Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
antes de que fuera arrojado junto con otras baratijas. No<br />
pude evitar leerlo todo, de la primera a la última página.<br />
Creo que fue un intento de hacer balance de la propia<br />
existencia, de reproducir en la mente las cosas más<br />
queridas y revivirlas antes de perder el recuerdo. Su vida<br />
estuvo atada a la de mi padre, Saverio y también a la mía.<br />
De un modo seguro, si estuviera todavía vivo, habría<br />
escrito en sus apuntes también las cosas que no hice a<br />
tiempo de contarle. Es por esto que pienso que a él le<br />
gustaría mucho que yo diera a conocer estas vicisitudes y<br />
toda su historia también a otros.<br />
Aquel día en Viggiano hacía calor. A las tres de la tarde,<br />
el termómetro sobre la puerta de entrada de la casa de<br />
Giuseppina marcaba treinta y un grados. Quería tomar<br />
algo fresco y fui al bar del parque municipal. Fue en<br />
aquella ocasión que encontré finalmente a Rosa Consoli, la<br />
mujer que hubiera sido esposa de mi padre.<br />
Se acercó mientras estaba hojeando el periódico<br />
sentado en una mesa. Tímidamente me puso una mano<br />
sobre el hombro. Yo estaba distraído y me sobresalté un<br />
poco. Me di vuelta y vi a una señora anciana, bien vestida<br />
y de lindo aspecto. Me llamó la atención su cara luminosa<br />
y los ojos de color verde intenso. Tenía los cabellos<br />
blancos, no muy largos y bien peinados.<br />
Cuando se acercó para preguntarme si era el hijo de<br />
Saverio, sentí una extraña sensación. Aquella mujer tenía<br />
algo de familiar y por un instante pensé que ya la había<br />
visto en algún lado, pero no supe decir de dónde. Quién<br />
sabe, tal vez en un sueño.<br />
Permanecimos en silencio por algunos segundos, yo