EL OASIS DE LA MEMORIA - Publicaciones

Capítulo 13. Tortura en las detenciones arbitrarias
La situación de las garantías judiciales está regida por la arbitrariedad en el Sáhara Occidental.
Muchos procesos judiciales parecen más estar orientados a legitimar la versión
oficial de la policía sobre los detenidos, que a investigar sobre los casos. Las condenas se
hacen de forma genérica y la mayor parte de las veces sin una adecuada valoración de las
pruebas. Numerosas personas son detenidas durante más de un año sin sentencia, o son
liberadas después de meses o años de prisión sin haberse realizado ningún juicio, debido
a la presión nacional o internacional sobre la situación de los detenidos.
En mi caso, yo mismo he estado un año y medio en la cárcel sin sentencia, esperando
los testigos, al final nos dieron libertad provisional. Nadie puede explicar lo que está
pasando porque está fuera de razón. No hay un cambio, por eso no saben qué hacer
con nosotros. A veces nos llevan al tribunal, otras nos sueltan. En ocasiones cogen a
la gente en la calle, los llevan detrás de la ciudad y los torturan, después los sueltan
sin llevarlos a la comisaría. Los marroquíes están intentando evitar que se aclare o refleje
el conflicto político en los tribunales. En el tribunal de Casablanca han impedido
que entre ningún saharaui, éramos tres casos de saharauis con abogados marroquíes
hubo golpes contra la prensa internacional y fueron trasladados los juicios, todo ello
para que no se escuchen nuestros casos en el tribunal. Hubo una manifestación de
cerca de 400 abogados que nos acusaban de ser separatistas y gritaban vivas al rey
y que el Sáhara Occidental era marroquí. Un miembro del Consejo de los Abogados
pegó a los periodistas. Se llama Buashrin. Bazaid Lahman.
Una buena parte de los logros en los procesos judiciales en los últimos años ha estado
en las mayores posibilidades para los abogados y para sus defendidos de hablar en los
juicios, y el hecho de que las condenas en los últimos años hayan pasado de ser de diez ó
quince años, a ser de ocho meses a tres años. Los juicios son también para muchos detenidos
y acusados saharauis una oportunidad o bien de mostrar que están siendo enjuiciados
por motivos políticos o la ilegitimidad de un sistema que criminaliza la protesta social o
la expresión de su identidad.
Hemos pasado más de diez juicios. Llegamos al tribunal con darras, una sola
mujer estaba con nosotros Aminatu Haidar. Fueron conmigo, Hmmad, Tamek,
Numria… Estos juicios fueron en los primeros seis meses de cárcel. Yo estuve
en prisión durante ocho meses. El último juicio estuve en el mismo grupo, con
el mismo dossier, con Hammad Hmad y Mahyub Echtewi, los mismos con los
que me detuvieron. En el último juicio me condenaron por dos años. En el fin del
juicio me dijo el jefe del tribunal: “Te hemos condenado con dos años porque has
hecho… ¿Hay algo que quieras decir?”. Yo dije: “Sí, no tenéis ningún testigo ni
ninguna foto, nada, y voy a decir porque estoy aquí y tomé una bandera de mi
bolsillo y estoy aquí por esta bandera”. El juicio cambió a una manifestación. La
gente comenzó a gritar por la autodeterminación, mi compañero tomó la segunda
bandera. Mohamed Balla.
Sin embargo, esta disminución de las condenas en procesos por otra parte cargados de
arbitrariedad y sin garantías no puede considerarse adecuada. La presión internacional, la
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