EL OASIS DE LA MEMORIA - Publicaciones

Capítulo 6. Desapariciones forzadas en el Sáhara Occidental
estaban hablando les dijeron que de Mahjub. Contestaron que creían que había
muerto y rezaban siempre por mí. Mahjub Awlad Cheij.
En la mayor parte de los casos, los desaparecidos tampoco tenían ninguna información de
sus familiares, si vivían o no, o cómo era su vida.
De estas cárceles secretas no se sabía nada en el exterior. Los mismos soldados
de la compañía que custodiaban la cárcel eran investigados y amenazados con
desaparecer si daban alguna información que pudiera delatar la ubicación de
los presos políticos saharauis. Nuestros familiares, en los Territorios Ocupados
o en los campamentos de refugiados, nunca supieron nada de nosotros hasta el
día que fuimos puestas en libertad, el 26 de junio de 1991, gracias a la presión
internacional ejercida por el Frente POLISARIO, Amnistía Internacional y Cruz
Roja. Mamia Salek.
Sin embargo, en algunas ocasiones, y debido a que las desapariciones se seguían produciendo
en diferentes épocas y se realizaban traslados y concentración de personas detenidas
desaparecidas, algunos pudieron conocer ciertos detalles cuando coincidieron con
personas conocidas que también habían sido detenidas.
Todavía en ese tiempo nadie sabía que estaba vivo. Ni mucho menos. Nadie sabía
nada. Algunos de nosotros sabíamos de ellos sin que ellos supieran de nosotros.
¿Qué quiere decir esto? Como no liberaron a nadie, jamás supieron, pero como
fue detenida gente después, nosotros ya teníamos algo de información. Todo saharaui
terminaba en esta cárcel, entonces, te tocaba que venía uno de El Aaiún y
conocía a tu familia. Yo por ejemplo tenía noticias del año 84 sobre mi familia, en
cambio, ellos nunca tuvieron información de mí. Abdallahi Chwaij.
A pesar del secreto que rodeó las desapariciones, las fuerzas de seguridad llevaron registros
sistemáticos sobre declaraciones o informes, según relatan los propios detenidos. El
limbo legal y la arbitrariedad de la situación suponían un mayor impacto en los detenidos,
que sabían que, en ausencia de información exterior, sus vidas dependían solamente de
la voluntad o la arbitrariedad de sus captores y de su capacidad de resistencia en dichas
condiciones extremas.
En el secuestro y en la desaparición forzada no te llevan delante de la justicia
donde te acusen de una manera clara. En la desaparición forzada te hacen lo
que se les da la gana y te preguntan cualquier cosa. Las preguntas que hacían
se relacionaban con la relación con el Frente POLISARIO, por qué planificabas
manifestaciones, por qué no das las gracias al rey por estar vivo. Decían que la
gente saharaui son gente retrasada, pastores, etc. Y nos preguntaban: quién te
aconsejó hacer eso, quién hizo las banderas. Ellos llevan un dossier, no sé lo que
escriben porque me ponían las huellas con los ojos vendados sin saber lo que
estaba pasando. Brahim Dahane.
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