EL OASIS DE LA MEMORIA - Publicaciones

Capítulo 17. Modus operandi
Forzar la colaboración de detenidos y la aceptación del régimen
En la mayoría de los casos de detenciones, tanto en los de desapariciones forzadas como
en las detenciones arbitrarias más actuales, se intentó forzar a las víctimas a la colaboración
con sus torturadores. Estos intentos de transformar a la víctima en colaboradora
se daban desde el inicio de las capturas para intentar cambiar la actitud de los detenidos,
ofreciendo un buen trato durante la detención a cambio de colaboración.
Cerca de la media noche, me dijeron: “Eres la única a la que hemos ofrecido una
oportunidad, eres guapa, eres joven”. A las 24h, hablan con el Hafid Benhachem
de El Aaiún de esa época porque él había dicho que tenía dos horas para confesar
sin torturarme. A todos estos los fui conociendo después. El divisioner de El Aaiún
de esa época, El Arabi, hablaba a través de su “teléfono-radio” con los grupos
que arrestaban y ordenaba que pararan los arrestos “Todos los saharauis son
POLISARIO y no podemos arrestarles a todos, pero estoy seguro que, con los que
tenemos, el resto van a callarse”. El Ghalia Djimi.
En otros casos, estos intentos de forzar la colaboración se han dado sin que medie la
detención de la persona, condicionando la colaboración a evitar su captura y las consecuencias
que de esta pudieran derivarse. Todos estos ofrecimientos de colaboración son
una combinación de oferta de beneficios y prescripción de amenazas.
Miembros de la policía marroquí tomaron contacto conmigo para presionar para
trabajara con ellos, de no hacerlo me dijeron que me iba a arrepentir, y dado
que habían detenido a estos compañeros sabía que estaba en riesgo… Otras dos
personas más, empezaron primero a hablarme amablemente, que cómo estaba,
me decían que conocían a mi familia y que era buena gente y que si quería podía
seguir participando en las manifestaciones, con la condición de que les avisara
de todo lo que íbamos a hacer. Entonces salió el tal Taifi, no sé si para fumar o
porque era algo que estaba planificado, ya que justo cuando salió él, los otros dos
empezaron a amenazarme y a decirme que tenía que colaborar con ellos o sería
liquidado físicamente. Larosi Abdalahe Salec.
La mayor parte de las veces estas ofertas de colaboración fueron una parte más de la tortura.
El wali Hassan Ouchem me propuso que trabajase para ellos como informante,
pero yo rechacé la oferta y dije que no sabía nada. Su reacción fue comenzar a insultarme:
“Vosotros los saharauis sois unos ingratos; lo mejor es quemaros vivos
a todos” y a decirme que yo era pro POLISARIO porque mi madre estaba en los
campamentos de refugiados. Finalmente, ordenó que se me trasladara a Rabat.
Sidi Mohamed Ali Brahim.
Elbacha Elhasan habló conmigo y me ofreció dinero por colaborar con ellos en secreto
y me garantizó un trabajo si les pasaba información de los movimientos de mis
compatriotas y de los ex presos. Me aconsejó que siguiera manteniendo mis amistades
e informara de todo a la policía, también me ofreció viajes pagados, pasar las vacaciones
en Agadir, etc. Al ver que no aceptaba su propuesta me ofreció la tarjeta de
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