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EL OASIS DE LA MEMORIA - Publicaciones

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El oasis de la memoria<br />

272<br />

Ponían la olla en el suelo, abrían el cerrojo y candado. Nos dieron unos platos de<br />

metal y un vasito de metal. Cada uno cogía su plato y nos poníamos en la puerta;<br />

no podíamos salir. Y nos decían: “¿Por qué no sales?” Y entonces te pegaban. Tú<br />

entendías que la próxima vez, cuando abrían la puerta y ponían la olla, podías<br />

salir. Cuando ponían la olla y salíamos, te decían: “¿Quién te ha dicho que salgas?”<br />

Y nos pegaban otra vez. Es decir, que si sales te van a pegar y si no sales<br />

también. Total, te van a pegar. Abdallahi Chwaij.<br />

Los mínimos movimientos o quejas de los detenidos y detenidas eran seguidos de represalias<br />

o nuevas formas de maltrato. Es decir, durante años hablar con otro detenido, tratar de mirar<br />

por debajo de la venda en los ojos o buscar algunas formas de disminuir su sufrimiento podían<br />

ser castigados con palizas o un empeoramiento de las condiciones de encarcelamiento.<br />

Cuando alguien cometía algún error o hacía algo a todos nos encerraban día y<br />

noche como castigo. Degja Lachgar.<br />

Una vez quedamos de acuerdo que no íbamos a despertar ni a levantarnos, sino<br />

que íbamos a intentar dormir. La persona que estaba cerca de la salida dijo que<br />

no porque si hacíamos eso la tortura iba a empezar por él. Yo lo hice. Aquel día<br />

comenzaron por nuestra celda, estábamos quince en nuestra celda. De la celda<br />

de al lado un amigo llamado Boumbari se quedó gritando, porque los Boumbari<br />

eran dos y él creyó que era su hermano el que gritaba. Me estaban dando golpes<br />

y palos y yo gritaba. Pero estuve intentando resistir. Cuando había alguna cosa<br />

tocaban el silbato y venía toda la reserva para la Intervención rápida. Llegaron<br />

entonces muchos elementos. Se pusieron en círculo, con un pie delante y otro detrás<br />

con sus porras y me golpearon. Brahim Dahane.<br />

Además, las formas de resistir podían tener consecuencias para otros, que finalmente<br />

empeoraban las condiciones para todos los detenidos. Estas represalias colectivas por el<br />

comportamiento individual operan como un fuerte mecanismo de condicionamiento de<br />

la conducta. Así se hizo de la detención un sufrimiento permanente. Una operación de<br />

castigo en cada momento del día o de la noche.<br />

Solamente en un caso se dio una fuga de uno de estos centros clandestinos de detención.<br />

En julio de 1988 tres presos que se encontraban desaparecidos en el PCCMI de El Aaiún<br />

protagonizaron una fuga por el techo de una de las celdas. Según relataron sus protagonistas,<br />

durante varias semanas estuvieron preparando un plan de huida aprovechando una<br />

ventana en el techo a pesar de que se encontraba a gran altura. Nunca antes se había dado<br />

una huida de detenidos desaparecidos de un centro clandestino de detención. Dicha huida<br />

fue protagonizada por Brahim Dahane, Mojtar Buden y Hmednah Moyan.<br />

Debido al total control del centro de detención y a que los hombres se encontraban encerrados<br />

todo el día en sus celdas, las mujeres detenidas en el pasillo de dicho centro sin una<br />

celda específica y separadas del resto fueron acusadas de haber participado en la huida,<br />

cosa que era falsa. Como represalia por la huida las mujeres detenidas fueron a su vez<br />

golpeadas y maltratadas.

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