Enero de 2012 - El Pitic

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Año X Número 128 Enero 2012 Edición Mensual Hermosillo del Pitic, Sonora. Antes Villa del Pitic
Fe l i z Na v i d a d y
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2 Hermosillo, Son., Enero de 2012
DIRECTORIO
El hombre joven no tiene memoria
Más tarde, goza al recordar
vivencias pasadas.
Y mucho más tarde, vive de ellas.
Fundador
Arnoldo Salazar Woolfolk+
Director
Fernando Andrade Domínguez
H. Rangel Lugo No. 139
esq. 5 de Febrero.
Barrio La 5 de Mayo.
Tel. 217-28-04, 215-34-56 y
(6621) 73-81-22
andrade_nando@yahoo.com.mx
Distribución
Diego Redo Hoeffer
Lic. Armando Gastélum Alcaraz
Impreso en los talleres de
Editorial El Auténtico, S.A. de C.V.
Reg. en Trámite
¡¡FELIZ NAVIDAD, PRÓSPERO Y
FELIZ AÑO NUEVO!! frases que
serán repetidas una y mil veces, en
estos días en que se inicia un nuevo
año, la fuerza de la costumbre nos hace
insistir en cambiar estas frases por el
consabido saludo de los buenos días,
buenas tardes o buenas noches; a todo
mundo les reiteramos nuestros deseos
convirtiéndolos en frases prefabricadas
y de escaso contenido de sincera
humanidad.
Cambiemos nuestra actitud de
parafrasear tan gastadas y frígidas
palabras que se han convertido en
cortesías que únicamente cumplen con
una salutación de mero formulismo y
que a fuerza de repetirlas se convierten
en eso, un saludo exclusivo para estas
fechas.
Hagamos un alto en la loca y
desordenada carrera que hemos
emprendido queriendo alcanzar a la
vida, con el loco deseo de poseer, de
tener poder y recursos, no hagamos
una religión en la que sólo el dinero
sea nuestra obsesión, pongamos los
pies sobre la tierra firme, dejemos de
flotar en la nube de incongruencias en
que hemos convertido las metas que
malamente nos hemos fijado. Ya basta
de vivir en el tremendo error de querer
tener lo que no es posible y que sólo
mediante aberrantes e irremediables
equivocaciones nos están causando
crudos y nefastos resultados.
Existen cosas mucho muy importantes
y que atañen a toda la humanidad,
tenemos encima el gran problema
de la escasez de AGUA, está muy
próximo el futuro en que el agua será
objeto de guerras, tendrá más valor
que el oro y lo más grave es que ya
nos la acabamos y es hora en que no
hemos hecho nada por conservarla.
Los que vivimos en estas latitudes
somos los más directamente afectados
y ni por eso hemos movido un dedo en
pro de la conservación y el razonable
consumo que debemos hacer del
vital líquido.
Abramos los ojos a la realidad,
empecemos por hacer de cada día la
realización de un propósito que venga a
cambiar la actitud que hemos adoptado
los humanos, veámonos como
hermanos, no escatimemos el simple
saludo, convivamos cuando menos
con nuestros vecinos, ayudémonos en
E d i t o r i a l
el diario bregar por la sobrevivencia,
basta ya de ser unos desconocidos y
casi enemigos; si somos casi parientes y
nos ha tocado sobrevivir juntos, hemos
visto a nuestros hijos crecer y éstos por
desgracia van adquiriendo los mismos
hábitos que les hemos enseñado.
Esta es una invitación para llevar a
cabo un alto en el camino y de alguna
manera tratar de cambiar nuestra
actitud, ablandar nuestros sentimientos
y saber compartir.
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Hermosillo, Son., Enero de 2012
REMEMBRANZAS DE VILLA DE SERIS
LA CARABINA
ENRIQUE VEGA GALINDO
En el presente relato que se narra, por razones obvias se omiten los nombres
de los actores del drama. Cuenta la leyenda que después de largas
cabalgatas por caminos angostos, boscosos, montañosos y desolados,
enfrentándose a mil adversidades para protegerse del enemigo, llegó
a Sonora un hombre que vivió en los terrenos al poniente de Villa de
Seris, en el momento en que los pobladores se involucraban en un tornado
hambriento de oro y poder. Como miembro de la Caballería Elite
Real fue testigo de las acciones del dios de la guerra, escenas de heroísmo
y horror propias de pesadillas, quien encontró como recompensa a
sus servicios prestados no la gloria sino la vergüenza a su reputación
militar. Agricultor de nacimiento, aventurero por necesidad. Buscón de
oro por casualidad. Arriero de ganado ajeno, atravesó la frontera para
comerciar.
En el pueblo conoce a otros hombres como él y el puñado se convierte
en la acordada al servicio del líder de la región, hombre caprichoso que
nada políticamente según sopla el viento, para cazar abigeos, asaltantes
de caminos y rateros. Con apoyo del tirano el destino le prepara una
profecía como si una vidente la hubiera escrito especialmente para él.
Ya con algo de dinero en los bolsillos compró un pedazo de tierra por
allá con rumbo a Las Placitas. Empezó con unas chivitas, una vaca, una
mula, un burro y algunas gallinas, además de su caballo y el perro. Sembró
algo de maíz, calabazas y trigo para comer. Un día se encontró una
abnegada mujer y se caso. Con el tiempo empezó hacer fortuna de tal
manera que adquirió una gran extensión de tierra y cambió su carácter.
Se volvió loco, pendenciero, jugador, borracho, maldito y sanguinario.
Su hacienda la llenó de lujos y comodidades. Iba gente a pedirle trabajo
y a nadie se lo negaba. Les brindaba un techo donde vivir y qué comer,
pero los explotaba desde las 6 de la mañana hasta las 5 de la tarde.
Sembraba algodón, trigo y poseía una huerta de cítricos. Contaba con
buena maquinaria, sistema de riego. Su propiedad parecía un poblado.
Su mujer era toda bondad, humilde y callada, le alegró la vida con 7
cachorritos que eran el alma y corazón de la familia.
Controlaba su feudo y sus alrededores con mercenarios a sueldo. Si acaso
encontraban algún individuo merodeando los alrededores, la cuadrilla
lo llevaba al patrón y éste lo ponía a trabajar, si no quería lo colgaba
de un árbol. Con esta acción encontró bastantes peones forzados.
La cuestión era la siguiente; cuando un trabajador se quería ir de la
hacienda le pedía que le pagara, y les contestaba que estaba bien. Les
entregaba su dinero en monedas de plata. El inocente hombre se despedía
y él les daba la bendición con la señal de la cruz. Al voltearse y encaminarse
a la salida, el hacendado pedía su carabina, la cargaba y acto
seguido lo mataba por la espalda. Le quitaba el dinero y lo enterraba en
su panteón. De esta forma los peones no se iban y el que huía lo traía a
la hacienda y lo mataba de la misma forma.
Un día el hombre murió. La esposa ordenó liberar a los peones. Les regaló
todo lo de la hacienda. Les pidió se fueran y la dejaran sola con el
cuerpo. Lo enterró. Mató a su caballo y su perro. Hizo una fogata y quemó
todas sus pertenencias, entre ellas la carabina. Cogió una carreta,
echó sus cosas y se fue con sus hijos. La hacienda quedó abandonada.
Quienes la reclamaron y volvieron a habitarla se han vuelto borrachos
o locos y han terminado en la desdicha, pobres y en la ruina. La carabina
no se quemó. Aún existe, está intacta y funciona. Palabra que no
exagero.
El autor es sociólogo, investigador, escritor e historiador.
Email: evegagalindo1@yahoo.com
Derechos Reservados: Vega, Salazar, Andrade, El Pitic.
TEL. 016646373222
Tijuana, BC., México.
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4 Hermosillo, Son., Enero de 2012
LEYENDAS DE MI VIEJO VILLA DE SERIS
Por Hortencia Lohr Romero
Recopilación de Martín Hurtado Valencia
Desierto urbano “EL GÜERO FLAUTAS” ¿Profeta o loco del pueblo? Por:
Hortencia Lohr Romero. Abril 29 de 2011.-
El sismo que hace unos días tomó por sorpresa a gran parte de los hermosillenses
y pasó desapercibido para otros tantos, me hizo recordar a un personaje
muy peculiar que vivió durante muchos años en mi querido barrio Villa de
Seris. Se trata del “Güero Flautas”, considerado por la mayoría como el “loco”
del pueblo, pero para otros era una especie de “profeta” urbano. Los vecinos
del lugar, sobre todo las familias más antiguas que vivían alrededor de la plaza
en la que se encuentra la iglesia de Nuestra Señora de la Candelaria, no me
dejarán mentir, pues a ellos les tocó ver al “Güero Flautas” en acción. Según
relatan, fue por allá en la década de los 40 cuando este aguerrido hombre
de alrededor de 50 años de edad, se subía al techo de la iglesia, que en ese
entonces era plana pues no contaba con cúpula, ni campanario, para gritar a
todo pulmón que en el futuro habría temblores que derribarían los enormes
edificios construidos en el vado del Río Sonora.
Curiosamente en ese tiempo no existían tales construcciones, pues el Río Sonora
llevaba tanta agua que separaba a Villa de Seris y demás comunidades
del sur, de las del centro y norte de Hermosillo, al grado de que la gente que
vivía en Villa de Seris, que en ese entonces todavía era considerado el pueblo,
tenía que cruzar en una lancha para llegar a la “ciudad”, que no era otra cosa
que el centro o área comercial de Hermosillo. Es por eso que la mayoría de
las personas le decían que estaba loco, pues le explicaban que no era posible
edificar nada sobre un río.
Sin embargo, el “Güero Flautas” les respondía muy seguro de sí mismo, que
dicho río se secaría hasta quedar sólo un vado en el que levantarían muchos
edificios. Pero sus predicciones no paraban allí, pues además aseguraba,
como si ya lo estuvieran viendo, que habría temblores e inundaciones que
los derribarían y que habría gente corriendo por todos lados para salvar su
“pellejo”.
¡Imaginen mi sorpresa cuando me entero en las noticias que varias oficinas
del Centro de Gobierno y de otros edificios cercanos, tuvieron que ser evacuados
a causa de un sismo! Si bien nada se derrumbó y nada pasó a mayores,
gracias a Dios, me impresionó ver en la televisión a las personas abandonando
apresuradas sus lugares de trabajo para evitar cualquier peligro, casi como
lo dijo el “loco” o “profeta” de Villa de Seris, décadas atrás. Por eso, ahora
quienes conocemos la historia del “Güero Flautas”, ya sea porque nuestros
padres o abuelos nos lo platicaron y con más razón quienes lo vieron, nos
llenamos de asombro y surgen preguntas: ¿Cómo supo aquel hombre, considerado
un loco por casi todos, que el vado del Río Sonora se convertiría en
zona comercial, de oficinas de gobierno y de negocios?, ¿en verdad “veía”
terremotos que acabarían con todo?, ¿o se trata de una simple casualidad?
Como quiera que sea, usted tendrá la última palabra. Para mí, fue agradable
recordar a aquel personaje de mi viejo Villa de Seris.
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Hermosillo, Son., Enero de 2012
á N g E L E S E N L A S c A L L E S
Para Luis Adrián Valenzuela Navarro y muchos(as)
como él, que en el mundo vuelan por la vida, al
ser voluntarios de la Cruz Roja. Corren y corren
sin descanso en ambulancias y con el estrés a
cuestas, buscan ganarle la carrera a la muerte; ella,
que viene implícita con uno cuando nacemos, es
temida, su solo nombre estruja el corazón, incluso
del que se considera insensible. Pero ellos, los
ángeles, por desgracia anónimos, aun a costa
de la vida propia van a dar la mano a seres que
requieren de ayuda.
Son los voluntarios de la Cruz Roja. “ÁNGELES
SIN ALAS”. Entre el ulular de sirenas, de
adrenalina al límite, sorteando y esquivando entre los carros arriesgando
su propia vida, llevan la consigna de llegar a tiempo para salvar a aquellos
que requieren sus servicios.
Son intrépidos, arrojados, con un alto sentido de solidaridad y sobre
todo un deseo enorme de prodigar certidumbre y confianza al enfermo;
por supuesto al familiar que en ellos depositan esperanzas. Saben que
en todo viaje para asistir al enfermo va con ellos la muerte, acechando a
cada instante, ante el mínimo descuido; en la imprudencia de aquellos
que aún no entendemos el pedido de auxilio, solidaridad, tolerancia y de
p o R: c A R L o S M. VA L E N Z u E L A q u I N tA N A R
colaboración al oír de la Cruz Roja su llanto, cuando
como ráfaga recorre las calles de grandes o pequeñas
ciudades; pero somos tantos los indolentes que nos
entrometemos entre ella. Ellos, los paramédicos,
llevan en sus ojos ansiedad, por supuesto el miedo
y hasta quizás sensaciones de curiosidad y asombro;
no saben a ciencia cierta ante qué situación tendrán
que enfrentarse.
Son los “Ángeles sin Alas”, aunque pareciera que las
tienen, vuelan en cuatro ruedas por la calle de noche
y de día. No hay días festivos y no existen fines de
semana -todos los días son días- de ellos pende la
vida de muchos y son ciertos que deben ganarle
la carrera a la muerte aún a costa de sus propias
decisiones. Los Ángeles de las calles, en su mayoría jovencitos(as) con
un alto sentido de la misericordia, de férrea voluntad y de compromiso a
prueba de todo, están ahí; mientras otros se divierten ellos, “Los Ángeles”,
cuidan de nuestra salud y de nuestra seguridad. Son seres de buena
voluntad que coadyuvan en labores de rescate y tienden sus manos en
bien de los que sufren por alguna enfermedad o bien de aquellos que en
su andar tienen terrible accidente.
Ellos son Ángeles en ruedas, y pareciera que vuelan cuando van por la
atención de la salud y la vida de aquellos que la muerte quisiera llevarse.
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6 Hermosillo, Son., Enero de 2012
GONZALEZ HERMOSILLO VII
CAMPAÑA DESDE
SAN PEDRO
PIEDRA GORDA,
GUANAJUATO
Por: Ignacio Lagarda
Lagarda
Al establecer su
cuartel general en San
Pedro Piedra Gorda,
González Hermosillo
amplió su radio de
acción, pero siguió
guerrilleando en los
Altos de Jalisco.
En un parte militar
realista del 22 de
agosto de 1812, el
teniente coronel Ángel Linares, segundo comandante de la primera
división del ejército de la Nueva Galicia, en su tránsito por la
congregación de Arandas, rumbo a la Villa de Lagos, se enfrentó
con una numerosa tropa insurgente de 1,200 elementos al mando de
José María González Hermosillo, Segura, Saturnino y Contreras.
El 8 de septiembre de 1812, en compañía de Segura, Santos Aguirre,
Saturnino y Rodríguez, atacó la población de San Juan de los Lagos,
resguardada por el jefe realista Guadalupe Pérez Franco, que había
reunido una tropa con partidarios de Tepatitlán, Jalostotitlán y
Encarnación.
El parte de De la Cruz dice que los Insurgentes, en número de 900
y con 300 fusiles, habían atacado la plaza defendida por apenas 50
realistas y habían sido rechazados por éstos después de casi 6 horas
de asedio, dejándoles 25 muertos, sin que los defensores sufrieran
ninguna baja.
Por: Ignacio Lagarda Lagarda
El 16 de septiembre de 1812, González Hermosillo y Joaquín
Caballero se enfrentaron otra vez al teniente Guadalupe Pérez
Franco, en las haciendas de Estancia Vieja, jurisdicción de
Jalostotitlán, propinándole una rotunda derrota que incluyó la
muerte del propio comandante realista. El parte dado por Joaquín
Caballero a don José María Liceaga dice que les quitaron a los
realistas un cañón, 25 fusiles, todos los pertrechos, más de 60
caballos, hacerles 31 muertos, 36 prisioneros y detalla:
[. . .] En el alcance fue mucha más espantosa la mortandad, porque
aterrados y confundidos los enemigos, viéndose cercados y sin
escape, se arrojaban al río y se precipitaban de lo alto del monte
por peñascos escarpados en que perecieron casi todos. De nuestra
parte no hubo más desgracias que haber muerto horrorosamente
un soldado al echarse sobre el cañón [. . .] Aunque todos se portaron
muy bien, son más dignos de recomendación los oficiales Don
Guadalupe y Don Valentín Hernández, Don Juan Carranza, Don
M. del Saturnino, Don Ramón Franco, Don Ignacio Montes y Don
Marcos de Hermosillo, que fueron los primeros en acometer.
Llama la atención que el informe lo haya hecho Caballero, no
González Hermosillo, y que sobresalga en él José Marcos Ramón
González Hermosillo Jaure, que para entonces contaba con 18 años
de edad y ya se había incorporado a la guerra de independencia en
compañía de su padre.
El 4 de noviembre de 1812, don José María Liceaga le ordena al
brigadier Joaquín Caballero que, en unión con don José María
González Hermosillo y don Ignacio Franco, que con sus divisiones
componían 2,000 hombres, urdieran un plan para atacar el 4 de
noviembre próximo las poblaciones de la villa de Santa María de los
Lagos, que desde septiembre de 1811, luego del sorpresivo asalto
que le hizo el famoso guerrillero insurgente Albino “El Manco”
García, fue amurallada por el comandante militar realista Rafael
Flores Alatorre y León en Guanajuato, ya que estaban débiles en
sus defensas. En su comunicado, Liceaga les advierte que:
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Hermosillo, Son., Enero de 2012
GonzálEz HErmoSillo...
[. . .] si tuviere mal éxito por la publicidad del sigilo, o por no querer
alguna de esas divisiones cooperar a la reunión, como por alguna
disposición pésima en el acto de ataque será éste responsable a los
males que resulten y de consiguiente pasado por las armas.
A mediados de noviembre de 1812, González Hermosillo se
enfrenta de nuevo con el cura Álvarez “El Chicharronero”, en el
rancho San Rafael de la población de San Miguelito (San Miguel
el Alto), cuando éste estaba a punto de quemar vivos a algunos
insurgentes. El propio insurgente le hace un informe de lo ocurrido
a don José María Liceaga, diciéndole lo siguiente.
Del comandante General Don José María González Hermosillo
Excelentísimo señor.
He verificado que el cura Álvarez había reunido la fuerza de 700
hombres de Aguascalientes, Nochistlán, Xalostotitlán y Teocaltiche.
Dividí mi tropa en tres trozos al mando de los señores Segura,
Coronado y Oropeza, se rompió el fuego a las diez de la mañana en
las orillas del pueblo de San Miguelito, a donde se refugió el enemigo,
sintiendo la fuerza enérgica de nuestra tropa. Pero yo deseoso de
que saliesen al campo raso para escarmentarlos decisivamente,
fingí una retirada, la que observada por el cura chicharronero y
su perversa comitiva, salieron del pueblo alborotados en nuestro
seguimiento. Hizo alto entonces mi caballería y entró el degüello
con tal valor, que murieron 49 enemigos, fueron heridos hasta
ciento de los más orgullosos y asesinos, les tomamos considerable
número de fusiles, pistolas, lanzas y algunos caballos ensillados. La
acción fue muy reñida, como quizá no había visto el cura Álvarez
y nuestra pérdida sólo ha consistido en el benemérito comandante
Don Rafael Oropeza y tres soldados de mi división.
Dios guarde a vuestra excelencia muchos años. José María González
Hermosillo. Exmo. Sr. José María Liceaga.
Seguramente fue un triunfo amargo para el insurgente, pues en
la batalla perdió a su inseparable e incondicional amigo: Don
Rafael Oropeza. Junto al informe, González Hermosillo le envió al
señor Liceaga en un saquito la oreja derecha de cada uno de los 49
realistas muertos, para que no quedara duda del resultado de su
triunfo. Como reconocimiento al resultado de esta batalla, Liceaga
le otorgó el grado de general brigadier que se había quedado
esperando desde que Hidalgo se lo prometió si tomaba Cosalá,
que no logró por la derrota de San Ignacio Piaxtla.
Tuvieron que pasar dos años de intensas batallas para lograr hacerse
acreedor del grado de brigadier. En seguida, el 6 de diciembre de
1812 Liceaga le ordena a Caballero que en compañía de Ignacio
Franco y González Hermosillo, ataque una conducta de plata por
rumbos de Irapuato. Por primera vez, Liceaga se refiere al último
como brigadier:
Estará usted muy a la mira para atajar el paso por la parte que le
toca a el convoy de platas que está por salir con destino, la una
para Irapuato y otra para Guadalajara, cuyo importe es de un
millón y medio e interesa que combinando usted sus ideas con los
señores Hermosillo y Franco para que a su tiempo se les acometa
con intrepidez para lograr destrozarlos. Ya he dicho en un oficio
fechado de ayer al Sr. Brigadier Hermosillo que dentro del término
de 10 ó 12 días estaré en los términos de ese departamento para
disponer remedien los infinitos desarreglos que se han entendido
como me lo dan a entender las repetidas quejas que me vienen a cada
día.
Dios guarde a usted muchos años.
Cuartel General de Cuitzeo.
Diciembre 6 de 1812.
Liceaga a Br. Don J. Caballero.
No conocemos el resultado de la comisión ya que no existen reportes
respecto al caso.
Algo estaba pasando con el comportamiento del ejército insurgente,
ya que Liceaga los amenaza con ir a visitarlos y poner remedio a
las quejas que constantemente estaba recibiendo. El 31 de diciembre
de 1812, el brigadier Franco informó a Caballero desde su cuartel
en Comanja del ataque a la Estancia Grande en Lagos, una antigua
hacienda surgida en el valle de Lagos:
Soy de parecer se reúna Vuestra Señoría y el Excelentísimo Señor
Hermosillo y avancen para los pueblos del Rincón poniéndome
una posta diciéndome el día que han de llegar a los dichos pueblos
para avanzar y a que combinemos sobre el punto que ordena la
superioridad. Me parece no nos alcanza el plazo que la superioridad
nos pone, pero cumpliremos aunque sea dos o tres días después,
cuando no se pueda el día que se nos ordena.
Me hará Vuestra Señoría favor que el correo que llevó la pólvora
sea reconvenido pues a su vista pesé y cupo en el zurrón diecinueve
libras y media. El mandarle a Vuestra Señoría decir el precio a que
me cuesta, es por razón de que siempre que estén escasos de este
material, pueden ocurrir por mi conducto a la Villa de San Felipe
y no me comprometo a más porque es suma la escasez de reales
que padezco. Hoy mismo ha dado ataque la tropa de mi mando a la
Estancia Grande de Lagos y el éxito seguramente es de nuestra parte
porque a las 7 de la mañana oí los primeros cañonazos y a poco rato
pararon, son las 4 de la tarde y aún no tengo ninguna noticia y dista
de aquí cinco leguas. También se vieron desde aquí las humaredas
de las casas que quemaron los nuestros en dicha hacienda y espero
en la majestad divina nos ha de haber sacado con bien. Dios guarde a
Vuestra Señoría muchos años. Cuartel Subalterno en Comanja, 31 de
diciembre de 1812. José Ignacio Franco. Señor Brigadier Don Joaquín
Caballero. (Continuaremos en el próximo número)
triglicéridos
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8 Hermosillo, Son., Enero de 2012
DISTINGUIDAS PERSONALIDA
Lu I S FE D E R I c o cA I R E
D I R E C T O R I O
S O N O R A ( 1 9 5 7 )
A NUESTROS LECTORES:
Desde hace algún tiempo, hemos tenido la idea de que un Directorio
Anual de las diversas actividades de nuestro Estado, puede ser muy
útil, a todos los que intervienen en la marcha de su vida.
El presente número, no es más que un principio, naturalmente
descordinado, incompleto y plagado de errores, pero de todas
maneras es la base, para perfeccionarlo y enriquecerlo cada año
hasta lograr el objetivo, de que el DIRECTORIO “SONORA”, DE
VALORES HUMANOS, CIVICOS Y MATERIALES, llegue a ser un
escaparate de nuestra entidad.¨Presentamos nuestro respeto y nuestro
reconocimiento tanto a las Autoridades, como a organizaciones,
empresas y personas, que con su patrocinio, están haciendo posible
nuestro propósito.
EL DIRECTOR
JOSE ABRAHAM MENDIVIL
GARMENDIA 22 NORTE APARTADO 388
HERMOSILLO, SONORA, MEXICO
Hu M B E Rt o Sá N c H E Z gRIjALVA
Na c i ó e N He r m o s i l l o, so N o r a, e l 22
d e di c i e m b r e d e 1912.
es t u d i ó H a s ta e l Qu i N t o añ o d e Pr i-
m a r i a, e N e l co l e g i o d e so N o r a d e l a
m i s m a c i u d a d.
de s d e m u y j o v e N se d e d i c ó a t r a b a j a r
s i e N d o su P r i m e r o c u Pa c i ó N e m P l e a d o
d e l a g a s o l i N e r a, Q u e P o r a Q u e l l o s
t i e mP o s t e N í a d o N eu g e N i o ro d r íg
u e z. Po s t e r i o r m e N t e P r e s t ó s u s s e r-
vicios e N l a ce rv e c e r í a d e so N o r a y
e N l a uN i ó N d e cr é d i t o ag r í c o l a d e
He r m o s i l l o, H a b i e N d o t e N i d o d u r a Nt
e a l g ú N t i e mP o N e g o c i o d e c a r r o d e sitio.
eN 1948 i N s ta l ó u N P e Q u e ñ o ta l l e r d e c a r g a y r e Pa r a c i ó N d e b at e r í a s,
e l c u a l f u e a c r e d i ta N d o y e N g r a N d e c i e N d o P o c o a P o c o, a g r e g a N d o
d e s P u é s e l r a m o d e b at e r í a s N u e va s y ta l l e r e l é c t r i c o, c u y o N e g o c i o
s i g u e at e N d i e N d o P e r s o N a l m e N t e y a u x i l i a d o P o r a l g u N o s e m P l e a d o s,
e N l a c a l l e je s ú s ga r c í a No. 64 d e e s ta c i u d a d.
Na c i ó e N ja u s i e r s (de Pa r ta m e N t o d e
ba j o s al P e s), fr a N c i a, e l 15 d e se Pt
i e m b r e d e 1899.
vi N o a mé x i c o e N 1921, t r a b a j a N d o
d u r a N t e c i N c o a ñ o s e N l o s a l m a c e-
N e s d e l P u e r t o d e “li v e r P o o l”, d o N d e
c o m e N z ó d e m e r i to r i o y l l e g ó H a s ta
a g e N t e v i a j e r o d e l a c a s a.
eN 1927 se Q u e d ó e N He r m o s i l l o, t r ab
a j a N d o c o N l a t i e N d a “la mo d a”.
eN 1932, a l e s ta b l e c e r s e la ab a r r o-
t e r a d e so N o r a, fe d e r i c o, o r g a N i z ó
e l de Pa r ta m e N t o d e r o Pa, e s ta N d o a l
f r e N t e d e é l H a s ta su c l a u s u r a.
eN 1944, e N co m Pa ñ í a d e eN r i Q u e y
ru b é N go N z á l e z, f u N d ó l a t i e N d a “la uN i v e r s a l”, Q u e e s t á u b i c a d a
e N l a e s Q u i N a d e l a s c a l l e s gu e r r e r o y mo N t e r r e y d e l a Q u e H a s ta
l a f e c H a e s c o-P r o P i e ta r i o.
Nu e s t r o b i o g r a f i a d o, ParticiPó e N l a g u e r r a mu N d i a l 14 a l 18, f u Nd
a d o Pa r t e d e l ej é r c i t o fr a N c é s.
eN He r m o s i l l o se c a s ó H a f o r m a d o u N a r e s P e ta b l e familia.
SR. pA B L o cA S t I L L ó N
Na c i ó e N la co l o r a d a, so N o r a, e l
d í a 2 d e No v i e m b r e d e 1916.- eN l a
es c u e l a iN d u s t r i a l j. cr u z gá lv e z,
f u N d a d a P o r e l ge N e r a l ca l l e s Pa r a
l o s H u é r fa N o s d e l a r e v o l u c i ó N, H i z o
s u s e s t u d i o s d e P r i m a r i a y d e l oficio d e
i mP r e s o r , c a r r e r a a l a Q u e H a d e d i c ad
o t o d a su v i d a, s i e N d o P r i m e r o t r a-
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u N o d e l o s N e g o c i o s d e m ay o r Prestigio e N e l r a m o , c o N ta N d o c o N l a s
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Hermosillo, Son., Enero de 2012
DES DE LA VIDA SONORENSE
Pa b l o cas t i l l ó N, H a H e c H o e s e t i P o d e c a r r e r a, i d e a l Pa r a l o s H o mb
r e s Q u e se l e va N ta N a b a s e d e su P r o P i o e s f u e r z o, y Q u e c u a N d o t r i u Nfa
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d e d i c a c i ó N d e c u a N d o e m P e z a r o N.
Qu i e N l l a m a a l tel é f o N o 8-17 o l l e g a a l N ú m e r o 19 d e l a c a l l e
mo N t e r r e y, e N He r m o s i l l o, e N c u e N t r a a Pa b l o ca s t i l l ó N dirigieNdo
P e r s o N a l m e N t e su N e g o c i o.
SR. MI g u E L Ro M o
Na c i ó e N ur e s so N o r a, e l 12 d e d ic
i e m b r e d e 1900.
Hi z o s u s e s t u d i o s e N He r m o s i l l o e N
l a e s c u e l a No. 3, y e N e l co l e g i o
so r i a, c u r s a N d o H a s ta e l s e x t o a ñ o.
su P r i m e r t r a b a j o f u e e N l a ad u a N a
d e No g a l e s, c o m o ay u d a N t e d e v i s ta,
co m i s i o N a d o e N e l m i s m o l u g a r. tr a s
d e e s ta r e N mé x i c o u N a t e m P o r a d a , se
e m b a r c ó e N ma z at l á N y d e s P u é s d e a l-
g ú N t i e mP o d e N av e g a d o r , se Q u e d ó e N
lo s aN g e l e s califorNia.
eN 1930 r e g r e s ó a mé x i c o, i N s ta l a N d o
u N a f á b r i c a d e d u l c e s e N maz at l á N y e N 1931, d e l a c a l l e Niñ o s
Hé r o e s. es ta d u l c e r í a c o m e N z ó a t r a b a j a r c o N u N c a P i ta l d e $75.00
(se t e N ta y ci N c o Pe s o s), c o N e l e N t u s i a s m o d e l s e ñ o r ro m o y d e su e s-
P o s a aN i ta d e ro m o , Q u e j u N t o s
H a N l o g r a d o H a c e r u N r e s P e tab
l e N e g o c i o .
mi g u e l rom o y osc a r su H e r-
m a N o , s o N l a s d o s g e N t e s Q u e
m á s H a N i m P u l s a d o e l d e P o r t e
boxístico d e so N o r a, l u c H a N d o
d e N o d a d a m e N t e d u r a N t e a l g ú N
t i e mP o , c o N t r a l a s m a f i a s m e -
t r o P o l i ta N a s.
SR. Lo R E N Z o gA R I B A L D I
Na c i ó e N s a N ta ros a l í a, b.c.,
e l 12 d e Nov i e m b r e d e 1901, e
H i z o s u s e s t u d i o s e N e l es ta d o
d e si N a l o a, d e c u ya e N t i d a d
e r a N s u s Pa d r e s.
eN 1920 v i N o a so N o r a y t r a b a j ó P r i m e r o e N em Pa l m e c o N e l f e r r o c ar
r i l su d-Pa c í f i c o d e mé x i c o y e N l a é P o c a e N Q u e e l gr a l. yo c u P i c i o
e r a go b e r N a d o r d e l es ta d o, f u N d ó l a re v i s ta caPital y trabajo,
l a c u a l P u b l i c ó P o r a l g ú N t i e mP o dirigiéNdola P e r s o N a l m e N t e.
eN 1948 e s ta b l e c i ó l a botica del Pueblo, e N l a e s Q u i N a d e l a s
c a l l e s se r d á N y gu e r r e r o, Q u e H a s ta l a f e c H a admiNistra ay u d a d o
d e s u s H i j o s de l i a y lo r e N z o, l a P r i m e r a P o s e e d o r a d e l tí t u l o Nú m e -
r o 1, e x t e N d i d o P o r l a es c u e l a d e fa r m a c i a d e N u e s t r a uNiversidad.
SR. Ig N A c I o tE R á N.
Na c i ó e N He r m o s i l l o, e l 23 d e di c i e m b r e d e 1912.
Hi z o s u s e s t u d i o s e N e l m i s m o l u g a r, c u r s a N d o l a co m e r c i a l e N l a
es c u e l a d e l Pr o f e s o r aja.
al t e r m iN a r s u s e s t u d i o s e N t r ó a t r a b a j a r c o m o d e P e N d i e N t e, e N l a
t i e N d a la eu r o P e a Q u e se e N c o N t r a b a d o N d e H o y e s t á l a t i e N d a d e l
so l.
eN 1933, a l m o r i r su s e ñ o r Pad r e, se H i z o c a r g o d e l a joy e r í a la
violeta, c u y o N e g o c i o e r a P e Q u e ñ o e N Q u e e s e t i e mP o y e l s e ñ o r
te r á N H a i d o e N g r a N d e c i e N d o P o c o a P o c o a b a s e d e d e d i c a c i ó N y
t r a b a j o, H a s ta c o N v e rt i r l a e N l a m á s a c r e d i ta d a joy e r í a d e l a c i ud
a d.
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9

10 Hermosillo, Son., Enero de 2012
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ACEPTAMOS TARJETAS DE CRÉDITO:
Así se curaban los abuelos
Dr. Álvaro Arteaga Ríos
La época de la Colonia se caracterizó en Sonora por una mezcla
de dos corrientes médicas: española e indígena. Así, los abuelos
indígenas usaban la contrahierba para las mordidas de víbora,
el güereke para los riñones y el álamo para las hemorroides.
Mientras que los abuelos españoles usaban el ajo para el dolor
de muelas, el apio para la depresión y el epazote para las
lombrices.
Por una parte los españoles consideraban a las enfermedades
como un desequilibrio entre los “humores” del cuerpo humano,
por lo que utilizaban para restablecer el equilibrio remedios
como laxantes y sangrías (cortar una vena para extraer sangre),
además de diversas plantas medicinales y otros tratamientos
que hoy día nos parecerían escandalosos, como meter a un
paciente dentro de una res recién sacrificada para curar a un
paciente con parálisis. Todo ello salpicado de rezos y plegarias
a los santos patronos favoritos del médico español.
Por otra parte, los grupos indígenas locales como yaquis, pimas,
ópatas y seris, consideraban la enfermedad como castigo divino
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SErViCio
A
DomiCilio
por las faltas cometidas en contra de las tradiciones. De tal
manera que para poder recuperar la salud y reconciliarse con la
divinidad, requerían de sacrificios físicos como auto punciones,
ayuno y abstinencia sexual.
A partir de la conquista se realizó una amalgama de estas dos
corrientes médicas, en las que los indígenas prehispánicos y lo
español medieval se fusionan en una medicina mexicana que
perdura hasta nuestros días, explicándonos conductas médicas
muy arraigadas en enfermos y médicos mexicanos, ya que aun
con el alto desarrollo científico del mundo médico moderno
persisten muchos de los elementos de ambas culturas médicas
hasta nuestros días.
Debemos saber cómo se curaban nuestros abuelos para tener
una panorámica de nuestro desarrollo médico en la historia
y poder resolver nuestros problemas de salud modernos, en
el contexto de la forma de ver el mundo de cada pueblo, de
entender la vida, la muerte, la enfermedad y la medicina.
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Hermosillo, Son., Enero de 2012
LA CÁRCEL DE CANANEA
Recopilacion: Fernando Andrade Domínguez
“Voy a dar un pormenor de lo que a mí me ha pasado”, así rezan los primeros versos del
conocido corrido “La Cárcel de Cananea” del compositor GUILLERMO ROMERO SOR-
TILLON, y que posteriormente fue conocido como el popular Francisco “El Cucharón”
Romero.
La Cárcel de Cananea, sin duda, es una narrativa musicalizada de una malsana experiencia
vivida producto de una inexperta juventud, que el autor plasmó convirtiendo sus
memorias en una pieza musical que a través del tiempo se ha transformado en un símbolo
para la ciudad de Cananea, que la ha revivido aprovechándola como Museo.
Tal vez el poco o nulo conocimiento de la música de nuestro Estado no le ha dado el valor
histórico que representa el Corrido de Cananea y la autoría se la han asignado a varios
compositores famosos, como es el caso de que en algunas publicaciones aparece como
autor “Yucho”, pseudónimo que usaba César Augusto Cárdenas Pinello (Guty Cárdenas).
En algún tiempo se afirmaba que Carlos Gardel “El Zorzal Criollo” la había compuesto,
en fin, en algunas ocasiones a fuerza de repetir una mentira ésta se afirma como una
verdad, pero la verdad es la que durante más de 35 años Don Rodolfo Rascón Valencia
dedicó a la investigación y a seguirle la huella a tan conocido corrido; después de varias
negativas de parte de la familia, tal vez por temor a viejas represalias o a que la ley tomara
cartas en el asunto, hasta que finalmente Don Rodolfo localizó a José Silva Romero, nieto
del compositor que lo presentó a su tía Antonia Romero, quien aclaró todas las dudas.
Guillermo “El Cucharón” Romero Sortillón nació en Bisbee, Arizona, en el año de 1882 y
después de quemarse las pestañas estudiando música… ¡Pácatelas! que se dedica a imponer
la ley como sheriff de su lugar de origen y también en el pueblo de Tombstone.
Romero Sortillón fue un inquieto joven muy dado a la buena vida, aguerrido y nervioso,
así que en un día de tantos, andando briago, se excedió en sus funciones y por una “bicoca”
o nimiedad “desgració” a tres pobres chinitos que se le atravesaron en el camino.
Tuvo forzosamente que huir a Sonora y pasar disfrazado de mujer por la frontera de Naco
y enseguida cambiar de “razón social” en el año de 1905.
Posteriormente se fue p´al Agua Prieta para ver si allá no lo conocían… pero lo reconocieron
y lo aprehendió la “polecía” y la acordada al estilo americano y lo “refundieron” esposado,
en la prisión de Fronteras en una húmeda y fría cueva natural, en donde se decía
que había estado preso el indio apache “Gerónimo”; y así lo dice el corrido: “me pusieron
procesado en un frío calabozo…” y como la cárcel de Cananea jamás tuvo calabozos, se
confirma que su reclusión sí fue en la prisión de Fronteras.
Romero fue trasladado a Cananea donde permaneció algunos meses y salió, “quien sabe
cómo” para luego ir a dar a Batuc, tierra de sus ancestros, donde se ocultó y permaneció
agazapado tratando de hacer una vida normal, alejado del bullicio y de la falsa sociedad…
de sheriffes y “polecías”.
En el año de 1907 contrajo nupcias con Adelaida Figueroa y se dedicó a producir “cucharoncitos”:
Francisca, Ramona, Lázaro, Antonia, Jesús, Manuel, Juan, Pedro y Alfonsina.
Toda una odisea para dar con el paradero del autor de “La Cárcel de Cananea”; el “Cucharón”
ocultó siempre a su familia su azaroso y tormentoso pasado, solamente algún tiempo
después se animó a confesar su autoría sobre el corrido de “La Cárcel de Cananea”, pero
manifestando que lo había compuesto inspirado en el caso de un amigo suyo que fuera el
protagonista de los hechos que describe.
Fue por allá en 1962 que Don Rodolfo, (que jamás cejó en su búsqueda) recibió en Naco
la primera noticia acerca de la autoría del Cucharón Romero sobre el multicitado corrido,
pero nadie lo conocía ni sabía en donde paraba.
Veintitrés años después dio con el paradero de sus familiares pero éstos se negaron, por
desconfianza, se tratara del mismo personaje. Treinta y un años después, en 1993, fue
cuando se dio la buena suerte de topar con José Silva Romero, nieto del Cucharón y que
fue quien lo contactó con su tía Antonia Romero; cuenta Doña Antonia que su padre fue
ganadero, agricultor y carpintero, además de trasquilar “batuqueños” con su tijera… pero
su principal actividad lo fue siempre la música.
En los años 30´s formó la Orquesta Hermanos Romero, quedando él como director ejecutante
del contrabajo… sus hijos Manuel, Jesús, Juan y Pedro tocaban el banjo, la trompeta,
la guitarra y la batería y su hermano Policarpo ejecutaba el trombón.
Carmen F. Silva le ayudaba con el cornetín y a veces se reforzaban con otros músicos de la
localidad o de los pueblos vecinos. Afirma doña Antonia que su padre escribía música al
dictado y compuso algunas melodías, pero todas se perdieron cuando al morir él, en 1957,
ella quemó todo el archivo musical “pa que no anduviera rodando”. De aquellas composiciones
nada más recuerda, de manera muy vaga, un vals de nombre “Blanca”.
Estos son algunos de los versos originales, sin esas tontas correcciones “que usted y yo
hemos oído y leído por ahí”:
Voy a dar un pormenor
de lo que a mí me ha pasado:
que me “haigan” tomado preso
siendo un gallo tan jugado.
Yo me fui pa’l Agua Prieta
a ver si me conocían:
a las once de la noche
me aprehendió la polecía.
Me aprehendieron los sheriffes
al estilo americano:
como era hombre de delito,
todos con pistola en mano.
Me llevan a Cananea
atravesando la Sierra
no me les pude escapar
por no conocer la tierra.
Al llegar a Cananea
allí perdí la esperanza
porque iba a ser entregado
al Juez de Primera Instancia.
Me trajeron esposado
me entregaron a “la ley”
porque iba a ser presentado
al señor don José Rey.
Me pusieron procesado
en un frío calabozo,
me pusieron guardias dobles
soldados de dos en dos.
A las diez de la mañana
me lavaba la cabeza
porque iba a ser presentado
al señor Fidencio Meza.
Me sacaron un escrito
de la casa del Congreso
donde me pregunta el Juez
¿sabe usted porqué está preso?
Luego yo les contesté:
“si no sabe, yo sí sé”;
sí, señor, aquí estoy preso
por tres chinos que maté.
Me siguieron preguntando
y contesté muy formal:
“no me han de formar un templo
ni un palacio de cristal”.
De tres amigos que tengo
ninguno me quiso hablar.
comenzando por La Changa,
El Osito y El Caimán.
La Cárcel de Cananea
está situada en una mesa
donde yo fui procesado
por causa de mi torpeza.
Despedida no les doy
porque no la traigo aquí,
se la dejé al Santo Niño
y al Señor de Mapimí,
se la dejé a mis amigos
pa’que se acuerden de mí…
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Fo t o i n é d i ta d e l c o m p o s i t o r d e l c o r r i d o la cá r c e l d e ca n a n e a, c on
o c i d o c o m o “el cu c h a r ó n ro m e r o .
LA CARCEL DE CANANEA
(se repite cada media cuarteta)

12 Hermosillo, Son., Enero de 2012
BELLA MÚSICA MEXICANA
NACIDA EN SONORA 1992
Por: Rodolfo Rascón Valencia
En la región Ópata de los distritos de Arizpe, Cananea, Moctezuma, Sahuaripa
y Ures, no sólo se generó la música indígena de la que ya hemos hablado,
sino también casi toda la música sonorense de la segunda mitad del siglo XIX
y las primeras cuatro décadas del presente siglo que está por finalizar.
Algunos números de esta música que se ha distinguido por su finura y su
belleza incomparable, le han dado la vuelta al mundo poniendo muy en alto
el nombre de nuestra patria y, a veces, cuando se conoce su origen sonorense,
también el nombre de nuestra entidad.
Tal es el caso de las piezas que a continuación presentamos y que muy pocos
saben que son originarias de Sonora.
Valses: Desengaño, Mavi, Flor de Mexicali, Rosalía, y el chotís Amor de Madre,
del compositor Jesús Peralta Peralta, “El Chito” Peralta, nogalense nativo
de Villa de Seris.
Cuatro Milpas del sahuaripense Aristeo Silva Antúnez, aunque ésta última
fue indebidamente registrada en Cuba por Belisario de Jesús García en 1927.
Los valses Amor del Alma, Belén, El Gorjeo de las Aves, Suspiros y Lágrimas,
Tu Mirada; los fox trot El Costeño y Mi Primer Amor; y la polka La Pilareña,
composiciones de Silvestre Rodríguez Olivares, de Nacozari.
El vals Soñador, de Gilberto Guadalupe Soto, de Nogales.
El Zopilote Remojado, one step compuesto por Juan Amézcua en Nogales en
1918, que después apareció con el nombre del Zopilote Mojado, a nombre de
Abundio Martínez y/o Zenón Flores, de Jalisco.
Virgen Caída, precioso vals sonorense compuesto por el indígena ópata Rafael
“El Chato” Dórame, de Huasabas.
Campanas de Oro, fox trot, y el vals Honor y Gloria a Barcelonett, cuyo autor
es “El Indio” Rafael Z.C. Jarero, nogalense, pero ahora aparece con el nombre
mutilado y a nombre del mexiqueño Quirino Mendoza y Cortez, individuo
que robó mucha música sonorense protegido por la Sociedad de Compositores
de México.
Morir Soñando, vals cuyo autor es Manuel Pelayo Díaz de Nogales.
El Club Verde, vals de Rodolfo Campodónico, hermosillense.
A Media Noche, Maldito Vals y Recuerdos a Chuy, valses de Nachito Armenta
Gracia, suaqueño de Batuc, nacido en Salcedo de Yécora.
La Barca de Guaymas, danza compuesta por José López Portillo, de Alamos,
a finales del siglo pasado.
La canción Ausencia (me dejaste con el alma entristecida) compuesta en 1932
por Ildefonso B. Morales, “El Kilo” Morales de Arizpe, Sonora.
La Mula Bronca, canción compuesta por Lalo Guerrero, en Cananea, Sonora.
Viva Morelia, vals de don Francisco Escobar, del pueblo de Altar, compuesto
para su amigo el Licenciado michoacano Rosendo Toledo en 1909 (en los
años treinta fue grabada en Los Ángeles, California, con el nombre de La
Moreliana y a nombre de otro individuo.
Alma Angelina, canción vals; Amor Secreto, bolero; Mis Ojos me Denuncian,
bolero, Ni Tú ni Yo, canción vals; No sé Porque te Quiero Tanto, vals; Reconciliación,
bolero; y Ven, Quiero Verte Otra Vez, fox trot del nacozarense nativo
de Cumpas, Manuel S. Acuña.
Plegaria a Jesús Sacramentado, pieza religiosa de José Sosa Chávez, de Hermosillo.
Luz, vals, y Martes 13, polka, del compositor matapense Luis B. Rivera.
Yo Te Amo, vals de Nicanor Núñez, de Sahuaripa.
María Cristina, one step compuesto en 1927 por Alejandro A. Torres, pilarense
que era músico nayarita llegado desde muy jovencito a Sonora; esta
pieza fue grabada recientemente y registrada con el nombre de La Charrita a
nombre de un tal Román Palomar, de Jalisco.
Dos Almas Unidas, vals de Atanasio Castañeda, guaymense condiscípulo y
compañero de Rodolfo Campodónico.
Me Importa Madre, one step compuesto en 1912 por Antonio O. Duarte,
aduanero de Nogales, Sonora, (esta pieza fue hecha canción 30 años después
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Hermosillo, Son., Enero de 2012
bEllA múSiCA mExiCAnA...
al llegar a México y le suavizaron el nombre: Me Importa Poco).
En una Góndola, vals de Ángel Eliseo Urquijo, de Huásabas, Sonora; compositor
de origen ópata.
Sueña Alma Mía, vals de Federico Bustillos, de Cananea.
Baile del Diablo, fox trot de Gildardo Vázquez, de Suaqui de Batuc, Sonora.
Mexicanos al Norte, marcha de Jesús Hernández Chávez, compositor empalmense.
La Sirenita, rítmica de Nacho Jaime, de La Dura, Sonora.
Treinta por Treinta, polka de Refugio A. Bobadilla, de Guaymas.
Vengo a Despertarte, vals de Rómulo Molina, de Magdalena, Sonora; que
fue registrado indebidamente a nombre de uno de los integrantes del dueto
Los Dos Reales, quienes lo grabaron.
Paloma sin Nido, canción compuesta por Rogelio Urbina Williams, de
Sahuaripa, que fue registrada por Ignacio Peñúñuri Jaime, (Nacho Jaime) de
La Dura, Sonora, (autor de Al ver que te vas y El Trenecito, quien la recibió
en regalo del verdadero compositor junto con otras canciones.
Sonora Querida, el himno de los sonorenses, canción compuesta por Adolfo
de la Huerta, Ex Presidente de la República nacido en Guaymas, y Ernesto
González Jiménez, hermosillense.
En 1952 le fue adjudicada a Raúl Castelott, Castellanos o Castell, (los malosos
cambian de nombre), por la mentada Sociedad de Compositores de México,
quien ordenó a su delegado en Sonora, Sr. José Sosa Chávez, le fuera reconocida
al farsante su autoría sobre la citada canción, a fin de cobrar las regalías
para destinarlas a la Tesorería de la Asociación. Afirma el Prof. Sosa Chávez
que mucho batalló Castell para aprenderse la letra “tan extensa” de la preciosa
canción, misma que tenía que interpretar ante el Gobernador Ignacio
Soto, y otras personalidades ante quienes se le hizo el reconocimiento.
El Novillo Despuntado, La Paisanita, El Pájaro Prieto, Caballito Blanco, La
Pochita, La Cárcel de Cananea, El Cuervo , El Niño Perdido y el corrido de
Joaquín Murrieta, son algunas de las muchas piezas musicales de autores
sonorenses perdidos en el anonimato, que forman parte de nuestro patrimonio
cultural y que no obstante su sencillez alcanzaron gran popularidad,
incluso en el extranjero, en el momento en que se conocieron.
1992
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14 Hermosillo, Son., Enero de 2012
UN OCASO EN LA CALLE OCASO
POR: MIGUEL ANGEL GRIJALVA DAVILA
I.- PARTE
Es curioso, pero mucha gente jamás olvida la dirección de la primera casa donde
vivió. En mi caso era la Calle Ocaso, número 566, entre López del Castillo y Aurora,
fraccionamiento Atardeceres, Colonia Ley 57 en Hermosillo.
En la calle el día empezaba hasta que el sol bajaba. Por la mañana, todos en la escuela
pretendiendo estudiar. Al regreso, la comida seguida de una típica siesta con la que
descansábamos y hacíamos tiempo esperando a que bajara “el soldado” (uno de los
múltiples apodos designados al sol). Cuando éste era intenso, entonces el barrio
comenzaba a cobrar vida.
De niño, todas las tardes y la noches son iguales: se puede desvelar tranquilamente sin
preocupaciones por estar atento a la mañana siguiente. No importa si hay o no dinero, si
se abre o no el antro, si hay o no fiesta. Lo único importante es salir a la calle y estar ahí
lo más que se pueda, nadie quiere meterse y averiguar al día siguiente que en cuanto se
fue a su casa pasó algo interesante, una pelea de perros o de personas, una caída o un
resbalón fuerte e hilarante, entre otras cosas.
Cuando el “guerito” (otro de los apodos para el sol) está bajando, es momento de salir.
Hay muchas actividades, algunas son modas que pasan y no vuelven: disparar rifles de
postas, hacer rampas para bicicletas o pelear con guantes de box. Curiosamente todas
éstas fueron actividades que causaron mucho sufrimiento. Yo por ejemplo, entré en
una depresión fuerte cuando logré acertarle en un ojo a un gato, no me dí cuenta de
lo cruel que era eso hasta que le acerté, escuché el maullido de dolor y vi la sangre, el
Oscar sufrió el otro lado de la moneda, a él le tocó recibir y albergar una posta en su
pierna, disparada a propósito por el Pablín, en venganza por el postazo que el Oscar le
había dado al Sague, perro del Pablín. Como podrán darse cuenta, los rifles de postas
no son tan inofensivos como creemos. Con las “rampiadas” en bicicleta y los guantes
de box todos sufrimos caídas e hinchazones en los ojos. Otras actividades que siempre
están en la baraja son: escondidas, el “stop”, roña, hielo y el sol, luchitas y rosetón. Lo
único que siempre se piensa en jugar casi como obligación es el futbol; cuatro piedras
grandes, un balón y mínimo cuatro personas. Si sólo se reúnen tres personas, entonces
se juega con una sola portería al “meter gol”, y en caso de ser dos personas entonces se
juega una tanda de penales. El futbol tiene muchas modalidades: lo juega el que sea, es
sencillo, es divertido.
Después del núcleo familiar, está la pandilla del barrio, para empezar, ninguno de los
miembros se libra de un apodo, como siempre, están aquellos que se ganaron el suyo
debido a una particularidad física: “güero”, “negro”, “topo” (debido a sus enormes
dientes), “chino” (ojos rasgados), cabezón y finalmente el “caballo”, quien parecía
cabalgar en lugar de correr: grande, tosco, trompudo. Otros fuimos apodados por razones
ajenas al físico: “David de la otra cuadra”, quien era apodado así para distinguirlo
del “David” que vivía en nuestra cuadra, quien no era llamado como “David de la
cuadra” sino como el “guacho”, debido a la procedencia duranguense de su familia,
él siempre nos alegó que era nacido aquí: “yo no soy guacho, mis papás y mi hermana
son guachos pero yo nací aquí”: También nos salía con argumentos más reflexivos: mi
familia: ¡mi familia es de Durango, ese es estado norteño, guachos los del D.F.! Dijera
lo que dijera no se salvó del apodo, además nosotros considerábamos “guachos” a todo
aquel que proviniera de cualquier lugar por debajo de Sinaloa; “Mudo era apodado así
pues nunca hablaba; “El Goro” a diferencia del “Mudo” sí hablaba, pero lo hacía mal,
en lugar de pronunciar “gordo” pronunciaba “goro”, apodo con el que se le bautizó;
“Aguilita” era nombrado así porque siempre traía una gorra con una águila bordada;
finalmente mi caso personal: “Alucín”, apodo que me gané por mi constante habilidad
para inventar ficciones y parecer interesante. Una de las “alucinadas” más recordadas
por mis amigos, era aquella en la cual yo afirmaba tener un dragón en el patio, el cual
estaba basado en un muñeco de triceratopos con el que jugaba mucho. Tiempo después
descubrí que no era un dragón lo que me gustaba, sino uno de aquellos enormes saurios
que una vez fueron los amos de la tierra. Había pocos que eran llamados por su nombre
o una abreviación de éste: el “LuisMi (Luis Miguel), “Pablín” (Pablo), “Fabi” (Fabián),
“Eduardito” (Eduardo), Oscar y Pedro.
El balón rueda y el sol baja. Pronto no somos los únicos en la calle, comienzan a salir
las madres a mitotear, pasarse chismes y regar el frente de sus casas. Mi madre carga en
sus brazos a mi hermano menor, los carros y los perros entorpecen el juego, sobre todo
estos animales llamados “el mejor amigo del hombre”. Los caninos siempre fueron otro
tipo de personaje en el barrio. Así como nosotros, parecía que tenían su propia pandilla:
“Rambo”, “Boomer”, “Oso”, “Chester”, “Blacky”, “Sague”, y “Solovino”. Torear a los
perros con pedazos de carnes frías era algo divertido, pero no tanto como verlos pelear.
Yo no estuve ahí el día que se enfrentaron el Rambo y el Boomer. El Guacho alardeaba
mucho de que su perro, el Rambo, era el mejor de todos, el más rápido, el que brincaba
más alto, el que mordía más fuerte. Ciertamente ese perro era un pastor alemán muy
grande e imponente, pero la verdad es que nunca lo habíamos visto en acción, siempre
lo tenían encerrado. De alguna forma salió y se topó con el Boomer, perro que vivía
enfrente de la casa del Guacho y también, perro al cual el Guacho criticaba mucho por
no ser perro de raza: “es perro callejero, es corriente, es de la calle, está cruzado, no es de
raza como el mío”. Tal vez fueron los morros del barrio los que provocaron la pelea, tal
vez nó, el punto es que se dio y cuentan que fue de las más violentas vistas en la calle
Ocaso. Yo estaba en la comodidad de mi casa, echado y rascándome la panza cuando
decidí salir a la calle, me paré en la banqueta, volteé y ví al Rambo llegar y echarse
frente a mí, bañado en sangre y perdiendo mucha más a través del cuello, en chorros
que se asimilaban a los de una manguera de agua. Nunca lo volvimos a ver, el Guacho
nos aseguraba que se lo habían llevado a un campo de entrenamiento militar o algo así,
pero no engañaba a nadie, su orgullo canino había estirado la pata.
Pasaban panaderos con su inconfundible trompetita, ¡Pafú!, ¡Pafú!, ¡Pafú! Mmm… no,
no es hora de un pan dulce, mejor me guardo la feria que tengo para comprarme una
soda al terminar de jugar. Otra opción era el carrito de las nieves, pero éste no era tan
frecuente. Definitivamente lo que más se consumía era lo que nos ofrecía el puesto de
doña Anita, mujer de edad muy avanzada que era para nosotros la líder del matriarcado
del barrio, porque era la dueña del changarro, porque era muy mayor y porque era la
que organizaba todas las festividades de diciembre.
Malas noticias: el balón cayó en el árbol de “la casa de los perros”, pues los lugares
también tenían sus apodos: “la casa de dos pisos” (única en el barrio) a la cual
tratábamos de entrar constantemente después de que su dueños se retiraron, a lo
más que llegamos fue a tumbar la puerta de una bodeguita que había en el patio, ahí
encontramos palos de golf y equipos de buceo, el equipo de buceo no nos sirvió de
nada, mientras que los palos fueron muy cotizados pues eran una buena herramienta
para golpear; “la casa abandonada”, en la cual nunca vivió nadie y por extrañas razones
nos atemorizaba entrar; “el monte” pequeño lote baldío en la esquina que junto con “el
canal” albergaban a todos los alcohólicos, indigentes y locos con los que alguna vez nos
topamos; “el puesto de doña Anita”, comercio que nos proporcionaba sodas y dulces
para seguir corriendo sin parar.
Sacar la pelota de “la casa de los perros” siempre resultó difícil. De hecho la bola no caía
dentro de la casa, sólo quedaba entre el cerco y el árbol. Ambos causaban problemas:
el árbol jamás era podado, por lo que resultaba difícil pasar por debajo de sus largos
y molestos brazos, el cerco dividía al balón de los furiosos perros, los cuales no eran
problema pues estaban dentro, el problema eran los fuertes ladridos que intimidaban
a todos. Finalmente nos apegamos a la política del barrio: “el que lo metió ahí, lo saca
de ahí”.
II.- PARTE Y FINAL
Más malas noticias: el balón se ponchó, si nadie tiene otro juego se ha terminado por
hoy, mañana trataremos de arreglarlo con nuestra solución casera: inyectarle la clara
de un huevo. Si no funciona, entonces habrá que esperar a que alguien cumpla años
o comenzar a juntar dinero para comprar otro balón nosotros mismos. No contábamos
con mucho presupuesto, sólo con lo que ocasionalmente nos daban nuestros padres, en
casos desesperados, tratábamos de aprovechar cualquier cosa a nuestro alcance. Vender
botes era un gran negocio, nuestros padres bebían mucho y no les importaba si nosotros
tomábamos los botes. El fierro viejo también era bueno, pues los patios siempre estaban
llenos de cochinero, sólo falta una buscadita: “MM.… no tengo idea de para qué sean
estos postes en forma de “T”, están oxidados y están viejos, creo que no importa si los
vendo, este otro fierro extraño también se ve oxidado, no creo que tenga algún uso…”
el problema de vender fierro viejo es que después nos enterábamos de que vendimos
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Hermosillo, Son., Enero de 2012
Un oCASo E lA CAllE oCASo...
herramientas valiosas, como fue mi caso con dos postes para el tendedero y una llave
para abrir la corriente de agua cuando nos la cortaban. Confesarles a los padres que
nosotros habíamos vendido esas cosas era de seguro una buena regañada. Las caguamas
eran el negocio más lucrativo. La venta de caguamas resultó un éxito total que incluso
algunos aplicaron el robo, subiendo a los techos e inspeccionando los patios de los
vecinos para pillar sus envases vacíos. Esto resultaba ser peligroso, pues se trataba de
un vil y descarado robo acompañado de una fuerte regañada de parte de los padres,
quienes estaban más interesados en hacernos entender que no tocáramos sus envases
para el vicio, que captáramos la idea de que el expendio no es un lugar seguro para
infantes como nosotros.
Cuando el sol bajó hizo del cielo una de esas hermosas pinturas que nunca volteamos a
ver, llegó un personaje que rompió la armonía del barrio: “el loquito del cinto”.
A muchos niños les inventaban personajes para asustarlos: el coco, los roba chicos, el
señor del saco, entre otros, pero en mi barrio “el loquito del cinto” no era un invento,
era una realidad. Nunca agarró a ninguno de nosotros, no sabíamos qué pasaba si nos
agarraba, pero el hecho de que nos correteara con un cinto y una mirada de loco era
suficiente para que nos asustáramos y corriéramos. Alguien daba el grito de aviso ¡El
loquito del cinto”!... y entonces sí, todo mundo a correr pues “el loquito del cinto”
no discriminaba, se iba sobre todo lo que se moviera. Mi instinto de supervivencia
me hizo correr. Cuando uno se asusta no piensa bien y lo primero que se le viene a la
mente lo ejecuta casi por reflejo. Hace falta tener experiencia y serenidad para pensar
bien en los momentos en los que nos acecha el peligro. Experiencia y serenidad que yo
no tenía, por lo que corrí como alma que lleva el diablo, sin importarme nada, llegué
a mi casa a toda velocidad y cerré la puerta detrás de mí, entonces me percaté de mi
error, ¡mi madre y mi hermano en sus brazos seguían afuera! me invadió el pánico y
tomé la cobarde decisión de no salir y mejor asomarme por la ventana. Mi madre venía
corriendo y yo me limité a echarle porras: ¡córrele, mamá, corre! para fortuna de todos
(excepto la del “loquito del cinto”), mi mamá le ganó la carrera al loco y no pasó nada.
Habría que esperar a que se hiciera de noche para volver a salir, pues el loquito del
cinto desaparecía con la luz del día.
Cuando el sol ya no se ve, las estrellas y la luna salen a tomar su puesto. Entonces llega
la noche y con ella todas esas criaturas malignas como los vampiros, los hombres lobo
y los cholos, estos últimos no se limitaban a darse a conocer mediante su grafiti.
El principal interés de esta pandilla denominada por ellos mismos como los “Colors”
era ir a conquistar a tres morras que vivían en la cuadra. Nosotros éramos niños y
ellos adolescentes metidos en el vandalismo juvenil, por lo que entre nosotros nunca
hubo problema alguno. Muchos se acercaron a nosotros y nosotros a ellos, la vía de
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acercamiento era el futbol, las retas contra los Colors eran muy atrayentes pues subía el
nivel del juego, la velocidad, la fuerza y la intensidad. Al pasar el tiempo nos fuimos
familiarizando con algunos de ellos, aunque ellos siempre fueron de otra generación.
Estaba el Noé, quien terminó radicalizándose y se volvió un muestrario de aretes y
modas raras. Otro era el Güero, siempre traía gorra, nunca se la quitaba, la única vez
que lo ví sin gorra fue cuando unos policías lo catearon y lo obligaron a quitársela,
tenía toda la cabeza rapada a excepción del copete, el cual ya le llegaba al cuello. Otro
que conocimos muy bien era el Toyos, pues resultó ganador en la carrera por conquistar
a la Thelma, hermana mayor del Guacho. Lamentablemente la relación con el Toyos
se fue distanciando, a raíz de que mató a su propia hermana menor (de mi edad). Fue
en un accidente automovilístico y el Negro fue el único de nosotros que lo presenció:
“íbamos en la caja del pick up, por la Pitic, entonces pasamos por un bache muy grande
y la hermana del Toyos salió volando para adelante, entonces se le atravesó un carro al
Toyos y tuvo que dar una vuelta muy cerrada, con dicha vuelta aplastó a su hermana
con la llanta trasera del carro, volteamos y el cuerpo iba rodando, pues estábamos en
una subidita. Para cuando llegó la Cruz Roja ya estaba muerta, “siempre llegan cuando
ya están muertos…”. Después de aquel accidente no vimos mucho al Toyos. Yo a la
difunta hermana sólo la vi una vez y recuerdo que era particularmente bonita.
Hubo otros cholos, pero en esencia esos fueron con los que más nos llevamos. Además
no podíamos acercarnos mucho a los Colors pues a pesar de que eran buena onda y
jugaban futbol con nosotros, a fín de cuentas eran una pandilla de vándalos, quienes
no hacían nada más que dedicarse a hacer desmadre. El carro de mi padre por ejemplo,
era enorme y azul apodado “el lanchón”, poco a poco terminó siendo “el pizarrón”
pues todos empezaron a rayarlo y a poner sus nombres en él. El Solovino, nuevo perro
del Guacho, después de la muerte del Rambo, tuvo una muerte muy fea cuando los
Colors decidieron rayarle el torso con aerosol, después le rayaron la cabeza y así se
fueron. El Solovino amaneció tieso, muerto por el envenenamiento que le causó la
pintura verde en la lengua y la morada en los ojos. Todos esos actos vandálicos que
causaban los Colors eran horribles, pero definitivamente el más violento fue cuando
algunos de ellos golpearon a un ladrón que fue descubierto en la casa de uno de mis
vecinos. ¡Lo corretearon por los techos, lo agarraron a tubazos y finalmente lo tiraron al
patio donde habitaba el Bloomer quien lo recibió a mordidas! lo más probable es que
no haya sido exactamente así, pero así se contaba el rumor por las calles.
Poco a poco los Colors fueron desapareciendo, algunos por desgracia como la del Toyos,
otros por meterse demasiado hondo en el crímen y unos por dejar esa vida vandálicadestructiva.
Muchas cosas fueron cambiando: se pavimentó la calle, recluyeron al
“loquito del cinto” a un hospital psiquiátrico, Doña Anita cerró su puesto, algunos
perros murieron, cholos llegaban y se iban, muchos cambios, muchos nuevos

16 Hermosillo, Son., Enero de 2012
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