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EL OASIS DE LA MEMORIA - Publicaciones

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El oasis de la memoria<br />

Aunque en el momento de los hechos no tenían conocimiento de otros bombardeos, varios<br />

de los sobrevivientes fueron testigos de la destrucción de otros campamentos en su<br />

huida posterior camino de Argelia, como puede verse más adelante.<br />

104<br />

Mi familia estaba muy a gusto, nuestro padre era cabo en la Marina del ejército<br />

español, hasta que nos invadió Marruecos con su ejército y comenzó a cometer<br />

masacres y exterminaciones. Mi padre había fallecido antes. Salimos de allí con<br />

un poco de provisiones y agua. De vez en cuando un coche nos llevaba, volvíamos<br />

a continuar a pie hasta llegar al río Tabalit. En ese río había camiones que<br />

nos llevaron. Ya no teníamos casi ropa ni nada. Mi hermana y yo vinimos en un<br />

camión, mi madre y dos hermanos vinieron con otras personas y el hermano pequeño<br />

venía en una cisterna de agua que estaba vacía. Es así como llegamos a<br />

Um Dreiga. Faudi Mohamed.<br />

El desierto como búsqueda de protección<br />

La huida de las ciudades o pueblos se fue haciendo hacia diferentes lugares del desierto.<br />

Pequeños asentamientos previos, la existencia de lugares con agua o la distancia que<br />

hacía posible trasladarse hacia un lugar algo más seguro sin apenas medios de trasporte,<br />

marcaron el proceso de la huida. La experiencia nómada de muchos saharauis y su conocimiento<br />

de la zona llevaron a buscar la protección estando junto a otros desplazados,<br />

concentrándose en pequeños grupos para ayudarse mutuamente y buscar seguridad en<br />

lugares menos accesibles del desierto. Numerosos sobrevivientes del éxodo y los bombardeos<br />

relatan los ruidos de combates en su huida los primeros días, y una sensación de<br />

peligro inminente que llevaba a la movilización continua.<br />

Fue justo cuando Camacho (persona encargada del campamento) nos dijo que<br />

saliésemos de allí, aunque fuera a pie. Nos llevaron a un punto, era de noche y<br />

había muchísimo frío. Nos llevaron en unos coches que estaban arreglándolos<br />

con cuerdas. Oías el ruido de los tiroteos y a veces el reflejo de las balas. Al fin<br />

subimos en esos coches y finalmente llegamos a Um Dreiga. Cuando llegábamos a<br />

puntos que sentíamos los aviones, nos escondíamos debajo de las acacias. Mi madre<br />

no dejaba que nos viesen. Por la noche nos repartían latas de leche con otras<br />

cosas que no recuerdo qué eran. Hasta que por fin nos trajeron a Um Dreiga, no<br />

había nada de comer, ni de beber, ni nada para cocinar. Si alguien tenía una olla<br />

se compartía entre todos, se iba pasando, la gente tenía una colaboración mutua.<br />

En una misma jaima entraban muchos saharauis. Jadiyetu Daha Zein Couri.<br />

Um Dreiga era un lugar con pozos de agua utilizados por las poblaciones nómadas de la zona<br />

del desierto. Debido a ello fue elegido como lugar para establecer un campamento para la<br />

gente que iba desplazándose de la zona sur y por ello mucha gente se hallaba congregada allí.<br />

Hemos salido como hemos podido cada uno. Unos por su cuenta, otros en grupo,<br />

según se va encontrando trasporte. Yo salí de Bir N’zaran. Y llegué a Um Dreiga y

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