EL OASIS DE LA MEMORIA - Publicaciones

El oasis de la memoria
Durante los siguientes meses organizaciones internacionales de derechos humanos
comenzaron una campaña de presión para que fueran liberadas estas siete personas.
Por ejemplo, el 12 de noviembre Amnistía Internacional lanzó su campaña a favor de
la liberación del grupo, bajo el argumento: “La organización considera preocupante
que las autoridades marroquíes estén tratando como asunto de seguridad nacional las
actividades políticas pacíficas que cuestionan la ‘integridad territorial’ de Marruecos”.
Degja Lachgar quedó en libertad condicional el 28 de enero, por razones de su salud.
Por su parte, Rachid Sghaïr, Saleh Leboihi y Yehdih Terrouzi fueron liberados el 19
mayo de 2010; mientras que Ali Salem Tamek, Brahim Dahane y Nassiri Hamadi
obtuvieron su libertad provisional el 17 de abril de 2011.
Los malos tratos en las cárceles no se han dado solo contra las personas detenidas. Numerosos
familiares o amigos y amigas que han ido a visitar a presos políticos saharauis
relatan vejaciones, intimidaciones y hasta detenciones por motivo de haber realizado visitas
especialmente en momentos en los que se realizan manifestaciones públicas de apoyo
frente a las prisiones. Por ejemplo, Salha Boutenguiza fue detenida por primera vez con
veintiún años en noviembre de 2006 273 durante la visita a un amigo preso Elwali Ameidan,
que realizaba junto con Fatma la madre y Malak la hermana del preso. Durante la
visita en la cárcel se organizó una concentración de apoyo fuera de la prisión. Mientras
se encontraban dentro de la prisión fueron apartadas e interrogadas. Además varias funcionarias
les obligaron a quitarse la ropa. Posteriormente, fueron llevadas a la Comisaría
de Colomina en El Aaiún donde fueron interrogadas y sufrieron amenazas y vejaciones.
Durante su interrogatorio le preguntaron sobre si tiene familiares en los campamentos de
refugiados en Tinduf, la relación con activistas saharauis de derechos humanos, como
Aminatu Haidar, Ahmed Hamad, Ali Salem Tamek y Mohamed Daddach y le comunicaron
que tenía prohibido visitar no solamente a Elwali, sino a cualquier preso saharaui.
400
Las funcionarias me mandaron quitar la ropa, y comenzaron a soltarme el pelo a
palparme todo el cuerpo y registraron mi bolso. Nos ataron las manos a las tres y
mientras nos cacheaban, nos vejaban. Después de registrarnos, nos dejaron poner
nuestra ropa, nos hicieron fotos, nos tomaron las huellas dactilares. Cuando salimos
de la prisión nos llevaron en el coche de policía, las demás familias se habían
marchado ya. Cuando llegamos a la comisaría estuvimos como cuatro horas en
espera, bajo constante vigilancia y coacción. Nos advertían que están al tanto de
todos nuestros movimientos en El Aaiún y que llevan tiempo vigilándonos y nos
amenazaron que si seguimos haciendo lo mismo vamos a desaparecer no sólo de
El Aaiún sino del universo. Las vejaciones eran intolerantes, nos humillaban, nos
escupían, nos llamaron de todo, de perras, hija de perra, etc. Salha Boutenguiza.
273 Véase anexo 5 sobre Denuncias el caso de Salha Butenguiza (No. 1) al señor Procurador General del Rey para el
Tribunal de Apelación del Aaiún por Detención y tortura psicológica de 7 de noviembre de 2006.