EL OASIS DE LA MEMORIA - Publicaciones

El oasis de la memoria
la población que se encontraba en el campamento, y el enfrentamiento con piedras entre
grupos de jóvenes que se defendían de la incursión militar.
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- Los saharauis siempre han sido pacíficos, ¿qué explicación ves tu a que aparecieran
policías o militares marroquíes muertos?
- La gente estaba muy enfadada, era una situación muy tensa, no lo puedes imaginar
y, cuando empezó el enfrentamiento, la gente pensaba que iba a morir, fueron
momentos muy intensos. Lefkir Kaziza.
Esta respuesta violenta a la agresión no es justificable. Sin embargo, el operativo fue
hecho sin ningún respeto por la vida de la gente, lo que hizo que numerosas personas
ancianas o discapacitadas tuvieran que ser evacuadas en medio de condiciones extremas
de peligro y afectación.
Los militares llevaban escudos, botes de humo y camiones con cañón de agua
caliente y esas porras largas, no vi otras armas. Lo que hacían era tirar piedras.
Cuando llegaban los botes de humo nos poníamos cebolla en la nariz, según me
dijeron, y eso ayudó bastante para que no nos afectaran tanto. Algunos saharauis
los devolvían con la mano. Otros usaron también algunas bombonas de
gas. Les quitaban la espita, las picaban y les ponían fuego. Eso producía como
un chorro de fuego y algunas estallaban. Los soldados se asustaban porque
podían explotar y todo el mundo se ponía lejos. Eso hacía para tener tiempo de
evacuar a la gente y detener el paso de los militares. Algunos saharauis tenían
palos, machetes y piedras. Lo de las bombonas era lo que más les frenaba. No
vi a nadie que usara los machetes contra un militar, el cuerpo a cuerpo no era
lo habitual. Javier Sopeña.
Numerosos testimonios refieren una larga caminata llevando a personas enfermas por la
carretera, pasando controles policiales o militares, en medio de la desolación de la huida.
Las pertenencias de los acampados fueron sustraídas o quemadas, y otras transportadas
en camiones hasta El Aaiún donde permanecieron en calles aledañas a instalaciones policiales
durante días, según numerosos testigos.
Después de esto fue el movimiento. Yo llegué al último muro como a las 5h30
de la tarde. Salimos de la zona de la casa de la pastora e hicimos como un
círculo para salir hacia la carretera. Con el campamento totalmente arrasado,
las máquinas y coches de los militares, ya estaba hecha la limpieza y con las
máquinas juntaban lo que no les interesaba y se les prendía fuego. Íbamos con
el muchacho en silla de ruedas, con una mujer muy mayor como de 80 años en
volandas, en una manta la llevábamos entre cuatro mujeres. En la zona había
más de 50 coches desfilando uno a uno, empezaron los insultos y tonterías a las
mujeres. Les decían: ¡con que Sahara libre! Las tropas hacían todos esos comentarios.
La entrada al campamento estaba a reventar de militares y mientras