10.05.2013 Views

EL OASIS DE LA MEMORIA - Publicaciones

EL OASIS DE LA MEMORIA - Publicaciones

EL OASIS DE LA MEMORIA - Publicaciones

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

El oasis de la memoria<br />

de la desnutrición. Dicho proceso lleva a una fase terminal cerca de la cual llegó el detenido.<br />

Mientras, la conciencia de la muerte se hace omnipresente.<br />

296<br />

Según decían, por la mañana me hablaban; a mí me costaba terriblemente mover la<br />

boca pero, les hacía gestos con los dedos, o, algunas veces sonreía, para que supieran<br />

que les entendía, porque ellos no hacían más que preguntarme: “¿Me oyes?” Y<br />

yo les hacía llegar el mensaje de que sí. Con el tiempo, me cansé, me cansé de esa<br />

situación y me entregué. Psicológicamente aceptaba la muerte. Era mucho sufrimiento<br />

y no podía más, sabía que se estaba acercando la hora final y me entregué.<br />

Aquí, ellos me hablaban que una mañana contestaba y otras no. Abdallahi Chwaij.<br />

Las posibilidades de sobrevivir en dichas condiciones de deterioro permanente y prolongado<br />

en el tiempo dependían en todo momento de la voluntad de los captores. Numerosos<br />

detenidos narraron cómo los carceleros se negaban a atender a las personas enfermas o<br />

agonizando y tenían la orden de no llamarles para abrir la celda, hasta que la persona había<br />

fallecido. Las continuas quejas de los detenidos, frente al ejemplo en cuestión, hicieron<br />

que Abdallahi fuera sacado al patio y después el coronel jefe de las fuerzas auxiliares<br />

de Agdez decidiera proporcionar un tratamiento vitamínico y suplementos alimenticios a<br />

la víctima, lo que llevó a salvarle la vida.<br />

La mañana del día siguiente, apareció el sargento con un enfermero y le dijo: “Sacadlo<br />

otra vez en la manta al patio”. Al enfermero era la primera vez que lo veíamos,<br />

pero después supimos que venía una vez cada seis meses o algo así. Estaban hablando<br />

entre ellos, yo estaba escuchando, y le dijo al enfermero: “Tú ponle la inyección”. El<br />

enfermero le dijo: “Si le pongo la inyección a lo mejor se muere, está muy débil”. Dijo<br />

el otro: “Él, morir, va a morir. Ponle la inyección, o se salva o se muere, pero ponle la<br />

inyección”. Yo, ya no vi pero los chicos lo vieron. Trajo una jeringa muy grande, de<br />

esas de caballo y no hacía más que romper ampollas. Abdallahi Chwaij.<br />

Condiciones higiénicas y hacinamiento<br />

Las malas condiciones higiénicas y el hacinamiento que conllevaron las detenciones en<br />

los centros clandestinos provocaron un mayor sufrimiento, falta de espacio incluso para<br />

poder dormir.<br />

La habitación o celda en donde estábamos era muy estrecha, donde estábamos<br />

diecisiete mujeres, nadie pudo dormir, toda la gente tuvo que estar así, menos las<br />

mayores. Nosotras dejamos a las mayores para que se tumbaran. Aminatu Haidar.<br />

También provocaron un aumento de las enfermedades. El hacinamiento y la falta de higiene<br />

se asocian a la proliferación de enfermedades transmisibles, como sarna, parásitos o piojos.<br />

Higiene no había ninguna. Durante el primer mes comenzaron a aparecer muchas<br />

enfermedades, pulgas, piojos. Naama Eluali.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!