ABRIR TOMO I - Biblioteca de la Universidad Complutense ...
ABRIR TOMO I - Biblioteca de la Universidad Complutense ... ABRIR TOMO I - Biblioteca de la Universidad Complutense ...
“Mírame y no te sientes que haces mal papel!” “Marcha casi triunfal”’ 5 (1925) 24 de octubre. Apéndice II. Lapoesía de “La cena de las burlas” (Para conmemorar la fiesta del 23 de octubre.) ¡Ya sale el cortejo! ¡Ya sale el cortejo! Ya se oyen clarines, timbales. Ya vienen, gallardos y altivos cual robles, haciendo el despejo, con sables y porras, luciendo no tímidas gorras, más cascos de punta de oro, que dan un divino reflejo, los municipales. ¡Los pechos llenad de optimismo! ¡No estéis melancólicos! Ya vienen, montados en potros que ostentan brillantes gualdrapas, rodeados de apuestos garzones, de chicas muy guapas, los Reyes Católicos. Aquel caballero que pide su puesto en la liza y embraza su lanza altanero (aquel caballero que al pronto parece un piquero), dispónese a dar al contrario muy seria paliza. ¡Qué nobles bracean los potros! ¡Qué lindas corvetas! Los saltos que dan, ¡qué oportunos! Aplausos a los caballeros y a sus compañeros. ¡Qué fuego en los unos! ¡Qué ardor en los otros! Mas ved tomar campo, valientes, a dos paladines que van a quebrar unas cañas al son de los claros clarines que lanzan al viento el clangor de remotas Españas! ¡Ya chocan los dos españoles! ¡A ver, paladín, sial contrario derribas! ¡A ver si los dos vais al suelo, midiéndolo con vuestras moles! ¡Ya toma el aplauso su vuelo! ¡Cien vivas! ¡Mil oles! ¿Qué es ese estropicio? ¿Qué trompa resuena en la plaza con caos de Día del Juicio? ¿Quién nos amenaza con dar a la fiesta otro sesgo? ¿Quién viene tan rudo en su traza, fiado en su sangre, sin duda muy moza, más bien que en su firme y bruñida y radiante coraza? ¿Su patria cuál es? ¿Puente Viesgo? ¿Nacido es en Baza? ¿Quizá en Zaragoza? No sabe la Fama su nombre tal vez: no lo ha oído. ¿Quién es? ¿Cómo, cielos, se llama? ¿No habrá quien responda? Si el Desconocido se llama tal vez Cayetano, ¿procede de Ronda? Parece que hace referencia a los festejos de otoño que se celebraron en Madrid, uno de esos festejos era un gran torneo a la antigua usanza a beneficio de la Cruz Roja. Los caballeros estuvieron a cargo de oficiales de la Escuela de Equitación Militar. Hubo un caballero desconocido, que fue desmontado. 422
16 Apéndice IL La poesía de “La cena de las burlas” ¡Quién sabe do tuvo su cuna! Mas, pronta, la espalda, implacable, le vuelve la varia Fortuna, tirándolo al suelo a los pies del caballo que monta. ¡No hay capitalista que tanto infortunio resista; con brío y sin miedo, lanzóse, mostrando virtudes de gran caballista, ¡y al punto rodó por el ruedo! Sonad otra vez, ¡oh timbales!; lanzad vuestro canto, trompetas: ¡oh Desconocido!, no vales más que otros que todos conocen y no se dan tono. ¡No niño mimado serás del abono! Vencido, del campo en que entraste engreído por fin te separas. En otra ocasión, no te metas en esas que llaman aquí camisetas y suelen medir once varas. Mas ya se ha acabado el torneo. Ya empieza el toreo, la fiesta que anima dos peninsulares naciones. Ya viene, vibrando en las manos los finos rejones, los nobles hispanos y los lusitanos, que, cual lusitanos, son siempre hiperbólicos... Ya, tristes, se alejan con sus cortesanos, apuestos donceles y chicas muy guapas, que van escoltando a los potros, que ostentan vistosas gualdrapas, los Reyes Católicos... “De Rodrigo a Gonzalo, a través de Jorge y de algunos más”’ 6 (1925), 17 de diciembre. ENVIO Y PALINODIA Al autor de Cosas viejas que parecen nuevas Si alguien escribe unas coplas para conseguir la fama o el dinero cuando tú, musa, le soplas, ¿qué importa cómo se llama, si es coplero? Será el que las coplas forje coplero (si bueno o malo, yo no lo digo), Díez-Canedo se ve envuelto en una polémica entre dos lectores. Uno denuncia que en un periódico madrileño han aparecido las coplas de Jorge Manrique modificadas, atribuidas a un “elegante coplero” y diciendo que retratan a Gonzalo Fernández de Córdoba. Díez-Canedo recoge esta carta en La cena de las burlas. El otro lector responde desde El almuerzo de las chanzas. Con este Envío y Palinodia Díez-Canedo zanja elegantemente la cuestión. 423
- Page 1 and 2: ABRIR TOMO I
- Page 3 and 4: TOMO II
- Page 5 and 6: APÉNDICE 1. VARIANTES La visita de
- Page 7 and 8: Apéndice L Variantes En LaLectura,
- Page 9 and 10: “De un poema” 613 y. 3: un gale
- Page 11 and 12: “Personificación de San Miguel d
- Page 13 and 14: “Cuenca y las cigarras”, (1920)
- Page 15 and 16: Apéndice IL La poesía de “La ce
- Page 17 and 18: Apéndice IL Lapoesía de “La cen
- Page 19 and 20: Apéndice II. La poesía de “La c
- Page 21 and 22: Apéndice IL La poesía de “La ce
- Page 23 and 24: Apéndice II. La poesía de “La c
- Page 25 and 26: 11 Apéndice II. La poesía de “L
- Page 27 and 28: “Los terremotos de España”’
- Page 29 and 30: Apéndice II. La poesía de “La c
- Page 31 and 32: Apéndice IL La poesía de “La ce
- Page 33 and 34: 14 Apéndice II. La poesía de ‘L
- Page 35 and 36: “Romance morisco” (1925) 23 de
- Page 37 and 38: los gritos el cielo atruenan. ¡Cie
- Page 39 and 40: nunca su vista, porque si le entra
- Page 41: Calderón de la Barca te está mira
- Page 45 and 46: Hay damas respetables, al parecer,
- Page 47 and 48: No procedan por intuiciones; pesen
- Page 49 and 50: “Aprendamos de las mariposas”
- Page 51 and 52: Apéndice II? La poesía de ‘La c
- Page 53 and 54: Apéndice Ji? La poesía de “La c
- Page 55 and 56: Oyendo palabras tales un billete de
- Page 57 and 58: Apéndice II. La poesía de “La c
- Page 59 and 60: Apéndice II? La poesía de “La c
- Page 61 and 62: “El mismo con otro asunto” Veá
- Page 63 and 64: Apéndice II? La poesía de “La c
- Page 65 and 66: “¡Lee!- ¡No leas!” 23 (1928),
- Page 67 and 68: Apéndice II. La poesía de “Lo c
- Page 69 and 70: Apéndice II. La poesía de “La c
- Page 71 and 72: Apéndice II? La poesía de “La c
- Page 73 and 74: y hoy, cuando fallece, ve que, en t
- Page 75 and 76: Apéndice II? La poesía de “La c
- Page 77 and 78: Apéndice II. La poesía de “La c
- Page 79 and 80: Apéndice II? La poesía de “La c
- Page 81 and 82: ecóndito palacio, todo de sombras
- Page 83 and 84: Apéndice II? La poesía de ‘La c
- Page 85 and 86: Apéndice II. La poesía de “La c
- Page 87 and 88: Todos los animales, Apéndice II. L
- Page 89 and 90: Apéndice II? La poesía de “La c
- Page 91 and 92: Apéndice II? La poesía de “La c
16<br />
Apéndice IL La poesía <strong>de</strong> “La cena <strong>de</strong> <strong>la</strong>s bur<strong>la</strong>s”<br />
¡Quién sabe do tuvo su cuna! Mas, pronta, <strong>la</strong> espalda, imp<strong>la</strong>cable, le<br />
vuelve <strong>la</strong> varia Fortuna, tirándolo al suelo a los pies <strong>de</strong>l caballo que monta. ¡No<br />
hay capitalista que tanto infortunio resista; con brío y sin miedo, <strong>la</strong>nzóse,<br />
mostrando virtu<strong>de</strong>s <strong>de</strong> gran caballista, ¡y al punto rodó por el ruedo! Sonad otra<br />
vez, ¡oh timbales!; <strong>la</strong>nzad vuestro canto, trompetas: ¡oh Desconocido!, no vales<br />
más que otros que todos conocen y no se dan tono. ¡No niño mimado serás <strong>de</strong>l<br />
abono! Vencido, <strong>de</strong>l campo en que entraste engreído por fin te separas. En otra<br />
ocasión, no te metas en esas que l<strong>la</strong>man aquí camisetas y suelen medir once<br />
varas.<br />
Mas ya se ha acabado el torneo. Ya empieza el toreo, <strong>la</strong> fiesta que anima<br />
dos peninsu<strong>la</strong>res naciones. Ya viene, vibrando en <strong>la</strong>s manos los finos rejones,<br />
los nobles hispanos y los lusitanos, que, cual lusitanos, son siempre hiperbólicos...<br />
Ya, tristes, se alejan con sus cortesanos, apuestos donceles y chicas muy<br />
guapas, que van escoltando a los potros, que ostentan vistosas gualdrapas, los<br />
Reyes Católicos...<br />
“De Rodrigo a Gonzalo, a través <strong>de</strong> Jorge y <strong>de</strong> algunos más”’<br />
6 (1925), 17 <strong>de</strong><br />
diciembre.<br />
ENVIO Y PALINODIA<br />
Al autor <strong>de</strong> Cosas viejas que parecen nuevas<br />
Si alguien escribe unas cop<strong>la</strong>s<br />
para conseguir <strong>la</strong> fama<br />
o el dinero<br />
cuando tú, musa, le sop<strong>la</strong>s,<br />
¿qué importa cómo se l<strong>la</strong>ma,<br />
si es coplero?<br />
Será el que <strong>la</strong>s cop<strong>la</strong>s forje<br />
coplero (si bueno o malo,<br />
yo no lo digo),<br />
Díez-Canedo se ve envuelto en una polémica entre dos lectores. Uno <strong>de</strong>nuncia que en un<br />
periódico madrileño han aparecido <strong>la</strong>s cop<strong>la</strong>s <strong>de</strong> Jorge Manrique modificadas, atribuidas a un<br />
“elegante coplero” y diciendo que retratan a Gonzalo Fernán<strong>de</strong>z <strong>de</strong> Córdoba. Díez-Canedo<br />
recoge esta carta en La cena <strong>de</strong> <strong>la</strong>s bur<strong>la</strong>s. El otro lector respon<strong>de</strong> <strong>de</strong>s<strong>de</strong> El almuerzo <strong>de</strong> <strong>la</strong>s<br />
chanzas. Con este Envío y Palinodia Díez-Canedo zanja elegantemente <strong>la</strong> cuestión.<br />
423