EL OASIS DE LA MEMORIA - Publicaciones

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10.05.2013 Views

El oasis de la memoria No hay equidad ni reconciliación En 2004, el régimen marroquí puso en marcha la Instancia de Equidad y Reconciliación, como una forma de hacer frente a las violaciones masivas cometidas entre 1956 y 1999. El diccionario dice que reconciliarse es “volver a reconstruir relaciones que se rompieron”, concepto que se emplea en la religión o en las relaciones interpersonales. Pero, ¿Puede aplicarse directamente a la sociedad, la política o el impacto de la violencia? Una comisión de ese tipo, incluso las que han trabajado con mejores estándares de derechos humanos, supone más bien el inicio de un proceso largo, pero ¿es aplicable esto al caso saharaui? En la mayor parte de los países y procesos no se trata de reconstruir sino de construir desde el inicio nuevas relaciones sociales, pero en el caso del Sáhara Occidental la relación entre la población y el régimen marroquí ha estado marcada desde sus inicios por la violencia y la ocupación, y no se han dado cambios estructurales que permitan reconstruir la relación en base, por ejemplo, a la realización del referéndum de autodeterminación siguiendo las resoluciones de Naciones Unidas o a la verificación complementaria de la situación de derechos humanos. Por un lado, los procesos de paz en el mundo desde principios de la década de los 90 o las caídas de las dictaduras de Argentina o Chile anteriormente, han conllevado nuevos escenarios de negociación política y el establecimiento de nuevos consensos sociales para construir el futuro. Sin embargo, en el caso del Sáhara Occidental nada de eso se ha hecho hasta la actualidad. Por otro lado, muchas de las víctimas entrevistadas rechazan ese concepto de reconciliación, señalando que nada de su situación ha cambiado, que continúan estando en la pobreza, la marginación social y económica, sin poder expresarse y sufriendo detenciones y torturas cada vez que tratan de movilizarse o expresar sus demandas públicamente. Para hablar de equidad y de reconciliación se necesita dar a conocer la suerte y el paradero de los desaparecidos, desmilitarizar el conflicto, reconocer sus responsabilidades, someter a la justicia a los responsables de graves crímenes de guerra y contra los derechos humanos, así como comprometerse en la reparación y en la prevención de las violaciones. Bajo la coacción que muchos victimarios siguen ejerciendo en el Sáhara Occidental, no puede hablarse de reconciliación. Asimismo, las aspiraciones saharauis de establecer un nuevo marco político a través del ejercicio del derecho de autodeterminación, reconocido tanto en la carta de las naciones Unidas como en numerosas resoluciones de la Asamblea General de esta organización y en el sentido del propio mandato de la MINURSO, han seguido sin poder ser ejercidas desde hace dos décadas por los obstáculos impuestos por el régimen marroquí y sus aliados internacionales; primero, con su cuestionamiento del censo de personas que tendrían derecho al voto y, posteriormente, tratando incluso de eliminar el referéndum de forma unilateral del escenario de negociación. Estas condiciones son inadmisibles para una buena parte de la población saharaui, tal y como ha sido señalado por las víctimas de forma sistemática en los testimonios recogidos 42

Introducción para esta investigación. Sin una salida a esta cuestión no habrá un escenario de cambio en las relaciones sociales ni de reconstrucción de la convivencia con la población marroquí, que ha ido ocupando el territorio desde 1975 como parte de la política del Estado 14 . Solo dejar a los saharauis decidir sobre su independencia. Si no hay una solución para la causa política no hay una solución. Yo no tengo problema si los saharauis votan que quieren adherirse a Marruecos pero hace falta la solución. El conflicto tiene que ser resuelto y el resto de las medidas son secundarias a esto. Son importantes, por ejemplo, si hay justicia no se podría meter a una persona a la cárcel sin juzgarla. Si yo quiero hacer una manifestación pacífica se podría realizar. Los médicos no pueden curar a los saharauis que son maltratados porque si lo hacen los corren. Tienes que decir que eres pro-marroquí. Son derechos humanos que dan importancia al ser humano, por lo tanto debemos defenderlos. Lo más importante para las familias es saber el destino de sus familiares. ¿Por qué no dan los cadáveres, para qué los quieren? Mustafa Ali Baschir. En la situación actual cada vez han sido más frecuentes los enfrentamientos de algunos sectores de la población marroquí con la población saharaui, como parte de las acciones de represión de manifestaciones o movilizaciones saharauis. Este estímulo de enfrentamientos entre la población es parte del nuevo escenario que trata de desviar la responsabilidad del Estado. Invisibilizando a la población en el refugio Más de la mitad de la población saharaui se encuentra en el refugio de Argelia desde 1976. Desde entonces subsiste en una situación de transitoriedad y emergencia que se mantiene durante treinta y siete años. La población refugiada llegó a Argelia después de un largo éxodo por el desierto, siendo víctima, además, de pillaje y bombardeos, o habiendo dejado atrás a sus familiares muertos o desaparecidos. Centenares de personas murieron en los bombardeos de Um Dreiga o Guelta y no han tenido ningún tipo de reconocimiento de lo sucedido, ni de la dignidad de las víctimas, ni de la responsabilidad de sus autores. El dramatismo de 14 En algunas ciudades, como El Aaiún, los saharauis se han convertido en una minoría que vive en las zonas más empobrecidas y fuertemente controladas, a modo de guetos. La rápida urbanización de la zona (la más rápida del país) no puede ser explicada por la sedentarización de las poblaciones nómadas, que ha sido completada en gran medida, ni por el mero crecimiento demográfico. Más bien es debido a la llegada de nuevos habitantes. Algunos saharauis denuncian esta “colonización”, que margina a las poblaciones nativas tanto económica como demográficamente. En ausencia de una solución al conflicto, Marruecos ha incurrido en prácticas clientelistas, provocando tensiones tribales en el corazón de la sociedad saharaui, favoreciendo a sus elementos más dóciles. Incluso entre las tribus más “leales”, las disputas han surgido debido a las grandes diferencias entre las élites tribales favorecidas por el Estado (mediante subsidios para toda la vida, asignación de licencias de importación, licencias de pesca, permiso para vender petróleo, acceso al mercado inmobiliario lucrativo, etc.), y el resto de la población. INTERNATIONAL CRISIS GROUP (2007), Western Sahara: The Cost of The Conflict. Middle East/North Africa Report, núm. 65, p. 15. 43

Introducción<br />

para esta investigación. Sin una salida a esta cuestión no habrá un escenario de cambio en<br />

las relaciones sociales ni de reconstrucción de la convivencia con la población marroquí,<br />

que ha ido ocupando el territorio desde 1975 como parte de la política del Estado 14 .<br />

Solo dejar a los saharauis decidir sobre su independencia. Si no hay una solución<br />

para la causa política no hay una solución. Yo no tengo problema si los saharauis<br />

votan que quieren adherirse a Marruecos pero hace falta la solución. El conflicto<br />

tiene que ser resuelto y el resto de las medidas son secundarias a esto. Son importantes,<br />

por ejemplo, si hay justicia no se podría meter a una persona a la cárcel<br />

sin juzgarla. Si yo quiero hacer una manifestación pacífica se podría realizar. Los<br />

médicos no pueden curar a los saharauis que son maltratados porque si lo hacen<br />

los corren. Tienes que decir que eres pro-marroquí. Son derechos humanos que<br />

dan importancia al ser humano, por lo tanto debemos defenderlos. Lo más importante<br />

para las familias es saber el destino de sus familiares. ¿Por qué no dan los<br />

cadáveres, para qué los quieren? Mustafa Ali Baschir.<br />

En la situación actual cada vez han sido más frecuentes los enfrentamientos de algunos<br />

sectores de la población marroquí con la población saharaui, como parte de las acciones<br />

de represión de manifestaciones o movilizaciones saharauis. Este estímulo de enfrentamientos<br />

entre la población es parte del nuevo escenario que trata de desviar la responsabilidad<br />

del Estado.<br />

Invisibilizando a la población en el refugio<br />

Más de la mitad de la población saharaui se encuentra en el refugio de Argelia desde 1976.<br />

Desde entonces subsiste en una situación de transitoriedad y emergencia que se mantiene<br />

durante treinta y siete años. La población refugiada llegó a Argelia después de un largo éxodo<br />

por el desierto, siendo víctima, además, de pillaje y bombardeos, o habiendo dejado atrás<br />

a sus familiares muertos o desaparecidos. Centenares de personas murieron en los bombardeos<br />

de Um Dreiga o Guelta y no han tenido ningún tipo de reconocimiento de lo sucedido,<br />

ni de la dignidad de las víctimas, ni de la responsabilidad de sus autores. El dramatismo de<br />

14 En algunas ciudades, como El Aaiún, los saharauis se han convertido en una minoría que vive en las zonas<br />

más empobrecidas y fuertemente controladas, a modo de guetos. La rápida urbanización de la zona (la más<br />

rápida del país) no puede ser explicada por la sedentarización de las poblaciones nómadas, que ha sido<br />

completada en gran medida, ni por el mero crecimiento demográfico. Más bien es debido a la llegada de<br />

nuevos habitantes. Algunos saharauis denuncian esta “colonización”, que margina a las poblaciones nativas<br />

tanto económica como demográficamente. En ausencia de una solución al conflicto, Marruecos ha incurrido<br />

en prácticas clientelistas, provocando tensiones tribales en el corazón de la sociedad saharaui, favoreciendo<br />

a sus elementos más dóciles. Incluso entre las tribus más “leales”, las disputas han surgido debido a las<br />

grandes diferencias entre las élites tribales favorecidas por el Estado (mediante subsidios para toda la vida,<br />

asignación de licencias de importación, licencias de pesca, permiso para vender petróleo, acceso al mercado<br />

inmobiliario lucrativo, etc.), y el resto de la población. INTERNATIONAL CRISIS GROUP (2007), Western<br />

Sahara: The Cost of The Conflict. Middle East/North Africa Report, núm. 65, p. 15.<br />

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