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EL OASIS DE LA MEMORIA - Publicaciones

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Capítulo 3. Bombardeos contra la población civil<br />

Porque trabajaba para España, hicieron una parada como unas vacaciones, la<br />

gente estaba en sus hogares hasta que entró la invasión. Las mujeres comenzaron<br />

a huir, incluso dejando a sus hijos y marido porque tenían miedo a las violaciones.<br />

Salimos todos, con los hijos y con lo poco que llevábamos. Llegamos todos a<br />

Guelta y comenzamos a hacer jaimas con las melhfas. Mi marido estuvo conmigo<br />

hasta Guelta y yo di a luz un hijo. Pensábamos que todo esto tendría rápida solución<br />

y que pronto volveríamos a nuestras casas. J.S. Mujer.<br />

En otros casos, varias familias completas se agrupaban en jaimas que habían ido llegando de<br />

otros lugares. Guelta fue también lugar de acogida de personas que huían de otras poblaciones.<br />

Los distintos sobrevivientes señalan que el bombardeo se llevó a cabo el mes de febrero de 1976.<br />

El mes de enero estuvimos en Guelta y en febrero llegó la aviación marroquí y nos<br />

bombardearon. Después la gente se esparció, yo no volví a encontrar a mi marido.<br />

Me escapé, vine un coche, el niño ya se había muerto con tres o cuatro años de<br />

enfermedades de ese momento. Yo hui con bastante gente discapacitada, las mujeres<br />

con pequeños lactantes y mi marido se quedó para huir más tarde. J.S. Mujer.<br />

Las vivencias de quienes eran mujeres con niños en esa época, y de los propios menores,<br />

como en este caso un niño de nueve años, coinciden en las descripciones del miedo y el<br />

horror, mientras la gente trataba de ponerse a salvo.<br />

No nos dábamos cuenta del peligro que provocaba aquel bombardeo… recuerdo<br />

que al lado de la zona donde jugábamos había una jaima y había un coche pequeño<br />

blanco y lo bombardearon, hubo una explosión muy grande. Cuando vimos a<br />

la gente huyendo, sobre todo mujeres, nos dimos cuenta de que era algo peligroso.<br />

Cuando se repitió el bombardeo nos cogieron nuestras madres, y nos escondieron<br />

bajo los árboles, y desde allí, aunque éramos pequeños, nos dimos cuenta de que<br />

lo que estaba pasando era algo mortal. Al ver a la gente huyendo y al observar<br />

jaimas enteras quemadas… Hamdi Lejlifa.<br />

Si bien el bombardeo no tuvo las proporciones de Um Dreiga, los sobrevivientes señalan<br />

que hubo al menos varios muertos y heridos. Las condiciones de terror en las que se encontraba<br />

la población civil hicieron que incluso muchos de ellos dejaran a sus familiares.<br />

Al llegar a Guelta, justamente, nos bombardearon. Vi las bombas y había heridos<br />

pero afortunadamente no tanto. Hubo heridos en el otro lado del campamento y<br />

fueron llevados en una especie de ambulancia que trajeron los combatientes. No<br />

recuerdo cuanto tiempo duró, unos días… del pánico casi no nos acordamos. La<br />

gente se iba a las 5h de la mañana, y cavaban en las montañas justo donde cupiese<br />

su cuerpo, se escondían sin comida, sin nada. Un niño y una niña murieron<br />

cerca, como a las 8h de la mañana, pero no nos conocíamos, veníamos de muchos<br />

puntos… Estuvimos casi dos meses, ya no había bombardeos pero la gente tenía<br />

mucho miedo. La gente gritaba y algunos del miedo salían corriendo abandonando<br />

a los niños y luego volvían a por ellos. Algunos niños incluso venían solos, los<br />

cuidaban los vecinos, los familiares. Mamia Mohamed-Fadel Lehsen.<br />

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