EL OASIS DE LA MEMORIA - Publicaciones

Capítulo 16. Gdeim Izik
La actitud de las fuerzas de seguridad frente al aporte de provisiones y agua fue mucho
más restrictiva, y la situación de control e inseguridad se hizo más dura. Ante
los rumores sobre una intervención militar, numerosos saharauis desde El Aaiún se
prepararon para tratar de llegar al campamento y conocer la situación de sus familiares,
agrupándose varios centenares de coches fuera de El Aaiún hacia la dirección del
campamento. Para la preparación del desmantelamiento del campamento se produjo
una fuerte movilización de fuerzas de seguridad marroquíes, cuyos movimientos
eran vistos con sospecha por parte de los acampados o testigos que traían noticias
del exterior. Numerosos refuerzos llegaron de otros puntos del Sáhara Occidental y
varias ciudades marroquíes
Los encargados de la organización del campamento calculan el número de efectivos, teniendo
en cuenta la presencia habitual de vehículos y fuerzas militares y de seguridad en
los días anteriores, en unos 2.200, es decir uno por cada 8/10 saharauis.
Habitualmente había 60 coches marca Toyota del ejército, en los que había 6-7
soldados por vehículo, 44 camiones de la gendarmería en los que había 40 plazas;
16 furgonetas de las fuerzas auxiliares cada una de ellas 23 agentes, 2 cisternas
de bomberos y 8 ambulancias. Omar Zribai.
Sin embargo, los miembros del equipo de seguridad no creían que dicha intervención
se fuera a producir, debido a lo pacífico del campamento, la presencia de mucha gente
diferente y de todas las edades, y el nulo problema de orden público que suponía para las
autoridades de Marruecos. La lógica de uno de los miembros de dicho equipo muestra
una ilusión de proporcionalidad, ajena a la voluntad de Marruecos de acabar con esa
experiencia por lo que suponía de cuestionamiento del régimen y el riesgo que percibía
cuanto mayor tiempo pasaba.
Yo me reía cuando decían que iban a intervenir, porque no había nada sobre lo
que intervenir allí. Había gente mayor, no dábamos problemas. Había gente enferma,
viejos, niños. No había ningún motivo para una intervención, así que no
creía a la gente cuando decían que iban a hacerlo. La mayoría también creía que
no iban a intervenir. Omar N’Dour.
Intervención militar y desmantelamiento del campamento
Al amanecer del 8 de noviembre de 2010, fecha en la que las autoridades marroquíes
se habían comprometido con el Comité de Diálogo del Campamento Gdeim Izik a dar
inicio al cumplimiento del acuerdo sobre las demandas sociales, comenzó el operativo de
desmantelamiento del campamento. Un helicóptero empezó a sobrevolar la zona cerca de
las 6 de la mañana, cuando la gente aún se encontraba durmiendo, anunciando el desalojo
del campamento, al mismo tiempo que docenas de vehículos y camiones militares de la
gendarmería marroquí y las fuerzas militares lo asaltaban, rompiendo el muro que ellos
mismos habían construido. En ese momento toda la población se estaba apenas desper-
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