Rivera, Andrés – Cuentos escogidos [pdf] - Lengua, Literatura y ...
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quién iba a aflojar y quién no. Ése aflojaba por las hipotecas de la casita, el otro<br />
por las enfermedades de la madre, el otro por el año que le faltaba para<br />
jubilarse. Y los que querían pelear, y me escuchaban putear, tenían los<br />
pantalones llenos de caca. Y no viene Nicolás, y me dice: no deje de hablar con<br />
la gente. Y también me dice. Hay que tener paciencia, Gregorio. Y, entonces,<br />
exploto: y cómo hago yo para aguantar cuatro telares. Y él, Nicolás, viene, y me<br />
dice: usted comprende. Me callo y, al rato, le pregunto: ¿se acuerda de Pukach,<br />
un polaquito flaco, rubio él? Bueno. Fue uno de los que aguantó. Ahora vende<br />
cuchillos, encendedores, linternas. Tengo dos pibes, dice Pukach. Comen como<br />
limas nuevas. Mi mujer dice que el televisor les da hambre, dice Pukach. Puede<br />
que mi mujer tenga razón, dice Pukach, pero yo vendo cuchillos, linternas,<br />
encendedores. Y mi mujer me pregunta: ¿por qué no hablás? ¿Por qué no me<br />
mirás? ¿Por qué, siempre, estás callado?<br />
Nicolás llenó nuestros vasos con ginebra y, muy despacio, dijo salud.<br />
—¿No salís hoy? —me pregunta Elsa.<br />
—No —le contesto.<br />
—¿Te sentís mal?<br />
—No.<br />
—¿Te vas a quedar todo el día en casa? —y plantita parece fastidiada.<br />
—Puede —digo, y la miro moverse en la cocina, erguida sobre sus piernas<br />
largas, sólidas y desnudas, y miro su cuerpo compacto y limpio y, en algún<br />
momento, porque tengo tiempo, miro esos ojos secos que le brillan en la cara,<br />
pero que no escuchan.<br />
—Ya no se puede comprar nada —murmura plantita.<br />
—Me encontré con Nicolás —digo como un tipo que desea mantener una<br />
conversación en términos razonables.<br />
Elsa desparrama el contenido de la bolsa de mercado sobre la mesa de la<br />
cocina.<br />
—Mirá lo que traje con la plata que me diste.<br />
—Me encontré con Nicolás —digo, sin impacientarme.<br />
—Nicolás —me hace eco Elsa, las manos en lo que desparramó sobre la<br />
mesa de la cocina.<br />
—Va a venir uno de estos días.<br />
—No va a venir —dice Elsa.<br />
—Va a venir: se lo vi en la cara.<br />
—No va a venir.<br />
—Va a venir. Anda en algo. Y cuenta conmigo.<br />
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