EL OASIS DE LA MEMORIA - Publicaciones

El oasis de la memoria
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Nuestras tiendas fueron quemadas con nuestras cosas que habíamos dejado allí.
Nos siguieron bombardeando hasta Asli cerca de Smara. Estuvimos en Asli, tres
días, hasta que nuevamente fuimos atacados por las fuerzas terrestres y la aviación,
lo que nos obligó a entrar en Smara. Fatma Bachir Luali.
Si bien la mayor parte de la población que sufrió bombardeos huyó a Argelia, una
minoría de pequeños grupos de familias que se encontraban aisladas en el desierto
fueron obligadas a desplazarse hacia las ciudades y confinadas por fuerzas militares
marroquíes. Durante dichos operativos se dieron posteriormente algunas detenciones y
desapariciones forzadas en la población que había sido ya confinada, como en el caso
del marido de Fatma Bachir, mientras se encontraba en la jaima con sus ocho hijos y
su madre.
Nos escondíamos bajo los árboles, en el río. Cuando se calmaba la situación
volvíamos por la noche. Los hombres llevaban dos camellos a la ciudad y traían
cosas durante la noche, esto estaba cerca de la ciudad. Nos llevaron a una zona
cercana de Smara que se llama Rbaib, es un barrio. Allí nos instalamos como
pudimos y pasamos dos o tres meses. Cuando vinieron nos obligaron a trasladarnos
a otro lugar pero siempre en la zona de Rbaib. Preciso que se trata de las
fuerzas armadas marroquíes quienes nos trasladaron en sus coches y camiones
militares. Cuando nos persiguen nos obligan entrar más adentro de la ciudad.
Fatma Bachir Luali.
Bombardeo y desaparecidos de Erbeyeb
Al inicio del traslado de la gente en coches, comenzó el bombardeo con aviones y
cañones marroquíes, que no distinguían entre las zonas residenciales y los puntos
donde se encuentran los combatientes del Frente POLISARIO. Al día siguiente,
un grupo fue a buscar a gente que escapó hacia el oeste pero no encontraron a
nadie, y según las versiones de la gente, dentro de los cuales está Mohamed Ali
Sid El Bachir, encontraron a gente herida por los cañonazos y había algunos
que estaban tan alcanzados que había solamente trozos de personas. No hubo
manera de conocer la identidad de las víctimas. No hubo nadie que dijera haber
encontrado los cadáveres de mis hermanos, ni los enterrara. Según otras versiones
de gente que escapó hacia la zona oeste de la ciudad, dentro de los cuales
estaba la familia de mi tío, Bachir Ould Ali y que regresaron a Erbeyeb después
de finalizada la operación, no había ninguna casa en pie. Todo fue destruido a
consecuencia del bombardeo marroquí, arbitrario e indiscriminado, que no distinguía
entre los combatientes y los civiles. Y hasta hoy en día, mi familia, sobre
todo mi madre, sufre la desaparición de mis dos hermanos, de los que no sabemos
si están muertos para hacerles las honras fúnebres o están retenidos en manos de
Marruecos. Mohamed Cheij Ali Aabeidi.