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El libro blanco de la hidratación - Cerveza y Salud

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<strong>El</strong> consumo <strong>de</strong> bebidas en España: una guía directriz<br />

NUTRICIÓN Y BEBIDAS<br />

En este contexto, una <strong>de</strong> <strong>la</strong>s i<strong>de</strong>as c<strong>la</strong>ves es que en <strong>la</strong> dieta<br />

saludable <strong>de</strong> los países <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>dos los líquidos ingeridos no<br />

tienen por qué proporcionar energía ni servir para cubrir necesida<strong>de</strong>s<br />

nutritivas. De hecho, <strong>la</strong> contribución tradicional <strong>de</strong> los<br />

líquidos para cubrir <strong>la</strong> ingestión recomendada <strong>de</strong> nutrientes es<br />

mínima excepto en lo que se refiere a los lácteos y a los zumos<br />

<strong>de</strong> frutas, por lo que po<strong>de</strong>mos afirmar que, en <strong>la</strong>s bebidas, el<br />

ba<strong>la</strong>nce entre el aporte <strong>de</strong> energía y <strong>de</strong> nutrientes es un factor<br />

crítico en su papel <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> una dieta equilibrada. Así, es<br />

necesario p<strong>la</strong>ntearse lo ocurrido en algunos países don<strong>de</strong> han<br />

proliferado bebidas saborizadas con distintos nutrientes esenciales<br />

añadidos (bebidas fortificadas). Esta fortificación no es<br />

necesaria excepto en el caso <strong>de</strong> necesidad (déficit) <strong>de</strong>mostrada,<br />

<strong>de</strong> acuerdo a los criterios <strong>de</strong> <strong>la</strong> FAO. En fin, aún siendo una<br />

obviedad, no po<strong>de</strong>mos <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> recordar que el fin <strong>de</strong>l agua<br />

potable, y <strong>de</strong> <strong>la</strong> mayoría <strong>de</strong> <strong>la</strong>s bebidas, es ser utilizadas para<br />

satisfacer los requerimientos <strong>de</strong> líquido <strong>de</strong> <strong>la</strong>s personas.<br />

Sin embargo, <strong>la</strong> variedad que a menudo el consumidor <strong>de</strong>manda,<br />

así como <strong>la</strong>s preferencias individuales, hacen que en una<br />

dieta saludable puedan perfectamente estar incluidas no sólo el<br />

agua sino también otros tipos <strong>de</strong> bebidas. La cuestión es cómo<br />

incorporar a nuestra alimentación <strong>la</strong> gran variedad <strong>de</strong> nuevos<br />

productos que <strong>la</strong> industria va aportando al mercado o, lo que es<br />

lo mismo, apren<strong>de</strong>r a elegir bebidas a<strong>de</strong>cuadas, refrescantes,<br />

que nos hidraten e incluso que nos puedan proporcionar p<strong>la</strong>cer.<br />

EXPERIENCIAS FUERA DE ESPAÑA<br />

En <strong>la</strong>s últimas décadas, los niveles <strong>de</strong> sobrepeso y obesidad<br />

han aumentado en todo los grupos <strong>de</strong> pob<strong>la</strong>ción en los<br />

Estados Unidos, habiendo aumentado <strong>la</strong> ingestión energética<br />

entre 150 y 300 kcal en los diferentes grupos <strong>de</strong> edad y sexo.<br />

162<br />

Aunque en EE.UU. <strong>la</strong> atención <strong>de</strong> <strong>la</strong>s guías dietéticas siempre<br />

se ha puesto sobre los alimentos, actualmente <strong>la</strong> ingestión<br />

energética a partir <strong>de</strong> bebidas representa el 21% <strong>de</strong> toda <strong>la</strong><br />

energía ingerida por <strong>la</strong> pob<strong>la</strong>ción mayor <strong>de</strong> dos años <strong>de</strong> edad<br />

(5). Esta cantidad <strong>de</strong> energía aportada a través <strong>de</strong> líquidos, lo<br />

es predominantemente gracias a <strong>la</strong>s bebidas calóricas azucaradas.<br />

En efecto, el aumento energético <strong>de</strong> <strong>la</strong> dieta americana<br />

es responsabilidad en un 50% <strong>de</strong> <strong>la</strong> ingestión este tipo <strong>de</strong> bebidas:<br />

entre 1977 y 2001, el porcentaje <strong>de</strong> energía obtenida a<br />

partir <strong>de</strong> los refrescos y bebidas con extractos <strong>de</strong> frutas ha<br />

aumentado casi tres veces, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el 2,8% al 7%, con <strong>la</strong> consiguiente<br />

reducción en <strong>la</strong> ingestión <strong>de</strong> otros alimentos, como<br />

los productos lácteos, en compensación. Por el contrario, el<br />

consumo <strong>de</strong> bebidas como agua, té o café proporcionan el<br />

70% <strong>de</strong>l volumen <strong>de</strong> líquido ingerido y únicamente el 2% <strong>de</strong> <strong>la</strong>s<br />

calorías. Asimismo, el tamaño <strong>de</strong> <strong>la</strong>s raciones <strong>de</strong> estas bebidas<br />

azucaradas, en todas <strong>la</strong>s eda<strong>de</strong>s aumentó, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los 402 ml a<br />

los 621 ml entre 1977 y 1996, creciendo también su número <strong>de</strong><br />

raciones <strong>de</strong>s<strong>de</strong> 1,96 (en 1977, <strong>de</strong> media), hasta 2,39 raciones<br />

diarias en 1996.<br />

En <strong>la</strong>s guías alimentarias para el consumo <strong>de</strong> bebidas, se <strong>de</strong>stacan<br />

como <strong>la</strong>s <strong>de</strong> mayor interés aquél<strong>la</strong>s cuyo ingrediente principal<br />

es el agua, recomendándose su consumo frecuente. En el<br />

extremo opuesto, estarían situadas <strong>la</strong>s bebidas azucaradas<br />

cuyo consumo se recomienda <strong>de</strong> forma esporádica. Éstas guías<br />

están dirigidas a pob<strong>la</strong>ciones mayores <strong>de</strong> seis años (figura 4).<br />

BEBIDAS, SACIEDAD Y COMPENSACIÓN<br />

Las bebidas tienen, en general, escaso po<strong>de</strong>r saciante y <strong>de</strong>spiertan<br />

pobres mecanismos dietéticos <strong>de</strong> compensación. En<br />

efecto, los estudios sobre <strong>la</strong>s sensaciones re<strong>la</strong>cionadas con el<br />

apetito (hambre, sensación <strong>de</strong> plenitud, otros consumos<br />

potenciales) apoyan <strong>la</strong> opinión <strong>de</strong> que los líquidos son menos

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