EL OASIS DE LA MEMORIA - Publicaciones

El oasis de la memoria
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hicieron la tortura que se llama el pollo asado. Le cogió uno por aquí y el otro sujetó el
palo que era una tubería metálica, le subieron hasta que se quedó con la cabeza abajo,
otro le pegaba en los pies. Nos decían que a quien no confesara y contara quién organizaba
la protesta y nos dio las banderas, le iban a hacer lo mismo. Estábamos en la
misma habitación. Era una habitación para torturas, estaba vacía, sólo había trozos
de cartones en el suelo donde se sentaban las personas detenidas. Había un palo de
madera colgado en la pared, era una sala de tortura. Nguia Elhawasi.
Tres años después de esos hechos, la víctima que entonces había sido testigo de la tortura
de otros niños detenidos, y posteriormente detenida en otras dos ocasiones, fue igualmente
golpeada mientras se encontraba detenida en 2009 acusada de haber organizado una
manifestación con presencia de un periodista sueco que fue también detenido y cuyas
fotografías fueron confiscadas.
Me pusieron en una habitación de torturas, en la comisaría que se encuentra en la
calle de 24 de noviembre. Unos me cogieron por las manos y otros por los pies, trajeron
un tubo de los que son para el agua de color azul, no era de metal, era de caucho
y empezaron a pegarme por las nalgas. Mientras me pegaban me decían: “Tú no
quieres dejarnos tranquilos, quítate de nuestro camino”. Me llevaron a otro despacho
donde había un mesa y un armario metálico, me chocaban la cara con la puerta del
armario hasta se quedó toda mi cara sangrando. Después vino Mustafa Kamour unos
de los torturadores que habían en El Aaiún, actualmente está en la ciudad de Tan Tan,
me daba puñetazos a la cara, aquí todavía tengo la marca. Nguia Elhawasi.
Entre las víctimas que sufrieron detenciones arbitrarias entrevistadas para esta investigación,
siete de cada diez señalaron haber sufrido torturas u otras formas de malos tratos,
también durante este periodo. En la evaluación realizada para este estudio se pudieron
apreciar numerosos casos de secuelas físicas severas como consecuencia de torturas, tales
como fracturas óseas, luxaciones, anquilosis y discapacidades como consecuencia de
golpizas llevadas a cabo tanto en la represión de manifestaciones, como durante los días
de detención y como parte de los interrogatorios.
Me pusieron cara a la pared y alguien me daba patadas en mis riñones y después
en el hombro hasta que me lo rompieron y por ese motivo me hicieron luego una
operación, pero no salió bien. El suelo estaba mojado, nos tiraban botellas de
orina. Éramos mucha gente, más de cien personas, todos con vendas en los ojos,
esposados por delante o con las manos por detrás… Me colgaron de una pierna,
de la derecha, en un hierro con una cuerda y mientras me golpeaban y me decían
que hablara, que yo era el máximo responsable. Las quemaduras me las hicieron
en el coche donde me torturaron saliendo del campamento, cuando ellos fumaban
me quemaban. Mohamed Elayoubi Uld Salem.
Muchas de estas víctimas son jóvenes que han ido movilizándose o participando en
manifestaciones o protestas. Por ejemplo, Lefkir Kaziza tuvo una luxación de hombro
como consecuencia de dichas torturas después del desmantelamiento del campamento de