EL OASIS DE LA MEMORIA - Publicaciones

Capítulo 6. Desapariciones forzadas en el Sáhara Occidental
En la Compañía de Intervención Móvil pasamos tres años y siete meses. En la
época española era donde tenían cerdos, y tenía un lugar que los marroquíes utilizaban
como sala de tortura y lo que era la pocilga lo usaban como celdas de los
saharauis. Todos los saharauis pasaban por ahí. El Ghalia Djimi.
En dicho centro estaban detenidos hombres y mujeres, estas últimas en una celda aparte.
Aunque dos de ellas, Aminatou Haidar y El Ghalia Djimi estuvieron la mayor parte
del tiempo en uno de los pasillos del centro separadas del resto. Según describieron los
sobrevivientes, había cuatro celdas en un lateral y un pasillo y otra celda en la esquina,
todas las celdas medían 3 x 3 metros. La celda al final del pasillo era más pequeña y en
ella estaban recluidas catorce mujeres en 1987. Las celdas no tenían puerta y durante los
primeros meses los detenidos no tenían mantas a pesar de ser invierno.
Este centro clandestino de detención operaba entonces como un centro de tortura y posterior
distribución de personas detenidas desaparecidas. En 1987, debido a la cantidad
de presos saharauis y a la necesidad de mantener en condiciones de clandestinidad sus
detenciones, no fueron llevados a otros lugares, sino que se quedaron en el PCCMI.
Este centro, que forma parte de la memoria del sufrimiento saharaui, no fue reconocido
por el Estado marroquí como centro clandestino de detención. Fue destruido finalmente
en 2008 y encima de su asentamiento original se ha construido un nuevo cuartel.
Otros centros de detención clandestinos
Otros muchos cuarteles y comisarías fueron utilizados como centros clandestinos de detención
de población civil saharaui.
Los movimientos de la policía no eran normales y, por la tarde, nos llevaron en un
coche de policía hacía Agadir. Yo, Lefreitis Mohamed Fadel, Barbuchi Mohamed
Aly, Almujahid Beljair, Amaya El Jalil, Aly Kori, Almujahid Mohamed, Hmeidi Lehbib.
Hemos pasado casi siete meses en la comisaría de Agadir. También en el mes
febrero del mismo año, llegó un grupo de ancianos, hombres, mujeres, lactantes…
no puedo olvidar sus gritos, por causa de la tortura y el daño que sufrían. Fueron
traídos de Tan Tan, los mirábamos por debajo de la puerta ocultamente para contar
su número. Nos llevaron en camiones hacía Agdez, no sé hacía dónde fueron los bebés,
solo los mayores que estaban con nosotros. Sidi Ahmed El Fatah El Boudnani.
Algunos de ellos son todavía hoy totalmente desconocidos, salvo para las víctimas que
estuvieron en ellos.
El centro de Skoura era un viejo edificio de adobe con paredes de medio metro de
espesor. Había una ventana para la ventilación, que permaneció abierta durante los
dos inviernos que pasé allí. Nos unían de dos en dos con pesadas cadenas; resultaba
difícil incluso ir al retrete. No nos permitían hablar entre nosotros, ni salir de las
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