EL OASIS DE LA MEMORIA - Publicaciones

El oasis de la memoria
La población refugiada en las montañas se encontraba aterrorizada y oculta, pensando en
la posibilidad de un nuevo bombardeo en cualquier momento.
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Cuando vimos el humo todo el mundo comenzó a escapar por todos lados. Cada
uno tomó una dirección, subimos hacia las colinas. A causa del bombardeo piedras
caían desde arriba en los lugares en los que estábamos escondidos. Mola
Mohamed Banjha.
Nosotros íbamos por los riachuelos, los valles y el monte con medicación, preguntando
si había alguien enfermo porque la gente estaba dispersa, diseminada, sin
orden ni control. Nosotros íbamos recorriendo la zona y la gente ni siquiera quería
atendernos. Nosotros preguntábamos si había alguien con dolor de muelas,
con dolor de cabeza, diarrea o lo que fuera. Y la gente nos decía: “No queremos
nada, alejaos, alejaos de aquí, no vayáis a descubrirnos”. Por terror a que apareciera
de repente la aviación marroquí y empezara a bombardearlos otra vez. Se
escondían de sol a sol. Sid-Ahmed Baba Chej.
Tanto las personas encargadas de llevar la ayuda a las familias escondidas, como algunas
de las víctimas entrevistadas, señalan que el terror llegaba hasta impedir que las personas
de confianza, como algunos miembros del personal de salud, se acercaran a las zonas de
refugio a llevarles agua o alimentos.
Llevamos alimento a la gente a la montaña, aunque había gente que hemos encontrado
y otra que no. Pero cuando nos veían, nos gritaban para que no nos
acercáramos. Nos tocaba dejarles las cosas a una distancia, y de allí volvernos.
Hassena Mohamed Andalla.
Si nos acercábamos nos tiraban piedras porque pensaban que así les iban a localizar.
Brahim Barbero.
El relato de las formas de ocultamiento y la vida después del bombardeo muestra el nivel
de terror que vivía la población.
Estuvimos todo el día bajo piedras, y cuando amanecía más. Cuando anochecía
salimos. De tanto miedo la gente acusaba al otro. Nosotros hicimos una
chabola con palos, así bajo un árbol, ahí estábamos escondidos. Um Erghia
Abdalahi.
Estuvimos bajo los árboles. Hacíamos un hueco, nos metíamos, lo cubríamos con
mantas para cubrirnos del frío y del calor, y sobre éstas poníamos arena y ramas
de árboles para que los aviones no nos localizaran. Faudi Mohamed.
El refugio en las montañas generó un nuevo desplazamiento forzado y, en esa medida,
otra infracción grave al DIH y del DIDH. Ni la seguridad de las personas civiles o razones