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EL OASIS DE LA MEMORIA - Publicaciones

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Capítulo 12. Tribunales militares contra civiles<br />

En ese momento se encontraban detenidas unas cien personas en el PCCMI, según los<br />

testimonios recogidos, varias de ellas de Smara y el resto de El Aaiún. Diez eran mujeres<br />

y había numerosos menores también. Todos los detenidos fueron sometidos a los mismos<br />

maltratos y torturas.<br />

Todas las técnicas de tortura he sufrido, comenzando con la del avión, chiffon que<br />

es un trapo, me hacían beber agua muy salada, estaba casi todo el tiempo suspendido<br />

y golpeado, casi desnudo, con los ojos vendados. Cheij Dah.<br />

Hay testigos que estuvieron con él, pero a los únicos que siempre he mencionado<br />

en todas mis declaraciones presentadas a las organizaciones internacionales han<br />

sido Dahi Mohamed Salem, el periodista, y Sukeina Yed Ahlu Sid, estas dos personas<br />

realmente han sido víctimas directas que estaban con mi hermano. Sukeina<br />

Yed Ahlu Sid nos confesó que en el momento de su tortura escuchaba como le<br />

golpeaban en la cabeza. Hammad El Koteb.<br />

En julio de 1993, algunos detenidos en el PPCMI fueron liberados como Mrabbih Battah<br />

o Fadah Aghala. Por su parte, los que iban a ser juzgados por un tribunal militar fueron<br />

sacados del PCCMI y trasladados a Rabat. Mientras tanto otras personas como Sukeina<br />

Yed Ahlu Sid, que ya había sido desaparecida anteriormente entre 1981 y 1991, quedaron<br />

detenidas y fueron liberadas en diciembre de 1993, después de 15 meses de detención.<br />

Los que iban a ser juzgados en el tribunal militar fueron seleccionados para ello y separados<br />

del resto, y objeto de los mismos malos tratos durante su traslado.<br />

Cuando pasamos veinticinco días venían y nos decían que vamos a salir, nos ducharon<br />

y nos felicitaron por la libertad. Nosotros felices estábamos en este momento,<br />

pensando que vamos a salir de este infierno. Que ya está. Nos llevaron a<br />

otro lado, donde nos quitaron las vendas, nos sentaron en espera de la salida.<br />

En un momento dado, vino el que nos interrogaba y nos torturaba, el llamado<br />

Abderrahim Taifi, pensábamos que nos iba a sacar de ahí, porque fue él quien nos<br />

detuvo. De repente, nos puso las esposas y nos vendó los ojos. Nos subió en un<br />

furgón de la policía, nos puso abajo de las sillas. Bazeid Salek.<br />

Las personas que fueron trasladadas para ser juzgadas fueron una mujer, Kalthoum Laabeid,<br />

y varios hombres Youda Brahim, Bennu Mohamed, Melah Barikala, y Bazeid Salek.<br />

Sin embargo varios de los detenidos que iban a ser juzgados ni siquiera se conocían.<br />

Después de pasar un par de horas, empezamos a hablar entre nosotros, había una<br />

chica con nosotros, que era muy valiente, fue la primera que rompió el silencio<br />

hablando. Uno de nosotros nos dijo que estamos en la ciudad de Rabat, porque<br />

ha estado antes ahí. Estábamos esperando hasta la noche y nos llevaron en un<br />

camión de gendarmería a la cárcel. Bazeid Salek.<br />

Mientras se encontraban en la prisión de Salé en Rabat, en condiciones de aislamiento<br />

y sin saber nada de sus familias, los detenidos hicieron una huelga de hambre. El juicio<br />

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