EL OASIS DE LA MEMORIA - Publicaciones

El oasis de la memoria
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cruzábamos con alguien y nos preguntaba por él, tampoco podíamos decirle que
estaba en la cárcel porque no sabíamos dónde estaba. Una situación muy, muy
difícil los años 70 y 80 eran terroríficos. Era un tema prohibido, por lo que no
podían dialogar con nadie del tema. Elhartani Mohamed Salem Hamdi.
Asimismo, muchos de estos niños y niñas huérfanos sufrieron las consecuencias de
la desorganización e impacto familiar también en sus propios proyectos de vida. La
imposibilidad de estudiar o las necesidades económicas de las familias hicieron que sus
infancias dejaran de serlo muy temprano. En el contexto del refugio, casi la mitad de la
población eran niños y niñas durante el éxodo y las primeras décadas. Algunos niños
murieron como consecuencia de la desnutrición y enfermedades en la huida. Otros, ya
en el refugio, murieron debido a la falta de condiciones sanitarias, el estrés climático o
la desnutrición, como los cientos de niños que murieron por una epidemia de sarampión
al cabo de pocos meses de llegar a Argelia, en 1976. En el caso del Sáhara Occidental
ha estado ausente una perspectiva de análisis de las violaciones de derechos humanos
y del trabajo que incluya los derechos de los niños y niñas, tanto en la IER como en las
evaluaciones de la situación de derechos humanos en el Sáhara Occidental.
• Los adolescentes y jóvenes han sido los más afectados por la necesidad de trabajar y
apoyar a sus familias, y los cambios culturales que se dan en el refugio. Mientras para
muchos jóvenes la participación en la guerra durante la primera década de la ocupación
marroquí era su única expectativa para enfrentar la situación que vivían, canalizar
la rabia o apoyar a su pueblo en la defensa de sus derechos, también los jóvenes
fueron fácilmente objeto de la violencia. Las nuevas generaciones de adolescentes y
jóvenes han sido las más afectadas por las diferentes olas de violencia en el Sáhara
Occidental. Muchachos y muchachas de catorce o quince años comenzaron de nuevo
a ser víctimas directas de violaciones de derechos humanos cuando empezaron a darse
movilizaciones colectivas o manifestaciones pacíficas, siendo los primeros que resultan
objeto de represión en muchos de estos casos. Del miedo a la detención o la tortura
han ido pasando con el tiempo a la convicción de que ese es el único camino para los
saharauis, pero también perdiendo oportunidades de estudio y formación debido a la
práctica de limitar la conflictividad en las escuelas expulsando a los niños y jóvenes
que las autoridades policiales y escolares consideran como revoltosos.
En 2006, fui detenida en la calle de Magreb Árabe, en el barrio de Linaash. Estuve
con un grupo de jóvenes. Nos llevaron a la comisaría de la policía donde nos
torturaron, recibimos golpes e insultos, nos interrogaron. Aquella fue mi primera
detención, tenía un miedo horrible, había oído mucho de lo que ha pasado a los
ex desaparecidos de Kalaat M’gouna y PCCMI, pensaba que me iba a pasar lo
mismo que ellos. Hemos pasado la noche allí después de 24 horas nos liberaron.
Y desde entonces, el muro de miedo que tenía se rompió. He retomado mi carrera
de activismo con más energía que antes. Nguia Elhawasi.
Mientras los adolescentes y jóvenes crecían en el refugio, sin expectativas de desarrollo
y en una situación de limbo que se extendía en el tiempo, salieron a otro