EL OASIS DE LA MEMORIA - Publicaciones

El oasis de la memoria
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he encontrado a un teniente. Le he preguntado quién ha matado a esos camellos.
Me respondió que los había matado él. Le pregunté por qué y me dijo que le dieron
una orden. Yo le dije que no sé si esos camellos son míos porque son saharauis y
entonces habría tenido que consultarme. Pero responde que si recibe una orden
para matarlos, los mató. Mohamed Lehwaimad.
Los testimonios recogidos muestran que el matar a los camellos no fue una práctica aislada
motivada por las necesidades alimenticias o una situación de urgencia, sino que
constituyó una práctica sistemática en esos años como parte de la lucha contrainsurgente
siguiendo las órdenes del alto mando. Tanto el testimonio del mismo miembro de las
fuerzas auxiliares como de algunas víctimas directas de esos hechos, muestran también la
frecuencia con que el saqueo y pillaje se asociaron a capturas y detenciones de la población
civil, así como a su desplazamiento forzado.
Estábamos llegando a un centro en el Sáhara Occidental que se llama Hauza,
porque nos vamos a encontrar con otras tropas allí. Esas tropas han encontrado
a una familia. La madre se llama Fatimatou Ment Chuej. Estaban llevando a la
gente en un camión, pero antes habían matado a todo el ganado que tenía. Metieron
fuego a la jaima con todo lo que tenía. Lo que querían para comer se lo
llevaron y el resto lo mataron. Estaban rastreando e informaban sobre la familia y
se llevaban a sus miembros en un camión. Mohamed Lehwaimad.
Había en total veinticinco jaimas cada una contaba entre cinco y ocho personas,
y después de que se llevaron a los hombres solamente quedábamos mujeres. Era
habitual tener este tipo de campamentos pero en este caso concreto se agruparon
más familias por el temor de ser exterminados, ya que a menudo se decía que las
jaimas aisladas tenían el peligro de desaparecer. Había gente que venía de El Aaiún.
Después de ese periodo nos llevaron a la ciudad y han quemado las tiendas, las pertenencias,
mataron a los camellos, al ganado que teníamos, aunque eso ya lo habían
hecho el primer día del asalto pero algunos camellos se habían salvado porque no
estaban en ese momento en el campamento. Sukeina Yed Ahlu Sid.
Estas prácticas afectaron a un gran número de población. Muchas familias que se dedicaban
al pastoreo en esa época fueron víctimas de tales abusos.Para el ejército marroquí
todos los saharauis que se encontraban en el desierto eran simpatizantes del Frente PO-
LISARIO y sus reses eran consideradas como una fuente de aprovisionamiento o alimentación
para la resistencia. Por ello, durante esos años la política del régimen marroquí
consistió en acabar con el nomadismo, matar el ganado o utilizarlo para sus necesidades y
aprovisionamiento del ejército. Según testigos, dichas finalidades eran incluso declaradas
por los propios mandos marroquíes, e incluían el desplazamiento forzado de la población
nómada a las ciudades.
Según declararon después altos mandos marroquíes, entendí lo siguiente: detener
a cuantos saharauis hubiera en el desierto y matar a los animales, era por dos
cuestiones. Una impedir que se alimenten con ello los polisarios y, segundo, para