EL OASIS DE LA MEMORIA - Publicaciones

El oasis de la memoria
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cuenta. Cuando entraba alguien del ejército entraba con el pañuelo en la nariz del
mal olor que había. Sidi Mohamed Daddach.
Tratamiento de las heridas y amenazas
Al parecer la decisión que se tomó en ese momento por parte de las autoridades militares
era mantener con vida a los detenidos, dado que fueron llevados desde El Aaiún al aeropuerto
de Agadir en un avión, y luego a Marrakech. Los dos detenidos heridos graves,
después de dieciocho días de haber sido capturados, fueron llevados al hospital militar de
Simpsi (Marrakech). En ese centro fue sometido a un correcto tratamiento traumatológico,
por lo que refiere en su testimonio se trató de un tipo de injerto óseo y de piel de la
cadera a la parte inferior de su pierna.
Estuve cuatro meses en ese hospital militar. Tenía la pierna muy destrozada
y tardaron mucho tiempo en mejorarse las heridas. Al llegar a Marrakech
estaba salido el hueso. Había un médico francés, un teniente que se llamaba
Fal que trabajaba con el ejército marroquí, llevaba galones de Marruecos,
me parece parte de un acuerdo de cooperación de Francia con Marruecos, y
me ha hecho un agujero en el talón y con un hierro me pusieron una tracción,
estirando la pierna. Fue muy doloroso, en toda esa época no he podido dormir.
Sidi Mohamed Daddach.
Mientras estaba en el hospital militar de Simpsi, Daddach fue interrogado y amenazado,
torturado psicológicamente, durante un periodo de unos diez días, con interrogatorios
sobre los mismos aspectos sobre los que ya había sido interrogado en dos oportunidades.
Posteriormente, Sidi Mohamed Daddach y Mohamed Ali El Kentawi fueron llevados a la
base aérea de La Manara en Marrakech, donde permanecieron por un periodo de dos años
con frecuentes interrogatorios y torturas.
Me visitaban agentes del Segundo Bureau, dos veces a la semana. Uno de ellos el
Capitán Amrani y el brigada Bras Rami. En ese momento yo no conocía a nadie
de ellos. También un capitán llamado El Aembra que es un rifeño o de la zona
norte de Marruecos. Sidi Mohamed Daddach.
Los dos presos estuvieron aislados durante un año uno del otro, en completo aislamiento.
Según su descripción, la celda tenía uno por dos metros y no tenía ventana, estaba
oscura.
Después de un año hemos logrado que uno de los encargados nos dé la oportunidad
de vernos y compartir informaciones. Pero yo no lo reconocía, con el pelo y la
barba su cara casi no se vía. Como estábamos en la oscuridad casi no podíamos
abrir los ojos. Sidi Mohamed Daddach.
Durante esos dos años, las condiciones de vida de ambos presos fueron deplorables. Más
aun teniendo en cuenta que se trataba de dos personas con heridas graves en las piernas