EL OASIS DE LA MEMORIA - Publicaciones

Capítulo 16. Gdeim Izik
Hamad El-Kentaoui de 15 años de edad, fue detenido durante el desmantelamiento
del campamento mientras se refugiaba con sus familiares en una casa situada en
la zona perteneciente a la familia Jaaidar. Las fuerzas de seguridad marroquíes
arrestaron a varios familiares y al propietario de la casa, junto con el niño Hamad
El-Kentaoui. Fue detenido, ojos vendados y esposado en un vehículo militar hacia
un área remota cerca de “Lemsayed” (18 km), al este de El Aaiún. A continuación
fue trasladado a la gendarmería, donde pasó cinco días con otros saharauis. Todos
fueron sometidos a diversas formas de tortura psicológica y física. Fue liberado el
12 de Noviembre de 2010, muy afectado en un estado de salud física y psicológica
con secuelas traumatológicas en la columna vertebral, en las manos y cefaleas 349 .
El primer grupo de detenidos saharauis (69 personas) fue presentado ante la Sala
de lo Penal en el Tribunal de Apelación de El Aaiún el 11 de Noviembre de 2010,
en donde seis de ellos fueron reenviados al Tribunal Militar Permanente de Rabat,
señalando de falta de jurisdicción. Siete fueron puestos en libertad. Los 56 restantes
fueron enviados a la prisión local (la Cárcel Negra) de El Aaiún. El 12/11/2010, otros
36 detenidos, entre ellos una mujer, fue presentado ante la misma Sala, que decidió
reenviarlos a todos a la cárcel. Más tarde, el mismo día otros cuatro detenidos fueron
condenados a dos meses de prisión, siendo liberados el 10 de Enero de 2011.
Dado que se llevaron a cabo centenares de detenciones, muchos niños y niñas quedaron
en situación de desprotección especialmente durante los primeros días o semanas tras los
hechos. Personas detenidas cuyo paradero se desconocía. Víctimas de tortura liberadas
que regresaban a sus casas con signos evidentes del maltrato. Y movilización colectiva
para hacer frente a dichas arbitrariedades en un contexto de confusión y control militar de
la zona. Todo ello generó una situación de emergencia social durante los siguientes meses
al desmantelamiento del campamento, y una zozobra general sobre el futuro de la población
saharaui, las posibilidades de mantener la solidaridad o la presencia internacional, y
las garantías para las personas detenidas.
Mientras estaba en la comisaría vino un responsable de la policía y me dicen que
tiene que salir los menores de edad y la mujer, cuando iba a salir me dijeron espera
aún tenemos tu bolso, como no tenía gafas y no veo nada, pusieron mi dedo sobre
un papel, no sé que decía. También hicieron fotos. No me dijeron nada. Había un
grupo al que la policía lo enjuició porque decían que tenían armas. Me preguntaron:
“¿Por qué estás aquí?”, yo contesté “Porque dije que no era marroquí” y me
pegaron. Vino un juzgador y preguntó: “qué hace ésta aquí”, la policía contesta
porque dice que no es marroquí, éste dice pégale y sácala fuera. Leili Salka
Las consecuencias de las detenciones arbitrarias, torturas o procesos sin garantías judiciales
o de seguridad para las víctimas saharauis se han prolongado en el tiempo. Personas que tu-
349 CODESA (2010), op. cit.
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