interior; y he aquí que la gloria de Jehová llenó la casa. Y oí<br />

uno que me hablaba desde la casa; y un varón estaba junto<br />

7 a mí, y me dijo: Hijo de hombre, éste es el lugar de mi trono,<br />

el lugar donde posaré las plantas de mis pies, en el cual<br />

habitaré entre los hijos de Israel para siempre; y nunca más<br />

profanará la casa de Israel mi santo nombre, ni ellos ni sus<br />

reyes, con sus fornicaciones, ni con los cuerpos muertos de sus<br />

8 reyes en sus lugares altos. Porque poniendo ellos su umbral<br />

junto a mi umbral, y su contrafuerte junto a mi contrafuerte,<br />

mediando sólo una pared entre mí y ellos, han contaminado<br />

mi santo nombre con sus abominaciones que hicieron; por tan-<br />

9 to, los consumí en mi furor. Ahora arrojarán lejos de mí sus<br />

fornicaciones, y los cuerpos muertos de sus reyes, y habitaré<br />

10 en medio de ellos para siempre. Tú, hijo de hombre, muestra<br />

a la casa de Israel esta casa, y avergüéncense de sus pecados;<br />

11 y midan el diseño de ella. Y si se avergonzaren de todo lo que<br />

han hecho, hazles entender el diseño de la casa, su disposición,<br />

sus salidas y sus entradas, y todas sus formas, y todas sus<br />

descripciones, y todas sus configuraciones, y todas sus leyes; y<br />

descríbelo delante de sus ojos, para que guarden toda su forma<br />

12 y todas sus reglas, y las pongan por obra. Ésta es la ley de<br />

la casa: Sobre la cumbre del monte, el recinto entero, todo en<br />

derredor, será santísimo. He aquí que ésta es la ley de la casa.<br />

13 Éstas son las medidas del altar por codos (el codo de a codo<br />

y palmo menor). La base, de un codo, y de un codo el ancho;<br />

y su remate por su borde alrededor, de un palmo. Éste será


1195 Ezequiel 43. 14–44. 3<br />

el zócalo del altar. Y desde la base, sobre el suelo, hasta el 14<br />

lugar de abajo, dos codos, y la anchura de un codo; y desde la<br />

cornisa menor hasta la cornisa mayor, cuatro codos, y el ancho<br />

de un codo. El altar era de cuatro codos, y encima del altar 15<br />

había cuatro cuernos. Y el altar tenía doce codos de largo, 16<br />

y doce de ancho, cuadrado a sus cuatro lados. El descanso 17<br />

era de catorce codos de longitud y catorce de anchura en sus<br />

cuatro lados, y de medio codo el borde alrededor; y la base de<br />

un codo por todos lados; y sus gradas estaban al oriente. Y 18<br />

me dijo: Hijo de hombre, así ha dicho Jehová el Señor: Éstas<br />

son las ordenanzas del altar el día en que sea hecho, para ofrecer<br />

holocausto sobre él y para esparcir sobre él sangre. A los 19<br />

sacerdotes levitas que son del linaje de Sadoc, que se acerquen<br />

a mí, dice Jehová el Señor, para ministrar ante mí, darás un<br />

becerro de la vacada para expiación. Y tomarás de su sangre, 20<br />

y pondrás en los cuatro cuernos del altar, y en las cuatro esquinas<br />

del descanso, y en el borde alrededor; así lo limpiarás<br />

y purificarás. Tomarás luego el becerro de la expiación, y lo 21<br />

quemarás conforme a la ley de la casa, fuera del santuario.<br />

Al segundo día ofrecerás un macho cabrío sin defecto, para 22<br />

expiación; y purificarán el altar como lo purificaron con el becerro.<br />

Cuando acabes de expiar, ofrecerás un becerro de la 23<br />

vacada sin defecto, y un carnero sin tacha de la manada; y 24<br />

los ofrecerás delante de Jehová, y los sacerdotes echarán sal<br />

sobre ellos, y los ofrecerán en holocausto a Jehová. Por siete 25<br />

días sacrificarán un macho cabrío cada día en expiación; asimismo<br />

sacrificarán el becerro de la vacada y un carnero sin<br />

tacha del rebaño. Por siete días harán expiación por el altar, 26<br />

y lo limpiarán, y así lo consagrarán. Y acabados estos días, 27<br />

del octavo día en adelante, los sacerdotes sacrificarán sobre el<br />

altar vuestros holocaustos y vuestras ofrendas de paz; y me<br />

seréis aceptos, dice Jehová el Señor.<br />

Me hizo volver hacia la puerta exterior del santuario, la 44<br />

cual mira hacia el oriente; y estaba cerrada. Y me dijo Je- 2<br />

hová: Esta puerta estará cerrada; no se abrirá, ni entrará por<br />

ella hombre, porque Jehová Dios de Israel entró por ella; estará,<br />

por tanto, cerrada. En cuanto al príncipe, por ser el 3


44. 4–15 Ezequiel 1196<br />

príncipe, él se sentará allí para comer pan delante de Jehová;<br />

por el vestíbulo de la puerta entrará, y por ese mismo camino<br />

4 saldrá. Y me llevó hacia la puerta del norte por delante de<br />

la casa; y miré, y he aquí la gloria de Jehová había llenado<br />

5 la casa de Jehová; y me postré sobre mi rostro. Y me dijo<br />

Jehová: Hijo de hombre, pon atención, y mira con tus ojos,<br />

y oye con tus oídos todo lo que yo hablo contigo sobre todas<br />

las ordenanzas de la casa de Jehová, y todas sus leyes; y pon<br />

atención a las entradas de la casa, y a todas las salidas del<br />

6 santuario. Y dirás a los rebeldes, a la casa de Israel: Así ha<br />

dicho Jehová el Señor: Basta ya de todas vuestras abomina-<br />

7 ciones, oh casa de Israel; de traer extranjeros, incircuncisos<br />

de corazón e incircuncisos de carne, para estar en mi santuario<br />

y para contaminar mi casa; de ofrecer mi pan, la grosura y la<br />

sangre, y de invalidar mi pacto con todas vuestras abomina-<br />

8 ciones. Pues no habéis guardado lo establecido acerca de mis<br />

cosas santas, sino que habéis puesto extranjeros como guar-<br />

9 das de las ordenanzas en mi santuario. Así ha dicho Jehová<br />

el Señor: Ningún hijo de extranjero, incircunciso de corazón<br />

e incircunciso de carne, entrará en mi santuario, de todos los<br />

10 hijos de extranjeros que están entre los hijos de Israel. Y los<br />

levitas que se apartaron de mí cuando Israel se alejó de mí,<br />

11 yéndose tras sus ídolos, llevarán su iniquidad. Y servirán en<br />

mi santuario como porteros a las puertas de la casa y sirvientes<br />

en la casa; ellos matarán el holocausto y la víctima para<br />

12 el pueblo, y estarán ante él para servirle. Por cuanto les sirvieron<br />

delante de sus ídolos, y fueron a la casa de Israel por<br />

tropezadero de maldad; por tanto, he alzado mi mano y jura-<br />

13 do, dice Jehová el Señor, que ellos llevarán su iniquidad. No<br />

se acercarán a mí para servirme como sacerdotes, ni se acercarán<br />

a ninguna de mis cosas santas, a mis cosas santísimas, sino<br />

que llevarán su vergüenza y las abominaciones que hicieron.<br />

14 Les pondré, pues, por guardas encargados de la custodia de la<br />

casa, para todo el servicio de ella, y para todo lo que en ella<br />

15 haya de hacerse. Mas los sacerdotes levitas hijos de Sadoc,<br />

que guardaron el ordenamiento del santuario cuando los hijos<br />

de Israel se apartaron de mí, ellos se acercarán para ministrar<br />

ante mí, y delante de mí estarán para ofrecerme la grosura y la


1197 Ezequiel 44. 16–45. 1<br />

sangre, dice Jehová el Señor. Ellos entrarán en mi santuario, 16<br />

y se acercarán a mi mesa para servirme, y guardarán mis ordenanzas.<br />

Y cuando entren por las puertas del atrio interior, 17<br />

se vestirán vestiduras de lino; no llevarán sobre ellos cosa de<br />

lana, cuando ministren en las puertas del atrio interior y dentro<br />

de la casa. Turbantes de lino tendrán sobre sus cabezas, y 18<br />

calzoncillos de lino sobre sus lomos; no se ceñirán cosa que los<br />

haga sudar. Cuando salgan al atrio exterior, al atrio de afue- 19<br />

ra, al pueblo, se quitarán las vestiduras con que ministraron,<br />

y las dejarán en las cámaras del santuario, y se vestirán de<br />

otros vestidos, para no santificar al pueblo con sus vestiduras.<br />

Y no se raparán su cabeza, ni dejarán crecer su cabello, sino 20<br />

que lo recortarán solamente. Ninguno de los sacerdotes bebe- 21<br />

rá vino cuando haya de entrar en el atrio interior. Ni viuda ni 22<br />

repudiada tomará por mujer, sino que tomará virgen del linaje<br />

de la casa de Israel, o viuda que fuere viuda de sacerdote. Y 23<br />

enseñarán a mi pueblo a hacer diferencia entre lo santo y lo<br />

profano, y les enseñarán a discernir entre lo limpio y lo no limpio.<br />

En los casos de pleito ellos estarán para juzgar; conforme 24<br />

a mis juicios juzgarán; y mis leyes y mis decretos guardarán en<br />

todas mis fiestas solemnes, y santificarán mis días de reposo.<br />

No se acercarán a hombre muerto para contaminarse; pero por 25<br />

padre o madre, hijo o hija, hermano, o hermana que no haya<br />

tenido marido, sí podrán contaminarse. Y después de su puri- 26<br />

ficación, le contarán siete días. Y el día que entre al santuario, 27<br />

al atrio interior, para ministrar en el santuario, ofrecerá su expiación,<br />

dice Jehová el Señor. Y habrá para ellos heredad; yo 28<br />

seré su heredad, pero no les daréis posesión en Israel; yo soy su<br />

posesión. La ofrenda y la expiación y el sacrificio por el pe- 29<br />

cado comerán, y toda cosa consagrada en Israel será de ellos.<br />

Y las primicias de todos los primeros frutos de todo, y toda 30<br />

ofrenda de todo lo que se presente de todas vuestras ofrendas,<br />

será de los sacerdotes; asimismo daréis al sacerdote las primicias<br />

de todas vuestras masas, para que repose la bendición en<br />

vuestras casas. Ninguna cosa mortecina ni desgarrada, así de 31<br />

aves como de animales, comerán los sacerdotes.<br />

Cuando repartáis por suertes la tierra en heredad, aparta- 45<br />

réis una porción para Jehová, que le consagraréis en la tierra,


45. 2–15 Ezequiel 1198<br />

de longitud de veinticinco mil cañas y diez mil de ancho; esto<br />

2 será santificado en todo su territorio alrededor. De esto será<br />

para el santuario quinientas cañas de longitud y quinientas de<br />

ancho, en cuadro alrededor; y cincuenta codos en derredor para<br />

3 sus ejidos. Y de esta medida medirás en longitud veinticinco<br />

mil cañas, y en ancho diez mil, en lo cual estará el santuario y<br />

4 el lugar santísimo. Lo consagrado de esta tierra será para los<br />

sacerdotes, ministros del santuario, que se acercan para ministrar<br />

a Jehová; y servirá de lugar para sus casas, y como recinto<br />

5 sagrado para el santuario. Asimismo veinticinco mil cañas de<br />

longitud y diez mil de ancho, lo cual será para los levitas ministros<br />

de la casa, como posesión para sí, con veinte cámaras.<br />

6 Para propiedad de la ciudad señalaréis cinco mil de anchura y<br />

veinticinco mil de longitud, delante de lo que se apartó para<br />

7 el santuario; será para toda la casa de Israel. Y la parte del<br />

príncipe estará junto a lo que se apartó para el santuario, de<br />

uno y otro lado, y junto a la posesión de la ciudad, delante de<br />

lo que se apartó para el santuario, y delante de la posesión de<br />

la ciudad, desde el extremo occidental hasta el extremo oriental,<br />

y la longitud será desde el límite occidental hasta el límite<br />

8 oriental. Esta tierra tendrá por posesión en Israel, y nunca<br />

más mis príncipes oprimirán a mi pueblo; y darán la tierra a<br />

9 la casa de Israel conforme a sus tribus. Así ha dicho Jehová<br />

el Señor: ¡Basta ya, oh príncipes de Israel! Dejad la violencia y<br />

la rapiña. Haced juicio y justicia; quitad vuestras imposiciones<br />

10 de sobre mi pueblo, dice Jehová el Señor. Balanzas justas, efa<br />

11 justo, y bato justo tendréis. El efa y el bato serán de una<br />

misma medida: que el bato tenga la décima parte del homer,<br />

y la décima parte del homer el efa; la medida de ellos será<br />

12 según el homer. Y el siclo será de veinte geras. Veinte siclos,<br />

13 veinticinco siclos, quince siclos, os serán una mina. Ésta será<br />

la ofrenda que ofreceréis: la sexta parte de un efa por cada<br />

homer del trigo, y la sexta parte de un efa por cada homer<br />

14 de la cebada. La ordenanza para el aceite será que ofreceréis<br />

un bato de aceite, que es la décima parte de un coro; diez ba-<br />

15 tos harán un homer; porque diez batos son un homer. Y una<br />

cordera del rebaño de doscientas, de las engordadas de Israel,


1199 Ezequiel 45. 16–46. 4<br />

para sacrificio, y para holocausto y para ofrendas de paz, para<br />

expiación por ellos, dice Jehová el Señor. Todo el pueblo de 16<br />

la tierra estará obligado a dar esta ofrenda para el príncipe de<br />

Israel. Mas al príncipe corresponderá el dar el holocausto y 17<br />

el sacrificio y la libación en las fiestas solemnes, en las lunas<br />

nuevas, en los días de reposo y en todas las fiestas de la casa<br />

de Israel; él dispondrá la expiación, la ofrenda, el holocausto<br />

y las ofrendas de paz, para hacer expiación por la casa de<br />

Israel. Así ha dicho Jehová el Señor: El mes primero, el día 18<br />

primero del mes, tomarás de la vacada un becerro sin defecto,<br />

y purificarás el santuario. Y el sacerdote tomará de la sangre 19<br />

de la expiación, y pondrá sobre los postes de la casa, y sobre<br />

los cuatro ángulos del descanso del altar, y sobre los postes<br />

de las puertas del atrio interior. Así harás el séptimo día del 20<br />

mes para los que pecaron por error y por engaño, y harás expiación<br />

por la casa. El mes primero, a los catorce días del 21<br />

mes, tendréis la pascua, fiesta de siete días; se comerá pan sin<br />

levadura. Aquel día el príncipe sacrificará por sí mismo y por 22<br />

todo el pueblo de la tierra, un becerro por el pecado. Y en 23<br />

los siete días de la fiesta solemne ofrecerá holocausto a Jehová,<br />

siete becerros y siete carneros sin defecto, cada día de los<br />

siete días; y por el pecado un macho cabrío cada día. Y con 24<br />

cada becerro ofrecerá ofrenda de un efa, y con cada carnero un<br />

efa; y por cada efa un hin de aceite. En el mes séptimo, a los 25<br />

quince días del mes, en la fiesta, hará como en estos siete días<br />

en cuanto a la expiación, en cuanto al holocausto, en cuanto<br />

al presente y en cuanto al aceite.<br />

Así ha dicho Jehová el Señor: La puerta del atrio interior 46<br />

que mira al oriente estará cerrada los seis días de trabajo, y<br />

el día de reposo se abrirá; se abrirá también el día de la luna<br />

nueva. Y el príncipe entrará por el camino del portal de la 2<br />

puerta exterior, y estará en pie junto al umbral de la puerta<br />

mientras los sacerdotes ofrezcan su holocausto y sus ofrendas<br />

de paz, y adorará junto a la entrada de la puerta; después saldrá;<br />

pero no se cerrará la puerta hasta la tarde. Asimismo 3<br />

adorará el pueblo de la tierra delante de Jehová, a la entrada<br />

de la puerta, en los días de reposo y en las lunas nuevas. El 4<br />

holocausto que el príncipe ofrecerá a Jehová en el día de re-


46. 5–19 Ezequiel 1200<br />

5 poso será seis corderos sin defecto, y un carnero sin tacha; y<br />

por ofrenda un efa con cada carnero; y con cada cordero una<br />

ofrenda conforme a sus posibilidades, y un hin de aceite con<br />

6 el efa. Mas el día de la luna nueva, un becerro sin tacha de<br />

la vacada, seis corderos, y un carnero; deberán ser sin defecto.<br />

7 Y hará ofrenda de un efa con el becerro, y un efa con cada<br />

carnero; pero con los corderos, conforme a sus posibilidades; y<br />

8 un hin de aceite por cada efa. Y cuando el príncipe entrare,<br />

entrará por el camino del portal de la puerta, y por el mis-<br />

9 mo camino saldrá. Mas cuando el pueblo de la tierra entrare<br />

delante de Jehová en las fiestas, el que entrare por la puerta<br />

del norte saldrá por la puerta del sur, y el que entrare por la<br />

puerta del sur saldrá por la puerta del norte; no volverá por la<br />

puerta por donde entró, sino que saldrá por la de enfrente de<br />

10 ella. Y el príncipe, cuando ellos entraren, entrará en medio<br />

11 de ellos; y cuando ellos salieren, él saldrá. Y en las fiestas<br />

y en las asambleas solemnes será la ofrenda un efa con cada<br />

becerro, y un efa con cada carnero; y con los corderos, confor-<br />

12 me a sus posibilidades; y un hin de aceite con cada efa. Mas<br />

cuando el príncipe libremente hiciere holocausto u ofrendas de<br />

paz a Jehová, le abrirán la puerta que mira al oriente, y hará<br />

su holocausto y sus ofrendas de paz, como hace en el día de<br />

reposo; después saldrá, y cerrarán la puerta después que salie-<br />

13 re. Y ofrecerás en sacrificio a Jehová cada día en holocausto<br />

un cordero de un año sin defecto; cada mañana lo sacrificarás.<br />

14 Y con él harás todas las mañanas ofrenda de la sexta parte<br />

de un efa, y la tercera parte de un hin de aceite para mezclar<br />

con la flor de harina; ofrenda para Jehová continuamente, por<br />

15 estatuto perpetuo. Ofrecerán, pues, el cordero y la ofrenda y<br />

16 el aceite, todas las mañanas en holocausto continuo. Así ha<br />

dicho Jehová el Señor: Si el príncipe diere parte de su heredad<br />

a sus hijos, será de ellos; posesión de ellos será por herencia.<br />

17 Mas si de su heredad diere parte a alguno de sus siervos, será<br />

de él hasta el año del jubileo, y volverá al príncipe; mas su<br />

18 herencia será de sus hijos. Y el príncipe no tomará nada de la<br />

herencia del pueblo, para no defraudarlos de su posesión; de lo<br />

que él posee dará herencia a sus hijos, a fin de que ninguno de<br />

19 mi pueblo sea echado de su posesión. Me trajo después por


1201 Ezequiel 46. 20–47. 10<br />

la entrada que estaba hacia la puerta, a las cámaras santas<br />

de los sacerdotes, las cuales miraban al norte, y vi que había<br />

allí un lugar en el fondo del lado de occidente. Y me dijo: 20<br />

Éste es el lugar donde los sacerdotes cocerán la ofrenda por<br />

el pecado y la expiación; allí cocerán la ofrenda, para no sacarla<br />

al atrio exterior, santificando así al pueblo. Y luego me 21<br />

sacó al atrio exterior, y me llevó por los cuatro rincones del<br />

atrio; y en cada rincón había un patio. En los cuatro rincones 22<br />

del atrio había patios cercados, de cuarenta codos de longitud<br />

y treinta de ancho; una misma medida tenían los cuatro. Y 23<br />

había una pared alrededor de ellos, alrededor de los cuatro, y<br />

abajo fogones alrededor de las paredes. Y me dijo: Éstas son 24<br />

las cocinas, donde los servidores de la casa cocerán la ofrenda<br />

del pueblo.<br />

Me hizo volver luego a la entrada de la casa; y he aquí aguas 47<br />

que salían de debajo del umbral de la casa hacia el oriente;<br />

porque la fachada de la casa estaba al oriente, y las aguas<br />

descendían de debajo, hacia el lado derecho de la casa, al sur<br />

del altar. Y me sacó por el camino de la puerta del norte, y me 2<br />

hizo dar la vuelta por el camino exterior, fuera de la puerta,<br />

al camino de la que mira al oriente; y vi que las aguas salían<br />

del lado derecho. Y salió el varón hacia el oriente, llevando 3<br />

un cordel en su mano; y midió mil codos, y me hizo pasar por<br />

las aguas hasta los tobillos. Midió otros mil, y me hizo pasar 4<br />

por las aguas hasta las rodillas. Midió luego otros mil, y me<br />

hizo pasar por las aguas hasta los lomos. Midió otros mil, y 5<br />

era ya un río que yo no podía pasar, porque las aguas habían<br />

crecido de manera que el río no se podía pasar sino a nado.<br />

Y me dijo: ¿Has visto, hijo de hombre? Después me llevó, y 6<br />

me hizo volver por la ribera del río. Y volviendo yo, vi que 7<br />

en la ribera del río había muchísimos árboles a uno y otro<br />

lado. Y me dijo: Estas aguas salen a la región del oriente, y 8<br />

descenderán al Arabá, y entrarán en el mar; y entradas en el<br />

mar, recibirán sanidad las aguas. Y toda alma viviente que 9<br />

nadare por dondequiera que entraren estos dos ríos, vivirá; y<br />

habrá muchísimos peces por haber entrado allá estas aguas, y<br />

recibirán sanidad; y vivirá todo lo que entrare en este río. Y 10


47. 11–48. 1 Ezequiel 1202<br />

junto a él estarán los pescadores, y desde En-gadi hasta Eneglaim<br />

será su tendedero de redes; y por sus especies serán<br />

11 los peces tan numerosos como los peces del Mar Grande. Sus<br />

pantanos y sus lagunas no se sanearán; quedarán para salinas.<br />

12 Y junto al río, en la ribera, a uno y otro lado, crecerá toda clase<br />

de árboles frutales; sus hojas nunca caerán, ni faltará su fruto.<br />

A su tiempo madurará, porque sus aguas salen del santuario;<br />

13 y su fruto será para comer, y su hoja para medicina. Así ha<br />

dicho Jehová el Señor: Éstos son los límites en que repartiréis<br />

la tierra por heredad entre las doce tribus de Israel. José tendrá<br />

14 dos partes. Y la heredaréis así los unos como los otros; por ella<br />

alcé mi mano jurando que la había de dar a vuestros padres;<br />

15 por tanto, ésta será la tierra de vuestra heredad. Y éste será<br />

el límite de la tierra hacia el lado del norte; desde el Mar<br />

16 Grande, camino de Hetlón viniendo a Zedad, Hamat, Berota,<br />

Sibraim, que está entre el límite de Damasco y el límite de<br />

17 Hamat; Hazar-haticón, que es el límite de Haurán. Y será el<br />

límite del norte desde el mar hasta Hazar-enán en el límite<br />

de Damasco al norte, y al límite de Hamat al lado del norte.<br />

18 Del lado del oriente, en medio de Haurán y de Damasco, y<br />

de Galaad y de la tierra de Israel, al Jordán; esto mediréis de<br />

19 límite hasta el mar oriental. Del lado meridional, hacia el sur,<br />

desde Tamar hasta las aguas de las rencillas; desde Cades y el<br />

arroyo hasta el Mar Grande; y esto será el lado meridional, al<br />

20 sur. Del lado del occidente el Mar Grande será el límite hasta<br />

enfrente de la entrada de Hamat; éste será el lado occidental.<br />

21 Repartiréis, pues, esta tierra entre vosotros según las tribus de<br />

22 Israel. Y echaréis sobre ella suertes por heredad para vosotros,<br />

y para los extranjeros que moran entre vosotros, que entre<br />

vosotros han engendrado hijos; y los tendréis como naturales<br />

entre los hijos de Israel; echarán suertes con vosotros para<br />

23 tener heredad entre las tribus de Israel. En la tribu en que<br />

morare el extranjero, allí le daréis su heredad, ha dicho Jehová<br />

el Señor.<br />

48 Éstos son los nombres de las tribus: Desde el extremo norte<br />

por la vía de Hetlón viniendo a Hamat, Hazar-enán, en los<br />

confines de Damasco, al norte, hacia Hamat, tendrá Dan una


1203 Ezequiel 48. 2–18<br />

parte, desde el lado oriental hasta el occidental. Junto a la 2<br />

frontera de Dan, desde el lado del oriente hasta el lado del mar,<br />

tendrá Aser una parte. Junto al límite de Aser, desde el lado 3<br />

del oriente hasta el lado del mar, Neftalí, otra. Junto al lími- 4<br />

te de Neftalí, desde el lado del oriente hasta el lado del mar,<br />

Manasés, otra. Junto al límite de Manasés, desde el lado del 5<br />

oriente hasta el lado del mar, Efraín, otra. Junto al límite de 6<br />

Efraín, desde el lado del oriente hasta el lado del mar, Rubén,<br />

otra. Junto al límite de Rubén, desde el lado del oriente hasta 7<br />

el lado del mar, Judá, otra. Junto al límite de Judá, desde el 8<br />

lado del oriente hasta el lado del mar, estará la porción que<br />

reservaréis de veinticinco mil cañas de anchura, y de longitud<br />

como cualquiera de las otras partes, esto es, desde el lado del<br />

oriente hasta el lado del mar; y el santuario estará en medio<br />

de ella. La porción que reservaréis para Jehová tendrá de lon- 9<br />

gitud veinticinco mil cañas, y diez mil de ancho. La porción 10<br />

santa que pertenecerá a los sacerdotes será de veinticinco mil<br />

cañas al norte, y de diez mil de anchura al occidente, y de<br />

diez mil de ancho al oriente, y de veinticinco mil de longitud<br />

al sur; y el santuario de Jehová estará en medio de ella. Los 11<br />

sacerdotes santificados de los hijos de Sadoc que me guardaron<br />

fidelidad, que no erraron cuando erraron los hijos de Israel,<br />

como erraron los levitas, ellos tendrán como parte santísima 12<br />

la porción de la tierra reservada, junto al límite de la de los<br />

levitas. Y la de los levitas, al lado de los límites de la de los 13<br />

sacerdotes, será de veinticinco mil cañas de longitud, y de diez<br />

mil de anchura; toda la longitud de veinticinco mil, y la anchura<br />

de diez mil. No venderán nada de ello, ni lo permutarán, ni 14<br />

traspasarán las primicias de la tierra; porque es cosa consagrada<br />

a Jehová. Y las cinco mil cañas de anchura que quedan de 15<br />

las veinticinco mil, serán profanas, para la ciudad, para habitación<br />

y para ejido; y la ciudad estará en medio. Éstas serán 16<br />

sus medidas: al lado del norte cuatro mil quinientas cañas, al<br />

lado del sur cuatro mil quinientas, al lado del oriente cuatro<br />

mil quinientas, y al lado del occidente cuatro mil quinientas.<br />

Y el ejido de la ciudad será al norte de doscientas cincuenta 17<br />

cañas, al sur de doscientas cincuenta, al oriente de doscientas<br />

cincuenta, y de doscientas cincuenta al occidente. Y lo que 18


48. 19–34 Ezequiel 1204<br />

quedare de longitud delante de la porción santa, diez mil cañas<br />

al oriente y diez mil al occidente, que será lo que quedará<br />

de la porción santa, será para sembrar para los que sirven a la<br />

19 ciudad. Y los que sirvan a la ciudad serán de todas la tribus<br />

20 de Israel. Toda la porción reservada de veinticinco mil cañas<br />

por veinticinco mil en cuadro, reservaréis como porción para el<br />

21 santuario, y para la posesión de la ciudad. Y del príncipe será<br />

lo que quedare a uno y otro lado de la porción santa y de la<br />

posesión de la ciudad, esto es, delante de las veinticinco mil cañas<br />

de la porción hasta el límite oriental, y al occidente delante<br />

de las veinticinco mil hasta el límite occidental, delante de las<br />

partes dichas será del príncipe; porción santa será, y el santua-<br />

22 rio de la casa estará en medio de ella. De este modo la parte<br />

del príncipe será la comprendida desde la porción de los levitas<br />

y la porción de la ciudad, entre el límite de Judá y el límite<br />

23 de Benjamín. En cuanto a las demás tribus, desde el lado del<br />

oriente hasta el lado del mar, tendrá Benjamín una porción.<br />

24 Junto al límite de Benjamín, desde el lado del oriente hasta el<br />

25 lado del mar, Simeón, otra. Junto al límite de Simeón, desde<br />

26 el lado del oriente hasta el lado del mar, Isacar, otra. Junto<br />

al límite de Isacar, desde el lado del oriente hasta el lado del<br />

27 mar, Zabulón, otra. Junto al límite de Zabulón, desde el lado<br />

28 del oriente hasta el lado del mar, Gad, otra. Junto al límite<br />

de Gad, al lado meridional al sur, será el límite desde Tamar<br />

hasta las aguas de las rencillas, y desde Cades y el arroyo hasta<br />

29 el Mar Grande. Ésta es la tierra que repartiréis por suertes<br />

en heredad a las tribus de Israel, y éstas son sus porciones, ha<br />

30 dicho Jehová el Señor. Y éstas son las salidas de la ciudad:<br />

31 al lado del norte, cuatro mil quinientas cañas por medida. Y<br />

las puertas de la ciudad serán según los nombres de las tribus<br />

de Israel: tres puertas al norte: la puerta de Rubén, una; la<br />

32 puerta de Judá, otra; la puerta de Leví, otra. Al lado oriental<br />

cuatro mil quinientas cañas, y tres puertas: la puerta de José,<br />

33 una; la puerta de Benjamín, otra; la puerta de Dan, otra. Al<br />

lado del sur, cuatro mil quinientas cañas por medida, y tres<br />

puertas: la puerta de Simeón, una; la puerta de Isacar, otra;<br />

34 la puerta de Zabulón, otra. Y al lado occidental cuatro mil<br />

quinientas cañas, y sus tres puertas: la puerta de Gad, una; la


1205 Ezequiel 48. 35<br />

puerta de Aser, otra; la puerta de Neftalí, otra. En derredor 35<br />

tendrá dieciocho mil cañas. Y el nombre de la ciudad desde<br />

aquel día será Jehová-sama.


daniel<br />

1 n el año tercero del reinado de Joacim rey de Judá,<br />

vino Nabucodonosor rey de Babilonia a Jerusalén, y<br />

2 la sitió. Y el Señor entregó en sus manos a Joacim<br />

rey de Judá, y parte de los utensilios de la casa de<br />

Dios; y los trajo a tierra de Sinar, a la casa de su dios, y colocó<br />

3 los utensilios en la casa del tesoro de su dios. Y dijo el rey<br />

a Aspenaz, jefe de sus eunucos, que trajese de los hijos de<br />

4 Israel, del linaje real de los príncipes, muchachos en quienes<br />

5<br />

no hubiese tacha alguna, de buen parecer, enseñados en toda<br />

sabiduría, sabios en ciencia y de buen entendimiento, e idóneos<br />

para estar en el palacio del rey; y que les enseñase las letras y la<br />

lengua de los caldeos. Y les señaló el rey ración para cada día,<br />

de la provisión de la comida del rey, y del vino que él bebía; y<br />

que los criase tres años, para que al fin de ellos se presentasen<br />

6 delante del rey. Entre éstos estaban Daniel, Ananías, Misael<br />

7 y Azarías, de los hijos de Judá. A éstos el jefe de los eunucos<br />

puso nombres: puso a Daniel, Beltsasar; a Ananías, Sadrac; a<br />

8 Misael, Mesac; y a Azarías, Abed-nego. Y Daniel propuso en<br />

su corazón no contaminarse con la porción de la comida del<br />

rey, ni con el vino que él bebía; pidió, por tanto, al jefe de los<br />

9 eunucos que no se le obligase a contaminarse. Y puso Dios a<br />

10<br />

Daniel en gracia y en buena voluntad con el jefe de los eunucos;<br />

y dijo el jefe de los eunucos a Daniel: Temo a mi señor el rey,<br />

que señaló vuestra comida y vuestra bebida; pues luego que<br />

él vea vuestros rostros más pálidos que los de los muchachos<br />

que son semejantes a vosotros, condenaréis para con el rey mi<br />

11 cabeza. Entonces dijo Daniel a Melsar, que estaba puesto por<br />

el jefe de los eunucos sobre Daniel, Ananías, Misael y Azarías:<br />

12 Te ruego que hagas la prueba con tus siervos por diez días, y<br />

13 nos den legumbres a comer, y agua a beber. Compara luego<br />

nuestros rostros con los rostros de los muchachos que comen de<br />

la ración de la comida del rey, y haz después con tus siervos<br />

14 según veas. Consintió, pues, con ellos en esto, y probó con<br />

15<br />

ellos diez días. Y al cabo de los diez días pareció el rostro


1207 Daniel 1. 16–2. 10<br />

de ellos mejor y más robusto que el de los otros muchachos<br />

que comían de la porción de la comida del rey. Así, pues, 16<br />

Melsar se llevaba la porción de la comida de ellos y el vino<br />

que habían de beber, y les daba legumbres. A estos cuatro 17<br />

muchachos Dios les dio conocimiento e inteligencia en todas las<br />

letras y ciencias; y Daniel tuvo entendimiento en toda visión<br />

y sueños. Pasados, pues, los días al fin de los cuales había 18<br />

dicho el rey que los trajesen, el jefe de los eunucos los trajo<br />

delante de Nabucodonosor. Y el rey habló con ellos, y no 19<br />

fueron hallados entre todos ellos otros como Daniel, Ananías,<br />

Misael y Azarías; así, pues, estuvieron delante del rey. En 20<br />

todo asunto de sabiduría e inteligencia que el rey les consultó,<br />

los halló diez veces mejores que todos los magos y astrólogos<br />

que había en todo su reino. Y continuó Daniel hasta el año 21<br />

primero del rey Ciro.<br />

En el segundo año del reinado de Nabucodonosor, tuvo Na- 2<br />

bucodonosor sueños, y se perturbó su espíritu, y se le fue el<br />

sueño. Hizo llamar el rey a magos, astrólogos, encantadores 2<br />

y caldeos, para que le explicasen sus sueños. Vinieron, pues, y<br />

se presentaron delante del rey. Y el rey les dijo: He tenido un 3<br />

sueño, y mi espíritu se ha turbado por saber el sueño. Enton- 4<br />

ces hablaron los caldeos al rey en lengua aramea: Rey, para<br />

siempre vive; di el sueño a tus siervos, y te mostraremos la interpretación.<br />

Respondió el rey y dijo a los caldeos: El asunto 5<br />

lo olvidé; si no me mostráis el sueño y su interpretación, seréis<br />

hechos pedazos, y vuestras casas serán convertidas en muladares.<br />

Y si me mostrareis el sueño y su interpretación, recibiréis 6<br />

de mí dones y favores y gran honra. Decidme, pues, el sueño y<br />

su interpretación. Respondieron por segunda vez, y dijeron: 7<br />

Diga el rey el sueño a sus siervos, y le mostraremos la interpretación.<br />

El rey respondió y dijo: Yo conozco ciertamente que 8<br />

vosotros ponéis dilaciones, porque veis que el asunto se me ha<br />

ido. Si no me mostráis el sueño, una sola sentencia hay para 9<br />

vosotros. Ciertamente preparáis respuesta mentirosa y perversa<br />

que decir delante de mí, entre tanto que pasa el tiempo.<br />

Decidme, pues, el sueño, para que yo sepa que me podéis dar<br />

su interpretación. Los caldeos respondieron delante del rey, y 10<br />

dijeron: No hay hombre sobre la tierra que pueda declarar el


2. 11–27 Daniel 1208<br />

asunto del rey; además de esto, ningún rey, príncipe ni señor<br />

preguntó cosa semejante a ningún mago ni astrólogo ni caldeo.<br />

11 Porque el asunto que el rey demanda es difícil, y no hay quien<br />

lo pueda declarar al rey, salvo los dioses cuya morada no es<br />

12 con la carne. Por esto el rey con ira y con gran enojo mandó<br />

13 que matasen a todos los sabios de Babilonia. Y se publicó el<br />

edicto de que los sabios fueran llevados a la muerte; y buscaron<br />

14 a Daniel y a sus compañeros para matarlos. Entonces Daniel<br />

habló sabia y prudentemente a Arioc, capitán de la guardia<br />

del rey, que había salido para matar a los sabios de Babilonia.<br />

15 Habló y dijo a Arioc capitán del rey: ¿Cuál es la causa de que<br />

este edicto se publique de parte del rey tan apresuradamente?<br />

16 Entonces Arioc hizo saber a Daniel lo que había. Y Daniel<br />

entró y pidió al rey que le diese tiempo, y que él mostraría<br />

17 la interpretación al rey. Luego se fue Daniel a su casa e hizo<br />

saber lo que había a Ananías, Misael y Azarías, sus compañe-<br />

18 ros, para que pidiesen misericordias del Dios del cielo sobre<br />

este misterio, a fin de que Daniel y sus compañeros no pere-<br />

19 ciesen con los otros sabios de Babilonia. Entonces el secreto<br />

fue revelado a Daniel en visión de noche, por lo cual bendijo<br />

20 Daniel al Dios del cielo. Y Daniel habló y dijo: Sea bendito<br />

el nombre de Dios de siglos en siglos, porque suyos son el po-<br />

21 der y la sabiduría. El muda los tiempos y las edades; quita<br />

reyes, y pone reyes; da la sabiduría a los sabios, y la ciencia a<br />

22 los entendidos. El revela lo profundo y lo escondido; conoce<br />

23 lo que está en tinieblas, y con él mora la luz. A ti, oh Dios<br />

de mis padres, te doy gracias y te alabo, porque me has dado<br />

sabiduría y fuerza, y ahora me has revelado lo que te pedimos;<br />

24 pues nos has dado a conocer el asunto del rey. Después de<br />

esto fue Daniel a Arioc, al cual el rey había puesto para matar<br />

a los sabios de Babilonia, y le dijo así: No mates a los sabios<br />

de Babilonia; llévame a la presencia del rey, y yo le mostraré<br />

25 la interpretación. Entonces Arioc llevó prontamente a Daniel<br />

ante el rey, y le dijo así: He hallado un varón de los deporta-<br />

26 dos de Judá, el cual dará al rey la interpretación. Respondió<br />

el rey y dijo a Daniel, al cual llamaban Beltsasar: ¿Podrás tú<br />

27 hacerme conocer el sueño que vi, y su interpretación? Daniel<br />

respondió delante del rey, diciendo: El misterio que el rey de-


1209 Daniel 2. 28–42<br />

manda, ni sabios, ni astrólogos, ni magos ni adivinos lo pueden<br />

revelar al rey. Pero hay un Dios en los cielos, el cual revela 28<br />

los misterios, y él ha hecho saber al rey Nabucodonosor lo que<br />

ha de acontecer en los postreros días. He aquí tu sueño, y las<br />

visiones que has tenido en tu cama: Estando tú, oh rey, en 29<br />

tu cama, te vinieron pensamientos por saber lo que había de<br />

ser en lo por venir; y el que revela los misterios te mostró lo<br />

que ha de ser. Y a mí me ha sido revelado este misterio, no 30<br />

porque en mí haya más sabiduría que en todos los vivientes,<br />

sino para que se dé a conocer al rey la interpretación, y para<br />

que entiendas los pensamientos de tu corazón. Tú, oh rey, 31<br />

veías, y he aquí una gran imagen. Esta imagen, que era muy<br />

grande, y cuya gloria era muy sublime, estaba en pie delante<br />

de ti, y su aspecto era terrible. La cabeza de esta imagen era 32<br />

de oro fino; su pecho y sus brazos, de plata; su vientre y sus<br />

muslos, de bronce; sus piernas, de hierro; sus pies, en parte 33<br />

de hierro y en parte de barro cocido. Estabas mirando, hasta 34<br />

que una piedra fue cortada, no con mano, e hirió a la imagen<br />

en sus pies de hierro y de barro cocido, y los desmenuzó. En- 35<br />

tonces fueron desmenuzados también el hierro, el barro cocido,<br />

el bronce, la plata y el oro, y fueron como tamo de las eras<br />

del verano, y se los llevó el viento sin que de ellos quedara<br />

rastro alguno. Mas la piedra que hirió a la imagen fue hecha<br />

un gran monte que llenó toda la tierra. Éste es el sueño; tam- 36<br />

bién la interpretación de él diremos en presencia del rey. Tú, 37<br />

oh rey, eres rey de reyes; porque el Dios del cielo te ha dado<br />

reino, poder, fuerza y majestad. Y dondequiera que habitan 38<br />

hijos de hombres, bestias del campo y aves del cielo, él los ha<br />

entregado en tu mano, y te ha dado el dominio sobre todo;<br />

tú eres aquella cabeza de oro. Y después de ti se levantará 39<br />

otro reino inferior al tuyo; y luego un tercer reino de bronce,<br />

el cual dominará sobre toda la tierra. Y el cuarto reino será 40<br />

fuerte como hierro; y como el hierro desmenuza y rompe todas<br />

las cosas, desmenuzará y quebrantará todo. Y lo que viste de 41<br />

los pies y los dedos, en parte de barro cocido de alfarero y en<br />

parte de hierro, será un reino dividido; mas habrá en él algo de<br />

la fuerza del hierro, así como viste hierro mezclado con barro<br />

cocido. Y por ser los dedos de los pies en parte de hierro y 42


2. 43–3. 5 Daniel 1210<br />

en parte de barro cocido, el reino será en parte fuerte, y en<br />

43 parte frágil. Así como viste el hierro mezclado con barro, se<br />

mezclarán por medio de alianzas humanas; pero no se unirán<br />

el uno con el otro, como el hierro no se mezcla con el barro.<br />

44 Y en los días de estos reyes el Dios del cielo levantará un reino<br />

que no será jamás destruido, ni será el reino dejado a otro<br />

pueblo; desmenuzará y consumirá a todos estos reinos, pero<br />

45 él permanecerá para siempre, de la manera que viste que del<br />

monte fue cortada una piedra, no con mano, la cual desmenuzó<br />

el hierro, el bronce, el barro, la plata y el oro. El gran<br />

Dios ha mostrado al rey lo que ha de acontecer en lo por venir;<br />

46 y el sueño es verdadero, y fiel su interpretación. Entonces el<br />

rey Nabucodonosor se postró sobre su rostro y se humilló ante<br />

47 Daniel, y mandó que le ofreciesen presentes e incienso. El rey<br />

habló a Daniel, y dijo: Ciertamente el Dios vuestro es Dios de<br />

dioses, y Señor de los reyes, y el que revela los misterios, pues<br />

48 pudiste revelar este misterio. Entonces el rey engrandeció a<br />

Daniel, y le dio muchos honores y grandes dones, y le hizo<br />

gobernador de toda la provincia de Babilonia, y jefe supremo<br />

49 de todos los sabios de Babilonia. Y Daniel solicitó del rey, y<br />

obtuvo que pusiera sobre los negocios de la provincia de Babilonia<br />

a Sadrac, Mesac y Abed-nego; y Daniel estaba en la<br />

corte del rey.<br />

3 El rey Nabucodonosor hizo una estatua de oro cuya altura<br />

era de sesenta codos, y su anchura de seis codos; la levantó<br />

2 en el campo de Dura, en la provincia de Babilonia. Y envió<br />

el rey Nabucodonosor a que se reuniesen los sátrapas, los magistrados<br />

y capitanes, oidores, tesoreros, consejeros, jueces, y<br />

todos los gobernadores de las provincias, para que viniesen a<br />

la dedicación de la estatua que el rey Nabucodonosor había<br />

3 levantado. Fueron, pues, reunidos los sátrapas, magistrados,<br />

capitanes, oidores, tesoreros, consejeros, jueces, y todos los gobernadores<br />

de las provincias, a la dedicación de la estatua que<br />

el rey Nabucodonosor había levantado; y estaban en pie delante<br />

de la estatua que había levantado el rey Nabucodonosor.<br />

4 Y el pregonero anunciaba en alta voz: Mándase a vosotros, oh<br />

5 pueblos, naciones y lenguas, que al oír el son de la bocina, de<br />

la flauta, del tamboril, del arpa, del salterio, de la zampoña y


1211 Daniel 3. 6–19<br />

de todo instrumento de música, os postréis y adoréis la estatua<br />

de oro que el rey Nabucodonosor ha levantado; y cualquiera 6<br />

que no se postre y adore, inmediatamente será echado dentro<br />

de un horno de fuego ardiendo. Por lo cual, al oír todos los 7<br />

pueblos el son de la bocina, de la flauta, del tamboril, del arpa,<br />

del salterio, de la zampoña y de todo instrumento de música,<br />

todos los pueblos, naciones y lenguas se postraron y adoraron<br />

la estatua de oro que el rey Nabucodonosor había levantado.<br />

Por esto en aquel tiempo algunos varones caldeos vinieron y 8<br />

acusaron maliciosamente a los judíos. Hablaron y dijeron al 9<br />

rey Nabucodonosor: Rey, para siempre vive. Tú, oh rey, has 10<br />

dado una ley que todo hombre, al oír el son de la bocina, de la<br />

flauta, del tamboril, del arpa, del salterio, de la zampoña y de<br />

todo instrumento de música, se postre y adore la estatua de<br />

oro; y el que no se postre y adore, sea echado dentro de un 11<br />

horno de fuego ardiendo. Hay unos varones judíos, los cuales 12<br />

pusiste sobre los negocios de la provincia de Babilonia: Sadrac,<br />

Mesac y Abed-nego; estos varones, oh rey, no te han respetado;<br />

no adoran tus dioses, ni adoran la estatua de oro que has<br />

levantado. Entonces Nabucodonosor dijo con ira y con enojo 13<br />

que trajesen a Sadrac, Mesac y Abed-nego. Al instante fueron<br />

traídos estos varones delante del rey. Habló Nabucodonosor y 14<br />

les dijo: ¿Es verdad, Sadrac, Mesac y Abed-nego, que vosotros<br />

no honráis a mi dios, ni adoráis la estatua de oro que he levantado?<br />

Ahora, pues, ¿estáis dispuestos para que al oír el son 15<br />

de la bocina, de la flauta, del tamboril, del arpa, del salterio,<br />

de la zampoña y de todo instrumento de música, os postréis y<br />

adoréis la estatua que he hecho? Porque si no la adorareis, en<br />

la misma hora seréis echados en medio de un horno de fuego<br />

ardiendo; ¿y qué dios será aquel que os libre de mis manos?<br />

Sadrac, Mesac y Abed-nego respondieron al rey Nabucodono- 16<br />

sor, diciendo: No es necesario que te respondamos sobre este<br />

asunto. He aquí nuestro Dios a quien servimos puede librar- 17<br />

nos del horno de fuego ardiendo; y de tu mano, oh rey, nos<br />

librará. Y si no, sepas, oh rey, que no serviremos a tus dioses, 18<br />

ni tampoco adoraremos la estatua que has levantado. Enton- 19<br />

ces Nabucodonosor se llenó de ira, y se demudó el aspecto de<br />

su rostro contra Sadrac, Mesac y Abed-nego, y ordenó que


3. 20–4. 3 Daniel 1212<br />

20 el horno se calentase siete veces más de lo acostumbrado. Y<br />

mandó a hombres muy vigorosos que tenía en su ejército, que<br />

atasen a Sadrac, Mesac y Abed-nego, para echarlos en el horno<br />

21 de fuego ardiendo. Entonces estos varones fueron atados con<br />

sus mantos, sus calzas, sus turbantes y sus vestidos, y fueron<br />

22 echados dentro del horno de fuego ardiendo. Y como la orden<br />

del rey era apremiante, y lo habían calentado mucho, la<br />

llama del fuego mató a aquellos que habían alzado a Sadrac,<br />

23 Mesac y Abed-nego. Y estos tres varones, Sadrac, Mesac y<br />

Abed-nego, cayeron atados dentro del horno de fuego ardien-<br />

24 do. Entonces el rey Nabucodonosor se espantó, y se levantó<br />

apresuradamente y dijo a los de su consejo: ¿No echaron a tres<br />

varones atados dentro del fuego? Ellos respondieron al rey: Es<br />

25 verdad, oh rey. Y él dijo: He aquí yo veo cuatro varones sueltos,<br />

que se pasean en medio del fuego sin sufrir ningún daño; y<br />

26 el aspecto del cuarto es semejante a hijo de los dioses. Entonces<br />

Nabucodonosor se acercó a la puerta del horno de fuego<br />

ardiendo, y dijo: Sadrac, Mesac y Abed-nego, siervos del Dios<br />

Altísimo, salid y venid. Entonces Sadrac, Mesac y Abed-nego<br />

27 salieron de en medio del fuego. Y se juntaron los sátrapas,<br />

los gobernadores, los capitanes y los consejeros del rey, para<br />

mirar a estos varones, cómo el fuego no había tenido poder<br />

alguno sobre sus cuerpos, ni aun el cabello de sus cabezas se<br />

había quemado; sus ropas estaban intactas, y ni siquiera olor<br />

28 de fuego tenían. Entonces Nabucodonosor dijo: Bendito sea<br />

el Dios de ellos, de Sadrac, Mesac y Abed-nego, que envió su<br />

ángel y libró a sus siervos que confiaron en él, y que no cumplieron<br />

el edicto del rey, y entregaron sus cuerpos antes que<br />

29 servir y adorar a otro dios que su Dios. Por lo tanto, decreto<br />

que todo pueblo, nación o lengua que dijere blasfemia contra<br />

el Dios de Sadrac, Mesac y Abed-nego, sea descuartizado, y su<br />

casa convertida en muladar; por cuanto no hay dios que pue-<br />

30 da librar como éste. Entonces el rey engrandeció a Sadrac,<br />

Mesac y Abed-nego en la provincia de Babilonia.<br />

4 Nabucodonosor rey, a todos los pueblos, naciones y lenguas<br />

2 que moran en toda la tierra: Paz os sea multiplicada. Conviene<br />

que yo declare las señales y milagros que el Dios Altísimo<br />

3 ha hecho conmigo. ¡Cuán grandes son sus señales, y cuán


1213 Daniel 4. 4–18<br />

potentes sus maravillas! Su reino, reino sempiterno, y su señorío<br />

de generación en generación. Yo Nabucodonosor estaba 4<br />

tranquilo en mi casa, y floreciente en mi palacio. Vi un sue- 5<br />

ño que me espantó, y tendido en cama, las imaginaciones y<br />

visiones de mi cabeza me turbaron. Por esto mandé que vi- 6<br />

nieran delante de mí todos los sabios de Babilonia, para que<br />

me mostrasen la interpretación del sueño. Y vinieron magos, 7<br />

astrólogos, caldeos y adivinos, y les dije el sueño, pero no me<br />

pudieron mostrar su interpretación, hasta que entró delante 8<br />

de mí Daniel, cuyo nombre es Beltsasar, como el nombre de<br />

mi dios, y en quien mora el espíritu de los dioses santos. Conté<br />

delante de él el sueño, diciendo: Beltsasar, jefe de los magos, 9<br />

ya que he entendido que hay en ti espíritu de los dioses santos,<br />

y que ningún misterio se te esconde, declárame las visiones de<br />

mi sueño que he visto, y su interpretación. Éstas fueron las 10<br />

visiones de mi cabeza mientras estaba en mi cama: Me parecía<br />

ver en medio de la tierra un árbol, cuya altura era grande.<br />

Crecía este árbol, y se hacía fuerte, y su copa llegaba hasta 11<br />

el cielo, y se le alcanzaba a ver desde todos los confines de la<br />

tierra. Su follaje era hermoso y su fruto abundante, y había 12<br />

en él alimento para todos. Debajo de él se ponían a la sombra<br />

las bestias del campo, y en sus ramas hacían morada las aves<br />

del cielo, y se mantenía de él toda carne. Vi en las visiones de 13<br />

mi cabeza mientras estaba en mi cama, que he aquí un vigilante<br />

y santo descendía del cielo. Y clamaba fuertemente y decía 14<br />

así: Derribad el árbol, y cortad sus ramas, quitadle el follaje, y<br />

dispersad su fruto; váyanse las bestias que están debajo de él,<br />

y las aves de sus ramas. Mas la cepa de sus raíces dejaréis en 15<br />

la tierra, con atadura de hierro y de bronce entre la hierba del<br />

campo; sea mojado con el rocío del cielo, y con las bestias sea<br />

su parte entre la hierba de la tierra. Su corazón de hombre 16<br />

sea cambiado, y le sea dado corazón de bestia, y pasen sobre<br />

él siete tiempos. La sentencia es por decreto de los vigilantes, 17<br />

y por dicho de los santos la resolución, para que conozcan los<br />

vivientes que el Altísimo gobierna el reino de los hombres, y<br />

que a quien él quiere lo da, y constituye sobre él al más bajo<br />

de los hombres. Yo el rey Nabucodonosor he visto este sueño. 18<br />

Tú, pues, Beltsasar, dirás la interpretación de él, porque todos


4. 19–31 Daniel 1214<br />

los sabios de mi reino no han podido mostrarme su interpretación;<br />

mas tú puedes, porque mora en ti el espíritu de los<br />

19 dioses santos. Entonces Daniel, cuyo nombre era Beltsasar,<br />

quedó atónito casi una hora, y sus pensamientos lo turbaban.<br />

El rey habló y dijo: Beltsasar, no te turben ni el sueño ni su<br />

interpretación. Beltsasar respondió y dijo: Señor mío, el sueño<br />

sea para tus enemigos, y su interpretación para los que mal<br />

20 te quieren. El árbol que viste, que crecía y se hacía fuerte,<br />

y cuya copa llegaba hasta el cielo, y que se veía desde todos<br />

21 los confines de la tierra, cuyo follaje era hermoso, y su fruto<br />

abundante, y en que había alimento para todos, debajo del<br />

cual moraban las bestias del campo, y en cuyas ramas anida-<br />

22 ban las aves del cielo, tú mismo eres, oh rey, que creciste y<br />

te hiciste fuerte, pues creció tu grandeza y ha llegado hasta el<br />

23 cielo, y tu dominio hasta los confines de la tierra. Y en cuanto<br />

a lo que vio el rey, un vigilante y santo que descendía del cielo<br />

y decía: Cortad el árbol y destruidlo; mas la cepa de sus raíces<br />

dejaréis en la tierra, con atadura de hierro y de bronce en la<br />

hierba del campo; y sea mojado con el rocío del cielo, y con las<br />

bestias del campo sea su parte, hasta que pasen sobre él siete<br />

24 tiempos; ésta es la interpretación, oh rey, y la sentencia del<br />

25 Altísimo, que ha venido sobre mi señor el rey: Que te echarán<br />

de entre los hombres, y con las bestias del campo será tu morada,<br />

y con hierba del campo te apacentarán como a los bueyes,<br />

y con el rocío del cielo serás bañado; y siete tiempos pasarán<br />

sobre ti, hasta que conozcas que el Altísimo tiene dominio en<br />

26 el reino de los hombres, y que lo da a quien él quiere. Y en<br />

cuanto a la orden de dejar en la tierra la cepa de las raíces del<br />

mismo árbol, significa que tu reino te quedará firme, luego que<br />

27 reconozcas que el cielo gobierna. Por tanto, oh rey, acepta mi<br />

consejo: tus pecados redime con justicia, y tus iniquidades haciendo<br />

misericordias para con los oprimidos, pues tal vez será<br />

28 eso una prolongación de tu tranquilidad. Todo esto vino sobre<br />

29 el rey Nabucodonosor. Al cabo de doce meses, paseando en<br />

30 el palacio real de Babilonia, habló el rey y dijo: ¿No es ésta<br />

la gran Babilonia que yo edifiqué para casa real con la fuerza<br />

31 de mi poder, y para gloria de mi majestad? Aún estaba la<br />

palabra en la boca del rey, cuando vino una voz del cielo: A


1215 Daniel 4. 32–5. 6<br />

ti se te dice, rey Nabucodonosor: El reino ha sido quitado de<br />

ti; y de entre los hombres te arrojarán, y con las bestias del 32<br />

campo será tu habitación, y como a los bueyes te apacentarán;<br />

y siete tiempos pasarán sobre ti, hasta que reconozcas que el<br />

Altísimo tiene el dominio en el reino de los hombres, y lo da a<br />

quien él quiere. En la misma hora se cumplió la palabra sobre 33<br />

Nabucodonosor, y fue echado de entre los hombres; y comía<br />

hierba como los bueyes, y su cuerpo se mojaba con el rocío del<br />

cielo, hasta que su pelo creció como plumas de águila, y sus<br />

uñas como las de las aves. Mas al fin del tiempo yo Nabu- 34<br />

codonosor alcé mis ojos al cielo, y mi razón me fue devuelta;<br />

y bendije al Altísimo, y alabé y glorifiqué al que vive para<br />

siempre, cuyo dominio es sempiterno, y su reino por todas las<br />

edades. Todos los habitantes de la tierra son considerados co- 35<br />

mo nada; y él hace según su voluntad en el ejército del cielo, y<br />

en los habitantes de la tierra, y no hay quien detenga su mano,<br />

y le diga: ¿Qué haces? En el mismo tiempo mi razón me fue 36<br />

devuelta, y la majestad de mi reino, mi dignidad y mi grandeza<br />

volvieron a mí, y mis gobernadores y mis consejeros me<br />

buscaron; y fui restablecido en mi reino, y mayor grandeza me<br />

fue añadida. Ahora yo Nabucodonosor alabo, engrandezco y 37<br />

glorifico al Rey del cielo, porque todas sus obras son verdaderas,<br />

y sus caminos justos; y él puede humillar a los que andan<br />

con soberbia.<br />

El rey Belsasar hizo un gran banquete a mil de sus prín- 5<br />

cipes, y en presencia de los mil bebía vino. Belsasar, con el 2<br />

gusto del vino, mandó que trajesen los vasos de oro y de plata<br />

que Nabucodonosor su padre había traído del templo de Jerusalén,<br />

para que bebiesen en ellos el rey y sus grandes, sus<br />

mujeres y sus concubinas. Entonces fueron traídos los vasos 3<br />

de oro que habían traído del templo de la casa de Dios que<br />

estaba en Jerusalén, y bebieron en ellos el rey y sus príncipes,<br />

sus mujeres y sus concubinas. Bebieron vino, y alabaron a los 4<br />

dioses de oro y de plata, de bronce, de hierro, de madera y de<br />

piedra. En aquella misma hora aparecieron los dedos de una 5<br />

mano de hombre, que escribía delante del candelero sobre lo<br />

encalado de la pared del palacio real, y el rey veía la mano<br />

que escribía. Entonces el rey palideció, y sus pensamientos 6


5. 7–19 Daniel 1216<br />

lo turbaron, y se debilitaron sus lomos, y sus rodillas daban<br />

7 la una contra la otra. El rey gritó en alta voz que hiciesen<br />

venir magos, caldeos y adivinos; y dijo el rey a los sabios de<br />

Babilonia: Cualquiera que lea esta escritura y me muestre su<br />

interpretación, será vestido de púrpura, y un collar de oro lle-<br />

8 vará en su cuello, y será el tercer señor en el reino. Entonces<br />

fueron introducidos todos los sabios del rey, pero no pudieron<br />

9 leer la escritura ni mostrar al rey su interpretación. Entonces<br />

el rey Belsasar se turbó sobremanera, y palideció, y sus prín-<br />

10 cipes estaban perplejos. La reina, por las palabras del rey y<br />

de sus príncipes, entró a la sala del banquete, y dijo: Rey, vive<br />

para siempre; no te turben tus pensamientos, ni palidezca tu<br />

11 rostro. En tu reino hay un hombre en el cual mora el espíritu<br />

de los dioses santos, y en los días de tu padre se halló en él luz<br />

e inteligencia y sabiduría, como sabiduría de los dioses; al que<br />

el rey Nabucodonosor tu padre, oh rey, constituyó jefe sobre<br />

12 todos los magos, astrólogos, caldeos y adivinos, por cuanto<br />

fue hallado en él mayor espíritu y ciencia y entendimiento,<br />

para interpretar sueños y descifrar enigmas y resolver dudas;<br />

esto es, en Daniel, al cual el rey puso por nombre Beltsasar.<br />

Llámese, pues, ahora a Daniel, y él te dará la interpretación.<br />

13 Entonces Daniel fue traído delante del rey. Y dijo el rey a Daniel:<br />

¿Eres tú aquel Daniel de los hijos de la cautividad de<br />

14 Judá, que mi padre trajo de Judea? Yo he oído de ti que el<br />

espíritu de los dioses santos está en ti, y que en ti se halló<br />

15 luz, entendimiento y mayor sabiduría. Y ahora fueron traídos<br />

delante de mí sabios y astrólogos para que leyesen esta<br />

escritura y me diesen su interpretación; pero no han podido<br />

16 mostrarme la interpretación del asunto. Yo, pues, he oído de<br />

ti que puedes dar interpretaciones y resolver dificultades. Si<br />

ahora puedes leer esta escritura y darme su interpretación, serás<br />

vestido de púrpura, y un collar de oro llevarás en tu cuello,<br />

17 y serás el tercer señor en el reino. Entonces Daniel respondió<br />

y dijo delante del rey: Tus dones sean para ti, y da tus<br />

recompensas a otros. Leeré la escritura al rey, y le daré la in-<br />

18 terpretación. El Altísimo Dios, oh rey, dio a Nabucodonosor<br />

19 tu padre el reino y la grandeza, la gloria y la majestad. Y por<br />

la grandeza que le dio, todos los pueblos, naciones y lenguas


1217 Daniel 5. 20–6. 4<br />

temblaban y temían delante de él. A quien quería mataba, y a<br />

quien quería daba vida; engrandecía a quien quería, y a quien<br />

quería humillaba. Mas cuando su corazón se ensoberbeció, y 20<br />

su espíritu se endureció en su orgullo, fue depuesto del trono<br />

de su reino, y despojado de su gloria. Y fue echado de entre 21<br />

los hijos de los hombres, y su mente se hizo semejante a la de<br />

las bestias, y con los asnos monteses fue su morada. Hierba le<br />

hicieron comer como a buey, y su cuerpo fue mojado con el<br />

rocío del cielo, hasta que reconoció que el Altísimo Dios tiene<br />

dominio sobre el reino de los hombres, y que pone sobre él al<br />

que le place. Y tú, su hijo Belsasar, no has humillado tu cora- 22<br />

zón, sabiendo todo esto; sino que contra el Señor del cielo te 23<br />

has ensoberbecido, e hiciste traer delante de ti los vasos de su<br />

casa, y tú y tus grandes, tus mujeres y tus concubinas, bebisteis<br />

vino en ellos; además de esto, diste alabanza a dioses de<br />

plata y oro, de bronce, de hierro, de madera y de piedra, que<br />

ni ven, ni oyen, ni saben; y al Dios en cuya mano está tu vida,<br />

y cuyos son todos tus caminos, nunca honraste. Entonces de 24<br />

su presencia fue enviada la mano que trazó esta escritura. Y 25<br />

la escritura que trazó es: MENE, MENE, TEKEL, UPARSIN.<br />

Ésta es la interpretación del asunto: MENE: Contó Dios tu 26<br />

reino, y le ha puesto fin. TEKEL: Pesado has sido en balan- 27<br />

za, y fuiste hallado falto. PERES: Tu reino ha sido roto, y 28<br />

dado a los medos y a los persas. Entonces mandó Belsasar 29<br />

vestir a Daniel de púrpura, y poner en su cuello un collar de<br />

oro, y proclamar que él era el tercer señor del reino. La mis- 30<br />

ma noche fue muerto Belsasar rey de los caldeos. Y Darío de 31<br />

Media tomó el reino, siendo de sesenta y dos años.<br />

Pareció bien a Darío constituir sobre el reino ciento veinte 6<br />

sátrapas, que gobernasen en todo el reino. Y sobre ellos tres 2<br />

gobernadores, de los cuales Daniel era uno, a quienes estos<br />

sátrapas diesen cuenta, para que el rey no fuese perjudicado.<br />

Pero Daniel mismo era superior a estos sátrapas y goberna- 3<br />

dores, porque había en él un espíritu superior; y el rey pensó<br />

en ponerlo sobre todo el reino. Entonces los gobernadores y 4<br />

sátrapas buscaban ocasión para acusar a Daniel en lo relacionado<br />

al reino; mas no podían hallar ocasión alguna o falta,<br />

porque él era fiel, y ningún vicio ni falta fue hallado en él.


6. 5–18 Daniel 1218<br />

5 Entonces dijeron aquellos hombres: No hallaremos contra este<br />

Daniel ocasión alguna para acusarle, si no la hallamos contra<br />

6 él en relación con la ley de su Dios. Entonces estos gobernadores<br />

y sátrapas se juntaron delante del rey, y le dijeron así:<br />

7 ¡Rey Darío, para siempre vive! Todos los gobernadores del reino,<br />

magistrados, sátrapas, príncipes y capitanes han acordado<br />

por consejo que promulgues un edicto real y lo confirmes, que<br />

cualquiera que en el espacio de treinta días demande petición<br />

de cualquier dios u hombre fuera de ti, oh rey, sea echado en el<br />

8 foso de los leones. Ahora, oh rey, confirma el edicto y fírmalo,<br />

para que no pueda ser revocado, conforme a la ley de Media y<br />

9 de Persia, la cual no puede ser abrogada. Firmó, pues, el rey<br />

10 Darío el edicto y la prohibición. Cuando Daniel supo que el<br />

edicto había sido firmado, entró en su casa, y abiertas las ventanas<br />

de su cámara que daban hacia Jerusalén, se arrodillaba<br />

tres veces al día, y oraba y daba gracias delante de su Dios,<br />

11 como lo solía hacer antes. Entonces se juntaron aquellos hombres,<br />

y hallaron a Daniel orando y rogando en presencia de su<br />

12 Dios. Fueron luego ante el rey y le hablaron del edicto real:<br />

¿No has confirmado edicto que cualquiera que en el espacio de<br />

treinta días pida a cualquier dios u hombre fuera de ti, oh rey,<br />

sea echado en el foso de los leones? Respondió el rey diciendo:<br />

Verdad es, conforme a la ley de Media y de Persia, la cual no<br />

13 puede ser abrogada. Entonces respondieron y dijeron delante<br />

del rey: Daniel, que es de los hijos de los cautivos de Judá,<br />

no te respeta a ti, oh rey, ni acata el edicto que confirmaste,<br />

14 sino que tres veces al día hace su petición. Cuando el rey oyó<br />

el asunto, le pesó en gran manera, y resolvió librar a Daniel;<br />

15 y hasta la puesta del sol trabajó para librarle. Pero aquellos<br />

hombres rodearon al rey y le dijeron: Sepas, oh rey, que es<br />

ley de Media y de Persia que ningún edicto u ordenanza que<br />

16 el rey confirme puede ser abrogado. Entonces el rey mandó,<br />

y trajeron a Daniel, y le echaron en el foso de los leones. Y<br />

el rey dijo a Daniel: El Dios tuyo, a quien tú continuamente<br />

17 sirves, él te libre. Y fue traída una piedra y puesta sobre la<br />

puerta del foso, la cual selló el rey con su anillo y con el anillo<br />

de sus príncipes, para que el acuerdo acerca de Daniel no se<br />

18 alterase. Luego el rey se fue a su palacio, y se acostó ayuno;


1219 Daniel 6. 19–7. 5<br />

ni instrumentos de música fueron traídos delante de él, y se<br />

le fue el sueño. El rey, pues, se levantó muy de mañana, y 19<br />

fue apresuradamente al foso de los leones. Y acercándose al 20<br />

foso llamó a voces a Daniel con voz triste, y le dijo: Daniel,<br />

siervo del Dios viviente, el Dios tuyo, a quien tú continuamente<br />

sirves, ¿te ha podido librar de los leones? Entonces Daniel 21<br />

respondió al rey: Oh rey, vive para siempre. Mi Dios envió su 22<br />

ángel, el cual cerró la boca de los leones, para que no me hiciesen<br />

daño, porque ante él fui hallado inocente; y aun delante<br />

de ti, oh rey, yo no he hecho nada malo. Entonces se alegró 23<br />

el rey en gran manera a causa de él, y mandó sacar a Daniel<br />

del foso; y fue Daniel sacado del foso, y ninguna lesión se halló<br />

en él, porque había confiado en su Dios. Y dio orden el rey, y 24<br />

fueron traídos aquellos hombres que habían acusado a Daniel,<br />

y fueron echados en el foso de los leones ellos, sus hijos y sus<br />

mujeres; y aún no habían llegado al fondo del foso, cuando los<br />

leones se apoderaron de ellos y quebraron todos sus huesos.<br />

Entonces el rey Darío escribió a todos los pueblos, naciones y 25<br />

lenguas que habitan en toda la tierra: Paz os sea multiplicada.<br />

De parte mía es puesta esta ordenanza: Que en todo el 26<br />

dominio de mi reino todos teman y tiemblen ante la presencia<br />

del Dios de Daniel; porque él es el Dios viviente y permanece<br />

por todos los siglos, y su reino no será jamás destruido, y su<br />

dominio perdurará hasta el fin. El salva y libra, y hace señales 27<br />

y maravillas en el cielo y en la tierra; él ha librado a Daniel<br />

del poder de los leones. Y este Daniel prosperó durante el 28<br />

reinado de Darío y durante el reinado de Ciro el persa.<br />

En el primer año de Belsasar rey de Babilonia tuvo Daniel 7<br />

un sueño, y visiones de su cabeza mientras estaba en su lecho;<br />

luego escribió el sueño, y relató lo principal del asunto. Daniel 2<br />

dijo: Miraba yo en mi visión de noche, y he aquí que los cuatro<br />

vientos del cielo combatían en el gran mar. Y cuatro bestias 3<br />

grandes, diferentes la una de la otra, subían del mar. La pri- 4<br />

mera era como león, y tenía alas de águila. Yo estaba mirando<br />

hasta que sus alas fueron arrancadas, y fue levantada del suelo<br />

y se puso enhiesta sobre los pies a manera de hombre, y le<br />

fue dado corazón de hombre. Y he aquí otra segunda bestia, 5<br />

semejante a un oso, la cual se alzaba de un costado más que


7. 6–18 Daniel 1220<br />

del otro, y tenía en su boca tres costillas entre los dientes; y<br />

6 le fue dicho así: Levántate, devora mucha carne. Después de<br />

esto miré, y he aquí otra, semejante a un leopardo, con cuatro<br />

alas de ave en sus espaldas; tenía también esta bestia cuatro<br />

7 cabezas; y le fue dado dominio. Después de esto miraba yo en<br />

las visiones de la noche, y he aquí la cuarta bestia, espantosa<br />

y terrible y en gran manera fuerte, la cual tenía unos dientes<br />

grandes de hierro; devoraba y desmenuzaba, y las sobras hollaba<br />

con sus pies, y era muy diferente de todas las bestias que vi<br />

8 antes de ella, y tenía diez cuernos. Mientras yo contemplaba<br />

los cuernos, he aquí que otro cuerno pequeño salía entre ellos,<br />

y delante de él fueron arrancados tres cuernos de los primeros;<br />

y he aquí que este cuerno tenía ojos como de hombre, y una<br />

9 boca que hablaba grandes cosas. Estuve mirando hasta que<br />

fueron puestos tronos, y se sentó un Anciano de días, cuyo<br />

vestido era blanco como la nieve, y el pelo de su cabeza como<br />

lana limpia; su trono llama de fuego, y las ruedas del mismo,<br />

10 fuego ardiente. Un río de fuego procedía y salía de delante de<br />

él; millares de millares le servían, y millones de millones asistían<br />

delante de él; el Juez se sentó, y los libros fueron abiertos.<br />

11 Yo entonces miraba a causa del sonido de las grandes palabras<br />

que hablaba el cuerno; miraba hasta que mataron a la bestia,<br />

y su cuerpo fue destrozado y entregado para ser quemado en<br />

12 el fuego. Habían también quitado a las otras bestias su dominio,<br />

pero les había sido prolongada la vida hasta cierto tiempo.<br />

13 Miraba yo en la visión de la noche, y he aquí con las nubes<br />

del cielo venía uno como un hijo de hombre, que vino hasta<br />

14 el Anciano de días, y le hicieron acercarse delante de él. Y le<br />

fue dado dominio, gloria y reino, para que todos los pueblos,<br />

naciones y lenguas le sirvieran; su dominio es dominio eterno,<br />

15 que nunca pasará, y su reino uno que no será destruido. Se<br />

me turbó el espíritu a mí, Daniel, en medio de mi cuerpo, y<br />

16 las visiones de mi cabeza me asombraron. Me acerqué a uno<br />

de los que asistían, y le pregunté la verdad acerca de todo<br />

esto. Y me habló, y me hizo conocer la interpretación de las<br />

17 cosas. Estas cuatro grandes bestias son cuatro reyes que se<br />

18 levantarán en la tierra. Después recibirán el reino los santos<br />

del Altísimo, y poseerán el reino hasta el siglo, eternamen-


1221 Daniel 7. 19–8. 4<br />

te y para siempre. Entonces tuve deseo de saber la verdad 19<br />

acerca de la cuarta bestia, que era tan diferente de todas las<br />

otras, espantosa en gran manera, que tenía dientes de hierro<br />

y uñas de bronce, que devoraba y desmenuzaba, y las sobras<br />

hollaba con sus pies; asimismo acerca de los diez cuernos que 20<br />

tenía en su cabeza, y del otro que le había salido, delante del<br />

cual habían caído tres; y este mismo cuerno tenía ojos, y boca<br />

que hablaba grandes cosas, y parecía más grande que sus<br />

compañeros. Y veía yo que este cuerno hacía guerra contra 21<br />

los santos, y los vencía, hasta que vino el Anciano de días, y 22<br />

se dio el juicio a los santos del Altísimo; y llegó el tiempo, y<br />

los santos recibieron el reino. Dijo así: La cuarta bestia será 23<br />

un cuarto reino en la tierra, el cual será diferente de todos los<br />

otros reinos, y a toda la tierra devorará, trillará y despedazará.<br />

Y los diez cuernos significan que de aquel reino se levantarán 24<br />

diez reyes; y tras ellos se levantará otro, el cual será diferente<br />

de los primeros, y a tres reyes derribará. Y hablará palabras 25<br />

contra el Altísimo, y a los santos del Altísimo quebrantará, y<br />

pensará en cambiar los tiempos y la ley; y serán entregados<br />

en su mano hasta tiempo, y tiempos, y medio tiempo. Pero 26<br />

se sentará el Juez, y le quitarán su dominio para que sea destruido<br />

y arruinado hasta el fin, y que el reino, y el dominio y 27<br />

la majestad de los reinos debajo de todo el cielo, sea dado al<br />

pueblo de los santos del Altísimo, cuyo reino es reino eterno,<br />

y todos los dominios le servirán y obedecerán. Aquí fue el fin 28<br />

de sus palabras. En cuanto a mí, Daniel, mis pensamientos me<br />

turbaron y mi rostro se demudó; pero guardé el asunto en mi<br />

corazón.<br />

En el año tercero del reinado del rey Belsasar me apare- 8<br />

ció una visión a mí, Daniel, después de aquella que me había<br />

aparecido antes. Vi en visión; y cuando la vi, yo estaba en 2<br />

Susa, que es la capital del reino en la provincia de Elam; vi,<br />

pues, en visión, estando junto al río Ulai. Alcé los ojos y miré, 3<br />

y he aquí un carnero que estaba delante del río, y tenía dos<br />

cuernos; y aunque los cuernos eran altos, uno era más alto que<br />

el otro; y el más alto creció después. Vi que el carnero hería 4<br />

con los cuernos al poniente, al norte y al sur, y que ninguna<br />

bestia podía parar delante de él, ni había quien escapase de


8. 5–20 Daniel 1222<br />

su poder; y hacía conforme a su voluntad, y se engrandecía.<br />

5 Mientras yo consideraba esto, he aquí un macho cabrío venía<br />

del lado del poniente sobre la faz de toda la tierra, sin tocar<br />

tierra; y aquel macho cabrío tenía un cuerno notable entre sus<br />

6 ojos. Y vino hasta el carnero de dos cuernos, que yo había<br />

visto en la ribera del río, y corrió contra él con la furia de su<br />

7 fuerza. Y lo vi que llegó junto al carnero, y se levantó contra<br />

él y lo hirió, y le quebró sus dos cuernos, y el carnero no tenía<br />

fuerzas para pararse delante de él; lo derribó, por tanto, en<br />

tierra, y lo pisoteó, y no hubo quien librase al carnero de su<br />

8 poder. Y el macho cabrío se engrandeció sobremanera; pero<br />

estando en su mayor fuerza, aquel gran cuerno fue quebrado,<br />

y en su lugar salieron otros cuatro cuernos notables hacia los<br />

9 cuatro vientos del cielo. Y de uno de ellos salió un cuerno pequeño,<br />

que creció mucho al sur, y al oriente, y hacia la tierra<br />

10 gloriosa. Y se engrandeció hasta el ejército del cielo; y parte<br />

del ejército y de las estrellas echó por tierra, y las pisoteó.<br />

11 Aun se engrandeció contra el príncipe de los ejércitos, y por<br />

él fue quitado el continuo sacrificio, y el lugar de su santuario<br />

12 fue echado por tierra. Y a causa de la prevaricación le fue entregado<br />

el ejército junto con el continuo sacrificio; y echó por<br />

13 tierra la verdad, e hizo cuanto quiso, y prosperó. Entonces oí<br />

a un santo que hablaba; y otro de los santos preguntó a aquel<br />

que hablaba: ¿Hasta cuándo durará la visión del continuo sacrificio,<br />

y la prevaricación asoladora entregando el santuario y<br />

14 el ejército para ser pisoteados? Y él dijo: Hasta dos mil trescientas<br />

tardes y mañanas; luego el santuario será purificado.<br />

15 Y aconteció que mientras yo Daniel consideraba la visión y<br />

procuraba comprenderla, he aquí se puso delante de mí uno<br />

16 con apariencia de hombre. Y oí una voz de hombre entre las<br />

riberas del Ulai, que gritó y dijo: Gabriel, enseña a éste la vi-<br />

17 sión. Vino luego cerca de donde yo estaba; y con su venida<br />

me asombré, y me postré sobre mi rostro. Pero él me dijo: Entiende,<br />

hijo de hombre, porque la visión es para el tiempo del<br />

18 fin. Mientras él hablaba conmigo, caí dormido en tierra sobre<br />

19 mi rostro; y él me tocó, y me hizo estar en pie. Y dijo: He<br />

aquí yo te enseñaré lo que ha de venir al fin de la ira; porque<br />

20 eso es para el tiempo del fin. En cuanto al carnero que viste,


1223 Daniel 8. 21–9. 7<br />

que tenía dos cuernos, éstos son los reyes de Media y de Persia.<br />

El macho cabrío es el rey de Grecia, y el cuerno grande que 21<br />

tenía entre sus ojos es el rey primero. Y en cuanto al cuerno 22<br />

que fue quebrado, y sucedieron cuatro en su lugar, significa<br />

que cuatro reinos se levantarán de esa nación, aunque no con<br />

la fuerza de él. Y al fin del reinado de éstos, cuando los trans- 23<br />

gresores lleguen al colmo, se levantará un rey altivo de rostro<br />

y entendido en enigmas. Y su poder se fortalecerá, mas no 24<br />

con fuerza propia; y causará grandes ruinas, y prosperará, y<br />

hará arbitrariamente, y destruirá a los fuertes y al pueblo de<br />

los santos. Con su sagacidad hará prosperar el engaño en su 25<br />

mano; y en su corazón se engrandecerá, y sin aviso destruirá<br />

a muchos; y se levantará contra el Príncipe de los príncipes,<br />

pero será quebrantado, aunque no por mano humana. La vi- 26<br />

sión de las tardes y mañanas que se ha referido es verdadera; y<br />

tú guarda la visión, porque es para muchos días. Y yo Daniel 27<br />

quedé quebrantado, y estuve enfermo algunos días, y cuando<br />

convalecí, atendí los negocios del rey; pero estaba espantado a<br />

causa de la visión, y no la entendía.<br />

En el año primero de Darío hijo de Asuero, de la nación 9<br />

de los medos, que vino a ser rey sobre el reino de los caldeos,<br />

en el año primero de su reinado, yo Daniel miré atentamen- 2<br />

te en los libros el número de los años de que habló Jehová al<br />

profeta Jeremías, que habían de cumplirse las desolaciones de<br />

Jerusalén en setenta años. Y volví mi rostro a Dios el Señor, 3<br />

buscándole en oración y ruego, en ayuno, cilicio y ceniza. Y 4<br />

oré a Jehová mi Dios e hice confesión diciendo: Ahora, Señor,<br />

Dios grande, digno de ser temido, que guardas el pacto y la<br />

misericordia con los que te aman y guardan tus mandamientos;<br />

hemos pecado, hemos cometido iniquidad, hemos hecho 5<br />

impíamente, y hemos sido rebeldes, y nos hemos apartado de<br />

tus mandamientos y de tus ordenanzas. No hemos obedecido 6<br />

a tus siervos los profetas, que en tu nombre hablaron a nuestros<br />

reyes, a nuestros príncipes, a nuestros padres y a todo el<br />

pueblo de la tierra. Tuya es, Señor, la justicia, y nuestra la 7<br />

confusión de rostro, como en el día de hoy lleva todo hombre<br />

de Judá, los moradores de Jerusalén, y todo Israel, los de<br />

cerca y los de lejos, en todas las tierras adonde los has echa-


9. 8–20 Daniel 1224<br />

8 do a causa de su rebelión con que se rebelaron contra ti. Oh<br />

Jehová, nuestra es la confusión de rostro, de nuestros reyes,<br />

de nuestros príncipes y de nuestros padres; porque contra ti<br />

9 pecamos. De Jehová nuestro Dios es el tener misericordia y<br />

10 el perdonar, aunque contra él nos hemos rebelado, y no obedecimos<br />

a la voz de Jehová nuestro Dios, para andar en sus<br />

leyes que él puso delante de nosotros por medio de sus siervos<br />

11 los profetas. Todo Israel traspasó tu ley apartándose para no<br />

obedecer tu voz; por lo cual ha caído sobre nosotros la maldición<br />

y el juramento que está escrito en la ley de Moisés,<br />

12 siervo de Dios; porque contra él pecamos. Y él ha cumplido<br />

la palabra que habló contra nosotros y contra nuestros jefes<br />

que nos gobernaron, trayendo sobre nosotros tan grande mal;<br />

pues nunca fue hecho debajo del cielo nada semejante a lo que<br />

13 se ha hecho contra Jerusalén. Conforme está escrito en la ley<br />

de Moisés, todo este mal vino sobre nosotros; y no hemos implorado<br />

el favor de Jehová nuestro Dios, para convertirnos de<br />

14 nuestras maldades y entender tu verdad. Por tanto, Jehová<br />

veló sobre el mal y lo trajo sobre nosotros; porque justo es<br />

Jehová nuestro Dios en todas sus obras que ha hecho, porque<br />

15 no obedecimos a su voz. Ahora pues, Señor Dios nuestro, que<br />

sacaste tu pueblo de la tierra de Egipto con mano poderosa,<br />

y te hiciste renombre cual lo tienes hoy; hemos pecado, hemos<br />

16 hecho impíamente. Oh Señor, conforme a todos tus actos de<br />

justicia, apártese ahora tu ira y tu furor de sobre tu ciudad<br />

Jerusalén, tu santo monte; porque a causa de nuestros pecados,<br />

y por la maldad de nuestros padres, Jerusalén y tu pueblo<br />

17 son el oprobio de todos en derredor nuestro. Ahora pues, Dios<br />

nuestro, oye la oración de tu siervo, y sus ruegos; y haz que<br />

tu rostro resplandezca sobre tu santuario asolado, por amor<br />

18 del Señor. Inclina, oh Dios mío, tu oído, y oye; abre tus ojos,<br />

y mira nuestras desolaciones, y la ciudad sobre la cual es invocado<br />

tu nombre; porque no elevamos nuestros ruegos ante<br />

ti confiados en nuestras justicias, sino en tus muchas miseri-<br />

19 cordias. Oye, Señor; oh Señor, perdona; presta oído, Señor, y<br />

hazlo; no tardes, por amor de ti mismo, Dios mío; porque tu<br />

20 nombre es invocado sobre tu ciudad y sobre tu pueblo. Aún<br />

estaba hablando y orando, y confesando mi pecado y el pe-


1225 Daniel 9. 21–10. 6<br />

cado de mi pueblo Israel, y derramaba mi ruego delante de<br />

Jehová mi Dios por el monte santo de mi Dios; aún estaba 21<br />

hablando en oración, cuando el varón Gabriel, a quien había<br />

visto en la visión al principio, volando con presteza, vino a mí<br />

como a la hora del sacrificio de la tarde. Y me hizo enten- 22<br />

der, y habló conmigo, diciendo: Daniel, ahora he salido para<br />

darte sabiduría y entendimiento. Al principio de tus ruegos 23<br />

fue dada la orden, y yo he venido para enseñártela, porque tú<br />

eres muy amado. Entiende, pues, la orden, y entiende la visión.<br />

Setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo y sobre 24<br />

tu santa ciudad, para terminar la prevaricación, y poner fin al<br />

pecado, y expiar la iniquidad, para traer la justicia perdurable,<br />

y sellar la visión y la profecía, y ungir al Santo de los santos.<br />

Sabe, pues, y entiende, que desde la salida de la orden para 25<br />

restaurar y edificar a Jerusalén hasta el Mesías Príncipe, habrá<br />

siete semanas, y sesenta y dos semanas; se volverá a edificar<br />

la plaza y el muro en tiempos angustiosos. Y después de las 26<br />

sesenta y dos semanas se quitará la vida al Mesías, mas no<br />

por sí; y el pueblo de un príncipe que ha de venir destruirá la<br />

ciudad y el santuario; y su fin será con inundación, y hasta el<br />

fin de la guerra durarán las devastaciones. Y por otra semana 27<br />

confirmará el pacto con muchos; a la mitad de la semana hará<br />

cesar el sacrificio y la ofrenda. Después con la muchedumbre<br />

de las abominaciones vendrá el desolador, hasta que venga la<br />

consumación, y lo que está determinado se derrame sobre el<br />

desolador.<br />

En el año tercero de Ciro rey de Persia fue revelada palabra 10<br />

a Daniel, llamado Beltsasar; y la palabra era verdadera, y el<br />

conflicto grande; pero él comprendió la palabra, y tuvo inteligencia<br />

en la visión. En aquellos días yo Daniel estuve afligido 2<br />

por espacio de tres semanas. No comí manjar delicado, ni en- 3<br />

tró en mi boca carne ni vino, ni me ungí con ungüento, hasta<br />

que se cumplieron las tres semanas. Y el día veinticuatro del 4<br />

mes primero estaba yo a la orilla del gran río Hidekel. Y alcé 5<br />

mis ojos y miré, y he aquí un varón vestido de lino, y ceñidos<br />

sus lomos de oro de Ufaz. Su cuerpo era como de berilo, y 6<br />

su rostro parecía un relámpago, y sus ojos como antorchas de<br />

fuego, y sus brazos y sus pies como de color de bronce bruñido,


10. 7–11. 1 Daniel 1226<br />

y el sonido de sus palabras como el estruendo de una multi-<br />

7 tud. Y sólo yo, Daniel, vi aquella visión, y no la vieron los<br />

hombres que estaban conmigo, sino que se apoderó de ellos un<br />

8 gran temor, y huyeron y se escondieron. Quedé, pues, yo solo,<br />

y vi esta gran visión, y no quedó fuerza en mí, antes mi fuerza<br />

9 se cambió en desfallecimiento, y no tuve vigor alguno. Pero<br />

oí el sonido de sus palabras; y al oír el sonido de sus palabras,<br />

caí sobre mi rostro en un profundo sueño, con mi rostro en<br />

10 tierra. Y he aquí una mano me tocó, e hizo que me pusiese<br />

11 sobre mis rodillas y sobre las palmas de mis manos. Y me<br />

dijo: Daniel, varón muy amado, está atento a las palabras que<br />

te hablaré, y ponte en pie; porque a ti he sido enviado ahora.<br />

Mientras hablaba esto conmigo, me puse en pie temblando.<br />

12 Entonces me dijo: Daniel, no temas; porque desde el primer<br />

día que dispusiste tu corazón a entender y a humillarte en la<br />

presencia de tu Dios, fueron oídas tus palabras; y a causa de<br />

13 tus palabras yo he venido. Mas el príncipe del reino de Persia<br />

se me opuso durante veintiún días; pero he aquí Miguel,<br />

uno de los principales príncipes, vino para ayudarme, y quedé<br />

14 allí con los reyes de Persia. He venido para hacerte saber lo<br />

que ha de venir a tu pueblo en los postreros días; porque la<br />

15 visión es para esos días. Mientras me decía estas palabras,<br />

16 estaba yo con los ojos puestos en tierra, y enmudecido. Pero<br />

he aquí, uno con semejanza de hijo de hombre tocó mis labios.<br />

Entonces abrí mi boca y hablé, y dije al que estaba delante de<br />

mí: Señor mío, con la visión me han sobrevenido dolores, y no<br />

17 me queda fuerza. ¿Cómo, pues, podrá el siervo de mi señor<br />

hablar con mi señor? Porque al instante me faltó la fuerza, y<br />

18 no me quedó aliento. Y aquel que tenía semejanza de hombre<br />

19 me tocó otra vez, y me fortaleció, y me dijo: Muy amado, no<br />

temas; la paz sea contigo; esfuérzate y aliéntate. Y mientras él<br />

me hablaba, recobré las fuerzas, y dije: Hable mi señor, porque<br />

20 me has fortalecido. Él me dijo: ¿Sabes por qué he venido a<br />

ti? Pues ahora tengo que volver para pelear contra el príncipe<br />

de Persia; y al terminar con él, el príncipe de Grecia vendrá.<br />

21 Pero yo te declararé lo que está escrito en el libro de la verdad;<br />

y ninguno me ayuda contra ellos, sino Miguel vuestro príncipe.<br />

11 Y yo mismo, en el año primero de Darío el medo, estuve pa-


1227 Daniel 11. 2–15<br />

ra animarlo y fortalecerlo. Y ahora yo te mostraré la verdad. 2<br />

He aquí que aún habrá tres reyes en Persia, y el cuarto se hará<br />

de grandes riquezas más que todos ellos; y al hacerse fuerte<br />

con sus riquezas, levantará a todos contra el reino de Grecia.<br />

Se levantará luego un rey valiente, el cual dominará con gran 3<br />

poder y hará su voluntad. Pero cuando se haya levantado, 4<br />

su reino será quebrantado y repartido hacia los cuatro vientos<br />

del cielo; no a sus descendientes, ni según el dominio con que<br />

él dominó; porque su reino será arrancado, y será para otros<br />

fuera de ellos. Y se hará fuerte el rey del sur; mas uno de sus 5<br />

príncipes será más fuerte que él, y se hará poderoso; su dominio<br />

será grande. Al cabo de años harán alianza, y la hija del 6<br />

rey del sur vendrá al rey del norte para hacer la paz. Pero ella<br />

no podrá retener la fuerza de su brazo, ni permanecerá él, ni<br />

su brazo; porque será entregada ella y los que la habían traído,<br />

asimismo su hijo, y los que estaban de parte de ella en aquel<br />

tiempo. Pero un renuevo de sus raíces se levantará sobre su 7<br />

trono, y vendrá con ejército contra el rey del norte, y entrará<br />

en la fortaleza, y hará en ellos a su arbitrio, y predominará. Y 8<br />

aun a los dioses de ellos, sus imágenes fundidas y sus objetos<br />

preciosos de plata y de oro, llevará cautivos a Egipto; y por<br />

años se mantendrá él contra el rey del norte. Así entrará en 9<br />

el reino el rey del sur, y volverá a su tierra. Mas los hijos de 10<br />

aquél se airarán, y reunirán multitud de grandes ejércitos; y<br />

vendrá apresuradamente e inundará, y pasará adelante; luego<br />

volverá y llevará la guerra hasta su fortaleza. Por lo cual se 11<br />

enfurecerá el rey del sur, y saldrá y peleará contra el rey del<br />

norte; y pondrá en campaña multitud grande, y toda aquella<br />

multitud será entregada en su mano. Y al llevarse él la multi- 12<br />

tud, se elevará su corazón, y derribará a muchos millares; mas<br />

no prevalecerá. Y el rey del norte volverá a poner en campaña 13<br />

una multitud mayor que la primera, y al cabo de algunos años<br />

vendrá apresuradamente con gran ejército y con muchas riquezas.<br />

En aquellos tiempos se levantarán muchos contra el rey 14<br />

del sur; y hombres turbulentos de tu pueblo se levantarán para<br />

cumplir la visión, pero ellos caerán. Vendrá, pues, el rey del 15<br />

norte, y levantará baluartes, y tomará la ciudad fuerte; y las<br />

fuerzas del sur no podrán sostenerse, ni sus tropas escogidas,


11. 16–31 Daniel 1228<br />

16 porque no habrá fuerzas para resistir. Y el que vendrá contra<br />

él hará su voluntad, y no habrá quien se le pueda enfrentar; y<br />

estará en la tierra gloriosa, la cual será consumida en su po-<br />

17 der. Afirmará luego su rostro para venir con el poder de todo<br />

su reino; y hará con aquél convenios, y le dará una hija de<br />

mujeres para destruirle; pero no permanecerá, ni tendrá éxito.<br />

18 Volverá después su rostro a las costas, y tomará muchas; mas<br />

un príncipe hará cesar su afrenta, y aun hará volver sobre él su<br />

19 oprobio. Luego volverá su rostro a las fortalezas de su tierra;<br />

20 mas tropezará y caerá, y no será hallado. Y se levantará en<br />

su lugar uno que hará pasar un cobrador de tributos por la<br />

gloria del reino; pero en pocos días será quebrantado, aunque<br />

21 no en ira, ni en batalla. Y le sucederá en su lugar un hombre<br />

despreciable, al cual no darán la honra del reino; pero vendrá<br />

22 sin aviso y tomará el reino con halagos. Las fuerzas enemigas<br />

serán barridas delante de él como con inundación de aguas;<br />

23 serán del todo destruidos, junto con el príncipe del pacto. Y<br />

después del pacto con él, engañará y subirá, y saldrá vencedor<br />

24 con poca gente. Estando la provincia en paz y en abundancia,<br />

entrará y hará lo que no hicieron sus padres, ni los padres de<br />

sus padres; botín, despojos y riquezas repartirá a sus soldados,<br />

y contra las fortalezas formará sus designios; y esto por<br />

25 un tiempo. Y despertará sus fuerzas y su ardor contra el rey<br />

del sur con gran ejército; y el rey del sur se empeñará en la<br />

guerra con grande y muy fuerte ejército; mas no prevalecerá,<br />

26 porque le harán traición. Aun los que coman de sus manjares<br />

le quebrantarán; y su ejército será destruido, y caerán muchos<br />

27 muertos. El corazón de estos dos reyes será para hacer mal, y<br />

en una misma mesa hablarán mentira; mas no servirá de nada,<br />

28 porque el plazo aún no habrá llegado. Y volverá a su tierra<br />

con gran riqueza, y su corazón será contra el pacto santo; hará<br />

29 su voluntad, y volverá a su tierra. Al tiempo señalado volverá<br />

30 al sur; mas no será la postrera venida como la primera. Porque<br />

vendrán contra él naves de Quitim, y él se contristará, y<br />

volverá, y se enojará contra el pacto santo, y hará según su voluntad;<br />

volverá, pues, y se entenderá con los que abandonen el<br />

31 santo pacto. Y se levantarán de su parte tropas que profanarán<br />

el santuario y la fortaleza, y quitarán el continuo sacrificio,


1229 Daniel 11. 32–12. 2<br />

y pondrán la abominación desoladora. Con lisonjas seducirá 32<br />

a los violadores del pacto; mas el pueblo que conoce a su Dios<br />

se esforzará y actuará. Y los sabios del pueblo instruirán a 33<br />

muchos; y por algunos días caerán a espada y a fuego, en cautividad<br />

y despojo. Y en su caída serán ayudados de pequeño 34<br />

socorro; y muchos se juntarán a ellos con lisonjas. También 35<br />

algunos de los sabios caerán para ser depurados y limpiados<br />

y emblanquecidos, hasta el tiempo determinado; porque aun<br />

para esto hay plazo. Y el rey hará su voluntad, y se enso- 36<br />

berbecerá, y se engrandecerá sobre todo dios; y contra el Dios<br />

de los dioses hablará maravillas, y prosperará, hasta que sea<br />

consumada la ira; porque lo determinado se cumplirá. Del 37<br />

Dios de sus padres no hará caso, ni del amor de las mujeres;<br />

ni respetará a dios alguno, porque sobre todo se engrandecerá.<br />

Mas honrará en su lugar al dios de las fortalezas, dios que sus 38<br />

padres no conocieron; lo honrará con oro y plata, con piedras<br />

preciosas y con cosas de gran precio. Con un dios ajeno se 39<br />

hará de las fortalezas más inexpugnables, y colmará de honores<br />

a los que le reconozcan, y por precio repartirá la tierra.<br />

Pero al cabo del tiempo el rey del sur contenderá con él; y el 40<br />

rey del norte se levantará contra él como una tempestad, con<br />

carros y gente de a caballo, y muchas naves; y entrará por las<br />

tierras, e inundará, y pasará. Entrará a la tierra gloriosa, y 41<br />

muchas provincias caerán; mas éstas escaparán de su mano:<br />

Edom y Moab, y la mayoría de los hijos de Amón. Extenderá 42<br />

su mano contra las tierras, y no escapará el país de Egipto. Y 43<br />

se apoderará de los tesoros de oro y plata, y de todas las cosas<br />

preciosas de Egipto; y los de Libia y de Etiopía le seguirán.<br />

Pero noticias del oriente y del norte lo atemorizarán, y saldrá 44<br />

con gran ira para destruir y matar a muchos. Y plantará las 45<br />

tiendas de su palacio entre los mares y el monte glorioso y<br />

santo; mas llegará a su fin, y no tendrá quien le ayude.<br />

En aquel tiempo se levantará Miguel, el gran príncipe que 12<br />

está de parte de los hijos de tu pueblo; y será tiempo de angustia,<br />

cual nunca fue desde que hubo gente hasta entonces;<br />

pero en aquel tiempo será libertado tu pueblo, todos los que<br />

se hallen escritos en el libro. Y muchos de los que duermen en 2<br />

el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna,


12. 3–13 Daniel 1230<br />

3 y otros para vergüenza y confusión perpetua. Los entendidos<br />

resplandecerán como el resplandor del firmamento; y los que<br />

enseñan la justicia a la multitud, como las estrellas a perpetua<br />

4 eternidad. Pero tú, Daniel, cierra las palabras y sella el libro<br />

hasta el tiempo del fin. Muchos correrán de aquí para allá, y la<br />

5 ciencia se aumentará. Y yo Daniel miré, y he aquí otros dos<br />

que estaban en pie, el uno a este lado del río, y el otro al otro<br />

6 lado del río. Y dijo uno al varón vestido de lino, que estaba<br />

sobre las aguas del río: ¿Cuándo será el fin de estas maravillas?<br />

7 Y oí al varón vestido de lino, que estaba sobre las aguas del<br />

río, el cual alzó su diestra y su siniestra al cielo, y juró por<br />

el que vive por los siglos, que será por tiempo, tiempos, y la<br />

mitad de un tiempo. Y cuando se acabe la dispersión del poder<br />

8 del pueblo santo, todas estas cosas serán cumplidas. Y yo oí,<br />

mas no entendí. Y dije: Señor mío, ¿cuál será el fin de estas<br />

9 cosas? Él respondió: Anda, Daniel, pues estas palabras están<br />

10 cerradas y selladas hasta el tiempo del fin. Muchos serán limpios,<br />

y emblanquecidos y purificados; los impíos procederán<br />

impíamente, y ninguno de los impíos entenderá, pero los en-<br />

11 tendidos comprenderán. Y desde el tiempo que sea quitado<br />

el continuo sacrificio hasta la abominación desoladora, habrá<br />

12 mil doscientos noventa días. Bienaventurado el que espere, y<br />

13 llegue a mil trescientos treinta y cinco días. Y tú irás hasta<br />

el fin, y reposarás, y te levantarás para recibir tu heredad al<br />

fin de los días.


oseas<br />

alabra de Jehová que vino a Oseas hijo de Beeri, en 1<br />

días de Uzías, Jotam, Acaz y Ezequías, reyes de Judá,<br />

y en días de Jeroboam hijo de Joás, rey de Israel.<br />

El principio de la palabra de Jehová por medio de 2<br />

Oseas. Dijo Jehová a Oseas: Ve, tómate una mujer fornicaria,<br />

e hijos de fornicación; porque la tierra fornica apartándose de<br />

Jehová. Fue, pues, y tomó a Gomer hija de Diblaim, la cual 3<br />

concibió y le dio a luz un hijo. Y le dijo Jehová: Ponle por 4<br />

nombre Jezreel; porque de aquí a poco yo castigaré a la casa de<br />

Jehú por causa de la sangre de Jezreel, y haré cesar el reino de<br />

la casa de Israel. Y en aquel día quebraré yo el arco de Israel 5<br />

en el valle de Jezreel. Concibió ella otra vez, y dio a luz una 6<br />

hija. Y le dijo Dios: Ponle por nombre Lo-ruhama, porque no<br />

me compadeceré más de la casa de Israel, sino que los quitaré<br />

del todo. Mas de la casa de Judá tendré misericordia, y los 7<br />

salvaré por Jehová su Dios; y no los salvaré con arco, ni con<br />

espada, ni con batalla, ni con caballos ni jinetes. Después de 8<br />

haber destetado a Lo-ruhama, concibió y dio a luz un hijo. Y 9<br />

dijo Dios: Ponle por nombre Lo-ammi, porque vosotros no sois<br />

mi pueblo, ni yo seré vuestro Dios. Con todo, será el número 10<br />

de los hijos de Israel como la arena del mar, que no se puede<br />

medir ni contar. Y en el lugar en donde les fue dicho: Vosotros<br />

no sois pueblo mío, les será dicho: Sois hijos del Dios viviente.<br />

Y se congregarán los hijos de Judá y de Israel, y nombrarán 11<br />

un solo jefe, y subirán de la tierra; porque el día de Jezreel<br />

será grande.<br />

Decid a vuestros hermanos: Ammi; y a vuestras hermanas: 2<br />

Ruhama. Contended con vuestra madre, contended; porque 2<br />

ella no es mi mujer, ni yo su marido; aparte, pues, sus fornicaciones<br />

de su rostro, y sus adulterios de entre sus pechos; no 3<br />

sea que yo la despoje y desnude, la ponga como el día en que<br />

nació, la haga como un desierto, la deje como tierra seca, y la<br />

mate de sed. Ni tendré misericordia de sus hijos, porque son 4<br />

hijos de prostitución. Porque su madre se prostituyó; la que 5


2. 6–23 Oseas 1232<br />

los dio a luz se deshonró, porque dijo: Iré tras mis amantes,<br />

que me dan mi pan y mi agua, mi lana y mi lino, mi aceite y<br />

6 mi bebida. Por tanto, he aquí yo rodearé de espinos su cami-<br />

7 no, y la cercaré con seto, y no hallará sus caminos. Seguirá a<br />

sus amantes, y no los alcanzará; los buscará, y no los hallará.<br />

Entonces dirá: Iré y me volveré a mi primer marido; porque<br />

8 mejor me iba entonces que ahora. Y ella no reconoció que yo<br />

le daba el trigo, el vino y el aceite, y que le multipliqué la plata<br />

9 y el oro que ofrecían a Baal. Por tanto, yo volveré y tomaré<br />

mi trigo a su tiempo, y mi vino a su sazón, y quitaré mi lana<br />

10 y mi lino que había dado para cubrir su desnudez. Y ahora<br />

descubriré yo su locura delante de los ojos de sus amantes, y<br />

11 nadie la librará de mi mano. Haré cesar todo su gozo, sus<br />

fiestas, sus nuevas lunas y sus días de reposo, y todas sus fes-<br />

12 tividades. Y haré talar sus vides y sus higueras, de las cuales<br />

dijo: Mi salario son, salario que me han dado mis amantes. Y<br />

las reduciré a un matorral, y las comerán las bestias del cam-<br />

13 po. Y la castigaré por los días en que incensaba a los baales,<br />

y se adornaba de sus zarcillos y de sus joyeles, y se iba tras<br />

14 sus amantes y se olvidaba de mí, dice Jehová. Pero he aquí<br />

que yo la atraeré y la llevaré al desierto, y hablaré a su co-<br />

15 razón. Y le daré sus viñas desde allí, y el valle de Acor por<br />

puerta de esperanza; y allí cantará como en los tiempos de su<br />

juventud, y como en el día de su subida de la tierra de Egipto.<br />

16 En aquel tiempo, dice Jehová, me llamarás Ishi, y nunca más<br />

17 me llamarás Baali. Porque quitaré de su boca los nombres<br />

18 de los baales, y nunca más se mencionarán sus nombres. En<br />

aquel tiempo haré para ti pacto con las bestias del campo, con<br />

las aves del cielo y con las serpientes de la tierra; y quitaré<br />

de la tierra arco y espada y guerra, y te haré dormir segura.<br />

19 Y te desposaré conmigo para siempre; te desposaré conmigo<br />

20 en justicia, juicio, benignidad y misericordia. Y te desposaré<br />

21 conmigo en fidelidad, y conocerás a Jehová. En aquel tiempo<br />

responderé, dice Jehová, yo responderé a los cielos, y ellos res-<br />

22 ponderán a la tierra. Y la tierra responderá al trigo, al vino<br />

23 y al aceite, y ellos responderán a Jezreel. Y la sembraré para<br />

mí en la tierra, y tendré misericordia de Lo-ruhama; y diré a<br />

Lo-ammi: Tú eres pueblo mío, y él dirá: Dios mío.


1233 Oseas 3. 1–4. 14<br />

Me dijo otra vez Jehová: Ve, ama a una mujer amada de 3<br />

su compañero, aunque adúltera, como el amor de Jehová para<br />

con los hijos de Israel, los cuales miran a dioses ajenos, y aman<br />

tortas de pasas. La compré entonces para mí por quince siclos 2<br />

de plata y un homer y medio de cebada. Y le dije: Tú serás mía 3<br />

durante muchos días; no fornicarás, ni tomarás otro varón; lo<br />

mismo haré yo contigo. Porque muchos días estarán los hijos 4<br />

de Israel sin rey, sin príncipe, sin sacrificio, sin estatua, sin<br />

efod y sin terafines. Después volverán los hijos de Israel, y 5<br />

buscarán a Jehová su Dios, y a David su rey; y temerán a<br />

Jehová y a su bondad en el fin de los días.<br />

Oíd palabra de Jehová, hijos de Israel, porque Jehová con- 4<br />

tiende con los moradores de la tierra; porque no hay verdad,<br />

ni misericordia, ni conocimiento de Dios en la tierra. Perju- 2<br />

rar, mentir, matar, hurtar y adulterar prevalecen, y homicidio<br />

tras homicidio se suceden. Por lo cual se enlutará la tierra, y 3<br />

se extenuará todo morador de ella, con las bestias del campo<br />

y las aves del cielo; y aun los peces del mar morirán. Cier- 4<br />

tamente hombre no contienda ni reprenda a hombre, porque<br />

tu pueblo es como los que resisten al sacerdote. Caerás por 5<br />

tanto en el día, y caerá también contigo el profeta de noche;<br />

y a tu madre destruiré. Mi pueblo fue destruido, porque le 6<br />

faltó conocimiento. Por cuanto desechaste el conocimiento, yo<br />

te echaré del sacerdocio; y porque olvidaste la ley de tu Dios,<br />

también yo me olvidaré de tus hijos. Conforme a su grandeza, 7<br />

así pecaron contra mí; también yo cambiaré su honra en afrenta.<br />

Del pecado de mi pueblo comen, y en su maldad levantan 8<br />

su alma. Y será el pueblo como el sacerdote; le castigaré por 9<br />

su conducta, y le pagaré conforme a sus obras. Comerán, pe- 10<br />

ro no se saciarán; fornicarán, mas no se multiplicarán, porque<br />

dejaron de servir a Jehová. Fornicación, vino y mosto quitan 11<br />

el juicio. Mi pueblo a su ídolo de madera pregunta, y el leño 12<br />

le responde; porque espíritu de fornicaciones lo hizo errar, y<br />

dejaron a su Dios para fornicar. Sobre las cimas de los mon- 13<br />

tes sacrificaron, e incensaron sobre los collados, debajo de las<br />

encinas, álamos y olmos que tuviesen buena sombra; por tanto,<br />

vuestras hijas fornicarán, y adulterarán vuestras nueras.<br />

No castigaré a vuestras hijas cuando forniquen, ni a vuestras 14


4. 15–5. 15 Oseas 1234<br />

nueras cuando adulteren; porque ellos mismos se van con rameras,<br />

y con malas mujeres sacrifican; por tanto, el pueblo<br />

15 sin entendimiento caerá. Si fornicas tú, Israel, a lo menos no<br />

peque Judá; y no entréis en Gilgal, ni subáis a Bet-avén, ni<br />

16 juréis: Vive Jehová. Porque como novilla indómita se apartó<br />

Israel; ¿los apacentará ahora Jehová como a corderos en lu-<br />

17, 18 gar espacioso? Efraín es dado a ídolos; déjalo. Su bebida se<br />

corrompió; fornicaron sin cesar; sus príncipes amaron lo que<br />

19 avergüenza. El viento los ató en sus alas, y de sus sacrificios<br />

serán avergonzados.<br />

5 Sacerdotes, oíd esto, y estad atentos, casa de Israel, y casa<br />

del rey, escuchad; porque para vosotros es el juicio, pues<br />

2 habéis sido lazo en Mizpa, y red tendida sobre Tabor. Y haciendo<br />

víctimas han bajado hasta lo profundo; por tanto, yo<br />

3 castigaré a todos ellos. Yo conozco a Efraín, e Israel no me<br />

es desconocido; porque ahora, oh Efraín, te has prostituido,<br />

4 y se ha contaminado Israel. No piensan en convertirse a su<br />

Dios, porque espíritu de fornicación está en medio de ellos,<br />

5 y no conocen a Jehová. La soberbia de Israel le desmentirá<br />

en su cara; Israel y Efraín tropezarán en su pecado, y Judá<br />

6 tropezará también con ellos. Con sus ovejas y con sus vacas<br />

andarán buscando a Jehová, y no le hallarán; se apartó<br />

7 de ellos. Contra Jehová prevaricaron, porque han engendrado<br />

hijos extraños; ahora en un solo mes serán consumidos ellos y<br />

8 sus heredades. Tocad bocina en Gabaa, trompeta en Ramá:<br />

9 sonad alarma en Bet-avén; tiembla, oh Benjamín. Efraín será<br />

asolado en el día del castigo; en las tribus de Israel hice co-<br />

10 nocer la verdad. Los príncipes de Judá fueron como los que<br />

traspasan los linderos; derramaré sobre ellos como agua mi ira.<br />

11 Efraín es vejado, quebrantado en juicio, porque quiso andar en<br />

12 pos de vanidades. Yo, pues, seré como polilla a Efraín, y como<br />

13 carcoma a la casa de Judá. Y verá Efraín su enfermedad, y<br />

Judá su llaga; irá entonces Efraín a Asiria, y enviará al rey<br />

14 Jareb; mas él no os podrá sanar, ni os curará la llaga. Porque<br />

yo seré como león a Efraín, y como cachorro de león a la casa<br />

de Judá; yo, yo arrebataré, y me iré; tomaré, y no habrá quien<br />

15 liberte. Andaré y volveré a mi lugar, hasta que reconozcan su<br />

pecado y busquen mi rostro. En su angustia me buscarán.


1235 Oseas 6. 1–7. 10<br />

Venid y volvamos a Jehová; porque él arrebató, y nos cura- 6<br />

rá; hirió, y nos vendará. Nos dará vida después de dos días; 2<br />

en el tercer día nos resucitará, y viviremos delante de él. Y 3<br />

conoceremos, y proseguiremos en conocer a Jehová; como el<br />

alba está dispuesta su salida, y vendrá a nosotros como la lluvia,<br />

como la lluvia tardía y temprana a la tierra. ¿Qué haré 4<br />

a ti, Efraín? ¿Qué haré a ti, oh Judá? La piedad vuestra es<br />

como nube de la mañana, y como el rocío de la madrugada,<br />

que se desvanece. Por esta causa los corté por medio de los 5<br />

profetas, con las palabras de mi boca los maté; y tus juicios<br />

serán como luz que sale. Porque misericordia quiero, y no 6<br />

sacrificio, y conocimiento de Dios más que holocaustos. Mas 7<br />

ellos, cual Adán, traspasaron el pacto; allí prevaricaron contra<br />

mí. Galaad, ciudad de hacedores de iniquidad, manchada 8<br />

de sangre. Y como ladrones que esperan a algún hombre, así 9<br />

una compañía de sacerdotes mata en el camino hacia Siquem;<br />

así cometieron abominación. En la casa de Israel he visto in- 10<br />

mundicia; allí fornicó Efraín, y se contaminó Israel. Para ti 11<br />

también, oh Judá, está preparada una siega, cuando yo haga<br />

volver el cautiverio de mi pueblo.<br />

Mientras curaba yo a Israel, se descubrió la iniquidad de 7<br />

Efraín, y las maldades de Samaria; porque hicieron engaño; y<br />

entra el ladrón, y el salteador despoja por fuera. Y no conside- 2<br />

ran en su corazón que tengo en memoria toda su maldad; ahora<br />

les rodearán sus obras; delante de mí están. Con su maldad 3<br />

alegran al rey, y a los príncipes con sus mentiras. Todos ellos 4<br />

son adúlteros; son como horno encendido por el hornero, que<br />

cesa de avivar el fuego después que está hecha la masa, hasta<br />

que se haya leudado. En el día de nuestro rey los príncipes lo 5<br />

hicieron enfermar con copas de vino; extendió su mano con los<br />

escarnecedores. Aplicaron su corazón, semejante a un horno, 6<br />

a sus artificios; toda la noche duerme su hornero; a la mañana<br />

está encendido como llama de fuego. Todos ellos arden como 7<br />

un horno, y devoraron a sus jueces; cayeron todos sus reyes;<br />

no hay entre ellos quien a mí clame. Efraín se ha mezclado 8<br />

con los demás pueblos; Efraín fue torta no volteada. Devo- 9<br />

raron extraños su fuerza, y él no lo supo; y aun canas le han<br />

cubierto, y él no lo supo. Y la soberbia de Israel testificará 10


7. 11–8. 14 Oseas 1236<br />

contra él en su cara; y no se volvieron a Jehová su Dios, ni lo<br />

11 buscaron con todo esto. Efraín fue como paloma incauta, sin<br />

12 entendimiento; llamarán a Egipto, acudirán a Asiria. Cuando<br />

fueren, tenderé sobre ellos mi red; les haré caer como aves<br />

del cielo; les castigaré conforme a lo que se ha anunciado en<br />

13 sus congregaciones. ¡Ay de ellos! porque se apartaron de mí;<br />

destrucción vendrá sobre ellos, porque contra mí se rebelaron;<br />

14 yo los redimí, y ellos hablaron mentiras contra mí. Y no clamaron<br />

a mí con su corazón cuando gritaban sobre sus camas;<br />

para el trigo y el mosto se congregaron, se rebelaron contra<br />

15 mí. Y aunque yo los enseñé y fortalecí sus brazos, contra mí<br />

16 pensaron mal. Volvieron, pero no al Altísimo; fueron como<br />

arco engañoso; cayeron sus príncipes a espada por la soberbia<br />

de su lengua; esto será su escarnio en la tierra de Egipto.<br />

8 Pon a tu boca trompeta. Como águila viene contra la casa<br />

de Jehová, porque traspasaron mi pacto, y se rebelaron con-<br />

2 tra mi ley. A mí clamará Israel: Dios mío, te hemos conocido.<br />

3, 4 Israel desechó el bien; enemigo lo perseguirá. Ellos establecieron<br />

reyes, pero no escogidos por mí; constituyeron príncipes,<br />

mas yo no lo supe; de su plata y de su oro hicieron ídolos para<br />

5 sí, para ser ellos mismos destruidos. Tu becerro, oh Samaria,<br />

te hizo alejarte; se encendió mi enojo contra ellos, hasta que no<br />

6 pudieron alcanzar purificación. Porque de Israel es también<br />

éste, y artífice lo hizo; no es Dios; por lo que será deshecho<br />

7 en pedazos el becerro de Samaria. Porque sembraron viento,<br />

y torbellino segarán; no tendrán mies, ni su espiga hará hari-<br />

8 na; y si la hiciere, extraños la comerán. Devorado será Israel;<br />

pronto será entre las naciones como vasija que no se estima.<br />

9 Porque ellos subieron a Asiria, como asno montés para sí so-<br />

10 lo; Efraín con salario alquiló amantes. Aunque alquilen entre<br />

las naciones, ahora las juntaré, y serán afligidos un poco de<br />

11 tiempo por la carga del rey y de los príncipes. Porque mul-<br />

12 tiplicó Efraín altares para pecar, tuvo altares para pecar. Le<br />

escribí las grandezas de mi ley, y fueron tenidas por cosa ex-<br />

13 traña. En los sacrificios de mis ofrendas sacrificaron carne, y<br />

comieron; no los quiso Jehová; ahora se acordará de su iniqui-<br />

14 dad, y castigará su pecado; ellos volverán a Egipto. Olvidó,<br />

pues, Israel a su Hacedor, y edificó templos, y Judá multiplicó


1237 Oseas 9. 1–17<br />

ciudades fortificadas; mas yo meteré fuego en sus ciudades, el<br />

cual consumirá sus palacios.<br />

No te alegres, oh Israel, hasta saltar de gozo como los pue- 9<br />

blos, pues has fornicado apartándote de tu Dios; amaste salario<br />

de ramera en todas las eras de trigo. La era y el lagar no los 2<br />

mantendrán, y les fallará el mosto. No quedarán en la tierra 3<br />

de Jehová, sino que volverá Efraín a Egipto y a Asiria, donde<br />

comerán vianda inmunda. No harán libaciones a Jehová, ni 4<br />

sus sacrificios le serán gratos; como pan de enlutados les serán<br />

a ellos; todos los que coman de él serán inmundos. Será, pues,<br />

el pan de ellos para sí mismos; ese pan no entrará en la casa<br />

de Jehová. ¿Qué haréis en el día de la solemnidad, y en el día 5<br />

de la fiesta de Jehová? Porque he aquí se fueron ellos a causa 6<br />

de la destrucción. Egipto los recogerá, Menfis los enterrará. La<br />

ortiga conquistará lo deseable de su plata, y espino crecerá en<br />

sus moradas. Vinieron los días del castigo, vinieron los días de 7<br />

la retribución; e Israel lo conocerá. Necio es el profeta, insensato<br />

es el varón de espíritu, a causa de la multitud de tu maldad,<br />

y grande odio. Atalaya es Efraín para con mi Dios; el profeta 8<br />

es lazo de cazador en todos sus caminos, odio en la casa de su<br />

Dios. Llegaron hasta lo más bajo en su corrupción, como en 9<br />

los días de Gabaa; ahora se acordará de su iniquidad, castigará<br />

su pecado. Como uvas en el desierto hallé a Israel; como la fru- 10<br />

ta temprana de la higuera en su principio vi a vuestros padres.<br />

Ellos acudieron a Baal-peor, se apartaron para vergüenza, y se<br />

hicieron abominables como aquello que amaron. La gloria de 11<br />

Efraín volará cual ave, de modo que no habrá nacimientos, ni<br />

embarazos, ni concepciones. Y si llegaren a grandes sus hijos, 12<br />

los quitaré de entre los hombres, porque ¡ay de ellos también,<br />

cuando de ellos me aparte! Efraín, según veo, es semejante a 13<br />

Tiro, situado en lugar delicioso; pero Efraín sacará sus hijos<br />

a la matanza. Dales, oh Jehová, lo que les has de dar; dales 14<br />

matriz que aborte, y pechos enjutos. Toda la maldad de ellos 15<br />

fue en Gilgal; allí, pues, les tomé aversión; por la perversidad<br />

de sus obras los echaré de mi casa; no los amaré más; todos sus<br />

príncipes son desleales. Efraín fue herido, su raíz está seca, no 16<br />

dará más fruto; aunque engendren, yo mataré lo deseable de<br />

su vientre. Mi Dios los desechará, porque ellos no le oyeron; 17


10. 1–11. 2 Oseas 1238<br />

y andarán errantes entre las naciones.<br />

10 Israel es una frondosa viña, que da abundante fruto para<br />

sí mismo; conforme a la abundancia de su fruto multiplicó<br />

también los altares, conforme a la bondad de su tierra aumen-<br />

2 taron sus ídolos. Está dividido su corazón. Ahora serán hallados<br />

culpables; Jehová demolerá sus altares, destruirá sus<br />

3 ídolos. Seguramente dirán ahora: No tenemos rey, porque no<br />

4 temimos a Jehová; ¿y qué haría el rey por nosotros? Han hablado<br />

palabras jurando en vano al hacer pacto; por tanto, el<br />

5 juicio florecerá como ajenjo en los surcos del campo. Por las<br />

becerras de Bet-avén serán atemorizados los moradores de Samaria;<br />

porque su pueblo lamentará a causa del becerro, y sus<br />

sacerdotes que en él se regocijaban por su gloria, la cual será<br />

6 disipada. Aun será él llevado a Asiria como presente al rey<br />

Jareb; Efraín será avergonzado, e Israel se avergonzará de su<br />

7 consejo. De Samaria fue cortado su rey como espuma sobre<br />

8 la superficie de las aguas. Y los lugares altos de Avén serán<br />

destruidos, el pecado de Israel; crecerá sobre sus altares espino<br />

y cardo. Y dirán a los montes: Cubridnos; y a los collados:<br />

9 Caed sobre nosotros. Desde los días de Gabaa has pecado, oh<br />

Israel; allí estuvieron; no los tomó la batalla en Gabaa con-<br />

10 tra los inicuos. Y los castigaré cuando lo desee; y pueblos se<br />

juntarán sobre ellos cuando sean atados por su doble crimen.<br />

11 Efraín es novilla domada, que le gusta trillar, mas yo pasaré<br />

sobre su lozana cerviz; haré llevar yugo a Efraín; arará Judá,<br />

12 quebrará sus terrones Jacob. Sembrad para vosotros en justicia,<br />

segad para vosotros en misericordia; haced para vosotros<br />

barbecho; porque es el tiempo de buscar a Jehová, hasta que<br />

13 venga y os enseñe justicia. Habéis arado impiedad, y segasteis<br />

iniquidad; comeréis fruto de mentira, porque confiaste en<br />

14 tu camino y en la multitud de tus valientes. Por tanto, en<br />

tus pueblos se levantará alboroto, y todas tus fortalezas serán<br />

destruidas, como destruyó Salmán a Bet-arbel en el día de la<br />

15 batalla, cuando la madre fue destrozada con los hijos. Así hará<br />

a vosotros Bet-el, por causa de vuestra gran maldad; a la<br />

mañana será del todo cortado el rey de Israel.<br />

11 Cuando Israel era muchacho, yo lo amé, y de Egipto llamé<br />

2 a mi hijo. Cuanto más yo los llamaba, tanto más se alejaban


1239 Oseas 11. 3–12. 10<br />

de mí; a los baales sacrificaban, y a los ídolos ofrecían sahumerios.<br />

Yo con todo eso enseñaba a andar al mismo Efraín, 3<br />

tomándole de los brazos; y no conoció que yo le cuidaba. Con 4<br />

cuerdas humanas los atraje, con cuerdas de amor; y fui para<br />

ellos como los que alzan el yugo de sobre su cerviz, y puse<br />

delante de ellos la comida. No volverá a tierra de Egipto, sino 5<br />

que el asirio mismo será su rey, porque no se quisieron convertir.<br />

Caerá espada sobre sus ciudades, y consumirá sus aldeas; 6<br />

las consumirá a causa de sus propios consejos. Entre tanto, 7<br />

mi pueblo está adherido a la rebelión contra mí; aunque me<br />

llaman el Altísimo, ninguno absolutamente me quiere enaltecer.<br />

¿Cómo podré abandonarte, oh Efraín? ¿Te entregaré yo, 8<br />

Israel? ¿Cómo podré yo hacerte como Adma, o ponerte como<br />

a Zeboim? Mi corazón se conmueve dentro de mí, se inflama<br />

toda mi compasión. No ejecutaré el ardor de mi ira, ni volveré 9<br />

para destruir a Efraín; porque Dios soy, y no hombre, el Santo<br />

en medio de ti; y no entraré en la ciudad. En pos de Jeho- 10<br />

vá caminarán; él rugirá como león; rugirá, y los hijos vendrán<br />

temblando desde el occidente. Como ave acudirán velozmente 11<br />

de Egipto, y de la tierra de Asiria como paloma; y los haré habitar<br />

en sus casas, dice Jehová. Me rodeó Efraín de mentira, 12<br />

y la casa de Israel de engaño. Judá aún gobierna con Dios, y<br />

es fiel con los santos.<br />

Efraín se apacienta de viento, y sigue al solano; mentira 12<br />

y destrucción aumenta continuamente; porque hicieron pacto<br />

con los asirios, y el aceite se lleva a Egipto. Pleito tiene Jeho- 2<br />

vá con Judá para castigar a Jacob conforme a sus caminos; le<br />

pagará conforme a sus obras. En el seno materno tomó por el 3<br />

calcañar a su hermano, y con su poder venció al ángel. Ven- 4<br />

ció al ángel, y prevaleció; lloró, y le rogó; en Bet-el le halló, y<br />

allí habló con nosotros. Mas Jehová es Dios de los ejércitos; 5<br />

Jehová es su nombre. Tú, pues, vuélvete a tu Dios; guarda 6<br />

misericordia y juicio, y en tu Dios confía siempre. Mercader 7<br />

que tiene en su mano peso falso, amador de opresión, Efraín 8<br />

dijo: Ciertamente he enriquecido, he hallado riquezas para mí;<br />

nadie hallará iniquidad en mí, ni pecado en todos mis trabajos.<br />

Pero yo soy Jehová tu Dios desde la tierra de Egipto; aún te 9<br />

haré morar en tiendas, como en los días de la fiesta. Y he ha- 10


12. 11–13. 16 Oseas 1240<br />

blado a los profetas, y aumenté la profecía, y por medio de los<br />

11 profetas usé parábolas. ¿Es Galaad iniquidad? Ciertamente<br />

vanidad han sido; en Gilgal sacrificaron bueyes, y sus altares<br />

12 son como montones en los surcos del campo. Pero Jacob huyó<br />

a tierra de Aram, Israel sirvió para adquirir mujer, y por<br />

13 adquirir mujer fue pastor. Y por un profeta Jehová hizo subir<br />

14 a Israel de Egipto, y por un profeta fue guardado. Efraín ha<br />

provocado a Dios con amarguras; por tanto, hará recaer sobre<br />

él la sangre que ha derramado, y su Señor le pagará su oprobio.<br />

13 Cuando Efraín hablaba, hubo temor; fue exaltado en Israel;<br />

2 mas pecó en Baal, y murió. Y ahora añadieron a su pecado,<br />

y de su plata se han hecho según su entendimiento imágenes<br />

de fundición, ídolos, toda obra de artífices, acerca de los cuales<br />

dicen a los hombres que sacrifican, que besen los becerros.<br />

3 Por tanto, serán como la niebla de la mañana, y como el rocío<br />

de la madrugada que se pasa; como el tamo que la tempestad<br />

4 arroja de la era, y como el humo que sale de la chimenea. Mas<br />

yo soy Jehová tu Dios desde la tierra de Egipto; no conocerás,<br />

5 pues, otro dios fuera de mí, ni otro salvador sino a mí. Yo te<br />

6 conocí en el desierto, en tierra seca. En sus pastos se saciaron,<br />

y repletos, se ensoberbeció su corazón; por esta causa se olvi-<br />

7 daron de mí. Por tanto, yo seré para ellos como león; como un<br />

8 leopardo en el camino los acecharé. Como osa que ha perdido<br />

los hijos los encontraré, y desgarraré las fibras de su corazón,<br />

y allí los devoraré como león; fiera del campo los despedazará.<br />

9, 10 Te perdiste, oh Israel, mas en mí está tu ayuda. ¿Dónde está<br />

tu rey, para que te guarde con todas tus ciudades; y tus jueces,<br />

11 de los cuales dijiste: Dame rey y príncipes? Te di rey en mi<br />

12 furor, y te lo quité en mi ira. Atada está la maldad de Efraín;<br />

13 su pecado está guardado. Dolores de mujer que da a luz le<br />

vendrán; es un hijo no sabio, porque ya hace tiempo que no<br />

14 debiera detenerse al punto mismo de nacer. De la mano del<br />

Seol los redimiré, los libraré de la muerte. Oh muerte, yo seré<br />

tu muerte; y seré tu destrucción, oh Seol; la compasión será<br />

15 escondida de mi vista. Aunque él fructifique entre los hermanos,<br />

vendrá el solano, viento de Jehová; se levantará desde el<br />

desierto, y se secará su manantial, y se agotará su fuente; él sa-<br />

16 queará el tesoro de todas sus preciosas alhajas. Samaria será


1241 Oseas 14. 1–9<br />

asolada, porque se rebeló contra su Dios; caerán a espada; sus<br />

niños serán estrellados, y sus mujeres encintas serán abiertas.<br />

Vuelve, oh Israel, a Jehová tu Dios; porque por tu pecado 14<br />

has caído. Llevad con vosotros palabras de súplica, y volved 2<br />

a Jehová, y decidle: Quita toda iniquidad, y acepta el bien, y<br />

te ofreceremos la ofrenda de nuestros labios. No nos librará 3<br />

el asirio; no montaremos en caballos, ni nunca más diremos<br />

a la obra de nuestras manos: Dioses nuestros; porque en ti el<br />

huérfano alcanzará misericordia. Yo sanaré su rebelión, los 4<br />

amaré de pura gracia; porque mi ira se apartó de ellos. Yo 5<br />

seré a Israel como rocío; él florecerá como lirio, y extenderá<br />

sus raíces como el Líbano. Se extenderán sus ramas, y será 6<br />

su gloria como la del olivo, y perfumará como el Líbano. Vol- 7<br />

verán y se sentarán bajo su sombra; serán vivificados como<br />

trigo, y florecerán como la vid; su olor será como de vino del<br />

Líbano. Efraín dirá: ¿Qué más tendré ya con los ídolos? Yo 8<br />

lo oiré, y miraré; yo seré a él como la haya verde; de mí será<br />

hallado tu fruto. ¿Quién es sabio para que entienda esto, y 9<br />

prudente para que lo sepa? Porque los caminos de Jehová son<br />

rectos, y los justos andarán por ellos; mas los rebeldes caerán<br />

en ellos.


1, 2<br />

3<br />

4<br />

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joel<br />

alabra de Jehová que vino a Joel, hijo de Petuel. Oíd<br />

esto, ancianos, y escuchad, todos los moradores de la<br />

tierra. ¿Ha acontecido esto en vuestros días, o en los<br />

días de vuestros padres? De esto contaréis a vuestros<br />

hijos, y vuestros hijos a sus hijos, y sus hijos a la otra<br />

generación. Lo que quedó de la oruga comió el saltón, y lo<br />

que quedó del saltón comió el revoltón; y la langosta comió<br />

lo que del revoltón había quedado. Despertad, borrachos, y<br />

llorad; gemid, todos los que bebéis vino, a causa del mosto,<br />

porque os es quitado de vuestra boca. Porque pueblo fuerte e<br />

innumerable subió a mi tierra; sus dientes son dientes de león,<br />

y sus muelas, muelas de león. Asoló mi vid, y descortezó mi<br />

higuera; del todo la desnudó y derribó; sus ramas quedaron<br />

blancas. Llora tú como joven vestida de cilicio por el marido<br />

de su juventud. Desapareció de la casa de Jehová la ofrenda y<br />

la libación; los sacerdotes ministros de Jehová están de duelo.<br />

El campo está asolado, se enlutó la tierra; porque el trigo fue<br />

destruido, se secó el mosto, se perdió el aceite. Confundíos,<br />

labradores; gemid, viñeros, por el trigo y la cebada, porque se<br />

perdió la mies del campo. La vid está seca, y pereció la higuera;<br />

el granado también, la palmera y el manzano; todos los<br />

árboles del campo se secaron, por lo cual se extinguió el gozo<br />

de los hijos de los hombres. Ceñíos y lamentad, sacerdotes;<br />

gemid, ministros del altar; venid, dormid en cilicio, ministros<br />

de mi Dios; porque quitada es de la casa de vuestro Dios la<br />

ofrenda y la libación. Proclamad ayuno, convocad a asamblea;<br />

congregad a los ancianos y a todos los moradores de la<br />

tierra en la casa de Jehová vuestro Dios, y clamad a Jehová.<br />

¡Ay del día! porque cercano está el día de Jehová, y vendrá<br />

como destrucción por el Todopoderoso. ¿No fue arrebatado<br />

el alimento de delante de nuestros ojos, la alegría y el placer<br />

de la casa de nuestro Dios? El grano se pudrió debajo<br />

de los terrones, los graneros fueron asolados, los alfolíes destruidos;<br />

porque se secó el trigo. ¡Cómo gimieron las bestias!


1243 Joel 1. 19–2. 13<br />

¡cuán turbados anduvieron los hatos de los bueyes, porque no<br />

tuvieron pastos! También fueron asolados los rebaños de las<br />

ovejas. A ti, oh Jehová, clamaré; porque fuego consumió los 19<br />

pastos del desierto, y llama abrasó todos los árboles del campo.<br />

Las bestias del campo bramarán también a ti, porque se 20<br />

secaron los arroyos de las aguas, y fuego consumió las praderas<br />

del desierto.<br />

Tocad trompeta en Sion, y dad alarma en mi santo mon- 2<br />

te; tiemblen todos los moradores de la tierra, porque viene<br />

el día de Jehová, porque está cercano. Día de tinieblas y de 2<br />

oscuridad, día de nube y de sombra; como sobre los montes<br />

se extiende el alba, así vendrá un pueblo grande y fuerte; semejante<br />

a él no lo hubo jamás, ni después de él lo habrá en<br />

años de muchas generaciones. Delante de él consumirá fue- 3<br />

go, tras de él abrasará llama; como el huerto del Edén será<br />

la tierra delante de él, y detrás de él como desierto asolado;<br />

ni tampoco habrá quien de él escape. Su aspecto, como as- 4<br />

pecto de caballos, y como gente de a caballo correrán. Como 5<br />

estruendo de carros saltarán sobre las cumbres de los montes;<br />

como sonido de llama de fuego que consume hojarascas,<br />

como pueblo fuerte dispuesto para la batalla. Delante de él 6<br />

temerán los pueblos; se pondrán pálidos todos los semblantes.<br />

Como valientes correrán, como hombres de guerra subirán el 7<br />

muro; cada cual marchará por su camino, y no torcerá su rumbo.<br />

Ninguno estrechará a su compañero, cada uno irá por su 8<br />

carrera; y aun cayendo sobre la espada no se herirán. Irán 9<br />

por la ciudad, correrán por el muro, subirán por las casas, entrarán<br />

por las ventanas a manera de ladrones. Delante de él 10<br />

temblará la tierra, se estremecerán los cielos; el sol y la luna<br />

se oscurecerán, y las estrellas retraerán su resplandor. Y Je- 11<br />

hová dará su orden delante de su ejército; porque muy grande<br />

es su campamento; fuerte es el que ejecuta su orden; porque<br />

grande es el día de Jehová, y muy terrible; ¿quién podrá soportarlo?<br />

Por eso pues, ahora, dice Jehová, convertíos a mí con 12<br />

todo vuestro corazón, con ayuno y lloro y lamento. Rasgad 13<br />

vuestro corazón, y no vuestros vestidos, y convertíos a Jehová<br />

vuestro Dios; porque misericordioso es y clemente, tardo para<br />

la ira y grande en misericordia, y que se duele del castigo.


2. 14–31 Joel 1244<br />

14 ¿Quién sabe si volverá y se arrepentirá y dejará bendición tras<br />

de él, esto es, ofrenda y libación para Jehová vuestro Dios?<br />

15 Tocad trompeta en Sion, proclamad ayuno, convocad asam-<br />

16 blea. Reunid al pueblo, santificad la reunión, juntad a los<br />

ancianos, congregad a los niños y a los que maman, salga de<br />

17 su cámara el novio, y de su tálamo la novia. Entre la entrada<br />

y el altar lloren los sacerdotes ministros de Jehová, y digan:<br />

Perdona, oh Jehová, a tu pueblo, y no entregues al oprobio tu<br />

heredad, para que las naciones se enseñoreen de ella. ¿Por qué<br />

18 han de decir entre los pueblos: Dónde está su Dios? Y Jeho-<br />

19 vá, solícito por su tierra, perdonará a su pueblo. Responderá<br />

Jehová, y dirá a su pueblo: He aquí yo os envío pan, mosto<br />

y aceite, y seréis saciados de ellos; y nunca más os pondré en<br />

20 oprobio entre las naciones. Y haré alejar de vosotros al del<br />

norte, y lo echaré en tierra seca y desierta; su faz será hacia el<br />

mar oriental, y su fin al mar occidental; y exhalará su hedor,<br />

21 y subirá su pudrición, porque hizo grandes cosas. Tierra, no<br />

temas; alégrate y gózate, porque Jehová hará grandes cosas.<br />

22 Animales del campo, no temáis; porque los pastos del desierto<br />

reverdecerán, porque los árboles llevarán su fruto, la higuera<br />

23 y la vid darán sus frutos. Vosotros también, hijos de Sion,<br />

alegraos y gozaos en Jehová vuestro Dios; porque os ha dado<br />

la primera lluvia a su tiempo, y hará descender sobre vosotros<br />

24 lluvia temprana y tardía como al principio. Las eras se llena-<br />

25 rán de trigo, y los lagares rebosarán de vino y aceite. Y os<br />

restituiré los años que comió la oruga, el saltón, el revoltón y<br />

26 la langosta, mi gran ejército que envié contra vosotros. Comeréis<br />

hasta saciaros, y alabaréis el nombre de Jehová vuestro<br />

Dios, el cual hizo maravillas con vosotros; y nunca jamás será<br />

27 mi pueblo avergonzado. Y conoceréis que en medio de Israel<br />

estoy yo, y que yo soy Jehová vuestro Dios, y no hay otro; y<br />

28 mi pueblo nunca jamás será avergonzado. Y después de esto<br />

derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros<br />

hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán sueños,<br />

29 y vuestros jóvenes verán visiones. Y también sobre los siervos<br />

30 y sobre las siervas derramaré mi Espíritu en aquellos días. Y<br />

daré prodigios en el cielo y en la tierra, sangre, y fuego, y co-<br />

31 lumnas de humo. El sol se convertirá en tinieblas, y la luna en


1245 Joel 2. 32–3. 16<br />

sangre, antes que venga el día grande y espantoso de Jehová.<br />

Y todo aquel que invocare el nombre de Jehová será salvo; 32<br />

porque en el monte de Sion y en Jerusalén habrá salvación,<br />

como ha dicho Jehová, y entre el remanente al cual él habrá<br />

llamado.<br />

Porque he aquí que en aquellos días, y en aquel tiempo en 3<br />

que haré volver la cautividad de Judá y de Jerusalén, reuniré 2<br />

a todas las naciones, y las haré descender al valle de Josafat,<br />

y allí entraré en juicio con ellas a causa de mi pueblo, y de<br />

Israel mi heredad, a quien ellas esparcieron entre las naciones,<br />

y repartieron mi tierra; y echaron suertes sobre mi pueblo, 3<br />

y dieron los niños por una ramera, y vendieron las niñas por<br />

vino para beber. Y también, ¿qué tengo yo con vosotras, Ti- 4<br />

ro y Sidón, y todo el territorio de Filistea? ¿Queréis vengaros<br />

de mí? Y si de mí os vengáis, bien pronto haré yo recaer la<br />

paga sobre vuestra cabeza. Porque habéis llevado mi plata y 5<br />

mi oro, y mis cosas preciosas y hermosas metisteis en vuestros<br />

templos; y vendisteis los hijos de Judá y los hijos de Jerusa- 6<br />

lén a los hijos de los griegos, para alejarlos de su tierra. He 7<br />

aquí yo los levantaré del lugar donde los vendisteis, y volveré<br />

vuestra paga sobre vuestra cabeza; y venderé vuestros hijos 8<br />

y vuestras hijas a los hijos de Judá, y ellos los venderán a<br />

los sabeos, nación lejana; porque Jehová ha hablado. Procla- 9<br />

mad esto entre las naciones, proclamad guerra, despertad a<br />

los valientes, acérquense, vengan todos los hombres de guerra.<br />

Forjad espadas de vuestros azadones, lanzas de vuestras hoces; 10<br />

diga el débil: Fuerte soy. Juntaos y venid, naciones todas de 11<br />

alrededor, y congregaos; haz venir allí, oh Jehová, a tus fuertes.<br />

Despiértense las naciones, y suban al valle de Josafat; 12<br />

porque allí me sentaré para juzgar a todas las naciones de alrededor.<br />

Echad la hoz, porque la mies está ya madura. Venid, 13<br />

descended, porque el lagar está lleno, rebosan las cubas; porque<br />

mucha es la maldad de ellos. Muchos pueblos en el valle 14<br />

de la decisión; porque cercano está el día de Jehová en el valle<br />

de la decisión. El sol y la luna se oscurecerán, y las estrellas 15<br />

retraerán su resplandor. Y Jehová rugirá desde Sion, y dará 16<br />

su voz desde Jerusalén, y temblarán los cielos y la tierra; pero<br />

Jehová será la esperanza de su pueblo, y la fortaleza de los


3. 17–21 Joel 1246<br />

17 hijos de Israel. Y conoceréis que yo soy Jehová vuestro Dios,<br />

que habito en Sion, mi santo monte; y Jerusalén será santa, y<br />

18 extraños no pasarán más por ella. Sucederá en aquel tiempo,<br />

que los montes destilarán mosto, y los collados fluirán leche,<br />

y por todos los arroyos de Judá correrán aguas; y saldrá una<br />

19 fuente de la casa de Jehová, y regará el valle de Sitim. Egipto<br />

será destruido, y Edom será vuelto en desierto asolado, por<br />

la injuria hecha a los hijos de Judá; porque derramaron en su<br />

20 tierra sangre inocente. Pero Judá será habitada para siempre,<br />

21 y Jerusalén por generación y generación. Y limpiaré la sangre<br />

de los que no había limpiado; y Jehová morará en Sion.


amós<br />

as palabras de Amós, que fue uno de los pastores de 1<br />

Tecoa, que profetizó acerca de Israel en días de Uzías<br />

rey de Judá y en días de Jeroboam hijo de Joás, rey<br />

de Israel, dos años antes del terremoto. Dijo: Je- 2<br />

hová rugirá desde Sion, y dará su voz desde Jerusalén, y los<br />

campos de los pastores se enlutarán, y se secará la cumbre del<br />

Carmelo. Así ha dicho Jehová: Por tres pecados de Damas- 3<br />

co, y por el cuarto, no revocaré su castigo; porque trillaron<br />

a Galaad con trillos de hierro. Prenderé fuego en la casa de 4<br />

Hazael, y consumirá los palacios de Ben-adad. Y quebraré los 5<br />

cerrojos de Damasco, y destruiré a los moradores del valle de<br />

Avén, y los gobernadores de Bet-edén; y el pueblo de Siria será<br />

transportado a Kir, dice Jehová. Así ha dicho Jehová: Por 6<br />

tres pecados de Gaza, y por el cuarto, no revocaré su castigo;<br />

porque llevó cautivo a todo un pueblo para entregarlo a Edom.<br />

Prenderé fuego en el muro de Gaza, y consumirá sus palacios. 7<br />

Y destruiré a los moradores de Asdod, y a los gobernadores 8<br />

de Ascalón; y volveré mi mano contra Ecrón, y el resto de los<br />

filisteos perecerá, ha dicho Jehová el Señor. Así ha dicho Je- 9<br />

hová: Por tres pecados de Tiro, y por el cuarto, no revocaré su<br />

castigo; porque entregaron a todo un pueblo cautivo a Edom,<br />

y no se acordaron del pacto de hermanos. Prenderé fuego en 10<br />

el muro de Tiro, y consumirá sus palacios. Así ha dicho Jeho- 11<br />

vá: Por tres pecados de Edom, y por el cuarto, no revocaré su<br />

castigo; porque persiguió a espada a su hermano, y violó todo<br />

afecto natural; y en su furor le ha robado siempre, y perpetuamente<br />

ha guardado el rencor. Prenderé fuego en Temán, 12<br />

y consumirá los palacios de Bosra. Así ha dicho Jehová: Por 13<br />

tres pecados de los hijos de Amón, y por el cuarto, no revocaré<br />

su castigo; porque para ensanchar sus tierras abrieron a las<br />

mujeres de Galaad que estaban encintas. Encenderé fuego en 14<br />

el muro de Rabá, y consumirá sus palacios con estruendo en<br />

el día de la batalla, con tempestad en día tempestuoso; y su 15


2. 1–3. 2 Amós 1248<br />

rey irá en cautiverio, él y todos sus príncipes, dice Jehová.<br />

2 Así ha dicho Jehová: Por tres pecados de Moab, y por el<br />

cuarto, no revocaré su castigo; porque quemó los huesos del<br />

2 rey de Edom hasta calcinarlos. Prenderé fuego en Moab, y<br />

consumirá los palacios de Queriot; y morirá Moab con tumul-<br />

3 to, con estrépito y sonido de trompeta. Y quitaré el juez de<br />

en medio de él, y mataré con él a todos sus príncipes, dice<br />

4 Jehová. Así ha dicho Jehová: Por tres pecados de Judá, y por<br />

el cuarto, no revocaré su castigo; porque menospreciaron la<br />

ley de Jehová, y no guardaron sus ordenanzas, y les hicieron<br />

errar sus mentiras, en pos de las cuales anduvieron sus padres.<br />

5 Prenderé, por tanto, fuego en Judá, el cual consumirá los pa-<br />

6 lacios de Jerusalén. Así ha dicho Jehová: Por tres pecados<br />

de Israel, y por el cuarto, no revocaré su castigo; porque vendieron<br />

por dinero al justo, y al pobre por un par de zapatos.<br />

7 Pisotean en el polvo de la tierra las cabezas de los desvalidos,<br />

y tuercen el camino de los humildes; y el hijo y su padre se<br />

8 llegan a la misma joven, profanando mi santo nombre. Sobre<br />

las ropas empeñadas se acuestan junto a cualquier altar;<br />

9 y el vino de los multados beben en la casa de sus dioses. Yo<br />

destruí delante de ellos al amorreo, cuya altura era como la<br />

altura de los cedros, y fuerte como una encina; y destruí su<br />

10 fruto arriba y sus raíces abajo. Y a vosotros os hice subir de<br />

la tierra de Egipto, y os conduje por el desierto cuarenta años,<br />

11 para que entraseis en posesión de la tierra del amorreo. Y<br />

levanté de vuestros hijos para profetas, y de vuestros jóvenes<br />

para que fuesen nazareos. ¿No es esto así, dice Jehová, hijos<br />

12 de Israel? Mas vosotros disteis de beber vino a los nazareos,<br />

13 y a los profetas mandasteis diciendo: No profeticéis. Pues he<br />

aquí, yo os apretaré en vuestro lugar, como se aprieta el carro<br />

14 lleno de gavillas; y el ligero no podrá huir, y al fuerte no le<br />

15 ayudará su fuerza, ni el valiente librará su vida. El que maneja<br />

el arco no resistirá, ni escapará el ligero de pies, ni el que<br />

16 cabalga en caballo salvará su vida. El esforzado de entre los<br />

valientes huirá desnudo aquel día, dice Jehová.<br />

3 Oíd esta palabra que ha hablado Jehová contra vosotros, hijos<br />

de Israel, contra toda la familia que hice subir de la tierra<br />

2 de Egipto. Dice así: A vosotros solamente he conocido de to-


1249 Amós 3. 3–4. 5<br />

das las familias de la tierra; por tanto, os castigaré por todas<br />

vuestras maldades. ¿Andarán dos juntos, si no estuvieren de 3<br />

acuerdo? ¿Rugirá el león en la selva sin haber presa? ¿Dará el 4<br />

leoncillo su rugido desde su guarida, si no apresare? ¿Caerá 5<br />

el ave en lazo sobre la tierra, sin haber cazador? ¿Se levantará<br />

el lazo de la tierra, si no ha atrapado algo? ¿Se tocará la 6<br />

trompeta en la ciudad, y no se alborotará el pueblo? ¿Habrá<br />

algún mal en la ciudad, el cual Jehová no haya hecho? Por- 7<br />

que no hará nada Jehová el Señor, sin que revele su secreto a<br />

sus siervos los profetas. Si el león ruge, ¿quién no temerá? Si 8<br />

habla Jehová el Señor, ¿quién no profetizará? Proclamad en 9<br />

los palacios de Asdod, y en los palacios de la tierra de Egipto,<br />

y decid: Reuníos sobre los montes de Samaria, y ved las muchas<br />

opresiones en medio de ella, y las violencias cometidas en<br />

su medio. No saben hacer lo recto, dice Jehová, atesorando 10<br />

rapiña y despojo en sus palacios. Por tanto, Jehová el Señor 11<br />

ha dicho así: Un enemigo vendrá por todos lados de la tierra,<br />

y derribará tu fortaleza, y tus palacios serán saqueados. Así 12<br />

ha dicho Jehová: De la manera que el pastor libra de la boca<br />

del león dos piernas, o la punta de una oreja, así escaparán<br />

los hijos de Israel que moran en Samaria en el rincón de una<br />

cama, y al lado de un lecho. Oíd y testificad contra la casa de 13<br />

Jacob, ha dicho Jehová Dios de los ejércitos: Que el día que 14<br />

castigue las rebeliones de Israel, castigaré también los altares<br />

de Bet-el; y serán cortados los cuernos del altar, y caerán a<br />

tierra. Y heriré la casa de invierno con la casa de verano, y 15<br />

las casas de marfil perecerán; y muchas casas serán arruinadas,<br />

dice Jehová.<br />

Oíd esta palabra, vacas de Basán, que estáis en el monte 4<br />

de Samaria, que oprimís a los pobres y quebrantáis a los menesterosos,<br />

que decís a vuestros señores: Traed, y beberemos.<br />

Jehová el Señor juró por su santidad: He aquí, vienen sobre 2<br />

vosotras días en que os llevarán con ganchos, y a vuestros descendientes<br />

con anzuelos de pescador; y saldréis por las brechas 3<br />

una tras otra, y seréis echadas del palacio, dice Jehová. Id a 4<br />

Bet-el, y prevaricad; aumentad en Gilgal la rebelión, y traed<br />

de mañana vuestros sacrificios, y vuestros diezmos cada tres<br />

días. Y ofreced sacrificio de alabanza con pan leudado, y pro- 5


4. 6–5. 8 Amós 1250<br />

clamad, publicad ofrendas voluntarias, pues que así lo queréis,<br />

6 hijos de Israel, dice Jehová el Señor. Os hice estar a diente<br />

limpio en todas vuestras ciudades, y hubo falta de pan en todos<br />

vuestros pueblos; mas no os volvisteis a mí, dice Jehová.<br />

7 También os detuve la lluvia tres meses antes de la siega; e hice<br />

llover sobre una ciudad, y sobre otra ciudad no hice llover; sobre<br />

una parte llovió, y la parte sobre la cual no llovió, se secó.<br />

8 Y venían dos o tres ciudades a una ciudad para beber agua,<br />

y no se saciaban; con todo, no os volvisteis a mí, dice Jehová.<br />

9 Os herí con viento solano y con oruga; la langosta devoró vuestros<br />

muchos huertos y vuestras viñas, y vuestros higuerales y<br />

vuestros olivares; pero nunca os volvisteis a mí, dice Jehová.<br />

10 Envié contra vosotros mortandad tal como en Egipto; maté a<br />

espada a vuestros jóvenes, con cautiverio de vuestros caballos,<br />

e hice subir el hedor de vuestros campamentos hasta vuestras<br />

11 narices; mas no os volvisteis a mí, dice Jehová. Os trastorné<br />

como cuando Dios trastornó a Sodoma y a Gomorra, y fuisteis<br />

como tizón escapado del fuego; mas no os volvisteis a mí, dice<br />

12 Jehová. Por tanto, de esta manera te haré a ti, oh Israel; y<br />

porque te he de hacer esto, prepárate para venir al encuentro<br />

13 de tu Dios, oh Israel. Porque he aquí, el que forma los montes,<br />

y crea el viento, y anuncia al hombre su pensamiento; el que<br />

hace de las tinieblas mañana, y pasa sobre las alturas de la<br />

tierra; Jehová Dios de los ejércitos es su nombre.<br />

5 Oíd esta palabra que yo levanto para lamentación sobre vo-<br />

2 sotros, casa de Israel. Cayó la virgen de Israel, y no podrá<br />

levantarse ya más; fue dejada sobre su tierra, no hay quien la<br />

3 levante. Porque así ha dicho Jehová el Señor: La ciudad que<br />

salga con mil, volverá con ciento, y la que salga con ciento vol-<br />

4 verá con diez, en la casa de Israel. Pero así dice Jehová a la<br />

5 casa de Israel: Buscadme, y viviréis; y no busquéis a Bet-el, ni<br />

entréis en Gilgal, ni paséis a Beerseba; porque Gilgal será lle-<br />

6 vada en cautiverio, y Bet-el será deshecha. Buscad a Jehová,<br />

y vivid; no sea que acometa como fuego a la casa de José y la<br />

7 consuma, sin haber en Bet-el quien lo apague. Los que conver-<br />

8 tís en ajenjo el juicio, y la justicia la echáis por tierra, buscad<br />

al que hace las Pléyades y el Orión, y vuelve las tinieblas en<br />

mañana, y hace oscurecer el día como noche; el que llama a las


1251 Amós 5. 9–27<br />

aguas del mar, y las derrama sobre la faz de la tierra; Jehová<br />

es su nombre; que da esfuerzo al despojador sobre el fuerte, y 9<br />

hace que el despojador venga sobre la fortaleza. Ellos aborre- 10<br />

cieron al reprensor en la puerta de la ciudad, y al que hablaba<br />

lo recto abominaron. Por tanto, puesto que vejáis al pobre y 11<br />

recibís de él carga de trigo, edificasteis casas de piedra labrada,<br />

mas no las habitaréis; plantasteis hermosas viñas, mas no<br />

beberéis el vino de ellas. Porque yo sé de vuestras muchas re- 12<br />

beliones, y de vuestros grandes pecados; sé que afligís al justo,<br />

y recibís cohecho, y en los tribunales hacéis perder su causa<br />

a los pobres. Por tanto, el prudente en tal tiempo calla, por- 13<br />

que el tiempo es malo. Buscad lo bueno, y no lo malo, para 14<br />

que viváis; porque así Jehová Dios de los ejércitos estará con<br />

vosotros, como decís. Aborreced el mal, y amad el bien, y es- 15<br />

tableced la justicia en juicio; quizá Jehová Dios de los ejércitos<br />

tendrá piedad del remanente de José. Por tanto, así ha dicho 16<br />

Jehová, Dios de los ejércitos: En todas las plazas habrá llanto,<br />

y en todas las calles dirán: ¡Ay! ¡Ay!, y al labrador llamarán a<br />

lloro, y a endecha a los que sepan endechar. Y en todas las 17<br />

viñas habrá llanto; porque pasaré en medio de ti, dice Jehová.<br />

¡Ay de los que desean el día de Jehová! ¿Para qué queréis este 18<br />

día de Jehová? Será de tinieblas, y no de luz; como el que 19<br />

huye de delante del león, y se encuentra con el oso; o como si<br />

entrare en casa y apoyare su mano en la pared, y le muerde<br />

una culebra. ¿No será el día de Jehová tinieblas, y no luz; os- 20<br />

curidad, que no tiene resplandor? Aborrecí, abominé vuestras 21<br />

solemnidades, y no me complaceré en vuestras asambleas. Y 22<br />

si me ofreciereis vuestros holocaustos y vuestras ofrendas, no<br />

los recibiré, ni miraré a las ofrendas de paz de vuestros animales<br />

engordados. Quita de mí la multitud de tus cantares, pues 23<br />

no escucharé las salmodias de tus instrumentos. Pero corra 24<br />

el juicio como las aguas, y la justicia como impetuoso arroyo.<br />

¿Me ofrecisteis sacrificios y ofrendas en el desierto en cuarenta 25<br />

años, oh casa de Israel? Antes bien, llevabais el tabernáculo 26<br />

de vuestro Moloc y Quiún, ídolos vuestros, la estrella de vuestros<br />

dioses que os hicisteis. Os haré, pues, transportar más 27<br />

allá de Damasco, ha dicho Jehová, cuyo nombre es Dios de los<br />

ejércitos.


6. 1–7. 4 Amós 1252<br />

6 ¡Ay de los reposados en Sion, y de los confiados en el monte<br />

de Samaria, los notables y principales entre las naciones, a los<br />

2 cuales acude la casa de Israel! Pasad a Calne, y mirad; y de<br />

allí id a la gran Hamat; descended luego a Gat de los filisteos;<br />

ved si son aquellos reinos mejores que estos reinos, si su ex-<br />

3 tensión es mayor que la vuestra, oh vosotros que dilatáis el<br />

4 día malo, y acercáis la silla de iniquidad. Duermen en camas<br />

de marfil, y reposan sobre sus lechos; y comen los corderos del<br />

5 rebaño, y los novillos de en medio del engordadero; gorjean<br />

al son de la flauta, e inventan instrumentos musicales, como<br />

6 David; beben vino en tazones, y se ungen con los ungüentos<br />

más preciosos; y no se afligen por el quebrantamiento de José.<br />

7 Por tanto, ahora irán a la cabeza de los que van a cautividad,<br />

y se acercará el duelo de los que se entregan a los placeres.<br />

8 Jehová el Señor juró por sí mismo, Jehová Dios de los ejércitos<br />

ha dicho: Abomino la grandeza de Jacob, y aborrezco sus pala-<br />

9 cios; y entregaré al enemigo la ciudad y cuanto hay en ella. Y<br />

acontecerá que si diez hombres quedaren en una casa, morirán.<br />

10 Y un pariente tomará a cada uno, y lo quemará para sacar los<br />

huesos de casa; y dirá al que estará en los rincones de la casa:<br />

¿Hay aún alguno contigo? Y dirá: No. Y dirá aquél: Calla,<br />

11 porque no podemos mencionar el nombre de Jehová. Porque<br />

he aquí, Jehová mandará, y herirá con hendiduras la casa ma-<br />

12 yor, y la casa menor con aberturas. ¿Correrán los caballos<br />

por las peñas? ¿Ararán en ellas con bueyes? ¿Por qué habéis<br />

vosotros convertido el juicio en veneno, y el fruto de justicia<br />

13 en ajenjo? Vosotros que os alegráis en nada, que decís: ¿No<br />

14 hemos adquirido poder con nuestra fuerza? Pues he aquí, oh<br />

casa de Israel, dice Jehová Dios de los ejércitos, levantaré yo<br />

sobre vosotros a una nación que os oprimirá desde la entrada<br />

de Hamat hasta el arroyo del Arabá.<br />

7 Así me ha mostrado Jehová el Señor: He aquí, él criaba<br />

langostas cuando comenzaba a crecer el heno tardío; y he aquí<br />

2 era el heno tardío después de las siegas del rey. Y aconteció<br />

que cuando acabó de comer la hierba de la tierra, yo dije: Señor<br />

Jehová, perdona ahora; ¿quién levantará a Jacob? porque<br />

3 es pequeño. Se arrepintió Jehová de esto: No será, dijo Jeho-<br />

4 vá. Jehová el Señor me mostró así: He aquí, Jehová el Señor


1253 Amós 7. 5–8. 5<br />

llamaba para juzgar con fuego; y consumió un gran abismo,<br />

y consumió una parte de la tierra. Y dije: Señor Jehová, ce- 5<br />

sa ahora; ¿quién levantará a Jacob? porque es pequeño. Se 6<br />

arrepintió Jehová de esto: No será esto tampoco, dijo Jehová<br />

el Señor. Me enseñó así: He aquí el Señor estaba sobre un 7<br />

muro hecho a plomo, y en su mano una plomada de albañil.<br />

Jehová entonces me dijo: ¿Qué ves, Amós? Y dije: Una plo- 8<br />

mada de albañil. Y el Señor dijo: He aquí, yo pongo plomada<br />

de albañil en medio de mi pueblo Israel; no lo toleraré más.<br />

Los lugares altos de Isaac serán destruidos, y los santuarios de 9<br />

Israel serán asolados, y me levantaré con espada sobre la casa<br />

de Jeroboam. Entonces el sacerdote Amasías de Bet-el envió 10<br />

a decir a Jeroboam rey de Israel: Amós se ha levantado contra<br />

ti en medio de la casa de Israel; la tierra no puede sufrir todas<br />

sus palabras. Porque así ha dicho Amós: Jeroboam morirá 11<br />

a espada, e Israel será llevado de su tierra en cautiverio. Y 12<br />

Amasías dijo a Amós: Vidente, vete, huye a tierra de Judá, y<br />

come allá tu pan, y profetiza allá; y no profetices más en Bet- 13<br />

el, porque es santuario del rey, y capital del reino. Entonces 14<br />

respondió Amós, y dijo a Amasías: No soy profeta, ni soy hijo<br />

de profeta, sino que soy boyero, y recojo higos silvestres. Y 15<br />

Jehová me tomó de detrás del ganado, y me dijo: Ve y profetiza<br />

a mi pueblo Israel. Ahora, pues, oye palabra de Jehová. Tú 16<br />

dices: No profetices contra Israel, ni hables contra la casa de<br />

Isaac. Por tanto, así ha dicho Jehová: Tu mujer será ramera 17<br />

en medio de la ciudad, y tus hijos y tus hijas caerán a espada,<br />

y tu tierra será repartida por suertes; y tú morirás en tierra<br />

inmunda, e Israel será llevado cautivo lejos de su tierra.<br />

Así me ha mostrado Jehová el Señor: He aquí un canastillo 8<br />

de fruta de verano. Y dijo: ¿Qué ves, Amós? Y respondí: Un 2<br />

canastillo de fruta de verano. Y me dijo Jehová: Ha venido el<br />

fin sobre mi pueblo Israel; no lo toleraré más. Y los cantores 3<br />

del templo gemirán en aquel día, dice Jehová el Señor; muchos<br />

serán los cuerpos muertos; en todo lugar los echarán fuera<br />

en silencio. Oíd esto, los que explotáis a los menesterosos, y 4<br />

arruináis a los pobres de la tierra, diciendo: ¿Cuándo pasará 5<br />

el mes, y venderemos el trigo; y la semana, y abriremos los<br />

graneros del pan, y achicaremos la medida, y subiremos el


8. 6–9. 7 Amós 1254<br />

6 precio, y falsearemos con engaño la balanza, para comprar<br />

los pobres por dinero, y los necesitados por un par de zapatos,<br />

7 y venderemos los desechos del trigo? Jehová juró por la gloria<br />

8 de Jacob: No me olvidaré jamás de todas sus obras. ¿No se<br />

estremecerá la tierra sobre esto? ¿No llorará todo habitante de<br />

ella? Subirá toda, como un río, y crecerá y mermará como el<br />

9 río de Egipto. Acontecerá en aquel día, dice Jehová el Señor,<br />

que haré que se ponga el sol a mediodía, y cubriré de tinieblas<br />

10 la tierra en el día claro. Y cambiaré vuestras fiestas en lloro, y<br />

todos vuestros cantares en lamentaciones; y haré poner cilicio<br />

sobre todo lomo, y que se rape toda cabeza; y la volveré como<br />

11 en llanto de unigénito, y su postrimería como día amargo. He<br />

aquí vienen días, dice Jehová el Señor, en los cuales enviaré<br />

hambre a la tierra, no hambre de pan, ni sed de agua, sino<br />

12 de oír la palabra de Jehová. E irán errantes de mar a mar;<br />

desde el norte hasta el oriente discurrirán buscando palabra<br />

13 de Jehová, y no la hallarán. En aquel tiempo las doncellas<br />

14 hermosas y los jóvenes desmayarán de sed. Los que juran por<br />

el pecado de Samaria, y dicen: Por tu Dios, oh Dan, y: Por el<br />

camino de Beerseba, caerán, y nunca más se levantarán.<br />

9 Vi al Señor que estaba sobre el altar, y dijo: Derriba el<br />

capitel, y estremézcanse las puertas, y hazlos pedazos sobre la<br />

cabeza de todos; y al postrero de ellos mataré a espada; no<br />

2 habrá de ellos quien huya, ni quien escape. Aunque cavasen<br />

hasta el Seol, de allá los tomará mi mano; y aunque subieren<br />

3 hasta el cielo, de allá los haré descender. Si se escondieren<br />

en la cumbre del Carmelo, allí los buscaré y los tomaré; y<br />

aunque se escondieren de delante de mis ojos en lo profundo<br />

4 del mar, allí mandaré a la serpiente y los morderá. Y si fueren<br />

en cautiverio delante de sus enemigos, allí mandaré la espada,<br />

y los matará; y pondré sobre ellos mis ojos para mal, y no<br />

5 para bien. El Señor, Jehová de los ejércitos, es el que toca la<br />

tierra, y se derretirá, y llorarán todos los que en ella moran;<br />

y crecerá toda como un río, y mermará luego como el río de<br />

6 Egipto. El edificó en el cielo sus cámaras, y ha establecido<br />

su expansión sobre la tierra; él llama las aguas del mar, y<br />

sobre la faz de la tierra las derrama; Jehová es su nombre.<br />

7 Hijos de Israel, ¿no me sois vosotros como hijos de etíopes,


1255 Amós 9. 8–15<br />

dice Jehová? ¿No hice yo subir a Israel de la tierra de Egipto,<br />

y a los filisteos de Caftor, y de Kir a los arameos? He aquí 8<br />

los ojos de Jehová el Señor están contra el reino pecador, y<br />

yo lo asolaré de la faz de la tierra; mas no destruiré del todo<br />

la casa de Jacob, dice Jehová. Porque he aquí yo mandaré 9<br />

y haré que la casa de Israel sea zarandeada entre todas las<br />

naciones, como se zarandea el grano en una criba, y no cae un<br />

granito en la tierra. A espada morirán todos los pecadores de 10<br />

mi pueblo, que dicen: No se acercará, ni nos alcanzará el mal.<br />

En aquel día yo levantaré el tabernáculo caído de David, y 11<br />

cerraré sus portillos y levantaré sus ruinas, y lo edificaré como<br />

en el tiempo pasado; para que aquellos sobre los cuales es 12<br />

invocado mi nombre posean el resto de Edom, y a todas las<br />

naciones, dice Jehová que hace esto. He aquí vienen días, dice 13<br />

Jehová, en que el que ara alcanzará al segador, y el pisador de<br />

las uvas al que lleve la simiente; y los montes destilarán mosto,<br />

y todos los collados se derretirán. Y traeré del cautiverio a 14<br />

mi pueblo Israel, y edificarán ellos las ciudades asoladas, y las<br />

habitarán; plantarán viñas, y beberán el vino de ellas, y harán<br />

huertos, y comerán el fruto de ellos. Pues los plantaré sobre 15<br />

su tierra, y nunca más serán arrancados de su tierra que yo les<br />

di, ha dicho Jehová Dios tuyo.


abdías<br />

1 isión de Abdías. Jehová el Señor ha dicho así en<br />

cuanto a Edom: Hemos oído el pregón de Jehová,<br />

y mensajero ha sido enviado a las naciones. Levantaos,<br />

y levantémonos contra este pueblo en batalla.<br />

2 He aquí, pequeño te he hecho entre las naciones; estás abatido<br />

3 en gran manera. La soberbia de tu corazón te ha engañado, tú<br />

que moras en las hendiduras de las peñas, en tu altísima mora-<br />

4 da; que dices en tu corazón: ¿Quién me derribará a tierra? Si<br />

te remontares como águila, y aunque entre las estrellas pusieres<br />

5 tu nido, de ahí te derribaré, dice Jehová. Si ladrones vinieran<br />

a ti, o robadores de noche (¡cómo has sido destruido!), ¿no<br />

hurtarían lo que les bastase? Si entraran a ti vendimiadores,<br />

6 ¿no dejarían algún rebusco? ¡Cómo fueron escudriñadas las<br />

7 cosas de Esaú! Sus tesoros escondidos fueron buscados. To-<br />

8<br />

dos tus aliados te han engañado; hasta los confines te hicieron<br />

llegar; los que estaban en paz contigo prevalecieron contra ti;<br />

los que comían tu pan pusieron lazo debajo de ti; no hay en<br />

ello entendimiento. ¿No haré que perezcan en aquel día, dice<br />

Jehová, los sabios de Edom, y la prudencia del monte de Esaú?<br />

9 Y tus valientes, oh Temán, serán amedrentados; porque todo<br />

10 hombre será cortado del monte de Esaú por el estrago. Por<br />

la injuria a tu hermano Jacob te cubrirá vergüenza, y serás<br />

11 cortado para siempre. El día que estando tú delante, llevaban<br />

extraños cautivo su ejército, y extraños entraban por sus<br />

puertas, y echaban suertes sobre Jerusalén, tú también eras<br />

12 como uno de ellos. Pues no debiste tú haber estado mirando<br />

13<br />

en el día de tu hermano, en el día de su infortunio; no debiste<br />

haberte alegrado de los hijos de Judá en el día en que se<br />

perdieron, ni debiste haberte jactado en el día de la angustia.<br />

No debiste haber entrado por la puerta de mi pueblo en el día<br />

de su quebrantamiento; no, no debiste haber mirado su mal<br />

en el día de su quebranto, ni haber echado mano a sus bienes<br />

14<br />

en el día de su calamidad. Tampoco debiste haberte parado


1257 Abdías 1. 15–21<br />

en las encrucijadas para matar a los que de ellos escapasen;<br />

ni debiste haber entregado a los que quedaban en el día de<br />

angustia. Porque cercano está el día de Jehová sobre todas 15<br />

las naciones; como tú hiciste se hará contigo; tu recompensa<br />

volverá sobre tu cabeza. De la manera que vosotros bebisteis 16<br />

en mi santo monte, beberán continuamente todas las naciones;<br />

beberán, y engullirán, y serán como si no hubieran sido. Mas 17<br />

en el monte de Sion habrá un remanente que se salve; y será<br />

santo, y la casa de Jacob recuperará sus posesiones. La casa 18<br />

de Jacob será fuego, y la casa de José será llama, y la casa de<br />

Esaú estopa, y los quemarán y los consumirán; ni aun resto<br />

quedará de la casa de Esaú, porque Jehová lo ha dicho. Y 19<br />

los del Neguev poseerán el monte de Esaú, y los de la Sefela<br />

a los filisteos; poseerán también los campos de Efraín, y los<br />

campos de Samaria; y Benjamín a Galaad. Y los cautivos de 20<br />

este ejército de los hijos de Israel poseerán lo de los cananeos<br />

hasta Sarepta; y los cautivos de Jerusalén que están en Sefarad<br />

poseerán las ciudades del Neguev. Y subirán salvadores 21<br />

al monte de Sion para juzgar al monte de Esaú; y el reino será<br />

de Jehová.


jonás<br />

1 ino palabra de Jehová a Jonás hijo de Amitai, dicien-<br />

2 do: Levántate y ve a Nínive, aquella gran ciudad,<br />

y pregona contra ella; porque ha subido su maldad<br />

3 delante de mí. Y Jonás se levantó para huir de la<br />

presencia de Jehová a Tarsis, y descendió a Jope, y halló una<br />

nave que partía para Tarsis; y pagando su pasaje, entró en<br />

ella para irse con ellos a Tarsis, lejos de la presencia de Je-<br />

4 hová. Pero Jehová hizo levantar un gran viento en el mar, y<br />

5<br />

hubo en el mar una tempestad tan grande que se pensó que se<br />

partiría la nave. Y los marineros tuvieron miedo, y cada uno<br />

clamaba a su dios; y echaron al mar los enseres que había en<br />

la nave, para descargarla de ellos. Pero Jonás había bajado al<br />

6 interior de la nave, y se había echado a dormir. Y el patrón de<br />

la nave se le acercó y le dijo: ¿Qué tienes, dormilón? Levántate,<br />

y clama a tu Dios; quizá él tendrá compasión de nosotros,<br />

7 y no pereceremos. Y dijeron cada uno a su compañero: Venid<br />

y echemos suertes, para que sepamos por causa de quién nos<br />

ha venido este mal. Y echaron suertes, y la suerte cayó sobre<br />

8 Jonás. Entonces le dijeron ellos: Decláranos ahora por qué<br />

nos ha venido este mal. ¿Qué oficio tienes, y de dónde vienes?<br />

9 ¿Cuál es tu tierra, y de qué pueblo eres? Y él les respondió:<br />

10<br />

Soy hebreo, y temo a Jehová, Dios de los cielos, que hizo el<br />

mar y la tierra. Y aquellos hombres temieron sobremanera, y<br />

le dijeron: ¿Por qué has hecho esto? Porque ellos sabían que<br />

huía de la presencia de Jehová, pues él se lo había declara-<br />

11 do. Y le dijeron: ¿Qué haremos contigo para que el mar se<br />

12<br />

nos aquiete? Porque el mar se iba embraveciendo más y más.<br />

Él les respondió: Tomadme y echadme al mar, y el mar se os<br />

aquietará; porque yo sé que por mi causa ha venido esta gran<br />

13 tempestad sobre vosotros. Y aquellos hombres trabajaron para<br />

hacer volver la nave a tierra; mas no pudieron, porque el<br />

14 mar se iba embraveciendo más y más contra ellos. Entonces<br />

clamaron a Jehová y dijeron: Te rogamos ahora, Jehová, que


1259 Jonás 1. 15–3. 7<br />

no perezcamos nosotros por la vida de este hombre, ni pongas<br />

sobre nosotros la sangre inocente; porque tú, Jehová, has<br />

hecho como has querido. Y tomaron a Jonás, y lo echaron 15<br />

al mar; y el mar se aquietó de su furor. Y temieron aquellos 16<br />

hombres a Jehová con gran temor, y ofrecieron sacrificio a Jehová,<br />

e hicieron votos. Pero Jehová tenía preparado un gran 17<br />

pez que tragase a Jonás; y estuvo Jonás en el vientre del pez<br />

tres días y tres noches.<br />

Entonces oró Jonás a Jehová su Dios desde el vientre del 2<br />

pez, y dijo: Invoqué en mi angustia a Jehová, y él me oyó; 2<br />

Desde el seno del Seol clamé, Y mi voz oíste. Me echaste a 3<br />

lo profundo, en medio de los mares, Y me rodeó la corriente;<br />

Todas tus ondas y tus olas pasaron sobre mí. Entonces dije: 4<br />

Desechado soy de delante de tus ojos; Mas aún veré tu santo<br />

templo. Las aguas me rodearon hasta el alma, Rodeóme el 5<br />

abismo; El alga se enredó a mi cabeza. Descendí a los cimien- 6<br />

tos de los montes; La tierra echó sus cerrojos sobre mí para<br />

siempre; Mas tú sacaste mi vida de la sepultura, oh Jehová<br />

Dios mío. Cuando mi alma desfallecía en mí, me acordé de Je- 7<br />

hová, Y mi oración llegó hasta ti en tu santo templo. Los que 8<br />

siguen vanidades ilusorias, Su misericordia abandonan. Mas 9<br />

yo con voz de alabanza te ofreceré sacrificios; Pagaré lo que<br />

prometí. La salvación es de Jehová. Y mandó Jehová al pez, 10<br />

y vomitó a Jonás en tierra.<br />

Vino palabra de Jehová por segunda vez a Jonás, diciendo: 3<br />

Levántate y ve a Nínive, aquella gran ciudad, y proclama en 2<br />

ella el mensaje que yo te diré. Y se levantó Jonás, y fue a 3<br />

Nínive conforme a la palabra de Jehová. Y era Nínive ciudad<br />

grande en extremo, de tres días de camino. Y comenzó Jonás 4<br />

a entrar por la ciudad, camino de un día, y predicaba diciendo:<br />

De aquí a cuarenta días Nínive será destruida. Y los hombres 5<br />

de Nínive creyeron a Dios, y proclamaron ayuno, y se vistieron<br />

de cilicio desde el mayor hasta el menor de ellos. Y llegó 6<br />

la noticia hasta el rey de Nínive, y se levantó de su silla, se<br />

despojó de su vestido, y se cubrió de cilicio y se sentó sobre<br />

ceniza. E hizo proclamar y anunciar en Nínive, por mandato 7<br />

del rey y de sus grandes, diciendo: Hombres y animales, bueyes<br />

y ovejas, no gusten cosa alguna; no se les dé alimento, ni beban


3. 8–4. 11 Jonás 1260<br />

8 agua; sino cúbranse de cilicio hombres y animales, y clamen<br />

a Dios fuertemente; y conviértase cada uno de su mal camino,<br />

9 de la rapiña que hay en sus manos. ¿Quién sabe si se volverá<br />

y se arrepentirá Dios, y se apartará del ardor de su ira, y no<br />

10 pereceremos? Y vio Dios lo que hicieron, que se convirtieron<br />

de su mal camino; y se arrepintió del mal que había dicho que<br />

les haría, y no lo hizo.<br />

4, 2 Pero Jonás se apesadumbró en extremo, y se enojó. Y oró<br />

a Jehová y dijo: Ahora, oh Jehová, ¿no es esto lo que yo decía<br />

estando aún en mi tierra? Por eso me apresuré a huir a Tarsis;<br />

porque sabía yo que tú eres Dios clemente y piadoso, tardo<br />

en enojarte, y de grande misericordia, y que te arrepientes del<br />

3 mal. Ahora pues, oh Jehová, te ruego que me quites la vi-<br />

4 da; porque mejor me es la muerte que la vida. Y Jehová le<br />

5 dijo: ¿Haces tú bien en enojarte tanto? Y salió Jonás de la<br />

ciudad, y acampó hacia el oriente de la ciudad, y se hizo allí<br />

una enramada, y se sentó debajo de ella a la sombra, hasta<br />

6 ver qué acontecería en la ciudad. Y preparó Jehová Dios una<br />

calabacera, la cual creció sobre Jonás para que hiciese sombra<br />

sobre su cabeza, y le librase de su malestar; y Jonás se alegró<br />

7 grandemente por la calabacera. Pero al venir el alba del día<br />

siguiente, Dios preparó un gusano, el cual hirió la calabacera,<br />

8 y se secó. Y aconteció que al salir el sol, preparó Dios un<br />

recio viento solano, y el sol hirió a Jonás en la cabeza, y se<br />

desmayaba, y deseaba la muerte, diciendo: Mejor sería para<br />

9 mí la muerte que la vida. Entonces dijo Dios a Jonás: ¿Tanto<br />

te enojas por la calabacera? Y él respondió: Mucho me enojo,<br />

10 hasta la muerte. Y dijo Jehová: Tuviste tú lástima de la calabacera,<br />

en la cual no trabajaste, ni tú la hiciste crecer; que<br />

en espacio de una noche nació, y en espacio de otra noche pe-<br />

11 reció. ¿Y no tendré yo piedad de Nínive, aquella gran ciudad<br />

donde hay más de ciento veinte mil personas que no saben discernir<br />

entre su mano derecha y su mano izquierda, y muchos<br />

animales?


miqueas<br />

alabra de Jehová que vino a Miqueas de Moreset en 1<br />

días de Jotam, Acaz y Ezequías, reyes de Judá; lo<br />

que vio sobre Samaria y Jerusalén. Oíd, pueblos to- 2<br />

dos; está atenta, tierra, y cuanto hay en ti; y Jehová<br />

el Señor, el Señor desde su santo templo, sea testigo contra vosotros.<br />

Porque he aquí, Jehová sale de su lugar, y descenderá 3<br />

y hollará las alturas de la tierra. Y se derretirán los montes 4<br />

debajo de él, y los valles se hendirán como la cera delante del<br />

fuego, como las aguas que corren por un precipicio. Todo esto 5<br />

por la rebelión de Jacob, y por los pecados de la casa de Israel.<br />

¿Cuál es la rebelión de Jacob? ¿No es Samaria? ¿Y cuáles<br />

son los lugares altos de Judá? ¿No es Jerusalén? Haré, pues, 6<br />

de Samaria montones de ruinas, y tierra para plantar viñas; y<br />

derramaré sus piedras por el valle, y descubriré sus cimientos.<br />

Y todas sus estatuas serán despedazadas, y todos sus dones 7<br />

serán quemados en fuego, y asolaré todos sus ídolos; porque<br />

de dones de rameras los juntó, y a dones de rameras volverán.<br />

Por esto lamentaré y aullaré, y andaré despojado y desnudo; 8<br />

haré aullido como de chacales, y lamento como de avestruces.<br />

Porque su llaga es dolorosa, y llegó hasta Judá; llegó hasta la 9<br />

puerta de mi pueblo, hasta Jerusalén. No lo digáis en Gat, ni 10<br />

lloréis mucho; revuélcate en el polvo de Bet-le-afra. Pásate, 11<br />

oh morador de Safir, desnudo y con vergüenza; el morador de<br />

Zaanán no sale; el llanto de Betesel os quitará su apoyo. Por- 12<br />

que los moradores de Marot anhelaron ansiosamente el bien;<br />

pues de parte de Jehová el mal había descendido hasta la puerta<br />

de Jerusalén. Uncid al carro bestias veloces, oh moradores 13<br />

de Laquis, que fuisteis principio de pecado a la hija de Sion;<br />

porque en vosotros se hallaron las rebeliones de Israel. Por 14<br />

tanto, vosotros daréis dones a Moreset-gat; las casas de Aczib<br />

serán para engaño a los reyes de Israel. Aun os traeré nuevo 15<br />

poseedor, oh moradores de Maresa; la flor de Israel huirá hasta<br />

Adulam. Ráete y trasquílate por los hijos de tus delicias; 16<br />

hazte calvo como águila, porque en cautiverio se fueron de ti.


2. 1–3. 4 Miqueas 1262<br />

2 ¡Ay de los que en sus camas piensan iniquidad y maquinan<br />

el mal, y cuando llega la mañana lo ejecutan, porque tienen<br />

2 en su mano el poder! Codician las heredades, y las roban; y<br />

casas, y las toman; oprimen al hombre y a su casa, al hombre<br />

3 y a su heredad. Por tanto, así ha dicho Jehová: He aquí, yo<br />

pienso contra esta familia un mal del cual no sacaréis vuestros<br />

4 cuellos, ni andaréis erguidos; porque el tiempo será malo. En<br />

aquel tiempo levantarán sobre vosotros refrán, y se hará endecha<br />

de lamentación, diciendo: Del todo fuimos destruidos; él<br />

ha cambiado la porción de mi pueblo. ¡Cómo nos quitó nues-<br />

5 tros campos! Los dio y los repartió a otros. Por tanto, no<br />

habrá quien a suerte reparta heredades en la congregación de<br />

6 Jehová. No profeticéis, dicen a los que profetizan; no les pro-<br />

7 feticen, porque no les alcanzará vergüenza. Tú que te dices<br />

casa de Jacob, ¿se ha acortado el Espíritu de Jehová? ¿Son<br />

estas sus obras? ¿No hacen mis palabras bien al que camina<br />

8 rectamente? El que ayer era mi pueblo, se ha levantado como<br />

enemigo; de sobre el vestido quitasteis las capas atrevidamente<br />

9 a los que pasaban, como adversarios de guerra. A las mujeres<br />

de mi pueblo echasteis fuera de las casas que eran su deli-<br />

10 cia; a sus niños quitasteis mi perpetua alabanza. Levantaos<br />

y andad, porque no es éste el lugar de reposo, pues está con-<br />

11 taminado, corrompido grandemente. Si alguno andando con<br />

espíritu de falsedad mintiere diciendo: Yo te profetizaré de vi-<br />

12 no y de sidra; este tal será el profeta de este pueblo. De cierto<br />

te juntaré todo, oh Jacob; recogeré ciertamente el resto de Israel;<br />

lo reuniré como ovejas de Bosra, como rebaño en medio<br />

de su aprisco; harán estruendo por la multitud de hombres.<br />

13 Subirá el que abre caminos delante de ellos; abrirán camino y<br />

pasarán la puerta, y saldrán por ella; y su rey pasará delante<br />

de ellos, y a la cabeza de ellos Jehová.<br />

3 Dije: Oíd ahora, príncipes de Jacob, y jefes de la casa de<br />

2 Israel: ¿No concierne a vosotros saber lo que es justo? Vosotros<br />

que aborrecéis lo bueno y amáis lo malo, que les quitáis<br />

3 su piel y su carne de sobre los huesos; que coméis asimismo<br />

la carne de mi pueblo, y les desolláis su piel de sobre ellos, y<br />

les quebrantáis los huesos y los rompéis como para el calde-<br />

4 ro, y como carnes en olla. Entonces clamaréis a Jehová, y no


1263 Miqueas 3. 5–4. 6<br />

os responderá; antes esconderá de vosotros su rostro en aquel<br />

tiempo, por cuanto hicisteis malvadas obras. Así ha dicho Je- 5<br />

hová acerca de los profetas que hacen errar a mi pueblo, y<br />

claman: Paz, cuando tienen algo que comer, y al que no les<br />

da de comer, proclaman guerra contra él: Por tanto, de la 6<br />

profecía se os hará noche, y oscuridad del adivinar; y sobre los<br />

profetas se pondrá el sol, y el día se entenebrecerá sobre ellos.<br />

Y serán avergonzados los profetas, y se confundirán los adivi- 7<br />

nos; y ellos todos cerrarán sus labios, porque no hay respuesta<br />

de Dios. Mas yo estoy lleno de poder del Espíritu de Jehová, 8<br />

y de juicio y de fuerza, para denunciar a Jacob su rebelión,<br />

y a Israel su pecado. Oíd ahora esto, jefes de la casa de Ja- 9<br />

cob, y capitanes de la casa de Israel, que abomináis el juicio,<br />

y pervertís todo el derecho; que edificáis a Sion con sangre, 10<br />

y a Jerusalén con injusticia. Sus jefes juzgan por cohecho, y 11<br />

sus sacerdotes enseñan por precio, y sus profetas adivinan por<br />

dinero; y se apoyan en Jehová, diciendo: ¿No está Jehová entre<br />

nosotros? No vendrá mal sobre nosotros. Por tanto, a causa 12<br />

de vosotros Sion será arada como campo, y Jerusalén vendrá<br />

a ser montones de ruinas, y el monte de la casa como cumbres<br />

de bosque.<br />

Acontecerá en los postreros tiempos que el monte de la casa 4<br />

de Jehová será establecido por cabecera de montes, y más alto<br />

que los collados, y correrán a él los pueblos. Vendrán muchas 2<br />

naciones, y dirán: Venid, y subamos al monte de Jehová, y a<br />

la casa del Dios de Jacob; y nos enseñará en sus caminos, y<br />

andaremos por sus veredas; porque de Sion saldrá la ley, y de<br />

Jerusalén la palabra de Jehová. Y él juzgará entre muchos 3<br />

pueblos, y corregirá a naciones poderosas hasta muy lejos; y<br />

martillarán sus espadas para azadones, y sus lanzas para hoces;<br />

no alzará espada nación contra nación, ni se ensayarán<br />

más para la guerra. Y se sentará cada uno debajo de su vid 4<br />

y debajo de su higuera, y no habrá quien los amedrente; porque<br />

la boca de Jehová de los ejércitos lo ha hablado. Aunque 5<br />

todos los pueblos anden cada uno en el nombre de su dios,<br />

nosotros con todo andaremos en el nombre de Jehová nuestro<br />

Dios eternamente y para siempre. En aquel día, dice Jehová, 6<br />

juntaré la que cojea, y recogeré la descarriada, y a la que afligí;


4. 7–5. 8 Miqueas 1264<br />

7 y pondré a la coja como remanente, y a la descarriada como<br />

nación robusta; y Jehová reinará sobre ellos en el monte de<br />

8 Sion desde ahora y para siempre. Y tú, oh torre del rebaño,<br />

fortaleza de la hija de Sion, hasta ti vendrá el señorío prime-<br />

9 ro, el reino de la hija de Jerusalén. Ahora, ¿por qué gritas<br />

tanto? ¿No hay rey en ti? ¿Pereció tu consejero, que te ha to-<br />

10 mado dolor como de mujer de parto? Duélete y gime, hija de<br />

Sion, como mujer que está de parto; porque ahora saldrás de<br />

la ciudad y morarás en el campo, y llegarás hasta Babilonia;<br />

allí serás librada, allí te redimirá Jehová de la mano de tus<br />

11 enemigos. Pero ahora se han juntado muchas naciones contra<br />

ti, y dicen: Sea profanada, y vean nuestros ojos su deseo en<br />

12 Sion. Mas ellos no conocieron los pensamientos de Jehová, ni<br />

entendieron su consejo; por lo cual los juntó como gavillas en<br />

13 la era. Levántate y trilla, hija de Sion, porque haré tu cuerno<br />

como de hierro, y tus uñas de bronce, y desmenuzarás a muchos<br />

pueblos; y consagrarás a Jehová su botín, y sus riquezas<br />

al Señor de toda la tierra.<br />

5 Rodéate ahora de muros, hija de guerreros; nos han sitiado;<br />

2 con vara herirán en la mejilla al juez de Israel. Pero tú, Belén<br />

Efrata, pequeña para estar entre las familias de Judá, de ti<br />

me saldrá el que será Señor en Israel; y sus salidas son desde<br />

3 el principio, desde los días de la eternidad. Pero los dejará<br />

hasta el tiempo que dé a luz la que ha de dar a luz; y el<br />

4 resto de sus hermanos se volverá con los hijos de Israel. Y él<br />

estará, y apacentará con poder de Jehová, con grandeza del<br />

nombre de Jehová su Dios; y morarán seguros, porque ahora<br />

5 será engrandecido hasta los fines de la tierra. Y éste será<br />

nuestra paz. Cuando el asirio viniere a nuestra tierra, y cuando<br />

hollare nuestros palacios, entonces levantaremos contra él siete<br />

6 pastores, y ocho hombres principales; y devastarán la tierra<br />

de Asiria a espada, y con sus espadas la tierra de Nimrod; y nos<br />

librará del asirio, cuando viniere contra nuestra tierra y hollare<br />

7 nuestros confines. El remanente de Jacob será en medio de<br />

muchos pueblos como el rocío de Jehová, como las lluvias sobre<br />

la hierba, las cuales no esperan a varón, ni aguardan a hijos<br />

8 de hombres. Asimismo el remanente de Jacob será entre las<br />

naciones, en medio de muchos pueblos, como el león entre las


1265 Miqueas 5. 9–6. 14<br />

bestias de la selva, como el cachorro del león entre las manadas<br />

de las ovejas, el cual si pasare, y hollare, y arrebatare, no hay<br />

quien escape. Tu mano se alzará sobre tus enemigos, y todos 9<br />

tus adversarios serán destruidos. Acontecerá en aquel día, dice 10<br />

Jehová, que haré matar tus caballos de en medio de ti, y haré<br />

destruir tus carros. Haré también destruir las ciudades de tu 11<br />

tierra, y arruinaré todas tus fortalezas. Asimismo destruiré 12<br />

de tu mano las hechicerías, y no se hallarán en ti agoreros. Y 13<br />

haré destruir tus esculturas y tus imágenes de en medio de ti, y<br />

nunca más te inclinarás a la obra de tus manos. Arrancaré tus 14<br />

imágenes de Asera de en medio de ti, y destruiré tus ciudades;<br />

y con ira y con furor haré venganza en las naciones que no 15<br />

obedecieron.<br />

Oíd ahora lo que dice Jehová: Levántate, contiende contra 6<br />

los montes, y oigan los collados tu voz. Oíd, montes, y fuertes 2<br />

cimientos de la tierra, el pleito de Jehová; porque Jehová tiene<br />

pleito con su pueblo, y altercará con Israel. Pueblo mío, ¿qué 3<br />

te he hecho, o en qué te he molestado? Responde contra mí.<br />

Porque yo te hice subir de la tierra de Egipto, y de la casa de 4<br />

servidumbre te redimí; y envié delante de ti a Moisés, a Aarón<br />

y a María. Pueblo mío, acuérdate ahora qué aconsejó Balac 5<br />

rey de Moab, y qué le respondió Balaam hijo de Beor, desde<br />

Sitim hasta Gilgal, para que conozcas las justicias de Jehová.<br />

¿Con qué me presentaré ante Jehová, y adoraré al Dios Altísi- 6<br />

mo? ¿Me presentaré ante él con holocaustos, con becerros de<br />

un año? ¿Se agradará Jehová de millares de carneros, o de 7<br />

diez mil arroyos de aceite? ¿Daré mi primogénito por mi rebelión,<br />

el fruto de mis entrañas por el pecado de mi alma? Oh 8<br />

hombre, él te ha declarado lo que es bueno, y qué pide Jehová<br />

de ti: solamente hacer justicia, y amar misericordia, y humillarte<br />

ante tu Dios. La voz de Jehová clama a la ciudad; es 9<br />

sabio temer a tu nombre. Prestad atención al castigo, y a quien<br />

lo establece. ¿Hay aún en casa del impío tesoros de impiedad, 10<br />

y medida escasa que es detestable? ¿Daré por inocente al que 11<br />

tiene balanza falsa y bolsa de pesas engañosas? Sus ricos se 12<br />

colmaron de rapiña, y sus moradores hablaron mentira, y su<br />

lengua es engañosa en su boca. Por eso yo también te hice 13<br />

enflaquecer hiriéndote, asolándote por tus pecados. Comerás, 14


6. 15–7. 14 Miqueas 1266<br />

y no te saciarás, y tu abatimiento estará en medio de ti; recogerás,<br />

mas no salvarás, y lo que salvares, lo entregaré yo a<br />

15 la espada. Sembrarás, mas no segarás; pisarás aceitunas, mas<br />

no te ungirás con el aceite; y mosto, mas no beberás el vino.<br />

16 Porque los mandamientos de Omri se han guardado, y toda<br />

obra de la casa de Acab; y en los consejos de ellos anduvisteis,<br />

para que yo te pusiese en asolamiento, y tus moradores para<br />

burla. Llevaréis, por tanto, el oprobio de mi pueblo.<br />

7 ¡Ay de mí! porque estoy como cuando han recogido los frutos<br />

del verano, como cuando han rebuscado después de la vendimia,<br />

y no queda racimo para comer; mi alma deseó los pri-<br />

2 meros frutos. Faltó el misericordioso de la tierra, y ninguno<br />

hay recto entre los hombres; todos acechan por sangre; cada<br />

3 cual arma red a su hermano. Para completar la maldad con<br />

sus manos, el príncipe demanda, y el juez juzga por recompen-<br />

4 sa; y el grande habla el antojo de su alma, y lo confirman. El<br />

mejor de ellos es como el espino; el más recto, como zarzal; el<br />

día de tu castigo viene, el que anunciaron tus atalayas; ahora<br />

5 será su confusión. No creáis en amigo, ni confiéis en príncipe;<br />

de la que duerme a tu lado cuídate, no abras tu boca.<br />

6 Porque el hijo deshonra al padre, la hija se levanta contra la<br />

madre, la nuera contra su suegra, y los enemigos del hombre<br />

7 son los de su casa. Mas yo a Jehová miraré, esperaré al Dios<br />

8 de mi salvación; el Dios mío me oirá. Tú, enemiga mía, no te<br />

alegres de mí, porque aunque caí, me levantaré; aunque more<br />

9 en tinieblas, Jehová será mi luz. La ira de Jehová soportaré,<br />

porque pequé contra él, hasta que juzgue mi causa y haga mi<br />

10 justicia; él me sacará a luz; veré su justicia. Y mi enemiga<br />

lo verá, y la cubrirá vergüenza; la que me decía: ¿Dónde está<br />

Jehová tu Dios? Mis ojos la verán; ahora será hollada como<br />

11 lodo de las calles. Viene el día en que se edificarán tus muros;<br />

12 aquel día se extenderán los límites. En ese día vendrán hasta<br />

ti desde Asiria y las ciudades fortificadas, y desde las ciudades<br />

fortificadas hasta el Río, y de mar a mar, y de monte a<br />

13 monte. Y será asolada la tierra a causa de sus moradores, por<br />

14 el fruto de sus obras. Apacienta tu pueblo con tu cayado, el<br />

rebaño de tu heredad, que mora solo en la montaña, en campo<br />

fértil; busque pasto en Basán y Galaad, como en el tiempo


1267 Miqueas 7. 15–20<br />

pasado. Yo les mostraré maravillas como el día que saliste de 15<br />

Egipto. Las naciones verán, y se avergonzarán de todo su po- 16<br />

derío; pondrán la mano sobre su boca, ensordecerán sus oídos.<br />

Lamerán el polvo como la culebra; como las serpientes de la 17<br />

tierra, temblarán en sus encierros; se volverán amedrentados<br />

ante Jehová nuestro Dios, y temerán a causa de ti. ¿Qué Dios 18<br />

como tú, que perdona la maldad, y olvida el pecado del remanente<br />

de su heredad? No retuvo para siempre su enojo, porque<br />

se deleita en misericordia. El volverá a tener misericordia de 19<br />

nosotros; sepultará nuestras iniquidades, y echará en lo profundo<br />

del mar todos nuestros pecados. Cumplirás la verdad 20<br />

a Jacob, y a Abraham la misericordia, que juraste a nuestros<br />

padres desde tiempos antiguos.


nahum<br />

1 rofecía sobre Nínive. Libro de la visión de Nahúm de<br />

2 Elcos. Jehová es Dios celoso y vengador; Jehová es<br />

3<br />

vengador y lleno de indignación; se venga de sus adversarios,<br />

y guarda enojo para sus enemigos. Jehová<br />

es tardo para la ira y grande en poder, y no tendrá por inocente<br />

al culpable. Jehová marcha en la tempestad y el torbellino,<br />

4 y las nubes son el polvo de sus pies. El amenaza al mar, y<br />

lo hace secar, y angosta todos los ríos; Basán fue destruido,<br />

5 y el Carmelo, y la flor del Líbano fue destruida. Los montes<br />

tiemblan delante de él, y los collados se derriten; la tierra<br />

se conmueve a su presencia, y el mundo, y todos los que en<br />

6 él habitan. ¿Quién permanecerá delante de su ira? ¿y quién<br />

quedará en pie en el ardor de su enojo? Su ira se derrama como<br />

7 fuego, y por él se hienden las peñas. Jehová es bueno, forta-<br />

8<br />

leza en el día de la angustia; y conoce a los que en él confían.<br />

Mas con inundación impetuosa consumirá a sus adversarios,<br />

9 y tinieblas perseguirán a sus enemigos. ¿Qué pensáis contra<br />

Jehová? Él hará consumación; no tomará venganza dos veces<br />

10 de sus enemigos. Aunque sean como espinos entretejidos, y<br />

11<br />

estén empapados en su embriaguez, serán consumidos como<br />

hojarasca completamente seca. De ti salió el que imaginó mal<br />

12 contra Jehová, un consejero perverso. Así ha dicho Jehová:<br />

13<br />

Aunque reposo tengan, y sean tantos, aun así serán talados, y<br />

él pasará. Bastante te he afligido; no te afligiré ya más. Porque<br />

ahora quebraré su yugo de sobre ti, y romperé tus coyundas.<br />

14 Mas acerca de ti mandará Jehová, que no quede ni memoria<br />

de tu nombre; de la casa de tu dios destruiré escultura y estatua<br />

de fundición; allí pondré tu sepulcro, porque fuiste vil.<br />

15 He aquí sobre los montes los pies del que trae buenas nuevas,<br />

del que anuncia la paz. Celebra, oh Judá, tus fiestas, cumple<br />

tus votos; porque nunca más volverá a pasar por ti el malvado;<br />

pereció del todo.<br />

2 Subió destruidor contra ti; guarda la fortaleza, vigila el ca-<br />

2 mino, cíñete los lomos, refuerza mucho tu poder. Porque Je-


1269 Nahum 2. 3–3. 6<br />

hová restaurará la gloria de Jacob como la gloria de Israel;<br />

porque saqueadores los saquearon, y estropearon sus mugrones.<br />

El escudo de sus valientes estará enrojecido, los varones 3<br />

de su ejército vestidos de grana; el carro como fuego de antorchas;<br />

el día que se prepare, temblarán las hayas. Los carros se 4<br />

precipitarán a las plazas, con estruendo rodarán por las calles;<br />

su aspecto será como antorchas encendidas, correrán como relámpagos.<br />

Se acordará él de sus valientes; se atropellarán en 5<br />

su marcha; se apresurarán a su muro, y la defensa se preparará.<br />

Las puertas de los ríos se abrirán, y el palacio será destruido. 6<br />

Y la reina será cautiva; mandarán que suba, y sus criadas 7<br />

la llevarán gimiendo como palomas, golpeándose sus pechos.<br />

Fue Nínive de tiempo antiguo como estanque de aguas; pero 8<br />

ellos huyen. Dicen: ¡Deteneos, deteneos!; pero ninguno mira.<br />

Saquead plata, saquead oro; no hay fin de las riquezas y sun- 9<br />

tuosidad de toda clase de efectos codiciables. Vacía, agotada 10<br />

y desolada está, y el corazón desfallecido; temblor de rodillas,<br />

dolor en las entrañas, rostros demudados. ¿Qué es de la guari- 11<br />

da de los leones, y de la majada de los cachorros de los leones,<br />

donde se recogía el león y la leona, y los cachorros del león, y<br />

no había quien los espantase? El león arrebataba en abundan- 12<br />

cia para sus cachorros, y ahogaba para sus leonas, y llenaba de<br />

presa sus cavernas, y de robo sus guaridas. Heme aquí contra 13<br />

ti, dice Jehová de los ejércitos. Encenderé y reduciré a humo<br />

tus carros, y espada devorará tus leoncillos; y cortaré de la<br />

tierra tu robo, y nunca más se oirá la voz de tus mensajeros.<br />

¡Ay de ti, ciudad sanguinaria, toda llena de mentira y de 3<br />

rapiña, sin apartarte del pillaje! Chasquido de látigo, y fra- 2<br />

gor de ruedas, caballo atropellador, y carro que salta; jinete 3<br />

enhiesto, y resplandor de espada, y resplandor de lanza; y multitud<br />

de muertos, y multitud de cadáveres; cadáveres sin fin,<br />

y en sus cadáveres tropezarán, a causa de la multitud de las 4<br />

fornicaciones de la ramera de hermosa gracia, maestra en hechizos,<br />

que seduce a las naciones con sus fornicaciones, y a los<br />

pueblos con sus hechizos. Heme aquí contra ti, dice Jehová de 5<br />

los ejércitos, y descubriré tus faldas en tu rostro, y mostraré<br />

a las naciones tu desnudez, y a los reinos tu vergüenza. Y 6<br />

echaré sobre ti inmundicias, y te afrentaré, y te pondré como


3. 7–19 Nahum 1270<br />

7 estiércol. Todos los que te vieren se apartarán de ti, y dirán:<br />

Nínive es asolada; ¿quién se compadecerá de ella? ¿Dónde te<br />

8 buscaré consoladores? ¿Eres tú mejor que Tebas, que estaba<br />

asentada junto al Nilo, rodeada de aguas, cuyo baluarte era<br />

9 el mar, y aguas por muro? Etiopía era su fortaleza, también<br />

Egipto, y eso sin límite; Fut y Libia fueron sus ayudadores.<br />

10 Sin embargo ella fue llevada en cautiverio; también sus pequeños<br />

fueron estrellados en las encrucijadas de todas las calles, y<br />

sobre sus varones echaron suertes, y todos sus grandes fueron<br />

11 aprisionados con grillos. Tú también serás embriagada, y serás<br />

encerrada; tú también buscarás refugio a causa del enemigo.<br />

12 Todas tus fortalezas serán cual higueras con brevas, que si las<br />

13 sacuden, caen en la boca del que las ha de comer. He aquí,<br />

tu pueblo será como mujeres en medio de ti; las puertas de tu<br />

tierra se abrirán de par en par a tus enemigos; fuego consumi-<br />

14 rá tus cerrojos. Provéete de agua para el asedio, refuerza tus<br />

fortalezas; entra en el lodo, pisa el barro, refuerza el horno.<br />

15 Allí te consumirá el fuego, te talará la espada, te devorará como<br />

pulgón; multiplícate como langosta, multiplícate como el<br />

16 langostón. Multiplicaste tus mercaderes más que las estrellas<br />

17 del cielo; la langosta hizo presa, y voló. Tus príncipes serán<br />

como langostas, y tus grandes como nubes de langostas que se<br />

sientan en vallados en día de frío; salido el sol se van, y no se<br />

18 conoce el lugar donde están. Durmieron tus pastores, oh rey<br />

de Asiria, reposaron tus valientes; tu pueblo se derramó por<br />

19 los montes, y no hay quien lo junte. No hay medicina para<br />

tu quebradura; tu herida es incurable; todos los que oigan tu<br />

fama batirán las manos sobre ti, porque ¿sobre quién no pasó<br />

continuamente tu maldad?


habacuc<br />

a profecía que vio el profeta Habacuc. ¿Hasta cuán- 1, 2<br />

do, oh Jehová, clamaré, y no oirás; y daré voces a<br />

ti a causa de la violencia, y no salvarás? ¿Por qué 3<br />

me haces ver iniquidad, y haces que vea molestia?<br />

Destrucción y violencia están delante de mí, y pleito y contienda<br />

se levantan. Por lo cual la ley es debilitada, y el juicio 4<br />

no sale según la verdad; por cuanto el impío asedia al justo,<br />

por eso sale torcida la justicia. Mirad entre las naciones, y 5<br />

ved, y asombraos; porque haré una obra en vuestros días, que<br />

aun cuando se os contare, no la creeréis. Porque he aquí, yo 6<br />

levanto a los caldeos, nación cruel y presurosa, que camina<br />

por la anchura de la tierra para poseer las moradas ajenas.<br />

Formidable es y terrible; de ella misma procede su justicia y 7<br />

su dignidad. Sus caballos serán más ligeros que leopardos, y 8<br />

más feroces que lobos nocturnos, y sus jinetes se multiplicarán;<br />

vendrán de lejos sus jinetes, y volarán como águilas que se<br />

apresuran a devorar. Toda ella vendrá a la presa; el terror va 9<br />

delante de ella, y recogerá cautivos como arena. Escarnecerá 10<br />

a los reyes, y de los príncipes hará burla; se reirá de toda fortaleza,<br />

y levantará terraplén y la tomará. Luego pasará como 11<br />

el huracán, y ofenderá atribuyendo su fuerza a su dios. ¿No 12<br />

eres tú desde el principio, oh Jehová, Dios mío, Santo mío? No<br />

moriremos. Oh Jehová, para juicio lo pusiste; y tú, oh Roca,<br />

lo fundaste para castigar. Muy limpio eres de ojos para ver el 13<br />

mal, ni puedes ver el agravio; ¿por qué ves a los menospreciadores,<br />

y callas cuando destruye el impío al más justo que él,<br />

y haces que sean los hombres como los peces del mar, como 14<br />

reptiles que no tienen quien los gobierne? Sacará a todos con 15<br />

anzuelo, los recogerá con su red, y los juntará en sus mallas;<br />

por lo cual se alegrará y se regocijará. Por esto hará sacrificios 16<br />

a su red, y ofrecerá sahumerios a sus mallas; porque con ellas<br />

engordó su porción, y engrasó su comida. ¿Vaciará por eso su 17<br />

red, y no tendrá piedad de aniquilar naciones continuamente?<br />

Sobre mi guarda estaré, y sobre la fortaleza afirmaré el pie, 2


2. 2–18 Habacuc 1272<br />

y velaré para ver lo que se me dirá, y qué he de responder<br />

2 tocante a mi queja. Y Jehová me respondió, y dijo: Escribe<br />

la visión, y declárala en tablas, para que corra el que leyere<br />

3 en ella. Aunque la visión tardará aún por un tiempo, mas se<br />

apresura hacia el fin, y no mentirá; aunque tardare, espéralo,<br />

4 porque sin duda vendrá, no tardará. He aquí que aquel cuya<br />

alma no es recta, se enorgullece; mas el justo por su fe vivirá.<br />

5 Y también, el que es dado al vino es traicionero, hombre soberbio,<br />

que no permanecerá; ensanchó como el Seol su alma,<br />

y es como la muerte, que no se saciará; antes reunió para sí<br />

6 todas las gentes, y juntó para sí todos los pueblos. ¿No han<br />

de levantar todos éstos refrán sobre él, y sarcasmos contra él?<br />

Dirán: ¡Ay del que multiplicó lo que no era suyo! ¿Hasta cuán-<br />

7 do había de acumular sobre sí prenda tras prenda? ¿No se<br />

levantarán de repente tus deudores, y se despertarán los que<br />

8 te harán temblar, y serás despojo para ellos? Por cuanto tú<br />

has despojado a muchas naciones, todos los otros pueblos te<br />

despojarán, a causa de la sangre de los hombres, y de los robos<br />

de la tierra, de las ciudades y de todos los que habitan en ellas.<br />

9 ¡Ay del que codicia injusta ganancia para su casa, para poner<br />

10 en alto su nido, para escaparse del poder del mal! Tomaste<br />

consejo vergonzoso para tu casa, asolaste muchos pueblos, y<br />

11 has pecado contra tu vida. Porque la piedra clamará desde el<br />

12 muro, y la tabla del enmaderado le responderá. ¡Ay del que<br />

edifica la ciudad con sangre, y del que funda una ciudad con<br />

13 iniquidad! ¿No es esto de Jehová de los ejércitos? Los pueblos,<br />

pues, trabajarán para el fuego, y las naciones se fatigarán en<br />

14 vano. Porque la tierra será llena del conocimiento de la gloria<br />

15 de Jehová, como las aguas cubren el mar. ¡Ay del que da de<br />

beber a su prójimo! ¡Ay de ti, que le acercas tu hiel, y le em-<br />

16 briagas para mirar su desnudez! Te has llenado de deshonra<br />

más que de honra; bebe tú también, y serás descubierto; el<br />

cáliz de la mano derecha de Jehová vendrá hasta ti, y vómito<br />

17 de afrenta sobre tu gloria. Porque la rapiña del Líbano caerá<br />

sobre ti, y la destrucción de las fieras te quebrantará, a causa<br />

de la sangre de los hombres, y del robo de la tierra, de las ciu-<br />

18 dades y de todos los que en ellas habitaban. ¿De qué sirve la<br />

escultura que esculpió el que la hizo? ¿la estatua de fundición


1273 Habacuc 2. 19–3. 16<br />

que enseña mentira, para que haciendo imágenes mudas confíe<br />

el hacedor en su obra? ¡Ay del que dice al palo: Despiértate; 19<br />

y a la piedra muda: Levántate! ¿Podrá él enseñar? He aquí<br />

está cubierto de oro y plata, y no hay espíritu dentro de él.<br />

Mas Jehová está en su santo templo; calle delante de él toda 20<br />

la tierra.<br />

Oración del profeta Habacuc, sobre Sigionot. Oh Jehová, 3, 2<br />

he oído tu palabra, y temí. Oh Jehová, aviva tu obra en medio<br />

de los tiempos, En medio de los tiempos hazla conocer; En<br />

la ira acuérdate de la misericordia. Dios vendrá de Temán, 3<br />

Y el Santo desde el monte de Parán. Selah Su gloria cubrió<br />

los cielos, Y la tierra se llenó de su alabanza. Y el resplan- 4<br />

dor fue como la luz; Rayos brillantes salían de su mano, Y allí<br />

estaba escondido su poder. Delante de su rostro iba mortan- 5<br />

dad, Y a sus pies salían carbones encendidos. Se levantó, y 6<br />

midió la tierra; Miró, e hizo temblar las gentes; Los montes<br />

antiguos fueron desmenuzados, Los collados antiguos se humillaron.<br />

Sus caminos son eternos. He visto las tiendas de 7<br />

Cusán en aflicción; Las tiendas de la tierra de Madián temblaron.<br />

¿Te airaste, oh Jehová, contra los ríos? ¿Contra los ríos 8<br />

te airaste? ¿Fue tu ira contra el mar Cuando montaste en tus<br />

caballos, Y en tus carros de victoria? Se descubrió enteramen- 9<br />

te tu arco; Los juramentos a las tribus fueron palabra segura.<br />

Selah Hendiste la tierra con ríos. Te vieron y tuvieron temor 10<br />

los montes; Pasó la inundación de las aguas; El abismo dio su<br />

voz, A lo alto alzó sus manos. El sol y la luna se pararon en su 11<br />

lugar; A la luz de tus saetas anduvieron, Y al resplandor de tu<br />

fulgente lanza. Con ira hollaste la tierra, Con furor trillaste 12<br />

las naciones. Saliste para socorrer a tu pueblo, Para socorrer 13<br />

a tu ungido. Traspasaste la cabeza de la casa del impío, Descubriendo<br />

el cimiento hasta la roca. Selah Horadaste con sus 14<br />

propios dardos las cabezas de sus guerreros, Que como tempestad<br />

acometieron para dispersarme, Cuyo regocijo era como<br />

para devorar al pobre encubiertamente. Caminaste en el mar 15<br />

con tus caballos, Sobre la mole de las grandes aguas. Oí, y 16<br />

se conmovieron mis entrañas; A la voz temblaron mis labios;<br />

Pudrición entró en mis huesos, y dentro de mí me estremecí;<br />

Si bien estaré quieto en el día de la angustia, Cuando suba al


3. 17–19 Habacuc 1274<br />

17 pueblo el que lo invadirá con sus tropas. Aunque la higuera no<br />

florezca, Ni en las vides haya frutos, Aunque falte el producto<br />

del olivo, Y los labrados no den mantenimiento, Y las ovejas<br />

sean quitadas de la majada, Y no haya vacas en los corrales;<br />

18 Con todo, yo me alegraré en Jehová, Y me gozaré en el Dios<br />

19 de mi salvación. Jehová el Señor es mi fortaleza, El cual hace<br />

mis pies como de ciervas, Y en mis alturas me hace andar.


sofonías<br />

alabra de Jehová que vino a Sofonías hijo de Cusi, 1<br />

hijo de Gedalías, hijo de Amarías, hijo de Ezequías,<br />

en días de Josías hijo de Amón, rey de Judá. Des- 2<br />

truiré por completo todas las cosas de sobre la faz<br />

de la tierra, dice Jehová. Destruiré los hombres y las bestias; 3<br />

destruiré las aves del cielo y los peces del mar, y cortaré a<br />

los impíos; y raeré a los hombres de sobre la faz de la tierra,<br />

dice Jehová. Extenderé mi mano sobre Judá, y sobre todos 4<br />

los habitantes de Jerusalén, y exterminaré de este lugar los<br />

restos de Baal, y el nombre de los ministros idólatras con sus<br />

sacerdotes; y a los que sobre los terrados se postran al ejército 5<br />

del cielo, y a los que se postran jurando por Jehová y jurando<br />

por Milcom; y a los que se apartan de en pos de Jehová, y 6<br />

a los que no buscaron a Jehová, ni le consultaron. Calla en 7<br />

la presencia de Jehová el Señor, porque el día de Jehová está<br />

cercano; porque Jehová ha preparado sacrificio, y ha dispuesto<br />

a sus convidados. Y en el día del sacrificio de Jehová castigaré 8<br />

a los príncipes, y a los hijos del rey, y a todos los que visten<br />

vestido extranjero. Asimismo castigaré en aquel día a todos 9<br />

los que saltan la puerta, los que llenan las casas de sus señores<br />

de robo y de engaño. Y habrá en aquel día, dice Jehová, 10<br />

voz de clamor desde la puerta del Pescado, y aullido desde la<br />

segunda puerta, y gran quebrantamiento desde los collados.<br />

Aullad, habitantes de Mactes, porque todo el pueblo merca- 11<br />

der es destruido; destruidos son todos los que traían dinero.<br />

Acontecerá en aquel tiempo que yo escudriñaré a Jerusalén con 12<br />

linterna, y castigaré a los hombres que reposan tranquilos como<br />

el vino asentado, los cuales dicen en su corazón: Jehová ni<br />

hará bien ni hará mal. Por tanto, serán saqueados sus bienes, 13<br />

y sus casas asoladas; edificarán casas, mas no las habitarán, y<br />

plantarán viñas, mas no beberán el vino de ellas. Cercano es- 14<br />

tá el día grande de Jehová, cercano y muy próximo; es amarga<br />

la voz del día de Jehová; gritará allí el valiente. Día de ira 15


16<br />

17<br />

1. 16–2. 12 Sofonías 1276<br />

aquel día, día de angustia y de aprieto, día de alboroto y de<br />

asolamiento, día de tiniebla y de oscuridad, día de nublado y<br />

de entenebrecimiento, día de trompeta y de algazara sobre<br />

las ciudades fortificadas, y sobre las altas torres. Y atribularé<br />

a los hombres, y andarán como ciegos, porque pecaron contra<br />

Jehová; y la sangre de ellos será derramada como polvo, y su<br />

carne como estiércol. Ni su plata ni su oro podrá librarlos<br />

18<br />

2, 2<br />

en el día de la ira de Jehová, pues toda la tierra será consumida<br />

con el fuego de su celo; porque ciertamente destrucción<br />

apresurada hará de todos los habitantes de la tierra.<br />

Congregaos y meditad, oh nación sin pudor, antes que tenga<br />

efecto el decreto, y el día se pase como el tamo; antes que<br />

venga sobre vosotros el furor de la ira de Jehová, antes que<br />

3 el día de la ira de Jehová venga sobre vosotros. Buscad a<br />

Jehová todos los humildes de la tierra, los que pusisteis por<br />

obra su juicio; buscad justicia, buscad mansedumbre; quizás<br />

4 seréis guardados en el día del enojo de Jehová. Porque Gaza<br />

será desamparada, y Ascalón asolada; saquearán a Asdod en<br />

5 pleno día, y Ecrón será desarraigada. ¡Ay de los que moran<br />

en la costa del mar, del pueblo de los cereteos! La palabra de<br />

Jehová es contra vosotros, oh Canaán, tierra de los filisteos, y<br />

6 te haré destruir hasta no dejar morador. Y será la costa del<br />

7 mar praderas para pastores, y corrales de ovejas. Será aquel<br />

lugar para el remanente de la casa de Judá; allí apacentarán;<br />

en las casas de Ascalón dormirán de noche; porque Jehová su<br />

8 Dios los visitará, y levantará su cautiverio. Yo he oído las<br />

afrentas de Moab, y los denuestos de los hijos de Amón con<br />

que deshonraron a mi pueblo, y se engrandecieron sobre su<br />

9 territorio. Por tanto, vivo yo, dice Jehová de los ejércitos,<br />

Dios de Israel, que Moab será como Sodoma, y los hijos de<br />

Amón como Gomorra; campo de ortigas, y mina de sal, y asolamiento<br />

perpetuo; el remanente de mi pueblo los saqueará, y<br />

10 el remanente de mi pueblo los heredará. Esto les vendrá por<br />

11<br />

su soberbia, porque afrentaron y se engrandecieron contra el<br />

pueblo de Jehová de los ejércitos. Terrible será Jehová contra<br />

ellos, porque destruirá a todos los dioses de la tierra, y desde<br />

sus lugares se inclinarán a él todas las tierras de las naciones.<br />

12 También vosotros los de Etiopía seréis muertos con mi espa-


1277 Sofonías 2. 13–3. 13<br />

da. Y extenderá su mano sobre el norte, y destruirá a Asiria, 13<br />

y convertirá a Nínive en asolamiento y en sequedal como un<br />

desierto. Rebaños de ganado harán en ella majada, todas las 14<br />

bestias del campo; el pelícano también y el erizo dormirán en<br />

sus dinteles; su voz cantará en las ventanas; habrá desolación<br />

en las puertas, porque su enmaderamiento de cedro será descubierto.<br />

Ésta es la ciudad alegre que estaba confiada, la que 15<br />

decía en su corazón: Yo, y no más. ¡Cómo fue asolada, hecha<br />

guarida de fieras! Cualquiera que pasare junto a ella, se burlará<br />

y sacudirá su mano.<br />

¡Ay de la ciudad rebelde y contaminada y opresora! No es- 3, 2<br />

cuchó la voz, ni recibió la corrección; no confió en Jehová, no<br />

se acercó a su Dios. Sus príncipes en medio de ella son leones 3<br />

rugientes; sus jueces, lobos nocturnos que no dejan hueso para<br />

la mañana. Sus profetas son livianos, hombres prevaricado- 4<br />

res; sus sacerdotes contaminaron el santuario, falsearon la ley.<br />

Jehová en medio de ella es justo, no hará iniquidad; de mañana 5<br />

sacará a luz su juicio, nunca faltará; pero el perverso no conoce<br />

la vergüenza. Hice destruir naciones; sus habitaciones están 6<br />

asoladas; hice desiertas sus calles, hasta no quedar quien pase;<br />

sus ciudades están asoladas hasta no quedar hombre, hasta<br />

no quedar habitante. Dije: Ciertamente me temerá; recibirá 7<br />

corrección, y no será destruida su morada según todo aquello<br />

por lo cual la castigué. Mas ellos se apresuraron a corromper<br />

todos sus hechos. Por tanto, esperadme, dice Jehová, hasta el 8<br />

día que me levante para juzgaros; porque mi determinación es<br />

reunir las naciones, juntar los reinos, para derramar sobre ellos<br />

mi enojo, todo el ardor de mi ira; por el fuego de mi celo será<br />

consumida toda la tierra. En aquel tiempo devolveré yo a los 9<br />

pueblos pureza de labios, para que todos invoquen el nombre<br />

de Jehová, para que le sirvan de común consentimiento. De 10<br />

la región más allá de los ríos de Etiopía me suplicarán; la hija<br />

de mis esparcidos traerá mi ofrenda. En aquel día no serás 11<br />

avergonzada por ninguna de tus obras con que te rebelaste<br />

contra mí; porque entonces quitaré de en medio de ti a los que<br />

se alegran en tu soberbia, y nunca más te ensoberbecerás en<br />

mi santo monte. Y dejaré en medio de ti un pueblo humilde y 12<br />

pobre, el cual confiará en el nombre de Jehová. El remanente 13


3. 14–20 Sofonías 1278<br />

de Israel no hará injusticia ni dirá mentira, ni en boca de ellos<br />

se hallará lengua engañosa; porque ellos serán apacentados, y<br />

14 dormirán, y no habrá quien los atemorice. Canta, oh hija de<br />

Sion; da voces de júbilo, oh Israel; gózate y regocíjate de todo<br />

15 corazón, hija de Jerusalén. Jehová ha apartado tus juicios, ha<br />

echado fuera tus enemigos; Jehová es Rey de Israel en medio<br />

16 de ti; nunca más verás el mal. En aquel tiempo se dirá a Je-<br />

17 rusalén: No temas; Sion, no se debiliten tus manos. Jehová<br />

está en medio de ti, poderoso, él salvará; se gozará sobre ti<br />

con alegría, callará de amor, se regocijará sobre ti con cán-<br />

18 ticos. Reuniré a los fastidiados por causa del largo tiempo;<br />

tuyos fueron, para quienes el oprobio de ella era una carga.<br />

19 He aquí, en aquel tiempo yo apremiaré a todos tus opresores;<br />

y salvaré a la que cojea, y recogeré la descarriada; y os pondré<br />

20 por alabanza y por renombre en toda la tierra. En aquel tiempo<br />

yo os traeré, en aquel tiempo os reuniré yo; pues os pondré<br />

para renombre y para alabanza entre todos los pueblos de la<br />

tierra, cuando levante vuestro cautiverio delante de vuestros<br />

ojos, dice Jehová.


hageo<br />

n el año segundo del rey Darío, en el mes sexto, en 1<br />

el primer día del mes, vino palabra de Jehová por<br />

medio del profeta Hageo a Zorobabel hijo de Salatiel,<br />

gobernador de Judá, y a Josué hijo de Josadac, sumo<br />

sacerdote, diciendo: Así ha hablado Jehová de los ejércitos, 2<br />

diciendo: Este pueblo dice: No ha llegado aún el tiempo, el<br />

tiempo de que la casa de Jehová sea reedificada. Entonces vi- 3<br />

no palabra de Jehová por medio del profeta Hageo, diciendo:<br />

¿Es para vosotros tiempo, para vosotros, de habitar en vues- 4<br />

tras casas artesonadas, y esta casa está desierta? Pues así 5<br />

ha dicho Jehová de los ejércitos: Meditad bien sobre vuestros<br />

caminos. Sembráis mucho, y recogéis poco; coméis, y no os 6<br />

saciáis; bebéis, y no quedáis satisfechos; os vestís, y no os calentáis;<br />

y el que trabaja a jornal recibe su jornal en saco roto.<br />

Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Meditad sobre vuestros 7<br />

caminos. Subid al monte, y traed madera, y reedificad la ca- 8<br />

sa; y pondré en ella mi voluntad, y seré glorificado, ha dicho<br />

Jehová. Buscáis mucho, y halláis poco; y encerráis en casa, y 9<br />

yo lo disiparé en un soplo. ¿Por qué? dice Jehová de los ejércitos.<br />

Por cuanto mi casa está desierta, y cada uno de vosotros<br />

corre a su propia casa. Por eso se detuvo de los cielos sobre 10<br />

vosotros la lluvia, y la tierra detuvo sus frutos. Y llamé la se- 11<br />

quía sobre esta tierra, y sobre los montes, sobre el trigo, sobre<br />

el vino, sobre el aceite, sobre todo lo que la tierra produce,<br />

sobre los hombres y sobre las bestias, y sobre todo trabajo<br />

de manos. Y oyó Zorobabel hijo de Salatiel, y Josué hijo de 12<br />

Josadac, sumo sacerdote, y todo el resto del pueblo, la voz de<br />

Jehová su Dios, y las palabras del profeta Hageo, como le había<br />

enviado Jehová su Dios; y temió el pueblo delante de Jehová.<br />

Entonces Hageo, enviado de Jehová, habló por mandato de Je- 13<br />

hová al pueblo, diciendo: Yo estoy con vosotros, dice Jehová.<br />

Y despertó Jehová el espíritu de Zorobabel hijo de Salatiel, 14<br />

gobernador de Judá, y el espíritu de Josué hijo de Josadac,<br />

sumo sacerdote, y el espíritu de todo el resto del pueblo; y


1. 15–2. 16 Hageo 1280<br />

vinieron y trabajaron en la casa de Jehová de los ejércitos, su<br />

Dios, en el día veinticuatro del mes sexto, en el segundo año<br />

15<br />

2<br />

del rey Darío.<br />

En el mes séptimo, a los veintiún días del mes, vino pala-<br />

2 bra de Jehová por medio del profeta Hageo, diciendo: Habla<br />

ahora a Zorobabel hijo de Salatiel, gobernador de Judá, y a<br />

Josué hijo de Josadac, sumo sacerdote, y al resto del pueblo,<br />

3 diciendo: ¿Quién ha quedado entre vosotros que haya visto<br />

esta casa en su gloria primera, y cómo la veis ahora? ¿No es<br />

4 ella como nada delante de vuestros ojos? Pues ahora, Zoro-<br />

5<br />

babel, esfuérzate, dice Jehová; esfuérzate también, Josué hijo<br />

de Josadac, sumo sacerdote; y cobrad ánimo, pueblo todo de<br />

la tierra, dice Jehová, y trabajad; porque yo estoy con vosotros,<br />

dice Jehová de los ejércitos. Según el pacto que hice con<br />

vosotros cuando salisteis de Egipto, así mi Espíritu estará en<br />

6 medio de vosotros, no temáis. Porque así dice Jehová de los<br />

ejércitos: De aquí a poco yo haré temblar los cielos y la tierra,<br />

7 el mar y la tierra seca; y haré temblar a todas las naciones,<br />

8<br />

y vendrá el Deseado de todas las naciones; y llenaré de gloria<br />

esta casa, ha dicho Jehová de los ejércitos. Mía es la plata, y<br />

9 mío es el oro, dice Jehová de los ejércitos. La gloria postrera<br />

10<br />

de esta casa será mayor que la primera, ha dicho Jehová de los<br />

ejércitos; y daré paz en este lugar, dice Jehová de los ejércitos.<br />

A los veinticuatro días del noveno mes, en el segundo año de<br />

Darío, vino palabra de Jehová por medio del profeta Hageo,<br />

11 diciendo: Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Pregunta ahora<br />

12 a los sacerdotes acerca de la ley, diciendo: Si alguno llevare<br />

13<br />

carne santificada en la falda de su ropa, y con el vuelo de ella<br />

tocare pan, o vianda, o vino, o aceite, o cualquier otra comida,<br />

¿será santificada? Y respondieron los sacerdotes y dijeron: No.<br />

Y dijo Hageo: Si un inmundo a causa de cuerpo muerto tocare<br />

alguna cosa de estas, ¿será inmunda? Y respondieron los sa-<br />

14 cerdotes, y dijeron: Inmunda será. Y respondió Hageo y dijo:<br />

Así es este pueblo y esta gente delante de mí, dice Jehová; y<br />

asimismo toda obra de sus manos; y todo lo que aquí ofrecen es<br />

15 inmundo. Ahora, pues, meditad en vuestro corazón desde este<br />

día en adelante, antes que pongan piedra sobre piedra en el<br />

16 templo de Jehová. Antes que sucediesen estas cosas, venían


1281 Hageo 2. 17–23<br />

al montón de veinte efas, y había diez; venían al lagar para<br />

sacar cincuenta cántaros, y había veinte. Os herí con viento 17<br />

solano, con tizoncillo y con granizo en toda obra de vuestras<br />

manos; mas no os convertisteis a mí, dice Jehová. Meditad, 18<br />

pues, en vuestro corazón, desde este día en adelante, desde el<br />

día veinticuatro del noveno mes, desde el día que se echó el<br />

cimiento del templo de Jehová; meditad, pues, en vuestro corazón.<br />

¿No está aún la simiente en el granero? Ni la vid, ni la 19<br />

higuera, ni el granado, ni el árbol de olivo ha florecido todavía;<br />

mas desde este día os bendeciré. Vino por segunda vez pala- 20<br />

bra de Jehová a Hageo, a los veinticuatro días del mismo mes,<br />

diciendo: Habla a Zorobabel gobernador de Judá, diciendo: 21<br />

Yo haré temblar los cielos y la tierra; y trastornaré el trono 22<br />

de los reinos, y destruiré la fuerza de los reinos de las naciones;<br />

trastornaré los carros y los que en ellos suben, y vendrán<br />

abajo los caballos y sus jinetes, cada cual por la espada de su<br />

hermano. En aquel día, dice Jehová de los ejércitos, te toma- 23<br />

ré, oh Zorobabel hijo de Salatiel, siervo mío, dice Jehová, y te<br />

pondré como anillo de sellar; porque yo te escogí, dice Jehová<br />

de los ejércitos.


zacarías<br />

1 n el octavo mes del año segundo de Darío, vino palabra<br />

de Jehová al profeta Zacarías hijo de Berequías,<br />

2 hijo de Iddo, diciendo: Se enojó Jehová en gran ma-<br />

3 nera contra vuestros padres. Diles, pues: Así ha dicho<br />

Jehová de los ejércitos: Volveos a mí, dice Jehová de los<br />

ejércitos, y yo me volveré a vosotros, ha dicho Jehová de los<br />

4 ejércitos. No seáis como vuestros padres, a los cuales clamaron<br />

los primeros profetas, diciendo: Así ha dicho Jehová de<br />

los ejércitos: Volveos ahora de vuestros malos caminos y de<br />

vuestras malas obras; y no atendieron, ni me escucharon, dice<br />

5 Jehová. Vuestros padres, ¿dónde están? y los profetas, ¿han<br />

6 de vivir para siempre? Pero mis palabras y mis ordenanzas<br />

que mandé a mis siervos los profetas, ¿no alcanzaron a vuestros<br />

padres? Por eso volvieron ellos y dijeron: Como Jehová<br />

de los ejércitos pensó tratarnos conforme a nuestros caminos,<br />

7 y conforme a nuestras obras, así lo hizo con nosotros. A los<br />

8<br />

veinticuatro días del mes undécimo, que es el mes de Sebat, en<br />

el año segundo de Darío, vino palabra de Jehová al profeta Zacarías<br />

hijo de Berequías, hijo de Iddo, diciendo: Vi de noche,<br />

y he aquí un varón que cabalgaba sobre un caballo alazán, el<br />

cual estaba entre los mirtos que había en la hondura; y detrás<br />

9 de él había caballos alazanes, overos y blancos. Entonces dije:<br />

¿Qué son éstos, señor mío? Y me dijo el ángel que hablaba<br />

10 conmigo: Yo te enseñaré lo que son éstos. Y aquel varón que<br />

11<br />

estaba entre los mirtos respondió y dijo: Éstos son los que Jehová<br />

ha enviado a recorrer la tierra. Y ellos hablaron a aquel<br />

ángel de Jehová que estaba entre los mirtos, y dijeron: Hemos<br />

recorrido la tierra, y he aquí toda la tierra está reposada y<br />

12 quieta. Respondió el ángel de Jehová y dijo: Oh Jehová de<br />

los ejércitos, ¿hasta cuándo no tendrás piedad de Jerusalén,<br />

y de las ciudades de Judá, con las cuales has estado airado<br />

13 por espacio de setenta años? Y Jehová respondió buenas palabras,<br />

palabras consoladoras, al ángel que hablaba conmigo.


1283 Zacarías 1. 14–2. 10<br />

Y me dijo el ángel que hablaba conmigo: Clama diciendo: Así 14<br />

ha dicho Jehová de los ejércitos: Celé con gran celo a Jerusalén<br />

y a Sion. Y estoy muy airado contra las naciones que 15<br />

están reposadas; porque cuando yo estaba enojado un poco,<br />

ellos agravaron el mal. Por tanto, así ha dicho Jehová: Yo me 16<br />

he vuelto a Jerusalén con misericordia; en ella será edificada<br />

mi casa, dice Jehová de los ejércitos, y la plomada será tendida<br />

sobre Jerusalén. Clama aún, diciendo: Así dice Jehová de 17<br />

los ejércitos: Aún rebosarán mis ciudades con la abundancia<br />

del bien, y aún consolará Jehová a Sion, y escogerá todavía<br />

a Jerusalén. Después alcé mis ojos y miré, y he aquí cuatro 18<br />

cuernos. Y dije al ángel que hablaba conmigo: ¿Qué son és- 19<br />

tos? Y me respondió: Éstos son los cuernos que dispersaron<br />

a Judá, a Israel y a Jerusalén. Me mostró luego Jehová cua- 20<br />

tro carpinteros. Y yo dije: ¿Qué vienen éstos a hacer? Y me 21<br />

respondió, diciendo: Aquéllos son los cuernos que dispersaron<br />

a Judá, tanto que ninguno alzó su cabeza; mas éstos han venido<br />

para hacerlos temblar, para derribar los cuernos de las<br />

naciones que alzaron el cuerno sobre la tierra de Judá para<br />

dispersarla.<br />

Alcé después mis ojos y miré, y he aquí un varón que tenía 2<br />

en su mano un cordel de medir. Y le dije: ¿A dónde vas? Y 2<br />

él me respondió: A medir a Jerusalén, para ver cuánta es su<br />

anchura, y cuánta su longitud. Y he aquí, salía aquel ángel 3<br />

que hablaba conmigo, y otro ángel le salió al encuentro, y 4<br />

le dijo: Corre, habla a este joven, diciendo: Sin muros será<br />

habitada Jerusalén, a causa de la multitud de hombres y de<br />

ganado en medio de ella. Yo seré para ella, dice Jehová, muro 5<br />

de fuego en derredor, y para gloria estaré en medio de ella.<br />

Eh, eh, huid de la tierra del norte, dice Jehová, pues por los 6<br />

cuatro vientos de los cielos os esparcí, dice Jehová. Oh Sion, 7<br />

la que moras con la hija de Babilonia, escápate. Porque así 8<br />

ha dicho Jehová de los ejércitos: Tras la gloria me enviará él<br />

a las naciones que os despojaron; porque el que os toca, toca<br />

a la niña de su ojo. Porque he aquí yo alzo mi mano sobre 9<br />

ellos, y serán despojo a sus siervos, y sabréis que Jehová de<br />

los ejércitos me envió. Canta y alégrate, hija de Sion; porque 10


2. 11–4. 4 Zacarías 1284<br />

11 he aquí vengo, y moraré en medio de ti, ha dicho Jehová. Y<br />

se unirán muchas naciones a Jehová en aquel día, y me serán<br />

por pueblo, y moraré en medio de ti; y entonces conocerás que<br />

12 Jehová de los ejércitos me ha enviado a ti. Y Jehová poseerá a<br />

Judá su heredad en la tierra santa, y escogerá aún a Jerusalén.<br />

13 Calle toda carne delante de Jehová; porque él se ha levantado<br />

de su santa morada.<br />

3 Me mostró al sumo sacerdote Josué, el cual estaba delante<br />

del ángel de Jehová, y Satanás estaba a su mano derecha para<br />

2 acusarle. Y dijo Jehová a Satanás: Jehová te reprenda, oh Satanás;<br />

Jehová que ha escogido a Jerusalén te reprenda. ¿No es<br />

3 éste un tizón arrebatado del incendio? Y Josué estaba vesti-<br />

4 do de vestiduras viles, y estaba delante del ángel. Y habló el<br />

ángel, y mandó a los que estaban delante de él, diciendo: Quitadle<br />

esas vestiduras viles. Y a él le dijo: Mira que he quitado<br />

5 de ti tu pecado, y te he hecho vestir de ropas de gala. Después<br />

dijo: Pongan mitra limpia sobre su cabeza. Y pusieron<br />

una mitra limpia sobre su cabeza, y le vistieron las ropas. Y el<br />

6 ángel de Jehová estaba en pie. Y el ángel de Jehová amonestó<br />

7 a Josué, diciendo: Así dice Jehová de los ejércitos: Si anduvieres<br />

por mis caminos, y si guardares mi ordenanza, también<br />

tú gobernarás mi casa, también guardarás mis atrios, y entre<br />

8 éstos que aquí están te daré lugar. Escucha pues, ahora, Josué<br />

sumo sacerdote, tú y tus amigos que se sientan delante de ti,<br />

porque son varones simbólicos. He aquí, yo traigo a mi siervo<br />

9 el Renuevo. Porque he aquí aquella piedra que puse delante<br />

de Josué; sobre esta única piedra hay siete ojos; he aquí yo<br />

grabaré su escultura, dice Jehová de los ejércitos, y quitaré el<br />

10 pecado de la tierra en un día. En aquel día, dice Jehová de<br />

los ejércitos, cada uno de vosotros convidará a su compañero,<br />

debajo de su vid y debajo de su higuera.<br />

4 Volvió el ángel que hablaba conmigo, y me despertó, como<br />

2 un hombre que es despertado de su sueño. Y me dijo: ¿Qué<br />

ves? Y respondí: He mirado, y he aquí un candelabro todo de<br />

oro, con un depósito encima, y sus siete lámparas encima del<br />

candelabro, y siete tubos para las lámparas que están encima<br />

3 de él; Y junto a él dos olivos, el uno a la derecha del depósito,<br />

4 y el otro a su izquierda. Proseguí y hablé, diciendo a aquel án-


1285 Zacarías 4. 5–5. 9<br />

gel que hablaba conmigo: ¿Qué es esto, señor mío? Y el ángel 5<br />

que hablaba conmigo respondió y me dijo: ¿No sabes qué es<br />

esto? Y dije: No, señor mío. Entonces respondió y me habló 6<br />

diciendo: Ésta es palabra de Jehová a Zorobabel, que dice: No<br />

con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová<br />

de los ejércitos. ¿Quién eres tú, oh gran monte? Delante de 7<br />

Zorobabel serás reducido a llanura; él sacará la primera piedra<br />

con aclamaciones de: Gracia, gracia a ella. Vino palabra de 8<br />

Jehová a mí, diciendo: Las manos de Zorobabel echarán el ci- 9<br />

miento de esta casa, y sus manos la acabarán; y conocerás que<br />

Jehová de los ejércitos me envió a vosotros. Porque los que 10<br />

menospreciaron el día de las pequeñeces se alegrarán, y verán<br />

la plomada en la mano de Zorobabel. Estos siete son los ojos<br />

de Jehová, que recorren toda la tierra. Hablé más, y le dije: 11<br />

¿Qué significan estos dos olivos a la derecha del candelabro y<br />

a su izquierda? Hablé aún de nuevo, y le dije: ¿Qué signifi- 12<br />

can las dos ramas de olivo que por medio de dos tubos de oro<br />

vierten de sí aceite como oro? Y me respondió diciendo: ¿No 13<br />

sabes qué es esto? Y dije: Señor mío, no. Y él dijo: Éstos son 14<br />

los dos ungidos que están delante del Señor de toda la tierra.<br />

De nuevo alcé mis ojos y miré, y he aquí un rollo que volaba. 5<br />

Y me dijo: ¿Qué ves? Y respondí: Veo un rollo que vuela, de 2<br />

veinte codos de largo, y diez codos de ancho. Entonces me 3<br />

dijo: Ésta es la maldición que sale sobre la faz de toda la tierra;<br />

porque todo aquel que hurta (como está de un lado del rollo)<br />

será destruido; y todo aquel que jura falsamente (como está<br />

del otro lado del rollo) será destruido. Yo la he hecho salir, 4<br />

dice Jehová de los ejércitos, y vendrá a la casa del ladrón, y a<br />

la casa del que jura falsamente en mi nombre; y permanecerá<br />

en medio de su casa y la consumirá, con sus maderas y sus<br />

piedras. Y salió aquel ángel que hablaba conmigo, y me dijo: 5<br />

Alza ahora tus ojos, y mira qué es esto que sale. Y dije: ¿Qué 6<br />

es? Y él dijo: Éste es un efa que sale. Además dijo: Ésta es la<br />

iniquidad de ellos en toda la tierra. Y he aquí, levantaron la 7<br />

tapa de plomo, y una mujer estaba sentada en medio de aquel<br />

efa. Y él dijo: Ésta es la Maldad; y la echó dentro del efa, 8<br />

y echó la masa de plomo en la boca del efa. Alcé luego mis 9


5. 10–7. 1 Zacarías 1286<br />

ojos, y miré, y he aquí dos mujeres que salían, y traían viento<br />

en sus alas, y tenían alas como de cigüeña, y alzaron el efa<br />

10 entre la tierra y los cielos. Dije al ángel que hablaba conmigo:<br />

11 ¿A dónde llevan el efa? Y él me respondió: Para que le sea<br />

edificada casa en tierra de Sinar; y cuando esté preparada lo<br />

pondrán sobre su base.<br />

6 De nuevo alcé mis ojos y miré, y he aquí cuatro carros que<br />

salían de entre dos montes; y aquellos montes eran de bron-<br />

2 ce. En el primer carro había caballos alazanes, en el segundo<br />

3 carro caballos negros, en el tercer carro caballos blancos, y en<br />

4 el cuarto carro caballos overos rucios rodados. Respondí entonces<br />

y dije al ángel que hablaba conmigo: Señor mío, ¿qué es<br />

5 esto? Y el ángel me respondió y me dijo: Éstos son los cuatro<br />

vientos de los cielos, que salen después de presentarse delante<br />

6 del Señor de toda la tierra. El carro con los caballos negros<br />

salía hacia la tierra del norte, y los blancos salieron tras ellos,<br />

7 y los overos salieron hacia la tierra del sur. Y los alazanes<br />

salieron y se afanaron por ir a recorrer la tierra. Y dijo: Id,<br />

8 recorred la tierra. Y recorrieron la tierra. Luego me llamó, y<br />

me habló diciendo: Mira, los que salieron hacia la tierra del<br />

9 norte hicieron reposar mi Espíritu en la tierra del norte. Vino<br />

10 a mí palabra de Jehová, diciendo: Toma de los del cautiverio<br />

a Heldai, a Tobías y a Jedaías, los cuales volvieron de Babilonia;<br />

e irás tú en aquel día, y entrarás en casa de Josías hijo<br />

11 de Sofonías. Tomarás, pues, plata y oro, y harás coronas, y<br />

las pondrás en la cabeza del sumo sacerdote Josué, hijo de<br />

12 Josadac. Y le hablarás, diciendo: Así ha hablado Jehová de<br />

los ejércitos, diciendo: He aquí el varón cuyo nombre es el Renuevo,<br />

el cual brotará de sus raíces, y edificará el templo de<br />

13 Jehová. El edificará el templo de Jehová, y él llevará gloria, y<br />

se sentará y dominará en su trono, y habrá sacerdote a su la-<br />

14 do; y consejo de paz habrá entre ambos. Las coronas servirán<br />

a Helem, a Tobías, a Jedaías y a Hen hijo de Sofonías, como<br />

15 memoria en el templo de Jehová. Y los que están lejos vendrán<br />

y ayudarán a edificar el templo de Jehová, y conoceréis<br />

que Jehová de los ejércitos me ha enviado a vosotros. Y esto<br />

sucederá si oyereis obedientes la voz de Jehová vuestro Dios.<br />

7 Aconteció que en el año cuarto del rey Darío vino palabra


1287 Zacarías 7. 2–8. 4<br />

de Jehová a Zacarías, a los cuatro días del mes noveno, que es<br />

Quisleu, cuando el pueblo de Bet-el había enviado a Sarezer, 2<br />

con Regem-melec y sus hombres, a implorar el favor de Jehová,<br />

y a hablar a los sacerdotes que estaban en la casa de Jehová de 3<br />

los ejércitos, y a los profetas, diciendo: ¿Lloraremos en el mes<br />

quinto? ¿Haremos abstinencia como hemos hecho ya algunos<br />

años? Vino, pues, a mí palabra de Jehová de los ejércitos, 4<br />

diciendo: Habla a todo el pueblo del país, y a los sacerdotes, 5<br />

diciendo: Cuando ayunasteis y llorasteis en el quinto y en el<br />

séptimo mes estos setenta años, ¿habéis ayunado para mí? Y 6<br />

cuando coméis y bebéis, ¿no coméis y bebéis para vosotros<br />

mismos? ¿No son estas las palabras que proclamó Jehová por 7<br />

medio de los profetas primeros, cuando Jerusalén estaba habitada<br />

y tranquila, y sus ciudades en sus alrededores y el Neguev<br />

y la Sefela estaban también habitados? Y vino palabra de Je- 8<br />

hová a Zacarías, diciendo: Así habló Jehová de los ejércitos, 9<br />

diciendo: Juzgad conforme a la verdad, y haced misericordia<br />

y piedad cada cual con su hermano; no oprimáis a la viuda, 10<br />

al huérfano, al extranjero ni al pobre; ni ninguno piense mal<br />

en su corazón contra su hermano. Pero no quisieron escuchar, 11<br />

antes volvieron la espalda, y taparon sus oídos para no oír; y 12<br />

pusieron su corazón como diamante, para no oír la ley ni las<br />

palabras que Jehová de los ejércitos enviaba por su Espíritu,<br />

por medio de los profetas primeros; vino, por tanto, gran enojo<br />

de parte de Jehová de los ejércitos. Y aconteció que así como 13<br />

él clamó, y no escucharon, también ellos clamaron, y yo no<br />

escuché, dice Jehová de los ejércitos; sino que los esparcí con 14<br />

torbellino por todas las naciones que ellos no conocían, y la<br />

tierra fue desolada tras ellos, sin quedar quien fuese ni viniese;<br />

pues convirtieron en desierto la tierra deseable.<br />

Vino a mí palabra de Jehová de los ejércitos, diciendo: Así 8, 2<br />

ha dicho Jehová de los ejércitos: Celé a Sion con gran celo,<br />

y con gran ira la celé. Así dice Jehová: Yo he restaurado a 3<br />

Sion, y moraré en medio de Jerusalén; y Jerusalén se llamará<br />

Ciudad de la Verdad, y el monte de Jehová de los ejércitos,<br />

Monte de Santidad. Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Aún 4<br />

han de morar ancianos y ancianas en las calles de Jerusalén,<br />

cada cual con bordón en su mano por la multitud de los días.


8. 5–19 Zacarías 1288<br />

5 Y las calles de la ciudad estarán llenas de muchachos y mu-<br />

6 chachas que jugarán en ellas. Así dice Jehová de los ejércitos:<br />

Si esto parecerá maravilloso a los ojos del remanente de este<br />

pueblo en aquellos días, ¿también será maravilloso delante de<br />

7 mis ojos? dice Jehová de los ejércitos. Así ha dicho Jehová<br />

de los ejércitos: He aquí, yo salvo a mi pueblo de la tierra del<br />

8 oriente, y de la tierra donde se pone el sol; y los traeré, y<br />

habitarán en medio de Jerusalén; y me serán por pueblo, y yo<br />

9 seré a ellos por Dios en verdad y en justicia. Así ha dicho<br />

Jehová de los ejércitos: Esfuércense vuestras manos, los que<br />

oís en estos días estas palabras de la boca de los profetas, desde<br />

el día que se echó el cimiento a la casa de Jehová de los<br />

10 ejércitos, para edificar el templo. Porque antes de estos días<br />

no ha habido paga de hombre ni paga de bestia, ni hubo paz<br />

para el que salía ni para el que entraba, a causa del enemigo;<br />

y yo dejé a todos los hombres cada cual contra su compañe-<br />

11 ro. Mas ahora no lo haré con el remanente de este pueblo<br />

como en aquellos días pasados, dice Jehová de los ejércitos.<br />

12 Porque habrá simiente de paz; la vid dará su fruto, y dará su<br />

producto la tierra, y los cielos darán su rocío; y haré que el<br />

13 remanente de este pueblo posea todo esto. Y sucederá que<br />

como fuisteis maldición entre las naciones, oh casa de Judá<br />

y casa de Israel, así os salvaré y seréis bendición. No temáis,<br />

14 mas esfuércense vuestras manos. Porque así ha dicho Jehová<br />

de los ejércitos: Como pensé haceros mal cuando vuestros<br />

padres me provocaron a ira, dice Jehová de los ejércitos, y no<br />

15 me arrepentí, así al contrario he pensado hacer bien a Jeru-<br />

16 salén y a la casa de Judá en estos días; no temáis. Éstas son<br />

las cosas que habéis de hacer: Hablad verdad cada cual con<br />

su prójimo; juzgad según la verdad y lo conducente a la paz<br />

17 en vuestras puertas. Y ninguno de vosotros piense mal en su<br />

corazón contra su prójimo, ni améis el juramento falso; por-<br />

18 que todas éstas son cosas que aborrezco, dice Jehová. Vino a<br />

19 mí palabra de Jehová de los ejércitos, diciendo: Así ha dicho<br />

Jehová de los ejércitos: El ayuno del cuarto mes, el ayuno del<br />

quinto, el ayuno del séptimo, y el ayuno del décimo, se convertirán<br />

para la casa de Judá en gozo y alegría, y en festivas


1289 Zacarías 8. 20–9. 12<br />

solemnidades. Amad, pues, la verdad y la paz. Así ha dicho 20<br />

Jehová de los ejércitos: Aún vendrán pueblos, y habitantes de<br />

muchas ciudades; y vendrán los habitantes de una ciudad a 21<br />

otra, y dirán: Vamos a implorar el favor de Jehová, y a buscar<br />

a Jehová de los ejércitos. Yo también iré. Y vendrán muchos 22<br />

pueblos y fuertes naciones a buscar a Jehová de los ejércitos<br />

en Jerusalén, y a implorar el favor de Jehová. Así ha dicho 23<br />

Jehová de los ejércitos: En aquellos días acontecerá que diez<br />

hombres de las naciones de toda lengua tomarán del manto<br />

a un judío, diciendo: Iremos con vosotros, porque hemos oído<br />

que Dios está con vosotros.<br />

La profecía de la palabra de Jehová está contra la tierra 9<br />

de Hadrac y sobre Damasco; porque a Jehová deben mirar los<br />

ojos de los hombres, y de todas las tribus de Israel. Tam- 2<br />

bién Hamat será comprendida en el territorio de éste; Tiro y<br />

Sidón, aunque sean muy sabias. Bien que Tiro se edificó for- 3<br />

taleza, y amontonó plata como polvo, y oro como lodo de las<br />

calles, he aquí, el Señor la empobrecerá, y herirá en el mar 4<br />

su poderío, y ella será consumida de fuego. Verá Ascalón, y 5<br />

temerá; Gaza también, y se dolerá en gran manera; asimismo<br />

Ecrón, porque su esperanza será confundida; y perecerá el rey<br />

de Gaza, y Ascalón no será habitada. Habitará en Asdod un 6<br />

extranjero, y pondré fin a la soberbia de los filisteos. Quitaré 7<br />

la sangre de su boca, y sus abominaciones de entre sus dientes,<br />

y quedará también un remanente para nuestro Dios, y serán<br />

como capitanes en Judá, y Ecrón será como el jebuseo. En- 8<br />

tonces acamparé alrededor de mi casa como un guarda, para<br />

que ninguno vaya ni venga, y no pasará más sobre ellos el opresor;<br />

porque ahora miraré con mis ojos. Alégrate mucho, hija 9<br />

de Sion; da voces de júbilo, hija de Jerusalén; he aquí tu rey<br />

vendrá a ti, justo y salvador, humilde, y cabalgando sobre un<br />

asno, sobre un pollino hijo de asna. Y de Efraín destruiré los 10<br />

carros, y los caballos de Jerusalén, y los arcos de guerra serán<br />

quebrados; y hablará paz a las naciones, y su señorío será de<br />

mar a mar, y desde el río hasta los fines de la tierra. Y tú 11<br />

también por la sangre de tu pacto serás salva; yo he sacado<br />

tus presos de la cisterna en que no hay agua. Volveos a la 12<br />

fortaleza, oh prisioneros de esperanza; hoy también os anun-


9. 13–10. 11 Zacarías 1290<br />

13 cio que os restauraré el doble. Porque he entesado para mí a<br />

Judá como arco, e hice a Efraín su flecha, y despertaré a tus<br />

hijos, oh Sion, contra tus hijos, oh Grecia, y te pondré como<br />

14 espada de valiente. Y Jehová será visto sobre ellos, y su dardo<br />

saldrá como relámpago; y Jehová el Señor tocará trompeta,<br />

15 e irá entre torbellinos del austro. Jehová de los ejércitos los<br />

amparará, y ellos devorarán, y hollarán las piedras de la honda,<br />

y beberán, y harán estrépito como tomados de vino; y se<br />

16 llenarán como tazón, o como cuernos del altar. Y los salvará<br />

en aquel día Jehová su Dios como rebaño de su pueblo; porque<br />

como piedras de diadema serán enaltecidos en su tierra.<br />

17 Porque ¡cuánta es su bondad, y cuánta su hermosura! El trigo<br />

alegrará a los jóvenes, y el vino a las doncellas.<br />

10 Pedid a Jehová lluvia en la estación tardía. Jehová hará<br />

relámpagos, y os dará lluvia abundante, y hierba verde en el<br />

2 campo a cada uno. Porque los terafines han dado vanos oráculos,<br />

y los adivinos han visto mentira, han hablado sueños<br />

vanos, y vano es su consuelo; por lo cual el pueblo vaga como<br />

3 ovejas, y sufre porque no tiene pastor. Contra los pastores se<br />

ha encendido mi enojo, y castigaré a los jefes; pero Jehová de<br />

los ejércitos visitará su rebaño, la casa de Judá, y los pondrá<br />

4 como su caballo de honor en la guerra. De él saldrá la piedra<br />

angular, de él la clavija, de él el arco de guerra, de él también<br />

5 todo apremiador. Y serán como valientes que en la batalla<br />

huellan al enemigo en el lodo de las calles; y pelearán, porque<br />

Jehová estará con ellos; y los que cabalgan en caballos serán<br />

6 avergonzados. Porque yo fortaleceré la casa de Judá, y guardaré<br />

la casa de José, y los haré volver; porque de ellos tendré<br />

piedad, y serán como si no los hubiera desechado; porque yo<br />

7 soy Jehová su Dios, y los oiré. Y será Efraín como valiente, y<br />

se alegrará su corazón como a causa del vino; sus hijos también<br />

8 verán, y se alegrarán; su corazón se gozará en Jehová. Yo los<br />

llamaré con un silbido, y los reuniré, porque los he redimido;<br />

9 y serán multiplicados tanto como fueron antes. Bien que los<br />

esparciré entre los pueblos, aun en lejanos países se acorda-<br />

10 rán de mí; y vivirán con sus hijos, y volverán. Porque yo los<br />

traeré de la tierra de Egipto, y los recogeré de Asiria; y los<br />

11 traeré a la tierra de Galaad y del Líbano, y no les bastará. Y


1291 Zacarías 10. 12–11. 16<br />

la tribulación pasará por el mar, y herirá en el mar las ondas,<br />

y se secarán todas las profundidades del río; y la soberbia de<br />

Asiria será derribada, y se perderá el cetro de Egipto. Y yo los 12<br />

fortaleceré en Jehová, y caminarán en su nombre, dice Jehová.<br />

Oh Líbano, abre tus puertas, y consuma el fuego tus ce- 11<br />

dros. Aúlla, oh ciprés, porque el cedro cayó, porque los árboles 2<br />

magníficos son derribados. Aullad, encinas de Basán, porque<br />

el bosque espeso es derribado. Voz de aullido de pastores, 3<br />

porque su magnificencia es asolada; estruendo de rugidos de<br />

cachorros de leones, porque la gloria del Jordán es destruida.<br />

Así ha dicho Jehová mi Dios: Apacienta las ovejas de la ma- 4<br />

tanza, a las cuales matan sus compradores, y no se tienen 5<br />

por culpables; y el que las vende, dice: Bendito sea Jehová,<br />

porque he enriquecido; ni sus pastores tienen piedad de ellas.<br />

Por tanto, no tendré ya más piedad de los moradores de la 6<br />

tierra, dice Jehová; porque he aquí, yo entregaré los hombres<br />

cada cual en mano de su compañero y en mano de su rey; y<br />

asolarán la tierra, y yo no los libraré de sus manos. Apacenté, 7<br />

pues, las ovejas de la matanza, esto es, a los pobres del rebaño.<br />

Y tomé para mí dos cayados: al uno puse por nombre Gracia,<br />

y al otro Ataduras; y apacenté las ovejas. Y destruí a tres 8<br />

pastores en un mes; pues mi alma se impacientó contra ellos,<br />

y también el alma de ellos me aborreció a mí. Y dije: No os 9<br />

apacentaré; la que muriere, que muera; y la que se perdiere,<br />

que se pierda; y las que quedaren, que cada una coma la carne<br />

de su compañera. Tomé luego mi cayado Gracia, y lo quebré, 10<br />

para romper mi pacto que concerté con todos los pueblos. Y 11<br />

fue deshecho en ese día, y así conocieron los pobres del rebaño<br />

que miraban a mí, que era palabra de Jehová. Y les dije: Si os 12<br />

parece bien, dadme mi salario; y si no, dejadlo. Y pesaron por<br />

mi salario treinta piezas de plata. Y me dijo Jehová: Échalo 13<br />

al tesoro; ¡hermoso precio con que me han apreciado! Y tomé<br />

las treinta piezas de plata, y las eché en la casa de Jehová al<br />

tesoro. Quebré luego el otro cayado, Ataduras, para romper 14<br />

la hermandad entre Judá e Israel. Y me dijo Jehová: Toma 15<br />

aún los aperos de un pastor insensato; porque he aquí, yo 16<br />

levanto en la tierra a un pastor que no visitará las perdidas,<br />

ni buscará la pequeña, ni curará la perniquebrada, ni llevará


11. 17–12. 13 Zacarías 1292<br />

la cansada a cuestas, sino que comerá la carne de la gorda, y<br />

17 romperá sus pezuñas. ¡Ay del pastor inútil que abandona el<br />

ganado! Hiera la espada su brazo, y su ojo derecho; del todo se<br />

secará su brazo, y su ojo derecho será enteramente oscurecido.<br />

12 Profecía de la palabra de Jehová acerca de Israel. Jehová,<br />

que extiende los cielos y funda la tierra, y forma el espíritu del<br />

2 hombre dentro de él, ha dicho: He aquí yo pongo a Jerusalén<br />

por copa que hará temblar a todos los pueblos de alrededor<br />

3 contra Judá, en el sitio contra Jerusalén. Y en aquel día yo<br />

pondré a Jerusalén por piedra pesada a todos los pueblos; todos<br />

los que se la cargaren serán despedazados, bien que todas<br />

4 las naciones de la tierra se juntarán contra ella. En aquel día,<br />

dice Jehová, heriré con pánico a todo caballo, y con locura<br />

al jinete; mas sobre la casa de Judá abriré mis ojos, y a to-<br />

5 do caballo de los pueblos heriré con ceguera. Y los capitanes<br />

de Judá dirán en su corazón: Tienen fuerza los habitantes de<br />

6 Jerusalén en Jehová de los ejércitos, su Dios. En aquel día<br />

pondré a los capitanes de Judá como brasero de fuego entre<br />

leña, y como antorcha ardiendo entre gavillas; y consumirán a<br />

diestra y a siniestra a todos los pueblos alrededor; y Jerusalén<br />

7 será otra vez habitada en su lugar, en Jerusalén. Y librará Jehová<br />

las tiendas de Judá primero, para que la gloria de la casa<br />

de David y del habitante de Jerusalén no se engrandezca sobre<br />

8 Judá. En aquel día Jehová defenderá al morador de Jerusalén;<br />

el que entre ellos fuere débil, en aquel tiempo será como<br />

David; y la casa de David como Dios, como el ángel de Jehová<br />

9 delante de ellos. Y en aquel día yo procuraré destruir a todas<br />

10 las naciones que vinieren contra Jerusalén. Y derramaré sobre<br />

la casa de David, y sobre los moradores de Jerusalén, espíritu<br />

de gracia y de oración; y mirarán a mí, a quien traspasaron,<br />

y llorarán como se llora por hijo unigénito, afligiéndose por él<br />

11 como quien se aflige por el primogénito. En aquel día habrá<br />

gran llanto en Jerusalén, como el llanto de Hadadrimón en el<br />

12 valle de Meguido. Y la tierra lamentará, cada linaje aparte;<br />

los descendientes de la casa de David por sí, y sus mujeres por<br />

sí; los descendientes de la casa de Natán por sí, y sus mujeres<br />

13 por sí; los descendientes de la casa de Leví por sí, y sus mujeres<br />

por sí; los descendientes de Simei por sí, y sus mujeres


1293 Zacarías 12. 14–14. 4<br />

por sí; todos los otros linajes, cada uno por sí, y sus mujeres 14<br />

por sí.<br />

En aquel tiempo habrá un manantial abierto para la casa de 13<br />

David y para los habitantes de Jerusalén, para la purificación<br />

del pecado y de la inmundicia. Y en aquel día, dice Jehová de 2<br />

los ejércitos, quitaré de la tierra los nombres de las imágenes, y<br />

nunca más serán recordados; y también haré cortar de la tierra<br />

a los profetas y al espíritu de inmundicia. Y acontecerá que 3<br />

cuando alguno profetizare aún, le dirán su padre y su madre<br />

que lo engendraron: No vivirás, porque has hablado mentira en<br />

el nombre de Jehová; y su padre y su madre que lo engendraron<br />

le traspasarán cuando profetizare. Y sucederá en aquel 4<br />

tiempo, que todos los profetas se avergonzarán de su visión<br />

cuando profetizaren; ni nunca más vestirán el manto velloso<br />

para mentir. Y dirá: No soy profeta; labrador soy de la tierra, 5<br />

pues he estado en el campo desde mi juventud. Y le pregun- 6<br />

tarán: ¿Qué heridas son estas en tus manos? Y él responderá:<br />

Con ellas fui herido en casa de mis amigos. Levántate, oh 7<br />

espada, contra el pastor, y contra el hombre compañero mío,<br />

dice Jehová de los ejércitos. Hiere al pastor, y serán dispersadas<br />

las ovejas; y haré volver mi mano contra los pequeñitos.<br />

Y acontecerá en toda la tierra, dice Jehová, que las dos terce- 8<br />

ras partes serán cortadas en ella, y se perderán; mas la tercera<br />

quedará en ella. Y meteré en el fuego a la tercera parte, y los 9<br />

fundiré como se funde la plata, y los probaré como se prueba<br />

el oro. El invocará mi nombre, y yo le oiré, y diré: Pueblo mío;<br />

y él dirá: Jehová es mi Dios.<br />

He aquí, el día de Jehová viene, y en medio de ti serán re- 14<br />

partidos tus despojos. Porque yo reuniré a todas las naciones 2<br />

para combatir contra Jerusalén; y la ciudad será tomada, y serán<br />

saqueadas las casas, y violadas las mujeres; y la mitad de la<br />

ciudad irá en cautiverio, mas el resto del pueblo no será cortado<br />

de la ciudad. Después saldrá Jehová y peleará con aquellas 3<br />

naciones, como peleó en el día de la batalla. Y se afirmarán 4<br />

sus pies en aquel día sobre el monte de los Olivos, que está<br />

en frente de Jerusalén al oriente; y el monte de los Olivos se<br />

partirá por en medio, hacia el oriente y hacia el occidente, haciendo<br />

un valle muy grande; y la mitad del monte se apartará


14. 5–19 Zacarías 1294<br />

5 hacia el norte, y la otra mitad hacia el sur. Y huiréis al valle<br />

de los montes, porque el valle de los montes llegará hasta Azal;<br />

huiréis de la manera que huisteis por causa del terremoto en<br />

los días de Uzías rey de Judá; y vendrá Jehová mi Dios, y con<br />

6 él todos los santos. Y acontecerá que en ese día no habrá luz<br />

7 clara, ni oscura. Será un día, el cual es conocido de Jehová,<br />

que no será ni día ni noche; pero sucederá que al caer la tarde<br />

8 habrá luz. Acontecerá también en aquel día, que saldrán de<br />

Jerusalén aguas vivas, la mitad de ellas hacia el mar oriental, y<br />

la otra mitad hacia el mar occidental, en verano y en invierno.<br />

9 Y Jehová será rey sobre toda la tierra. En aquel día Jehová<br />

10 será uno, y uno su nombre. Toda la tierra se volverá como llanura<br />

desde Geba hasta Rimón al sur de Jerusalén; y ésta será<br />

enaltecida, y habitada en su lugar desde la puerta de Benjamín<br />

hasta el lugar de la puerta primera, hasta la puerta del<br />

Ángulo, y desde la torre de Hananeel hasta los lagares del rey.<br />

11 Y morarán en ella, y no habrá nunca más maldición, sino que<br />

12 Jerusalén será habitada confiadamente. Y ésta será la plaga<br />

con que herirá Jehová a todos los pueblos que pelearon contra<br />

Jerusalén: la carne de ellos se corromperá estando ellos sobre<br />

sus pies, y se consumirán en las cuencas sus ojos, y la lengua<br />

13 se les deshará en su boca. Y acontecerá en aquel día que habrá<br />

entre ellos gran pánico enviado por Jehová; y trabará cada<br />

uno de la mano de su compañero, y levantará su mano contra<br />

14 la mano de su compañero. Y Judá también peleará en Jerusalén.<br />

Y serán reunidas las riquezas de todas las naciones de<br />

alrededor: oro y plata, y ropas de vestir, en gran abundancia.<br />

15 Así también será la plaga de los caballos, de los mulos, de los<br />

camellos, de los asnos, y de todas las bestias que estuvieren en<br />

16 aquellos campamentos. Y todos los que sobrevivieren de las<br />

naciones que vinieron contra Jerusalén, subirán de año en año<br />

para adorar al Rey, a Jehová de los ejércitos, y a celebrar la<br />

17 fiesta de los tabernáculos. Y acontecerá que los de las familias<br />

de la tierra que no subieren a Jerusalén para adorar al Rey,<br />

18 Jehová de los ejércitos, no vendrá sobre ellos lluvia. Y si la<br />

familia de Egipto no subiere y no viniere, sobre ellos no habrá<br />

lluvia; vendrá la plaga con que Jehová herirá las naciones que<br />

19 no subieren a celebrar la fiesta de los tabernáculos. Ésta será


1295 Zacarías 14. 20–21<br />

la pena del pecado de Egipto, y del pecado de todas las naciones<br />

que no subieren para celebrar la fiesta de los tabernáculos.<br />

En aquel día estará grabado sobre las campanillas de los caba- 20<br />

llos: SANTIDAD A JEHOVÁ; y las ollas de la casa de Jehová<br />

serán como los tazones del altar. Y toda olla en Jerusalén y 21<br />

Judá será consagrada a Jehová de los ejércitos; y todos los que<br />

sacrificaren vendrán y tomarán de ellas, y cocerán en ellas; y<br />

no habrá en aquel día más mercader en la casa de Jehová de<br />

los ejércitos.


malaquías<br />

1 rofecía de la palabra de Jehová contra Israel, por me-<br />

2 dio de Malaquías. Yo os he amado, dice Jehová; y<br />

3<br />

dijisteis: ¿En qué nos amaste? ¿No era Esaú hermano<br />

de Jacob? dice Jehová. Y amé a Jacob, y a Esaú<br />

aborrecí, y convertí sus montes en desolación, y abandoné su<br />

4 heredad para los chacales del desierto. Cuando Edom dijere:<br />

5<br />

Nos hemos empobrecido, pero volveremos a edificar lo arruinado;<br />

así ha dicho Jehová de los ejércitos: Ellos edificarán, y<br />

yo destruiré; y les llamarán territorio de impiedad, y pueblo<br />

contra el cual Jehová está indignado para siempre. Y vuestros<br />

ojos lo verán, y diréis: Sea Jehová engrandecido más allá de los<br />

6 límites de Israel. El hijo honra al padre, y el siervo a su señor.<br />

Si, pues, soy yo padre, ¿dónde está mi honra? y si soy señor,<br />

¿dónde está mi temor? dice Jehová de los ejércitos a vosotros,<br />

oh sacerdotes, que menospreciáis mi nombre. Y decís: ¿En qué<br />

7 hemos menospreciado tu nombre? En que ofrecéis sobre mi<br />

8<br />

altar pan inmundo. Y dijisteis: ¿En qué te hemos deshonrado?<br />

En que pensáis que la mesa de Jehová es despreciable. Y<br />

cuando ofrecéis el animal ciego para el sacrificio, ¿no es malo?<br />

Asimismo cuando ofrecéis el cojo o el enfermo, ¿no es malo?<br />

Preséntalo, pues, a tu príncipe; ¿acaso se agradará de ti, o le<br />

9 serás acepto? dice Jehová de los ejércitos. Ahora, pues, orad<br />

por el favor de Dios, para que tenga piedad de nosotros. Pero<br />

¿cómo podéis agradarle, si hacéis estas cosas? dice Jehová de<br />

10 los ejércitos. ¿Quién también hay de vosotros que cierre las<br />

11<br />

puertas o alumbre mi altar de balde? Yo no tengo complacencia<br />

en vosotros, dice Jehová de los ejércitos, ni de vuestra<br />

mano aceptaré ofrenda. Porque desde donde el sol nace hasta<br />

donde se pone, es grande mi nombre entre las naciones; y en<br />

todo lugar se ofrece a mi nombre incienso y ofrenda limpia,<br />

porque grande es mi nombre entre las naciones, dice Jehová<br />

12 de los ejércitos. Y vosotros lo habéis profanado cuando decís:<br />

Inmunda es la mesa de Jehová, y cuando decís que su alimento


1297 Malaquías 1. 13–2. 13<br />

es despreciable. Habéis además dicho: ¡Oh, qué fastidio es es- 13<br />

to! y me despreciáis, dice Jehová de los ejércitos; y trajisteis lo<br />

hurtado, o cojo, o enfermo, y presentasteis ofrenda. ¿Aceptaré<br />

yo eso de vuestra mano? dice Jehová. Maldito el que engaña, 14<br />

el que teniendo machos en su rebaño, promete, y sacrifica a<br />

Jehová lo dañado. Porque yo soy Gran Rey, dice Jehová de los<br />

ejércitos, y mi nombre es temible entre las naciones.<br />

Ahora, pues, oh sacerdotes, para vosotros es este manda- 2<br />

miento. Si no oyereis, y si no decidís de corazón dar gloria a 2<br />

mi nombre, ha dicho Jehová de los ejércitos, enviaré maldición<br />

sobre vosotros, y maldeciré vuestras bendiciones; y aun las he<br />

maldecido, porque no os habéis decidido de corazón. He aquí, 3<br />

yo os dañaré la sementera, y os echaré al rostro el estiércol, el<br />

estiércol de vuestros animales sacrificados, y seréis arrojados<br />

juntamente con él. Y sabréis que yo os envié este mandamien- 4<br />

to, para que fuese mi pacto con Leví, ha dicho Jehová de los<br />

ejércitos. Mi pacto con él fue de vida y de paz, las cuales cosas 5<br />

yo le di para que me temiera; y tuvo temor de mí, y delante de<br />

mi nombre estuvo humillado. La ley de verdad estuvo en su 6<br />

boca, e iniquidad no fue hallada en sus labios; en paz y en justicia<br />

anduvo conmigo, y a muchos hizo apartar de la iniquidad.<br />

Porque los labios del sacerdote han de guardar la sabiduría, 7<br />

y de su boca el pueblo buscará la ley; porque mensajero es<br />

de Jehová de los ejércitos. Mas vosotros os habéis apartado 8<br />

del camino; habéis hecho tropezar a muchos en la ley; habéis<br />

corrompido el pacto de Leví, dice Jehová de los ejércitos. Por 9<br />

tanto, yo también os he hecho viles y bajos ante todo el pueblo,<br />

así como vosotros no habéis guardado mis caminos, y en la ley<br />

hacéis acepción de personas. ¿No tenemos todos un mismo 10<br />

padre? ¿No nos ha creado un mismo Dios? ¿Por qué, pues,<br />

nos portamos deslealmente el uno contra el otro, profanando<br />

el pacto de nuestros padres? Prevaricó Judá, y en Israel y en 11<br />

Jerusalén se ha cometido abominación; porque Judá ha profanado<br />

el santuario de Jehová que él amó, y se casó con hija<br />

de dios extraño. Jehová cortará de las tiendas de Jacob al 12<br />

hombre que hiciere esto, al que vela y al que responde, y al<br />

que ofrece ofrenda a Jehová de los ejércitos. Y esta otra vez 13<br />

haréis cubrir el altar de Jehová de lágrimas, de llanto, y de


2. 14–3. 9 Malaquías 1298<br />

clamor; así que no miraré más a la ofrenda, para aceptarla con<br />

14 gusto de vuestra mano. Mas diréis: ¿Por qué? Porque Jehová<br />

ha atestiguado entre ti y la mujer de tu juventud, contra la<br />

cual has sido desleal, siendo ella tu compañera, y la mujer de<br />

15 tu pacto. ¿No hizo él uno, habiendo en él abundancia de espíritu?<br />

¿Y por qué uno? Porque buscaba una descendencia para<br />

Dios. Guardaos, pues, en vuestro espíritu, y no seáis desleales<br />

16 para con la mujer de vuestra juventud. Porque Jehová Dios<br />

de Israel ha dicho que él aborrece el repudio, y al que cubre<br />

de iniquidad su vestido, dijo Jehová de los ejércitos. Guardaos,<br />

17 pues, en vuestro espíritu, y no seáis desleales. Habéis hecho<br />

cansar a Jehová con vuestras palabras. Y decís: ¿En qué le hemos<br />

cansado? En que decís: Cualquiera que hace mal agrada<br />

a Jehová, y en los tales se complace; o si no, ¿dónde está el<br />

Dios de justicia?<br />

3 He aquí, yo envío mi mensajero, el cual preparará el camino<br />

delante de mí; y vendrá súbitamente a su templo el Señor a<br />

quien vosotros buscáis, y el ángel del pacto, a quien deseáis<br />

2 vosotros. He aquí viene, ha dicho Jehová de los ejércitos. ¿Y<br />

quién podrá soportar el tiempo de su venida? ¿o quién podrá<br />

estar en pie cuando él se manifieste? Porque él es como fuego<br />

3 purificador, y como jabón de lavadores. Y se sentará para afinar<br />

y limpiar la plata; porque limpiará a los hijos de Leví, los<br />

afinará como a oro y como a plata, y traerán a Jehová ofrenda<br />

4 en justicia. Y será grata a Jehová la ofrenda de Judá y de Jerusalén,<br />

como en los días pasados, y como en los años antiguos.<br />

5 Y vendré a vosotros para juicio; y seré pronto testigo contra los<br />

hechiceros y adúlteros, contra los que juran mentira, y los que<br />

defraudan en su salario al jornalero, a la viuda y al huérfano,<br />

y los que hacen injusticia al extranjero, no teniendo temor de<br />

6 mí, dice Jehová de los ejércitos. Porque yo Jehová no cambio;<br />

7 por esto, hijos de Jacob, no habéis sido consumidos. Desde<br />

los días de vuestros padres os habéis apartado de mis leyes, y<br />

no las guardasteis. Volveos a mí, y yo me volveré a vosotros,<br />

ha dicho Jehová de los ejércitos. Mas dijisteis: ¿En qué hemos<br />

8 de volvernos? ¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros me<br />

habéis robado. Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado? En vues-<br />

9 tros diezmos y ofrendas. Malditos sois con maldición, porque


1299 Malaquías 3. 10–4. 6<br />

vosotros, la nación toda, me habéis robado. Traed todos los 10<br />

diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora<br />

en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas<br />

de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta<br />

que sobreabunde. Reprenderé también por vosotros al devo- 11<br />

rador, y no os destruirá el fruto de la tierra, ni vuestra vid en<br />

el campo será estéril, dice Jehová de los ejércitos. Y todas las 12<br />

naciones os dirán bienaventurados; porque seréis tierra deseable,<br />

dice Jehová de los ejércitos. Vuestras palabras contra mí 13<br />

han sido violentas, dice Jehová. Y dijisteis: ¿Qué hemos hablado<br />

contra ti? Habéis dicho: Por demás es servir a Dios. ¿Qué 14<br />

aprovecha que guardemos su ley, y que andemos afligidos en<br />

presencia de Jehová de los ejércitos? Decimos, pues, ahora: 15<br />

Bienaventurados son los soberbios, y los que hacen impiedad<br />

no sólo son prosperados, sino que tentaron a Dios y escaparon.<br />

Entonces los que temían a Jehová hablaron cada uno a 16<br />

su compañero; y Jehová escuchó y oyó, y fue escrito libro de<br />

memoria delante de él para los que temen a Jehová, y para los<br />

que piensan en su nombre. Y serán para mí especial tesoro, 17<br />

ha dicho Jehová de los ejércitos, en el día en que yo actúe; y<br />

los perdonaré, como el hombre que perdona a su hijo que le<br />

sirve. Entonces os volveréis, y discerniréis la diferencia entre 18<br />

el justo y el malo, entre el que sirve a Dios y el que no le sirve.<br />

Porque he aquí, viene el día ardiente como un horno, y todos 4<br />

los soberbios y todos los que hacen maldad serán estopa; aquel<br />

día que vendrá los abrasará, ha dicho Jehová de los ejércitos, y<br />

no les dejará ni raíz ni rama. Mas a vosotros los que teméis mi 2<br />

nombre, nacerá el Sol de justicia, y en sus alas traerá salvación;<br />

y saldréis, y saltaréis como becerros de la manada. Hollaréis a 3<br />

los malos, los cuales serán ceniza bajo las plantas de vuestros<br />

pies, en el día en que yo actúe, ha dicho Jehová de los ejércitos.<br />

Acordaos de la ley de Moisés mi siervo, al cual encargué en 4<br />

Horeb ordenanzas y leyes para todo Israel. He aquí, yo os 5<br />

envío el profeta Elías, antes que venga el día de Jehová, grande<br />

y terrible. Él hará volver el corazón de los padres hacia los 6<br />

hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres, no sea que yo<br />

venga y hiera la tierra con maldición.

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