09.05.2013 Views

Octubre de 2007 - El Pitic

Octubre de 2007 - El Pitic

Octubre de 2007 - El Pitic

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

LIBRERIA MILENIO 2000<br />

A sus ór<strong>de</strong>nes en:<br />

Gastón Madrid<br />

No. 22<br />

Casi Esq.<br />

Matamoros<br />

TEL. 213-11-99<br />

<strong>El</strong> periódico que narra la historia <strong>de</strong> Hermosillo<br />

Ejemplar Gratuito<br />

Te esperamos en:<br />

Comida corrida para llevar<br />

cerveza bien fría. Or<strong>de</strong>ne al 044<br />

(6621) 20-85-32<br />

Morelia Esq. con Carbó.<br />

(a espaldas <strong>de</strong>l Parque Infantil).<br />

Año VII Número 79 <strong>Octubre</strong> <strong>de</strong>l <strong>2007</strong> Edición Mensual Hermosillo, Sonora. Antes Villa <strong>de</strong>l <strong>Pitic</strong><br />

A cien años <strong>de</strong>l sacrificio<br />

<strong>de</strong> Jesús García Corona<br />

Edición especial <strong>de</strong>dicada al “Héroe <strong>de</strong> la Humanidad”<br />

Este 7 <strong>de</strong> Noviembre, se conmemora el aniversario número cien <strong>de</strong>l sacrificio<br />

<strong>de</strong> Jesús García Corona. Creemos que se recordará en todo el mundo, ya<br />

que su figura y el acto heroico realizado, es conocido y reconocido<br />

universalmente.<br />

En esta ocasión queremos <strong>de</strong>dicar casi completa la presente edición <strong>de</strong> "<strong>El</strong> <strong>Pitic</strong>",<br />

a este hombre extraordinario, que ofrendó su vida a los 24 años <strong>de</strong> edad, para<br />

salvar a todo un pueblo y sus moradores.<br />

Hemos seleccionado para el contenido <strong>de</strong>l presente artículo, la obra <strong>de</strong><br />

Cuauhtémoc L. Terán, intitulada "JESÚS GARCÍA, EL HÉROE DE NACOZARI".<br />

Recor<strong>de</strong>mos pues, a 100 años <strong>de</strong> distancia, la gesta heroica <strong>de</strong> nuestro héroe.<br />

JORNADA TRAGICA<br />

Aeste mineral, acostumbrado a la ininterrumpida rutina <strong>de</strong> or<strong>de</strong>n y<br />

actividad, le tocó en suerte ser el escenario <strong>de</strong> un acontecimiento histórico<br />

el 7 <strong>de</strong> Noviembre <strong>de</strong> 1907, saliendo <strong>de</strong>l anonimato para ocupar un lugar<br />

en los fastos legendarios <strong>de</strong>l valor.<br />

Un pequeño patio contiguo a la concentradora, era el punto <strong>de</strong> partida <strong>de</strong>l tren<br />

<strong>de</strong> la mina rumbo al Porvenir. Como a 500 metros, dando la vuelta al cerro y en<br />

pronunciada pendiente, se encontraba el patio <strong>de</strong> arriba, o sea la pequeña<br />

estación <strong>de</strong>nominada "<strong>El</strong> Seis", don<strong>de</strong> había almacenes <strong>de</strong> materiales; un<br />

cambiavía para movimientos <strong>de</strong>l tren y una casa <strong>de</strong> sección <strong>de</strong> los trabajadores<br />

<strong>de</strong> la vía angosta, don<strong>de</strong> vivían ocho familias. La casa quedaba precisamente<br />

enfrente <strong>de</strong>l pequeño tajo "Puertecitos" que era la cima <strong>de</strong> la pendiente y que<br />

<strong>de</strong>sembocaba en la planicie <strong>de</strong>l "Seis". De este punto la vía para <strong>El</strong> Porvenir<br />

seguía por un corto tramo <strong>de</strong> planicie, antes <strong>de</strong> internarse en la parte más<br />

escarpada <strong>de</strong> la sierra.<br />

Antonio M. <strong>El</strong>izondo, jefe <strong>de</strong> Mecánicos <strong>de</strong> la casa redonda, relata cómo llegó<br />

Jesús García "con su buen humor <strong>de</strong> costumbre" pidiendo paso para su tren,<br />

compuesto por cinco góndolas <strong>de</strong> cinco toneladas; dos carros con ciento sesenta<br />

cajas <strong>de</strong> dinamita, con los <strong>de</strong>tonantes en el fondo; dos góndolas <strong>de</strong> pastura seca<br />

y una <strong>de</strong> materiales, que conducía al patio <strong>de</strong> la concentradora para terminar la<br />

formación <strong>de</strong> su tren y partir en el primer viaje <strong>de</strong> la tar<strong>de</strong> rumbo a las minas.<br />

<strong>El</strong>izondo movió la máquina <strong>de</strong> la vía ancha que obstruía el paso a García y así<br />

pudo éste continuar el ascenso por la vía en zig-zag que en el cambio <strong>de</strong> la<br />

concentradora habría <strong>de</strong> iniciar la corrida.<br />

La tripulación <strong>de</strong>l tren, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> García estaba integrada por José Romero,<br />

fogonero; Hipólito Soto, Agustín Barceló y Francisco Rendón, garroteros.<br />

"¿Qué pasará con el viejo Biel?" -comentó el fogonero cuando pasaban por los<br />

talleres.<br />

"Avisó la Aurora que sigue enfermo" -repuso García, agregando: "así es que<br />

otra vez me toca a mí dar las ór<strong>de</strong>nes".<br />

Alcanzaba ya el trenecito la parte superior <strong>de</strong>l cambiavía cuando se escucharon<br />

los gritos <strong>de</strong>l mayordomo norteamericano Phelps, "<strong>El</strong> Panocha", que gesticulaba<br />

<strong>de</strong>sesperadamente con los brazos y señalando a los carros contiguos a la<br />

locomotora gritaba: "oye, mira, ahí, humo en el pólvora".<br />

Había ya entrado al cambio el tren y procedía al patio para tomar más carros y<br />

los pasajeros que estaban reunidos, esperando la partida. Se <strong>de</strong>tuvo el tren.<br />

García or<strong>de</strong>nó a la tripulación que tratara <strong>de</strong> sofocar la incipiente combustión,<br />

buscando, sin encontrar, tierra ni agua. <strong>El</strong> fogonero levantó una <strong>de</strong> las cajas <strong>de</strong><br />

pólvora en sus esfuerzos por sofocar el fuego y esto hizo que surgieran las llamas<br />

Escena <strong>de</strong>l patio <strong>de</strong> arriba minutos <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la explosión. La máquina está en un<br />

crater a la izquierda. Trozos <strong>de</strong> carros se ven al frente. Aproximadamente 150 personas<br />

pasan por los talleres y casas <strong>de</strong>struidas al centro <strong>de</strong> la foto... A lo lejos está Nacozari<br />

bajo la protección <strong>de</strong> un cerro. Si Jesús García hubiera avanzado otros 50 metros a la<br />

<strong>de</strong>recha <strong>de</strong> esta escena, pudiera haber abandonado el tren y se hubiera salvado.<br />

con lo que la situación se hizo <strong>de</strong>sesperada. Los hombres <strong>de</strong> la tripulación,<br />

comprendieron que aquello ya no se apagaba, se veían <strong>de</strong>sconcertados sin saber<br />

que partido tomar. "Ya no se apaga" <strong>de</strong>cía uno ja<strong>de</strong>ante y sudoroso, al mismo<br />

tiempo que se volvía a Jesús para ver qué ór<strong>de</strong>nes daba.<br />

García se dio cuenta <strong>de</strong> la gravedad <strong>de</strong>l momento. <strong>El</strong> instante que la lumbre<br />

llegara a los <strong>de</strong>tonantes en el fondo <strong>de</strong> la góndola, se produciría un <strong>de</strong>sastre. Fue<br />

en ese momento <strong>de</strong> intenso dramatismo cuando Jesús García, con <strong>de</strong>cisión<br />

suprema, con voz firme y resuelta; en tono que vaticinaba la alternativa<br />

inexorable, gritó a la tripulación y al pasaje "retírense todos, va a explotar la<br />

dinamita", corriendo a su locomotora, al mismo tiempo que agregaba: "Déjenme<br />

solo, voy a jugarme mi suerte…".<br />

De un salto tomó su puesto en la caseta, con movimientos precisos que<br />

respondían al impulso <strong>de</strong> una mente disciplinada, puso el tren en movimiento<br />

imprimiéndole toda la velocidad que permitía la pendiente, en un esfuerzo<br />

<strong>de</strong>sesperado por lograr avanzar, ganar distancia, dar la vuelta al cerro y llevar su<br />

tren flameante, lejos <strong>de</strong> Nacozari y sus moradores.<br />

Con mano firme empuñó la palanca, rápida, mecánicamente, dio un vistazo a<br />

los instrumentos para cerciorarse que todo estaba en or<strong>de</strong>n y que su locomotora<br />

No. 2, su compañera fiel <strong>de</strong> tantos años, respondía pujante y vigorosa, al toque<br />

<strong>de</strong> mando. Volvió su mirada por última vez, antes <strong>de</strong> que el tren tomara la curva<br />

y quedara oculto ese postrer cuadro -el Nacozari <strong>de</strong> sus sueños y <strong>de</strong> su vida-. Ahí<br />

estaba el pueblo que le había dado albergue, don<strong>de</strong> había realizado sus<br />

aspiraciones, don<strong>de</strong> quedaba su madre y sus hermanos; Jesusita, la novia<br />

prometida, inocente a la tragedia que habría <strong>de</strong> truncar todos los planes <strong>de</strong> una<br />

vida conyugal risueña y venturosa. Trataba <strong>de</strong> escudriñar, en el último recuerdo,<br />

las hileras <strong>de</strong> casas, como si pretendiera adivinar la casa don<strong>de</strong> <strong>de</strong>jaba a sus seres<br />

queridos. Más próxima <strong>de</strong>jaba ya, a un lado, la amplia zona <strong>de</strong> talleres, don<strong>de</strong><br />

tantos compañeros y amigos, laboraban, entregados a un trabajo honrado,<br />

ignorantes <strong>de</strong> la catástrofe que en aquellos momentos amenazaba al pueblo<br />

entero.<br />

(Sigue en Pág 3)


2 Hermosillo, Son. <strong>Octubre</strong> <strong>de</strong>l <strong>2007</strong><br />

DIRECTORIO<br />

<strong>El</strong> hombre joven no tiene memoria<br />

Más tar<strong>de</strong>, goza al recordar<br />

vivencias pasadas.<br />

Y mucho más tar<strong>de</strong>, vive <strong>de</strong> ellas<br />

Editor<br />

Arnoldo Salazar Woolfolk<br />

salazar42@hotmail.com<br />

Tel. 217-23-80 y 217-05-90<br />

Redacción<br />

Fernando Andra<strong>de</strong> Domínguez<br />

H. Rangel Lugo No. 139 esq. 5 <strong>de</strong> Mayo.<br />

Barrio La 5 <strong>de</strong> Mayo.<br />

Tels. 217-28-04 y 215-34-56<br />

Cel. (6621) 73-81-22<br />

andra<strong>de</strong>_nando@yahoo.com<br />

Distribución<br />

Alberto Murray Tapia<br />

Fernando Murray Cázares<br />

Lic. Armando Gastélum Alcaraz<br />

Impreso en los talleres <strong>de</strong><br />

Editorial <strong>El</strong> Auténtico, S.A. <strong>de</strong> C.V.<br />

Reg. en trámite.<br />

SITIOS DONDE PUEDE<br />

TOMAR SU EJEMPLAR<br />

GRATUITAMENTE<br />

Farmacia Cruz Rosa,<br />

L. D. Colosio y Yáñez (212-00-81)<br />

Núñez Carnes, S.A <strong>de</strong> C.V.<br />

Blvd. Morelos No. 299, Local 36<br />

(210-48-88)<br />

Hotel Suites Kino, S.A. <strong>de</strong> C.V.<br />

Pino Suárez No. 151 Sur, Centro.<br />

COPICENTRO XEROX<br />

Calle Segunda <strong>de</strong> Obregón No. 134<br />

(213-76-79)<br />

SOCIEDAD SONORENSE<br />

DE HISTORIA<br />

Casa Uruchurtu<br />

Rosales No. 123 entre <strong>El</strong>ías Calles y<br />

Monterrey, Col. Centro<br />

Librería Milenio 2000<br />

Gastón Madrid No. 22<br />

Casi. esq. con Matamoros (213-11-99)<br />

ABARROTES VENTURA<br />

Rangel Lugo con 5 <strong>de</strong> Mayo<br />

PANADERIA LA GUADALUPANA<br />

Rangel Lugo No. 1122<br />

OXXO<br />

Revolución y Tamaulipas<br />

Abarrotes PALAFOX<br />

Zacatecas y Manuel González<br />

RADIO SONORA<br />

Obregón No. 46<br />

RESTAURANT “EL CORRAL”<br />

MARISCOS<br />

EL SALVADOR DE VIDAS<br />

Por Thomas H. Herndon<br />

JESÚS GARCÍA, a quien el valeroso llaman,<br />

cayó ese día fatal como mueren los hombres.<br />

Nacozari su llanto enjuga en oraciones,<br />

porque en los escarpados caminos <strong>de</strong> la fama,<br />

se yergue victorioso y el fulgor <strong>de</strong> la gloria<br />

ilumina su senda con todo su esplendor.<br />

Así murió Jesús García, como en otras eda<strong>de</strong>s<br />

murió crucificado el Cristo en el Calvario.<br />

En el puesto en el que nunca volverán las auroras,<br />

está firme ante el humo que presagia tragedia<br />

escuchando sereno alaridos <strong>de</strong> horror.<br />

¡Dios Santo! la lumbre la pólvora ha encendido<br />

el convoy raudo y presto silbando locamente,<br />

cual bólido se lanza por la pendiente al "Seis".<br />

Tu corazón <strong>de</strong> angustia sientes que ya se oprime,<br />

cuando valiente enfilas, <strong>de</strong>l infierno a la boca.<br />

Señalan tu camino las chispas que en su vuelo<br />

provocan y te incitan ¡huye <strong>de</strong> la hecatombe!<br />

Del fuego las burlonas lenguas <strong>de</strong> fuego gritan,<br />

brinca para salvarte, por qué has <strong>de</strong> perecer?<br />

Cuesta arriba no hay nada que <strong>de</strong>tenga la marcha<br />

<strong>de</strong> tu corcel fogoso que husmea la tragedia.<br />

Así siguió la ruta, vertiginosamente,<br />

a la región ignota <strong>de</strong> interminables días.<br />

Quién relatar podrá su épica aventura?<br />

Quién su acción abnegada volverá a pregonar?<br />

como Cristo, su gloria, quién la proclamará?<br />

a Dios <strong>de</strong>cid que inmola su vida por los hombres.<br />

Traducción libre <strong>de</strong> C. L. T.<br />

THE LIFE SAVER<br />

Jesús García, call'd the fearless.<br />

Died, has heroes die, that day,<br />

Nacozari be thou tearless,<br />

for upon fam'es steep highway<br />

stands a victory, and fam'es glory<br />

lights his pathway with is sheen.<br />

Thus he died, as in the hoary<br />

ages died the Nazarene.<br />

Standing where he'll know no morrow,<br />

quick he sees the menace dire,<br />

quick he hears the cry of horror,<br />

God! the dynamite´s on fire!<br />

quick he acts, his engine rushes,<br />

speeding on with clanging bell,<br />

black <strong>de</strong>spair his brave heart crushes,<br />

pointing to the mouth of hell,<br />

to the spiteful sparks thay flying,<br />

taunt him, urging him to fly,<br />

mocking tongues of flame still crying,<br />

"save thyself, why shoult's thou die?<br />

Flying onward, nothing heeding,<br />

as a warhorse scents the fray,<br />

so he ro<strong>de</strong>, forever speeding,<br />

to the land of endless day,<br />

who shall fitting tell his history?<br />

who recount his <strong>de</strong>eds again?<br />

who shall paint his Christikle glory?<br />

tell his god he died for men?<br />

Thomas H. Herndon.


Hermosillo, Son. <strong>Octubre</strong> <strong>de</strong>l <strong>2007</strong><br />

A cien años <strong>de</strong>...<br />

Con un profundo suspiro, como quien abandona con interés mundano, se<br />

volvió para fijar la vista sobre los rieles que se perdían en la curva, para hacer<br />

frente, temerario y audaz, a la misión que le señalaba el <strong>de</strong>stino. <strong>El</strong> silbato,<br />

ululante, pregonando la emergencia siniestra, hizo que Jesús se diera cuenta <strong>de</strong><br />

la presencia <strong>de</strong>l fogonero, José Romero, quien en su puesto, aparentando<br />

tranquilidad, pero reflejando en su semblante una profunda angustia, tiraba<br />

mecánica, nerviosamente, el cordón <strong>de</strong>l silbato, interrogando a García con la<br />

mirada, su mente febrilmente ocupada en pavorosas reflexiones sobre el<br />

<strong>de</strong>senlace <strong>de</strong> aquella carrera <strong>de</strong> espanto.<br />

"¡José, José, brinca! Este es asunto mío. Déjame solo, ¿para qué sacrificarnos los<br />

dos?". Ya no pudo José escuchar el final <strong>de</strong> la amonición <strong>de</strong> García. <strong>El</strong> tono en que<br />

le habló el maquinista, no admitía vacilaciones ni réplica. <strong>El</strong> hombre se veía<br />

transfigurado; la <strong>de</strong>cisión, la obsesión <strong>de</strong> un propósito in<strong>de</strong>clinable pintado en<br />

sus facciones. Con un cortante "Adiós, Jesús", se <strong>de</strong>scolgó ágilmente <strong>de</strong> la<br />

máquina y <strong>de</strong>sapareció en la nube <strong>de</strong> humo y polvo, refugiándose en una<br />

alcantarilla y salvándose <strong>de</strong> una muerte segura.<br />

Qué tumulto <strong>de</strong> pensamientos y añoranzas <strong>de</strong>be haber asaltado la mente <strong>de</strong><br />

García en aquellos momentos fugaces. La <strong>de</strong>spedida, <strong>de</strong>finitiva y lacónica <strong>de</strong>l<br />

fogonero, pareció hacer eco en sus oídos, como si se tratara <strong>de</strong> la <strong>de</strong>spedida<br />

ritual, unciosa y reverente que sólo un cristiano pue<strong>de</strong> oír en sus últimos<br />

momentos, cuando es el oído, el último sentido que sirve <strong>de</strong> enlace con el mundo.<br />

"Anda hijo, al encuentro <strong>de</strong> tu Dios". Jesús García se acercaba vertiginosa,<br />

inexorablemente a su terminal- la eternidad.<br />

EL ÚLTIMO ACTO<br />

La explosión no se hizo esperar. Apenas remontaba la locomotora la cima <strong>de</strong><br />

"Puertecitos" y a punto <strong>de</strong> pasar por enfrente <strong>de</strong> las casas <strong>de</strong> la sección que eran<br />

las únicas construcciones <strong>de</strong>l "Seis", un estallido sordo, retumbante, atronó el<br />

espacio, sacudiendo la comarca entera. Un grito <strong>de</strong> espanto brotó <strong>de</strong> mil pechos.<br />

Nadie acertaba a compren<strong>de</strong>r la causa <strong>de</strong> tan tremenda <strong>de</strong>tonación. No podía ser<br />

un barreno; nada igual se había escuchado jamás en el mineral, don<strong>de</strong> la gente<br />

estaba acostumbrada al retumbar <strong>de</strong> las cargas <strong>de</strong> dinamita que se usaban en las<br />

minas. Las personas que en aquellos momentos se encontraban en las calles <strong>de</strong><br />

Nacozari vieron elevarse por sobre la cumbre <strong>de</strong>l cerro <strong>de</strong>l "Seis" un remolino <strong>de</strong><br />

hierros y ma<strong>de</strong>ras envueltos en una <strong>de</strong>nsa nube <strong>de</strong> polvo y humo.<br />

A la explosión sucedieron momentos <strong>de</strong> in<strong>de</strong>scriptible confusión y pánico. Los<br />

muchachos que jugaban en las calles huían a sus hogares, presos <strong>de</strong>l terror; las<br />

gentes en sus casas buscaban refugio en el rincón más alejado <strong>de</strong> la calle, sin<br />

preten<strong>de</strong>r siquiera investigar el origen <strong>de</strong>l siniestro. Los cristales <strong>de</strong> los<br />

principales edificios y <strong>de</strong> muchas casas en el área central <strong>de</strong>l poblado se hicieron<br />

trizas ante el impacto <strong>de</strong> la dinamita. Fragmentos <strong>de</strong> rieles y trozos <strong>de</strong> materiales<br />

cayeron en la zona resi<strong>de</strong>ncial <strong>de</strong> "La Colonia", muy distante <strong>de</strong>l lugar <strong>de</strong> la<br />

explosión. La señora Williams, esposa <strong>de</strong>l Superinten<strong>de</strong>nte, vio cómo un objeto<br />

negro trazaba fantástica parábola para <strong>de</strong>scen<strong>de</strong>r en espirales a pocos metros <strong>de</strong><br />

don<strong>de</strong> se encontraba en el jardín <strong>de</strong> la casa, distante más <strong>de</strong> un kilómetro <strong>de</strong>l<br />

"Seis", era una pesada plancha <strong>de</strong> rieles empalmados y fundidos por efectos <strong>de</strong><br />

la explosión. Los cristales <strong>de</strong> la biblioteca quedaron <strong>de</strong>shechos, así como la<br />

mayoría <strong>de</strong> las <strong>de</strong>más construcciones, por el lado norte.<br />

Había gritos <strong>de</strong> pavor por doquiera. "Estalló el gas" gritaban unos, "voló el<br />

polvorín", gritaban otros con las caras <strong>de</strong>scompuestas por el miedo y la angustia.<br />

Pero el remolino <strong>de</strong> humo y polvo que se levantó sobre el campo <strong>de</strong>l "Seis" y que<br />

poco a poco se fue <strong>de</strong>svaneciendo, <strong>de</strong>lataba ominosamente el sitio <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sastre<br />

aunque <strong>de</strong>jaba lugar a las imaginaciones agitadas las conjeturas sobre el origen<br />

<strong>de</strong> la catástrofe, ya que por ese rumbo no estaba el polvorín y los tanques <strong>de</strong> gas<br />

se encontraban en la zona <strong>de</strong> talleres. <strong>El</strong> trueno <strong>de</strong> los barrenos y el grito <strong>de</strong> "está<br />

pegado" con que se advertía el contacto para hacer explotar la carga, era familiar<br />

aún para los niños, pero este trueno horrísono, sordo, trepidante, este<br />

Rosa, hermana <strong>de</strong> Jesús García y doña Rosa<br />

Corona Vda. <strong>de</strong> García.<br />

3<br />

estremecimiento que parecía surgir <strong>de</strong>l<br />

centro mismo <strong>de</strong> la tierra, era algo<br />

<strong>de</strong>sconocido que presagiaba<br />

<strong>de</strong>strucción y ruina. La explosión<br />

fue seguida <strong>de</strong> una sucesión <strong>de</strong><br />

ecos retumbantes que parecía<br />

saltar <strong>de</strong> monte en monte en<br />

re<strong>de</strong>dor <strong>de</strong>l anillo <strong>de</strong> montañas -<br />

como el anuncio majestuoso <strong>de</strong><br />

un acontecimiento insólito y<br />

memorable.<br />

Pasados los primeros<br />

momentos <strong>de</strong> <strong>de</strong>sorientación y<br />

terror siguió el silencio. Se<br />

disipó la atmósfera y la gente fue<br />

recuperando la calma para tomar<br />

provi<strong>de</strong>ncias y presurosa dirigirse<br />

hacia "<strong>El</strong> Seis" don<strong>de</strong> se acababa <strong>de</strong><br />

<strong>de</strong>sarrollar el último acto <strong>de</strong>l drama<br />

con sangre, víctimas, y un héroe.<br />

<strong>El</strong> jefe <strong>de</strong> policía, don Gabriel Fimbres,<br />

se puso en movimiento, dirigiéndose a<br />

caballo con un piquete <strong>de</strong> policías hacia el<br />

punto don<strong>de</strong> convergían ahora<br />

gentes <strong>de</strong> todos los rumbos <strong>de</strong>l<br />

pueblo y los operarios <strong>de</strong> los<br />

talleres cercanos. Don Pepe Terán<br />

salió <strong>de</strong> la comisaría y con un grupo <strong>de</strong> personas que aumentaba cada momento,<br />

también emprendió la marcha hasta formar un grupo numeroso que ahora sí,<br />

corría hacia "<strong>El</strong> Seis".<br />

Atravesaba el grupo la zona <strong>de</strong> los talleres y almacenes cuando alguien gritó<br />

con voz estentórea que la explosión provenía <strong>de</strong>l polvorín y que una nueva<br />

explosión era inminente. Ante aquella amenaza y dado el nerviosismo que a<br />

todos agitaba, la columna vaciló, dio media vuelta y emprendió la huida en<br />

<strong>de</strong>sor<strong>de</strong>n.<br />

Surgieron voces enérgicas y valerosas que se impusieron. Se reorganizó el<br />

grupo y continuó su marcha siguiendo la vía que momentos antes recorriera el<br />

tren <strong>de</strong> García. <strong>El</strong> <strong>de</strong>talle chusco en medio <strong>de</strong> la tragedia.<br />

Iniciaba la multitud el ascenso por la cuesta cuando vieron que corría hacia<br />

ellos el garrotero Hipólito Soto, enloquecido, gesticulando furiosamente y<br />

gritando en forma incoherente "¡se acabó Nacozari, reventó la pólvora!". Fue<br />

necesario aten<strong>de</strong>rlo y enviarlo al hospital. Más a<strong>de</strong>lante, <strong>de</strong> entre las malezas<br />

salió el fogonero José Romero intensamente pálido y con la cara <strong>de</strong>sencajada,<br />

pero completamente lúcido en sus explicaciones insistiendo una y otra vez: "me<br />

obligó Jesús a brincar, ahí, ahí, -y señalaba una alcantarilla ahí me metí".<br />

La planicie <strong>de</strong>l "Seis" presentaba una escena in<strong>de</strong>scriptible <strong>de</strong> <strong>de</strong>solación y<br />

estragos. Había muertos y heridos y gritos <strong>de</strong> pavor <strong>de</strong> los atónitos que<br />

contemplaban aquel cuadro <strong>de</strong> dolor y angustia y presurosos se <strong>de</strong>dicaban a<br />

prestar los primeros auxilios. <strong>El</strong> comisario, don Pepe Terán, hombre <strong>de</strong> valor civil<br />

probado en muchas ocasiones, cayó <strong>de</strong>smayado al darse cuenta <strong>de</strong> las<br />

proporciones <strong>de</strong> la hecatombe y hubo <strong>de</strong> atendérsele junto con los heridos. <strong>El</strong><br />

tren convertido en esqueleto <strong>de</strong> hierros humeantes y retorcidos y el maquinista<br />

Jesús García, su cuerpo ennegrecido y <strong>de</strong>strozado, a alguna distancia <strong>de</strong> los<br />

restos <strong>de</strong> la locomotora. <strong>El</strong> cadáver <strong>de</strong> Jesús no pudo ser i<strong>de</strong>ntificado enseguida.<br />

<strong>El</strong> estallido lo arrojó lejos <strong>de</strong> la máquina por el lado opuesto <strong>de</strong>l fogonero. Lo<br />

encontraron entre los restos <strong>de</strong> un carro <strong>de</strong> maroma que se hallaba en la vía <strong>de</strong><br />

cambio <strong>de</strong> la concentradora vieja. Todo el tren se esfumó. De la máquina sólo<br />

(Sigue en Pág 4)


4 Hermosillo, Son. <strong>Octubre</strong> <strong>de</strong>l <strong>2007</strong><br />

A cien años <strong>de</strong>...<br />

quedó la cal<strong>de</strong>ra sobre las motrices. Las ruedas traseras fueron halladas, con<br />

pedazos <strong>de</strong> ejes dispersos por los carros contiguos. Inexplicablemente, el<br />

manómetro <strong>de</strong> vapor, <strong>de</strong>rribado <strong>de</strong> su soporte, averiado y sin cristal, tenía<br />

incrustada la manecilla en la carátula marcando las 140 libras o sea la presión <strong>de</strong><br />

escape.<br />

"La Cuadra" <strong>de</strong> habitaciones <strong>de</strong> obreros <strong>de</strong> la vía, que quedaba precisamente<br />

frente al pequeño puerto don<strong>de</strong> se abría la pequeña planicie, había quedado<br />

materialmente <strong>de</strong>shecha y muertos o heridos casi todos sus moradores. Hasta<br />

hace poco vivían en mente que al paso <strong>de</strong>l convoy se asomaron a las ventanas y<br />

quedaron ciegas y marcadas a consecuencia <strong>de</strong> las heridas que recibieron.<br />

Recuerdan cómo Jesús <strong>de</strong> su caseta les hacía señales <strong>de</strong>sesperadas con el<br />

sombrero, tratando inútilmente <strong>de</strong> advertirles el peligro -señales que<br />

confundieron con el saludo que acostumbraba hacer cada corrida <strong>de</strong>l tren.<br />

<strong>El</strong> joven Chisholm, <strong>de</strong> 14 años, hijo <strong>de</strong>l maestro mecánico a quien sus<br />

compañeros <strong>de</strong> escuela llamaban "<strong>El</strong> Mestizo", esperaba impaciente la llegada <strong>de</strong>l<br />

tren en "<strong>El</strong> Seis", para abordarlo y correr, en plan <strong>de</strong> "pinta" <strong>de</strong> la escuela, la<br />

aventura <strong>de</strong>l viaje a <strong>El</strong> Porvenir. <strong>El</strong> tren voló a escasos metros <strong>de</strong> don<strong>de</strong> se<br />

encontraba causándole una muerte instantánea.<br />

Los animales que pastaban en las cercanías cayeron fulminados por el impacto<br />

y las hierbas y maleza en un amplio radio, barridas y chamuscadas.<br />

Los heridos fueron conducidos al hospital <strong>de</strong> la compañía y se activaron las<br />

maniobras para levantar el campo. Habían perecido trece personas y había 18<br />

heridos, algunos <strong>de</strong> mucha gravedad.<br />

Pero en medio <strong>de</strong>l duelo y la consternación general <strong>de</strong>stacaba la convicción<br />

clara, luminosa, conmovedora; Jesús García al arrastrar el tren en llamas hasta<br />

aquel lugar, había librado a Nacozari <strong>de</strong> la <strong>de</strong>strucción total, salvando la vida <strong>de</strong><br />

miles <strong>de</strong> sus semejantes.<br />

En efecto, el punto <strong>de</strong>s<strong>de</strong> don<strong>de</strong> partió el tren se encontraba ro<strong>de</strong>ado <strong>de</strong> sólidos<br />

edificios <strong>de</strong> plantas y talleres que oponiendo mayor resistencia a la dinamita,<br />

hubiera causado <strong>de</strong>strozos y muertes incontables. Pero el peligro mayor lo<br />

representaban los dos tanques <strong>de</strong> almacenamiento <strong>de</strong> gas, cuya voladura hubiera<br />

ocasionado daños más <strong>de</strong>sastrozos que la dinamita.<br />

Se hicieron las investigaciones oficiales; se levantaron actas con las<br />

<strong>de</strong>claraciones <strong>de</strong> testigos, quedando patente el acto espontáneo <strong>de</strong> Jesús García y<br />

plenamente comprobada su conciencia absoluta <strong>de</strong> que la acción que realizaba<br />

era su última "corrida"; que <strong>de</strong> su pericia, <strong>de</strong> su valor, <strong>de</strong> su temeridad y espíritu<br />

<strong>de</strong> sacrificio, <strong>de</strong>pendió la vida <strong>de</strong> los moradores <strong>de</strong> Nacozari.<br />

* APLICAN RESTRICCIONES<br />

<strong>El</strong> plan que te permite planear<br />

la compra <strong>de</strong> tu automóvil<br />

* Jetta Europa<br />

Std a/ac<br />

Mensualidad <strong>de</strong> $4,870<br />

Sin enganche, Sin Investigación crediticia<br />

y Sin comprobación <strong>de</strong> ingresos.<br />

Blvd. Rodríguez y G. Madrid<br />

Hermosillo, Sonora.<br />

Tel. (662) 259-89-00<br />

Fax (662) 212-42-52 www.agricola.com.mx<br />

Agrícola<br />

Quedó manifiesta la intención <strong>de</strong>l maquinista que con intuición provi<strong>de</strong>ncial se<br />

dio cuenta <strong>de</strong> todo y puso todo su ser, su alma entera, en la consumación <strong>de</strong> un<br />

acto <strong>de</strong> insólito heroísmo.<br />

Apenas pasada la impresión <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sastre se <strong>de</strong>sató una lluvia torrencial que<br />

siguió esa noche y el día siguiente, que se antojaba el duelo copioso <strong>de</strong> la<br />

naturaleza por el pesar que abrumaba a los habitantes. La tristeza embargaba a<br />

todos y la casa <strong>de</strong> García fue el punto don<strong>de</strong> se concentraron las amista<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la<br />

familia y el pueblo en general para rendir tributo al obrero muerto en el<br />

cumplimiento <strong>de</strong> su <strong>de</strong>ber.<br />

Empleados <strong>de</strong> todas categorías y gentes <strong>de</strong> todos los barrios asistieron al<br />

velorio. Ahí estaba el maestro Rodríguez que pidió disculpas por retirarse<br />

temprano a su casa, <strong>de</strong>dicándose el resto <strong>de</strong> la noche a componer la marcha<br />

"Jesús García" que se ejecutó por primera vez en el sepelio <strong>de</strong>l héroe.<br />

Muy temprano al día siguiente llegó a la casa, pesaroso y grave, el señor<br />

Douglas, quien se encontraba en las oficinas <strong>de</strong>l doctor Ricketts, en Cananea,<br />

cuando se le comunicó la noticia <strong>de</strong> la explosión, regresando violentamente a<br />

Nacozari durante la noche.<br />

Con el semblante adusto y tenso se aproximó al féretro y <strong>de</strong>spués <strong>de</strong><br />

contemplar por largo rato el rostro <strong>de</strong> García, <strong>de</strong>jó que las lágrimas rodaran por<br />

sus mejillas, al mismo tiempo que con frases entrecortadas por la emoción<br />

musitaba, como si estuviera orando-"Eres un héroe, Jesús".<br />

Ahí estaba don Manuel Armendáriz, el profesor <strong>de</strong> Jesús García en Batuc.<br />

Recordó emocionado aquella ocasión en que Jesús, en un emotivo arranque <strong>de</strong><br />

fervor patrio, al escuchar en la clase <strong>de</strong> Historia, los ejemplos clásicos <strong>de</strong><br />

heroísmo <strong>de</strong>l Pípila, Narciso Mendoza, los Niños Héroes, poniéndose <strong>de</strong> pie, dijo<br />

con vehemencia; "Maestro, yo quiero ser un héroe".<br />

"Se ha cumplido su anhelo", terminó, dando rienda suelta al dolor.<br />

<strong>El</strong> pueblo entero asistió al entierro. Fue el profesor Monzón quien pronunció la<br />

oración fúnebre; "ha sonado la hora para los obreros <strong>de</strong> Nacozari"; dijo al iniciar<br />

su vibrante arenga -"asistimos para rendir el último homenaje a un obrero que se<br />

ha consagrado héroe poniendo un ejemplo <strong>de</strong> arrojo y abnegación; hombres <strong>de</strong><br />

esa talla necesita la patria y ejemplos así <strong>de</strong>ben infundirnos valor para alcanzar<br />

la re<strong>de</strong>nción <strong>de</strong> nuestros <strong>de</strong>rechos cívicos que a cada paso vemos conculcados<br />

por una dictadura oprobiosa y <strong>de</strong>spótica…".<br />

DECLARACIONES DE THE AMERICAN CROSS OF HONOR<br />

"THE AMERICAN CROSS OF HONOR", fundada en Mayo <strong>de</strong> 1906 por<br />

disposición <strong>de</strong>l Congreso... Thomas H. Herndon, Presi<strong>de</strong>nte; John J. Delaney,<br />

Vicepresi<strong>de</strong>nte; Harry A. George, Secretario; Richard Stockton, Tesorero; John<br />

Schuyler Crosby, Andrew M. Taylor, Washington, D.C.<br />

Consi<strong>de</strong>rando, que Jesús García sacrificó su vida por salvar la <strong>de</strong> los habitantes<br />

<strong>de</strong> Nacozari, Sonora, México; la junta <strong>de</strong> Gobierno <strong>de</strong> "THE AMERICAN CROSS<br />

OF HONOR", ha adoptado la siguiente resolución: Que la historia cuenta<br />

solamente muy pocos casos <strong>de</strong> un valor tan gran<strong>de</strong>, o <strong>de</strong> muerte tan heroica y<br />

ningún honor será <strong>de</strong>masiado grandioso para conmemorar la memoria <strong>de</strong> este<br />

héroe que murió por sus semejantes.<br />

…Queda, asimismo, acordado que esta resolución sea consignada en el acta <strong>de</strong><br />

nuestra or<strong>de</strong>n y que una copia <strong>de</strong> ella sea enviada a su Excelencia, el Embajador<br />

Mexicano en Washington.<br />

Thomas H. Herndon, Presi<strong>de</strong>nte.<br />

Harry A. George, Secretario.<br />

INFORME que el Superinten<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> The Moctezuma Copper Company<br />

rindió al C. Gobernador <strong>de</strong>l Estado con motivo <strong>de</strong>l acto heroico <strong>de</strong> Jesús García.<br />

8 <strong>de</strong> Noviembre <strong>de</strong> 1907<br />

Sr. Gobernador Luis E. Torres.<br />

Hermosillo<br />

Estimado General:<br />

Esta mañana telegrafié a usted respecto a un terrible acci<strong>de</strong>nte que ocurrió aquí<br />

ayer y copio <strong>de</strong> mi telegrama lo siguiente:<br />

"Setenta cajas <strong>de</strong> dinamita se incendiaron por la chispa <strong>de</strong>sprendida por la<br />

locomotora ayer a las dos p.m. en el momento en que el tren salía <strong>de</strong>l patio <strong>de</strong><br />

abajo <strong>de</strong> Nacozari en el ferrocarril <strong>de</strong> vía angosta. Todos los empleados brincaron<br />

<strong>de</strong>l tren excepto el maquinista quien quedó en la máquina para evitar el peligro<br />

<strong>de</strong> que carros <strong>de</strong>scendieran pendiente pesada y se estrellaran en patio <strong>de</strong> abajo.<br />

Explosión ocurrió en el momento en que el tren entraba al patio <strong>de</strong> arriba, en<br />

frente <strong>de</strong> la casa Sección, así como cinco hombres incluyendo el maquinista<br />

fueron muertos. Todos eran naturales <strong>de</strong> México, excepto un muchacho<br />

americano. Maquinista era originario <strong>de</strong> Hermosillo y había trabajado en la<br />

misma máquina siete años. Murió heroicamente. Agradézcole infinito su<br />

contestación a mi solicitud ayer".<br />

Nota: (En el patio <strong>de</strong> abajo había almacenadas dos mil cajas <strong>de</strong> dinamita y <strong>de</strong><br />

haber ocurrido la explosión ahí todo el lugar se hubiera arrasado y el número <strong>de</strong><br />

víctimas hubiera sido espantoso).


Hermosillo, Son. <strong>Octubre</strong> <strong>de</strong>l <strong>2007</strong><br />

A cien años <strong>de</strong>...<br />

A fin <strong>de</strong> que usted pueda tener <strong>de</strong>talles más amplios, diré estaban cargados en<br />

el almacén ayer en la mañana con dinamita para Pilares junto con otra carga,<br />

estaban siendo movidos por la tripulación <strong>de</strong>l ferrocarril <strong>de</strong> la mina, <strong>de</strong>l patio <strong>de</strong><br />

abajo, al patio <strong>de</strong> arriba, preparándolos para hacer su primer viaje a Porvenir<br />

<strong>de</strong>spués <strong>de</strong>l medio día. Ha sido costumbre poner la pólvora al extremo <strong>de</strong>l tren,<br />

pero como el conductor estaba en el hospital por encontrarse enfermo, no se<br />

tomó esta precaución y dos carros <strong>de</strong> dinamita se pusieron cerca <strong>de</strong> la máquina.<br />

De medio camino arriba hay una pendiente <strong>de</strong>l 4 por ciento, la que empieza<br />

cerca <strong>de</strong>l viejo concentrador y se dirige hacia el patio superior. <strong>El</strong> maquinista<br />

Jesús García, que ha sido maquinista en el ferrocarril <strong>de</strong> vía angosta por los<br />

últimos cinco años y, antes <strong>de</strong> eso, era fogonero, se dio cuenta <strong>de</strong> que salía humo<br />

<strong>de</strong> uno <strong>de</strong> los carros <strong>de</strong> pólvora y llamó la atención hacia ello, <strong>de</strong> los garroteros<br />

y <strong>de</strong>l fogonero. <strong>El</strong>los entraron en el carro e hicieron lo posible por remover la caja<br />

<strong>de</strong> pólvora que parecía estar quemándose pero tan pronto como la removieron el<br />

fuego hizo llamarada, mientras tanto el tren corría a toda velocidad. Jesús gritó a<br />

los garroteros y al fogonero, a los otros que iban en el tren, que saltaran y el<br />

fogonero le gritó que también saltara, pero contestó que si lo hacía el tren se<br />

<strong>de</strong>volvería hacia el concentrador y permaneció en la máquina, evi<strong>de</strong>ntemente<br />

con la intención <strong>de</strong> ganar el patio superior y correr hacia la mina, hasta alcanzar<br />

alguna distancia <strong>de</strong> las casas <strong>de</strong> Sección. Su acción fue la más heroica, pues si<br />

hubiera abandonado el tren, éste se hubiera regresado hasta abajo, y si la<br />

explosión hubiera ocurrido al pie <strong>de</strong> la colina, los daños <strong>de</strong> la casa <strong>de</strong> Máquina,<br />

<strong>de</strong>pósitos <strong>de</strong> pólvora y oficinas, así como el concentrador, hubieran sido terribles.<br />

<strong>El</strong> fogonero y los garroteros también <strong>de</strong>mostraron gran valor en esforzarse por<br />

extrar la caja <strong>de</strong> pólvora que humeaba <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la carga y contenerse hasta que<br />

empezó a llamear. Los nombres <strong>de</strong> los garroteros son: Francisco Rendón, Agustín<br />

Barceló e Hipólito Soto, y el fogonero José Romero, la explosión ocurrió<br />

justamente cuando el tren estaba ganando el patio superior y el resultado, fue la<br />

<strong>de</strong>molición <strong>de</strong> los pequeños almacenes <strong>de</strong>l patio superior, las casetas <strong>de</strong> las<br />

herramientas <strong>de</strong> los hombres <strong>de</strong> la Sección en la cual una o dos <strong>de</strong> las familias<br />

vivían, y la casa <strong>de</strong> Sección, en la cual vivían ocho familias. Seis mujeres,<br />

muchachas y niños murieron, la mayoría <strong>de</strong> ellos a consecuencia <strong>de</strong> las partes <strong>de</strong><br />

los carros y <strong>de</strong> la locomotora que alcanzaron el edificio, consecuentemente, lo<br />

<strong>de</strong>molieron completamente y cinco hombres que andaban por el patio superior<br />

esperando el tren para ir a Porvenir, también fueron muertos. Uno <strong>de</strong> los<br />

hombres era el hijo <strong>de</strong> nuestro mecánico en jefe William Chisholm, quien estaba<br />

en el patio esperando la salida <strong>de</strong>l tren para <strong>El</strong> Porvenir. Todos aquellos muertos<br />

eran mexicanos, nativos, excepto el hijo <strong>de</strong> Chisholm, un muchacho <strong>de</strong> 14 años.<br />

<strong>El</strong> maquinista fue, por supuesto, muerto instantáneamente siendo encontrado su<br />

cuerpo a 20 pies <strong>de</strong> distancia <strong>de</strong> la máquina. Con la asistencia <strong>de</strong>l Doctor <strong>de</strong><br />

Pilares y el Doctor y enfermera <strong>de</strong>l Southern Pacific, se les prestó<br />

inmediatamente atención quirúrgica a los heridos y se hizo lo posible por<br />

aliviarlos en sus sufrimientos. Hay ahora en el hospital siete heridos, tres <strong>de</strong> ellos<br />

muy graves, y dos <strong>de</strong> los que no tenemos esperanzas <strong>de</strong> alivio. Estaba en la<br />

oficina <strong>de</strong>l Doctor Ricketts en Cananea, ayer a las 4:00 p.m. cuando me<br />

notificaron y llegué aquí a las 1h. y 25 ms. Es difícil imaginarse cómo pudo haber<br />

ocurrido todo eso y es <strong>de</strong> lamentar esta terrible calamidad, pero la valentía<br />

<strong>de</strong>mostrada por la tripulación <strong>de</strong>l tren, reconcilia a uno, en cierto modo, por este<br />

suceso. <strong>El</strong> joven Jesús García, en particular, pue<strong>de</strong> consi<strong>de</strong>rarse como un<br />

verda<strong>de</strong>ro héroe, pues si hubiera abandonado su máquina conteniendo la<br />

dinamita hubiera <strong>de</strong>scendido la pendiente hacia el patio <strong>de</strong> abajo, los perjuicios<br />

hubieran sido mucho mayores. Inmediatamente <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la explosión el señor<br />

Terán, quien estaba en el terreno, entiendo le telegrafió al Prefecto y al juez, en<br />

Moctezuma. Usted por supuesto, obtendrá mayores reportes <strong>de</strong> todo lo ocurrido,<br />

por si yo puedo darle cualquier información posterior favor <strong>de</strong> solicitarla.<br />

Con la mayor consi<strong>de</strong>ración, quedo <strong>de</strong> Ud., Atto. y SS.<br />

J.S. Douglas.<br />

CONTESTACIÓN DEL SR. GRAL. LUIS E.<br />

TORRES AL INFORME DEL SR. DOUGLAS<br />

Correspon<strong>de</strong>ncia Particular <strong>de</strong>l<br />

Gobernador <strong>de</strong>l Estado <strong>de</strong> Sonora<br />

Hermosillo, Nov. 11 <strong>de</strong> 1907.<br />

Sr. James S. Douglas<br />

Nacozari<br />

Muy estimado amigo:<br />

Recibí su amable carta fechada el 8 <strong>de</strong>l mes en curso con todos los pormenores<br />

<strong>de</strong>l terrible acci<strong>de</strong>nte que ocurrió en ese mineral el día 7 <strong>de</strong>l actual.<br />

Me uno a usted en su pena, que encuentro muy justificada, ya que las víctimas<br />

eran todas personas conocidas <strong>de</strong> usted y leales trabajadores <strong>de</strong> la empresa.<br />

La acción heroica <strong>de</strong>l maquinista Jesús García es digna <strong>de</strong> perpetuarse para que<br />

otros hombres en lo futuro admiren su valeroso ejemplo. Si usted piensa en algún<br />

homenaje a<strong>de</strong>cuado para conmemorar tal acción, con todo gusto contribuiré<br />

hacia esa finalidad con mi carácter <strong>de</strong> Gobernador <strong>de</strong>l Estado.<br />

Muy agra<strong>de</strong>cido por sus informes, quedo como siempre, su afectísimo amigo.<br />

Luis E. Torres.<br />

James Stuart Douglas, Gerente General<br />

<strong>de</strong> The Moctezuma Copper Co.<br />

GÉNESIS DE UN HÉROE<br />

José B. Terán Comisario <strong>de</strong> Nacozari<br />

Año 1907.<br />

La hazaña <strong>de</strong> Jesús García, consumada en un instante <strong>de</strong> avasalladora<br />

trascen<strong>de</strong>ncia, reviste características <strong>de</strong>l heroísmo más acendrado y lleva la<br />

reflexión <strong>de</strong> que acciones así inspiradas en un momento <strong>de</strong> <strong>de</strong>cisión suprema,<br />

son ejecutadas al impulso <strong>de</strong> una inspiración divina que transforma al hombre<br />

dotándolo <strong>de</strong>l valor, la <strong>de</strong>cisión y el altruismo esenciales para llevarlas al clímax<br />

<strong>de</strong> su propósito.<br />

No hubo en Jesús García vacilaciones ni <strong>de</strong>smayos, ni las circunstancias las<br />

admitían. Pudo haber huído al darse cuenta <strong>de</strong> la inminencia <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sastre<br />

cediendo al natural imperativo <strong>de</strong>l instinto <strong>de</strong> conservación, pero un impulso<br />

sobrenatural, filantrópico, se antepuso a cualquier consi<strong>de</strong>ración <strong>de</strong> su propia<br />

seguridad y salvación -algo reservado para los que tienen el temple y el corazón<br />

<strong>de</strong> pre<strong>de</strong>stinados, inundó su ser, galvanizando su voluntad, comunicándole<br />

pujanza <strong>de</strong> gigante y ansia <strong>de</strong> renunciación, para guiar su maniobra en aquellos<br />

momentos en que cada segundo, cada metro que avanzaba su convoy, aseguraba<br />

más el éxito <strong>de</strong> su propósito.<br />

Todo lo abarcó en su mirada <strong>de</strong> poseído. Era urgente, imperativo, que el tren<br />

se lanzara raudo, cuesta arriba, hacia la meta <strong>de</strong> salvación para sus semejantes,<br />

pero <strong>de</strong> muerte y <strong>de</strong> <strong>de</strong>strucción para él. Nada le arredró; con mano firme y<br />

a<strong>de</strong>más resuelto empuñó la palanca <strong>de</strong> mando imprimiendo toda la potencia <strong>de</strong><br />

la fuerza motriz a su locomotora, era una carrera <strong>de</strong> espanto, en un empeño<br />

<strong>de</strong>safiante <strong>de</strong> poner más y más distancia y montaña, entre el siniestro y el<br />

poblado.<br />

En su previsión asombrosa pudo haber imaginado las posibilida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> su<br />

propia salvación, así como la <strong>de</strong>l pueblo, conduciendo su convoy hasta alcanzar<br />

la llanura <strong>de</strong>l "Seis" y <strong>de</strong>spacharlo solo. Esta y muchas otras hipótesis se forjaron<br />

en torno <strong>de</strong> la acción <strong>de</strong> Jesús García, pero si el insigne maquinista entrevió<br />

alguna remota probabilidad <strong>de</strong> salir con vida <strong>de</strong>l pavoroso trance, la i<strong>de</strong>a no lo<br />

<strong>de</strong>svió ni un instante <strong>de</strong>l propósito inmediato <strong>de</strong> permanecer en su puesto hasta<br />

ganar la cumbre al "Seis". A escasos metros <strong>de</strong> la meta sonó la hora fatal. Un<br />

segundo más y el tren habría alcanzado la planicie, pero el <strong>de</strong>stino no quiso que<br />

acto tan generoso y abnegado careciera <strong>de</strong> un mártir. Las gran<strong>de</strong>s proezas<br />

reclaman sacrificios y héroes y Jesús García seguramente no habría alcanzado la<br />

gloria inmarcesible, si cumplida su misión, hubiera vivido para contar la<br />

aventura.<br />

Repasando los pormenores <strong>de</strong>l abnegado esfuerzo <strong>de</strong> Jesús García, po<strong>de</strong>mos<br />

aquilatar la pureza <strong>de</strong> su entrega total y la filantropía estrujante que presidió su<br />

maniobra salvadora. Des<strong>de</strong> el momento que una chispa siniestra <strong>de</strong> la máquina<br />

se convirtió en presagio ominoso <strong>de</strong> tragedia, sus movimientos, su reacción,<br />

fueron tan precisos que se antojan los movimientos <strong>de</strong> un ser sobrenatural, <strong>de</strong> un<br />

hombre, en suma, que en aquellos instantes, angustiosos fugaces, <strong>de</strong>rivaba <strong>de</strong> la<br />

Provi<strong>de</strong>ncia, cálculo frío y sereno, firmeza y luci<strong>de</strong>z sobrehumanas, para<br />

arrastrarlo todo en un arranque audaz, en una jornada <strong>de</strong> locura en su convoy<br />

flamante, sin otra meta que la eternidad. <strong>El</strong> recorrido fantástico se antoja un Vía<br />

Crucis con 14 segundos <strong>de</strong> vértigo y peligro, en lugar <strong>de</strong> las 14 estaciones, para<br />

llegar a un calvario -la cima <strong>de</strong> "<strong>El</strong> Seis" y tal vez Jesús García, buen cristiano,<br />

haya también sentido la elocuencia <strong>de</strong>l paralelo <strong>de</strong> su misión con la <strong>de</strong>l Salvador<br />

y pensando en su calvario que se hacía vertiginosamente realidad, rezara una<br />

última plegaria- "Señor, en tus manos encomiendo mi espíritu".<br />

La maniobra que llevó a cabo García es la síntesis perfecta <strong>de</strong>l heroísmo.<br />

Realizada con la más absoluta sangre fría, sin la menor premeditación; ejecutada<br />

con espontaneidad crispante; llevada a su <strong>de</strong>senlace ineluctable con serenidad<br />

pasmosa. En todo el <strong>de</strong>senvolvimiento <strong>de</strong> su impulso <strong>de</strong> coloso sólo hubo un<br />

móvil generoso <strong>de</strong>sinteresado, una i<strong>de</strong>a, una i<strong>de</strong>a, sublimemente bella, salvar a<br />

sus semejantes.<br />

Qué altísimo concepto <strong>de</strong>l cumplimiento <strong>de</strong>l <strong>de</strong>ber infundió valor a Jesús<br />

García en esos momentos en que su mente, su físico, su voluntad y su espíritu<br />

coordinaron todas sus faculta<strong>de</strong>s en un<br />

esfuerzo prodigioso. Qué ímpetu<br />

5<br />

(Pasa a la Pág. 8)


6 Hermosillo, Son. <strong>Octubre</strong> <strong>de</strong>l <strong>2007</strong><br />

A cien años <strong>de</strong>...<br />

Nacozari acerca <strong>de</strong> 1907. <strong>El</strong> tren se incendió a la izquierda cerca <strong>de</strong> enormes gasómetros (se ve uno) poniendo en peligro la parte <strong>de</strong>l sur <strong>de</strong> la ciudad (<strong>de</strong>trás <strong>de</strong> la chimenea) y<br />

la parte <strong>de</strong>l norte <strong>de</strong>recha.<br />

Premiados por su buen<br />

trabajo, Jesús y sus amigos<br />

en la Feria Mundial <strong>de</strong><br />

St. Louis. Aquí aparece el<br />

héroe sobre un camello<br />

(tercero <strong>de</strong> la izquierda).<br />

Grupo <strong>de</strong> mineros y la<br />

máquina 0-4 Porter, en<br />

cuya cabina se encuentra<br />

Jesús García.<br />

Jesús García con la tripulación<br />

<strong>de</strong> la locomotora<br />

No. 2.


Hermosillo, Son. <strong>Octubre</strong> <strong>de</strong>l <strong>2007</strong><br />

A cien años <strong>de</strong>...<br />

A pesar <strong>de</strong> un cielo empapado, se cuentan aquí unas 400 personas que asistieron al funeral <strong>de</strong> Jesús García, y se supone que muchas más están fuera <strong>de</strong>l alcance <strong>de</strong>l lente. <strong>El</strong><br />

cementerio está en Nacozari Viejo. Después <strong>de</strong> una década se transfirieron los restos <strong>de</strong>l héroe a la plaza <strong>de</strong> Nacozari.<br />

Vaciando mineral en la concentradora. James S. Douglas anotó en la foto original: Esta<br />

es la que operaba Jesús García, la máquina y el tren.<br />

Panorámica al fondo el monumento a Jesús García.<br />

Son las alumnas <strong>de</strong> blanco una orquesta, una plataforma llena <strong>de</strong> dignatarios y parientes<br />

<strong>de</strong> Jesús y centenares <strong>de</strong> ciudadanos, se celebra la conmemoración el 7 <strong>de</strong><br />

noviembre <strong>de</strong> 1909, día lluvioso.<br />

Panorama <strong>de</strong> Nacozari que vio Jesús García al partir su tren.<br />

1907. Barrio <strong>de</strong> Nacozari similar a aquél en que habitaba Jesús García. Panorámica al fondo <strong>de</strong>l cerro <strong>de</strong> La Sirena.<br />

7


8 Hermosillo, Son. <strong>Octubre</strong> <strong>de</strong>l <strong>2007</strong><br />

A cien años <strong>de</strong>... (Viene <strong>de</strong> la Pág. 5)<br />

supremo <strong>de</strong> renunciación para entregarlo todo en un reto altivo al <strong>de</strong>stino. Qué<br />

exégesis más pura <strong>de</strong>l pensamiento cristiano; qué anhelo más diáfano <strong>de</strong> probar<br />

el tormento <strong>de</strong>l martirio y el sacrificio para transponer los umbrales <strong>de</strong> la<br />

inmortalidad y <strong>de</strong> la gloria.<br />

Se dirá que el drama <strong>de</strong>l 7 <strong>de</strong> Noviembre, escenificado en un pueblo ignorado,<br />

protagonizado por un obrero humil<strong>de</strong>, es un hecho local, <strong>de</strong> importancia<br />

secundaria, pero sus lineamientos más amplios, en las características <strong>de</strong>l<br />

martirologio se <strong>de</strong>stacan elementos que atañen al género humano, a los<br />

sentimientos más elementales, a los impulsos más nobles <strong>de</strong> que es capaz el<br />

corazón <strong>de</strong>l hombre y bajo este aspecto, reviste interés universal. Difícilmente se<br />

encontrará paralelo en que se ponga <strong>de</strong> relieve mayor <strong>de</strong>sinterés y espíritu <strong>de</strong><br />

renunciación y éstas son cosas que atañen a la moral, que interesan en la nobleza<br />

<strong>de</strong>l individuo en sus relaciones con sus semejantes.<br />

La lección <strong>de</strong>l 7 <strong>de</strong> Noviembre <strong>de</strong> 1907 es digna <strong>de</strong> perpetuarse en bronce y<br />

mármol para seguir fortaleciendo el culto al héroe. Que lo conozca y lo venere<br />

todo México; que su estatua se levante también en ese camino esplendoroso <strong>de</strong><br />

glorias nacionales, que es el Paseo <strong>de</strong> la Reforma. Que en ese Olimpo <strong>de</strong> nuestros<br />

adali<strong>de</strong>s se yerga también, señera y refulgente, la estatua <strong>de</strong> un obrero, el<br />

recuerdo <strong>de</strong> un hombre que no buscó la gloria; que no peleó por la libertad <strong>de</strong> un<br />

pueblo; que no levantó su espada en el fragor <strong>de</strong> una batalla -sino <strong>de</strong> un<br />

MARTIR, que cumplió con un <strong>de</strong>ber, el más universal, el más sagrado, porque<br />

<strong>de</strong>riva <strong>de</strong> la más fundamental <strong>de</strong> todas las enseñanzas "Amaos los unos a los<br />

otros". Junto a los forjadores <strong>de</strong> nuestra nacionalidad no <strong>de</strong>slucirá el monumento<br />

a un ferrocarrilero, que inmortalice la gesta <strong>de</strong>l 7 <strong>de</strong> Noviembre, el ejemplo más<br />

fulgurante, la lección más clara para las generaciones futuras.<br />

EMBRIÓN DE UNA EPOPEYA<br />

Jesús García es un héroe <strong>de</strong>l pueblo, un héroe salido <strong>de</strong> la gran masa obrera.<br />

Des<strong>de</strong> niño reveló su gran<strong>de</strong>za <strong>de</strong> alma y sus sentimientos filantrópicos. Acaso<br />

no recordó alguna vez don Manuel Armendáriz, su maestro en Batuc, el<br />

momento en que, durante una clase <strong>de</strong> Historia, emocionado por el relato que el<br />

profesor hacía <strong>de</strong> la acción épica <strong>de</strong>l "Pípila prendiendo fuego a la puerta <strong>de</strong> la<br />

Alhóndiga <strong>de</strong> Granaditas; <strong>de</strong> Narciso Mendoza disparando audaz y oportuno<br />

una pieza <strong>de</strong> artillería abandonada para rechazar el asalto <strong>de</strong> las tropas españolas<br />

en el sitio <strong>de</strong> Cuautla, <strong>de</strong> los adolescentes alumnos <strong>de</strong>l Colegio Militar, cayendo<br />

acribillados ante las balas <strong>de</strong>l invasor en los muros <strong>de</strong>l Castillo <strong>de</strong> Chapultepec,<br />

emocionado por el ejemplo <strong>de</strong> los héroes <strong>de</strong> la patria, pidió con insistencia la<br />

palabra y poniéndose <strong>de</strong> pie dijo con vehemencia: "Maestro, maestro, yo quiero<br />

ser un héroe".<br />

Frase profética, reveladora <strong>de</strong>l temple <strong>de</strong> Jesús García; sentencia que habría <strong>de</strong><br />

resolver años más tar<strong>de</strong> el <strong>de</strong>stino <strong>de</strong> Nacozari.<br />

Así lo contaba su maestro. Y nadie podía dudar <strong>de</strong> la veracidad <strong>de</strong> don Manuel<br />

Armendáriz, maestro <strong>de</strong> la vieja escuela. Hombre todo honorabilidad e<br />

integridad a quien tocó, el 7 <strong>de</strong> Noviembre <strong>de</strong> 1907, ver realizados los anhelos <strong>de</strong><br />

su privilegiado alumno, convirtiéndose en el Héroe <strong>de</strong> Nacozari.<br />

EL DÍA DEL FERROCARRILERO<br />

Al gremio ferrocarrilero correspon<strong>de</strong> el privilegio <strong>de</strong> haber dado a la Patria un<br />

hombre cuya acción lo hace acreedor a la inmortalidad y el organismo<br />

representativo <strong>de</strong> tan importante grupo, el Sindicato Nacional <strong>de</strong> Trabajadores<br />

Ferrocarrileros instituyó en 1944, por <strong>de</strong>claratoria Presi<strong>de</strong>ncial, el 7 <strong>de</strong><br />

Noviembre, como el "Día <strong>de</strong>l Ferrocarrilero", fecha que se observa cada año con<br />

el cese <strong>de</strong> labores y actos alusivos a la gesta <strong>de</strong>l maquinista, en todos los centros<br />

ferrocarrileros <strong>de</strong>l país.<br />

Este es un tributo justo y perdurable que seguirá anunciando a las generaciones<br />

nuevas que los hombres <strong>de</strong>l riel admiran y veneran a uno <strong>de</strong> los suyos que en el<br />

cumplimiento <strong>de</strong> su <strong>de</strong>ber entregó una vida joven, llena <strong>de</strong> promisoras<br />

perspectivas, para salvar a un pueblo.<br />

Jesús García, antes <strong>de</strong> alcanzar la categoría <strong>de</strong> héroe, era un empleado mo<strong>de</strong>lo;<br />

cumplido en el <strong>de</strong>sempeño <strong>de</strong> sus obligaciones; <strong>de</strong> una pericia extraordinaria en<br />

su especialidad, paradigma en suma, digno <strong>de</strong> la emulación y <strong>de</strong>l recuerdo.<br />

CONCLUSIÓN<br />

A cien años <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la proeza <strong>de</strong>l 7 <strong>de</strong> Noviembre la fama <strong>de</strong> Jesús García,<br />

el Héroe <strong>de</strong> Nacozari, está firmemente cimentada y ha pasado en forma<br />

perdurable a la posteridad. Su ejemplo seguirá iluminando los anales <strong>de</strong> México<br />

y su acción brilla como símbolo <strong>de</strong> <strong>de</strong>sinterés y altruismo incomparables.<br />

<strong>El</strong> materialismo, el egoísmo que caracterizan a nuestra época han servido para<br />

olvidar y relegar el concepto <strong>de</strong>l <strong>de</strong>ber y esto pone <strong>de</strong> relieve con la perspectiva<br />

<strong>de</strong> la distancia y <strong>de</strong>l tiempo, el ejemplo <strong>de</strong> Jesús García.<br />

Deber fue para él una misión inaplazable, un imperativo avasallador, un<br />

impulso incontenible y por eso alcanza la categoría sublime <strong>de</strong> mártir.<br />

Hemos querido reseñar la jornada <strong>de</strong>l 7 <strong>de</strong> Noviembre en todos sus aspectos y<br />

<strong>de</strong>bemos ahondar ahora en los móviles que impulsaron al ferrocarrilero en la<br />

consumación <strong>de</strong> su hazaña.<br />

Jesús García, al empuñar con mano firme la palanca <strong>de</strong> su locomotora,<br />

lanzándola rauda y trépidamente por la pendiente, era un inspirado que se<br />

enfrentaba al <strong>de</strong>stino y lo retaba para arrancar <strong>de</strong> las garras <strong>de</strong> la <strong>de</strong>strucción y<br />

<strong>de</strong> la muerte una presa inerme e in<strong>de</strong>fensa. Había concertado una cita con la<br />

muerte y el lugar <strong>de</strong> la cita era la planicie <strong>de</strong>l "Seis" a don<strong>de</strong> <strong>de</strong>bía llevar su<br />

convoy flameante ro<strong>de</strong>ando el cerro que habría <strong>de</strong> servir <strong>de</strong> muralla entre la<br />

dinamita y la población.<br />

Su maniobra fue audaz, precisa, <strong>de</strong> una ejecución matemática, pero si le ganó<br />

la carrera a la explosión tenía que pagar cara su osadía <strong>de</strong>safiante y temeraria.<br />

Se consagró un héroe en un marco <strong>de</strong> grandiosa majestuosidad. Las montañas<br />

que circundan Nacozari retumbaron al eco aterrador <strong>de</strong> la hecatombe y fueron<br />

atronando el espacio con vibraciones sucesivas -arrullos <strong>de</strong> epopeya que<br />

proclamaron al mundo el natalicio <strong>de</strong> un héroe y el albor <strong>de</strong> una leyenda.<br />

Epopeya magnífica porque no pue<strong>de</strong> haber oblación más gran<strong>de</strong> que la ofrenda<br />

<strong>de</strong>liberada y espontánea <strong>de</strong> la vida misma en aras <strong>de</strong> un i<strong>de</strong>al magnánimo <strong>de</strong><br />

salvación <strong>de</strong> los semejantes.<br />

Valor inmenso el <strong>de</strong> Jesús García que lo llevó a <strong>de</strong>spojarse <strong>de</strong> sus intereses<br />

terrenos, <strong>de</strong> sus más caros anhelos, <strong>de</strong> sus afectos para entregarse íntegro y<br />

caminar sereno e imperturbable a su <strong>de</strong>stino fatal.<br />

La humanidad admira y seguirá admirando a los héroes. Héroes forjados en el<br />

fragor <strong>de</strong> las batallas, en el logro <strong>de</strong> gran<strong>de</strong>s ambiciones, <strong>de</strong> i<strong>de</strong>ales luminosos; en<br />

la ejecución <strong>de</strong> aventuras fascinantes, Jesús García no tuvo ninguno <strong>de</strong> estos<br />

estímulos para inspirarle y fortalecerle en la hora <strong>de</strong> prueba.<br />

No tuvo otro estímulo ni otro móvil que su amor al prójimo.<br />

Galardón <strong>de</strong> gloria para México es contar en sus anales con un rasgo <strong>de</strong><br />

generosa inmolación como el <strong>de</strong> Jesús García y timbre <strong>de</strong> orgullo legítimo<br />

venerarlo como héroe <strong>de</strong> héroes.<br />

Pocos pensamientos pue<strong>de</strong>n resumir mejor la categoría augusta <strong>de</strong> Jesús<br />

García, que la inscripción esculpida en granito, que ostenta una <strong>de</strong> las caras <strong>de</strong>l<br />

hermoso monumento que a su memoria erigió la gratitud <strong>de</strong> Nacozari.<br />

A JESÚS GARCÍA mártir <strong>de</strong>l Trabajo y <strong>de</strong>l Deber Benefactor <strong>de</strong> la Humanidad<br />

¡GLORIA A TU NOMBRE Y A TU HAZAÑA!<br />

DATOS BIOGRÁFICOS DEL HÉROE EPÓNIMO<br />

DE NACOZARI JESÚS GARCÍA<br />

(Tomados <strong>de</strong>l Archivo <strong>de</strong> The Moctezuma Copper Co.)<br />

Nació en la ciudad <strong>de</strong> Hermosillo, Capital <strong>de</strong> este Estado, el 13 <strong>de</strong> noviembre<br />

<strong>de</strong> 1883, siendo sus padres don Francisco García y doña Rosa Corona <strong>de</strong> García,<br />

naturales el primero <strong>de</strong> San Miguel <strong>de</strong> Horcasitas, <strong>de</strong> este mismo Estado y la<br />

segunda, <strong>de</strong> Hermosillo. A la edad <strong>de</strong> siete años, el niño García principió su<br />

instrucción primaria en las escuelas oficiales <strong>de</strong>l lugar <strong>de</strong> su nacimiento,<br />

permaneciendo en la escuela muy pocos meses, pues como sus padres eran<br />

pobres, se vieron obligados a salir <strong>de</strong>l lugar en busca <strong>de</strong> trabajo, y el niño García<br />

se vio así privado <strong>de</strong> la escuela por más <strong>de</strong> tres años. En el año <strong>de</strong> 1894, sus<br />

padres establecieron su resi<strong>de</strong>ncia en el pueblo <strong>de</strong> Batuc (Distrito <strong>de</strong> Ures), y el<br />

niño Jesús pudo continuar su instrucción primaria en la escuela <strong>de</strong> ese lugar,<br />

hasta terminar el cuarto año, que era el último curso en la escuela <strong>de</strong> aquel<br />

tiempo.<br />

Habiendo permanecido algunos años en Batuc, en el año <strong>de</strong> 1901, pasó a<br />

Nacozari la familia García, en don<strong>de</strong> hasta la fecha resi<strong>de</strong> la madre y algunas<br />

hermanas y hermanos <strong>de</strong>l héroe <strong>de</strong> que nos ocupamos. En este lugar y ya apto<br />

García para el trabajo, sentó plaza en los trabajos <strong>de</strong> la compañía "The<br />

Moctezuma Copper Company". Trabajando con la misma compañía, se <strong>de</strong>dicó<br />

luego a ser ferrocarrilero, llegando por su asiduidad en el trabajo y por su<br />

preclara inteligencia, a captarse la confianza <strong>de</strong> sus jefes, quienes le concedieron<br />

más tar<strong>de</strong> el puesto <strong>de</strong> maquinista en el ferrocarril <strong>de</strong> Pilares a este lugar. Estuvo<br />

<strong>de</strong>sempeñando algún tiempo el puesto ya referido, hasta el día 7 <strong>de</strong> Noviembre<br />

<strong>de</strong> 1907, en que murió, dándonos el ejemplo <strong>de</strong> altruismo más gran<strong>de</strong>, <strong>de</strong> los<br />

pocos hechos congéneres que registra la historia <strong>de</strong> la humanidad.<br />

Su acción sublime hasta la heroicidad, se hace constar en el acta que acompañó<br />

a estos breves apuntes.<br />

Des<strong>de</strong> niño mostró García tener cualida<strong>de</strong>s excepcionales a las comunes<br />

en la generalidad <strong>de</strong> los individuos. En la familia fue un mo<strong>de</strong>lo <strong>de</strong> hijo y<br />

<strong>de</strong> hermano; en la escuela fue un niño obediente, estudioso, inteligente y<br />

<strong>de</strong> conducta intachable, y en la sociedad, fue el prototipo <strong>de</strong> amistad y un<br />

<strong>de</strong>chado <strong>de</strong>l ciudadano que cumple con todos sus <strong>de</strong>beres. Y cumplió <strong>de</strong><br />

más, pues no se pue<strong>de</strong> aseverar otra cosa <strong>de</strong>l individuo que sacrifica su<br />

vida, por salvar la <strong>de</strong> un semejante. Al recordar la acción <strong>de</strong> García,<br />

nuestro ánimo se cautiva <strong>de</strong> tal manera que no una biografía, sino un<br />

canto heroico quisiéramos consagrarle al preten<strong>de</strong>r honrar su memoria.<br />

"La antigua Grecia hubiera hecho <strong>de</strong> este héroe un dios, instituyéndole fiestas<br />

y <strong>de</strong>dicando suntuosos monumentos a su memoria" dice en la introducción a la<br />

biografía <strong>de</strong> Morelos, uno <strong>de</strong> nuestros más entendidos escritores; y nosotros que<br />

abrigamos la misma conciencia hacia nuestro héroe, recogemos esas mismas<br />

palabras y damos con ellas fin a esta breve y pálida reseña <strong>de</strong> la biografía <strong>de</strong>l<br />

héroe <strong>de</strong> Nacozari, <strong>de</strong>l héroe nacional, <strong>de</strong>l héroe <strong>de</strong> la humanidad. JESÚS<br />

GARCÍA.<br />

Nacozari <strong>de</strong> García, México <strong>Octubre</strong> <strong>de</strong> 1909.


Hermosillo, Son. <strong>Octubre</strong> <strong>de</strong>l <strong>2007</strong><br />

“COSAS VIEJAS DE MI TIERRA”<br />

En ese año <strong>de</strong> 1889, cuando los aficionados estaban toreando en la plaza <strong>de</strong><br />

toros, todavía los rancheros andaban sueltos lazando con sus reatas el tren,<br />

porque <strong>de</strong>cían que no querían metiches en sus terrenos, y en las noches oscuras<br />

los serenos con su escalera en el lomo y su pitito, ataviados con su capotito que<br />

no les tapaba ni el "mofle"…<br />

En esa mentada corrida <strong>de</strong> aficionados que se verificó en la plaza <strong>de</strong> Villa <strong>de</strong><br />

Seris el 89, tomaron parte distinguidos vecinos <strong>de</strong> la localidad, fungiendo como<br />

matadores y ban<strong>de</strong>rilleros las siguientes personas: Lic. Manuel R. Parada, José<br />

H. Salazar, Lamberto Camou, Lic. José Enciso Ulloa, Leonardo Camou y Felipe<br />

López Nava. Como picadores actuaron los señores Bartolo Salido, que era el<br />

mejor e Ignacio Güereña, y como chistoso Francisco Moreno. En esas corridas <strong>de</strong><br />

aficionados se acostumbraba que alguien la hiciera <strong>de</strong> Tancredo. <strong>El</strong> amigo que<br />

se "arriesgaba" a meterse con toros mochos era consi<strong>de</strong>rado como muy valiente,<br />

para po<strong>de</strong>r llevar a cabo este acto <strong>de</strong> "arrojo". Al individuo que se prestaba le<br />

ponían un vestido blanco, <strong>de</strong> manta burda, y muchas veces le pintaban la cara<br />

<strong>de</strong>l mismo color si éste era prietito. Ponían un barril en medio <strong>de</strong> la plaza pintado<br />

<strong>de</strong> blanco don<strong>de</strong> se encaramaba el Tancredo, pero teniendo mucho cuidado<br />

<strong>de</strong> no moverse. <strong>El</strong> toro salía bufando <strong>de</strong> coraje porque poquitito antes le habían<br />

puesto chiltepines en el "sunfiate". ¡Qué bárbaros! por vida <strong>de</strong> Dios.<br />

<strong>El</strong> toro llegaba al centro <strong>de</strong> la plaza y comenzaba a dar vueltas en <strong>de</strong>rredor <strong>de</strong>l<br />

barril oliéndolo, pero sin embestirlo; pues como se creía antes que el toro no atacaba<br />

al color blanco, por eso a los Tancredos los vestían <strong>de</strong> ese color; <strong>de</strong>spués<br />

hemos sabido que el toro ataca o no ataca, no precisamente al color, sino al<br />

movimiento que alguien haga con algo frente a él. Pero en cuanto le olía las<br />

"patas", se retiraba dando brincos, reparos y bufidos, ya no por el efecto <strong>de</strong> los<br />

chiltepines, sino porque al amigo Tancredo le apestaban mucho las "patas" o<br />

pinceles como dicen a los que les gusta la "mora". Todo en este acto era puro vacilón.<br />

Como los empresarios <strong>de</strong> toda clase <strong>de</strong> espectáculos <strong>de</strong>ben ser muy<br />

aguzados para darle gusto al que paga, acostumbraban también que en todas las<br />

corridas <strong>de</strong> toros, presentar algo bufo que causara risa a los espectadores, para<br />

el caso buscaban dos personas arrancadas o peladas que es lo mismo, quienes<br />

eran zambutidas en sendos trajes muy aguados rellenándolos <strong>de</strong> zacate, paja y<br />

trapos viejos. Estos trajes tenían en las extremida<strong>de</strong>s superior e inferior, unos<br />

mecatitos iguales o parecidos, a los que se usaban antes en los calzoncillos en la<br />

parte que correspon<strong>de</strong> a las "patas" para amarrarse el calcetín, y por cierto que<br />

eran muy frescos según el <strong>de</strong>cir <strong>de</strong> nuestros abuelos. Todavía andan por "ai" personas<br />

anticuadas que los usan… ¿Y qué nos importa?<br />

Los amigos que los empresarios contrataban para hacer el papel <strong>de</strong> "gordos",<br />

pues tal era el nombre que les daban, les obsequiaban a éstos con diez reales y<br />

la entrada… era este acto uno <strong>de</strong> los que causaba más risa. <strong>El</strong> toro se <strong>de</strong>jaba venir<br />

como <strong>de</strong> rayo sobre los gordos <strong>de</strong>spanzurrándolos a fuerza <strong>de</strong> butanazos. Hubo<br />

algunas ocasiones que el toro se puso a comer el zacate que les sacó a los mentados<br />

gordos, sin hacer caso <strong>de</strong> toreros ni <strong>de</strong> trapos colorados. Había uno muy<br />

aficionado a los toros que le <strong>de</strong>cían <strong>El</strong> Comino, habiendo servido en algunas<br />

ocasiones para hacer el papel <strong>de</strong> gordo con sólo que le dieran la entrada, y un<br />

real para comprar botellita <strong>de</strong> mezcal. Al Comino lo agarró una vez un toro <strong>de</strong>l<br />

puro "sunfiate" que lo aventó pa'rriba como diez metros hecho bolita, y me<br />

acuerdo muy requetebién como si fuera orititita, que el policía Luis lo agarró <strong>de</strong><br />

las greñas y se lo echó al lomo sacándolo <strong>de</strong>l peligro. <strong>El</strong> policía Luis era un<br />

cuicote muy largo y fuerte, que a cada rato nos corría para la escuela cuando nos<br />

agarraba jugando a las catotas en la calle, era uno <strong>de</strong> los policías <strong>de</strong> confianza <strong>de</strong><br />

don Simón Bley, cuando éste <strong>de</strong>sempeñaba el puesto <strong>de</strong> Presi<strong>de</strong>nte Municipal<br />

<strong>de</strong> mi tierra; él (Luis) era el encargado <strong>de</strong> correr a la chamacada pa'la escuela. <strong>El</strong><br />

Comino era un individuo <strong>de</strong> unos cinco pies <strong>de</strong> estatura por lo que al cuico, el<br />

chaparro Comino le vino muy guango, echándoselo al lomo como por no <strong>de</strong>jar.<br />

De estos <strong>de</strong>talles hay muchos queliteros añejos que se acuerdan perfectamente<br />

bien, y <strong>de</strong>l Comino con más razón, que cada domingo entraba al redon<strong>de</strong>l <strong>de</strong> la<br />

plaza bien "pedo", a tener el toro que en ese entonces acostumbraban los empresarios<br />

regalarle a la burrada que <strong>de</strong>seaba vacilar, amarrándole en la pura maceta<br />

entre cuerno y cuerno, una bolsita conteniendo algunas monedas <strong>de</strong> plata<br />

sin 0.720, para que la gente le entrara con más ganas, ya no al toro, sino a la bol-<br />

Tomado <strong>de</strong> su libro <strong>de</strong>l mismo nombre<br />

Por: Enrique Contreras Sierra.<br />

sita que el animal se machucaba en la maceta…<br />

La gana<strong>de</strong>ría a la cual pertenecían los "arrogantes" toros lidiados por los<br />

señores antes mencionados, eran <strong>de</strong> los señores Estrella. Pero sucedió que la<br />

noche anterior a la corrida, los aficionados que iban a tomar parte en la fiesta la<br />

hicieron <strong>de</strong> vacil, dando serenatas a sus novias con la orquesta <strong>de</strong> Andalón que<br />

era la que iba a tocar en la plaza. De manera que al día siguiente todos estaban<br />

crudos y con la cara hinchada, y la corrida resultó <strong>de</strong>slucida…<br />

En esa época las mueblerías locales se encargaban <strong>de</strong> fletar sillas para las fiestas<br />

<strong>de</strong> esta naturaleza, y para los juegos <strong>de</strong> pelota también (que lo hagan ahora)<br />

pero no siempre estas sillas las rentaban a diez fierros cada una, y lo curioso <strong>de</strong>l<br />

caso es que no se perdía ninguna <strong>de</strong> ellas; al que las rentaba, al día siguiente <strong>de</strong><br />

la fiesta iban los carreteros por los muebles y los encontraban completitos y sin<br />

un rasguño siquiera… lo mismo pasaría ahora con nuestros camaradas<br />

campesinos casi hermanos. Si Chuy, que no le pi<strong>de</strong>n a Dios que les dé sino que<br />

los pongan don<strong>de</strong> "aiga…." En esa memorable corrida por aficionados el año <strong>de</strong>l<br />

89, al llegar los lidiadores y <strong>de</strong>más comitiva a la plaza, fueron recibidos con serpentinas<br />

y flores, que la multitud les arrojaba… seguramente uno <strong>de</strong> los componentes<br />

<strong>de</strong>l festín repartió dinerito entre las "masas", para quedar bien con alguna<br />

joven que pretendía, se dan tantos casos…<br />

En la fiesta figuraron como reinas las señoritas Ascensión Rubio, <strong>El</strong>ena<br />

Montijo y Concepción Escalante, llevando como chambelanes a los apuestos<br />

jóvenes Ramón Corral, Juan <strong>de</strong> Dios Castro y Simón Bley. En ese entonces don<br />

Guillermo Arriola era muy aguzado y conseguidor <strong>de</strong> fierros, y fue él quien<br />

organizó la corrida <strong>de</strong> aficionados fungiendo él mismo como empresario. La<br />

mencionada corrida <strong>de</strong> toros se llevó a cabo en la plaza <strong>de</strong> toros Villa <strong>de</strong> Seris,<br />

como llevamos dicho, consistiendo el redon<strong>de</strong>l en palos <strong>de</strong> mezquite entrelazados,<br />

y las tribunas <strong>de</strong> sol y sombra <strong>de</strong>l mismo material pa'que hicieran sombrita.<br />

Don Guillermo llegó con el tiempo a <strong>de</strong>sempeñar el puesto <strong>de</strong> Presi<strong>de</strong>nte<br />

Municipal, durando muchos años con ese empleo. La gente ya estaba cansada<br />

<strong>de</strong> don Guillermo, y una comisión fue a entrevistar a don Ramón para <strong>de</strong>cirle<br />

que no la fregara, que cambiara a don Guillermo por otro. <strong>El</strong> señor Corral, siempre<br />

muy atento con los <strong>de</strong> casa, oyó la queja y consi<strong>de</strong>ró que había razón. Don<br />

Ramón llamó a don Guillermo y con mucha pena le dijo lo que la comisión le<br />

había manifestado respecto a su persona, sugiriéndole al mismo tiempo que le<br />

indicara quién le gustaría para que lo sustituyera en su empleo. Don Guillermo<br />

se puso triste al oír la noticia <strong>de</strong> que las "masas" no lo querían como mandón, y<br />

muy cuerdo le dijo a don Ramón que ya que lo iban a quitar <strong>de</strong> plano y que él<br />

ya no sería presi<strong>de</strong>nte, al menos que nombraran a su hermano Espíritu Arriola,<br />

para que la chamba no saliera <strong>de</strong> casa. ¡Qué aguzado don Guillermo…!<br />

Después <strong>de</strong> este pequeño paréntesis, diremos que las reinas y chambelanes<br />

que presidieron la fiesta brava <strong>de</strong>l 89, iban ataviados con vestidos a la usanza <strong>de</strong><br />

la época… las reinas con su mo<strong>de</strong>rno peinado llamado Pompadour, y las naguas<br />

que les llegaban hasta los tobillos, zapato alto y <strong>de</strong> botones, mientras más<br />

botones tenía un zapato, esta prenda era consi<strong>de</strong>rada <strong>de</strong> más valor.<br />

En ese entonces se usaba mucho el polisón entre la clase alta, rica o al menos<br />

<strong>de</strong> posibles, también entre algunos "pelados" pretensiosos era usado, nada más<br />

que como éstos no tenían dinero suficiente para comprarlo, se las averiguaban<br />

poniéndose una almohada alre<strong>de</strong>dor <strong>de</strong> las "nalgas", bien amarrada pa'que no<br />

fuera a "cáirse". Las almohadas eran a según. Si la persona que la iba a usar era<br />

flaca, güila y larga, la almohada era bastante gran<strong>de</strong> para que les cubriera bien<br />

las "nalgas", y si la persona era <strong>de</strong> cuerpo regular este <strong>de</strong>tallito era más pequeño,<br />

<strong>de</strong> manera que había para todos los cuerpos, pero si salía una vieja <strong>de</strong>l pelo <strong>de</strong>l<br />

Chato Bernal, entonces este artefacto nalgarín salía sobrando… ya saben uste<strong>de</strong>s<br />

lo "nalgón" que es el Chato, pesa lo menos doscientos kilos…Y así camina el<br />

mundo: las mujeres engañando a los hombres poniéndose almohadas en las<br />

"nalgas" para llamar nuestra atención y caer en la trampa. Qué dijeron… que<br />

suaves. Los chambelanes Ramón Corral, Simón Bley y Juan <strong>de</strong> Dios Castro<br />

vestían al uso <strong>de</strong> tanainas el viejo, <strong>de</strong> los tiempos idos que no vuelven… sí "ñor";<br />

como lo <strong>de</strong>mandaba la moda andante y estar a tono con el vestido que portaban<br />

sus dignas compañeras, las reinas.<br />

9


10 Hermosillo, Son. <strong>Octubre</strong> <strong>de</strong>l <strong>2007</strong><br />

Cosas viejas <strong>de</strong> mi...<br />

Nuestra gente quelitera siempre ha sido muy afecta a fiestas y bochinches;<br />

conciertos <strong>de</strong> beneficencia don<strong>de</strong> en algo puedan ser útiles a sus semejantes sin<br />

fijarse a quién van a ayudar, y también para que si alguna chispa artística esté<br />

escondida en su persona salga a luz…<br />

En cierta ocasión los aficionados <strong>de</strong> mi tierra al "bel canto" se enteraron <strong>de</strong> que<br />

se encontraba <strong>de</strong> pasada para el sur, en esta ciudad, el <strong>de</strong>stacado violinista Fritz<br />

Peipers que se dirigía a México a dar una serie <strong>de</strong> conciertos; los nuestros se<br />

pusieron al habla con el distinguido artista, y acordaron dar un concierto en esta<br />

ciudad. <strong>El</strong> concierto se verificó el 20 <strong>de</strong> abril <strong>de</strong> 1890, setenta y cinco años pasados…<br />

como quien dice huevos con la boca cerrada. <strong>El</strong> suceso tuvo lugar en el<br />

teatro Noriega con la colaboración <strong>de</strong> los distinguidos aficionados locales don<br />

Espíritu Arriola y su orquesta; el doctor Fernando Aguilar al piano; el señor<br />

Ignacio Andalón tocando el clarinete y solos <strong>de</strong> flauta por el señor don Benigno<br />

López y Sierra. Qué tiempos tan hermosos, por vida <strong>de</strong> Dios… Los precios <strong>de</strong><br />

admisión fueron los siguientes: luneta y palcos primeros, un peso; palcos segundos<br />

y galería, cincuenta y veinticinco centavos, respectivamente. En la puerta<br />

<strong>de</strong>l teatro había un letrero que <strong>de</strong>cía: "Hay una persona encargada para recibir y<br />

entregar las sillas que se man<strong>de</strong>n, también habrá sillas <strong>de</strong> alquiler..", váyanse<br />

fijando mis estimados lectores cómo era mi tierra en ese entonces. ¡Qué<br />

trastorno! Por Dios…<br />

Felices días <strong>de</strong> tranquilidad y sosiego; pura dormi<strong>de</strong>ra <strong>de</strong> siesta acompañada<br />

<strong>de</strong> "pedorrera"… Los chambelanes asistieron a la fiesta con su bigotito bien<br />

peinado, bien rasurados y dados <strong>de</strong> bola, para echar tipo en medio <strong>de</strong> las aclamaciones<br />

<strong>de</strong> la burrada al llegar a la plaza. La indumentaria característica <strong>de</strong> los<br />

jóvenes <strong>de</strong> antaño consistía en su bien relujada cubetita, o sombrero duro llamado<br />

bombín, ya que éstos tres nombres indicaban lo mismo, pero el nombre más<br />

usual era el <strong>de</strong> cubetita… habiendo unos tan duros que parecían cocos y mientras<br />

más duros mejor para los pobres maridos oprimidos, porque cuando se<br />

peleaban con la vieja, ésta agarraba el bolillo <strong>de</strong> hacer tortillas y le metía su<br />

macanazo en la pura maceta, quedando el marido tan fresco como una lechuguita,<br />

porque el golpe le vino muy guango. Eran tan duros como los cascos <strong>de</strong> nuestros<br />

soldados <strong>de</strong> ahora.<br />

<strong>El</strong> saquito cruzado y pochi que apenas les llegaba a las "nalgas", era otra <strong>de</strong> las<br />

prendas <strong>de</strong> los jóvenes <strong>de</strong> antaño. Había que verlos por vida <strong>de</strong> Dios… por<br />

<strong>de</strong>lante tenía un montón <strong>de</strong> botones, en esa época había unos botones <strong>de</strong> color<br />

negro, <strong>de</strong> metal medio jaspeados y muy corrientes, que nomás les pegaba el sol<br />

o les caía un poco <strong>de</strong> agua se oxidaban. Había muchas personas que usaban<br />

sacos con esta clase <strong>de</strong> botones, mas siendo <strong>de</strong> la clase pobre; la solapa <strong>de</strong>l saco<br />

les llegaba casi hasta don<strong>de</strong> tenemos la bolita <strong>de</strong>l traga<strong>de</strong>ro, pa'que se lo sepan.<br />

A esta bolita algunos le llaman manzana <strong>de</strong> Adán y otros la manzana <strong>de</strong> la discordia,<br />

y los "dotores" quién sabe cómo le dirán, porque estos amigos hablan un<br />

idioma que solamente ellos se entien<strong>de</strong>n, como los señores curas que no se les<br />

entien<strong>de</strong> ni madre cuando vamos a misa. Ahora sí, parece que el Santo Concilio<br />

Ecuménico dictó las disposiciones conducentes para que la misa sea entendida<br />

según el lugar don<strong>de</strong> se efectúe el Santo Sacrificio <strong>de</strong> la misa. <strong>El</strong> mentado saco<br />

tenía por la parte <strong>de</strong> atrás y en medio <strong>de</strong> la extremidad inferior, una rajadura <strong>de</strong><br />

una longitud <strong>de</strong> unas seis pulgadas, habiendo algunos que los usaban tan ajustaditos<br />

que, viéndolos por <strong>de</strong>trás parecían monitos <strong>de</strong> hule. <strong>El</strong> saquito <strong>de</strong> marras<br />

que en ese entonces era el último grito <strong>de</strong> la moda, era, como llevo dicho,<br />

tan pochito que no tapaba ni el "sisirisqui", pero como era la moda, todo el<br />

mundo se los ponía, y al que no le gustara que levantara el <strong>de</strong>do. Las levitas eran<br />

usadas en las recepciones <strong>de</strong> Palacio, bodas y funerales y una que otra fiesta que<br />

daban los encopetados, lomos gordos…<br />

<strong>El</strong> bastón era el signo <strong>de</strong> distinción social y financiero <strong>de</strong> muchos que los usaban.<br />

Las autorida<strong>de</strong>s principalmente y algunos empleados presumidos también;<br />

los primeros para que supieran que eran los manda más y los segundos para que<br />

se dieran un ligero sentón, aunque no tuvieran en qué "cáirse" muertos. Había<br />

bastones <strong>de</strong> muchas clases, muy finos unos; cuya empuñadura <strong>de</strong> oro macizo<br />

había sido labrada en algún lugar <strong>de</strong> Europa. Otros muy vistosos, cuya<br />

empuñadura <strong>de</strong> oropel servía para engañar a los incautos y los últimos, <strong>de</strong><br />

ma<strong>de</strong>ra común y corriente, que servía para darse macanazos en las cantinas<br />

cuando la hacían <strong>de</strong> "pedo". Más <strong>de</strong> cuatro cabezas anduvieran rajadas y amarradas<br />

a consecuencia <strong>de</strong> tremendos bastonazos que se daban unos con otros…<br />

Pero lo que más llamaba la atención eran unos bastones huecos, que en su concavidad<br />

escondían peligroso verduguillo que ahora están fuera <strong>de</strong> uso y prohibidos<br />

por la ley. En más <strong>de</strong> una ocasión muchas cuestiones <strong>de</strong> interés y <strong>de</strong><br />

amor, fueron resueltas en el campo <strong>de</strong>l honor haciendo uso <strong>de</strong> esta terrible arma.<br />

<strong>El</strong> verduguillo con su funda bastonera es <strong>de</strong> origen francés, y seguramente<br />

algún Con<strong>de</strong> <strong>de</strong>stronado <strong>de</strong> esa nacionalidad, lo trajo pa'ca, para que<br />

aprendiéramos a <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>rnos <strong>de</strong> nuestros paisanitos que usaban daga y la usan<br />

todavía. En el Colegio <strong>de</strong> Sonora había maestros especiales para dar clases <strong>de</strong><br />

esgrima, y se estudiaba también este idioma para que ambas cosas fueran aparejadas…<br />

Los zapatos <strong>de</strong> los jóvenes ya se imaginarán uste<strong>de</strong>s cómo serían… eran <strong>de</strong><br />

botonadura pero en menor escala que el <strong>de</strong> las mujeres, con la diferencia también,<br />

que los zapatos <strong>de</strong> los hombres tenían en la punta una bola más gran<strong>de</strong><br />

que la bola que hizo famoso al Bobby Thompson, bola que la tenía en la pura<br />

maceta. Bobby fue el conocido comerciante "asegún" <strong>de</strong> huevos y gallinas,<br />

revueltos con botellas <strong>de</strong> cerveza vacías. Como la mayoría <strong>de</strong> calles y banquetas<br />

<strong>de</strong> mi tierra en esa época estaban empedradas con piedra bola traída <strong>de</strong>l río, que<br />

salían más <strong>de</strong> dos pulgadas <strong>de</strong> la superficie <strong>de</strong>l suelo, los que traían zapatos <strong>de</strong><br />

esos boludos en la punta, les venía muy guangos los tropezones que se daban,<br />

pues muchas veces la "pata" no se daba cuenta que su dueño se había<br />

"trompezado"…". Tan gran<strong>de</strong>s así eran las bolas <strong>de</strong> los zapatos <strong>de</strong> antes, que la<br />

bola <strong>de</strong> Thompson parecía catota cerca <strong>de</strong> ellos…<br />

Nuestros "pelados" que usaban huaraches todo el tiempo o en algunas ocasiones<br />

se ponían tehuas, siempre andaban con los <strong>de</strong>dos <strong>de</strong> las patas abotagados,<br />

sangrantes y amarrados con un trapito, <strong>de</strong> tanto tropezón que se daban,<br />

más cuando andaban bien "pedos". Había otros que usaban zapatos <strong>de</strong> remache,<br />

y, pa'cabarla <strong>de</strong> fregar tenían que ser rechinadores para que la gente dijera que<br />

traían zapatos nuevecitos… Esta gente ranchera siempre quería hacerse <strong>de</strong>l pie<br />

chiquito y nunca compraba zapatos a su medida; y en consecuencia andaban<br />

como los pericos medio zambos o zambos y medio, y cada rato <strong>de</strong>cían: "cómo<br />

me duelen estos zapatos…"; ca-brutos por vida <strong>de</strong> Dios.<br />

A la gente "bien" <strong>de</strong> nuestra ciudad se le enchinaba el cuero <strong>de</strong>l lomo cuando<br />

oía rechinar a estos zapatitos, y a quien los traía las toneladas <strong>de</strong> madrazos que<br />

le echaban, pero sin que oyera. Cuando algún ranchero estaba <strong>de</strong> novio por "ai",<br />

la muchacha paraba las <strong>de</strong>l burro cuando oía el sabroso rechinido, que se oía a<br />

más <strong>de</strong> cincuenta metros <strong>de</strong> distancia en las noches serenas y calladas <strong>de</strong> mi tierra,<br />

"entonces" la muchacha al oír el rechinido, calculaba que no podía ser otro<br />

más que el animal <strong>de</strong> su novio ranchero, y parándose como <strong>de</strong> rayo corría alocada<br />

hacia la ventana para que el idiota creyera que había mucho tiempo que lo<br />

estaba esperando. Y así es la vida… vals.


Hermosillo, Son. <strong>Octubre</strong> <strong>de</strong>l <strong>2007</strong><br />

““EELL MMIILLAAAAGGRROOOO””<br />

Tomado <strong>de</strong> su libro “Los Cuentos <strong>de</strong> don Gilberto”<br />

Por Don Gilberto Escobosa Gámez<br />

Juan Núñez López era un hombrón <strong>de</strong> más <strong>de</strong> 90 kgs. <strong>de</strong> hueso y<br />

músculo, originario <strong>de</strong> Villa <strong>de</strong> Seris y resi<strong>de</strong>nte <strong>de</strong>l barrio <strong>El</strong><br />

Ranchito <strong>de</strong> la Capital <strong>de</strong> Sonora, <strong>de</strong> oficio albañil y últimamente<br />

contratista en su ramo. Su vida, llegando ya a los lin<strong>de</strong>ros <strong>de</strong> la<br />

senectud, había alcanzado un éxito notable en los negocios y en el<br />

seno <strong>de</strong> su familia. Se sentía feliz con la presencia en su casa, <strong>de</strong>l hijo<br />

mayor acompañado <strong>de</strong> su esposa y los niños, quienes vivían en la<br />

ciudad fronteriza <strong>de</strong> Nogales don<strong>de</strong> él atendía su <strong>de</strong>spacho <strong>de</strong> abogado.<br />

Visitas más gratas no podían tener los Núñez.<br />

Don Juan solamente era nombrado por su apodo "el Güero" por<br />

sus amigos <strong>de</strong> la infancia, ya que a esas fechas, habiendo logrado<br />

obtener una fortuna a fuerza <strong>de</strong> trabajo, se le conocía como el señor<br />

Núñez, con el respeto que se merece un pequeño burgués. Y allí,<br />

sentado en su poltrona favorita meditaba sobre lo que había sido su<br />

vida, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> la niñez hasta lo que hoy es. Como una película <strong>de</strong> cinematógrafo<br />

que se proyecta sobre una pantalla comenzó a ver su<br />

pasado, un pasado tan doloroso que solamente un milagro pudo<br />

cambiar.<br />

Cuando cursaba la Primaria <strong>El</strong>emental a principios <strong>de</strong>l siglo en el<br />

Colegio Sonora, creado por don Ramón Corral en 1889, ya había<br />

adquirido fama <strong>de</strong> bueno en el arte <strong>de</strong> darse <strong>de</strong> golpes. Y no sucedía<br />

que él fuese un pen<strong>de</strong>nciero amante <strong>de</strong> trabarse a puñetazo limpio<br />

con cualquier hijo <strong>de</strong> vecino, sino que en todas las ocasiones que se<br />

veía envuelto en trifulcas, era porque alguien había "sacado la pitahaya"<br />

a uno <strong>de</strong> sus amigos a quien tenía que <strong>de</strong>fen<strong>de</strong>r <strong>de</strong> los buscabullas<br />

grandulones. "Sacar la pitahaya" era la forma pintoresca <strong>de</strong><br />

dar a saber que se había provocado una hemorragia nasal por<br />

medio <strong>de</strong> un golpe. Todo mundo sabía que "el Güero" era un<br />

jovencito pacífico, pero que cuando intervenía en una gresca no<br />

necesitaba más que dar un puñetazo a su adversario y allí terminaba<br />

la agresividad <strong>de</strong>l más pintado.<br />

Sólo hasta el cuarto año <strong>de</strong> primaria estudió el joven Núñez. Los<br />

hijos <strong>de</strong> los pobres no necesitaban mayor escolaridad para <strong>de</strong>dicarse<br />

a los oficios propios <strong>de</strong> quienes carecían <strong>de</strong> fortuna o <strong>de</strong> un nombre<br />

ilustre. Nunca pudo recordar cuántas veces "pintó venado" con sus<br />

amigos para ir a bañarse a una <strong>de</strong> las acequias que cruzaban la ciudad.<br />

Lo <strong>de</strong> "pintar venado" significa el no asistir a la escuela e irse a<br />

vagar. Tampoco podía recordar en cuántas ocasiones, informado su<br />

padre <strong>de</strong> esas <strong>de</strong>serciones, le había dado cuatro o cinco azotes en la<br />

región glútea. Sin embargo, si sabía que cada vez que pasaba, su<br />

progenitor procuraba lastimarle lo menos posible, porque golpe por<br />

golpe causaba más pena a él que a las nalgas <strong>de</strong>l muchacho.<br />

Luego vino a la memoria <strong>de</strong>l señor Núñez un recuerdo muy<br />

doloroso, que a pesar <strong>de</strong>l tiempo transcurrido no podía olvidar. Un<br />

día el albañil Juan Núñez Castro, su padre, encontrándose trabajando<br />

sobre el pretil <strong>de</strong> un edificio <strong>de</strong> la Calle Don Luis, cayó <strong>de</strong>l<br />

andamio y murió sobre el "macadam" <strong>de</strong>l arroyo.<br />

Como mensajeros <strong>de</strong> la muerte llegaron al Colegio <strong>de</strong> Sonora los<br />

compañeros <strong>de</strong> don Juan, a avisar a su hijo que el cadáver <strong>de</strong> su<br />

padre yacía <strong>de</strong>bajo <strong>de</strong> la acera… Como un rayo llegó la brutal noticia<br />

al muchacho; sintió que el piso se movía a sus pies y que la luz<br />

penetraba a sus pupilas como un torrente que atraviesa el cerebro.<br />

Para llegar al lugar <strong>de</strong> la tragedia hubo <strong>de</strong> ser sostenido por las<br />

<strong>El</strong> sabor le dirá<br />

cuando es nuestra!!<br />

MAYOREO Y<br />

MEDIO MAYOREO<br />

Necesita un filete,<br />

100 kilos o más,<br />

nosotros se<br />

lo surtimos<br />

BLVD. MORELOS No. 299, Loc. 36<br />

YARDITA MORELOS<br />

Tel. 210.48.88 y 211.02.03<br />

11<br />

manos piadosas <strong>de</strong> sus amigos que abandonaron el salón <strong>de</strong> clases<br />

para ayudarle.<br />

En la pieza principal <strong>de</strong> la casa que era parte <strong>de</strong> una pequeña<br />

granja, sobre un catre <strong>de</strong> tijera tendieron al difunto <strong>de</strong>spués <strong>de</strong><br />

lavarle las heridas que le <strong>de</strong>formaron el rostro.<br />

Después <strong>de</strong>l funeral Juan abandona la escuela y empieza a trabajar<br />

en las obras <strong>de</strong> albañilería, como peón. Con esa ocupación laboró<br />

en la construcción <strong>de</strong>l cuartel <strong>de</strong>l Onceavo Cuerpo <strong>de</strong> Rurales (hoy<br />

Cuartel <strong>de</strong>l Catorce).<br />

Sin embargo, "el Güero" Núñez pronto da a conocer su vocación<br />

que trae en la sangre y cinco años <strong>de</strong>spués es un flamante albañil<br />

que no trabaja por jornal, sino por contrato. Y como cuando su<br />

padre vivía, hoy nada falta en el hogar.<br />

De esa manera tan dramática Juan se convierte en un hombre<br />

hecho y <strong>de</strong>recho, trabajador como pocos, cumplido en sus compromisos<br />

y honrado con su gente. <strong>El</strong> ingeniero Felipe Salido, el mejor<br />

profesional en el ramo <strong>de</strong> la construcción que tuvo Hermosillo, en<br />

muchas ocasiones emitió frases elogiosas para el joven albañil.<br />

Desgraciadamente el hombre es el ser más cambiante <strong>de</strong> las criaturas<br />

que Dios hizo en este valle <strong>de</strong> lágrimas, porque le dotó <strong>de</strong> un<br />

alma don<strong>de</strong> pue<strong>de</strong>n anidar los sentimientos más elevados a las<br />

pasiones más abominables, don<strong>de</strong> se afincan el ángel <strong>de</strong>l amor o la


12 Hermosillo, Son. <strong>Octubre</strong> <strong>de</strong>l <strong>2007</strong><br />

“<strong>El</strong> Milagro”...<br />

víbora <strong>de</strong>l odio, y don<strong>de</strong> a veces en aquellos espíritus que son únicamente<br />

para el amor, al sufrir una frustración no son capaces <strong>de</strong><br />

hacer germinar el rencor y <strong>de</strong>jan que produzca el <strong>de</strong>saliento que les<br />

hace per<strong>de</strong>r la autoestimación, asumiendo las actitu<strong>de</strong>s más aberrantes.<br />

Una <strong>de</strong> estas cosas le sucedió a Juan, al enamorarse perdidamente<br />

<strong>de</strong> una mujer casquivana, flor <strong>de</strong> fango, <strong>de</strong> la gente que llegó a<br />

Hermosillo durante la concentración <strong>de</strong> tropas en 1915 para<br />

enfrentarse al ejército <strong>de</strong>l general Francisco Villa.<br />

Dependiente <strong>de</strong>l Estado Mayor <strong>de</strong>l general Manuel M. Diéguez,<br />

vino un grupo <strong>de</strong> músicos con una vocalista morena <strong>de</strong> ojos ver<strong>de</strong>s<br />

y sonrisa coqueta, que a los veintitrés años <strong>de</strong> edad había participado<br />

en más aventuras que algunos generales.<br />

Ver a aquella mujer cuya sonrisa invitaba a la concupiscencia, fue<br />

para Juan como intoxicarse con una droga y seguramente durante<br />

los primeros encuentros ella también se sintió halagada con la presencia<br />

íntima <strong>de</strong>l mocetón, quien en el breve idilio <strong>de</strong>jó fuera <strong>de</strong><br />

combate a cuatro o cinco <strong>de</strong>stripaterrones que se atrevieron a dirigir<br />

piropos a la mujer, estando él presente.<br />

Dicen que la mujer es vanidosa por naturaleza… ¿Será verdad?<br />

Sólo Dios y ellas saben lo que se cuece <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> esas<br />

cabecitas <strong>de</strong> pelo largo… el caso es que Orquí<strong>de</strong>a pronto olvidó<br />

su capricho <strong>de</strong> sentirse protegida por el muchacho y luego la<br />

vieron nuevamente acompañada <strong>de</strong> otros hombres, haciendo<br />

enloquecer al albañil quien no estaba habituado a romances tan<br />

borrascosos; sus novias habían sido muchachas <strong>de</strong> costumbres<br />

honestas, <strong>de</strong> vida diáfana y sencilla como las flores <strong>de</strong>l<br />

campo… ¿Qué hombre pueblerino está acostumbrado a ser<br />

burlado por una pizpireta <strong>de</strong> mucho mundo?<br />

Sucedió lo que <strong>de</strong>cimos los mexicanos: "Juan agarró la borrachera"<br />

pretendiendo ahogar las penas en el alcohol, camino éste que toman<br />

los espíritus que no tienen el valor <strong>de</strong> enfrentarse con la realidad. En<br />

tanto la casquivana continuaba con su vida <strong>de</strong> disipación, hundiéndose<br />

más cada día hasta la mañana que fue encontrado su cadáver,<br />

apuñalada en un hotelucho frente a la antigua estación <strong>de</strong>l ferrocarril.<br />

Frecuentemente el hombre conserva un poco <strong>de</strong> dignidad, aún<br />

cuando se encuentre naufragando en la perdición. Así sucedió a<br />

Núñez: no concurrió al funeral <strong>de</strong> Orquí<strong>de</strong>a; sólo vio <strong>de</strong>s<strong>de</strong> lejos<br />

pasar el cortejo fúnebre compuesto por diez o doce individuos salidos<br />

<strong>de</strong> las cloacas <strong>de</strong> la ciudad. Tan bajo había caído la que cambió<br />

el cariño <strong>de</strong> un hombre bueno por los mimos <strong>de</strong> la chusma.<br />

Poco tiempo <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> que la mujer ya no podía <strong>de</strong>spreciarle,<br />

Juan se convirtió en un hombre agresivo, pen<strong>de</strong>nciero que frecuentemente<br />

ocasionaba zipizapes en la vía pública; odiado y temido<br />

por todos, con excepción <strong>de</strong> su madre, la verda<strong>de</strong>ra víctima <strong>de</strong><br />

aquella tragedia, quien veía a su hijo flaco, envejecido prematuramente,<br />

sucio y vistiendo andrajos. Pocos eran los días que doña<br />

Tomasita no concurría a la Jefatura <strong>de</strong> Policía Municipal, a rogar al<br />

comandante que liberara a su hijo, casi siempre acusado <strong>de</strong> ser un<br />

ebrio escandaloso.<br />

Afirman las personas doctas en lo que se refiere a la conducta<br />

humana, que muchas veces no arreglamos las cosas que andan mal,<br />

hasta que se echan a per<strong>de</strong>r. Así sucedió a Juan.<br />

Un día Núñez, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> cuarenta y ocho horas <strong>de</strong> beber, se<br />

encontró con otros ebrios agresivos y se armó una trifulca fenomenal<br />

en la que hubo <strong>de</strong> intervenir la Policía Montada. Como Juan,<br />

pese a todo, se conservaba vigoroso, tanto los guardias <strong>de</strong>l or<strong>de</strong>n<br />

como los compañeros <strong>de</strong> borrachera fueron a dar al suelo por los<br />

puños <strong>de</strong>l albañil. Ante situación tan <strong>de</strong>sesperante intervinieron<br />

varios vecinos, pero también sacaron su parte <strong>de</strong> la pelea. Quizá el<br />

<strong>de</strong>sor<strong>de</strong>n hubiese terminado con la muerte <strong>de</strong> Juan, dado que uno<br />

<strong>de</strong> los gendarmes <strong>de</strong>senfundó su pistola, si no se acerca una ancianita<br />

traída en un carruaje por el jefe <strong>de</strong> la Policía.<br />

A una or<strong>de</strong>n <strong>de</strong>l jefe policíaco los agentes se apartaron <strong>de</strong>l rijoso;<br />

doña Tomasita llegó don<strong>de</strong> estaba su hijo, le tomó <strong>de</strong> una oreja y<br />

comenzó a golpearle en las asenta<strong>de</strong>ras con la otra mano. Y caminando<br />

en esa forma llegaron a la celda que le esperaba. <strong>El</strong> ebrio<br />

dócilmente se <strong>de</strong>jó conducir por su madre.<br />

Al día siguiente, Juan recibía la visita <strong>de</strong> la anciana y por primera<br />

vez en mucho tiempo, al través <strong>de</strong> sus párpados inflamados la<br />

observó. Vio su pelo blanco y su rostro, antes tan bello, marchito por<br />

los sufrimientos; miró sobre su espalda el peso <strong>de</strong> tantos <strong>de</strong>svelos y<br />

privaciones, y en sus manos las huellas <strong>de</strong> la artritis. La ropa <strong>de</strong> su<br />

madre si no hubiese estado limpia, habría parecido la indumentaria<br />

<strong>de</strong> una pordiosera.<br />

Juan no pudo más… Se prosternó, llorando a los pies <strong>de</strong> la<br />

viejecita, pidiéndole perdón. Lloró como un niño y parecía que todo<br />

el dolor <strong>de</strong>l mundo se le había acumulado al ver a su madre con la<br />

misma figura <strong>de</strong> la miseria. Mientras la anciana con inmensa ternura<br />

curaba las heridas <strong>de</strong> su cara y le or<strong>de</strong>naba el pelo enmarañado,<br />

él continuaba sollozando sin cesar.<br />

Des<strong>de</strong> la puerta que daba acceso al lugar don<strong>de</strong> estaban la madre<br />

y el hijo, el jefe policíaco contemplaba la escena y sentía un nudo en<br />

la garganta. Quién sabe cuánto tiempo permanecieron en aquel<br />

lugar; ninguno <strong>de</strong> ellos lo supo jamás. Luego el comandante,<br />

impelido por una fuerza extraña escuchó <strong>de</strong>cir a su propia voz:<br />

-Doña Tomasita, llévese a su hijo; no haremos ningún cargo contra<br />

él. Sé que el muchacho volverá a ser lo que fue en sus buenos tiempos.<br />

También sé que usted volverá a sonreír, que volverá a cantar<br />

cuando haga labores <strong>de</strong>l hogar y algún día escuchará las risas <strong>de</strong> sus<br />

nietos.<br />

<strong>El</strong> jefe <strong>de</strong> la Policía calló, miró hacia todos lados, incrédulo, sin<br />

po<strong>de</strong>r explicarse cómo dijo algo que no pretendió <strong>de</strong>cir. Se sintió<br />

mareado, confuso, sin atreverse a caminar por temor <strong>de</strong> caer. Se<br />

recargó en la puerta enrejada y comenzó a sentirse bien… ¿Qué<br />

había dicho su boca? Apenas lo recordaba. Volteó hacia la celda<br />

don<strong>de</strong> pasó la noche Núñez y vio que éste ni su madre estaban ahí,<br />

pero… "¿Cómo salieron sin que los viera, no habiendo más puerta<br />

que la que yo ocupaba <strong>de</strong> pie?". Esa presunta se la estuvo haciendo<br />

durante varios días.<br />

Un mes <strong>de</strong>spués, todavía preocupado por lo que le sucedió en una<br />

celda <strong>de</strong> la Policía, se le ocurrió pasar por la casa don<strong>de</strong> vivían los<br />

Núñez y su sorpresa fue mayúscula al ver a doña Tomasita barriendo<br />

la acera, cantando alegremente en voz baja, con ropa nueva y el<br />

rostro resplan<strong>de</strong>ciente.<br />

Juan Núñez López cesó en sus meditaciones cuando se acercaron<br />

su hijo el abogado nogalense, su nuera y su esposa. Venían <strong>de</strong>l cinematógrafo.<br />

- Viejo -exclamó su mujer-, vimos una película muy dramática en<br />

la que suce<strong>de</strong> un milagro ¿crees que existen los milagros? -entonces<br />

el abuelo <strong>de</strong> los niños, mientras acariciaba a uno <strong>de</strong> sus nietos y<br />

miraba el retrato <strong>de</strong> su madre puesto en la pared, respondió:<br />

-Sí. Sí. Existen los milagros- entonces su esposa, su hijo y su nuera<br />

voltearon a verle, sorprendidos, sabiendo que don Juan jamás había<br />

<strong>de</strong>mostrado alguna religiosidad. Luego éste añadió:<br />

-Creo en los milagros, sobre todo en los que suce<strong>de</strong>n <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong><br />

nosotros mismos-. <strong>El</strong> señor Núñez hablaba con sinceridad, no<br />

obstante que ignoraba lo que hacía 35 años sucedió a un jefe <strong>de</strong> la<br />

Policía.


Hermosillo, Son. Mayo <strong>de</strong>l <strong>2007</strong><br />

3

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!