EL OASIS DE LA MEMORIA - Publicaciones

Capítulo 8. El “único” prisionero de guerra
la celda todo el mundo hacía sus necesidades, orina, caca, hasta que había una
laguna en la celda de todo eso. Mi pierna que estaba herida, han cogido mi turbante
y la han atado la pierna hasta que se puso negra, sin ninguna cura durante
esos ocho días. Sidi Mohamed Daddach.
Los interrogatorios a que fueron sometidos versaron sobre los aspectos militares de su
formación, entrenamiento y capacidad de acción del Frente POLISARIO.
¿Cuál es el objetivo del POLISARIO? ¿Qué reivindican? ¿Quiénes os forman
militarmente? ¿Quiénes son los responsables de mi grupo? ¿El responsable de
las armas, de los vehículos? ¿Quién es el médico, el traductor? ¿Qué tipo de
arma tiene el POLISARIO? ¿Cuántas horas se hace guardia? ¿Dónde están los
puestos del POLISARIO. Tipos de vehículos y matrículas. La ropa que vestimos.
La comida, las conservas que utilizamos, qué está escrito en la lata, de qué país
han venido. Toda la información sobre mí, mi tribu, mi familia aquí, mi familia en
el POLISARIO. Qué identificación tenemos antes de estar en el POLISARIO. Todo
tipo de información. Sidi Mohamed Daddach.
Los detenidos no se conocían previamente, por lo que además de la prohibición de hablar
y el control de los guardias, tampoco tenían la confianza para hacerlo. Daddach y Mohamed
Ali fueron conducidos posteriormente a la zona militar de El Aaiún donde hay una
decena de cuarteles, siendo recluidos en un lugar que llaman Garniso. Al llegar a dicho
lugar, un guardia o enfermero sin identificar le quitó a Daddach el turbante con el que
tenía tapada la herida y le echó un antiséptico cubriendo la herida con una venda. El único
tratamiento fue sujetar los huesos de la pierna son una férula de hierro. De ahí en adelante
el desinfectante fue aplicado por encima del vendaje 210 . En dicho cuartel estuvo otros diez
días en una habitación con luz, siendo interrogado y llevado posteriormente a una celda
totalmente oscura.
Para saber si estábamos entraba el guardia con una cerilla para ver... Había manchas
de sangre en las paredes pero no sabíamos de qué se trataba. Trajeron una
persona fallecida y lo pusieron entre Mohamed Ali y yo durante ocho días. Estaba
en medio de los dos. Lo trajeron dos personas como en una camilla y lo pusieron
en el centro de nosotros dos. Sidi Mohamed Daddach.
Durante todo ese tiempo, Sidi Mohamed Daddach y Mohamed Ali El Kentawi fueron objeto
del mismo tratamiento. Las condiciones en que se encontraban ambos detenidos, heridos,
torturados y sometidos a condiciones de privación de alimentos e higiene eran infrahumanas.
Estábamos casi muertos, habíamos bajado muchísimo de peso. Sentíamos que
estábamos muriendo, y olíamos muy mal, aunque nosotros no nos damos casi
210 Todavía en la actualidad Sidi Mohamed Daddach tiene secuelas importantes de dichas heridas, con dolores
y problemas en la marcha, y una cicatriz de herida profunda, de nueve centímetros por seis centímetros, y
otra cicatriz en el talón probablemente esta última como consecuencia de la tracción de los huesos que fue
realizada más adelante para su tratamiento.
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