EL OASIS DE LA MEMORIA - Publicaciones

El oasis de la memoria
362
Esa misma noche nos llevaron a un cuartel que fue de la Marina española que
estaba al lado del mar entre el puerto y la playa, ahora es un cuartel de la marina
marroquí, se conocía como el Cuartel del Pozo porque había un pozo. Allí nos metieron,
éramos muchos hombres en un cuarto de tres por cuatro metros, y nos movíamos
para poder respirar. Durante dos días no nos dieron agua, la gente tenía
vértigos y algunos se volvían locos, comenzaron a hablar sin control. En ese lugar
estaban elementos de la gendarmería y del ejército marroquí. Nos cambiaron de
sitio unas cuantas semanas, porque la Comisión de Naciones Unidas llegó donde
estábamos y el Frente POLISARIO comenzó a decir que la gente estaba siendo
secuestrada, por eso nos sacaron de la ciudad. Brahim Dahane.
Durante esos días, el grupo de unas sesenta personas que permanecían detenidas en el PCC-
MI fueron llevadas al cuartel militar en la playa de El Aaiún del Batallón de Intervención
Rápida (BIR). En dicho grupo había 17 mujeres, que fueron mantenidas en una estancia
separada de los hombres. El trato dado a los detenidos durante esos días muestra la extrema
crueldad con que se desempeñaron los captores.
Bajamos en un Land Rover, en el camino había baches o arena, escuché el sonido
de olas, pensé que estábamos en Tarfaya, a cien kilómetros al norte. Allí pasamos
los tres primeros días sin beber ni comer, con mucha tortura. La policía nos puso
en una posición forzada para cansarnos, para tener el control, el jefe del control
hacía entender que había muchos guardias. En los tres primeros días muchos
hombres perdieron la conciencia. Daha Dahmouni.
Todos los detenidos, hombres y mujeres, permanecieron con los ojos vendados en dichas
instalaciones. Sin embargo no se dieron interrogatorios, lo que muestra que el objetivo
de su traslado era solamente mantenerlos bajo custodia clandestina, a pesar de que ni siquiera
había lugar para tantos detenidos que estaban en un espacio reducido y totalmente
hacinados.
Pasamos una semana en el BIR que fue muy dura, en el suelo sin mantas, los dos
o tres primeros días sin comida. Cuando teníamos sed cogían una botella de agua
y nos daban una gota. Los otros días nos trajeron granos de lentejas con agua.
Por la noche siempre venía un guardia muy malo que nos ponía de pie, apoyadas
sobre un pie y después sobre el otro. Así pasamos gran parte de la noche, sin importar
edad. Aquí ya no nos golpeaban. En una habitación estábamos dieciocho
mujeres y en la habitación de los hombres había más de sesenta, mi marido me
cuenta que estaban uno sobre otro. A ellos también los ponían de esa manera
pero además los golpeaban. Varías noches escuchábamos llantos y gritos de los
hombres. Estuvimos en el BIR hasta que la comisión internacional dejó el Sáhara
Occidental. El Ghalia Djimi.
Las personas detenidas desaparecidas en el BIR fueron mantenidas en condiciones de
hacinamiento extremas, con privación de alimentos, contaminación física y privación de
sueño en medio de condiciones infrahumanas.