EL OASIS DE LA MEMORIA - Publicaciones

Capítulo 17. Modus operandi
ce:”Cuéntanos lo que dice Hassana”. Él dice que yo le dije que no vote, que le di
unas banderas y unos panfletos. Yo negué todo, lo conozco, pero eso no era verdad.
En ese momento, él dijo que yo miento. Yo quería hablar, pero un policía me puso la
mano en la boca y el comisario le ordenó que me deje hablar. Le dije que si había
juicio yo estaba preparado para ir a la cárcel, el comisario contestó: “Tú no vas
a ir a la cárcel, habla como quieras en los periódicos españoles, pero déjame en
paz, déjame trabajar, quiero que las elecciones sean tranquilas”. Después de unos
minutos se fueron todos. Ya estaba vestido. Después de media hora vino un oficial
y me preguntó si quería comer o si necesitaba algún medicamento. Hassana Duihi.
Incluso altas autoridades, como este gobernador de El Aaiún, fueron señalados en varios
testimonios de intentar forzar la delación de una mujer que había sido ya interrogada en
su casa en enero de 1982 y desde entonces vigilada.
Cuando me recibió el gobernador que en aquel tiempo se llamaba Saleh Zemrag, me
dijo que tenía que trabajar por mi Estado que es Marruecos. Le dije que eso es lo que
hacía y me dijo que no, que estaba trabajando para el Frente POLISARIO, que fui
yo quien mandé a mi marido al POLISARIO… Me ha dicho al fin que tengo que ser
informadora y que tengo que ir a las 12 de la noche a la casa del gobernador para
informarle de lo que están haciendo los saharauis, a cambio nos dará todo lo que necesito
para mis hijos, para su educación, su nutrición, incluso una casa y un coche…
Ha terminado diciéndome que nadie debería saber nada de nada de este encuentro, ni
que he estado en casa del gobernador y que me iban a buscar un trabajo para poder
sostener a mis hijos. Esto fue en marzo de 1983. Soukaina Mint El Hassan.
En algunos casos los intentos de forzar la colaboración incluyeron tratar de involucrar a
defensores de derechos humanos en actividades delictivas como una forma de minar su
credibilidad. La búsqueda de este tipo de acusaciones forzadas a través de prácticas como
la tortura muestra la perversidad de los perpetradores y la forma en cómo pueden tejerse
acusaciones falsas para ser utilizadas públicamente contra personas o asociaciones.
Tras dos o tres horas me recuperé, me levanté, me dieron una botella de agua para
beber, llegó un jefe de la policía y me dijo: “Son unos cabrones los que te han hecho
esto y lo otro y tú eres una buena persona…”, me dieron para lavar mi cara, me dieron
ropa nueva. Yo pensé que iban a liberarme, pero no, hicieron una reunión con unos del
gobierno marroquí. Cuando entraron en la habitación, me dijeron “Eres bienvenido,
eres una buena persona, de buena tribu… qué haces, no tienes trabajo, te vamos a
ofrecer un buen trabajo aquí al lado de tu familia y de tu madre”. No hablé ninguna
palabra y después me han dicho: “Vas a trabajar con nosotros, te vamos a ofrecer a ti
y a tu familia una mejor vida aquí en El Aaiún”, solamente para que dijera una palabra,
que Hammad Hmad es quien nos apoyaba en las acciones. Cuando terminaron el
discurso he dicho no conocía a Hammad Hmad. Mohamed Balla.
Después de haber sido sometidos a torturas brutales, una mujer que había llegado con su
marido de Francia para una visita familiar fue extorsionada, ofreciéndole salir de la deten-
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