El libro blanco de la hidratación - Cerveza y Salud
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Los refrescos Carlos de Arpe Muñoz INTRODUCCIÓN Las bebidas refrescantes constituyen un grupo grande y diverso cuyo consumo mundial ha experimentado un fuerte crecimiento en las pasadas décadas. Aunque en lo referente a la elección del tipo de bebida existe una notable influencia y variación cultural y social, hay en la actualidad una tendencia creciente a la utilización de otras bebidas en lugar del agua simple de abastecimiento. Este fenómeno es particularmente intenso en los países desarrollados, donde incluso la más moderna revalorización del agua como bebida saludable se ha traducido en un incremento de la producción y venta de aguas envasadas. Esta tendencia hace que el mercado mundial de los comúnmente llamados refrescos, que en breve definiremos con más precisión, experimente un continuo crecimiento. Si el consumo mundial de estas bebidas alcanzó en 2003 los 25.900 millones de litros, las estimaciones para el futuro apuntan a una cifra de 36.500 millones de litros en 2008. La producción industrial de este tipo de bebidas está experimentando en España un marcado crecimiento. Así, en 2004 la producción total ascendió a los 4.769 millones de litros, lo cual supuso un incremento del 6% respecto al año anterior (1). 41 LIBRO BLANCO DE LA HIDRATACIÓN Si hablamos ahora de consumo y no de producción, los españoles en 2002 habían consumido 64 litros por cabeza y año de las bebidas del grupo denominado “bebidas refrescantes y gaseosas” (2). En la evolución del consumo de los españoles, en el período 98/2003, se observa un incremento de la compra que es sólo muy moderado, debido sobre todo al crecimiento del porcentaje de consumo de los zumos y de las aguas minerales. En los tres últimos años el consumo parece haberse estabilizado. Del consumo total español, las bebidas a base de cola se llevan el primer puesto, seguidas a continuación por los refrescos de naranja y por los de limón, en tercer lugar y en cuarto por las llamadas tónicas. Sin embargo, aunque el volumen de consumo más elevado sigue dándose en estos “refrescos tradicionales”, el mayor y más rápido incremento del consumo se está produciendo en productos menos clásicos, como las bebidas sin gas y sin azúcares o en las llamadas bebidas energéticas y en las bebidas para deportistas. En efecto, aunque el mayor porcentaje de la producción corresponde a las bebidas con gas, 87%, esta cantidad tiende a disminuir, con un fuerte crecimiento en 2004 de la producción y demanda del producto sin gas. Algo similar ocurre con los refrescos con azúcar, que aunque en 2004 suponen un 77% del total han perdido el restante 23% frente a los no azucarados, que aumentaron nada menos que el 20,5% en dicho año. Aunque el sabor dulce ha sido siempre una de las claves del gusto por los refrescos, la progresiva utilización de combinaciones de edulcorantes acalóricos con sabores más similares a la sacarosa ha ayudado en estos cambios. Por otra parte, el mercado de los refrescos es fuertemente estacional y este hecho induce a los fabricantes a promocio-
3 Otras bebidas hidratantes: características principales, valor nutritivo y aspectos legales sobre su consumo nar nuevos productos que no aparezcan ante el público como meros saciantes de la sed: productos bajos en calorías que ayudan a mantener la línea, refrescos energéticos, etc. DEFINICIÓN Y COMPOSICIÓN DE LAS BEBIDAS REFRESCANTES La normativa sobre estos productos (Véase Referencias normativas) utiliza el término “bebidas refrescantes” y las define como “bebidas preparadas con agua potable y los ingredientes y demás productos autorizados por la reglamentación, adicionadas o no con anhídrido carbónico”. Esta descripción nos deja un amplio abanico de bebidas que no sólo incluyen lo que habitualmente entendemos como refrescos, sino también productos como las aguas carbonatadas (seltz y soda), las aguas aromatizadas y las gaseosas. Las aguas carbonatadas son básicamente agua con anhídrido carbónico (seltz), o que incluyen además del carbónico, bicarbonato sódico (soda). Las aguas aromatizadas pueden incluir o no anhídrido carbónico, y contienen además agentes aromáticos y cloruro sódico hasta un máximo de 1 gr. por litro. Por último, las gaseosas son dulces pues además de dióxido de carbono y agentes aromáticos contienen azúcar o edulcorantes artificiales. Así pues, si también queremos llamar refrescos a los productos anteriores, éstos serían los más sencillos. Sin embargo, los productos que comúnmente llamamos refrescos pertenecen a una de las tres siguientes categorías: bebidas refrescantes de extractos, bebidas refrescantes de zumos de frutas y bebidas refrescantes aromatizadas. 42 La denominación “bebidas refrescantes de extractos”, comprende bebidas en las cuales el CO2 es opcional, pero que incluyen extractos vegetales y agentes aromáticos naturales, además de azúcar y aditivos autorizados. A este grupo, por ejemplo, pertenecen las bebidas de cola normales de las principales marcas. Por “bebidas refrescantes de zumos de frutas” la normativa entiende productos con o sin anhídrido carbónico, con azúcar y agentes aromáticos naturales, pero en las que además se ha añadido zumo de frutas, en una ligera proporción que varía según el tipo de fruta, oscilando del 4 al 12%. A esta categoría corresponderían los refrescos de limón o naranja tradicionales de las marcas más comunes. Como ejemplo, uno de los refrescos sin burbujas y de limón más común en nuestro país contiene un 6% de zumo de limón. Es importante no confundir estos productos con los verdaderos zumos de frutas, tratados en otro lugar de este capítulo. Las “bebidas refrescantes aromatizadas” son bebidas coloreadas, en las cuales también el anhídrido carbónico es opcional, que contienen azúcar o edulcorantes artificiales, agentes aromáticos, y a las cuales además se puede añadir zumo de frutas y derivados lácteos. Entre otros, alguno de los refrescos más famosos con sabor a té etiquetan su producto como perteneciente a esta categoría. La oferta de bebidas refrescantes es amplia y variada y ello queda reflejado en la reglamentación, que además de las anteriores categorías incluye otras como las de disgregados de frutas, las refrescantes mixtas obtenidas por la mezcla de bebidas correspondientes a las categorías anteriores, las bebidas para diluir y los productos sólidos o en polvo para la preparación de bebidas refrescantes.
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Los refrescos<br />
Carlos <strong>de</strong> Arpe Muñoz<br />
INTRODUCCIÓN<br />
Las bebidas refrescantes constituyen un grupo gran<strong>de</strong> y<br />
diverso cuyo consumo mundial ha experimentado un fuerte<br />
crecimiento en <strong>la</strong>s pasadas décadas. Aunque en lo referente<br />
a <strong>la</strong> elección <strong>de</strong>l tipo <strong>de</strong> bebida existe una notable influencia<br />
y variación cultural y social, hay en <strong>la</strong> actualidad una ten<strong>de</strong>ncia<br />
creciente a <strong>la</strong> utilización <strong>de</strong> otras bebidas en lugar <strong>de</strong>l<br />
agua simple <strong>de</strong> abastecimiento.<br />
Este fenómeno es particu<strong>la</strong>rmente intenso en los países <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>dos,<br />
don<strong>de</strong> incluso <strong>la</strong> más mo<strong>de</strong>rna revalorización <strong>de</strong>l agua<br />
como bebida saludable se ha traducido en un incremento <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />
producción y venta <strong>de</strong> aguas envasadas.<br />
Esta ten<strong>de</strong>ncia hace que el mercado mundial <strong>de</strong> los comúnmente<br />
l<strong>la</strong>mados refrescos, que en breve <strong>de</strong>finiremos con más<br />
precisión, experimente un continuo crecimiento. Si el consumo<br />
mundial <strong>de</strong> estas bebidas alcanzó en 2003 los 25.900<br />
millones <strong>de</strong> litros, <strong>la</strong>s estimaciones para el futuro apuntan a<br />
una cifra <strong>de</strong> 36.500 millones <strong>de</strong> litros en 2008.<br />
La producción industrial <strong>de</strong> este tipo <strong>de</strong> bebidas está experimentando<br />
en España un marcado crecimiento. Así, en<br />
2004 <strong>la</strong> producción total ascendió a los 4.769 millones <strong>de</strong><br />
litros, lo cual supuso un incremento <strong>de</strong>l 6% respecto al año<br />
anterior (1).<br />
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LIBRO BLANCO DE LA HIDRATACIÓN<br />
Si hab<strong>la</strong>mos ahora <strong>de</strong> consumo y no <strong>de</strong> producción, los españoles<br />
en 2002 habían consumido 64 litros por cabeza y año <strong>de</strong> <strong>la</strong>s<br />
bebidas <strong>de</strong>l grupo <strong>de</strong>nominado “bebidas refrescantes y gaseosas”<br />
(2). En <strong>la</strong> evolución <strong>de</strong>l consumo <strong>de</strong> los españoles, en el<br />
período 98/2003, se observa un incremento <strong>de</strong> <strong>la</strong> compra que es<br />
sólo muy mo<strong>de</strong>rado, <strong>de</strong>bido sobre todo al crecimiento <strong>de</strong>l porcentaje<br />
<strong>de</strong> consumo <strong>de</strong> los zumos y <strong>de</strong> <strong>la</strong>s aguas minerales. En<br />
los tres últimos años el consumo parece haberse estabilizado.<br />
Del consumo total español, <strong>la</strong>s bebidas a base <strong>de</strong> co<strong>la</strong> se llevan<br />
el primer puesto, seguidas a continuación por los refrescos<br />
<strong>de</strong> naranja y por los <strong>de</strong> limón, en tercer lugar y en cuarto<br />
por <strong>la</strong>s l<strong>la</strong>madas tónicas. Sin embargo, aunque el volumen<br />
<strong>de</strong> consumo más elevado sigue dándose en estos “refrescos<br />
tradicionales”, el mayor y más rápido incremento <strong>de</strong>l consumo<br />
se está produciendo en productos menos clásicos,<br />
como <strong>la</strong>s bebidas sin gas y sin azúcares o en <strong>la</strong>s l<strong>la</strong>madas<br />
bebidas energéticas y en <strong>la</strong>s bebidas para <strong>de</strong>portistas.<br />
En efecto, aunque el mayor porcentaje <strong>de</strong> <strong>la</strong> producción<br />
correspon<strong>de</strong> a <strong>la</strong>s bebidas con gas, 87%, esta cantidad tien<strong>de</strong><br />
a disminuir, con un fuerte crecimiento en 2004 <strong>de</strong> <strong>la</strong> producción<br />
y <strong>de</strong>manda <strong>de</strong>l producto sin gas.<br />
Algo simi<strong>la</strong>r ocurre con los refrescos con azúcar, que aunque<br />
en 2004 suponen un 77% <strong>de</strong>l total han perdido el restante<br />
23% frente a los no azucarados, que aumentaron nada<br />
menos que el 20,5% en dicho año.<br />
Aunque el sabor dulce ha sido siempre una <strong>de</strong> <strong>la</strong>s c<strong>la</strong>ves <strong>de</strong>l<br />
gusto por los refrescos, <strong>la</strong> progresiva utilización <strong>de</strong> combinaciones<br />
<strong>de</strong> edulcorantes acalóricos con sabores más simi<strong>la</strong>res<br />
a <strong>la</strong> sacarosa ha ayudado en estos cambios.<br />
Por otra parte, el mercado <strong>de</strong> los refrescos es fuertemente<br />
estacional y este hecho induce a los fabricantes a promocio-