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EL FORMALISMO DE LA MECÁNICA CUÁNTICA.pdf

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8. <strong>EL</strong> <strong>FORMALISMO</strong> <strong>DE</strong> <strong>LA</strong> <strong>MECÁNICA</strong> <strong>CUÁNTICA</strong><br />

Introducción<br />

87<br />

8. El formalismo de la Mecánica Cuántica<br />

En el Capítulo 7 vimos que el estado de un sistema cuántico se describe por medio de la función<br />

de onda Ψ (,) r t , y que las variables dinámicas se representan mediante operadores Hermitianos,<br />

cuyos autovalores son siempre reales y cuyas autofunciones forman un sistema ortonormal completo.<br />

La función de onda contiene toda la información de interés físico acerca del sistema, en el<br />

sentido que a partir de ella se puede calcular el valor esperado de cualquier variable dinámica.<br />

Los operadores que representan las variables dinámicas se construyen a partir de sus expresiones<br />

clásicas 1 mediante ciertas prescripciones, que se introducen en la teoría como postulados. Veremos<br />

ahora algunas consecuencias de estos hechos, así como ciertas extensiones del formalismo.<br />

Volvamos por un momento a las soluciones de la ecuación de Schrödinger independiente del<br />

tiempo. Dicha ecuación expresa el problema de autovalores del operador Hamiltoniano 2 ˆ H que<br />

representa la energía total del sistema en términos de las variables dinámicas. Para una partícula<br />

que se mueve a lo largo del eje x en un campo de fuerzas que derivan de una energía potencial<br />

Vx ( ) este operador es<br />

2 2 2<br />

ˆ<br />

ˆ<br />

H ( ˆ, ) (,)<br />

p<br />

m Vxt<br />

h ∂<br />

= + = − 2 + Vxt<br />

2 2m<br />

∂x<br />

Para casos más complicados hemos enunciado reglas generales que nos permiten construir la<br />

expresión apropiada de ˆ H . Es fácil verificar explícitamente que el operador (8.1) es Hermitiano<br />

(si la función de onda cumple adecuadas condiciones de contorno); por otra parte los resultados<br />

de nuestro estudio cualitativo implican que ˆ H es Hermitiano pues sus autovalores son reales. El<br />

conjunto de las autofunciones de ˆ H permite formar entonces un sistema ortonormal completo<br />

iE t /<br />

(8.1)<br />

j<br />

Ψ j(<br />

xt , ) = e j(<br />

x)<br />

− h ψ (8.2)<br />

Aquí, el índice j toma valores discretos para las autofunciones correspondientes a la parte discreta<br />

del espectro de energía, y es un parámetro continuo j ≡ E para las autofunciones de la<br />

parte continua del espectro de E, que escribiremos como<br />

iEt /<br />

ΨE ( xt , ) = e E(<br />

x)<br />

− hψ (8.3)<br />

Las autofunciones de la parte discreta del espectro cumplen la condición de ortonormalidad<br />

+∞<br />

Ψ* i xtΨj xtdx *<br />

∫ ( , ) ( , ) = ∫ ψi ( x) ψ j( xdx ) = δ ij<br />

(8.4)<br />

−∞<br />

mientras que las autofunciones del continuo están normalizadas a la función delta de Dirac:<br />

1<br />

Esto es cierto cuando se trata de observables que tienen un análogo clásico. Veremos más adelante que será<br />

necesario introducir en la Mecánica Cuántica nuevos observables que no corresponden a ninguna variable dinámica<br />

clásica, como el spin del electrón.<br />

2<br />

En esta Sección indicamos con ˆ los operadores, para distinguirlos de las variables dinámicas que representan.<br />

+∞<br />

−∞


+∞<br />

88<br />

8. El formalismo de la Mecánica Cuántica<br />

Ψ* ∫ E′ ( xt , ) ΨE(<br />

xtdx , ) = ∫ ψ* E′ ( x) ψE( xdx ) = δ ( E′ − E)<br />

(8.5)<br />

−∞<br />

/<br />

de modo semejante a la ϕ( kx , ) ( π)<br />

eikx −1<br />

2 = 2 en el caso de la transformada de Fourier.<br />

Propiedades de las funciones de onda y de las autofunciones de la energía<br />

+∞<br />

−∞<br />

Gracias a la completitud del sistema (8.2), toda solución Ψ ( xt , ) de la ecuación de Schrödinger<br />

2 2<br />

∂Ψ(<br />

xt , ) h ∂ Ψ(<br />

xt , )<br />

ih<br />

= − 2 + Vx ( ) Ψ ( xt , )<br />

(8.6)<br />

∂t<br />

2m<br />

∂x<br />

se puede expandir en términos de las Ψ j :<br />

∑<br />

Ψ( xt , ) = ajΨj( xt , ) + ∫ aE ( ) ΨE(<br />

xtdE , )<br />

discreto continuo<br />

∑<br />

iE t / /<br />

− h − h<br />

discreto continuo<br />

j<br />

= ae j ψ j(<br />

x) + aEe ( ) iEt<br />

∫ ψE(<br />

xdE )<br />

En virtud de la ortonormalidad de las autofunciones, los coeficientes de (8.7) están dados por<br />

+∞<br />

iE t<br />

(8.7)<br />

j<br />

aj = ( j, ) = * / h<br />

Ψ Ψ ∫ Ψj ( x, t) Ψ( x, t) dx = e ∫ψ<br />

*<br />

j ( x) Ψ(<br />

x, t) dx (8.8)<br />

−∞<br />

para la parte discreta del espectro y por<br />

+∞<br />

aE ( ) = ( ΨE, Ψ) = *<br />

E(<br />

xt , ) ( xtdx , ) eiEt / *<br />

∫ Ψ Ψ = h<br />

∫ψ<br />

E(<br />

x) Ψ(<br />

xtdx , )<br />

(8.9)<br />

−∞<br />

para la parte continua. Notar que en general los coeficientes aj y aE ( ) dependen de t.<br />

Usando las condiciones de ortonormalidad (8.3) y (8.4) se encuentra que la norma de Ψ ( xt , ) es<br />

+∞<br />

( ΨΨ , ) = * ( , ) ( , ) * ( ) *<br />

∫ Ψ xtΨ xtdx = ∑ aa j j + ∫ aE aEdE ( )<br />

−∞<br />

+∞<br />

−∞<br />

+∞<br />

−∞<br />

discreto continuo<br />

(8.10)<br />

Es fácil verificar que la norma de Ψ no depende de t como ya habíamos demostrado en el Capítulo<br />

anterior. En adelante vamos a suponer que Ψ está normalizado a la unidad:<br />

+∞<br />

Ψ* ( , ) Ψ(<br />

, ) * ( ) *<br />

∫ xt xtdx = ∑ aa j j + ∫ aE aEdE ( ) = 1 (8.11)<br />

−∞<br />

discreto continuo<br />

Usando la expansión (8.7) podemos ver que la densidad de probabilidad se expresa como


Pxt ( , ) = Ψ( xt , ) Ψ(<br />

xt , )<br />

*<br />

−iE−Eth j j j j kj k j<br />

j discreto jk , discreto<br />

89<br />

8. El formalismo de la Mecánica Cuántica<br />

aa * * j k<br />

( x) ( x) ( ) aae * ( ) /<br />

= *<br />

∑ ψ ψ + ∑ 1 − δ ψ ( x) ψ ( x)<br />

+<br />

∑<br />

∫<br />

∫∫<br />

EE , ′ continuo<br />

(<br />

j discreto<br />

E continuo<br />

⌠<br />

aaEe * −iE ( −Ej)<br />

t/<br />

j ( ) *<br />

⎮<br />

ψ j( x) ψE(<br />

x)<br />

+ c.c.<br />

⌡<br />

* *<br />

E E<br />

E continuo<br />

aE ( ) aE ( ) ψ ( x) ψ ( xdE )<br />

h )<br />

+<br />

* iE ( ′− Et ) / h *<br />

E′ E<br />

dE +<br />

k j<br />

[ 1 − δ( E′ − E)] a( E′ ) aEe ( ) ψ ( x) ψ ( xdEdE ) ′<br />

(8.12)<br />

donde c.c. indica el complejo conjugado de la expresión precedente. En general, la densidad de<br />

probabilidad depende del tiempo. Sin embargo, en el caso particular en que la partícula tiene una<br />

energía bien definida, de modo que su función de onda es una de las autofunciones (8.2) de la<br />

energía, la densidad de probabilidad es independiente del tiempo:<br />

* *<br />

j j j j<br />

P = P( x) = Ψ ( x, t) Ψ ( x, t) = ψ ( x) ψ ( x)<br />

(8.13)<br />

Por ese motivo esos estados se denominan estados estacionarios. Es fácil verificar que en un estado<br />

estacionario la corriente de probabilidad es nula cuando ψ es real.<br />

Calculemos el valor esperado de la energía en un estado descripto por la función de onda<br />

Ψ ( xt. , ) Usando la expansión (8.7) de Ψ ( xt , ) en términos de las autofunciones de ˆ H resulta<br />

+∞<br />

xt<br />

E = H = i x t dx Ejajaj E aE aEdE<br />

t<br />

⌠<br />

( , ⎮ = ∑ +<br />

⌡<br />

∫<br />

ˆ ) * ∂Ψ<br />

( , )<br />

Ψ Ψ h Ψ ( , )<br />

* ( ) * ( )<br />

−∞<br />

∂ discreto continuo<br />

(8.14)<br />

* Observando la (8.14) podemos interpretar que aa j j es la probabilidad que al efectuar una medida<br />

de la energía obtengamos un valor igual a Ej (esto es, la probabilidad que el sistema se en-<br />

* cuentre en el estado discreto j) y que aE ( ) aEdE ( ) es la probabilidad que al medir la energía<br />

obtengamos un valor comprendido en el intervalo entre E y E+ dE (esto es, la probabilidad que<br />

el sistema se encuentre un estado del continuo con energía entre E y E+ dE).<br />

Se debe notar que si Ψ no es un estado estacionario las aj y aE ( ) son funciones del tiempo; sin<br />

embargo es fácil verificar que si V = V( x),<br />

dE<br />

dt<br />

* *<br />

E daa j j daE aE<br />

= j + E dE<br />

dt<br />

dt<br />

⌠<br />

( ) ( ( ) ( ))<br />

∑<br />

⎮<br />

= 0 (8.15)<br />

⌡<br />

discreto<br />

continuo<br />

de modo que el valor esperado de la energía se conserva, como ocurre clásicamente.<br />

Observando las (8.11) y (8.14) se aclara porqué las autofunciones del continuo se normalizan<br />

con la delta de Dirac (ec. (8.4)): se asegura así que se cumpla con el postulado de Born.<br />

Para concluir esta discusión es oportuno hacer un comentario acerca de la completitud del sistema<br />

de autofunciones. En realidad no hemos demostrado que el sistema (8.2) tenga esa<br />

propiedad. Sin embargo, por razones físicas parece razonable que así sea. Esto se puede ver con<br />

el siguiente argumento. Supongamos que el sistema (8.2) no fuera completo. Eso implicaría que


90<br />

8. El formalismo de la Mecánica Cuántica<br />

existe algún estado Ψ ( xt , ) de la partícula para el cual la norma de la diferencia entre Ψ y su<br />

expansión en términos de las Ψ j no es nula. Esto es, la función<br />

⎛<br />

Φ( xt , ) = Ψ( xt , ) − ⎜ ∑ ajΨj( xt , ) + ∫ aE ( ) ΨE(<br />

xtdE , )<br />

⎝<br />

discreto continuo<br />

⎞<br />

⎟<br />

⎠<br />

(8.15)<br />

no sería nula “casi en todas partes”. En consecuencia Φ( xt , ) representaría un estado de la partícula,<br />

solución de la ecuación de Schrödinger (8.5), para el cual existe una probabilidad no nula<br />

de encontrar la partícula en alguna parte, pero para el cual no se puede medir la energía. Como<br />

esto es físicamente absurdo, concluimos que Φ( xt , ) debe ser nulo (casi en todas partes) y por<br />

consiguiente el sistema (8.2) debe ser completo.<br />

En adelante, para simplificar la notación, escribiremos siempre<br />

∞<br />

∞<br />

j=<br />

1<br />

j j<br />

j=<br />

1<br />

j<br />

−iE<br />

jt<br />

/ h<br />

Ψ( xt , ) = ∑ aΨ ( xt , ) = ∑ ae ψ ( x)<br />

(8.16)<br />

dando por sobreentendido que la sumatoria de la (8.16) se debe interpretar como una suma sobre<br />

la parte discreta del espectro y una integral sobre la parte continua, como en la (8.7).<br />

Normalización en una caja<br />

Existen maneras de evitar que las autofunciones del espectro continuo se tengan que normalizar<br />

con la delta de Dirac. Se trata de artificios matemáticos mediante los cuales el espectro continuo<br />

se transforma en discreto. Mostraremos en qué consisten para una dimensión espacial, pues la<br />

generalización a más dimensiones es obvia. La idea básica es suponer que x está limitado a un<br />

intervalo finito ( x0 , x0 + L)<br />

de longitud L y que la función de onda cumple oportunas condiciones<br />

de contorno en x0 y x0 + L.<br />

Se suelen emplear dos tipos de condiciones de contorno:<br />

• paredes rígidas: en este caso se imponen las condiciones<br />

• condiciones periódicas: se pide que<br />

Ψ( x , t) = Ψ(<br />

x + L, t)<br />

= (8.17)<br />

0 0 0<br />

j<br />

Ψ( x , t) = Ψ(<br />

x + L, t)<br />

(8.18)<br />

0 0<br />

Si repetimos el razonamiento cualitativo del Capítulo 7 acerca de las soluciones de la ecuación<br />

de Schrödinger independiente del tiempo, teniendo en cuenta que las soluciones tienen que cumplir<br />

las condiciones ψ( x0) = ψ(<br />

x0 + L)<br />

= 0 (caso (8.17)) o bien ψ( x0) = ψ(<br />

x0 + L)<br />

(caso<br />

(8.18)), es fácil ver que los autovalores de la energía son siempre discretos.<br />

Relaciones de conmutación<br />

En lo sucesivo omitiremos la ˆ que empleamos para distinguir los observables de los operadores<br />

que los representan, pues no puede surgir confusión. Sean dos observables F y G cualesquiera<br />

representados por los operadores Hermitianos F y G. Es fácil verificar que el adjunto del<br />

producto FG es:<br />

† † †<br />

( FG) = G F = GF<br />

(8.19)


91<br />

8. El formalismo de la Mecánica Cuántica<br />

de donde se desprende que FG es Hermitiano si y sólo si F y G conmutan. Luego, si bien x y px son observables, el producto xpx no lo es, pues los operadores x e −ih∂/ ∂x<br />

no conmutan. En<br />

efecto, si Ψ una función cualquiera:<br />

⎛ ∂ ∂ ⎞<br />

( xpx − pxx) Ψ = ⎜−<br />

ihx+ ih<br />

x⎟ Ψ = ihΨ<br />

⎝ ∂x<br />

∂x<br />

⎠<br />

de donde obtenemos la siguiente relación fundamental entre operadores:<br />

De manera semejante se puede mostrar que<br />

(8.20)<br />

[ xp , ] ≡ xp− px= ih<br />

(8.21)<br />

x x x<br />

[ yp , ] ≡ yp− py= ih<br />

, [ zp , ] ≡ zp− pz= ih<br />

(8.22)<br />

y y y<br />

z z z<br />

Todos los demás productos de las coordenadas cartesianas y sus impulsos conjugados son conmutativos,<br />

esto es xy = yx,<br />

xp = p x , p p = p p , etc.<br />

y y<br />

Autoestados de una variable dinámica<br />

x y y x<br />

Como veremos en breve, el hecho que x y p x no conmutan está vinculado con la relación de incerteza<br />

entre x y p x , es decir con la imposibilidad de tener valores bien definidos de ambas variables<br />

dinámicas. Como primer paso para encontrar esa relación, vamos a determinar los estados<br />

de un sistema para los cuales una variable dinámica F representada por el operador<br />

Hermitiano F tiene un valor bien definido, es decir, los estados Ψ f en los cuales al medir F obtenemos<br />

con certeza un cierto valor f. Es fácil verificar que para que eso ocurra, Ψ debe ser una<br />

autofunción de F. En efecto, Ψ f debe satisfacer la condición:<br />

y la condición<br />

F = ( Ψ , FΨ ) = f<br />

(8.23)<br />

f f<br />

2 2 2 2<br />

∆F = ( F− F) = ( Ψf,( F− F) Ψf) = ( Ψf,( F−f) Ψf)<br />

= (( F− f) Ψ ,( F− f)<br />

Ψ ) = 0<br />

f f<br />

(8.24)<br />

donde para llegar al último renglón usamos la (8.23) y el hecho que F es Hermitiano. De la<br />

(8.24) se desprende entonces que se debe cumplir<br />

( F− f) Ψ f = 0 esto es FΨf = fΨf<br />

(8.25)<br />

Luego Ψ f es una autofunción de F. Los estados descriptos por autofunciones de F se suelen denominar<br />

autoestados de F. La (8.25) nos dice lo siguiente:<br />

• Una variable dinámica representada por el operador Hermitiano F tiene un valor bien<br />

definido f cuando el sistema se encuentra en el autoestado de F correspondiente al autovalor<br />

f.


92<br />

8. El formalismo de la Mecánica Cuántica<br />

La ecuación de Schrödinger independiente del tiempo Hψ = E ψ no es más que un caso par-<br />

n n n<br />

ticular de la (8.25): las autofunciones Ψ n son los únicos estados en los cuales el sistema tiene<br />

una energía bien definida E n .<br />

Puesto que el operador Hermitiano F tiene un sistema completo de autofunciones ortonormales<br />

Ψ f j , cualquier estado Ψ se puede representar como<br />

y el valor esperado de F en el estado Ψ es<br />

Las conclusiones son entonces las siguientes:<br />

Ψ = ∑ ajΨfcon a<br />

j j = ( Ψf, Ψ )<br />

(8.26)<br />

j<br />

j<br />

2<br />

F = ( Ψ, FΨ) = ∑ f | a |<br />

• El resultado de medir una variable dinámica F de un sistema que se encuentra en un estado<br />

cualquiera Ψ es siempre uno de los autovalores de F.<br />

• Si el sistema se encuentra en un estado cualquiera Ψ, la probabilidad que al medir F se<br />

obtenga el autovalor f está dada por | 2 | = |( Ψ 2 , Ψ )| .<br />

a j f j<br />

• Inmediatamente después de efectuar una medición de F cuyo resultado fue el autovalor<br />

f, el sistema se encuentra en el autoestado correspondiente a f.<br />

j<br />

j j<br />

Mediciones simultáneas y operadores que conmutan<br />

(8.27)<br />

Puesto que un observable F tiene un valor bien definido f sólo cuando el sistema se encuentra en<br />

un autoestado de F, es evidente que:<br />

• Dos observables F y G pueden ambos tener valores bien definidos si y solo si el sistema<br />

está en un autoestado de ambos operadores.<br />

Cuando F y G tienen valores bien definidos para todos los autoestados de uno de ellos (por<br />

ejemplo F) se dice que son compatibles.<br />

Para que dos observables sean compatibles es necesario que los operadores que los representan<br />

tengan un sistema completo de autofunciones en común. En tal caso podemos designar las autofunciones<br />

mediante los autovalores f j de F y g k de G, es decir<br />

FΨ = fΨ<br />

, GΨ = g Ψ<br />

(8.28)<br />

fg j k j fg j k<br />

fg j k k fg j k<br />

Si multiplicamos por F la segunda de estas ecuaciones, por G la primera y restamos, resulta<br />

( FG − GF) Ψ fg = 0 (8.29)<br />

Puesto que la (8.29) vale para todas las autofunciones de un sistema completo, se debe cumplir<br />

j k<br />

[ FG , ] = FG− GA = 0 (8.30)


93<br />

8. El formalismo de la Mecánica Cuántica<br />

Recíprocamente, si F y G conmutan hay un sistema completo de autofunciones comunes a<br />

ambos. En efecto, sea Ψgk la autofunción de G que satisface GΨ = g Ψ . Entonces<br />

g k g<br />

k k<br />

GF ( Ψ ) = FG ( Ψ ) = g( FΨ<br />

)<br />

(8.31)<br />

g g k g<br />

k k k<br />

de modo que FΨ gk es también autofunción de G correspondiente al mismo autovalor gk . Hay<br />

dos posibilidades, según si el autovalor gk es degenerado o no lo es.<br />

Si gk no es degenerado, le corresponde una única autofunción Ψgk , luego la (8.31) implica que<br />

FΨg Ψg<br />

= λ (8.32)<br />

k k<br />

donde λ es un número, de modo que Ψ gk es también una autofunción de F correspondiente al<br />

autovalor λ. Si en cambio gk es degenerado y le corresponden (digamos) n autofunciones ′<br />

la (8.31) implica que<br />

gk. i<br />

n<br />

r=<br />

1<br />

gk, r ri<br />

FΨ′ = ∑Ψ′<br />

f<br />

Ψgk i , ,<br />

con f = ( Ψ′ , FΨ<br />

′ )<br />

(8.33)<br />

ri g , r g . i<br />

k k<br />

Ψ g i<br />

donde las cantidades fri se denominan elementos de matriz del operador F en la base ′<br />

k , , y<br />

por ser F Hermitiano cumplen fir = fri<br />

* . Vemos entonces que en general las Ψg′ k i , no son autofunciones<br />

de F. Pero es siempre posible construir un nuevo conjunto Ψgk s , de autofunciones de<br />

G correspondientes al autovalor gk , de la forma<br />

n<br />

gk, s ∑ si gk, i<br />

i=<br />

1<br />

Ψ = d Ψ′<br />

(8.34)<br />

y determinar los coeficientes d si de modo que Ψ g s<br />

k , sea también autofunción de F, es decir que<br />

FΨg , s Ψg<br />

, s<br />

En efecto, si sustituimos la (8.34) en (8.35) resulta<br />

Por lo tanto se debe cumplir que<br />

= λ (8.35)<br />

k k<br />

n<br />

n n<br />

n<br />

gk, s<br />

i=<br />

1<br />

si gk, i<br />

i=<br />

1 r=<br />

1<br />

si ri gk, r<br />

i=<br />

1<br />

si gk, i<br />

FΨ = ∑d FΨ′ = ∑ ∑d<br />

f Ψ′ = λ ∑d<br />

Ψ′<br />

(8.36)<br />

n<br />

n<br />

∑ ∑ d ( f − λδ ) Ψ ′ ,<br />

si ri ri gk r<br />

i=<br />

1 r=<br />

1<br />

La (8.37) nos da un sistema de n ecuaciones lineales para las n incógnitas d si :<br />

n<br />

(8.37)<br />

∑ d ( f − λδ ) = 0 , sfijo , r = 1, 2,<br />

…,<br />

n<br />

(8.38)<br />

i=<br />

1<br />

si ri ri<br />

Este sistema de ecuaciones tiene soluciones no triviales si, y solo si, es nulo el determinante de<br />

los coeficientes:


94<br />

8. El formalismo de la Mecánica Cuántica<br />

det( − λδ ) = 0 (8.39)<br />

f ri ri<br />

La ec. (8.39) es una ecuación de grado n en el autovalor λ, que se denomina ecuación característica.<br />

Se puede mostrar que en virtud de que fir = fri<br />

* , la (8.36) tiene siempre n raíces reales<br />

que nos dan los autovalores λ1, λ2, …, λn<br />

de F. Para cada autovalor λs , el sistema (8.38) permite<br />

calcular los coeficientes dsj y por lo tanto la autofunción Ψgk s , . Estas nuevas funciones son<br />

evidentemente autofunciones simultáneas de F y G. Queda entonces demostrado que:<br />

• La condición necesaria y suficiente para que dos observables sean compatibles es que<br />

conmuten los operadores que los representan.<br />

• Cuando dos observables F y G están representados por operadores que conmutan, son<br />

compatibles y existe un sistema completo de autofunciones comunes a ambos.<br />

Las relaciones de incerteza de Heisenberg<br />

Acabamos de ver que cuando dos observables conmutan se pueden especificar simultáneamente.<br />

En cambio,<br />

• Cuando dos observables F y G no conmutan no pueden ambos tener valores bien definidos<br />

simultáneamente.<br />

La medida de la inevitable falta de precisión en el conocimiento de F y G está determinada por<br />

su conmutador:<br />

[ FG , ] = FG− GF = iC<br />

(8.40)<br />

Es fácil verificar que si F y G son Hermitianos, C también es Hermitiano. Ahora vamos a demostrar<br />

que en cualquier estado Ψ ( xt , ) las incertezas<br />

de F y G cumplen la relación<br />

2 [ ]<br />

∆F = ( F−F) 1/ 2<br />

2 [ ]<br />

y ∆G = ( G−G) 1/ 2<br />

(8.41)<br />

∆F∆G | C | (8.42)<br />

Para ver esto conviene primero demostrar que si u y w son dos funciones cualesquiera, se cumple<br />

la desigualdad de Schwarz:<br />

≥ 1 2<br />

2 (,)( uu ww , ) ≥ [( uw , ) + ( wu , )]<br />

(8.43)<br />

En efecto, sea λ un parámetro real. Entonces si w ≠−λ u se cumple que<br />

Por lo tanto la ecuación<br />

2<br />

1 4<br />

0 < ( λu+ w, λu+ w) = λ ( u, u) + λ[(<br />

u, w) + ( w, u)] + ( w, w )<br />

(8.44)<br />

2 0<br />

λ (,) uu + λ[(,<br />

uw) + ( wu ,)] + ( ww , ) = (8.45)


95<br />

8. El formalismo de la Mecánica Cuántica<br />

no tiene raíces reales y por consiguiente su discriminante es negativo, esto es<br />

[( uw , ) + ( wu , )] 2 − 4( uu , )( ww , ) < 0 (8.46)<br />

de donde si w ≠−λ u obtenemos la (8.43) con el signo >. Si en cambio w = −λ u es fácil verificar<br />

que la (8.43) se cumple con el signo =.<br />

Sea ahora Ψ = Ψ(<br />

xt , ) un estado cualquiera de nuestro sistema, y pongamos<br />

Entonces<br />

y análogamente se encuentra que<br />

Por otra parte<br />

u = ( F−F)Ψ y w = −i( G−G)Ψ (8.47)<br />

(,) uu = (( F− F) Ψ,( F− F) Ψ) = ( Ψ,( F− F) Ψ) = ∆F<br />

2 2 (8.48)<br />

( ww , ) = ∆G2 (8.49)<br />

(, uw) + ( wu ,) = −i(( F− F) Ψ,( G− G) Ψ) + i(( G−G) Ψ,( F− F)<br />

Ψ)<br />

= −i( Ψ,( F− F)( G− G) Ψ) + i( Ψ,( G−G)( F− F)<br />

Ψ)<br />

= −i( Ψ,( FG− FG − FG+ FG) Ψ) + i( Ψ,( GF −GF − GF+ GF)<br />

Ψ)<br />

= −i( Ψ,( FG−GF) Ψ)<br />

= ( Ψ, CΨ)<br />

(8.50)<br />

Sustituimos ahora las (8.48)-(8.50) en la desigualdad de Schwarz (8.43) y obtenemos el<br />

resultado buscado:<br />

Relación general de incerteza para operadores que no conmutan:<br />

cuando dos observables F y G no conmutan, las incertezas de F y G cumplen la relación<br />

donde C = − i[ F, G].<br />

∆F∆G | C | (8.51)<br />

Como caso particular sea F = x y G = px. Entonces, de la (8.21) [ xp , ] i<br />

obtenemos de (8.51) la relación de incerteza:<br />

como habíamos ya anticipado en el Capítulo 6.<br />

≥ 1 2<br />

x = h , luego C = h y<br />

∆∆ x px≥ 1 2 h (8.52)<br />

Constantes del movimiento y ecuaciones del movimiento para operadores<br />

Sea F un observable (que puede depender explícitamente del tiempo) y F su valor esperado en<br />

un estado cualquiera Ψ ( xt. , ) La variación de F con el tiempo está dada por


d<br />

dt F<br />

Usando la ecuación de Schrödinger<br />

96<br />

8. El formalismo de la Mecánica Cuántica<br />

d<br />

F<br />

dt<br />

t F F F<br />

= =<br />

t t<br />

⎛ ⎞<br />

⎜ ⎟ +<br />

⎝ ⎠<br />

⎛ ⎞<br />

⎜ ⎟ +<br />

⎝ ⎠<br />

⎛<br />

∂Ψ<br />

∂Ψ<br />

∂ ⎞<br />

( Ψ, Ψ)<br />

, Ψ Ψ,<br />

⎜Ψ,<br />

Ψ⎟<br />

∂<br />

∂ ⎝ ∂ ⎠<br />

Ψ<br />

HΨ= ih<br />

t<br />

∂<br />

∂<br />

donde H es el operador Hamiltoniano del sistema, podemos escribir la (8.53) en la forma<br />

es decir<br />

d<br />

dt F<br />

i i<br />

F<br />

= ( H F )− ( FH )+<br />

t<br />

i<br />

F<br />

HF<br />

t<br />

⎛ ⎞<br />

⎜ ⎟<br />

⎝ ⎠<br />

= ( )+ ⎛<br />

∂<br />

Ψ, Ψ Ψ, Ψ Ψ, Ψ<br />

h h<br />

∂<br />

∂ ⎞<br />

Ψ,[ , ] Ψ ⎜Ψ,<br />

Ψ⎟<br />

h<br />

⎝ ∂ ⎠<br />

d<br />

dt F<br />

i ∂F<br />

= [ HF , ] +<br />

h ∂t<br />

La (8.56) muestra que si F conmuta con H y no depende explícitamente del tiempo,<br />

d<br />

dt<br />

(8.53)<br />

(8.54)<br />

(8.55)<br />

(8.56)<br />

F = 0 para todo Ψ ( xt , )<br />

(8.57)<br />

Cuando se cumple la (8.57) el observable F se denomina constante del movimiento y se dice que<br />

se conserva. En vista de lo demostrado precedentemente podemos afirmar lo siguiente:<br />

• Un observable F que no depende explícitamente del tiempo y conmuta con el<br />

Hamiltoniano del sistema es constante del movimiento. Existe entonces un sistema<br />

completo de autofunciones de H y F, es decir un conjunto completo de estados estacionarios<br />

en los cuales F está bien definido y que por lo tanto se pueden caracterizar por<br />

los autovalores E j de H y F k de F.<br />

• El conjunto de todas las constantes de movimiento del sistema junto con el<br />

Hamiltoniano forman un sistema completo de observables compatibles. Por lo tanto<br />

existe un sistema completo de estados estacionarios que se pueden caracterizar por los<br />

autovalores E j de H y de las constantes del movimiento.<br />

Se puede definir un operador dF / dt que se denomina derivada total de F con respecto del<br />

tiempo como el operador para el cual<br />

dF<br />

dt<br />

Podemos escribir la (8.56) en términos de dF / dt :<br />

d<br />

dt F = para todo Ψ ( xt , )<br />

(8.58)<br />

dF<br />

dt<br />

i ∂F<br />

= [ HF , ] +<br />

h ∂t<br />

(8.59)


a partir de la cual podemos escribir la siguiente ecuación entre operadores:<br />

dF<br />

dt<br />

i ∂F<br />

= [ HF , ] +<br />

h ∂t<br />

97<br />

8. El formalismo de la Mecánica Cuántica<br />

(8.60)<br />

Para una partícula que se mueve en un campo de fuerzas que deriva de una energía potencial<br />

V( r ) el Hamiltoniano es:<br />

2<br />

H<br />

m V<br />

p<br />

= + ( r)<br />

(8.61)<br />

2<br />

donde p es un operador vectorial cuyas componentes son los operadores p x , p y, p z y r es un<br />

operador vectorial cuyas componentes son los operadores x, y, z. Entonces, la velocidad está representada<br />

por el operador vectorial<br />

2 2<br />

dr<br />

i i 2 v = = [ H,<br />

r] = [ p , r]<br />

(8.62)<br />

dt h 2hm<br />

Es fácil verificar que [ px, x] = − ih px<br />

y análogamente para las demás componentes. Por lo tanto<br />

resulta<br />

v<br />

p<br />

= m<br />

(8.63)<br />

La (8.63) es formalmente idéntica a la relación clásica entre velocidad e impulso, pero aquí se<br />

trata de una relación entre operadores.<br />

Del mismo modo, la aceleración está representada por el operador vectorial<br />

dv<br />

i i<br />

a = = H v = p = r p<br />

dt<br />

m H<br />

i<br />

m V<br />

[ , ] [ , ] [ ( ), ] (8.64)<br />

h h h<br />

Si recordamos que p = −ih ∇ resulta que [ V( r), p] = ih ∇V(<br />

r)<br />

y por lo tanto obtenemos<br />

ma = −∇ V(<br />

r)<br />

(8.65)<br />

que también coincide formalmente con la expresión clásica, esto es la Segunda Ley de Newton,<br />

pero el significado de la (8.65) es diferente pues se trata de una relación entre operadores como<br />

la (8.63).<br />

El límite clásico<br />

Las ecuaciones (8.63) y (8.65) implican que para cualquier estado Ψ ( xt , ) los valores esperados<br />

de la velocidad y la aceleración de una partícula que se mueve en un campo de fuerzas que deriva<br />

de una energía potencial V( r ) cumplen las relaciones<br />

y<br />

v<br />

p<br />

= m<br />

(8.66)<br />

ma = −∇ V(<br />

r)<br />

(8.67)


98<br />

8. El formalismo de la Mecánica Cuántica<br />

Estas relaciones son idénticas a las ecuaciones clásicas, salvo que se refieren a los valores esperados.<br />

Cuando las imprecisiones de nuestras medidas de los impulsos y las posiciones de la<br />

partícula descripta por Ψ ( xt , ) son muy grandes en comparación con las incertezas de dichas<br />

magnitudes, los valores medidos coinciden con los valores esperados. Por lo tanto en ese caso no<br />

es necesario distinguir entre valores medidos y valores esperados. En esas condiciones los<br />

valores medidos cumplen las ecuaciones de la Mecánica Clásica. Este resultado fue obtenido por<br />

Paul Ehrenfest (1927) y se conoce como<br />

Teorema de Ehrenfest:<br />

la Mecánica Cuántica coincide con la Mecánica Clásica en el límite en que el principio de<br />

incerteza deja de tener relevancia.<br />

Por otra parte fuera de este límite la Mecánica Cuántica predice varios interesantes fenómenos<br />

que no tienen análogo clásico como veremos en breve.<br />

Representación coordenadas y representación impulsos<br />

Podemos avanzar en nuestro entendimiento de la Mecánica Cuántica si hacemos un análisis de<br />

Fourier de la función de onda, en la forma<br />

i<br />

1<br />

pr ⋅<br />

Ψ(,) r t = Φ(<br />

p, t) eh dp<br />

(8.68)<br />

( 2πh) 3/ 2∫<br />

donde Φ( p, t ) es la transformada de Fourier de Ψ (,) r t en el instante t<br />

i<br />

1<br />

− pr ⋅<br />

Φ( p, t) = Ψ(,)<br />

r t e h dr<br />

(8.69)<br />

( 2πh) 3/ 2∫<br />

Se pueden obtener fácilmente algunas propiedades importantes de Φ usando la relación de clausura<br />

en tres dimensiones, que se escribe por analogía con la (7.81) como<br />

i<br />

1 pr ⋅ 1<br />

ehdp = eikr ⋅ dk<br />

δ(<br />

r)<br />

( 2πh)<br />

3/ 2∫ ( 2π)<br />

3∫<br />

= (8.70)<br />

Introduciendo la representación de Fourier (8.68) y usando las propiedades de la función delta de<br />

Dirac para intercambiar el orden de las integraciones, podemos mostrar que<br />

y que el valor esperado de p se expresa como<br />

| Ψ( r, t)| 2 dr | Φ(<br />

p, t)| 2<br />

∫ = ∫ dp<br />

(8.71)<br />

p =<br />

⌠<br />

r<br />

⎛<br />

∇<br />

⎞<br />

⎮ Ψ(,) * h<br />

t Ψ(,) r tdr = p p p p<br />

⌡ ⎝ ⎠<br />

∫Φ(<br />

, t) * Φ(<br />

, td )<br />

i<br />

mientras que el valor esperado de r está dado por<br />

r = ∫ Ψ(,) r * rΨ(,) r r =<br />

⌠<br />

p<br />

⎛<br />

− ∇<br />

⎞<br />

⎮Φ(<br />

, ) * h<br />

t t d t p Φ(<br />

p, td ) p<br />

⌡ ⎝ i ⎠<br />

(8.72)<br />

(8.73)


99<br />

8. El formalismo de la Mecánica Cuántica<br />

donde ∇ p es el operador gradiente en el espacio de los impulsos. La fórmula (8.71) implica que<br />

si Ψ está normalizada a la unidad para todo t, Φ queda también automáticamente normalizada.<br />

Por otra parte, puesto que<br />

1<br />

2πh<br />

e<br />

i<br />

− pr ⋅<br />

h<br />

(8.74)<br />

representa un estado de impulso p bien definido, Φ representa la amplitud con la cual está presente<br />

dicho estado en la función de onda Ψ. Por ejemplo, si Φ( p, t ) tiene un pico bien marcado<br />

para un determinado valor p = p()<br />

t , en el instante t nuestro estado es un estado cuyo impulso<br />

está bastante bien definido y se parece (en ese instante) a una onda plana.<br />

Esta observación, en conjunción con la (8.72), nos lleva a interpretar que | Φ( p, t)| 2 es la probabilidad<br />

de encontrar (en el instante t) que el valor del impulso de la partícula está comprendido<br />

entre p y p+ d p.<br />

Diremos entonces que | Φ( p, t)| 2 es la densidad de probabilidad en el espacio<br />

de los impulsos.<br />

Hay una evidente analogía entre la (8.72) y la (7.34), y entre la (8.73) y la (7.36). Del punto de<br />

vista matemático, esto es simplemente una consecuencia de las relaciones de reciprocidad entre<br />

la transformación y la antitransformación de Fourier, ecs. (8.68) y (8.69). De resultas de ello,<br />

tanto la función de onda Ψ (definida en el espacio de las coordenadas) como la Φ (definida en el<br />

espacio de los impulsos), son descripciones igualmente válidas del estado del sistema. Dada una<br />

de ellas, la otra se puede calcular a partir de la (8.69) o de la (8.68). Del punto de vista físico,<br />

esta reciprocidad es una manifestación de la complementaridad y de la naturaleza ondulatoria de<br />

la materia.<br />

De acuerdo con los postulados de la Mecánica Cuántica, el valor esperado de una función f ( r)<br />

de las coordenadas está dado por<br />

f(,) r t = ∫ f(,)| r t Ψ ( r, t)| 2 dr<br />

(8.75)<br />

Si sustituimos la expresión (8.68) de Ψ en la (8.75) podemos mostrar (si la función de onda se<br />

anula con suficiente rapidez a distancias grandes, para que se pueda intercambiar el orden de las<br />

integraciones y los términos de superficie se puedan despreciar) que se obtiene<br />

f(,) r t =<br />

⌠<br />

( p,) t * f<br />

⎛ h<br />

− ∇ , t<br />

⎞<br />

⎮Φ p Φ(<br />

p, t) dp<br />

⌡ ⎝ i ⎠<br />

(8.76)<br />

Análogamente, a partir de la (8.72) se puede mostrar que para toda función analítica g( p , t)<br />

se<br />

tiene<br />

g( p, t) = ( , t) *<br />

∫Φ p g( p, t) Φ ( p, t) dp<br />

(8.77)<br />

En general, para un operador h(, rp ,) t que es una función analítica de r y p y eventualmente del<br />

tiempo, siempre y cuando su expresión no contenga productos de operadores que no conmutan<br />

(del tipo rα β<br />

i pi),<br />

se puede mostrar que


100<br />

8. El formalismo de la Mecánica Cuántica<br />

h(, rp,) t =<br />

⌠<br />

(,) rt * h<br />

⎛ h<br />

r, ∇ , p, t<br />

⎞<br />

(,) t d ( ,) t *<br />

⎮ r r r =<br />

⌠<br />

p h<br />

⎛ h<br />

Ψ Ψ − ∇p,<br />

p, t<br />

⎞<br />

( p,) t dp<br />

⌡ ⎝ i ⎠<br />

⎮Φ<br />

Φ (8.78)<br />

⌡ ⎝ i ⎠<br />

A partir de las fórmulas clásicas, estas prescripciones permiten escribir las expresiones para los<br />

operadores cuánticos correspondientes en la mayoría de los casos de interés.<br />

Todavía no sabemos como proceder cuando nuestros operadores contienen expresiones del tipo<br />

rα β 3<br />

i pi<br />

es decir, productos de operadores que no conmutan (por ejemplo, el operador r⋅ p).<br />

En<br />

estos casos postularemos que la (8.78) sigue valiendo, pero es necesario entonces agregar alguna<br />

prescripción acerca del orden adecuado de los factores, cosa que veremos oportunamente cuando<br />

se presente el caso.<br />

La ec. (8.78) establece que a toda magnitud física le está asociado un operador lineal que,<br />

cuando se lo interpone entre la función de onda y su conjugada compleja, permite obtener por<br />

integración el valor esperado de la correspondiente magnitud. La forma explícita del operador<br />

depende, evidentemente, de si describimos el estado del sistema mediante la función de onda Ψ<br />

en el espacio de las coordenadas o la función de onda Φ en el espacio de los impulsos. En el<br />

primer caso se dice que se está usando la representación coordenadas, en el segundo caso que se<br />

usa la representación impulsos.<br />

Del punto de vista práctico, es evidente que al tratar una partícula libre es preferible usar la representación<br />

impulsos. Pero si la energía potencial no es constante, generalmente es mejor usar<br />

la representación coordenadas, porque trabajar con un operador de la forma Vi ( h∇ p ) puede ser<br />

incómodo. En el caso del oscilador armónico, cuyo Hamiltoniano clásico es p2/ 2m+ ω 2r2/ 2,<br />

las dos representaciones son igualmente convenientes.<br />

Claramente, ambas formas de describir al sistema son equivalentes y la elección de una u otra es<br />

una cuestión de mera conveniencia. Más adelante veremos que es ventajoso considerar ambas<br />

descripciones como dos representaciones de una formulación más general y abstracta de la Mecánica<br />

Cuántica.<br />

Transformaciones unitarias<br />

El hecho que exista la libertad de elegir la forma de describir un sistema se debe a que en la Mecánica<br />

Cuántica, las cantidades medibles (y que por lo tanto se comparan con los resultados experimentales)<br />

se calculan siempre a partir de expresiones del tipo 4<br />

( f, g )<br />

(8.79)<br />

y por lo tanto están sólo indirectamente relacionadas con f y g. Por consiguiente, cualquier transformación<br />

del tipo<br />

f′ = Uf (8.80)<br />

3<br />

El problema aquí es que el análisis de Fourier nos permite describir nuestro estado, o en términos de las<br />

autofunciones de una componente impulso, o en términos de las autofunciones de la coordenada conjugada. Pero el<br />

principio de incerteza nos impide encontrar autofunciones de ambos operadores: tales autofunciones simultáneas no<br />

existen.<br />

4<br />

Aquí usamos la notación compacta del producto escalar que introdujimos en el Capítulo 7.


101<br />

8. El formalismo de la Mecánica Cuántica<br />

que a cada función f de nuestro espacio funcional F le haga corresponder una función f ′ de otro<br />

espacio funcional F ′ , de forma tal que preserve el producto escalar (8.80), es decir, tal que se<br />

cumpla que<br />

( f′ , g′ ) = ( f, g )<br />

(8.81)<br />

para todo par de funciones f, g de F, nos da una descripción equivalente de nuestro sistema. Este<br />

es justamente el caso de la transformación de Fourier, que a la función Ψ (,) r t del espacio de las<br />

coordenadas le hace corresponder la función Φ( p, t ) del espacio de los impulsos, pero esta no es<br />

la única transformación del tipo (8.80) posible.<br />

Veamos qué condiciones generales tiene que satisfacer el operador U que induce la transformación<br />

(8.80) para que se cumpla la (8.81). Es obvio, para empezar, que U debe ser un operador<br />

lineal y que debe tener inversa, para que las descripciones en los espacios F y F ′ sean equivalentes.<br />

Pero además, recordando la definición del operador adjunto, tenemos que<br />

†<br />

( f′ , g′ ) = ( Uf, Ug) = ( U Uf , g )<br />

(8.82)<br />

Comparando la (8.82) con la (8.81) vemos que para que el producto escalar de dos funciones<br />

cualesquiera se conserve, se debe cumplir que<br />

de modo que<br />

U† = U−1<br />

(8.83)<br />

UU † = UU†<br />

= 1 (8.84)<br />

donde con 1 indicamos el operador identidad. Un operador que cumple la (8.83) se denomina<br />

unitario.<br />

Como se puede apreciar de las fórmulas (8.72), (8.73), (8.75), (8.76) y (8.78) para el caso de las<br />

representaciones coordenadas e impulso, la transformación U induce también transformaciones<br />

de los operadores que representan variables dinámicas. De esta forma, el operador A definido en<br />

F se transforma en un operador A ′ definido en F ′ , y para que las dos representaciones sean<br />

equivalentes se debe cumplir<br />

( f, Ag) = ( f′ , A′ g′<br />

)<br />

(8.85)<br />

para cualesquiera f, g∈F<br />

. Usando la (8.80) y la condición de unitariedad (8.83), el miembro<br />

izquierdo de (8.85) se puede escribir como<br />

−1 −1<br />

† † †<br />

(8.86)<br />

( f, Ag) = ( U f′ , AU g′ ) = ( U f′ , AU g′ ) = ( f ′ , UAU g′<br />

)<br />

Comparando entonces la (8.86) con la (8.85) vemos que la transformación del operador A está<br />

dada por<br />

En resumidas cuentas:<br />

A′ = UAU † (8.87)


102<br />

8. El formalismo de la Mecánica Cuántica<br />

• Dada una transformación unitaria U que nos lleva de F a F ′ , las descripción del sistema<br />

en términos de las funciones f y los operadores A definidos en F es equivalente a la descripción<br />

en términos de las funciones f ′ y los operadores A ′ definidos en F ′ .<br />

• Las relaciones entre f y f ′ y entre A y A ′ están dadas, respectivamente, por las ecs.<br />

(8.80) y (8.87).<br />

En realidad no hace falta que F ′ sea un espacio funcional. Basta que sea un espacio vectorial<br />

cualquiera, con tal que se pueda establecer una correspondencia biunívoca del tipo (8.80) entre<br />

los elementos de F y F ′ , que preserve el producto escalar (esto es, que cumpla la (8.81)). Veremos<br />

más adelante ejemplos concretos de estas transformaciones.<br />

Por lo tanto, resulta que mediante transformaciones inducidas por operadores unitarios podemos<br />

obtener diferentes descripciones del mismo sistema cuántico, todas equivalentes. Esta es la idea<br />

básica en que se funda la equivalencia entre el formalismo de matrices de Heisenberg y la mecánica<br />

ondulatoria de Schrödinger, y también la teoría de las transformaciones de Dirac y Jordan.<br />

Volveremos sobre estas cuestiones más adelante, pues primero conviene que el lector se familiarice<br />

con la descripción dada por la teoría de Schrödinger, antes de introducir formalismos más<br />

generales, pero por eso mismo más abstractos y por lo tanto menos intuitivos.

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