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38<br />

clases sociales o si más bi<strong>en</strong> <strong>en</strong> ese mismo proceso se<br />

construy<strong>en</strong> otras señales de difer<strong>en</strong>ciación, como por<br />

ejemplo los lugares donde se consume, la calidad de<br />

los bi<strong>en</strong>es y el acceso a servicios. A este interrogante<br />

REVISTA DE LA cEpAL 95 • AGOSTO 2008<br />

IV<br />

1. Las causas del empobrecimi<strong>en</strong>to<br />

Entrando ya de ll<strong>en</strong>o al caso arg<strong>en</strong>tino, el empobrecimi<strong>en</strong>to<br />

de los sectores medios es el resultado de una<br />

serie de factores que se han ido sumando a lo largo de<br />

las dos últimas décadas. Si se sintetizara el derrotero de<br />

los nuevos pobres, habría que m<strong>en</strong>cionar ante todo la<br />

depreciación de los ingresos de las categorías socioprofesionales<br />

intermedias tras la instauración del gobierno<br />

militar <strong>en</strong> 1976. En efecto, la nueva pobreza fue <strong>en</strong> sus<br />

comi<strong>en</strong>zos el resultado de una contracción salarial más<br />

que de una pérdida de lugar <strong>en</strong> el mundo del trabajo,<br />

como <strong>en</strong> Europa occid<strong>en</strong>tal. Una segunda fase de empobrecimi<strong>en</strong>to<br />

com<strong>en</strong>zó <strong>en</strong> los años 1990 con el aum<strong>en</strong>to<br />

del desempleo y, sobre todo a partir de 1995, por una<br />

distribución del ingreso desfavorable a los trabajadores<br />

m<strong>en</strong>os calificados, que afectó también a los estratos<br />

medios bajos. Además, la creci<strong>en</strong>te inestabilidad de los<br />

puestos de trabajo, que perjudicó primero a los m<strong>en</strong>os<br />

calificados y se ext<strong>en</strong>dió luego a los más calificados,<br />

fue un nuevo factor de empobrecimi<strong>en</strong>to.<br />

Cabe examinar un poco más <strong>en</strong> detalle los distintos<br />

factores m<strong>en</strong>cionados. El empobrecimi<strong>en</strong>to de los años<br />

1980 se produjo por la depreciación del salario y la<br />

pérdida de los b<strong>en</strong>eficios directos e indirectos ligados<br />

a los puestos de trabajo, aunque la inflación y la baja<br />

productividad de los distintos sectores posibilitaba que<br />

la tasa de desempleo se mantuviera relativam<strong>en</strong>te baja.<br />

La hiperinflación de 1989 marcó un punto de inflexión a<br />

partir del cual la historia del empobrecimi<strong>en</strong>to se aceleró<br />

<strong>en</strong> asociación con el aum<strong>en</strong>to del desempleo. A modo<br />

indicativo, diremos que <strong>en</strong> el Gran Bu<strong>en</strong>os Aires —el<br />

distrito con más población de Arg<strong>en</strong>tina—, el desempleo<br />

subió de 6% a 17,9% <strong>en</strong>tre 1991 y el 2000. La Ley de<br />

convertibilidad (Plan Cavallo) aprobada <strong>en</strong> 1991 favoreció<br />

la estabilidad macroeconómica y el crecimi<strong>en</strong>to, pero no<br />

fue sufici<strong>en</strong>te ni para quebrar la t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia a una creci<strong>en</strong>te<br />

desigualdad de los ingresos <strong>en</strong>tre los hogares ni para<br />

resolver los problemas del mercado de trabajo (Altimir<br />

El empobrecimi<strong>en</strong>to <strong>en</strong> Arg<strong>en</strong>tina<br />

se suman otros, que se plantean también <strong>en</strong> el trabajo<br />

citado, como la sost<strong>en</strong>ibilidad del <strong>en</strong>deudami<strong>en</strong>to de<br />

las familias de bajos ingresos y los insufici<strong>en</strong>tes niveles<br />

de inversión <strong>en</strong> educación.<br />

y Beccaria, 1999). La mejoría temporal experim<strong>en</strong>tada<br />

durante los primeros años de la década de 1990 revirtió<br />

<strong>en</strong> parte la t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia al deterioro salarial, pero no bastó<br />

para recuperar los mejores niveles de los años 1980. A<br />

partir de 1994 los ingresos tuvieron un nuevo punto de<br />

inflexión, pues com<strong>en</strong>zó a ac<strong>en</strong>tuarse la desigualdad al<br />

disminuir los ingresos de los m<strong>en</strong>os calificados: <strong>en</strong> mayo<br />

de 1999 una persona del decil más rico de la población<br />

ganaba 25 veces más que una del decil más pobre. Dos<br />

años antes la difer<strong>en</strong>cia era de 23 veces, a principios<br />

de los años 1990 de 15 veces y a principios de los años<br />

1980 de ocho veces (cels, 2001).<br />

La crisis del mercado laboral y la creci<strong>en</strong>te desigualdad<br />

<strong>en</strong>tre los ingresos de los hogares impactaron<br />

fuertem<strong>en</strong>te <strong>en</strong> las condiciones de vida de algunos<br />

sectores de clase media y se plasmaron <strong>en</strong> forma<br />

paulatina <strong>en</strong> la emerg<strong>en</strong>cia de una nueva pobreza vinculada<br />

a la falta de recursos monetarios. Los pobres<br />

por insufici<strong>en</strong>cia de ingresos repres<strong>en</strong>taban el 3,2% de<br />

la población <strong>en</strong> 1980 (Minujin, 1992). A fines de la<br />

década de 1990, el 26,7% de las personas —reunido<br />

<strong>en</strong> el 18,9% de los hogares— no percibía ingresos<br />

sufici<strong>en</strong>tes para acceder a la canasta básica de bi<strong>en</strong>es y<br />

servicios (indec, 2003). Más allá de la mejoría temporal<br />

que experim<strong>en</strong>taron ciertos grupos <strong>en</strong> los inicios de los<br />

años 1990, <strong>en</strong> función del proceso de estabilización<br />

económica, la pobreza por insufici<strong>en</strong>cia de ingresos<br />

se consolidó como t<strong>en</strong>d<strong>en</strong>cia estructural.<br />

A fines del 2001, el mercado laboral arg<strong>en</strong>tino pres<strong>en</strong>taba<br />

una elevada desocupación abierta y una mayor<br />

precarización e inestabilidad de las ocupaciones. Esto<br />

último como consecu<strong>en</strong>cia del peso creci<strong>en</strong>te de los<br />

puestos asalariados no registrados (empleo informal) y<br />

del m<strong>en</strong>or grado de estructuración de las ocupaciones<br />

indep<strong>en</strong>di<strong>en</strong>tes. Tal como afirman Beccaria y Mauricio<br />

(2005), ambos f<strong>en</strong>óm<strong>en</strong>os se influían mutuam<strong>en</strong>te: por<br />

un lado, el crecimi<strong>en</strong>to de la precariedad se explicaba<br />

por la exist<strong>en</strong>cia de un amplio conjunto de personas<br />

que, ante la falta de un empleo pl<strong>en</strong>o y estable, estaban<br />

LA nuEVA POBREzA uRBAnA: DInáMICA GLOBAL, REGIOnAL y ARGEnTInA<br />

En LAS úLTImAS DOS DécADAS • GAbRIEL KESSLER, mARíA mERcEDES DI VIRGILIO

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