EL OASIS DE LA MEMORIA - Publicaciones

El oasis de la memoria
Privación de alimentos y desnutrición extrema
Los detenidos que se encontraban en centros clandestinos de detención fueron sometidos
a una privación de alimentos crónica. Frente a las necesidades básicas de alimento de
2000 calorías por persona y día, todos los detenidos coinciden en señalar que la alimentación
consistía en un poco de pan y agua, con una mínima cantidad de arroz en algunos
casos, probablemente no más allá de 500 calorías, sin fuentes de vitaminas.
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No había comida, nos traían un poco de arroz, nos traían 6/7 garbanzos a cada
uno. La alubia y lenteja, la misma cantidad. Por la noche nos traían arroz o espaguetis
podrido y con tierra. Todo lo caducado lo traían y era insuficiente. Debido
a la poca comida, la gente comenzó a enfermarse. Comenzaron a salir manchas
azules en sus pieles, este era el primer síntoma de la enfermedad de la avitaminosis.
Lo primero eran manchas azules en la piel, a los quince días comenzaba la
carne a hincharse, a oscurecerse, y tardaba la carne en volver a ser normal. Comenzaban
las rodillas a encogerse y los brazos, hasta que dejabas de moverte. Los
dientes comenzaban a moverse, la boca sangraba, este era el fin de la persona. De
los cuarenta hombres solo unas siete personas que aguantamos, el resto no podía
ponerse de pie. Ahmed Salem Abdel Hay Allal.
Dicha privación alimentaria se utilizó durante el periodo de interrogatorios como una
forma más de tortura, asociada a debilitar la capacidad de resistencia y aumentar el sufrimiento
de las víctimas.
Muchos perdieron sus dientes por la falta de proteínas y vitaminas. Solo hemos
recibido un poquito de comida muy mala y en platitos con moho. Pero no lo comíamos.
Ellos nos obligaron a través de los golpes. Por la tarde nos traían un
trocito de pan crudo, nos mataron poco a poco. Por causa del daño los encarcelados
sufrían muchas enfermedades de piel e hinchazones que afectaban dando un
tipo de diarrea que causa más tarde la muerte. Limam Sidi Baba Mbarek Dadda.
Además de la privación de alimento, los detenidos tenían que usar unos platos viejos y
oxidados, sin ninguna higiene.
La comida era un trozo pequeño de pan en el medio día, y por la tarde nos daban
un plato pequeño de pasta, o sopa de trigo. Los platos metálicos eran muy antiguos,
de la época francesa, muy oxidados, cuando mueves el plato, se cambia el
color de la sopa, por lo oxidado que es el plato. Elghali Ahmed Lehsen.
Para los detenidos y detenidas desaparecidos, el desprecio que suponía esa comida estaba
también asociado a otras formas de maltrato y humillaciones. Las ceremonias de castigo
golpeando a los detenidos cuando se dirigían a buscar su alimento fueron referidas por
numerosos detenidos, especialmente en Kalaat M’gouna.
Dejan a uno de cada celda para que le den una paliza y le mandan traer los platos.
Tenía que traer un plato cada vez y por cada plato le daban una paliza con palo.