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EL OASIS DE LA MEMORIA - Publicaciones

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Capítulo 8. El “único” prisionero de guerra<br />

que estaban en un proceso de recuperación postoperatoria. Las condiciones de vida y<br />

alimentación pueden ser descritas como parte de la tortura y malos tratos. Además, al<br />

tratarse de personas heridas, las condiciones de sufrimiento y las implicaciones en su ya<br />

escasa capacidad de recuperación fueron mayores.<br />

No había ducha ni higiene, no había nada. Yo estaba cansado, enfermo, no había<br />

medicina, ni venía el médico, nada. Había un servicio afuera, y cuando íbamos<br />

nos llevaban con dos soldados armados custodiándonos. Pero no había ni medicina,<br />

cuando teníamos fiebre o cualquier cosa, no nos daban nada. La comida era<br />

garbanzo, lenteja y un pedazo de carne como de 50 gramos dos veces a la semana,<br />

el viernes y el martes. No podía poner la pierna en el suelo, tenía que andar con<br />

muletas pero estaba prohibido llevarlas a la celda. Entonces se quedaban fuera de<br />

la celda. Una noche un soldado borracho las rompió. De allí en adelante, para ir<br />

al servicio, me apoyaba en la pared. Sidi Mohamed Daddach.<br />

Obligación de participar en las hostilidades<br />

En enero de 1978 se realizó un traslado de numerosos presos que se encontraban desde<br />

hacía más de dos años en la base aérea de La Manara en Marrakech y que habían sido detenidos<br />

en muy diferentes circunstancias. Daddach y Mohamed Ali, El Kentawi junto con<br />

otros presos que se encontraban en la misma situación de desaparecidos hasta entonces 211 ,<br />

fueron trasladados al cuartel de la Gendarmería de El Aaiún. Según su testimonio, en dicho<br />

lugar se encontraba un gran grupo de personas detenidas entre las que había también<br />

mujeres, niños, jóvenes. Más de cien personas estuvieron ahí detenidas.<br />

La decisión de las autoridades fue empezar a liberar a algunos de estos detenidos, algunos<br />

de ellos con el aval de familiares que se presentaron a reclamarlos, en otros casos<br />

sin ellos. Según la información disponible, solo quedaron diez personas detenidas. La<br />

discrecionalidad de las autoridades marroquíes se muestra en el distinto comportamiento<br />

con detenidos en las mismas circunstancias. Mientras Sidi Mohamed Daddach y<br />

Mohamed Ali El Kentawi fueron capturados en combate, heridos graves, torturados<br />

y trasladados al mismo lugar, Mohamed Ali El Kentawi fue liberado y Daddach no.<br />

Probablemente dicho diferente tratamiento se debió a las relaciones familiares de los<br />

presos y los intentos del gobierno marroquí de acercarse a familias saharauis con mayor<br />

poder económico.<br />

Las autoridades militares dieron dos “opciones” a los diez que aún permanecían detenidos:<br />

debían integrarse en el ejército marroquí o volver a la cárcel y las condiciones que<br />

ya conocían. Los detenidos decidieron entonces evitar la cárcel y la tortura que habían<br />

sufrido, integrándose en una unidad militar marroquí. Todos eran militares del Frente<br />

211 Entre ellos, los sobrevivientes de la detención en la fosa y cuartel de El Msayed (ver caso Las fosas de<br />

Lemsayed) en la misma época.<br />

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