Rivera, Andrés – Cuentos escogidos [pdf] - Lengua, Literatura y ...
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osque, y se prepararon una sopa espesa de arvejas, y abundaron en la cerveza<br />
y el salchichón.<br />
Miss Jenny preguntó a su hermana, Miss Margaret, si prefería el invierno o<br />
el verano. Miss Margaret se llevó las manos al pecho, allí donde su corazón se<br />
detuvo por algo que ella pensó, y que nadie sabría, y dijo, suavemente, que<br />
amaba las calideces del verano. Y dijo que estaba cansada, muy cansada, y que,<br />
quizás, había tomado demasiada cerveza.<br />
Mercado y Miss Jenny se introdujeron, vestidos, en sus bolsas de dormir.<br />
Miss Margaret caminó hacia la suya, alta y lenta e imperativa, y posiblemente<br />
hermosa a la luz del fuego. Así la vieron, esa noche, Miss Jenny y Mercado.<br />
Miss Margaret dijo, ya dentro de su bolsa de dormir, que Vaclav le contó<br />
la historia de San Wenceslao, patrono de Bohemia, Hungría y Polonia. Dijo,<br />
Miss Margaret, que el padre de Wenceslao fue Vladislao, príncipe cristiano. Y<br />
que la madre de Wenceslao fue Dragueira, mujer pagana y ambiciosa que<br />
anhelaba el trono para su hijo Boleslao. Una historia muy triste, dijo Miss<br />
Margaret con una voz que era como de sueño... Ah, agregó, casi inaudible, Miss<br />
Margaret: Vaclav preguntó si le venderíamos la carpa.<br />
Mercado vio decrecer la lengua del fuego, vio la oscuridad, vio el silencio.<br />
Una mano descendió lentamente sobre su boca. Otra mano forcejeó con el<br />
cierre del bolso de dormir. Miss Jenny estaba sin anteojos. Parecía una mujer<br />
asustada.<br />
No se cuidaron. No les importó si bufaban, si exhalaban ronquidos, si<br />
gemían, si sus ropas y la bolsa de dormir, y las hojas secas del bosque chillaban<br />
en la noche.<br />
¿Dirían que la urgencia de conocerse anulaba las precauciones que habían<br />
imaginado? ¿Que era el deseo acumulado en largas tardes de té y masas secas,<br />
aburridas, tediosas, insoportables las largas tardes de té y masas? ¿Que la<br />
intensidad, los estertores, la ferocidad del encuentro equivalían al riesgo en el<br />
que ni siquiera pensaron?<br />
No les importó, tampoco, la luz del día. O eso creyeron.<br />
Mercado y Miss Jenny emergieron de la bolsa de dormir, torpes y<br />
cansados. Miss Jenny era Miss Jenny: había recobrado sus anteojos.<br />
Mercado dijo que Miss Margaret estaba muerta.<br />
Miss Jenny preguntó, trémula, lo que ambos sabían.<br />
Sí, dijo, seco, Mercado.<br />
Se sentaron a un metro de distancia de la bolsa de dormir de Miss<br />
Margaret.<br />
La mañana era de invierno, gris y fría.<br />
Mercado pensó en Vaclav sellándoles papeles de autopsia, sellándoles<br />
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