Artículo completo en formato pdf 227 Kb. - Cepal
Artículo completo en formato pdf 227 Kb. - Cepal
Artículo completo en formato pdf 227 Kb. - Cepal
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
otros, por ejemplo, continuaban <strong>en</strong>viando a sus hijos al<br />
colegio privado al mismo tiempo que manifestaban defici<strong>en</strong>cias<br />
<strong>en</strong> salud, vestim<strong>en</strong>ta y actividades de recreación.<br />
Se observaba que algunos, pese a sufrir la degradación<br />
total de las condiciones de hábitat, disfrutaban de una<br />
at<strong>en</strong>ción de salud de bu<strong>en</strong>a calidad y no era improbable<br />
<strong>en</strong>contrar qui<strong>en</strong> combinara el <strong>en</strong>deudami<strong>en</strong>to g<strong>en</strong>eralizado<br />
con la concurr<strong>en</strong>cia a un club deportivo y con la<br />
r<strong>en</strong>ovación periódica de su vestuario. ¿Qué había sucedido?<br />
¿Acaso se había producido una desestructuración<br />
doméstica tal que había trastrocado las jerarquías de<br />
necesidades clásicas? No se trataba de eso; el apar<strong>en</strong>te<br />
desord<strong>en</strong> de prioridades emanaba del tipo de recursos<br />
alternativos con los que esos nuevos pobres contaban<br />
y que prov<strong>en</strong>ían del capital cultural y sobre todo del<br />
capital social acumulados <strong>en</strong> el pasado. Esos recursos,<br />
a difer<strong>en</strong>cia del dinero, no admitían fraccionami<strong>en</strong>to,<br />
por ser limitados. Así, por ejemplo, pert<strong>en</strong>ecer a una<br />
familia con profesionales de la salud o poseer una red de<br />
amigos empresarios textiles permitía obt<strong>en</strong>er respuestas<br />
específicas y predeterminadas ante ciertas necesidades,<br />
pero no era utilizable ante otras. Ahora bi<strong>en</strong>, muchos de<br />
los tipos de capital a los que se echaba mano <strong>en</strong> la nueva<br />
situación habían sido acumulados <strong>en</strong> una situación social<br />
anterior y con fines difer<strong>en</strong>tes y otros jamás habían sido<br />
previstos como tales.<br />
Si se compara lo descrito con la relación <strong>en</strong>tre<br />
pobreza y cli<strong>en</strong>telismo político, puede decirse que este<br />
último ha sido tradicionalm<strong>en</strong>te considerado como una de<br />
las formas de distribución informal de bi<strong>en</strong>es y servicios<br />
los sectores pobres. El cli<strong>en</strong>telismo es posible gracias al<br />
manejo discrecional de medidas asist<strong>en</strong>ciales <strong>en</strong> zonas<br />
de alta conc<strong>en</strong>tración popular y con peso cuantitativo<br />
<strong>en</strong> los comicios. Pero tales transacciones parec<strong>en</strong> m<strong>en</strong>os<br />
factibles con los nuevos pobres, que no están conc<strong>en</strong>trados<br />
geográficam<strong>en</strong>te ni son objeto de políticas sociales<br />
específicas. En su caso son los individuos mismos los<br />
que deb<strong>en</strong> negociar <strong>en</strong> las instituciones públicas, int<strong>en</strong>tando<br />
obt<strong>en</strong>er bi<strong>en</strong>es escaso o b<strong>en</strong>eficios adicionales, o<br />
simplem<strong>en</strong>te tratando de aminorar los inconv<strong>en</strong>i<strong>en</strong>tes de<br />
su utilización. En tal s<strong>en</strong>tido, hemos atribuido al capital<br />
cultural, bajo la forma de “estado incorporado”, 10 una<br />
serie de v<strong>en</strong>tajas que observamos <strong>en</strong> instituciones como<br />
10 Para Bourdieu (1979) el capital cultural existe bajo tres formas,<br />
de las cuales nos interesa una: como estado incorporado (es decir,<br />
bajo la forma de disposiciones duraderas del organismo), <strong>en</strong> la disposición<br />
que hace refer<strong>en</strong>cia a actitudes, inclinaciones a percibir,<br />
s<strong>en</strong>tir, hacer y p<strong>en</strong>sar, interiorizadas por los individuos a partir<br />
de sus condiciones objetivas de exist<strong>en</strong>cia y que funcionan como<br />
principios inconsci<strong>en</strong>tes de acción, de percepción y de reflexión<br />
(Accardo y Corcuff, 1986, p. 229).<br />
REVISTA DE LA cEpAL 95 • AGOSTO 2008<br />
la escuela, los hospitales o las mutuales sindicales. Estos<br />
b<strong>en</strong>eficios eran evid<strong>en</strong>tes cuando se comparaba <strong>en</strong> una<br />
misma institución el desempeño de los nuevos pobres<br />
con el de los pobres estructurales. A los primeros, la<br />
movilización del capital cultural y social les permitía <strong>en</strong><br />
el hospital obt<strong>en</strong>er más fácilm<strong>en</strong>te turnos con especialistas,<br />
lugares de internación, medicam<strong>en</strong>tos gratuitos. En<br />
las escuelas públicas de mayor prestigio, pugnaban con<br />
mayor éxito por una plaza para sus hijos, también <strong>en</strong>tre<br />
las pocas exist<strong>en</strong>tes de jornada completa (codiciadas por<br />
las familias <strong>en</strong> las que ambos padres trabajan) y <strong>en</strong> los<br />
jardines maternales para niños m<strong>en</strong>ores de cuatro años,<br />
instituciones que no están obligadas a at<strong>en</strong>der a toda<br />
la población porque no forman parte de la educación<br />
obligatoria. En las oficinas municipales, los conflictos<br />
observados se producían por la distribución de bi<strong>en</strong>es,<br />
ayudas y subsidios económicos y <strong>en</strong> el seguro de salud<br />
por conseguir que la institución se hiciera cargo de<br />
alguna prestación cuya cobertura no estaba claram<strong>en</strong>te<br />
definida <strong>en</strong> los estatutos.<br />
De los nuevos pobres <strong>en</strong>trevistados varios señalaron<br />
que lograban establecer relaciones de cierta complicidad<br />
con personal burocrático que les daba un trato prefer<strong>en</strong>cial.<br />
No obstante, la mayor parte de las negociaciones<br />
t<strong>en</strong>ían un carácter conflictivo. Las disputas com<strong>en</strong>zaban<br />
<strong>en</strong> g<strong>en</strong>eral cuando un usuario disconforme realizaba<br />
una “toma de palabra” ante la imposibilidad económica<br />
de optar por la “salida” y utilizar un servicio privado<br />
(Hirschman, 1970). Los usuarios interpelaban <strong>en</strong> alta voz<br />
al prestador, expresando con <strong>en</strong>ergía su opinión sobre las<br />
obligaciones de ese rol: cómo debía realizar su tarea, particularm<strong>en</strong>te<br />
<strong>en</strong> cuanto al trato del usuario, la información<br />
que debía manejar, con qué rapidez, <strong>en</strong>tre otras cosas.<br />
Del rol del personal podían pasar a las obligaciones de<br />
la institución <strong>en</strong> g<strong>en</strong>eral y, <strong>en</strong> ciertos casos, sazonaban<br />
su discurso sobre sus “derechos” <strong>en</strong> tanto usuarios con<br />
el “respeto” y la “consideración” particular que se les<br />
debía por su posición social, calificación profesional u<br />
otro atributo que pudiera distinguirlos y elevarlos por<br />
<strong>en</strong>cima de la masa indifer<strong>en</strong>ciada de usuarios. No era<br />
raro que am<strong>en</strong>azaran con quejarse y “d<strong>en</strong>unciar” a los<br />
empleados, pero no sigui<strong>en</strong>do los canales habituales<br />
(libros de quejas) sino por la llegada directa a instancias<br />
superiores, de las que muchos aseguraban t<strong>en</strong>er un<br />
conocimi<strong>en</strong>to personal.<br />
A pesar de sus esfuerzos, persistía <strong>en</strong> ellos la<br />
incertidumbre sobre la eficacia de las estrategias ya<br />
desplegadas y cada nueva interacción relatada era una<br />
nueva experi<strong>en</strong>cia de <strong>en</strong>sayo y error. Ningún atributo<br />
era siempre capital cultural ni dejaba de serlo, antes de<br />
probar su eficacia. Todo atributo probado con éxito <strong>en</strong><br />
LA nuEVA POBREzA uRBAnA: DInáMICA GLOBAL, REGIOnAL y ARGEnTInA<br />
En LAS úLTImAS DOS DécADAS • GAbRIEL KESSLER, mARíA mERcEDES DI VIRGILIO<br />
41