EL OASIS DE LA MEMORIA - Publicaciones

El oasis de la memoria
En otros centros como la Cárcel Negra, también la privación de agua fue usada como una
forma de trato inhumano. El control de las propias necesidades y la ansiedad colectiva se
convirtieron en otra forma de tortura.
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El gran problema fue el agua. Nos daban un litro y medio que tenía que durarnos
48 o 72 horas. Todo eso para los nueve. Era muy difícil soportar la sed, ha sido
una de las peores torturas que he sufrido, el hambre la puedo soportar, después
de dos o tres días me daba igual comer o no comer, pensaba que iba a morir lentamente,
pero la sed te hace enloquecer. Hay quien soporta la sed y hay quien no
puede soportarla. Cogíamos el tapón de la botella y cada uno tomaba, así economizábamos.
Baschir Azman Hussein.
Además de la ausencia de condiciones higiénicas en las celdas o lugares de detención,
también el acceso a los servicios higiénicos estaba restringido. Las limitaciones incluían
tiempos excesivamente cortos para un mínimo uso del baño, con lo cual los presos y presas
tenían que aglomerarse en dichas instalaciones, lo cual suponía un atentado a su intimidad.
Lo peor era que no existía un cuarto de baño, orinábamos y evacuábamos en una
botella grande. El día siguiente por la mañana un voluntario de nosotros tenía
que vaciarla y llenarla de agua enseguida, antes de limpiarla, esta era para beber
decía el responsable, pero no podíamos hacer nada, o bebemos o morimos. Sidi
Ahmed El Fatah El Boudnani.
La comida era horrible. Mucha gente tiene diarreas. Diarreas muy fuertes. Las
heces se hacen allí mismo a veces y los carceleros entraban con mascarillas para
el olor y porque la gente no va al baño y se lo hacen en la misma celda. Muchas
veces las cosas nos las pasaban por debajo de la puerta. Mamia Salek.
En numerosas detenciones en centros de detención como Derb Moulay Chérif, Agdez o
Kalaat M’gouna las necesidades básicas como orinar o defecar se tenían que hacer en la
misma celda donde se encontraban encerradas las personas detenidas.
Incluso no había baños, cogimos una garrafas y las cortamos de arriba y ahí hacíamos
nuestras necesidades en la misma celda. Degja Lachgar.
En la celda todo el mundo hacía sus necesidades, orina, caca, hasta que había
una laguna en la celda de todo eso. Sidi Mohamed Daddach.
Los detenidos fueron mantenidos en condiciones de privación extrema hasta el último
periodo antes de su liberación. En algunos de dichos centros, el acceso a un baño o letrina
para hacer sus necesidades se limitaba a unos escasos minutos.
Había muchos insectos, cada día nos daban un cuarto de hora para ir todos al
baño y tenías que correr. Cada día venían para hacer investigación, si llevábamos
alguna cosa… Siempre había palizas con cada comida… La mayoría de la gente
no podía marcharse, nadie podía traer nada al cuarto de baño, los hombres quedaron
casi totalmente desnudos, un paisaje de terror. Demaha Hmaidat.