10.05.2013 Views

EL OASIS DE LA MEMORIA - Publicaciones

EL OASIS DE LA MEMORIA - Publicaciones

EL OASIS DE LA MEMORIA - Publicaciones

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

El oasis de la memoria<br />

300<br />

litro de agua. Estaba muy enfermo. Cada cuatro días sacaban agua de mi pulmón.<br />

Cuando estaba en el hospital, no pusieron mi nombre. En la ficha pusieron otro,<br />

para que la gente o los enfermeros que eran saharauis no supieran de quiénes<br />

se trataban. Por ejemplo, había una chica que se llamaba Aminetu Musagui que<br />

estaba enferma y le llamaban Fatma. Varios enfermos de tuberculosis estuvieron<br />

conmigo, unos de ellos murieron en la celda. Dah Mustafa Ali Bachir.<br />

También debido a las consecuencias directas de la tortura numerosas personas detenidas<br />

tuvieron necesidades de atención médica que fueron desatendidas. Como se ha descrito<br />

anteriormente, las condiciones de sobrevivencia eran extremas y las respuestas de los guardianes<br />

a las demandas de atención señalaban el desprecio y la intención de los captores.<br />

Igga tuvo una herida que le causó la pérdida de la memoria. La tiraron al suelo y<br />

se pasó un largo rato alucinando. Cada vez que les rogábamos que la llevaran al<br />

hospital, lo único que oíamos del guardia eran respuestas sádicas como: “ustedes<br />

están aquí para morir… una muerte lenta”. Fatma Ayach.<br />

Una cosa que yo nunca he podido, a pesar de que siempre estaba mal de salud,<br />

ir al hospital y siempre me decía el médico que venía, necesitas ser hospitalizada.<br />

Pero el enfermero y uno de la policía decían que había instrucciones del<br />

gobernador del El Aaiún en esa época, Saleh Zemrag, que estaba también en<br />

el interrogatorio, de que no me llevaran al hospital. Pero luego de tres meses y<br />

tres años, era exactamente 24 de mayo, me quedé sin poder moverme, las manos<br />

y las piernas rígidas, con fiebre de 40, entonces han traído un médico que dijo<br />

que no podía hacer nada: esta mujer tiene que ser hospitalizada urgentemente.<br />

Aminatu Haidar.<br />

Así, a la ausencia de condiciones mínimas para proteger la salud de los detenidos, expuestos<br />

a numerosos riesgos para la salud y sometidos a condiciones extremas de privación,<br />

hay que añadir la falta de atención médica. En el último periodo de detención, en algunos<br />

centros clandestinos se producían visitas esporádicas de un enfermero cada varios meses<br />

que atendía algunos casos o proporcionaba analgésicos. Muchas de estas visitas duraban<br />

diez o quince minutos para todo el centro.<br />

Esta falta de auxilio a enfermos se daba incluso bajo la amenaza al resto de los detenidos.<br />

Cuando una persona estaba gravemente enferma, la indicación señalada por varios de los<br />

ex desaparecidos entrevistados era la de no avisar a los guardianes hasta que la persona<br />

muriese.<br />

Cuando alguien de los enfermos se pone grave y llamamos a uno de los guardias,<br />

nos dice: “¿Murió o todavía no?” no les traían calmantes, ni medicinas ni nada,<br />

esto duró siete meses. Elghali Ahmed Lehsen.<br />

La presencia de enfermedades graves es relatada tanto por detenidos que no enfermaron<br />

como por otros que contrajeron problemas graves de salud como tuberculosis.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!