El libro blanco de la hidratación - Cerveza y Salud

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09.05.2013 Views

moléculas y otras sustancias orgánicas, en los procesos fisiológicos desde la digestión hasta la absorción y excreción de sustancias, en la masticación y deglución de alimentos, y en el correcto funcionamiento de los riñones, intestino y sistema circulatorio. Es el principal solvente del organismo, posibilitando el desarrollo de las reacciones químicas y siendo indispensable para la termorregulación corporal. Además, el agua contribuye con el aporte de micronutrientes (calcio, magnesio, sodio, potasio, cloro, flúor, iodo), algunos de los cuales contribuyen al equilibrio iónico (1). La presencia de cloro en la composición del agua proviene de su tratamiento de potabilización, que le añade una importante función antibactericida en la prevención de enfermedades gastroentéricas (2). En aquellos casos en que la concentración del calcio del agua alcanza entre 50 y 100mg/l, puede ser considerada una fuente dietética llegando a cubrir entre el 24 y el 56% de los requerimientos en algunos grupos de edad. Sin embargo, si el contenido de este mineral llega a ser muy elevado, puede conferirle al agua características de dureza haciéndola inadecuada para cocinar o para disolver jabones (3). La Organización Mundial de la Salud (OMS), en razón de las grandes variaciones de la composición química del agua en los distintos lugares del mundo, no tiene establecido normas rígidas para la calidad química, pero determina la concentración de sales disueltas que afectan claramente a la potabilidad del agua. Define como concentraciones aceptables para sólidos disueltos un máximo de 500mg/l, con un Ph no superior a 7,0 – 8,5 (1). HIDRATACIÓN ADECUADA Y SEGURA PARA LA SALUD Las necesidades diarias de líquido varían según el clima y las condiciones fisiopatológicas, entre otros factores. Una perso- 123 LIBRO BLANCO DE LA HIDRATACIÓN na adulta, sin indicación de restricción hídrica y en condiciones meteorológicas templadas, debería aportar una cantidad media de 1ml de agua por cada kcal de la dieta, es decir, si ingiere 2.500 kcal, su consumo de agua tiene que ser de 2.500 ml, entre agua de las bebidas y la proporcionada por los alimentos. De los aproximadamente 2,5 litros de agua que deberían ser ingeridos al día por un adulto, cerca del 85% del volumen proviene del agua libre bebida y de la contenida en los alimentos, mientras que el resto procede del agua endógena generada por la oxidación de los hidratos de carbono, las grasas y las proteínas (4). Todos los alimentos contienen agua, aunque en cantidades variables. Además de los alimentos esencialmente líquidos (leche, zumo, yogures, etc.), las frutas frescas, verduras y hortalizas también presentan un significativo contenido en agua, alrededor de un 80 a 90% de su peso, lo que les confiere, en parte, el carácter regulador que desempeñan en la dieta (5). EL AGUA EN EL MEDIO HOSPITALARIO Por su significativa participación en la limpieza e higiene ambiental, el agua es un recurso imprescindible en el domicilio y, especialmente, en el medio hospitalario. Ha de reunir ciertos requisitos, tanto en su composición química como en su estado higiénico. La importancia del agua en un hospital va mucho más allá que mantener el balance hídrico del organismo de los pacientes; su potabilidad, así como la presencia y contenido de determinados elementos químicos, están implicados en la aparición de complicaciones para los enfermos. Numerosos factores hospitalarios pueden relacionarse con la aparición

6 El problema de la hidratación en el medio hospitalario y residencial de enfermedades nosocomiales pero, quizá, el agua sea el más importante y controlable de ellos, ya que se ve involucrada en la presencia de los patógenos nosocomiales (6). Al igual que en los domicilios, los hospitales españoles disponen de un tratamiento químico en el agua que proviene de los grifos, para que ésta sea siempre apta para consumo. Sin embargo, debido a la posibilidad de que haya contaminación de la red de abastecimiento y un consecuente compromiso de la potabilidad del agua suministrada, la regularidad del monitoreo de su calidad desde la fuente de que proviene se hace especialmente importante para reducir el riesgo y susceptibilidad de los pacientes (7). En Estado Unidos, el CDC (Center for Disease Control) tiene definido como una alternativa a la esterilidad del agua, la filtración (con filtros de 2µm) como medida a ser adoptada para lograr un agua estándar de alta calidad, incluso para el enjuague final de materiales y equipos como los endoscopios (6). En el hospital, la relación entre el aporte hídrico y la alimentación es, asimismo, muy peculiar. En ocasiones, los pacientes permanecen largos periodos sin alimentarse vía oral, sea por su enfermedad o por una recuperación posquirúrgica, y requieren someterse a dietas de transición para volver, de forma gradual, a hacer una alimentación normal. Es un período que representa una adaptación, en que inicialmente se indica una dieta líquida con el propósito de estimular lo menos posible el tracto gastrointestinal. Para esto, la dieta contienen poca cantidad de proteínas y grasas, y los carbohidratos (simples y complejos) están muy modificados para dejar un mínimo de residuos en el tracto intestinal, con lo cual se hace nutricionalmente incompleta para cubrir las necesidades en nutrientes de un individuo. A pesar de esto, es una dieta que aporta agua, electrolitos y azúcar, con destacada 124 importancia en la hidratación de los pacientes (8). Lo habitual es que las dietas líquidas incompletas sean prescritas para 24- 48 horas, en ocasiones junto a fluidoterapia. En los casos en que la dieta se paute para más de 2 ó 3 días, es recomendable el uso de suplementos nutricionales que concentran los nutrientes en volúmenes perfectamente tolerados por los pacientes (8). Si por un lado la hidratación compone parte fundamental en el tratamiento y recuperación de los pacientes, su relevancia también está preconizada en la inminencia de la muerte. En respuesta a la dignidad de la persona humana, las cuestiones éticas consideran los cuidados mínimos de higiene, alimentación e hidratación como ineludibles hasta el final de la vida. Pero, cuando lo que está en juego es el bienestar del paciente, se debe aclarar que la reducción de comida o del consumo de líquido no causa sufrimiento. De hecho, cuando el corazón y los riñones fallan, ingerir una cantidad normal de líquidos puede producir disnea ya que el líquido se acumula en los pulmones. Un consumo reducido de alimentos y líquidos puede reducir la necesidad de aspiraciones debido a la menor cantidad de líquidos en la garganta, y también puede disminuir el dolor, debido a la menor presión ejercida en casos de presencia de tumores. También facilita la secreción de mayores cantidades de defensas químicas naturales contra el dolor (endorfinas). Por lo tanto, en estas situaciones, no se debe obligar al paciente a comer ni a beber, sobre todo si para ello se debe recurrir a un tratamiento intravenoso (9). DESHIDRATACIÓN El agua entra en el cuerpo principalmente por la absorción desde el aparato digestivo y lo abandona como orina que

molécu<strong>la</strong>s y otras sustancias orgánicas, en los procesos fisiológicos<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> <strong>la</strong> digestión hasta <strong>la</strong> absorción y excreción <strong>de</strong><br />

sustancias, en <strong>la</strong> masticación y <strong>de</strong>glución <strong>de</strong> alimentos, y en<br />

el correcto funcionamiento <strong>de</strong> los riñones, intestino y sistema<br />

circu<strong>la</strong>torio. Es el principal solvente <strong>de</strong>l organismo, posibilitando<br />

el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> <strong>la</strong>s reacciones químicas y siendo indispensable<br />

para <strong>la</strong> termorregu<strong>la</strong>ción corporal. A<strong>de</strong>más, el agua contribuye<br />

con el aporte <strong>de</strong> micronutrientes (calcio, magnesio,<br />

sodio, potasio, cloro, flúor, iodo), algunos <strong>de</strong> los cuales contribuyen<br />

al equilibrio iónico (1).<br />

La presencia <strong>de</strong> cloro en <strong>la</strong> composición <strong>de</strong>l agua proviene <strong>de</strong><br />

su tratamiento <strong>de</strong> potabilización, que le aña<strong>de</strong> una importante<br />

función antibactericida en <strong>la</strong> prevención <strong>de</strong> enfermeda<strong>de</strong>s<br />

gastroentéricas (2). En aquellos casos en que <strong>la</strong> concentración<br />

<strong>de</strong>l calcio <strong>de</strong>l agua alcanza entre 50 y 100mg/l, pue<strong>de</strong> ser consi<strong>de</strong>rada<br />

una fuente dietética llegando a cubrir entre el 24 y el<br />

56% <strong>de</strong> los requerimientos en algunos grupos <strong>de</strong> edad. Sin<br />

embargo, si el contenido <strong>de</strong> este mineral llega a ser muy elevado,<br />

pue<strong>de</strong> conferirle al agua características <strong>de</strong> dureza<br />

haciéndo<strong>la</strong> ina<strong>de</strong>cuada para cocinar o para disolver jabones<br />

(3). La Organización Mundial <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>Salud</strong> (OMS), en razón <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong>s gran<strong>de</strong>s variaciones <strong>de</strong> <strong>la</strong> composición química <strong>de</strong>l agua<br />

en los distintos lugares <strong>de</strong>l mundo, no tiene establecido normas<br />

rígidas para <strong>la</strong> calidad química, pero <strong>de</strong>termina <strong>la</strong> concentración<br />

<strong>de</strong> sales disueltas que afectan c<strong>la</strong>ramente a <strong>la</strong><br />

potabilidad <strong>de</strong>l agua. Define como concentraciones aceptables<br />

para sólidos disueltos un máximo <strong>de</strong> 500mg/l, con un Ph<br />

no superior a 7,0 – 8,5 (1).<br />

HIDRATACIÓN ADECUADA<br />

Y SEGURA PARA LA SALUD<br />

Las necesida<strong>de</strong>s diarias <strong>de</strong> líquido varían según el clima y <strong>la</strong>s<br />

condiciones fisiopatológicas, entre otros factores. Una perso-<br />

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LIBRO BLANCO DE LA HIDRATACIÓN<br />

na adulta, sin indicación <strong>de</strong> restricción hídrica y en condiciones<br />

meteorológicas temp<strong>la</strong>das, <strong>de</strong>bería aportar una cantidad<br />

media <strong>de</strong> 1ml <strong>de</strong> agua por cada kcal <strong>de</strong> <strong>la</strong> dieta, es <strong>de</strong>cir, si<br />

ingiere 2.500 kcal, su consumo <strong>de</strong> agua tiene que ser <strong>de</strong> 2.500<br />

ml, entre agua <strong>de</strong> <strong>la</strong>s bebidas y <strong>la</strong> proporcionada por los alimentos.<br />

De los aproximadamente 2,5 litros <strong>de</strong> agua que <strong>de</strong>berían ser<br />

ingeridos al día por un adulto, cerca <strong>de</strong>l 85% <strong>de</strong>l volumen proviene<br />

<strong>de</strong>l agua libre bebida y <strong>de</strong> <strong>la</strong> contenida en los alimentos,<br />

mientras que el resto proce<strong>de</strong> <strong>de</strong>l agua endógena generada<br />

por <strong>la</strong> oxidación <strong>de</strong> los hidratos <strong>de</strong> carbono, <strong>la</strong>s grasas y <strong>la</strong>s<br />

proteínas (4).<br />

Todos los alimentos contienen agua, aunque en cantida<strong>de</strong>s<br />

variables. A<strong>de</strong>más <strong>de</strong> los alimentos esencialmente líquidos<br />

(leche, zumo, yogures, etc.), <strong>la</strong>s frutas frescas, verduras y hortalizas<br />

también presentan un significativo contenido en agua,<br />

alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> un 80 a 90% <strong>de</strong> su peso, lo que les confiere, en<br />

parte, el carácter regu<strong>la</strong>dor que <strong>de</strong>sempeñan en <strong>la</strong> dieta (5).<br />

EL AGUA EN EL MEDIO HOSPITALARIO<br />

Por su significativa participación en <strong>la</strong> limpieza e higiene<br />

ambiental, el agua es un recurso imprescindible en el domicilio<br />

y, especialmente, en el medio hospita<strong>la</strong>rio. Ha <strong>de</strong> reunir<br />

ciertos requisitos, tanto en su composición química como en<br />

su estado higiénico.<br />

La importancia <strong>de</strong>l agua en un hospital va mucho más allá<br />

que mantener el ba<strong>la</strong>nce hídrico <strong>de</strong>l organismo <strong>de</strong> los pacientes;<br />

su potabilidad, así como <strong>la</strong> presencia y contenido <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>terminados elementos químicos, están implicados en <strong>la</strong><br />

aparición <strong>de</strong> complicaciones para los enfermos. Numerosos<br />

factores hospita<strong>la</strong>rios pue<strong>de</strong>n re<strong>la</strong>cionarse con <strong>la</strong> aparición

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