Untitled - Nicola Viceconti

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- Toda ocasión es buena para jactarse, ¿eh? ¡No soporto su provincialismo! A pesar de que fuera también ella hija de inmigrantes italianos, no admitía nuestro innato sentido de competitividad. Tal vez tenía razón, pero para callarla le contesté enérgicamente. - ¡Antes de nuestra llegada, aquí no había nada! Sólo desolación. ¡Desolación y basta! Repetí aquella palabra buscando algún otro argumento aún más convincente. - ¡Hasta el nombre le dimos nosotros a este país! María no reaccionó a mi ataque y, por un instante, creí haber sido eficaz en persuadirla, pero me equivoqué. - Señor Mimmo, ¿De nuevo? No sólo usted, sino que muchos italianos se atribuyen este mérito. Pero así sólo demuestran que no conocen para nada la historia. El nombre Argentina se lo dieron los conquistadores españoles. Me devolvió la manguera y se fue silbando, contenta de haberse dado otra satisfacción. Así era María, combativa e inteligente, siempre lista a confrontarse. Había vivido su adolescencia a fines de los años setenta, en medio de un fermento político que envistió a todo el país. En aquel período, los jóvenes redescubrieron el asociacionismo y la participación directa a todas las actividades sociales. Ella, junto a los más sensibilizados, teorizaba sobre un mundo libre y sin injusticias. Eran aquellos los motivos de su activismo en la asociación de estudiantes universitarios, nada más. Sin embargo, para algunos, María Eugenia Alberti era
subversiva.
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CUMPARSITA Nicola Vicenconti Traduc
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a Francesco, mi padre. A los “Vig
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Prologo Cuando usted, caro lector,
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cual no parece que pueda ocurrir al
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Perfume de Quintero Fumar es un pla
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- Fumar un cigarro para mí es un m
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desde siempre a mandar y no tolerab
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del navío. Era el último saludo a
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Mientras la enfermera me ayudaba a
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Viejo y Nuevo Así se baila el tang
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- ¡Guau! Un proyecto de veras ambi
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trabajaban. Yo, en cambio, trabajab
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clásica y moderna en el Centro Cul
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Muchacho mío, imaginate que alguie
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Un nota, una mañana Cuando estés
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trazaba marcas sobre la pantalla. E
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hombre, ha llegado el momento. Sos
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entendía el significado de aquella
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año nuevo en mi barrio, con mis ve
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ponía para estas ocasiones. A pesa
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Nuestro amado Tortoni Viejo Tortoni
Page 44 and 45: con la cocina. Estaba haciendo ravi
Page 46 and 47: El lugar estaba lleno, hallé una m
Page 48 and 49: - ¿Y aquí en Argentina? ¿No hab
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Page 52 and 53: fascista que, en aquellos años, ha
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Page 56 and 57: pagaban el precio del alojamiento t
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Page 60 and 61: cabezas de familia. Debían escoger
Page 62 and 63: fogoneros y maquinistas que hacían
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Page 68 and 69: luego íbamos hasta la Avenida 9 de
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Page 78 and 79: por un indio semi desconocido, vos
Page 80 and 81: tan importante ritual. Bebimos junt
Page 82 and 83: - ¿Qué?, ¿Monzón? ¿El boxeador
Page 84 and 85: una cifra exorbitante pero tampoco
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Page 96 and 97: … Los declaro marido y mujer Algu
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Page 108 and 109: Había llegado el momento de saluda
Page 110 and 111: como la joven actriz protagonista,
Page 113 and 114: ¡Fuerza Raúl! Bailar el tango es
Page 115 and 116: junto a mí, me abrazó tiernamente
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Page 119 and 120: ostro serio y titubeó al decirme q
Page 121 and 122: alcanzar aquella prestigiosa meta.
Page 123 and 124: improvisaciones. Él, sin perder nu
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Page 131 and 132: Siempre había alguien de su famili
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Page 135 and 136: a Saverio. De todos modos se va, ti
Page 137 and 138: natural. Hasta los lugares que veí
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Buenos Aires, 25 de junio de 2007 Q
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Desde que nos conocimos Graciela me
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seis años y empleará de todo el t
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Sofía te dirá el día preciso de
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cuando me definía inmortal.
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Cumparsita Sin embargo yo siempre t
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pegado a la silla y ella de pie, es
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las compras, un hombre con los bigo
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cual había sido colocada la imagen
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y devoto amigo de Doménico Labriol
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“Cumparsita” se introduce en un
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) Nota del traductor: “Lucanos”
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) Nota del traductor: San Canio es
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) Nota del traductor: Dialecto de c
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) Nota del traductor: “... us bra
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0) Nota del traductor: Uardabosc’
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