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EL OASIS DE LA MEMORIA - Publicaciones

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El oasis de la memoria<br />

284<br />

Para hablar de los tipos de torturas que sufrían tanto hombres como mujeres, colgamientos,<br />

vendajes de ojos, electricidad en el cuerpo, estar quince personas en un<br />

calabozo de seis metros cuadrados, la privación de alimentos, pan duro, un poco de<br />

agua cada tres días y agua no potable, la sed, el calor, la falta de atención médica,<br />

nos desnudaron forzosamente, también los hombres fueron encadenados cada tres<br />

de ellos. Los gritos, las blasfemias, insultos… Mariam Mohamed El Hassan.<br />

Las formas más frecuentes de tortura eran los golpes, las palizas ya sea con puños o el pie,<br />

o bien con instrumentos tales como gomas, palos de palas e instrumentos rudimentarios y<br />

accesibles. Los golpes repetidos forman parte de las narraciones sobre la tortura de todos<br />

los detenidos. Cualquier acción independiente, o que fuera considerada una mínima desobediencia,<br />

estaba castigada con palizas.<br />

Un guardia me vio que cogí las camisetas y las metí en los utensilios en los que<br />

nos daban de comer, eran los botes de aceite cortados que metían en el cuarto de<br />

los servicios, en esos también nos daban el té. Siempre estaban sucios de aceite.<br />

Esto lo hacían para mostrarnos que éramos insectos. Posteriormente, él me golpeó<br />

de manera salvaje. La gente escuchó mis gritos. Me metió a la celda con las<br />

mujeres, me esposaron las manos en la espalda. El Ghalia Djimi.<br />

Nos pegaban con una cuerda mojada, con las manos o con las porras. Una noche<br />

escuché que uno de los que nos pegaban decía a otro: “Voy a emborracharme más<br />

para pegarles más”. Mustafa Ahmed Baba.<br />

Las torturas de colgamientos o suspensiones forzadas producen un enorme dolor en las<br />

articulaciones, una situación que se vuelve irresistible y en la que cualquier movimiento<br />

supone un aumento del suplicio, además de que inmovilizan a la víctima para aplicar<br />

cualquier otra forma de tortura.<br />

Vino un coronel Yebraim de la Deuxième Bureau, abrí los ojos y allí estaba. Era el<br />

que dirigía al ejército en esa zona. Después me llevó a otra oficina o departamento<br />

de servicios secretos del ejército que se llama Deuxième Bureau donde estuve un<br />

mes y medio, allí me interrogaron tres veces al día. Cada interrogatorio siempre<br />

era dónde escondían las armas y era acompañado de golpes y patadas. A menudo<br />

me pegaban con cuerdas o me ponían una toalla sucia en la cara. En todos estos<br />

casos estaba suspendido y me echaban agua con mucha sal. Yo estaba suspendido<br />

boca abajo, es decir, colgado de los pies. Mohamed Lamine Salik Elbarnaui.<br />

La tercera forma, era que mis pies no tocaban el suelo, cada momento me golpeaban<br />

en las partes más sensibles del cuerpo, me golpeaban con la porra, con un<br />

cable eléctrico, daban toques eléctricos en la barra que está detrás de mi columna<br />

vertebral, me daban choques eléctricos en los pies, en los genitales. En una época<br />

perdí la conciencia durante una semana, no sé lo qué pasó, algunas veces estaba<br />

consciente y otras no. Brahim Sabbar.<br />

Frecuentemente, el límite de la tortura era el desvanecimiento de la víctima, que suponía<br />

un riesgo de muerte.

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