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Richard Leakey - Nuestros Origenes - Fieras, alimañas y sabandijas

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todo? Primero, que la persistencia y la gran producción de imágenes especialmente<br />

destacadas —sobre todo el caballo y el bisonte— en las pinturas rupestres tiene que<br />

tener algún significado. Me sugiere una comunidad de bandas en constante<br />

interacción, vinculadas entre sí a partir del comercio y de una tradición común. Para<br />

Randall White, la evidencia de comercio es sólida. «Muchos creen que las sociedades<br />

del paleolítico superior fueron unidades pequeñas, autosuficientes —dice White, de la<br />

Universidad de Nueva York—. Pero hay mucha evidencia de intercambio de ítems a<br />

larga distancia. En algunos yacimientos de Ucrania, por ejemplo, se encuentran<br />

conchas marinas que sólo pueden proceder del Mediterráneo. Encontramos ámbar en<br />

yacimientos de la Europa meridional, que sólo puede venir de la Europa septentrional,<br />

junto al mar Báltico.» Y como estos, otros muchos ejemplos, dice White, y la mejor<br />

interpretación posible es en tanto que intercambio de ítems entre diferentes grupos.<br />

«En el mundo moderno, tendemos a pensar que el intercambio, o el comercio, es una<br />

pura transacción comercial. Pero en la mayoría de las sociedades pequeñas, el<br />

comercio opera como vehículo de obligaciones sociales... Las obligaciones son lazos<br />

sociales capaces de unir grupos sociales diferentes», explica. Esta forma de alianza<br />

entre grupos sociales, tan importante entre las bandas de cazadores-recolectores, es la<br />

expresión más sofisticada del ajedrez social que veíamos en los primates no humanos,<br />

donde las alianzas se establecen fundamentalmente entre individuos.<br />

Las alianzas entre las bandas cazadoras-recolectoras modernas se mantienen y se<br />

refuerzan con ocasión de las congregaciones esporádicas que organizan las bandas; a<br />

veces se reúnen muchas de ellas, y suelen tener diferentes razones para congregarse<br />

en determinados días del año. Por ejemplo, las bandas de los ¡kung san del África<br />

meridional se reúnen durante la estación de las lluvias, con la aparición de nuevas<br />

charcas. Sus vecinos, los g/wi san se reúnen en la estación seca, cuando apenas<br />

quedan unas pocas charcas. Diferentes razones, pero en cada caso la congregación<br />

constituye una ocasión para renovar amistades, fortalecer alianzas políticas y concertar<br />

matrimonios. Esta pauta, común entre las modernas sociedades cazadorasrecolectoras,<br />

pudo estar presente también en el paleolítico superior.<br />

Margaret Conkey ha sugerido que Altamira pudo ser un sitio de reunión, un lugar de<br />

convergencia de las bandas vecinas durante el otoño, cuando hay abundancia de<br />

ciervos y de moluscos. Pero el beneficio real de la congregación habría sido social y<br />

político, no económico. El orden de los grupos animales en las paredes de Altamira tal<br />

vez reflejara incluso las distintas bandas reunidas allí fuera, piensa Conkey. Lo que<br />

explicaría que los útiles encontrados en Altamira correspondan a la gama de útiles<br />

descubiertos en diferentes zonas de la región. Por desgracia, no hay evidencia<br />

arqueológica que avale a Lascaux como un lugar de reunión importante. Pero digamos<br />

también que la prospección en busca de yacimientos al aire libre en la región no ha<br />

sido excesiva.<br />

Jacques Marsal era alguien en Lascaux, del Lascaux de la era moderna, claro. Marsal,<br />

uno de los cuatro muchachos que descubrieron accidentalmente la cueva en 1940, fue<br />

guía durante muchos años. Le gustaba guiar a sus pequeños grupos de visitantes a<br />

través de la oscuridad de la cueva, con la luz de una linterna y un pasamanos como<br />

única indicación del camino a seguir. Marsal exageraba el momento, trabajaba la<br />

anticipación. El truco surtió efecto conmigo. ¿Cómo podía fallar, estando como estaba<br />

a escasos segundos de poder contemplar el mayor tesoro de la Edad del Hielo?<br />

Marsal solía esperar a que se hiciera completo silencio y entonces manipulaba el<br />

interruptor, y la luz inundaba aquella gigantesca cámara. En verdad no resulta nada<br />

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