EL OASIS DE LA MEMORIA - Publicaciones

Capítulo 13. Tortura en las detenciones arbitrarias
Lesiones como consecuencia de torturas
Cinco días después de ser detenido por la policía y haber sufrido malos tratos en comisaría,
el 15 de octubre Abdeslam Lamadi ingresó en la Cárcel Negra del Aaiún donde fue visitado
por sus padres. La víctima pidió que su padre fuera a hablar con el director de la prisión
y pedir, a través de los abogados, un peritaje médico. Con gran pena le dijo que había
sido agredido sexualmente con una botella varias veces hasta hacerle decir que era él el
responsable de repartir propaganda y del coche quemado, y hacerle firmar sin leer el texto.
Se sentía deprimido y tenía un dolor fuerte en el ano. Fue reconocido por un perito médico,
pero en la visita ante el tribunal, en el informe de dicho perito que se presentó en el juicio,
decía no haber encontrado nada anómalo y que todo era normal. Refiere que quiso enseñar
las cicatrices ante el tribunal, pero fue mandado callar por el juez que expresó, según
refiere, sus dudas sobre el hecho de la violación anal.
Un estudio independiente realizado en agosto de 2012 muestra todavía algunas lesiones
congruentes con el relato de la víctima. Cicatrices congruentes con lesiones por quemaduras
y/ó abrasiones por arrastre de la víctima en estado de desnudez, por el piso de
la sala dónde se le aplicó este trato cruel. Las lesiones son en la cara dorsal o posterior
del cuerpo, compatibles con maniobras de arrastre referidas por la víctima. La misma
interpretación es acorde entre el estado de la piel en su hombro izquierdo y la narración
realizada por la víctima del “borrado” del tatuaje que portaba consistente en una
bandera del Sáhara Occidental, y la exclamación VIVA debajo de la misma. Otro tanto
puede concluirse entre las lesiones cicatriciales diversas que presenta, muy atenuadas
por el efecto del tiempo transcurrido, en la zona de las nalgas.
Fuente: MARTÍNEZ, A. e HIDALGO, Mª, A. (2012), op. cit.
Además, hay que considerar que, en los casos de muerte como consecuencia de las lesiones
infligidas por la policía, los análisis e informes forenses constituyen un elemento
clave para determinar la causa y circunstancias de la muerte. Sin embargo, en varios
de los casos más conocidos en los últimos años, en los que se produjo la muerte bajo
custodia policial o como parte de acciones violentas por mano de fuerzas policiales, las
autoridades no permitieron realizar autopsias independientes que analizasen las lesiones
y determinasen la causa de muerte, aunque se han dado dos condenas por casos de muerte
de saharauis a manos de la policía. El último ejemplo conocido es el de Said Dambar, un
joven que resultó muerto en El Aaiún como consecuencia de la actuación policial en la
ciudad después del desmantelamiento del campamento de Gdeim Izik, el 8 de noviembre
2010. El cuerpo de Said Dambar estuvo en la morgue durante más de año y medio esperando
que las autoridades permitiesen que se realizara la autopsia, dado que la familia no
permitía su inhumación hasta que se investigara el caso.
No hay que olvidar el caso del joven asesinado en El Aaiún Said Dambar que su
cadáver sigue en la morgue en un hospital en El Aaiún y que Marruecos no quiere
esclarecer las circunstancias de su fallecimiento. Said Dambar un joven de 26
años asesinado el día 23 de diciembre de 2010. Han condenado al policía que lo
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